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Signos sobrenaturales en la elección del Papa Francisco [2013-03-18]

¿Fantasías o verdaderas señales divinas?
Desde la vinculación de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco con las profecías de Malaquías y otras especulaciones sobre su simbología, hasta hechos naturales que sucedieron en los tiempos de su elección.

 

 

Para comentar, discernir y esperar muchas otras interpretaciones que se harán sobre el nuevo Papa

Parte del contenido de este artículo se ha subsumido en este otro artículo.

 

OTROS SIMBOLISMOS

Ken Jamieson, escribiendo para Spirit Daily dice lo que sigue.

Bergoglio es un hijo de inmigrantes italianos que habla perfectamente italiano, y ha elegido el nombre del santo más famoso de Italia. A pesar de que es argentino, tiene profundas raíces italianas.

Es increíblemente humilde, y sus primeras acciones lo muestran, como cuando se inclinó y pidió las oraciones de todo el mundo, así como rezar el Padre Nuestro, Ave María y Gloria por Benedicto XVI.

Entonces, ¿qué e que tienen que ver con Petrus Romanus? Petrus Romanus significa literalmente la roca de Roma, o la Iglesia de Roma. Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia. El papado se conoce como el ministerio petrino (Ministerio de Pedro), que construyó la primera iglesia en Roma y fue el primer obispo.

El Papa Francisco está reconstruyendo la iglesia de Roma, la primera casa de la iglesia, como Pedro la construyó por primera vez. Y recuerda la visión de San Francisco, donde Jesús le dijo que reparara su casa.

Su conexión inmediata con Roma que me hace pensar que Malaquías está en lo correcto.

Y al mirar la descripción de Malaquías, que «va a pastar a sus ovejas en medio de muchas tribulaciones», se pueden ver todos los signos recientemente de que estamos sin duda entrando en un período de tribulaciones cada vez mayores.

POR EL LADO DE FÁTIMA Y LA VISITA RECIENTE DEL VIDENTE IVÁN A BUENOS AIRES

Agustín Linares Delgado, escribió en el facebook de Foros de la Virgen María lo que sigue.

Estoy asombrado y perplejo.

Medjugorje, donde supuestamente se aparece la Virgen Maria desde 1981 es regenteada por franciscanos (hijos de san Francisco de Asís).

Podríamos establecer un paralelismo entre dicha aparición, sus mensajes y los supuestos 10 secretos, y la visita reciente de uno de los videntes de Medjugorje a Buenos Aires (de donde es oriundo Bergoglio) con el nuevo papa, franciscano-jesuita y sobre todo amante de la pobreza.

Por otro lado, a estas apariciones se les designan como la prolongación de las de Fátima de Portugal de 1917.

La Virgen se apareció allí los días 13 de cada mes de mayo a octubre. Y la elección del Papa Francisco fue el día 13.

ÁNGEL EN EL CIELO LUEGO DE LA ELECCIÓN DE FRANCISCO

 

 

Varios residentes del sur de Florida, después de mirar hacia el cielo en el día en que el nuevo papa fue elegido, vieron lo que muchos denominaron un ángel.

La mayoría vio a un ángel en las nubes y tomaron sus cámaras para documentar la visión.

Para algunos, fue una clara señal del cielo, tal vez un mensaje de Dios mismo, mostrando su satisfacción por la elección del primer Papa de América como el sucesor de San Pedro.

Aunque la mayoría sentía que la nube se parecía a un ángel, y era un hermoso signo de lo alto, otros vieron en la nube algo menos angelical.

 

 

 

 

EL HOMBRE QUE LLEGÓ DE ASÍS PARA LA ELECCIÓN DEL PAPA FRANCISCO

 

 

Dentro de unos años desdeñarán el rumor de que el poverello de Asís se había hecho presente en el Cónclave de 2013. Y se equivocarán.

Quizá en el futuro se cuente la historia de cómo el mismísimo San Francisco de Asís, el poverello, estuvo rezando, descalzo, bastón, de rodillas, varios días bajo la lluvia, milagrosamente visible el 12 y 13 de marzo de 2013 en la Plaza de San Pedro, y cómo después un Papa hispanoamericano salió al balcón con el nombre, insólito, de Francisco.

Cuando se cuente esto, muchos historiadores lo desdeñarán como leyendas piadosas, «típicas de inicios del siglo XXI». Es evidente que los santos medievales no se aparecen en los Cónclaves. Y si alguien muestra fotos, quizá se desechen con «montajes».
Pero la realidad es que sí había un hombre vestido como Francisco, descalzo como Francisco, humilde y paciente bajo la lluvia como Francisco, estos días en la Plaza de san Pedro.

Y muchos periodistas le fotografiaron: las fotos que le sacó France Press llegaron a las redacciones de los periódicos. Y algunos periodistas hablaron con él.

Se llama Massimo Coppo, es italiano, tiene 64 años. Vestía un hábito franciscano de yute, llevaba bastón, un bolso al hombro, y en la Plaza de San Pedro rezaba descalzo y de rodillas bajo la lluvia y el frío.

Vino caminando desde Asís, a 180 kilómetros, y aunque no parece que caminara descalzo toda esa ruta, sí tenía los pies hinchados. Rezó y rezó.

Explicó a los periodistas que quería «un nuevo pontífice para los pobres y que se acerque a ellos, que hable de la eternidad, del infierno y del retorno de Cristo«.

Massimo no es San Francisco, pero sin duda San Francisco puede estar satisfecho de haber sido bien representado.

La Iglesia tiene miles de santos. Y en San Pedro rezaban miles de personas, religiosas de cientos de carismas distintos, devotos de innumerables fundadores y órdenes.

Pero Massimo hacía que Francisco fuera el más visible. Y el nuevo Papa no se llama Domingo, ni Agustín ni Vicente ni Camilo. Y sin duda los dominicos, agustinos, vicencianos y camilos rezaron por el Papa estos días. Pero a quien se vio en la Plaza con una imagen profética fue a Francisco.

Y Francisco fue Papa. Y el Papa es Francisco, un hombre humilde.

 

 

¿LA GAVIOTA LARUS ARGENTATUS ANTICIPÓ EL FIN DEL CÓNCLAVE?

 

 

Los más variados y a veces descabellados comentarios suscitó la presencia de un ave posada en la chimenea por la que saldría el humo, blanco o negro, que indicaría el resultado de la votación del Colegio Cardenalicio.

Quienes no saben distinguir las distintas especies de aves, suponían que era una paloma y hacían alusión al Espíritu Santo que en esos momentos estaría inspirando la elección papal.

Otros comentarios se referían a que un día lluvioso y frío como en esos momentos se vivía en la Ciudad Eterna, invitaba a un ave a buscar la tibieza que emanaba de una chimenea.

En realidad el ave aposentada en la chimenea de la fumata era una gaviota de la especie Larus argentatus. Larus es el nombre genérico de las gaviotas, y argentatus hace referencia a su color blanco, color que en heráldica se llama plata (argentum), lo mismo que el nombre del país de donde proviene el nuevo papa: Argentina, cuyo nombre se deriva del Río de la Plata, el río más ancho del mundo, sobre el que se recuesta la ciudad de Buenos Aires, llamada por ello «La Reina del Plata», que hasta este momento era gobernada eclesiásticamente por el nuevo pontífice.

¿Casualidad? ¿Coincidencia?, sin duda un detalle muy particular.

Fuentes: Religión en Libertad, Valores Religiosos, WND, WPTV, Spirit Daily, Signos de estos Tiempos

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Reconstrucción de lo que sucedió dentro del Cónclave que eligió al Papa Francisco [2013-03-17]

El proceso de alianza entre los cardenales.
Bergoglio era papable pero no estaba entre los favoritos. El favorito era Angelo Scola, preferido por los italianos y hasta para algunos cercanos a la cura romana, pero en conflicto con los principales de la curia, Bertone y Sodano. Esto debilitó a los italianos. Y luego ocurrieron otros incidentes.

 

 

Esto lo que emerge de las primeras reconstrucciones sobre lo ocurrido en la Capilla Sixtina, entre los cardenales reunidos para elegir al pontífice.

LOS FAVORITOS

Jorge Mario Bergoglio, si bien era mencionado como papable, especialmente por haber sido “finalista” contra Ratzinger en la elección del 2005, no estaba dentro de los favoritos para obtener el pontificado.

Previamente, los “grupos” de los purpurados parecían orientados en otra dirección. Odilo Scherer, Peter Erdo, Timothy Dolan, y Angelo Scola.

Angelo Scola, aparecía a priori como el gran favorito y por eso fue el gran derrotado, porque al final no contó con el apoyo de los partidarios de Bertone y Sodano,

En cambio el cardenal de Sao Paulo, Odilo Pedro Scherer, fue el gran rival de Bergoglio, representando los intereses de la curia romana según los comentaristas.

DOS CORRIENTES DE BASE

Desde el principio se enfrentaron dos corrientes en el cónclave:

– la extraeuropea (y sobre todo sudamericana) con la intención de sacar por primera vez el papado fuera del Viejo continente

y la curial y de los italianos, pero también del poderoso tándem de los enemigos y ahora aliados Bertone y Sodano, que eran irreductiblemente hostiles a Scola por antiguas envidias y rivalidades, y que buscaban un candidatio que pudiera reemplazar a Scola dentro de esa tendencia curial. 

Esto dio como resultado falta de unidad dentro de esta última corriente..

LOS PROBLEMAS CON SCOLA

Bertone no ha digerido nunca el consejo de Scola al Papa en un encuentro en Castel Gandolfo sobre su sustitución en la guía de la Secretaría de Estado, durante el vendaval por la gracia al obispo negacionista del holocausto Williamson

Por su parte, Sodano se ha encontrado en posiciones opuestas respecto a Scola en algunas partidas de poder por el control de instituciones católicas. Ruini mismo, incluso teniendo estima hacia Scola, no dio ninguna indicación de voto a su favor.

Ni siquiera entre los arzobispos residenciales italianos era total el consenso hacia Scola, y a ese punto no podía ser suficiente ni siquiera el consenso de numerosos electores europeos. Además entre los conclavistas cercanos a la Comunidad de Sant’ Egidio (por ejemplo, Sepe) no estaba bien vista la cercanía de Scola al un movimiento lejano de sus planteamientos como Comunión y Liberación.

Durante las últimas horas no habían faltado señales de que la candidatura fortísima de Scola fuera un gigante con pies de barro. De palabra, todos reconocían su excepcional estatura de obispo y de intelectual, pero luego, profundizando un poco, además de las frases de circunstancia, salían a flote distinciones y reservas.

Un creciente número de purpurados europeos y norteamericanos reprochaban a Scola sus relaciones políticas con dirigentes del grupo Comunión y Liberación, al cual estaba vinculado el arzobispo de Milán desde los tiempos del fundador don Giussani. Comunión y Liberación había presionado fuertemente sobre el Papa Ratzinger para que promoviera a Scola a la arquidiócesis más grande de Europa aunque era ya patriarca de Venecia. Lo lograron y fue todo dato en su momento de quien era indicado como eventual sucesor. Sin embargo, ahora se ve claro que estas maniobras terminaron desprestigiando la candidatura a Papa del cardenal.

DERROTA CURIAL

Todo parece confirmar una rotunda derrota del aparato curial, fruto de la división de los cardenales italianos, las luchas internas del pasado y los escándalos que motivaron la renuncia de Benedicto XVI.

Y sobre todo, en la medida que pasaba el tiempo, adquiría mayor fuerza la sugerencia a favor del “vuelo transoceánico” que hacía vacilar la oportunidad de replegarse sobre un pontificado italiano mientras gran parte del crecimiento de la Iglesia se está experimentando en Sudamérica, África y Asia.

“No puede estar siempre el pastor en el monte y el rebaño en el valle”, sintetizó un purpurado africano en una congregación.

Esta vez la progresión de votos hacia el purpurado argentino fue continua. A punto tal que en la segunda y tercera votación, el miércoles por la mañana, el apoyo de los cardenales norteamericanos fue lo que empujó las cotizaciones electorales de Jorge Bergoglio.

LOS ESTADOUNIDENSES

Poco antes de la puesta en marcha del cónclave, el «sodaniano» Lajolo había manifestado públicamente el fastidio de la Curia por el protagonismo de los cardenales estadounidenses.

Después de que los capos de la Curia obligaron a los norteamericanos a suspender sus conferencias de prensa cotidianas en el Colegio Americano de Roma antes del Cónclave, era inevitable que los once purpurados de la superpotencia consumaran una «vendetta».

En realidad, se supo después hubo un muy consistente lobby armado por Timothy Dolan, el arzobispo de Nueva York, para consumar la votación a favor de Francisco.

Esto fue arrastrando a la América Latina y a otros cardenales europeos, asiáticos y africanos.

EL PROCESO

La Stampa, maneja que ya desde el inicio Scola fue «traicionado» por sus compatriotas tras la primera ronda de votación, en la que, tal y como apunta Carlo Marroni en Il Sole 24 Ore, los votos estaban divididos entre Scola, el Cardenal canadiense Marc Ouellet y Bergoglio, levemente más atrás.

Sin embargo, al día siguiente el apoyo por Bergoglio creció, así como el de Scherer, una vez Scola vio cómo los votos que consideraban seguros -los más leales a Ratzinger- se dividían y, en su mayoría, apuntaban al hoy Papa Francisco.

LOS APOYOS DE BERGOGLIO

Así, Bergoglio habría comenzado a obtener apoyos desde la primera votación siendo el cardenal hondureño Oscar Andres Rodríguez Maradiaga su gran apoyo.

El cardenal de Tegucigalpa, quien ya fuera papable en 2005, fue junto al español Santos Abril, uno de los principales muñidores de votos a favor de Bergoglio, especialmente cuando los cardenales vieron que las pugnas entre los italianos iban a dejar a Scola fuera y, por tanto, era más que probable la elección de un Papa americano.

En ese momento, se intentó que no fuera cercano a la Curia, como podrían serlo Scherer o Ouellet.

EL DESINFLE DE SCHERER

Del otro lado, el partido de la Curia Romana fue centrado por la desconfianza y hostilidad de la mayoría de los cardenales. Fue decisiva, en la última congregación preparatoria de los cardenales antes del Cónclave, la reacción negativa que causó un informe del Secretario de Estado de Benedicto XVI, el cardenal Tarcisio Bertone, que defendió a la Curia y a la gestión del IOR, el banco del Papa envuelto en una sucesión de gravísimos escándalos.

Sólo cuatro purpurados salieron en defensa de Bertone. Uno de ellos fue otro favorito en los papeles, el arzobispo de San Pablo, el cardenal brasileño Odilio Scherer.

Ese testimonio en favor de la gestión del IOR, a despecho de las acusaciones reiteradas por maniobras de corrupción, incineraron ipso facto sus aspiraciones papales y Brasil se quedó sin lograr su sueño.

LA ABDICACIÓN DE SCOLA

¿Cuándo se introdujo el elemento de novedad que impuso otra dirección al Cónclave?

Parece que un momento decisivo fue la comida del miércoles 13 en la residencia de Santa Marta, después de los dos escrutinios de la mañana que habían producido una “fumata” negra.

Al fin de la mañana Scola, según lo que refieren algunas fuentes, podía contar con un paquete de unos 50 votos. No poco, pero tampoco suficientes para decir que las cosas estaban cocinadas, considerando que el quórum era de 77. El riesgo era de un bloqueo. La situación peor que los purpurados querían absolutamente evitar, también para no dar al mundo la imagen de una Iglesia que no logra encontrar el acuerdo y a elegir el propio pastor.

En ese almuerzo el propio Scola habría decidido sumarse al respaldo que el argentino venía teniendo desde el primer momento.

En este punto el mismo Scola habría hecho claramente saber, conversando con los otros cardenales durante la comida, de no quererse convertir en una “candidatura de división” y habría invitado a “trabajar por la unidad”.

Cuando Scola dio un paso atrás, la hipótesis de Bergoglio – un hombre no joven, capaz de seguir la tradición, pero con anticonformismo y novedad – logró inmediatamente capturar sobre sí los votos necesarios, acogida con gran entusiasmo también por los cardenales estadounidenses.

Angelo Scola entonces habría voluntariamente dado un paso atrás, aún después de haber totalizado un buen número de votos la mañana, recorriendo los mismos pasos que en el 2005, durante el precedente Cónclave, recorrió Jorge Bergoglio cuando se hizo a un lado para dejar el espacio a Joseph Ratzinger.

LA HIPOTESIS GEOPÓLITICA ACTUANDO

Vittorio Messori asegura que él ya había dado un nombre, y sólo uno, como candidato: Jorge Bergoglio, y que su amigo y compañero periodista Michelle Brambilla (con el que escribió «Razones para creer») es testigo de que dio sólo ese nombre.

¿Por qué estaba Messori tan seguro? Porque creía que los cardenales votarían por criterios geoestratégicos. Así, su artículo se titula «Decisión geopolítica, como Wojtyla«.

Una opción geopolítica habría sido China. Igual que un Papa polaco agilizó la caída soviética, un Papa chino (como el obispo de Hong Kong) habría hecho lo mismo en Pekín, «en la capital de la superpotencia del futuro».

«Pero la Iglesia nunca tiene prisa», señala, y «el turno de China vendrá probablemente en un próximo Cónclave cuando, como sucede en todos los régimenes totalitarios, el sistema comience su declive, se habrá debilitado y estará preparado para el golpe de gracia».

Así que en este Cónclave la otra gran emergencia venía de América, el continente católico por excelencia.

Messori lo maneja así:

Sudamérica abandona el catolicismo al ritmo de miles de hombres y mujeres cada día. Existen otras cifras que atormentan a los episcopados de aquellas tierras: desde el inicio de los años ochenta hasta hoy, América Latina ha perdido casi una cuarta parte de sus fieles.

¿Adónde van? Entran en las comunidades, sectas, iglesias de los evangelistas, los pentecostales que, enviados y sostenidos por los grandes financiadores americanos, están llevando a cabo el viejo sueño del protestantismo de los Estados Unidos: terminar con la superstición «papista» también en este continente. Hay que añadir que los grandes medios económicos de los que disponen los misioneros atraen a los muchos desheredados de aquellas tierras y les inducen a entrar en comunidad, donde todos son sostenidos económicamente también.

Pero también está el hecho de que las teologías políticas de los decenios pasados, predicadas por curas y monjes convertidos en activistas ideológicos, han alejado del catolicismo a aquellas masas deseosas de una religiosidad viva, colorida, cantada, danzada. Y precisamente en esta clave el pentecostalismo interpreta el cristianismo y atrae riadas de tránsfugas del catolicismo.

Por tanto, los padres del Cónclave probablemente habrían valorado la urgencia de una intervención, según un programa propuesto y gestionado por la misma Roma, tomando posesión como Papa uno de este Continente. Aunque la hemorragia viene sobre todo de Brasil y de la América andina: pero, si tenía que ser un Papa sudamericano, 

¿Por qué un argentino, un arzobispo de un país menos afectado tocado por la fuga a las sectas?: probablemente, ha jugado un papel el hecho de que el cardenal Bergoglio (aparte de la alta calidad del hombre, la preparación teológica, la experiencia) es al mismo tiempo iberoamericano y europeo. 

Además, para:

un reordenamiento de la Curia, era necesario un hombre que supiera afrontar ciertas situaciones vaticanas. En resumen, no ha sido la mía una predicción, sino simplemente un razonamiento.

Fuentes: Vatican Insider, La Stampa, Il Sole 24 Ore, Signos de estos Tiempos

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Profecías católicas de una larga sede vacante y luego la aparición de un Gran Papa [2013-03-09]

En visiones relacionadas con una gran persecución.
Según las profecías y visiones de varios famosos católicos aparecerá un Gran Papa para solucionar los grandes problemas de la iglesia, y vendrá luego de una gran persecución y de una prolongada sede vacante papal.

 

 

Desde el 28 de febrero de 2013 la cátedra de Pedro está vacía porque renunció el papa Benedicto XVI, con lo que técnicamente la Iglesia católica está en un período de “sede vacante”, en el que el Colegio Cardenalicio se apresta a elegir un nuevo Papa en un cónclave.

Es un buen momento para hablar de una serie de profecías católicas sobre la sede vacante del papado, que precederá a la llegada de un Gran Papa.

LAS PROFECÍAS

Son muchos los místicos que han tenido visiones de esto y las resume Padre José Luis de Urrutia.

Se habla del gran Papa en las apariciones de la Salette, y también S. Francisco de Paula, el Bto. Nicolás Factor, S. Juan Bosco (el «gran Ministro»). Es anunciado como «gran Papa» y «Pastor Angélico» (distinto del «Pastor Angélico» de la profecía de S. Malaquías, lema atribuido a Pío XII).

Es preanunciado ya en el siglo XII por Santa Hildegarda, la cual  dice que la Santa Sede estará vacante durante 18 meses, pero cuando sea vencido el hijo de perdición (probablemente un antipapa), vendrá el Papa del gran esplendor de la Iglesia.

San Celestino V (1251-96, ermitaño, el único Papa que ha abdicado) agrega -profecía atribuida a San Cirilo -, que antes de la renovación de la Iglesia, permitiendo Dios que la Santa Sede esté vacante (será por largo tiempo), el emperador de Alemania querrá poner un antipapa, invadirá Roma con un gran ejército y martirizará a muchos sacerdotes y religiosos, entonces será elegido Papa un ermitaño que establecerá la paz.

Santa Brígida repite que la Santa Sede estará vacante año y medio, y el Papa tendrá que huir de Roma para no caer en la esclavitud.

Sobre la huida de Roma del Papa (el anterior al gran Papa) y la Santa Sede vacante; también Juan de Vatiguerro (cisterciense del siglo XIII, compilador de profecías; ésta fue atribuida a San Cesáreo y publicada en el Liber mirábilis, 1524) dice que cuando París sea destruido el Papa cambiará de residencia y la Iglesia estará sin defensa durante 25 meses porque no habrá Papa en Roma ni gobernante en Francia.

San Pío X, en una audiencia de 1909 al Capítulo General de los Franciscanos tuvo de pronto su conocida visión, cuando exclamó: «Es terrible, el Papa tendrá que abandonar Roma, y pasar sobre los cadáveres de sus sacerdotes al salir del Vaticano». Otra versión añade: «Tendrá que ocultarse en algún sitio disfrazado, y después de un corto retiro sufrirá una muerte cruel».

Juan de Roquetaillade (+franciscano, 1362) había predicho igualmente: «El Papa tendrá que huir de su Sede con sus Cardenales; gozará de cierto descanso donde nadie le reconocerá; esta aflicción sobrepasará a todo lo que ha soportado la Iglesia anteriormente».

Bto. Bernardino de Bustis, franciscano, en su Rosario de sermones (1495) dejó escrito (sermón 11 que estará la Santa Sede vacante cerca de año y medio; habrá varios antipapas, uno llamado Jeroboam, nombrado por un poderoso rey del cristianismo, al que seguirán al principio cinco sextas partes de los creyentes; la Iglesia sufrirá grandes tribulaciones y serán perseguidos los que sigan al verdadero Papa, llamado Roboam (nombres simbólicos), el Papa angélico. Un rey verdaderamente cristiano después de muchos trabajos vencerá con ayuda de la Virgen a aquel rey, y el falso Papa acabará malamente. El Papa coronará emperador a este rey, juntos reformarán la Iglesia. En tiempo de este rey emperador nacerá el Anticristo.

San Juan Bosco y la venerable Isabel Canori hablan también del cambio de la Sede del Papa.

La venerable Ana Catalina Emmerich tiene extensas visiones discontinuas sobre el futuro (Vie por K. E. Schmoeger, 4.* ed. francesa, t. III; cfr. IGLESIA MUNDO, I, 1976): «Veo que apenas quedan sacerdotes que no hayan sido seducidos» (pág. 123). «Vi casi todos los obispos del mundo, pero solamente un pequeño número sano» (pág. 136). «Me fue mostrado que no hay ya casi cristianos en el antiguo significado de la palabra» (pág. 125). «Como la Iglesia estaba ya en gran parte demolida, vi a los demoledores entrar en ella con la Bestia» (pág. 113). «Veo al Santo Padre en una gran angustia, habita un palacio distinto al anterior; temo que antes de morir tenga todavía mucho que sufrir; no puede fiarse más que de pocas personas» (páginas 115-17). «Le dije que no debía dejar Roma, que si lo hacía caería todo en la confusión…» -y algo no fácil de entender-: el Papa le ofrece fresas con azúcar » lo que indica que está todavía apegado a la tierra por muchas consideraciones» (págs. 122-7). ¿Se refiere todo a un mismo Papa? «Vi un nuevo Papa muy firme» (pág. 161). «Alejará de sí a los obispos tibios y fríos. Es joven, no romano, pero sí italiano, de no lejos de Roma, de una piadosa familia de principes. Durante cierto tiempo tendrá todavía muchas luchas» (pág. 188). «Vi la Iglesia restaurada con más magnificencia que nunca» (págs. 114-5).

En cambio Suzanne Jacquemin, que estudia en un libro las profecías sobre el gran Papa, afirma que en su conjunto concuerdan que no será italiano. (Melania de la Salette dice que no será romano), y en su mayoria señalan será francés (Nostradamus, «Carta a Enrique II», concreta que será oriundo, o elegido, en Lyón). Cuestión secundaria y no muy clara. Como algunos (Bartolomé de Saluzzo, Rodolfo Gekner -siglo XVII- y otros) aseguran será franciscano.

María Julia Jahenny (1850-1941, estigmatizada, sufre mucho, campesina de La Fraudais, Bretaña; apenas sabía leer, se lo tomaron todo por escrito) repite que el Papa irá al exilio (visión del 10-I-1882), que sufrirá mucho (29-IX- 1879). Sufrirá por dos veces el arresto de Archel de la Torre (perseguido de Nápoles), estará, la Santa Sede vacante largos meses (16-V-1882). Una asamblea cismática de sacerdotes enviará al gobernador del cual depende el Papa un escrito para que el Papa deje mayor libertad; si quiere reformarlos, se niegan; y aún pedirán algo que hará estremecerse a la gente; se quiere que cada cual sea libre, sin vigilancia (7-XI-1882). «El Papa presente no verá el triunfo de la Iglesia; el que le suceda (¿el gran Papa?) pasará tres años en las más crueles y tristes cadenas. La horrible guerra de Italia será larga» (20-IV-1882). «Francia tendrá que luchar mucho para liberarlo» (1-X-1875). Parece que, como Sor Natividad, profetiza el martirio del Papa (aunque algunos lo refieren al último Papa).

En el siglo XII el Bto. Amadio, italiano: «Dios lo elegirá según su Corazón, elección milagrosa que llenará de admiración. Tendrá enemigos, pero Dios los abatirá. Todas las naciones infieles se convertirán y le obedecerán. Se hará un solo rebaño y un solo Pastor. Reformará las costumbres…».

El Bto. Amadeo I de la Tour (obispo de Sión de 1163 a 1168) según le reveló el arcángel S. Gabriel: «Elegido por Dios purificará y reformará la Iglesia; todos le admirarán. Con la reforma vendrá la paz universal, todo el mundo aceptará la fe verdadera y vivirá en el temor de Dios…».

Benedicto XII (Papa de 1334 a 1342) profetizó que establecerá la unidad religiosa, reformará las costumbres, devolverá el trono de Francia al legítimo soberano, una felicidad incomparable reinará en el mundo.

La Bta. Catalina de Racconigi, siglo XVI, llamaba al gran Papa San Gregorio (= Vigilante); también le llama Gregorio XVII el Monje de Padua, y dice: «El enemigo será confundido y dispersado rápidamente por una intervención milagrosa; entonces vendrá la verdadera resurrección de Francia y de la Iglesia presidida por el Pastor angélico».

El Venerable Holzhauser, siglo XVII, anuncia que bajo el gran Papa, ayudado por el gran Monarca, tendrá lugar el mayor Concilio de la historia, que aclarará toda la Escritura y acabará con todas las herejías, y será aceptado por todos.

La Bta. de Racconigi antes del Concilio Tridentino, en 1533, dijo, según su historiador, que no habría un Concilio completo y perfecto hasta el Papa santo esperado, que convertirá a los infieles.

Sor Natividad puntualiza de este Concilio que restablecerá la antigua disciplina.

Ignacio Tomás Martín (de Gallardón, cerca de Chatres, Francia, padre de familia religiosa, campesino, tuvo apariciones del arcángel San Rafael, aprobadas por el obispo de Versalles; fue envenenado en 1934) y otras profecías repiten la celebración del futuro Concilio.

Fuentes: Padre José Luis de Urrutia, S.J. en El Tiempo que se Aproxima, Signos de estos Tiempos  

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Las profecías de Garabandal y de san Malaquías sobre el Papa que vendría

El próximo papa podría ser el último
Tanto Conchita, la vidente de las apariciones de Garabandal, como San Malaquías en la profecía de los papas advierten que estamos llegando al último papa, el que lidiaría con la tribulación, el llamado “Pedro Romano”. ¿Será el sucesor de Benedicto XVI el cumplimiento de estas profecías?

 

 

LA PROFECÍA DE GARABANDAL DE LOS TRES PAPAS

Conchita Martínez, el 3 de junio de 1963, en la cocina de su casa,dijo estas pala­bras a su madre Aniceta al tiempo que sonaban las campanas de Garabandal anunciando la muerte de Juan XXIII:

Las campanas tocan por un muerto. Seguramente es por el Papa. Ahora ya no quedan más que tres Papas“.

Cuando la madre le pregunta por lo que acaba de decir, Conchita le responde que la Virgen le había dicho que después de este Papa sólo quedaban tres.

Aniceta vuelve a preguntar a su hija: ¿Y luego viene el Fin del Mundo?

Conchita responde: “no el Fin del Mundo, sino el Fin de los Tiempos”.

Aniceta quiso despejar dudas preguntando a su hija si no era lo mismo una cosa que otra. La niña respondió: 

“A mí fue la Virgen quien me lo dijo: “Después de este Papa ya sólo quedan tres y después, el fin de los tiempos”.

Está claro que antes de esta fecha ya lo sabía Conchita. La Stma. Virgen se lo habría comunicado el 20 de noviembre del año anterior, según recogió D. Francisco Clapés Maymó en sus notas. La Madre Ma­ría Nieves García, Superiora del Colegio de Burgos en el que ingresó Conchita en octubre de 1966, nos ayuda a precisar el dato, a raíz de una confidencia que tuvo con ella Conchita el 1 de noviembre de ese mismo año, le contó:

Yo le dije un día a la Virgen: ¿Será dentro del tiempo de esos acontecimientos (Aviso, Milagro, Castigo) el Final del Mundo? ” Y Ella me dijo:

No. El final de los tiempos. Los Papas, después de Pablo VI, no serán más que dos; y después, ya viene el Final de los Tiempos.”

Se ve que lo que más impresionó a Conchita fue lo de que sólo que­daban tres Papas, y es lo que más recalcó. Pero como era de esperar, esta afirmación sonó como una bomba y Conchita tuvo que ir matizando; primero a su Madre en el mismo día mencionado, luego a otras personas. Recordemos algunos casos:

En aquellos días se iba a celebrar en el Pueblo un funeral por el alma de Juan XXIII. Un grupo de mujeres [La esposa del pediatra Dr. Ortiz (Paquita), la tía de Conchita (Maximina) y otra señora] acompañaban a Conchita a la Iglesia después de rezar el Rosario en la Calleja. Una de ellas mencionó el tema del día, aventurando la posibilidad de que con la muerte del Papa se acabara el Concilio. Entonces se produjo un diálogo entre Paquita y Conchita en estos términos:

“(…) Otro Papa vendrá y el Concilio seguirá; y os digo también que ya sólo quedan tres Papas”.

-Bueno, eso lo dices por la profecía de San Malaquías…

-¿San Malaquías? A mí fue la Virgen quien me lo dijo: “Después de este Papa ya sólo quedan tres; y después, el Fin de los Tiempos. “

-¿Quieres decir que viene ya el Fin del Mundo?

-A mí la Virgen me dijo “Fin de los Tiempos”.

-¿No es lo mismo?

Pues no lo sé.

El jesuita P. Rodrigo, con fecha de 13 de noviembre de 1965, escribió una carta al también jesuita P. Ramón María Andreu en la que le decía entre otras cosas:

“El jueves hace quince días, el señor cura de Barro me trajo a Aniceta y Conchita… A solas yo con Conchita, ella me confirmó que la Virgen le dijo a la muerte de Juan XXIII, que sólo faltaban ya tres Papas para el “fin de los tiempos”.

Conchita recalcó que la Virgen se refirió a “Fin de los Tiempos” y no al “Fin del Mundo“, después del cual ciertamente no habrá más Papas. Entonces, para aportar luz a esta importantísima “Revelación” tenemos que responder a dos preguntas: ¿Qué significa eso de “Últimos Tiempos”? ¿Cuántos Papas quedan hasta el final de los Últimos Tiempos?

LA PROFECÍA DE SAN MALAQUÍAS

San Malaquías (1094-1148) fue Arzobis­po de Armagh (Irlanda). Dios le había otorga­do el Don de Profecía. Se dice que en 1140, al final de una peregrinación a Roma, en la que descubre una gran corrupción, recibió del Cielo comunicación de una lista de 111 lemas en Latín, descriptivos en forma alegórica y correspondientes a los 111 Papas que gober­narían la Iglesia Católica, desde Celestino II (1143-1144), contemporáneo de San Mala­quías, hasta un supuesto Pedro Romano, que sería el 112°, incluyendo a losAntipapas.

Sin embargo, que sepamos, en el siglo XII esta profecía no se dio a conocer. Aparece por primera vez en la obra “Lignum Vitae” (Árbol de la Vida) publicada por un monje benedictino francés, Arnold de Wyon, en 1595. El libro es fundamentalmente una biografía colectiva de los monjes de su Orden que llegaron a la dignidad episcopal, entre ellos San Malaquías. El autor dedicó el libro al Rey de España Felipe II. De Wyon termina la referencia a San Malaquías incluyendo las Profecías a que nos referimos –continua diciendo el autor-. Dice:

«Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los Sobera­nos Pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a continuación su contenido».

Parece ser que el texto original habría sido custodiado durante esos cuatro siglos en el Archivo Secreto del Vaticano. Asombra el acierto profético de esos lemas a lo largo de los 871 años de vigencia. Recordemos los últimos:

+El Papa número 106, “Pastor Angélicus” correspondió a Pío XII, que tenía en su escudo un Angel, y es considerado como el más angélico de todos los Papas.

+El número 107, “Pastor et Nauta” (“Pastor y Navegante”), corres­pondió a Juan XXIII, cuyo tema preferido era el “Buen Pastor”, y nació en Venecia, la ciudad entre las aguas.

+El número 108,´Tlos Florum” (“Flor de las
Flores”), Pablo VI, que tiene en su escudo de armas el “lirio”, la “flor de las flores”.

+El número 109, “De Medíate Luna” (“De la Media Luna”), Juan Pablo I, que fue elegido en una Media Luna y falleció en la siguiente Media Luna.

+El número 110, “De Labore Solis”(del trabajo del Sol), Juan Pablo II. Las obras de Juan Pablo II justifican este lema: Su Pontificado de 26 años fué el tercero más extenso (después de S. Pedro y Pío IX). Ha siso el Papa más viajero -visito 129 países- tratando de llevar –como el Sol de Justicia, Cristo- la Luz del Evangelio a los cinco continentes . Hablaba numerosos idiomas: Italiano, Francés, Alemán, Inglés, Español, Portugués, Ucraniano, Ruso, Croata, Esperanto, Griego antiguo y Latín, además del Polaco. Detuvo la expansión del Comunismo, … Beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santos, lo que supone una cantidad ma­yor que la llevada a cabo por sus predecesores a lo largo de los últimos cinco siglos; …

Algunos relacionan el lema del Sol con Fátima (en donde se produjo el milagro del sol), ya que el tercer mensaje parece que tenía mucho que ver con el atentado que sufrió el 13 de Mayo en la Plaza de San Pedro.

Juan Pablo II es el último Papa al que se refiere Conchita. A partir de él estaríamos de lleno en el “Fin de los Tiempos”. En esta etapa San Malaquías sitúa a dos papas con los que cierra su lista:

BENEDICTO XVI

+ El número 111, “De Gloria Olivae” (De la gloria del Olivo).

– Este lema le cuadra de muchas formas al Papa actual. El mismo viene a explicarlo al dar razones de su nombre papal. Una de ellas es su vocación pacifista, que se ajusta al lema por cuanto el olivo ha sido desde antiguo símbolo de Paz (Gen 8,11):

He querido llamarme Bene­dicto XVI para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz, y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y des­pués al limitar las nefastas consecuencias“.

Parece ser que Santa Hildegarda dejó una profecía para Últimos Tiem­pos. Vino a decir que los hijos de San Benito serían de gran ayuda a la Iglesia al llegar los Últimos Tiempos, o el Fin de los Tiempos que la Virgen dijo a Conchita. Esto parece estar cumpliéndose, en el sentido de que la Medalla de San Benito lleva ya años extendiéndose por todo el Mundo por su valor exorcístico y protector contra las acechanzas de los malignos espíritus.

Dentro de la referencia a los “hijos de San Be­nito”, el Papa actual tiene un valor especial; no sólo por tratarse de un Papa sino por la devoción al San­to que existe en la tierra natal del Papa. El mismo lo explicó en su día: (…) La progresiva expansión de la Orden Benedictina fundada por él (S. Benito de Nursia) ha ejercido un influjo enorme en la difusión del Cristianismo en todo el Continente. San Benito es por ello muy venerado en Alemania y, en particular, en Baviera. mi tierra de origen. Constitu­ye un fundamental punto de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y de su civilización “.

Por otra parte, el Cardenal Ratzinger fue durante muchos años Pre­fecto del Santo Oficio, organismo encargado de guardar la pureza de la Fe Católica, cuyo escudo tiene una rama de olivo entre sus símbolos. La espada significaría la actitud a tomar con los que atacan la Fe (“extirpad el mal de entre vosotros mismos”, lCor,5,9-13); la rama de olivo sería la reconciliación que se ofrece a los que vuelven.

San Pablo simboliza al Pueblo de Israel con un Olivo natural mien­tras que los gentiles serían el olivo silvestre. ¿Podemos suponer que du­rante el pontificado de Benedicto XVI se producirá la conversión de Is­rael que leemos en la Carta a los Romanos (Rom, 11, 24-28)? Entonces se cumpliría a la perfección el lema del Papa actual. La Gloria del Olivo llegaría a su esplendor.

Nació un Sábado de Gloria, sábado después de Semana Santa con el que se conmemora la resurrección de Jesucristo (se abre la “gloria´ : resurrec­ción del Señor). La Semana Santa inicia el Domingo de Ramos (de olivo). Adicionalmente, el olivo generalmente implica una referencia a la paz.

PEDRO ROMANO EL ULTIMO PAPA

En cuanto al “último Papa”:

“Pedro Romano” viene citado sin número, después del 111, pero dice que será el único llamado “Pedro”, como el primero. Es profecía cumplida a lo largo de los 871 años transcurridos. Y añade:

En la última persecución de la Santa Iglesia Romana, ocupará su Sede Pedro Roma­no, que habrá de apacentar sus ovejas en medio de grandes tribulacio­nes. Acabadas éstas, la “Ciudad de las Siete Colinas ” será arrasada, y el Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo.”

“El Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo” es una forma de referirse al gran Castigo que purifica la Tierra de los “Obradores de ini­quidad” (Is 13,9), cierra el Fin de los Tiempos y abre las puertas a la Segunda Venida de Cristo para instaurar su Reino de Amor, de Justicia y de Paz.

Así pues, la revelación de Garabandal nos advierte sobre el grave momento en que nos encontramos -Fin de los Tiempos- y se une a la Profecía de San Malaquías -quedan dos Papas- para decirnos con clari­dad que el Señor está a las puertas y nos llama (Ap 3,20) a ser apóstoles de la Conversión.

Fuentes: P. Juan García Inza para Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos

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¿Qué dice San Malaquías sobre los últimos tiempos? [2013-01-19] R

Benedicto XVI podría ser el papa 111, “De Gloria Olivae”, de la Profecía:
El próximo Papa, “Pedro Romano” no tiene número y estaría de lleno en la última persecución a la Iglesia. Apacentará el rebaño en medio de grandes tribulaciones.

 

Anteriormente nos hacíamos la pregunta sobre los “últimos tiempos” según las “apariciones de la Virgen” en Garabandal, tal y como lo cuenta el sacerdote José Ramón García de la Riva, -testigo cualificado de aquellos acontecimientos-, en su libro “Memorias de un cura de Aldea”.

Sobre este tema el autor hace una referencia a las famosas profecías de San Malaquías, tratando de demostrar las coincidencias que se dan entre ambos eventos. Exponemos la explicación tal y como se desarrolla en el libro citado:

San Malaquías (1094-1148) fue Arzobis­po de Armagh (Irlanda). Dios le había otorga­do el Don de Profecía. Se dice que en 1140, al final de una peregrinación a Roma, en la que descubre una gran corrupción, recibió del Cielo comunicación de una lista de 111 lemas en Latín, descriptivos en forma alegórica y correspondientes a los 111 Papas que gober­narían la Iglesia Católica, desde Celestino II (1143-1144), contemporáneo de San Mala­quías, hasta un supuesto Pedro Romano, que sería el 112°, incluyendo a los Antipapas.

Sin embargo, que sepamos, en el siglo XII esta profecía no se dio a conocer. Aparece por primera vez en la obra «Lignum Vitae» (Árbol de la Vida) publicada por un monje benedictino francés, Arnold de Wyon, en 1595. El libro es fundamentalmente una biografía colectiva de los monjes de su Orden que llegaron a la dignidad episcopal, entre ellos San Malaquías. El autor dedicó el libro al Rey de España Felipe II. De Wyon termina la referencia a San Malaquías incluyendo las Profecías a que nos referimos –continua diciendo el autor-. Dice:

«Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los Sobera­nos Pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a continuación su contenido».

Parece ser que el texto original habría sido custodiado durante esos cuatro siglos en el Archivo Secreto del Vaticano. Asombra el acierto profético de esos lemas a lo largo de los 871 años de vigencia. Recordemos los últimos:

+El Papa número 106, «Pastor Angélicus» correspondió a Pío XII, que tenía en su escudo un Angel, y es considerado como el más angélico de todos los Papas.

+El número 107, «Pastor et Nauta» («Pastor y Navegante»), corres­pondió a Juan XXIII, cuyo tema preferido era el «Buen Pastor», y nació en Venecia, la ciudad entre las aguas.

+El número 108,´Tlos Florum» («Flor de las
Flores»), Pablo VI, que tiene en su escudo de armas el «lirio», la «flor de las flores».

+El número 109, «De Medíate Luna» («De la Media Luna»), Juan Pablo I, que fue elegido en una Media Luna y falleció en la siguiente Media Luna.

+El número 110, «De Labore Solis»(del trabajo del Sol), Juan Pablo II. Las obras de Juan Pablo II justifican este lema: Su Pontificado de 26 años fué el tercero más extenso (después de S. Pedro y Pío IX). Ha siso el Papa más viajero -visito 129 países- tratando de llevar –como el Sol de Justicia, Cristo- la Luz del Evangelio a los cinco continentes . Hablaba numerosos idiomas: Italiano, Francés, Alemán, Inglés, Español, Portugués, Ucraniano, Ruso, Croata, Esperanto, Griego antiguo y Latín, además del Polaco. Detuvo la expansión del Comunismo, … Beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santos, lo que supone una cantidad ma­yor que la llevada a cabo por sus predecesores a lo largo de los últimos cinco siglos; …

Algunos relacionan el lema del Sol con Fátima (en donde se produjo el milagro del sol), ya que el tercer mensaje parece que tenía mucho que ver con el atentado que sufrió el 13 de Mayo en la Plaza de San Pedro.

García de la Riva dice: Juan Pablo II es el último Papa al que se refiere Conchita. A partir de él estaríamos de lleno en el «Fin de los Tiempos». En esta etapa San Malaquías sitúa a dos papas con los que cierra su lista:

+ El número 111, «De Gloria Olivae» (De la gloria del Olivo).

Este lema le cuadra de muchas formas al Papa actual. El mismo viene a explicarlo al dar razones de su nombre papal. Una de ellas es su vocación pacifista, que se ajusta al lema por cuanto el olivo ha sido desde antiguo símbolo de Paz (Gen 8,11): «He querido llamarme Bene­dicto XVI para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz, y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y des­pués al limitar las nefastas consecuencias«.

Parece ser que Santa Hildegarda dejó una profecía para Últimos Tiem­pos. Vino a decir que los hijos de San Benito serían de gran ayuda a la Iglesia al llegar los Últimos Tiempos, o el Fin de los Tiempos que la Virgen dijo a Conchita. Esto parece estar cumpliéndose, en el sentido de que la Medalla de San Benito lleva ya años extendiéndose por todo el Mundo por su valor exorcístico y protector contra las acechanzas de los malignos espíritus.

Dentro de la referencia a los «hijos de San Be­nito», el Papa actual tiene un valor especial; no sólo por tratarse de un Papa sino por la devoción al San­to que existe en la tierra natal del Papa. El mismo lo explicó en su día: (…) La progresiva expansión de la Orden Benedictina fundada por él (S. Benito de Nursia) ha ejercido un influjo enorme en la difusión del Cristianismo en todo el Continente. San Benito es por ello muy venerado en Alemania y, en particular, en Baviera. mi tierra de origen. Constitu­ye un fundamental punto de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y de su civilización «.

Por otra parte, el Cardenal Ratzinger fue durante muchos años Pre­fecto del Santo Oficio, organismo encargado de guardar la pureza de la Fe Católica, cuyo escudo tiene una rama de olivo entre sus símbolos. La espada significaría la actitud a tomar con los que atacan la Fe («extirpad el mal de entre vosotros mismos», lCor,5,9-13); la rama de olivo sería la reconciliación que se ofrece a los que vuelven.

San Pablo simboliza al Pueblo de Israel con un Olivo natural mien­tras que los gentiles serían el olivo silvestre. ¿Podemos suponer que du­rante el pontificado de Benedicto XVI se producirá la conversión de Is­rael que leemos en la Carta a los Romanos (Rom, 11, 24-28)? Entonces se cumpliría a la perfección el lema del Papa actual. La Gloria del Olivo llegaría a su esplendor.

Nació un Sábado de Gloria, sábado después de Semana Santa con el que se conmemora la resurrección de Jesucristo (se abre la «gloria´ : resurrec­ción del Señor). La Semana Santa inicia el Domingo de Ramos (de olivo). Adicionalmente, el olivo generalmente implica una referencia a la paz.

En cuanto al “último Papa”, se afirma en el libro:

+ «Pedro Romano» viene citado sin número, después del 111, pero dice que será el único llamado «Pedro», como el primero. Es profecía cumplida a lo largo de los 871 años transcurridos. Y añade: «En la última persecución de la Santa Iglesia Romana, ocupará su Sede Pedro Roma­no, que habrá de apacentar sus ovejas en medio de grandes tribulacio­nes. Acabadas éstas, la «Ciudad de las Siete Colinas » será arrasada, y el Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo.»

«El Juez tremendo tomará cuentas a su Pueblo» es una forma de referirse al gran Castigo que purifica la Tierra de los «Obradores de ini­quidad» (Is 13,9), cierra el Fin de los Tiempos y abre las puertas a la Segunda Venida de Cristo para instaurar su Reino de Amor, de Justicia y de Paz.

Así pues, la revelación de Garabandal nos advierte sobre el grave momento en que nos encontramos -Fin de los Tiempos- y se une a la Profecía de San Malaquías -quedan dos Papas- para decirnos con clari­dad que el Señor está a las puertas y nos llama (Ap 3,20) a ser apóstoles de la Conversión.

Hasta aquí todo lo expuesto por el sacerdote García de la Riva en el libro citado. Nada de lo expuesto es “dogma de fe”. Y Dios siempre puede cambiar el curso de la historia si, al menos, hay un “resto de Israel” –léase Pueblo de Dios-, que ora, hace penitencia y trata de ser fiel a la Voluntad de Dios. Por eso esa llamada a la oración y a la conversión que escuchamos en todos los mensajes que se atribuyen a la Virgen en distintos lugares.

Es oportuno escuchar lo que dice San Pablo: “Después llegará el fin cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, toda potestad y poder. Pues es necesario que El reine, hasta que ponga a todos los enemigos bajo sus pies. Como último enemigo será destruida la muerte (…). Y cuando haya sido sometidas todas las cosas, entonces también el mismo Hijo se someterá a quien a El sometió todo, para que sea todo en todas las cosas” (1 Cor. 15, 24-28).

Yo no tengo nada más que añadir. Cada cual saque sus conclusiones y asuma su responsabilidad con toda paz. Como dicen los teólogos, estamos en los últimos tiempo, el tiempo de la Iglesia. El cristiano tiene que preparar activamente la segunda venida de Cristo, con una vida santa y difundiendo el Evangelio ( Cfr. con detalle Ernest Burkart-Javier López, “Vida cotidiana y santidad en las enseñanzas de San Josemaría”, Rilap, Cap. 2)

P. Juan García Inzapara Religion En Libertad

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Apariciones ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Noticias bis Papa Predicciones Religion e ideologías Ultimos tiempos Vidente Virgen María

¿Qué dice Garabandal sobre el fin de los tiempos? [2012-01-16] R

¿Estamos en el fin de los tiempos? Respuesta de Garabandal

En un libro recién editado, y que lleva por título “Memorias de un Cura de Aldea. Garabandal 1961-2011. Edit. Arca de la Alianza”. Se hace la narración de los hechos ocurridos en este pequeño pueblo asturiano desde el año 1961, en el que se asegura ser cierto que la Virgen se apareció durante un tiempo a varias niñas del pueblo. El autor es un sacerdote, José Ramón García de la Riba, que fue testigo de primera mano de aquellos acontecimientos que tuvieron gran repercusión.

Garabandal había quedado un tanto en el olvido durante un tiempo. Sobre todo a raíz de que la principal de las videntes, Conchita, fuera forzada a desmentir la realidad de las apariciones. Fue sometida a una enorme presión por parte de una mediocre Comisión que no actuó con justicia, como se comenta detalladamente en el libro. A raíz de esta publicación, y de la nueva página que la Parroquia de Garabandal ha abierto en Internet (www.garabandalparroquia.com/), el caso ha saltado de nuevo a la actualidad, y los mensajes atribuidos a la Virgen en sus distintas “apariciones”, concuerdan en el fondo con los anteriores de Fátima, y los posteriores de Medjugorje, El Escorial, y otros muchos en diversos lugares del mundo. No nos definimos aquí sobre la veracidad de los hechos.

La Iglesia, tras estudios serios en cada caso, emitirá su juicio en su momento sobre el carácter sobrenatural de los mismos. Particularmente  la Virgen está muy activa de un siglo a esta parte, y su mensaje es machaconamente el mismo: estamos en los últimos tiempos (que no en el fin del mundo). Hay que orar y ofrecer sacrificios por la conversión de tantos que se han apartado de Dios, y por la fidelidad de los cristianos. Observamos la frialdad espiritual de muchos ambientes descristianizados, y la urgencia de una nueva evangelización que está impulsando Benedicto XVI.

Llama la atención en este libro la pormenorizada exposición que hace sobre el “final de los tiempos”. Da la impresión que todo un cúmulo de datos, religiosos y sociológicos, sugieren que realmente estamos al final de un ciclo marcado por acontecimientos que en cierto modo vienen expresamente aludidos en la Biblia. Cuando uno habla de estos temas lo tachan de alarmista, agorero de catástrofes, fanático, etc.

El capítulo 15 de libro lleva por título: YA SOLO QUEDAN TRES PAPAS.

Sobre tema de “el fin de los tiempos” el autor del libro afirma lo siguiente:

Esta afirmación de Conchita el 3 de junio de 1963, en la cocina de su casa, ha dado mucho que hablar. Por eso prefiero tratarla aparte en un pequeño capítulo.

Como ya se ha publicado en tantos libros, Conchita dijo estas pala­bras a su madre Aniceta al tiempo que sonaban las campanas de Garabandal anunciando la muerte de Juan XXIII:

«Las campanas tocan por un muerto. Seguramente es por el Papa. Ahora ya no quedan más que tres Papas«.

Cuando la madre le pregunta por lo que acaba de decir, Conchita le responde que la Virgen le había dicho que después de este Papa sólo quedaban tres. Aniceta vuelve a preguntar a su hija: ¿Y luego viene el Fin del Mundo? Conchita responde: «no el Fin del Mundo, sino el Fin de los Tiempos».

Aniceta quiso despejar dudas preguntando a su hija si no era lo mismo una cosa que otra. La niña respondió: «A mí fue la Virgen quien me lo dijo: «Después de este Papa ya sólo quedan tres y después, el fin de los tiempos».

Está claro que antes de esta fecha ya lo sabía Conchita. La Stma. Virgen se lo habría comunicado el 20 de noviembre del año anterior, según recogió D. Francisco Clapés Maymó en sus notas. La Madre Ma­ría Nieves García, Superiora del Colegio de Burgos en el que ingresó Conchita en octubre de 1966, nos ayuda a precisar el dato, a raíz de una confidencia que tuvo con ella Conchita el 1 de noviembre de ese mismo año, le contó: «Yo le dije un día a la Virgen: ¿Será dentro del tiempo de esos acontecimientos (Aviso, Milagro, Castigo) el Final del Mundo? » Y Ella me dijo:

No. El final de los tiempos. Los Papas, después de Pablo VI, no serán más que dos; y después, ya viene el Final de los Tiempos.»

Se ve –afirma el autor- que lo que más impresionó a Conchita fue lo de que sólo que­daban tres Papas, y es lo que más recalcó. Pero como era de esperar, esta afirmación sonó como una bomba y Conchita tuvo que ir matizando; primero a su Madre en el mismo día mencionado, luego a otras personas. Recordemos algunos casos:

En aquellos días se iba a celebrar en el Pueblo un funeral por el alma de Juan XXIII. Un grupo de mujeres [La esposa del pediatra Dr. Ortiz (Paquita), la tía de Conchita (Maximina) y otra señora] acompañaban a Conchita a la Iglesia después de rezar el Rosario en la Calleja. Una de ellas mencionó el tema del día, aventurando la posibilidad de que con la muerte del Papa se acabara el Concilio. Entonces se produjo un diálogo entre Paquita y Conchita en estos términos:

«(…) Otro Papa vendrá y el Concilio seguirá; y os digo también que ya sólo quedan tres Papas».

-Bueno, eso lo dices por la profecía de San Malaquías…

-¿San Malaquías? A mí fue la Virgen quien me lo dijo: «Después de este Papa ya sólo quedan tres; y después, el Fin de los Tiempos. «

-¿Quieres decir que viene ya el Fin del Mundo?

-A mí la Virgen me dijo «Fin de los Tiempos».

-¿No es lo mismo?

Pues no lo sé.

Con el jesuita P. Rodrigo me unía una buena amistad, ya que hacía de Confesor de Conchita y yo con frecuencia le llevaba hasta su residen­cia de Comillas a la niña y a su madre para que las escuchara en Confe­sión, además de hablar de los temas de las Apariciones.

Este padre, con fecha de 13 de noviembre de 1965, escribió una carta al también jesuita P. Ramón María Andreu en la que le decía entre otras cosas: «El jueves hace quince días, el señor cura de Barro me trajo a Aniceta y Conchita… A solas yo con Conchita, ella me confirmó que la Virgen le dijo a la muerte de Juan XXIII, que sólo faltaban ya tres Papas para el «fin de los tiempos».

Pues bien, el texto que he subrayado –sigue diciendo el autor- es el que da la clave de la nítida interpretación de las palabras de Conchita. Los lectores y oidores superficiales se quedaron sólo con la primera parte de la afirmación -«sólo quedan tres Papas- y sacaron por su cuenta deducciones falsas: «para el fin del Mundo», «ya no quedan más que tres»,….

Conchita recalcó que la Virgen se refirió a «Fin de los Tiempos» y no al “Fin del Mundo«, después del cual ciertamente no habrá más Papas. Entonces, para aportar luz a esta importantísima “Revelación” tenemos que responder a dos preguntas: ¿Qué significa eso de «Últimos Tiempos»? ¿Cuántos Papas quedan hasta el final de los Últimos Tiempos?

A la primera pregunta damos contestación en el capítulo XVI. En cuanto a la segunda, utilizaremos la ya conocida profecía de San Malaquías, la cual La Santísima Virgen no la mencionara a Conchita, a mi pa­recer es muestra de su aprobación y vigencia; es más, en este caso po­dríamos decir que complementa la revelación profética tenida por Conchita. No será casual que San Malaquías fuera benedictino y que el Papa actual también lleve el nombre de San Benito.

Fuentes: P. Juan García Inza para Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos

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¿Habrá pensado en nuestra época Fray Bartolomé de Saluzzo cuando profetizó “morirá el papa B…”? [2013-01-10] R

Muchos vaticinios de tiempos remotos parecen condensarse en nuestra generación como si las descripciones fueran a medida de nuestra época. Continuamente se han vaticinado detalles referidos a nuestros días como aquella mítica frase de san Vicente Ferrer de que las cosas ocurrirán cuando los hombres vistan como mujeres y las mujeres como hombres.

Pero hay una profecía de Fray Bartolomeo de Saluzzo (?-1617) que merece ser considerada en este momento, porque dice en un verso “morirá el papa B… (Y entonces) lo verás claro y distinto, que mentira yo no he dicho”.

La caída de la monarquía francesa y el asesinato de Luis XVI no fueron más que el inicio de los dolores que hubo de soportar y padecer Pío VI hasta su conclusión en ese vergonzoso secuestro por parte de las tropas francesas, en las que anciano y paralítico, sería arrastrado en calidad de “prisionero de Estado”, hasta acabar sus días en Valence. Bien advertía el Pontífice lo difícil de los tiempos que le tocaron vivir.

La rapidez con que la revolución francesa había puesto fin al orden preestablecido constató que los cantos de dolor de tantas profecías de místicos y santos adquirían un realismo insospechado.

Por ello el año de 1793, guillotinado el rey de Francia, será retirado del convento romano de san Francisco a Ripa, por orden del Pontífice Pío VI, un códice que contenía los vaticinios del venerable padre Fray Bartolommeo Cambi, más conocido como Fray Bartolomeo de Saluzzo y que moriría en esos mismos muros en torno al año 1617.

El códice le será entregado a Su santidad Pío VI, que tras leerlo detenidamente, mandará colocarlo reverentemente en una urna de plata. El círculo que debió conocer el contenido quizá no fuera grande, pero en 1820 un ejemplar de la profecía le sería entregada por un cardenal a un piadoso prohombre. El tiempo y las amistades harían el resto hasta su inclusión en una edición ya olvidada del año 1860.

El vaticinio es una larga poesía, directa, ágil y clara en sus contenidos que muestra dos predicciones. La primera la entendió Pío VI claramente. La segunda es de creer que la dejara para tiempos mejores.

Pero aquel primer vaticinio del venerable Bartolomeo de Saluzzo lo vivió en sus propias carnes. Que ya antes de que la nueva Francia trastocara todo el orden europeo pudo leer aquellos duros y claros versos de fray Bartolomeo: “vendrá la dura Francia y de tales males llorarán pastores y prelados”, o aquel otro que los años posteriores le harían recordar con dolor “¿Que es el Gallo ya venido? ¿Y, tú, Anciano Jefe, que harás? Que vendrá el Gallo cantando fuerte ¡y a cuantos de los tuyos dará muerte!”.

Pero el segundo vaticinio era evidente que hablaba de otros tiempos, de inciertos tiempos futuros.

La segunda predicción quedaba ahogada en la indeterminación del mañana. “Después de un curso de tiempo otro será el que venga: preparado de cepos y cadenas”. Pero las cadenas que habrían de preocupar al Pontífice serían las de Francia.

Pero lo que el siglo XVIII no dejó intuir quedará marcado a fuego el año 2005. Quizá el segundo canto del venerable Bartolomeo de Saluzzo desconcertó a Pío VI, pero más a nosotros. La presión revolucionaria francesa sería suficiente para no buscar más allá de cuanto ocurría. Y quizá la segunda predicción no tendría a los ojos de la Iglesia del siglo XVIII más que un valor confirmatorio. Pero lo que a finales del siglo XVIII era un enigma sobre tiempos futuros, a la luz de nuestros días el venerable Bartolomeo de Saluzzo parece haber grabado a fuego el pontificado actual.

Estamos en su canto segundo (predicción segunda, dice el manuscrito) y de modo sorpresivo el que se ha mostrado elocuente y claro, desconcertantemente se torna misterioso. Es un simple nombre que se vela, unos puntos suspensivos enigmáticos. Pero llaman profundamente la atención.

“Tu que de Pedro portas
la gran mitra y la gran llave,
sin espada ni armas,
morirá el papa B…
(Y entonces) lo verás claro y distinto,
que mentira yo no he dicho.”

Bartolomeo, que se ha mostrado siempre expreso, claro y nítido, vela un nombre. Y tal silenciamiento es fundamental por cuanto todo el canto segundo, toda la profecía segunda, se quiere enmarcar en torno a esa enigmática muerte tras la cual se hará evidente cuanto se ha profetizado.

Pero tan llamativo como ese nombre velado son las pinceladas que describen el entorno en que se producirán las cosas: los pecados de los hijos de la Iglesia (“ah, monjes, sacerdotes y frailes, si no cambiáis de vida, también vosotros seréis hechos trizas”); la riqueza precedente y abruptamente finalizada (“mas decidme, ciudades ricas y ornamentadas, que habéis devenido en pocilgas… Que ni les han de valer las torres ni sus fuertes muros”). O cuando predice la división de España, o la violencia que anegará Europa -e Italia en concreto-. O la vuelta de un islam violento («vendrá el Turco Moro gimiendo como un toro, haciendo estragos con brasas de hierro y goma…”).

Cierto, no dejan de ser descripciones aplicables a muchas épocas, a muchos tiempos, pero ese enigmático “papa B” enmarcará todo en una dimensión históricamente concretable.

¿Qué puede ser ese enigmático papa B? ¿Quién puede ser? Y si en todo se mostró fray Bartolomé expreso aquí quiso jugar con el misterio. Misterio y juego, cierto, por cuanto tratándose de estrofas uno acaba buscando la rima posible. Y juego por cuanto Bartolomeo usó una métrica y una rima irregular que permiten muchas terminaciones, pero por ello resulta bien posible asignar a esa enigmática “B” una terminación previsible a la luz de lo dicho: la terminación en “eo” (el original está en italiano). Y por eso quedó marcado el año 2005 cuando al Papa reinante le dio por llamarse, en italiano, Benedetto.

Pero no es más que un vaticinio. Uno más entre tantos otros. Y así lo dejo, como curiosidad para estos tiempos oscuros porque, junto con males y dolores, el venerable Bartolomeo nos dejó esperanzadores cantos a una renovación de la Iglesia:

“la Iglesia en oriente,
¡oh, afortunada gente
que la veréis plantada y renovada.
Vedla tan bella como al principio,
tú, luciente estrella,
que darás inicio
a tan bello edificio.
¡Oh, que recompensa!
¡Oh, feliz suerte!”.

Fuentes: Cesar Uribarri para Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos

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Carta de un niño de 7 años que pidió como regalo de Navidad una Casulla y un Misal, y luego fue Papa [2012-12-20]

Una Casulla verde, un Misal y un Sagrado Corazón pidió el pequeño Joseph Ratzinger como regalo de Navidad de 1934. Fueron sólo tres cosas que ya auguraban su futuro sacerdotal.

El pedido figura en un papel que escribió con sus hermanos María y Georg, que se exhibe en Munich.

Hasta el 6 de enero se expone en Múnich la carta que el pequeño Joseph Ratzinger, de siete años, escribió al Niño Jesús en 1934 pidiéndole sus regalos de Navidad.

El documento fue hallado hace años en su casa de Pentling (en el municipio alemán de Ratisbona) durante unas obras de restauración.

Es un único papel – era caro y había que ahorrar, pues sus padres no disponían de grandes medios económicos- en el que figuran las peticiones de sus hermanos Georg (tres años mayor que él y aún vivo) y María (la primogénita, fallecida en 1991).

«Querido Niño Jesús», empieza el futuro Papa: «Dentro de poco descenderás sobre la tierra. Querría que me trajeras un misal, una casulla verde y un Corazón de Jesús. Seré siempre un niño bueno. Saludos. Joseph Ratzinger».

En la Baviera natal de los Ratzinger es el mismo Niño quien trae los regalos de Navidad, según una tradición vigente también en muchos otros países europeos.

Georg, de 10 años, pedía para sí una partitura de música y una casulla blanca, aunando ya entonces las dos grandes vocaciones que han dado sentido a su vida como sacerdote y director del coro de la catedral de Ratisbona. En cuanto a María, de 13 años, pedía un libro de dibujos.

Las petición por Georg y Joseph de unas casullas no es una excentricidad. El «jugar a misas» era relativamente frecuente entre los niños de aquella época y no sólo en Baviera, también en España. En su libro-entrevista con Michael Hesemann, Mi hermano, el Papa, Georg recuerda que algunas de esas casullas se las bordaba su misma madre o una costurera.

Fuentes: Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos

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Exorcismo de 27 legiones de demonios gracias a Juan Pablo II [2012-09-11]

Francesco Vaiasuso, un galerista de arte en Sicilia, escribió un libro donde relata que estuvo por años poseído por 27 legiones de demonios y que gracias a la aparición de Juan Pablo II, que le indicó como liberarse, lo pudo hacer.

Más allá de que este relato sea incontrovertible o no, demuestra una vez más la credibilidad exorcística de Karol Wojtyla, verdaderamente un excepción: a los 38 años obispo, a los 47 cardenal y a los 58 papa.

Poseído por el demonio desde que tenía 4 años y hasta que cumplió 31, Francesco fue poseído por 27 legiones del ejército de de satanás. Pero pudo liberarse gracias muchos exorcistas recibiendo también la ayuda fundamental de los santos, entre ellos Juan Pablo II, que se le apareció durante las crisis más violentas para consolarle y, al mismo tiempo, indicarle la salida.

Francesco Vaiasuso (galerista de arte de 40 años en Álcamo, Sicilia), escribió el libro  “Mi posesión. Cómo me libré de 27 legiones de demonios” con Paolo Rodari, vaticanista del periódico italiano “Il Foglio”, donde relata que  satanás ordenó que sus seguidores poseyeran su cuerpo durante todos estos años, pero esta presencia maléfica fue derrotada por los santos, lanzando de este modo un mensaje a muchos de los que tienen dudas acerca de la existencia del mundo preternatural, un mundo malvado más allá de la vida material, y del mundo sobrenatural.

Las primeras manifestaciones de la presencia demoniaca fueron las enfermedades. Años de sufrimientos incurables, por lo menos según los médicos.

Después un retiro espiritual en los montes Dolomitas de Sicilia. Fue un religioso jesuita el que intuyó que los malestares que sufría Francesco, tal vez, podían ser, más que naturales, espirituales. Así que le invitó a recitar una oración con él, que fluía sin dificultades, hasta que el religioso le pidió que renunciara al “espíritu de mediumnidad”. «Renuncio al espíritu de mediumnidad», le dice. Fracnesco trataba de repetir: «Renuncio al… al…». Pero no salía ningún sonido de su boca. Con un esfuerzo inhumano, finalmente, logró decir: «Espí… espí… espí…». No pudo pronunciar la palabra “espíritu”.

Lentamente, después de varios minutos, logró pronunciar otra palabra que parecía algo como «medianía». En realidad era un conjunto de sílabas sin sentido. También comenzaba a babear un poco. El religioso le ofreció un pañuelo para que se secara. Era solo un síntoma, nada más, de que algo oscuro habitaba en su interior.

Francesco estaba de acuerdo, por lo que pidió a algunos religiosos de confianza que le dieran un consejo. Y así fue como llegó a hablar con el padre Matteo La Grua, un importante exorcista de Palermo.

La primera vez que se encontraron fue dramática. Francesco, ante el exorcista, perdió completamente el control. Babeaba, gritaba, sentía que algo o alguien estaba dentro de sí y que lo controlaba. Pero no había perdido su lucidez, comprendía lo que estaba sucediendo y que no era él el que reaccionaba de esa forma tan violenta.

Y esta, como habría entendido tiempo después, es la particularidad de su caso: un caso único de lucidez; un poseído, sí, pero siempre consciente, incluso durante los exorcismos más difíciles. Sí, los exorcismos, porque Francesco sufrió cientos de ellos, durante años. Los mejores exorcistas sicilianos trataron de ayudarlo pero no obtuvieron resultados convincentes.

Pero Francesco también recibió otro tipo de ayuda. Y, que quede claro, Francesco no pretende convencer a nadie. Sin embargo, él mismo sostiene que durante los exorcismos, antes de la liberación definitiva, llegaban los santos a apoyarlo y consolarlo. Durante las posesiones más violentas, en un cierto momento, su rostro cambiaba de expresión radicalmente y se serenaba.

Sucedía cuando los santos, entre los que estaba San Pío de Pietrelcina, bajaban del cielo para consolarlo: «Francesco, también yo sufrí mucho, como tú», le habría dicho una vez el padre Pío.

«Pero tu sufrimiento está ayudando a muchas personas. Resiste, dentro de poco estarás libre».

APARECE JUAN PABLO II

Y después Juan Pablo II. Sus apariciones son de lo más irreal y, al mismo tiempo, prodigiosas de lo que se pueda imaginar. Un día, Juan Pablo II lo habría llevado al cielo. Aquí, en la tierra, su cuerpo se habría quedado completamente disociado ante un sacerdote que rezaba por él.

Arriba, en el cielo, su alma dialogaba con Juan Pablo II, que, vestido como el día de su elección como sucesor de Pedro, le dijo: «Tú debes ir ahí», señalando un punto preciso. Francisco se giró para ver hacia dónde señalaba y vio la Plaza San Pedro, llena de peregrinos hasta la Vía de la Consolación.

¿Este libro trata de llegar también a la Iglesia, a la Iglesia que le cuesta creer en la existencia de Satanás? Es difícil decirlo. Al final, permanece la sorpresa, la expectación por comprender por qué y cómo, desde que tenía 4 años, Satanás entró al cuerpo de Francesco.

Un enigma que se va revelando página tras página, la aventura de Francesco que descubrió, pocos días antes de la liberación, que todo se había originado en su interior.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos


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