Hay sucesos que quedan impresos en la memoria colectiva porque su impacto es muy grande.
Uno por ejemplo fue el asesinato de John Fitzgerald Kennedy.
Y otro caso es el atentado que sufrió el Papa Juan Pablo II en la plaza San Pedro, del que se cumplen 40 años el 13 de mayo de 2021.
Sin embargo, hay detalles que recién terminan de conocerse del ataque al santo polaco y su recuperación, que queremos contarte
Se conocen detalles de la intervención sobrenatural de la Virgen María y dos monjas que se bilocaron para ayudar.
La humanidad se vio conmovida el 13 de mayo de 1981, cuando el Papa Juan Pablo II fue atacado con un arma de fuego, en su ronda habitual para saludar desde su vehículo a los fieles que se agolpaban en la Plaza de San Pedro.
El joven extremista turco de 23 años Ali Agca le disparó varias veces con una Browning calibre 9 milímetros y dos proyectiles impactaron en el estómago, otra en el brazo y una en la mano izquierda del Papa polaco.
Ese día era la fiesta de Nuestra Señora de Fátima.
Y se afirma que la intervención de la Virgen que apareció a los tres pastorcitos: Lucía, Jacinta y Francisco en 1917, desvió la bala en el estómago.
El propio San Juan Pablo II diría que “una mano disparó y otra guió la bala», aludiendo a una intervención sobrenatural que salvó su vida.
¿Qué había ocurrido? Los proyectiles no impactaron en la aorta abdominal por unos milímetros, de haberlo hecho, el Papa no habría sobrevivido.
Igualmente la intervención quirúrgica en el Hospital Universitario Gemelli de Roma duró más de cinco horas, mientras el Papa se desangraba.
El trabajo de los médicos fue un éxito aunque el Papa sufriría las secuelas del atentado toda su vida.
Juan Pablo II diría después que “justo en el momento de caer, tuve el presentimiento de que me salvaría”.
El cielo le había hecho saber que no moriría aún.
Y también se salvaron dos personas que fueron heridas por otras balas de Agca.
En tanto el agresor turco había sido inmovilizado por los presentes y llegó el jefe de la seguridad papal, que le arrebató el arma y luego lo llevó detenido.
Occidente había estado en vilo, hasta que el Papa grabó un mensaje que llevó tranquilidad a la feligresía mundial el domingo 17 de mayo.
En el tramo final, Juan Pablo II dijo: “Me siento especialmente próximo a las dos personas que resultaron heridas junto a mí. Rezo por el hermano que me disparó, y a quien he perdonado sinceramente. Unido con Cristo, sacerdote y víctima, ofrezco mis sufrimientos a la Iglesia y al mundo. A ti, María, te repito: Totus tuus ego sum [soy todo tuyo]”.
En ese momento supimos que Nuestra Señora había intervenido.
Tan solo un año después, en 1982, Juan Pablo II sería nuevamente atacado por un cura español ultra-conservador llamado Juan Fernández Krohn con un puñal.
Esto ocurrió en el santuario de Fátima, Portugal, mientras el Papa le agradecía a la Virgen por haberlo ayudado a sobrevivir al atentado de 1981.
Este acto se mantuvo oculto hasta varios años después.
El 23 de diciembre de 1983, Juan Pablo II visitó a Alí Agca en la prisión de Roma para transmitirle su perdón, fue indultado en el año 2000 por petición del Papa, salió libre en 2006, pero fue extraditado a Turquía donde fue condenado por otros delitos y finalmente liberado en el 2010.
Y en la visita que Juan Pablo II hizo a Alí Agca éste le preguntó
«¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debía y sé que la bala era devastadora y mortal. ¿Quién era esa Fátima, de la que hablan todos?»
En el 31 aniversario de ese encuentro, en el 2014, Alí Agca fue al Vaticano a depositar un ramo de flores sobre la tumba del pontífice con lágrimas en los ojos.
¿Por qué entonces no murió Juan Pablo II?
El propio Papa atribuyó su salvación a la intervención de la Virgen de Fátima.
Sólo tres semanas después del ataque pidió que le trajeran el contenido del tercer secreto dado por la Virgen en Fátima.
Eran dos sobres, uno con la traducción al italiano y otro con el manuscrito original de Sor Lucía en portugués.
El 14 de agosto, Juan Pablo II regresó al Vaticano y no dejó de hacer notar la ligazón entre el aniversario de la aparición de la Virgen en Fátima un 13 de mayo y con los pastorcitos y él.
Por eso hizo colocar la bala en la corona de la estatua de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, como signo de agradecimiento y devoción a la Virgen María.
También transportaron una estatua de la Virgen de Fátima a Castel Gandolfo.
Y en Polonia, a su pedido se construyó una capilla en la frontera con la Unión Soviética donde depositaron a la Virgen de Fátima mirando a Rusia.
Finalmente, el 25 de marzo de 1984, en la Fiesta de la Anunciación, Juan Pablo II consagró a todos los hombres y pueblos a María Santísima en unión espiritual con los obispos del mundo.
Y luego Sor Lucía de Fátima confirmó que ese acto de consagración fue aceptado por el Cielo, aunque subsiste la duda si fue aceptado en la calidad de respuesta a lo que pidió la Virgen.
Y en 1989 cayó el muro de Berlín de una manera asombrosa, sin disparar un solo tiro y luego se desintegró la Unión Soviética.
Por otra parte, el 13 de mayo del 2000 beatificó a los primos de Sor Lucía y videntes de la Virgen de Fátima: Francisco y Jacinta Marto, quienes murieron a corta edad.
Ese año, que era el jubileo, fue publicada la tercera parte del secreto de Fátima, que habla de “un Obispo vestido de blanco y que es muerto ante una cruz”.
Aunque subsiste la duda si no existe una hoja adicional escrita por Sor Lucía donde detallaba el secreto con más información.
Pero hay dos acontecimientos ligados al trágico atentado y a la salvación de Juan Pablo II que no son muy conocidos y que apuntan a que la Virgen de Fátima no actuó sola para salvar al Papa.
Por un lado habría tenido el auxilio de Sor Cristina Montella o Hermana Rita del Espíritu Santo, una monja agustina de clausura, mística, cuyo director espiritual había sido el padre Pío de Pietrelcina, con quien se bilocaba para atender enfermos.
Recibió los estigmas y tenía el don de sacar las almas del purgatorio y muchos más.
En el libro “La monja que salvó a Juan Pablo II”, la periodista Cristina Siccarda, revela que el padre Pío predijo el atentado de Alí Agca a Juan Pablo II.
Y que la Hermana Rita estuvo en bilocación en ese momento junto a la Virgen María.
Sor Rita del Espíritu Santo, conocida como la niña del Padre Pío, falleció en olor de santidad el 26 de noviembre de 1992 en el monasterio de clausura de la Santa Croce sull’Arno.
El padre Franco D’Anastasio, que mantuvo numerosas conversaciones con Sor Rita, relató los sucesos de la Plaza San Pedro, recién tras su muerte.
Y confirma que unas de sus bilocaciones fue aquel fatídico 13 de mayo de 1981 a la plaza San Pedro.
Por otra parte, en su declaración ante el juez, Mehemt Ali Agca expresó que una monja desvió el tiro cuando él disparó, de lo contrario habría sido mortal.
La propia mística reveló al padre D’Anastasio que ella protagonizó ese suceso y añadió que la Santísima Virgen María estaba presente en la Plaza.
En 2006, con motivo del vigésimo quinto aniversario del atentado del Papa, el cardenal Stanis?aw Dziwisz recibió una declaración firmada por el padre D’Anastasio, y refrendada por un notario, en la que figuran las palabras exactas que le refirió entonces sor Rita Montella.
Pero el Papa llegó al Policlínico Gemelli desangrándose y aquí habría tenido lugar la intervención de una segunda monja en la curación del Papa.
Casi a la misma hora, otra mística, la Madre Esperanza, fundadora de la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso, se desangraba en su claustro por la boca y llenaba toallas con sangre.
Todo indica que la Madre Esperanza de 87 años estaba reparando las heridas recibidas por el Papa.
Fue atendida por el doctor Tommaso Baccarelli, quien al ver el estado deteriorado de la anciana mística pensó en hacerle una transfusión, lo cual se decidió no realizar ya que sus glóbulos rojos estaban en perfecto estado y no había signos de anemia curiosamente.
“Mientras barruntaba el peligro inminente que amenazaba la vida de Juan Pablo II, la Madre Esperanza había renovado una y otra vez su oblación, sumida entre agónicos espasmos”, de los que salió indemne y murió en 1983, según relata un libro sobre su vida.
El exorcista Giovanni Ferrotti, sostiene que la enfermedad y las hemorragias de la Madre Esperanza estaban relacionadas con la herida que sufrió Juan Pablo II, que ella ofreció en sufrimiento para la cura del Papa.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre este atentado que el Cielo permitió que sufriera hace 40 años el santo Juan Pablo II, donde tuvo la intercesión de la Virgen de Fátima, de otra monja que se bilocó y desvió el disparo, y otra que monja que de desangró tomando las heridas del Papa.
Y me gustaría preguntarte si piensas que Juan Pablo II tuvo ayuda sobrenatural para salvarse y curarse, o que es sólo una leyenda.
En todas las partes del mundo donde se celebra la Misa y en todas las épocas, Jesús Sacramentado se ha manifestado de formas extraordinarias.
Y lo ha hecho ante los ojos admirados de creyentes, descreídos y sacrílegos, para el bien de todas las almas.
Milagro Eucaristico de Bolsena
Lo ha hecho mediante los denominados Milagros Eucarísticos. .
Que nos ponen de manifiesto cuál es el inmenso valor de la Eucaristía. .
Porque en Ella se encarna y toma Cuerpo Jesucristo, cada vez que el sacerdote pronuncia las palabras de la consagración.
Y esto nos lo recuerda Dios de vez en cuando permitiendo que hasta los incrédulos vean la transustanciación.
Este Informe condensa la mayor parte de lo que Foros de la Virgen María ha investigado sobre el tema, y sobre el final del Informe se pueden ver los links para leer cada historia concreta.
El trabajo de análisis que a partir de aquí ha hecho María Rosa Gutes ha sido impresionante, vale la pena leerlo.
MILAGROS DE TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE
En la categoría de la transustanciación sensible se cuentan numerosos milagros, ya sea, en su mayor parte, para resolver las dudas de fe de los sacerdotes, o bien para abrir los ojos a los sacrílegos, sobre el alcance y la maldad de sus obras y esto último, en no pocos casos, con el efecto de convertirlos, al manifestarse ante ellos nuestro Adorable Redentor como un Dios que se deja torturar y martirizar en silencio, tantas veces como los hombres se dejan vencer por el pecado.
En otras pocas ocasiones, no existe más razón aparente para el milagro, que una gracia de Nuestro Señor a determinadas personas, especialmente devotas.
LA TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE COMO UNA GRACIA ESPECIAL PARA LOS FIELES
Especialmente destacable es el milagro ocurrido en 2013, y que está todavía siendo objeto de investigación, en el Templo María Madre de la Iglesia, en la colonia Jardines de la Paz, en Guadalajara (México). Sucedió estando el sacerdote en oración de adoración ante el Santísimo, solo, al mediodía.
Tenía los ojos cerrados y percibió un resplandor al mismo tiempo que oyó una voz que le anunciaba, que ese mismo día se iba a manifestar en esa comunidad para bendecirla, pidiéndole que repicaran las campanas para convocar a todos, y que dispusiera su pequeño sagrario de adoración particular y la custodia en el altar, esperando hasta las tres de la tarde para abrir el sagrario, momento en que haría un milagro en la Eucaristía, denominado, “Milagro de la Eucaristía en la Encarnación del Amor junto con Nuestra Madre y Señora”.
Pidió al devoto sacerdote que lo transmitiera “a sus apóstoles” (los sacerdotes) para que les sirviera en su conversión.
En la hora anunciada, al abrir el Sagrario, el Santísimo Sacramento estaba bañado en sangre, brotando la sangre del centro de la Hostia. Tal como comunicó el Arzobispado de Guadalajara, sujeto a la verificación oportuna, hay que ver en el acontecimiento
“la Providencia de Dios para fortalecer nuestra fe y devoción para los que somos católicos, en Jesús Eucaristía, que se hace presente en cada Misa, y valorar este prodigio cotidiano…”.
En 1171, en Ferrara (Italia), en la Basílica de Santa María de Vado y en la misa del día de Pascua, cuando el sacerdote fraccionó la Hostia, ésta salpicó Sangre, que incluso manchó el techo de la bóveda situada encima del altar. Algunos refirieron haber visto también a un Niño en la Hostia, siendo Ésta de color sanguinolento.
En 1330, Walldürn (Alemania), otro sacerdote derramó accidentalmente, durante la consagración, el vino del cáliz, el cual, convertido en Sangre, formó sobre el corporal la imagen de Cristo crucificado. De esta imagen partían, además, varias ramificaciones, con la imagen del rostro de Cristo coronado de espinas.
El sacerdote, algo asustado, lo mantuvo en secreto hasta que lo confesó poco antes de morir. El Papa Eugenio IV confirmó el milagro en 1445. Y el corporal del milagro se ha conservado y venerado hasta hoy, en la Basílica Menor de San Jorge de Walldürn.
Milagro Eucarísitico de Buenos Aires
En el milagro de Asti(Italia), 1535, cuando un sacerdote estaba partiendo la Hostia, al celebrar la misa, vio que destilaba unas gotas de sangre, de las cuales tres cayeron en el cáliz, y otra quedó pendiendo de la Hostia.
Admirado, llamó a los que asistían a la celebración a contemplar el prodigio, que quedaron igualmente maravillados. En el momento de la santa comunión, la Hostia recuperó su apariencia ordinaria. Se cuenta que el milagro consiguió la fe y la subsiguiente conversión de unos soldados herejes.
También en Asti, 1718, otro sacerdote, en el momento de la elevación de la Hostia se dio cuenta de que estaba partida por la mitad y ensangrentada en el borde fragmentado, del que cayeron algunas gotas de Sangre, manchando los bordes y la base del cáliz (que así se conserva en la Catedral de Asti), así como el corporal.
En Florencia(Italia) 1230, en la Iglesia de San Ambrosio, un sacerdote dejó un poco de vino consagrado en el cáliz y al día siguiente descubrió que se había convertido en sangre coagulada.
En 1595, se produjo también en Florencia otro milagro, consistente en que un incendio destruyó aquella iglesia, pero dejó a salvo las Hostias consagradas, las cuales, tras caer al suelo mientras intentaban salvarlas, pudieron ser recuperadas incólumes y unidas entre sí, sobre una alfombra que estaba ardiendo.
Estas Hostias y la Sangre coagulada se conservan en sendos relicarios, para la adoración de los fieles.
En el milagro de Meerssen (Holanda), 1222, un sacerdote fue igualmente testigo de cómo la Hostia que acababa de consagrar, destilaba gotas de sangre, que mancharon el corporal.
Aquella misma Hostia ensangrentada, se salvó en 1465 del incendio que destruyó la iglesia, por la intervención un feligrés. Lo que demuestra que la Hostia consagrada también siguió salvándose como testigo.
En 1194, en Augsburg (Alemania), donde en aquella época todavía no se facilitaba la adoración al Santísimo Sacramento, una mujer decidió no consumir la Hostia que había recibido en la comunión y en su lugar la guardó en un pañuelo para su adoración particular.
Sin embargo, como tenía remordimientos, en 1199 lo confesó, teniendo que devolver en consecuencia la Hostia que había retenido ilícitamente.
Fue entonces cuando se constató, que ésta se había convertido en un trozo de Carne sanguinolento, el cual, fue estudiado científicamente y visto que se trataba realmente de Carne y Sangre humanas, y por tanto de nuestro Redentor, se ha conservado en el Convento de Heikig Kreuz como el “Bien Milagroso” (Wunbderbarlichen Gutes).
Da que pensar este milagro, sobre la gracia que supuso el que ocurriera, en un momento en que no se tributaba a Jesús Sacramentado el honor que le es debido, y que, sin embargo, aquella mujer le quiso tributar.
LA TRANSUSTANCIACIÓN COMO SIGNO Y SÍMBOLO DE VICTORIA DEL CRISTIANO
Distinto significado tiene el milagro de Daroca (España), que data de 1239. Unos capitanes de las tropas cristianas que se disponían a luchar contra los moros, pidieron que antes se celebrara una misa en campaña.
Durante la Consagración hubo que interrumpir la misa, por un ataque del enemigo, de modo que las formas consagradas se ocultaron en el corporal en un pedregal del monte. Combatido y vencido el moro, pidieron tomar la comunión en acción de gracias por la victoria.
Fue entonces que, no sabemos si por la fe de los combatientes cristianos, o por el dolor que al Señor había de causar la propia situación del combate, las Hostias consagradas se encontraron ensangrentadas y manchado el corporal que las envolvía. Con dicho corporal se hicieron un estandarte y le atribuyeron después la victoria frente a los moros en la reconquista del castillo de Chío.
DIOS NO PERMITE A SUS SACERDOTES DUDAR DE LA TRANSUSTANCIACIÓN
En el milagro de Lanciano (Italia), que data del año 700, un Monje de la Orden de San Basilio dudaba (influenciado por el ambiente de herejías que lo negaban) de la presencia de Nuestro Señor en la Eucaristía.
Combatía sus dudas con la oración cuando un día, tras las Consagración, vio la Hostia convertida en un círculo de carne y el vino en sangre.
La Carne y la Sangre, conservadas y expuestas públicamente en un altar monumental, se comprobó científicamente que procedían de un ser humano y se conservan milagrosamente hasta hoy, en las condiciones propias de un organismo vivo.
Más concretamente, se trata de carne de un corazón y la sangre, aunque dividida en 5 porciones de distinto tamaño y forma, cada una y el conjunto de todas ellas pesan lo mismo. Lo cual es perfectamente explicable, teniendo en cuenta que el Señor está presente en cada partícula del Santísimo Sacramento del Altar.
El mismo Jesús le dijo a Santa Catalina:
“vosotros recibís toda la esencia divina en aquel dulcísimo sacramento que está bajo la blancura del pan. Y así como el sol no se puede dividir, así todo Dios y todo hombre no se puede dividir en esta blancura de la Hostia.
Supongamos que la Hostia se divide y aún si fuese posible hacer miles de migajas, en cada una está Cristo, todo Dios y todo hombre… dividiendo esta Hostia no se divide ni Dios no el hombre, porque en cada parte está el todo y no disminuye en sí mismo, como sucede con el fuego, según el siguiente ejemplo: si tú tuvieses una llama, ella no disminuiría y tampoco cada uno tendría el todo.
Es verdad que hay quien participa más y quien menos de esta llama porque cada uno recibe el fuego según la materia que lleva… El hombre lleva su vela, que es el deseo santo con el cual se recibe y se toma este sacramento, pero tal vela en sí misma está apagada y se enciende cuando se recibe la Eucaristía”.
Ya en el año 1010, en Ivorra (España), otro sacerdote fue liberado de la misma duda cuando, celebrando la Santa Misa y durante la consagración, el vino vertido en el cáliz se trocó en Sangre visible, que además se desbordó y derramó por el altar, llegando hasta el piso.
El entonces Obispo de Urgell, San Ermengol pudo constatarlo personalmente, luego que supo de lo ocurrido y el Papa, Sergio IV certificó el milagro mediante una Bula pontificia, la cual se conserva junto a las Reliquias del milagro en el mismo lugar donde sucedió y en el Santuario que allí se edificó, en 1663, con el fin de poder dar cabida a los innumerables peregrinos que acudían atraídos por la noticia y los Signos sagrados del milagro.
De 1263 es el llamado milagro deBolsena (Italia), ocurrido un año antes de la institución de la Fiesta del Corpus Christi por el Papa Urbano IV, quien ya dos años antes, en 1261, había tenido noticia del Milagro de Daroca, al que nos referiremos después.
El sacerdote ante quien se produjo el milagro de Bolsena, al igual que en el caso de Lanciano, dudaba de la transustanciación y por este motivo había peregrinado hasta la tumba de San Pedro en Roma, para pedir la gracia de una fe fuerte.
Mientras celebraba la Santa Misa en la Iglesia de Santa Cristina de Bolsena, al dividir la Sagrada Hostia, ésta sangró, manchando el corporal, que se conserva y venera en la Catedral de Orvieto.
En 1297, fue un sacerdote de Gerona (España) el que dudando igualmente y durante la misa que estaba celebrando en la Iglesia del entonces Monasterio de las monjas benedictinas, constató que la Sagrada Forma que acababa de ingerir, se había convertido en un trozo de carne empapado de sangre y de tal consistencia, que le era imposible consumirlo, de modo que tuvo que sacárselo de la boca y envolverlo en el corporal.
Allí lo encontró una de las monjas, que había advertido el extraño comportamiento del sacerdote. Éste reconoció lo que había ocurrido y tanto la Hostia del milagro como el corporal manchado por ella, se veneraron hasta que se dice fueron destruidos durante la guerra civil.
En 1310, Fiecht (Austria), a otro sacerdote le asaltó también, de pronto, aquella duda, mientras consagraba el vino, en el Monasterio de San Georgenberg.
Tras la consagración, pudo constatar, con el abad, los restantes monjes del Monasterio y los peregrinos presentes, que el vino era verdadera Sangre, que estaba como hirviendo y se derramó fuera del cáliz.
En 1480, a instancia del Obispo, aquella Santa Sangre, conservada en el tabernáculo del altar mayor desde hacía 170 años, y que atraía a tantos fieles, fue analizada para constatar que estaba fresca, como si hubiera acabado de salir de una herida.
Se custodia todavía en el mismo lugar para adoración de los fieles. Posteriormente, está documentado que, cuando en el siglo XVI se imponían las tesis de Lutero, la Santa Sangre ayudó, en la predicación de los monjes, a conservar el credo católico.
Milagro Eucaristico de Patierno
Otro caso de incredulidad, mezclado además con irreverencia, es el del milagro de Casia (Italia), de 1330.
Un sacerdote había perdido su respeto por la Eucaristía y ejercía su ministerio sin gusto y por rutina.
Llamado para llevar la comunión a un enfermo, en una época en que ello se hacía solemnemente y tocando la campanilla por el camino, lejos de hacerlo así, colocó además la Hostia consagrada dentro del Breviario para transportarla.
Cuando llegó a casa del enfermo, al abrir el libro, se encontró con dos manchas de sangre, una en cada página entre las que había depositado la Sagrada Forma.
Una de las páginas se conserva en Perugia (con un perfil del rostro de Cristo que se formó después en la mancha) y la otra, con la Hostia adherida, en el Monasterio Agustino de Casia, donde se venera.
En Boxmeer (Holanda), 1400, idéntica duda por parte de otro sacerdote, se resolvió igualmente, con la conversión del vino consagrado en Sangre visible, que se derramó del cáliz como si estuviera hirviendo y cayó sobre el corporal, formando un coágulo del tamaño de una nuez, que todavía se conserva en un relicario, en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, donde ocurrió el milagro.
También en Bagno di Romana (Italia), 1412, el prior de la basílica de esa localidad, que por un momento dudó de los efectos de la consagración, asistió al mismo fenómeno de la sangre hirviendo, que el sacerdote del milagro anterior, con la diferencia de que aquí no se formó ningún coágulo, sino que quedó manchado de sangre el corporal, el cual se conserva hasta hoy.
La incredulidad se mezcló de nuevo con la irreverencia en el milagro de Bergen (Holanda), 1421, pues un sacerdote que no creía en la transubstanciación, terminada una misa, arrojó al río las Hostias consagradas que no se habían consumido en aquella celebración.
Algún tiempo más tarde, se hizo pública la noticia del encuentro de unas Hostias con sangre coagulada flotando en el río.
El culto a dicho milagro fue aprobado por el Obispo, y aunque luego prohibido por la reforma protestante, nunca se perdió, entre los católicos, la memoria del milagro.
En disposición de irreverencia, similar al del sacerdote del milagro de Casia y de Bergen -y contemporáneamente al primero de ellos, aunque aquí el año 1300 no es dato indubitado-, un sacerdote de O Cebreiro (España) celebraba la Santa Misa en la inclemencia de un riguroso día de invierno y sin la asistencia de ningún feligrés, cuando vio llegar, exhausto y durante la Consagración, a un fiel asistente de una aldea vecina.
Y en pensando que la misa (para él una simple misa) no merecía el manifiesto sacrificio que el humilde campesino había hecho para llegar, las especies consagradas se le mostraron como Carne y Sangre verdaderas, manchando también los corporales, que se conservan y veneran también hoy, junto a la Hostia del milagro.
En Cimballa (España), 1370, se documenta otro milagro por el cual, dudando también un sacerdote sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, sus dudas se despejaron de la misma forma, convirtiéndose la forma consagrada en un trozo de Carne, que chorreaba Sangre.
Esta Sangre manchó el corporal, el cual se conserva y venera todavía hoy con el nombre de “Santísimo Misterio Dudado”, cada 12 de septiembre, con motivo del aniversario del milagro.
En Ludbreg (Croacia), 1414, otro sacerdote por un momento incrédulo al consagrar las especies, y mientras celebraba la misa en la capilla del castillo de los condes de Batthyány, fue testigo de la real transubstanciación del vino en Sangre, la cual ocultó, asustado tras un muro del altar principal.
Antes de morir lo confesó y la Santa Sangre atrajo desde entonces a la capilla a numerosos peregrinos; documentándose, además, que obró diversas curaciones.
En el siglo XVIII detuvo una epidemia de peste. Y aunque después fue trasladada a Roma durante un tiempo, fue devuelta a Croacia, donde actualmente se la venera.
En 1420, en el Santuario de Guadalupe (España), de nuevo un sacerdote pedía a Dios le liberara de la misma duda sobre la transubstanciación y así, celebrando un día la santa misa y durante la consagración, una gran nube descendió sobre el altar, para abrir paso después a una visión en la cual la Hostia estaba suspendida sobre el cáliz, derramando en él gotas de Sangre, que mancharon el palio y el corporal.
En Macerata (Italia), 1356, en la Iglesia de Santa Catalina, un sacerdote celebraba misa dudando también de la transubstanciación al fraccionar el pan, cuando, antes de la comunión, vio con gran susto, cómo de la Hostia consagrada brotaba un chorro de sangre, que manchó el corporal y el cáliz.
Estas reliquias se conservan en la Catedral de Santa María Asunta y San Julián, donde fueron trasladadas por orden del Obispo, al conocer lo ocurrido.
En Roma (Italia), 1610, en la antiquísima iglesia de Santa Pudenziana, ocurrió otro milagro con motivo de un sacerdote que en determinado momento tuvo también serias dudas sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
La Hostia le resbaló de las manos y cayendo al suelo, dejó una huella indeleble en las gradas del altar de la Capilla Caetani, consistente en una mancha de sangre que todavía puede ser vista en la actualidad.
LA TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE EN HOSTIAS PROFANADAS
Probablemente, el milagro más antiguo de Hostia sangrante sea el que tuvo lugar en Roma en el año 595, ante el mismo Papa, San Gregorio Magno.
En aquella época los fieles llevaban a misa el pan para consagrar, el cual habían elaborado en su casa. Y sucedió que una mujer, durante la misa, se burlaba de que el pan que había preparado ella, por las palabras del sacerdote, pudiera convertirse en Jesús sacramentado.
El Papa, viendo la disposición de aquella mujer le negó la comunión, y pidió a Dios que la iluminase, siendo a continuación que las especies consagradas que había preparado aquella mujer, se convirtieron en Carne y Sangre. La mujer se arrodilló y lloró entonces con gran arrepentimiento.
En 1572, en Gorkum (Holanda), unos protestantes invadieron y saquearon la ciudad, incluyendo la Catedral, donde violentaron el tabernáculo y, extrayendo la Custodia con el Santísimo Sacramento, uno de ellos lo pisoteó con sus botas de clavos, haciéndole tres agujeros, por los cuales sangró.
En vista de ello, uno de los profanadores se arrepintió. La Hostia se venera desde entonces, y como en 1594 fue donada al Rey Felipe II de España, por eso se custodia en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (España).
En Herkenrode-Hasselt (Bélgica), 1317, un párroco fue llamado para administrar los Santos Sacramentos a un fiel que estaba gravemente enfermo.
Al llegar a casa de éste, dejó la Hostia consagrada en la entrada, dentro de la cajita donde la llevaba y metida ésta en una bolsa, y fue a confesar al enfermo, mientras un familiar tuvo la curiosidad de ver qué había en la bolsa, hasta el punto de meter los dedos para tocar la Hostia, dejándolo todo, después, como lo había encontrado.
Cuando el sacerdote fue a buscar la Hostia, observó que había sangrado y aún, que estaba en ella impresa el rostro de Cristo coronado de espinas.
Hasta 1796 fue conservada en un relicario en el monasterio de la localidad, al que se dice libró de un incendio y donde se dice que obró muchas curaciones. Luego se trasladó a la Iglesia de San Quintín, en Hasselt.
En Bruselas (Bégica), 1370, se hurtaron unas Hostias consagradas, por encargo de un mercader contrario al catolicismo, el cual murió asesinado en circunstancias no aclaradas.
La mujer temía que fuera una venganza de Dios y se deshizo de las Hostias entregándolas a unos amigos de su marido, que acuchillaron las Hostias, las cuales sangraron para sorpresa de los profanadores, que las vendieron a un mercader católico.
Dicho mercader contó la Historia al párroco de la Iglesia de Notre Dame de la Chapelle y las Hostias fueron trasladadas solemnemente a la Catedral de Santa Gúdula, donde varios vitrales reproducen las escenas del milagro.
En Middleburg-Lovaina (Bélgica), 1347, una mujer de la nobleza muy devota, convocó a todos sus familiares y empleados a una misa, en su casa. Entre los invitados había un joven que llevaba una vida de pecado, pero que a pesar de ello se acercó a comulgar.
Tras ingerir la Hostia, sintió que tenía un trozo de carne ensangrentada, sacándoselo de la boca, de forma que la Hostia manchó la tela que cubría el comulgatorio.
El sacerdote tomó la Hostia y la guardó en el tabernáculo, al tiempo que el joven tomó conciencia de su estado, se convirtió y desde entonces fue gran devoto del Santísimo Sacramento.
Milagro Eucarístico de Casia
En Poznan (Polonia), 1399, se sustrajeron tres Hostias consagradas para martirizar en ellas a Nuestro Señor.
Fue así cómo emanaron también sangre, la cual salpicó a una de las chicas del grupo de profanadores, que siendo ciega, al instante recuperó la vista.
Asustados de lo que estaban presenciando, intentaron destruir las Sagradas Hostias sin conseguirlo, para arrojarlas después a un pantano, sobre el cual un pastor las vio elevarse, inmersas en una potente luz. De allí descendieron a ruegos del Obispo.
En Dijon (Francia), 1430, una mujer que desconocía totalmente la religión católica, compró una custodia que había sido sustraída y contenía una Hostia consagrada.
Con un cuchillo intentó sacar la Hostia de la custodia y en ese momento observó que empezaba a sangrar. Con la sangre se formó una imagen del Señor, sentado y rodeado de varios instrumentos de su pasión.
La Hostia de aquel prodigio se veneró en Dijon hasta que, en 1794, la iglesia fue confiscada por el poder municipal, como tributo a la “diosa” razón. Se dice que entonces la Hostia fue quemada. La Catedral de Dijon reproduce en sus vitrales algunas escenas del milagro.
En Bois-Seigneur-Isaac (Bélgica), 1415, donde en 1424 se erigió un Monasterio, un feligrés tuvo tres apariciones del Señor cubierto de llagas, en la tercera de las cuales le dijo “ve a la capilla de Isaac. Allí me encontrarás”. Al mismo tiempo, el párroco escuchó una voz que le ordenó celebrar la misa en esa misma capilla.
Al desplegar el corporal, se dio cuenta de que se había pegado un trozo de Hostia de la misa anterior y cuando fue a desprenderla de la tela para consumirla, sangró visiblemente y así durante cuatro días, hasta el día de Pentecostés, en que se coaguló y secó, dejando manchado el corporal, que se venera desde entonces en ese lugar.
En 1996, el Papa Francisco, entonces Arzobispo deBuenos Aires, fue testigo directo del milagro acaecido en una Iglesia de la capital bonaerense. Alguien había abandonado una Hostia consagrada, dejándola en un candelabro.
El sacerdote, en lugar de consumirla, decidió colocarla en un recipiente con agua en el Sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento, esperando que se disolviera.
Pero pocos días después, la Hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta.
Examinada científicamente, resultó ser una muestra de un corazón humano vivo, sometido a estrés severo (traumatizado o golpeado), que era imposible, científicamente, que se hubiera mantenido en agua conservando sus células con vida.
Tras los pertinentes estudios, concluyeron que las características de la sangre del milagro de Buenos Aires, resultaban coincidentes con las de la sangre de la Sábana Santa de Turín, del Santo Sudario de Oviedo, y de la también Hostia sangrante del milagro de Lanciano (Italia).
PRODIGIOS OBRADOS POR HOSTIAS CONSAGRADAS
LOS SERES IRRACIONALES SE POSTRAN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
En algunas ocasiones, el Señor ha manifestado también su presencia real en la Eucaristía, aunque en otras diversas formas que ahora veremos, y no ya para despertar a los dormidos o tibios, sino para desterrar las herejías en que había desembocado la falta de humildad de algunos cristianos.
Tal era el caso de los patarinos (como se denominaba a los cátaros en el Norte de Italia), que consideraban a la Eucaristía una simple cena conmemorativa y sólo salieron de su error, cayendo de rodillas y adorando con fe y amor a Jesús Sacramentado, gracias al Milagro de San Antonio y la Mula, ocurrido en Rímini (Italia), el año 1227.
Disputando San Antonio de Padua con un miembro de aquella secta, éste le pidió un milagro para crean en la presencia de Jesús en la Eucaristía. A lo que el Santo respondió que eligiera el milagro que quisiera.
Fue así como se tuvo a una mula tres días sin comer ni beber, y al tercero se la llevó a la plaza, para ponerle delante la Eucaristía y una ración de cebada, de forma que, dejando esta última la mula, tras haberla olfateado, y en habiéndole mandado San Antonio, en nombre del Señor, que fuera a hacer reverencia a su Creador, se volvió hacia donde estaba la custodia, y en manifiesta señal de adoración, dobló las rodillas delanteras, e inclinó la cabeza ante nuestro Redentor.
Casi huelga decir que el hereje, confundido y evidentemente convencido, se arrodilló reconociendo también a Jesús en el Santísimo Sacramento.
LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA Y TODA CLASE DE PELIGROS SE DETIENEN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
En el milagro de Stiphout (Holanda), 1342, la iglesia parroquial fue presa de un incendio, y cuando un grupo de valientes feligreses, alertados por el párroco, trataban de acceder al interior de la iglesia, escalándola y valiéndose de una ventana que se abría sobre al altar, observaron maravillados, que las llamas se habían detenido ante el tabernáculo, dejando a salvo al Santísimo Sacramento.
El milagro de Morrovalle (Italia), de 1560, consistió asimismo, en la preservación del Santísimo Sacramento en el incendio que se declaró en la Iglesia de los franciscanos, donde fue rescatada incólume entre los escombros, tras las siete horas que costó atajar el incendio.
El Papa Pío IV reconoció la autenticidad del milagro, una vez constatado que no existía causa natural que de otro modo explicara que la Hostia Santa se salvara. Se conservó hasta 1560, en que se pierde su rastro.
También el fuego protagonizó otro milagro Eucarístico, mostrando como toda la naturaleza se rinde ante su Amo y Señor. Ocurrió en Faverney (Francia), en 1608.
Eso fue en época calvinista, por lo que de nuevo la herejía quedó en evidencia ante la Presencia real del Señor.
Con motivo de la Fiesta de Pentecostés, los Monjes de la Abadía de Nuestra Señora la Blanca prepararon un precioso altar de madera, que adornaron con flores.
Retirándose a descansar, dejaron expuesto el Santísimo con dos lámparas de aceite para iluminarlo y las puertas de la Iglesia abiertas.
Al día siguiente, se había declarado un incendio que amenazaba con destruir el templo, pero observaron que el Ostensorio con el Santísimo Sacramento se encontraba elevado y suspenso en el aire, las llamas no lo tocaban y se inclinaban como en señal de reverencia.
El fuego se pudo sofocar, pero el Ostensorio seguía suspendido en el aire. Estuvo así, durante 33 horas, hasta el momento de la Consagración en la misa que se celebró el martes, en que descendió suavemente.
También se salvaron del fuego, dentro de un tubo de cristal fijado al Ostensorio, una reliquia de Santa Ágata, un pedazo de seda que envolvía la reliquia, una proclamación de indulgencias por el Papa y una carta episcopal en que la cera de la estampa se fundió y corrió sobre el pergamino, sin alterar el texto.
El milagro fue reconocido por la Iglesia, a partir de los testimonios y relatos que se hicieron y la Hostia se conserva perfectamente hasta hoy.
También sobrevivió a un incendio la Hostia consagrada del Milagro de Pressac (Francia), 1643, que habiéndose fundido el cáliz donde se encontraba, fue ello de tal manera, que en su base se formó una bola con el metal fundido, debajo de la cual permaneció protegido el Santísimo Sacramento.
Aquella Hostia fue consumida al día siguiente, pero el Obispo de Poitiers, oídos los testimonios, autorizó el culto a aquel cáliz milagroso con palabras muy acertadas y que sirven para todos los milagros eucarísticos:
“Los Misterios sagrados son incomprensibles si es que el esplendor de la gracia no ilumina a los espíritus con el fin de elevarlos a los altos conocimientos de los admirables efectos de la potencia de Dios y para obligar a los hombres a adorarlo como a Él debemos, la bondad inefable se manifiesta a veces en modo extraordinario obrando Milagros es la Iglesia con el propósito de confirmar la fe católica y confundir los errores de los espíritus infieles”.
Para confusión de la herejía denominada albigense, que rechazaba los Sacramentos, e igualmente por el necesario sometimiento de toda la creación a Nuestro Señor, se produjo el milagro de Aviñón (Francia) de 1433.
En esa fecha el Santísimo se encontraba perpetuamente expuesto desde 1226, en la capilla de la Santa Cruz, junto al río Sorgue, por decisión del Rey Luis VIII, jefe de las cruzadas, en reparación por los sacrilegios que se habían venido cometiendo contra la Eucaristía.
Habiéndose desbordado el río de resultas de unas fuertes lluvias, en 1433, se produjo una gran inundación, por lo que los miembros de la Cofradía de Penitente Grises, que custodiaban la capilla, se dirigieron a ella a remo en un bote, para salvar a la Eucaristía.
Cuando llegaron, el agua cubría la mitad de la puerta de la Iglesia, pero abierta la puerta, encontraron que el pasillo, desde la puerta hasta el altar, estaba completamente seco. El agua se había acumulado formando paredes de agua a derecha e izquierda del pasillo, a unos cuatro pies de altura, de forma que el Santísimo Sacramento permanecía completamente seco.
Hostia sangrante en Guadalajara
No fue ése el único caso en que las aguas se detuvieron ante Nuestro Señor. El 31 de enero de 1906, en San Andrés de Tumaco (Colombia), el Santísimo Sacramento se puso al frente de toda la población, que atemorizada por los signos de un tsunami que se avecinaba, recurrió a la Iglesia con el fin de organizarse en procesión, en la cual llevaron también las imágenes de los santos, para detener el desastre que se abalanzaba sobre la ciudad.
Y cuando la ola gigantesca que se había formado avanzaba hacia la playa donde se encontraban reunidos, el sacerdote que encabezaba la procesión se puso al frente de las aguas, levantó la Sagrada Hostia y trazó con ella en el espacio la señal de la Cruz.
La ola avanzó para estrellarse contra el sacerdote, pero alcanzándole sólo hasta la cintura, para continuar con un movimiento de retroceso hacia el mar, que recuperó su nivel.
El anterior recuerda al milagro de Canosio (Italia), 1630, coincidiendo con el auge de la herejía calvinista. El río Maira se desbordó y arrastrando grandes rocas, se dirigía con la fuerza de las aguas hacia el pueblo.
El párroco propuso a sus habitantes, rogar al Señor que les salvara de aquella amenaza y hacer voto de agradecerlo cada año al Santísimo Sacramento.
Así lo cumplieron, mientras que el párroco, por su parte, llevó la custodia en procesión al torrente, donde impartió la bendición con el Santísimo. Punto en que el nivel de las aguas recuperó la normalidad.
En 1631, Dronero (Italia), un incendio avanzaba sobre la población, causado por la imprudencia de una joven, que había prendido fuego a unas pajas, y el viento lo había avivado, dirigiendo hacia las casas de un barrio de la localidad.
Como sea que el fuego no podía ser controlado, pese a los vanos intentos que en ello se emplearon, un padre capuchino tuvo la idea de recurrir al Santísimo Sacramento, llevándolo en procesión hasta donde las llamas seguían avanzando. Fue así como se las pudo detener, ante la maravilla y el júbilo de todos.
En 1656, Cava dei Tirreni (Italia), sus habitantes fueron librados de la amenaza de la peste, que ya se había cobrado numerosas víctimas entre la población, mediante la bendición impartida con el Santísimo Sacramento desde la cima del monte Castillo, donde y a cuyo efecto el párroco, movido por una gran fe, lo había conducido en procesión.
También Jesús Sacramentado salvó a los habitantes de Morne-Rouge (Isla Martinica), en mayo de 1902, de una erupción volcánica que amenazaba acabar en catástrofe.
Con este fin, se reunieron para orar en la iglesia parroquial, donde el sacerdote expuso al Santísimo, impartió la absolución general, pues muchos deseaban confesarse, y distribuyó la Santa Comunión.
Durante la adoración, una mujer alertó a los presentes de que la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, rodado de espinas, estaba en la Hostia consagrada expuesta y así pudieron verlo todos, hasta su reserva.
Aunque en agosto del mismo año, otra erupción volcánica destruyó aquel pueblo, cobrándose a sus habitantes por víctimas, se cree que murieron en gracia de Dios, por haberse reconciliado con el Señor en el episodio volcánico del mes de mayo referido.
En el milagro de Asís (Italia), 1240, Santa Clara, libró a las hermanas de su comunidad, de la amenaza de lo soldados sarracenos que habían llegado hasta el claustro del convento, y lo logró alzando frente a los soldados el Santísimo Sacramento, al tiempo que imploraba de Éste el auxilio inminente que necesitaban.
Desde el tabernáculo pudo oírse una voz que decía “Yo te protegeré siempre”, y a la petición de la Santa, de que protegiera también la ciudad, añadió, “tendrá que soportar dificultades, pero será defendida por mi protección”. Fue así como los soldados retrocedieron, abandonando el convento.
En igual desafío a la ley de la gravedad que hemos visto en el milagro deFaverney, y demostrando nuevamente lo que ya sabíamos por las Escrituras y su cumplimiento, de que Cristo no está sujeto a ley alguna, y para Dios no hay nada imposible, se produjo el milagro de la Beata Imelda, quien de muy corta edad, recibió la Comunión en el monasterio de Val di Pietra (Italia) mucho antes del tiempo establecido en aquella época por la Iglesia, debido a que Jesús Sacramentado se manifestó suspendido en el aire sobre la pequeña, en señal de querer unirse a ella, como la niña deseaba y como así se cumplió, en el año 1333.
La niña murió seguidamente, de amor a Jesús, como había presentido y su cuerpo se venera, incorrupto, en la Iglesia de San Segismundo, en Bolonia.
En 1848, Italia, San Juan Bosco estaba celebrando una misa a la que asistían 360 jóvenes, cuando se dio cuenta de que sólo tenía ocho Hostias.
Sin embargo, con ellas pudo dar la Comunión a todos, en una manifiesta y bellísima multiplicación milagrosa en la que Jesús como en el Evangelio, quiere que todos se sacien y en este caso no ya de simple pan, sino de Sí mismo.
En el milagro de Scala (Italia), 1732, numerosos testigos que los jueves hacían adoración ante el Santísimo Sacramento, en el Monasterio del Santísimo Redentor, contándose entre ellos a San Alfonso María de Ligorio, cofundador del monasterio, pudieron ver en la Hostia expuesta, durante tres meses, signos diversos de la Pasión de Nuestro Señor.
EL PECADO EXPULSA A JESÚS SACRAMENTADO DE LOS CORAZONES ENDURECIDOS
En la categoría de prodigio se incluye también el que sigue ahora, ocurrido con motivo de sacrilegio. En Mogoro (Italia) 1604, dos hombres que estaban en pecado mortal y que eran conocidos públicamente por llevar una vida disoluta, fueron a misa el lunes de Pascua y se dispusieron a recibir la comunión cuando se vieron forzados a escupir la Hostia, al sentir que les quemaba.
Las dos Hostias dejaron su huella impresa en el suelo, sin que pudiera ser borrada, por lo que se optó por separar del suelo el trozo de piedra que contenía las huellas y custodiarlo debidamente y de modo que pudieran verlo los fieles. Dios antes ablanda una piedra, que el corazón endurecido por el pecado.
EL MILAGRO DE LA CONSERVACIÓN DE LAS HOSTIAS CONSAGRADAS
En casi todos los casos que hemos recogido, de transustanciación visible, se habla también de milagro de conservación de las Hostias que protagonizaron los milagros, pero ¿es acaso extraño o sorprendente, que el Pan del Cielo, en que Jesucristo se hace presente para llevarnos a la vida eterna, que nos da la vida eterna, se deteriore como materia corruptible ?
Si creemos en las palabras de Jesús, que es la Verdad y la Vida, el milagro no consiste pues en la conservación, que es la consecuencia lógica y material de lo que nos ha dicho en el Evangelio, sino que debemos ver el milagro en la Eucaristía misma y sus efectos en nosotros por la Sagrada Pasión de Nuestro Señor.
Otro milagro que sólo lo es de conservación, con las reservas que acabamos de indicar nos merece el calificarlo de milagro por sí mismo, pues no hay en él más ni mejor milagro, que el mismo Jesús Sacramentado, es el del Santísimo Misterio del Monasterio de San Juan de las Abadesas (España), donde la obra escultórica de “El descendimiento de la Cruz”, alberga desde el sigo XI, intacta la Hostia consagrada en 1251, fecha en que se creó la obra, y que fue encontrada casualmente en 1426, con motivo de unos trabajos de restauración, en la cavidad de seis centímetros de diámetro que el escultor había abierto a tal fin, en la frente de la estatua que representa a Jesús Crucificado.
En 1597, en Alcalá de Henares (España), se registra otro milagro del mismo tipo que el anterior y sin haber transcurrido tantos años desde la consagración de las Hostias santas implicadas.
Recuperadas unas Hostias sustraídas por un sacrílego, que se arrepintió y confesó su pecado, descartaron consumirlas por miedo a que pudieran estar envenenadas, dejándolas custodiadas a la espera de que se disolvieran de manera natural.
No lo consiguieron y además las sometieron durante un tiempo a las mismas condiciones que unas hostias no consagradas, observando que estas últimas sí se deterioraron.
En 1936, el contexto socio-político motivó que unos sacerdotes escondieron (se desconoce dónde) las Hostias denominadas del prodigio, con el fin de protegerlas, sin que hayan aparecido hasta la fecha.
En 1907 en Silla (España), unas Hostias consagradas fueron sustraídas y encontradas dos días después ocultas bajo unas piedras.
En 1934, se constató también como milagro su perfecta conservación, cuyos documentos que lo certificaban se destruyeron en un incendio del palacio arzobispal, provocado dos años después por anarquistas o comunistas. En 1982 se inició un proceso canónico para decretar oficialmente y mantener el culto a aquellas Hostias del milagro, que todavía se conservan.
Milagro Eucarístico de Lanciano
LA EUCARISTÍA SIRVE A LA SALUD DE ALMA Y CUERPO
Que el Milagro está en la Eucaristía y no en las manifestaciones visibles y extraordinarias de la misma, lo muestra si cabe más claramente el llamado milagro de Montserrat (España) de 1657, en que una niña encargó en el Monasterio, tres misas para su padre, para liberarle del purgatorio.
La niña tuvo visiones durante las tres celebraciones eucarísticas, en las que su padre estaba presente, primero envuelto en llamas (las cuales pudieron ver igualmente los monjes, cuando mandaron a la niña que acercara a ellas un pañuelo), después liberado de ellas pero todavía no plenamente purificado y finalmente vestido de blanco subiendo a cielo tras la tercera misa.
Los extraordinarios efectos de la Sagrada Eucaristía, han podido ser constatados también entre los vivos, como es el caso del milagro de La Rochelle (Francia), 1461, ocurrido en Iglesia de San Bartolomé, durante la Pascua.
Una mujer se llevó a misa a su hijo de 12 años, mudo y paralítico desde los 7, a causa de un grave accidente. El chico hacía señas para indicar que deseaba comulgar, y al principio el sacerdote se mostraba contrario porque al ser mudo el chico, no podía recurrir a la confesión.
Sin embargo, era tal la insistencia suplicante de aquel pobre desgraciado, que el sacerdote accedió. Y fue entonces que, sacudiendo al muchacho la fuerza del Señor, recuperó el movimiento y el habla, diciendo: “auditorium nostrum in nomine Domini”.
No es menos milagro, aunque simple manifestación del milagro de la Eucaristía, el de las estigmatizadas Marthe Robin (francesa, 1902-1981) y Teresa Newmann (alemana, 1898-1962), que habiéndose ofrecido al Señor para salvar a los pecadores, se alimentaron exclusivamente con la Eucaristía durante varios y largos decenios de su vida.
La primera sin poder deglutir ningún otro alimento, por una enfermedad neurológica, que aceptó como participación en la Pasión del Señor, y la segunda en un ayuno voluntario.
El Jesuita Carl Sträter, que por encargo del Obispo de Ratisbona estudió la vida de Teresa Newmann, declaró que el significado de su ayuno había sido el de
“demostrar a los hombres de todo el mundo, el valor de la Eucaristía, haciéndoles entender que Cristo está verdaderamente presente bajo las especies del pan y que a través de la Eucaristía se puede conservar la vida física”,
cumpliéndose de este modo, como ya observó el Padre que le daba la comunión todos los días, lo que dice Jesús en el Evangelio:
“mi Cuerpo es verdadera comida y mi Sangre, verdadera bebida”.
MILAGROS DE VISIONES DEL NIÑO JESÚS Y DEL ROSTRO DEL REDENTOR EN LA EUCARISTÍA
En algunas ocasiones, es el Niño Jesús el que se ha dejado ver en la Eucaristía. El primer caso que se conoce data del siglo III-IV y se sitúa en Scete (Egipto).
Uno de los padres del desierto creía y sostenía que el pan de la Eucaristía era sólo un símbolo, y cuando los restantes monjes trataron de corregirle, contestó que sólo les creería si ocurriera algo que le convenciera.
Sus compañeros monjes dijeron que rezarían por esa intención y fue así cómo, durante una misa, todos pudieron presenciar que, durante la consagración, un ángel del Señor inmolaba y partía al Niño Jesús.
Además al monje descreído se le dio, para comulgar, la carne empapada en sangre. Al punto en que dijo, “creo Señor”, la carne volvió a tomar la apariencia de pan.
El 3 de mayo (festividad de la Santa Cruz) de1231, en Caravaca de la Cruz (España), el rey moro a quien un sacerdote católico había ido a predicar el Evangelio, se interesó por conocer de primera mano lo que era una Misa y encargó que se celebrara una en su presencia.
Traído todo a palacio para celebrar el Santo Misterio, el sacerdote echó en falta la cruz en el Altar, y en habiéndoselo dicho al rey, éste le advirtió si no sería la que, de repente, dos ángeles trajeron ante la presencia de todos.
Además, el rey, premiado sin duda por buscar a Dios de buena voluntad, tuvo el privilegio de ver al Niño Jesús en el lugar de la Hostia durante la consagración, de modo de que se convirtió al cristianismo, junto con toda su familia.
En Dijon (Francia), el día de Pascua de 1254, mientras el sacerdote estaba distribuyendo la comunión a los fieles en la Iglesia de San Amado, le cayó una Hostia y al ir a recogerla, vio que se alzaba sola en el aire para posarse en el purificador, donde se transformó en el bellísimo Niño Jesús.
El Obispo de Cambrai, cuando supo lo ocurrido, pidió que se le mostrara la Hostia, en la certeza y la fe (incluso al percibir que se trataba a primera vista de una Hostia consagrada en su apariencia habitual), de que, si otros habían podido ver el prodigio, él había de poder también.
Estaba en este pensamiento cuando pudo ver en la Hostia el rostro de Cristo coronado de espinas, del cual caían dos gotas de sangre.
En la revolución francesa desapareció la Hostia, pero en octubre de 1854, el párroco de la Iglesia de San Pierre, la encontró en una caja de madera, bajo el Cristo del altar de los difuntos, con una carta, datada del 5 de enero de 1793, que decía:
“Yo, el que escribe, canónigo de la insigne iglesia colegial de San Amado, doy fe que ésta es realmente la verdadera Hostia del Santo Milagro que yo he rescatado ante del peligro inminente de la profanación y que felizmente la he conservado. La he conservado en esta píxide y he dejado este testimonio escrito de mi propio puño y letra para los fieles que la descubrirán en un futuro próximo”.
También apareció el Niño Jesús en la Eucaristía, en el bellísimo milagro de Moncada (España), en 1392.
Un sacerdote se atormentaba con la duda de que hubiera sido válidamente ordenado, y en consecuencia, de que estuviera realmente administrando los sacramentos a los fieles que tenía encomendados.
Sus dudas eran más que razonables, porque el Obispo que le consagró, había sido ordenado por el antipapa Clemente VII, elegido por los cardenales franceses para sustituir por la fuerza de las armas, aunque sin éxito, al Papa auténtico, Urbano VI. El cisma se había producido con el fin de mantener la sede papal en Aviñón.
Pedía pues a Dios, el pobre sacerdote, que le diera algún signo para sacarle de la duda. Esto sucedió el día de Navidad del expresado año, en que una niña de cinco años, que sería después Santa Inés, refirió a su madre que quería quedarse a jugar con el Niño que el sacerdote había tenido en sus manos durante la elevación.
Al día siguiente, la pequeña vio lo mismo, por lo que su madre lo contó al sacerdote al terminar la misa. El sacerdote habló con la niña, que se mantenía firme y clara en describir lo que había visto, pero aún optó por una última prueba que le confirmara la señal. Se le ocurrió mostrar a la niña dos Hostias, primero una consagrada y luego otra que no lo estaba, y elevando ambas, preguntó a la niña lo que veía. La pequeña dijo ver al Niño Jesús en la consagrada y en la otra un pequeño disco blanco. No hace falta referir la alegría y emoción que tuvo aquel sacerdote.
En Eten (Perú), 1649, se dejó ver igualmente el rostro resplandeciente del Niño Jesús, mientras estaba expuesto el Santísimo para la adoración, con motivo del Corpus, y cuando ya se iba a proceder a la reserva.
Algunos días mas tarde, volvieron a ver al Divino Niño en la Hostia consagrada, además de tres corazones blancos unidos entre sí, como símbolo de la Santísima Trinidad.
Se ha tenido noticia de la reciente aparición del rostro de Jesús en la Sagrada Forma durante la elevación, en Kerala, India, lo cual la Iglesia investiga por ahora con gran reserva.
También en India, en Chirattakonam, en 2001 el sacerdote y los fieles que estaban en adoración pudieron contemplar el rostro de Jesús en la Hostia consagrada, expuesta en la custodia.
Cuentan que, precisamente, ese día tenían previsto leer en la adoración, el capítulo 20 del Evangelio de San Juan, sobre el encuentro de Tomás con Jesús resucitado.
En Burdeos (Francia), 1822, tras impartir el sacerdote la bendición con el Santísimo a los fieles que estaban en adoración, todos pudieron ver al Señor durante veinte minutos bendiciéndoles en la Hostia.
El Arzobispo de Burdeos aprobó el hecho tras oír a los testigos y hoy en esa capilla, conocida como Capilla del Milagro, se venera como reliquia la custodia de la aparición.
En Les Ulmes (Francia), 1688 ocurrió algo similar al caso anterior. Estando expuesto el Santísimo Sacramento y en el momento en que el sacerdote incensaba la custodia y entonaba la estrofa del Pange Lingua “Verbum caro Panem verum”, apareció Jesucristo en la Hostia, en la forma de un joven con el rostro luminoso, el pelo castaño que le caía sobre los hombros, con una mano sobre la otra y una túnica blanca.
Se dejó ver así durante un cuarto de hora ante todos los presentes. Temiendo y con el fin de evitar una profanación de la Hostia durante la revolución francesa, el entonces vicario la consumió.
En Saint-André de la Réunion (Isla de la Réunion), 1902, tras la adoración de las cuarenta horas, el párroco celebraba misa, cuando en el momento de la elevación, vio una aureola luminosa alrededor de la custodia.
Al tiempo de la comunión, pudo ver en la custodia el rostro de Jesús coronado de espinas, con la mirada baja. Tras la celebración, el sacerdote mandó a los chicos más mayores del coro, que fueran al altar a mirar la custodia y volvieron corriendo, con la noticia de lo que también ellos habían acabado de ver. La noticia se difundió y muchos otros fueron testigos de la misma visión. La cual, después, se mudó en un rostro de Jesús ya no coronado de espinas, y posteriormente en un crucifijo. Tras la bendición eucarística, las visiones desaparecieron.
Milagro Eucarístico de Vilakkannoor
EL PODER Y LA INDELEBLE PRESENCIA DE JESÚS EN LAS HOSTIAS CONSAGRADAS
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE CONDUCE A BORDO DE UNOS PECES
A veces, el milagro eucarístico ha consistido en que, sacada la Eucaristía de su lugar y destino natural, ya fuera por accidente, o profanada por la maldad e ignorancia de algunos hombres, se ha revelado de forma extraordinaria en lugares inhóspitos, o indignos de albergar al Señor, para ser devuelta al lugar y culto que le es debido.
Y es que Dios no puede permanecer oculto en el mar, o bajo la tierra, o escondido en cualquier rincón. Como dice el Evangelio, “¿acaso se trae la luz para ponerla debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No es acaso para ponerla en el candelero?” (Marcos 4, 21-25).
Así lo muestra el Milagro de los Peces deAlboraya (España), datado de 1348, en que, por un accidente, las aguas crecidas de un barranco arrebataron a un sacerdote las Hostias consagradas que llevaba a Almácera, donde se le había requerido su presencia.
Tras larga y afanosa búsqueda, fueron halladas las Sagradas Formas en el punto en que el barranco desembocaba en el mar, en la boca de tres grandes peces que las mostraban, poniéndolas a disposición de quienes las buscaban.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE HACE PRESENTE CON LA LUZ DE DIOS
Dentro de la misma categoría de milagro que el anterior, se cuenta el de Patierno (Nápoles), de 1772. Un copón fue sustraído de la Iglesia de San Pedro Apóstol y las Hostias consagradas que contenía fueron enterradas bajo estiércol, en unos terrenos del Duque de Grottolelle.
Fueron encontradas un mes más tarde, por el resplandor que emitían, que intrigó a su casual descubridor.
Estaban intactas, lo cual se constató que era científicamente inexplicable en esas circunstancias. San Alfonso María de Ligorio, entonces obispo, certificó la autenticidad del milagro.
Por lo mismo, aunque se dice que en 1978 fue robado el relicario del milagro de Patierno, y ya no se recuperaron las Sagradas Formas, no se debería descartar y sobre esto abundamos más adelante, que hubieran desaparecido de manera sobrenatural.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE HACE PRESENTE DONDE SEA QUE LE QUIERAN, SIN QUE NADA PUEDA IMPEDIRLO NI DESTRUIRLO
En 1125, en Bettbrunn (Alemania), un piadoso campesino muy devoto del Santísimo Sacramento, se encontraba con el inconveniente de tener que desplazarse una larga distancia para asistir a la Iglesia parroquial, en Thollig.
Por ello, resolvió sustraer una Hostia consagrada y le hizo una pequeña cavidad en su bastón de pastoreo, donde la adoraba arrodillado largas horas, clavado el bastón en tierra, en su granja.
Un día, le cayó accidentalmente la Hostia en tierra y de allí no la pudo mover, de lo mucho que pesaba. Recurrió a un sacerdote de la parroquia, que tampoco consiguió levantarla y así fue cómo se llamó al Obispo de Regensburg, que sólo pudo recoger la Hostia después de prometer que se construiría una capilla en ese lugar, que es la Iglesia de San Salvador.
En 1333 se declaró un incendio en el que la Hostia del milagro se dice fue destruida. Se dice esto y podemos dudarlo, no sólo por los casos documentados en que el Santísimo Sacramento ha sido milagrosamente preservado del fuego, sino por la realidad misma de que Dios no puede ser destruido por nada, aunque sí puede aparecer y desaparecer donde sea y de la forma que sea.
Idénticas reflexiones nos merece el milagro de Milsnack (Alemania), en 1383, donde precisamente tres Hostias consagradas, de las que emanaba sangre, fueron lo único que quedó del saqueo e incendio de la ciudad por Von Bülow. Hostias que, sin embargo, fueron supuestamente destruidas en otro incendio en 1522.
Que difícilmente se puede creer que unas Hostias consagradas hayan podido destruirse en un incendio, y que en su lugar es más razonable y lógico pensar que desaparecieron por obra de Dios, volviendo al seno de Dios, lo corrobora, además, lo sucedido en el milagro de Erding, (Alemania), en 1417.
Un campesino que no lograba salir de la pobreza pese al esfuerzo con que trabajaba, contemplaba la riqueza de su vecino, que se dedicaba a lo mismo. Le preguntó un día que hacía para ganarse tan bien la vida y contestó que la razón estaba en tener al Santísimo Sacramento en su casa.
Con la idea de imitarle, el campesino pobre fue a comulgar un Jueves Santo y en lugar de consumir la Hostia la guardó para llevarla a su casa. Parece ser que durante el camino ya se había arrepentido, pero la Hostia le resbaló de las manos y se elevó en el aire sin que pudiera volver a sujetarla.
Avisó de lo ocurrido al párroco, que intentó también recuperar la Hostia, cogiéndola de donde se había apoyado momentáneamente, emitiendo una intensa luz, pero la Hostia volvió a elevarse en el aire y desapareció. Tampoco el Obispo tuvo mejor suerte, por lo que finalmente resolvieron construir en ese lugar una capilla que luego fue un Santuario, denominado de la Preciosísima Sangre.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE DEJA MALTRATAR, PERO NO DOMEÑAR, PARA LA CONFUSIÓN Y CONVERSIÓN DE LOS PROFANADORES
También se elevó por sí sola la Hostia consagrada del milagro de París (Francia), de 1290. Un descreído que demás tenía gran odio a la religión católica, hurtó el Domingo de Pascua una Hostia consagrada y con la intención de profanarla, la apuñaló primero, brotando de ella la Sangre del Redentor en abundancia,
Produjo espanto del profanador, que intentó echarla al fuego, sin éxito, porque la Hostia se elevó, y luego quiso echarla en agua hirviendo, sin conseguirlo tampoco, quedando suspendida la Hostia en el aire en forma de crucifijo.
Finalmente, la Hostia quiso posarse en la olla de una devota parroquiana de Saint-Jeane en Grève, que la llevó a la iglesia de esa localidad. Allí se conservó en un relicario, hasta que se perdió su rastro durante la revolución francesa. La casa del profanador se convirtió en oratorio por una Bula de Bonifacio VIII.
Más imponente, si cabe, fue el milagro de Turín (Italia) de 1453, en que un soldado robó la custodia, con la Hostia consagrada de una Iglesia en Eixelles, y se llevó ambas en un saco, el cual cargó en un mulo.
Llegando a la Plaza Mayor de Turín, cerca de la entonces Iglesia del Espíritu Santo, el mulo cayó al suelo, de forma que el saco quedó abierto, abriéndose paso por la abertura la custodia con la Hostia, para elevarse más allá de la altura de los edificios donde quedó suspendida.
Convocado el Obispo para verlo, se postró en actitud de adoración y oró diciendo “quédate con nosotros Señor”, momento en que la custodia cayó al suelo, liberando la Hostia, que resplandecía entonces en el aire. Alzó el Obispo un cáliz y la Hostia se posó graciosamente en él. La Hostia de dicho milagro se conservó hasta el siglo XVI, en que la Santa Sede ordenó consumirla, con el argumento de no tener que obligar a Dios a seguir conservándola.
También se elevaron y quedaron suspendidas en el aire, las Hostias del Milagro deVolterra (Italia), 1472, cuando un soldado florentino, se llevó varios objetos sagrados de la Catedral, incluyendo el recipiente donde se guardaban las Hostias consagradas.
Al salir del templo, lo arrojó con las Hostias, contra una pared. Fue en ese momento que las Hostias se alzaron, emitiendo una fuerte luz, para la sorpresa del soldado, que se arrepintió sinceramente.
En el milagro de Amsterdam (Holanda), 1345, un feligrés gravemente enfermo recibió la comunión en su casa y poco después tuvo un acceso de vómito.
La mujer que lo atendía, tiró todo lo que el enfermo había expulsado al fuego de la chimenea y al día siguiente observó, para su asombro y el de los testigos convocados para verlo, primero, que de la chimenea emanaba una luz, y después, que una Hostia estaba suspendida en su interior.
Llevada a la iglesia la Hostia para darle el culto debido, la Hostia se empeñaba en hacerse presente nuevamente en aquella chimenea, por lo que optaron por construir allí una capilla. Esto nos hace pensar que todo lo que ha estado en contacto con Nuestro Salvador, queda santificado por dicha maravillosa Presencia, de forma que no puede dejar de recibir también el culto que por eso le es debido.
En 1452, un incendio destruyó aquella capilla, quedando intacta sin embargo la custodia con la Hostia consagrada. Fue cuando la trasladaron a otra capilla, que desapareció, creyéndose que fue robada.
Milagro de los Peces de Alboraya
LA PRESENCIA DEL SEÑOR PERDURA EN LAS ESPECIES CONSAGRADAS, CUALQUIERA QUE SEA LA SUERTE DE ÉSTAS, SIN QUE PUEDA PERMANECER IGNORADA
También tuvo que ver con el fuego y con la presencia indestructible del Señor en el Santísimo Sacramento, que es lo que a su vez explica los denominados milagros de conservación a que nos hemos referido anteriormente, el milagro de Alkmaar (Holanda), 1429.
Un sacerdote optó por quemar un trozo de la casulla que se le había manchado con la Sangre del Redentor, al derramar sin querer el vino ya consagrado en la que fue su primera misa.
Sin embargo, para su sorpresa, observó que la casulla, remendada en el trozo que se había manchado, apareció nuevamente con la mancha.
Parece, pues, una clara llamada de atención del Señor sobre la reverencia y adoración que debe observarse ante su Presencia en las especies consagradas, de forma que, aun tratándose de un accidente el vertido del vino consagrado, no es posible ni cabe pretender “borrar” o “eliminar” la Sangre, sino el venerarla adorando en Ella al mismo Señor.
El sacerdote y el párroco de la Catedral fueron a contarlo al Obispo de Utrech, llevándole la casulla. En 1433, tras las investigaciones pertinentes, se autorizó el culto a aquel milagro y la casulla se conserva en la Catedral de San Lorenzo, en un relicario con la forma de un ángel.
Al igual que en el milagro anterior, en el de Boxtel-Hoogstraten (Holanda), 1380, un sacerdote que derramó accidentalmente el vino consagrado, manchando el corporal y el mantel del altar, quiso “eliminar” en vano la Sangre de nuestro Señor esta vez lavando las telas manchadas.
Viendo que no lo conseguía, las escondió en una maleta, debajo de su cama, hasta que lo confesó poco antes de morir. En 1652, aquellas sagradas reliquias fueron llevadas a Hoogstraten, en la frontera con Bélgica, para protegerlas de las luchas religiosas, pero en 1924, el corporal regresó a Boxtel, donde actualmente se venera.
Relacionado con la misma idea de los dos milagros anteriores, está del milagro de Gruaro –Valvasone, (Italia), de 1294, pues una mujer se disponía a lavar el mantel del altar de la Iglesia de San Justo, cuando vio que se manchaba todo de Sangre y que Ésta procedía de una Hostia, (evidentemente consagrada), que había quedado inadvertida en el mantel. Este mantel se conserva en un relicario en la Iglesia del Santísimo Cuerpo de Cristo en Valvasone.
Que Dios, aunque siempre presente, puede aparecer y desaparecer como quiere y donde quiere, sin quedar sujeto a nada ni a nadie, haciendo cualquier prodigio donde se encuentra, sin que su Presencia pueda pasar desapercibida, lo muestra el curioso y también precioso milagro de Kranneburg bei Kleve (Alemania), ocurrido en 1284.
Un aldeano que había ido a comulgar, no pudo deglutir la Hostia consagrada, según parece por alguna enfermedad. De forma que se le ocurrió nada mejor que arrojar la Hostia a un árbol. Arrepentido después, lo confesó al párroco y se buscó la Hostia sin encontrarla. Cuando algunos años más tarde se cortó el árbol, al hacerlo cayó al suelo un crucifijo de madera que se conserva y venera en la Iglesia de San Pedro y San Pablo.
En Weiten-Raxendorf (Austria, 1411), un ladrón se llevó una Hostia consagrada, pero mientras se alejaba a caballo, en determinado momento, el animal se detuvo sin querer avanzar y distraído el ladrón en hacerlo galopar, lo cual hizo el animal repentinamente, no advirtió que la Hostia le cayó al suelo.
Allí la encontró una vecina de la zona, entre unas matas y en el centro de una potente luz. La Hostia estaba partida en dos fragmentos, unidos sólo por unos filamentos de carne ensangrentada. En ese lugar se erigió una capilla y más tarde una iglesia, que todavía custodia la Santa Reliquia.
En 1533, Ponferrada (España), un feligrés tuvo y cayó en la tentación de llevarse un tabernáculo de su parroquia, porque deseaba quedarse con la cajita de plata que contenía y en la cual se guardaban las Hostias consagradas.
Como el tabernáculo, de madera, le pareció sin ningún valor, pensó arrojarlo al río, pero cuando fue a hacerlo no pudo, ya que en ese momento se le hizo extrañamente pesado.
Lo llevó pues a su casa, donde durante la noche, su mujer vio que salían unos rayos de luz. Con el fin de no ser descubierto, el autor del robo decidió deshacerse del tabernáculo y las Hostias, abandonándolos entre unas ruinas, en un campo denominado del Arenal.
Allí fueron encontrados debido a las luces que emitían las Hostia y a unas palomas que sobrevolaban el lugar. El autor del sacrilegio lo confesó finalmente, al no poder soportar los remordimientos.
Algo parecido ocurrió en el milagro de Siena (Italia), en cuya Iglesia de San Francisco, en el año 1730, unos ladrones se llevaron un copón con más de tres centenares de Hostias consagradas preparadas para la Misa de la Asunción, las cuales se encontraron tres días más tarde en otra iglesia vecina, Santa María de Provenzano, en la caja de los pobres, donde un feligrés había visto algo blanco que brillaba.
Se han conservado intactas hasta hoy, habiéndose ello verificado a través de estudios científicos, el penúltimo de ellos en 1914, por encargo del Papa Pío X, y en los que se han comparado sus condiciones de preservación con hostias no consagradas, que sí sufrieron deterioro, por lo que se habla nuevamente, y como no podría ser de otra manera, de un milagro continuo de preservación.
Las Hostias del milagro se exponen públicamente, entre otras ocasiones, el 17 de cada mes, para conmemorar el día de 1730 en que se encontraron. El día de Corpus Christi son llevadas en procesión por las calles de Siena.
En 1824, Onil (España), otro ladrón se llevó varios objetos sagrados de la Iglesia, donde había sido monaguillo, y cuando intentó venderlos fue descubierto, pero no consiguieron que revelara qué había hecho con la Custodia y el Santísimo Sacramento.
Éstos fueron encontrados casualmente algunos días más tarde, abandonados en un campo de cultivo del pueblo vecino, Tibi, desde donde fueron devueltos a Onil, para recibir allí el culto y la veneración debidos. Más de cien años más tarde, en 1843, la Iglesia, verificando la incorruptibilidad de aquella Santa Hostia profanada, confirmó la autenticidad del milagro. La Hostia declarada milagrosa se conserva todavía hoy y venera en la Iglesia de Santiago Apóstol de Onil.
JESÚS SACRAMENTADO SE ZAFA DE SUS PROFANADORES
Otro milagro derivado de haber sido profanado Jesús Sacramentado, fue el de Santarém (Portugal), 1247, reconocido por la Iglesia tras varios estudios e investigaciones canónicas.
Una mujer recurrió a una hechicera para recuperar a su marido, que la engañaba, y a tal efecto, se le mandó que llevara a la hechicera una Hostia consagrada.
Habiendo obtenido ésta tras sacársela de la boca al recibir la comunión y habiéndola ocultado en el pañuelo de su cabeza, la Hostia sangró por el camino. Asustada la mujer, escondió la Hostia en un baúl de su habitación.
Pero estando acostada con su marido, y en plena oscuridad, salieron brillantes rayos haciendo que la pareja se despertase. Al parecer, vieron también ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer confesó su pecado a su esposo y arrepentidos los dos, se pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Santa.
Al día siguiente, se lo contaron al sacerdote de la parroquia, donde regresó la Hostia en solemne procesión. La Hostia continuó sangrando durante tres días y todavía sangrando se colocó en un relicario de cera de abeja dentro del tabernáculo.
Allí permaneció hasta que en 1340 se produjo un segundo milagro. El envase de cera se había roto en pedazos y en su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera, en signo que se atribuye a manifestación de la indisolubilidad del matrimonio. Se ha conservado hasta hoy, con la sangre en estado líquido, en un trono eucarístico en el altar mayor.
El milagro de Alatri (Italia), 1228 fue como el de Santarén en sus circunstancias esenciales y consta que tanto la joven que trataba de recuperar el amor de su novio, como la hechicera que le pidió una Hostia consagrada, se arrepintieron de su fechoría.
El Papa Gregorio IX, en respuesta al Obispo de Alatri, otorgó el perdón a ambas mujeres, considerando que el episodio había redundado en desmentir las herejías que negaban la transustanciación.
Milagro de San Antonio y la Mula
Parecido a los anteriores es el Milagro de Offida (Italia), 1273, pues una mujer, para recuperar el afecto de su marido recurrió también a una hechicera, de forma que, siguiendo las indicaciones de ésta, tras sustraer una Hostia consagrada, la puso al fuego sobre una teja con la intención de pulverizarla y así servirla a su marido, mezclada con la comida.
Pero advirtió que la Hostia se convertía en carne que sangraba y asustada, envolvió la teja con la Hostia en una tela de lino, para enterrarla después en el establo, bajo el estiércol.
Cada vez que la mula del marido entraba allí, se postraba de rodillas, mirando hacia el lugar donde estaba escondida la Hostia, en un nuevo milagro de sometimiento de toda la creación al Redentor.
Al cabo de siete años, la mujer no pudo más con el remordimiento y confesó, desesperada, “que había matado a Dios”. Fue así como se recuperó aquella Sagrada Hostia, que con la tela y la teja se conservan en la Iglesia de San Agustín, en Offida, en un bellísimo relicario en forma de cruz, obra de un orfebre veneciano.
La actitud de la mula del milagro de Offida, recuerda la de los bueyes del milagro de Glotowo (Polonia), 1290. Sucedió en este caso que, con motivo de una invasión lituana, que destruyó aquel pueblo, un sacerdote escondió en pleno campo, una cajita de plata que contenía una Hostia.
Al cabo de muchos años, un campesino la encontró arando la tierra, al extrañarle que sus bueyes se hubieran detenido, inclinados hacia ese lugar, del que además irradiaba una luz muy potente. Se cuenta que la Hostia fue hallada de nuevo en el mismo lugar, donde todavía se conserva, en señal de que Dios quería que se construyera allí una iglesia. Lo cual nos remite a la misma idea, expresada anteriormente, de que Santo es todo lo que Dios toca, y presente está siempre Dios, allí donde se hace presente, sin que pueda dejar de estarlo.
Otra perversa mujer, en el milagro de Trani (Italia), el cual tuvo lugar por el año 1000, también puso al fuego una Hostia (de la que se había apoderado fingiendo comulgar) con la intención de freírla.
Cuando la puso en el aceite hirviendo, observó como se convertía en Carne sangrante, derramándose la Sangre de la sartén, que luego se vertió hacia el suelo. Llena de espanto, la mujer gritó, alertando así a los vecinos, de modo que se supo lo ocurrido y pudo recuperarse la Sagrada Hostia para devolverla a la Iglesia de donde la mujer la había sustraído.
Algunas similitudes con los milagros de Santarén, Alatri y Offida, presenta el milagro de Zaragoza (España) de 1427. Una mujer recurrió a un mago moro para conseguir que su marido no la maltratara, y para ello, fue requerida también para llevarle una Hostia consagrada.
Así lo hizo, evitando a tal fin, consumir la Hostia que había recibido en la santa comunión. La llevó a casa del mago en un pequeño cofre y cuando lo abrieron encontraron dentro a un Niño rodeado de luz.
El mago ordenó entonces a la mujer que quemara al Niño y le llevara las cenizas, pero aunque prendió fuego al cofre, que se quemó, el Niño se mantuvo intacto. Asustados el moro y la mujer, fueron a confesarlo al Obispo. El moro se convirtió y el Niño fue llevado en procesión hasta un Altar de la Catedral, donde fue venerado por todos hasta que al día siguiente, durante la celebración que la Misa, cuando adoptó nuevamente la forma de Sagrada Hostia, que el sacerdote consumió.
San Pedro Damián cuenta que en el año 1050, en Italia, una mujer fue descubierta por el sacerdote, pues inmediatamente sospechó de ella y la siguió, cuando se llevaba una Hostia envuelta en un pañuelo para fines sacrílegos. Al desenvolver el sacerdote el pañuelo, la mitad de la Hostia apareció en forma de Carne ensangrentada.
Todavía podemos mencionar el milagro de Alcoy (España) de 1568. Sucedió en este caso, que un vecino de esa localidad, sustrajo de la Iglesia varios objetos sagrados, incluyendo un cofre de plata que contenía tres Hostias consagradas. Éstas las consumió y después escondió el botín en el establo de su vivienda, debajo de unos troncos.
Advertida toda la población de lo ocurrido, una piadosa mujer, que vivía al lado de la casa del ladrón, le rezó a una imagen que tenía, del Niño Jesús, con el fin de que se encontraran las Hostias. Cuando llevaba un tiempo rezando observó para su sorpresa, que la mano del Niño se movía, apuntando con un dedo a la casa vecina.
El Párroco también había sentido el extraño impulso de dirigirse hacia ese lugar y accediendo al establo del ladrón por el jardín, encontró el cofre conteniendo nuevamente las tres Hostias consagradas que el ladrón había consumido, lo cual, no pudiendo ser entendido por el culpable, sino como cosa ciertamente de Dios, le condujo al arrepentimiento.
En Poederlee (Bélgica), 1412, un hombre que se dedicaba a hurtar objetos sagrados para su reventa, sustrajo también unas Hostias consagradas, que fueron encontradas una semana más tarde, al aire libre, en la localidad vecina de Herentals, cerca de una madriguera de conejos, donde habían quedado expuestas a la lluvia sin alterarse.
Estaban dispuestas en forma de cruz y rodeadas de una luz intensa. El ladrón confesó que las había dejado allí, cuando de pronto se sintió extrañamente impedido para continuar su camino con ellas. En ese lugar, conocido como “el cercado” (De Hegge), se construyó el Santuario De Hegge.
En Marseille-en-Beauvais (Francia), 1533, a finales de diciembre, unos ladrones se llevaron el tabernáculo de plata de la catedral, con las Hostias consagradas que contenía, las cuales abandonaron en un campo, debajo de una piedra.
El 1 de enero, a un sacerdote que pasaba por ese lugar, le llamó la atención precisamente que esa piedra era lo único que no había quedado cubierto por la nieve, tras la fuerte nevada que acababa de caer.
El caso es que levantó la piedra y encontró las Hostias en perfecto estado. En ese lugar se clavó una cruz y luego se erigió una capilla, llamada de las Santas Hostias, en la cual se obraron muchas curaciones, que se documentan en un libro del historiador Pierre Louvet. En 1561, el Obispo-conde de Beauvais, convertido al calvinismo, ordenó que las Santas Hostias fueran consumidas.
Muy parecido al anterior es el milagro de Breda-Niervaart (Holanda), ocurrido en 1300. Un campesino encontró una Hostia consagrada que había sido robada, intacta debajo de un bloque de tierra.
No fue consumida, sino puesta en una custodia para adoración de los fieles. En 1449 la llevaron a la Iglesia de Nuestra Señora de Breda y en la época de las luchas religiosas se perdió su rastro.
Es también similar, el milagro de Cracovia (Polonia), de 1345. Unos ladrones sustrajeron del tabernáculo, el recipiente con las Hostias consagradas, y al descubrir después que no era de oro, lo arrojaron a un pantano.
De allí, emanaba una luz tan intensa y visible, incluso muy a lo lejos y durante todo el día, que se acabó descubriendo y recuperando de allí las Hostias, intactas.
CONCLUSIONES A EXTRAER DE LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS
1 – Dios no permite a sus Ministros del Altar la mínima duda sobre el Misterio Central de Nuestra Fe. . 2 – Dios está siempre presente en el Santísimo Sacramento y sólo para ser adorado y para la vida y la salud de las almas. . 3 – Dios está en el Santísimo Sacramento donde quiera que Éste se encuentre, sin poder dejar de estar presente. . 4 – Dios se manifiesta en el Santísimo Sacramento a la vez indefenso y con todo su poder. . 5 – Toda la creación se rinde ante su Creador y Redentor. . 6 – Dios se deja martirizar en el Santísimo Sacramento, con la mansedumbre y la bondad que le son propias, para la conversión de sacrílegos y profanadores. . 7 – Dios muestra su rostro y naturaleza en el Santísimo Sacramento. . 8 – Dios se manifiesta en el Santísimo Sacramento a todos los hombres de todo el mundo y de todas las épocas.
Está claro, en todo caso, que Jesucristo está presente, vivo y entero, en la Eucaristía. Nos lo dicen las Escrituras y los milagros lo atestiguan.
De ahí también el poder de la coronilla de la Divina Misericordia y de las palabras:
“Padre eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor el Jesucristo, en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”, las cuales cobran toda su fuerza de la Eucaristía.
Que sepamos postrarnos, pues, ante la Eucaristía, para adorarla debidamente, aun sin ver más que el pan y el vino, como todos los testigos de los milagros que hemos recordado aquí ante la percepción de la presencia real de Cristo.
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Las misas del Padre Pío eran consideradas como un evento realmente ‘de otro mundo’.
En las que el Santo se comunicaba con el Cielo de forma visible.
A la vista de los presentes .
Incluso hay relatos que cuentan haberle visto levitar. .
Y entrar en la agonía que había entrado Jesús durante su pasión.
En este artículo traemos dos testimonios y una entrevista al propio Pío sobre su misa.
EL TESTIMONIO DE FRAY MODESTINO FUCCI
Fray Modestino Fucci (1917-2011) fue un santo hermano que vivió junto al Padre Pío en el convento de San Giovanni Rotondo durante muchos años. . A menudo tenía el privilegio de servir en la tradicional misa en latín celebrada por San Pío.
El Hermano Modestino registró cuidadosamente sus impresiones de lo que era servir en el Santo Sacrificio de la Misa celebrada por el Padre Pío, y se ha publicado en la revista «La voz del Padre Pío.»
Abajo puedes ver la filmación de la última misa celebrada por el Padre Pío; un documento raro y único.
Los siguientes son extractos del artículo «Testigo del Padre».
Me gustaba ver y observar al Padre Pío de cerca todo el tiempo.
Desde el momento en que abandonaba su celda en la madrugada para celebrar la misa, se lo veía en un estado de sufrimiento y angustia. Parecía inquieto.
Tan pronto como llegaba a la sacristía, donde se ponía las vestiduras sagradas, tenía la impresión de que él ya no estaba al tanto de lo que sucedía a su alrededor.
Estaba totalmente absorto y consciente de lo que iba el cumplir.
Su rostro, que era de color normal, se volvía terriblemente pálido cuando se ponía el amito.
Desde ese momento no le prestaba más atención a nadie.
Vestido con los ornamentos sagrados hacía su camino hacia el altar.
A pesar de que caminaba delante de él, yo era consciente de que su marcha se hacía como arrastrando, con el rostro triste. .
Parecía agacharse cada vez más, como si estuviera aplastado bajo el peso de una cruz invisible gigantesca.
Una vez que llegaba al altar.
Lo besaba amorosamente y su pálido rostro se inflamaba.
Sus mejillas se convertirían en carmesí, su piel tan transparente que casi se veía el flujo sangre que corría por sus mejillas.
Después en el Confiteor (Yo Confieso), se golpeaba el pecho con golpes huecos y pesados como acusándose de todos los peores pecados cometidos por el hombre. . Sus ojos permanecían cerrados, sin poder evitar gruesas lágrimas, que desaparecían en la espesa barba.
En el Evangelio.
Al anunciar la Palabra de Dios, parecía como si se alimentara a sí mismo con estas palabras, saboreando su dulzura infinita.
Inmediatamente después, el coloquio entre el Padre Pío y el Eterno empezaba.
Este coloquio causaba que el Padre Pío llorara abundantes lágrimas, que se le veía limpiar con un gran pañuelo.
El Padre Pío, que había recibido el don de la contemplación del Señor, entraba en los abismos del misterio de la Redención.
Ante los velos de misterio, que habían sido arrancados por el sufrimiento de su fe y amor, todas las cosas humanas desaparecían de su vista.
Ante su mirada estaba sólo Dios.
Todo el mundo veía el sufrimiento del Padre Pío. .
Él pronunciaba las oraciones litúrgicas con dificultad e interrumpido por sollozos. .
La vergüenza que sentía por estar en la presencia del Padre y la mirada escrutadora de los demás era enorme. .
Probablemente habría preferido celebrar la misa en la soledad de manera que fuera capaz de dar rienda suelta a su sufrimiento y a su amor indescriptible.
En esos momentos el Padre Pío vivía con sensibilidad y realmente sentía la Pasión del Señor.
El tiempo pasaba rápidamente, pero él estaba fuera del tiempo.
Esa era la razón por la que la misa durara una hora y media o probablemente más.
En la elevación su sufrimiento alcanzaba gran altura.
Mirando su llanto, sus sollozos, tenía miedo de que su corazón fuera a estallar; estaba a punto de desmayarse de un momento a otro.
El Espíritu de Dios había ya penetrado en todo su cuerpo.
Su alma estaba absorta en Dios.
Él se ofrecía a sí mismo con Cristo, víctima de sus hermanos en el exilio.
Cada gesto denotaba su relación con Dios.
Su corazón debería quemarse como un volcán.
Él oraba intensamente por sus hijos espirituales, por los enfermos, y por aquellos que ya habían dejado este mundo.
De vez en cuando se inclinaba en el altar sobre sus codos, probablemente para aliviar sus pies heridos por el peso de su cuerpo.
Le oía repetir a menudo a través de sus lágrimas: «¡Dios mío, Dios mío!» .
Un espectáculo de fe, el amor, sufrimiento y emoción que alcanzaba el punto de dramatismo cuando el Padre levantaba la hostia. .
Las mangas del sobrepelliz bajaban y sangraban las manos a la vista de todos, mientras que su mirada estaba en Dios.
En Comunión parecía calmarse.
Transfigurado en un apasionado y extático abandono, se alimentaba de la carne y la sangre de Jesús.
¡Cuánto amor emanaba de su rostro!
El pueblo, atónito, no podía sino arrodillarse ante esa agonía mística, ante la aniquilación total de sí mismo.
La incorporación, la asimilación, la fusión era total.
El Padre Pío se mantendría como aturdido mientras saboreaba toda la dulzura divina que sólo Jesús en la Eucaristía sabe dar.
El sacrificio de la Misa se completaría con una participación real de amor, sufrimiento y sangre.
Y provocaba muchas conversiones.
Al final de la Misa otro sufrimiento le devoraría – la de ir al coro. .
Permanecer solo y en silencio, para poder dar las gracias a Jesús. .
Él permanecería inmóvil, como sin vida. .
Si alguien le hubiera sacudido él no se hubiera dado cuenta, tan absorto estaba en la contemplación divina.
Nadie será capaz de describir la misa del padre Pío.
Sólo uno que haya tenido el privilegio de vivirla la puede comprender.
La muerte del santo en 1968 significó la culminación y el cierre de una gran era en la Iglesia.
Al año siguiente el Papa Pablo VI publicó el misal Novus Ordo para la liturgia, casi poniendo fin a la misa que hacía el Padre Pío.
TESTIMONIO DEL P. DE ROBERT, HIJO ESPIRITUAL DEL PADRE PÍO
El P. Derobert, hijo espiritual del padre Pío, dice que el santo le había explicado poco después de su ordenación sacerdotal que celebrando la Eucaristía había que poner en paralelo la cronología de la Misa y la de la Pasión.
Se trataba de comprender y de darse cuenta, en primer lugar, de que el sacerdote en el Altar es Jesucristo.
Desde ese momento Jesús revive indefinidamente la Pasión en su Sacerdote.
Desde la señal de la cruz inicial hasta el ofertorio es necesario reunirse con Jesús en Getsemaní, hay que seguir a Jesús en su agonía, sufriendo ante esta «marea negra» de pecado.
Hay que unirse a él en el dolor de ver que la Palabra del Padre, que él había venido a traernos, no sería recibida o sería recibida muy mal por los hombres.
Y desde esta óptica había que escuchar las lecturas de la misa como estando dirigidas personalmente a nosotros.
El Ofertorio, es el arresto. La Hora ha llegado…
El Prefacio, es el canto de alabanza y de agradecimiento que Jesús dirige al Padre que le ha permitido llegar por fin a esta «Hora».
Desde el comienzo de la Plegaria Eucarística hasta la Consagración nos encontramos ¡rápidamente! con Jesús en la prisión.
En su atroz flagelación, su coronación de espinas y su camino de la cruz por las callejuelas de Jerusalén teniendo presente en el «momento» a todos los que están allí y a todos aquellos por los que pedimos especialmente.
La Consagración nos da el Cuerpo entregado ahora, la Sangre derramada ahora.
Es místicamente, la crucifixión del Señor.
Y por eso el San Pío de Pietrelcina sufría atrozmente en este momento de la Misa.
Nos reunimos enseguida con Jesús en la Cruz y ofrecemos desde este instante, al Padre, el Sacrificio Redentor.
Es el sentido de la oración litúrgica que sigue inmediatamente a la Consagración.
El «Por él, con él y en él» corresponde al grito de Jesús: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».
Desde ese momento el Sacrificio es consumado y aceptado por el Padre.
Los hombre en adelante ya no están separados de Dios y se vuelven a encontrar unidos.
Es la razón por la que, en este momento, se recita la oración de todos los hijos: «Padre Nuestro…..»
La fracción del Pan marca la muerte de Jesús…..
La intinción, el instante en el que el Padre, habiendo quebrado la Hostia (símbolo de la muerte…) deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en el Cáliz de la preciosa Sangre, marca el momento de la Resurrección.
Pues el Cuerpo y la Sangre se reúnen de nuevo y es a Cristo vivo a quien vamos a recibir en la comunión.
La bendición del Sacerdote marca a los fieles con la cruz, como signo distintivo y a la vez como escudo protector contra las astucias del Maligno….
Se comprenderá que después de haber oído de la boca del P. Pío tal explicación, sabiendo bien que él vivía dolorosamente esto, me haya pedido seguirle por este camino…lo que hago cada día…¡y con cuánta alegría!.
Padre Pío y Padre Jean Derobert
ASÍ HABLÓ EL PADRE PÍO SOBRE LA MISA EN UN REPORTAJE
En 1974 se publicó una obra en italiano, titulada «Cosí parlò Padre Pio»: «Así habló el Padre Pio» (San Giovanni Rotondo, Foggia, Italia), con el imprimatur de Mons. Fanton, obispo auxiliar de Vincencia.
En este presente trabajo sacamos algunos pasajes en los que el Padre Pío hablaba de la Santa Misa:
Padre, ¿ama el Señor el Sacrificio?
Sí, porque con él regenera el mundo.
¿Cuánta gloria le da la Misa a Dios? Una gloria infinita.
¿Qué debemos hacer durante la Santa Misa?
Compadecernos y amar.
Padre, ¿cómo debemos asistir a la Santa Misa? Como asistieron la Santísima Virgen y las piadosas mujeres. Como asistió San Juan al Sacrificio Eucarístico y al Sacrificio cruento de la Cruz.
Padre, ¿qué beneficios recibimos al asistir a la Santa Misa? . No se pueden contar. . Los veréis en el Paraíso. . Cuando asistas a la Santa Misa, renueva tu fe y medita en la Víctima que se inmola por ti a la Divina Justicia, para aplacarla y hacerla propicia. . No te alejes del altar sin derramar lágrimas de dolor y de amor a Jesús, crucificado por tu salvación. . La Virgen Dolorosa te acompañará y será tu dulce inspiración.
Padre, ¿qué es su Misa? Una unión sagrada con la Pasión de Jesús. Mi responsabilidad es única en el mundo -decía llorando.
¿Qué tengo que descubrir en su Santa Misa? Todo el Calvario.
Padre, dígame todo lo que sufre Ud. durante la Santa Misa.
Sufro todo lo que Jesús sufrió en su Pasión, aunque sin proporción, sólo en cuanto lo puede hacer una creatura humana.
Y esto, a pesar de cada uno de mis faltas y por su sola bondad.
Padre, durante el Sacrificio Divino, ¿carga Ud. nuestros pecados? No puedo dejar de hacerlo, puesto que es una parte del Santo Sacrificio.
¿El Señor le considera a Ud. como un pecador?
No lo sé, pero me temo que así es.
Yo lo he visto temblar a Ud. cuando sube las gradas del Altar. ¿Por qué? ¿Por lo que tiene que sufrir? No por lo que tengo que sufrir, sino por lo que tengo que ofrecer.
¿En qué momento de la Misa sufre Ud. más? . En la Consagración y en la Comunión.
Padre, esta mañana en la Misa, al leer la historia de Esaú, que vendió su primogenitura, sus ojos se llenaron de lágrimas.
¡Te parece poco, despreciar los dones de Dios!
¿Por qué, al leer el Evangelio, lloró cuando leyó esas palabras: «Quien come mi carne y bebe mi sangre»…?
Llora conmigo de ternura.
Padre, ¿por qué llora Ud. casi siempre cuando lee el Evangelio en la Misa?
Nos parece que no tiene importancia el que un Dios le hable a sus creaturas y que ellas lo contradigan y que continuamente lo ofendan con su ingratitud e incredulidad.
Su Misa, Padre, ¿es un sacrificio cruento?
¡Hereje!
Perdón, Padre, quise decir que en la Misa el Sacrificio de Jesús no es cruento, pero que la participación de Ud. a toda la Pasión si lo es. ¿Me equivoco? Pues no, en eso no te equivocas. Creo que seguramente tienes razón.
¿Quien le limpia la sangre durante la Santa Misa?
Nadie.
Padre, ¿por qué llora en el Ofertorio? . ¿Quieres saber el secreto? . Pues bien: porque es el momento en que el alma se separa de las cosas profanas.
Durante su Misa, Padre, la gente hace un poco de ruido.
Si estuvieses en el Calvario, ¿no escucharías gritos, blasfemias, ruidos y amenazas? Había un alboroto enorme.
¿No le distraen los ruidos?
Para nada.
Padre, ¿por qué sufre tanto en la Consagración?
No seas malo… (no quiero que me preguntes eso…).
Padre, ¡dígamelo! ¿Por qué sufre tanto en la Consagración?
Porque en ese momento se produce realmente una nueva y admirable destrucción y creación.
Padre, ¿por qué llora en el Altar y qué significan las palabras que dice Ud. en la Elevación? .
Se lo pregunto por curiosidad, pero también porque quiero repetirlas con Ud. . Los secretos de Rey supremo no pueden revelarse sin profanarlos. .
Me preguntas por qué lloro, pero yo no quisiera derramar esas pobres lagrimitas sino torrentes de ellas. .
¿No meditas en este grandioso misterio?
Padre, ¿sufre Ud. durante la Misa la amargura de la hiel? Sí, muy a menudo…
Padre, ¿cómo puede estarse de pie en el Altar?
Como estaba Jesús en la Cruz.
En el Altar, ¿está Ud. clavado en la Cruz como Jesús en el Calvario?
¿Y aún me lo preguntas?
¿Como se halla Ud.?
Como Jesús en el Calvario.
Padre, los verdugos acostaron la Cruz de Jesús para hundirle los clavos? Evidentemente.
¿A Ud. también se los clavan?
¡Y de qué manera!
¿También acuestan la Cruz para Ud.?
Sí, pero no hay que tener miedo.
Padre, durante la Misa, ¿dice Ud. las siete palabras que Jesús dijo en la Cruz? Sí, indignamente, pero también yo las digo.
Y ¿a quién le dice: «Mujer, he aquí a tu hijo»?
Se lo digo a Ella: He aquí a los hijos de Tu Hijo.
¿Sufre Ud. la sed y el abandono de Jesús?
Sí.
¿En qué momento?
Después de la Consagración.
¿Hasta qué momento? Suele ser hasta la Comunión.
Ud. ha dicho que le avergüenza decir: «Busqué quien me consolase y no lo hallé». ¿Por qué?
Porque nuestro sufrimiento, de verdaderos culpables, no es nada en comparación del de Jesús.
¿Ante quién siente vergüenza?
Ante Dios y mi conciencia.
Los Ángeles del Señor ¿lo reconfortan en el Altar en el que se inmola Ud.?
Pues… no lo siento.
Si el consuelo no llega hasta su alma durante el Santo Sacrificio y Ud. sufre, como Jesús, el abandono total, nuestra presencia no sirve de nada.
La utilidad es para vosotros.
¿Acaso fue inútil la presencia de la Virgen Dolorosa, de San Juan y de las piadosas mujeres a los pies de Jesús agonizante?
¿Qué es la sagrada Comunión? . Es toda una misericordia interior y exterior, todo un abrazo. .
Pídele a Jesús que se deje sentir sensiblemente.
Cuando viene Jesús, ¿visita solamente el alma?
El ser entero.
¿Qué hace Jesús en la Comunión? Se deleita en su creatura.
Cuando se une a Jesús en la Santa Comunión, ¿que quiere que le pidamos al Señor por U.? Que sea otro Jesús, todo Jesús y siempre Jesús.
¿Sufre Ud. también en la Comunión?
Es el punto culminante.
Después de la Comunión, ¿continúan sus sufrimientos?
Sí, pero son sufrimientos de amor.
¿A quién se dirigió la última mirada de Jesús agonizante?
A su Madre.
Y Ud., ¿a quién mira?
A mis hermanos de exilio.
¿Muere Ud. en la Santa Misa?
Místicamente, en la Sagrada Comunión.
¿Es por exceso de amor o de dolor?
Por ambas cosas, pero más por amor.
Si Ud. muere en la Comunión ¿ya no está en el Altar? ¿Por qué?
Jesús muerto, seguía estando en el Calvario.
Padre, Ud. a dicho que la víctima muere en la Comunión. ¿Lo ponen a Ud. en los brazos de Nuestra Señora?
En los de San Francisco.
Padre, ¿Jesús desclava los brazos de la Cruz para descansar en Ud.?
¡Soy yo quien descansa en El!
¿Cuánto ama a Jesús? Mi deseo es infinito, pero la verdad es que, por desgracia, tengo que decir que nada, y me da mucha pena.
Padre, ¿por qué llora Ud. al pronunciar la última frase del Evangelio de San Juan: .
«Y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad»? . ¿Te parece poco? .
Si los Apóstoles, con sus ojos de carne, han visto esa gloria, .
¿cómo será la que veremos en el Hijo de Dios, en Jesús, cuando se manifieste en el Cielo?
¿Qué unión tendremos entonces con Jesús?
La Eucaristía nos da una idea.
¿Asiste la Santísima Virgen a su Misa?
¿Crees que la Mamá no se interesa por su hijo?
¿Y los ángeles?
En multitudes.
¿Qué hacen? Adoran y aman.
Padre, ¿quién está más cerca de su Altar?
Todo el Paraíso.
¿Le gustaría decir más de una Misa cada día? . Si yo pudiese, no querría bajar nunca del Altar.
Me ha dicho que Ud. trae consigo su propio Altar… Sí, porque se realizan estas palabras del Apóstol: «Llevo en mi cuerpo las señales del Señor Jesús» (Gal. 6, 17), «estoy crucificado con Cristo» (Gal. 2, 19) y «castigo mi cuerpo y lo esclavizo» (I Cor. 9, 27).
¡En ese caso, no me equivoco cuando digo que estoy viendo a Jesús Crucificado!
(No contesta).
Padre, ¿se acuerda Ud. de mí durante la Santa Misa?
Durante toda la Misa, desde el principio al fin, me acuerdo de tí.
La Misa del Padre Pío en sus primeros años duraba más de dos horas.
Siempre fue un éxtasis de amor y de dolor.
Su rostro se veía enteramente concentrado en Dios y lleno de lágrimas.
Un día, al confesarme, le pregunté sobre este gran misterio:
Padre, quiero hacerle una pregunta.
Dime, hijo.
Padre, quisiera preguntarle qué es la Misa. ¿Por qué me preguntas eso?
Para oírla mejor, Padre.
Hijo, te puedo decir lo que es mi Misa.
Pues eso es lo que quiero saber, Padre.
Hijo mío, estamos siempre en la cruz y la Misa es una continua agonía.
Los estigmas parecen representar un signo de lo que sufrió Cristo durante la pasión.
Y por tanto constituyen un dato teológico.
Se inscriben en el tipo manifestaciones de sangre más comunes asociadas a la fe.
Desde Francisco de Asís (primer santo de la historia en que se ha podido comprobar este fenómeno) hasta el Padre Pío de Pietrelcina (uno de los últimos) se han dado unos 300 casos con estigmas. .
En la mayoría con comprobación científica.
Estas llagas se manifiestan en las manos, los pies, el costado y la cabeza de ciertos Santos como signo de su participación en la pasión de Cristo.
Los estigmas pueden ser visibles o invisibles; sangrientos o no; permanentes, periódicos (generalmente resurgiendo en días o temporadas asociadas con la pasión de Cristo) o transitorios.
Los estigmas invisibles pueden causar tanto dolor como los visibles. Los estigmas pueden permanecer muchos años, como el caso del Padre Pío, quien los llevó por 50 años y fue el primer sacerdote que se conoce estigmatizado.
San Francisco tenía los estigmas pero no era sacerdote.
Al morir sus estigmas desaparecieron milagrosamente.
Otros estigmatizados: Santa Rita de Cascia, Sta. Teresa Neuwman, Sta. Gema Galgani, Sta. Faustina (estigmas invisibles) y muchos otros (más de 60 de ellos han sido canonizados).
Además, los estigmas pueden ser don de Dios (como en los santos) o falsificación, o causados por el sujeto por problemas mentales.
En algunos casos de carácter diabólico.
Cierto número de Santos y de piadosos personajes han presentado sudores de sangre también.
Así Santa Lutgarda (1182-1246), cuando meditaba la pasión del Salvador, era a menudo arrebatada en éxtasis.
Entonces su cuerpo se inundaba de sangre, que fluía a la vista de todos, por su cara y sus manos.
Lo mismo hallamos en la bienaventurada Cristina de Stumbeln (1242-1312), Magdalena Morice (1736-1769), María Dominga Lazzari (1815-1848), M. Catalina Putigny (1803-1885), etc.
Por otra parte, cierto número de místicas, como Rosa María Andriani (1786-1845) y Teresa Neumann vertían lágrimas de sangre.
Los místicos son los primeros que nos dicen que han suplicado al Señor de asociarlos a su obra redentora. . Son los primeros que nos dicen que Cristo los ha escuchado, permitiendo a sus cuerpos ser heridos como fuera herido el suyo. . Y nos dicen también que ellos han pedido los dolores, pero no la manifestación exterior de los mismos. . Todo su deseo residía en ser liberados de esos estigmas y todos sus esfuerzos tendían a disimularlos.
UN DATO INTERESANTE: CONSIDERAR CUANDO HAN RECIBIDO LOS ESTIGMAS LOS ESTIGMATIZADOS
Dice el padre pasionista Tito Paolo Zecca que
“San Francisco de Asís recibió los estigmas cuando todos sus proyectos de santidad –fundación de la Orden, aprobación de la regla primitiva, viaje a Palestina– habían fracasado. . Se encuentra solo y abandonado. . La configuración con el Crucificado le consuela, pero al mismo tiempo el sufrimiento de los estigmas se convierte en un bien para su Orden y en un mensaje para toda la Iglesia”.
“Este mismo mensaje y misión de los estigmas puede constatarse en Santa María Magdalena de Pazzi y en santa Catalina de Siena.
En el siglo que acaba de concluir esta misión se constata con claridad en personajes como santa Gemma Galgani (fallecida en 1913), el beato padre Pío de Pietrelcina (1887-1968), y Marthe Robin (mística francesa fallecida en 1981)”.
Se trata de una experiencia de alegría y dolor en la que el Señor es siempre el que toma la iniciativa y los destinatarios de los estigmas consideran esto como una inmensa gracia, de la que no se sienten dignos.
“De hecho piden al Señor que se la quite, pues se avergüenzan. Esta actitud es evidente en el padre Pío”.
“La respuesta está precisamente en su misión. .
Es un servicio que la Iglesia necesitaen un momento particular de su historia. . Es como un signo profético, un llamamiento”
LA ESTIGMATIZACIÓN ES EL PRODIGIO SANGRIENTO MÁS IMPORTANTE
Consisten en la aparición espontánea de lecciones que recuerdan las que las torturas de la Pasión imprimieron sobre el cuerpo de Jesús.
Los estigmas revisten la forma de llagas, de yemas, de hemorragias, con o sin erosión de los tejidos, asestados en las manos, en los pies, en la cabeza o en el costado.
Se admite la existencia de estigmas invisibles, consistentes en fenómenos dolorosos de asiento en los mismos lugares, pero sin manifestación externa visible.
La aparición de los estigmas, en la mayoría de los casos, ha sido considerado durante la vida de los estigmatizados como debido a una acción sobrenatural, tanto por los sujetos mismos, como por gran parte de las personas que los rodearon.
Cierto número de ellos fueron objeto de proceso de canonización y los estigmas tomados en consideración como manifestación sobrenatural.
Por eso la Iglesia había instituido las fiestas de la Impresión de los estigmas de San Francisco de Asís (17 de setiembre) y de Santa Catalina de Siena (1° de abril) y la Transverberación del corazón de Santa Teresa (27 de agosto).
En sus oficios ha mencionado las estigmatizaciones de Santa Clara de Montefalco, de Santa Francisca Romana, Elisabet de Reute, Mateo Carreri, Estefanía de Sonsino, Lucía de Narni, Catalina de Racconigi, Catalina de Ricci, Carlos de Sezze y de Santa Verónica Giuliani.
El carácter milagroso de los estigmas en los Santos no ha sido admitido por la Iglesia más que después de encuestas médicas ordenadas por ella, tanto durante la existencia del estigmatizado como despuésde su muerte.
Por otra parte, la Iglesia admite el carácter sobrenatural de ciertos estigmas y los presenta a nuestra veneración como una manifestación divina, destinada a reavivar nuestra fe y a enseñarnos a condividir los sufrimientos que el Hombre Dios ha padecido en la cruz por nuestra salvación.
Pero ella no se pronuncia absolutamente sobre la naturaleza de los estigmas en el mayor número de los estigmatizados.
El problema se plantea, pues, de esta forma: la Iglesia atribuye un carácter sobrenatural solamente a un pequeño número de estigmas y no se pronuncia más que de acuerdo a la opinión de médicos y sabios.
Entonces, ¿cuándo podrá un médico afirmar que el estigma no es de origen natural?
Y ¿hay estigmas naturales? ¿Cómo se los reconoce?
Y ¿cómo se atienden o se cuidan?
LA HISTORIA DE LOS ESTIGMAS
Se admite habitualmente que San Francisco de Asís fue el primero en recibir los estigmas en 1224. . Pero según ciertos autores y místicos, la frase de San Pablo al final de su Epístola a los Gálatas: .
“…porque yo llevo en mi cuerpo los estigmas del Señor Jesús”, . se debería entender literalmente y no en sentido figurado como se hace generalmente.
Por otra parte, en el siglo IV, San Ambrosio escribe:
“Jesucristo te ha marcado con su sello imprimiéndote el signo de la Cruz para que te asemejes a Él también en los sufrimientos”.
Finalmente Héfélé, en su Histoire des Conciles, relata que en el sínodo de Canterbury, que tuvo lugar en 1222, se condenó a un impostor que se había impreso en las manos y en los pies las impresiones cruentas de la Cruz.
Tal impostura no se concibe absolutamente sin la existencia de algún estigmatizado anterior.
Finalmente, advirtamos que la Mystique chrétienne de Gorres, en 1836, no registra más que ochenta estigmatizados, mientras que el Dr. Imbert-Goubeyre señala trescientos veintiuno, y en su segunda edición en 1898, cita un corresponsal que le señala omisiones y lo invita a practicar investigaciones en los archivos de los conventos españoles. Y falta hablar del sigo XX.
La historia de la estigmatización no es, por lo tanto, más que esbozada y descubrirá probablemente estigmatizados anteriores a San Francisco.
De todos modos, después de San Francisco contamos con una treintena de estigmatizados en el siglo XIII, veintitrés en el siglo XIV, veinticuatro en el siglo XV, cerca de sesenta en el XVI, ciento veinte en el XVII, treinta aproximadamente en el XVIII, unos cuarenta en el XIX, y el siglo XX no le va en zaga a los precedentes.
LOS EXTRAORDINARIOS DONES DE LA PRIMERA MUJER ESTIGMATIZADA
Santa Lutgarde de Aywières (o Lutgarda o Lugtgardis) fue la primera mujer conocida estigmatizada de la Iglesia.
Y una de las primeras promotoras de la devoción al Sagrado Corazón.
Tuvo enormes dones y carismas del cielo. Especialmente la vinculación permanente de apariciones de Jesucristo. Que culminó en el intercambio místico de corazones.
Además se le apareció habitualmente la Santísima Virgen y tuvo una aparición de San Juan Evangelista.
Lutgarde nació en 1182 en Tongres, Bélgica.
A los 12 años entró en el convento benedictino de Santa Catalina en St. Trond.
Pronto veremos cómo Jesús tenía grandes planes para Lutgarde, que algún día ayudaría a llevar muchas almas a Él, pero no la obligó a corresponder a Su Voluntad.
Luego, cuando fue elegida Superiora del Convento decidió irse al convento Cistercense de Ayweres para permanecer como una monja oculta.
A fin de perfeccionar su vida espiritual, lo cual fue no sólo aprobado por el propio Jesús sino pedido por él.
En el convento benedictino, una vez algunas monjas fueron hacia ella que estaba a solas en oración en el medio de la noche, y la encontraron llena de un resplandor intenso que cubría todo su cuerpo que les sorprendió por completo.
En otra ocasión, en la Fiesta de Pentecostés, cuando el Veni Creator Spiritus se entonó en coro en la Tercia (oficio diurno), Lutgarde se levantó de repente dos codos del suelo, y fue aparentemente flotando en el aire sobre las alas de un poder espiritual invisible.
Le damos más atención a ella por ser poco conocida.
UNA APARICIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA: LUTGARDE SE CONVIERTE EN UN ALMA VÍCTIMA POR PECADORES Y HEREJES
Fue a través de la Madre de Dios que su vocación especial como víctima por los herejes se le anunció.
La Santísima Virgen María se apareció a Santa Lutgarde en profunda angustia, y la vista de la tristeza de la Virgen atravesó a la monja tan profundamente que ella gritó:
“¿Qué te aflige, oh mi querida Señora, que tu cara esta tan triste y pálida?”
La Virgen dolorosa respondió: .
“He aquí, mi Hijo vuelve a ser crucificado por los herejes y malos cristianos. .
Una vez más le están escupiendo en Su rostro. .
Por lo tanto, si tú aceptas, te pido que hagas penitencia y ayuno durante siete años, para aplacar la ira de mi Hijo que ahora cuelga pesada sobre toda la tierra”
La visión se había ido, y Lutgarde, con el corazón en fuego de deseo de hacer penitencia por un mundo lleno de pecado, comenzó el primero de sus tres ayunos de siete años.
UN AYUNO DE COMIDA
Durante estos años vivió de nada solo de pan y de la bebida ordinaria del convento, que sucedió ser cerveza suave.
Ayunos tan extraordinarios como éste, ya se habían conocido en la Iglesia antes de San Lutgarde, y de hecho, la talla común de los antiguos Padres del Desierto había sido un poco mejor que esto y se suele afirmar que sus ayunos eran milagrosos.
En el caso de una mujer – y con una constitución de ninguna manera demasiado fuerte – tal hazaña era evidentemente mucho más sorprendente, y, para disipar cualquier duda en cuanto a su carácter milagroso, Dios presentó pruebas de ello en la siguiente señal.
A San Lutgarde una vez más se le ordenó, bajo obediencia, tomar otros alimentos además de pan, pero era físicamente imposible para ella tragara cualquier otra cosa “incluso una habichuela”, como su biógrafo nos dice.
De hecho, añade que sus ayunos, en lugar de debilitar su salud, sólo aumentaron su fuerza y su poder de resistencia.
Este primer ayuno de siete años fue seguido por otro, y luego un tercer, que sólo diferían en detalles menores. .
El segundo fue también el resultado de una revelación, y su intención, en lugar de ser por los “malos cristianos y herejes” fue por los pecadores en general. . Además de pan ella puso un poco de verduras en su dieta esta vez.
Santa Lutgarde tenía el carácter de su vocación cada vez más profundamente grabada en su alma por una serie de visiones durante el tiempo de este ayuno.
Las visiones tuvieron lugar casi a diario, y por lo general tuvieron lugar en Misa.
Ella vería a Jesús de pie ante el rostro de Su Padre Celestial, enseñándole Sus heridas, que tenían la apariencia de haber sido recientemente abiertas y estaban llenas de sangre.
Volviendo a Lutgarde, nuestro Señor diría:
“¿No veis cómo me ofrezco enteramente a Mi Padre, por Mis pecadores.
De la misma manera, tendrías que ofrecerte enteramente a Mí por Mi pecadores, y evitar la ira que ha sido encendida en contra de ellos, en retribución por el pecado”.
Su tercer ayuno de siete años la llevó hasta el final de su vida. Su intención fue más específica y más urgente que cualquiera de los otros.
En 1239 o 1240, Cristo se le apareció de nuevo, y le advirtió que Su Iglesia estaba expuesta a los ataques de un enemigo poderoso.
Este ataque resultaría en un daño terrible a las almas, a menos que alguien se comprometiera a sufrir y ganar la gracia de Dios. . Así San Lutgarde comenzó su tercer y último ayuno. .
Ella murió en su séptimo año, pero su muerte sería serena con la confianza de la victoria.
Incluso en el año que la precedió, ella le contó a Tomás de Cantimpre (uno de sus biógrafos):
“Querido amigo, no te preocupes: este hombre que secretamente desea el derrocamiento de la Iglesia, ya sea que va a ser humillado por las oraciones de los fieles, o de lo contrario partirá de esta vida, y dejará a la Iglesia en paz”.
Al tiempo en que Tomas estaba escribiendo, sin embargo, estas profecías aún no se habían cumplido, a pesar de que pronto iban a ser, y por lo que no se atrevió a nombrar al enemigo que lo más probable fuera el emperador Federico II.
Federico II, culto y escéptico, consumido de orgullo y ambición y dado a una vida de indulgencia, apenas oculta su desprecio por la Iglesia y por la religión Cristiana – de hecho, por todas las religiones y por la misma noción de Dios.
Le habían oído decir que “tres impostores, Cristo, Moisés y Mahoma habían llevado al mundo a la ruina”.
Es de suponer que hombres como él estaban destinados a construir la, de nuevo a través de la incredulidad, el libertinaje, y la guerra.
También se dijo de él que una vez, al ver a un sacerdote que llevaba el Santísimo Sacramento a una persona enferma, había exclamado: “¿Cuánto tiempo más va a durar esta comedia?”.
Con esto podemos ver que él era un candidato probable que buscaba derrocar la Iglesia en ese momento.
A LUTGARDE SE LE DA LA HERIDA ESTIGMÁTICA EN EL COSTADO Y UN SUDOR DE SANGRE
Tomas Merton, en su biografía de la santa, informa que ella tenía una particular devoción a Santa Inés, la virgen y mártir romana. . Un día ella estaba rezando a Santa Inés, cuando .
“de repente una vena cerca de su corazón estalló, y por medio de una herida abierta en el costado, la sangre comenzó a derramarse, empapando su túnica y capucha”.
Luego cayó al suelo y “perdió sus sentidos”.
Ella nunca fue conocida por haber sido herida de esta manera otra vez, pero se sabe que ella mantuvo la cicatriz hasta el final de su vida.
Esto tuvo lugar cuando tenía veintinueve años de edad.
Los testigos de este evento fueron dos monjas, una llamada Margaret, la otra Lutgarde de Limmos, quienes lavaban la ropa de la santa.
Thomas Merton también dice que en muchas ocasiones, esta santa cisterciense, meditando de la Pasión de Cristo caería en éxtasis y la sudaba sangre.
Un sacerdote que había oído hablar de este sudor de sangre buscaba una oportunidad para presenciarlo por él mismo.
Un día él la halló en éxtasis, apoyada contra una pared, con la cara y las manos chorreando de sangre.
Encontrando un par de tijeras, se las arregló para cortar un mechón del cabello de la santa, que estaba mojado con sangre(lo hacía pensando en tener pruebas del evento, y también para tener el mechón de pelo como una reliquia). . Mientras estaba maravillado con la sangre en el mechón de pelo, la Santa de repente volvió en sí. .
Al instante la sangre se desvaneció; no sólo de la cara y las manos, sino también la sangre que estaba en sus manos. . Thomas Merton escribe: “En eso, el sacerdote estaba tan sorprendido que casi se derrumbó por el asombro”.
SU INTERCESIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO: UNA VISIÓN DEL PAPA INOCENCIO III
En julio de 1216, Santa Lutgarde de repente vio al Sumo Pontífice en una visión. Su cuerpo estaba envuelto en una gran llama.
Lutgarde no sabía que el Papa había muerto, ya que la noticia todavía no había llegado a Bélgica, e incluso si lo hubiera sabido, no habría sido capaz de reconocerlo ya que nunca lo había visto.
“¿Quién eres tú?”, preguntó a la figura en la llama.
“Yo soy el Papa Inocencio”.
“¡Qué!” gritó Lutgarde, en completo shock,
“¿Cómo es que usted, nuestro santo padre, está siendo atormentado en tan grande dolor?”
El Papa le reveló sus tres causas por qué se había concebido a sí mismo digno incluso del infierno. . Pero dijo que tenía la gracia merecida para escapar de ese tormento fundando un monasterio dedicado a la Madre de Dios. . Sin embargo, él dijo que había sido relegado al purgatorio hasta el Día del Juicio. . Pero rogó por sus oraciones – y ha añadido que la gracia de aparecer ante ella y darle a conocer su gran necesidad también se había obtenido para él por nuestra Señora.
Lutgarde emprendió alguna penitencia extraordinaria por el alma del gran Pontífice, pero su naturaleza no es revelada a nosotros por su biógrafo.
Tampoco se nos dice las tres causas de este sufrimiento.
Lutgarde le había hecho saber a Tomas de Cantimpre, pero éste decidió enterrarlos en el olvido, por respeto a la memoria de tan eminente Papa.
Una confirmación de su visión puede ser apoyada a través de una visión similar en relación con el Papa Inocencio III tenida por el Beato Simón de Aulne, contemporáneo de Santa Lutgarde.
Famoso por sus dones carismáticos, sobre todo por su conocimiento milagroso de los secretos de las almas.
Este santo hermano laico cisterciense había sido llamado a Roma por el mismo Inocencio III, en el momento del Concilio de Letrán, es decir, poco antes de su muerte.
Y el Papa le había consultado no sólo en cuestiones de política de la Iglesia, sino incluso en asuntos espirituales personales.
Así, podemos encontrar alguna confirmación adicional de este santo personaje.
OTRA VISITA DE UN ALMA DEL PURGATORIO
Nuestro siguiente caso es el de un cierto abad que debó su liberación del purgatorio a San Lutgarde.
Este hombre, un noble culto y talentoso de Alemania, entró en la Orden del Císter y llegó a ser abad de Foigny.
Un amante ferviente de la Regla, que sin embargo, había fallado en entender la tremenda importancia de su 73vo. capítulo, y la condena de San Benito de que
“el mal celo de amargura separa a los hombres de Dios y les lleva al infierno”.
Simon (como le llamaban al abad) trató de hacer cumplir la regla en duro, con el disciplinario espíritu de un oficial militar del ejército, en lugar de aplicarlo con la sabiduría y la discreción de un padre amoroso.
Tuvo la desgracia de morir súbitamente en este estado de ánimo, y pronto se dio cuenta de lo poco que hubo del espíritu de Cristo en su camino formando hombres.
Santa Lutgarde lo había conocido antes de su entrada en la Orden, y fue afectada en gran medida por la noticia de su muerte, por lo que ella comenzó a orar, hacer penitencia y ayuno, con fervor rogando a Dios por su liberación.
Pronto recibió una respuesta, de una voz celestial, que fueron acogidas favorablemente sus oraciones, y que todo iría bien con su amigo.
Pero Lutgarde no estaba satisfecha con una declaración tan vaga. No fue suficiente saber que él podría salir del purgatorio en algún momento pronto, ella quería oír que estaba definitivamente en el cielo.
Hasta entonces, no podía descansar, y, volviendo, le suplicó al Sagrado Corazón de quitar cualquier consuelo que Él había destinado para ella, y concederlos todos a la pobre alma sufriendo del abad de Foigny.
Cristo no mantuvo por mas tiempo Su ardiente Caridad en suspenso.
Él se le apareció al poco tiempo y trajo con Él al alma de quien había intercedido con tanta insistencia amorosa.
“Seca tus lágrimas, Mi amada” dijo nuestro Señor a la santa. “Aquí está”.
Lutgarde se arrojó de bruces en el suelo, adorando la misericordia de Dios y bendiciéndolo por Su generosidad.
El alma del abad Simón, exultante y alabando a Dios, agradeció a su benefactora, y ella lo vio entrar al cielo.
No debemos imaginar que estas visiones de almas sin cuerpo pasaron ante la mente (tal vez incluso los ojos del cuerpo) de Santa Lutgarde sin sorprenderla hasta la profundidad de su alma con movimientos de asombro, amor y miedo.
Pero tal vez la experiencia más aterradora fue que sobrenaturalmente fue informada de la muerte de su propia hermana.
De repente, un día, en el aire por encima de su cabeza, oyó un terrible, resonante grito, la voz de una mujer en una gran angustia: .
“Ten piedad de mí, hermana querida, ten misericordia de mí y ora por mí, y para alcanzar misericordia para mí, como lo hiciste para todas esas otras almas”.
Poco después, la noticia de la muerte de su hermana le llega por los medios ordinarios, confirmando lo que había oído.
Luego estuvo el caso del santo sacerdote Jean de Lierre, con cuyo consejo había entrado a Aywieres.
Él no tuvo que apelar a ella desde el purgatorio. Estas dos almas santas habían hecho un pacto entre las dos, en la que mutuamente prometieron que el primero de ellos en morir aparecería al otro a hacer el hecho conocido.
Jean de Lierre había ido a Roma en una misión en nombre de algunos conventos bajo su dirección en los Países Bajos, y murió al cruzar los Alpes.
Él no tardó en cumplir su convenio, se le apareció a Lutgarde en el claustro en Aywieres.
El hecho de que ella no se sorprendió al verlo allí y que, creyendo que estaba vivo, le hizo una señal para entrar en la sala donde se les permitía a las monjas hablar con los visitantes.
Él le respondió, diciendo: .
“Estoy muerto. He dejado este mundo. .
Pero he llegado para mantener mi pacto contigo, he de informarte de mi muerte como prometí delante de Dios”.
Cayendo de rodillas ante él, Lutgarde de repente vio sus vestiduras llenas de esplendor, ardiendo en blanco y rojo y azul.
Preguntándole el significado de estos colores le dijeron que el blanco significaba la inocencia inmaculada de la virginidad que el hombre santo había conservado toda su vida.
El rojo denotaba los trabajos y sufrimientos en la causa de la justicia, que había absorbido gran parte de su tiempo y energía durante la vida y que había llevado finalmente a su muerte.
El azul mostró la perfección de la vida espiritual, es decir su vida de oración y de su unión con Dios.
SU DON DE SANIDAD
Tomás de Cantimpre informa de una mujer que tuvo un hijo, un niño llamado John, que tenía ataques epilépticos.
Una noche, en un sueño, oyó las palabras:
“Ve a la Madre Lutgarde, que vive en Aywieres, y ella librará a tu hijo de su enfermedad.”
En consecuencia, al día siguiente la madre se levantó y tomó a su hijo y se fue a Aywieres. . Lutgarde dijo una oración, puso el dedo en la boca, al mismo tiempo haciendo con el pulgar la señal de la cruz sobre su pecho, y desde aquel día estaba completamente curado.
Había una buena dama de Lieja llamada Matilda, que tenía dos hijos adultos en el ejército y había perdido a su marido.
Dejando lo que tenía de propiedad a los dos soldados, entró a Aywieres para terminar su vida en paz en el servicio de Dios.
Ella se estaba convirtiendo en una anciana, y era bastante sorda.
Un día, mientras el coro cantaba Vísperas de alguna gran fiesta, alguien hizo una señal a la vieja hermana Matilde, en el sentido de que las monjas estaban cantando muy alto y era simplemente hermoso para escucharlos.
La pobre anciana entendió el significado de la señal, e inclinó la cabeza y se puso a llorar porque estaba tan sorda que no había oído nada.
Lutgarde llegó en ese momento y la vio llorando, y le hizo una señal, preguntando cuál era el problema.
La Hermana Matilde contestó que estaba llorando porque era sorda, y no podía oír el canto.
Esta respuesta despertó la compasión de la Santa. .
Se arrodilló y rezó un poco, luego, levantándose, se humedeció los dedos con saliva y los colocó en los oídos de Matilda.
Y entonces la vieja monja de repente sintió la pared que impedía todo el sonido de su mente romperse con un rugido, y sus oídos se abrieron, oyó el dulce canto en un torrente de un sonido claro y maravilloso.
Dejando escapar un grito de alegría, tanto que su corazón se llenó de acción de gracias a Dios por su bondad y misericordia infinita.
LA IDENTIFICACIÓN MILAGROSA DE UNA RELIQUIA DESCONOCIDA
El incidente se refiere al descubrimiento de algunas reliquias en el monasterio de Jouarre, cerca de Meaux, en Francia.
Estaban en una tumba de alabastro en una cripta de la Capilla y el sacerdote que los había descubierto, habiendo fallado por medios ordinarios para averiguar de quién eran las reliquias, le pidió a Santa Lutgarde orar por una revelación concerniente al tema.
Poco después, el santo olvidado se le apareció a Lutgarde y declaró que era Santa Osmanna. .
Una virgen e hija del rey de Irlanda, que había venido a Francia y asumido su morada en Bretaña, en la que había llevado una vida muy santa.
No queriendo confiar simplemente en su propia revelación privada, Lutgarde pidió a la santa irlandesa que confirmara esto apareciéndose también al sacerdote de Jouarre, cosa que hizo, con gran rapidez y generosidad, no sólo una vez sino tres veces seguidas.
ESTIGMATIZACIONES EN OTROS SANTOS
Veamos tres casos.
San Francisco de Asís, 1182-1226
En 1224, a la edad de cuarenta y dos años, San Francisco entrega a Pedro de Catania el cuidado de sus monjes y se retira a la montaña de Alvernia, para vivir allí ascéticamente y en contemplación.
Pasó la noche que precede la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, solo, en oración, no lejos de la ermita.
Al llegar la mañana tuvo una visión que Tomás de Celano describe en Acta Sanctorum de la siguiente manera:
“El percibió a un hombre de Dios, una especie de serafín, que tenía seis alas y se tenía sobre él con las manos extendidas, los pies juntos, como clavado en una cruz.
Dos alas se elevaban por sobre su cabeza, dos se desplegaban para volar y dos finalmente le ocultaban todo el cuerpo.
Al ver eso, el bienaventurado servidor del Altísimo se llenó de admiración, pero ignoró el sentido de esa visión y rebosaba de alegría, cuando consideraba la belleza del serafín, lleno de tristeza cuando pensaba en su suplicio y en sus dolores.
Ahora bien, mientras que reflexionaba con inquietud sobre lo que significaría esa visión, comenzaron a aparecer las marcas de los clavos en sus pies y en sus manos. .
Al lado derecho había una llaga que parecía hecha con un golpe de lanza”.
Después de este relato, Tomás de Celano describe los estigmas:
“Sus manos y sus pies estaban clavados en su centro. .
Las cabezas de los clavos, redondas y negras, estaban en el dorso de las manos y de los pies. . Las puntas algo largas aparecían por el otro lado, encorvándose y sobresalían de la carne, donde salían. . El costado derecho estaba como perforado por una lanza y la sangre fluía a menudo de la cicatriz”.
San Buenaventura, que era niño a la muerte del Santo, da exactamente la misma descripción según el testimonio ocular, especialmente del papa Alejandro IV.
Más de cincuenta Hermanos, de Santa Clara y sus Hermanas pudieron ver los estigmas, cuando murió San Francisco.
Son el tema de una nota de Fray León y de una carta de Fray Elias de Cortona.
Santa Verónica Giuliani, 1669-1727
La Iglesia celebra los estigmas de esta Santa en muchos pasajes de su oficio, el 9 de julio, sobre todo en la lección V:
“Entretanto, Jesús enriqueció a su esposa con los dones más ricos de su gracia.
Como lo atestigua la historia con sus múltiples pruebas, fue decorada de los sagrados estigmas, honrada con la corona de espinas y recibió la gracia de éxtasis casi perpetuos”.
Y en las Laudes, la oración reza así:
“Señor Jesucristo, que habéis decorado a la Virgen Verónica con los estigmas de vuestra Pasión, sednos propicio y acordadnos de crucificar nuestra carne para alcanzar también los goces eternos”.
Santa Verónica Giuliani recibió en 1697 los estigmas en las manos, en los pies, en torno de la cabeza en forma de círculo rojo con relieves que parecían espinas, y una llaga en el costado.
Se reprodujeron durante 30 años. Los médicos trataron de curar sus llagas y encerraron sus manos en guantes sellados, pero sin éxito.
Las llagas del costado dieron lugar a experiencias practicadas en 1707 por el padre Capellati, en 1714 por el padre Crivelli y en 1726 por el padre Guelfi, cuyas declaraciones bajo juramento forman parte de las actas de canonización.
El obispo, monseñor Eustachi, había llamado al padre Crivelli, jesuíta renombrado y sabio, para poner a prueba a Verónica.
El padre la hizo llegar al confesonario y le ordenó pedir a Dios que le hiciera conocer lo que él, su confesor, le ordenaría mentalmente.
Después de algunos instantes de oración, ella conoció los mandamientos formulados de pensamiento por el P. Crivelli y que eran:
1 – que la llaga del costado, que entonces estaba cerrada, se abriera de nuevo y sangrara como las de las manos y las de los pies;
2 – que se quedara todo el tiempo que él quisiera;
3 – que se cerrara cuando él la ordenara y esto en presencia de todos los testigos que le plugiera traer;
4 – que sufriera de manera visible, cuando lo estimara conveniente, todos los dolores de la Pasión;
5 – que después de haber sufrido la crucifixión, extendida en su lecho, la sufriera también de pie y en el aire, como se le ordenara, delante de él y de todos los que se agregaran.
Algunos días después el Padre le ordenó que cumpliera la primera orden durante la Misa y pidió insistentemente el favor a Dios.
Esto se realizó. Prohibió que la llaga se cerrara y previno al obispo.
Veintitrés días más tarde, se presentó con el obispo a la reja del coro.
El padre Crivelli pasó unas tijeras a Santa Verónica y le ordenó que cortara sus ropas sobre la llaga del costado.
Ambos comprobaron que la herida estaba abierta y sangraba.
El confesor ordenó que la llaga se cerrara inmediatamente, y ambos testigos vieron cerrarse la llaga, sin rastro alguno de cicatriz.
San Padre Pío de Pietrelcina, 1887-1968
Su verdadero nombre era Francisco Forgione. Nació de pobres campesinos de Pietrelcina (Benevento) en 1887.
Muy religioso, entró en la Orden de los Capuchinos, tomando el nombre de Pío.
De tiempo en tiempo había que enviarlo de vuelta a su pueblo natal, a causa de su salud, minada por enfermedades de carácter oscuro, localizadas en los intestinos.
En 1917 fué exceptuado por las autoridades militares, después de un examen radioscópico, por tuberculosis pulmonar.
Caía, por otra parte, a menudo en estados de ausencia, mientras celebraba la Santa Misa.
Pero no se ha comprobado que sufriera de estados epilépticos.
Sus superiores se decidieron a enviarlo al convento de San Giovanni Rotondo, localidad conocida por su salubridad.
Se hallaba allí desde varios meses, cuando el 17 de setiembre de 1918 recibió los estigmas, de los que no habló a nadie.
Pero, tres días más tarde, durante la celebración de la Misa, cayó de pronto de espaldas. . Los que lo levantaron y lo acostaron en el lecho, notaron entonces que sus manos y sus pies estaban atravesados por llagas sangrientas. .
En el costado izquierdo se veía una herida como la que podría causar un arma punzante.
El padre Provincial llamó al Dr. Luis Romanelli de Barletta, que después de un examen renovado varias veces, redactó una descripción minuciosa de las llagas, que terminaba diciendo:
“He visitado cinco veces al Padre Pío en quince meses y he comprobado modificaciones en sus llagas; pero no he hallado una sola nota clínica que me autorice a determinar su naturaleza”.
El Dr. Ángel María Merla, viejo alcalde socialista de San Giovanni Rotondo, que nunca ponía el pie en la Iglesia, cuidó del Padre Pío durante años y declaró que sus llagas eran realmente, a su parecer, de naturaleza sobrenatural.
Se hizo llamar entonces al Dr. Amico Bignami, profesor de la Universidad de Roma, célebre por sus trabajos en la materia, que permaneció en San Giovanni solamente dos horas.
Este profesor declaró que el Padre Pío estaba sano, en absoluto libre de tuberculosis, perfectamente normal en su sistema nervioso y en su aparato circulatorio.
Que no se trataba de un simulador o de un sujeto psicopático y que la actitud del Padre le había dejado una excelente impresión.
Comprobó la existencia de las lesiones en las manos y los pies, pero juzgó que las heridas en los pies no eran profundas.
Efectuó finalmente el vendaje habitual de las manos, que cerró con un sello de seguridad, esperando obtener de este modo la curación de las llagas en pocos días.
Muchos días después del término fijado, el vendaje fué quitado: las llagas aparecieron sin alteración alguna; fluía de ellas todavía sangre viva y brillante.
Tres meses después, las autoridades eclesiásticas solicitaron al Dr. Jorge Festa de Roma que visitara a su vez al Padre Pío para dar una información exacta sobre sus lesiones y al mismo tiempo sus impresiones científicas.
El doctor hizo la visita en octubre de 1919.
Comprobó la existencia de las llagas en las manos y los pies; pero encontró que ya no correspondían a las primeras descripciones dadas por el Dr. Romanelli.
La membrana que las recubría había desaparecido; las lesiones penetraban en el tejido subcutáneo y secretaban continuamente sangre, a través de una delgada escara.
La herida del costado tampoco correspondía más a la descripción que había hecho el Dr. Romanelli.
Se presentaba en forma de una cinta del largo de dos centímetros aproximadamente, con contornos muy netos.
El color era rosado; la llaga estaba recubierta al centro por una escara de un rojo parduzco.
Aunque la lesión era superficial, manaba gotas de sangre en gran cantidad, a tal punto que al levantar la venda de tela que la cubría y que estaba toda empapada de sangre y habiéndola reemplazado por un pañuelo blanco, el Dr. Festa lo retiró completamente impregnado después de unas diez horas.
Esta emisión sero-sanguínea era continuada.
Más de cinco años después, en octubre de 1925, el Dr. Festa operó al Padre Pío de una hernia que le atormentaba desde unos siete años.
En esta ocasión, pudo nuevamente estudiar los estigmas del capuchino, en condiciones interesantes. . Comprobó que todos los días alrededor de un vaso de sangre y agua mojaba las vendas que el Padre llevaba constantemente sobre sus heridas. . No se nota en ellas la menor traza de infección.
El Padre Pío, que presentó también fenómenos de levitación, lectura del pensamiento, etc.
ESTIGMATIZACIÓN EN PERSONAS PIADOSAS
Veamos algunos casos:
Pasidea Grogi, 1564-1615
Ofrecía la misma particularidad que Santa Francisca de las Cinco Llagas de tener las llagas traspasadas, lo que se verificó por el paso de un pequeño bastón.
El orificio de la palma de la mano y del dorso del pie era redondo, del tamaño de un dinero, el del dorso de la mano y de la planta de los pies era puntiforme.
La llaga del costado estaba a la izquierda y medía dos dedos. La cabeza llevaba los estigmas de la corona.
Los estigmas de la SantaFrancisca de las Cinco Llagas, 1715-1791 se presentaron en las manos, en los pies y en el costado.
Los de las manos y de los pies ofrecían la particularidad de ser transparentes, de manera que se podía ver a través de ellas.
Se recubrían en seguida con una ligera membrana, que no impedía sin embargo de ver la luz por transparencia.
Domenica Lazzari, 1815-1848
Es una de las estigmatizadas del Tirol que dio lugar a ardientes polémicas entre 1830 y 1840.
Los estigmas del dorso de las manos y de los pies, de un diámetro de tres centímetros, tenía a menudo forma de llagas cóncavas cónicas, a menudo un relieve rodeado de líneas irradiantes que sangraban.
Ernesto de Moy, profesor de derecho de la Universidad de Munich, escribe:
“Lo que nos sorprendió mucho, es que la sangre, en lugar de fluir hacia abajo por el costado del tobillo y del talón, se remontaba hacia la extremidad de los dedos y de allí descendía sobre la planta de los pies”.
Edmundo de Cázales, que acompañaba a de Moy, confirma el fenómeno, que también fue comprobado por lord Shrewsbury:
“La sangre fluía bajo los dedos de los pies, como si María Dominga hubiera pendido realmente de la cruz.
Ya habíamos oído hablar de esa anulación de las leyes de la naturaleza y tuvimos toda la comodidad de poder comprobarlo con nuestros propios ojos.”
Teresa Miollis, 1806-1877
Fué observada por el doctor Reverdit, que a este respecto escribió:
“Resulta que es bien cierto y bien comprobado por mí:
1° que la señora Miollis estaba afectada por una gastro-duode-no-hepatitis crónica, con cirro del píloro, desde los 14 años;
2° que a los síntomas diversos y somáticos vinculados a ese estado patológico, se asocian o se sustituyen a menudo en ella otros, de los que el arte no puede hallar explicación o que la ciencia no sabe cómo atribuir ni atender;
3° que entre estos últimos cabe señalar las estigmatizaciones frecuentes en la palma de las manos, menos frecuentes en el pecho, más raras en el dorso de los pies y en la cabeza, pero que yo he visto y vuelto a ver en cada uno de esos puntos, como otras personas desinteresadas;
4° que el flujo de sangre o hemorragia ocurre sin desnudación de la piel, en el caso más frecuente y del cual no queda rastro alguno sobre el sistema cutáneo.
Que conserva siempre sobre el pecho, sobre la parte posterior del esternón la forma de una cruz.
Que ha brindado el viernes santo de esa última cuaresma, a diecisiete personas que la han visto como yo, la forma de escara en la palma de las manos y de una desnudación viva sobre el dorso de los pies;
5° que se presenta siempre en forma de gotitas alrededor de la frente.
Que la flictena pemfigoide (pequeño tumor vesicular o en forma de campana) producida como por una quemadura sobre la región precordial, precedida de dolores internos y vivos en el corazón, se ha desarrollado muchas veces y en circunstancias en las que seguramente no se había aplicado ningún rubefaciente ni vesicante, y cuando no existía ninguna otra flictena sobre la superficie cutánea;
6° que las estigmatizaciones con diapedesis o sudor de sangre se produjeron bajo mis ojos, sin que ninguna causa apreciable hubiera podido explicar su origen, ya sea por picadura, presión, etc..
Que ellas se manifestaron indiferentemente antes, durante y después de la época menstrual sin que parecieran experimentar influencia alguna de las medicaciones o régimen prescripto, del estado morboso habitual y de las involuciones o recrudescencias del mismo;
7° que, bien distintamente de los síntomas de la afección orgánica o material existente, los síntomas sobrenaturales o extraordinarios de la estigmatización se manifestaban los días de fiesta o de devoción, y siguiendo las horas de la oración, de la meditación, etc., sin alguna regularidad y sin que pareciera participar en ello la voluntad, sino con el recogimiento fervoroso que acompañaba siempre la oración. .
Otras veces la voluntad no participaba en absoluto, siendo involuntaria la estigmatización o apareciendo hasta contra la voluntad…”
ESTIGMATIZACIONES PRESUMIBLEMENTE DIABÓLICAS
Tomaremos como ejemplo el caso de la hermana N…., que constituyó el tema de la tesis de doctorado en teología del abate Segaud (Lyon, 1899).
Los hechos se han desarrollado en 1890 y 1891.
Los dolores y los estigmas tenían lugar a veces en el coro de la capilla de la Casa.
Allí, en éxtasis, los ojos fijos sobre una visión invisible para todos los demás presentes, la señora N. permanecía largo tiempo en esa actitud, con los brazos en cruz y la frente sangrando en forma tal que sus compañeras debían secarla con paños.
A menudo también, arrodillada en la barra de hierro de su lecho o en otro lugar, y en éxtasis, se mantenía en posturas asombrosas y naturalmente imposibles, de equilibrio inestable.
La señora N. tenía estigmas en seis regiones diferentes de su cuerpo.
En la cabeza, en la mano derecha, en la izquierda, en el pie derecho, en el izquierdo y en el costado izquierdo del pecho.
En la cabeza: Sobre la región situada inmediatamente sobre la frente, se ve cierto número de manchas sembradas irregularmente a través de los cabellos.
Algunas son simplemente rosadas, otras negruzcas a raíz de la presencia de una costra delgada de sangre seca adherente.
Examinadas con lupa, cada mancha está cubiesrta por una epidermis resquebrajada y aparentemente estriada.
Algunas tienen el largo de una lenteja, otras son casi puntiformes.
En su conjunto, esas manchas o estigmas forman una banda transversal de unos diez centímetros de largo por siete u ocho de ancho.
Nada semejante hallamos en las regiones parietales y occipitales del cuero cabelludo.
En las manos: La disposición de los estigmas es exactamente la misma en ambas manos.
Sobre la cara dorsal, como sobre la palmar de cada mano, el estigma es representado por una placa roja netamente delimitada, regular, de forma rectangular, con el largo más grande en el sentido del eje de la mano.
La dimensión de esta placa roja es de 10 milímetros de ancho por 13 de largo. Su situación es exactamente al nivel del tercer metacarpo, tres centímetros sobre la interlínea articular metacarpofalangial.
El estigma dorsal y el palmar se corresponden con tal precisión, que si una aguja traspasara las manos perpendicularmente, penetrando por el centro del estigma, saldría por el centro del otro.
La superficie de cada estigma es de un rojo de mediana intensidad; tiene algunos desechos de epidermis, muchos de tinte negruzco en caso de una hemorragia reciente.
En los pies: La descripción precedente se adapta en todos sus puntos a los estigmas de los pies, en forma, color, aspecto y situación.
En el costado izquierdo: Un poco atrás del seno, debajo de la axila, al nivel de un espacio intercostal, existe una placa roja, de forma oval, con su diámetro mayor dirigido desde adelante hacia atrás, de la dimensión de una pieza de cinco francos.
Esa placa es más profunda en la zona central que en la periférica.
La presión digital provoca en ella un dolor muy vivo.
Tres meses después de este primer examen que nos diera las comprobaciones citadas, los estigmas nuevamente examinados habían crecido en forma notable y estaban más rojos.
Este del costado medía ocho centímetros de largo por tres de ancho, su forma era la de un rombo muy alargado.
Se distinguía una zona media de un rojo más vivo, recubierta de una epidermis rugosa y pardo-negruzca, indicio de hemorragia y una suerte de levantamiento ampollar de data reciente.
Hemorragias. A través de estos estigmas se producían dos clases de flujos: uno poco abundante e inconstante, compuesto de un líquido amarillento sero-fibrinoso, que mojaba la ropa; el otro más frecuente y marcado, constituido por sangre pura de un rojo vivo.
La cantidad de sangre perdida es muy apreciable, a veces leve, a veces abundante.
Las hemorragias mayores ocurren en los estigmas frontales y en el del costado izquierdo del pecho; las de los pies y de las manos son y fueron raras, muy pronunciadas en los primeros tiempos y reducidas más tarde a un rezumo.
La hemorragia de los estigmas frontales impregna toda la venda de la frente, la atraviesa y fluye sobre las mejillas de la vidente y hasta la losa donde se halla arrodillada.
En el costado izquierdo del pecho, el estigma da también un flujo importante que pasa a través de los vestidos.
Estas hemorragias y los dolores que la acompañan, acontecen durante el éxtasis, pero también fuera de él y a menudo durante el Santo Sacrificio de la Misa”.
Una vez ocurrió también que la vidente las sufrió sentada a la mesa, mientras que un sacerdote extranjero, del que no conocía la presencia, celebraba Misa.
Uno de los comisarios investigadores nombrado por la autoridad diocesana, vio a la vidente el coro de la capilla, las manos juntas en actitud de éxtasis frente a una visión para él invisible.
Durante todo el éxtasis, casi una hora, de su frente manó sangre muy pura que las demás religiosas secaban con un paño, y ella mantenía los brazos en cruz sin rigidez ni cansancio.
Los médicos que examinaron a la estigmatizada, llegaron a esta conclusión: .
“No es posible admitir que la concentración del pensamiento, por fuerte e intensa que se quiera, logre producir tales prodigios. .
Se trata de fenómenos de orden sobrenatural”.
Además la estigmatizada tenía visiones, éxtasis, discernimiento de conciencias, vista a la distancia, etc.
El examen de la causa, muy voluminoso, fue confiado a un teólogo muy versado en esta materia, que concluyó su informe así:
1° La mayoría de los fenómenos ocurridos a la señora N. no se pueden explicar naturalmente. Sobrepasan la fuerza de la naturaleza.
2° Ninguno de los fenómenos citados exige la intervención de Dios: no necesita, para ser realizado, de la omnipotencia divina.
3° Finalmente, en muchos de estos fenómenos hay el indicio, la marca de la influencia diabólica.
Estas tres conclusiones fueron desarrolladas y demostradas en una relación oral de casi cuatro horas ante el Obispo y su Consejo Episcopal, y se juzgó que todos los hechos acaecidos a la señora N. se debían a la intervención del demonio y que en consecuencia debían ser considerados y creídos como tales.
ESTIGMAS INVISIBLES
Los estigmas invisibles consisten en dolores con asiento en los lugares habituales de los estigmas. . Son ya primitivos, ya secundarios de estigmas visibles.
Su realidad se ha confirmado de dos maneras: a veces los estigmas invisibles se han tornado visibles con la muerte: es el caso de Santa Catalina de Siena (1347-1380) y el de Nicolás de Ravena (fallecido en 1398), que hiciera estudios de medicina.
A veces el estigmatizado, como en el caso de la Venerable Magdalena Rémuzat (1698-1730), comienza a dudar del origen sobrenatural de sus dolores, y los estigmas se tornan visibles.
EXAMEN CRÍTICO DE LAS INVESTIGACIONES
La estigmatización ofrece, pues, caracteres de la mayor complejidad: alcanza a sujetos de todas edades: Magdalena Morice (1736-1769) fué estigmatizada a los ocho años; Delicia de Giovanni (1560-1642) a los setenta y cinco.
Toca a los hombres y mujeres, a religiosos y laicos, a vírgenes y a madres de familia.
Ocurre en enfermos y en sanos que llevan una vida normal y cuyos estigmas fueron descubiertos recién después de la muerte.
Los estigmas ofrecen los aspectos más diversos, desde una simple mancha hasta las llagas traspasadas o los relieves en forma de clavos; desde un simple rezumo hasta las hemorragias abundantes.
Su ubicación es igualmente de las más variadas: a veces en el centro de la mano, a veces en el puño, a veces a la derecha y otras a la izquierda, a menudo en corona alrededor de la cabeza o en forma de interesar todo el cuero cabelludo, como si fuera debida a un gorro de espinas.
Las llagas son redondas, ovales, rectangulares o cuadradas y pueden tener las mismas dimensiones en el dorso y en la palma o en la planta; también a veces la llaga de entrada, correspondiente a la cabeza del clavo, es voluminosa, mientras que la otra es puntiforme.
La llaga principal puede ser palmar o dorsal.
Los estigmas no son, pues, una reproducción exacta de las llagas de Cristo, y por otra parte no parecen ser la reproducción de imágenes de Cristo que los estigmatizados hayan podido tener en la vida.
Por eso numerosos estigmatizados, anteriores al siglo XVII, tienen la llaga del costado a la izquierda, mientras que todos los Cristo de esa época, siguiendo la tradición, tienen la llaga a la derecha.
Del mismo modo, no conocemos un solo Crucifijo, en que la cabeza del clavo sea dorsal, como lo muestran ciertos estigmas, como el de Teresa Neumann, que forman una ancha placa dorsal y un agujero puntiforme palmar.
Recordemos que la mayor parte de los estigmatizados presentan fenómenos complementarios, como éxtasis, levitación, comuniones milagrosas visibles, don de idiomas, lectura del pensamiento, premoniciones o profecías durante su vida y el hecho de que el cuerpo de muchos goza de incorruptibilidad después de su muerte.
Los médicos se han dividido en dos escuelas en el asunto de los estigmas: unos han querido atribuirles siempre un origen sobrenatural, ya sea divino ya sea diabólico; otros un origen natural por acción psíquica.
El origen siempre sobrenatural tiene en su contra el hecho de que la Iglesia, suprema autoridad en la materia, no ha reconocido ese origen más que en número restringido de estigmas, y que ella exige otras pruebas que la sola existencia de los estigmas para formular esa opinión.
Por otra parte, el Dr. von Arnhard, que el Dr. du Prel afirma era muy versado en la literatura oriental, habló a menudo de numerosos estigmas en los ascetas musulmanes, que se dedican profundamente al estudio de la vida de Mahoma. . Se referirían a las heridas recibidas por el Profeta durante sus batallas.
Los yogi y los ascetas de Brahma serían capaces de producir fenómenos análogos a los estigmas. . Sin embargo ignoramos si se trata de verdaderas llagas o de simples sufusiones sanguíneas.
La ausencia de estigmatizados anterior al siglo XIII, siempre que sea exacta, se torna incomprensible si los estigmas son naturales: el ardor de fe de los primeros cristianos, su aspiración al martirio, a la que a veces se ha atribuido un carácter morboso, deberían haber engendrado una abundancia de estigmatizados, con el ejemplo del suplicio de la cruz aplicado muchas veces bajo sus mismos ojos.
Más tarde, al acercarse el año 1000, la exaltación religiosa hubiera debido hacerlos abundar.
Finalmente los Flagelantes de la Edad Media poseían todo lo que era necesario como neurosis y fanatismo, para hacer abrir estigmas naturales.
No, se comprende tampoco cómo los protestantes, mucho más nutridos con las Escrituras que los católicos en el inicio, y cuya piedad llegó a menudo al fanatismo, no hayan realizado ninguna estigmatización.
Finalmente, a estas objeciones teológicas, históricas y estadísticas, contra la estigmatización siempre natural, se agregan las debidas a la incertidumbre de las doctrinas médicas.
La medicina nos deja, pues, en plena incertidumbre, aun para el enorme grupo de estigmatizaciones a las que la Iglesia se rehúsa de atribuir un carácter sobrenatural.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Realmente, las estigmatizaciones, ya sean ellas sobrenaturales, ya sean naturales, implican grandes lecciones tanto morales como científicas.
La Iglesia nos enseña a ver en las estigmatizaciones de origen divino:
Una lección de piedad. Nuestro Señor acuerda a algunas almas de elección que, en su amor por Él, en su reconocimiento por la Redención que nos ha dado, desean compartir los sufrimientos de su Pasión, el privilegio de realizarla efectivamente en sus cuerpos.
Corona su amor cumpliendo su deseo y con eso los admite en su obra redentora.
Un testimonio de la solicitud divina. Gracias a la estigmatización, la Pasión redentora de Nuestro Señor, para las almas que comprenden su perpetuo renovarse en el Santo Sacrificio de la Misa, se convierte en otra cosa que el hecho histórico perdido en la lejanía de los siglos, sino en un hecho divino recordado a sus sentidos y a su espíritu por el milagro actualmente presente.
De allí las numerosas conversiones realizadas.
Un acto redentor. Nuestro Señor acuerda a los estigmatizados de participar realmente a los sufrimientos de la Pasión, y así, dada la reversibilidad de los méritos de la Comunión de los Santos, de merecer para los pecadores la gracia de la conversión o la remisión de una parte de la pena que corresponde a sus pecados.
Sucede todos los años en la Pascua Ortodoxa en el Santo Sepulcro.
El Sábado Santo los creyentes de las iglesias ortodoxas se reúnen en grandes multitudes.
Y presencian la bajada del Fuego del Cielo y encienden sus velas.
El Milagro del Fuego Santo es conocido, por los Cristianos de las Iglesias Ortodoxas, como “el más grande de todos los Milagros Cristianos”.
Lo más llamativo del fuego es que produce llama pero no quema por 33 minutos, luego de lo cual se transforma en un fuego normal.
EN QUE CONSISTE EL MILAGRO DEL FUEGO SANTO
El Milagro ocurre en La Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, la cual es, para millones de creyentes, el lugar más sagrado sobre la Tierra.
La Iglesia del Santo Sepulcro es un sitio enigmático, en sí mismo. . Los teólogos, historiadores y arqueólogos consideran que la Iglesia contiene el Gólgota, o sea la pequeña colina en la cual Jesucristo fue crucificado. .
Así como la “tumba nueva”, cerca del Gólgota, que recibió Su Cuerpo Muerto, como se lee en los Evangelios. .
Y que es en este también el mismo punto que los Cristianos creen que Él resucitó de entre los muertos.
El Fuego Santo tiene lugar cada año, a la misma hora, de la misma manera, y en el mismo lugar.
No se conoce ningún otro Milagro que ocurra, de manera tan regular, y por un período de tiempo tan extenso.
Se puede leer acerca de él en fuentes tan antiguas, como las del siglo cuarto después de Cristo.
Uno puede rastrear el Milagro del Fuego Santo, a través de los siglos, en los muchos itinerarios de Tierra Santa.
El abad ruso Daniel, en su itinerario, escrito en los años 1106 y 1107, presenta el “Milagro de la Luz Santa”, de una manera muy detallada, así como las ceremonias que lo enmarcan.
Él recuerda cómo el Patriarca entra en la capilla-Sepulcro (la Anastasis), con dos velas apagadas. .
El Patriarca se arrodilla frente a la piedra, sobre la cual Cristo fue colocado después de Su Muerte. .
Y dice ciertas oraciones. .
Después de las cuales ocurre el Milagro.
La Luz emana desde el centro de la piedra. .
Una Luz azul indefinible, que después de un tiempo, enciende las lámparas de aceite apagadas. .
Al igual que las dos velas del Patriarca.
Esta Luz es “El Fuego Santo”, y se propaga a todas las personas presentes en la Iglesia.
La ceremonia del “Milagro del Fuego Santo” es, tal vez, la ceremonia Cristiana más antigua e ininterrumpida en el mundo.
Desde el siglo cuarto después de Cristo, hasta nuestros días, diversas fuentes hablan del asombroso Milagro.
Por lo escrito en estas fuentes, es claro que el Milagro ha sido celebrado en el mismo punto, en el mismo día de Pascua, y con el mismo esquema litúrgico, a través de todos estos siglos.
Según la tradición, el Fuego Santo inflama de la tumba de Jesucristo en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén descendiendo por más de 1.500 años.
Y se cree que el año en que no se encienda será el último año en la historia de la humanidad.
CÓMO SE PROCEDE A ENCENDER EL FUEGO SANTO
El Fuego Santo ha estado descendiendo sobre el Santo Sepulcro de Jerusalén por más de 15 siglos.
Y lo más curioso de ese fuego es que tiene la apariencia de una llama pero sólo es ligeramente caliente.
Esto se ha medido con termómetros, pero además los peregrinos pueden tocarlo fácilmente y no quemarse.
Un historiador del siglo IV describe que en el año 162 funcionarios de la iglesia llenaron las lámparas de aceite con agua porque no había aceite.
Y el obispo ordenó a los funcionarios que encendieran las lámparas y se encendió la llama en cada una.
Este fenómeno se repite todos los Sábados Santos al mediodía.
Y para los ortodoxos tiene el propósito de recordar la resurrección de Jesucristo simbolizándolo como la luz del mundo.
La ceremonia comienza con un control de la tumba para detectar si hay algo espurio que puede provocar el encendido artificial del fuego.
Y luego todo se sella con una mezcla de miel y cera y arriba es puesto el sello de las autoridades.
La ceremonia comienza al mediodía con la letanía.
Durante la santa letanía dan tres vueltas alrededor del Santo Sepulcro.
Y entonces el patriarca se quita sus ropas quedándose solamente con su alba blanca.
Y es revisado por el Gobernador de Jerusalén y por el Jefe de Policía para asegurarse que no tiene nada que pueda encender la llama.
Y el guardián de la sacristía les da velas apagadas para que en ellas se deposite luego el fuego que se enciende espontáneamente.
Luego representantes de árabes, armenios y coptos besan la mano del patriarca para que pueda recibir el santo fuego, porque de otra forma no podría recibirlo según la tradición.
Entonces el patriarca entra con las velas apagadas al Santo Sepulcro junto con el patriarca armenio, con sacerdotes y diáconos.
Allí se arrodillan y rezan pidiendo a Jesús que envíe su Fuego Santo.
Y de repente se oye como un silbido y el fuego santo se posa sobre las velas que se encienden milagrosamente.
Luego el patriarca sale del santo sepulcro y reparte a la gente el Fuego Santo, qué permanecerá sin quemar durante 33 minutos.
Luego de lo cual la llama producirá quemaduras si se toca, porque se convertirá en un fuego normal.
LA PRESENCIA DE UN SACERDOTE ORTODOXO RUSO EN 2016 PARA INVESTIGARLO
En la ceremonia de la semana del sábado santo ortodoxo (30 de abril) del 2016, el ortodoxo ruso Fr. Gennady Zaridze fue en busca de pruebas científicas de que el fuego emana de Dios al Santo Sepulcro.
Él observó que en los primeros momentos después de su descenso, el fuego está sólo ligeramente caliente.
Los peregrinos puede tomarlo fácilmente en sus manos y lavarse la cara en él, sin hacer daño a sus manos o cara.
¿Es este un milagro?
Algunas personas, especialmente los cristianos no ortodoxos tienen sus dudas.
Pero no hubo duda en la mente de los más de 100 peregrinos de Rusia que fueron testigos de un milagro que les había llevado a Jerusalén dos días antes, el viernes.
En total, miles de cristianos estaban reunidos en Jerusalén para encender antorchas y velas de la llama sagrada en la víspera de la Pascua ortodoxa.
El sacerdote ortodoxo P. Gennady Zaridze de la ciudad rusa de Voronezh estaba entre ellos.
Él estaba allí para recibir la gracia de Dios transmitida por el Fuego Santo.
Pero también era allí como un miembro de la unión de los científicos ortodoxos para llevar a cabo un experimento: medir la temperatura del Fuego Santo con un dispositivo muy preciso que utiliza un láser.
Los resultados fueron sorprendentes. .
La temperatura inmediatamente después de haber recibido el fuego del Patriarca de Jerusalén y toda Palestina (alrededor de 14:34 hora Jerusalén el sábado, 30 de abril) era de 42°C. .
Pero 15 minutos más tarde, a las 2:49 de la tarde, que era de 320°C.
Para el P. Gennady estos resultados ofrecen un argumento científico claro de la existencia de la energía divina en la llama, que emana de Dios.
TESTIMONIO DEL PERIODISTA NIELS CHRISTIAN HVIDT
Este testimonio está escrito en primera persona.
Con el fin de indagar viajé a Jerusalén para estar presente en la ceremonia, en la cual el Milagro del Fuego Santo ocurre.
Y puedo dar testimonio de que no solo ocurrió en la antigua Iglesia, y durante toda la Edad Media, sino también el 18 de abril de 1998.
El Patriarca Griego Ortodoxo de Jerusalén es el hombre que, cada año, entra al Sepulcro para recibir el Fuego Santo.
Él es el testigo clave del Milagro.
Previamente a la ceremonia de este año, el Patriarca me recibió, en audiencia privada.
Donde tuve la oportunidad de hablar con él acerca del Milagro, con el fin de saber, exactamente, qué sucede en el sepulcro, y qué significado personal tiene el Milagro para él, en su vida espiritual.
Además, por su intervención, fui admitido a los balcones en el domo de la Iglesia del Santo Sepulcro.
Desde donde tuve una buena vista de la gran cantidad de gente que se había reunido alrededor del Sepulcro, en anticipación al «Gran Milagro del Fuego Santo».
¿Pero, qué exactamente, sucede en la Iglesia del Santo Sepulcro el Sábado de Pascua?.
¿Por qué tiene tal impacto en la Tradición Ortodoxa?
¿Por qué parece que nadie sabe del milagro, en los países Protestantes y Católicos?
EL MILAGRO OCURRE CADA AÑO EN EL SÁBADO DE LA PASCUA ORTODOXA
Hay muchos tipos de Cristianos Ortodoxos: Sirios, Armenios, Rusos y Griegos Ortodoxos, al igual que Coptos.
Tan sólo en la Iglesia del Santo Sepulcro, hay 7 distintas denominaciones Cristianas.
La fecha de la Pascua Ortodoxa se determina de acuerdo al Calendario Juliano y no en base al Calendario Gregoriano de Europa Occidenta.
Lo que significa que su Pascua, normalmente, ocurre en una fecha distinta a la fecha de la Pascua Protestante y la Católica.
Desde que Constantino, el Grande construyó la Iglesia del Santo Sepulcro, a mediados del siglo cuarto, ha sido destruida muchas veces.
Los Cruzados construyeron la Iglesia que vemos hoy en día.
Alrededor del Sepulcro de Jesús fue erigida una pequeña capilla con dos cuartos. .
Uno pequeño frente al Sepulcro, y el otro, el del propio Sepulcro, en donde no caben más de cinco personas.
Esta capilla es el centro de los acontecimientos hechos milagrosos.
Y el estar presente en la celebración, justifica totalmente, el término «acontecimiento», ya que la Iglesia del Santo Sepulcro, no se llena de esa manera, en ningún otro día del año.
Si uno desea entrar, tiene que calcular seis horas para formar fila.
Cada año, cientos de personas no pueden entrar debido a las multitudes.
Acuden peregrinaciones de todas partes del mundo, la mayoría de Grecia, pero en años recientes, ha aumentado el número de asistentes rusos, y de lo que eran los países de Europa Oriental.
Con el fin de estar tan cerca del Sepulcro, como sea posible, las peregrinaciones acampan alrededor de la Capilla-Sepulcro.
Y esperandesde la tarde del Viernes Santo, en anticipación a la maravilla del Sábado Santo.
El Milagro ocurre a las 2.00 P.M. pero, desde las 11.00 A.M., la Iglesia está completamente llena.
Desde las 11:00 A.M., y hasta la 1 P.M., los árabes Cristianos entonan cantos tradicionales, en voz alta.
Estos cantos datan de los tiempos de la ocupación turca de Jerusalén, en el Siglo XIII, un período, en el cual, a los Cristianos no se les permitía cantar sus cantos, en ninguna parte, más que en las Iglesias.
«Somos los Cristianos, lo hemos sido por siglos y esto seremos por siempre. ¡Amén !»,
Cantan fuertemente, acompañados por el sonido de tambores.
Los músicos que tocan los tambores se sientan sobre los hombros de otros, quienes danzan alrededor de la Capilla del Sepulcro.
Pero, a la 1:00 P.M., las canciones se terminan, y hay silencio.
Un silencio tenso y electrificado, por la anticipación de la gran manifestación del Poder de Dios que todos están a punto de atestiguar.
A la 1:00 P.M., una delegación de las autoridades locales, atraviesan entre la multitud.
Aunque estos oficiales no son Cristianos, son parte de las ceremonias.
En los tiempos de la ocupación turca de Palestina, eran turcos Musulmanes, hoy son israelíes.
Durante siglos, la presencia de estos oficiales ha sido una parte integrante de la ceremonia.
Su función es la de representar a los romanos, en tiempos de Jesús.
Los Evangelios hablan de los romanos que fueron a sellar la Tumba de Jesús, para que Sus Discípulos no se robaran Su Cuerpo, y dijeran que había resucitado.
De la misma manera, las autoridades israelíes, este Sábado de Pascua, acuden y sellan el Sepulcro, con cera.
Antes de que sellen la puerta, es costumbre que entren al Sepulcro a revisar que no haya ninguna fuente oculta que, fraudulentamente, pudiera producir el Milagro del fuego.
Tal y como los romanos estuvieron presentes para garantizar que no hubiera manipulación después de la muerte de Jesús, ahora, las autoridades locales israelíes se encuentran aquí, para garantizar que no haya engaño, en 1998.
Cuando el Sepulcro ha sido revisado y sellado, la Iglesia entera canta el Kyrie Eleison (Señor, ten misericordia).
A LA 1:45 P.M., EL PATRIARCA ENTRA EN ESCENA
Al final de una gran procesión que rodea el Sepulcro tres veces, es desvestido de sus vestiduras litúrgicas reales.
Quedando sólo con su alba blanca, una señal de humildad frente a la Gran Potencia de Dios, de la cual,va a ser el testigo clave.
Todas las lámparas de aceite han sido apagadas la noche anterior.
Y ahora, toda la luz artificial se apaga, de manera que, la mayoría de la Iglesia está envuelta en la oscuridad.
Con dos grandes velas, el Patriarca entra a la Capilla del Santo Sepulcro: primero al pequeño cuarto frente al Sepulcro y de ahí, al Sepulcro Mismo.
No es posible seguir los hechos dentro del Sepulcro, así que le pregunté al Patriarca de Jerusalén, acerca del centro de los acontecimientos.
«¿Su Beatitud, qué ocurre cuando usted entra en el Santo Sepulcro?»
«Entro al Sepulcro, y me arrodillo en santo temor, frente al lugar donde Cristo yacía después de Su Muerte, y donde Él Resucitó, de entre los muertos.
Orar en el Santo Sepulcro, en sí mismo, es siempre para mí, un momento muy sagrado, en un lugar muy sagrado.
Es aquí, donde Él Resucitó, con Gloria, y es de aquí, desde donde Él propagó Su Luz al mundo.
Juan, el Evangelista, escribe en el primer capítulo de su Evangelio, que Jesús es la Luz del Mundo.
Al arrodillarnos frente al lugar donde Él Resucitó de los muertos, somos partícipes de la cercanía inmediata de Su Gloriosa Resurrección».
Los Católicos y los Protestantes llaman a esta Iglesia, «La Iglesia del Santo Sepulcro».
Nosotros la llamamos «La Iglesia de la Resurrección».
La Resurrección de Cristo, para nosotros, los Ortodoxos, es el centro de nuestra fe.
En Su Resurrección, Cristo ha ganado la victoria final sobre la muerte, no solo Su Propia Muerte, sino la muerte de todos aquéllos que permanecerán cerca de Él.
No creo que sea coincidencia que el Fuego Santo llegue, exactamente, en este punto.
En Mateo 28,3, se dice que cuando Cristo Resucitó de entre los muertos, vino un ángel, vestido de una Luz temerosa.
Creo que la Luz sorprendente que envolvía al ángel, en la Resurrección del Señor, es la misma Luz que aparece, Milagrosamente, cada Sábado de Pascua.
Cristo quiere recordarnos que Su Resurrección es una realidad, y no sólo un mito.
Él, realmente, vino al mundo, con el fin de dar el Sacrificio necesario, a través de Su Muerte y Resurrección, para que el hombre pudiera ser reunido con Su Creador.
Busco mi camino, a través de la oscuridad, hacia la cámara interna, en la cual, caigo de rodillas. .
Aquí, digo ciertas oraciones que nos han sido dadas a través de los siglos y, habiéndolas dicho, espero. . Algunas veces, espero unos cuantos minutos, pero, normalmente, el Milagro ocurre inmediatamente después de que he dicho las oraciones. .
Desde el centro de la misma piedra, en la cual Jesús yació, surge una Luz indefinible. .
Generalmente, tiene un tinte azul, pero el color puede cambiar y tomar muchos matices diferentes. . No puede ser descrita en términos humanos. . La Luz se eleva de la piedra, como la niebla se eleva de un lago. .
Parece que la piedra estuviera cubierta por una nube, pero es Luz. . Cada año, esta Luz se comporta de manera diferente. . Algunas veces cubre solamente la piedra, mientras que otras veces, ilumina todo el Sepulcro, para que las personas que están paradas afuera de Él, puedan verlo lleno de esta Luz. . La Luz no quema. . En los dieciséis años que he sido Patriarca, en Jerusalén, y he recibido el Fuego Santo, nunca se me ha quemado la barba. .
La Luz es de una consistencia distinta al fuego normal que arde en una lámpara de aceite.
En cierto momento, la Luz se eleva y forma una columna, en la cual el Fuego es de una naturaleza diferente.
Por lo que puedo encender mis velas de él.
Una vez que recibí la Llama en mis velas, salgo y doy el Fuego, primero al Patriarca Armenio, y luego, al Copto.
Después, doy la Llama a todas las personas presentes en la Iglesia.
¿Cómo experimenta usted el Milagro, y qué significa para su vida espiritual?.
Cada año, el Milagro me conmueve, con la misma intensidad.
Cada vez, es un paso más hacia mi conversión.
Personalmente, es un gran consuelo contemplar la Fidelidad de Cristo hacia nosotros, la cual Él demuestra al darnos la Santa Llama, cada año, a pesar de nuestras fragilidades y fallas.
Experimentamos muchas maravillas en nuestras Iglesias, y los Milagros no son nada raro para nosotros.
Sucede a menudo, que los íconos lloran, cuando el Cielo quiere mostrar su cercanía con nosotros.
También tenemos santos, a quienes Dios les da muchos dones espirituales.
Pero ninguno de estos Milagros tiene un significado, tan penetrante y simbólico para nosotros, como el Milagro del Fuego Santo.
El Milagro es casi como un Sacramento.
Hace la Resurrección de Cristo presente, como si hubiera muerto, sólo hace algunos años».
Mientras el Patriarca está dentro de la capilla, arrodillado frente a la piedra, afuera hay oscuridad, pero no silencio.
Se escucha un fuerte murmullo, y el ambiente está muy tenso.
Cuando el Patriarca sale con las dos velas encendidas, que resplandecen, brillantes, en la oscuridad, un grito de júbilo resuena en la Iglesia, comparable solo al grito de gol en un partido de fútbol.
El Milagro no se limita a lo que ocurre dentro del Pequeño Sepulcro, donde el Patriarca ora. . Lo que es más significante es, que se ha reportado que la Luz azul aparece fuera del Sepulcro. .
Cada año, muchos creyentes dicen que esta Luz Milagrosa, por sí misma, enciende las velas que ellos sostienen en sus manos. . Todos en la Iglesia esperan, con velas, con la esperanza de que éstas se enciendan espontáneamente. .
A menudo, las lámparas de aceite cerradas, se prenden por sí mismas, ante los ojos de los peregrinos. .
Se ha visto a la Llama azul, moverse en diferentes lugares de la Iglesia.
Varios testimonios firmados por los peregrinos, cuyas velas se prendieron espontáneamente, testifican la validez de estos hechos.
La persona que, a cierta distancia del Sepulcro, experimenta el Milagro de ver su vela encendida, o el ver la Luz azul, generalmente, se va de Jerusalén cambiado.
Y para todos los que asistieron a la ceremonia, siempre hay un «antes y después» del Milagro del Fuego Santo en Jerusalén.
Uno se puede preguntar por qué el Milagro del Fuego Santo es casi desconocido en Europa Occidental.
En las áreas Protestantes, en cierta forma, se puede explicar por el hecho de que no hay una verdadera tradición para los Milagros.
La gente no sabe como clasificarlos, y éstos casi no se publican en los periódicos.
Pero, en la tradición Católica existe un gran interés por los Milagros. Entonces, ¿por qué casi no se conoce?
Sólo una explicación es suficiente: la política en la Iglesia.
Sólo las Iglesias Ortodoxas asisten a la ceremonia, enmarcando el Milagro.
Sólo ocurre en la fecha de la Pascua Ortodoxa, y sin la presencia de las autoridades Católicas.
Para ciertos Ortodoxos, esta evidencia es prueba de la noción de que la Iglesia Ortodoxa es la Única Iglesia Legítima de Cristo, en el mundo.
Y esta aseveración, obviamente, puede ocasionar ciertas inquietudes, en los círculos Católicos.
Como con cualquier otro Milagro, hay personas que creen que esto es un fraude, y solamente una obra maestra de propaganda Ortodoxa.
Creen que el Patriarca tiene un encendedor dentro del Sepulcro.
Estas críticas, sin embargo, se enfrentan a un número de problemas.
Los cerillos, y otros instrumentos para encender fuego, son inventos recientes.
Hasta hace sólo algunos cientos de años, encender un fuego era una tarea que requería mucho más tiempo, que los pocos minutos que el Patriarca está dentro del Sepulcro.
Tal vez, se podrá decir que él tiene una lámpara encendida adentro, de la cual él enciende las velas, pero las autoridades locales confirman haber revisado el Sepulcro, y no encontraron ninguna luz dentro.
Sin embargo, los más grandes argumentos contra un fraude, no son los testimonios de los distintos patriarcas.
Los retos más grandes, que confrontan los críticos, son los miles de testimonios independientes de los peregrinos, cuyas velas fueron encendidas, espontáneamente, frente a sus ojos, sin ninguna explicación posible.
De acuerdo con nuestras investigaciones, nunca ha sido posible filmar el momento en que las velas, o las lámparas de aceite se encienden por sí mismas.
Este Milagro, como muchos otros, están rodeados de factores inexplicables.
Como dijo el Arzobispo de Tiberias, cuando me encontré con él en Jerusalén:
El Milagro nunca ha sido filmado, y probablemente, nunca lo será.
Los Milagros no pueden ser probados.
Se requiere fe para que un Milagro traiga fruto en la vida de una persona, y sin este acto de fe, no hay Milagro, en sentido estricto.
El verdadero Milagro, en la tradición Cristiana, tiene un solo propósito: extender la Gracia de Dios a la creación.
Y Dios no puede extender Su Gracia, sin fe por parte de Sus Criaturas.
Todos los años van miles de peregrinos a la localidad valenciana de Llíria
Para participar de la festividad de San Vicente Ferrer.
En la romería a la Font de San Vicent.
Fuente de san Vicente Ferrer
Allí el co patrón valenciano hizo brotar un manantial en 1410 “con agua que nunca faltará”, palabras que la tradición atribuye al propio santo…
Pero no es este el único milagro de San Vicente. Él tenía el don de profecía y era un impresionante predicador.
INCREÍBLE PREDICADOR
San Vicente Ferrer fue un valenciano que nació en 1350 y murió en 1419, siendo el 5 de abril la celebración de su fiesta.
Fue canonizado en 1455 por el Papa Calixto III.
Su familia era muy católica y el pequeño Vicente desarrolló una gran devoción hacia Nuestro Señor, a la Santísima Virgen y por los pobres, a quienes daba suculentas limosnas.
Desde pequeño realizaba mortificaciones los viernes por la pasión de Nuestro Señor y los sábados en recuerdo de la Virgen María.
Se ordenó como domínico y a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad.
Otra característica era ser extremadamente buen mozo por lo que las mujeres se enamoraban de él.
Y como todos los santos importantes además tuvo frecuentes combates con el maligno.
En una de sus primeras prédicas ya mostró su condición de profecía.
En Barcelona anunció que esa noche llegarían barcos con alimentos que necesitaba la ciudad.
Efectivamente sucedió eso y la gente hizo una procesión para aclamarlo.
A partir de ahí recorrería España, Francia, Italia…, convirtiendo especialmente a los judíos y a los musulmanes.
La gran característica popular de este Santo fueron sus prédicas.
No se podían hacer en templos porque era demasiada la gente y se hacían al aire libre
Pero aun así su voz poderosa llegaba a todos los presentes.
Vicente programaba cuidadosamente sus prédicas y oraba 5 horas para pedir iluminación a Dios.
Sus prédicas duraban más de 2 horas e incluso el sermón de Las 7 Palabras duraba 6 horas.
Durante este tiempo la gente quedaba embelesada, al punto que se hacían procesiones para acompañar al santo de una ciudad a otra.
En las cuales había un gran número de sacerdotes que eran llevados para la confesión.
Uno de los temas de predica que lo distinguían era la predicación del juicio final, por lo cual se ganó el mote de “Ángel del Apocalipsis”.
Además de su fama de predicador San Vicente fue famoso por sus milagros, del que relataremos algunos.
Y a pesar de su fama y poderes conservó la humildad, durmiendo por ejemplo siempre en el suelo.
También tenía mucho sentido común porque le recomendaba a las esposas llevar un frasquito de agua bendita para evitar las peleas con el esposo.
Cuándo comenzaran a peleas les recomendaba ponerse en la boca el agua y no tragarla hasta que el esposo se callara; obviamente con esto se evitaba la pelea
A eso se le llamó el “agua de Fray Vicente”.
“MILAGRERO” Y CON EL “DON DE LENGUAS”
La devoción a San Vicente Ferrer también salta las fronteras. .
Más de 300.000 peregrinos, procedente de todo el mundo, visitan la tumba del santo que se encuentra en la capital francesa de Vannes, donde falleció en 1419.
En el Proceso de su Canonización se recogen 860 prodigios o milagros, obrados por el Predicador Dominico en vida y después de morir, que escrupulosamente comprobaron los Jueces del Proceso.
San Vicente Ferrer, predicando siempre en lengua Valenciana, le entendían los castellanos, los del norte de Francia, los vascos, los italianos del Piamonte y Lombardía.
Muchos testigos declararon en el Proceso que, hablando Vicente Ferrer en Valenciano, ellos le entendían perfectamente en su lengua nativa. .
Por lo mismo, hay que admitir que, a San Vicente Ferrer, se le concedió el “don de lenguas”.
El mismo tipo de Don de Lenguas que recibieron los Apóstoles el día de Pentecostés.
Veamos ahora algunos milagros de San Vicente.
EL MILAGRO DE LA FUENTE
El día 26 de Agosto de 1410 el santo se dirigió a Llíria, ya que sus vecinos estaban sumamente afligidos por se les había secado su caudalosa fuente, que era toda su fuente de riqueza.
Compadecido el Santo, celebró misa en el lugar donde solía manar el agua. .
Y bendiciéndolo, volvió a salir agua en abundancia, prometiendo el santo que jamás faltaría allí el agua, como así sigue siendo en la actualidad.
En dicho lugar, conocido como San Vicente de Líria, se levantó una ermita en honor al Santo y se habilitó posteriormente como zona de recreo.
En Villar del Arzobispo, vemos un milagro similar, pues estaba pasando una sequía y el pueblo le pidió al Santo, que estuviera predicando allí, que les llevara agua.
San Vicente preguntó si querían rio o fuente, a lo cual contestaron fuente y entonces, manó una fuente.
Cerca de ésta se construyó una ermita en su honor durante los siglos XV al XVII, de estilo gótico tardío con posteriores añadidos.
Pero además de milagros con fuentes, San Vicente hizo muchos milagros.
MILAGRO DEL PAÑUELO (MILACRE DEL MOCADORET)
En 1385 predicando el santo en Valencia, en la Plaza del Mercado, se detuvo y muy conmovido dijo a los oyentes:
“Hermanos, ahora mismo estoy viendo que unos hermanos nuestros piden un socorro inmediato, que si no se les da morirán”.
Le preguntaron dónde estaban esas personas. El santo contestó:
“Seguid a mi pañuelo, y donde él entre, entrad.”
Y lanzó al aire su pañuelo, el cual entró por la ventana de una buhardilla. . En ella se estaba muriendo de hambre una familia, que fue socorrida.
Según la tradición la casa estaba ubicada en la actual plaza del “Milacre del Mocadoret Nº 5 (junto a la plaza de la Reina), donde hay una placa que lo recuerda.
MILAGRO DEL TENDERO (MILACRE DEL SALSER)
En 1359, el comerciante en especies Miguel Garrigues, que vivía en la misma calle que los Ferrer, tenía un hijo que sufría unas úlceras malignas en el cuello y de las que le curó el también niño Vicente.
En la fachada del Nº 37 de la actual calle del Mar, muy cerca del lugar en el que según la tradición ocurrió este hecho, hay un retablo en cerámica valenciana que lo recuerda.
Este hecho es uno de los orígenes de la devoción popular valenciana de las representaciones de diversos milagros (milacres) suyos en los Altares de las calles el día de su fiesta.
LA FIESTAS
El recorrido, de más de tres kilómetros, parte habitualmente a las 9:00 horas desde la iglesia de la Asunción de Llíria, hasta llegar a la ermita de San Vicente Ferrer, situada junto a la Font de Sant Vicent, en el término municipal de la localidad.
A continuación, los peregrinos introducen la imagen del santo, co patrón de la localidad de Llíria, en el interior de la ermita, para la celebración de una solemne misa.
Tras la eucaristía, oficiada en lengua valenciana, el sacerdote bendice las aguas del manantial.
Para recordar la antigua tradición y la bendición del olivo que el mismo padre Vicente Ferrer hizo y que aún hoy se conserva en el lado de las fuentes del manantial.
Tal y como dijo el Santo, no ha faltado nunca el agua en el manantial.
De regreso de nuevo a la localidad, la imagen del santo se cruza con la del patrono de Llíria, San Miguel.
Con las dos imágenes a cuestas, entre tracas y música, los feligreses devolverán a la parroquia de la Asunción la imagen de San Vicente Ferrer.
Permanece en la ermita una pequeña imagen de San Vicente.
La imagen que va en romería se encuentra todo el año en la Iglesia de La Asunción, y sólo el domingo siguiente al lunes de Pascua pasa el día en su ermita.
ORACIONES A SAN VICENTE FERRER
ORACIÓN PARA SUPLICAR LA INTERCESIÓN DE SAN VICENTE FERRER
Gloriosísimo padre mío San Vicente, bienhechor mío amabilísimo, convencido de la gloria y poderío de que gozas ante Dios, y que ejerces en favor de todos los verdaderos devotos tuyos, y animado también de grandísima confianza en tu poderoso patrocinio, vengo a ti en visita humilde.
Me postro delante de tu santa imagen, como un hijo ante su amoroso padre, como un pobre vasallo ante su generoso rey, como un afligido enfermo ante su compasivo médico.
Veme aquí arrodillado a tus benditos pies, lleno de pesares y tristezas, de enfermedades y miserias, lleno, en fin, de toda clase de necesidades en el alma y en el cuerpo.
A ti he acudido con toda mi fe y toda mi confianza para que te dignes remediarme, sacándome de angustias y concediéndome los favores que te pido.
Ayúdame, pues, Santo mío, poderosísimo y clemente; sáname de las dolencias que me afligen; alcánzame de Dios la gracia de convertirme de todo corazón a El y de servirle hasta la muerte.
Consuélame y aliéntame en todos mis trabajos con tu asistencia santa; líbrame de todos los peligros que por todas partes me rodean y consérvame siempre la salud que necesito en alma y cuerpo para que de esta manera pueda cumplir los divinos mandamientos y las obligaciones de mi propio estado, y pueda también seguir honrándote a ti mismo con devoción ferviente y con toda mi tierna gratitud por tus bondades de verdadero padre para conmigo.
Escúchame, Santo mío, acogiendo benignamente mis clamores; y al concederme los favores que a ti pido y espero, concédeme también la gran dicha de imitarte en tus preciosas virtudes, especialmente en el amor a Jesucristo, Redentor Divino nuestro, en la caridad para con mis prójimos, en la mortificación de mis sentidos, en la devoción tierna y constante a nuestra amantísima Madre, la Santísima Virgen del Rosario, y, en fin, en la meditación continua de mi muerte y del tremendo día del juicio. Así sea.
(Tres padrenuestros, avemarías y gloria).
ORACIÓN PARA PEDIR LA SALUD DEL ALMA Y DEL CUERPO
¡Amantísimo Padre y Protector mío, San Vicente Ferrer! Alcánzame una fe viva y sincera para valorar debidamente las cosas divinas, rectitud y pureza de costumbres como la que tú predicabas, y caridad ardiente para amar a Dios y al prójimo.
Tú, que nunca dejaste sin consuelo a los que confían en ti, no me olvides en mis tribulaciones. Dame la salud del alma y la salud del cuerpo.
Remedia todos mis males. Y dame la perseverancia en el bien para que pueda acompañarte en la gloria por toda la eternidad. Amén.
El análisis de los milagros de sanación que hizo Jesús en su vida humana es importante para nosotros.
Porque hay ciertas particularidades en ellos que nos permiten comprender cómo se logra la sanación de una enfermedad.
Y además nos permite comprender qué podemos esperar de los milagros hoy.
Jesús no desparramó milagros de sanación por doquier. . Sus milagros tuvieron una misión y una función precisas. . Y es de acuerdo a ellas que debemos identificar los milagros en el día de hoy.
Sólo en los cuatro evangelios se registran 37 milagros de Jesús, pero hay más en la Biblia.
Incluso Juan 21: 25 dice que Jesús hizo mucho más cosas que no cabrían en todos los libros, si se escribieran.
Las características que hacen únicos a estos milagros es que fueron instantáneos, no requirieron convalecencia, no se utilizó ninguna medicina y la dolencia remitió sin dar marcha atrás.
¿CUÁLES FUERON LOS MILAGROS DE JESÚS?
El Nuevo Testamento habla de la sorpresa de los milagros que realizó Jesús y también de los realizados por los apóstoles en la Iglesia Primitiva (Lucas 5: 25, Hechos 5: 12)
La Biblia se refiere a los milagros con tres tipos de palabras:
Poder (dynamis), que significa «acto poderoso»;
Signo (semeion), que se refiere a un milagro que figurativamente representa otra cosa, como el reino de Dios;
Maravilla (teras), que indica algo extraordinario.
Esto habla sobre la función de los milagros.
Los milagros de Jesucristo en el Nuevo Testamento tienen un propósito específico; no fueron realizados al azar ni como espectáculo.
Algunas veces Jesús actuó realizando milagros apelando a su propia autoridad y en otras invocó al Padre.
Cada milagro fue acompañado por un mensaje que confirmaba la autoridad de Cristo como Hijo de Dios y la venida del Reino de Dios a la Tierra.
Si no se cumplían estos criterios Jesús se negaba a realizar milagros.
Por ejemplo no realizó ningún milagro ante Herodes (Lucas 23: 8-9)
Algunos de los milagros más asombrosos de Jesús fueron levantar personas entre los muertos, devolver la vista a los ciegos, expulsar demonios, sanar a los enfermos, caminar sobre el agua.
Todos los cuales mostraron la evidencia de su naturaleza divina, en un intento de abrir los corazones al mensaje de salvación y a la glorificación de Dios.
Además estás señales y prodigios mostraron el poder absoluto de Cristo sobre la naturaleza y su misericordia ilimitada.
Su revelación como el Mesías prometido se produjo en las Bodas de Caná, cuando realizó el primer signo de convertir el agua en vino a pedido de Su Madre.
Esto marcó el comienzo de su ministerio público de escasos 3 años.
MILAGROS DE SANACIÓN
Nadie ni sus enemigos plantearon dudas sobre su capacidad de sanar enfermedades y dolencias.
Pero lo que hay que tener claro es que Jesús siempre tuvo un propósito para las curaciones, distinto a la curación por sí misma.
El no sano sólo por el bien de la curación. Todas las sanaciones tuvieron que ver con su misión y con su identidad como Mesías.
Tampoco Jesús sanó a todos los que necesitaban ser sanados.
En varias ocasiones encontramos con que Jesús se fue de al lado de personas enfermas sin curarlas.
Por ejemplo en el estanque de Bethesda Jesús sano a una sola persona enferma.
Ahí había cantidad de enfermos, ciegos, cojos, paralizados, que esperaban el movimiento del agua y sanó sólo a un hombre de 38 años (Juan 5: 3-5)
También dejó el pueblo de Cafarnaum sin curar a todos, esto se explica en Marcos 1: 32-39.
De modo que Jesús no vino a la Tierra con el cometido único de sanar personas, sino de predicar.
Las sanaciones eran la evidencia que daba justificación a sus enseñanzas.
Las multitudes lo buscaban trayendo sus enfermos para que los sanara.
Pero Jesús tenía cosas más importantes como predicar el mensaje de que el Reino de Dios había llegado.
Tampoco vemos a Jesús realizando todos los milagros que les pidieron que hiciera.
En algunos casos los hizo y en otros no, como por ejemplo cuando los líderes religiosos le exigieron una señal.
Él se refirió a ellos cómo generación malvada y adúltera, diciendo que la señal era la de Jonás, que pasó tres días y tres noches dentro de la ballena (Mateo 12: 38-40).
Y como vimos Jesús tampoco realizó ningún milagro para Herodes.
Las curaciones de Jesús fueron el cumplimiento de las profecías del Mesías que esperaba el pueblo judío.
En los cuatro evangelios se dice que Jesús sanó sobrenaturalmente las personas para cumplir tales profecías bíblicas, ver Mateo 8: 16-17
La profecía estuvo dada en Isaías 53: 4, cuando dice que “Él tomó nuestro dolor y cargo con nuestros sufrimientos…”.
También Jesús hizo milagros de sanación para que la gente comprendiera que sus pecados eran perdonados.
El caso más típico de demostración de la autoridad del hijo del hombre en la tierra para perdonar los pecados es cuando le dijo al hombre “levántate toma tu camilla y vete a tu casa” (Marcos 2: 10-12)
Jesus sanó para demostrarle a Juan el Bautista que Él era el verdadero Mesías.
Cuando Juan Bautista estaba en la cárcel pidió a sus discípulos que le preguntarán a Jesús si Él era el Mesías que había de venir.
Y Jesús les dijo que le recordaran a Juan sus milagros: los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y las buenas nuevas son proclamadas a los pobres (Mateo 11: 26)
Además Jesús sanó para mostrar las obras de Dios para que Dios recibiera Gloria.
Esto por ejemplo lo dijo cuando curó a un ciego “sucedió para que las obras de Dios se manifiesten en él…” (Juan 9: 3)
Es más, Jesús sugirió que la enfermedad de este hombre tenía el propósito de que las obras de Dios se mostrarán en él.
Lo mismo sucedió con la enfermedad de Lázaro que dijo que “sucedió para la gloria de Dios y para que el hijo de Dios reciba la gloria…” (Juan 11: 4).
Finalmente Jesús sanó para que la gente pudiera creer en Él.
En Juan 20: 30-31 se dice que Jesús hizo muchas otras señales que no están escritas.
Pero que la que están escritas son para que se pueda creer que Jesús es el hijo de Dios.
Es por esto que los milagros a veces se nominan con el nombre de signos, porque son señales para mostrar que el Mesías o Cristo ha llegado.
DOLENCIAS FÍSICAS Y ESPIRITUALES CURADAS BAJO 3 CONDICIONES
Los evangelios están llenos de milagros de sanaciones de Jesús.
En general pensamos que curaba las dolencias físicas porque son las más espectaculares.
Pero también las curaciones de Jesús fueron de personas enfermas del espíritu.
E incluso cuando sanó a alguien en su cuerpo también lo hizo globalmente abarcando su espíritu.
Porque Jesús vino a sanar a los enfermos físicos y a los enfermos espirituales, porque la enfermedad abarca el cuerpo y el alma a la vez.
Por tanto los milagros de curación apuntan hacia la misericordia de Dios para auxiliarnos globalmente.
Además si Jesús pudo sanar a un paralítico o a un leproso entonces también puede perdonar nuestros pecados.
Queda claro también que Jesús sanó aquellos que deseaban su sanidad.
Que sanó a aquellos que creían, confiaban y se acercaron a Él para ser sanados.
Entre líneas podemos leer tres condiciones que Jesús pone en general para la sanación.
Uno es reconocer que hay un problema, porque a menos que uno no piense que está enfermo no va buscar a un médico.
La segunda condición es que la curación depende de la fe de las personas.
En algún caso vemos que es la fe de la propia persona enferma.
Y en otros casos vemos que es la fe de la persona que vino a pedir por el enfermo.
Aquí hay un mensaje más general de Jesús: es nuestra fe la que nos salvará.
Y es nuestra fe la que nos traerá la paz y nos curará de las aflicciones.
La frase “no tengas miedo” asociada a “ten fe” son centrales en la prédica de Jesús.
Y no importa que tan fuerte es la fe, porque si tenemos fe del tamaño de un grano de mostaza Jesús nos dice que podremos llegar a mover montañas.
La tercera condición para la sanación que establece es que Jesús sana aquellos que se acercan a Él, no sólo presencialmente sino también por intermedio de otra persona.
De modo que la sanación requiere el acto previo nuestro de acercamiento a Jesús en la búsqueda de sanación, un apostar a Él.
PORQUE NO VEMOS HOY MILAGROS COMO LOS DEL PRIMER SIGLO
Los milagros hoy parecen raros a los ojos de los contemporáneos.
Sentimos que hay algo diferente en la forma en que Dios hizo los milagros en el Antiguo y en el Nuevo Testamento respecto a los que suceden hoy.
¿Porque no experimentamos hoy los milagros del Nuevo Testamento?
Ya hemos dicho que los milagros tenían la función en el Antiguo y Nuevo Testamento de mostrar un propósito más grande.
Evidenciar el plan redentor de Dios y la autenticidad de los mensajeros de Dios que traían la revelación a la humanidad.
En el Antiguo Testamento los milagros que hizo Moisés trataban de demostrar su legitimidad como portavoz de Dios (Éxodo 4: 1-9).
Lo mismo que los profetas, a quiénes Dios concedió la capacidad de hacer milagros para verificar Su autoridad (1 Reyes 17: 17-24, 18: 36-39, 2 Reyes 1:10).
Y en el caso de los milagros en el Nuevo Testamento, como ya hemos dicho, tenían la función de autenticar a Cristo y a sus apóstoles.
En especial los milagros de Jesús autenticaron su papel central en el plan divino que traía la salvación (Lucas 7: 22).
En este marco Él sana a los enfermos, expulsa a los espíritus malignos y cura una cantidad de enfermedades como flujo de sangre, mano seca, ceguera, sordera, parálisis, epilepsia, lepra, hidropesía, fiebre y resucita a los muertos.
Esto muestra Su poder sobrenatural sobre la naturaleza.
Y apunta a la restauración de la creación del Reino de Dios, diciendo que el Reino de Dios ha llegado.
Es en este marco que convierte el agua en vino y multiplica los panes y peces.
Y que da testimonio de que el Reino de Dios ha comenzado a expandir resultados beneficiosos en las personas.
El concepto es que las obras milagrosas de Jesús denotaban que el Dios de Israel estaba actuando una vez más en medio de su pueblo.
Los milagros condujeron a la creencia, al asombro y a la adoración.
Por lo tanto los milagros no deben verse como una suspensión del orden natural, sino por la restauración del orden natural que Jesús vino a traer.
Los milagros que sucedieron después en la Iglesia Primitiva tenía la función de verificar la autenticidad de la revelación hecha por Jesús sobre la apertura de una nueva era escatológica.
Este mismo propósito de legitimar el plan Redentor de Dios revelado es el mismo que cumplen los milagros hoy.
Por lo tanto no es inapropiado buscar milagros hoy para confirmar la veracidad del mensaje del Evangelio, ayudar a los necesitados, eliminar obstáculos para la conversión de la gente y dar gloria a Dios.
Los milagros aún ocurren pero los cristianos deben evitar los extremos de ver todo como un milagro y no ver nada como un milagro.
Lo que ha sucedido en los últimos siglos es que el cristianismo se ha llenado de escepticismo respecto a lo sobrenatural.
Hay una capa que se llaman a sí mismos católicos maduros que interpretan cualquier cosa aparentemente sobrenatural como algo producido por el mundo natural.
No conciben que aún existan los milagros que se produjeron en la Iglesia Primitiva.
E incluso llegan a desestimar los milagros relatados en los evangelios como una exageración o como el conocimiento rudimentario de la medicina en aquella época.
El vaciamiento de lo sobrenatural está haciendo un grave daño a la Iglesia, porque es el inicio de la duda sistemática sobre la revelación de Dios, e incluso de la deidad del propio Jesús.
Pero en segundo lugar los cristianos deben ampliar su criterio para comprender los milagros.
Deberían incorporar como milagros el sostén providencial de Dios en los asuntos cotidianos de la fe de la gente y las obras de redención realizadas por la Iglesia.
Cuando Jesús dice a los discípulos que ellos harán más milagros que los que hizo Él, posiblemente estuviera hablando de las obras que realizaría la Iglesia, porque abarcaría muchas personas y un período mucho más largo.
Los signos y las obras que hizo Jesús durante su ministerio fueron el inicio de la expansión de la revelación.
Y luego de la Ascensión de Jesús quedan las obras que los creyentes hacen a través del Espíritu revelando verdaderamente el plan de Dios y que Jesús era verdaderamente su hijo.
Las obras abarcan la evangelización, la comunicación del perdón de los pecados y también las sanidades.
¿Existen curaciones sobrenaturales en el mundo de hoy?
El innegable efecto de las misas de sanación lo demuestra.
Los milagros producidos en Lourdes también son un signo.
No todos los que van al Santuario de Lourdes se sanan. Pero los que lo hacen son el testimonio de la acción milagrosa de Dios.
Otro tanto se puede decir de los milagros producidos en los santuarios marianos alrededor de todo el mundo.
Y actualmente en especial las conversiones que se logran en Medjugorje.
Podemos tener el privilegio de presenciar eventos claramente sobrenaturales y milagrosos o no.
Pero debemos estar abiertos a que esto sucede, estando atentos a los testimonios que se publican.
Y también debemos asentir que Dios está trabajando activamente en el mundo edificando su Iglesia, de una manera sobrenatural, apoyada en los cristianos que evangelizan.
ANEXO: LISTADO DE CURACIONES DE JESÚS
Siete curaciones de espíritus inmundos
En estos pasajes se puede observar que incluso los demonios se postran ante Jesús, lo obedecen y lo reconocen como el Santo Hijo de Dios.
• El de la región de Gerasa (Mt. 8:28-34, Mc. 5:1-20, Lc. 8:26-29): Era poseído por muchos espíritus inmundos que se hacían llamar Legión, que fueron expulsados y entraron en un hato de cerdos, que luego murieron.
• El mudo (Mt. 9:32-34): La gente estaba asombrada y los fariseos afirmaban que gracias al príncipe de los demonios Jesús realizaba sus exorcismos.
• El endemoniado ciego y mudo (Mt. 12:22-23, Lc. 11:14-15)
• La hija de la cananea (Mt. 15:21-28, Mc. 7:24-30): Fue un milagro llevado a cabo en la región de Tiro y de Sidón, por petición y gracia a la fe de la madre de la víctima.
• El niño epiléptico (Mt. 17:14-21, Mc. 9:14-29, Lc. 9:37-43): Los discípulos que acompañaban a Jesús no pudieron curar al niño porque tenían falta de fe.
• El de la sinagoga en Cafarnaúm (Mc. 1:21-28, Lc. 4:31-37): Fue sanado en los días de reposo,
• María Magdalena (Lc. 8:1-3): De la cual salieron 7 demonios. También sanó a otras muchachas, entre ellas: Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana.
Cinco curaciones de paralíticos
• El criado del centurión en Capernaum (Mt. 8:5-13, Lc. 7:1-10): Fue curado distancia por petición y gracias a la fe del centurión.
No está claro si el relatado en el Evangelio de Juan es el mismo milagro, ya que el beneficiario es en este caso el hijo de un cortesano, aunque los detalles de la narración son idénticos.
• Un paralítico de Capernaum (Mt. 9:1-18, Mr. 2:1-12, Lc. 5:17-26): quien estaba postrado, y también le fueron perdonados sus pecados. Los escribas acusaron a Jesús de blasfemo.
• El hombre de la mano seca (Mt. 12:9-14, Mc. 3:1-6, Lc. 6:6-11): debido a este milagro los fariseos se enfurecieron y murmuraban planeando la destrucción de Jesús.
• La mujer en la sinagoga que estaba encorvada y no podía enderezarse (Lc. 13:10-17): esta curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga, por lo cual Jesús fue criticado.
• El de Jerusalén (Jn. 5:1-18): este hombre llevaba 38 años enfermo y fue sanado un sábado en un estanque llamado Betesda en hebreo.
Cuatro curaciones de ciegos
• Los dos ciegos de Cafarnaúm (Mt.9:27-31).
• Bartimeo, el de Jericó (Mt. 20:29-34, Mc. 10:46-52, Lc. 18:35-43, también encontrado en el Corán): Él le suplicó misericordia y Jesús le dijo que fue salvado gracias a su fe.
• El de Betsaida (Mc. 8:22-26): A quien sanó poniéndole saliva en los ojos e imponiéndole las manos
• El de nacimiento (Jn. 9:1-41): Jesús lo sanó restregando lodo hecha con su propia saliva, en los ojos del ciego, quien luego se lavó en la piscina de Siloe (enviado).
Dos curaciones de leprosos
• De un leproso de Galilea (Mt. 8:1-4, Mc. 1:40-45, Lc. 5:12-16, también encontrado en el Evangelio Egerton y en el Corán): fue curado al ser tocado por la mano de Jesús.
• De diez leprosos (Lc. 17:11-19): iban camino a Jerusalén y Jesús los curó con el poder de su palabra.
Otras seis curaciones
• La fiebre de la suegra de Pedro (Mt. 8:14-15, Mc. 1:29-31, Lc. 4:38-39): fue sanada en su casa en Cafarnaúm, al ser tomada por la mano de Jesús.
• La mujer con flujo de sangre (Mt. 9:20-22, Mc. 5:25-34, Lc. 8:41-48): quien se sanó al tocar el manto de Jesús.
• Un sordomudo en la Decápolis (Mc. 7:31-37): a quien sanó metiéndole los dedos en los oídos, escupiendo, tocándole la lengua y diciendo: «Effatá», que significa «ábrete».
• El hidrópico (Lc. 14:1-6): Esta curación fue hecha un sábado en la casa de uno de los principales fariseos.
• La oreja de Malco (Lc. 22:50-51): quien fue herido por un discípulo de Jesús, a quien Jesús reprendió por ello.
• El hijo del alto oficial del rey (Jn. 4:46-54): Jesús y el oficial se encontraban en Caná, y el niño que moría se encontraba en Cafarnaún.
Curaciones hechas de modo genérico
Además de las ya mencionadas curaciones, hay pasajes que hacen referencia a ocasiones en que Jesús curó de modo genérico diversas enfermedades. Se mencionan cinco a continuación:
• Al ponerse el sol (Mt. 8:16-17, Mr. 1:32-34, Lc. 4:40-41).
• Junto al mar de Galilea (Mt. 15:29-31).
• En el Templo (Mt. 21:14-15).
• Cuando se retira al mar con sus discípulos (Mc 3:7-12).
Cuatro milagros sobre resurrección
• Una niña de doce años de edad, hija de Jairo (Mr. 5:38-43, Lc. 8:49-56): Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida.
• Lázaro, el de Betania (Jn. 11:38-44, también encontrado en el Corán): quien ya llevaba cuatro días de estar muerto y estaba sepultado en una cueva.
• El hijo de la viuda de la ciudad de Naín (Lc. 7:11.17): Jesús se compadeció de la viuda al verla llorar, tocó el féretro en el que llevaban al muchacho y le ordenó que se levantará.
• La Resurrección de Jesús (Mt. 28:1-10, Mr. 16:1-8, Lc. 14:1-12).
MILAGROS EN LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS
En el Evangelio Secreto de Marcos
• Resurrección del joven rico (fragmento del Evangelio secreto de Marcos): Jesús le enseñó al joven los secretos del Reino de Dios.
Evangelio de la infancia de Tomás
• Resurrección del niño caído en una terraza (parte IX): Acusan a Jesús de haber hecho caer al niño y Jesús lo resucita.
• Resurrección del joven que cortaba leña (parte X): Murió desangrado al cortase la planta del pie con el hacha, Jesús lo resucitó y las multitudes se asombraron y le admiraban.
• Jesús enferma y cura a su segundo maestro (partes XIV-XV): José le llevó a este maestro, al que Jesús maldijo porque este le pegó en la cabeza. Luego lo curó al oír el buen testimonio que decía su tercer maestro sobre Él.
• Cura a Jacobo de la mordedura de una víbora (parte XVI): La víbora lo mordió en la mano, Jesús sopló sobre la herida y la víbora quedó muerta.
• Resurrección de un niño (parte XVII): Jesús le tomó del pecho y le ordenó que reviviera. Era un niño de su vecindad.
• Resurrección de un hombre (parte XVIII): El hombre resucitó y le adoró y la gente quedó impresionada.
Pero ¿alguna vez has oído hablar de “estigmas de fuego” o “incendios de amor” por Jesús?
En sentido real, no metafórico.
Por sorprendente que pueda parecer, se sabe de santos y místicos que los tuvieron a través de las épocas. .
Son intensos calores reales y a veces fuegos claramente visibles estallaban en sus cuerpos.
Esto parte de la asociación entre la pasión que se enciende dentro de una persona y el fuego.
Además de la simbología de la divinidad con el fuego.
LA ASOCIACIÓN ENTRE EL FUEGO Y EL SAGRADO CORAZÓN
¿Porque el Sagrado Corazón de Jesús es mostrado en llamas cuando no aparecieron físicamente en la crucifixión?
La presencia de llamas o fuego es algo que aparece frecuentemente en la Biblia desde el Antiguo Testamento.
Desde el Antiguo Testamento el fuego era símbolo de la divinidad.
Y también lo es en el Nuevo Testamento porque el Espíritu Santo desciende sobre los apóstoles como lenguas de fuego en Pentecostés.
De modo que es un símbolo de lo divino encarnado.
Es un fuego que arde pero no se consume, como el que encontró Moisés en zarza que ardía pero no se consumía, y ahí descubrió a Yahveh.
El fuego era parte fundamental de la tradición judía de adorar a Dios, porque hay que recordar que hacían sacrificios con fuego que quemaba a los animales víctimas.
Esta era la suprema ofrenda de los judíos a Dios pero fue luego sustituida por la ofrenda definitiva de Cristo crucificado.
En las escrituras hay evidencias que el corazón ardiente significaba emociones intensas.
Y por otro lado el fuego también emite luz y Jesús es la luz del mundo.
Fue así que Jesús le reveló a Santa Margarita María de Alacoque su corazón en llamas por el amor.
Él le dijo,
“Mi corazón divino está tan apasionado de la raza humana, y de ti en particular, que ya no puede contener las llamas reprimidas de su ardiente caridad.
Deben estallar a través de ti y revelar Mi Corazón al mundo, para enriquecer a la humanidad con mis preciosos tesoros”.
Luego de lo cual le dio 12 promesas para los que se dediquen a la Devoción a su Sagrado Corazón.
Esta asociación entre el fuego y el Sagrado Corazón tiene otras expresiones devocionales, como por ejemplo los incendios al Sagrado Corazón que se realizan todos los años en el Tirol, en la montaña de Alto Adige, en el norte de Italia.
Esto se remonta a 1796 cuando el Tirol fue amenazado por los bárbaros vinculados a Napoleón.
Y en ese momento sus habitantes solicitaron la ayuda del Sagrado Corazón de Jesús, que los salvo de una invasión.
A partir de ahí todos los años encienden enorme fuegos en la cima de las montañas.
Este evento se realiza el primer domingo después de Corpus Christi, o sea a mediados de junio.
También hay una devoción llamada la Llama de Amor, que fue una revelación a Elizabeth Kindelmann.
Isabel Kindelmann
LA LLAMA DE AMOR
En los mensajes aprobados por la Iglesia recibidos por Elizabeth Kindelmann, una estigmatizada “alma víctima” de Budapest, esto está institucionalizado.
Ella recibió la devoción de lo que ahora se llama la “Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María”.
Jesús le dijo:
“Renuncia a ti misma, porque tenemos una gran misión para ti.
Sólo podrás hacerlo si renuncias por completo a ti misma.Tú eres libre de elegir.Lo vas a lograr sólo si lo quieres”.
Y la Virgen María supuestamente le dijo:
“Toma esta Llama… Es la Llama de Amor de mi amor.
Enciende tu propio corazón con ella y transmítela a los demás”
“Esta Llama llena de bendiciones que brotan de mi Inmaculado Corazón y que te estoy dando debe ir de corazón a corazón”.
Y agregó María, supuestamente.
“Va a ser el gran milagro de la luz cegadora de satanás.
Es el fuego del amor y la concordia.
Obtuve esta gracia en tu nombre del Padre Eterno, en virtud de las cinco sagradas heridas de mi Divino Hijo”.
Esta mística de Hungría afirmaba que el Señor le dijo que ayunara los lunes
«con pan y agua al referirse a la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María era entregada al alma de un sacerdote del purgatorio.
Además, el que sigue a esa receta recibirá la gracia, en la octava después de su muerte, para ser liberado de purgatorio por mi madre”.
Fuegos del Sagrado Corazón en el Tirol
PERO TAMBIÉN ESTÁN LOS INCENDIOS FÍSICOS REALES DE AMOR
Se trata de fenómenos físicos en personas, asociados a una expresión espiritual muy fuerte de amor y pasión.
Y en este caso amor ardiente por Jesús y especial por su Sagrado Corazón.
El fuego arde literalmente, y no metafóricamente, dentro del enamorado.
Su expresión es similar a como la sangre aparece en las heridas de los estigmas habituales.
Pero también hay casos en que sus cuerpos también experimentaban temperaturas interiores ardientes.
“La termogénesis (del griego: termo temperatura, génesis: inicio) es la capacidad de generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas”
Y agrega:
“esta liberación de calor tiene como efecto un aumento de la temperatura en los tejidos cercanos, no obstante el cuerpo humano posee unos mecanismos para la disipación que contrarrestan estos efectos termogénicos”.
Esto parece suceder a místicos que se inflaman de amor por Jesús y llegan a arder literalmente, porque el fuego es tan intenso que los mecanismos de disipación del calor aparentemente no lo pueden regulan efectivamente.
GRADOS DE LOS INCENDIOS DE AMOR
Los incendios de amor son un hecho comprobado en la vida de varios santos.
En los que el amor hacia Dios se manifiesta algunas veces hacia el exterior bajo la forma de fuego que quema, incluso materialmente, la carne y la ropa cercana al corazón.
Un autor, Larry E. Arnold, escribió un libro que se llama “Ardiendo”.
Entre una miríada de casos, cita ejemplos históricos de santos católicos que han experimentado esta supuesta manifestación.
Parecían especialmente frecuentes en los siglos XVI y XVII.
Algunos se dice que estaban tan energizados con el amor santo que
“en el clima más frío de invierno se quitaban sus prendas de vestir por hallarlas insoportablemente calientes, con las ventanas abiertas para tomar aire gélido, y enfriar sus cuerpos”.
Esta manifestación se produce en grados diversos:
SIMPLE CALOR INTENSO
Es un extraordinario calor del corazón que se dilata.
Este calor se expande a todo el organismo.
Es clásico el episodio de la vida de san Wenceslao, duque de Bohemia.
De noche visitaba la iglesia con los pies descalzos.
Mientras que al siervo que le acompañaba le recomendaba meter los pies en los zapatos que él dejaba para no congelarse.
ARDORES INTENSISIMOS
El fuego del amor divino puede llegar a tal intensidad que a veces es necesario recurrir a refrigerantes para poderlo soportar.
Se cuenta de san Estanislao de Kotska, en que era tan fuerte el fuego que lo consumía, que en pleno invierno era necesario aplicarle sobre el pecho paños empapados de agua helada.
Mientras que Santa Caterina de Génova no podía acercar su mano al corazón sin experimentar un calor intolerable.
QUEMADURA MATERIAL
Es cuando el fuego del amor llega a producir incandescencias, y las quemaduras se realizan plenamente.
Es lo que se llama a pleno título incendios de amor.
El corazón de san Pablo de la Cruz, fundador de los pasionistas, ardía de tal manera, que más de una vez su túnica de lana aparecía completamente quemada en la parte del corazón.
El beato Nicolás Factor, religioso franciscano, incapaz de soportar el fuego que ardía en su corazón, se echaba un vaso de agua helada en pleno invierno.
Consta en su proceso de beatificación que el agua inmediatamente se evaporaba.
Existe sin duda una estrecha relación entre el amor y el fuego producido.
Cuando nos quemamos con el amor en la tierra, al parecer esto disminuye lo que necesitamos “quemar” en ese estado intermedio llamado purgatorio.
Ana Catalina Emmerich
MÁS CASOS
Durante sus éxtasis, las manos del Venerable Osola Benincasa (fallecida en 1618) llegaron a ser tan calientes que – se decía – el agua hervía y se evaporaba en el recipiente en que ella se sumergía para refrescarse.
A veces, se decía que un humo blanco, de vapor de agua, surgía de su garganta.
Santa Catalina de Génova (que murió en la misma época – 1655) exhibió tanto estigmas regulares como incendium amoris.
Las erupciones de los “fenómenos de calor extraordinarios” se dice que la atormentaban, con un humo blanco saliendo también de su garganta, como si ascendiera desde un brasero encendido en su interior.
Tan puro y “caliente” era el gran amor que Santa Catalina tenía, que su cadáver estuvo caliente durante varios días después de que su corazón dejó de latir (una imposibilidad médica por supuesto).
Por otra parte, el interior caliente de una monja Dominicana llamada María Villani asombraba a los testigos en Nápoles.
Afirmaban que podían escuchar “un silbido como el de agua que cae en una hoja de hierro al rojo vivo”.
Esto sucedía cuando ella bebía agua.
Ella estaba consumida “por una llama casi insoportable de amor”.
Después de la comunión, la cara de una mística, la Venerable Serafina di Deo, podía brillar con una llama de color rojo, mientras que sus ojos parecían consumidos por el fuego.
Difícil de creer. Pero demasiados casos para ignorar.
Hubo una monja franciscana, señala Arnold, de cuya herida emanaba sangre caliente.
En 1798, se informó que una cruz de tres pulgadas espontáneamente consumía la carne de Ana Catalina Emmerich, y su piel mostraba ampollas y rezumaba un fluido extraordinariamente caliente e incoloro.
De una abadesa designada como Venerable, la Madre Beatrice María de Jesús, se dijo cuando estaba en un estado de éxtasis arrojaba cenizas.
Gemma Galgani
TAMBIÉN ESTÁ EL CASO DE GEMMA GALGANI
En la biografía de Gemma Galgani ella menciona que María le dijo
“Jesús, mi Hijo, te quiere mucho, y desea darte una gracia. ¿Queréis saber cómo llegar a ser digno de ella?”
Y después de decir esto Ella abrió su manto y la cubrió con él.
Esto sucedió en la tarde del 8 de junio de 1899, cuando de repente sintió un fuerte dolor interno por sus pecados
Entonces Jesús se apareció
“Tenía todas las heridas abiertas, pero de aquellas heridas ya no salía sangre, salían como unas llamas de fuego, que tocaron mis manos, mis pies, mi corazón. Me sentí morir…” (De la Autobiografía de Santa Gemma Galgani)
Dios ha producido la Iluminación de la Conciencia de muchas personas a través de la historia.
A algunas en situaciones límites en la forma de Experiencia Cercana a la Muerte, quizás el más famoso sea el de San Pablo.
Pero se siguen produciendo entre contemporáneos.
Y quizás sean el correlato individual de la iluminación de conciencia colectiva que se producirá cuando Dios dé el Aviso a la humanidad.
El que ha sido profetizado por numerosos santos, místicos y videntes.
Cuando estas personas “iluminadas” vuelven a la vida, muchas de ellas, quizás la mayoría, regresan con otra perspectiva. .
Su vida adquiere otro sentido. Les importan menos las cosas materiales que antes dominaban su existencia.
Se vuelven más comprensivas y amorosas con las personas y descubren al Dios del amor.
Gloria Polo adquirió un fuerte sentido del pecado de su vida y volvió con la misión de contarlo.
Eben Alexander, un científico de renombre, descubrió que hay un Dios y que Él es todo amor, y su misión es hablarle a los científicos, universitarios y refractarios.
El Dr. Rajiv Parti fue rescatado por los arcángeles Miguel y Rafael, pidió a Dios una segunda oportunidad y volvió para cambiar su vida.
Anita Moorjani, encontró su verdadero propósito en la vida sólo después que los médicos le dijeron a su familia que final estaba cerca.
Hay decenas de estas experiencias y con el mismo resultado, regresan con la sensación de haber estado en un lugar de paz.
Vuelven sumamente cambiados, al punto de producir un giro en su vida.
Sienten que se les ha dado una segunda oportunidad para hacer las cosas de manera diferente a como las habían hecho antes.
No sólo cambian de carácter sino de estilo de vida y de enfoque de sus profesiones.
Veamos estas 4 experiencias.
También hay otro caso famoso, el de Marino Restrepo, que puedes leerlo aquí.
LA ILUMINACIÓN DE CONCIENCIA DE GLORIA POLO
La Dra. Gloria Polo, Odontóloga, fue alcanzada por un rayo en 1995 junto a su sobrino, que murió de inmediato.
Gloria reacciona a la resucitación médica, pero queda en un estado tal que los médicos la dan por perdida. Sus órganos carbonizados, piernas, hígado, riñones.
Ella estuvo en coma profundo durante tres días, viviendo sólo por los aparatos que le conectaron y la sostenían artificialmente.
Gloria vive allí una profunda experiencia mística.
Mientras esto ocurría, enfrentada al camino que atraviesa la vida terrenal hacia la vida eterna, ella se encuentra con la realidad desesperante de tomar conciencia de haberse condenado.
No había dolor más grande para ella, que podía ver allí la tristeza de sus padres ya fallecidos, viéndola en esa situación.
Sin embargo, Jesús en Su infinita Misericordia da a Gloria la posibilidad de leer en el Libro de la Vida sobre su vida, su camino por este mundo.
Uno a uno fueron revelados los pecados que llevaron a Gloria a esa situación, y así ella comprendió su inmensa traición al Amor de Dios.
Sin embargo, la Misericordia de Dios da a Gloria una nueva oportunidad, para que ella de testimonio de lo vivido a la gente, a mucha gente. Y esto es lo que ella hace, anda por el mundo dando testimonio.
El relato de Gloria, deslizándose al pozo de la eterna condenación y siendo sostenida de sus piernas por San Miguel Arcángel, conmueve al alma.
Es un testimonio que nos invita a honrar el Amor de Dios mientras estamos aquí. Gloria volvió de su experiencia enamorada de Dios, enamorada de la Iglesia, de la Eucaristía.
Llena de la sabiduría del Espíritu Santo, a través de sus palabras podemos vivir la paz y el amor de Dios por todos nosotros.
El Señor dio a la Dra. Polo una misión que cumplir y ella obedeciendo a esa misión, ha estado visitando diversos países, ciudades, lugares donde es invitada para dar su testimonio del amor y misericordia tan grande del Señor nuestro Dios.
El primer video es mas largo y completo, pero tiene peor calidad de definición y el segundo es de menos minutos pero esta filmado con mayor calidad.
UN NEUROCIRUJANO ESCÉPTICO DICE QUE “EL CIELO ES REAL”
¿Es el cielo real? Esta vieja pregunta ha sido debatida durante siglos.
En los últimos tiempos, el tema de los círculos teológicos y últimamente ha sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación de la corriente principal.
Muchos de los que han tenido experiencias cercanas a la muerte regularmente describen imágenes que vieron después de supuestamente cruzar a la otra vida.
¿Quién puede olvidar la historia de Colton Burpo?, el joven que afirma haber ascendido al cielo durante una experiencia cercana a la muerte en 2003. Su historia, inevitablemente, se abrió camino en un popular libro llamado, “El cielo es real”.
Pero Burpo no es el único.
Ha habido experiencias similares dicho en los medios de comunicación populares.
Una viene del Dr. Eben Alexander, un neurocirujano que, irónicamente, nunca creyó realmente en las experiencias cercanas a la muerte antes de caer en coma.
En la revista Newsweek, sin embargo, Alexander detalla su pretendido ascenso al cielo y su posterior cambio de corazón.
Con una firme comprensión del cerebro humano, Alexander había desestimado previamente supuestos viajes fuera de la esfera terrenal como un subproducto de lo que ocurre con los seres humanos en medio de un trauma.
¨En el otoño de 2008… después de siete días en estado de coma en el que quedó inactiva la parte humana de mi cerebro, el neocórtex, experimenté algo tan profundo que me dio una razón científica para creer en la conciencia después de la muerte. […]¨
¨Muy temprano por la mañana, hace cuatro años, me desperté con un dolor de cabeza muy intenso.
En cuestión de horas, mi cortex -toda la parte del cerebro que controla el pensamiento y la emoción, y que en esencia nos hace humanos- se había cerrado.
Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, un hospital donde trabajé como neurocirujano, determinó que había contraído alguna manera de meningitis bacteriana muy poco frecuente que ataca sobre todo a los recién nacidos.
La bacteria E.coli había penetrado en mi líquido cefalorraquídeo y estaban comiendo mi cerebro.
Cuando entré en la sala de emergencia esa mañana, mis posibilidades de supervivencia de algo más que un estado vegetativo ya eran bajas.
Durante siete días, yo estuve en un coma profundo, mi cuerpo no respondía, mis órdenes al cerebro superior funcionaban totalmente fuera de línea.
Luego, en la mañana de mi séptimo día en el hospital, cuando mis médicos evaluaban si suspender el tratamiento, mis ojos se abrieron de golpe.
Si bien ese es el resumen de lo que estaba pasando con el cuerpo de Alexander exteriormente, lo que ocurría en el interior, según él, era sobrenatural.
En lugar de poner fin a la conciencia una vez terrenal, el neurocirujano dijo que descubrió que “la conciencia existe más allá del cuerpo”. En el artículo de Newsweek, describe su viaje en detalle.
En primer lugar, vio nubes blanco-rosadas sobre un fondo azul-negro (supuestamente el cielo).
Por encima de las nubes, dice haber observado “bandadas de seres transparentes y brillantes arquedas en el cielo”.
Mientras él no es capaz de definir exactamente lo que observó, los llamó avanzados, formas superiores de ser.
Las criaturas estaban muy contentas y llenas de alegría, Alexander recuerda, que creaban un “canto glorioso” cuando se movían.
También hizo hincapié en la interconexión de todo lo observado, escribiendo,
“Todo era distinto, pero todo era también una parte de todo lo demás, al igual que los diseños ricos y entremezclados en una alfombra persa… o las alas de una mariposa”.
En este viaje, Alexander dijo que una mujer estaba con él y que ella le entregó mensajes muy puntuales.
Aunque ella no hablaba en el sentido tradicional, Alexander era capaz de entender cada palabra.
Los mensajes generales fueron: “Ustedes son amados y apreciados, queridos, para siempre” “No tienes nada que temer” y “No hay nada que puedas hacer mal”.
La mujer también le dijo que ella (y otros) le enseñaría muchas cosas en este mundo nuevo, pero que inevitablemente volvería a la tierra.
Estos son sólo algunos de los elementos que el describió. Tan sorprendente como lo que observó es el cambio de corazón que Alexander ha tenido como resultado de la experiencia:
¨Yo sé muy bien lo extraordinario y francamente increíble que todo esto suena. Hubo alguien -incluso un médico-, que me dijo una historia como ésta en los viejos tiempos, yo había estado bastante seguro de que estuvo bajo el hechizo de algún engaño.¨
¨Pero lo que me pasó fue, lejos de ser delirante, muy real o más real que cualquier otro acontecimiento en mi vida. Eso incluye el día de mi boda y el nacimiento de mis dos hijos. […]
Antes de mi experiencia, estas ideas eran abstracciones. Hoy en día son realidades.
No sólo el universo es definido por la unidad, sino que también -ahora sé – es definido por el amor.
El universo como lo experimenté en mi estado de coma es –lo he venido a ver con sorpresa y alegría- el mismo que tanto Einstein como Jesús estaban hablando de en sus (muy) diferentes maneras.
He pasado décadas como neurocirujano en algunas de las instituciones médicas más prestigiosas de nuestro país.
Sé que muchos de mis compañeros sostienen -al igual que yo- la teoría de que el cerebro, y en particular el cortex, genera la conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción, y mucho menos de amor incondicional, que ahora conozco que Dios y el universo tienen para nosotros.
Pero esa creencia, esa teoría, ahora está rota a nuestros pies.
Lo que me pasó la destruyó, y tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia y hacer conocer de que somos más, mucho más, que nuestro cerebro físico, lo más claro que pueda, tanto a mis colegas científicos como al pueblo en general.
A diferencia de otros científicos y escépticos, él no cree que las “verdades vivientes espirituales de la religión” hayan perdido su poder.¨
La Iglesia, para Alexander, ahora tiene un significado totalmente diferente, al igual que la idea de que hay un Dios que tiene un amor intenso y abrumador para la humanidad.
A pesar de que todavía se considera a sí mismo como un hombre de ciencia y un médico, él está en contacto con el mundo espiritual y cree que su punto de vista nunca será el mismo. El concluye que “el cielo es real.”
Este es el caso de Anita Moorjani, que encontró su verdadero propósito en la vida sólo después que los médicos le dijeron a su familia que final estaba cerca.
La muerte es el destino inevitable que nos espera a todos.
Es un tema que muchos temen y evitan discutir o pensar, hasta que se está llamando a su puerta o la de un ser querido.
Para Anita Moorjani, la muerte no es tan terrible. En todo caso, es liberadora.
Ella estaba al borde de la muerte, pero regresó y volvió a nacer, en más de una forma.
«La gente viene y me pregunta, ¿cómo era? ¿Qué fue? Y yo les digo, fue maravilloso«, dice la señora Moorjani, de 50 años.
«No hubo ningún efecto túnel blanco en mi caso», dice la señora Moorjani, una ciudadana británica de origen indio que se crió y vive en Hong Kong.
«Me dijeron que el efecto túnel pasa cuando uno muere de repente, como en un accidente de coche, donde su alma se ve absorbida.
Morí poco a poco, así que mi experiencia fue diferente».
La Sra. Moorjani es ahora una celebridad: su libro “Dying to Be Me” se convirtió en un bestseller del New York Times, a pocas semanas de su publicación en marzo.
Su historia fue descubierta por el Dr. Wayne Dyer, él mismo autor de best sellers de autoayuda y orador motivacional, que pidió a la editorial Hay House ayudara para escribir la historia.
Antes de su libro, la señora Moorjani era una sensación en Internet después de compartir su historia en el sitio web de la Near Death Experience Research Foundation.
Que es una organización en los Estados Unidos que tiene miles de archivos de ECM de todo el mundo.
Y está dirigida por el Dr. Jeffrey Long, oncólogo que tuvo una experiencia de «muerte» y una notable recuperación posterior.
Ha sido invitada a programas de entrevistas y a instituciones de sanación de todo el mundo.
Su última parada fue en el Instituto Holístico en Dubai, donde pasó una semana de reuniones con los fans de su libro y las personas que luchan con problemas dolorosos de su vida, como la muerte de un ser querido.
Usando un collar con un colgante de ojo azul, comprado en Dubai, dijo para alejar el mal de ojo, la señora Moorjani estuvo llena de sonrisas cuando se encontró con los expatriados y emiratíes.
La gente de todas las clases sociales y de todas las religiones, le preguntaba acerca del cielo, el infierno, lo doloroso que fue, si la muerte es de temer o debe ser abrazada.
Muchos de los que buscaban su consejo eran mujeres casadas infelices con sus vidas y buscaban maneras de encontrar significado y propósito.
«Mi mensaje es dejar el miedo.
Y recordar que la magnificencia y que el poder está dentro de ti«, dice la señora Moorjani.
«Sé que es cierto, yo soy ejemplo viviente de dejar ir el miedo y de lo que la energía negativa puede hacer.»
LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE
La historia de la Sra. Moorjani comienza cuando los médicos le diagnosticaron linfoma de Hodgkin, un cáncer de los ganglios linfáticos en el sistema inmune, en el 2002.
Hasta entonces, la vida de la señora Moorjani había transcurrido en un estresante marketing corporativo.
Ella siempre estaba preocupada por el futuro y el miedo de enfermar, comía sólo alimentos orgánicos y cuidaba de su salud.
«Fue este temor y la ansiedad que siento lo que dio lugar al nacimiento del cáncer«, dice ella.
Por los próximos cuatro años la señora Moorjani soportó todo tipo de tratamiento para tratar de vencer a la enfermedad.
A la larga, sin embargo, parecía que la batalla estaba perdida, tenía tumores con tamaño de un huevo todo alrededor de su cuello y su respiración dependía de una máscara de oxígeno.
En la mañana del 2 de febrero de 2006, la Sra. Moorjani no se despertó. Ella entró en coma.
«Yo podía oír todo lo que se estaba diciendo a mi alrededor.
Escuché al doctor decirle a mi familia que lo más probable que mis órganos ya no funcionarían«, dice.
«Podía sentir las manos de mi marido agarrándome»
Luego, poco a poco, la señora Moorjani pudo ver su cuerpo tendido en la cama del hospital.
Ella podía ver fuera de la habitación, podía ver a su hermano a bordo de un avión en otro país, cuando se dirigía hacia ella.
«Es difícil de describir.
Pero fue cuando salí de mi cuerpo que mi conciencia se expandió, y yo estaba en todas partes, en un estado semejante a Dios, donde pude ver a mis seres queridos y sentir la presencia de otras almas».
Oyó las conversaciones entre su marido y los médicos que tenían lugar fuera de su habitación, a unos 12 metros por un pasillo.
Más tarde verificó lo que se había discutido con su sorprendido esposo.
«Cuando entré en esta otra dimensión, sentí una abrumadora sensación de amor y paz.
No sentí ningún dolor.
Descubrí mi propósito en la vida y lo que debo hacer.
Me di cuenta de que la solución a mi cáncer estaba siempre dentro de mí«, dice.
VOLVIÓ MUY CAMBIADA
Al principio la señora Moorjani no quería volver a la vida en un cuerpo devastado por el cáncer.
Con el tiempo cambió de idea, y se despertó con gran dificultad, con el único objetivo de recuperar su vida.
En cuatro días, el 70 por ciento de su cáncer se había despejado.
Dentro de cinco semanas, ella estaba libre de la enfermedad.
Especialistas en el hospital declararon su caso un milagro.
A continuación, el Dr. Peter Ko, un oncólogo de los EE.UU., se interesó en su caso, y voló a Hong Kong para reunirse con ella.
Hizo una copia de toda la información relevante en su historia clínica y la estudió con gran detalle.
«Entonces me dijo:
‘¡De cualquier manera yo lo que veo, es que usted debe estar muerta’», le dijo a Moorjani.
«Por supuesto, hay muchos escépticos, y muchos me preguntan por qué soy tan afortunada de volver y sanar.
Y yo les digo, no soy nada especial.
Todos tenemos esta fuerza interior, y yo estoy aquí sólo para recordarles de ello.
Depende de usted tomar lo que necesita de mi experiencia.
Los milagros son posibles«.
En cuanto a su marido, Danny, a lo largo de toda la prueba nunca perdió la fe.
«Yo sabía dentro de mí que no iba a morir», dice, bromeando que él es ahora el asistente personal de su esposa.
«Ella es una persona muy diferente desde que volvió a la vida.
Ella es más infantil, donde si hay algo que ella quiere hacer, ella sólo lo hace sin estresarse ni preocuparse.
Creo que ese es el secreto de una vida feliz. Ser feliz con uno mismo«.
UN MÉDICO HINDÚ ASEGURA QUE DIOS LE DIO UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Un anestesista hindú exitoso, dice que murió, vio el infierno, fue rescatado por los arcángeles Miguel y Rafael, encontró a sus parientes, pidió a Dios una segunda oportunidad y volvió para cambiar su vida.
A lo largo de su carrera de 25 años como un anestesiólogo, el Dr. Rajiv Parti ha escuchado muchas historias de pacientes que afirmaron haber sufrido experiencias cercanas a la muerte (ECM) y visto la famosa “luz al final del túnel”.
Para él, tales delirios eran causados por la anestesia o sueños.
Como trucos que el cerebro hacían mientras los médicos luchaban para sacar a estos pacientes del estado de muerte clínica.
“Siempre he creído que estas historias eran terribles”.
Como médico, su trabajo se limitó a mantener a sus pacientes inconscientes durante las operaciones, por lo que nunca se tomó en serio estas historias.
Pero todo cambió en 2010 cuando fue ingresado de urgencia a un hospital para recibir tratamiento para el cáncer de próstata.
El narra,
“En el 2008, a la edad de 51 años, descubrí que tenía cáncer de próstata. Estaba furioso con Dios: ¿que había hecho para merecer esto?
Así que reservé una operación con uno de los mejores cirujanos de próstata en el país y por supuesto que todo estaría bien.
‘Casi puedo garantizar que no habrá ninguna complicación’, el cirujano me dijo.
Pero algo salió mal drásticamente, y me quedé con el tejido de la cicatriz muy doloroso y otros efectos secundarios debilitantes.
Tuve cinco operaciones más en los próximos dos años para intentar reparar el daño, pero ninguna de ellas realmente funcionó.
Entonces, una tarde, sólo dos semanas después de mi quinta operación, de repente me sentía débil. Mi temperatura subió a 41 grados.
Inmediatamente supe lo que estaba pasando: a pesar de dos cursos de antibióticos fuertes, una infección se propaga rápidamente en el abdomen.
Y si no encontraba ayuda rápida, pronto estaría muerto por un shock séptico.
Mi esposa, las lágrimas que corrían por su rostro, me llevó en su BMW al hospital.
Recuerdo ver a un cirujano que asomaba por encima de mí.
Tenía las manos como una mantis religiosa, una señal de que estaban fregados para la cirugía y lista para ser enguantada.”
El Dr. Parti dijo que se sintió como un ‘zoom hacia arriba’ tan pronto como él fue puesto a dormir antes de su operación.
Lo que ocurrió durante la operación cambió su vida para siempre.
Dr. Rajiv Parti
CAMINO AL INFIERNO
De repente, dice que el estado de su conciencia fue cambiado.
“Me sentía como que iba hacia arriba, como en un ascensor.
Era la misma sensación que se tiene en la boca del estómago cuando uno se eleva hasta el piso 20 de un rascacielos”, dijo Parti.
Recuerda ver todo en detalle: los médicos en la sala de operaciones contando chistes, su abdomen abierto, e incluso su madre y su hermana a miles de kilómetros del hospital, en la casa donde pasó su infancia.
“La escena era vívida y detallada. Mi hermana llevaba pantalones vaqueros y un suéter rojo y mi madre un sari verde y un suéter verde.”
El anestesista jura que tuvo “una visión del infierno”
Dice que empezó a escuchar “gritos de dolor y sufrimiento” y se sintió arrastrado hasta el borde de un “cañón de fuego” del que salía una gran cantidad de humo y un “olor nauseabundo de la carne quemada”.
En su testimonio, publicado en el diario, confiesa:
“Yo sabía que estaba en el borde del infierno”.
Entonces oyó claramente una voz en su cabeza, diciéndole que tenía “una vida materialista y egoísta”
Parti es hindú aunque no se consideraba una persona muy religiosa.
Sin embargo, explica que comenzó a replantearse todas las posesiones que había acumulado durante su vida y sintió un vacío.
LA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Y comenzó a llorar, pidiendo a Dios una segunda oportunidad.
“Casi en ese instante, yo tuve mi segunda oportunidad – en la forma de la última persona a la que esperaba ver.
Fue mi padre. Lo reconocí de inmediato, a pesar de que parecía tener al menos 30 años menos que cuando él murió.
Tomó mi mano y me llevó lejos del borde del infierno, como si todavía fuera un niño pequeño.
Entonces, poniendo su brazo alrededor de mí, mi padre trató de consolarme, y fue la primera vez que lo recordaba tocarme con afecto.
Para ser honesto, casi me encogí. Incluso a la edad de 53 años, todavía tenía miedo de que mi padre fuera a golpearme, como lo había hecho tantas veces en mi infancia.
Pero, en ese momento, tuve un flashback del día que se dio cuenta de que había faltado a la escuela y me dio una salvaje golpiza con un bate de cricket.
De repente, yo estaba viendo todo desde su punto de vista.
Sus propios sueños de mejorar habían quedado en nada, no podía soportar verme perder mi vida.
Lo que había descubierto en la mente de mi padre no era odio, sino miedo. Había estado asustado que no iba a tomar ventaja de mis posibilidades e ir a la universidad.
Su tiranía, finalmente entendí, había nacido del amor.
Y ahora esto. Mi padre, mi padre cruel y despótico, me estaba rescatando del infierno.
Lo miré a los ojos y mi duro corazón se derritió de amor.
No salían palabras de su boca, pero por primera vez entendí que su propio padre había abusado de él, del mismo modo que él me había abusado.
‘La ira de un padre’ se me dijo, ‘no es por lo general un evento. Se transmite de padres a hijos. Si sabes de eso, puedes detenerlo. Puedes elegir no estar enojado. El amor simple es lo más importante en el universo’.
Me preguntaba, ¿he de volver a la tierra de los vivos? Si lo hiciera, tendría que centrarme en el amor.
Tendría que romper el ciclo de ira en mi familia.
El paisaje fue cambiando: ahora me di cuenta de que habíamos entrado directamente en un túnel.
Increíblemente, pronto se llenó de gente que conocía, eran mis antepasados, que me daban la bienvenida.
Reconocí mi abuelo, que me dio una mirada de pura alegría.
‘El amor es lo más importante que existe’, me dijo.
A continuación, tanto él como mi padre simplemente se desvanecieron.
Ahora estaba a mitad de camino a través del túnel.
Y es entonces cuando tuve una revisión de mi vida.
En la que he re-experimentado en detalle todas las cosas buenas y malas que habían ocurrido en mi infancia.
Una vez más, un mensaje telepático salió de la nada:
‘Los momentos simples son los más importantes. Todos los momentos son memoria y lecciones. Todos ellos construyen la persona que eres’”.
Estaba llegando al final del túnel ahora, donde una luz brillaba más que mil soles.
APARECEN SAN MIGUEL Y SAN RAFAEL
Antes de que pudiera llegar a la luz, sin embargo, surgieron dos formas angelicales en el túnel.
Hay que aclarar que el Dr. Rajiv Parti es hinduista.
En su artículo , escribió que luego fue rodeado por dos ángeles, que se identifican como Miguel y Rafael, que lo llevaron a un lugar de una luz cegadora.
Exudaban energía poderosa, ya que revoloteaban por encima de él
“Se presentaron como mis guardianes, los arcángeles Miguel y Rafael.
Soy un hindú. Así que fue más tarde cuando supe que San Rafael es el ángel de los curadores, y San Miguel es el protector de la gente y el ángel que abre las puertas.
Ambos arcángeles tenían una forma humana, pero que brillaba con la luz y tenía una translucidez y espesor.
Miguel tenía un tono azul y el pelo largo; Rafael era verdosa y llevaba una gorra.
En un momento, fui elevado por ellos y me guiaron hacia la luz resplandeciente.
Cuando nos acercamos, me encontré muy por encima de un prado verde, salpicado de rosales.
Sólo el olor dulce de la hierba y de las rosas casi me estremece de placer.
Almas ardientes estaban gritando a mí alrededor
Viajamos a un plano más alto y luego a uno más alto todavía, hasta que estaba rodeado de un paisaje de luz clara.
Rafael me explicó que el más alto nivel, que está rodeado de una energía poderosa, consiste en el amor y la pura inteligencia; el tejido subyacente de todo en el universo.
‘La iluminación viene’, añadió Miguel, ‘cuando una persona se da cuenta que el amor está en todas partes y es lo único que importa.
Sin embargo, la mayoría de las personas no se dan cuenta de esto hasta que salen de la tierra’.
Luego de eso, me tomaron de los brazos y se movieron rápidamente hacia arriba, hacia un ser de luz, una forma azul plateada que no mostraba signos de ser hombre o mujer.
Cuando me envolvió con su luz azul, me sentí como si estuviera siendo envuelto en un manto de amor puro.
Soy uno con el universo, pensé.
El ser comenzó a comunicarse telepáticamente.
‘Tienes que mirar tu vida una vez más’ dijo. ‘Es importante reflexionar sobre los cambios que necesitas hacer’.
Llegó a decirme que yo estaba destinado a convertirme en un sanador de almas.
A ayudar a las personas con problemas como la adicción, la depresión y el dolor crónico.
Yo ya no era un anestesista; en cambio me había convertido en un profesional de la medicina espiritual, de la curación basada en la conciencia.
Entonces supe que podría regresar a la Tierra, pero debería reflexionar sobre los cambios que tenían que hacer.
No sé cuánto tiempo me quedé con el ser.
Pero mi salida, cuando sucedió, fue repentina y rápida cayendo en una niebla blanca.
Por primera vez, mis ojos empezaron a doler, así que les cerraron.
Y cuando los abrí. . . Yo estaba en la sala de recuperación. Mi corazón latía con fuerza y mis pulmones bombear el doble de tiempo”.
Curiosamente, cuando llegó a la sala de operaciones, se dio cuenta que la operación había terminado.
Cuando trató de decir lo que sucedió, los médicos no creyeron su cuento.
Tuvieron con él la misma actitud que él tuvo con sus pacientes que tenían historias similares que contar.
Totalmente recuperado, Parti vendió todos los coches caros de su propiedad y vendió su mansión, para vivir en una casa de la mitad de tamaño.
Dejó su trabajo como jefe de anestesistas del Hospital Bakersfield del Corazón en California.
Dedicó su tiempo a su familia.Dijo que su mayor deseo es ayudar a la gente a reconsiderar la forma en que están viviendo.
También lanzó el libro ‘Dying to wake up’ [‘Muriendo para despertar’], que relata los detalles de su experiencia cercana a la muerte.
Algunas de las cosas que dice el Dr. Parti son típicamente de la New Age, pero en el fondo subyace la impronta cristiana del cielo y la vida eterna, que luego tomó la ‘New Age’ y le cambió detalles.
Quienes no tienen una formación cristiana dan a las cosas que ven una interpretación según sus conocimientos, pero vemos que algunas cosas no tienen otra interpretación, como la presencia de san Miguel y San Rafael.
Los milagros por intercesión de San José, el esposo de María y padre adoptivo de Jesús son incontables.
Porque este «justo» Santo está mas cerca de Jesús que ningún otro, aparte de María su madre.
Acá trascribimos unos pocos de los milagros más notorios. .
Como una muestra de su poder de intercesión, tomados del libro del P. Ángel Peña “San José el más Santo de los Santos”.
EN SHANGAI
Sucedió en Shangai (China) en 1934. El abogado Lo Pa Hong, cristiano fervoroso y padre de nueve hijos, vuelve a su casa al anochecer y ve a un hombre echado en el suelo.
Llama a un coolí para trasladarlo al hospital más próximo, pero no lo quieren recibir.
Entonces, el buen samaritano lo carga sobre sus hombros y lo lleva a su casa para cuidarlo.
Pero, a partir de ese día, piensa en construir un hospital para enfermos pobres.
Conoce un cementerio abandonado, que sirve para depurar aguas residuales.
Allí, a la caída de la noche, van algunas mujeres para dejar abandonados a sus bebés que, después, serán despedazados y devorados por los perros.
Compra el terreno y comienza la construcción; pero, pronto, debe detener la construcción por falta de fondos.
Se encomienda a san José y coloca su imagen en medio del terreno, pidiéndole que le ayude. .
Después se pone a pedir ayuda por todas partes y recibe tanto dinero que, no sólo puede terminar la construcción del hospital, sino que sigue construyendo más hospitales. . Entre ellos un orfelinato para niños abandonados, un hogar para mujeres perdidas, un centro para ciegos, otro para inválidos, una escuela profesional para jovencitas, una escuela de artes y oficios, y treinta y tres capillas por toda aquella región.
Además, como catequista, prepara y bautiza a 200 personas, entre ellos algunos condenados a muerte, bautizados, antes de la ejecución.
Lo Pa Hong parecía incansable y siguió trabajando hasta el 30 de diciembre de 1937.
A los 64 años de edad murió mártir de la caridad, pues dos hombres a sueldo lo asesinaron.
¡Un santo de nuestro tiempo! San José le permitió realizar una obra de caridad sin igual en poco tiempo.
EN SUDÁFRICA
Un obispo misionero irlandés, Monseñor O. Hair, estuvo ejerciendo el apostolado durante muchos años en Sudáfrica…
En una de sus caminatas se pierde.
No sabiendo qué hacer, invoca a su ángel de la guarda, a san José y a Nuestra Señora del Buen Consejo, y sigue su camino completamente desorientado.
Al fin, llega a un grupo de casas.
Precisamente, un campesino está en ese momento trabajando cerca de su casa, y le dice:
– Llega usted en buen momento, pues en la casa vecina hay un hombre que se está muriendo.
El obispo se presenta en casa del moribundo y, a su vista, éste se pone a llorar de alegría, exclamando:
– Yo soy irlandés. Cuando era niño, mi madre me enseñó a rezar a san José, pidiéndole la gracia de una santa muerte. .
He rezado esta plegaria todos los días de mi vida. .
A los 21 años, después de haber participado en la guerra, me quedé en África. .
Cuando caí enfermo, le recé a san José con más fervor aún, y ahora me manda un sacerdote de forma inesperada.
Al día siguiente, el enfermo murió en la paz del Señor, habiendo tenido una buena muerte.
EN FRANCIA
A finales del siglo XIX, el padre Juan abad de la abadía de Fontfroide (Francia) fue testigo de un favor especial de san José.
Él mismo cuenta: Durante mi estancia en la abadía de Senanque, una tarde el portero me dijo:
– Un señor pregunta por usted.
Voy a su encuentro.
Era un hombre apuesto, bien vestido, de modales distinguidos, pero parecía turbado.
A pocos pasos de él, pastaba un soberbio caballo negro.
Y me dice:
– Yo no lo conozco a usted. Lo he visto de lejos y lo he hecho llamar.
Mi caballo me llevó por las rocas y se ha detenido delante de su puerta. ¿Qué casa es ésta?
– Es un monasterio.
– Yo soy el director del circo imperial de Lyon. Mis negocios van de maravilla.
Tengo a mis órdenes un personal numeroso, pero estoy atormentado por la idea de suicidarme.
Yo nunca conocí a mi padre. A los 7 años perdí a mi madre. Después de la muerte de mi madre, cogí el poco dinero que encontré y me fui al circo vecino.
Estaba completamente solo, no tenía parientes ni amigos.
El director del circo me trató como a un hijo suyo y, al morir, me dejó su circo. He estado por todas partes, he ganado mucho dinero.
Pero, desde hace un tiempo, no sé qué me pasa, me siento desgraciado y me quiero ahogar.
Mi madre me enseñó una oración que me hacía recitar todos los días:
“Dios te Salve José, lleno de gracia divina, bendito seas entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de tu virginal esposa. .
San José, destinado a ser padre del Hijo de Dios, ruega por nosotros en nuestras necesidades familiares, de salud y trabajo, y dígnate socorrernos en la hora de nuestra muerte. Amén”.
Recito esta oración todos los días antes de dormir.
Hoy llevé mi caballo a orillas del Ródano; pero saltó hacia atrás y escapó. Por primera vez en mi vida, no he sido dueño de mi animal.
Yo lo abracé y él se sintió conmovido.
Le dije:
– Usted cenará con nosotros esta noche, dormirá en el duro suelo y mañana pasará el día aquí.
Se quedó tres días con nosotros. .
Lo instruí en las verdades fundamentales de la fe. .
Se confesó y comulgó. .
Después regresó a Avignon totalmente transformado, ordenó sus negocios, vendió su circo, distribuyó el dinero a los pobres y se hizo religioso.
Algunos años más tarde, se sintió aquejado de fiebres altas y murió como un santo, joven aún y desconocido.
Vean lo que vale la protección de san José.
Él fue fiel a la oración, aun sin comprender lo que decía y sin saber a quién se dirigía, y recibió su recompensa.
OTRO MÁS
En la noche del 2 de enero de 1885, un anciano se presentó en casa de un sacerdote para pedirle que fuera a ver a una mujer agonizante.
El sacerdote siguió al desconocido.
La noche era muy fría, pero el anciano parecía no darse cuenta de ello.
Iba adelante y decía al sacerdote para tranquilizarlo, pues la zona era de mala fama:
– Yo lo esperaré a la puerta.
La puerta donde se detuvo era una de las más miserables del barrio…
Al llegar junto a la moribunda, la moribunda estaba diciendo entre gemidos:
– ¡Un sacerdote! ¡Un sacerdote! ¡Me voy a morir sin sacerdote!
– Hija mía, yo soy sacerdote. Un anciano me llamó para que viniera.
La enferma le confesó los pecados de su larga vida de pecadora y el sacerdote le preguntó si había observado alguna práctica de devoción en su vida.
– Ninguna, respondió, salvo una oración que recitaba todos los días a san José para obtener la buena muerte.
El sacerdote, después de confesarla, le dio la comunión y la unción de los enfermos, y ella quedó muy reconfortada.
Cuando el sacerdote llegó a la puerta, no encontró a nadie. .
Pero, reflexionando sobre el acontecimiento de esa noche y sobre el misterio consolador que había ejercido, sintió nacer en su corazón la convicción de que el caritativo anciano no era otro que el glorioso y misericordioso san José, patrono de la buena muerte.
AUXILIADORAS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO
El 2 de noviembre de 1853, una joven, inspirada por Dios, concibió la idea de fundar una Congregación para auxiliar a las almas del purgatorio.
Consultó con el santo cura de Ars, quien le dio consejos y le ayudó en esta Obra.
La fundadora, muy devota de san José, le prometió, que si la Obra se llevaba a cabo, la primera casa fundada sería en su honor.
Y la Obra se realizó con el nombre de Auxiliadoras de las almas del purgatorio.
Al día siguiente de adquirir una casa en París para comenzar la Obra, un desconocido, que no sabía nada, les hizo regalo de una estatua de san José. .
Como si el mismo san José hubiera querido hacerse presente y declararse protector de la Obra.
EN GÉNOVA
María Repetto había nacido en 1807 en Voltaggio, al norte de Génova.
A los 22 años entra en el convento de las Hijas de Nuestra Señora del Refugio en Bisagno.
Siendo de salud precaria, la emplean en la costura; luego pasa a la enfermería, y, finalmente, a la portería.
Como portera, manifiesta una gran devoción a san José.
A los visitantes les aconseja acudir al esposo de María.
Si alguien viene a pedir consejo o ayuda, le dice que espere un momento y va a rezar delante de la imagen de san José en el corredor inmediato.
Después de un momento, regresa y da la respuesta adecuada.
En una ocasión, una esposa le pide oraciones porque su marido se había quedado ciego. .
La religiosa le aconseja rezar a san José y luego va a rezar ante la imagen del santo. .
Al día siguiente, vuelve la mujer y le dice que su esposo había recobrado la vista.
La hermana María, gran devota de san José, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1998.
EN SAN LUIS
En la ciudad de San Luis en Estados Unidos, el año 1866, hubo una epidemia de cólera que mató durante dos meses a unas 280 personas cada día.
En la parroquia de San José, el párroco y superior de la Comunidad de jesuitas, el padre Joseph Weber, les invitó a hacer un compromiso con Dios para construir un monumento a san José, el patrono de la parroquia, si cesaban las muertes.
A partir del día en que hicieron la solemne promesa a Dios por medio de san José, se acabaron las muertes en la parroquia, que anteriormente eran alrededor de 25 diarias, sólo en la parroquia.
Ninguna persona de las familias que hicieron el compromiso murió.
Esto fue considerado como un milagro. Y cumplieron su promesa.
Construyeron un magnífico altar en el presbiterio de la iglesia, el altar principal, que todavía puede verse y que, desde entonces, se llama el altar de las respuestas (a las oraciones).
Este milagro fue registrado como un hecho auténtico en los documentos de la parroquia del año 1866, para gloria de san José.
EN LA COSTA ORIENTAL DE ÁFRICA
En la Costa oriental de África florecía, en el siglo XIX, una misión en Mandera. El padre Hacquard refiere la fundación de la misión:
Corría el año 1880 y necesitábamos una misión intermedia entre Bagamoyo y Mhomda.
Acompañado del padre Machón, emprendí el viaje para buscar un sitio conveniente para establecer un pueblo cristiano, encomendándonos a san José.
El día 19 de marzo, fiesta de san José, emprendimos la marcha y nos dirigimos a Udoé, un lugar jamás visitado por ningún europeo.
Los indígenas de aquella comarca eran antropófagos y por ninguna parte nos concedían la autorización de establecernos.
Yo me dirigí a san José, encomendándole el éxito de nuestro viaje.
De Udoé pasamos a Uriguá, caminando sin guía ni norte, a la aventura, pero en ningún sitio nos permitían establecer la misión hasta que llegamos a la casa del cacique Kingarú, llamado cara de serpiente.
Al instante que nos vio, se detuvo admirado y, mirándonos fijamente, prorrumpió en expresiones:
– Sí, ellos son. ¡Los mismos! Escuchadme. .
Esta noche, no sé si despierto o dormido, he visto ante mí a un venerable anciano que, tocándome como para despertarme, me ha dicho: .
“Kingarú, sepas que vienen a tu casa con una pequeña caravana dos blancos, recíbelos bien y dales cuanto te pidan”. .
Y esos sois vosotros, los mismos que yo vi.
Entonces, llamó a las gentes del pueblo y les dijo:
– Mirad a estos dos blancos, a quienes vi esta noche juntos con un anciano y de quienes os he hablado esta mañana.
Ellos son.
Permanecimos allí ocho días y todos se esforzaron en atendernos bien.
Una vez elegido el lugar de nuestra vivienda, dispusimos de nuevo la partida; para la cual, el mismo Kingarú quiso acompañarnos y servirnos de guía y de escolta.
Al cabo de quince días, vino a visitarnos a Bagamoyo y, llegado el momento de comenzar la obra proyectada, volvió de nuevo con gran tropa de hombres para conducir a los misioneros y llevar todo el equipaje y enseres necesarios.
Él es uno de los más asiduos y constantes asistentes a los ejercicios de la Misión.
Esto y mucho más ha obrado san José por el pueblo de Mandera, por lo cual le debemos honor y gloria y reconocimiento eternos.
EN MONTREAL
Quizás el caso más espectacular, en cuanto a milagros obrados por intercesión de san José, lo encontramos en Montreal, donde vivía el ahora beato André (1845-1937).
El hermano Andrés, de la Congregación de la Santa Cruz, no era sacerdote, durante 40 años fue portero del convento y, por más de 60 años, realizó milagros extraordinarios por intercesión de san José.
Su devoción a san José le vino de su madre, muerta cuando era todavía un niño.
A todos los que le pedían oraciones, les decía que no separaran su amor a José del de María y de Jesús, presente en la Eucaristía.
Él era un hombre de profunda oración ante Jesús sacramentado y amaba entrañablemente a María, pues andaba rezando el rosario a todas horas; pero, cuando le pedían favores, se los pedía a san José.
Él se llamaba a sí mismo el perrito de san José, pero fue el gran apóstol de san José del siglo XX.
Los milagros realizados los hacía con toda sencillez. .
A veces, les decía a los enfermos que debían hacer una novena a san José y confesar y comulgar; y, después de la novena, quedaban curados. .
En ocasiones, les decía que no se preocuparan, que él rezaría a san José personalmente por su caso. .
Pero lo normal era darles medallas de san José y pedirles que se frotasen en la parte enferma de su cuerpo. .
O les daba aceite de la lámpara que ardía frente a la imagen de san José, para que se ungieran con él. .
De este modo se producían milagros espectaculares por cientos. .
Y esto ocurrió durante 60 años de su vida, pues murió a los 91.
A los que quedaban curados, les decía que fueran a agradecérselo a san José.
Algunos se sentían defraudados y decían que eso de frotarse con una medalla o con aceite de san José era pura superstición, y no se curaban.
Por eso, decía: Muchos enfermos no se sanan debido a su falta de fe.
Es preciso tener fe para frotarse con la medalla o el aceite de san José.
En el año 1926, fueron reportados por la prensa 1.611 personas que decían haber sido curadas de graves enfermedades, y otras 7.334 decían haber obtenido favores extraordinarios de orden material o espiritual.
¡Algo realmente maravilloso!
El hermano André fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 23 de mayo de 1982.
EN SAN JOSÉ DEL PASO
La venerable María Angélica Álvarez Icaza (1887-1986) cuenta en sus Memorias:
En la capilla había un altar con una imagen del señor san José, que llamábamos “San José del Paso” por encontrarse precisamente en un lugar de mucho paso.
Como yo lo estaba viendo casi continuamente por la vecindad con la capilla, le empecé a cobrar mucha devoción a san José. . Y más que él me empezó a mimar mucho, porque todo cuanto deseaba (y eran muchas cosas) las dibujaba en un papel y se las ponía en las manos del santo bendito. .
Y con una eficacia asombrosa, en seguida me concedía mis súplicas. . Ya fuera un santo Cristo para el cuarto de la Madre (y a los pocos días nos lo regalaron). . Ya fuera candeleros para el altar de Nuestra Señora (y a no tardar allí estaban los candeleros). . En fin, un libro que deseara, una lámpara, floreros, cuanto hay, lo mismo era pedírselo que obtenerlo.
Esto cundió, no sólo entre las Hermanas que con frecuencia le hacían de esta manera sus peticiones, sino también entre las niñas del Pensionado, y el bondadoso santo siempre nos escuchaba.
LA MADRE TERESA DE CALCUTA
Decía la Madre Teresa de Calcuta: Confiamos en el poder del nombre de Jesús y también en el poder intercesor de san José.
En los comienzos de nuestra Congregación, había momentos en los que no teníamos nada.
Un día, en uno de esos momentos de gran necesidad, tomamos un cuadro de san José y lo pusimos boca abajo.
Esto nos recordaba que debíamos pedir su intercesión.
Cuando recibíamos alguna ayuda, lo volvíamos a poner en la posición correcta.
Un día, un sacerdote quería imprimir unas imágenes para estimular y acrecentar la devoción a san José. .
Vino a verme para pedirme dinero, pero yo tenía solamente una rupia en toda la casa. .
Dudé un momento en dársela o no, pero finalmente se la di. .
Esa misma noche, volvió y me entregó un sobre lleno de dinero: cien rupias. .
Alguien lo había parado en la calle y le había dado ese dinero para la Madre Teresa.
EN REPÚBLICA DOMINICANA
Monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo en la República Dominicana, cuenta el milagro, ocurrido el año 2001, a su hermano gemelo.
Dice: Mi hermano llega al hospital de Valladolid con respiración asistida a tope, más muerto que vivo.
El primer diagnóstico fue neumonía doble producida por legionella. Esto le provoca hemorragia interna.
Después de varios estudios, se deciden a operarlo de estómago.
A los tres días, le someten a hemodiálisis, porque el riñón comenzaba a dar señales de fallo.
Le practican la traqueotomía. Durante los cuarenta y ocho días que permaneció en la UVI (Cuidados intensivos), en dos ocasiones, hay infección de virus hospitalario.
Permaneció en el hospital durante setenta y un días.
Pedí oraciones a cuantos conocía.
Puedo decir que mi vida en esos momentos era una oración continua.
El centro de la misma siempre fue el sagrario.
Le pedía a Jesús con toda mi alma conformidad con su voluntad.
Había puesto a mi hermano en las manos de Dios.
Y, como es natural, consciente de mi pobreza, busqué mis intercesores ante Jesús.
Estos fueron la Virgen María y san José.
A la Virgen le rezaba dos rosarios diarios. .
A san José comencé con mis primas a bombardearle con sendas y continuadas novenas. . No habíamos terminado una, cuando a mi hermano se le presentaban nuevas complicaciones. .
A cada complicación, una nueva novena; cinco en total. . En todas las peticiones dirigidas a san José, la situación difícil se superaba.
Creo que mi hermano es fruto de un milagro de Dios y dispongo de los testimonios de los mismos médicos que lo atendieron.
¿Quiénes fueron los autores del milagro?
Para mí, Jesús Eucaristía, el jefe, como les decía a mis primas, y que era el centro.
María, mi abogada. Y san José, mi intercesor.
Por eso, mi corazón está lleno de gratitud, primero a Dios, después a mis grandes intercesores, la Virgen María y san José, y a todos los que se unieron a mí y me apoyaron con su oración. A todos gracias.
MILAGROSOS TEMPLOS DE SAN JOSÉ
San José irradia su presencia en la Iglesia a través de sus santuarios y de sus imágenes.
Y en estos lugares y con estas imágenes, se han realizado importantes milagros.
El santuario más importante dedicado a San José es el de Montreal, Canadá, construido por el beato André en el Mont Royal.
Es uno de los santuarios más grandes de la Iglesia. Tiene capacidad para 3 mil personas sentadas y 10 mil de pie y fue terminado en 1966.
Peregrinan a él 3 millones de personas al año.
Otro santuario famoso es el de Kalisz en Polonia, que originariamente fue dedicado a la Asunción de la Virgen pero ahora se le llama Colegiata de San José.
En él hay un cuadro de la Sagrada Familia donde se destaca la imagen de San José que ha intercedido por grandes milagros.
Esto fue reconocido por la Iglesia, porque el Papa Pío VI colocó una corona en la imagen de cada miembro de la Sagrada Familia.
Y el papa Juan XXIII hizo colocar su anillo papal en la mano de San José en la época del Concilio Vaticano II.
Otro santuario famoso es el de Bessillon en Francia donde se produjo la aparición de la Virgen María y de San José en distintos momentos históricos.
Esta aparición de San José es la única de este santo aprobada por la Iglesia.
Y es de tal importancia que hemos escrito un artículo específico sobre ella que puedes leerlo aquí.
La aparición se produjo el 7 de julio de 1660 y quedó una fuente como testimonio de ella.
España tiene dos templos con dedicación a San José que también son de repercusión mundial.
Uno es el famoso templo de la Sagrada Familia de Antonio Gaudí en Barcelona.
El templo se había comenzado a llamar Iglesia de San José pero después se amplió para llamarlo templo de la Sagrada Familia
Es quizás una de las obras de arte más importantes del mundo y puedes verlo aquí.
Y también en Barcelona está el templo de San José de la Montaña que recibe miles de cartas de todo el mundo para pedir intercesión de San José.
Lo fundó la Beata Madre Petra de San José y existe allí una hermosa imagen de San José donde se ponen las cartas a sus pies.
Muchas veces leemos que una persona fue curada por un milagro.
Lo cual puede ser cierto, pero no necesariamente para la Iglesia.
El santuario de Lourdes en Francia es donde se investigan más estos milagros.
Y por eso en la fecha de Nuestra Señora de Lourdes de celebra la Jornada Mundial por los Enfermos.
Muchas veces sucede que el sanado y sus allegados tienen la total convicción de que la curación fue realizada por un milagro de Dios.
¿Pero esa curación es capaz de pasar por el tamiz de exigentes estudios para determinar si se produjo la curación por causas sobrenaturales?
Claro que uno puede decir que Dios también opera sobre las causas naturales.
Y en este sentido podemos concluir que Dios es la fuente de todas las curaciones, porque es quien sostiene todo.
Pero en este artículo estamos interesados en examinar la fuente sobrenatural de las curaciones, por intercesión de alguien de algún santo.
Y tal como lo entiende la Iglesia, que se basa específicamente en lo que no es explicable para la ciencia.
La Iglesia Católica ha establecido criterios para determinar a quién va a reconocer como que está en el cielo.
Y así, quién es digno de veneración y petición de los fieles.
La Iglesia tiene el proceso de canonización para el beneficio de los fieles de la Iglesia Católica.
Es para mostrar a los fieles un modelo de vida cristiana que tiene una especial relevancia para vivir la fe en nuestro tiempo.
La idea de este artículo es mostrar cómo la Iglesia Católica hace un juicio racional de un caso.
Y dictamina después de una investigación científica que relaciona el milagro de curación de una persona a través de la intercesión de la otra, por causas no explicables por la ciencia.
Para ejemplificar como funciona hemos tomado el caso del milagro dictaminado para la canonización de San Josemaría Escrivá.
DEFINICIÓN DE MILAGRO
Fr. John Hardon, SJ, escribió:
«En el lenguaje teológico, un milagro es un evento extraordinario, realizado por Dios, que puede ser percibido por los sentidos y que supera las fuerzas de la naturaleza.»
Esto es lo que la Iglesia católica en general entiende por un milagro.
Monseñor Michele Di Ruberto, subsecretario de la Congregación para las Causas de los Santos, define un milagro como un
«Acontecimiento que va más allá de las fuerzas de la naturaleza. .
Que se realiza por Dios, fuera de lo que es normal en toda la naturaleza. .
Creada por la intercesión de un siervo de Dios o de un beato».
Esto es lo que la Iglesia Católica entiende por un milagro en relación con el proceso de beatificación o canonización.
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN DE UN PRESUNTO MILAGRO
Las reglas para el proceso legal fueron establecidas en 1983 por la constitución apostólica Divinus Perfectionis Magister.
En él, hay dos fases, una después de la otra. .
La primera es la fase diocesana. . Se lleva a cabo en la diócesis en la que el supuesto milagro ocurrió. .
La segunda fase tiene lugar en Roma y está a cargo de la Congregación para las Causas de los Santos.
A nivel diocesano,
«Al obispo abre una investigación sobre un presunto milagro en el que se toma el testimonio de testigos oculares.
Que son interrogados por un tribunal debidamente constituido.
Analizando la documentación clínica e instrumental completa inherente al caso».
Cuando se haya completado la investigación diocesana, la Congregación para las Causas de los Santos pone en marcha su proceso, el cual, una vez terminada, será la base de su veredicto.
La Congregación somete el material recogido a dos investigaciones separadas, una vez más, una tras otra.
La primera es médico científica y la segunda es teológica.
Según Stefania Falasca,
«El examen médico se lleva a cabo por la Consulta Médica, un órgano colegiado compuesto por cinco especialistas más dos expertos ‘in house’.
Los especialistas varían según los casos clínicos presentados y la solicitud de consulta o eventual convocatoria a otros expertos y especialistas no se descarta.
Su testimonio es puramente científico, no se pronuncian sobre el milagro.
El examen y la discusión final de la Consulta médica concluyen por establecer el diagnóstico exacto de la enfermedad, pronóstico, tratamiento y resultado final».
Generalmente el Vaticano utiliza consultores médicos ajenos a la fe y profesionales de primer nivel.
Para que el evento
«sea considerado como un posible milagro la curación debe ser juzgada por los especialistas como: rápida, completa, duradera e inexplicable según los conocimientos médicos y científicos actuales.»
Si la Consulta médica pronuncia«una mayoría o un veredicto unánime en favor del carácter extra-natural de la curación», de acuerdo a ese criterio, entonces la investigación pasa a la Consulta de teólogos.
¿Por qué a los teólogos?
Se va a los teólogos, porque los expertos médicos sólo pueden mirar una curación y declarar que es (al menos con el conocimiento científico actual) empíricamente inexplicable.
El trabajo de asesoramiento de los teólogos consiste en identificar
«La relación de causalidad entre las oraciones al siervo de Dios y la curación.
Y expresar su opinión sobre si el hecho prodigioso es un verdadero milagro.»
Cuando los teólogos han elaborado su veredicto,
«La evaluación se presenta a la Congregación ordinaria de los obispos y cardenales, quienes debaten todas las características del milagro.»
Todas estas opiniones se presentan al Papa, quien decide si declarar el evento un milagro o no.
Si se aprueba el milagro, se autoriza a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar un decreto en este sentido, declarando el caso como un milagro.
EL EJEMPLO DE UN CASO CONCRETO
En el caso de la curación del Dr. Nevado y la intercesión de San Josemaría Escrivá de Balaguer como su causa, el Papa declaró la plena aprobación del milagro.
Veamos cuáles fueron los pasos dados.
El 20 de diciembre de 2001, el Papa Juan Pablo II aprobó el decreto emitido por la Congregación para las Causas de los Santos de una curación milagrosa atribuida por la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer.
El milagro fue la curación del Dr. Manuel Nevado de radiodermitis crónica cancerosa, una enfermedad incurable, que tuvo lugar en noviembre de 1992. .
El decreto abrió las puertas a la canonización del beato Josemaría.
LA RADIODERMITIS
Radiodermatitis es una enfermedad de la piel típica de los profesionales médicos que han sido expuestos repetidamente a la radiación de los aparatos de rayos X durante un largo período de tiempo.
La enfermedad es progresiva y evoluciona inexorablemente, provocando la aparición de cánceres de piel.
La radiodermitis no tiene cura.
Los únicos tratamientos conocidos son intervenciones quirúrgicas: injertos de piel, o la amputación de las partes afectadas de la mano.
Hasta la fecha, no hay casos de curación espontánea de la radiodermitis crónica cancerosa registrados en la literatura médica.
LA CURACIÓN
El Dr. Manuel Nevado Rey nació en España en 1932.
Especialista en cirugía ortopédica, operó fracturas y otras lesiones durante casi 15 años con exposición frecuente de las manos a los rayos X.
Los primeros síntomas de la radiodermitis empezaron a aparecer en 1962, y la enfermedad continuó empeorando.
En 1984, tuvo que limitar sus actividades a las operaciones de menor importancia, porque sus manos estaban gravemente afectadas.
Él dejó de operar por completo en el verano de 1992, pero no fue sometido a ningún tratamiento.
En noviembre de 1992, el Dr. Nevado conoció a Luis Eugenio Bernardo Carrascal, un ingeniero agrónomo que trabajaba para el gobierno español. .
Al enterarse de su enfermedad, Luis Eugenio le ofreció una estampa del fundador del Opus Dei que había sido beatificado el 17 de mayo de ese año. .
Y lo invitó a rezar por la curación de su radiodermitis.
Dr. Manuel Nevado
LA INTERCESIÓN DEL BEATO JOSEMARÍA
El Dr. Nevado comenzó a orar por una cura a través de la intercesión del Beato Josemaría.
Pocos días después de esa reunión, viajó a Viena con su esposa con el fin de asistir a una conferencia médica.
Visitaron varias iglesias y se encontraron con estampas del Beato Josemaría.
«Esto me impresionó», explicó el Dr. Nevado, «y eso me animó a rezar más por mi cura».
Desde el día en que empezó a encomendar su curación a la intercesión del Beato Josemaría, sus manos comenzaron a mejorar. .
Dentro de los quince días posteriores las lesiones habían desaparecido por completo y la cura fue completa.
Por enero de 1993, el Dr. Nevado había vuelto a realizar operaciones quirúrgicas sin ningún problema.
EL PROCESO CANÓNICO
El proceso canónico sobre este milagro tuvo lugar en la archidiócesis de Badajoz, donde vive el Dr. Nevado, y se concluyó en 1994.
El 10 de julio de 1997, la comisión médica de la Congregación para las Causas de los Santos estableció por unanimidad el siguiente diagnóstico:
«un estado canceroso de radiodermitis crónica en su tercera e irreversible etapa, por lo que tuvo un pronóstico infausto (sin esperanza de curación)».
La curación completa de las lesiones, confirmadas por los exámenes objetivos efectuados sobre el Dr. Nevado en 1992, 1994 y 1997, fue declarada por la Comisión de Medicina como muy rápida, completa, duradera y científicamente inexplicable.
El 9 de enero de 1998, el Comité de Consultores teólogos dio su aprobación unánime para atribuir el milagro al Beato Josemaría.
La Congregación de las Causas de los Santos confirmó estas conclusiones el 21 de septiembre de 2001.
COMO ENCAJA EL PROCESO CON LAS NORMAS
Según Hardon, un milagro es (1) un evento extraordinario, (2) que puede ser percibido por los sentidos, (3) que supera los poderes de la naturaleza, y (4) se lleva a cabo por Dios.
(1) Si los hechos denunciados son ciertos, el evento ciertamente parece ser extraordinario. .
Nevado fue curado de una forma incurable de cáncer.
(2) También fue un evento percibido por los sentidos. .
La evidencia física se ha estudiado antes y después de la cura.
(3) También superó las fuerzas de la naturaleza, de acuerdo al estado de conocimiento médico del momento. .
Eso, por supuesto, es un juicio de la razón limitada por nuestra actual comprensión de este tipo de cáncer y de los poderes curativos del cuerpo humano.
(4) Esto implica «realizado por Dios». .
Este punto va a la definición de Di Ruberto que un milagro es «realizado por Dios por la intercesión de un siervo de Dios o de un beato». .
El juicio de que algo es efectuado por Dios es un juicio de la razón, incluso si usted es el Papa.
LA GRAN CURACIÓN QUE NECESITAMOS ES ESPIRITUAL
La mayoría de las oraciones de los seres humanos son para aliviar el sufrimiento y para curación física.
De esa forma revela su gloria con una curación milagrosa.
Pero también debemos tener en cuenta que no podemos ser curados de todos nuestros problemas en la Tierra.
Ya que estamos heridos en nuestra naturaleza misma cuando los primeros padres negaron a Dios.
Nuestra curación definitiva, entre ellos los destrozos que produce la vejez, se producirá cuando estemos glorificados en el cielo.
Pero también los católicos sabemos que nuestro sufrimiento es redentor cuando lo asociamos a la pasión de Cristo.
Y que podemos llenarnos de la voluntad divina si aceptamos el sufrimiento y nos vaciamos a nosotros mismos como lo hizo Jesús en la cruz.
Pero para los seres humanos la curación no es sólo física.
Es mas, cada dolencia física tiene una dolencia espiritual detrás.
Por lo que la curación espiritual debe suceder antes de la curación física.
Y por esta razón el Sacramento de los Enfermos va acompañado habitualmente con la confesión.
Porque nuestras almas están enfermas por el pecado original.
Y esto implica recibir las gracias que nos ofrece la reconciliación que Dios nos ofrece.
Cuando nos confesamos le estamos pidiendo a Jesucristo que nos perdone las pecados y nos sane espiritualmente.
Santa Faustina Kowalska tenía resistencias a aceptar que el sacerdote confesor actuaba “in persona Christi” y en el numeral 1725 de su Diario aparece que Jesús le dijo,
“Hija Mía, así como te preparas en Mi presencia, también te confiesas ante Mí.
La persona del sacerdote es, para Mí, sólo una pantalla.
Nunca analices qué clase de sacerdote es el que estoy usando.
Abre tu alma en confesión como lo harías conmigo, y la llenaré de Mi luz”.
Jesús entonces le promete llenarla de Su luz si abre su alma en la confesión.
Difícilmente puede haber algo más curativo que estar llenos de la luz de Dios.
Quizás ésta sea una de las promesas más importantes que Dios nos ha dado.
Se ha podido medir por métodos científicos la emisión de luz de bajísima intensidad del cuerpo humano.
Pero hay también una emisión de luz que puede ser vista por los ojos de las personas.
Y que se da en circunstancias religiosas.
Al punto que Benedicto XIV, en su Trattato della Canonizzazione, dice que si quisiera relatar todo lo que los autores afirman de rayos, luces, claridades que han brillado milagrosamente sobre el rostro de los Santos, “nunca acabaría”.
El Dr. Garmann, en su libro sobre las Merveilles des Morts, relata numerosos fenómenos luminosos, algunos de los cuales le parecen absolutamente indudables.
Por otro lado la luminosidad es un atributo del cielo, destacado no sólo en la Biblia sino también en Experiencias Cercanas a la Muerte.
Y la escritura manifiesta que se reproduce en la tierra material en situaciones unidas místicamente con el cielo.
LA LUMINOSIDAD ES UN ATRIBUTO DEL CIELO
Los ángeles del cielo se describen como seres de luz de acuerdo con 2 Reyes 6:17, Daniel 10: 6, Mateo 28: 2-3 y 2 Corintios 11:14.
Mateo 28: 2-3 dice:
“el ángel del Señor bajó del cielo. . . su aspecto era como un relámpago”
2 Corintios 11:14 se hace eco de Mateo 28: 2-3:
“Y no es extraño, porque el mismo satanás se disfraza como ángel de luz”.
El ser angelical de Daniel 10: 6 también se describe como un ser de luz:
“Su cuerpo era como el topacio, su rostro brillaba como un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y piernas como de color de bronce bruñido, y su voz como el estruendo de una multitud.”
El cuerpo de la resurrección de Jesús después de su ascensión al cielo se describe con luminosidad similar y gloria de acuerdo a Apocalipsis 1: 13-16:
“Y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro.
Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego; sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas.
Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza”
Después de resucitar y ascender al cielo, se espera que los cuerpos de los santos experimenten una transformación similar, según Mateo 13:43 y Daniel 12: 2-3.
Mateo 13:43 dice:
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”
EN LA TIERRA TAMBIÉN LA ESCRITURA HABLA DE LUMINISCENCIA
El Antiguo Testamento nos refiere:
“Después de eso Moisés descendió del monte Sinaí, llevando las dos tablas del testimonio; y no sabía que de su entrevista con el Señor, le habían quedado rayos de luz en el rostro.
Mas Aarón y los hijos de Israel, viendo que el rostro de Moisés despedía rayos, temieron acercársele…
Cuando Moisés salió del tabernáculo, los Israelitas vieron que su rostro despedía luz. .
Pero él lo velaba de nuevo todas las veces que les hablaba”. (Éxodo 34: 29-35).
El Evangelio narra la Transfiguración de Nuestro Señor sobre el monte Tabor:
“Se transfiguró ante ellos. Su cara se tornó brillante como el sol y su vestidura, blanca como la nieve…” (Mateo 27:2).
QUIENES TUVIERON EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE VIERON LA LUMINOSIDAD CELESTIAL
Durante las experiencias cercanas a la muerte (ECM) es bien sabido que un ser de luz – comúnmente identificado como Cristo – llama a una revisión de la vida.
De acuerdo con investigadores de ECM, cuanto mayor sea el reino celestial más luz emiten los objetos y seres en estos reinos.
El Dr. George Ritchie dice lo siguiente en relación con el hecho de que los seres y objetos en el cielo son intrínsecamente luminiscentes:
“Y entonces vi. . . una ciudad. Una ciudad aparentemente interminable brillante, lo suficientemente brillante como para ser visto desde toda la distancia inimaginable.
El brillo parecía provenir desde las mismas paredes y calles de este lugar, y se podía discernir seres moverse dentro de ella.
De hecho, la ciudad y todo en ella parecía estar hecho de luz, así como la figura a mi lado estaba hecha de luz”.
El Dr. George Ritchie dice lo siguiente respecto a los ocupantes de lo que es presumiblemente una de las regiones celestes superiores:
“Aún más sorprendente, que irradiaba luz casi tan brillante como Cristo”
El reverendo Howard Storm también describió los seres del cielo como seres de luz:
“en todas partes alrededor de nosotros había incontables seres luminosos como estrellas en el cielo, que van y vienen”.
El hecho de que todo en el cielo sea luminiscente implica que los espíritus que entran en estos reinos después de la resurrección se revisten luminiscentemente. .
De la misma manera que nuestros espíritus se revisten de materia mientras están en el planeta tierra.
LA CIENCIA SABE QUE LOS ORGANISMOS VIVOS EMITEN LUZ
Todos los organismos vivos, incluyendo seres humanos, emiten una luz de baja intensidad que no puede ser vista por el ojo desnudo.
Pero puede ser medida por fotomultiplicadores que amplifican las señales varios millones de veces y que permiten a los investigadores a registrarla en forma de un diagrama.
Las investigaciones han demostrado que el cuerpo emite luz visible 1.000 veces menos intensa que los niveles que pueden captar nuestros ojos.
De hecho, prácticamente todos los seres vivos emiten luz muy débil, lo que se piensa que es un subproducto de las reacciones bioquímicas que implican a los radicales libres .
Escribiendo en la revista PLoS ONE, investigadores han medido esa luminosidad utilizando cámaras ultrasensibles durante un período de varios días.
Sus resultados muestran que la cantidad de luz emitida sigue un ciclo de 24 horas, más alto en la tarde y más bajo por la noche. .
Y que la luz más brillante se emite desde las mejillas, la frente y el cuello.
QUE TENEMOS ENTONCES
Que el Reino de los Cielos es descrito por la luz, la luminosidad, que proviene de los mismos seres y objetos.
Y como sabemos, todo lo que entra en el reino de los cielos es santo, por lo que no es de extrañar que la escritura describa situaciones en la tierra glorificadas precisamente con esa luminosidad.
Por otro lado sabemos que el propio cuerpo humano común emite luminosidad de baja intensidad, diferente de la luminosidad calorífica.
Entonces, no debería extrañarnos que en ciertas circunstancias la luminiscencia que emite el cuerpo humano sea notoriamente mayor como para que ser registrada por otros.
Y la santidad debería ser uno de esos casos porque es un anticipo del reino de los cielos.
Cuando los teólogos analizan estos temas en la escritura le dan invariablemente un contenido espiritual, o sea como que se está hablando de brillantez espiritual no de luminiscencia material.
Sin embargo la luminiscencia registrada en santos en la tierra es corroborada por miles de personas de todas las épocas, de modo que es algo que se materializa.
LUMINOSIDAD RELIGIOSA
Benedicto XIV cita fenómenos luminosos presentados por Luis Bertrán, San Ignacio, San Francisco de Paula, San Felipe Neri, San Francisco de Sales.
Mencionaremos los ocurridos en ese antiguo médico de la Facultad de París, que fue el bienaventurado Gilberto de Santarem.
“Gilberto, nos dice Gorres según las Acta Sanctorum, estaba en el coro de Santarem y sintiendo acercarse el éxtasis, quiso correr a la sacristía; pero fue arrebatado ante la puerta que le cerraba y cayó al suelo.
Una piadosa mujer de nombre Elvira Duranda, llegada por casualidad, lo vio en ese estado a través de una ventanita.
Al cabo de algunos instantes, ella vio una columna de luz descender sobre él y penetrar todo su cuerpo. .
De forma tal que brillaba como el cristal más puro atravesado por un rayo de sol.
Transida de admiración a la vista de ese espectáculo, ella no pudo dejar de mirarlo hasta que al final, al cabo más o menos de dos horas, la luz desapareció poco a poco, y Gilberto se despertó con un profundo suspiro y comenzó a caminar a tientas como un ciego.
Siempre ocurría así en todos sus éxtasis; y le parecía cada vez, que pasaba de la luz más viva a un lugar oscuro, casi de repente.
Después de su muerte, su rostro estaba tan luminoso, que permitía la lectura del breviario en la oscuridad de la noche”.
La luminosidad del Padre Francisco Suárez(1538-1617), cuyas obras teológicas constituyen autoridad, y de su crucifijo, fue objeto de una declaración jurada del Hermano Da Silva:
“Don Pedro de Aragón me ordenó advertir al Padre Francisco Suárez de que lo acompañara a Santa Cruz para visitar al monasterio…
La primera habitación estaba oscura; llamé al Padre; él no me contestó.
Y como la cortina del gabinete de trabajo estaba bajada, por el intersticio entre la cortina y el montante de la puerta, vi una grandísima claridad.
Levanté la cortina y entré en el gabinete.
Vi entonces una gran luz que salía del crucifijo: cegaba a quien quería mirarla; era como cuando el sol se refleja sobre cristales, proyectando rayos muy inflamados.
Así salía la luz del Santo Crucifijo y me cegaba si la contemplaba; y era tal la luz que proyectaba, que yo no podía estar en la habitación sin ser deslumhrado por la luz que la llenaba.
Esta luz partiendo del crucifijo, daba en la cara y en el pecho del Padre Suárez.
Y en esa claridad yo le vi de rodillas delante del crucifijo. .
Con la cabeza descubierta, las manos juntas y el cuerpo levantado sobre el suelo unos cinco palmos en el aire, al nivel de la mesa, sobre la cual se hallaba el crucifijo…”
San Francisco de Sales se presentó muchas veces a los ojos de sus contemporáneos con la cara inflamada y en una irradiación luminosa, ya celebrando la Misa, ya comulgando, ya orando.
“En los días que siguieron a la solemnidad pascual —escribe su sobrino Carlos Augusto de Sales— todos los domingos el Santo Obispo explicaba catequísticamente los mandamientos de Dios a sus fieles de Annecy desde el púlpito de su gran iglesia.
Y una vez después de haber discurrido en forma excelente y maravillosa sobre el primer mandamiento, interrumpiendo su predicación y dirigiendo su palabra a Dios Padre, fue visto por todos los fieles completamente resplandeciente y rodeado de una luz tan grande y viva. .
Que apenas podía ser distinguido en ella, sino que parecía convertirse todo él en luz.
Además entre todos los presentes que quedaron asombrados, tuvieron una clara y neta visión de esto, de manera especial Pedro Francisco Jaius, canónico teologal y penitenciario, Juan Luis Qucstán, también canónigo, Pedro Paget, párroco de la iglesia de Civry, Francisco du Nievre, párroco de Metet y los profesores del colegio, sin contar a Sergio Saget, ciudadano y miembro de la audiencia en el Consejo de Ginebra”.
San Felipe Neri, cuando conversaba con San Carlos Borromeo de cosas divinas, veía el rostro del cardenal brillar como el de un ángel.
Igualmente, un día que San Ignacio de Loyola escuchaba con gran atención un predicador en Barcelona, su cabeza se iluminó de pronto y San Felipe Neri asegura haberlo visto más de una vez en ese estado.
Más cerca de nosotros, el santo Cura de Ars fue visto en el púlpito con el rostro transfigurado y rodeado de una aureola.
El abate Combes vio a veces un halo luminoso rodear la cabeza de la místicaVictoria Clara de Coux (fallecida en 1883), sobre todo cuando ella había comulgado.
LUMINOSIDAD NO RELIGIOSA
En las sesiones mediúmnicas se producen a veces fenómenos luminosos, consistentes la más de las veces en una especie de fuegos fatuos que flotan en el aire a distancia del médium.
Home, Stainton Moses y otros presentaron algunos notables.
Hemos sido testigos personales de fenómenos de esta clase en Varsovia en 1927, con la señora Popielska; los he reseñado en esa época de esta manera:
“Después aparecieron pequeños resplandores como fuegos fatuos, a veces como si fueran vistos a través de una cortina, a veces netamente adelante.
Subían, bajaban, iban hacia la derecha y la izquierda.
Todos estos fenómenos ocurren sin precipitación; durante su persistencia se puede verificar la posición de los espectadores.
Mi vecino, el coronel de ingenieros, comprobaba si yo tenía bien la cinta y si esa cinta estaba en relación con el médium”, que había atado (con nudos cosidos).
La luminosidad humana parecería limitarse a ese orden de fenómenos, por cuanto, dice Carlos Richet, “está demostrado que solamente los médiums tienen ese poder”.
Sin embargo se han señalado sudores fosforescentes (Dr. Tremoliéres en Pratique méd. chir., 1911).
Por otra parte, el Dr. Charles Fére, en la Revue neurologique de 1905, dice haber visto a dos enfermos afectos de cefaleas presentar luminosidad alrededor de la cabeza y de las manos.
Se le comunicó un fenómeno análogo en un paciente víctima de crisis de angustia.
Ancel, Bouin y Charpentier habrían observado, con inyecciones de extractos testiculares, una fosforescencia especial de la piel, cerca de la 2° vértebra lumbar, nivel del centro genital de la médula” (Leopold Lévi).
LUMINOSIDAD ANIMAL
Nos parece oportuno agregar a los hechos citados, los ejemplos de luminosidad biológica visible por el ojo que se encuentran en la naturaleza.
Hay insectos (gusanos relucientes, luciérnagas, piróforos); bacterias, como las que contaminan la carne o el pescado y los torna luminosos en la oscuridad; protozoarios (fosforescencia del mar); vegetales (hongos y algas); pulpos, peces dotados de órganos luminosos y particularmente de verdaderos faros en la cabeza.
En un comienzo la fosforescencia pudo deberse a la producción de un moco luminoso.
En ciertos moluscos la luminosidad es producida por una secreción mucosa de esta clase”.
Las investigaciones se han dirigido sobre todo a la luz de los insectos.
La fotogénesis requiere humedad, una temperatura favorable y oxígeno (para la vida celular, pero no, al parecer, para la luminosidad misma).
Se halla en dependencia del sistema nervioso: la excitación a distancia la aumenta, los anestésicos (éter, cloroformo) la disminuyen, la estricnina la estimula.
JUNTANDO TODOS LOS HECHOS
Los fenómenos mediúnicos parecen ser difícilmente asimilables a los prodigios religiosos y a la luminosidad animal.
En realidad, no es el cuerpo del médium el que se torna luminoso; se producen fuegos fatuos errantes, poco parecidos a una producción fisiológica y más a una muestra de un esfuerzo que se es capaz de hacer.
Advirtamos entretanto que una médium, miss Burton, que producía fenómenos luminosos a cuatro pies de distancia, presentaba la saliva fosforescente. ¿Podría compararse esto al mucus luminoso de los moluscos?
De todos modos, en razón de la rareza y debilidad de los fenómenos no religiosos, estamos en presencia de fenómenos luminosos religiosos por un lado y de la fotogénesis animal por el otro lado.
Nos parece que, como para los demás prodigios biológicos, se imponen distinciones.
La Transfiguración del Monte Tabor, que forma un acontecimiento aparte en la vida de Nuestro Señor, y que transforma hasta sus vestiduras, es evidentemente milagrosa, para edificación de los Apóstoles.
Lo mismo las luces emitidas por el cadáver de los Santos nos parecen milagrosas: el alma ya no está allí para transformar el cuerpo y además los fenómenos biológicos están extinguidos; esa luminosidad parece ser acordada por Dios para manifestar la santidad de sus servidores.
Pero no debemos olvidar la posibilidad de acción del alma sobre el cuerpo en ciertas condiciones. Hablando de los cuerpos gloriosos, el Padre Sempé escribe:
“El espíritu, reflejo de la inteligencia divina, no conoce las tinieblas de la materia.
El alma tornará a su cuerpo más luminoso que los astros: ese cuerpo, como el de Cristo, irradiará claridad”.
Además, la luminosidad podrá ser, en determinados casos, un milagro por sí misma.
Pero en otros parece preferible suponer que el hecho divino reside en la unión mística con Dios. .
Y que la luminosidad es debida a la acción del alma que goza en forma anticipada del poder con que ella animará más tarde al cuerpo resucitado.
Y no está prohibido imaginar que para hacerlo el alma tal vez no hace más que determinar en el cuerpo humano procesos luminosos latentes como los que los científicos han podido medir en todos los seres humanos.
La luminosidad religiosa sería un milagro producido por consecuencia biológica de la unión mística.
Es más, la aureola que se pinta alrededor de la cabeza de los santos es precisamente esa luminosidad prodigiosa celestial.
TU LUZ BRILLARÁ COMO EL AMANECER
Cuando escuchamos que debemos “irradiar la luz de Cristo” como creyentes, entendemos con nuestra limitada percepción, que eso significa evangelizar.
Esto es ser testigos del Altísimo, mediante nuestras palabras, obras y buen ejemplo.
Y es porque los seres humanos en general, y esto nos incluye a nosotros, los creyentes, tendemos a humanizar todo, a materializar hasta nuestras experiencias de fe.
Sin embargo más de una vez nos hemos quedado maravillados al escuchar una homilía, un mensaje, una catequesis.
Y a pesar de recibir bienes espirituales, no hemos ido más allá de lo puramente físico y material.
Impresionados por la iluminación espiritual recibida, nos volvemos a nuestra vida con resabios de esa Luz, que puede mantenerse en nuestra memoria por algún tiempo.
O no.
Después de recibir los testimonios de gente que ha comprobado con sus propios ojos esas «transfiguraciones» de seres privilegiados, que lo fueron por sus sufrimientos y virtudes heroicas, no podemos menos que invocar al Espíritu Santo.
Él es el experto en luz, porque es Luz y procede de la Luz.
Y pedirle que nuestra vida, nuestros actos, nuestro permanente caminar en la presencia de Dios, nos otorgue aunque más no sea en una pequeña, mínima, diminuta proporción, ese regalo de luz que el Señor ha otorgado y otorga a Sus Santos.
Nos sabemos profundamente indignos de ese privilegio, pero también nos sabemos amados.
Si nos disponemos, de corazón, auténticamente, a entregarle nuestra vida a Dios, y a reflejar, en medio de nuestras miserias, una pequeñísima parte de ese Amor eterno que nos sostiene y alimenta, no nos veremos decepcionados.
Porque, como el Señor nos dijo a cada uno de nosotros a través del profeta Elías, “si haces esto, tu luz brillará como el amanecer” (Elías 58:8).