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Nuestra Señora Aparecida, la Patrona de Brasil (12 oct)

En octubre de 1717 pasó por la villa de Garatinguetá el gobernador de Minas y de San Pablo.

Para darle alimentación se convocó a los pescadores.

nuestra señora aparecida

Tres hombres comenzaron a lanzar las redes pero no pescaron ni un solo pez.
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Sino el cuerpo de una imagen de la Virgen, pero sin la cabeza.
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Más abajo, lanzaron nuevamente la red y sacaron la cabeza de la misma imagen.

Tal vez la pesca del cuerpo y de la cabeza de la misma imagen haya sido la primera «señal» de algo extraordinario para João Alves.

El tomó los dos pedazos, cuerpo y cabeza de la imagen, los envolvió cuidadosamente en un paño y los guardó.

Hasta entonces no habían pescado nada. Lanzaron nuevamente la red y… ¡qué maravilla!

En pocos lances pescaron tan gran cantidad de peces que quedaron con miedo de naufragar.

Por eso retornaron a sus casas admirados de ese suceso). ¿Sería esa la segunda «señal» de algo extraordinario que estaría por suceder?

Nuestra Señora Aparecida es la patrona de Brasil.

Ver también:

imagen de aparecida en custodia externa

 

LA HISTORIA DE LA APARICIÓN

Estamos en el nacimiento de Sâo Paulo.
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Es el año 1554. Un grupo de jesuitas dirigidos por el P. José de Anchieta llegan con el deseo de transmitir el tesoro de la fe cristiana a los indios Tupis y Guaranis.
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Fundan la ciudad y ésta se convierte en un importante centro de evangelización.

Los misioneros inculcaban con mucho celo la devoción a María Santísima, poniendo de relieve el papel que Ella, como Madre de Dios, realizó en la obra de la redención.

Todas las tardes se tenía la catequesis y se rezaba el santo rosario.

En muchas aldeas y villas existían las célebres cofradías del rosario, se hacían procesiones y se realizaban novenas de preparación a las fiestas religiosas.

Así, bajo la protección y el cuidado de María se sigue desarrollando la historia de Brasil.

Llega octubre de 1717.

El gobernador de la capitanía de Sâo Paulo, Don Pedro de Almeida, está haciendo un viaje hacia Minas Gerais siguiendo el camino del Valle del Paraíba.

Para la alimentación del gobernador y su comitiva habían pedido a los pescadores del lugar que reunieran la mayor cantidad de peces que pudieran.

Los pescadores, entre los que estaban Domingo Martins, Juan Alves y Felipe Pedroso, tomaron sus canoas, se dirigieron al Río Paraíba y comenzaron a trabajar llenos de entusiasmo.

Lanzaban las redes una y otra vez pero era inútil. No conseguían pescar nada. Navegaron unos seis kilómetros río arriba, hacia el puerto de Itaguassú.

Echaron nuevamente las redes y lo único que sacaron fue una figura de cerámica, cubierta de barro y sin cabeza.
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Al lanzarlas nuevamente apareció la cabeza y descubrieron que se trataba de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción.
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Después de esto lanzaron nuevamente las redes y obtuvieron una gran cantidad de peces.

Los pescadores regresaron a sus casas felices de haber conseguido una pesca tan maravillosa y muy admirados por lo que había ocurrido.

La leyenda dice que una vez que sacaron el cuerpo y la cabeza, la silueta endeble de la Virgen aparecida se volvió extremamente pesada y ya no pudieron llevársela para ningún lado.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.

nossa_senhora_aparecida

 

LA IMAGEN

Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río.

Pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús, monje benedictino carioca del monasterio de Santa Ana de Parnaíba, en San Pablo, quien la moldeo en el año 1650.

La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración.

La imagen sacada del río era de terracota y medía 39 cm de altura.

Los monjes benedictinos que la describen en aquella época acreditan que originalmente era policromada, como era costumbre en la época.

El color canela que presenta en la actualidad probablemente se debe a la exposición al humo de las velas de los devotos.

Ella representa a Nuestra Señora en su Inmaculada Concepción.
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Por eso su título completo es «Nuestra Senhora de la Concepción Aparecida».

En 1978, tras sufrir un atentado que la redujo a casi doscientos fragmentos, fue puesta para su reconstrucción en manos de la artista Maria Helena Chartuni, que la restauró totalmente.

pasarela de la fe entre dos basilicas de aparecida
Pasarela de la Fe entre las basílicas nueva y vieja

 

QUE SUCEDIÓ DESPUÉS CON LA IMAGEN

Felipe Pedroso conservó esta imagen en su casa, junto a Lorenzo de Sá por unos seis años.
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Luego se fue a vivir a Ponte Alta donde permaneció unos nueve años.
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Y pasado este tiempo marchó a vivir a Itaguassú, donde había encontrado la imagen.
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En 1733 Felipe regaló la imagen a su hijo Atanasio Pedroso.
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Atanasio hizo construir un oratorio y colocó la imagen de la Virgen sobre el – así llamado – altar de Paus.
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En este oratorio se reunía todos los sábados con su familia y un grupo de vecinos para recitar el rosario y alabar a la Santísima Virgen.

Desde entonces, en la tradición religiosa brasileña, la Virgen Aparecida, bajo el título de Inmaculada Concepción, es la Santa Madre, patrona de las mujeres encintas y de los recién nacidos en las riberas de ríos y mares, del oro, de la miel, de la belleza y de la seducción.

A lo largo de los años la devoción a la Virgen Inmaculada «aparecida» crece, y numerosas gracias han sido recibidas.

En 1737, el Vicario de Guarantingueta hizo construir ahí una capilla para los fieles.

Pronto comenzaron a suceder prodigios extraordinarios y la fama de la Virgen empezó a correrse espontáneamente.

El número de peregrinos que venían de los poblados cercanos creció mucho y la capillita de Itaguassú ya era insuficiente.

interior santuario aparecida
Interior del Santuario de Aparecida

 

PRIMEROS MILAGROS

Estando la noche serena, repentinamente las dos velas que iluminaban la Virgen se apagaron. Hubo espanto entre los devotos.

Una tal Silvana da Rocha, queriendo encenderlas nuevamente, no llegó, pues ellas se encendieron por sí mismas. Este fue el primer milagro de Nuestra Señora.

A mediados de 1850, un esclavo llamado Zacarías, preso por gruesas cadenas, al pasar por el Santuario, pide al amo permiso para rezar a Nuestra Señora Aparecida.

Recibiendo la autorización, el esclavo se arrodilla y reza contrito. Las cadenas, milagrosamente, se sueltan de sus manos dejando a Zacarías libre.

Madre e hija caminaban a las orillas del río Paraíba cuando sorprendentemente la hija ciega de nacimiento comenta asombrada a su madre: «Mamá, qué linda es esta iglesia» (Basílica Vieja).

Un caballero de Cuiabá, pasando por Aparecida, al dirigirse para Minas Gerais, vio la fe de los peregrinos y comenzó a burlarse de ellos diciendo que aquella fe era una estupidez.

Quiso probar lo que decía entrando a caballo en la iglesia. No lo consiguió.

La pata de su caballo quedó aprisionada en la piedra de la escalera de la iglesia (Basílica Vieja) y el caballero, arrepentido, entró en la iglesia como devoto.

Un cazador estaba volviendo de su cacería ya sin municiones cuando de repente se encontró con un enorme jaguar.

El se vio acorralado y el jaguar pronto para atacar, entonces el cazador pide desesperado a Nuestra Señora Aparecida por su vida y de pronto el jaguar da vuelta y se retira.

santuario de aparecida

 

LA BASÍLICA

Aparecida es una ciudad y municipalidad del Estado de San Pablo localizada en el valle del río Paraíba, a veces se le llama Aparecida del Norte.

El P. José Alves, vicario de la parroquia de Guaratinguetá mandó construir una capilla más grande a la original a la de 1737 en el Morro de los Coqueiros, que estaba más cerca de la parroquia.

El templo se inauguró el 26 de julio de 1745 bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida y dos años después surgió en torno a él un pequeño poblado.

El número de peregrinos siguió creciendo de modo extraordinario y la devoción se extendió por todo Brasil.

Muy pronto comenzaron a dedicarse capillas e Iglesias a nuestra Señora Aparecida y por todas partes era invocada como Madre y Patrona.

En 1852 se hizo una nueva construcción y más tarde otra en 1888.
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En 1904 la imagen fue solemnemente coronada y 1908 el templo fue elevado a la categoría de Basílica menor.
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El 16 de junio de 1930 el Papa Pío XI declaró a Nuestra Señora Aparecida Patrona del Brasil.

En 1946 se comenzó la construcción de la actual Basílica y el 4 de junio de 1980 fue consagrada por el santo Padre Juan Pablo II.

Es el segundo santuario mariano más frecuentado del mundo.

Gigantesca con su torre de 100 metros de altura, su cúpula de 70 metros, su nave en forma de cruz griega de 173 metros de largo y 168 metros de ancho, con una superficie total de 18.000 metros cuadrados.

Su capacidad de acogida es de 45.000 fieles.

Por sus medidas, Nuestra Señora es la segunda Basílica más grande del mundo, después de la San Pedro de Roma.

Nuestra Señora de Aparecida es, entre otros, el sitio de peregrinación de los trabajadores que tiene lugar cada año el 7 de septiembre, día de la Fiesta Nacional, y también el 12 de octubre que es su Fiesta Patronal.

La devoción a la Inmaculada Concepción o Nuestra Señora Aparecida, patrona del Brasil, mueve a millares y millares de católicos brasileños.

Dos o tres veces al año van con fe, a pie, a caballo, en carreta, en moto, en auto o en ómnibus, para homenajear, agradecer o solicitar algún don a la Virgen.

El clima de los homenajes comienza el 12 de octubre cuando la ciudad de Aparecida (SP) es invadida por más de doscientos mil peregrinos de los cuatro puntos del país (seis veces su propia población que tiene un poco más de 34 mil habitantes).

El destino de todos los visitantes es el mismo: la catedral de Aparecida, una enorme construcción aun insuficiente para acoger tantos fieles.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil

La Basílica Menor de Nuestra Señora Aparecida está dedicada a la advocación de Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil. Se halla en la ciudad de Aparecida del Norte, en el estado de São Paulo, al suroeste de Brasil. Es parte central del conjunto del Santuario Nacional de Aparecida y es un poco más pequeña que la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

Foto satelital de Aparecida SP
Foto satelital de Aparecida SP

 

EL COMIENZO

La historia de la ciudad empieza en 1717, cuando la comitiva del gobernador de la capitanía de São Paulo, don Pedro de Almeida, de viaje hacia Minas Gerais por el Valle del Paraíba, pidió a los pescadores del lugar que reunieran la mayor cantidad de peces posible para darles de comer.

Basilica vieja
Basilica vieja

Los pescadores, entre los que estaban Domingo Martins, Juan Alves y Felipe Pedroso, empezaron a trabajar en el río Paraíba do Sul pero no consiguieron nada. Poco a poco, fueron navegando río arriba, hasta que, a unos seis kilómetros, cerca de Itaguassú, sacaron una figura de cerámica, cubierta de barro y sin cabeza. Al lanzar las redes de nuevo sacaron la cabeza y descubrieron que se trataba de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción. Después de esto obtuvieron una gran cantidad de peces.

Interior de la Basílica vieja
Interior de la Basílica vieja

Felipe Pedroso guardó esta imagen en su casa. Quince años después se fue a vivir a Itaguassú, donde había encontrado la imagen. En 1733, regaló la imagen a su hijo Atanasio Pedroso. Éste hizo construir un oratorio y colocó la imagen de la Virgen sobre un altar, en torno al cual se reunía con su familia y un grupo de vecinos cada sábado.

Pasarela de la Fe que une Basilica nueva y vieja
Pasarela de la Fe que une las Basilicas nueva y vieja

No tardó en correrse la voz de los milagros que sucedían en ese lugar a quienes acudían a pedirle favores a la Virgen y muy pronto la capillita de Itaguassú resultó insuficiente, por lo cual, José Alves, vicario de la parroquia de Guaratinguetá, mandó construir una capilla más grande en el Morro de los Coqueiros. El templo se inauguró el 26 de julio de 1745 bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida y poco después surgió en torno a él un pequeño poblado.

Pasarela de la Fe de cerca, que comunica la Basilica nueva con la vieja
Pasarela de la Fe de cerca, que comunica la Basilica nueva con la vieja

Pero el número de peregrinos continuó aumentando y la construcción tuvo que hacerse cada vez más grande. Se amplió en 1852 y en 1888. En 1908 el templo fue elevado a la categoría de Basílica menor. En 1930 el Papa Pío XI declaró a Nuestra Señora Aparecida Patrona del Brasil.

Fachada de la Basilica nueva
Fachada de la Basilica nueva

 

HISTORIA DEL SANTUARIO

En 1928, la ciudad que se había formado alrededor de la antigua basílica se convirtió en un municipio.

El 12 de octubre de 1940, Don José Gaspar, Obispo de Río de Janeiro, al visitar el santuario, tuvo una visión de una enorme basílica, en la ciudad de Aparecida, y de inmediato comenzó el proceso de técnicos dirigido a la construcción, pero su prematura muerte dejó la misión a Don Carlos Carmelo de Vasconcelos Motta. A principios de 1946, se escogió un lugar en el Morro das Pitas, cerca del puerto de Itaguaçu, dónde estaba la casa de Felipe Pedroso, donde la imagen permaneció durante 10 años.

Imagen original de Nuestra Señora Aparecida
Imagen original de Nuestra Señora Aparecida
Nicho de la imagen de Nuestra Señora
Nicho con la imagen de Nuestra Señora

La ceremonia oficial de inicio de la construcción de la basílica tuvo lugar el 10 de septiembre de 1946. La imagen fue colocada dentro de un cofre en la piedra angular que el Cardenal Patriarca de Lisboa, Manuel Gonçalves Cerejeira trajo de la cueva de Fátima.

El proyecto fue realizado por el ingeniero Benedito Calixto de Jesús, y aprobado por la Comisión Pontificia de la Santa Sede, y la construcción contó con el apoyo activo del Gobierno del Estado de São Paulo, en la persona del Gobernador Dr. Lucas Nogueira Garcez, y el apoyo del Presidente de la República Dr. Juscelino Kubitschek de Oliveira.

Imagen en su custodia externa
Imagen de Nuestra Señora en su custodia externa

La Basílica tiene unas dimensiones monumentales y sólo es superada por la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano: 173 metros de largo, 168 metros de ancho, superficie cubierta de 18.000 metros cuadrados, la cúpula es de 80 metros de altura y capacidad para 45.000 personas, con 75.000 en todo el complejo..

En 1958 el Papa Pío XII creó la Arquidiócesis Metropolitana de Aparecida, en 1967, para conmemorar el 250 aniversario de la fecha del hallazgo de la imagen en el río, la nueva Basílica Nueva fue inaugurada (aunque incompleta) por un representante del Papa Pablo VI, quien envió una Rosa de Oro que se depositó ante el trono de la Patrona de Brasil.

En julio de 1980, en una solemne ceremonia presidida por el Papa Juan Pablo II, la Basíl ica fue dedicada oficialmente a Nuestra Señora de Aparecida.

Misa tomada de arriba y con lente ojo de pez
Misa tomada de arriba y con lente ojo de pez
El centro de la Basílica es el altar
El centro de la Basílica es el altar

 

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA APARECIDA

Tradicionalmente, las fechas de celebración de Nuestra Señora eran durante todo el mes de mayo, 8 de septiembre (Natividad), u 8 de diciembre (Inmaculada Concepción de la Virgen María). En 1894, el Papa León XIII incluyó en el calendario de la diócesis de San Pablo la Virgen Aparecida, y ordenó que su fiesta se celebra el quinto domingo después de Pascua. En 1908, el Papa Pío X cambió la fecha al 11 de mayo. Y en 1939, los Obispos de Brasil solicitaron que la fecha de la Independencia de Brasil fuera también la fecha de homenaje a su patrona, quedando entonces la fecha del 7 de septiembre desde 1939 a 1953.

Misa con Benedicto XVI
Misa con Benedicto XVI

En 1954, cuando el Primer Congreso Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, la CNBB pidió a la Santa Sede para fijar la fecha oficial el 12 de octubre la que fue atendida.

Capilla de las Velas
Capilla de las Velas

 

ATRACCIONES DE APARECIDA

Santuario Nacional de Nuestra Señora Aparecida, la Basílica Nueva, es el Santuario Nacional. Construido en estilo neo-romántico, el templo tiene cuatro naves, formando una cruz griega. Es allí donde está la Nuestra Señora, en un nicho de mármol y oro. La Basílica tiene paredes de ladrillos aparentes y capacidad para 45 mil personas.

Altar visto desde el piso
Altar visto desde el piso

El día 12 de octubre la ciudad es especialmente visitada por devotos de Nuestra Señora Aparecida. Solamente ese día, más de 200 mil peregrinos van hasta allá para participar de una de las misas celebradas en la Catedral-Basílica de Nuestra Señora Aparecida, conocida como «Basílica Nueva», y en la Basílica Nacional de Aparecida, conocida como “Basílica Vieja”. Durante todo el año la ciudad llega a recibir siete millones de personas.

Mosaico del hallazgo de la imagen
Mosaico del hallazgo de la imagen

El turismo y las actividades económicas del municipio giran alrededor de la religiosidad celebrada allí, donde existen más de 50 industrias dirigidas hacia el comercio religioso, movido por la fe. La cultura también es notable en la ciudad. Durante todo el día 12 de octubre son realizadas piezas teatrales, exposiciones y cursos de artesanía. La ciudad y las iglesias tienen completa infraestructura para atender a quien llega allí.

Capilla san José
Capilla San José

En el Santuario Nacional de Nuestra Señora los peregrinos cuentan con ambulatorio médico, bazar, sala de bautizados, capilla de penitencia, salón para las comidas, guardería, aparcamiento, exposición, museo, sala de las promesas y centro de apoyo al romero, donde el comercio religioso es bastante diversificado.

Capilla del Santísimo
Capilla del Santísimo

Además de las dos iglesias principales, Aparecida del Norte tiene nueve iglesias más que atienden a la población local. En la ciudad hay también un parque temático, con juegos, actividades religiosas y culturales.

Capilla de la Resurrección
Capilla de la Resurrección

Conocida como Basílica Vieja, la Basílica Matriz de Nuestra Señora Aparecida está conectada a la Basílica Nueva por una pasarela de 500 metros (Pasarela de la Fe). Su estilo barroco está marcado por dos torres y campanas. Los escalones de piedra de la entrada del templo están gastados y marcados por los pies de millones de fieles que visitan el lugar todos los años. El templo ya pasó por reformas y ampliaciones que están siendo registradas en las diversas fechas clavadas en sus imponentes paredes externas. En el interior de la Iglesia el altar y el retablo fueron esculpidos en mármol de Carrara, en Italia. Los púlpitos y las tallas ornamentales fueron esculpidos en cedro.

Capilla de los Apostoles
Capilla de los Apostoles

La Capilla de las Velas está en la Basílica Nueva. La cantidad de puntos luminosos forma un espectáculo, que emociona a quien llega allí. Son velas de todos los tamaños y formas, que representan los pedidos y los agradecimientos de los fieles.

La sala de los Milagros y de las Promesas está en el subsuelo de la Basílica Nueva y es uno de los lugares más visitados del Santuario. El ambiente fue creado para recibir y exponer las piezas entregadas por los fieles, como las fotografías, que cubren completamente las paredes de la sala.

Sala de las Promesas y Milagros con ex votos
Sala de las Promesas y Milagros con ex votos

La Pasarela de la Fe fue inaugurada en 1972 para unir la Basílica Vieja a la Basílica Nueva. La construcción en forma de “S” es un homenaje a la Santa Nossa Senhora da Conceição Aparecida. La pasarela es destino cierto para quien visita la ciudad, especialmente los domingos, cuando, en el horario de las misas, la acera acaba repleta de visitantes. La pasarela de la Fe tiene 500m de extensión. En la parte más alta de la Pasarela es posible tener una visión panorámica de la ciudad.

Museo
Museo

Una de las partes con más movimiento de Aparecida, el Centro Histórico, es un polo turístico cultural y de ocio de la ciudad. Localizado alrededor de la Basílica Vieja, el lugar abriga bares, restaurantes, tiendas, hoteles y el shopping abierto.

Iglesia de São Benedito. Los ángeles esculpidos en la puertas y laterales del templo son los mayores y más bellos destaques de la iglesia de São Benedito, inaugurada en 1924. La simplicidad de su única torre demuestra la simplicidad da construcción.

El “Morro do Cruzeiro” (colina del crucero) es el lugar escogido todos los años para la representación del Vía Crucis, los viernes de Cuaresma. El lugar fue totalmente reformado para recibir los millares de visitantes que pasan por allí. En el Morro do Cruzeiro fueron construidas, en bronce y estilo neoclásico, las 14 estaciones de la Vía Sacra.

La Fiesta de Nuestra Señora Aparecida es realizada entre los días 3 y 12 de octubre, con una novena festiva en la Basílica Nueva. La fiesta atrae turistas de toda la región del Valle del Paraíba, de Brasil y también del mundo. A las 18h del día 12, una procesión sale desde la Basílica Vieja y recorre las calles de la ciudad hasta el Santuario Nacional. En el fin de la caminata son realizados shows musicales en el Patio de las Palmeras.

Revestimiento de mosaicos
Revestimiento de mosaicos

 

DATOS SOBRE EL SANTUARIO NACIONAL DE APARECIDA

Es dirigido por los Padres Redentoristas.
Todo el complejo abriga 75 mil personas.
La cúpula central tiene 70m de altitud y un diámetro de 78m.
La torre de la Basílica mide 100m de altura en la cual los peregrinos pueden subir con modernos ascensores para observar la ciudad de Aparecida y el puerto de Itaguassú donde se encontró la imagen de Nuestra Señora.
Cerca de la Basílica hay un parqueadero para 5000 buses.
La arquidiócesis de Aparecida cuenta con la Radio Aparecida que alcanza todo el territorio brasileño y recién inauguró la TV Aparecida.

Fuente del santuario
Fuente del santuario

 

DATOS DE LA CIUDAD APARECIDA (CONOCIDA ENTRE LOS BRASILEÑOS COMO APARECIDA DO NORTE)

-Población: 35000 habitantes (censo 2000). Actualmente Aparecida recibe cerca de 7 millones de peregrinos por año.
-Distancia de S. Paulo: 168 km., São José dos Campos: 81 km, Pouso Alegre/MG: 151 km, Ubatuba: 163 km, Río de Janeiro: 261 km
La ciudad de Aparecida esta a las márgenes de la carretera Presidente Dutra que liga San Pablo a Rio de Janeiro. Pero, de San Pablo a Aparecida se puede usar también la carretera Airton Senna o la carretera Carvalho Pinto. Todas esas carreteras son muy buenas y amplias.

Estacionamiento, entrada techada y Centro de Apoyo a los peregrinos
Estacionamiento, entrada techada y Centro de Apoyo a los peregrinos

-Aeropuerto: El aeropuerto internacional de San Pablo, que en realidad está en el municipio de la ciudad de Guarulhos, (35 km del centro de la capital paulista) es llamado popularmente Aeropuerto de Cumbica y está localizado en la salida de San Pablo para Aparecida y Rio de Janeiro.
-Buses: De la ciudad de San Pablo a Aparecida hay diferentes horarios de buses. Varias empresas realizan este itinerario y operan en la terminal de transporte de la capital paulista denominada Terminal do Tiete. El tiempo promedio del viaje de San Pablo a Aparecida es de 2 horas.

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En Aparecida está la clave del pontificado de Francisco

Salir a trasmitir la fe.

 

La Iglesia debe «abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe». Es lo que dice el número 365 del documento de Aparecida, el Santuario mariano más importante de Brasil, en el que hace seis años  se llevó a cabo la última Asamblea general del episcopado latinoamericano. Una cita que consagró a nivel continental el liderazgo del entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, quien transformó este documento en un manifiesto programático de su Pontificado.

 

francisco besa a nta sen aparecida

 

En la misa de ayer en el santuario de Aparecida Francisco dijo:

«Yo no hablo «brasileño», perdónenme», dijo el Papa en portugués. «Debo hablar en español…».

El Pontífice agradeció a todos los peregrinos por su presencia, a pesar del frío y de la lluvia que está cayendo en el santuario mariano más visitado del país.

 «Los bendigo, con todo mi corazón, a todos: que la Virgen de Aparecida los bendiga a todos, a toda la patria. Vamos a ver si me entienden: ¿una madre se olvida de sus hijos», preguntó ante la multitud de fieles.

«¡Noooo!», fue la respuesta. «Ahora, pidamos la bendición de la Madre», prosiguió Bergoglio, y tomó la estatuilla de la Virgen de Aparecida en sus manos.

Es esta etapa importante que Francisco quiso añadir a su viaje brasileño. Celebro misa en la gran basílica en la que se venera la estatuilla de la Virgen negra (de 40 centímetros de altura) que fue encontrada en octubre de 1717 en el río Paraíba por tres pescadores. La tradición sostiene que es negra porque quiere permanecer al lado de los oprimidos y por el hecho de haber sido encontrada en tres fragmentos recordaba la vida destrozada por la esclavitud. Ver la historia de la aparición aquí y vea la historia del santuario aquí.

La reunión de los obispos latinoamericanos de 2007 fue la primera asamblea que se llevó a cabo en un santuario mariano y el contacto cotidiano con los fieles (cada año acuden millones de visitantes a Aparecida), según Bergoglio, condicionó el trabajo de los obispos y les permitió comprender la importancia de la devoción y de la piedad popular.

«Celebrar la eucaristía junto al pueblo es diferente de celebrarla entre nosotros los obispos por separado. Esto nos ha dado el vivo sentido de la pertenencia a nuestra gente, de la Igelsia que camina como pueblo de Dios, de nosotros obispos como sus servidores».

El documento final, explicaba el futuro Papa,

«por primera vez» no partía de «un texto base preconfeccionado, sino de un diálogo abierto», para «recibir lo que viene desde abajo».

Los obispos de América Latina pudieron ver, durante esas semanas, cómo trabajaba el cardenal Bergoglio. Su capacidad para escuchar y armonizar las intervenciones. Algunos de esos obispos se convertirían en sus electores durante el Cónclave de marzo de este año. Se puede decir que la elección del “Papa del fin del mundo” comenzó justamente aquí.

El documento de Aparecida contiene las palabras clave y los mensajes que ahora Francisco está transmitiendo a toda la Iglesia. A partir de la invitación a la misión:

«Se trata de salir de nuestra conciencia aislada y de lanzarnos, con valentía y confianza (parresía), a la misión de toda la Iglesia» (Documento de Aparecida, 363).

Es decir, «para permanecer fieles, hay que salir. Esto es lo que dice en el fondo Aparecida», explicaba Bergoglio.

«En el Evangelio», indicó el cardenal franciscano Aloísio Lorscheider, que fue arzobispo aquí, «los encuentros más hermosos de Dios con la humanidad se dan en las calles. Siglos de historia de cristianismo no nos dicen otra cosa».

De estos textos surge la imagen de una Iglesia para la cual la misericordia es primordial, que trata de facilitar la fe de las personas en lugar de entregarse al problema de organizarla.

Y que quiere estar cerca de los que sufren «como una madre». Una Iglesia misionera libre de toda burocracia y de las estructuras inútiles, que se presenta con un rostro alegre y misericordioso, y no con «evangelizadores tristes, impacientes y ansiosos».

Y sobre todo la referencia explícita a la necesidad de librarse de las estructuras inútiles, que no sirven para la transmisión de la fe y que terminan por obstaculizarla, se ha convertido en un “leit-motiv” del Pontificado, con el Papa latinoamericano empeñado en la reforma de la Curia romana, a partir de sus órganos económico-financieros como el IOR.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Papa Prédica Sermones Homilías Signos extraordinarios de la Iglesia

Que dijo el papa en Aparecida y en Hospital San Francisco

Homilías del 24 de julio.

 

En una multitudinaria misa ante 200.000 personas en el santuario de Aparecida Francisco dijo que: «seamos luces de esperanza. El cristiano no puede ser pesimista» en invitó a «mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría».

 

fransico en el hospital san francisco

 

Por la tarde-noche el papa visitó el Hospital de San Francisco invitando a «abrazar al que sufre», denunció a «los mercaderes de muerte» que siembran «la plaga del narcotráfico». «La lepra de nuestros días se llama droga. Pero no están solos».

LO QUE DIJO EN LA HOMILÍA EN APARECIDA POR LA MAÑANA

Dios nunca deja de sorprender, como con el vino nuevo del Evangelio que acabamos de escuchar. Dios guarda lo mejor para nosotros. Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas

El Papa arrancó su homilía recordando la histórica V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, donde los obispos se sintieron «inspirados» por la voluntad de los fieles. Como en el Concilio Vaticano II. Como en todos los tiempos en que la Iglesia ha buscado reformarse a sí misma.

«El Documento de Aparecida nació precisamente de esta urdimbre entre el trabajo de los Pastores y la fe sencilla de los peregrinos», señaló el Papa, quien pidió a la Señora de Aparecida

«que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, atransmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno».

Una misión que precisa de tres actitudes:

«mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría».

Sobre la esperanza, Bergoglio recordó que, pese a las dificultades,

«Dios nunca deja que nos hundamos».

Ante el desaliento que podría haber en la vida, continuó,

«nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón».

Frente al dinero, el éxito, el poder o el placer, Francisco reivindicó que

«seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad».

«La segunda actitud: dejarse sorprender por Dios», afirmó el Papa, quien subrayó que

«Dios nunca deja de sorprender, como con el vino nuevo del Evangelio que acabamos de escuchar. Dios guarda lo mejor para nosotros. Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas. Confiemos en Dios», como hizo María en las bodas de Caná.

«La tercera actitud: vivir con alegría. Queridos amigos, si caminamos en la esperanza, dejándonos sorprender por el vino nuevo que nos ofrece Jesús, ya hay alegría en nuestro corazón y no podemos dejar de ser testigos de esta alegría», apuntó Francisco.

«El cristiano es alegre, nunca triste. Dios nos acompaña», volvió a reiterar, anunciando, como hizo Jesús, que «el pecado y la muerte han sido vencidos», por lo que «el cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo».

LO QUE DIJO EN LA HOMILÍA EN EL HOSPITAL SAN FRANCISCO POR LA TARDE-NOCHE

Francisco bendijo por la tarde las nuevas instalaciones del hospital San Francisco de Asís de la Providencia, donde viven y se tratan miles de enfermos de la gran epidemia de nuestro siglo: la dependencia.

Esta institución recibe a personas con adicciones, en especial jóvenes, y dispone de 500 camas para dar asistencia quirúrgica a indigentes. Es obra de un franciscano, Fray Francisco Belotti, que la dirige aún hoy.

Esta Fraternidad de San Francisco de Asís en la Providencia de Dios, nació hace 27 años, 1985, como una institución caritativa y luego se convirtió en Fraternidad de vida consagrada, con reconocimiento de la Santa Sede. Sirve a jóvenes con problemas de drogodependencia en diferentes barriadas del Brasil y también en Haití.

Antes de arrancar el acto en sí, Francisco saludó, sin tiempo, empapándose literalmente, a todos y cada uno de los fieles -muchos de ellos enfermos- que quisieron encontrarse con él.

«No están solos», dijo el Papa ante la intensísima lluvia del invierno tropical.

«¡No dejen que les roben la esperanza! Y también quiero decir. ¡No robemos la esperanza!», dijo el Papa.

Francisco hizo especial hincapié en la necesidad de «abrazar al que sufre» como hizo en su día el santo de Asís, quien se dio cuenta de que debía abandonar sus riquezas y vivir entre los pobres, justamente al abrazar a un leproso.

«No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están en la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro», ha advertido.

Pero «abrazar no es suficiente. Extendamos la mano a quien vive en dificultad, a quien cayó en dificultad o en la dependencia».

Así, Francisco hizo un llamamiento

a «enfrentar los problemas que están en la raíz del uso de las drogas»,

y atacó a los «mercaderes de muerte, que siguen la lógica del dinero y el poder a toda costa. La plaga del narcotráfico requiere una muestra de valor» para posiconarse en su contra.

«Tú eres el protagonista de la subida, nadie puede subir por ti» indicó Francisco a los allí presentes, entre los que se encontraban varios drogodependientes que dieron su testimonio ante el Pontífice.

Un fuerte abrazo por parte de Francisco a cada uno de ellos cerraba cada intervención.

«Miren con confianza hacia adelante», dijo el Papa.

 «En este hospital se hace concreta la parábola del Buen Samaritano. Aquí no hay indiferencia, sino solicitud. No hay desinterés, sino amor».

Fuentes: Periodista Digital, Signos de estos Tiempos

 

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Oración del Papa a Nuestra Señora Aparecida

El 24 de julio.

 

Antes de celebrar la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida en Brasil, el Papa Francisco oró emocionado primero en silencio y luego en voz alta, frente a la imagen original de la Patrona de Brasil en la Capilla de los doce Apóstoles, ubicada dentro del Santuario.

 

papa con ns aparecida en la mano

 

Este es el texto de la oración:

Madre Aparecida, tal como vos un día,
así hoy me siento yo delante de ti y de mi Dios,
que nos propone para la vida una misión cuyos contornos y límites desconocemos, cuyas exigencias apenas vislumbramos.
Pero en nuestra fe de que para Dios nada es imposible, tú, Madre, no dudaste y yo tampoco puedo dudar.
‘He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra’,
de igual manera Madre, como tú, yo abrazo mi misión,
coloco mi vida en vuestras manos, para que vayamo tú, Madre y tu Hijo,
a caminar juntos, creer juntos, luchar juntos, vencer como siempre juntos;
caminantes, tú y tu Hijo.
‘Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre’.
Madre Aparecida, un día llevaste a tu Hijo al templo para consagrarlo al Padre,
para que fuese completamente disponible para la misión,
llévame al mismo Padre, conságrame a Él con todo lo que soy
y con todo lo que tengo, aquí estoy, envíame.
Madre de Aparecida, pongo en vuestras manos,
para que la eleves ante el Padre, a nuestra juventud,
vuestra juventud, la Jornada Mundial de la Juventud,
cuánta fuerza, cuánta vida, cuánto dinamismo que brota y explota
y que puede estar al servicio de la vida de la humanidad.
Padre, acoge y santifica a tu juventud.
Finalmente Madre, te pedimos permanecer aquí siempre,
acogiendo a vuestros hijos y a vuestras hijas peregrinos,
pero también ven con nosotros, estate siempre a nuestro lado y acompaña nuestra misión,
a la familia grande de los devotos, principalmente cuanto más nos pesa la cruz
sustenta nuestra esperanza y nuestra fe,
sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. Amén».

Fuentes: ACI Prensa, Signos de estos Tiempos

 

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A Nuestra Señora Aparecida de Brasil DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a Nuestra Señora Aparecida de Brasil

Presentamos 2 oraciones a Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil.
…VER VIDEOS…

La primera es para pedir gracias y la segunda es una oración de Juan Pablo II cuando visitó su Basílica el 4 de julio de 1980.

La imagen fue encontrada en el río Paraíba en octubre de 1717 por 3 pescadores. A base de sus milagros fue nombrada patrona de Brasil en 1930.

 

 

ORACIÓN PARA HACER PEDIDO

Querida Madre Nuestra Señora Aparecida,
tú que nos amas y nos guías todos los días
Tu que eres la mas bella de las Madres
a quien amo con todo mi corazón,
te pido una vez más que me ayudes a alcanzar una gracia.
Sé que me ayudarás y sé que siempre me acompañarás hasta la hora de mi muerte.

Rezar 3 días seguidos esta oración y alcanzarás la gracia, por más difícil que ella sea. En caso extremo, hazla en tres horas.

 

ORACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II EN LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA APARECIDA

Aparecida, Brasil, 4 de julio de 1980

¡Nuestra Señora Aparecida¡

1. En este momento tan solemne, tan excepcional, quiero abrir ante Vos, oh Madre, el corazón de este pueblo, en medio del cual quisisteis morar de un modo tan especial —como en medio de otras naciones y pueblos— así como en medio de aquella nación de 1a que yo soy hijo. Deseo abrir ante Vos el corazón de la Iglesia y el corazón del mundo al que esa Iglesia fue enviada por vuestro Hijo. Deseo abriros también mi corazón.

¡Nuestra Señora Aparecida! ¡Mujer revelada por Dios, que habríais de aplastar la cabeza de la serpiente (cf. Gén 3, 15) en vuestra Concepción Inmaculada! ¡Elegida desde toda la eternidad para ser Madre del Verbo Eterno, el cual, por la Anunciación del ángel, fue concebido en vuestro seno virginal como Hijo del hombre y verdadero hombre!

¡Unida más estrechamente al misterio de la Redención del hombre y del mundo al pie de la cruz, en el calvario!

¡Dada como Madre a todos los hombres, sobre el calvario, en la persona de Juan, Apóstol y Evangelista!

¡Dada como Madre a toda la Iglesia, desde la comunidad que se preparaba a la venida del Espíritu Santo, la comunidad de todos los que peregrinan sobre la tierra, en el transcurso de la historia de los pueblos y naciones, de los países y continentes, de las épocas y de las generaciones!…

¡María! ¡Yo os saludo y os digo “Ave” en este santuario donde la Iglesia de Brasil os ama, os venera y os invoca como Aparecida, como revelada y dada particularmente a él! ¡Como su Madre y su Patrona! ¡Como Medianera y Abogada junto al Hijo de quienes sois Madre! ¡Como modelo de todas las almas poseedoras de la verdadera sabiduría y, al mismo tiempo, de la sencillez del niño y de esa entrañable confianza que supera toda debilidad y sufrimiento!

Quiero confiaros de modo especial a este pueblo y esta Iglesia, todo este Brasil, grande y hospitalario, todos estos vuestros hijos e hijas, con todos sus problemas y angustias, trabajos y alegrías. Quiero nacerlo como Sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia universal, entrando en esa herencia de veneración y amor, de dedicación confianza que, desde hace siglos, forma parte de la Iglesia de Brasil y de cuantos la componen, sin mirar las diferencias de origen, raza o posición social y en cualquier parte que habiten de este inmenso país. Todos ellos, en este momento, mirando hacia Fortaleza, se interrogan: ¿a dónde vais?

¡Oh Madre! ¡Haced que la Iglesia sea para este pueblo brasileño sacramento de salvación y signo de la unidad de todos los hombres, hermanos y hermanas de adopción de vuestro Hijo, e hijos del Padre celestial!

¡Oh Madre! Haced que esta Iglesia, a ejemplo de Cristo, sirviendo constantemente al hombre, sea la defensora de todos, en especial de los pobres y necesitados, de los socialmente marginados y desheredados. Haced que la Iglesia de Brasil esté siempre al servicio de la justicia entre los hombres y contribuya al mismo tiempo al bien común de todos y a la paz social.

¡Oh Madre! Abrid los corazones de los hombres y haced que todos comprendan que solamente en el espíritu del Evangelio y siguiendo el mandamiento del amor y las bienaventuranzas del sermón de la montaña, será posible construir un mundo más humano, en el que sea valorizada verdaderamente la dignidad de todos los hombres.

¡Oh Madre! Dad a la Iglesia, que en esta tierra brasileña realizó en el pasado una gran obra de evangelización y cuya historia es rica de experiencias, que realice sus tareas de hoy con nuevo celo y amor por la misión recibida de Cristo.

Concededle, a este fin, numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas, para que todo el Pueblo de Dios pueda beneficiarse del ministerio de los dispensadores de la Eucaristía y de las que dan testimonio del Evangelio.

¡Oh Madre! ¡Acoged en vuestro corazón a todas las familias brasileñas! ¡Acoged a los adultos y a los ancianos, a los jóvenes y a los niños! ¡Acoged también a los enfermos y a quienes viven en soledad! ¡Acoged a los trabajadores del campo y de la industria, a los intelectuales en las escuelas y universidades, a los funcionarios de todas las instituciones! Protegedles a todos.

¡No dejéis, oh Virgen Aparecida, por vuestra misma presencia, de manifestar en esta tierra que el amor es más fuerte que la muerte, más poderoso que el pecado!

No dejéis de mostrarnos a Dios, que amó tanto al mundo hasta el punto de entregarle su Hijo Unigénito, para que ninguno de nosotros perezca, sino que tenga la vida eterna (cf. Jn 3, 16). Amén.

VIDEO

Rosario en el Santuario de Aparecida – Benedicto XVI en Brasil


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