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Recorrido por el Viacrucis de la Vía Dolorosa de Jerusalén

Vía Crucis es una expresión latina que significa “camino de la Cruz”.

Es decir, el que recorrió Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa.

A los momentos más señalados de su Pasión y muerte redentora. 

Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones.

La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén.
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Ciertos lugares de La Vía Dolorosa fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos.
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Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (siglo IV).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales.

Y San Jerónimo, Padre de la Iglesia, escribió sobre la multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.

Desde el siglo XII los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión.

Probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa.

   

LA HISTORIA

Luego del edicto de Milán del Emperador Constantino en el 313, los cristianos tienen la libertad de recorrer en procesión el camino que Jesús recorrió el Viernes Santo.

Pero históricamente aún no está instituida, lo cual viene por la fusión de 3 devociones.

Una devoción que recorrer las caídas de Cristo bajo el peso de la Cruz.

Una segunda devoción es el camino triste que hacían los cristianos recorriendo 7 ó 9 Iglesias diferentes conmemorando el camino de Jesús.

Ellos originalmente iban en procesión desde Getsemaní hasta la casa de Anás luego a la de Caifás, posteriormente al Pretorio, al palacio de Herodes y al Gólgota dónde lo crucificaron.

Y la tercera devoción era conmemorar los momentos en que Jesús se detuvo cuando cargaba la cruz.

En cada uno de esos lugares había una señalización en la cual se detenía la procesión y meditaban, cantaban y veneraban.

Pero recién luego del siglo XII se empieza a institucionalizar una sola devoción.

A partir del siglo XIV y XV los franciscanos empezaron a desarrollar la devoción del viacrucis.

La devoción del viacrucis tal como la conocemos hoy con las 14 estaciones nació entre los franciscanos en España en la mitad del siglo XVII y luego se extendió por Italia.

Formalmente el Papa Inocencio XI concede a los franciscanos el derecho de aplicar el viacrucis en sus iglesias.

Recién en 1731 el Papa Clemente XII fija las estaciones del viacrucis como 14.

Y los papás siguientes exhortan a que estas estaciones sean dibujadas en las iglesias.

En 1749 el Papa Benedicto XIV ordena la construcción del viacrucis del Coliseo Romano, que recorren habitualmente los Papas en semana santa.

El viacrucis por las calles de Jerusalén se realiza todo el año, pero es especialmente concurrido en Cuaresma y el Viernes Santo.

Allí se cultiva la tradición de caminar en grupo y detenerse en cada Estación leyendo un pasaje del Evangelio realizando un canto y recitando una oración.

   

PROMESAS PARA LOS DEVOTOS DEL VIA CRUCIS, TRASMITIDAS POR JESÚS

Estas promesas fueron trasmitidas por Jesús al Hermano Estanislao (1903-1927).

Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.
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Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via Crucis.
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Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
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Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis.
(Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
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Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.
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Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
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Yo bendeciré a estas almas cada vez que recen el Vía Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra.
Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
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A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio.
Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas.
Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
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Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados.
Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.
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Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
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Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
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Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
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En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo.
La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis.
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Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de protección.

   

INDULGENCIAS PLENARIAS PARA EL VÍA CRUCIS

Se concede indulgencia plenaria a los fieles cristianos que devotamente hacen las Estaciones de la Cruz.

Las normas para obtener estas indulgencias plenarias son:

Deben hacerse ante Estaciones de la Cruz erigidas según la ley.

Deben haber catorce cruces. Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén.

Las Estaciones consisten en catorce piadosas lecturas con oraciones vocales.
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Pero para hacer estos ejercicios solo se requiere que se medite devotamente la pasión y muerte del Señor.
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No se requiere la meditación de cada misterio de las estaciones.

El movimiento de una Estación a la otra. Si no es posible a todos los presente hacer este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente, es suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras los otros permanecen en su lugar.

Las personas que están legítimamente impedidas de satisfacer los requisitos anteriormente indicados, pueden obtener indulgencias si al menos pasan algún tiempo, por ejemplo, quince minutos en la lectura devota y la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.

Otros ejercicios de devoción son equivalentes a las Estaciones de la Cruz, aun en cuanto a indulgencias, si éstos nos recuerdan la Pasión y muerte del Señor y están aprobados por una autoridad competente.

Para otros ritos. Los patriarcas pueden establecer otros ejercicios devotos en memoria de la Pasión y muerte de nuestro Señor, en manera similar a las Estaciones de la Cruz.

       

RECORRAMOS LAS 14 ESTACIONES DE LA VÍA DOLOROSA DE JERUSALÉN

Desde que los cristianos comenzaron a llegar a la Ciudad Santa, han recorrido el último camino de Jesús.
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Al menos durante los mil últimos años es el mismo por el que pasan los actuales visitantes.
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Con el tiempo, los relatos sagrados se fueron materializando en puntos concretos: las estaciones del Vía Crucis.

El itinerario está basado en la procesión organizada por los Franciscanos en el siglo XIV.

Mientras las señalizaciones de las denominaciones del resto de las diferentes calles hierosolimitanas son traducidas al inglés, hebreo y árabe, el nombre VIA DOLOROSA es utilizado tal cual en los tres idiomas.

El itinerario tradicional empieza justo dentro de la Puerta de los Leones (Puerta de San Esteban), cerca de la localización de la antigua Fortaleza Antonia, dirigiéndose hacia el Oeste a través de la ciudad antigua hacia la Iglesia del Santo Sepulcro.

Hay catorce estaciones.

La primera de ellas está en el Pretorio, donde Pilatos condenó a Jesús y éste tomó la cruz (Marcos, 15:15). Actualmente hay un convento que ocupa una pequeña parte de esta enorme fortaleza.

En sus sótanos hay losas antiguas, conocidas según la tradición como Gábbata (Juan, 19:13) o enlosado.

Bajo este pavimento hay un gigantesco aljibe construido por Herodes el Grande que seguramente saciaría la sed de los soldados romanos que se burlaron de Jesús (Mateo, 27: 27-31).

Entre las antigüedades, unos 6 m. por debajo de la actual carretera, los visitantes encuentran las estaciones del Vía Crucis modestamente marcadas.

Cuando el Ayuntamiento de Jerusalén encontró piedras antiguas durante las labores de mantenimiento que realizó hace algunos años, volvió a pavimentar la actual Vía Dolorosa con ellas, las más adecuadas para mostrar los lugares sagrados a los visitantes cristianos.

Pasado el Pretorio se encuentra la tercera estación, donde Jesús se cayó con la cruz; la tradición dice que este episodio se repitió, y por eso está marcado mediante otras dos estaciones.

La cuarta estación es donde Simón tomó la cruz.

Cada estación tiene su propia historia: Jesús se encuentra con María, una mujer noble de Jerusalén limpia el sudor de la frente de Jesús, Jesús habla a las mujeres de Jerusalén (Lucas, 23:27-30).

Y por último, las estaciones de la crucifixión y el entierro, situadas en la antigua Iglesia del Santo Sepulcro.

 

Estación 1 – Monasterio de la Flagelación

  

La Primera Estación, Poncio Pilato condena a muerte a Jesús.

Es cercana al Monasterio de la Flagelación, donde Cristo fue interrogado por Poncio Pilato y posteriormente condenado.

El castillo o fortaleza Antonia ocupaba un lugar estratégico.

Se menciona por primera vez después del regreso de cautividad de Babilonia.

La tradición cristiana lo considera como el lugar donde Jesús fue condenado a muerte en la cruz.

El edificio original fue destruido en 167 a. C. por los seléucidas que construyeron el Baris (= ‘castillo’) en su lugar.

El rey Herodes el Grande amplió el Baris transformándolo en un espléndido palacio fortificado con preciosas habitaciones, halls encolumnados, casas de baños y cuarteles.

Llamó a este palacio Antonia, en honor de su benefactor Marco Antonio, el triunviro romano.

Este edificio de planta rectangular (330 x 490ft.)

Estaba en una meseta rocosa de 80 pies de altura dominando el Templo. La mayor de las cuatro torres en este palacio-fortaleza fue 115ft. de alto.

Se sugirió que Herodes diseñó este edificio como «bastión para oprimir al pueblo”.

Cualquiera que deseara capturar el recinto del templo primero tenía que tomar la fortaleza Antonia, que a su vez era prácticamente inexpugnable.

Durante el período de los procuradores romanos después de la muerte de Herodes, había siempre una cohorte romana en la fortaleza Antonia.

Una de sus funciones era velar por la Plaza del Templo.

No está claro si la fortaleza Antonia era también la sede del gobernador romano (pretorio).

La tradición cristiana afirma esto y se refiere a una parte de la fortaleza como el lugar donde residía el poder de Poncio Pilato, el procurador romano.

Durante la primera guerra judía, los rebeldes judíos se apoderaron de la fortaleza (66dc) y pusieron una resistencia heroica, pero se mueren de inanición y son obligados a rendirse.

Tito, el general romano que más tarde se convirtió en emperador, ordenó que la fortaleza fuera arrasada (70dc).

La capilla construida en los años 1920 donde hubo un edificio erigido por los Cruzados, es ahora llevada por los Franciscanos, posee unos magníficos vitrales representando a Cristo siendo martirizado en la columna, Pilatos lavándose las manos y la liberación de Barrabás.

Sobre el altar mayor, bajo la cúpula central, se encuentra un mosaico en el que sobre un fondo dorado aparece la Corona de Espinas.

 

Estación 2 – Basílica de Ecce Homo

  

La Segunda Estación, Jesús carga con la cruz.

Se encuentra cerca de la antigua construcción romana conocida como el Arco del Ecce Homo, en memoria de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, mientras mostraba a Jesucristo al pueblo jerosolimitano.

Sólo una parte de este arco triunfal, erigido por Adriano (en el año 135 a. C.) para celebrar la caída de Jerusalén, es visible actualmente.

El arco izquierdo, que no ha llegado a nuestros días, formó parte de un monasterio islámico, mientras que el derecho todavía se conserva dentro de la Iglesia del Ecce Homo.

Esta iglesia fue construida durante la segunda mitad del siglo XIX en un lugar que poseía restos de antiguas ruinas, como el mencionado arco romano, parte de las fortificaciones y patio de la Fortaleza Antonia e importantes vestigios del pavimento de la calzada romana, el llamado litoestrato.

En algunas de las piedras existen signos de un antiguo juego de dados, lo que da soporte a la hipótesis de que se trata del lugar donde los soldados romanos se jugaron las ropas de Jesús.

El arco del Ecce Homo es parte de la basílica del Ecce Homo (segunda mitad del S. XIX dc), que pertenece a las Hermanas francesas de Sión y linda con la catedral de Notre Dame del Monasterio de Sión.

 

Estación 3 – Rumbo a Capilla de la Iglesia Catolica Armenia

  

La Tercera Estación Penitencial, Jesús cae por primera vez.

El lugar viene señalado por una pequeña capilla que pertenece a la Iglesia Católica Armenia.

Es un edificio del siglo XIX renovado completamente por soldados católicos de la armada libre polaca durante la Segunda Guerra Mundial

 

Estación 4

  

La Cuarta Estación, Jesús encuentra a su Santísima madre María.

El encuentro entre Jesús y su madre se conmemora mediante un pequeño oratorio con una exquisita luneta sobre la entrada, adornada con un bajorrelieve cincelado por el artista polaco Zieliensky.

Este encuentro, sin embargo, no aparece en los textos canónicos

 

Estación 5

  

La Quinta Estación, Simón el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz.

Una inscripción en el arquitrabe de una puerta indica el lugar del encuentro entre Jesús y Simón el Cirineo, que fue quien llevó la pesada cruz de Cristo hasta el monte Gólgota (Calvario), el lugar de la crucifixión.

Este episodio es recogido en los tres Evangelios sinópticos.

 

Estación 6

  

La Sexta Estación, Verónica limpia el rostro de Jesús.

Una iglesia perteneciente a Griegos Católicos conserva la memoria del encuentro entre Jesús y la Verónica, cuya tumba también puede ser visitada en la misma.

La reliquia de este encuentro, en el cual, según la tradición, Verónica limpió el rostro del Señor con un pañuelo de seda, en el que sus facciones quedaron impresas.

Actualmente existen diferentes iglesias que aseguran conservar el llamado Santo Rostro.

La tradición dice que la capilla atendida por las Hermanitas de Jesús se encuentra en el sitio donde una mujer se secó el rostro de Jesús con un pañuelo (en latín: sudarium).

El monasterio asociado a la capilla se dice que se han construido al pie de ese lugar.

Ni el Sudario ni Verónica se mencionan en la Biblia. Sin embargo, en la iglesia católica el Sudario es venerado como una reliquia valiosa.

La leyenda dice que la piadosa Verónica se lo entregó a Jesús cuando se dirigía a su ejecución, de forma que él pudiera limpiar su cara con él, dejando la huella de sus facciones en la tela.

La tela se dobla en tres, y por lo tanto tres huellas idénticas se supone que se han creado.

Se dice que uno de ellos se quedó en Jerusalén, mientras que los otros dos fueron a Roma (Basílica de San Pedro) y Jaén en España. Sin embargo, otros diez pueblos afirman poseer tal sudario.

Vera Icon (‘verdadera imagen’, es decir, una imagen no pintada por mano humana) es el nombre dado a estas imágenes auténticas de la cara del sufrimiento de Cristo.

Por lo tanto a menudo se piensa que el nombre de Verónica es una corrupción de Vera Icon; aunque según otra tradición el nombre de Verónica o Berenice era la hija de la mujer cananea sanada por Jesús.

En los Hechos de Pilato, y también en las obras de Rufino, Casiodoro y Malalas, Verónica es el nombre de la mujer que sufría de hemorragias, fue curada por Jesús y, según Eusebio, dedicó una estatua de metal en Paneas a Jesús.

La leyenda de Verónica sólo se remonta al año 500 dC, y es una variante occidental de la leyenda oriental de Abgar de Edesa: Abgar, rey de Edesa, padecía una enfermedad incurable y le escribió a Jesús pidiendo ser sanado.

Jesús envió una carta con una impresión de su rostro en una tela de lino y así restaurar la salud de Abgar.

Esta imagen de Edesa llamada fue llevado a Constantinopla en 944 y se presume que haya llegado a Roma en 1204 después de la Cruzados capturaron Constantinopla.

En Roma preservó primeramente en San Silvestro in Capite y luego en la sacristía de San Pedro a partir de 1870.

El problema de la imagen de Verónica es que según la leyenda debe mostrar el rostro del sufrimiento de Cristo con la Cruz, mientras que en realidad es una imagen oscura, pálida de Cristo, después de su muerte en la cruz.

Pañuelos Milagrosos también se mencionan en Hechos 19, 12, donde el apóstol Pablo lleva con él a Éfeso y utilizó para curar a los enfermos.

 

Estacion 7

  

La Séptima Estación, Jesús cae por segunda vez.

El lugar de la segunda caída de Jesús y Séptima Estación está señalado con un pilar situado entre la Vía Dolorosa y la pintoresca calle del Mercado.

 

Estación 8

   

La Octava Estación, Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.

En el muro exterior del monasterio griego ortodoxo hay una cruz tallada ennegrecida por el tiempo.

Este es el lugar donde se supone que Jesús encontró a las piadosas mujeres, como aparece en el Evangelio según San Lucas.

 

Estación 9

   

La Novena Estación, Jesús cae por tercera vez.

La tercera caída de Jesús es señalada con una columna de la época romana a la entrada del monasterio copto.

Un pilar marca el punto donde Jesús cayó por tercera vez bajo el peso de la Cruz.

El resto de las estaciones de la Cruz están en la Iglesia del Santo Sepulcro.

La Iglesia del Santo Sepulcro se encuentra por encima del lugar donde Cristo fue crucificado, murió, fue sepultado y resucitó, y por lo tanto es uno de los sitios cristianos más sagrados.

Cada comunidad cristiana trató de obtener el mayor terreno posible para sí mismo dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.

En 1852, el gobierno otomano aprobó la «Ley del Status Quo», que determina sus intereses y sigue vigente hoy en día.

Toda la Iglesia del Santo Sepulcro, la rotonda con la capilla del Santo Sepulcro y la piedra de la unción, pertenecen conjuntamente a los griegos ortodoxos (patriarcados de Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén), a los armenios y los latinos (católicos romanos); sólo capillas individuales pertenecen a los coptos, sirios y etíopes.

 

Estación 10 – Santo Sepulcro

   

La Décima Estación, Jesús es despojado de sus vestiduras.

Para entrar llegando desde la novena estación hay dos opciones: la primera es la que sigue el Via Crucis oficial que hacen el viernes los franciscanos, y que consiste en volver al zoco para seguir por la vía pública.

Pero hay otra opción más corta, que consiste en pasar a través del convento etíope, visitando a nuestro paso sus dos capillas, y saliendo desde la capilla copta de San Miguel directamente al patio de entrada de la Basílica.

Nada más cruzar la puerta de entrada a la Basílica del Santo Sepulcro, a la derecha hay unas escaleras que suben al lugar del Calvario.

Se trata de una escalera de piedra que sube en forma de caracol y que es poco cómoda de subir por ser estrecha y empinada. Una vez arriba se puede rezar esta estación.

Es fácil imaginarse la escena en la que Jesús es despojado de sus vestiduras para ser clavado en la Cruz. Al fondo a la izquierda se levantaría la Cruz.

Quizá al fondo, donde está el mosaico se situaría la Cruz tumbada y preparada para clavar al Señor allí.

Y posiblemente donde nos encontramos, nada más subir las escaleras -arriba ya del monte-, a Jesús le quitaron las vestiduras.

 

Estación 11

   

La Undécima Estación, Jesús es clavado en la cruz.

El área alrededor de la roca Gólgota era un lugar de veneración para los cristianos ya en el 1C AD.

Cuando el emperador romano Adriano, después de la revuelta de Bar Kochba en 135, expulsó a todos los Judios de la ciudad y construyó la ciudad de Aelia Capitolina en el sitio de la devastada Jerusalén, él también intentó destruir los sitios cristianos con el fin de borrar la memoria de ellos.

El suelo de los sitios de la Crucifixión y la Resurrección fue arrasada y un templo a Venus, la diosa del amor fue erigido.

Helena, madre del emperador Constantino el Grande, visitó Tierra Santa en el año 326. Makarios, el obispo de Jerusalén, le informó que los sitios de la muerte de Jesús y su resurrección fueron bajo el Templo de Adriano de Venus.

Por orden de Constantino, el templo fue derribado y se construyó una basílica sobre los lugares sagrados. Fue consagrada en 335 como «Anástasis», es decir, la iglesia de la Resurrección.

La basílica fue destruida por los persas en 614 y reconstruida más tarde. El califa al-Hakim la destruyó de nuevo en 1009.

La nueva estructura construida por los cruzados y dedicada en 1149.

 

Estación 12

   

La Duodécima Estación, Jesús muere en la cruz.

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro.

La roca (montículo de piedra) del Gólgota, donde fue plantada la Cruz de Jesús es indicada por la tradición debajo y alrededor del altar (al centro), perteneciente a los Greco-ortodoxos.

 

Estación 13

   

La Decimotercera Estación, Jesús es descendido de la cruz y puesto en brazos de María, su madre.

El nombre Gólgota (probablemente del arameo gulgulta = ‘calavera’) es interpretado por los evangelistas en el sentido de ‘lugar de la calavera «(Mateo 27.33, Marcos 15.22, Lucas 23.33, Juan 19.17).

Este es el lugar donde Jesús murió en la Cruz.

El nombre «Monte Calvario» se deriva del Latín calvaria = ‘ el cráneo’). La explicación del escritor griego Orígenes y una tradición judía para dar el nombre es que el cráneo de Adán se encuentra aquí y el hombre fue enterrado aquí.

Para Jerónimo, el Padre de la Iglesia Latina (4 y 5 centuria), se deriva el nombre de los cráneos de las personas enterradas allí.

La interpretación más probable es que el Gólgota era un cerro con forma de calavera fuera de las murallas de Jerusalén y fuera utilizado como lugar de ejecución y entierro.

Los mosaicos y pinturas en los altares individuales del Gólgota (incluyendo uno del siglo XVI, donado por Fernando de Médicis, el Gran Duque de Toscana) representan los acontecimientos registrados en los Evangelios y apócrifos.

 

Estación 14

   

La Decimocuarta Estación, Jesús es sepultado.

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro. La Rotonda de la Anástasis cubre el Edículo que contiene los restos de la tumba de Cristo.

Mateo 27,59-60 relata que, después de la crucifixión, Jesús fue puesto en una tumba de roca, que aún no se había utilizado y que pertenecía a José, un hombre rico de Arimatea.

Una piedra rodó por delante de la tumba después de que Jesús había sido enterrado. La tumba estaba en un jardín cerca del lugar de la crucifixión (Juan 19,41).

La ‘gran’ piedra para cerrar la entrada de la tumba debe haber sido redonda.

Era necesario inclinarse hacia adelante para mirar a la cámara de entierro (Lucas 24.12, Juan 20,5-11), lo que significa que la apertura de la tumba debe haber sido baja.

Cuando las mujeres descubrieron la tumba vacía después de la Resurrección, dos ángeles estaban sentados en la cámara funeraria lo que implica que era una tumba del tipo banqueta.

De acuerdo con Juan 19,17-20, Jesús fue crucificado fuera de la muralla de la ciudad. La actual Iglesia del Santo Sepulcro está dentro de la muralla de la ciudad

El sepulcro de Cristo que se muestra en la Iglesia del Santo Sepulcro no es considerado como auténtico por los anglicanos, que consideran que la tumba real de Cristo es la Tumba del Jardín, que se encuentra no muy lejos de la puerta de Damasco, fuera de la muralla de la ciudad actual.

Esta estructura excavada en la roca tiene dos cámaras y fue construida aproximadamente en el comienzo de la era cristiana.

Un pequeño paso conduce a la tumba de José de Arimatea. Se trata de una cámara funeraria judía junto a la capilla de los jacobitas.

José, un hombre rico de Arimatea (Mateo 27,57) fue un miembro muy respetado del Consejo Judío (Marcos 15,43) y se describe en el Nuevo Testamento como un hombre bueno y justo (Lucas 23,50).

Fue discípulo de Cristo, pero en secreto sólo por miedo de los Judios (Juan 19,38).

La Piedra de la Unción es motivo de varios altercados interconfesionales, ya que aunque esta losa de piedra caliza sea común a las seis confesiones, cada una insiste en colgar sobre el lugar sus propias lámparas, lo que da lugar a una confusión algo incómoda.

Según la tradición griega, la piedra marca el lugar del Descendimiento, aunque los católicos romanos opinan que en este lugar fue donde se ungió a Jesús antes de ser enterrado.

https://youtu.be/_2lr271NoLg

Fuentes:

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Semana Santa en Jerusalén

Hay un programa de Solemnidades Pascuales, en rito latino, en la Basílica del Santo Sepulcro y en otros Santuarios de Tierra Santa.

Impreso por los padres franciscano.

Que nos indica que las celebraciones comienzan el viernes anterior al Domingo de Ramos.

Y culmina el Lunes de Pascua.

Durante esos 11 días se realizan diversos actos litúrgicos.

Con todo, nos limitaremos a los más importantes.

Peregrinos en el santo Sepulcro
El Santo Sepulcro en la Basílica del Santo Sepulcro

Antes de comenzar a ver las distintas ceremonias hay que hacer un par de aclaraciones.
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Primero, explicar un poco la forma de la Basílica del Santo Sepulcro y luego la situación.

Basílica del Santo Sepulcro
Entrada a la Basílica del Santo Sepulcro

La Basílica, de estilo románico, fue construida en el s. XII por los Cruzados.

Muchas capillas, y altares se suceden en la actual iglesia, pertenecientes a diferentes comunidades cristianas y de estilos muy diversos.

Las más importantes son el Calvario y el Santo Sepulcro.

Entrando, a la derecha de la puerta, encontramos una escalera que nos sube al Calvario.

Dos capillas, una católica y otra griega ortodoxa, comparten el espacio superior dividido por dos gruesas pilastras.

En la capilla de los franciscanos se encuentra el altar de la Dolorosa y el de la Crucifixión.

En la ortodoxa el lugar de la muerte de Cristo.

A no más de 20 metros del Calvario está el Santo Sepulcro.

En medio de una rotonda, cortada la roca de su alrededor y cubierto de mármol, se encuentra el Sepulcro vacío de Cristo.

Dentro del Sepulcro se pueden celebrar misas, para lo cual se coloca una tabla encima del lugar donde reposó el Cuerpo del Señor.

Sin embargo, las misas solemnes (por ejemplo todas las de la Semana Santa) se celebran afuera del Sepulcro.

Se coloca un altar portátil justo enfrente de la puerta y la sede unos metros más atrás, mirando la Tumba.

En cuanto a la situación de la Basílica es algo especial.

Dados los continuos problemas existentes entre las diversas denominaciones cristianas, acerca de los derechos de propiedad de la Basílica, se establece en 1757 el Statu Quo, reformado posteriormente varias veces.

Cualquier disputa entre las distintas confesiones sobre derecho de propiedad o culto se rige por este código.

De tal modo que, los franciscanos, no pueden organizar las ceremonias litúrgicas convenientemente, ni adaptarlas según las indicaciones del Concilio Vaticano II de modo completo.

Esto trae algunos inconvenientes.

Solamente para dar un ejemplo, cuando la Pascua latina cae el Domingo de Ramos ortodoxo, las ceremonias se superponen y uno puede estar a un metro del Patriarca sin por ello poder oír una sola palabra de lo que dice.

Lo mismo debe decirse de lo extraño de los horarios: si la Vigilia Pascual se celebra el Sábado Santo a las 7 de la mañana, se debe a este mismo motivo.

Pero la Basílica del Santo Sepulcro, no es sólo especial por estos hechos, que no dejan de ser accidentales.

Se destaca sobre todo por ser la iglesia que contiene el Calvario y el Santo Sepulcro.

Por lo mismo, su liturgia siempre tuvo un sabor especial.

No sólo porque la liturgia de Jerusalén influyó en las liturgias de las demás iglesias, sino también, porque como atestigua la peregrina Egeria, la liturgia de Jerusalén era esencialmente “adapta al día y al lugar”.

La comisión litúrgica de la Custodia de Tierra Santa, está estudiando el modo de que esta riqueza particular se convine con las reformas litúrgicas de 1975.

 

DOMINGO DE RAMOS

Domingo de Ramos en Jerusalen
Procesión de Domingo de Ramos

Tenemos este día dos celebraciones muy importantes.

La Santa Misa pontifical con el canto de la Pasión, y procesión de Ramos, en el Santo Sepulcro, por un lado.

Y la procesión de Ramos desde Betfagé (desde la Iglesia que conserva la roca de la cual Nuestro Señor montó el pollino) hasta Jerusalén, por otro.  

La Santa Misa es a las 7 de la mañana. Se celebra en latín, pero los franciscanos imprimieron una hermosa guía de la Misa en latín, árabe, italiano, español, inglés, francés y alemán (casi 200 páginas) gracias a la cual todo el mundo puede seguir las ceremonias perfectamente.

Lo mismo hicieron para las demás ceremonias en el Santo Sepulcro.

En el día en que la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su sacrificio pascual, la Iglesia Jerosolimitana celebra esta memoria con la bendición de Ramos.

la procesión se hace por tres veces alrededor de la Edícola de la Anástasis (el Santo Sepulcro) y que pasa delante del Calvario a la tercera vuelta.

De este modo se manifiesta la unidad del misterio en su doble vertiente de muerte y resurrección.

Antes de la procesión el Patriarca bendice los ramos dentro de la Capilla del Ángel (la cámara previa al Santo Sepulcro) y personalmente los reparte entre los concelebrantes y los fieles.

Después de la tercera vuelta, que pasa frente al Calvario, los cantores entran en la Capilla del Ángel entonando el himno “Gloria, alabanza y honor”.

Después entra el Patriarca y se canta el responsorio “Al entrar el Señor en la Ciudad Santa”, como si fuese Cristo el que entra en el lugar de su triunfo, en el lugar en que abatió la muerte.

Remarca pues, la liturgia en el Santo Sepulcro, de un modo especial, la unidad del misterio Pascual.

Haría falta considerar las antífonas, cantos y salmos que se van intercalando en la procesión para ver su riqueza y la fuerza que cobran al recitarlos en ese lugar.

Como ejemplo tomemos lo que cantamos mientras la procesión pasa frente al Calvario para tornar al Sepulcro: la antífona “Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor aclamando ¡Hosanna en el Cielo!, se va intercalando en el Salmo 23.

Se pide en él abrir figuradamente las puertas del santuario para que entre el Señor, santuario que el Señor abrirá efectivamente con su resurrección: “Portones, alzad los dinteles, levantaos puertas antiguas, va a entra el Rey de la Gloria. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? El Señor, héroe valeroso, el Señor, héroe de la guerra”.

Por la tarde la bendición de ramos se celebra en el santo lugar de Betfagé y la procesión sigue la loma del Monte de los Olivos y atravesando el torrente Cedrón por Getsemaní llega por la puerta de San Esteban a la explanada adyacente a la Piscina Probática.

Esta procesión, que imita localmente la entrada del Señor, es la manifestación popular católica más importante del año.

Miles de fieles agrupados según pertenezcan a parroquias o a distintas asociaciones marchan cantando y rezando durante más o menos 2 horas. Se suman incluso grupos no católicos.

 

JUEVES SANTO

Destacamos en este día dos cosas. La Misa de la Cena del Señor (Misa Crismal y lavatorio de pies) en el Santo Sepulcro, y la Hora Santa en Getsemaní.  

Misa de la Cena del Señor: sigue el esquema y los textos del misal romano de 1975.

Lo mismo las lecturas con relación al leccionario, con la única particularidad que son ampliadas con los leccionarios armenio y gregoriano.

Jueves santo en el Santo Sepulcro
Jueves santo en el Santo Sepulcro

Se celebra a la mañana (7:00 hs.) por exigencia local.

Así como la Misa del Domingo de Ramos en esta Basílica también, manifiesta la unidad del Misterio Pascual, en su doble vertiente muerte-resurrección, de modo semejante la relación entre la Última Cena – Sacrificio de la Cruz es expresada en la Misa de la Cena del Señor en el Santo Sepulcro.

Esta íntima conexión se significa también en la procesión con el Santísimo Sacramento que da tres vueltas alrededor de la Edícola en la tercera incluye la Piedra de la Unción pasando delante del Calvario.

Después el Santísimo el colocado en el sagrario puesto sobre el Santo Sepulcro del Señor.

No quiere esto significar que Cristo reposa en el Sepulcro, sino que como Señor convertido en alimento vive siempre con los suyos y acoge su sacrificio de oración y alabanza.

Institución de la Sagrada Eucaristía, institución del Sacramento del Orden, mandato del Señor sobre la caridad fraterna: tres misterios inefables que la liturgia enseña a sus fieles con los signos de la procesión con el Santísimo, la renovación de las promesas sacerdotales y el lavatorio de los pies, respectivamente.

Y todo eso entre el Calvario y el Santo Sepulcro donde Cristo consumó el Misterio Pascual.

Hora Santa en Getsemaní: en la base del Monte de los Olivos, al este de Jerusalén, a unos 300 metros de la Puerta de San Esteban, se encuentra el Huerto de los Olivos al que Jesús solía ir a rezar, y donde fue entregado por Judas a los judíos.

Actualmente encontramos en ese lugar tres centros importantísimos de peregrinación que nos hablan del Jueves Santo.

La Gruta del Prendimiento: donde según la tradición Cristo dejó a ocho de sus apóstoles antes de seguir con Pedro, Santiago y Juan.

El Huerto: allí se conservan unos olivos antiquísimos, que según algunos expertos podrían tener más de 2000 años de edad, testigos silenciosos de aquella noche en la que el Señor sudó sangre por nosotros.

Pero aunque fueran de menos años (como es opinión de otros) hay que notar que sólo un cuidado especial ha podido hacerles llegar hasta nosotros, siendo únicos en este aspecto en todo Jerusalén.

Se ve pues la existencia de una tradición que intenta conservarlos, por lo que serían al menos, retoños de aquellos olivos que Jesús vio al comenzar su Pasión.

La Basílica de la Agonía: donde se encuentra la roca sobre la cual Cristo sudó sangre. Iglesia amplia y hermosísima, representa de modo admirable el misterio que en ella se celebra

A las 20:00 hs. del Jueves Santo se celebra en esta última Iglesia, la Hora Santa para acompañar al Señor.

Esta Basílica no se rige por el Statu Quo, de modo que, la ceremonia puede realizarse sin imposiciones externas.

Esto permite que sea muy ágil y apropiada a la situación, entre otras cosas se puede hacer en varios idiomas parar aprovechamiento de todos.

En resumen, intercalando oraciones, cánticos, antífonas y salmos se proclaman los diversos pasajes del Evangelio que tratan del misterio de Getsemaní: la predicación de la negación de Pedro, la oración del Señor en el Huerto, y la captura de Jesús por parte de los soldados.

Antes de terminar el custodio de Tierra Santa arroja flores sobre la roca de la Agonía y la inciensa. Se canta al final el Himno Vexilla Regis.

Finalizada esta ceremonia muchos permanecen en la Basílica para meditar los misterios que se acaban de proclamar.

La gente puede ir donde está la Piedra Bendita, besarla, rezar ahí unos minutos, tomar algunos pétalos para llevarse a su casa.

También el Huerto es lugar privilegiado para la oración, iluminado esa noche con la luna llena de pascua.

La Iglesia permanece abierta hasta las 12:00 de la noche.

A eso de las 11:00 hs. fuimos a la Iglesia de San Pedro  in Gallicantu que también permanece abierta hasta medianoche.

Es la Iglesia construida sobre la casa de Caifás, es decir el lugar donde Cristo pasó la noche del Jueves al Viernes Santo.

Se conserva en esa Iglesia la cisterna donde fue puesto Nuestro Señor, y la Escalera Santa, que Cristo cruzó al menos tres veces entre el Jueves y el Viernes.

 

VIERNES SANTO

Semana Santa en Jerusalen, viernes santo
Via Crucis de Viernes Santo

Las actividades más importantes de este día son tres: la Celebración de la Pasión, el Vía Crucis, y la Procesión fúnebre.  

La celebración de la Pasión del Señor: Se realiza en el Calvario a las 7 de la mañana por exigencias del Statu Quo.

Sólo el Obispo y los diáconos se revisten con ornamentos.

La estructura es la clásica: liturgia de la palabra, adoración del leño de la Santa Cruz, y comunión eucarística.

Por razones de espacio no se pudo incluir la estructura descrita por Egeria.

Ya que la celebración se realiza en el Calvario, se ha sustituido el Crucifijo con la reliquia de la Santa Cruz, custodiada en un precioso relicario en forma de Cruz gemada y adornada con perlas, y esto porque dicho rito tiene origen en la veneración del Lignum Sanctum Crucis.

El Obispo lleva la reliquia del leño de la Cruz en procesión.

Cuando llega al Calvario la coloca en el altar, se postra rostro en tierra y todos oran en silencio durante unos instantes.

La liturgia de la palabra se desarrolla teniendo como centro la reliquia de la Cruz.

Al comenzar la adoración de la Cruz el obispo exhorta al pueblo:

“Queridos hermanos, en el mismo lugar llamado del Calvario o Gólgota en hebreo, en este lugar, testigo de la pasión y muerte de nuestro Redentor, veneremos el santo leño de la Cruz conscientes de acompañar a Cristo en su Pasión.

Aquí, centro preciso del mundo, la naturaleza humana ha sido regenerada y el mundo ha sido recreado con la efusión de la Sangre de Cristo.”

Vía Crucis: durante este día las distintas capillas erigidas en las estaciones del Vía Crucis permanecen abiertas.

Se hace un Vía Crucis a las 10: 30 hs., multitudinario, y muchísimos más en forma privada.

Procesión fúnebre: es una celebración bien catequética, pues se muestra de modo plástico la procesión que tuvo lugar este día desde la Cruz al Santo Sepulcro donde depositaron el cuerpo del Señor.

Llega la procesión al Calvario con un Cristo en Cruz.

Se coloca frente al altar de la Crucifixión y se lo inciensa, memorando el momento de la crucifixión.

Luego se lo traslada al altar ortodoxo, lugar preciso de la muerte de Cristo, y dos diáconos lo desclavan de la Cruz (es un Cristo articulado).

Uno por uno sacan los clavos a golpe de martillo y con pinzas, y los muestran a los fieles.

Después de besar cada clavo lo dejan en una bandeja. También la corona de espinas.

Sigue la procesión llevando a Cristo sobre una síndone hacia el lugar que recuerda la unción con aromas, llamado Piedra de la Unción.

Ahí el Cristo es incensado y ungido con perfumes.

En ese momento un sacerdote predica en árabe acerca del misterio de la Muerte del Señor.

Después sigue la procesión hacia el Santo Sepulcro, donde termina con una oración por parte del Custodio de Tierra Santa.

En esta ceremonia se realizan menos lecturas y cánticos que en las otras, porque la vista de Cristo exánime ayuda a la meditación.

 

SÁBADO SANTO

Sin lugar a dudas lo más importante en este día es la Vigilia Pascual que se celebra a las 7: 30 AM. 

En cuanto a la estructura, no comporta variaciones respecto del Misal Romano, excepto algunas particularidades.

La accesión del fuego se hace a la puerta de la Basílica.

Del fuego bendito se colocan los carbones ardientes en los incensarios y se inciensa la Basílica en el trayecto que va de la puerta a la Anástasis.

Llegado a la Anástasis se hace la preparación del Cirio, y el obispo lo enciende de la llama extraída de dentro del Santo Sepulcro, lugar donde arden las lámparas que simbolizan el resplandor de la Resurrección, la Luz verdadera que ilumina el hombre y a todo lo creado.

Antes de la liturgia bautismal y eucarística, el Obispo, restablecida una antigua costumbre de la Iglesia de Jerusalén, representando a Cristo, anuncia la resurrección de Éste.

Piedra del sepulcro
Piedra del Sepulcro

Especialmente emocionante es escuchar el canto del Pregón Pascual al lado de la Tumba Abierta:

Exulten por fin los coros de los ángeles,
Exulten las jerarquías del cielo,
Y por la victoria del rey tan poderoso
Que las trompetas anuncien la salvación,
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
Y que, radiante con el fulgor del rey eterno,
Se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
Revestida de luz tan brillante;
Resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

santo sepulcro fondo

 

DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

La Misa de Pascua sigue el rito del Misal Romano. Se celebra en el Santo Sepulcro, a las 8:00 de la mañana.

A esta Misa concurre mucha más gente que a la Vigilia, pues en las parroquias la Vigilia es el sábado a la noche.

Es pues, el encuentro de los cristianos que están en Jerusalén.

La alegría de la Resurrección la expresan con el habitual saludo: Al Masihu qam.

¡Haqam qam! Cristo resucitó. ¡Verdaderamente resucitó! 

“Es la Pascua real no ya la sombra”.

El Sepulcro abierto nos predica el triunfo de nuestro Dios.

A pesar de ser minoría en Tierra Santa, y a menudo perseguidos, los cristianos perciben claramente que la victoria les pertenece.

Canta la secuencia pascual:  Dinos María ¿qué has visto en el camino?  

Vi el Sepulcro de Cristo Viviente, y la gloria del Resucitado.

Esa Tumba que un día se abrió para que los fieles pudiesen ver y palpar la impotencia de la muerte sobre nuestro Señor, sigue abierta.

Millones de cristianos la visitan cada año, llorando lágrimas de alegría.

Pues el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y murió  por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.

Fuente: Misioneros del Verbo Encarnado en Tierra Santa

 

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Vía -Crucis en la Vía Dolorosa, en Jerusalén.

PUT SUZA, VIA DOLOROSA, WAY OF SUFFERING, Jerusalem ,Holy Land

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Via Dolorosa

JERUSALÉM – A VIA DOLOROSA PARTE 2



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Profecía del Corán predice el regreso de los Judíos a Israel

Los palestinos no deben reclamar Jerusalén.
El Corán, libro dictado por Allah a Mahoma, predice que los judíos regresarán a la tierra que les pertenece. Y los palestinos no pueden reclamar Jerusalén porque desmentirían la profecía. Este es un factor de conflicto en la interna musulmana. Y quienes lo sostienen, dicen que la guerra contra los judíos tiene causas políticas y la sangre que corre se debe a la ira de Allah por no obedecer su profecía.

 

 

Esta tesis es comentada por el musulmán Alí Salim en el sitio especializado en medio oriente Gatestone Institute, que tiene un contenido pro judío y anti islamismo radical, lo que justifica la tesis y su difusión hasta puede ser parte de una operación. Ver artículo completo aquí, el cual resumimos en adelante.  

Constantemente oímos discursos de odio hechos por el presidente egipcio, Mohamed Morsi, o el Presidente turco Erdogan, o llamadas realizadas desde Qatar por el líder de la Hermandad Musulmana, el jeque Yusuf al-Qaradawi y por el jefe de Hamas de la Franja de Gaza Khaled Mashaal, para el exterminio de los Judios. Sin embargo, hay otros musulmanes que, basándose en el Corán, consideran que esa es una herejía respecto a las enseñanzas del Corán.

Y se preguntan, ¿Es posible que Allah, quien en su infinita misericordia, les llama el pueblo elegido, y les promete la Tierra Santa, también planea matarlos, utilizando a los musulmanes en Palestina como su intermediario? Los musulmanes creen que Allah no rompe sus promesas.

A LOS PALESTINOS NO LES PERTENECE EL TERRITORIO DE ISRAEL

Es una herejía y una violación de la voluntad de Dios eludir las llamadas para el reconocimiento de Jerusalén como capital oficial de los Hijos de Israel y el traslado de la embajada americana. No tiene en cuenta la profecía del Corán, que predice el regreso de los Hijos de Israel a su tierra desde los cuatro ángulos de la tierra, como está escrito en Al-Isra, verso 104.

El líder palestino Yasser Arafat, por ejemplo, inventó la que los palestinos son descendientes de los jebuseos y otras tribus cananeas. Detrás de esta invención está el intento de Arafat para «probar» que los palestinos vivían en Tierra Santa antes que los hijos de Israel, y que por lo tanto tienen más derecho a ella.

Según el Corán, sin embargo, «una raza de gigantes» vivió en la Tierra Santa, pero fueron destruidos por los Hijos de Israel, dirigidos por Josué, con la ayuda de Allah. Nunca hubo «palestinos» en Tierra Santa, ni tampoco hay una sola palabra de ellos en el Corán, ni ninguna profecía en cuanto a su existencia, ni derecho alguno a Tierra Santa o en cualquier otro lugar en el futuro o en el Día de Sentencia.

Los palestinos no se mencionan ni siquiera se insinúan en el Corán, pero los hijos de Israel se mencionan en innumerables ocasiones y se les menciona como el pueblo elegido, como está escrito en Al-Baqara, versículo 47, «Oh, hijos de Israel, recuerda el favor que les he concedido a ustedes prefiriéndolos sobre los otros del universo.» 

Se mencionan como herederos de la Tierra Santa que, según todos los comentaristas islámicos, es Jerusalén y el país que la rodea.

La afirmación de algunos musulmanes de que la promesa divina a los Hijos de Israel aparece en el Corán en tiempo pasado y por lo tanto no es relevante hoy, es una mentira maliciosa. La mayor parte del Corán fue escrito en pasado, pero lo que está escrito acerca de los Hijos de Israel era una promesa y una profecía, y Allah no cambia de parecer o rompe sus promesas.

El que dice que los «verdaderos» hijos de Israel desaparecieron y que los Judios de hoy no son los verdaderos hijos de Israel del Corán está equivocado, porque si no hay hijos de Israel entonces la profecía de Mahoma es irrelevante porque previó el regreso de los Hijos de Israel a su tierra por tercera vez dándoles instrucciones para que se asienten, y la promesa que si hacen lo recto ante los ojos de Allah y actúan bien tendrán éxito, como está escrito en Al-Isra, versículos 6 y 7.

Y si una profecía es falsa entonces todas son falsas, y el Corán no tendría valor.

EL ISLAM EN PALESTINA

Para el crédito del Islam hay que decir que en el siglo VII los ejércitos del Islam invadieron Palestina y lo arrebataron de los bizantinos, y que Jerusalén se entregó sin luchar a los musulmanes por el obispo cristiano Sofronio.

Este fue el comienzo de la presencia árabe en la Tierra Santa, que terminó y fue renovada durante años bajo diversas conquistas, incluyendo los cruzados, pero terminó para siempre hace casi un siglo, cuando los turcos volvieron a casa.

La Tierra Santa se le dio de nuevo a las manos de los hijos de Israel, de acuerdo con el decreto del Corán y la profecía de Mahoma. Los hijos de Israel vinieron de todos los rincones de la tierra, como está escrito en Al-A’raf, versículo 137: «Y nosotros hicimos que las personas que habían sido oprimidas de heredar las regiones orientales de la tierra y de las occidentales, fueran bendecidas. Y la buena palabra de tu Señor se cumplió para los Hijos de Israel a causa de que lo habían esperado con paciencia».

¿ JESÚS PALESTINO?

La demanda palestina de que el Profeta Jesús (como le llaman los musulmanes), era un palestino árabe es también una invención.

De acuerdo con este absurdo, el profeta judío Jesús, hijo de María, que se opuso a los sacerdotes judíos en el templo judío en Jerusalén, era un «árabe palestino», pero es sólo otra manera de negar a los Judios el derecho a sus tierras. Los cristianos que ignoran el derecho de los judíos a Jerusalén también están negando su propia religión.

RELACIÓN DE LOS MUSULMANES CON JERUSALÉN

Desde un punto de vista religioso, la conexión entre los musulmanes y Jerusalén comenzó con el «viaje nocturno», un sueño que aparece en el Corán y también fue reportado por la esposa del Profeta, Aisha.

De acuerdo con el sueño, Mahoma fue en un viaje nocturno desde La Meca a Jerusalén montado en un animal maravilloso llamado Al-Buraq, y desde Jerusalén al cielo donde, recibió a los principios del Islam.

Jerusalén era entonces temporalmente designado como el «Kibla», la primera dirección a la que tenían que mirar los musulmanes durante la oración, pero Mahoma cambió la dirección para mirar hacia la Meca. Desde entonces, Jerusalén ha sido considerada sólo como el tercer lugar más sagrado para el Islam.

PROHIBIDO EXIGIR JERUSALÉN A LOS JUDÍOS

En las diatribas de musulmanes contra judíos se los llama «sionistas», tratando de disfrazar su nombre para que se haga permisible matarlos.

Los Judios, débiles y miserables, que vinieron de todas partes del mundo, víctimas del odio y el asesinato, no habrían encontrado su estado en Palestina a menos que fuera la voluntad de Alláh, que los apoya.

Jerusalén es la capital de los Hijos de Israel y está prohibido a los musulmanes exigirla, al igual que una mujer casada sólo pertenece a su marido. Jerusalén nunca es mencionada por su nombre en el Corán, pero se menciona allí como el corazón de Tierra Santa que fue dado a perpetuidad a los Judios.

Por lo tanto, tiene que ser la capital de los Hijos de Israel en la Tierra de Israel y no del Estado previsto de «Palestina». Y ya que nunca hubo un estado llamado «Palestina» o un pueblo palestino, Jerusalén nunca fue la capital o capital de cualquier pueblo o país, excepto del actual Estado de Israel.

Por lo tanto, los palestinos no pueden reclamar Jerusalén como su capital, pero pueden exigir el derecho de todos los musulmanes a rezar en la mezquita de Al-Aqsa, que está bajo la dirección del rey de Jordania, un descendiente del Profeta Mahoma.

Además, en ninguna parte del mundo una ciudad sagrada para el Islam se ha vuelto una capital. Ni la Meca ni Medina son la capital de Arabia Saudita ni Kerbala y Qom son las capitales de Irak e Irán. Incluso Jordania, cuya capital es Ammán, no pidió a Jerusalén como su capital cuando controlaba la ciudad entre 1948 y 1967.

EL DERRAMAMIENTO DE SANGRE EN LA ZONA ES POR LA IRA DE ALLAH

En lugar de ayudar a los Judios para construir Jerusalén en preparación para el Día del Juicio y como prueba de la verdad de las profecías del Corán, infieles y algunos musulmanes protestan contra la construcción de nuevas viviendas.

Si los musulmanes utilizan el regreso de los hijos del libro (la Torá) a Israel como prueba de la verdad de la profecía del Corán, tendría éxito el cumplimiento de la misión de Mahoma, el profeta del mundo entero para islamizar el mundo.

El que va en contra de la voluntad de Alláh fallará. Los cristianos también sufren de la mentira histórica y de la negación de los derechos de los Judios a Jerusalén.

Lo que está ocurriendo en Oriente Medio y el derramamiento de sangre mutuo de los musulmanes no es una consecuencia del «problema de Palestina». Es una manifestación de la ira de Alá a los infieles del mundo que no aceptan su profecía sobre el retorno de los Judios a su tierra y establecer su capital en la unificada ciudad santa de Jerusalén.

Fuentes: Alí Salim para Gatestone, Signos de estos Tiempos

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