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San Gabriel Arcángel, el Ángel de la Anunciación

El arcángel Gabriel significa (en hebreo) la fuerza de Dios.

Es uno de los tres arcángeles principales dentro de las religiones judía, cristiana e islámica.

Las Iglesias Católica, Ortodoxa y algunas protestantes, junto con el Islam, lo consideran arcángel por ser junto con Miguel y Rafael, los únicos ángeles con nombre, y encargados de llevar misiones importantes.

En la tradición Bíblica, es a veces considerado como el ángel de la muerte o uno de los mensajeros de Dios.

En el Islam, a Gabriel se le considera también como uno de los principales mensajeros de Dios, pues es él quien reveló a Mahoma el Corán.

También acompaño a Mahoma en la noche oscura.

Su representación más común es la de la Anunciación.

O en el caso musulmán, la de la revelación a Mahoma.

Aunque también ha sido retratado llevando un mensaje escrito en la mano.

Además es él quien vigila la entrada del Edén, para evitar que entren los descendientes de Adán y Eva, aunque hay algunos que afirman que quien vigila es el Arcángel Miguel.

  

SAN GABRIEL = «DIOS ES MI PROTECTOR»

Es el ángel de la Encarnación y del Consuelo, y en la tradición cristiana Gabriel es siempre el ángel de la misericordia.

Casi todas las misiones y manifestaciones de Gabriel están relacionadas con la venida del Mesías.

A San Gabriel se lo representa con una vara de perfumada azucena, la que obsequió a María Santísima en la Anunciación que representa la Sublime Pureza Inmaculada de la Madre Virgen.

Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo de Dios.

Por eso se le venera mucho desde la antigüedad.

Su carta de presentación cuando se le apareció a Zacarías para anunciarle que iba a tener por hijo a Juan Bautista fue esta: «Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios» (Luc. 1, 19).

San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.

Joaquín Ruiz Gimenez se refiere a San Gabriel se la siguiente manera:

…»Por de pronto, San Gabriel tiene uno de los nombres más bellos que ha podido troquelar el lenguaje humano: «hombre de Dios, hombre en que Dios confía»; o también, como San Gregorio glosa, «el fuerte de Dios».

Cuando Dios va a hacer uso de su poder sobre el mundo, en su manifestación más excelsa, la de la Redención, elige como mensaje, como su embajador y plenipotenciario, a este soberano arcángel.

Tres veces le vemos surgir corpóreamente en la historia de la humanidad.

Se aparece en primer lugar, a Daniel —allá en el año tercero del reinado del rey Baltasar— para revelarle el sentido de la visión del combate entre el carnero y el macho cabrío.

Lo hace en figura de varón y sobrecoge al profeta, que, de bruces y espantado, le contempla con un estremecedor anuncio para días lejanos:

«Entiende, ¡oh hijo del hombre!, esta visión, que es para el tiempo final» (Dan. 8,15ss.).

Pero aún recibirá Daniel una nueva visita del celestial mensajero, al iniciarse el imperio de Darío.

Y en ese encuentro se traslucirá la inmensa profundidad de la misión que Dios confía al arcángel.

Mientras el profeta está postrado ante Yahveh, en ayuno, saco y cenizas, al caer la tarde, rogando y confesando sus pecados y los pecados de su pueblo y presentando su oración al Señor «grande y terrible», irrumpe Gabriel en raudo vuelo y silueta de hombre.

Y le anuncia las setenta semanas decretadas por Dios sobre el pueblo y su ciudad santa para expiar la iniquidad, traer la justicia eterna y ungir al Santo de los santos: «siete semanas y setenta y dos semanas hasta la llegada del Mesías príncipe» (Dan. 9,1ss.).

Cuando ese plazo de Dios se cumple, el arcángel San Gabriel vuelve a la tierra con perfil de mancebo, penetra en el gran templo de Jerusalén y llega a Zacarías, el sacerdote del turno de Abías, desposado con Isabel, la hija de Aarón.

El temor sobrecoge y turba al venerable sacerdote mas el arcángel le tranquiliza y anuncia que su oración ha sido escuchada: su mujer le dará un hijo, a quien pondrán por nombre Juan, y será gozo y alegría para él y para muchos, grande a los ojos del Señor y lleno del Espíritu.

Santo desde el seno de su madre. Un hijo precursor del Señor de Israel que volverá a los rebeldes a la prudencia e los justos y preparará al Señor un pueblo debidamente dispuesto.

Zacarías no acierta a comprender… Pero el ángel le abre la inmensa perspectiva del misterio:

«Yo soy Gabriel, que asisto ante Dios y he sido enviado para hablarte y darte estas buenas nuevas.»

Desde ahora Zacarías permanecerá mudo hasta el día en, que se verifique el prodigio, por no haber dado fe a las palabras del enviado, que se cumplirán a su tiempo.

Escasos meses tendrán que transcurrir para que la familia de Zacarías se alegre con la realización de la promesa y para que un más extraordinario acontecimiento conmueva al pueblo de Israel (Lc. 1,5ss.).

Tres rastros de luz nos permiten vislumbrar la suprema hermosura de ese momento; uno, en los lienzos de Fra Angélico; otro, en las páginas evangélicas de San Lucas; un tercero, en el pensamiento teológico de Santo Tomás.

Estos tres rastros son palabra hecha luz; luz que es calor y perfil de amanecer,

Verbo encarnado y verdad de salvación.

Porque el arcángel Gabriel es el portador de la palabra omnipotente, el gran mensajero, el primer embajador de Dios a los hombres.

Contemplemos la escena de su mensaje con nuestros ojos del cuerpo, poniéndolos sobre la tabla del Angélico.

A la izquierda, entre el verde follaje del paraíso perdido, Adán y Eva, la primera pareja humana, que se aleja bajo la pesadumbre de su culpa.

Arriba, sobre una ráfaga de oro, el Espíritu divino, y a la derecha, bajo una tenue y transparente luz de amanecer, el inefable espectáculo de la reconciliación entre Dios y la naturaleza humana, que se anuncia en el saludo del ángel, bajo la bóveda azul, tachonada de estrellas de oro, sin más testigo que la golondrina silenciosa sobre la barra de hierro entre las esbeltas columnas.

El arcángel se inclina reverente ante la Virgen con sus brazos cruzados. Hay en él una armonía de amapolas y de trigo maduro; hay en Ella un juego de rosas y azul.

La ráfaga luminosa del Espíritu toca apenas las alas y la aureola del arcángel y besa el pecho inmaculado de la doncella, que acepta el mensaje.

Todo es elegancia, suprema elegancia de cuerpo y de espíritu, que es el signo de lo angélico.

  

GABRIEL LE ANUNCIA A MARÍA

Para poner sonido de este mudo cuadro de colores divinos, se nos acerca San Lucas y nos repite con sobrecogedora sencillez las palabras del arcángel.

Gabriel, enviado por Dios a Nazaret de Galilea, está ante María, la Virgen desposada con José, el varón justo de la casa de David.

Y entrando a ella le dice: «Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo.»

Se turba la Doncella al oír estas palabras y busca el significado de la desconcertante salutación.

Y el ángel la serena:

«No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

Él será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin.»

María, suavemente, pregunta: «¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?»

Y el ángel descorre el velo del inmenso enigma:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios.

E Isabel, tu parienta, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, porque nada hay imposible para Dios.»

María, rendida y humildemente, acepta: «He aquí a la sierva del Señor; hágase en mi según tu palabra.»

El ángel parte. La Redención ha comenzado. La misión, del embajador ha quedado soberanamente cumplida (Lc. 1,26ss.).

  

OTRAS FUNCIONES DEL ARCÁNGEL GABRIEL

Ya hemos visto que el Arcángel Gabriel fue el que llevó la noticia a Zacarías y a la Virgen María de nacimientos.

En el caso de Zacarías fue del nacimiento de Juan el Bautista.

Y en el caso de la Virgen María fue la Anunciación.

Por estas razones al Arcángel Gabriel se lo considera el patrón de las mujeres que esperan ayuda para concebir hijos y a quién hay que pedírselo

Y por eso se ha popularizado una novena donde se mantiene la vela encendida para pedir la concepción de un hijo.

Y es más, se lo considera el ángel de nacimiento, porque dice que está cuidadosamente al lado del niño por nacer instruyéndolo sobre el conocimiento del cielo.

Pero los niños no recuerdan eso porque antes de nacer Gabriel toca al bebé en el labio superior, para que no pueda recordar la información hasta que regrese al estado espiritual luego de su muerte.

La hendidura que tenemos debajo de la nariz se considera que es el toque de Gabriel.

También se cree que el Ángel Gabriel será el encargado de tocar la trompeta en el Juicio Final.

Y se lo considera el gobernador del Jardín del Edén y gobernante de los querubines.

También el gobernante del primer cielo, que es el más cercano a la humanidad.

Se dice que fue Gabriel quién generó la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Y según el Talmud fue Gabriel que destruyó los ejércitos de Senaquerib con una guadaña afilada desde la creación.

Fue Gabriel el que se apareció al Profeta Daniel para interpretar la escritura en la pared que tuvo en un sueño.

Y también inspiró a Juana de Arco para que fuera en ayuda del rey de Francia.

A Gabriel se lo considera el portador del amor porque toca el corazón y las emociones.

Y su cáliz es signo de compasión en medio de las angustias de la vida.

En el cristianismo se lo considera el santo patrón de los difusores, los trabajadores de telecomunicaciones, los diplomáticos, los mensajeros, los empleados de correo y los coleccionistas de sellos.

También es un ángel a quién se le puede pedir ayuda para interpretar los sueños, como hizo con el profeta Daniel.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Todo lo que Necesitas Saber sobre los Arcángeles

La historia de la salvación es un encadenamiento de mensajes de Dios.

Que los ángeles van trayendo a los hombres.

Incluyendo lo central, que son dos nacimientos.

El de la Inmaculada María en cuyo ‘sagrado vientre’ crecerá Jesús.

Y el nacimiento del Dios de nuestra salvación en un humilde pesebre en Belén.

santos arcangeles

Pero además son los guardianes nuestros, a través de la lucha contra Lucifer y sus huestes.
.
Y son guardianes de nuestra conducta, para que podamos alcanzar el Cielo como Dios quiere.

La palabra “Arcángel” viene del griego (archángelos). “Arcángel”, término que aparece sólo dos veces en la biblia, ambas reflejadas en el nuevo testamento.

Se compone del antiguo prefijo griego (arc), o en otra forma del prefijo (archo) significa “que gobierna, que dirige, que comanda, que lidera” + ángel que significa “mensajero”.

A partir de estas raíces, el significado dado es de “Ángel Jefe” o “Ángel Principal” según la sintaxis del idioma griego.

El culto únicamente de los tres arcángeles, Miguel, Rafael y Gabriel, fue aprobado el año 745 por el concilio de Letrán, presidido por el papa Zacarías, para defenderlo del culto de ángeles apócrifos.

Con la reforma litúrgica de 1969, se unificaron las festividades de los tres arcángeles el 29 de setiembre.

Este es el día de la dedicación de una basílica en honor de San Miguel elevada en el siglo V en la vía Salaria. 

los tres arcangeles

 

LOS ARCÁNGELES CONSTITUYEN UNO DE LOS NUEVE COROS DE ÁNGELES

Hay distintas interpretaciones según las distintas creencias en cuanto a la cantidad de arcángeles que hay y sus identidades.

Desde el Seudo Dionisio (siglo VI), Padre de la Iglesia, suelen enumerarse tres jerarquías con tres coros cada una, sumando un total de nueve Coros u Ordenes Angélicos.

 

Primera Jerarquía

Estos ángeles de la mas alta jerarquía se dedican exclusivamente a glorificar, amar y alabar a Dios en su presencia.
Serafines, Querubines y Tronos.

 

Segunda Jerarquía

Dominaciones, Virtudes y Potestades (gobiernan el espacio y las estrellas. Son los responsables del universo entero).`

 

Tercera Jerarquía

Principados, Arcángeles y Ángeles. Son los que intervienen en todas las necesidades de la raza humana.

Esto lo vemos también en la Biblia, cuando se nos presenta la intervención de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael.

Vemos que directamente intervienen en la vida de los hombres, cada uno con su propia misión dada por el mismo Dios.

También se les ha dado la misión de proteger naciones, ciudades e Iglesias.

La visión del profeta Daniel es la que confirma esta misión.(Dn 7 y 8)

El cuidado de la Iglesias se confirma con el pasaje de Ap. 1:20 cuando se refiere a los Ángeles de las siete Iglesias.

Algunos autores y místicos, dividen a los ángeles entre asistentes al Trono Divino, y Mensajeros de Dios para cumplir diversas misiones por encargo suyo.

Así por ejemplo, el Libro de Tobías tiene como personaje central al Arcángel Rafael,

El cual desempeña un oficio protector admirable y nos muestra el Amor de Dios manifestado en el ministerio de los Ángeles

«Yo soy Rafael, uno de los siete Santos Ángeles que presentamos las oraciones de los justos y tiene entrada ante la majestad del Santo» (To. 12,15).

Dios ha encomendado a los arcángeles las misiones mas importantes en relación a los hombres.

Son guardianes de personas a quién Dios ha confiado grandes misiones, como del Santo Padre, cardenales, obispos.

arcangeles y tobias Francesco Botticini

  

SEGÚN LAS SAGRADAS ESCRITURAS HAY SIETE ARCÁNGELES

 «Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada a la gloria del Señor» (Tb 12:15)

«Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono« (Ap 1:4),

Las Sagradas Escritura mencionan el nombre de solo tres: Miguel (Ap 12:7-9), Gabriel (Lc 1:11-20; 26-38) Rafael (Tobit 12:6, 15).

Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel, Saeltiel) no aparecen en la la Biblia.

Se encuentran en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica. 

La Iglesia reconoce los nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras. 

Los demás nombres pueden tenerse como referencia pero, no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.

Debemos tener cuidado con otros nombres dados a los ángeles, algunos de los cuales son de origen ocultista o de la Nueva Era.

Se recomienda rezar a los Siete Santos Arcángeles.

A los arcángeles se les llama los siete magníficos:

Miguel: (Ap 12:7-9) «quien como Dios». Venció y expulsó a Satanás del cielo.

Gabriel: (Lc 1:11-20; 26-38) «el que gobierna o mensajero de Dios».

Rafael: (Tobit 12:6, 15) «el que cura o sana». El arcángel cercano a los hombres para aliviarlos en su dolor y sufrimiento.

Es gozoso ver cómo en las representaciones de la Virgen María hay ángeles, sirviéndola, cuidándola y siendo vehículos de la comunicación de Dios.

arcangel miguel

 

LOS ARCÁNGELES ACOMPAÑADO A LA INMACULADA

Cada año en diciembre, se celebra hermosas conmemoraciones en honor a la Virgen María. Ella se presenta como una doncella.

En realidad, se recuerda el momento en que Dios la crea sin pecado original. El 8 de diciembre es un “Día Clásico” muy especial.

La Imagen de más de 400 años que es llevada en hombros desde el Templo de San Francisco de la ciudad de Guatemala, nos acerca a pensar en la celebración de los arcángeles que la acompañan.

la inmaculada saliendo del templo de san francisco en guatemala

Cuando se lee el Apocalipsis de San Juan, se entra en una perspectiva de muchas incógnitas. Parece ser que es indescifrable.

Pero la Iglesia siempre lo ha sabido guiar en la lectura de estos textos.

El capítulo 12 reflexiona un acontecimiento, que queda grabado en las palabras de las Sagradas Escrituras.

Por eso hemos querido recordar especialmente de la celebración de la Inmaculada Concepción, la Virgen de los Reyes que es tan importante en la historia de Guatemala y Centro América.

La puerta enorme del Templo Franciscano, se ve abarrotada de gente y en pequeños carretones, se observa salir a los ángeles.

San Miguel, San Rafael y San Gabriel arcángeles, que con sus miradas dulces trabajadas por el escultor conducen a que el pueblo vuelva la mirada a la Virgen.

“Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza Apocalipsis 12, 1.

Así es representada la Virgen María en su Inmaculada Concepción,

El texto bien puede referirse a la Iglesia: las doce estrellas representan a los doce apóstoles, el sol a Cristo, la luna es el reflejo de la luz.

La mujer como iglesia debe ceñirse a los apóstoles, debe vivir para Cristo (sol) y reflejarlo (luna).

Pero el texto también nos sitúa ante la creación.
.
Dios que desde siempre ha querido crear al hombre y por ese amor infinito enviar a Jesús.
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Por ello ha de crear una mujer que este vestida de Dios, lo refleje y que por los méritos del Señor viva con la totalidad de las virtudes (12 estrellas).

Entonces hemos de leer el Apocalipsis 12 interpretándola para esta ocasión con este segundo párrafo.

apocalipsis arte mariano B Facundus

Ya que los entendidos en la materia han asumido que la mujer es la Iglesia, pero también es la Virgen.

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.

Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.

La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días.

Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.

Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él.

Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.” Apocalipsis 12, 1-10

el dragon persigue a maria

 

EL REZADO DE LA INMACULADA Y LA GUERRA CONTRA EL ENEMIGO

Después de leer esos diez versículos, podría pensarse que Dios había contado, digámoslo así, lo que iba hacer.

Lucifer al ver que una mujer iba a dar a luz a la Segunda Persona de la Trinidad en la naturaleza humana, no le gustó.

Por eso aparece un dragón, soberbio y grandioso.

Entonces el diablo, en su no querer amar a Dios “convence” a la tercera parte de los ángeles para no servir.

Para hacerse rey. Él quiere destruir el plan de Dios.

Porque Dios tiene una gran ilusión con cada ser humano, pues han sido “creados” desde la mente desde siempre.

Todos han estado callados, la propia creación de ángeles que Él ha hecho han sido desterrados.

Porque al querer salir de la luz, han entrado en las tinieblas. Esto es ausencia de luz, como el odio es ausencia de amor.

Por ello un grito ha salido en medio del coro celestial: “¿Quién como Dios?”

San Miguel Arcángel, ha decidido levantarse contra el que se revela.

El dragón y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron. Fueron expulsados del cielo.

Quién podrá levantarse contra Dios, si los ángeles ganaron. Han sido ellos que por amor al que los ha creado lo han defendido.

Cuando San Miguel en las esculturas es representado se puede observar su armadura, la espada, el dragón y un estandarte.

La típica frase se extiende sobre la tela del estandarte. En el carretón que lleva a este arcángel anticipa al resto de arcángeles.

¿Por qué la Inmaculada ha sido fuertemente vinculada con los ángeles?

Se ha visto como San Miguel ha peleado contra el enemigo, porque este en su ausencia de querer amar, por su soberbia, es expulsado.

Este desea reinar, se cree que puede todo. Todo ha empezado por una idea divina.

Inmaculada_Concepción_(Murillo,_El_Escorial)

No ha querido rebajarse, ¿como él siendo un ángel, que tiene más categoría ha de hacerse menos por culpa de Dios?. La idea del Todopoderoso es ilógica para él.

Dios tiene un plan maravilloso. Haciendo al hombre a imagen y semejanza suya.
.
Al nacer Jesús del vientre de una mujer, el hombre ha de tener una dignidad mayor.
.
Porque Dios se ha hecho hombre.

La Virgen también puede retomar la frase: “¿Quién como Dios?”

Pues si Ella lleva en su vientre al Hijo, puede pensarse en que Ella es tanto como lo que lleva.

Pero así como la frase, puede repetir con sencillez yo soy la esclava, Él ha mirado la bajeza de la esclava. Reconoce su nada y la grandeza de Dios.

San Rafael significa medicina de Dios ¿Pero él es medicina para quién?

Para el Todopoderoso, no. Si fuera así entonces no sería divinidad.

San Rafael es compañía y medicina para el ser humano, tal y como lo narran los textos bíblicos que lo relacionan con el pez.

Así como él es esto, la Inmaculada es medicina, pues por gracia divina hace el efecto contrario a Eva.

Ella por desobediencia ha roto la unión con Dios, la Inmaculada por su obediencia ha sido la medicina para el hombre.

Se convierte en la compañía. Ella por divina disposición restituye lo que por Eva se ha perdido.

Su maternidad divina la convierte en el puente de Dios y el hombre.

Ella trae a Dios y después de la cruz; Jesús la da como Madre de todos.

Precisamente otro arcángel llamado San Gabriel es quién porta la noticia de que María sea la mamá de Cristo.

La Inmaculada Concepción de María trae consigo estas reflexiones.

Por ello ha sido vinculada, pero también porque representa el momento en que Dios en el cielo la hace, para después colocarla en el vientre de Santa Ana.

Si en el momento de la Encarnación todos los ángeles esperaban el sí de María, antes todos se extasiaban en la creación magnífica de Dios.

El artista ha reflejado en la Virgen, concebida sin pecado una mujer bella, inocente, sencilla, como si al hacerla quisiera reflejar todos los dones que Dios le ponía para la que iba a ser madre del Hijo.

Los ángeles al igual que este momento abstracto para nosotros, son representados de la misma manera, representando la misión o el encargo de Dios.

Los arcángeles son jóvenes, los querubines niños. Así con los primeros representan la agilidad de la juventud y la inocencia de los segundos.

Con alas, para decir que vuelan; pero más allá para recordar que son enviados.

El artista trabaja en su obra de arte para que quién contemple reaccione y entienda el mensaje.

san rafael arcangel

 

SAN RAFAEL, EL COMPAÑERO

El libro de Tobías, relata la historia de este personaje y la intervención del arcángel.

Vale la pena notar como catorce capítulos desencadenan en que el compañero de viaje no sea un pariente o un sabio, sino un ángel.

Otro detalle que parece unir en la profesión de San Rafael es la forma en que aprisiona al demonio que tenía Sara.

“Recordó Tobías las palabras de Rafael y, tomando el hígado y el corazón del pez de la bolsa donde los tenía, los puso sobre las brasas de los perfumes.

El olor del pez expulsó al demonio que escapó por los aires hacia la región de Egipto.
.
Fuese Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y en un instante le encadenó.”  
(Tobías 8, 2-3)

En cada momento de la historia de Tobías, Rafael da esperanza al muchacho, no por ello los artistas representan la vestimenta del arcángel en color verde.

Símbolo también de la ecología que él ha sabido usar en el remedio del pez, en escogerlo.

El cayado también forma parte de lo que usa, pues recuerda como su camino lo conduce y libra de los peligros.

Es por ello que se ha ido popularizando su patronazgo para viajes largos, para pilotos, entre otros.

anunciacion del angel gabriel a maria

 

SAN GABRIEL

Numerosas veces vemos la intervención de Dios en la historia de la Salvación. Pero pocas veces son tan extraordinarias las formas en que llegan a cautivar.

San Juan Bautista ha nacido por la intervención de Dios. Ha sido san Gabriel quién le anuncio a Zacarías el advenimiento de su hijo.

¡Jaire, Kejaritomene!

Así hemos de oírle al arcángel decirle a María. Mientras dice esto se hinca.
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Ha hecho un saludo de alteza.
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Pues sus palabras han sido: “Salve, llena de gracia” (la que siempre, ha tenido, tiene y tendrá gracia).

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La primera palabra es usual para el saludo de los emperadores como: “Salve César”.

La segunda no tiene una traducción al español, por eso se usa llena de… pero es como lo que se ha puesto entre los paréntesis.

¿De dónde proviene tanta gracia? Precisamente de aquel momento en que Dios la prepara haciendo a María Inmaculada.

Pero San Gabriel, no solo ha de dar esta noticia, de que María ha de ser madre.

El Señor ha de infundirle a San José la confianza a través de las palabras.

La creencia de que este arcángel ha de manifestarle que él cuidará al Hijo del Hombre.

siete arcangeles fondo

 

ARCÁNGELES

 

LOS ÁNGELES, MENSAJEROS DE BUENA NUEVA

Son estos los que darán la noticia a los pastores del nacimiento de Jesús.
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También han de ser los que aparezcan a la hora de la Resurrección de Jesús.

Ellos han de recordarle al mundo el amor de Dios que ha enviado a su Hijo para la salvación del hombre.
.
Humillándose de tal forma que nace en un pesebre, vive pobre y muere en una cruz.

Así como en Guatemala han de sacar a la que llevará en su vientre al Amor.

Símbolo perfecto de nuestra pronta salvación.

Tanto ama Jesús que ha de morir por amor a los hombres y resucitará.

¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Dirán los ángeles a las mujeres.

Porque este mismo que se hizo hombre y los salvó de todo pecado, vendrá nuevamente. “Hombres de Galilea ¿qué hacéis viendo al cielo?”

De nuevo vendrá para juzgar a vivos y muertos, con todos sus ángeles, y su reino no tendrá fin.

Fuentes:

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Cómo el Padre Pío Usaba las Habilidades de su Ángel [tú puedes hacer lo mismo]

El Padre Pío se comunicaba intensamente con su Ángel.

Llamaba a su Ángel Angelino.

Y se valía de él para múltiples actividades.

Las anécdotas que traemos aquí nos indican como podemos aprovechar las posibilidades de nuestro Ángel de la Guarda.  

padre pio y arcangel san miguel

El ángel del Padre Pío sentía gran compasión por los terribles sufrimientos del Santo.
.
Y sentía una gran alegría a causa de su crecimiento espiritual y la gloria ofrecida a Dios.

Leer también: Magníficos Consejos del Padre Pío sobre el Ángel de la Guarda

Veamos algunas historias del Padre Pío de cómo su ángel le ayudaba.

angel en vias de ferrocarril

 

Ángel  Traductor

El ángel le traducía cartas o hacía de intérprete cuando venían personas que no sabían italiano.
.
El padre Pío no había estudiado lenguas extranjeras, pero las entendía.
.
No había estudiado francés, pero lo escribía.
.
A la pregunta de su director, el padre Agustín, sobre quién le había enseñado francés, el padre respondió:
.
Si la misión del ángel custodio es grande, la del mío es más grande aún, porque debe hacer de maestro explicándome otras lenguas
.

A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía.

Y entre ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien.

Sobre esto hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en griego.

El testimonio firmado dice así:

“Pietrelcina, 25 de agosto de 1919. Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío, después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido.

Al preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego, respondió: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo”.

El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien.

La ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte, fueron escritas en francés.

Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío.

La señorita americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de italiano.

La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no aceptó.

Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le había entendido, y respondió que sí.

Y tú ¿lo has entendido?

Sí.

Pero ¿te ha hablado en inglés?

Sí.

El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que querían confesarse con el padre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.

Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría.

Yo le pregunté algunos días después cómo había hecho para confesar a los cinco austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo todo.

En 1940 vino un sacerdote suizo y habló en latín con el padre Pío. Antes de irse, el sacerdote le encomendó a una enferma.

El padre Pío le respondió en alemán: Ich werde Sie an die gottliche Barmherzigkeit empfehlen (la encomendaré a la divina misericordia). El sacerdote quedó admirado del hecho.

Refiere el padre Luigi Lo Viscovo que un día vino un sacerdote francés, residente en Lourdes, que quería confesarse con el padre Pío.

Le dije que el padre no oía confesiones en francés, porque no sabía esa lengua. Este sacerdote respondió que debía ser como en Lourdes que hay confesiones en distintas lenguas.

Me acerqué al padre Pío y le dije que ese sacerdote estaba hablando que él no conocía el francés ni otras lenguas.

El padre Pío respondió:

Dile que sé francés, inglés, griego, latín, hebreo, arameo, alemán y otras lenguas, pero no quiero confesarlo.

El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía.

Una vez le pregunté: “Padre, ¿cómo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y respondió: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo”.

angeles distraidos

 

Ángel  Enfermero

Cuando estaba enfermo y no había nadie que le pudiera ayudar en un momento determinado, era su ángel quien le hacía pequeños servicios.

El padre Paolino cuenta al respecto: Viviendo con el padre Pío, llegué a tenerle cierta confianza.

Cuando estaba enfermo, sudaba mucho y tenía necesidad de ayuda para cambiarse. Muchas veces yo estaba tan cansado que, apenas iba a la cama, me quedaba dormido.

Un día le dije:

Si quieres que te ayude de noche, mándame tu ángel para que despierte.

Está bien.

Ese día a medianoche fui despertado bruscamente. Pensé de inmediato en el padre Pío, pero me quedé dormido de nuevo.

A la mañana siguiente, le dije que había sentido que me despertaban y de nuevo me había dormido.

Le dije:

«¿Para qué ha venido su ángel a despertarme, si me ha dejado dormir otra vez? Si viene, que me despierte de modo que me levante».

En la tarde de ese mismo día, le recordé lo mismo. En la noche me desperté y de nuevo me dormí.

La tercera noche desperté de nuevo y me levanté corriendo para ir a la celda del padre Pío. Le pregunté qué necesitaba y me respondió:

«Estoy lleno de sudor y no puedo cambiarme solo».

Las otras noches ¿quién lo cambiaba? Con seguridad su ángel.

En 1965 yo (P. Alessio Parente) pasaba parte de la noche acompañando al padre Pío y por la mañana debía acompañarlo hasta el altar.

Después guardaba sus guantes y me iba a mi celda a descansar un poco.

Muchas veces, cuando no me despertaba a tiempo, sentía a alguien tocar fuerte en mi puerta.

A veces, sentía en mi sueño una voz que me decía: “Alessio, levántate”.

Un día no me desperté ni para la misa ni para acompañarlo después de las confesiones.

Despertado por otros hermanos, fui a la celda del padre Pío y le dije: “Discúlpeme, padre, pero no me he despertado”.

Y me respondió: “¿Tú crees que voy a mandarte siempre a mi ángel custodio a despertarte?”.

estatua del angel de la paz fatima

 

Ángel  Proveedor

En una oportunidad el padre Pío, vestido de militar, no tenía para pagar el billete del autobús para ir a su pueblo y el ángel lo pagó por él.
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Era el año 1917, en plena guerra mundial.
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El padre Pío había ido a Nápoles para el control de su salud en el hospital militar.

El 6 de noviembre le dieron licencia por ocho días. Fue a la estación y sacó gratis el billete en tren de Nápoles a Benevento. Tenía una lira de dieta para el viaje.

Él dice:

A la salida del hospital, atravesé una plaza donde había mercado.

Me detuve un poco para observar lo que vendían y se me acercó un hombre que vendía sombrillas de papel por una lira, pero no podía quedarme sin nada, pues debía pagar el viaje (de Benevento a Pietrelcina).

Seguí caminando y vino otro vendedor de sombrillas por 50 céntimos.

Viendo a aquel hombre que tanto me insistía para llevar el pan a sus hijos, le tomé una y le di 50 céntimos. Él, feliz, se fue.

Yo estaba cansado y afiebrado. El tren llegó a Benevento con mucho retraso.

Apenas bajé del tren fui a la estación para tomar el autobús para Pietrelcina, pero ya había salido.

Tuve que hacer noche en Benevento y pensé en quedarme en la estación para no importunar a los amigos que conocía.

Busqué un lugar en la sala de espera, pero estaba llena de gente. La fiebre aumentaba cada vez más y no tenía fuerzas ni para tenerme en pie.

Cuando me cansaba de estar quieto, caminaba un poco dentro y fuera de la estación.

El frío y la humedad penetraban en mis huesos y así pasaron muchas horas.

Me vino la tentación de entrar en el bar de la estación, porque allí el local estaba caliente, pero estaba lleno de oficiales y soldados, esperando trenes y cada uno gastaba su consumo.

Yo solo tenía 50 céntimos y pensaba: “Si entro, ¿cómo hago?”.

El frío se hacía sentir cada vez más y la fiebre me consumía. Eran las dos de la mañana y no había ni un sitio vacío en la sala de espera ni para echarme a descansar en el suelo.

Me encomendé a Dios y a nuestra Madre celeste.

No pudiendo aguantar más, entré en el bar. Las mesas estaban ocupadas y esperaba con ansia que alguno se levantara para dejarme un sitio vacío.

Hacia las tres y media llegó el tren Foggia-Nápoles, y varias mesas quedaron vacías, pero por mi timidez no me dio tiempo para ocupar ni siquiera una silla.

Yo pensaba: “No tengo dinero ni para consumir más de un café y, si me siento, ¿qué ganaría este pobre propietario que se pasa toda la noche trabajando?”.

A las cuatro llegaron algunos trenes y quedaron dos mesas vacías. Me acomodé en un rincón, esperando que no lo notaran los camareros.

Después de unos minutos, llegaron un oficial y dos suboficiales y se sentaron en la mesa vecina.

De inmediato se acercó el camarero y también a mí me preguntó qué quería. Tuve que pedir un café.

Los tres tomaron algo y de inmediato se fueron, pero yo me decía: “Si lo bebo pronto, tendré que salir y quiero que el café me dure hasta que llegue el autobús”.

Cuando el camarero me miraba, trataba de mover la cucharilla como para mover el azúcar en el café.

Por fin llegó la hora, me levanté y fui a pagar. El camarero me dijo gentilmente: “Gracias, militar, pero todo está pagado”.

Pensé: “Como el camarero es anciano, quizás me conoce y me quiere hacer una cortesía”. También pensé: “¿Habrá pagado el oficial?”. De todos modos lo agradecí y salí.

Llegué al lugar del autobús y no encontré a ninguna persona conocida que me prestara para pagar el billete de Benevento a Pietrelcina, sólo tenía 50 céntimos y el billete costaba 1.80.

estatua de angel

Confiando en la providencia de Dios, subí al autobús y tomé lugar en uno de los últimos lugares para poder hablar con el cobrador y asegurarle que pagaría el porte a la llegada.

A mi costado tomó lugar un hombre grande, de bello aspecto. Tenía consigo una maletita nueva y la apoyó sobre sus rodillas.

Partió el autobús y el cobrador se iba acercando a mi puesto. El señor que estaba a mi lado sacó de su maletín un termo y un vaso, echando en el vaso café con leche bien caliente. Me lo ofreció, pero, agradeciéndoselo, traté de no aceptar.

Dada su insistencia, acepté mientras él se servía en el vaso del mismo termo.

En ese momento llegó el cobrador y nos preguntó adónde íbamos. Todavía no había abierto yo la boca, cuando el cobrador me dijo: “Militar, su billete a Pietrelcina ya ha sido pagado”.

Yo pensé: “¿quién lo habrá pagado?”. Y le agradecí a Dios por aquel que había hecho esa buena obra. Por fin llegamos a Pietrelcina.

Varios pasajeros bajaron y también bajó antes que yo el señor que estaba a mi lado. Cuando me doy la vuelta para saludarlo y agradecerle, no lo vi más.

Había desaparecido como por encanto. Caminando, me volví varias veces en todas las direcciones, pero no lo vi más.

El padre Pío contaba muchas veces este suceso a sus hermanos, reconociendo que aquel joven había sido su ángel de la guarda.

Otro caso que también podemos anotar es el haber dado pan para comer a toda la Comunidad.

Era el año 1941, durante la segunda guerra mundial. El pan estaba racionado y cada día iban a pedir comida unos 15 pobres del lugar.

El Superior, padre Rafael, refiere que a la hora de la comida del mediodía no había pan para los 10 religiosos ni para los pobres.

Dice:

Fuimos al comedor y comenzamos a comer la menestra, mientras el padre Pío estaba orando en el coro.

De pronto, aparece el padre Pío con bastante pan fresco. Lo miramos sorprendidos y yo le digo: “Padre Pío, ¿de dónde ha sacado este pan?”.

Me responde: “Me lo ha dado una peregrina de Bologna en la puerta”.

Le respondo: “Gracias a Dios”. Ninguno de los religiosos dijo una palabra: Habían comprendido.

Habían entendido que era un milagro patente que Dios hizo por sus oraciones y, aunque no lo dijo, podemos suponer que lo hizo por medio de su ángel.

estatua del angel caido

 

Ángel  Chofer

No faltaron casos en los que su ángel tuvo que ayudar a quienes se dormían al volante o velar para que no les pasara ningún accidente.

El señor Piergiorgio Biavate tuvo que viajar en su coche de Florencia a San Giovanni Rotondo.

A medio camino se sintió cansado y se quedó un rato en una estación de gasolina para tomar un café. Después continuó el viaje.

Dice el protagonista:

Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante, después no me acuerdo de nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas manejando al volante.

Cuando ya estaba frente a la iglesia de san Giovanni Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: “Ahora toma tú mi puesto”.

El padre Pío, después de la misa, me confirmó: “Has dormido durante todo el viaje y el cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.

Atilio de Sanctis, abogado ejemplar, contó un hecho que le ocurrió a él mismo:

El 23 de diciembre de 1948 debía ir de Fano a Bolonia con mi mujer y dos de mis hijos (Guido y Juan Luis) para traer al tercer hijo, Luciano, que estaba estudiando en el colegio Pascoli de Bolonia.

Salimos a las seis de la mañana, pero, como no había dormido bien, estaba en malas condiciones físicas. Guié hasta Forlí y cedí el volante a mi hijo Guido. Una vez que recogimos a Luciano del colegio, nos detuvimos algo en Bolonia y decidimos volver a Fano.

A las dos de la tarde, después de haber cedido el volante a Guido, quise guiar otra vez.

Una vez pasada la zona de san Lorenzo, noté mayor cansancio. Varias veces cerré los ojos y cabeceé. Quise dejar el volante a Guido, pero se había dormido.

Después, ya no me acuerdo de nada. A un cierto momento recobré el conocimiento bruscamente por el ruido de otro coche.

Miré y faltaban sólo dos kilómetros para llegar a Imola. ¿Qué había sucedido?

Los míos estaban charlando tranquilamente. Les expliqué lo sucedido. No me creían. ¿Podían creer que el auto había ido solo?

Después admitieron que yo había estado inmóvil un largo rato y no había respondido a sus preguntas ni intervenido en la conversación.

Hecho el cálculo, mi sueño al volante había durado el tiempo empleado en recorrer unos 27 kilómetros.

Dos meses después, el 20 de febrero de 1950, volví a san Giovanni Rotondo y le pedí una explicación al padre Pío, que me respondió: “Tú dormías y tu ángel guiaba el coche. Sí, tu dormías y tu ángel guiaba el coche”.

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Ángel  Defensor

Muchas veces el ángel lo defendía del poder del maligno.
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En una carta al padre Agustín del 13 de diciembre de 1912 le dice:
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No hubiera sospechado ni lo más mínimo el engaño de barbazul (el diablo), si mi angelito no me hubiera descubierto el engaño.
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El compañero de mi infancia trata de aliviarme los dolores que me dan estos apóstatas impuros.

Y él mismo asegura:

Después de las apariciones diabólicas casi siempre se aparecen Jesús, María o el ángel custodio.

El ángel le decía:

Defiéndete (del maligno), aleja de ti y desprecia sus malignas insinuaciones y no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy junto a ti.

Oh, Señor, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito? Pero no me preocupo de esto. ¿Acaso no es el Señor el dueño para dar sus gracias a quien quiere y como quiere?

Yo soy el juguete del niño Jesús, como él mismo me repite, lo malo es que Jesús ha escogido un juguete de poco valor. Sólo me desagrada que este juguete escogido por Él ensucie sus manos divinas.

Un día le llegó una carta toda ennegrecida por el diablo, que no se podía leer.

Y le escribe al padre Agustín el 13 de diciembre de 1912:

Con ayuda del angelito he triunfado esta vez sobre el pérfido cosaco.

El angelito me sugirió que a la llegada de la carta, le echara agua bendita antes de abrirla. Así hice con la última, pero ¿quién puede describir la rabia de Barbazul?

En otra carta al padre Agustín del 5 de noviembre de 1912, le escribía:

El sábado me parecía que los demonios querían acabar conmigo. No sabía a qué santo dirigirme.

Me vuelvo a mi ángel y, después de hacerse esperar un poco, al fin viene aleteando en torno a mí y con su angélica voz cantaba himnos a la divina Majestad.

Le grité ásperamente de haberse hecho esperar tanto mientras yo estaba pidiéndole su ayuda.

Para castigarlo, no quería mirarlo a la cara, quería alejarme y huir de él, pero el pobrecito vino a mi encuentro casi llorando, me agarró para que lo mirara y lo vi todo apenado.

Me dijo: Estoy siempre a tu lado. Estaré siempre junto a ti con amor. Mi afecto por ti no desaparecerá ni con tu muerte.

Sé que tu corazón generoso late siempre por nuestro común Amado”. ¡Pobre angelito! Él es demasiado bueno. ¿Conseguirá hacerme conocer el grave deber de la gratitud?

estatua de angel pensativo

 

Ángel  Predicador

Con frecuencia, cuando el ángel se le aparecía, le daba consejos espirituales o pequeñas prédicas para afianzarlo en la fe.
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Y en la seguridad de que, por más sufrimientos que debiera padecer, nunca el Señor lo iba a abandonar.
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El ángel estaba siempre a su lado, aunque a veces no intervenía por voluntad de Dios, para darle oportunidad de triunfar con la gracia de Dios.

Veamos algunos de sus consejos espirituales. En carta del 18 de enero de 1913 le escribe al padre Agustín:

Jesús, a la prueba de temores espirituales, une la larga prueba del malestar físico, sirviéndose de los brutos cosacos…

Me quejé a mi ángel y él, después de haberme dado una pequeña prédica, me dijo: “Agradece a Jesús que te ha escogido para seguirlo de cerca en la senda del Calvario.

Yo veo con alegría esta conducta de Jesús hacia ti. ¿Crees que estaría tan contento, si no te viese tan golpeado? Yo, que deseo tu progreso, gozo de verte en este estado.

Jesús permite los asaltos del demonio, porque quiere que te asemejes a Él en las angustias del desierto y de la cruz.

Tú, defiéndete, aleja de ti las malignas insinuaciones y, donde tus fuerzas no alcancen, no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy a tu lado”. Oh, padre mío, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito?.

pila de agua bendita con angel

 

Mándame  tu  Ángel

El padre Pío recomendaba a sus hijos espirituales que, en caso de dificultad, le enviaran a su ángel para pedir por sus necesidades y él les ayudaría.

El padre Alessio Parente declaró:

Cuando confesaba, les decía a los penitentes que, si no podían venir a verlo, le mandaran su ángel.

Un día estaba en la terraza con él. Le pedí consejo para una persona y me respondió: “Déjame en paz, ¿no ves que estoy ocupado?”.

Yo me callé, pero lo veía rezar el rosario y no me parecía demasiada ocupación. Pero él añadió: “¿No has visto todos estos ángeles custodios de mis hijos espirituales, que van y vienen?”.

Yo le respondí: “No los he visto, pero lo creo porque usted cada día les repite a sus hijos que se los manden”.

El mismo padre Alessio nos refiere otro caso:

Una tarde, después de haberlo ayudado a acostarse, me senté en el sillón, esperando que llegara el padre Pellegrino a cuidarlo.

Mientras estaba esperando, sentía que el padre Pío rezaba el rosario y, a veces, interrumpía el rezo y decía frases como:

“Dile que rezaré por él. Dile que intensificaré mis plegarias para obtener su salvación. Dile que llamaré al Corazón de Jesús para conseguir esa gracia. Dile que la Virgen no le negará esa gracia”.

El padre Pierino Galeone, refiere que en 1947 estuvo 20 días en san Giovanni Rotondo.

Las personas, viéndome siempre cerca del padre Pío, me pedían encomendarle sus penas: la suerte de familiares desaparecidos en Rusia, la curación de un hijo, la solución de sus problemas, encontrar trabajo, etc.

El padre siempre me respondía con dulzura y amor. Un día me dijo:

Cuando tengas necesidad de algo, mándame tu ángel y yo te responderé.

Una mañana una mamá se me acercó llorando, antes de la misa, para recomendarme a su hijo.

El padre ya había subido al altar y yo no me atreví a hablarle, así que, conmovido, como me había aconsejado, le mandé a mi ángel para encomendarle el hijo de aquella madre.

Terminada la misa, me acerco al padre Pío y le encomiendo al joven. Y él me responde: “Hijo mío, ya me lo has dicho”.

Entendí entonces que mi ángel custodio le había advertido oportunamente y el padre Pío había orado por él.

angeles y esferas

La señora Pía Garella manifestó que en 1945, poco después de terminada la guerra, el 20 de setiembre, se hallaba en el campo a unos kilómetros de Turín.

Y deseó enviarle al padre Pío un telegrama de felicitación por el aniversario de sus llagas, pero no encontró a nadie que se lo pudiese enviar por estar en el campo.

De pronto, se acordó de la recomendación del padre Pío: Cuando tengas necesidad, mándame a tu ángel…

Entonces, se recogió unos momentos y le pidió a su ángel que le diera personalmente la felicitación.

A los pocos días, recibía una carta de una amiga de san Giovanni Rotondo, Rosinella Placentino, en la que le informaba que el padre Pío le había dicho: Escribe a la señora Garella y dile que le doy las gracias por la felicitación espiritual que me ha mandado.

El abogado Adolfo Affatato manifestó que, mientras estudiaba en Nápoles, iba frecuentemente a San Giovanni Rotondo a ver al padre Pío como padre espiritual.

Un día me dijo:

Si alguna vez no puedes venir, no te preocupes, basta que vayas a una iglesia donde está el Santísimo sacramento y me envíes a tu ángel custodio.

Un día, mientras iba a dar el examen de Derecho privado, entré a una iglesia que estaba en mi camino.

Salí muy bien del examen y, cuando fui a visitar al padre Pío para darle las gracias, me dijo: “Te había dicho que en los momentos de dificultad me enviases a tu ángel, pero bastaba una sola vez”.

Ana Benvenuto refiere en el Proceso que, estando en Foggia, una mañana hubo un bombardeo terrible. El esposo de su hermana era médico y trabajaba en el hospital. Dice:

Yo le rogué a mi ángel que fuera a decirle al padre Pío que ayudara a mi cuñado para que no le pasara nada malo”.

Por la tarde, llegó mi cuñado y nos dijo que se había salvado de milagro. Había sentido una fuerza misteriosa que lo obligaba a salir de un refugio a otro y eso ocurrió hasta cuatro veces.

Al día siguiente, nos fuimos a san Giovanni Rotondo para agradecerle la ayuda al padre Pío. Después de confesarme con él, le pregunté: “Padre, cuando estoy lejos y tengo necesidad urgente, ¿cómo puedo hacer?”

Me respondió:

¿Qué hiciste ayer por la mañana?

Padre, ¿entonces vino mi ángel a visitarlo?

¿Qué crees que el ángel es tan desobediente como tú?

Desde entonces, siempre he creído en el ángel custodio.

Otro día me dijo: Son tantos los que me mandan a su ángel a pedir ayuda que, si debiera escuchar los agradecimientos de todos, estaría fresco.

Una hija espiritual del padre Pío fue un día al convento para hablar con él, pero el padre Pío le mandó a decir que no podía ni quería recibirla. Ella dice:

Me sentí dolida por ese trato inhumano y, mientras regresaba a casa, le dije a mi ángel: “Mañana no asistiré a misa ni comulgaré. Vete y díselo al padre”.

En la tarde, antes de anochecer, me envió una persona a decirme: “Dile que mañana no comulgue”.

Al día siguiente, me acerqué al convento con Lucietta Fiorentino, y el padre, desde una ventana, me dijo: “Bravo, el ángel custodio es tu empleado, lo has enviado para decirme todas tus rabietas.

Señorita Lucietta, ¿sabes qué ha hecho esta señorita? Se propuso no venir a misa ni comulgar y le ha mandado a su ángel para decírmelo”. Yo exclamé:

Padre, ¿ha venido a decírselo?

Claro, no es desobediente como tú, seguro que ha venido.

estatua de angel de la guarda

 

Ángel  Viajero

El ángel del padre Pío debía ir muchas veces en su nombre a visitar enfermos o convertir pecadores.
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Lo tenía siempre ocupado en hacer obras de bien, no sólo a los de cerca, sino también a personas lejanas.

El padre Gabriel Bove declara:

Para mí era sorprendente lo que decía la gente de que el padre Pío tenía mucha familiaridad con su ángel custodio y le pedía que fuera durante la noche a confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores.

Esto me lo confirmó el mismo padre.

Un día de verano de 1956, después de bendecir a los fieles, salía el padre Pío de la iglesia muy fatigado. Aquel día parecía que estaba más cansado que de ordinario.

Caminaba apoyado del brazo del padre Giambattista y se parecía a san Francisco estigmatizado bajando del monte. Yo lo tomé del otro brazo, preguntándole: “Padre, ¿está muy cansado?”

Sí, hijo mío, estoy aplastado por tanto calor.

Esta noche descansará. Además pediremos a su ángel custodio que venga a aliviarlo.

Detuvo el paso y con fuerte voz me gritó: “Pero ¿qué dices? Debe ir de viaje”. Era eso precisamente lo que yo quería saber. Disimulando mi sorpresa, le respondí:

¿Qué? ¿Su ángel debe viajar?

Cierto.

Entonces, le dije: Padre, si su ángel debe viajar para confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores, permita que nuestros dos ángeles, al menos tomen su puesto.

No, que cada uno de sus ángeles esté con su protegido. Y, sonriendo, añadió: ¿Y si estos ángeles se ponen celosos?.

arcangel miguel

 

Otros  Servicios

El ángel del padre Pío le ayudaba en todas sus necesidades. Por la mañana lo despertaba.

Así le dice al padre Agustín en una carta del 14 de octubre de 1912:

Por la noche me duermo con una sonrisa de felicidad…, esperando que el pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme para cantar las alabanzas matutinas al Amado de nuestros corazones.

Y no sólo rezaba y cantaba con él las alabanzas del Señor en el coro, también le comunicaba los pecados o cosas ocultas de sus visitantes, aunque en ocasiones lo hacían los mismos ángeles de sus penitentes.

María Pompilio declaró:

Una mañana el padre Pío, viéndome en la sacristía, me llamó y me dijo una acción mala que había cometido, ofendiendo al Señor.

Yo no supe qué responderle y no podía negarlo. Le pregunté cómo lo sabía, pero un día, tanto le importuné que, al final, me dijo con voz baja: “Ha sido tu ángel custodio”.

Cuando estuvo de sacerdote joven en su pueblo de Pietrelcina, su ángel le guardaba la casa. Por eso, la gente del pueblo decía que tenía poco cuidado en cerrar la puerta de su casa. Les decía: Tengo un ángel que me la cuida.

A sus hijos espirituales los despedía diciendo: El ángel del Señor te acompañe, te guíe y te proteja durante el viaje. Les recomendaba que se cuidaran de no cometer pecados en su presencia.

Ana Benvenuto certifica que un día fue a dar un paseo con una vecina, quien sintió varias veces el perfume del padre Pío.

Ella se sintió mal por no haberlo sentido y, al día siguiente, fue al convento a confesarse. El padre Pío, de inmediato, le preguntó:

Ana, ¿llevas medias? Le dije: “Sí, padre”. “Pero ayer por la tarde, ¿por qué ibas sin medias?”.

Traté de excusarme por el mucho calor, pero el padre me respondió: “Aunque hubieras estado sola, debías haber ido con medias.

Acuérdate que somos espectáculo para el ángel custodio y no debemos entristecerlo”.

Un día el papá del padre Pío se cayó por las escaleras de la casa de María Pyle y no se hizo nada, porque su ángel lo cuidó.

El suceso ocurrió en los primeros meses de 1946. Cuando su papá se lo refirió, el padre Pío le dijo:

Agradece a tu ángel custodio que te ha puesto un almohadón en cada grada para que no te hagas daño.

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Ángel  Acólito

Los ángeles nos acompañan cuando estamos en la iglesia y ayudan al sacerdote para evitar profanaciones de la Eucaristía por descuido.

El padre Alessio Parente relata:

Una mañana, al dar la comunión, se terminaron las hostias de mi copón. Cuando lo estaba purificando, del lado derecho de mi espalda, vi una hostia que, como una flecha, fue a meterse en el copón.

Después de las confesiones, fui a la celda del padre Pío y le conté el hecho. Y el padre, en tono severo, me dijo: “Agradece a tu ángel custodio que no te ha hecho caer a tierra a Jesús. Aprende que la comunión se distribuye con amor y reverencia”.

Otro día un religioso le presentó esta cuestión al padre Pío:

Padre, nuestros ojos no ven bien los pequeños fragmentos de hostia consagrada que se caen al distribuir la comunión.

El padre respondió: ¿Qué crees que hacen los ángeles en torno al altar?”.

Todos entendieron que los ángeles están listos para intervenir y recoger los pedacitos y llevarlos al copón.

dibujo de angel orando fondo

 

Ángeles  Cantores

Es sabido que los ángeles cantan bien como aquellos ángeles de la noche de Navidad que cantaban: Gloria a Dios en el cielo.
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En la misa están presentes todos los ángeles como en el cielo, pues la misa es el cielo en la tierra.
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Y se unen al sacerdote cantando, especialmente en el momento del Gloria y del Santo.
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Ofreciendo las buenas obras de los asistentes en el momento de las ofrendas y acompañando a los presentes en el momento de ir a comulgar.

Una noche, en el convento de san Giovanni Rotondo, los religiosos sintieron una música extraña en la iglesia sin poder explicarse el porqué, pues en aquel momento nadie estaba en la iglesia.

Fueron a preguntarle al padre Pío y respondió:

¿De qué se maravillan? Son las voces de los ángeles que llevan las almas del purgatorio al paraíso.

¡Cuántas veces cantarán los ángeles, cuando sus protegidos van al cielo desde el purgatorio! Y ¡cuántas veces cantarán mientras están por millones adorando a Jesús sacramentado en todos los sagrarios del mundo!

No olvidemos que los ángeles rezan por sus protegidos y podemos enviarlos a visitar a nuestros familiares cercanos o lejanos, incluso hasta el purgatorio, para que los saluden de nuestra parte y les lleven nuestras bendiciones y obras buenas por ellos.

Los ángeles se entristecen al ver nuestros pecados y se alegran y se ríen con nosotros al ver nuestras buenas obras.

El padre Agustín nos cuenta lo que decía el padre Pío en uno de sus éxtasis del 29 de noviembre de 1911:

Ángel de Dios, ángel mío, ¿no estás tú a mi lado para mi custodia? Dios te ha encomendado que me cuides. Debes estar junto a mí…

¿Y te ríes? ¿Qué te hace reír? Dime, ¿quién estaba ayer por la mañana aquí presente? ¿Y te pones a reír de nuevo? ¿Un ángel que se pone a reír? Dímelo, porque no te dejaré hasta que no me lo hayas dicho.

dibujo de angel guardia fondo

 

El  Perro  Guardián

Es conocida la historia de san Juan Bosco, a quien se le apareció por espacio de 30 años un perro, a quien llamaba Gris, y que le protegía de los peligros, cuando sus enemigos querían matarlo.
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Pues bien, un día el padre Pío envió a su ángel a salvar a un ingeniero que estaba en peligro de muerte y lo hizo su ángel bajo la figura de un perro.

El general Tarsicio Quarti declaró el 30 de junio de 1943 lo que le contó un joven ingeniero:

Había bajado en la estación de San Severo y, al no encontrar medios de comunicación, se dirigía a pie hacia San Marco in Lamis.

Estando en pleno campo se le acercaron unos campesinos con aire amenazante con horcas y palas.

Aquellos días estaba la gente alterada, porque habían caído varios paracaidistas ingleses y lo confundieron con uno de ellos, que había escondido su paracaídas muy cerca del lugar.

Pero él se puso a rezar, viendo que se acercaban hacia él y, de pronto, apareció un perro feroz, amenazando a los campesinos que, espantados, desistieron de seguirlo.

Pudo a la mañana siguiente llegar a san Giovanni Rotondo. Cuando lo vio el padre Pío, le dijo de inmediato: “La hubieras pasado mal si no te hubiese enviado a mi ángel custodio”.

Fuentes:

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Naturaleza y Función de los Ángeles

Un ángel es un ser perfecto creado por Dios para servirle y enviar sus mensajes, la segunda tarea más importante del Ángel es servir de custodio para el alma de cada creyente.

Los ángeles buenos nunca son agentes independientes, nunca se centran en sí mismos. Siempre están al servicio de Dios y siempre nos guían a la Verdad plena que es Jesucristo. Cuidado con historias de ángeles que ignoran o contradicen la fe cristiana. Los ángeles de Dios son «agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra» (Sal 103, 20). CIC 329
Los Ángeles son inmortales y tienen una jerarquía que consta de 9 coros divididos en 3 jerarquías diferentes por su función, cada ángel es diferente ya sea en función o “apariencia”.

  

LOS ÁNGELES EXISTEN

Es doctrina de la fe católica, fundamenta en las Sagradas Escrituras y en la unanimidad de la Tradición Apostólica. “Confirmado en el Concilio Lateranense IV (1215), cuya formulación ha tomado el Concilio Vaticano I en el contexto de la doctrina sobre la creación (Const. De fide Cath… DS 3002). “ Ver CIC 328s.

 En el Credo proclamamos y confesamos a Dios creador de todo lo invisible e invisible.

  

NATURALEZA ANGELICAL

Seres espirituales, no corporales CIC 328

Los ángeles y los seres humanos son de diferente naturaleza. Ni los hombres se convierten en ángeles ni los ángeles en hombres.

Los ángeles no tienen «cuerpo» (si bien en determinadas circunstancias se manifiestan bajo formas visibles a causa de su misión en favor de los hombres), y por tanto no están sometidos a la ley de la corruptibilidad que une todo el mundo material. Jesús mismo, refiriéndose a la condición angélica, dirá que en la vida futura los resucitados «no pueden morir y son semejantes a los ángeles» (Lc 20, 36). (JPII; 6,VIII,86)

 Son inmortales» Cf CIC 330. 

Tienen inteligencia y voluntad.

Superan en perfección a todas las criaturas visibles. 

 “Los ángeles son seres personales y, en cuanto tales, son también ellos, «imagen y semejanza» de Dios.

El Ángel se comunica con el ser humano por medio de pensamientos que introduce en el alma, por esto es imposible distinguir si un pensamiento proviene de nuestro celoso guardián o de nosotros mismos.

El lenguaje angélico es el pensamiento en estado puro sin signos o intermedios llamado especie inteligible, las naturalezas angélicas se comunican por medio de el mero pensamiento, la comunicación es telepática y puede transmitir pensamientos, sentimientos e inclusive imágenes o razonamientos, esto es voluntario y se pueden llevar a cabo diálogos como los nuestros, nosotros nos comunicamos por palabras y ellos por el pensamiento.

Los ángeles pueden hacer levitar algo en el aire o transformar algo instantáneamente, ellos puedes hacer cosas más allá de las posibilidades de lo material, pero no pueden todo ni siquiera en el mundo material solo Dios puede crear algo de la nada; esto también se aplica en lo relativo a nuestra alma, nosotros podemos observar algo y que nos recuerde algún momento en especifico, un ángel puede directamente mandar esa inspiración a nuestra alma, pero solo Dios puede mandar una gracia ya sea de arrepentimiento, de acción de gracias, etc., estas las deposita en lo más interno de nuestro espíritu y si son aceptadas pueden cambiar en cuestión de segundo el sendero que recorre nuestra vida y devolvernos al camino de la salvación.

Es muy común que al ángel se le represente con cuerpo humano y cara de niño o con facciones muy delicadas, con una expresión muy intensa y tierna.

Aunque los seres angélicos están libres de materia para enviar un mensaje directo o urgente, como la anunciación a Maria, pueden tomar “prestada” una forma humana con el permiso de Dios para no asustarnos, hay muchísimos casos de santos que tienen la gracia de ver a sus ángeles guardianes e inclusive a otros ángeles, tampoco podemos excluir a los pastores de Belén o a Zacarías quien vio al mismísimo arcángel Gabriel cuando este bajo del cielo a enviarle el mensaje de que su esposa Isabel estaba embarazada.

 

ÓRDENES Y GRADOS DE ÁNGELES

“La Sagrada Escritura se refiere a los ángeles utilizando también apelativos no sólo personales (como los nombres propios de: Rafael, Gabriel, Miguel), sino también «colectivos» (como las calificaciones de: Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones, Principados), así como realiza una distinción entre Ángeles y Arcángeles.

Aún teniendo en cuenta el lenguaje analógico y representativo del texto sacro, podemos deducir que esto seres-personas, casi agrupados en sociedad, se subdividen en órdenes y grados, correspondientes a la medida de su perfección y a las tareas que se les confía. Los autores antiguos y la misma liturgia hablan también de los coros angélicos (nueve, según Dionisio el Areopagita). La teología, especialmente la patrística medieval, no ha rechazado estas representaciones, tratando en cambio de darle una explicación doctrinal y mística, pero sin atribuirles un valor absoluto.” (JPII, 6, VIII,86)

Los ángeles se distinguen en 9 coros agrupados en 3 jerarquías diferentes, aunque no conste explícitamente es la creencia general. Esta distinción hecha en relación a Dios, «a la conducción general del mundo o a la conducción particular de los Estados de las compañías y de las personas»; no se dividen por importancia pues cada ángel es importante e indispensable en su campo, mas se clasifican por cercanía a la esencia de Dios, cabe recalcar que la jerarquía no influye en la capacidad de amar de cada ser angelical, pues un ángel de la novena jerarquía podría amar mas a los hombres y a Dios que uno de la primera.

Los 3 coros de la primera jerarquía están en continua presencia de Dios, los 3 coros inferiores a estos están relacionados a la conducta del universo en general y los últimos 3 a la compañía de las personas.

Basándose en las Sagradas Escrituras los Biblistas y teólogos han ordenado a las naturalezas angélicas de la siguiente manera:

Jerarquía Superior (Serafines, Querubines y Tronos)

El Coro de Serafines. Es el coro bienaventurado por excelencia. Ellos son puro fuego de amor al servicio de Dios. Ellos están incesantemente adorando, amando y alabando a la Santísima Trinidad. Ese es su oficio y en eso precisamente consiste su beatitud. De día en día, de hora en hora, su amor se inflama sin cesar de nuevo hacia el amor supremo.

El Coro de Querubines. Son como la guardia privada de Dios. El celo personal y personificado por la gloria de Dios y por su defensa. Fue precisamente un Querubín el que expulsó a nuestros primeros padres del Paraíso terrenal. Delante del trono del Papa hay cuatro querubines. También delante de muchos Santuarios particularmente venerados, hay un Querubín. Dice Ana Catalina Enmerich que debemos invocarles en todas las tentaciones contra la fe. También dice ella que son muy apropiados para las almas escrupulosas, en especial aquellos que están asediados contra la santa virtud de la pureza.

El Coro de los Tronos. Es un coro real. Se dice eso porque cada obispado, lo mismo que cada reino o cada comunidad de claustro, tiene un ángel del coro de los tronos. Ellos presentan al Altísimo las oraciones de su Diócesis, de su reino o de su convento, ennoblecidas y santificadas por su propia oración. Una disposición divina ha querido que se les mencione en el prefacio. El Ángel de España, lo mismo que el Ángel de Portugal que se apareció en Fátima, pertenece a este concreto coro real.

Jerarquía intermedia (Dominaciones, Principados y Potestades).

El Coro de las Dominaciones. Los ángeles de este coro son donados a todos aquellos que son llamados a enseñar, sea en una Universidad, sea en una cátedra, sea en un Concilio, sea sobre determinado asunto en la dirección espiritual. Los misioneros suelen ser protegidos por estos ángeles. Son los ángeles en ayudarnos a extender el reino de Dios sobre la tierra. Los superiores de un seminario, así como los seminaristas, tienen uno al lado de ellos; y estos ángeles les inspiran a que recen por la conversión de los que están en el error o en la incredulidad, o por los malos católicos.

El Coro de los Principados. Cada parroquia tiene un ángel que pertenece a este coro. Son –según Catalina Enmerich- grandes, de aspecto majestuoso. Están arrodillados delante del santísimo Sacramento y oran noche y día por todas las familias de la comunidad parroquial. Ellos conocen a todos los parroquianos de su Iglesia e imploran el perdón cada vez que se produce un escándalo. Su rostro es amigable y lleno de afecto, y se ensombrece de gran tristeza cuando alguien recibe los sacramentos de una manera poco digna o de forma sacrílega.

El Coro de las Potestades. “Los Ángeles del Coro de las Potestades son grandes, salvo raras excepciones”, dice Anna Catalina Enmerich. Ellos están dedicados exclusivamente al servicio de los sacerdotes. Parece –siempre según la Venerable religiosa- que tienen un aspecto grave y que el demonio huye de este coro. Las Potestades velan sobre los sacerdotes, especialmente en cuanto al cumplimiento de su función.  Es muy importante el invocarlos cuando se sufre de aridez en la oración y de sequedad espiritual. También cuando uno está tentado de ceder a la cólera o impaciencia.

Jerarquía inferior (Virtudes, Arcángeles y Ángeles).

Este coro, en principio, es el que está más cerca de los hombres. Aunque todos ayudan al hombre si se les invoca.

El Coro de las Virtudes. Estos ángeles personifican la virtud, que es una fuerza en el orden del bien. Dios los envía a aquellos que ponen toda su fuerza de voluntad y toda su perseverancia para llegar a ser mejores. Son ellos los que nos ayudan a ir extirpando defectos. Son los que nos advierten, y los que a veces nos han salvado de caer en el pecado de forma casi milagrosa, o nos han ayudado a perseverar en el bien. Esto es sólo posible sin violar la voluntad humana, cuando el pecador, aunque débil, quiere de todo corazón no ceder a las tentaciones y permanecer en gracia de Dios. Este concreto coro puede serle de inestimable ayuda para avanzar por el sendero de la virtud y perfección.

El Coro de los Arcángeles. Son aquellos que nos ayudan en situaciones difíciles y extraordinarias. Por ejemplo nos dan la fuerza que necesitamos para soportar amarguras, sufrimientos y pruebas, las cuales nos aplastarían. Como mensajeros que son llevan noticias importantes.

El Coro de los Ángeles. Son los ángeles custodios que nos guían y protegen, día y noche. No se separan nunca, aunque no se les invoque. Son los mensajeros entre Dios y nosotros para las cosas frecuentes de cada día. Enjugan nuestras lágrimas, velan sobre nosotros y llevan nuestras oraciones y peticiones delante del Señor.

Todos, en realidad, no sólo el último coro, están a nuestro servicio, y la devoción hacia ellos aumentará en nosotros la virtud y la santidad.

 

Algunos autores y místicos, dividen a los ángeles entre Asistentes al Trono Divino (los grados más altos) y Mensajeros de Dios que cumplen diversas misiones por encargo suyo.

 

LOS ARCÁNGELES

Aunque la Biblia habla de siete arcángeles (Cf Tb 12,15, Ap 1,4) solo revela el nombre de tres. Estos son los que la Iglesia honra con culto litúrgico: Miguel, Gabriel y Rafael. Cada uno de los nombres termina con “El” que significa “Dios”.

El primero es Miguel Arcángel (cf. Dan 10, 13. 20; Ap 12, 7; Jdt 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos. «Mica-El» significa en efecto: «¿Quién como Dios?». En este nombre se halla expresada la elección salvífica gracias a la cual los ángeles «ven la faz del Padre» que está en los cielos.

El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (cf. Lc 1, 19. 26). Gabri-El significa: «Mi poder es Dios» o «Poder de Dios», como para decir que el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre Omnipotente.

El tercer arcángel se llama Rafael.»Rafa-El» significa: «Dios cura». Él se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el Antiguo Testamento (cf. Tob 12. 15. 20, etc.).

Cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El y Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: «¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salud?» (Heb 1, 14).” (JPII, 6, VIII,86)

Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel, Saeltiel) no aparecen en la Biblia. Se encuentran en los libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica. Estos nombres pueden tenerse como referencia pero no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.

  

ÁNGELES CUSTODIOS

Es una verdad constantemente profesada en la Iglesia Católica que a cada ser humano al nacer se le es otorgado un Ángel que está encargado de su cuidado, protección para ayudar al creyente a llegar a la salvación de la vida eterna. El mismo Jesús dijo «»Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñuelos, porque os hago saber que sus Ángeles en los cielos están siempre viendo el rostro de mi Padre celestial»

A nuestro ángel custodio no es necesario invocarlo pues siempre está a nuestro lado, pero, aunque posean un intelecto mayor al nuestro no pueden leer nuestros pensamientos, pero si pueden escucharnos si nos dirigimos a ellos aunque no articulemos ninguna palabra, por su gran intelecto y perfección podrán deducir más de lo que estas pensando, más que lo que tú misma conocías.

Es de gran ayuda tratar con amor y respeto a tu Ángel custodio pues es de gran ayuda, considéralo un buen amigo y él buscara la manera de ayudarte hasta en las cosas mas sencillas del diario vivir, también es buena herramienta pedir ayuda al ángel de alguna otra persona que quieras ayudar pues es un aliado invaluable.

Nuestros ángeles de la guarda son consejeros y nos inspiran buenos deseos y propósitos, por ser seres inteligibles nos “soplan” estas inspiraciones desde el fondo de nuestra Alma, estas inspiraciones son claros caminos para acercarnos al camino de la salvación; también están encargados de velar por la conciencia, constantemente están ayudándonos a tomar decisiones por medio de “corazonadas” es decir que hacen todo lo que esta en sus manos para ayudarnos a mantener nuestra conciencia bien formada y fomentada en el camino de Cristo.

  

ANGELES BUENOS Y DEMONIOS

Dios creó a todos los ángeles para compartir su felicidad eterna. Pero los ángeles fueron probados y una porción de ellos se rebeló contra Dios. “ángeles llamados a declararse en favor de Dios o contra Dios mediante un acto radical e irreversible de adhesión o de rechazo de su voluntad de salvación”. (JP2, 30,VII,86)

Los Ángeles como seres intelectuales sabían de la existencia de Dios, el ser omnipotente que los creo, mas Dios no les dio la gracia de la visión beatífica, que es la Gracia de “ver” de manera directa la esencia de Dios; ellos veían a Dios como una luz, lo oían como una voz santa y majestuosa mas su rostro seguía sin develarse, como seres inteligentes que eran ellos sabían que había ese Altísimo, el Santo de Santos.

Antes de revelarse Dios le puso una prueba, una prueba de obediencia, los que la desobedecieron se convirtieron en demonios y fueron expulsados del Cielo al final de la batalla, la Gran batalla que se desarrollo en el cielo entre las naturalezas angélicas, una batalla meramente intelectual en donde los ángeles debatieron y lucharon por medio de argumentos a favor y en contra de Dios, y así se fueron cambiando de lado hasta que un día ya todos estaban convencidos de sus argumentos, los rebeldes convencidos de que Dios no es la felicidad absoluta y los ángeles de que solo con Dios se es completamente feliz.

Nadie creo a nadie malo, ellos se hicieron así por medio del pecado, se dice que el ángel más hermoso creado por Dios, Lucifer, la estrella de la mañana, ahogado por su soberbia encabezo a los rebeldes y con el después de la “gran Batalla” los rebeldes cayeron del Cielo al infierno donde sufrirían en la eternidad por su desobediencia.

Los Ángeles caídos, convencidos en el odio y repulsión al creador se quedaron en el infierno, en el exilio total de la felicidad donde el demonio, completamente deformado en la conciencia, sin perder su belleza de naturaleza se la pasa pensando, o tentando a algún ser humano o incluso apoderándose de alguno de ellos, buscando la manera de hacer sufrir a los seres humanos o simplemente alejarlo del camino que conduce al Dios que ellos mismos rechazaron.

  

QUE HACEN LOS ÁNGELES BUENOS

La Sagrada Escritura les llama “ángeles” de “angelus” significa “mensajero”. El término hebreo “malak” utilizado en el A.T. significa “delegado” o “embajador”. San Agustín dice respecto a ellos «El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel». CIC 329

 Fueron creados, como los hombres, conocer, amar y servir a Dios.

Ante todo los Ángeles adoran a Dios

“Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan «constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18, 10), son «agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra» (Sal 103, 20). CIC 329

“Lo dice Jesús mismo: «Sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos» (Mt 18, 10). Ese «ver de continuo la faz del Padre» es la manifestación más alta de la adoración de Dios. Se puede decir que constituye esa «liturgia celeste», realizada en nombre de toso el universo, a la cual se asocia incesantemente la liturgia terrena de la Iglesia, especialmente en sus momentos culminantes. Baste recordar aquí el acto con el que la Iglesia, cada día y cada hora, en el mundo entero, antes de dar comienzo a la plegaria eucarística en el corazón de la Santa Misa, se apela «a los Ángeles y a los Arcángeles» para cantar la gloria de dios tres veces Santo, uniéndose así a aquellos primeros adoradores de Dios, en el culto y en el amoroso conocimiento del misterio inefable de su santidad.” (JPII; 6, VIII,86)

“Los Salmos de modo especial se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman, por ejemplo: «alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles…» (Sal 148, 1-2). De modo semejante el Salmo 102 (103): «Bendecid a Yahvé vosotros sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra» (Sal 102/103, 20). “ (JPII; 30,VII,86)

Toman parte en el gobierno de Dios sobre la creación como poderosos ejecutores de sus órdenes.

Dios también los asigna a cuidar cada nación. Cf. Daniel 10, 13-21.

También el cuidado de las iglesias: Apocalipsis 1:20 “las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias”

Dios les ha confiado en particular un cuidado y solicitud para con los hombres

Presentan a Dios las peticiones y oraciones del los hombres. Tobías 3,16-17 “Fue oída en aquel instante, en la Gloria de Dios, la plegaria de ambos y fue enviado Rafael a curar a los dos: a Tobit, para que se le quitaran las manchas blancas de los ojos y pudiera con sus mismos ojos ver la luz de Dios; y a Sara la de Raquel, para entregarla por mujer a Tobías, hijo de Tobit, y librarla de Asmodeo, el demonio malvado.”

Nos ayudan a ser fieles al Señor y cumplir nuestra misión
Salmo 91,11-12 “El dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos. Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie”

Tobías 12,6 “Entonces Rafael llevó aparte a los dos y les dijo: «Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para bendecir y cantar su Nombre. Manifestad a todos los hombres las acciones de Dios, dignas de honra, y no seáis remisos en confesarle.”

“Son también los ángeles quienes «evangelizan» (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnación, y de la Resurrección de Cristo.” CIC 333.

A los pastores “La gloria del Señor los envolvió con su luz y se llenaron de temor” “No temáis pues os anuncio una gran alegría que lo será para todo el pueblo… ”

Tienen por lo tanto una función de mediación y ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres.

¿Pero no dice Pablo que solo Jesús es mediador? Si. Pero los ángeles y los santos le ayudan. Dios ha querido compartir su obra de salvación.
Pablo a los Hebreos: a Cristo se la ha dado un “nombre”, y por tanto un ministerio de mediación, muy superior al de los ángeles” cf. Heb 1,4.

“Cristo es el centro del mundo de los ángeles y de toda la creación. Los ángeles le pertenecen: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles… (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: «Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él» (Col 1, 16). CIC 331

(Jesús) “los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: «¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?» (Hb 1, 14). CIC 331

 

ACTÚAN DESDE LA CREACIÓN

Y a lo largo de toda la historia de la salvación los encontramos, anunciando la salvación y sirviendo al designio divino de su realización:
Cierran el paraíso terrenal
protegen a Lot
salvan a Agar y a su hijo
detienen la mano de Abraham
la ley es comunicada por su ministerio (Cf. Hch 7, 53)
conducen el pueblo de Dios
anuncian nacimientos y vocaciones
asisten a los profetas
Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús.

 

DE LA ENCARNACIÓN A LA ASCENSIÓN

La vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles” CIC 333.

Cuando Dios introduce «a su Primogénito en el mundo, dice: “adórenle todos los ángeles de Dios” (Hb 1, 6).

Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista Cf. Lc, 1,11

Es enviado a la Virgen María para comunicarle la elección divina y pedirle su FIAT Cf. Lc 1, 26-37

Un ángel avisa a San José sobre la encarnación y sobre su misión.
Mateo 1,20-21 “El Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»

Anuncian a los Pastores el nacimiento y cantas alabanzas por el: «Gloria a Dios… (Lc 2, 9-14)

Protegen la infancia de Jesús ante el peligro de Herodes Cf. Mt 2,13

Sirven a Jesús en el desierto. Cf Mt 4,11

En Getsemaní. Lo reconfortan en la agonía, cuando El habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel.

Después de la resurrección de Cristo un ángel se apareció en forma de un joven y le dijo a las mujeres que habían acudido al sepulcro y estaban sorprendidas por el hecho de encontrarlo vacío: «No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí… Pero id a decir a sus discípulos…» (Mc 16, 6-7).

María Magdalena, que se ve privilegiada por una aparición personal de Jesús, ve también a dos ángeles (Jn 20, 12-17; cf. también Lc 24, 4).

Ascensión. Los ángeles «se presentan» a los Apóstoles para decirles: «Hombre de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cielo» (Hch 1, 11).

 

EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

En la “parusía” anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor Cf Mt 25, 31.

El Hijo del hombre… vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles. (Cf. Mc 8, 38; Mt 16, 27; Lc 9, 26; 2 Tes 1, 7.

“(Jesús) atribuye a los ángeles la función de testigos en el supremo juicio divino sobre la suerte de quien ha reconocido o renegado a Cristo: «A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios» (Lc 12, 8-9; cf. Ap 3, 5). Estas palabras son significativas porque si los ángeles toman parte en el juicio de Dios, están interesados en la vida del hombre.” -(JPII, 6, VIII,86)

“Se puede, por tanto, decir que los ángeles, como espíritus puros, no sólo participan en el modo que les es propio de la santidad del mismo Dios, sino que en los momentos-clave rodean a Cristo y lo acompañan en el cumplimiento de su misión salvífica respecto a los hombres. De igual modo también toda la Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia ha atribuido a lo largo de los siglos a los ángeles este carácter particular y esta función de ministerio mesiánico.” -(JP2, 30,VII,86)

 

LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LA IGLESIA

“Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles”. -CIC 334

En Los Hechos de los Apóstoles aparece la solicitud de los ángeles por el hombre y su salvación:
El ángel de Dios libera a los Apóstoles de la prisión (cf. Hch 5, 18-20),
Libera a Pedro, que estaba amenazado de muerte por la mano de Herodes (cf. Hch 12, 5-10)

El ángel guía la actividad de Pedro respecto al centurión Cornelio, el primer pagano convertido (Hch 10, 3-8; 11, 12-13).

Guía al diácono Felipe en el camino de Jerusalén a Gaza (Hch 8, 26-29).

En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo. El cántico de alabanza en el nacimiento de Jesús resuena en la liturgia.
Invoca su asistencia (así en el «Supplices te rogamus…» [«Te pedimos 8humildemente…»] del Canon romano.

En la liturgia de los difuntos: «In Paradisum deducant te angeli…» [«Al Paraíso te lleven los ángeles…»]

Fuentes: Padre Jordi Rivero, Padre Fortea y otros

 

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Los Ángeles según la Enciclopedia Católica

Aquí se trata sobre los espíritus-mensajeros:
* el significado del término en la Biblia,
* los deberes de los ángeles,
* los nombres asignados a los ángeles,
* la distinción entre buenos espíritus y malos,
* las divisiones de los coros angélicos,
* las apariciones de los ángeles, y
* el desarrollo de los escritos sobre los ángeles.

Etimológicamente viene del Latín ángelus; del griego aggelos; de la palabra hebrea «uno que va» o «enviado», mensajero; y es usada en hebreo para designar tanto a un mensajero divino como a uno humano. La Septuaginta lo traduce por aggelos, palabra que también tiene ambos significados. La versión latina, sin embargo, distingue al mensajero espiritual o divino del humano, traduciendo el primero como angelus y el segundo como legatus o también nuntius. En algunos pasajes la versión latina usa la palabra angelus en vez de nuntius, cuando esta última expresaba mejor el sentido, por ejemplo en Isaías 18,2; 33,3, 6.

Los ángeles, a lo largo de toda la Biblia, aparecen representados como un cuerpo de seres espirituales que son intermediarios entre Dios y los hombres: «Lo creaste (al hombre) poco inferior a los ángeles» (Salmo 8,6). Ellos, al igual que los hombres, son seres creados; «Alabadle, ángeles suyos todos, todas sus huestes, alabadle! Alaben el nombre de Yahveh. pues él lo ordenó y fueron creados» (Salmo 148, 2, 5: Colosenses 1, 16-17). El hecho de que los ángeles fueron creados, fue confirmado en el Cuarto Concilio de Letrán (1215). El decreto llamado «Firmiter», contra los albigenses, habla del hecho de que ellos fueron creados, y que los hombres fueron creados después de ellos. Este decreto fue repetido por el Concilio Vaticano Primero, en su decreto «Dei Filius». Hacemos mención aquí de él, porque las palabras: «El que vive eternamente lo creó todo por igual» (Eclesiástico 18,1) se usan para demostrar la creación simultánea de todas las cosas; pero generalmente se considera que «juntos» (simul) puede aquí significar «igualmente», en el sentido de que todas las cosas fueron «igualmente» creadas. Son espíritus; el autor de la Epístola a los Hebreos dice: «¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?» (Heb 1, 14).

 

PRESENTES EN EL TRONO DE DIOS

Es con la misión de ser mensajeros que la Biblia los menciona más a menudo, pero, como San Agustín y luego San Gregorio lo expresan: angelus est nomen officii («ángel es el nombre de su oficio») y no expresa ni su naturaleza ni su función esencial, es decir: el de estar presentes en el trono de Dios en aquella corte de cielo de la que Daniel nos ha dejado un cuadro bastante vivido:
«Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros. (Daniel 7,9-10; cf. Salmo 96, 7; Salmo 102, 20; Isaías 6, etc.).Esta función de las huestes angélicas es expresada por la palabra «presentarse» (Job 1, 6; 2, 1), es decir, estar presentes ante Dios, y el Señor declara que esa es su función perpetua (Mt 18, 10). En más de una ocasión se dice que hay siete ángeles cuya principal función es la de «estar siempre presentes ante la gloria de Dios» (Tob, 12, 15; Ap 8, 2-5). Esta misma idea puede querer significar «el ángel de Su presencia» (Is 63,9) una expresión también dada en el pseudo-epigráfico «Testamento de los Doce Patriarcas».

 

MENSAJEROS DE DIOS PARA LA HUMANIDAD

Pero estos vistazos de la vida que está más allá de lo conocido, son sólo ocasionales. Los ángeles que aparecen en la Biblia, generalmente tienen la misión de ser mensajeros de Dios para la humanidad. Ellos son los instrumentos que utiliza para comunicar Su plan a los hombres, y en la visión de Jacob, ellos son descritos ascendiendo y descendiendo una escalera que va desde la tierra al cielo, mientras que el Padre Eterno contempla al vagabundo de abajo. Fue un ángel quien encontró a Agar en el desierto (Gén, 16); unos ángeles sacaron a Lot de Sodoma; fue un ángel quien le anunció a Gedeón que debía salvar a su pueblo; un ángel anuncia el nacimiento de Sansón (Jueces, 13), y el ángel Gabriel instruyó a Daniel (Dan 8,16), aunque aquí no se le llama ángel, sino «el hombre Gabriel» (9,21). Este mismo espíritu celestial anunció el nacimiento de San Juan Bautista y la Encarnación del Redentor, la tradición le atribuye también el mensaje a los pastores (Lucas, 2, 9), y la misión más gloriosa de todas, la de fortalecer al Rey de los Ángeles en Su Agonía (Lucas 22,43). La naturaleza espiritual de los ángeles es manifestada de manera muy clara en el relato que Zacarías hace de las revelaciones que recibió por medio de un ángel. El profeta dice que el ángel estaba hablando «en él». Esto parece implicar que él era consciente de una voz interior que no era la de Dios sino la de Su mensajero. El texto Masorético, la Septuaginta, y la Vulgata describen de esta misma manera el mensaje que el ángel dio al profeta. Es una pena que la «Versión Revisada» haya, en clara oposición a los textos antedichos, oscurecido este rasgo traduciéndolo: «el ángel que hablaba conmigo»: en vez de «dentro de mí» (cf. Zac 1, 9, 13-14; 2, 3; 4, 5; 5, 10).

Estas apariciones de ángeles generalmente duran sólo el tiempo que dura el mensaje, pero frecuentemente su misión se prolonga, y son también representados como los guardianes de las naciones en momentos en que se da algún problema específico, por ejemplo durante el Éxodo (Éxodo 14, 19; Baruc, 6, 6). Los Padres interpretan por igual que cuando se dice «el príncipe del Reino de Persia» (Dan 10, 13; 10, 21) debemos entender el ángel a quien se le confió el cuidado espiritual de ese reino, y quizá podemos ver en el «hombre de Macedonia» que se le apareció a San Pablo en Tróada, al ángel guardián de ese país (Hechos 16, 9). La Septuaginta (Dt 32, 8) ha conservado un fragmento con esta idea, aunque es difícil calibrar su significado exacto: «Cuando el Altísimo dividió las naciones, cuando esparció a los hijos de Adán, estableció los límites de las naciones según el número de los ángeles de Dios». Cuán grande era el papel que el ministerio de los ángeles representaba no sólo en la teología hebrea, sino también en las ideas religiosas de otras naciones, lo podemos ver en la expresión «como un ángel de Dios». Es usada en tres ocasiones para David (2Sam 14, 17, 20; 14, 27) y una vez por Akis de Gat (1Sam 29,9). Incluso Ester lo usa para designar a Asuero (Ester 15, 16), y se dice que la cara de San Esteban parecía «como la de un ángel» cuando estaba de pie ante el Sanedrín (Hechos 6, 15).

 

GUARDIANES PERSONALES

En toda la Biblia encontramos repetidamente que cada alma tiene su ángel guardián. Abraham, al enviar a su siervo ha buscarle una esposa a Isaac, le dice: «Él enviará su Ángel delante de ti» (Génesis 24, 7). Las palabras del Salmo noventa que el diablo le citó al Señor Jesús (Mt.4, 6) es bien conocido, y Judit relata su hecho heroico diciendo: «Vive el Señor, cuyo ángel ha sido mi guardián» (13, 20). Estos pasajes y muchos parecidos (Gén, 16, 6-32; Oseas, 12, 4; 1Re 19, 5; Actos 12, 7; Sal 33, 8), si bien por sí mismos no son una prueba acerca de que cada persona tiene su ángel guardián designado, se complementan con las palabras del Señor Jesús: «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18, 10), palabras que ilustran el comentario de San Agustín: «Lo que está escondido en el Antiguo Testamento, es hecho manifiesto en el Nuevo». De hecho parece que el libro de Tobías, más que cualquier otro, está dirigido a enseñarnos esta verdad, y San Jerónimo en su comentario sobre las palabras anteriormente mencionadas del Señor Jesús dice: «La dignidad de una alma es tan grande, que cada uno tiene un ángel guardián desde su nacimiento». La doctrina acerca de que los ángeles son designados nuestros guardianes es considerada una verdad de fe, pero que cada miembro de la humanidad tiene su propio ángel guardián no es de fe (de fide); sin embargo esta idea tiene tal apoyo por parte de los Doctores de la Iglesia que sería temerario negarlo (cf. San Jerónimo, supra). Pedro Lombardo (Sentencias, lib. II, dist. XI) se inclinó por la idea de que cada ángel estaba encargado de varios seres humanos. Las hermosas homilías de San Bernardo (11-14) sobre el Salmo noventa, respiran el espíritu de la Iglesia pero sin resolver la cuestión. La Biblia no sólo representa a los ángeles como nuestros guardianes, sino también como nuestros intercesores. El ángel Rafael (Tob 12, 12) dice: «Ofrecí oraciones al Señor por ti» (cf. Job, 5, 1 (Septuaginta), y 33,23 (Vulgata); Apocalipsis 8,4). El culto católico a los ángeles tiene, por ello, fundamento escriturístico. Quizás la declaración explícita más temprana sobre esto lo tenemos en las palabras de San Ambrosio: «Debemos rezarle a los ángeles que nos son dados como guardianes» (De Viduis, IX); (cf. San Agustín, Contra Faustum, XX, 21). El culto indebido a los ángeles es reprobado por San Pablo (Col, 2, 18), y que esta tendencia se siguió dando por mucho tiempo en este mismo lugar lo atestigua el Canon 35 del Sínodo de Laodicea.

 

COMO AGENTES DIVINOS QUE GOBIERNAN EL MUNDO

Los pasajes anteriores, especialmente aquellos relacionados con ángeles que tenían encargos diversos, nos permite entender la idea casi unánime de los Padres de que son los ángeles quienes pusieron por obra la ley de Dios con respecto al mundo físico. La creencia semítica en el genii y en espíritus que causan el bien o el mal es bastante conocido, y rastros de ello serán hallados en la Biblia. Por ello, la peste que devastó a Israel por culpa del pecado de David por censar al pueblo de Israel, le es atribuida a un ángel el cual se dice que David vio (2Sam 24, 15-17, y de manera más explícita en 1Cro 21, 14-18). Incluso el viento que susurra en la copa de los árboles era considerado como un ángel (2Sam 5, 23-24; 1Cro 14, 14-15). Esto es declarado de forma más explícita en el pasaje de la piscina Probática (Juan 5, 1-4), aunque existen algunas dudas sobre este texto; en este pasaje se dice que el movimiento de las aguas era realizado por las visitas periódicas de un ángel. Los semitas estaban convencidos de que toda la armonía del universo, así como las interrupciones de esta armonía, era debido a Dios como creador, pero llevadas a cabo por Sus ministros. Esta idea está fuertemente marcada en el «Libro de los Júbilos» en él las hordas celestiales de ángeles buenos y malos están siempre actuando en el universo material. Maimónides (Directorium Perplexorum, IV y VI) citado por Santo Tomás de Aquino (Summa Theol., I:1:3) dice que la Biblia frecuentemente delinea los poderes de los ángeles de la naturaleza, ya que ellos manifiestan la omnipotencia de Dios (cf. San Jerónimo, En Mich., VI, 1, 2; P. L., IV, col. 1206).

 

ORGANIZACIÓN JERÁRQUICA

Si bien los ángeles que aparecen mencionados en los libros más tempranos del Antiguo Testamento son impersonales y quedan ensombrecidos por la importancia del mensaje que llevan o por la obra que realizan, no nos dan ninguna información acerca de la existencia de una cierta jerarquía en el ejército celestial.

Después de la expulsión de Adán del Paraíso, este es defendido de nuestros Primeros Padres por querubines que son ministros de Dios, aunque nada se menciona acerca de su naturaleza. Sólo una vez más aparece la figura de un querubín en la Biblia, en la maravillosa visión que tuvo Ezequiel en la que los describe con muchos detalles (Ezeq 1), y que en Ezequiel 10 los llama querubines. El Arca era defendida por dos querubines, pero sólo tenemos conjeturas acerca de cómo eran. Se ha sugerido, con gran probabilidad, que estos pueden ser comparados con los toros y leones alados que cuidan los palacios asirios, y también con los extraños hombres alados con cabeza de halcones pintados en las paredes de algunas de sus construcciones. Los serafines sólo aparecen en la visión de Isaías, 6, 6.

Ya hemos mencionado a los siete místicos que están de pie ante Dios, y parece que en ellos tenemos una indicación de un cordón interno que rodea el trono. El término arcángel sólo aparece en San Judas y 1Tes., 4, 15; pero San Pablo nos da otras dos listas de nombres de las cohortes celestiales. Nos dice (Ef 1, 21) que Cristo está «por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación»; y, escribiendo a los Colosenses (1, 16), dice: «porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades». Hay que señalar que San Pablo usa dos de estos nombres para señalar los poderes de la oscuridad cuando (2, 15) dice que una que Cristo haya «despojado los Principados y las Potestades. incorporándolos a su cortejo triunfal». Y no es de menos importancia que sólo dos versículos después advierta a sus lectores a no dejarse seducir por «el culto de los ángeles». Aparentemente pone su sello en una cierta angelología permitida, y al mismo tiempo advierte en contra de las supersticiones sobre este asunto. Tenemos una insinuación de algunos excesos en el Libro de Enoc, en el que, como ya dijimos, los ángeles tienen un papel bastante desproporcionado. Al igual, Josefo nos dice (Be. Jud., II, VIII, 7) que los esenios realizaban un voto para preservar los nombres de los ángeles.

Ya hemos visto como (Daniel 10, 12-21) varios ángeles están designados a varios lugares, y que se les llama sus príncipes, y este mismo rasgo reaparece de manera más notable en el Apocalipsis «los ángeles de las siete Iglesias», aunque es imposible decir el significado preciso de este término. Generalmente estos siete Ángeles de las Iglesias son considerados los Obispos que ocupan éstas sedes. San Gregorio Nacianceno en su carta a los Obispos en Constantinopla en dos ocasiones les dice «Ángeles», según el idioma del Apocalipsis.

El tratado «De Coelesti Hierarchia» atribuido a San Dionisio Areopagita, y que ejerció una gran influencia entre los escolásticos, trata con muchos detalles las jerarquías y órdenes de los ángeles. Generalmente se considera que este trabajo no pertenece a San Dionisio, y que fue escrito algunos siglos después. Si bien su doctrina acerca de los coros de ángeles ha sido aceptada en la Iglesia con gran unanimidad, ninguna proposición referente a las jerarquías angélicas es dogma de fe. El siguiente pasaje de San Gregorio Magno (Hom. 34, en Evang.) nos dan una idea clara del punto de vista de los doctores de la Iglesia acerca de este punto:

Sabemos por la autoridad de la Escritura que existen nueve órdenes de ángeles: Ángeles, Arcángeles, Virtudes, Potestades, Principados, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Que existen Ángeles y Arcángeles casi todas las páginas de la Biblia nos lo dice, y los libros de los Profetas hablan de Querubines y Serafines. San Pablo, también, escribiendo a los Efesios enumera cuatro órdenes cuando dice: ‘sobre todo Principado, Potestad, Virtud, y Dominación’; y en otra ocasión, escribiendo a los Colosenses dice: ‘ni Tronos, Dominaciones, Principados, o Potestades’. Si unimos estas dos listas, tenemos cinco Órdenes, y agregando los Ángeles y Arcángeles, Querubines y Serafines, tenemos nueve Órdenes de Ángeles.

Santo Tomás (Summa Theologica I:108), siguiendo a San Dionisio (De Coelesti Hierarchia, VI, VII), divide a los ángeles en tres jerarquías cada una de las cuales contienen tres órdenes. Su proximidad al Ser Supremo sirve como base para esta división. En la primera jerarquía pone a los Serafines, Querubines, y Tronos; en la segunda, a las Dominaciones, Virtudes, y Potestades; en la tercera, a los Principados, Arcángeles, y Ángeles. Los únicos nombres que nos dan la Escritura de ángeles en particular son los de Rafael, Miguel, y Gabriel, nombres que significan sus atributos. Los libros judíos apócrifos, como el Libro de Enoc, nos dan el de Uriel y Jeremiel, mientras que otras fuentes apócrifas nos dan muchos más, como por ejemplo Milton en su «Paraíso Perdido». (Para conocer sobre el uso supersticioso de estos nombres, véase más arriba).

 

EL NÚMERO DE ÁNGELES

Frecuentemente se dice que el número de los ángeles es prodigioso (Daniel 7,10; Apocalipsis 5,11; Salmo 67,18; Mateo 26,53). Del uso de la palabra huestes (sabaoth) como sinónimo del ejército celestial es difícil no darse la idea de que el término «Señor de las Huestes» se refiere al mando Supremo de Dios sobre la multitud angélica (cf. Deuteronomio 33,2; 32,43; Septuaginta). Los Padres ven una referencia al número referente de hombres y ángeles en la parábola de las cien ovejas (Lucas 15,1-3), aunque esto puede parecer algo imaginativo. Los escolásticos, nuevamente siguiendo el tratado «De Coelesti Hierarchia» de San Dionisio, consideran la preponderancia del número como una perfección necesaria de las huestes angélicas (cf. Santo Tomás, Summa Theol., I:1:3).

 

LOS ÁNGELES MALOS

La distinción entre ángeles buenos y ángeles malos aparece constantemente en la Biblia, pero es importante señalar que no existe señal alguna de dualismo o conflicto entre dos principios iguales, uno bueno y otro malo. El conflicto descrito es más bien realizado en la tierra entre el Reino de Dios y el Reino del Maligno, pero siempre con la inferioridad del último. La existencia, pues, de este espíritu inferior, y por consiguiente creado, debe de ser explicado.

El desarrollo gradual de la conciencia hebrea sobre este tema está claramente presente en la Sagrada Escritura. El relato de la caída de nuestros Primeros Padres (Gén, 3) es expresado en tales términos que es imposible ver en ellos otra cosa diferente que la existencia de un agente del mal quien está envidioso de la raza humana. La declaración (Gén, 6, 1) de que los «hijos de Dios» se casaban con las hijas de los hombres es explicado por la caída de los ángeles, en Enoc, 6-11, y en los códices, D, E, F, y A de la Septuaginta dice frecuentemente, por «hijos de Dios», oi aggeloi tou theou. Desgraciadamente, los códices B y C son diferentes que el Génesis 6, pero probablemente es porque ellos, también, leyeron oi aggeloi en este pasaje, pues constantemente ponen la expresión «los hijos de Dios»; cf. Job, 1, 6; 2, 1; 38, 7; pero por otro lado, véase Sal 2, 1; 88, & (Septuaginta). Filón, haciendo un comentario sobre este pasaje en su tratado «Quod Deus sit immutabilis», I, sigue a la Septuaginta. Para conocer la doctrina de Filón sobre los Ángeles, cf. «De Vita Mosis», III, 2, «De Somniis», VI: «De Incorrupta Manna», I; «De Sacrifciis», II; «De Lege Allegorica», I, 12; III, 73; y para el punto de vista del Génesis 6, 1, cf. San Justino, Apol., II, 5. Debe además señalarse que la palabra hebrea nephilim que es traducida por gigantes, en 6,4, pueden significar «los caídos». Los Padres generalmente se lo refieren a los hijos de Set, el linaje escogido. En I K., XIX, 9, se lee que un espíritu malo posee a Saúl, aunque es probablemente una expresión metafórica; más explícito es el III B., XXII, 19-23, en donde se describe a un espíritu en medio del ejército celestial y que por invitación del Señor, aparece como un espíritu mentiroso en la boca de los falsos profetas de Ajab. Podemos, siguiendo a los escolásticos, explicar esto como un malum poenae el cual es realizado por Dios a causa de las faltas de los hombres. Una más exacta exégesis insistiría en el tono totalmente imaginativo de todo este episodio; no es tanto la manera en el que el mensaje es dado sino su sentido real lo que queremos desarrollar aquí.

El cuadro que nos da Job 1 y 2, es igualmente imaginativo; pero Satanás, quizás la individualización más temprana del Ángel caído, se presenta como un intruso que envidia a Job. Él es, evidentemente, un ser inferior a la Deidad y puede sólo tocar a Job con permiso de Dios. La manera en la que el pensamiento teológico avanzó a medida en que la cantidad de la revelación aumentó, lo podemos ver en una comparación entre 2Sam, 24, 1, y 1Cro 21, 1. Mientras que en el primer pasaje se dice que el pecado de David fue debido a «la ira del Señor» que «incitó a David», en el último leemos que «Satanás incitó a David para hacer el censo del pueblo de Israel». En Job 4, 18, nos parece encontrar una declaración clara sobre la caída: «Y aún a sus ángeles achaca desvarío». La Septuaginta de Job contiene algunos interesantes pasajes con respecto a ángeles vengadores en quienes quizá podemos ver a los espíritus caídos, así en 33, 23: «Si hay mil ángeles mediadores de la muerte en su contra, ninguno de ellos le hará daño»; y en 36, 14: «Incluso si sus almas mueren en plena juventud, serán heridos por los ángeles»; y en 21, 15: «Las riquezas injustamente aumentadas serán vomitadas, un ángel lo sacará de su casa»; cf. Prov 17, 11; Sal 34, 5, 6; 77, 49, y especialmente, Eclesiástico 39, 33, un texto que, hasta donde puede ser deducido por el estado actual del manuscrito, estaba en el original hebreo. En algunos de estos pasajes, es verdad, los ángeles pueden ser considerados como los vengadores de la justicia de Dios, sin ser, por consiguiente, los espíritus malos. En Zac 3, 1-3, Satanás se le llama al adversario que suplica ante el Señor contra el Sumo Sacerdote Josué. Isaías 14, y Ezequiel 28, son para los Padres el loci classici con respecto a la caída de Satanás (cf. Tertul., adv. Marc., II, X); y el mismo Señor Jesús ha dado color a esta idea usando las imágenes de este último pasaje al decir a Sus Apóstoles: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo» (Lucas 10, 18). En tiempos del Nuevo Testamento la idea de los dos reinos espirituales se ve con claridad. El diablo es un ángel caído que con su caída arrastró consigo multitudes de la hueste celestial. El Señor Jesús se refiere a él como «el Príncipe de este mundo» (Juan 14, 30); el tentador de la raza humana que intenta involucrarlos en su caída (Mateo 25, 41; 2Pedro, 2, 4: Ef 6, 12: 2Cor 11, 14; 12, 7). La representación cristiana del diablo bajo la forma de un dragón deriva especialmente del Apocalipsis (9, 11-15; 12, 7-9), en donde se le menciona como el «ángel del hoyo sin fondo», «el dragón», «la serpiente antigua», etc., y se le representa como si realmente hubiese estado combatiendo con el Arcángel Miguel. La similitud entre estas escenas y los antiguos relatos babilónicos sobre la lucha entre Merodak y el dragón Tiamat son muy parecidos. Si vinculamos su origen a las vagas reminiscencias de los increíbles saurios que antiguamente poblaron la tierra es una cuestión discutible, pero el lector curioso puede consultar a Bousett, «The Anti-Christ Legend» (tr. al inglés por Keane, Londres, 1896). El traductor ha prefijado un interesante discurso sobre el origen del mito babilónico del Dragón.

 

EL TÉRMINO «ÁNGEL» EN LA SEPTUAGINTA

Hemos tenido ocasión de mencionar la versión Septuaginta en más de una ocasión, y no puede ser tomado a mal mostrar unos pasajes en el que es nuestra única fuente de información con respecto a los ángeles. El pasaje más conocido es Is 9, 6, en que la Septuaginta da al Mesías el nombre de «Ángel del gran Consejo». Nosotros ya hemos hablado de Job 20, 15, donde la Septuaginta dice «Ángel» en lugar de «Dios», y en 36, 14, donde parece trata de ángeles malos. En 9, 7, la Septuaginta (B) dice: «Él es el hebreo» (5, 19) dice de «Behemot»: «Él es el inicio de los caminos de Dios, el que lo creó hará su espada para acercarse»:, la Septuaginta dice: «Él es el principio de la creación de Dios, creado para que Sus Ángeles se mofen», y el mismo comentario es hecho sobre «Leviatán», 41, 24. Ya hemos visto que la Septuaginta generalmente da el término «los hijos de Dios» por «ángeles», pero en Dt 32, 43, la Septuaginta menciona ambas condiciones: «Exultad en Él todos los cielos, y adórenle todos los ángeles de Dios; exultad las naciones con su pueblo, y glorifíquenle todos los Hijos de Dios». Ni siquiera la Septuaginta nos da aquí una referencia adicional a los ángeles; la cual en ocasiones nos permite corregir pasajes difíciles sobre ellos en la Vulgata y en los textos Masoréticos. Por ejemplo, el difícil Elim del texto Masorético en Job 41, 17, la Vulgata traduce como «ángeles», y la Septuaginta «bestias salvajes». Las ideas en la antigüedad sobre la personalidad de las diferentes apariencias angélicas son, como hemos visto, notablemente vagas. Al principio los ángeles eran considerados en una forma bastante impersonal (Gén 16, 7). Son mensajeros de Dios y a menudo se les identifica con el Autor de su mensaje (Gén 48, 15-16). Pero mientras que en el pasaje del encuentro entre Jacob leemos los «Ángeles de Dios» (Gén 32, 1), en otros leemos de uno que es llamado «el Ángel de Dios» par excellence, por ejemplo Gén 31, 11. Es verdad que, debido al modismo hebreo, esto puede significar sólo «un ángel de Dios», y la Septuaginta lo traduce con o sin el artículo, a voluntad; parece que los tres visitantes en Mambré eran de diferente rango, aunque San Pablo (Heb., 13, 2) los consideró a todos igualmente ángeles; en el relato de Gén 13, el que habla es siempre «el Señor». En el relato del Ángel del Señor que visitó a Gedeón (Jueces, 6), al visitante se le llama tanto «el Ángel del Señor» como «el Señor». De igual manera, en Jueces 13, el Ángel del Señor se aparece, y tanto Manóaj como su esposa exclaman: «Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios». Esta búsqueda de claridad se puede ver especialmente clara en los varios relatos que el Éxodo da de Ángeles. En Jueces 6, mencionado recientemente, la Septuaginta tiene mucho cuidado en usar el hebreo «Señor» en vez de «el Ángel del Señor»; pero en la historia del Éxodo es el Señor que va delante de ellos como una columna de nube (Ex 13, 21), y la Septuaginta no realiza ninguna modificación (cf. también Num 14, 14, y Ne 9, 7-20). Pero, en Ex 14, 19, el que los guía es llamado «el Ángel de Dios». Cuando leemos Ex 33, en donde Dios está enfadado con Su gente por adorar al becerro de oro, es difícil no ver al mismo Dios como guía del pueblo, pero que ahora se niega a acompañarlos. Dios les ofrece a un ángel a cambio, pero por pedido de Moisés, dice (14) «Mi rostro irá contigo», la Septuaginta lo traduce por autos pero el versículo siguiente muestras que esa traducción no es posible, pues Moisés responde: «Si no vienes tú mismo, no nos hagas partir de aquí». Pero, ¿qué quiere decir Dios con «mi rostro?» ¿Es posible que algún ángel de rango especialmente alto, haga las veces de, como en Is 63, 9? (cf. Tobías 13, 15). ¿Esto no será lo que significa «el ángel de Dios?» (cf. Núm 20, 16).

Que un proceso de evolución en el pensamiento teológico acompañó la gradual revelación de Dios casi no es necesario decirlo, y este se ve de una manera especial en los diferentes puntos de vista con respecto al Dador de la Ley. El texto Masorético así como la Vulgata en el pasaje del Éxodo en los capítulos 3 y 19-20 nos dicen con claridad que es el Ser Supremo quien se le aparece a Moisés en la zarza y en la Monte del Sinaí; pero la versión de la Septuaginta, si bien está de acuerdo que era el mismo Dios quien le entregó la Ley, dice que fue el «ángel del Señor» quien se apareció en la zarza. Durante la época del Nuevo Testamento el punto de vista de la Septuaginta prevalecía, y en esta se considera que no sólo el ángel del Señor fue quien se apareció en la zarza, y no Dios mismo, sino que el ángel también es el Dador de la Ley (cf. Gál 3, 19; Heb 2, 2; Hch 7, 30). La persona del «ángel del Señor» encuentra su complemento en la personificación de la Sabiduría en los libros Sapienciales y en por lo menos un pasaje (Zac 3, 1) parece ser «el Hijo de Hombre» que Daniel (7, 13) vio era llevado ante «el Anciano». Zacarías dice: «Me hizo ver después al sumo sacerdote Josué, que estaba ante el ángel de Yahveh; a su derecha estaba el Satán para acusarle». Tertuliano considera muchos de estos pasajes como preludios de la Encarnación; como la Palabra de Dios prefigurando el carácter sublime con el que Él un día se revelará a los hombres (cf. adv, Prax., XVI, adv. Marc., II, 27; III, 9: I, 10, 21, 22). Es posible que, en estos diferentes puntos de vista podamos encontrar, un poco a tientas, ciertas verdades dogmáticas sobre la Trinidad, reminiscencias quizás de la revelación de la cual el Protevangelio del Gén 3 es sólo una pista. Los primeros Padres de la Iglesia, ciñéndose a la letra del texto, decían que era el mismo Dios quien se aparecía. Quien se aparecía era llamado Dios y actuaba como Dios. Por ello, no era raro que Tertuliano, como ya hemos visto, considere tales manifestaciones como un preludio de la Encarnación, y la mayoría de los Padres Orientales siguió esa misma línea de pensamiento. Ha sido sostenido incluso en 1851 por Vandenbroeck, «Dissertatio Theologica de Theophaniis sub Veteri Testamento» (Lovaina).

Pero los grandes Padres Latinos, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno, sostuvieron la idea contraria, y los escolásticos como una unidad los siguió. San Agustín (Sermo VII, de Scripturis, P. G. V) al tratar sobre la zarza ardiente (Ex 3) dice que: «Considerar que la misma persona que le habló a Moisés sea el mismo Señor y un ángel del Señor, es muy difícil de entender. Es una pregunta que no da lugar a rápidas aseveraciones, sino que demanda una cuidadosa investigación. Algunos declaran que es llamado tanto el Señor y el ángel del Señor porque era Cristo, de hecho el profeta (Is 9, 6, Ver. Septuaginta) con claridad prefigura a Cristo como el Ángel del gran Consejo». El santo luego muestra que semejantes interpretaciones son sostenibles, pero que debemos tener cuidado de no caer en el arrianismo. Señala, sin embargo, que si decimos que era un ángel el que se apareció, debemos explicar el por qué se le llamó «el Señor», y luego procede a demostrar cómo esto pudo ser: «En otro lugar de la Biblia, cuando un profeta habla, se dice que es el Señor el que habla, no porque el profeta sea el Señor, sino porque el Señor está en el profeta; y de esa misma manera, cuando el Señor se digna hablar a través de la boca de un profeta o de un ángel, es igual que cuando Él habla por medio de un profeta o apóstol, y el termino ángel está correctamente usado si lo consideramos en sí mismo, pero es igualmente correcto si le ‘llama el Señor’ porque Dios mora en él». Concluye diciendo que: «Es el nombre del que mora en el templo, y no el del templo». Y un poco más adelante dice: «Me parece que deberíamos decir que nuestros antepasados reconocieron al Señor en el ángel», y aduce a la autoridad de los escritores del Nuevo Testamento que lo entendieron así y que incluso ellos, a veces, cometían la misma confusión de términos (cf. Heb 2, 2, y Hechos 7, 31-33). El santo habla con más detalle sobre esta misma cuestión en su obra «In Heptateuchum», lib. VII, 54, P. G. III, 558. Como un ejemplo de lo convencido que estaban algunos de los Padres defendiendo la interpretación contraria, podemos citar las palabras de Teodoreto (In Exod.): «El pasaje entero (Ex 3) muestra que era Dios quien se le aparecía a Moisés. ¿Pero (Moisés) lo llamó un ángel para darnos a entender que no era Dios Padre a quien vio -¿pues qué ángel pudo el Padre ser?- sino al Hijo Unigénito, el Ángel del gran Consejo» (cf. Eusebio, Hist. Eccles., I, II, 7; San Ireneo, Haer., III, 6). La interpretación dada por los Padres latinos fue la que perduró en la Iglesia, y el escolasticismo lo convirtió en un sistema (cf. Santo Tomás, Quaest., Disp., De Potentia, VI, 8, ad. 3am); y para una exposición más amplia sobre ambas interpretaciones, cf. «Revue biblique» 1894, 232-247.

 

LOS ÁNGELES EN LA LITERATURA BABILÓNICA

La Biblia nos ha mostrado que la creencia en los ángeles, o en espíritus mediadores entre Dios y los hombres, es una característica de los semitas. Es por consiguiente interesante rastrear esta creencia hasta los semitas de Babilonia. Según Sayce (The Religions of Ancient Egypt and Babylonia, Gifford Lectures, 1901), la mezcla de creencias semíticas en la primitiva religión Sumeria de Babilonia está marcada por la idea de los ángeles o sukallin en su teosofía. Por ello, encontramos un interesante paralelo en «los ángeles del Señor» en Nebo, «el ministro de Merodach» (ibid., 355). Él también es llamado el «ángel» o intérprete de la voluntad de Merodach (ibid., 456), y Sayce acepta la teoría de Hommel de que se puede demostrar por las inscripciones Minoicas que la religión semítica primitiva consistió en el culto a la luna y a las estrellas, el dios-luna Attar y un dios «ángel» que está de pie a la cabeza del panteón (ibid., 315). El conflicto bíblico entre los reinos buenos y malos tienen su paralelo en «los espíritus de cielo» o Igigi -quienes constituían la «hueste» de la que Ninip era el campeón (y de quien recibió el título de «jefe de los ángeles») y los «los espíritus de la tierra», o Annuna-Ki que vivían en el Averno (ibid. 355). Los sukalli babilónicos corresponden a los espíritus-mensajeros de la Biblia; ellos mostraban la voluntad de su Señor y ejecutaban sus ordenes (ibid., 361). Algunos de ellos parece ser que eran más que mensajeros; eran los intérpretes y representantes de la deidad suprema, por ello, Nebo es «el profeta de Borsippa». Estos ángeles son llamados «hijos» de la deidad cuyo representante son; por ello Ninip, en una ocasión mensajero de En-lil, se transforma en su hijo así como también Merodach se convierte en hijo de Ea (ibid., 496). Los relatos babilónicos de la Creación y del Diluvio no contrastan de una manera muy favorable con los relatos bíblicos, y esto mismo debe decirse de las caóticas jerarquías de los dioses y ángeles que la investigación moderna ha descubierto. Quizás queda justificado el hecho de ver todas las formas religiosas de vestigios de un primitivo culto natural que ha hecho que en ocasiones se rebaje la más pura revelación, y que, si esa revelación primitiva no ha recibido incrementos sucesivos, como entre los hebreos, trae como resultado una abundante cosecha de hierba mala.

La Biblia menciona la idea de algunos ángeles que tienen a su cargo pueblos específicos (cf. Dan 10, y este mismo trabajo). Esta creencia persiste pero con menos fuerza en la noción árabe de los Genii, o Jinni, quienes aparecen en algunos lugares particulares. Una referencia sobre lo podemos quizá encontrar en Gén 32, 1-2: «Jacob se fue por su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Al verlos, dijo Jacob: ‘Este es el campamento de Dios’; y llamó a aquel lugar Majanáyim, es decir, ‘Campamento'». Exploraciones recientes en territorio árabe cerca de Petra, han revelado algunas áreas señaladas con piedras, como un lugar al que los ángeles constantemente iban, y las tribus nómades frecuentan este lugar para rezar y hacer sacrificios. Estos lugares llevan un nombre que corresponde exactamente con el de «Majanáyim» mencionado en el pasaje anterior del Génesis (cf. Lagrange, Religions Semitques, 184, y Robertson Smith, Religion of the Semites, 445). La visión de Jacob en Betel (Gén 28, 12) puede quizá ser considerada de la misma categoría. Basta con decir que no todo lo que está en la Biblia es revelación, y que el objeto de los escritos inspiradas no es sólo darnos nuevas verdades, sino también hacer más claras ciertas verdades enseñadas por la naturaleza. La idea moderna que tiende a considerar todo lo babilónico como completamente primitivo y que parece pensar que porque los críticos fijan una fecha tardía a las escrituras Bíblicas, la religión contenida en ella debe ser retrasada, puede verse en Haag, «Theologie Biblique» (339). Este escritor ve en los ángeles Bíblicos sólo deidades primitivas rebajadas a semi-dioses por el victorioso progreso del monoteísmo.

 

LOS ÁNGELES EN EL ZEND-AVESTA

También se han hecho esfuerzos por rastrear una conexión entre los ángeles de la Biblia y los «grandes arcángeles» o «Amesha-Spentas» del Zend-Avesta. Que la dominación persa y la cautividad babilónica ejercieron una gran influencia en la concepción hebrea de los ángeles se puede ver en el Talmud de Jerusalén, Rosch Haschanna, 56, donde se dice que se introdujeron los nombres de los ángeles de Babilonia. Pero, no es para nada evidente, que los seres angélicos que aparecen tantas veces en las páginas del Avesta, tengan conexión con el antiguo neo-zoroastrismo persa de los sasánidas. Si éste fuera el caso, como lo sostiene Darmesteter, debemos darle la vuelta a la postura y atribuirle a los ángeles del zoroastrismo la influencia de la Biblia y de Filón. Se ha hecho hincapié entre la similitud entre los «siete que están de pie ante Dios» Bíblicos, y los siete Amesha-Spentas del Zend-Avesta. Pero debe señalarse que estos último realmente son seis, el número siete sólo se obtiene contando al «padre, Ahura-Mazda», entre ellos como su jefe. Es más, estos arcángeles del zoroastrismo son más abstractos que concretos; ellos no son individuos que reciben importantes misiones como en la Biblia.

 

LOS ÁNGELES EN EL NUEVO TESTAMENTO

Hasta aquí hemos hablado casi exclusivamente sobre los ángeles del Antiguo Testamento cuyas visitas y mensajes no eran algo extraño; pero en el Nuevo Testamento sus nombres aparecen en cada una de sus páginas y el número de referencias sobre ellos iguala aquellas dadas en la Antigua Dispensación. Fue su privilegio el anunciar a Zacarías y a María el albor de la Redención, y a los pastores su cumplimiento. El Señor Jesús en Sus discursos habla de ellos con la autoridad de alguien que los ha visto, y que mientras «habla con los hombres», está siendo adorado inadvertida y silenciosamente por la hueste celestial. Él describe sus vidas en el cielo (Mt 22, 30; Lucas 20, 36); nos dice como se forman a su alrededor para protegerlo y que con sólo una palabra suya atacarían a Sus enemigos (Mt 26, 53); uno de ellos tuvo el privilegio de atenderlo en el momento de Su Agonía y que sudó sangre. Más de una vez, habla de ellos como de auxiliares y testigos del Juicio Final (Mt 16, 27), el cual ellos prepararán (ibid., 13, 39-49); y por último, ellos dan un alegre testimonio de Su triunfante Resurrección (ibid., 28, 2). Es fácil para las mentes escépticas ver en esta hueste angélica la obra de la imaginación hebrea y de la superstición, pero, ¿los relatos sobre ángeles que figuran en la Biblia no nos proporcionan una progresión bastante natural y armoniosa? En la página de apertura de la historia sagrada de la nación judía, esta es escogida como depositaria de las promesas de Dios; como el pueblo en el que nacería el Redentor. Los ángeles aparecen en el curso de la historia de este pueblo escogido, como mensajeros de Dios, como guías; como quienes anuncian la ley de Dios, en otra ocasión prefiguran al Redentor cuya misión divina ayudan a madurar. Conversan con los profetas, con David y Elías, con Daniel y Zacarías; acaban con las huestes acampadas para atacar a Israel, sirven como guías a los siervos de Dios, y el último profeta, Malaquias, lleva un nombre de importancia especial; «el Ángel de Jehová». Parece resumir en su mismo nombre el anterior «ministerio realizado por las manos de los ángeles», como si Dios con ello recordara las antiguas glorias del Éxodo y del Sinaí. La Septuaginta, de hecho, parece no dar su nombre como para un profeta individual, y el versículo de apertura de su profecía es peculiarmente solemne: «La carga de la Palabra del Señor de Israel por la mano de Su ángel; colóquenla en sus corazones». Todo este ministerio amoroso realizado por los ángeles ex sólo por la causa del Salvador, Cuyo rostro ellos desean contemplar. Por ello, cuando la plenitud de los tiempos llegó, fueron ellos quienes lo proclamaron alegremente cantando «Gloria in excelsis Deo». Ellos guiaron al recién nacido Rey de los Ángeles en Su huida a Egipto, y lo atendieron en el desierto. Su segunda venida y los temibles eventos que le precederán, han sido revelados a su siervo predilecto en la isla de Patmos. Nuevamente se trata de una revelación, y por ello, sus antiguos ministros y mensajeros aparecen nuevamente en la historia sagrada, y el relato final del amor de Dios acaba casi como lo había empezado: «Yo, Jesús, he enviado a mi Ángel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias» (Ap 22, 16). Es fácil para los estudiosos ver la influencia de las naciones circundantes y de otras religiones en los relatos Bíblicos sobre los ángeles. De hecho es necesario e instructivo hacerlo, pero estaría mal que cerremos los ojos a la línea más elevada del desarrollo que hemos mostrado y que muestra de una manera notable la gran unidad y armonía de toda la historia divina de la Biblia.

HUGH POPE Transcrita por Jim Holden Traducido por Bartolomé Santos

 

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Israel expone por primera vez la “Piedra de la Revelación de Gabriel”, que legitima la resurrección de Jesús [2013-05-10]

El eslabón perdido entre el judaísmo y el cristianismo.
El Museo de Israel por primera vez ha exhibido a la vista del pública un objeto único llamado: “Piedra de la Revelación de Gabriel”. La Tabla relata una conversación entre el arcángel Gabriel y un profeta, e indicaría que la resurrección a los tres días de un mesías ya estaba en el acervo del pueblo de Israel en el primer siglo antes de Cristo.

 

ISRAEL-CULTURE-HERITAGE-GABRIEL

 

La tablilla, que se cree data del siglo primero antes de Cristo, y descubierta en el 2007 en la orilla oriental del Mar Muerto, arroja luz sobre la vida espiritual del período del Segundo Templo.

LA TABLILLA

La exposición Yo soy Gabriel contextualiza e ilumina más las inscripciones de la piedra con una serie de raros y antiguos manuscritos – incluyendo un fragmento de los Rollos del Mar Muerto y el Codex de Damasco – trazando el desarrollo de la figura del ángel Gabriel a través de los primeros años de Judaísmo rabínico, el cristianismo y el Islam.

La tablilla tiene 87 líneas de texto escrito en hebreo, donde se relata una conversación entre el ángel y profeta no identificado.

Los eruditos que tradujeron las últimas palabras escritas dijeron que sucedió algo que no era posible discernir porque la tinta se desvaneció en la tablilla.

EL ARCÁNGEL GABRIEL ANUNCIA LA RESURRECCIÓN

Muchos teólogos que tienen acceso al objeto creen que Gabriel anuncia la resurrección de Jesucristo.

Los eruditos están profundamente divididos en cuanto a la lectura de la inscripción, ya que grandes secciones han sido borradas. Sin embargo, todos coinciden en que el principal tema de la inscripción es un ataque contra Jerusalén y la esperanza de que Dios se encargará de la liberación de la ciudad por el bien de su siervo David, tal vez refiriéndose a un Mesías de descendencia Davídica.

El estilo de la inscripción hace eco a los últimos géneros literarios proféticos y apocalípticos, que son exclusivos de la época del Segundo Templo, similar a la de los Rollos del Mar Muerto y los últimos libros de los Profetas, como Daniel, Hageo y Zacarías.

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS SEPARA A JUDIOS DE CRISTIANOS

La premisa de que el Mesías murió y resucitó después de tres días es considerado el fundamento de la fe cristiana, que lo diferencia del judaísmo.

A través de las generaciones, esta creencia se situó en el centro del debate entre los cristianos y los judíos. Pero ahora, una misteriosa tabla de la época del segundo templo llevó a los investigadores a creer que esta premisa mesiánica de la resurrección no es única al cristianismo, sino que existía en el judaísmo años antes del nacimiento de Jesús.

La tabla, que ha sido llamada “la visión de Gabriel”, porque gran parte de su texto se refiere a una visión del apocalipsis transmitido por el ángel Gabriel, pero una gran parte del mismo es ilegible y los investigadores han tenido dificultades para interpretar su significado.

LA TABILLA DEMOSTRARÍA QUE LA IDEA DE LA RESURRECCIÓN ERA UN ACERVO DEL PUEBLO JUDÍO ANTES DE JESÚS

Israel Knohl, profesor de estudios bíblicos en la Universidad Hebrea en Jerusalén, ofreció una nueva interpretación de este texto, que despertó interés en el ámbito cristiano.

“La visión de Gabriel”, es un texto profético desconocido que fue escrito en una gran tabla de piedra caliza gris en el primer siglo aC. En el centro del texto, que incluye citas de la Biblia y versos proféticos, hay una imagen del ángel Gabriel.

La tabla no fue descubierta en una excavación arqueológica organizada, por lo tanto la ubicación de su descubrimiento no está clara. Algunos creen que se encontró en Jordania en la orilla oriental del Mar Muerto.

Ada Yardeni, que se especializa en hebreo escrito y el investigador Biniamín Elitzur publicaron un largo análisis del texto.

Sin embargo, el profesor Knohl interpreta una de las palabras en el texto de forma diferente, cambiando el sentido completo del texto. “Este es un texto revolucionario”, expresó Knohl al presentar su investigación en la conferencia conmemorando los 60 años del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, celebrada en el Museo de Israel en Jerusalén.

“El texto cambia la forma en que observamos al Jesús histórico, y proporciona un eslabón perdido que conecta el judaísmo y el cristianismo, añadió.

“Yo identifiqué una idea judía no reconocida anteriormente que la sangre del mesías es necesaria a fin de lograr la redención nacional. La idea de un torturado mesías que fue resucitado tres días después de su muerte fue adoptada por el judaísmo antes del nacimiento de Jesús. Las ideas principales del mito de Jesús existían en el judaísmo”. destacó Knohl.

En el texto de la “visión de Gabriel” hay 87 líneas. Hacia el final, en la 80a línea, hay una frase poco clara que contiene las palabras “shloshat iamim” (tres días). La siguiente palabra está rota, y cuando el texto se publicó por primera vez, tres puntos fueron utilizados en su lugar.

El profesor Knohl lo reconoció como “Hayia”, derivado del verbo “Hai”, para vivir, concluyendo que el texto está describiendo al ángel Gabriel como alguien que eleva de la muerte al profeta líder denominado “Ministro de ministros” tres días después de su muerte. El asocia a este ministro con un líder judío, llamado Shimon, quien se declaró rey y condujo a una fracasada rebelión hasta que fue muerto por el Ejército de Herodes.

Fuentes: Noticia Cristiana, Signos de estos tiempos

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a San Gabriel Arcángel

La novena a San Gabriel Arcángel, debe comenzarse a rezar el dia 16 de cada mes para finalizarse el día 24 del mismo mes. Y para la fiesta de los Arcángeles (29 de septiembre), la novena comienza el 20 de septiembre.

San Gabriel Arcángel es el mensajero celestial por excelencia, santo patrono de las comunicaciones, por lo cual pon tu confianza en el que rapidamente llevara tu pedido hacia el Padre Celestial.

 

ORACION PARA COMENZAR CADA DIA

Señor Jesús, tú dijiste: Pidan y se les dará. (Mat. 7:7)
El que pide, recibe. (Mat. 7:8)
Todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, se lo concederá. (Ju 14:13; 16:23)
Llegamos ante ti con mucha fe: escucha nuestra oración. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestras lagrimas se conviertan en alegría,
como prometiste, (Ju. 16:20) para que vivamos alabando el Nombre que te puso el Arcángel Gabriel, (Luc. 1:31) y sigamos alabándolo en el cielo. Amén.

 

Día 1º – El sufrimiento como misión del cristiano
Intención: por los que han perdido un pariente o amigo

Salmo 17: ¡Te amo, Señor, mi roca, mi Dios! (Cantar y orar, n. 334)

Evangelio: Lucas 24:44-53. “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
‘Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mi tenía que cumplirse’.
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: ‘Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su Nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido: ustedes quédense en la ciudad, hasta quesean revestidos con la fuerza de lo alto’.
Después los sacó hacia Betania y, levantandio las manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo.
Ellos se postraron ante El y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban continuamente en el Templo bendiciendo a Dios”.

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 2º – Los “hermanos”
Intención: por los enfermos físicos o impedidos

Salmo 127: Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia. (Cantar y orar n. 397)

Evangelio: Mateo 13:54-58. “En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: ‘¿De dónde saca este hombre esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es la María su madre, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo esto?’
Y aquello era para ellos una piedra de tropiezo.
Jesús les dijo: ‘A un profeta solamente lo desprecian en su tierra y en su casa’. Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe”. +

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 3º – La sorpresa
Intención: por los que enfrentan conflictos familiares

1ª lectura: Génesis 18: 1-15. “Dios se apareció a Abraham en las encinas de Mambré, mientras estaba sentado a la entrada de la carpa, en lo más caluroso del día. Alzando los ojos Moisés miró, y vió que tres hombre estaban de pie cerca de él. Tan pronto como los vió corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se postró en tierra. Y dijo: ‘Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu servidor. Que traigan un poco de agua y lávense los pies, y recuéstense bajo el árbol. Voy a traer un bocado de pan para que fortalezcan su corazón. Luego seguirán su camino: que para eso han pasado junto a este servidor’. Y contestaron: ‘Haz como has dicho’.
Entonces Abraham fue de prisa a la carpa y dijo a Sara: “Prepara tres arrobas de harina, amasa y haz unas tortas’. Luego Abraham corrió al corral de las vacas, tomó un ternero tierno y hermoso y se lo dio al mozo, que se apresuró a aderezarlo. Después tomó ricota y leche y el ternero que había aderezado, y se lo puso ante ellos, quedándose él mismo en pie cerca de ellos, bajo el árbol. Ellos se pusieron a comer.
Le preguntaron: ‘¿Dónde está Sara, tu mujer?’ Contestó: ‘Ahí, en la carpa’. Dijo entonces el huésped: ‘Volveré a ti sin falta el año que viene; y entonces tu mujer, Sara, tendrá un hijo’. Sara estaba escuchando a la entrada de la carpa, detrás de él. Abraham y Sara eran entrados en años, y Sara ya no tenía reglas. Se rió Sara interiormente, y dijo: ‘Después de estar gastada, ¿voy a sentir el placer? ¡Y además mi marido es viejo!’. Entonces dijo Dios a Abraham: ‘¿A qué viene eso de reirse Sara diciendo: ‘¿De veras va a dar a luz una vieja como yo?’ ¿Hay algo imposible para Dios? En el plazo señalado volveré a ti el año próximo y Sará tendrá un hijo’. Sara trató de desmentir diciendo: ‘No me he reído’; pues tenía miedo. Mas El replicó: ‘Nada de eso. Sí, te has reído’.”

Salmo 112: El Señor exalta a los humildes y hace felices a los pobres. (CyO, n. 374)

Evangelio: Lucas 1:5-25

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 4º – Levantarse
Intención: por los deprimidos y solitarios

1ª lectura: 1 Samuel 1:24-28; 2:1-8. “En aquellos días cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con El al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. Ana presentó el niño a Elí: ‘El Señor me ha concedido mi petición: este niño es lo que yo pedía. Se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo’. Después de postraron ante el Señor. Y Ana rezó esta oración:
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor, no hay roca como nuestro Dios.
Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos, y la madre de muchos queda baldía.
El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.
El levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria;
pues los pilares de la tierra son de Dios y sobre ellos afianzó el orbe”.

Cántico: Lucas 1:46ss : El Señor hizo en mí maravillas: ¡Gloria el Señor!

Evangelio: Lucas 1:26-38

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 5º – La alegría
Intención: por los enfermos emocionales o espirituales

1ª lectura: Sofonías 3:14-18. “Regocíjate, hija de Sión:
grita de júbilo, Israel;
alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena,
ha expulsado a tus enemigos.
Aquel día dirán a Jerusalén: No temas, Sión,
no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, en medio de ti,
es un guerrero que salva.
El se goza y se complace en ti,
te ama y se alegra con júbilo
como en el día de fiesta”.

Salmo 121: Cómo me alegré cuando me dijeron: ‘Vamos a la casa del Señor’.

Evangelio: Lucas 1: 39-45

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 6º – La esperanza
Intención: por los que afrontan la crisis de su economía

1ª lectura: Isaías 9:1-4 “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban en tierra de sombras y una luz les brilló.
Levantaste la alegría y aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
Como se alegran al repartirse el botín.
pues quebrantaste la vara del opresor,
el yugo de su carga y el bastón de su hombro.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado, y su Nombre es:
“Maravilloso consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la Paz”.

Salmo 126: Bendice, Señor, nuestro trabajo y danos el pan de cada día, porque confiamos en ti. (Cantar y orar, n. 384

Evangelio: Lucas 2:1-21

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

 

Día 7º – El valor de perder y ganar
Intención: por los que sufren violencias o abusos

1ª lectura: Malaquías 3:1-4. “Así dice el Señor:
Miren, yo envío mi mensajero para que prepare el camino ante mí.
De pronto entrará en el santuario el Señor a quien ustedes buscan,
el mensajero de la alianza que ustedes desean.
Mírenlo entrar, dice el Señor del mundo ¿Quién podrá resistir el día de su venida?
¿quién quedara de pie cuando aparezca?
Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero:
se sentará como un fundidor que refina la plata,
como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví,
y presentará al Señor la ofrenda como es debido.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados, como en los años antiguos”.+

Salmo 137: Bendeciré al Señor por su inmensa bondad.

Evangelio: Lucas 2:22-35

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, vi la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.

 

Día 8º – La libertad
Intención: por los jóvenes que luchan ante opciones difíciles

1ª lectura: Judit 9:4-11. “En aquel tiempo Judit oró así: ‘¡Oh Dios, mi Dios, escucha a esta viuda!
Tú que hiciste las cosas pasadas, las de la ahora y las venideras,
que has pensado el presente y el futuro, y sólo sucede lo que tu dispones,
y tus designios se presentan y te dicen: ‘Aquí estamos’.
Todos tus juicios están preparados y tus juicios de antemano previstos.
Mira a los asirios que juntan muchas fuerzas,
orgullosos de sus caballos y jinetes, engreídos por la fuerza de sus infantes,
fiados en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas,
y no han reconocido que tú eres el Señor, quebrantador de guerras.
Tu Nombre es: ¡Señor! ¡Quebranta su poder con tu fuerza!
Pues planean profanar tu santuario donde reposa la Gloria de Nombre.
Mira su altivez y abate su soberbia por mano de mujer,
Tú eres el Dios de los humildes, defensor de los pequeños, apoyo de los débiles”.

Salmo 88: La misericordia del señor cada día cantaré

Evangelio: Lucas 2:36-40

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará. Ví un cielo nuevo y una tierra nueva, ví la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

 

Día 9º – A Dios Padre sea la gloria
Intención: Acción de gracias por los dones recibidos

1ª lectura: Romanos 16:25-27 – Efesios 1:14
Gloria a Dios que tiene el poder de afianzarlos
según el Evangelio que anuncio,
proclamando a Jesucristo,
revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad,
y que ahora se ha manifestado para alabanza de su gloria.
Este es el misterio
que por medio de los profetas
y según el designio de Dios
fue dado a conocer a todas las naciones
a fin de conducirlas a la obediencia de la fe.
A Dios el único sabio
por Jesucristo
sea la gloria eternamente. Amén.

Salmo 26: Aunque todos me abandonen, el Señor me recibirá

Evangelio: Lucas 2:41-52

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, ví la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

Fuente http://www.arcangelgabriel.com

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