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Cómo fue Descubierta la Verdadera Cruz en que Crucificaron a Jesús

Santa Elena, la madre del Emperador Constantino, es retratada sosteniendo una cruz.

¿Por qué?

Porque ella fue quien encontró la Vera Cruz de la crucifixión de Jesús en Jerusalén.

El emperador Romano Adriano reinó desde el 117 al 138 después de Cristo, cambiando el nombre de Judea por el de Siria Palestina.

Y a Jerusalén la llamó Aelia Capitolina prohibiendo a los judíos entrar en ella, debido a las revueltas de los judíos.

Para ese momento Jerusalén se había convertido en un montón de escombros.

Primero por la revuelta del año 70, cuando fue arrasado el templo y después cuando Adriano demolió lo que quedaba.

Adriano consideraba al judaísmo y el cristianismo como insurrecciones.

Para erradicar al cristianismo niveló el Monte Calvario y erigió un templo a la diosa Venus.

E hizo lo mismo con la zona de la tumba de Jesús construyendo el templo a Júpiter Capitolino.

Recién en el año 312 la cosa cambiaría con el emperador Constantino.

Visión de la Cruz en el cielo de Constantino

El padre de Constantino era César de la mitad occidental del imperio y se llamaba Constancio.

Constantino su hijo, estaba cautivo del emperador Diocleciano en el este del imperio.

Cabe aclarar que el emperador Diocleciano fue un gran perseguidor de los cristianos.

Una noche Constantino escapó de los emperadores de Oriente y fue hacia York en Gran Bretaña, donde estaba su padre.

Constancio murió en el año 306 y Constantino fue aclamado como Augusto o sea el emperador mayor del Imperio Romano de occidente.

Ahora necesitaba probar su título.

Y en el año 312 se enfrentó a Majencio en una batalla decisiva.

Cuenta la tradición que anteriormente Constantino vio una cruz en el cielo con la palabras “con este signo vencerás”.

Eusebio cuenta que esto sucedió durante el mediodía y que lo vieron todas las tropas.

Y a partir de ahí Constantino hizo colocar la señal de la cruz en los escudos de sus hombres.

El estudioso Peter Weiss dice que el milagro del sol sucedió en el año 310 en la Galia.

Y que 2 años después sucedió el sueño antes de la batalla en el puente Milvio.

Sugiere que ya en el año 310 Constantino comenzó a cambiar al monoteísmo basado en el Sol Invictus.

Y esto lo llevo dos años después a pasarse al monoteísmo cristiano.

Hay algunos que dicen qué Constantino se acercó al cristianismo por razones de peso político de los cristianos.

Sin embargo en el año 312 los cristianos no eran más del 15% de la población del Imperio Romano y estaban conformados por los niveles más bajos de educación, riqueza y poder de la sociedad, de modo que no fue este al caso.

El poder la educación y la riqueza estaban aún en manos de los paganos.

Por esta época del triunfo de Constantino, Santa Elena su madre, se había convertido al cristianismo.

Eusebio dice que Santa Elena tenía 63 años cuando se convirtió.

Mientras que Constantino se convirtió recién oficialmente en su lecho de muerte.

Pero fue muy importante para el cristianismo.

En el año 325 llamó al Concilio Ecuménico de Nicea, que condenó la herejía arriana, que enseñaba que Jesucristo no era hijo de Dios sino un ser creado por el Padre.

Constantino tuvo tres hijos de su segunda esposa Fausta.

Y murió en el Pentecostés del año 337, bautizado unos pocos días antes por el obispo Eusebio de Nicomedia.

Fue con la autoridad de su hijo que Santa Elena peregrinó a la Palestina en busca de los lugares sagrados.

Y allí encontraría la Vera Cruz y construiría 80 Iglesias según la tradición.

Icono bizantino de Elena y Constantino

    

BIOGRAFÍA DE SANTA ELENA

Cómo sabemos, Santa Helena fue la madre de Constantino el Grande, y habría nacido en Drepanum, la moderna Izmit, el extremo oriental del mar de Mármara.

Era de padres humildes y habría sido del personal de servicio en la corte.

El prometedor general romano Constancio Chlorus se enamoró de esta bella mujer, se casaron y tuvieron un hijo en el año 274, llamado Constantino, que nació Naissus, el Nis moderno, en Serbia.

Pero en el año 294 Constancio se divorció de ella, casándose con Theodora, hija del emperador Maximiano, una mujer noble que alimentaría sus ambiciones políticas.

Entre el tiempo de su divorcio y el ascenso de Constantino Elena estuvo viviendo en la oscuridad en la corte de Diocleciano, quien gobernaba el Imperio de oriente desde Nicomedia.

Y cuando Constantino ascendió a emperador puso a su madre en el centro del escenario de nuevo.

Elena se habría convertido al cristianismo alrededor del año 312 según Eusebio.

Y un año después Constantino emitiría el Edicto de Milán, garantizando la tolerancia religiosa para los cristianos.

Se especula que Santa Elena podría haber influido en Constantino para la promulgación del edicto del año 313.

Constantino se convirtió en el único gobernante de todo el Imperio Romano 10 años después y extendió el edicto de Milán a la otra mitad Oriental del imperio.

La persecución a los cristianos había durado 300 años y ahora podían practicar su fe libremente y quizás debido a la conversión de Santa Elena.

Varios Santos como Eusebio de cesárea, San Ambrosio y San Pablo de Nola destacan la piedad, humildad y generosidad de Santa Elena.

Quién era famosa por su caridad hacia los pobres y los presos.

De ella dice Eusebio en La Vida de Constantino,

“Especialmente abundantes eran los dones que otorgaba a los pobres desnudos y desprotegidos.

A algunos les daba dinero, a otros una amplia provisión de ropa, liberaba a algunos del encarcelamiento, o de la amarga servidumbre de las minas.

A otros los libró de la opresión injusta, y otros los restauró del exilio.

Sin embargo, aunque su carácter derivó en brillo por tales actos…, ella estaba lejos de descuidar la piedad personal hacia Dios.

Se la podría ver continuamente frecuentando Su Iglesia, mientras y al mismo tiempo adornaba las casas de oración con espléndidas ofrendas, sin dejar de lado las iglesias de las ciudades más pequeñas.

En resumen, se podía ver a esta admirable mujer, vestida con sencillez y modestia, mezclándose con la multitud de fieles.

Santa Elena hoy es reverenciada como la descubridora de la Vera Cruz en la que Cristo fue crucificado.

Murió al poco tiempo de regresar a Roma desde Jerusalén y sus restos reposan en el Museo Vaticano.

Santa Elena buscando la cruz con el judío Judas

    

EL DESCUBRIMIENTO DE LA VERA CRUZ

El emperador Constantino veneraba la señal de la cruz que lo había llevado a la victoria y quería encontrar la verdadera Cruz donde Cristo fue crucificado.

Por eso envió a su madre a Jerusalén con una carta para San Macario, que era el obispo de esa ciudad.

La tradición cuenta que Santa Elena llegó a Jerusalén en el año 326 y había soñado con la verdadera Cruz, sintiéndose elegida desde el cielo para encontrarla.

Cuando se apersonó al obispo Macario en Jerusalén éste le informó que los lugares sagrados habían sido cubiertos por santuarios paganos.

Y los cristianos no lo visitaban porque de lo contrario estarían adorando ídolos paganos.

También le fue informado que si ella encontrara el sepulcro, encontraría los instrumentos de castigo.

Porque era costumbre en los judíos hacer un agujero cerca de donde estaba enterrado el cuerpo del crucificado y arrojar todas sus pertenencias y los objetos de su ejecución, porque querían borrar todo rastro de un ser detestable.

Por eso los paganos habían acumulado gran cantidad de piedras y basura arriba del lugar de la crucifixión, construyendo un templo a Venus también, que era la Diosa de la lujuria carnal.

En el lugar de la resurrección habían erigido una estatua de Júpiter.

E incluso en la cueva de Belén, dónde nació Cristo, habían puesto un ídolo de Adonis.

Santa Elena hizo demoler estos monumentos paganos en el nombre de su hijo, y preparó los lugares para construir iglesias católicas.

Rufino de Aquilea en el siglo cuarto dijo que Santa Elena,

Comprendió por revelación que la cruz fue enterrada en una cámara subterránea de la Tumba de Nuestro Señor

Dios recompensó a esta santa Emperatriz mucho más de lo que ella se atrevió a esperar: porque, además de la Cruz, ella también descubrió otros instrumentos de la Pasión”.

Elena comenzó preguntando a varios moradores de Jerusalén dónde podría estar exactamente la cruz.

Y al final fue informada por un anciano hebreo que se llamaba Judas, que la cruz estaba enterrada abajo del templo de Venus.

Cuenta la tradición que un olor dulce y un rayo de luz les informaron el lugar donde debían comenzar a cavar.

Así descubrieron una antigua cisterna que tenía tres cruces, el Títulus (o sea la placa que Poncio Pilato puso informando sobre el delito de que era acusado Jesús) y varios clavos de la crucifixión.

Uno de los clavos se conserva en la catedral de Monza, otro está en el Duomo de Milán y otro está en Roma.

Mientras que una parte del Títulus se conserva en Roma en la iglesia de la Santa Croce.

Ahora Santa Elena estaba frente a las tres cruces y le surgió la duda de cuál era la verdadera cruz.

Basílica del Santo Sepulcro en Tierra Santa

La Leyenda Dorada, un best seller medieval, escrito por Jacobo de la Vorágine que fue un fraile dominico obispo de Génova, relata lo siguiente,

“Trayendo un joven muerto para el entierro, Judá puso su mano sobre el féretro y comenzó a colocar la primera y segunda cruz sobre el cuerpo de la juventud muerta, pero nada pasó; luego puso la tercera cruz: inmediatamente los muertos volvieron a la vida”.

Otra versión dice que Macario después de ofrecer oraciones solemnes trajo a una dama de la nobleza que estaba afligida por una grave enfermedad.

Le hicieron tocar y las dos primeras cruces y no tuvieron ningún efecto, pero cuando tocó la tercera fue sanada inmediatamente.

También hay otra versión que dice que quién fue llevado a probar cuál era la Veracruz era un leproso.

A partir de ahí la tradición dice que el judío Judas y otros judíos llegaron a creer en Cristo y se bautizaron.

Y Judas recibió el nombre de Ciriaco y luego fue obispo de Jerusalén.

Una parte de la cruz fue llevada a Constantinopla, mientras que otra parte fue puesta en manos del obispo de Jerusalén.

Y con el paso del tiempo se fueron quitando fragmentos para regalárselos a personajes políticos y religiosos y a iglesias católicas en todo el mundo.

Esto generó una multitud de reclamaciones de Iglesias y particulares que decían tener una reliquia de la Vera Cruz.

Y surgió la imagen de que si se sumaban todos esos fragmentos se podría hasta construir un barco con ellos.

Sin embargo se hizo una investigación al respecto y se descubrió que sumando todos los fragmentos que reclamaban ser de la vera Cruz que había en el mundo no daba ni siquiera para hacer una cruz diminuta. Esto puede leerse aquí.

Santa Elena se dedicó a hacer obras entre los pobres y a liberar de todo rastro de paganismo la zona de Jerusalén, luego del descubrimiento de la Vera Cruz, ordenando que se construyeran Iglesias en cada uno de los lugares.

Es así como se construyeron Iglesias en Belén, en el Monte de los Olivos, en Getsemaní, además de Jerusalén.

Mientras que el emperador Constantino ordenó construir una iglesia majestuosa abarcando los lugares de la crucifixión, tumba y la resurrección de Nuestro Señor.

El período de construcción fue de 10 años, pero Santa Elena vivió hasta que se dedicó el templo, porque murió en el 327 y la iglesia fue consagrada en el año 335.

La consagración fue el 13 de septiembre y se estableció el 14 de septiembre como la celebración de la exaltación de la Santa Cruz.

Sangre del martirio de Jesús en el Gólgota o Calvario se derrama sobre el cráneo de Adán.

   

¿QUE HAY DEBAJO DEL CALVARIO?

Debajo del Calvario hay una capilla dedicada a Adán, ¿Por qué?

Porque la tradición dice que la sangre de Nuestro Señor crucificado penetró en la tierra y llegó al cráneo de Adán, que había sido sepultado ahí por su hijo o por Melquisedec, como puede leerse aquí.

¿Pero hay algo verosímil en esto o es sólo simbolismo teológico?

El lugar donde crucificaron a Jesús se llamaba Gólgota o lugar de la calavera o calvario.

Se piensa que también puede haber sido un lugar de ejecución de los judíos, porque la ley de Moisés ordenaba las lapidaciones fuera de la ciudad.

De modo que se entiende que los romanos utilizaron el lugar de ejecución judío para sus propios fines.

Pero también ese lugar del cráneo puede hacer referencia a un cementerio, porque las excavaciones dentro del Santo Sepulcro mostraron que había tumbas del primer siglo alrededor de la tumba de Cristo.

Pero además, iconos bizantinos muestran la cruz de Cristo sobre una cueva y su sangre cayendo a un cráneo dentro de esa cueva.

Estos iconos representan la creencia que la tumba de Adán estaba bajo el calvario.

Hoy eso se ve en la Iglesia del Santo Sepulcro, porque debajo del altar de crucifixión hay una pequeña capilla llamada Capilla de Adán.

Y hay una grieta en la roca que conecta directamente ambos lugares.

Los guías turísticos dicen que luego del terremoto fue expuesto el cráneo de Adán.

San Jerónimo se refiere a ello en una carta del año 386 dC.

Y hay tradiciones judías que dicen que el cráneo de Adán fue enterrado por su hijo Sem cerca de Jerusalén y fue custodiado por Melquisedec, el sacerdote rey de Jerusalén en momentos de Abraham.

La simbología de esto es muy clara.

La sangre de Cristo llegó hasta el cráneo de Adán, que fue a través de quién el pecado entró en el mundo.

San Ireneo dijo que Adán que fue creado a la imagen de Dios debía haber sido salvado con la redención de Nuestro Señor.

Y por eso se dice que Jesucristo es el nuevo Adán.

Y el Vaticano II dirá,

“El (Cristo) que es la imagen del Dios invisible es el hombre perfecto que ha restaurado en los hijos de Adán esa semejanza con Dios, que había sido desfigurada desde el primer pecado”.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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La Cruz de San Damiano que Habló a Francisco de Asís

Orando en la derruida capilla de San Damiano, San Francisco escuchó a Jesús que le dijo desde un ícono:

“Reconstruye mi Iglesia”

monje orando ante loa cruz de San Damiano

Como el lugar se encontraba muy deteriorado, el santo entendió que el Señor quería que reparara la capilla.
.
Y se lanzó a la reparación.

Más tarde comprendió que el Señor le llamaba para servir de instrumento para renovar la Iglesia.

Hoy el milagroso crucifijo se encuentra en la Basílica de Santa Clara en Asís.

En San Damiano San Francisco escribió el “Cantico delle Creature” (Cántico de las Criaturas).

San Francisco recibió esta propiedad y se la dio a Santa Clara, como convento para las Clarisas. Aquí vivió ella hasta su muerte.

Leer también

San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano
San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano

 

UN HITO EN LA CONVERSIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

En algún momento durante el verano de 1205 Francisco Bernardone comenzó a experimentar la conversión. 

El joven comerciante y playboy de Asís siempre había tenido un corazón generoso para los demás y para Dios.

Pero ahora le empezaron a rechinar la obsesión de su padre con el dinero y las preocupaciones de su madre por su salud.

Y sus propios deseos para comidas suntuosas y ropa de lujo.

Él anhelaba más que el dinero y la salud, quería el reconocimiento, y un buen momento. 

La vida era demasiado corta y demasiado amarga para la adquisición de estos bienes transitorios para ser su objetivo final.

Él sabía que tenía que haber más en la vida que lo que había estado buscando.
.
Si le daba a Dios el suficiente espacio emocional, Francisco sintió que iba a encontrar lo que fuera que buscaba.

Por lo tanto recuperándose de una enfermedad, Francisco comenzó a pasar muchas horas paseando por el bosque.

Y visitando las capillas alrededor de Asís, pensando, orando.

Una de los lugares frecuentados Francisco fue la iglesia de San Damiano, derruida, desierta, en una colina empinada fuera de los muros de la ciudad.

En este lugar decrépito colgaba un icono grande, casi de tamaño natural pintado del Crucificado. 

Este día de verano en 1205, Francisco caminaba en las inmediaciones de San Damiano, cuando sintió un tirón interior del Espíritu para ir dentro a orar.

Obedeciendo a la voz interior, Francisco descendió la escalera desgastada y ennegrecida por el humo, y cayó de rodillas ante el icono familiar.

Con su espíritu alerta a lo que el Señor tal vez deseaba transmitir.

cruz de san damiano original

 

DETALLES DE LA HISTORIA

La experiencia que marcó a Francisco para toda su vida fue en otoño de 1205.

El Señor le prometió a Francisco que pronto daría respuesta a sus preguntas.

A los pocos días, paseando por los alrededores de Asís, pasó junto a la antigua iglesia de San Damiano.

Y conmovido por su estado de inminente ruina, entró a rezar ante el ícono como dijimos.

Estando allí le invadió, más que otras veces, un gran consuelo espiritual.

Con los ojos arrasados en lágrimas, pudo oír como el Señor le hablaba desde la cruz y le decía: 

“Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”.
.
Tembloroso y sorprendido, él contestó:
.
“De muy buena gana lo haré, Señor”. 

Luego se ensimismó y quedó como arrebatado, en medio de la iglesia vacía.

Fue tal el gozo y tanta la claridad que recibió con aquellas palabras, que le pareció que era el mismo Cristo crucificado quien le había hablado.

Todos los biógrafos coinciden en calificar de éxtasis o visión la experiencia de San Damiano.

Santa Clara escribe que fue una “visita del Señor”, que lo llenó de consuelo y le dio el impulso decisivo para abandonar definitivamente el mundo.

Tomás de Celano y los Tres Compañeros sitúan esta experiencia en San Damián.

Según ellos, cuando el Señor le habló desde el crucifijo, Francisco experimentó un cambio interior que ni él mismo acertaba a describir.

El corazón se le quedó tan llagado y derretido de amor por el recuerdo de la pasión, que desde entonces llevó grabadas en su interior las llagas de Cristo, mucho antes de que se le manifestaran en la carne.

Por eso, añade San Buenaventura,

ponía sumo cuidado en mortificar la carne, para que la cruz de Cristo que llevaba impresa dentro de su corazón rodease también su cuerpo por fuera.

Todo eso lo practicaba ya cuando aún no se había apartado del mundo, ni en el vestir ni en la manera de vivir”.

Se refiere a un cilicio, a un tejido hecho de gruesos nudos, que empezó a llevar ceñido a la cintura, debajo de la ropa.

Desde entonces será tal su austeridad, y tantas las mortificaciones a lo largo de su vida, que, sano o enfermo, apenas condescendió en darse gusto.

Hasta el extremo de reconocer, poco antes de morir, que había tratado con poco miramiento al “hermano cuerpo”.

Icono de la cruz de san damiano 

DESCRIPCIÓN DEL CRUCIFIJO DE SAN DAMIANO

El crucifijo que habló a Francisco es hoy uno de los más conocidos y reproducidos del mundo.

Se trata de un icono románico-bizantino del s. XII, de autor desconocido y clara influencia sirio-oriental.

Es de madera de nogal recubierta con una vasta tela, sobre la que pintaron con colores vivos las figuras de Cristo y otros personajes de la Pasión.

Sin el pedestal, mide 2’10 metros de alto por 1’30 de ancho.

En 1257, cuando las clarisas abandonaron San Damiano, se lo llevaron consigo al nuevo monasterio de Santa Clara construido para ellas en Asís, donde lo conservaron durante siglos en la sacristía.

En 1958, 20 años después de ser restaurado por Rosario Aliano, fue expuesto al público en la capilla de San Jorge.

Después del terremoto de septiembre de 1997 el icono ha sido sometido a una nueva restauración.

Boveda original donde cuelga el icono de san damiano

 

CLAVES PARA COMPRENDER EL SIGNIFICADO DE ESTE ICONO

El elemento más llamativo del Crucifijo de San Damián es la figura de Cristo.

No es el cuerpo de un cadáver, sino de Dios mismo, incorruptible hasta la eternidad y la fuente de la vida, que irradia la esperanza de la resurrección.

El Salvador nos mira directamente a nosotros con una mirada compasiva, real, triunfante, y fuerte.

Él no cuelga en la cruz, sino que más bien parece estar apoyándolo, de pie en su plena estatura.

Sus manos no están clavadas en la madera, sino que se extienden serenamente en una actitud de súplica y bendición.

Yanto, que nuestro iconógrafo ha destacado una expresión tranquila y apacible de Jesús. 

Este crucifijo no expresa el horror bruto de la muerte por crucifixión, sino más bien la nobleza y la bondad de la vida eterna.

El Cristo de San Damiano está vivo y sin corona de espinas.
.
Pues es el Cristo resucitado y glorioso que ha vencido a la muerte.

El paño de lino orlado de oro recuerda las vestiduras de los sacerdotes del Antiguo Testamento (Ex 28, 42).

Su postura expresa un gesto de acogida y parece abrazar a todo el universo.

Sus ojos no miran al espectador, sino que se dirigen al Padre, invitándonos también a nosotros a hacer lo mismo mediante la conversión.

Los 33 personajes que lo rodean representan la comunión de los santos de todos los tiempos.

Jesús, con los pies sobre fondo negro, parece que asciende del abismo.

La sangre de Cristo chorrea sobre los personajes que lo rodean, para indicar que han sido lavados y salvados por su Pasión.

La sangre de los pies cae sobre seis personajes apenas reconocibles, que podrían ser: San Juan Bautista, San Miguel, San Pablo y San Pedro, San Damiano y San Rufino, patrón de Asís.

En cada extremo de los brazos transversales de la cruz hay tres ángeles que muestran a Cristo: son los mensajeros de la Buena Noticia.

Los personajes bajo los brazos de Jesús están todos en la luz, son hijos de la luz.

Tienen todos la misma estatura, pues son “hombres perfectos”, que han alcanzado “plenamente la talla de Cristo” (Ef 4, 13).

Si se mira bien, sus rostros son como el de Cristo, pues en ellos ha sido restaurada la “imagen y semejanza de Dios” original.

Juan y María están en el puesto de honor, a la derecha de Cristo.

El discípulo muestra y recoge la sangre del costado de Cristo.

María manifiesta dolor, pero también serenidad y admiración por la resurrección y por el nuevo hijo que su Hijo le acaba de encomendar.

El manto blanco de la Virgen simboliza pureza, y las piedras preciosas que lo adornan son los dones del Espíritu Santo.

El vestido rojo oscuro representa el amor.

La túnica morada bajo el vestido recuerda que María es la nueva Arca de la Alianza (la del Antiguo Testamento estaba cubierta con un paño de ese color).

A la izquierda de Jesús están María Magdalena y María de Santiago, que parecen preguntarse: ¿Quién nos abrirá el sepulcro?

Junto a ellas, el Centurión confiesa la humanidad y divinidad de Cristo: “Verdaderamente, este hombre era el Hijo de Dios”.

Detrás del Centurión asoma el rostro de quien encargó el crucifijo y otras tres personas que evocan al Pueblo de Dios.

Bajo los personajes mayores, hay dos pequeños, uno a cada lado, que representan a los romanos y judíos que crucificaron a Jesús: el romano es un soldado con la lanza y la esponja.

A la izquierda de las piernas de Cristo se ve el gallo de Pedro, que recuerda nuestra debilidad e invita a la vigilancia.

Pero también simboliza al sol naciente, Cristo, cuya luz se difunde por toda la tierra.

Sobre la tablilla con la inscripción “Rex iudeorum”, en un círculo rojo.

Vemos a Cristo que sube al cielo, vestido de blanco, con estola dorada y una cruz luminosa en la mano, señal de victoria.

El círculo expresa perfección y representa la plenitud de la gloria, donde lo reciben diez ángeles festivos.

La mano del Padre, en lo más alto del crucifijo, se encuentra en un semicírculo.

La otra mitad no se puede ver, pues Dios Padre no tiene rostro, es un misterio.

altar privado con la crz de san damiano

 

ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO

Alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi
corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sensatez y conocimiento,
Señor,
para hacer tu santo y veraz
mandamiento.

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La Cruz está Bajo un Ataque Concertado

El principal símbolo cristiano es la cruz.

Y por serlo está bajo violento ataque.

Muchos cristianos no lo perciben porque los medios de comunicación tratan de no hacerlo visible.

cristianas coptas

Los musulmanes radicales han desarrollado hasta el paroxismo la tradicional aversión islámica contra la cruz.
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Y la están llevando a Europa.

Y ésta no la defiende porque se ha vuelto post cristiana.

Además, los musulmanes tienen más que ofrecerle: mano de obra para sus industrias y petróleo.

cruz en montaña fondo

 

EL MUNDO SE ABALANZA CONTRA LA CRUZ

Los cristianos no tenemos elección. Nuestro Maestro lo puso bien claro. Dejar todo para tomar Su Cruz.

La Cruz es nuestro camino, el único que nos lleva al Cielo. Por eso dijo el Señor: el que quiera seguirme, que tome su cruz y me siga.

Y en estos momentos la cruz es un estigma para los cristianos.

Muchos hermanos cristianos están siendo muertos, torturados, mutilados, golpeados e insultados, por llevar una Cruz, por declararse visiblemente cristianos frente al mundo.

No tenemos que ser muy despiertos para darnos cuenta que el que más odia la Cruz es Satanás.

Él se mete en los corazones de muchos hombres, para inspirarles ese odio visceral a la Cruz.

Pero, ¿cómo?, podemos preguntarnos ¿no pueden respetar el símbolo del Cristianismo, que es una religión de paz?

Los cristianos reconocen que no todos han recibido el precioso don de la Fe y son misericordiosos con ellos.

Por lo mismo, no se nos cruza por la mente que haya gente cuyo odio a la Cruz lo lleve a agredir al que lleva una.

¿Te acuerdas del canto de la Misa? “Al pecho llevo una Cruz . . . y en mi corazón lo que dice Jesús…”

Esto nos permite entender que el odio no es sólo a la Cruz, el odio es contra el Maestro, el Salvador, el Redentor.

El odio es contra Jesús.

Satanás es muy astuto, sabe dónde atacar y cómo atacar.
.
Y hace siglos que viene trabajando sigilosamente para conseguir sus metas.
.
Lo primero, fue hacer que los propios cristianos se avergonzaran de la Cruz.
.
¿Cuántos cristianos no llevan la cruz en forma visible aún en países donde no hay peligro de vida al hacerlo?

Partiendo de ahí no fue difícil para sus esbirros ir cambiando de a poco las leyes, para ir quitando de la sociedad las cosas buenas que ha traído la moral cristiana.

Por ejemplo, aprobar leyes a favor del aborto y la eutanasia disfrazándolas, por medio de un lenguaje “políticamente correcto”, con las ideas de libertad de elección, dignidad, etc.

jesus crucificado

 

RENUNCIANDO VOLUNTARIAMENTE A SEGUIR A JESÚS

Y casi sin darnos cuenta esto nos llevó a ir dejando nuestras cruces tiradas.

Las cruces eran demasiado pesadas, en un mundo que sólo quiere la felicidad, la diversión, el confort, la materia.

El mismo Jesús se lo dijo en Nigeria a Bernabé Nwoye:

“Hijo, ayúdame a cargar todas estas cruces que han sido rechazadas, que Mi pueblo ha abandonado para que Yo las lleve”

Pero la Cruz que no quisimos carga puede volver a nosotros, en algún momento de nuestra vida, para cobrarnos el abandono.

Hemos crecido escuchando relatos de cruces brillando en la oscuridad para detener malos actos.
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La historia de la Cruz en el cielo que vio el emperador Constantino
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Las astillas de la “vera cruz” que llevó Don Juan de Austria y cada uno de sus capitanes en la memorable batalla de Lepanto, cuando los cristianos se enfrentaron contra una escuadra musulmana notoriamente mayor y vencieron.

La fuerza de la cruz, la oración y la fe de los creyentes fue obteniendo triunfos a lo largo de la Historia de la Salvación.

Recordemos la alabanza:

”Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos… Llenos están los Cielos y la tierra de Tu gloria…”.

Dios estuvo siempre presente en las buenas batallas.

cruz con sangre

 

HOY LLEVAR UNA CRUZ  ES PELIGRO DE MUERTE

Durante los siglos, después de la expulsión de los invasores musulmanes a Europa, las religiones monoteístas han convivido razonablemente bien, a pesar de algunos roces, rencillas, y algunas guerras menores.

Pues bien, esa convivencia pacífica se acabó.
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En estos momentos, el Islam (por lo menos la parte más radical) va contra la Cruz de Cristo.

Ha habido, en estos últimos tiempos, innumerables testimonios de violencia ejercida contra personas que portaban una Cruz y sólo en los países musulmanes, sino también en Europa.

La orgullosa y altiva Europa, centro del mundo antes cristiano, ha dejado de lado a Dios como algo obsoleto y no respeta la cruz ni la hace respetar por los nuevos ‘invasores’ demográficos.

Tal como lo habían hecho durante el Éxodo los israelitas, que olvidaron los dones y gracias que el Señor les había otorgado a lo largo del camino, y terminaron adorando becerros de oro, Europa, olvidando a lo único que podía salvarla.

Se ha entregado desarmada a la mano de obra islámica y al petroleo del Islam.

Y es esa misma Europa, que hasta hace un tiempo rechazaba toda inmigración, sobre todo de latinoamericanos, a los que les ponía el nombre peyorativo de “sudacas”, la que se ha visto solapadamente invadida por musulmanes y ahora en forma desemboza.
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Pacíficos al ser pocos. Arrogantes cuando comienzan a ser muchos.
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Muchas ciudades, pueblos y comarcas han debido afrontar la violencia desatada por bandas de musulmanes contra los hijos del país, sin que la justicia sea eficaz para evitarlo.

musulman destruyendo una cruz

 

EL SÍMBOLO DE SALVACIÓN PARA LOS CRISTIANOS ES CONSIDERADO UNA AFRENTA PARA LOS MUSULMANES

El respeto a los símbolos centrales de las religiones muestra la actitud pacífica o beligerante de cada religión.

Mientras que la media luna musulmana es aceptada pacíficamente por los cristianos como una expresión de fe musulmana, no sucede la recíproca.

Los musulmanes históricamente se han sentido agredidos con la sola presencia de una cruz. Y a veces actuarán violentamente contra ella.

Según el Padre Sidney Griffith, autor de “La Iglesia a la sombra de la Mezquita”, la Cruz y los iconos públicamente declarados y conocidos como puntos fundamentales de la fe cristiana, chocan contra las creencias islámicas.
.
Porque, a criterio de los musulmanes, el Corán niega explícitamente que Cristo es el Hijo de Dios y que murió en la Cruz. Ver aquí una explicación.

Por lo tanto, la práctica cristiana de venerar la Cruz y las imágenes de Cristo y de los santos despertó desde antiguo un sentimiento de desprecio en los musulmanes.

Actualmente, sin embargo, esa intolerancia ha crecido en forma exponencial.
.
Alimentada por las profecías del final de los tiempos.
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Y la espera por parte del Islam de un líder religioso liberador (el Mahdi), que vendrá a dominar bajo su poder -islámico, por supuesto – a todos los pueblos.

Estas creencias, unidas a la aglutinación de musulmanes emigrados que se juntan y alían para exigir derechos, han originado una virulenta campaña en contra de los cristianos y sus símbolos.

Esto está trabajando activamente para borrar los símbolos públicos del cristianismo, sobre todo la Cruz y toda otra imagen que represente o recuerde a Cristo Crucificado.

Aunque ignorada en general por el mundo católico, la hostilidad islámica a la Cruz es un hecho que ha cruzado continentes y siglos.

Pero que en estos momentos se ha tornado amenazadora como eje indicativo de la hostilidad innata del Islam hacia el cristianismo.

Según los informes, el profeta Mahoma «tenía una tal repugnancia a la forma de la Cruz que destrozó todo lo que en su casa pudiera tener esa figura”.

En una ocasión ordenó a alguien que llevaba una cruz que se quitara ese “pedazo de idolatría» y afirmaba que al final de los tiempos Jesús vendría a destruir Él mismo la Cruz.

Y esta es una afirmación que el Estado Islámico invoca regularmente.

cruces incendiadas

 

EL ODIO A LA CRUZ ES UNO DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

El autor egipcio Raymond Ibrahim, experto en Oriente Medio ha sostenido por años que

La guerra del Islam radical con el Occidente no se limita a quejas políticas reales o imaginarias.
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Sino que va más allá, es existencial, trasciende el tiempo y el espacio y está profundamente enraizada en la fe»

Por lo que Ibrahim sostiene que, antes de intentar un acercamiento o dar muestras de ciertas “afinidades” que indicarían una posible unidad con los musulmanes, “tendríamos que empezar por respetar nuestra civilización y nuestra cultura”.

No podemos ni debemos, continúa diciendo, minimizar la importancia de ciertas señales.

Esto es: debemos despertar ahora o las siguientes generaciones podrían sufrir las consecuencias de esta invasión islámica peligrosa y descontrolada.

Con este panorama ya entre nosotros, debemos despertar a la idea que no sólo es un riesgo real llevar una Cruz en países musulmanes, sino que hay indicios de que comienza a serlo en Europa.

Resulta alarmante comprobar la creciente violencia en contra de la Cruz en el viejo continente.

Veamos algunos ejemplos.

escudo de real madrid antes y ahora

 

LA VIOLENCIA CONTRA CRISTIANOS EN EUROPA POR LLEVAR UNA CRUZ

Veamos solo una ínfima porción de lo que está sucediendo en Europa.

En Italia, un chico musulmán de origen africano golpeó violentamente en la escuela a una niña de 12 años de edad, porque llevaba un crucifijo alrededor de su cuello.

El colegial africano, que apenas había empezado a asistir a la escuela tres semanas antes, comenzó casi inmediatamente a intimidar a la niña cristiana, primero por medio de insultos y otras maneras de molestarla, simplemente porque ella llevaba el crucifijo y como corolario de esto, finalmente «terminó golpeándola  violentamente por la espalda«.

Podemos preguntarnos ¿cómo es posible tal muestra de violencia en un chico en edad escolar?

Y seguramente la respuesta esté en el odio inculcado en las propias mezquitas europeas, donde agentes extremistas y representantes del Estado Islámico llaman a los musulmanes a la “yihad”.

Tampoco es Italia la única nación europea que experimenta este fenómeno.

En la vecina Francia, un grupo de musulmanes adultos cometió recientemente actos de vandalismo en dos iglesias.

Este grupo “dobló” una cruz de bronce macizo, derribando y rompiendo en ambos casos altares, candelabros y atriles, destrozando las imágenes, y por si esto fuera poco, también derribó un Sagrario, destruyeron la puerta de una sacristía y hasta rompieron vitrales de los templos.

Y en Alemania, un hombre turco internado en un hospital para recibir tratamiento, entró en un frenesí de furia de repente porque había demasiadas cruces en la pared, volviéndose físicamente agresivo con la enfermera que lo atendía, llamándola “perra fascista”.

Hay veces en que, lamentablemente, son los propios europeos los que voluntariamente capitulan frente a la hostilidad islámica hacia la Cruz.
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El Club Real de Madrid, uno de los más importantes equipos de fútbol profesional de España, ha eliminado la tradicional cruz cristiana que formaba parte del escudo del Club.
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Esto fue como parte de un acuerdo con el Banco Nacional de Abu Dhabi, “para no ofender las sensibilidades musulmanas en los Emiratos Árabes Unidos”.

Y en el Reino Unido, crucifijos tildados de “ofensivos” están siendo retirados de las prisiones con el fin de no ofender a los presos musulmanes.

cruz de conductora noruega

 

MUSULMANES SE SIENTEN OFENDIDOS PORQUE UNA PERIODISTA NORUEGA SALIÓ A CÁMARAS CON UNA CRUZ

Hace 3 años la cadena pública noruega NRK prohibió a la presentadora histórica de noticias regionales Siv Kristin Saellmann aparecer en su transmisión con una cruz alrededor de su cuello. 

En Noruega, la mayoría de la población es cristiana, pero la comunidad islámica, primera minoría del país, protestó contra la Sra. Siv Kristin Saellmann, ya que «la cadena no garantiza la imparcialidad» y «la cruz ofende al Islam».

Después de las protestas, el director responsable de NRK, Anders Sarheim, suspendió de manera temporal a la periodista explicando que el código de conducta empresarial disuade de llevar joyas con «significado religioso o político».

Saellmann respondió:

«No me gusta el hecho de que la gente proteste y que le diga a mi jefe lo que debería o no llevar. 

Nunca pensé que esta cruz, de no mas de un centímetro y medio, que me la regaló mi marido durante unas vacaciones recientes en Dubai como una simple joya, podría causar tanto alboroto. 

No he usado la cruz para provocar. Yo soy cristiana, pero hasta ahora he visto usar la cruz en todas partes, incluso como artículo de moda, y no creo que la gente reaccioe a esto». 

El director del canal de televisión reiteró que «Noruega debe parecer neutral», pero el comentarista Sven Egil Omdal señaló que la prohibición es desproporcionada, «Es como usar un cañón para disparar a un gorrión.»

Para los cristianos del norte de Europa es cada vez más difícil profesar sus creencias en público, a diferencia de los que pertenecen a otras confesiones que a menudo son libres de hacerlo. 

cruz en fondo oscuro fondo

 

SI ESO SUCEDE EN EUROPA, EN PAÍSES MUSULMANES ES PEOR

“Ahora bien, podemos preguntarnos, dice Ibrahim, si es así como algunos musulmanes reaccionan frente a la cruz cristiana en Europa, donde son conscientes de su inferioridad numérica.
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¿Cómo pueden reaccionar en los países del mundo islámico donde se saben mayoría y donde pueden ejercer violencia o condenar al ostracismo a los “infieles” cristianos que son presa fácil de su fanatismo?”

La respuesta, dice Ibrahim, es la muerte.

Literalmente, los cristianos están siendo asesinados por los musulmanes que se sienten provocados a la vista de la Cruz.

Hace algún tiempo en Egipto, una joven cristiana copta llamada María fue mutilada hasta la muerte, simplemente “porque su cruz la identificó como cristiana” frente a manifestantes de la Hermandad Musulmana.

Según un testigo que contó el episodio, María Sameh George estaba estacionando su coche delante de una iglesia para administrar medicamentos a una mujer de edad avanzada.

Al ver los manifestantes que la ocupante del coche era cristiana, hecho que dedujeron por la cruz colgada del espejo retrovisor, saltaron sobre la parte superior del coche, y su gran número hacía que el vehículo ya no fuera visible.

Con el peso de tantos atacantes, el techo del coche se derrumbó sobre la ocupante del vehículo.

Cuando se dieron cuenta de que estaba empezando a morir, la sacaron del coche y comenzaron a golpearla.

Uno de ellos la apuñaló por la espalda, cerca del corazón, terminando así con su vida.

No satisfecho con esto, uno de los asesinos la agarró por el pelo, sacudiendo su cabeza, mientras que con la otra mano le cortaba la garganta. Otro le sacó sus pantalones, hasta dejarla sangrante y desnuda.

En respuesta, la Iglesia Cristiana Copta emitió la siguiente declaración:

«Oh, qué afortunada eres, María, tú que eres amada por Cristo.

Desgarraron tu cuerpo a causa de la Cruz.

Sin embargo, ellos te ofrecieron el mejor de los servicios y te otorgaron un nombre de honor por haber logrado la corona del martirio».

La declaración también citó la advertencia de Cristo a los creyentes:

«Os expulsarán de las sinagogas; pero está llegando la hora en que cualquiera que os mate pensará que así rinde un servicio a Dios” (Juan 16: 2).

cruz haciendo un puente

¿No será que los musulmanes radicales atemorizan al mundo y éste les va permitiendo espacios cada vez más grandes, hasta que esta historia no tenga vuelta atrás?

Para muestra, bastaría con este botón, sin embargo hay otros ejemplos terribles.

En octubre de 2011, Ayman Nabil Labib, un estudiante copto de 17 años fue golpeado hasta morir por su profesor musulmán furioso y otros compañeros, tan sólo por el hecho de llevar una cruz tatuada en su muñeca.

En un viaje desde Asiut a El Cairo, un policía musulmán fuera de sí abrió fuego contra seis cristianos, matando a un hombre e hiriendo gravemente al resto, por llevarla cruz copta tatuada en sus muñecas.

En Pakistán, un musulmán le tiró una botella de ácido para batería a una mujer cristiana que llevaba una cruz colgada de su cuello. No obstante huir gritando, otro hombre la detuvo y le hizo beber más del líquido.

En medio de sus gritos y mientras los dientes se caían de su boca, pedía desesperadamente ayuda, una mujer la ayudó y la llevó primero a su casa y luego a un hospital, donde los médicos en un primer momento no la quisieron atender porque era cristiana.

Luego aceptaron hacerlo, a pesar de ser amenazados con incendiar el hospital.

Todo esto debido a que llevaba una cruz.

En Pakistán, donde solamente la sospecha de haber ofendido al Islam puede llevar a hacer quemar vivo al acusado, existe la creencia de que lo que es “pisado” es humillado.

Muy creativo, un fabricante de zapatos dibuja una cruz en la suela de los zapatos que vende.

De esta manera, todos sus clientes van humillando alegremente el símbolo de la Cruz, que aborrecen.

migrantes musulmanes a europa

 

OCCIDENTE CADA VEZ MAS ACORRALADO

El fanatismo islamista radical parece no tener fin y sus exigencias cada vez son mayores.

Como por ejemplo, una vez conseguida una sección propia para ellos en un cementerio de Alemania, exigir también que las cruces de las tumbas cristianas sean quitadas o tapadas durante un entierro musulmán.

Eso, cuando no deciden dañarlas por su cuenta, como en un cementerio cristiano de Malasia que fue atacado y profanado por la noche por una banda de desconocidos, o en uno de Francia, después del cual el atacante fue declarado “inimputable”.

El artículo de Raymond Ibrahim termina con estas aterradoras palabras:

“Los lectores atentos notarán los paralelos similares aquí: la destrucción de cruces en las iglesias y cementerios e incluso el asesinato de «infieles» cristianos, según lo hemos documentado anteriormente, no se limita a «ISIS», sino que está sucediendo en todo el mundo musulmán, e incluso en Europa”.

“En resumen, podemos afirmar que el odio secular del Islam hacia la Cruz cristiana – y a todo lo que ella representa- no es producto del Estado islámico, sino del Islam”.

El escenario está listo. La persecución contra la cruz se está globalizando y satanás se está saliendo con la suya.

¡Pero por poco tiempo! El Señor esta listo para su segunda venida y ya sabemos que venció al enemigo en la batalla que tuvo lugar en los cielos.

Fuentes:


maria de los angeles pizzorno
Escrito por María de los Ángeles Pizzorno

De Uruguay, Escritora, Ex Secretaria retirada

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Cómo la Madera de la Cruz de Cristo fue elegida desde el Principio de los Tiempos

Sabemos que Jesús fue clavado en una cruz de madera donde murió.

¿Y cómo era la cruz? ¿De qué madera?

vera cruz de caspe
Vera Cruz de Caspe

Aunque podríamos preguntarnos, ¿qué importancia puede tener eso?.
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Sin embargo debemos considerar que todo lo relacionado con Nuestro Señor Jesucristo importa, porque su presencia entre nosotros no fue improvisada o fruto de un arrebato.
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Todo tiene su razón de ser, su significado, nos permite comprender mejor el plan de Dios.
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Y más el lignum crucis que fue donde se entregó Jesucristo por nuestra salvación.

Según Wikipedia, el Lignum Crucis (literalmente, madera de la cruz) es una reliquia del cristianismo que se refiere al madero supuestamente usado por los romanos para crucificar a Jesús de Nazaret.

dibujo llevando la cruz fondo

 

EL MONTE DE LA CALAVERA: EL CALVARIO

Sabemos, desde siempre, que la Cruz fue clavada en el Gólgota, esto es, en el monte Calvario.

Pero no todos estamos enterados de que el monte Calvario se llama así porque era el monte de la Calavera.

La Beata Ana C. Emmerick nos lo relata detalladamente:

“Sobre el monte Calvario tuve una vez la visión de cómo un profeta, el compañero de Elías, se metió en unas cuevas que entonces había debajo de ese monte, amuralladas, que servían de sepulcros.
.
Allí tomó un sarcófago de piedra que contenía huesos de la calavera de Adán.

Aparecióle entonces un ángel, que le dijo: “Esta es la calavera de Adán”.

Y le prohibió sacar esos huesos de allí.

Había aún sobre esa calavera cabellos delgados y rubios en partes.

He sabido que por la narración de ese profeta se dio a ese lugar el nombre de la Calavera.

Justamente sobre ese lugar de la calavera, vino a dar Jesucristo con sus sagrados pies.”

O sea que, por medio de visiones, el Señor nos instruye sobre algo que no conocíamos y que es bueno que sepamos.

Porque la historia culminó, donde había empezado.

Es decir, que la Gloriosa Sangre de Jesús cayó sobre los restos del primer hombre, Adán.

Y como en un círculo celestial, el primer Adán – representando a toda la humanidad – se unió, de manera increíble, con el Nuevo Adán, Cristo, por medio de la Preciosísima Sangre de Salvación.

Pero hay algunos indicios que nos muestran que para Dios nada es casual.

papa francisco con la cruz fondo

 

POR EJEMPLO, EL CÁLIZ DE LA ULTIMA CENA

El cáliz que utilizó Nuestro Seor en la Última Cena, pasó a ser importante después de esa Cena tan principal y única para nosotros, los cristianos.

A partir, de allí, se lo escondió, se lo buscó, se lo encontró, se lo volvió a perder, etc., etc.

Los cruzados cruzaron el mar Mediterráneo para rescatar el Santo Grial de manos sarracenas.

Durante la Edad Media, se dijo que estaba o había estado, en diferentes lugares.

Se tejieron leyendas y aún hoy, no se tienen exactos conocimientos de su paradero, por más que se dice que puede estar en . . . o en. . . y ese “en” puede ser cientos de lugares.

Ese es el después.

Después de Cristo, pero, ese Cáliz tuvo un antes, que pudo haberse perdido en las brumas del tiempo.

Sin embargo, por la Beata Ana Catalina Emmerick, nos enteramos de que ese tan especial Cáliz, no era una copa común y corriente, tomada de algún mueble, y puesta delante de Jesús en la mesa de esa Última Cena.

Por lo menos hasta el momento en que Jesús la elevó a la categoría de Vaso Sagrado.

“El gran cáliz estaba en casa de Abraham.
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Melquisedec lo trajo consigo del país de Semíramis a la tierra de Canaán cuando comenzó a fundar algunos establecimientos en el mismo sitio donde se edificó después Jerusalén.
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Él lo usó en el sacrificio, cuando ofreció el pan y el vino en presencia de Abraham, y se lo dejó a este Patriarca.”

Incluso, Emmerick nos hace una profecía de dónde se encuentra y por lo tanto, dónde saldrá a la luz:

El gran cáliz se ha quedado en la iglesia de Jerusalén, cerca de Santiago el Menor.

Y lo veo todavía conservado en esta villa: ¡aparecerá a la luz como ha aparecido esta vez!

Otras iglesias se han repartido las copas que lo rodeaban…”

Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó
Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó

 

EL LARGO CAMINO DE LA SALVACIÓN

De la misma manera podríamos pensar que la o las maderas de las que estuvo compuesta la Cruz, pueden querer simbolizar algo, algún mensaje, para nosotros, los cristianos del Tercer Milenio.

El Señor sabe que, para nuestra flaqueza, dos mil años es mucho tiempo y muchas lámparas han comenzado a apagarse.

Aún más, los que aún la tenemos encendida, podemos estar quedándonos sin aceite.

Él lo sabe y lo comprende, porque es nuestro Padre.

Entonces, nos da siempre algo nuevo, una novedad que nos despierta, como las estrellas en el manto o los ojos de la Virgen de Guadalupe, o tal vez la madera de la Santa Cruz.

Una vez leí una novela corta, cuyo título no recuerdo, pero que hablaba de la Corona de Espinas.

Se trataba de una familia de los alrededores de Jerusalén, en el tiempo de Jesús.

Pasaban extremas necesidades, hasta el punto de no conseguir una moneda con la que comprar un mísero pan y los padres veían a sus niños debilitarse día tras día.

En determinado momento, el padre, que había salido como todos los días a ver si conseguía un trabajo, que siempre le era negado, volvió como loco a su casa, diciéndole a la mujer, casi a gritos, de la emoción que lo embargaba.

“¡Conseguí un trabajo! ¡Podremos comprar comida!

Un soldado romano me encargó que le tejiera una corona de espinas para un preso que van a ajusticiar!

Y mira, he conseguido este arbusto que es muy espinoso y fíjate, sus espinas son enormes.

Quedará contento y me pagará bien. ¿Te imaginas? ¡Qué bondadoso es nuestro Dios!

Evidentemente, eso fue una fantasía, ¿O no?...

Pero Dios es tan bondadoso, que puede haber hecho algo así.

Sacar de Su dolor una ayuda para alguien que lo necesitaba.

¿Acaso no lo hizo para con todos nosotros?

¿No sacó de ese Su atroz sufrimiento la felicidad de toda la humanidad?

jesus lleva la cruz botero fondo

 

PASANDO POR EL PARAÍSO, LLEGAMOS A LA CRUZ

Anna Catalina Emmerick nos habla del Paraíso, contándonos que había

Una península en la cual había un árbol tan frondoso y cuyas raíces formaban el piso de esa península.

Ese árbol era tan bello “que a todos vencía en hermosura”…

Cubría toda esa península, (en realidad, ella le dice isla porque su unión con la tierra era muy delgada) y “desde su anchura pronunciada se iba angostando hasta terminar en una graciosa punta”.

Más adelante dice “parecíase mucho al cedro”.

Esa es una pista, pero existen muchas leyendas sobre el paradero de la Santa Cruz y de la madera con la que fue hecha.

Una de ellas, basada en el Evangelio apócrifo de Nicodemo, dice lo siguiente:

Cuando Adán cayó enfermo, envió a su hijo Set a la puerta del Jardín del Edén, para implorar a Dios por algunas gotas del aceite de la misericordia destilados del Árbol de la Vida con la que ungir la cabeza.

Set encontró fácilmente su camino, ya que ninguna hierba había crecido a lo largo de las huellas de Adán y Eva desde su expulsión.

Mientras Set oraba en la puerta, se le apareció el Arcángel San Miguel, diciendo:

«El Señor me ha enviado a ti. Yo he sido designado para presidir los cuerpos humanos y te digo, Set, que no ores a Dios con lágrimas suplicándole por el aceite de la misericordia con que ungir a tu padre Adán para quitarle el dolor de cabeza.

Porque no será posible obtenerlo de ningún modo, hasta el último día de los tiempos, es decir, hasta que cinco mil quinientos años hayan pasado. «

A pesar de esto, San Miguel le dio sin embargo una rama de este árbol, que a la muerte de Adán Set plantó sobre su tumba.

En años posteriores el árbol floreció y alcanzó una gran edad.

jose de arimatea bajando a jesus de la cruz fondo

Cuando Balkis la reina de Abisinia (Saba) visitó a Salomón, ella adoró este árbol, diciendo que

«En el mismo debe ser colgado el Salvador del mundo, y a partir de ese momento, el Reino de los Judíos cesará.»

Al oír esto, Salomón ordenó que el árbol fuera cortado y enterrado en un determinado lugar en Jerusalén.
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El mismo donde muchos años después se excavó la piscina de Betesda.
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Donde el ángel guardián del árbol misterioso movía las aguas de la piscina en ciertas épocas del año.

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Y los que primero se sumergieran en ella eran curados de sus dolencias (ver Juan 5: 1-9).

A medida que el tiempo de la Pasión del Salvador se iba acercando, la madera subió flotando a la superficie del agua de la piscina.

Y de esa madera dice la leyenda, se fabricó el palo vertical de la cruz.

Otra forma de la misma leyenda nos dice que

«El Arcángel San Miguel, al negar a Set el aceite de la misericordia, le dio sin embargo tres semillas del árbol de la ciencia que debían colocarse debajo de la lengua de Adán cuando éste fuera enterrado.

Prometiéndole que a partir de esas semillas crecería un árbol por cuyo fruto Adán se salvaría y volvería a vivir.

De las tres semillas surgió una trinidad de árboles de tres maderas diferentes, cedro, ciprés, y pino, que unidos formaban un solo tronco.

De este árbol Moisés cortó su vara y fue trasplantado por David al borde de una piscina cerca de Jerusalén, y debajo de sus ramas compuso sus salmos».

Salomón lo habría hecho cortar para utilizarlo como columna en su templo.

Pero al ser demasiado corto, fue rechazado y echado sobre un arroyo para servir como un puente.

Se cuenta que la reina de Saba, al visitar a Salomón, se negó a pasar por encima de ese puente por no pisar el árbol, declarando que un día marcaría la destrucción de los hebreos.

El rey ordenó que debería ser removido y enterrado, como ya vimos, cerca de la piscina de Betesda.

Momento en el que las virtudes de la madera fueron comunicadas inmediatamente a las aguas.

Después de la condena de Jesús, fue encontrado flotando en la superficie de la piscina y los judíos lo tomaron para hacer utilizarlo como haz principal de la Cruz.

lignum crucis en la parroquia de Alcañices
Lignum Crucis en la parroquia de Alcañices

 

¿OLIVO, CEDRO, CIPRÉS O PINO?

La beata Anna Emmerick, nos incorpora nueva luz al contarnos la expulsión de Adán y Eva del Paraíso:

“Después vi a Adán y Eva llegar a la tierra de penitencia.
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Era un cuadro conmovedor ver a nuestros primeros padres penitentes, echados en el desnudo suelo.
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Adán pudo sacar un ramo de olivo del Paraíso, que plantó él mismo.
.
Más tarde se sacó leña de este árbol para la Cruz del Salvador”.

A estas alturas, tenemos para la Cruz dos árboles: el olivo del Paraíso, del cual Adán se llevó una rama al ser expulsado y posiblemente un cedro, del cual el Arcángel San Miguel le dio una rama a Set.

Pero también puede tratarse en un árbol procedente de las tres semillas que el Arcángel dio a Set, que serían de cedro, de ciprés y de pino, que crecieron abrazándose, hasta formar un sólo árbol.

cardenal barbarin cargando la cruz en procesion fondo

 

LA TRADICIÓN

Los primeros Padres de la Iglesia siguieron conservando esas leyendas como parte importante de la creencia y agregaron algunos matices.

Tanto San Beda el Venerable (673 a 735) como Juan Cantacuzeno (1392-83) grabaron la idea de que la Cruz se compone de cuatro tipos de madera: ciprés, cedro, pino, y olivo

Inocencio aseguraba que el montante era de una sola madera, la viga transversal de otro, el título de un tercer tipo de madera.

Y que los pies se apoyaban en un escalón sobresaliente hecho de un cuarto tipo de madera.

 

OTRAS LEYENDAS

En algunas partes de Inglaterra creen que el saúco puede haber sido el madero de la Cruz.

Y aún hasta el día de hoy algunos paseantes reverentes miran con cuidado a través de los haces de leña que juntan antes de hacer fuego con ellas, por miedo de quemar inadvertidamente esa madera.

Otra idea común es que el haz principal de la Cruz era de cedro, el madero transversal de ciprés, la inscripción tallada en un pedazo de olivo, y el reposapiés era de palma.

Sin embargo, Lipsius (1606), el escritor más erudito en el tema, cree que la Cruz era probablemente de madera de roble, una madera abundante en Palestina, fácilmente accesible y de consistencia fuerte.
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El creía firmemente que las reliquias que había visto, eran de madera de roble.

También manifestó lo mismo el Padre agustino Ángelo Rocca Camerte en su libro “De Partícula ex Pretioso et Vivivico ligno Sacratissimae Crucis” (Roma, 1609).

En el que menciona la existencia de un fragmento en el Tesoro Apostólico, tal vez el mismo fragmento por el que el Papa León Magno (c. 400-461) agradeció a Juvenal (m. 458), obispo de Jerusalén, en una de sus cartas, alrededor del año 450.

Lignum Crucis del Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Lignum Crucis del Monasterio de Santo Toribio de Liébana

 

LA BÚSQUEDA EN JERUSALÉN: “LA LEYENDA AUREA”

Pero nada de lo que antecede sería posible, sin la supuesta contribución de Santa Elena, la madre del emperador Constantino.

Según el autor de “La Leyenda Áurea”, Jacobo de la Vorágine, en el siglo XIII, esta emperatriz logró encontrar en Jerusalén la Cruz, enterrada junto con las de los dos ladrones, después de forzar a los judíos a que se lo dijeran.

Hizo realizar excavaciones en el lugar señalado, del cual comenzó a salir un perfume muy fragante.
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Después de cavar, se encontraron tres cruces
, y clavos, pero la reina Elena no estaba segura de cuál de ellas era la Cruz.
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Por lo que hizo apoyar sobre cada una de ellas sucesivamente a una persona enferma incurable, que al ser colocada sobre la verdadera Cruz fue milagrosamente sanada”.

Se señala, en contra de esta versión, que las marcas de los clavos deberían haber sido suficientes pruebas como para identificar la Cruz de Nuestro Señor, puesto que los dos ladrones sólo habían sido atados.

Pero, en realidad, según lo cuentan San Ambrosio de Milán (De obitu Theodosii 45 y San Juan Crisóstomo (Homilías sobre el evangelio de Juan 85).), el titulus (en latín: la inscripción que puso Pilatos) fue encontrado sobre la cruz del centro, lo que ayudó a distinguir cuál de las tres era.

El relato de la Leyenda Áurea continúa diciendo que Elena hizo dividir la Cruz en dos, para dejar un trozo en Jerusalén y llevarse uno al Imperio.

La emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el lugar del hallazgo un fastuoso templo, la llamada Basílica del Santo Sepulcro, en la que guardaron la reliquia.

Mucho después, en el año 614, el rey persa Cosroes II tomó Jerusalén y, tras la victoria, se llevó la Vera Cruz (así se le decía a la Cruz verdadera) y la puso bajo los pies de su trono, como símbolo de su desprecio a la religión de los cristianos.

Tras quince años de luchas, el emperador bizantino Heraclio lo venció definitivamente en el año 628.

Poco después, en una ceremonia celebrada el 14 de septiembre de ese año, la Vera Cruz regresó a Jerusalén, llevada en persona por el emperador a través de la ciudad procesionalmente.

Dice la leyenda que cuando el emperador Heraclio, vestido con gran magnificencia, quiso cargar con la reliquia, fue incapaz de hacerlo.
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No siéndole posible hasta que se despojó de todas las galas, a imitación de la pobreza y la humildad de Cristo.

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Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Santa Cruz.

cruz en kicevak medjugorje fondo

Evidentemente, las invasiones continuadas de los bárbaros hicieron que dichas reliquias fueran destruidas.

Y aunque las Cruzadas trataron de encontrar lo que quedaba en Jerusalén para protegerlo de los sarracenos, las expediciones resultaron infructuosas.

Por lo que en nuestros días es poco lo que se sabe y casi nada lo que se ha encontrado.

Sin embargo, como una luz en medio de la oscuridad, se cree con cierta veracidad que una de las reliquias (considerada auténtica) se encuentra en el Vaticano.

Y que, a causa de su estado se han separado pequeñas partes que han sido compartidas con otras iglesias y santuarios, como ser: la Basílica de La Santa Cruz de Jerusalén en Roma, la Basílica de San Juan de Letrán.

Parecería ser que la reliquia más grande conservada se encuentra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, España.

Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al «brazo izquierdo de la Santa Cruz, que Santa Elena dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones.
.
Está cerrada y puesta en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo».

La madera se encuentra, dentro de un relicario en forma de cruz de plata dorada, de tradición gótica, realizada en un taller de Valladolid en el año 1679.

Las medidas del leño santo son de 635 mm. el palo vertical y 393 mm. el travesaño, con un grosor de 40 mm., siendo así la reliquia más grande conservada de la cruz de Cristo, aún más grande que la que se custodia en  el Vaticano.

Un análisis científico de la madera de este trozo determinó que

«La especie botánica de la madera es Cupressus Sempervivens (ciprés), tratándose de una madera extraordinariamente vieja y que nada se opone a que alcance la edad pretendida«.

fragmento del titulus crucis
Fragmento del Titulus Crucis

 

EL TÍTULUS: I.N.R.I.

La principal parte del “títulus” se halla en las basílicas de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma; en san Juan de Letrán y en San Marcos de la misma ciudad santa, donde hay pedazos notables.

Las reliquias de la Cruz de Cristo, conservadas en la Basílica romana de la Santa Cruz de Jerusalén, o al menos la inscripción ”INRI”, son verdaderas

Esta es, al menos, la conclusión a la que ha llegado el experto Michael Hesemann, quien presentó en la misma basílica romana la versión italiana de su libro “Titulus Crucis”.

Hesemann se basó en las conclusiones de un estudioso judío, que al analizar fotos del trozo, aseguró que se remonta “al período que va del siglo I al IV d.C.”.

Al mismo tiempo que un perito griego lo encuadró con “absoluta” seguridad en el siglo I d. C., afirmación con la que coincidió un estudioso latino.

Hesemann preguntó al experto italiano, Elio Corona, quien examinó los fragmentos de madera, considerando que son de “madera de olivo”.

mujer nigeriana ante cruz cristiana

 

NO UN ÁRBOL, SINO VARIOS

¿En cuál de todas estas afirmaciones podemos apoyarnos, para obtener una visión más real, para poder responder de qué madera estaba hecha la Cruz?

Tal vez podríamos quedarnos con otra vieja leyenda con tinte romántico, que señala que la Cruz fue hecha con la «Palma de la victoria», con el «Cedro de la incorrupción,» y con el «Olivo de Real y Sacerdotal Unción».

Y si de poesía hablamos, en un verso latino se nos dice.

El pie de la Cruz es de Cedro, la Palma retiene las manos, el alto Ciprés sostiene el Cuerpo, el Olivo en gozo está escrito”.

Tal vez, en una especie de hipótesis, podríamos buscar dentro de lo que simbolizan cada uno de estos árboles, una señal de por qué el Señor pudo haberlos elegido para Su Cruz.

Tanto el majestuoso Cedro como el siempre verde Ciprés, son coníferas, lo que nos recuerda el simbolismo universal y primitivo de las coníferas.
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Que, por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección.

El Cedro, inalterable a pesar del transcurso del tiempo, es signo de inmortalidad, perdurabilidad, dignidad y pujanza.

En los tiempos antiguos simbolizaba la fuerza, la grandeza espiritual, la dignidad, la aristocracia y el coraje, por lo que fue utilizado para construir edificios de importancia, y palacios reales como los del rey David y el templo de Salomón.

No podemos dejar de pensar que el Cuerpo de Jesús también era un Templo y el Maestro podría haber elegido esta madera para Su Cruz.

Recordemos su palabras: ”Destruyan este Templo y yo lo levantaré en tres días.” (Juan 2, 13-25)

Por su parte el Ciprés, es un árbol perenne, siempre verde, perfumado, de madera incorruptible como la del cedro.
.
Orígenes veía en él un símbolo de las virtudes espirituales, pues «el ciprés desprende muy buen olor», el de la santidad.

Isaías nos dice “En lugar del espino, crecerá el ciprésy esto será para gloria del Señor…” (Isaías 55:13).

La Palma, era en tiempos muy antiguos un árbol sagrado por su gran valor alimenticio (casi a la par que el trigo).

De ella obtenían muy buenos sucedáneos del pan, del vino, del vinagre y de la miel, con los que confeccionaban riquísimas tortas.

Obtenían también fibras para diversas clases de tejidos, óptimos para cordelería y cestería y de la médula triturada del tronco obtenían pienso para bueyes y carneros; y con el resto, fabricaban carbón los herreros.

Por lo que es natural que para estos pueblos la palma fuese símbolo de riqueza, de fecundidad y de suerte.

En Israel las palmas estaban presentes en las grandes celebraciones (aparecen por primera vez en el libro de los Macabeos).

Mientras que en Roma la palma fue símbolo de la victoria, para el cristianismo tomó la forma de palma del martirio, que es la mayor de las victorias.

El Salmista canta: El justo florecerá como la palmera; crecerá  como cedro en el Líbano…” (Salmo 92:12-15)

Si bien todos estos árboles son mencionados en las Sagradas Escrituras, sobre todo en el antiguo Testamento, hay uno que se lleva una mención especial.

Puede vivir miles de años y es un gran ejemplo de perseverancia, estabilidad y abundante fruto: el Olivo.

El Olivo fue el primer árbol en brotar después del diluvio y le dio a Noé la esperanza para el futuro. (Gen. 8:11)

cruz en montaña y nubes fondo

También se lo menciona abundantemente, haciendo un parangón con Israel y con la Iglesia.

Y por supuesto, con el propio Cristo, aunque no siempre explícitamente:

“Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto”. (Isaías 11:1)

“Acontecerá en aquel día que las naciones acudirán a la raíz de Isaí, que estará puesta como señal para los pueblos, y será gloriosa su morada”. (Isaías 11:10)

“Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo (Rom. 11:17, 19, 24).

 “Pero yo soy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre”. (Sal. 52:8).

Son muchas las virtudes de estos cuatro árboles, que pueden ser reflejo de las de Jesucristo y, como son exactamente las que a lo largo de la Historia de la Salvación han caracterizado a Su Iglesia y al mensaje que ella ha trasmitido en fidelidad a su Maestro.

Pueden ellos muy bien haber formado parte de Su Santa Cruz: majestuosidad, grandeza espiritual, martirio, olor de santidad, perseverancia, fruto abundante, resurrección, inmortalidad, victoria.

Para terminar, nuevamente nos remitimos a Emmerick, que al hablar del Arca de Noe dice lo siguiente:

“He visto que en la fabricación del Arca, como en la Cruz de Cristo, se usaron diversas clases de maderas, palmeras, olivos, cedros y cipreses”.

Si ella lo dice, alguna razón tendrá.

Pero podemos preguntarnos ¿la Cruz es más o menos Cruz, dependiendo de la madera que la haya constituído?

La respuesta es no.

La Cruz es la Cruz y haya sido de cedro, olivo, palma o ciprés, o de todos ellos juntos, es nuestro único camino hacia la Salvación y la Vida Eterna.

Pero no estaría de más reflexionar en esos atributos que Dios regaló a la madera de cada uno de esos árboles.

Porque algunos de ellos pueden ser los que nos esté pidiendo a nosotros, para concedernos los otros, los que serán el premio final a nuestro camino.

lignum crucis cofradia

 

QUE CREES ¿QUÉ HAY DEMASIADAS ASTILLAS DE LA VERA CRUZ ENCONTRADAS O QUE HAY MUY POCAS?

La imaginación popular tiende a pensar que hay suficientes pedazos de la Vera Cruz, donde crucificaron a Cristo, como para reconstruir el Arca de Noé o como para llenar un buque mercante.

¿Será Así? ¿Por qué no lo calculamos?

Alguien ya hizo ese cálculo y te lo traemos para que lo medites.

A Charles Rohault de Fleury, un académico francés, se le asignó la tarea de identificar y medir cada vestigio localizado de la Vera Cruz, a mediados del siglo XIX.

Él localizó – a través de los años – 240 pulgadas cúbicas, tomando en cuenta los fragmentos que estaban en manos privadas y los que estaban en manos públicas.

E incluso consideró algunos fragmentos que sabía que existieron pero que habían sido perdidos o destruidos por la guerras o por la Reforma.

La otra tarea que hizo fue considerar cual habría sido el tamaño real de la cruz de Cristo.

Considerando el trayecto, él pensó que la cruz probablemente pesaría unas 220 libras o sea más o menos unos 100 kilos.

Para esto tomó en cuenta que un portador de un safari podría llevar unas 200 libras, o sea 90 kilos, por tres millas, o sea 5 kilómetros, en una hora sin descansar.

Y también que un carpintero musculoso podría llevar unas 220 libras de madera, o sea 100 kilos, en el hombro a 150 pies de distancia, o sea 45 metros, antes de descansar.

A partir de ahí estimó el tamaño, o sea el volumen, de la Cruz y llegó a la conclusión que era de 10.900 pulgadas cúbicas.

cruz iluminada con gente abajo aviso

Comparando lo que había encontrado de los fragmentos con su estimación del volumen de la Vera Cruz, se dio cuenta que es mínimo lo que se encontró.
.
Y que si aún se multiplicará por 10, sería menos de un quinto de la Vera Cruz de Jesucristo.

De modo que sí se reconstruyera la cruz a partir de los fragmentos que se conocen, y que se alegan son partes de la Vera Cruz, no habría posibilidad de crucificar a Jesús de nuevo.

Esto lo públicó de Fleury en 1870 en su libro Mémoire sur les Instruments de la Passion.

En su libro también menciona que Jesucristo no soportó los 100 kilos dada su debilidad por la flagelación previa, porque arrastraba la cruz y además lo tuvo que ayudar Simón de Cirene, por lo que calculó que habría sentido algo así como 55 libras o sea 25 kilos de la Cruz.

La conclusión a la que deberíamos llegar es que prácticamente no se encontró nada significativo de la Vera Cruz aún.


 

maria de los angeles pizzorno

Escrito por María de los Ángeles Pizzorno
De Uruguay, ex Secretaria retirada

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La Cruz de Cristo ha marcado al continente americano

Advocaciones de cristo crucificado que generó la cruz llegada desde Europa.
El 14 de septiembre se celebró la Exaltación de la Santa Cruz. Sabido es que la cruz identifica al cristiano. Basta con ver a uno que se signa o se santigua para percibir que estamos en presencia de alguien que valora al que murió y resucitó en la cruz: Cristo.

 

el-senor-de-lucumba

 

Como afirma el historiador Francesco Pini

“la cruz no es lo mismo que el crucifijo. La cruz tiene sentido únicamente relacionada con Cristo, que la transformó de instrumento patibulario en instrumento de salvación, dándole así un nuevo contenido y significado; y relacionada también con el cristiano, que recibe en ella una doble invitación: primeramente, una invitación a cargarla siguiendo a Cristo, por su amor; y, en segundo lugar, -algo aún más difícil,- una invitación a tenderse sobre ella y a dejarse clavar en ella, como lo hizo Cristo, y con sus mismos sentimientos”.

LA EUROPA DE LA CRUZ

En Europa, en general, la presencia pública de la cruz caló tanto a lo largo de los siglos que su presencia o desaparición no puede reducirse a cuestión de mayorías o minorías oscilantes como las modas y los tiempos, o a voluntad política de los estados.

No hay encrucijada que no levante una cruz por los viejos caminos de Europa ni que señale la iglesia del lugar o sus calvarios. España proyectó a América esta misma devoción, tanto que podemos decir que se convirtió en su signo de identidad.

LA CRUZ PRESIDIÓ LA GESTA EVANGELIZADORA

Sabemos que sobre las velas de La Niña, La Pinta y La Santa María, campeaba una gigantesca cruz, cuya presencia protectora y augural llevaba en sí también una constante admonición a todos los embarcados en la atrevida aventura.

Y Colón, tal como se lee en su Diario, desembarcó llevando la bandera real, mientras sus dos capitanes, Martín Alonso Pinzón y Vicente Yañez Pinzón, llevaban cada uno una bandera en la cual, al lado de las iniciales de los Reyes de Castilla-Aragón, Fernando e Isabel, figuraba la cruz de Cristo.

Y más adelante Colón,

“puso una gran cruz a la entrada del puerto (…) en un alto muy vistoso en señal de Jesucristo nuestro Señor y honra de la cristiandad”.

Y el 27 de noviembre escribió a los Reyes, exhortándolos a que

“no deben consentir que aquí trate ni haga pie ningún extranjero, salvo católicos cristianos (…), ni venir a estas partes ninguno que no sea buen cristiano”.

Cabe subrayar la presencia de la devoción a Cristo crucificado en el nombre que tomó la primera de las Provincias (Jurisdicciones) de los Franciscanos en el Nuevo Mundo, el de Santa Cruz de las Indias. Y es muy comprensible, siendo los Franciscanos los hijos espirituales del Santo de Asís cuyo cuerpo fue traspasado por las heridas de Cristo, llevando los estigmas como señal de esa indescriptible identificación.

Con la llegada del cristianismo a América, la cruz presidirá la fundación de las ciudades y se colocará en todos los lugares visibles, tanto religiosos (templos) como civiles (casas, puentes, caminos, cerros), especialmente si habían sido centros espirituales precristianos, bien apachetas, huacas o centros ceremoniales.

PRESENCIA DE LA CRUZ EN EL PERÚ

El Primer Concilio Limense (1552) dispone que en los pueblos de indígenas se haga una iglesia o al menos una ermita con una imagen o una cruz (Const.2); de igual modo, se advierte que los ídolos y adoratorios sean destruidos, y si fuese lugar apropiado, se edifique una iglesia o al menos una cruz.

El obispo auxiliar emérito del Cusco, Severo Aparicio, fundador de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica, destaca que con

“este criterio y para cristianizar lo pagano, allí donde había huacas y apachetas, se colocaron cruces. De tal manera caló en el corazón del indígena la devoción a la santa cruz, que en los cerros, los caminos y las casas de nuestras poblaciones campesinas está presente la cruz. Devoción que aún en nuestros días conserva plena vigencia y tiene el sustento de su profunda raigambre popular”.

Tal es así, que predominan las imágenes del Crucificado sobre las de la Resurrección. El Perú está profundamente ligado a la devoción del Cristo Sufriente y a la Cruz. Puede verse en las populares cruces del caminante o peregrino.

Las características que reúnen son diversas. Hay cruces sin crucificado pero con los signos de la pasión: el gallo, la corona de espinas, los dados, la columna, el martillo, las tenazas, el cartel de INRI (“Jesús Nazareno, rey de los judíos”), la caña con la esponja, el sol y la luna, la lanza, la escalera, la sábana. En ocasiones, aparece el velo de la Verónica y hasta hay cruces de un Cristo Resucitado…

Baste concitar algunos de las devociones más importantes del Perú.

SEÑOR DE QOYLLUR RITI

En Ocongate, distrito de Quispicanchis, en el santuario de Sinakara, frente al pico del Ausangate. Miles de pereginos, a comienzos de junio, con un millar de danzarines enmascarados de los Andes (ukukus) se reúnen a unos mil metros más arriba del santuario donde aguardan la salida del sol detrás de Qollepunku, la montaña más alta del Sinakara, para seguir escalando hacia los glaciares donde entre cirios, oran y rescatan las cruces que plantaron allá días antes.

EL SEÑOR DE LOCUMBA 

Debe su nombre al vocablo “Llojhacumpa” “Ilojheumpa” “Ilocumba”, del verbo “cumpatha” que significa “hacer orillas”, bordes a los dulces o a los vestidos, por lo que quiere decir “bordear cuestas” “de bordes empinados.”

Un 14 de septiembre de 1700 apareció un mulo de color blanco que llevaba a cuestas dos cajas con dos rótulos, uno que decía “Señor de Locumba” y otro “Señor para el Valle de Sama”.

Un labriego, servidor de un hacendado español, José Antonio de Araníbar, en cuanto vio la acémila en la hacienda “Los Pinos” corrió a dar cuenta a su amo y a todo el vecindario del feliz hallazgo. Pronto, el vecindario se dio cita para presenciar el animal que se había cobijado a la sombra en una palmera (desde entonces se le denominó “La Palmera del Señor”.

Al ver que nadie reclamaba el mulo ni los bultos abrieron la carga que resultó ser una imagen de Cristo Crucificado. Tras muchas consultas se determinó dejar el bulto en Locumba y el otro hasta el Valle de Sama.

Al buscar el mulo resultó que había desaparecido misteriosamente. Al apreciar que el baúl de Sama era de mayores proporciones decidieron cambiar los baúles y quedarse con el de mayor tamaño; aseguraron el baúl al lomo de la acémila, comenzó a caminar entre las oraciones y los cánticos de los lugareños, pero a eso de un kilómetro cayó exhausto.

Se cambió de acémila y la nueva, más potente y briosa, no pudo caminar por más de 300 metros. Visto lo cual los pobladores concluyeron que no era procedente el trueque y que debían dejar la imagen en Locumba. En cuanto cambiaron las imágenes el embalaje con destino a Sama discurrió con la mayor naturalidad. Desde entonces se edificó un santuario en su honor.

CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El crucificado que se ha convertido en símbolo del Perú y de América entera, es el Señor de los Milagros, la devoción, quizá, más arraigada del pueblo y que viste de morado las calles y la vida todos los meses de octubre.

Fue un 13 de noviembre de 1655, a las 2 y 45 de la tarde, cuando un terrible y destructor terremoto estremeció Lima y Callao, tirando abajo las iglesias y sepultando mansiones, dejando tras de sí miles de muertos y damnificados. El sismo afectó seriamente la zona de Pachacamilla y las viviendas de los angola se precipitaron al suelo; todas las paredes del local de la cofradía se cayeron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobes donde estaba pintado un crucificado permaneció en pie.

Más tarde salió en procesión y en grado tan creciente que en este momento provoca, en cuantos participan en ella o la contemplan, sentimientos como el manifestado por el agnóstico José Carlos Mariátegui:

“Dos días todopoderosos resucitan la tradición y la fe de una ciudad; desde un muro de adobe la imagen pintada por un negro esclavo nos impone a todos, recogimiento y unción… y, sobre todas las cosas, triunfa el señorío de Nuestro Señor Jesucristo que murió en una cruz para redimirnos del pecado original. Amén”.

LA CRUZ QUE DA SENTIDO A LA VIDA

Como excelente humanista y psicólogo, a fuer de buen pastor, el beato papa Juan Pablo II, en su visita al Perú, proyectó luz sobre el dolor humano, alentando a mirar la cruz de Cristo:

“Solo en la cruz puede encontrar el hombre una respuesta válida a la interpretación angustiada que surge en el corazón del hombre doliente. (…) Identificado con Cristo en la cruz, el hombre puede experimentar que el dolor es un tesoro; y la muerte, ganancia; puede experimentar cómo el amor a Cristo dignifica, hace dulce el dolor y redime” (Callao, 4 de febrero 1985, n.4).

De igual modo, Benedicto XVI en el año 2007, durante la apertura de la V Conferencia del CELAM, en Aparecida, destacó cómo

“la sabiduría de los pueblos originarios les llevó afortunadamente a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que los misioneros les ofrecían”, marcando en primer lugar en el alma de los pueblos latinoamericanos “el amor a Cristo sufriente, el Dios de la compasión, del perdón y de la reconciliación; el Dios que nos ha amado hasta entregarse por nosotros”.

Fuentes: José Antonio Benito, Signos de estos Tiempos 

 

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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Milagros Reliquias TESTIMONIOS Y MILAGROS

Cruz de Caravaca, España ( 3 de mayo)

La Cruz de Caravaca es un fragmento de la verdadera cruz a la que Jesús Nuestro Señor fue crucificado.  Se conserva en un relicario con forma de cruz de doble brazo horizontal, (de 7 y 10 cms) y de 17 cms. de alto.  Tiene forma y tamaño de un pectoral grande.

Según la tradición perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad santa una vez conquistada a los musulmanes por la primera cruzada (1099). Ciento treinta años más tarde (1229), en la sexta cruzada, durante la estancia en Jerusalén del emperador Federico II, un obispo, sucesor de Roberto en el patriarcado, tenía posesión de la reliquia. Dos años después la cruz estaba milagrosamente en Caravaca.

TRADICIÓN DE LA APARICION: 3 DE MAYO, 1232

La Santa Cruz apareció en el Castillo-Alcázar de Caravaca el 3 de mayo de 1232. En aquel tiempo, reinaba Fernando III el Santo en Castilla y León, y de Jaime I en Aragón. El reino taifa de Murcia estaba regido por el famoso Ibn-Hud, que se reveló contra los almohades y dominó gran parte de Al-Andalus. Es, pues, en pleno territorio y dominación musulmana, cuando se narra el hecho. 

Entre los cristianos prisioneros de los musulmanes estaba el sacerdote Ginés Pérez Chirinos que, venido de Cuenca, predicaba el evangelio a la morisma. El sayid interrogó a los cautivos sobre sus respectivos oficios. El sacerdote contestó que el suyo era celebrar la misa, suscitando la curiosidad del musulmán, el cual dispuso lo necesario para presenciar dicho acto litúrgico en el salón principal del Alcázar. Al poco el sacerdote se detuvo y dijo que no podía continuar por faltar en el altar el crucifijo. Y fue al momento cuando, por la ventana del salón, dos ángeles transportaron un ¨lignum crucis¨ que depositaron en el altar, y así se pudo continuar la Santa Misa. Ante la maravillosa aparición, El sayid y toda la corte se bautizaron. Después se comprobó que la cruz era del patriarca de Jerusalén.

LA CRUZ DE CARAVACA A LO LARGO DE LA HISTORIA

Once años después de la aparición de la Santa Cruz, el reino murciano pasó al vasallaje del rey castellano (1243-1244).

Alhamar-al-Nasrí del reino de Granada aprovechó la muerte del taifa Ben Hud de Murcia para amenazar al nuevo taifa murciano. Este recurrió al vasallaje de Fernando II, rey de Castilla y León. Así, en 1243, el infante Alfonso (futuro Alfonso X) vino a Murcia y tomó posesión del territorio. De este modo Caravaca pasó a ser un fuerte bastión cristiano en la línea del territorio interior. Caravaca se constituye en cabecera militar y religiosa de la Comarca y de las tierras fronterizas. La Cruz contribuye de una manera decisiva a dar identidad a estos territorios y se erige en un centro de irradiación de luz espiritual. De este modo la Vera Cruz marca este espacio fronterizo.

La aparición de la Cruz en Caravaca ocurre en la época de la instauración de la nueva frontera de Castilla-León frente a la Granada musulmana, con la incorporación del reino taifa de Murcia a la soberanía cristiana. La aparición de la cruz en Caravaca inspiró al nacimiento de las órdenes militares para luchar por la reconquista.

Los cristianos que llegaban a esta tierra se sentían como ¨tocados y cobijados¨ por una fuerza sagrada. De ahí que muchos liberados del cautiverio acudieran a depositar sus cadenas, como exvotos, a la pequeña capilla interior de la fortaleza, en donde custodiaba la Cruz la Orden militar encargada del Castillo.

La orden militar de los Templarios fue la primera que custodió y defendió el castillo y la Cruz, después de unos años de posesión directa por las tropas castellanas. Hay dos teorías sobre la fecha de su venida. La primera afirma que fue en 1244, al someterse todo el territorio murciano al vasallaje cristiano. La segunda afirma que fue en 1265-1266, al acabar la sublevación mudéjar del territorio murciano ya castellano. El Temple venía con las huestes de Jaime I de Aragón que ayudó a su yerno Alfonso el Sabio a someter la rebeldía. El rey Aragonés, educado por la Orden y amigo de ella, le otorgó casa y huerto en Murcia. Después, el rey Alfonso le donó el territorio caravaqueño. El Temple estuvo en Caravaca alrededor de 46 años. Desaparecido el Temple, la baylía de Caravaca fue dada por Alfonso XI a los santiaguistas (1344), que ocupaban ya la frontera oriental y parte de la central frente a Granada. La Orden permaneció aquí hasta la abolición de todas las Órdenes en 1868.

Ya desde época muy temprana hay un reconocimiento oficial por parte de la Iglesia hacia la Cruz de Caravaca. El Padre Cuenca, en su historia sobre la Santísima Cruz (escrita en 1722), afirma que apenas ha habido algún Pontífice que no haya concedido alguna gracia o indulgencia a la Cruz. Podemos citar, entre otros, la bula del Papa Clemente VII (1392). Así mismo podemos enumerar el decreto de Clemente VIII (1597), el de Paulo V (1606), las bulas de los Papas Alejandro VIII (1690) y Clemente XI (1705). En 1736 se concede a la Cruz el culto de latría. Léon XIII, en el 4 de diciembre de 1893, ratifica los mismos privilegios de los siglos XV y XVII.

El nombre oficial con el que se denomina a la Reliquia en los documentos es el de ¨Vera Cruz¨, nombre bien significativo, relacionado con el Temple, pues en donde hubo templarios aparece frecuentemente el título de Vera Cruz. Desde la Edad Media se la conoce con este nombre específico: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz.  El título, juntamente con el de Santa, solamente se aplicaba al leño de Jerusalén, encontrado en el siglo IV por Santa Elena.

Tras la unificación de España y el descubrimiento de nuevas tierras, la Santa Cruz de Caravaca, continuó siendo signo de la fe que inspiró el avance del Evangelio. A Caravaca vinieron numerosas Órdenes religiosas: san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús fundaron respectivos conventos, existentes actualmente. También se instalaron aquí los Jerónimos, franciscanos y jesuitas.  Muchos misioneros eran residentes de Caravaca o pasaron por aquí en camino a las misiones en diversas partes del mundo, con lo que la devoción a la Cruz creció rápidamente, abarcando los confines de un Imperio donde no se ponía el sol.

Desde California a la tierra de Fuego es conocida la Cruz de Caravaca. Su conocimiento llega hasta Filipinas, porque en 1668 misioneros españoles llevaron reproducciones a petición de los cristianos existentes allí. En Europa fueron los jesuitas sobre todo los que extendieron su conocimiento: no olvidemos que en Caravaca fundaron un colegio con noviciado. En Polonia existe una reproducción de la Cruz en el museo de la Universidad de Cracovia y otra en la catedral de Gniezno. Hacia 1600 comienza su extensión por Alemania: existe un trabajo fotográfico donde se recogen las distintas imágenes de la Cruz en distintas iglesias de la región de Hohenzollern. En Francia existe también algún libro sobre la Cruz, editado en Lyon (en 1653) y varias reproducciones en la región de Limoges. En los Países Bajos (Bruselas) también es conocida. Desde Roma piden cruces en 1606. También es conocida en Inglaterra, en donde hay muchas reproducciones y escritos sobre la misma.

LA CRUZ DE CARAVACA EN LA EPOCA CONTEMPORÁNEA

Debido a la invasión napoleónica, la Cruz fue trasladada desde el castillo a la parroquia del Salvador y allí fue ocultada en una caja enterrada para evitar la rapiña de los franceses. Aquí estuvo desde 1809 hasta quizás 1818, ya que el Castillo fue fortificado para uso militar y la iglesia ocupada en estos menesteres. En el Salvador se celebraría cada año el «Baño del Vino» con la Reliquia. Se evitó el robo de la Cruz durante la estancia de las tropas francesas en Caravaca, pero no el de la custodia, regalo del marqués de los Vélez, la cual fue recuperada después. Durante todo el siglo XIX y principios del XX se estructuran definitivamente todos los rituales de la Cruz y las formas de las celebraciones de mayo en su honor, que es el armazón de las fiestas conmemorativas actuales.

El hecho más lamentable de toda la historia de la Cruz y de Caravaca fue el acaecido en la noche-madrugada del día doce al trece de febrero de 1934. Fue un robo sacrílego de carácter político-religioso que dejó consternada a la ciudad durante algunos años. Era el miércoles de ceniza cuando, por la mañana, se descubrió el sagrario abierto y vacío sin la Reliquia, habiendo dejado los ladrones la caja-estuche del siglo XIV en donde se guardaba la Cruz. A las 9 del día trece corrió la noticia y la tensión suscitada fue enorme. Las diligencias y pesquisas judiciales y policiales no dieron resultado positivo.

Después de la guerra del 1936-39, las dependencias del Castillo fueron usadas como cárcel de presos políticos hasta el 1941, quedando posteriormente todo el recinto en estado de abandono, cerrado y sin culto religioso. Se suscitó un deseo grande de conseguir una nueva reliquia. Las gestiones dieron como resultado que el papa Pío XII concediese a Caravaca dos pequeñas astillas del “lignum crucis” que Santa Elena, madre del emperador Constantino, trajo de Jerusalén a Roma en la primera mitad del siglo IV.

En los días siguientes se improvisaron las fiestas (interrumpidas durante 7 años, con la reanudación del Baño del Agua en el Templete-Bañadero de las afueras de la ciudad. La Reliquia permaneció durante tres años en la Parroquia del Salvador, ya que el Santuario permanecía en estado de deterioro. Fue en el cinco de mayo del 1945, cuando la Cruz se subió a su templo del Castillo, custodiada ya por la Orden de frailes claretianos.

Año Jubilar Permanente «in perpetuum» (Ciudad Santa), privilegio que sólo poseen cinco ciudades en el mundo: Jerusalén, Roma, Santo Toribio de Liébana, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz. El primer año santo se ha celebrado en el año 2.003 y su periodicidad es de siete años.

LA TRADICIÓN DE REGALAR CRUCES DE CARAVACA

El regalo de la imagen de la Cruz de Caravaca, es una costumbre generalizada en Caravaca para diferentes ocasiones pero sobre todo en el momento de declaración sentimental. Se tiene constancia por una carta de Santa Teresa de Avila a la madre María de S. José, que la santa recibió una Cruz de Caravaca en 1576 como regalo de sus monjas de aquí  (Cruz que actualmente se encuentra en el convento de Carmelitas Descalzas de Bruselas, Bélgica).

En ciertos lugares de Latino América esta santa Cruz ha sido tomada, como otros muchos signos cristianos, por la brujería y el esoterismo.

CASTILLO E IGLESIA

El Castillo-Santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca se encuentra a 75 km de la ciudad de Murcia.

Los orígenes del castillo son islámicos (siglos X y XI) y desde entonces ha sufrido numerosas modificaciones en función de las necesidades del momento. Sus murallas son del siglo XIII, aunque actualmente se hallan completamente reconstruidas.

La iglesia es de planta de cruz latina, de tres naves longitudinales y con tribuna corrida sobre las naves laterales y cúpula en el crucero. Estas naves abocan al centro con arcos abocinados, sobre el que se apoya el coro.

La Capilla Mayor tiene dos cuerpos: el presbiterio propiamente dicho y la Capilla de la Aparición, donde se encuentra la ventana por la que, según la tradición, los ángeles entraron la Santísima Cruz. En los brazos del crucero hay dos retablos barrocos, uno de la Virgen de la Encarnación y otro de San Lázaro. A ambos lados del presbiterio se disponen dos salas, la de al lado de la Epistolar, la sacristía vieja, en la actualidad Capilla de la Vera Cruz, y en el lado del Evangelio, cumple las funciones de sacristía.

En el Santuario cabe destacar la magnífica fachada realizada en estilo barroco en el siglo XVIII (año 1722) hecha con mármoles rojos de la zona, y construida con posterioridad a la iglesia. Consta de dos cuerpos, separados los dos primeros por un entablamento cuya cornisa queda quebrada para albergar un escudo real. Es una portada con elementos de una imaginación desbordante, una exhalación de la Santa Cruz.

Realza la fachada la policromía conseguida por el material empleado, mezclando jaspes de tonos rojos y grises. Adosado a la parte norte del Santuario, se halla un claustro de dos plantas, que forma parte de la denominada Casa del Capellán recientemente rehabilitada y que hoy día alberga el Museo de Arte Sacro. Este claustro está construido sobre el mismo lugar donde se encontraba el patio de armas del castillo.

En el interior de la iglesia, que guarda una estrecha relación con el estilo herreriano, se hallan un órgano y los retablos antes citados, todos de estilo barroco.

En el santuario podemos destacar la Capilla de la Cruz, la Capilla de la Aparición, la Capilla de los Conjuros, el Mirador de la Reina, La Torre Chacona o del homenaje y el aljibe musulmán.

En el Museo de la Vera Cruz, ubicado en el recinto del alcázar-santuario, podemos encontrar colecciones de ornamentos relacionados con la cruz. Dentro de la pinacoteca destacan: «La curación de Tobías», óleo sobre lienzo del pintor caravaqueño Rafael Tegeo, uno de los mejores retratistas del siglo XIX español, de estilo neoclásico; «San Francisco en la zarza», óleo sobre lienzo del siglo XVII de la escuela de Ribera. Además destacan seis óleos sobre tabla del siglo XVI, originales de Hernando de LLanos, pintor que fuera discípulo de Leonardo da Vinci, en los que narra el milagro de la aparición.

En ornamentos destaca la casulla de Chirinos, un tiraz musulmán adaptado a la forma de ornamento litúrgico que se cree portaba el sacerdote Chirinos en el momento de la milagrosa aparición de la Cruz.

En orfebrería encontramos la Custodia-Ostensorio de la Cruz (de principios del siglo XVI), regalo del primer marqués de los Vélez, Pedro Fajardo. El Portacruz de los Baños, regalo de Luis Fajardo, segundo marqués de los Vélez, es otra pieza importante. Digna de mención, en la capilla de la Cruz, se encuentra la caja-estuche de plata sobredorada donada hacia 1390-1395 por el maestre de la Orden de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa.

Fuente: Madre Encarna Martínez Romera en corazones.org y jdiezarnal.com

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A la Santa Cruz DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a la Santa Cruz

HIMNO (LAUDES)

Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
De aquel Jesús nacido de la Virgen
Que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
Lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.

¡ Salve cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!

Reine el señor crucificado,
Levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz,
Nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén

 

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

HIMNO (VÍSPERAS)

Las banderas reales se adelantan
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus,
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén

 

PETICIÓN DE PROTECCIÓN A LA SANTA CRUZ

«Cuídame, oh Santa Cruz. Aparta de mí toda arma cortante. Desvía de mí todo mal. Derrama en mí todo bien para que pueda salvar mi alma. Aleja de mí todo temor de la muerte y concédeme la vida eterna. Cuídame y haz que los espíritus malignos, tanto visibles como invisibles huyan ante mí. Amén».

 

ORACIÓN DE LIBERACIÓN POR LA SANTA CRUZ

«Oh Santa cruz, sé mi luz. Que el dragón no sea mi lider. ¡Apártate Satanás!. Jamás me aconsejes ninguna vanidad. El brebaje que nos viertes es el mal; bebe tu mismo todos tus venenos. ¡Viva el Señor!. Amén.»

 

ORACIÓN DE LA CRUZ DE SAN BENITO

(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Santa Cruz del Padre Benito.
La Santa Cruz sea mi Luz.
No sea el dragón mi guía. Apártate, satanás; no sugieras cosas vanas; venenosa es tu carnada, bebe tú mismo el veneno. Paz.
(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Oh Santa Cruz! Madero Hermoso en donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario, ante ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.

Elevada ante el mundo, eres faro luminoso que congregas a tu rededor a la cristiana grey para entonar cantos de Gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre Ti para la redención del género humano.

Sobre ti se operó el asombroso misterio de la redención del mundo, desde entonces libra al cristiano de la culpa original, puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.

Bendita seas! por los siglos de los siglos, fuiste entre los paganos signo de valor y afrenta y hoy eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amen

Santa Cruz de mi Jesús, que expiró para darnos luz, yo te doy mi reverencia, oh preciosa y Santa Cruz!.

El camino que nos marques en el mundo seguiremos, que la Cruz siempre abrazados con su signo venceremos.

A tus plantas hoy me encuentro, mi Divino Redentor.
Haz que con su santa paciencia, carguen en el mundo mi Cruz.
Oh Dios Omnipotente que sufriste en la Cruz la muerte, para redimirnos de nuestros pecados.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, se mi verdadera luz.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, se mi esperanza.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mi todo mal.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de la salvación.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes, temporales y corporales para que pueda adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno a quién imploro para que tenga piedad de mí.
Haz que el espíritu maligno visible o invisible huya de mi por todos los siglos de los siglos. Amen.

ORACIÓN

En honor de la preciosa Sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de su Resurrección y de su Encarnación Divina, por medio de la cual puede conducirnos, a la vida eterna: que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que fue Crucificado en Viernes Santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la Cruz y que Jesucristo subió al cielo, que así se digne libertarme de los ataques de mis enemigos, tanto visibles como invisibles desde hoy y por los siglos de los siglos. Amen.
Dios Todopoderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín.

ORACIÓN

Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando Tu Alma tan sagrada se separó de Tu Cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de este mundo.
¡Oh Jesús! concédeme el valor necesario para soportar mi cruz a imitación Tuya, enséñame a llevar con paciencia todos los sufrimientos, que mi temor a ellos se convierta en virtud.
Que la Omnipotencia del Padre se digne de cubrirme con la sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amen…

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