Cualquiera de nosotros puede ser el próximo.
Los casos de iluminación de las conciencias, sin que llegue el día masivo del Aviso, cuando el juicio particular toque a toda la humanidad, se están multiplicando.
Es como si Jesús estuviera preparando un grupo de conversos, para que ayuden a otros que pasen por el trance.
Porque después del juicio donde se verán los pecados como los ve Dios, viene casi siempre la conversión.
Además en comentarios a nuestros videos nos enteramos de que suscriptores dicen que ya han tenido iluminación de la conciencia, por lo tanto es un fenómeno que está sucediendo.
Jesús prepara a la humanidad para lo que ya parece acercarse: El Aviso.
En este artículo te queremos contarte la iluminación que tuvo un joven trabajador, alejado de Dios, cuya vida entera pasó ante sus ojos durante 10 minutos y después ya no fue el mismo, abrazó la fe.
Charly Buttafuoco vivía en Lieja, una ciudad de Bélgica donde se habla francés, tenía 28 años en mayo de 1983.
Y nada le hacía vislumbrar que pasaría en poco tiempo por una de las experiencias sobrenaturales más importantes que puede tener el ser humano.
Pero Dios lo fue preparando para lo que vendría, sin que se diera cuenta.
¡Imagínate! Él no era católico, ¡incluso era anticatólico! e además quien lo asistió primero fue un pastor evangélico.
Era un trabajador en una gran empresa siderúrgica y durante una noche de servicio, uno de sus colegas había traído un libro titulado «La verdad sobre la Sábana Santa de Turín», con el subtítulo: Pruebas de la muerte y resurrección de Cristo.
Le prestó el libro y lo atrapó inmediatamente, a pesar de que hasta ese momento había estado leyendo libros que trataban de cualquier cosa en el campo de lo misterioso y lo enigmático, pero que nunca se referían a lo religioso.
Dice en su testimonio, «No es que fuera ateo, ni mucho menos, creía que debía haber una Inteligencia Superior que había creado el universo y los seres vivos».
Pero se encontraba lejos de Dios. Es decir ¡nada de relación!
Además, franca y honestamente, no sentía absolutamente ninguna necesidad existencial de tener relación alguna con Dios, pero lo estaba buscando inconscientemente y no lo supo hasta más tarde.
Después de fascinarse con la historia de la muerte y resurrección de Jesucristo fue pedirle prestada a su capataz, un evangélico practicante, una Biblia.
Y ahí comenzó su camino, porque luego éste le ofreció ir el 26 de mayo de 1983 a las cuatro de la tarde a entrevistarse con su guía espiritual, un pastor evangélico.
A lo que dijo que sí concurriría.
Dios lo había seducido incluso por un evangélico, lo encantó sin que Charly lo supiera y ¡se dejó seducir por Él!
¿No dice Dios Isaías 65, 1: «Me dejé buscar por los que nada pedían, me dejé encontrar por los que no me buscaban y dije: ¡Estoy aquí, estoy aquí!»?
Después de leer el libro sobre la Sábana Santa, el sudario que envolvió a Nuestro Señor, sólo una pregunta fue a su mente, sólo una: ¿Y si fuera cierto que Jesús está vivo?
Si fue realmente cierto que Jesucristo resucitó, ¿entonces debería haber vida después de esta vida?
¡Qué shock le produjo esa certeza cristiana!
Por otra parte al leer la Biblia que le prestó el capataz de la fábrica y leer el Evangelio de San Juan, no entendió nada, pero se instaló en él una sensación nueva, que lo preparaba para su juicio en pequeño, y fue la de una «atracción amorosa» a las cosas de Dios.
Las mañanas del 24, 25 y 26 de mayo además sucedió algo bastante extraño.
Durante esos tres días, cuando fue a su jardín por la mañana, ¡una tórtola se posó en su cabeza todos los días!
Fue muy divertido, porque cuando la ponía en el suelo y se alejaba de ella, saltaba hacia él y luego, con un solo movimiento de su ala, ¡volvía a su cabeza!
Los tres días pasó lo mismo hasta el mismo día 26 de mayo por la mañana.
Aquí estamos en el día en que todo cambió para él.
La cita con el pastor era a las cuatro de la tarde, pero como era temprano decidió ir a la plaza frente a la Catedral católica de Lieja.
Eran las tres de la tarde hora de la pasión de Jesucristo, todavía lo recuerda porque miró el reloj de la Catedral y caminó lentamente por la plaza.
Y ahí ocurrió el hecho asombroso. Así cuenta su experiencia de la iluminación de su conciencia:
Estaba frente a la Catedral cuando de repente, sin que me advirtieran de nada, un silencio total se instaló en todo mi ser, a pasar de estar entre cientos de personas.
¡En ese momento se escuchó una voz en mí!
Esta Voz era de absoluta majestad; lo que dijo no podía ser discutido, ni cuestionado.
Era una dulzura que no conocía, pero tenías que hacer lo que decía como si hubiera sido completamente natural hacerlo.
Esta voz no era una voz cualquiera, ¡sabía de manera misteriosa que era la Voz de Dios!
¡Estaba absolutamente seguro! ¡Pero qué dulzura! ¡Qué bondad!
¡Este Dios Único no tiene absolutamente nada de un padre azotador! pensó.
No tiene nada en común con todos los juicios buenos o malos que se hacen sobre él.
Ahora sé por qué San Juan dijo de Él: «Dios es amor».
Sabía que Dios me estaba hablando y lo reconocí, no me pregunten cómo, no sé, reconocí que esta Voz era la de Jesús ¡Sabía que era Él, Dios era quien me hablaba!
Entonces, tomando infinitas precauciones para no asustar y alarmar a la «pobre» criatura que era, que todavía soy, que todos somos, esta Voz imbuida de gran dulzura me dijo: «Siéntate», esta vez estaba de espaldas a la Catedral.
Entonces la voz me volvió a decir con la misma dulzura y las mismas precauciones llenas de ternura: «Mira»
Fue entonces cuando, frente a mis ojos, vi pasar mi vida a una velocidad extraordinaria, desde mi más tierna infancia hasta este día 26 de mayo de 1983 a las tres de la tarde.
Vi y reconocí todos los detalles más pequeños que había olvidado por completo.
Pero allí, con esta visión, los reconocí a todos perfectamente, uno a uno y tomé nota de ello. ¡Tenía que recordarlo!
Al ver pasar toda mi vida ante mis ojos, la realidad de esta vida se manifestó como una verdadera ruina existencial, una muerte en el sentido literal de la palabra.
¡Sabía ese día, a esa hora, lo que realmente era la muerte!
Pasé por una especie de descomposición orgánica, sentí mi cuerpo chocar y licuarse como una masa sin vida, muy pesada, en el banco en el que estaba sentado.
El «peso» de esta vida hasta el día de hoy no tenía realidad, ningún sustento, ciertamente estaba vivo, ¡pero era un muerto viviente!
Sin embargo, yo no era un mal hombre, ni mucho menos, era como la gente común, un hombre «honesto» sin más.
¡En ese momento supe que hasta este día del 26 de mayo de 1983 estaba muerto a los ojos de Dios! En realidad estaba viviendo pero sin la vida de Dios en mí.
¿No dice Jesús que los hombres sin la Vida de Dios están muertos?: «Deja que los muertos entierren a sus muertos «, Lucas 9:60.
Charly en esta visión pudo ver la nada de su vida, pues la vio en la Luz divina.
Dice su relato: sólo pude admitir como justamente esta muerte por la que pasaba, el «juicio».
Era correcto y acepté la sentencia ¡como la lógica misma de una vida sin Dios!
Entendí entonces por qué la Voz me había dicho que me sentara en el banco y por qué esta Voz era tan considerada y tan gentil.
Porque pasar por lo que estaba pasando sin el apoyo de esta Presencia Divina, era un suicidio seguro después del hecho.
Debido a que no hay forma de escapar de esta visión, vernos como Dios nos ve, es suicidio o locura.
¡No habría podido vivir normalmente si las cosas se hubieran detenido allí!
¡De repente, la Voz se reanudó!
Me volvió a decir con esta dulzura extraordinaria y muy «maternal»
«Te mostré tu vida, no eres peor que otro ni mejor que otro, pero están todos muertos sin la Verdadera vida, sin la Vida de Dios en ti».
La Voz hizo una pausa y continuó: «¡He aquí, te perdono todos tus pecados!»
De repente me levanté de esta muerte por la que acababa de pasar y realmente volví a la vida.
A partir de ese momento, la vida de Charly dejó de ser una vida ordinaria, porque desde entonces ha estado viviendo con la Vida de Dios en él.
Se convirtió al catolicismo y es profundamente devoto de la Virgen María.
Bueno, hasta aquí lo que te queríamos contar sobre este caso de iluminación de conciencia, un suceso que parece estar acelerándose en estos momentos según los testimonios que estamos recibiendo.
Y me gustaría preguntarte si crees que estás preparado, preparada, para pasar por esta experiencia.
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