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Exaltación de la Santa Cruz, Símbolo de nuestra Salvación (14 sep, 3 may)

La Exaltación de la Santa Cruz celebra tres acontecimientos históricos

El hallazgo del Vera Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino.

La dedicación de iglesias construidas por Constantino en el sitio del Santo Sepulcro y Monte Calvario.

Y la restauración de la Vera Cruz a Jerusalén por el emperador Heraclio II.

Pero en un sentido más profundo, la fiesta celebra la Santa Cruz como el instrumento de nuestra salvación.

Estos tres puntos son comunes a la celebración del 14 de septiembre y a la del 3 de mayo.

jesus en la cruz difuminado

Este instrumento de tortura, diseñado para degradar el peor de los criminales, se convirtió en el árbol que da vida.
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Que invierte el pecado original de Adán y Eva cuando comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal en el Jardín del Edén.

Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo.

Y con las cinco heridas que allí padeció pagó Cristo nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió la salvación.

Ver también:

corazon con una cruz

 

SUCESOS SOBRENATURALES PARA EL DESCUBRIMIENTO DE LA SANTA CRUZ

Después de la muerte y resurrección de Cristo, las autoridades judías y romanas en Jerusalén hicieron esfuerzos para oscurecer el Santo Sepulcro, la tumba de Cristo en el jardín cerca del lugar de su crucifixión.

La tierra había sido amontonada a lo largo del sitio, y templos paganos se había construido en la parte superior de la misma.

La cruz en la que Cristo había muerto había estado oculta (dice la tradición) por las autoridades judías en algún lugar de los alrededores.

Según la tradición, mencionada por primera vez por San Cirilo de Jerusalén en el año 348, Santa Elena, llegando al final de su vida, decidió bajo inspiración divina viajar a Jerusalén para excavar el Santo Sepulcro y tratar de localizar la Vera Cruz.

Un judío de nombre Judas, consciente de la tradición relativa a la clandestinidad de la Cruz, los llevó a excavar al lugar en el que estaba escondido el Santo Sepulcro.

Tres cruces fueron encontrados en el lugar.

Según una tradición, la inscripción Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum («Jesús de Nazaret, Rey de los Judios») permaneció unido a la Vera Cruz.

Pero de acuerdo con una tradición más común, sin embargo, la inscripción faltaba, y Santa Elena y San Macario, obispo de Jerusalén, suponiendo que se trataba de la Vera Cruz y de las que pertenecían a los ladrones crucificados junto con Cristo, ideó un experimento para determinar que era la Vera Cruz.

En una versión de esta última tradición, las tres cruces fueron llevados a una mujer que estaba cerca de la muerte.
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Cuando tocó la Vera Cruz ella fue sanada.
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En otra, el cuerpo de un hombre muerto fue llevado al lugar donde se encontraron las tres cruces, y lo pusieron sobre cada cruz.
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La Vera Cruz restauró el muerto a la vida.

la vera cruz Adam Elsheimer

 

RECUPERACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Como dijimos, hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo.
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La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

Le pusieron por nombre la basílica de la “Resurrección”.

La consagraron el 14 de septiembre.

Como consecuencia, este día se eligió para celebrar la fiesta que se llama la “Exaltación de la preciosa y vivificadora Cruz”.

El rey Cosroes II de Persia, en el año 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz, poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo.

Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo, recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año.
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Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales.

Y de pronto se dio cuenta de que no era capaz de avanzar.

Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo:

«Es que todo ese lujo de vestidos que lleva están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles».

Entonces el emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión.

Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata que se habían llevado los persas.

Y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, se produjeron muchos milagros.

La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos.
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Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén.
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Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron «Veracruz» (verdadera cruz).

jose de arimatea bajando a jesus de la cruz fondo

 

LAS FIESTAS DE LA SANTA CRUZ

La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz es de origen palestino y tiene resabios de ese origen local.
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El 14 de septiembre, se exponía y veneraba la Santa Cruz para que los fieles pudieran satisfacer su devoción.

Un obispo subía a una tribuna ricamente adornada, y después de haber venerado el santo madero, lo levantaba (exaltaba) y lo mostraba al pueblo arrodillado.

A esta ceremonia se la denominó “Exaltación de la Santa Cruz”.

Esta fiesta era ya celebrada en Constantinopla en tiempos de san Juan Crisóstomo († 407).

Siendo el primer testimonio de una reliquia de la cruz venerada en Jerusalén el que se conserva de San Cirilo de Jerusalén en su primera catequesis mistagógica pronunciada hacia el año 348.

Esta fiesta está enraizada con el día de la Expiación:

”El décimo día de este séptimo mes será el día de la Expiación, en el que ofreceréis durante siete días la fiesta de las Tiendas en honor del Señor.

Durante siete días habitaréis en cabañas” (Levítico 23).

En España el mayor trozo de la cruz de Cristo se conserva en el santuario de Santo Toribio de Liébana, en plenos Picos de Europa.

Traído en tiempos de don Alonso I el Católico, Rey de Asturias y yerno del Rey don Pelayo, por el mismo Santo Toribio, obispo de Astorga, desde Jerusalén.

Y que fue muy venerada por los peregrinos venidos de todas partes en los Años Santos Lebaniegos.

En el siglo XI y según los lugares, tenía la misma consideración que las fiestas privilegiadas de algunos Apóstoles, la de san Miguel o la de la Circuncisión.

Las Iglesias galicanas no conocían esta fiesta, pero celebraban otra en honor de la Santa Cruz, con idéntico fin, el día 3 de mayo.

Al principio esta fiesta no era fija, pues caía en primavera entre la octava de Pascua y los días de las Rogativas y  se conocía con el nombre de “Invención de la Santa Cruz”.

Uno de los testimonios más antiguos de esta fiesta, con el nombre de Dies Sanctae Crucis, es el Leccionario de Silos, escrito hacia el año 650.

En España se celebra desde tiempo inmemorial, el día 3 de mayo, la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, con la denominación de La Cruz de Mayo.

Es de carácter popular, celebrándose en las distintas regiones con ritos especiales en los que el elemento principal son las flores.

En los calendarios litúrgicos mozárabes sólo aparece la fiesta del 3 de mayo con el título de “Inventio Sanctae Crucis”.

icono bizantino de elena y constantino
Icono Bizantino de Santa Elena y el Emperador Constantino

 

ENTRE LOS ORTODOXOS

Los Ortodoxos festejan esta fiesta también el 14 de septiembre.

El tropario de la fiesta era, se podría decir, como el himno nacional que se cantaba en todas ocasiones públicas de los Imperios Cristianos de Bizancio y de Rusia.

Originalmente rogaba a Dios a salvar al pueblo, concederles la victoria en las guerras, y a conservar el Imperio “por el poder de la Santa Cruz.”

Sin embargo, hoy en día, este tropario tal como todos los demás himnos del día son “espiritualizados”.

Los “enemigos” ahora se refieren a los espiritualmente malos, incluyendo al demonio y todas las fuerzas del mal.

Y en lugar de pedir por los gobernantes del estado individualmente, se pide ahora por todos los “cristianos ortodoxos,” y el mundo entero.

Himno de la Cruz – Salva, oh Señor, a Tu Pueblo, y bendice a Tu Heredad. Concede a Tu Iglesia la victoria sobre sus enemigos. Y protege al mundo por Tu Santa Cruz.

Kontakion – Oh Tú que, por Tu propia Voluntad, fuiste levantado sobre la Cruz, concede Tu Compasión a Tu pueblo nuevo, llamado por Tu Nombre, Oh Cristo Dios. Alegra Con Tu Poder a nuestros files gobernantes, dándoles victoria sobre sus enemigos; Que les sea Tu Cruz un arma de paz y una victoria invencible.

La fiesta de la Elevación de la Santa Cruz, a pesar de que obviamente tuvo un origen político, goza hoy de gran significado en la Iglesia.

Es un día de ayuno y de oración.

sacerdote con cruz en la mano fondo

 

TESTIMONIOS

A San Antonio Abad (año 300, fiesta el 17 de enero) le sucedió que el demonio lo atacaba con terribilísimas tentaciones y cuentan que un día, angustiado por tantos ataques, se le ocurrió hacerse la señal de la Cruz, y el demonio se alejó.

En adelante cada vez que le llegaban los ataques diabólicos, el santo hacía la señal de la cruz y el enemigo huía.

Y dicen que entonces empezó la costumbre de hacer la señal de la cruz para librarse de males.

De una gran santa se narra que empezaron a llegarle espantosas tentaciones de tristeza. Por todo se disgustaba.

Consultó con su director espiritual y este le dijo: «Si Usted no está enferma del cuerpo, ésta tristeza es una tentación del demonio».

Le recomendó la frase del libro del Eclesiástico en la S. Biblia: «La tristeza no produce ningún fruto bueno».

Y le aconsejó: «Cada vez que le llegue la tristeza, haga muy devotamente la señal de la cruz».

La santa empezó a notar que con la señal de la cruz se le alejaba el espíritu de tristeza.

Cuando Nuestra Señora se le apareció por primera vez a Santa Bernardita en Lourdes (Año 1859), la niña al ver a la Virgen quiso hacerse la señal de la cruz.

Pero cuando llegó con los dedos frente a la cara, se le quedó paralizada la mano.

La Virgen entonces hizo Ella la señal de la cruz muy despacio desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo hasta el derecho.

Y tan pronto como la Madre de Dios terminó de hacerse la señal de la cruz, a la niña se le soltó la mano y ya pudo hacerla ella también.

Y con esto entendió que Nuestra Señora le había querido dar una lección: que es necesario santiguarnos más despacio y con más devoción.

cruz en una iglesia fondo

 

EL SIGNO DE LA CRUZ

La cruz es la manifestación suprema del amor de Dios que en ella murió para salvarnos.

La cruz es el poder de Dios para vencer el pecado, forma de vida esencial para el verdadero cristiano.

Por amor, aplicamos el poder de la cruz, crucificando todo pecado y tendencia contraria al amor de Dios.

La Cruz es el símbolo primordial de los cristianos y es uno de los pocos símbolos generalmente aceptados por todas las confesiones cristianas.

Durante los tres primeros siglos del cristianismo quizás no se utilizó mucho el signo visible de la cruz entre los cristianos.

Hay que entender que la Iglesia era perseguida y la cruz era para la cultura pagana signo de castigo, de derrota y de mal.

Por eso los cristianos utilizaban otras figuras como la del Buen Pastor, el pez, el ancla, la paloma, tal como vemos en las catacumbas de Roma.

Pero sería falso decir que los cristianos de los primeros siglos rechazaban la cruz.

Al contrario, la llevaban siempre en su corazón.

Ya desde las Sagradas Escrituras era signo primordial del cristiano.

A partir del siglo IV la cruz ha sido el símbolo por excelencia para representar a Cristo y su misterio de Salvación.

Desde el sueño del emperador Constantino en el año 312 («con esta señal vencerás»), el cual precedió a su victoria en el puente Milvio, y el descubrimiento de la verdadera Cruz de Cristo, en Jerusalén, por la madre del mismo emperador, Santa Elena, el signo de la cruz se propagó.

Las primeras representaciones pictóricas o esculturales de la Cruz ofrecen a un Cristo Glorioso, con túnica larga, con corona real.
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Está en la Cruz, pero como vencedor, el Resucitado.

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Era necesario que fuese así para enseñar que la cruz es la victoria.

En la Edad Media se hizo necesario enseñar mas sobre la humanidad de Cristo y el valor de Su sufrimiento y del nuestro unido a Él.

Se le representará en su estado de sufrimiento y dolor como lo conocemos hoy día.

La Cruz resume toda la teología sobre Dios, sobre el misterio de la salvación en Cristo, sobre la vida cristiana.

La Cruz nos representa a un Dios trascendente, pero cercano.

Un Dios que ha querido vencer el mal con su propio dolor.

Un Cristo que es Juez y Señor, pero a la vez Siervo, que ha querido llegar a la total entrega de sí mismo, como imagen del amor y de la condescendencia de Dios.

Un Cristo que en su Pascua ha dado al mundo la reconciliación y la Nueva Alianza entre la humanidad y Dios.

La Cruz ilumina toda nuestra vida. Nos da esperanza. Nos enseña el camino.
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Nos asegura la victoria de Cristo, a través de la renuncia a sí mismo.
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Y nos compromete a seguir el mismo estilo de vida para llegar a participar en el cielo de la vida del Resucitado.

La Cruz, que para los Judíos era escándalo y para los griegos necedad (Cf. 1Cor 1,18-23), que escandalizó también a los discípulos de Jesús, se ha convertido en nuestro mejor símbolo de victoria y esperanza, en nuestro más seguro signo de salvación y de gloria.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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El Significado Cristiano Profundo de la Cruz

Hoy la cruz es el símbolo más identificatorio de los cristianos.

Por tanto es un uno de los símbolos cristianos más usados.

Y también quizás, junto con el dibujo de un pez, uno de los más antiguos.

Formalmente es un recordatorio de la muerte de Jesucristo en la cruz, crucificado.

Pero lo más valioso son las connotaciones que eso tuvo en todo el universo y para el género humano.

  

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CRUZ

Naturalmente que dos barras que se cruzan entre sí en ángulo recto es un símbolo que se encuentra en muchas culturas y religiones.

Incluso en el cristianismo hay diversas formas de cruz.

Como la cruz griega, la cruz papal, la cruz de San Pedro etc.

La cruz tiene un significado de la contradicción para los cristianos.

Un instrumento de muerte de odio y de violencia fue transformado por Jesucristo en un instrumento de vida, amor, paz y perdón.

Significa la derrota del pecado, nuestra salvación y la promesa de la vida eterna en el cielo junto a Dios.

La cruz es un signo de amor que demuestra que Cristo murió por amor por los pecadores.

Es un símbolo que muestra a un Dios personal que ha venido hasta nosotros, no como en la mayoría de las religiones en que son las personas quienes se esfuerzan por alcanzar a la deidad.

Es un símbolo de humildad realizada por la voluntad de Jesucristo.

Porque el hijo de Dios se humilló en obediencia y murió en una muerte cruel por su propia decisión.

La cruz es profética, porque la redención del género humano está profetizada largamente a través del Antiguo Testamento.

Isaías describe claramente los tormentos que agobiarían al Mesías.

Y la cruz es definitiva, porque caminamos con nuestra Cruz hacia la promesa definitiva de Dios.

Para los católicos la cruz tiene más significado con la forma del crucificado en ella.

Sin embargo es aceptable la forma en que la usan los protestantes.

Pero no completa la comprensión de lo que sucedió el Viernes Santo.

Una de las devociones más importantes en la Iglesia Católica es el Camino de la Cruz o Vía Crucis, que se suele recorrerse más asiduamente en los templos durante la Semana Santa.

Allí se recuerda y se honra la memoria de Jesús unido a su cruz.

Por ser tan importante el enemigo ha tratado de desvirtuar la cruz, dándole un sentido inverso.

Han tomado la cruz de San Pedro dándole otra interpretación.

cruz de san pedro en una iglesia
Cruz de san Pedro en una Iglesia Cristiana

  

LA TRANSFORMACIÓN SINIESTRA DE LOS SATANISTAS

La cruz invertida es un símbolo con una larga historia, pero en los tiempos modernos sus significados divergentes.

Durante siglos, la cruz invertida se consideró un símbolo cristiano, basado en una antigua tradición de que el apóstol Pedro fue crucificado cabeza abajo. 

Una versión de la historia dice que Pedro frente martirio por crucifixión, solicitó que su cruz se invirtiera porque se sentía indigno de morir de la misma manera como Cristo.

La cruz al revés, a veces llamada la Cruz de San Pedro o la cruz de Pedro, de este modo se convirtió en un símbolo de humildad. 

Por ahí entonces la cruz invertida se asocia entonces con el Papa, que los católicos creen que su autoridad se puede  rastrear hasta San Pedro.

Recientemente, sin embargo, es común que la cruz al revés sea utilizada como un símbolo del ateísmo, del humanismo, de lo oculto y lo satánico. 

Varias bandas de black metal utilizan una cruz invertida para llamar la atención sobre su supuesta devoción a satanás.

Cruces al revés aparecen en las películas de terror como como una señal de actividad demoníaca.

El símbolo surge en tatuajes, colgantes, y como un logotipo en las camisetas.

A veces, se acompaña de declaraciones tales como «Cree en ti mismo», «No hay Dios», «Misa Negra».

En estos contextos, la intención evidente de la cruz invertida es declarar una oposición a Cristianismo.

Al girar la cruz se convierte en un medio de negar la verdad de Cristo y burlarse de su sacrificio.

Así que, ¿cuál es el significado de una cruz al revés? Depende del contexto. 

Cuando el símbolo se utiliza en un entorno de la iglesia, es más probable que sea una referencia a Pedro y la forma de su muerte.

En otros contextos, la cruz invertida es a menudo un símbolo anticristiano.

En nuestro mundo caído la santidad es a menudo burlada y lo que es bueno y puro se tuerce por el «dios de este siglo».

Así la cruz, un símbolo de Cristo, se pone de cabeza para convertirse en un símbolo del diablo. 

Veamos cómo surgió la crucifixión de San Pedro.

crucifixion de san pedro

  

LA HISTORIA DE CÓMO SAN PEDRO ELIGIÓ SER CRUCIFICADO CABEZA ABAJO

La tradición nos dice que cuando San Pedro fue martirizado, insistió en que fuera crucificado cabeza abajo.
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Porque él no creía que fuera digno de ser crucificado en la forma de su Señor.

San Pedro fue designado por Jesús para desarrollar la Iglesia, fue el primer Papa y por lo tanto es lógico que sus sucesores lo recuerden con un símbolo.

Vemos una alusión a esto en el Evangelio de Juan, cuando el Señor habla de la clase de muerte que Pedro iba a sufrir:

En verdad, en verdad os digo que cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías;

pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevarán adonde tú no quieras.»

(Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios.) Y después de esto, le dijo: ‘Sígueme’” (Jn 21:18-19).

Extenderás tus manos”. En el mundo antiguo – sobre todo en la tradición cristiana – era una referencia común a la crucifixión.

Las palabras ‘Sígueme’ denotan imitación del ejemplo de obediencia «hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2,8) de Cristo.

El pastor principal seguiría al Buen Pastor, incluso en la forma de su muerte.

En el momento de la redacción del Evangelio de Juan, el martirio de Pedro ya había ocurrido, de modo que fue sin duda bien atestiguado por sus lectores.

Podemos rastrear el testimonio del martirio de Pedro en los primeros escritores cristianos, entre ellos Orígenes, Eusebio de Cesarea, San Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía, San Ireneo, y Tertuliano.

En De praescriptione 36 (c. 200 dC), Tertuliano escribe:

Si, tú estas cerca de Italia, Roma, donde tú tienes la autoridad siempre a tu alcance.

Qué suerte es esta Iglesia que los Apóstoles han derramado toda su enseñanza con su sangre, donde Pedro ha emulado la Pasión del Señor, donde Pablo fue coronado con la muerte de Juan”.

En Scorpiace 15 (c. 204), de nuevo, escribe de la crucifixión de Pedro:

Y si un hereje desea su confianza que repose en un registro público, los archivos del imperio van a hablar, al igual que las piedras de Jerusalén.

Leemos las vidas de los Césares: en Roma Nerón fue el primero manchado de la sangre la fe naciente.

Luego está Pedro ceñido por otro, cuando él es puesto rápido a la cruz.

Luego es Pablo que obtiene un parto adecuado a la ciudadanía romana, cuando en Roma, el brota a la vida otra vez ennoblecido por el martirio”.

Aparicion del Apóstol San Pedro a San Pedro Nolasco
Aparicion del Apóstol San Pedro a San Pedro Nolasco

En su Historia eclesiástica (c. 325 dC), Eusebio de Cesarea escribe:

Pedro parece haber predicado en el Ponto, Galacia, Bitinia, Capadocia, y Asia a los Judíos de la diáspora.

Y por fin, después de haber llegado a Roma, fue crucificado de cabeza hacia abajo; porque él había pedido que él podría sufrir de esta manera…. E

stos hechos están relacionados por Orígenes en el tercer volumen de su Comentario sobre el Génesis (III.1)”.

Por lo tanto, se registra que Pablo fue decapitado en la misma Roma, y que Pedro mismo fue crucificado en tiempos de Nerón.

Este relato de Pedro y Pablo se fundamenta además en el hecho de que sus nombres se conservan en los cementerios de ese lugar, incluso hasta nuestros días (II.25.5)”.

Como resultado de la forma en que fue crucificado, la Iglesia ha utilizado la cruz al revés (y sin un cuerpo, por lo que no es un crucifijo) para designar a Pedro, no a Cristo.

El Papa, que es el sucesor de Pedro, emplea el símbolo de la cruz al revés como un recordatorio simbólico de la humildad de San Pedro y su martirio heroico.

A diferencia de un crucifijo al revés, que busca invertir y subvertir su significado.

Altar de misa satánica

  

LA CRUZ AL REVÉS EN LAS MISAS NEGRAS O SATÁNICAS

La cruz al revés es un elemento central de las misas negras satánicas.

Como es una parodia de la misa implica un crucifijo al revés.
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La invocación del nombre de satanás y otros demonios y la profanación de una hostia consagrada.

El rito suele ser oficiado por un celebrante, diácono y subdiácono.

Los instrumentos utilizados incluyen velas, un pentáculo invertido, un cáliz lleno de vino o licor, una campanilla, una espada, un hisopo (utilizado para rociar agua), un crucifijo invertido y una hostia auténticamente consagrada. 

El altar de la misa negra es una mujer desnuda y los participantes llevan vestidos negros con capucha

De acuerdo con un artículo escrito para L’Osservatore Romano por Giuseppe Ferrari, secretario nacional de la Organización para la Investigación e Información sobre Sectas, la misa negra se considera que es el rito principal de todo grupo satánico.

«El rito sigue más o menos el de la misa católica con las oraciones recitadas en latín, inglés y francés. 

En lugar del nombre de Dios se invoca el nombre de satanás, junto con los nombres de varios demonios.

El Padre Nuestro se pronuncia en sentido contrario o negativo (padre nuestro que estás en el infierno).

Se lanzan invectivas contra Jesucristo y la Hostia es profanada de varias maneras: utilizándola en prácticas sexuales, pisoteándola repetidamente con odio«.

iglesia satánica
Iglesia Satánica con la cruz invertida

La consagración satánica se hace violentando a Jesús en el pan.
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En ese momento de la consagración se le grita al pan, hablando que no tiene valor.
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Que no hace su trabajo y lo único que hace es dormir, que no responde ninguna plegaria y permite que su propio pueblo sea herido.
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En ese momento se tira al suelo, y el diácono y el subdiácono la patean y la pisan.

Por medio de tales ritos se pretende mandar una maldición o realizar algún hechizo a una persona concreta.

Se piensa que el mejor momento será por la noche, en un particular período de tiempo en el cual las personas están dormidas (por ejemplo, dos horas antes de despertar).

De ahí que los ritos satánicos comienzan, en general, en las horas nocturnas.

Los lugares precisos donde se realizan son escogidos dependiendo de la posibilidad de organizar todo con cierta reserva prefiriendo cementerios o iglesias en ruinas.

Durante los ritos satánicos, algunos grupos llegan a profanar cadáveres, o cometen actos de violencia física incluso sobre menores y hasta homicidios rituales.

El rito principal de todo grupo satanista, es decir, la misa negra, ha sido descrita por Anton La Vey en “The Satanic Bible” como en “The Satanic Rituals”.

Pero los diversos grupos satánicos introducen modificaciones respecto al rito aplicado por La Vey, quien lo ha establecido siguiendo el modelo de las más antiguas misas negras europeas.

Sin embargo aún hoy la cruz es un símbolo de lucha contra el pecado y signo de conversión, como la cruz del perdón.

Veamos dos casos relacionados con el aborto.

Marcha por la Vida en Budapest
Marcha por la Vida en Budapest

  

MARCHA POR LA VIDA EN HUNGRÍA CON LA CRUZ DE LOS PECADOS

Cientos de personas de toda Europa se reunene en la Plaza de Capistrano y marcha por el centro de esta antigua ciudad tañendo campanas en conmemoración de los muertos por aborto.
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Mientras se detienen para mostrar imágenes de una cruz inusual hecha enteramente con instrumentos de aborto.

La Marcha por la Vida en Belgrado se celebra en julio, el día después de que el 560º aniversario del fin del cerco de Belgrado y la derrota de los invasores musulmanes turcos.

La conferencia llevada a cabo en conjunto con la marcha, se enmarca en términos marciales como «la Guerra de las Cunas» y se mantuvo en el museo militar de la ciudad.

Los manifestantes procedentes de 20 países suenan constantemente una campana a medida que avanzaban por la ciudad.
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Tomando turnos para recitar los nombres de los niños no nacidos muertos por aborto en sus lenguas nativas, de acuerdo con el organizador del evento Imre Teglasy, un húngaro profesor de idiomas y sobreviviente de aborto.

Ver en este video su historia:

Quince veces se detienen, o sea en cada una de las estaciones de la cruz que marca los acontecimientos de la pasión de Cristo.

En cada parada, dicen juntos oraciones compuestas por la Dra. Kovacs Zita, una líder pro-vida rumana.

Que están inscriptas en tablas de piedra que forman parte de una exhibición pro-vida permanente allí.

Pero en el centro de la marcha hay una cruz monstruosa, «la Cruz de los Pecados», creada hace 7 años por un austríaco, el Dr. Josef Presslmayer.
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Totalmente construida de instrumentos de aborto abandonados por el personal de dos clínicas de aborto de ese país, que cerraron después vigilias pro-vida.

La cruz se ha mostrado en Fátima y fue utilizada en otras protestas y marchas en Austria, Hungría y también en contra de la introducción de la RU486 allí.

«La protesta fue un éxito», dijo Teglasy, «no hay guerra química por RU486 en Hungría ahora».

Pero la cruz es ahora considerada demasiada frágil, para viajar y permanece en la casa del Dr. Presslmayer, donde sirve como un santuario pro-vida que une el sufrimiento de Cristo con los niños por nacer.

Y agregó sobre la marcha que en realidad es el Espíritu Santo, el responsable de las

«15 estaciones que simbolizan la tortura y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, llamando la atención sobre la tortura y la muerte de nuestros hijos antes de nacer«.

Esto nos trae a la mente al fundador de la Asociación Italiana Ginecología y Obstetras Católicos (AIGOC), Antonio Oriente, que ni bien comenzó el pontificado de Francisco le entregó a éste los instrumentos con los que había realizado sus abortos.

Cruz de los Pecados con instrumentos quirurgicos abortivos

  

«SANTO PADRE YA NO HAGO MÁS ABORTOS, ESTOY A FAVOR DE LA VIDA»

Antonio Oriente era un médico de condición humilde que el aborto le permitía una buena posición económica.
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Una esposa que deseaba tener hijos pero no podían.
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Y luego la culpa y “ángeles” humanos que le presentaron a Jesús en medio de su tribulación.

Y lo demás vino por añadidura.

Se convirtió, dejó de hacer abortos, fundó la Asociación Italiana de Ginecólogos y Obstetras Católicos (AIGOC).

Y Dios le regaló el embarazo de su esposa y dos hijos.

El doctor Antonio Oriente vivía su cotidianeidad practicando abortos rutinariamente.

Pero tuvo un cambio radical que él explicó en un congreso realizado por la asociación.

«Me llamo Antonio Oriente, soy ginecólogo y, hasta hace pocos años, yo, con estas manos, mataba a los hijos de los demás».

Silencio absoluto.

La frase pronunciada es seca, con la crudeza lógica y la simplicidad de quien ha comprendido y ya ha pagado las consecuencias.

La de quien ha tenido el tiempo de pedir perdón.

Llaman la atención dos cosas de esta frase y son dos enormes verdades: la palabra «mataba», que desvela el engaño del término interrupción voluntaria, y la palabra «hijos».

No embriones, no agrupaciones de células, sino hijos. Simplemente.

El doctor Oriente consideraba que su práctica cotidiana de abortos era una forma de asistencia a las personas que tenían un «problema».

“Venían a mi estudio y me decían:

“Doctor, he tenido una aventura con una mujer, yo no quería dejar a mi familia, amo a mi esposa.

Pero ahora esta mujer está embarazada, ayúdeme…”.

Y yo le ayudaba.

O a lo mejor llegaba una chica y decía:

“Doctor, era la primera vez que me acostaba con alguien, no es el chico con el que me quiero casar, ha sido simplemente algo ocasional.

Mi padre me matará si se entera… ¡Ayúdeme!”. 

Y yo la ayudaba. No pensaba que me estaba equivocando”.

antonio oriente
Dr. Antonio Oriente

  

AÑOS DE CALVARIO

Pero la vida continuaba haciéndole pensar: él, como ginecólogo que era, también traía niños a la vida.

Su mujer, como pediatra, atendía a los niños de los demás.

Pero no conseguían tener hijos propios.

Una esterilidad insidiosa y sin motivo era la respuesta a su vida cotidiana.

“Mi mujer ha sido siempre una mujer de Dios. 

Sólo gracias a ella y a su oración cambió algo

Para ella no tener hijos era un sufrimiento inmenso, enorme.

Todas las noches que volvía a casa la encontraba triste y deprimida. No podía más.

Después de años de calvario, una noche cualquiera no tenía el valor de volver a casa.

Desesperado, apoyé la cabeza en mi escritorio y comencé a llorar como un niño”.

Y precisamente allí, en ese momento, la mano de Dios se hizo presente a través de una pareja que el doctor Oriente atendía desde hacía tiempo.

Vieron la luz encendida tarde en su estudio, temieron que hubiera pasado algo y subieron.

Encontraron al doctor en este estado que él define como “de tener compasión” .

Y por primera vez, abre su corazón a dos personas que eran solamente pacientes, prácticamente desconocidos.

Le dijeron:

“Doctor, nosotros no tenemos una solución a su problema.
.
Sin embargo, le podemos presentar a una persona que sí puede darle un sentido: Jesucristo”
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.
Y lo invitaron a un encuentro de oración que él esquivó hábilmente.

Pasó el tiempo y una noche, siempre inseguro sobre si volver a casa o no, decidió hacerlo a pie y, al pasar junto a un edificio, se sintió atraído por una música.

Entró y se encontró en una sala donde algunas personas (casualmente el grupo de oración de la pareja que lo había invitado) estaban cantando.

En un momento se encontró de rodillas llorando y recibió una revelación sobre su propia vida.

“¿Cómo puedo pedir un hijo al Señor cuando yo mismo mato a los hijos de los demás?”. 

instrumental quirurgico abortivo
Instrumental quirúrgico abortivo

  

EL «NO HACER» SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA

Atrapado por un fervor improvisado, coge un papel y escribe su testamento espiritual:

“Nunca más muerte, hasta la muerte”.

Después llama a su “Amigo” y se lo entrega, advirtiéndole para que vigile sobre su constancia y su fe.

Pasan las semanas y el doctor Oriente comienza a vivir de otra manera.

Comienza también a coleccionar problemas, sobre todo entre los colegas en su ambiente de trabajo.

En ciertos casos el “no hacer” se convierte también en un problema: profesional, económico, de imagen.

Una noche vuelve a casa y se encuentra a su mujer vomitando.

Piensa en alguna indigestión, pero continúa vomitando en los días siguientes.

Entonces, propone a su mujer hacer un test de embarazo, pero ella se niega vehementemente.

Eran demasiados los meses en los que ella, silenciosamente, los hacía, y recibía una puñalada al ver que siempre eran negativos…

Pero después de un mes con este malestar, él le obliga a hacer un examen de sangre que muestra presencia del BetaHCG: ¡Estaban esperando un hijo!

Han pasado los años. Los dos hijos que la familia Oriente ha recibido como un don son hoy adolescentes.

La vida de este médico ha cambiado totalmente.

Es menos rica, menos famosa, una “mosca” en un ambiente donde el aborto se considera aún como una “forma de ayuda” a quien, debido a una vida poco ordenada o de un engaño, lo solicita.

Pero él se considera rico, profundamente rico.

De alegría familiar, de sus valores, del amor de Dios, de esa mano que le acaricia cada día haciéndole sentir digno de ser un “Hijo suyo”.

Dr. Antonio Oriente le entrega al Papa Francisco sus instrumentos de aborto
Dr. Antonio Oriente le entrega al Papa Francisco sus instrumentos de aborto

  

SU ENCUENTRO CON EL PAPA FRANCISCO

El 20 de septiembre de 2013 pudo estar cerca del Papa Francisco en la audiencia privada que el Papa concedió a los participantes de la Conferencia Internacional Mater Care que se celebró en Roma.

Oriente no formaba parte de la delegación de ginecólogos que saludaría al Santo Padre.

Sin audiencia reservada ni pase alguno, Oriente decidió viajar a Roma para unirse al Mater Care.

Horas antes de tomar su vuelo pasó por su consultorio y “como un robot”, según explica, se dirigió a la silla de los pacientes para mirar en su base.

Encontró ahí una estampa del año 1999 de la Virgen de Luján, la patrona de Argentina, país natal del Papa Francisco.

En ese instante, Oriente comprendió que debía tomar la imagen consigo y volar con más decisión que nunca hasta Roma.

“Al llegar a la Sede de Pedro me encontré con un Obispo, le dije que recorrí 800 kilómetros hasta llegar hasta allí y que traía conmigo las herramientas del aborto para deponerlas ante el Papa.
.
La Virgen estuvo conmigo”.

El médico atribuye la imagen de la Virgen de Luján a una paciente argentina que hace muchos años debió dejarla allí.

La mujer pedía un aborto, pero él la disuadió y hoy día “es profundamente feliz junto a su hijo”.

Escultura con instrumentos quirúrgicos del aborto
Escultura con instrumentos quirúrgicos del aborto

  

SANTO PADRE, YO YA NO HAGO MÁS ABORTOS

En su encuentro fugaz con el Papa le dijo:

“Santo Padre yo ya no hago más abortos, estoy a favor de la vida, quisiera una bendición para los médicos que quieren formar un equipo sanitario a favor de la vida”.

El ginecólogo le entregó en ese instante una bolsa con el material quirúrgico.
.
A lo que el Papa le respondió, según relata Oriente:
.
“Esta noche haré una oración. Esto lo tengo que llevar conmigo a mi habitación a Santa Marta”
.

Luego le impuso sus manos y le dijo:

“Usted está bendecido y luche por la vida”.

Oriente explica que con este gesto, los instrumentos de la muerte fueron abandonados a los pies del sucesor de Pedro en la Tierra, tal y como la muerte se pone a los pies de Jesús a favor de la vida.

Fuentes:

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La Virgen avisó en Fátima y Akita Terribles Consecuencias de Nuestros Pecados Personales

La mayoría del pecado que hay en el mundo es porque buscamos el placer inmediato.

Huimos de cada cosa que nos da dolor, displacentera, que nos implique un sacrificio.

La no aceptación de cargar nuestras cruces nos lleva a desastres personales y en la sociedad global.

Estamos optando crecientemente por el camino más fácil, que a la corta nos parece menos costoso, sin medir que si nos sacrificamos por un tiempo, el resultado futuro será mucho mejor.

Pongamos como ejemplo al matrimonio.

Un matrimonio de repente se divorcia porque discuten mucho y ya no se llevan bien.

En vez de optar por el camino largo de volverse a acercar, o de la perseverancia de aceptar pagar costos por la relación, optan por el camino más fácil,  olvidando los problemas que puede traer a los hijos.

O tal vez alguno fue tentado por otra pareja, entonces opta por ceder a la tentación.

Así podemos analizar los otros casos.

No aceptar los sacrificios y los dolores en el corto plazo, que siempre trae la vida, lleva a males mayores.

Esta carrera de no aceptar las cruces personales se magnifica cuando muchos individuos hacen lo mismo.

Entonces la sociedad se vuelve cada vez más pecaminosa, se rebela cada vez más del creador y se arriesga a serias consecuencias colectivas.

Esto es lo que vino a avisar la Virgen María en sus apariciones de los últimos dos siglos.

Las apariciones de Fátima y de Akita son un aviso de que debemos cargar nuestras cruces y no optar por el pecado para salir de ellas.

Ese es el mensaje personal que debemos comprender.

 

DE LA CRUZ VIENE EL ÉXITO Y LO BUENO

No hay ninguna cosa que pueda obtener el hombre que no sea mediante sacrificio.

Para obtener un título universitario tiene que sacrificarse varios años.

Una madre tiene que sacrificarse durante el embarazo y luego durante el parto.

Si queremos comprarnos una casa nueva o cambiar el auto o que nuestros hijos tengan buenos estudios debemos ahorrar y el ahorro significa siempre sacrificar algunas cosas.

Si queremos tener buena relación en la familia o en el trabajo debemos aguantar ciertas cosas, lo que implica también un sacrificio.

Todo lo bueno que se obtiene en el futuro tiene detrás un esfuerzo y un sacrificio.

Esa es ni más ni menos la paradoja de la Cruz.

Del sacrificio de la Cruz viene la vida.

Y los verdaderos cristianos, más que nadie, deben abrazar la cruz, porque es lo que enseñó el maestro.

Deben poner una valla a las tentaciones en vez de abrazar ansiosamente el pecado.

Deben ser generosos con los más necesitados y no pensar en sí mismos como actitud de conducta permanente.

Deben matar su orgullo con la humildad.

Y deben asumir lo que Cristo pidió en sus mandamientos.

Eso es lo que nos hace testigos.

Y eso significa abrazar la cruz.

Porque siempre es más fácil ceder a las tentaciones del mundo que hacer lo correcto.

A partir de la lógica de la Cruz, Cristo conquistó la oscuridad a través de la luz.

Y venció el odio con el amor.

Pero no es un requisito absolutamente imprescindible ser cristiano para tener una actitud de abrazar la cruz.

Hay muchas personas que no aceptan el cristianismo, a veces por resistencia a la intermediación de la Iglesia, pero que están en el camino de seguir la cruz como pidió Jesús.

Y a su vez hay muchos cristianos y católicos que reniegan de la Cruz.

Éstos interpretan qué Jesús no vino a pedirnos sacrificios a nosotros, sino que él se sacrificó por nosotros y ya ganó nuestra salvación.

¿No conoces gente es así sentada en los bancos de las iglesias?

Pero aunque el problema es generalizado, debemos admitir que el gran alejamiento del sacrificio se produce mayoritariamente entre los no católicos.

 

LA CONVOCATORIA DE DIOS A LA HUMANIDAD

El mensaje de Jesús es,

«El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame».

Y cargar la cruz significa hacer sacrificios, soportar el dolor y no evitarlo, como dijimos.

Hoy el mundo está en una carrera loca en búsqueda del placer que oculte el dolor.

Y no comprenden que el dolor es parte de la vida.

No hay ningún ser humano que se saltee los momentos dolorosos.

Pero lo difícil de comprender inmediatamente, es que esos momentos dolorosos son los que nos permiten avanzar en la vida, como por ejemplo los sacrificios.

Pero Jesús incluso va más allá.

Va tan lejos en su planteo que llega a decir que quienes no acepten la cruz perderán sus vidas.

Esto quiere decir que al no aceptar el sacrificio y optar por la solución fácil del pecado, arruinarán su vida.

Es ni más ni menos lo que pasa en los casos trágicos de quienes roban como estilo de vida; no se sacrifican trabajando y abrazan el pecado encarnado en el delito.

O los que se drogan; que en vez de buscar una solución a sus problemas de adaptación, optan por la solución fácil de olvidarlos, de esconderlos, atrás del artificio de un procedimiento químico en su cerebro.

La cruz es la condición para cumplir lo que ha diseñado el creador para la vida humana.

Porque de vuelta, no se pueden evitar momentos de dolor.

Entonces hay que buscar una forma sana de usarlo en nuestro provecho.

Es lo que Dios quiere y ha sido la enseñanza de Jesucristo.

Paradójicamente aquellos que desarrollan la fe suficiente como para cargar su cruz, obtienen de Dios el poder de transformar su sufrimiento en algo saludable, e incluso en alegría.

La oscuridad en que nos sumen las dificultades se convierte en luz, a través de las promesas de Jesucristo y de las gracias que obtenemos cuando seguimos su camino.

Porque con la cruz obtenemos gracias que nos permiten aceptar pacíficamente los sufrimientos, y no evitarlos por caminos artificiales.

Y paralelamente nos pone en un camino de mayor amistad con Dios.

Esta es la verdadera autoayuda cristiana.

O sea usar nuestro libre albedrío para ser perseverantes en el seguimiento de los mandamientos de Dios.

Lamentablemente este razonamiento suena muy indirecto para aquellos que buscan el placer ya.

Pero quienes entran en la dinámica de aceptar la propuesta que trajo Jesucristo saben por propia experiencia que cargar la cruz de nuestros problemas es la mejor solución posible.

Es por esto que la cruz es central en el catolicismo.

Si uno es Cristiano va a comprender mucho mejor el alcance último de la propuesta de Dios, que es avanzar en santidad.

 

PARA CADA VEZ MÁS GENTE ES DIFÍCIL ACEPTAR LA IDEA DE LA CRUZ

Para nadie es fácil convivir con el dolor y las frustraciones.

Se necesita una claridad de razonamiento a largo plazo o un intenso amor a Dios.

Él llama a trabajar en nuestra sanidad interior rompiendo los lazos pecaminosos que nos dañan.

Y este camino está lleno de resistencias dentro nuestro.

Por eso se entabla una lucha con los mandatos de Dios, que nos exigen que derribemos nuestros deseos pecaminosos y le hagamos caso totalmente.

Esto es como una lucha con Dios, que está simbolizada en la lucha que tuvo toda la noche Jacob con un ángel, lo que lo llevó a quedar rengo; esto se puede leer en Génesis 32.

El mensaje es que nadie sale sin sus cicatrices de las heridas luego qué tuvo una batalla con Dios.

Dios te ha marcado cuando te fue sanando.

Porque la búsqueda de la perfección interior implica desarmar ciertas actitudes y conductas que nos produce o nos van a producir dolor.

Cuando Dios nos pide esto, se entabla la lucha que tuvo Jacob.

Es por esto que la Iglesia predica a Jesús crucificado para que nosotros percibamos el valor de la Cruz y del sacrificio.

San Pablo dice en 1 Corintios 1: 23 que nosotros predicamos a Cristo crucificado.

Y en concreto,

«¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el sofista de este mundo?

¿Acaso no enloqueció Dios la sabiduría del mundo?

De hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación.

Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres» (1 Corintios 1: 20-25).

Esto revela que la cruz se encuentra en el centro de la historia y del universo como signo de contradicción y de éxito final.

Por eso todos los templos católicos tienen en el altar, o cerca de él, una cruz con Cristo crucificado, que se puede ver desde todas partes de la iglesia.

Y en las liturgias se resalta aún más esa Cruz.

En todos los hogares católicos es impensable que no haya un crucifijo.

E incluso la mayoría de los católicos usa un colgante con una cruz.

Porque la Iglesia predica a Cristo crucificado, o sea que predica el mensaje de que cada uno de los seguidores de Cristo deben abrazar sus propias cruces.

Pero incluso esto no es un mensaje sólo para los católicos, sino para todo el mundo, porque abrazar la cruz es la manera más racional de vivir la vida.

Ya lo dijimos antes, no se necesita ser cristiano para adoptar esta estrategia de autoayuda.

La cruz da vuelta todas nuestras ambiciones y deseos terrenales, y vuelve absurdos nuestros planes e ideas humanas.

Sólo puede entenderse si uno está abierto, por eso los mundanos odian a la cruz y es el mayor enemigo de los demonios en los exorcismos.

Algunos no aceptan a Dios porque dicen que no ha eliminado el sufrimiento humano, aunque no pueden decir cuánto sufrimiento que nos tocaba eliminó Dios por Su misericordia.

Mucho del sufrimiento que nos toca es consecuencia de nuestras búsquedas equivocadas, de preferir despegarse del dolor en el corto plazo.

Pero para que Dios elimine todos los dolores tendría que eliminar nuestro libre albedrío y no permitirnos decidir cosas que a la larga nos traen Dolor.

Entonces seríamos como autómatas que perderían su libertad.

Esto que hemos estado hablando hasta aquí funciona a nivel individual, pero también lo podemos ver qué funciona a nivel colectivo por la sumatoria de lo que hacen las personas.

La decadencia moral creciente en el mundo, la violencia, la pobreza, las insatisfacciones, las adicciones, son consecuencias de que cada vez más personas no aceptan llevar la cruz.

Y desde el cielo nos avisan de lo que nos puede suceder si seguimos en este camino de desobediencia personal, que sumada a las de otros, en una gran desobediencia colectiva.

 

EL MUNDO NO ACEPTA LA CRUZ, POR ESO LA VIRGEN BAJA A AVISARNOS DE LAS CONSECUENCIAS

En los dos últimos siglos Dios ha enviado a Su Madre cada vez más frecuentemente para advertirnos, que lo que nos sucederá a nosotros depende de cómo respondamos a los mandamientos de Dios.

Nuestros actos pecaminosos y desordenados son los que están llevando al mundo a una situación caótica

Porque están destruyendo las bases sobre las que se creó el mundo y la sociedad humana.

E incluso desde la biología se está operando en la modificación de los ladrillos básicos de la vida.

Hay dos apariciones de la Santísima Virgen que nos hablan específicamente de las consecuencias de nuestros actos pecaminosos.

En definitiva de nuestra resistencia a reformarnos y aceptar que debemos llevar la cruz y no cortarnos por caminos humanos que aparenta más fáciles y placenteros.

Ellas son las apariciones de Fátima en Portugal en 1917 y las de Akita en Japón en 1973, las que Benedicto XVI refirió que eran la continuación de las apariciones de Fátima.

En Fátima Nuestra Señora dijo a los tres pastorcitos que al final su Corazón Inmaculado triunfará; ese es el mensaje optimista final.

En la tercera aparición de Fátima el 13 de julio de 1917 Nuestra Señora dijo que si los hombres no se abstienen de ofender a Dios comenzaría otra terrible guerra durante el pontificado de Pío XI.

Y esa profecía se materializó en la Segunda Guerra Mundial.

En Fátima también ella pidió el rezo del santo rosario para terminar con la guerra y para obtener la paz; concretamente dijo,

«Continúen rezando el Rosario todos los días en honor a Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo ella puede obtenerla.»

Y también habló del castigo que vendría si los hombres siguen pecando contra Dios.

Esto fue retomado en las apariciones de Akita, cuando Nuestra Señora le dice a la vidente hermana Agnes Sasagawa,

«Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Deseo que las almas lo consuelen para suavizar la ira del Padre Celestial«.

Y agregó,

«Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran a sí mismos, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad.

Será un castigo mayor que el diluvio, como nunca se habrá visto antes.

El fuego caerá del cielo y destruirá a una gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin diferenciar sacerdotes ni fieles.

Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos.

Las únicas armas que quedarán para ti serán el Rosario y la Señal dejada por Mi Hijo.

Cada día recita las oraciones del Rosario. Con el Rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes».

Y además informó,

«Con mi Hijo, he intervenido muchas veces para apaciguar la ira del Padre.

He evitado la llegada de las calamidades ofreciéndole los sufrimientos de mi Hijo en la Cruz, Su Preciosa Sangre y a las amadas almas que lo consuelan formando una cohorte de almas víctimas.

La oración, la penitencia y los sacrificios valientes pueden suavizar la ira del Padre».

Estos breves pantallazos del contenido de las apariciones de Fátima y Akita nos llaman la atención a que hay demasiada gente en el mundo que no acepta las cruces – aunque sean temporales – y se revela haciendo cada vez más pecaminoso el mundo.

Y entonces nos arriesgamos a lo peor como sociedad.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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La Cruz de San Damiano que Habló a Francisco de Asís

Orando en la derruida capilla de San Damiano, San Francisco escuchó a Jesús que le dijo desde un ícono:

“Reconstruye mi Iglesia”

monje orando ante loa cruz de San Damiano

Como el lugar se encontraba muy deteriorado, el santo entendió que el Señor quería que reparara la capilla.
.
Y se lanzó a la reparación.

Más tarde comprendió que el Señor le llamaba para servir de instrumento para renovar la Iglesia.

Hoy el milagroso crucifijo se encuentra en la Basílica de Santa Clara en Asís.

En San Damiano San Francisco escribió el “Cantico delle Creature” (Cántico de las Criaturas).

San Francisco recibió esta propiedad y se la dio a Santa Clara, como convento para las Clarisas. Aquí vivió ella hasta su muerte.

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San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano
San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano

 

UN HITO EN LA CONVERSIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

En algún momento durante el verano de 1205 Francisco Bernardone comenzó a experimentar la conversión. 

El joven comerciante y playboy de Asís siempre había tenido un corazón generoso para los demás y para Dios.

Pero ahora le empezaron a rechinar la obsesión de su padre con el dinero y las preocupaciones de su madre por su salud.

Y sus propios deseos para comidas suntuosas y ropa de lujo.

Él anhelaba más que el dinero y la salud, quería el reconocimiento, y un buen momento. 

La vida era demasiado corta y demasiado amarga para la adquisición de estos bienes transitorios para ser su objetivo final.

Él sabía que tenía que haber más en la vida que lo que había estado buscando.
.
Si le daba a Dios el suficiente espacio emocional, Francisco sintió que iba a encontrar lo que fuera que buscaba.

Por lo tanto recuperándose de una enfermedad, Francisco comenzó a pasar muchas horas paseando por el bosque.

Y visitando las capillas alrededor de Asís, pensando, orando.

Una de los lugares frecuentados Francisco fue la iglesia de San Damiano, derruida, desierta, en una colina empinada fuera de los muros de la ciudad.

En este lugar decrépito colgaba un icono grande, casi de tamaño natural pintado del Crucificado. 

Este día de verano en 1205, Francisco caminaba en las inmediaciones de San Damiano, cuando sintió un tirón interior del Espíritu para ir dentro a orar.

Obedeciendo a la voz interior, Francisco descendió la escalera desgastada y ennegrecida por el humo, y cayó de rodillas ante el icono familiar.

Con su espíritu alerta a lo que el Señor tal vez deseaba transmitir.

cruz de san damiano original

 

DETALLES DE LA HISTORIA

La experiencia que marcó a Francisco para toda su vida fue en otoño de 1205.

El Señor le prometió a Francisco que pronto daría respuesta a sus preguntas.

A los pocos días, paseando por los alrededores de Asís, pasó junto a la antigua iglesia de San Damiano.

Y conmovido por su estado de inminente ruina, entró a rezar ante el ícono como dijimos.

Estando allí le invadió, más que otras veces, un gran consuelo espiritual.

Con los ojos arrasados en lágrimas, pudo oír como el Señor le hablaba desde la cruz y le decía: 

“Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”.
.
Tembloroso y sorprendido, él contestó:
.
“De muy buena gana lo haré, Señor”. 

Luego se ensimismó y quedó como arrebatado, en medio de la iglesia vacía.

Fue tal el gozo y tanta la claridad que recibió con aquellas palabras, que le pareció que era el mismo Cristo crucificado quien le había hablado.

Todos los biógrafos coinciden en calificar de éxtasis o visión la experiencia de San Damiano.

Santa Clara escribe que fue una “visita del Señor”, que lo llenó de consuelo y le dio el impulso decisivo para abandonar definitivamente el mundo.

Tomás de Celano y los Tres Compañeros sitúan esta experiencia en San Damián.

Según ellos, cuando el Señor le habló desde el crucifijo, Francisco experimentó un cambio interior que ni él mismo acertaba a describir.

El corazón se le quedó tan llagado y derretido de amor por el recuerdo de la pasión, que desde entonces llevó grabadas en su interior las llagas de Cristo, mucho antes de que se le manifestaran en la carne.

Por eso, añade San Buenaventura,

ponía sumo cuidado en mortificar la carne, para que la cruz de Cristo que llevaba impresa dentro de su corazón rodease también su cuerpo por fuera.

Todo eso lo practicaba ya cuando aún no se había apartado del mundo, ni en el vestir ni en la manera de vivir”.

Se refiere a un cilicio, a un tejido hecho de gruesos nudos, que empezó a llevar ceñido a la cintura, debajo de la ropa.

Desde entonces será tal su austeridad, y tantas las mortificaciones a lo largo de su vida, que, sano o enfermo, apenas condescendió en darse gusto.

Hasta el extremo de reconocer, poco antes de morir, que había tratado con poco miramiento al “hermano cuerpo”.

Icono de la cruz de san damiano 

DESCRIPCIÓN DEL CRUCIFIJO DE SAN DAMIANO

El crucifijo que habló a Francisco es hoy uno de los más conocidos y reproducidos del mundo.

Se trata de un icono románico-bizantino del s. XII, de autor desconocido y clara influencia sirio-oriental.

Es de madera de nogal recubierta con una vasta tela, sobre la que pintaron con colores vivos las figuras de Cristo y otros personajes de la Pasión.

Sin el pedestal, mide 2’10 metros de alto por 1’30 de ancho.

En 1257, cuando las clarisas abandonaron San Damiano, se lo llevaron consigo al nuevo monasterio de Santa Clara construido para ellas en Asís, donde lo conservaron durante siglos en la sacristía.

En 1958, 20 años después de ser restaurado por Rosario Aliano, fue expuesto al público en la capilla de San Jorge.

Después del terremoto de septiembre de 1997 el icono ha sido sometido a una nueva restauración.

Boveda original donde cuelga el icono de san damiano

 

CLAVES PARA COMPRENDER EL SIGNIFICADO DE ESTE ICONO

El elemento más llamativo del Crucifijo de San Damián es la figura de Cristo.

No es el cuerpo de un cadáver, sino de Dios mismo, incorruptible hasta la eternidad y la fuente de la vida, que irradia la esperanza de la resurrección.

El Salvador nos mira directamente a nosotros con una mirada compasiva, real, triunfante, y fuerte.

Él no cuelga en la cruz, sino que más bien parece estar apoyándolo, de pie en su plena estatura.

Sus manos no están clavadas en la madera, sino que se extienden serenamente en una actitud de súplica y bendición.

Yanto, que nuestro iconógrafo ha destacado una expresión tranquila y apacible de Jesús. 

Este crucifijo no expresa el horror bruto de la muerte por crucifixión, sino más bien la nobleza y la bondad de la vida eterna.

El Cristo de San Damiano está vivo y sin corona de espinas.
.
Pues es el Cristo resucitado y glorioso que ha vencido a la muerte.

El paño de lino orlado de oro recuerda las vestiduras de los sacerdotes del Antiguo Testamento (Ex 28, 42).

Su postura expresa un gesto de acogida y parece abrazar a todo el universo.

Sus ojos no miran al espectador, sino que se dirigen al Padre, invitándonos también a nosotros a hacer lo mismo mediante la conversión.

Los 33 personajes que lo rodean representan la comunión de los santos de todos los tiempos.

Jesús, con los pies sobre fondo negro, parece que asciende del abismo.

La sangre de Cristo chorrea sobre los personajes que lo rodean, para indicar que han sido lavados y salvados por su Pasión.

La sangre de los pies cae sobre seis personajes apenas reconocibles, que podrían ser: San Juan Bautista, San Miguel, San Pablo y San Pedro, San Damiano y San Rufino, patrón de Asís.

En cada extremo de los brazos transversales de la cruz hay tres ángeles que muestran a Cristo: son los mensajeros de la Buena Noticia.

Los personajes bajo los brazos de Jesús están todos en la luz, son hijos de la luz.

Tienen todos la misma estatura, pues son “hombres perfectos”, que han alcanzado “plenamente la talla de Cristo” (Ef 4, 13).

Si se mira bien, sus rostros son como el de Cristo, pues en ellos ha sido restaurada la “imagen y semejanza de Dios” original.

Juan y María están en el puesto de honor, a la derecha de Cristo.

El discípulo muestra y recoge la sangre del costado de Cristo.

María manifiesta dolor, pero también serenidad y admiración por la resurrección y por el nuevo hijo que su Hijo le acaba de encomendar.

El manto blanco de la Virgen simboliza pureza, y las piedras preciosas que lo adornan son los dones del Espíritu Santo.

El vestido rojo oscuro representa el amor.

La túnica morada bajo el vestido recuerda que María es la nueva Arca de la Alianza (la del Antiguo Testamento estaba cubierta con un paño de ese color).

A la izquierda de Jesús están María Magdalena y María de Santiago, que parecen preguntarse: ¿Quién nos abrirá el sepulcro?

Junto a ellas, el Centurión confiesa la humanidad y divinidad de Cristo: “Verdaderamente, este hombre era el Hijo de Dios”.

Detrás del Centurión asoma el rostro de quien encargó el crucifijo y otras tres personas que evocan al Pueblo de Dios.

Bajo los personajes mayores, hay dos pequeños, uno a cada lado, que representan a los romanos y judíos que crucificaron a Jesús: el romano es un soldado con la lanza y la esponja.

A la izquierda de las piernas de Cristo se ve el gallo de Pedro, que recuerda nuestra debilidad e invita a la vigilancia.

Pero también simboliza al sol naciente, Cristo, cuya luz se difunde por toda la tierra.

Sobre la tablilla con la inscripción “Rex iudeorum”, en un círculo rojo.

Vemos a Cristo que sube al cielo, vestido de blanco, con estola dorada y una cruz luminosa en la mano, señal de victoria.

El círculo expresa perfección y representa la plenitud de la gloria, donde lo reciben diez ángeles festivos.

La mano del Padre, en lo más alto del crucifijo, se encuentra en un semicírculo.

La otra mitad no se puede ver, pues Dios Padre no tiene rostro, es un misterio.

altar privado con la crz de san damiano

 

ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO

Alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi
corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sensatez y conocimiento,
Señor,
para hacer tu santo y veraz
mandamiento.

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Cómo la Madera de la Cruz de Cristo fue elegida desde el Principio de los Tiempos

Sabemos que Jesús fue clavado en una cruz de madera donde murió.

¿Y cómo era la cruz? ¿De qué madera?

vera cruz de caspe
Vera Cruz de Caspe

Aunque podríamos preguntarnos, ¿qué importancia puede tener eso?.
.
Sin embargo debemos considerar que todo lo relacionado con Nuestro Señor Jesucristo importa, porque su presencia entre nosotros no fue improvisada o fruto de un arrebato.
.
Todo tiene su razón de ser, su significado, nos permite comprender mejor el plan de Dios.
.
Y más el lignum crucis que fue donde se entregó Jesucristo por nuestra salvación.

Según Wikipedia, el Lignum Crucis (literalmente, madera de la cruz) es una reliquia del cristianismo que se refiere al madero supuestamente usado por los romanos para crucificar a Jesús de Nazaret.

dibujo llevando la cruz fondo

 

EL MONTE DE LA CALAVERA: EL CALVARIO

Sabemos, desde siempre, que la Cruz fue clavada en el Gólgota, esto es, en el monte Calvario.

Pero no todos estamos enterados de que el monte Calvario se llama así porque era el monte de la Calavera.

La Beata Ana C. Emmerick nos lo relata detalladamente:

“Sobre el monte Calvario tuve una vez la visión de cómo un profeta, el compañero de Elías, se metió en unas cuevas que entonces había debajo de ese monte, amuralladas, que servían de sepulcros.
.
Allí tomó un sarcófago de piedra que contenía huesos de la calavera de Adán.

Aparecióle entonces un ángel, que le dijo: “Esta es la calavera de Adán”.

Y le prohibió sacar esos huesos de allí.

Había aún sobre esa calavera cabellos delgados y rubios en partes.

He sabido que por la narración de ese profeta se dio a ese lugar el nombre de la Calavera.

Justamente sobre ese lugar de la calavera, vino a dar Jesucristo con sus sagrados pies.”

O sea que, por medio de visiones, el Señor nos instruye sobre algo que no conocíamos y que es bueno que sepamos.

Porque la historia culminó, donde había empezado.

Es decir, que la Gloriosa Sangre de Jesús cayó sobre los restos del primer hombre, Adán.

Y como en un círculo celestial, el primer Adán – representando a toda la humanidad – se unió, de manera increíble, con el Nuevo Adán, Cristo, por medio de la Preciosísima Sangre de Salvación.

Pero hay algunos indicios que nos muestran que para Dios nada es casual.

papa francisco con la cruz fondo

 

POR EJEMPLO, EL CÁLIZ DE LA ULTIMA CENA

El cáliz que utilizó Nuestro Seor en la Última Cena, pasó a ser importante después de esa Cena tan principal y única para nosotros, los cristianos.

A partir, de allí, se lo escondió, se lo buscó, se lo encontró, se lo volvió a perder, etc., etc.

Los cruzados cruzaron el mar Mediterráneo para rescatar el Santo Grial de manos sarracenas.

Durante la Edad Media, se dijo que estaba o había estado, en diferentes lugares.

Se tejieron leyendas y aún hoy, no se tienen exactos conocimientos de su paradero, por más que se dice que puede estar en . . . o en. . . y ese “en” puede ser cientos de lugares.

Ese es el después.

Después de Cristo, pero, ese Cáliz tuvo un antes, que pudo haberse perdido en las brumas del tiempo.

Sin embargo, por la Beata Ana Catalina Emmerick, nos enteramos de que ese tan especial Cáliz, no era una copa común y corriente, tomada de algún mueble, y puesta delante de Jesús en la mesa de esa Última Cena.

Por lo menos hasta el momento en que Jesús la elevó a la categoría de Vaso Sagrado.

“El gran cáliz estaba en casa de Abraham.
.
Melquisedec lo trajo consigo del país de Semíramis a la tierra de Canaán cuando comenzó a fundar algunos establecimientos en el mismo sitio donde se edificó después Jerusalén.
.
Él lo usó en el sacrificio, cuando ofreció el pan y el vino en presencia de Abraham, y se lo dejó a este Patriarca.”

Incluso, Emmerick nos hace una profecía de dónde se encuentra y por lo tanto, dónde saldrá a la luz:

El gran cáliz se ha quedado en la iglesia de Jerusalén, cerca de Santiago el Menor.

Y lo veo todavía conservado en esta villa: ¡aparecerá a la luz como ha aparecido esta vez!

Otras iglesias se han repartido las copas que lo rodeaban…”

Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó
Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó

 

EL LARGO CAMINO DE LA SALVACIÓN

De la misma manera podríamos pensar que la o las maderas de las que estuvo compuesta la Cruz, pueden querer simbolizar algo, algún mensaje, para nosotros, los cristianos del Tercer Milenio.

El Señor sabe que, para nuestra flaqueza, dos mil años es mucho tiempo y muchas lámparas han comenzado a apagarse.

Aún más, los que aún la tenemos encendida, podemos estar quedándonos sin aceite.

Él lo sabe y lo comprende, porque es nuestro Padre.

Entonces, nos da siempre algo nuevo, una novedad que nos despierta, como las estrellas en el manto o los ojos de la Virgen de Guadalupe, o tal vez la madera de la Santa Cruz.

Una vez leí una novela corta, cuyo título no recuerdo, pero que hablaba de la Corona de Espinas.

Se trataba de una familia de los alrededores de Jerusalén, en el tiempo de Jesús.

Pasaban extremas necesidades, hasta el punto de no conseguir una moneda con la que comprar un mísero pan y los padres veían a sus niños debilitarse día tras día.

En determinado momento, el padre, que había salido como todos los días a ver si conseguía un trabajo, que siempre le era negado, volvió como loco a su casa, diciéndole a la mujer, casi a gritos, de la emoción que lo embargaba.

“¡Conseguí un trabajo! ¡Podremos comprar comida!

Un soldado romano me encargó que le tejiera una corona de espinas para un preso que van a ajusticiar!

Y mira, he conseguido este arbusto que es muy espinoso y fíjate, sus espinas son enormes.

Quedará contento y me pagará bien. ¿Te imaginas? ¡Qué bondadoso es nuestro Dios!

Evidentemente, eso fue una fantasía, ¿O no?...

Pero Dios es tan bondadoso, que puede haber hecho algo así.

Sacar de Su dolor una ayuda para alguien que lo necesitaba.

¿Acaso no lo hizo para con todos nosotros?

¿No sacó de ese Su atroz sufrimiento la felicidad de toda la humanidad?

jesus lleva la cruz botero fondo

 

PASANDO POR EL PARAÍSO, LLEGAMOS A LA CRUZ

Anna Catalina Emmerick nos habla del Paraíso, contándonos que había

Una península en la cual había un árbol tan frondoso y cuyas raíces formaban el piso de esa península.

Ese árbol era tan bello “que a todos vencía en hermosura”…

Cubría toda esa península, (en realidad, ella le dice isla porque su unión con la tierra era muy delgada) y “desde su anchura pronunciada se iba angostando hasta terminar en una graciosa punta”.

Más adelante dice “parecíase mucho al cedro”.

Esa es una pista, pero existen muchas leyendas sobre el paradero de la Santa Cruz y de la madera con la que fue hecha.

Una de ellas, basada en el Evangelio apócrifo de Nicodemo, dice lo siguiente:

Cuando Adán cayó enfermo, envió a su hijo Set a la puerta del Jardín del Edén, para implorar a Dios por algunas gotas del aceite de la misericordia destilados del Árbol de la Vida con la que ungir la cabeza.

Set encontró fácilmente su camino, ya que ninguna hierba había crecido a lo largo de las huellas de Adán y Eva desde su expulsión.

Mientras Set oraba en la puerta, se le apareció el Arcángel San Miguel, diciendo:

«El Señor me ha enviado a ti. Yo he sido designado para presidir los cuerpos humanos y te digo, Set, que no ores a Dios con lágrimas suplicándole por el aceite de la misericordia con que ungir a tu padre Adán para quitarle el dolor de cabeza.

Porque no será posible obtenerlo de ningún modo, hasta el último día de los tiempos, es decir, hasta que cinco mil quinientos años hayan pasado. «

A pesar de esto, San Miguel le dio sin embargo una rama de este árbol, que a la muerte de Adán Set plantó sobre su tumba.

En años posteriores el árbol floreció y alcanzó una gran edad.

jose de arimatea bajando a jesus de la cruz fondo

Cuando Balkis la reina de Abisinia (Saba) visitó a Salomón, ella adoró este árbol, diciendo que

«En el mismo debe ser colgado el Salvador del mundo, y a partir de ese momento, el Reino de los Judíos cesará.»

Al oír esto, Salomón ordenó que el árbol fuera cortado y enterrado en un determinado lugar en Jerusalén.
.

El mismo donde muchos años después se excavó la piscina de Betesda.
.
Donde el ángel guardián del árbol misterioso movía las aguas de la piscina en ciertas épocas del año.

.
Y los que primero se sumergieran en ella eran curados de sus dolencias (ver Juan 5: 1-9).

A medida que el tiempo de la Pasión del Salvador se iba acercando, la madera subió flotando a la superficie del agua de la piscina.

Y de esa madera dice la leyenda, se fabricó el palo vertical de la cruz.

Otra forma de la misma leyenda nos dice que

«El Arcángel San Miguel, al negar a Set el aceite de la misericordia, le dio sin embargo tres semillas del árbol de la ciencia que debían colocarse debajo de la lengua de Adán cuando éste fuera enterrado.

Prometiéndole que a partir de esas semillas crecería un árbol por cuyo fruto Adán se salvaría y volvería a vivir.

De las tres semillas surgió una trinidad de árboles de tres maderas diferentes, cedro, ciprés, y pino, que unidos formaban un solo tronco.

De este árbol Moisés cortó su vara y fue trasplantado por David al borde de una piscina cerca de Jerusalén, y debajo de sus ramas compuso sus salmos».

Salomón lo habría hecho cortar para utilizarlo como columna en su templo.

Pero al ser demasiado corto, fue rechazado y echado sobre un arroyo para servir como un puente.

Se cuenta que la reina de Saba, al visitar a Salomón, se negó a pasar por encima de ese puente por no pisar el árbol, declarando que un día marcaría la destrucción de los hebreos.

El rey ordenó que debería ser removido y enterrado, como ya vimos, cerca de la piscina de Betesda.

Momento en el que las virtudes de la madera fueron comunicadas inmediatamente a las aguas.

Después de la condena de Jesús, fue encontrado flotando en la superficie de la piscina y los judíos lo tomaron para hacer utilizarlo como haz principal de la Cruz.

lignum crucis en la parroquia de Alcañices
Lignum Crucis en la parroquia de Alcañices

 

¿OLIVO, CEDRO, CIPRÉS O PINO?

La beata Anna Emmerick, nos incorpora nueva luz al contarnos la expulsión de Adán y Eva del Paraíso:

“Después vi a Adán y Eva llegar a la tierra de penitencia.
.
Era un cuadro conmovedor ver a nuestros primeros padres penitentes, echados en el desnudo suelo.
.
Adán pudo sacar un ramo de olivo del Paraíso, que plantó él mismo.
.
Más tarde se sacó leña de este árbol para la Cruz del Salvador”.

A estas alturas, tenemos para la Cruz dos árboles: el olivo del Paraíso, del cual Adán se llevó una rama al ser expulsado y posiblemente un cedro, del cual el Arcángel San Miguel le dio una rama a Set.

Pero también puede tratarse en un árbol procedente de las tres semillas que el Arcángel dio a Set, que serían de cedro, de ciprés y de pino, que crecieron abrazándose, hasta formar un sólo árbol.

cardenal barbarin cargando la cruz en procesion fondo

 

LA TRADICIÓN

Los primeros Padres de la Iglesia siguieron conservando esas leyendas como parte importante de la creencia y agregaron algunos matices.

Tanto San Beda el Venerable (673 a 735) como Juan Cantacuzeno (1392-83) grabaron la idea de que la Cruz se compone de cuatro tipos de madera: ciprés, cedro, pino, y olivo

Inocencio aseguraba que el montante era de una sola madera, la viga transversal de otro, el título de un tercer tipo de madera.

Y que los pies se apoyaban en un escalón sobresaliente hecho de un cuarto tipo de madera.

 

OTRAS LEYENDAS

En algunas partes de Inglaterra creen que el saúco puede haber sido el madero de la Cruz.

Y aún hasta el día de hoy algunos paseantes reverentes miran con cuidado a través de los haces de leña que juntan antes de hacer fuego con ellas, por miedo de quemar inadvertidamente esa madera.

Otra idea común es que el haz principal de la Cruz era de cedro, el madero transversal de ciprés, la inscripción tallada en un pedazo de olivo, y el reposapiés era de palma.

Sin embargo, Lipsius (1606), el escritor más erudito en el tema, cree que la Cruz era probablemente de madera de roble, una madera abundante en Palestina, fácilmente accesible y de consistencia fuerte.
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El creía firmemente que las reliquias que había visto, eran de madera de roble.

También manifestó lo mismo el Padre agustino Ángelo Rocca Camerte en su libro “De Partícula ex Pretioso et Vivivico ligno Sacratissimae Crucis” (Roma, 1609).

En el que menciona la existencia de un fragmento en el Tesoro Apostólico, tal vez el mismo fragmento por el que el Papa León Magno (c. 400-461) agradeció a Juvenal (m. 458), obispo de Jerusalén, en una de sus cartas, alrededor del año 450.

Lignum Crucis del Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Lignum Crucis del Monasterio de Santo Toribio de Liébana

 

LA BÚSQUEDA EN JERUSALÉN: “LA LEYENDA AUREA”

Pero nada de lo que antecede sería posible, sin la supuesta contribución de Santa Elena, la madre del emperador Constantino.

Según el autor de “La Leyenda Áurea”, Jacobo de la Vorágine, en el siglo XIII, esta emperatriz logró encontrar en Jerusalén la Cruz, enterrada junto con las de los dos ladrones, después de forzar a los judíos a que se lo dijeran.

Hizo realizar excavaciones en el lugar señalado, del cual comenzó a salir un perfume muy fragante.
.
Después de cavar, se encontraron tres cruces
, y clavos, pero la reina Elena no estaba segura de cuál de ellas era la Cruz.
.
Por lo que hizo apoyar sobre cada una de ellas sucesivamente a una persona enferma incurable, que al ser colocada sobre la verdadera Cruz fue milagrosamente sanada”.

Se señala, en contra de esta versión, que las marcas de los clavos deberían haber sido suficientes pruebas como para identificar la Cruz de Nuestro Señor, puesto que los dos ladrones sólo habían sido atados.

Pero, en realidad, según lo cuentan San Ambrosio de Milán (De obitu Theodosii 45 y San Juan Crisóstomo (Homilías sobre el evangelio de Juan 85).), el titulus (en latín: la inscripción que puso Pilatos) fue encontrado sobre la cruz del centro, lo que ayudó a distinguir cuál de las tres era.

El relato de la Leyenda Áurea continúa diciendo que Elena hizo dividir la Cruz en dos, para dejar un trozo en Jerusalén y llevarse uno al Imperio.

La emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el lugar del hallazgo un fastuoso templo, la llamada Basílica del Santo Sepulcro, en la que guardaron la reliquia.

Mucho después, en el año 614, el rey persa Cosroes II tomó Jerusalén y, tras la victoria, se llevó la Vera Cruz (así se le decía a la Cruz verdadera) y la puso bajo los pies de su trono, como símbolo de su desprecio a la religión de los cristianos.

Tras quince años de luchas, el emperador bizantino Heraclio lo venció definitivamente en el año 628.

Poco después, en una ceremonia celebrada el 14 de septiembre de ese año, la Vera Cruz regresó a Jerusalén, llevada en persona por el emperador a través de la ciudad procesionalmente.

Dice la leyenda que cuando el emperador Heraclio, vestido con gran magnificencia, quiso cargar con la reliquia, fue incapaz de hacerlo.
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No siéndole posible hasta que se despojó de todas las galas, a imitación de la pobreza y la humildad de Cristo.

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Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Santa Cruz.

cruz en kicevak medjugorje fondo

Evidentemente, las invasiones continuadas de los bárbaros hicieron que dichas reliquias fueran destruidas.

Y aunque las Cruzadas trataron de encontrar lo que quedaba en Jerusalén para protegerlo de los sarracenos, las expediciones resultaron infructuosas.

Por lo que en nuestros días es poco lo que se sabe y casi nada lo que se ha encontrado.

Sin embargo, como una luz en medio de la oscuridad, se cree con cierta veracidad que una de las reliquias (considerada auténtica) se encuentra en el Vaticano.

Y que, a causa de su estado se han separado pequeñas partes que han sido compartidas con otras iglesias y santuarios, como ser: la Basílica de La Santa Cruz de Jerusalén en Roma, la Basílica de San Juan de Letrán.

Parecería ser que la reliquia más grande conservada se encuentra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, España.

Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al «brazo izquierdo de la Santa Cruz, que Santa Elena dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones.
.
Está cerrada y puesta en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo».

La madera se encuentra, dentro de un relicario en forma de cruz de plata dorada, de tradición gótica, realizada en un taller de Valladolid en el año 1679.

Las medidas del leño santo son de 635 mm. el palo vertical y 393 mm. el travesaño, con un grosor de 40 mm., siendo así la reliquia más grande conservada de la cruz de Cristo, aún más grande que la que se custodia en  el Vaticano.

Un análisis científico de la madera de este trozo determinó que

«La especie botánica de la madera es Cupressus Sempervivens (ciprés), tratándose de una madera extraordinariamente vieja y que nada se opone a que alcance la edad pretendida«.

fragmento del titulus crucis
Fragmento del Titulus Crucis

 

EL TÍTULUS: I.N.R.I.

La principal parte del “títulus” se halla en las basílicas de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma; en san Juan de Letrán y en San Marcos de la misma ciudad santa, donde hay pedazos notables.

Las reliquias de la Cruz de Cristo, conservadas en la Basílica romana de la Santa Cruz de Jerusalén, o al menos la inscripción ”INRI”, son verdaderas

Esta es, al menos, la conclusión a la que ha llegado el experto Michael Hesemann, quien presentó en la misma basílica romana la versión italiana de su libro “Titulus Crucis”.

Hesemann se basó en las conclusiones de un estudioso judío, que al analizar fotos del trozo, aseguró que se remonta “al período que va del siglo I al IV d.C.”.

Al mismo tiempo que un perito griego lo encuadró con “absoluta” seguridad en el siglo I d. C., afirmación con la que coincidió un estudioso latino.

Hesemann preguntó al experto italiano, Elio Corona, quien examinó los fragmentos de madera, considerando que son de “madera de olivo”.

mujer nigeriana ante cruz cristiana

 

NO UN ÁRBOL, SINO VARIOS

¿En cuál de todas estas afirmaciones podemos apoyarnos, para obtener una visión más real, para poder responder de qué madera estaba hecha la Cruz?

Tal vez podríamos quedarnos con otra vieja leyenda con tinte romántico, que señala que la Cruz fue hecha con la «Palma de la victoria», con el «Cedro de la incorrupción,» y con el «Olivo de Real y Sacerdotal Unción».

Y si de poesía hablamos, en un verso latino se nos dice.

El pie de la Cruz es de Cedro, la Palma retiene las manos, el alto Ciprés sostiene el Cuerpo, el Olivo en gozo está escrito”.

Tal vez, en una especie de hipótesis, podríamos buscar dentro de lo que simbolizan cada uno de estos árboles, una señal de por qué el Señor pudo haberlos elegido para Su Cruz.

Tanto el majestuoso Cedro como el siempre verde Ciprés, son coníferas, lo que nos recuerda el simbolismo universal y primitivo de las coníferas.
.
Que, por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección.

El Cedro, inalterable a pesar del transcurso del tiempo, es signo de inmortalidad, perdurabilidad, dignidad y pujanza.

En los tiempos antiguos simbolizaba la fuerza, la grandeza espiritual, la dignidad, la aristocracia y el coraje, por lo que fue utilizado para construir edificios de importancia, y palacios reales como los del rey David y el templo de Salomón.

No podemos dejar de pensar que el Cuerpo de Jesús también era un Templo y el Maestro podría haber elegido esta madera para Su Cruz.

Recordemos su palabras: ”Destruyan este Templo y yo lo levantaré en tres días.” (Juan 2, 13-25)

Por su parte el Ciprés, es un árbol perenne, siempre verde, perfumado, de madera incorruptible como la del cedro.
.
Orígenes veía en él un símbolo de las virtudes espirituales, pues «el ciprés desprende muy buen olor», el de la santidad.

Isaías nos dice “En lugar del espino, crecerá el ciprésy esto será para gloria del Señor…” (Isaías 55:13).

La Palma, era en tiempos muy antiguos un árbol sagrado por su gran valor alimenticio (casi a la par que el trigo).

De ella obtenían muy buenos sucedáneos del pan, del vino, del vinagre y de la miel, con los que confeccionaban riquísimas tortas.

Obtenían también fibras para diversas clases de tejidos, óptimos para cordelería y cestería y de la médula triturada del tronco obtenían pienso para bueyes y carneros; y con el resto, fabricaban carbón los herreros.

Por lo que es natural que para estos pueblos la palma fuese símbolo de riqueza, de fecundidad y de suerte.

En Israel las palmas estaban presentes en las grandes celebraciones (aparecen por primera vez en el libro de los Macabeos).

Mientras que en Roma la palma fue símbolo de la victoria, para el cristianismo tomó la forma de palma del martirio, que es la mayor de las victorias.

El Salmista canta: El justo florecerá como la palmera; crecerá  como cedro en el Líbano…” (Salmo 92:12-15)

Si bien todos estos árboles son mencionados en las Sagradas Escrituras, sobre todo en el antiguo Testamento, hay uno que se lleva una mención especial.

Puede vivir miles de años y es un gran ejemplo de perseverancia, estabilidad y abundante fruto: el Olivo.

El Olivo fue el primer árbol en brotar después del diluvio y le dio a Noé la esperanza para el futuro. (Gen. 8:11)

cruz en montaña y nubes fondo

También se lo menciona abundantemente, haciendo un parangón con Israel y con la Iglesia.

Y por supuesto, con el propio Cristo, aunque no siempre explícitamente:

“Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto”. (Isaías 11:1)

“Acontecerá en aquel día que las naciones acudirán a la raíz de Isaí, que estará puesta como señal para los pueblos, y será gloriosa su morada”. (Isaías 11:10)

“Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo (Rom. 11:17, 19, 24).

 “Pero yo soy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre”. (Sal. 52:8).

Son muchas las virtudes de estos cuatro árboles, que pueden ser reflejo de las de Jesucristo y, como son exactamente las que a lo largo de la Historia de la Salvación han caracterizado a Su Iglesia y al mensaje que ella ha trasmitido en fidelidad a su Maestro.

Pueden ellos muy bien haber formado parte de Su Santa Cruz: majestuosidad, grandeza espiritual, martirio, olor de santidad, perseverancia, fruto abundante, resurrección, inmortalidad, victoria.

Para terminar, nuevamente nos remitimos a Emmerick, que al hablar del Arca de Noe dice lo siguiente:

“He visto que en la fabricación del Arca, como en la Cruz de Cristo, se usaron diversas clases de maderas, palmeras, olivos, cedros y cipreses”.

Si ella lo dice, alguna razón tendrá.

Pero podemos preguntarnos ¿la Cruz es más o menos Cruz, dependiendo de la madera que la haya constituído?

La respuesta es no.

La Cruz es la Cruz y haya sido de cedro, olivo, palma o ciprés, o de todos ellos juntos, es nuestro único camino hacia la Salvación y la Vida Eterna.

Pero no estaría de más reflexionar en esos atributos que Dios regaló a la madera de cada uno de esos árboles.

Porque algunos de ellos pueden ser los que nos esté pidiendo a nosotros, para concedernos los otros, los que serán el premio final a nuestro camino.

lignum crucis cofradia

 

QUE CREES ¿QUÉ HAY DEMASIADAS ASTILLAS DE LA VERA CRUZ ENCONTRADAS O QUE HAY MUY POCAS?

La imaginación popular tiende a pensar que hay suficientes pedazos de la Vera Cruz, donde crucificaron a Cristo, como para reconstruir el Arca de Noé o como para llenar un buque mercante.

¿Será Así? ¿Por qué no lo calculamos?

Alguien ya hizo ese cálculo y te lo traemos para que lo medites.

A Charles Rohault de Fleury, un académico francés, se le asignó la tarea de identificar y medir cada vestigio localizado de la Vera Cruz, a mediados del siglo XIX.

Él localizó – a través de los años – 240 pulgadas cúbicas, tomando en cuenta los fragmentos que estaban en manos privadas y los que estaban en manos públicas.

E incluso consideró algunos fragmentos que sabía que existieron pero que habían sido perdidos o destruidos por la guerras o por la Reforma.

La otra tarea que hizo fue considerar cual habría sido el tamaño real de la cruz de Cristo.

Considerando el trayecto, él pensó que la cruz probablemente pesaría unas 220 libras o sea más o menos unos 100 kilos.

Para esto tomó en cuenta que un portador de un safari podría llevar unas 200 libras, o sea 90 kilos, por tres millas, o sea 5 kilómetros, en una hora sin descansar.

Y también que un carpintero musculoso podría llevar unas 220 libras de madera, o sea 100 kilos, en el hombro a 150 pies de distancia, o sea 45 metros, antes de descansar.

A partir de ahí estimó el tamaño, o sea el volumen, de la Cruz y llegó a la conclusión que era de 10.900 pulgadas cúbicas.

cruz iluminada con gente abajo aviso

Comparando lo que había encontrado de los fragmentos con su estimación del volumen de la Vera Cruz, se dio cuenta que es mínimo lo que se encontró.
.
Y que si aún se multiplicará por 10, sería menos de un quinto de la Vera Cruz de Jesucristo.

De modo que sí se reconstruyera la cruz a partir de los fragmentos que se conocen, y que se alegan son partes de la Vera Cruz, no habría posibilidad de crucificar a Jesús de nuevo.

Esto lo públicó de Fleury en 1870 en su libro Mémoire sur les Instruments de la Passion.

En su libro también menciona que Jesucristo no soportó los 100 kilos dada su debilidad por la flagelación previa, porque arrastraba la cruz y además lo tuvo que ayudar Simón de Cirene, por lo que calculó que habría sentido algo así como 55 libras o sea 25 kilos de la Cruz.

La conclusión a la que deberíamos llegar es que prácticamente no se encontró nada significativo de la Vera Cruz aún.


 

maria de los angeles pizzorno

Escrito por María de los Ángeles Pizzorno
De Uruguay, ex Secretaria retirada

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La Cruz de Cristo ha marcado al continente americano

Advocaciones de cristo crucificado que generó la cruz llegada desde Europa.
El 14 de septiembre se celebró la Exaltación de la Santa Cruz. Sabido es que la cruz identifica al cristiano. Basta con ver a uno que se signa o se santigua para percibir que estamos en presencia de alguien que valora al que murió y resucitó en la cruz: Cristo.

 

el-senor-de-lucumba

 

Como afirma el historiador Francesco Pini

“la cruz no es lo mismo que el crucifijo. La cruz tiene sentido únicamente relacionada con Cristo, que la transformó de instrumento patibulario en instrumento de salvación, dándole así un nuevo contenido y significado; y relacionada también con el cristiano, que recibe en ella una doble invitación: primeramente, una invitación a cargarla siguiendo a Cristo, por su amor; y, en segundo lugar, -algo aún más difícil,- una invitación a tenderse sobre ella y a dejarse clavar en ella, como lo hizo Cristo, y con sus mismos sentimientos”.

LA EUROPA DE LA CRUZ

En Europa, en general, la presencia pública de la cruz caló tanto a lo largo de los siglos que su presencia o desaparición no puede reducirse a cuestión de mayorías o minorías oscilantes como las modas y los tiempos, o a voluntad política de los estados.

No hay encrucijada que no levante una cruz por los viejos caminos de Europa ni que señale la iglesia del lugar o sus calvarios. España proyectó a América esta misma devoción, tanto que podemos decir que se convirtió en su signo de identidad.

LA CRUZ PRESIDIÓ LA GESTA EVANGELIZADORA

Sabemos que sobre las velas de La Niña, La Pinta y La Santa María, campeaba una gigantesca cruz, cuya presencia protectora y augural llevaba en sí también una constante admonición a todos los embarcados en la atrevida aventura.

Y Colón, tal como se lee en su Diario, desembarcó llevando la bandera real, mientras sus dos capitanes, Martín Alonso Pinzón y Vicente Yañez Pinzón, llevaban cada uno una bandera en la cual, al lado de las iniciales de los Reyes de Castilla-Aragón, Fernando e Isabel, figuraba la cruz de Cristo.

Y más adelante Colón,

“puso una gran cruz a la entrada del puerto (…) en un alto muy vistoso en señal de Jesucristo nuestro Señor y honra de la cristiandad”.

Y el 27 de noviembre escribió a los Reyes, exhortándolos a que

“no deben consentir que aquí trate ni haga pie ningún extranjero, salvo católicos cristianos (…), ni venir a estas partes ninguno que no sea buen cristiano”.

Cabe subrayar la presencia de la devoción a Cristo crucificado en el nombre que tomó la primera de las Provincias (Jurisdicciones) de los Franciscanos en el Nuevo Mundo, el de Santa Cruz de las Indias. Y es muy comprensible, siendo los Franciscanos los hijos espirituales del Santo de Asís cuyo cuerpo fue traspasado por las heridas de Cristo, llevando los estigmas como señal de esa indescriptible identificación.

Con la llegada del cristianismo a América, la cruz presidirá la fundación de las ciudades y se colocará en todos los lugares visibles, tanto religiosos (templos) como civiles (casas, puentes, caminos, cerros), especialmente si habían sido centros espirituales precristianos, bien apachetas, huacas o centros ceremoniales.

PRESENCIA DE LA CRUZ EN EL PERÚ

El Primer Concilio Limense (1552) dispone que en los pueblos de indígenas se haga una iglesia o al menos una ermita con una imagen o una cruz (Const.2); de igual modo, se advierte que los ídolos y adoratorios sean destruidos, y si fuese lugar apropiado, se edifique una iglesia o al menos una cruz.

El obispo auxiliar emérito del Cusco, Severo Aparicio, fundador de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica, destaca que con

“este criterio y para cristianizar lo pagano, allí donde había huacas y apachetas, se colocaron cruces. De tal manera caló en el corazón del indígena la devoción a la santa cruz, que en los cerros, los caminos y las casas de nuestras poblaciones campesinas está presente la cruz. Devoción que aún en nuestros días conserva plena vigencia y tiene el sustento de su profunda raigambre popular”.

Tal es así, que predominan las imágenes del Crucificado sobre las de la Resurrección. El Perú está profundamente ligado a la devoción del Cristo Sufriente y a la Cruz. Puede verse en las populares cruces del caminante o peregrino.

Las características que reúnen son diversas. Hay cruces sin crucificado pero con los signos de la pasión: el gallo, la corona de espinas, los dados, la columna, el martillo, las tenazas, el cartel de INRI (“Jesús Nazareno, rey de los judíos”), la caña con la esponja, el sol y la luna, la lanza, la escalera, la sábana. En ocasiones, aparece el velo de la Verónica y hasta hay cruces de un Cristo Resucitado…

Baste concitar algunos de las devociones más importantes del Perú.

SEÑOR DE QOYLLUR RITI

En Ocongate, distrito de Quispicanchis, en el santuario de Sinakara, frente al pico del Ausangate. Miles de pereginos, a comienzos de junio, con un millar de danzarines enmascarados de los Andes (ukukus) se reúnen a unos mil metros más arriba del santuario donde aguardan la salida del sol detrás de Qollepunku, la montaña más alta del Sinakara, para seguir escalando hacia los glaciares donde entre cirios, oran y rescatan las cruces que plantaron allá días antes.

EL SEÑOR DE LOCUMBA 

Debe su nombre al vocablo “Llojhacumpa” “Ilojheumpa” “Ilocumba”, del verbo “cumpatha” que significa “hacer orillas”, bordes a los dulces o a los vestidos, por lo que quiere decir “bordear cuestas” “de bordes empinados.”

Un 14 de septiembre de 1700 apareció un mulo de color blanco que llevaba a cuestas dos cajas con dos rótulos, uno que decía “Señor de Locumba” y otro “Señor para el Valle de Sama”.

Un labriego, servidor de un hacendado español, José Antonio de Araníbar, en cuanto vio la acémila en la hacienda “Los Pinos” corrió a dar cuenta a su amo y a todo el vecindario del feliz hallazgo. Pronto, el vecindario se dio cita para presenciar el animal que se había cobijado a la sombra en una palmera (desde entonces se le denominó “La Palmera del Señor”.

Al ver que nadie reclamaba el mulo ni los bultos abrieron la carga que resultó ser una imagen de Cristo Crucificado. Tras muchas consultas se determinó dejar el bulto en Locumba y el otro hasta el Valle de Sama.

Al buscar el mulo resultó que había desaparecido misteriosamente. Al apreciar que el baúl de Sama era de mayores proporciones decidieron cambiar los baúles y quedarse con el de mayor tamaño; aseguraron el baúl al lomo de la acémila, comenzó a caminar entre las oraciones y los cánticos de los lugareños, pero a eso de un kilómetro cayó exhausto.

Se cambió de acémila y la nueva, más potente y briosa, no pudo caminar por más de 300 metros. Visto lo cual los pobladores concluyeron que no era procedente el trueque y que debían dejar la imagen en Locumba. En cuanto cambiaron las imágenes el embalaje con destino a Sama discurrió con la mayor naturalidad. Desde entonces se edificó un santuario en su honor.

CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El crucificado que se ha convertido en símbolo del Perú y de América entera, es el Señor de los Milagros, la devoción, quizá, más arraigada del pueblo y que viste de morado las calles y la vida todos los meses de octubre.

Fue un 13 de noviembre de 1655, a las 2 y 45 de la tarde, cuando un terrible y destructor terremoto estremeció Lima y Callao, tirando abajo las iglesias y sepultando mansiones, dejando tras de sí miles de muertos y damnificados. El sismo afectó seriamente la zona de Pachacamilla y las viviendas de los angola se precipitaron al suelo; todas las paredes del local de la cofradía se cayeron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobes donde estaba pintado un crucificado permaneció en pie.

Más tarde salió en procesión y en grado tan creciente que en este momento provoca, en cuantos participan en ella o la contemplan, sentimientos como el manifestado por el agnóstico José Carlos Mariátegui:

“Dos días todopoderosos resucitan la tradición y la fe de una ciudad; desde un muro de adobe la imagen pintada por un negro esclavo nos impone a todos, recogimiento y unción… y, sobre todas las cosas, triunfa el señorío de Nuestro Señor Jesucristo que murió en una cruz para redimirnos del pecado original. Amén”.

LA CRUZ QUE DA SENTIDO A LA VIDA

Como excelente humanista y psicólogo, a fuer de buen pastor, el beato papa Juan Pablo II, en su visita al Perú, proyectó luz sobre el dolor humano, alentando a mirar la cruz de Cristo:

“Solo en la cruz puede encontrar el hombre una respuesta válida a la interpretación angustiada que surge en el corazón del hombre doliente. (…) Identificado con Cristo en la cruz, el hombre puede experimentar que el dolor es un tesoro; y la muerte, ganancia; puede experimentar cómo el amor a Cristo dignifica, hace dulce el dolor y redime” (Callao, 4 de febrero 1985, n.4).

De igual modo, Benedicto XVI en el año 2007, durante la apertura de la V Conferencia del CELAM, en Aparecida, destacó cómo

“la sabiduría de los pueblos originarios les llevó afortunadamente a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que los misioneros les ofrecían”, marcando en primer lugar en el alma de los pueblos latinoamericanos “el amor a Cristo sufriente, el Dios de la compasión, del perdón y de la reconciliación; el Dios que nos ha amado hasta entregarse por nosotros”.

Fuentes: José Antonio Benito, Signos de estos Tiempos 

 

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Cruz de Caravaca, España ( 3 de mayo)

La Cruz de Caravaca es un fragmento de la verdadera cruz a la que Jesús Nuestro Señor fue crucificado.  Se conserva en un relicario con forma de cruz de doble brazo horizontal, (de 7 y 10 cms) y de 17 cms. de alto.  Tiene forma y tamaño de un pectoral grande.

Según la tradición perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad santa una vez conquistada a los musulmanes por la primera cruzada (1099). Ciento treinta años más tarde (1229), en la sexta cruzada, durante la estancia en Jerusalén del emperador Federico II, un obispo, sucesor de Roberto en el patriarcado, tenía posesión de la reliquia. Dos años después la cruz estaba milagrosamente en Caravaca.

TRADICIÓN DE LA APARICION: 3 DE MAYO, 1232

La Santa Cruz apareció en el Castillo-Alcázar de Caravaca el 3 de mayo de 1232. En aquel tiempo, reinaba Fernando III el Santo en Castilla y León, y de Jaime I en Aragón. El reino taifa de Murcia estaba regido por el famoso Ibn-Hud, que se reveló contra los almohades y dominó gran parte de Al-Andalus. Es, pues, en pleno territorio y dominación musulmana, cuando se narra el hecho. 

Entre los cristianos prisioneros de los musulmanes estaba el sacerdote Ginés Pérez Chirinos que, venido de Cuenca, predicaba el evangelio a la morisma. El sayid interrogó a los cautivos sobre sus respectivos oficios. El sacerdote contestó que el suyo era celebrar la misa, suscitando la curiosidad del musulmán, el cual dispuso lo necesario para presenciar dicho acto litúrgico en el salón principal del Alcázar. Al poco el sacerdote se detuvo y dijo que no podía continuar por faltar en el altar el crucifijo. Y fue al momento cuando, por la ventana del salón, dos ángeles transportaron un ¨lignum crucis¨ que depositaron en el altar, y así se pudo continuar la Santa Misa. Ante la maravillosa aparición, El sayid y toda la corte se bautizaron. Después se comprobó que la cruz era del patriarca de Jerusalén.

LA CRUZ DE CARAVACA A LO LARGO DE LA HISTORIA

Once años después de la aparición de la Santa Cruz, el reino murciano pasó al vasallaje del rey castellano (1243-1244).

Alhamar-al-Nasrí del reino de Granada aprovechó la muerte del taifa Ben Hud de Murcia para amenazar al nuevo taifa murciano. Este recurrió al vasallaje de Fernando II, rey de Castilla y León. Así, en 1243, el infante Alfonso (futuro Alfonso X) vino a Murcia y tomó posesión del territorio. De este modo Caravaca pasó a ser un fuerte bastión cristiano en la línea del territorio interior. Caravaca se constituye en cabecera militar y religiosa de la Comarca y de las tierras fronterizas. La Cruz contribuye de una manera decisiva a dar identidad a estos territorios y se erige en un centro de irradiación de luz espiritual. De este modo la Vera Cruz marca este espacio fronterizo.

La aparición de la Cruz en Caravaca ocurre en la época de la instauración de la nueva frontera de Castilla-León frente a la Granada musulmana, con la incorporación del reino taifa de Murcia a la soberanía cristiana. La aparición de la cruz en Caravaca inspiró al nacimiento de las órdenes militares para luchar por la reconquista.

Los cristianos que llegaban a esta tierra se sentían como ¨tocados y cobijados¨ por una fuerza sagrada. De ahí que muchos liberados del cautiverio acudieran a depositar sus cadenas, como exvotos, a la pequeña capilla interior de la fortaleza, en donde custodiaba la Cruz la Orden militar encargada del Castillo.

La orden militar de los Templarios fue la primera que custodió y defendió el castillo y la Cruz, después de unos años de posesión directa por las tropas castellanas. Hay dos teorías sobre la fecha de su venida. La primera afirma que fue en 1244, al someterse todo el territorio murciano al vasallaje cristiano. La segunda afirma que fue en 1265-1266, al acabar la sublevación mudéjar del territorio murciano ya castellano. El Temple venía con las huestes de Jaime I de Aragón que ayudó a su yerno Alfonso el Sabio a someter la rebeldía. El rey Aragonés, educado por la Orden y amigo de ella, le otorgó casa y huerto en Murcia. Después, el rey Alfonso le donó el territorio caravaqueño. El Temple estuvo en Caravaca alrededor de 46 años. Desaparecido el Temple, la baylía de Caravaca fue dada por Alfonso XI a los santiaguistas (1344), que ocupaban ya la frontera oriental y parte de la central frente a Granada. La Orden permaneció aquí hasta la abolición de todas las Órdenes en 1868.

Ya desde época muy temprana hay un reconocimiento oficial por parte de la Iglesia hacia la Cruz de Caravaca. El Padre Cuenca, en su historia sobre la Santísima Cruz (escrita en 1722), afirma que apenas ha habido algún Pontífice que no haya concedido alguna gracia o indulgencia a la Cruz. Podemos citar, entre otros, la bula del Papa Clemente VII (1392). Así mismo podemos enumerar el decreto de Clemente VIII (1597), el de Paulo V (1606), las bulas de los Papas Alejandro VIII (1690) y Clemente XI (1705). En 1736 se concede a la Cruz el culto de latría. Léon XIII, en el 4 de diciembre de 1893, ratifica los mismos privilegios de los siglos XV y XVII.

El nombre oficial con el que se denomina a la Reliquia en los documentos es el de ¨Vera Cruz¨, nombre bien significativo, relacionado con el Temple, pues en donde hubo templarios aparece frecuentemente el título de Vera Cruz. Desde la Edad Media se la conoce con este nombre específico: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz.  El título, juntamente con el de Santa, solamente se aplicaba al leño de Jerusalén, encontrado en el siglo IV por Santa Elena.

Tras la unificación de España y el descubrimiento de nuevas tierras, la Santa Cruz de Caravaca, continuó siendo signo de la fe que inspiró el avance del Evangelio. A Caravaca vinieron numerosas Órdenes religiosas: san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús fundaron respectivos conventos, existentes actualmente. También se instalaron aquí los Jerónimos, franciscanos y jesuitas.  Muchos misioneros eran residentes de Caravaca o pasaron por aquí en camino a las misiones en diversas partes del mundo, con lo que la devoción a la Cruz creció rápidamente, abarcando los confines de un Imperio donde no se ponía el sol.

Desde California a la tierra de Fuego es conocida la Cruz de Caravaca. Su conocimiento llega hasta Filipinas, porque en 1668 misioneros españoles llevaron reproducciones a petición de los cristianos existentes allí. En Europa fueron los jesuitas sobre todo los que extendieron su conocimiento: no olvidemos que en Caravaca fundaron un colegio con noviciado. En Polonia existe una reproducción de la Cruz en el museo de la Universidad de Cracovia y otra en la catedral de Gniezno. Hacia 1600 comienza su extensión por Alemania: existe un trabajo fotográfico donde se recogen las distintas imágenes de la Cruz en distintas iglesias de la región de Hohenzollern. En Francia existe también algún libro sobre la Cruz, editado en Lyon (en 1653) y varias reproducciones en la región de Limoges. En los Países Bajos (Bruselas) también es conocida. Desde Roma piden cruces en 1606. También es conocida en Inglaterra, en donde hay muchas reproducciones y escritos sobre la misma.

LA CRUZ DE CARAVACA EN LA EPOCA CONTEMPORÁNEA

Debido a la invasión napoleónica, la Cruz fue trasladada desde el castillo a la parroquia del Salvador y allí fue ocultada en una caja enterrada para evitar la rapiña de los franceses. Aquí estuvo desde 1809 hasta quizás 1818, ya que el Castillo fue fortificado para uso militar y la iglesia ocupada en estos menesteres. En el Salvador se celebraría cada año el «Baño del Vino» con la Reliquia. Se evitó el robo de la Cruz durante la estancia de las tropas francesas en Caravaca, pero no el de la custodia, regalo del marqués de los Vélez, la cual fue recuperada después. Durante todo el siglo XIX y principios del XX se estructuran definitivamente todos los rituales de la Cruz y las formas de las celebraciones de mayo en su honor, que es el armazón de las fiestas conmemorativas actuales.

El hecho más lamentable de toda la historia de la Cruz y de Caravaca fue el acaecido en la noche-madrugada del día doce al trece de febrero de 1934. Fue un robo sacrílego de carácter político-religioso que dejó consternada a la ciudad durante algunos años. Era el miércoles de ceniza cuando, por la mañana, se descubrió el sagrario abierto y vacío sin la Reliquia, habiendo dejado los ladrones la caja-estuche del siglo XIV en donde se guardaba la Cruz. A las 9 del día trece corrió la noticia y la tensión suscitada fue enorme. Las diligencias y pesquisas judiciales y policiales no dieron resultado positivo.

Después de la guerra del 1936-39, las dependencias del Castillo fueron usadas como cárcel de presos políticos hasta el 1941, quedando posteriormente todo el recinto en estado de abandono, cerrado y sin culto religioso. Se suscitó un deseo grande de conseguir una nueva reliquia. Las gestiones dieron como resultado que el papa Pío XII concediese a Caravaca dos pequeñas astillas del “lignum crucis” que Santa Elena, madre del emperador Constantino, trajo de Jerusalén a Roma en la primera mitad del siglo IV.

En los días siguientes se improvisaron las fiestas (interrumpidas durante 7 años, con la reanudación del Baño del Agua en el Templete-Bañadero de las afueras de la ciudad. La Reliquia permaneció durante tres años en la Parroquia del Salvador, ya que el Santuario permanecía en estado de deterioro. Fue en el cinco de mayo del 1945, cuando la Cruz se subió a su templo del Castillo, custodiada ya por la Orden de frailes claretianos.

Año Jubilar Permanente «in perpetuum» (Ciudad Santa), privilegio que sólo poseen cinco ciudades en el mundo: Jerusalén, Roma, Santo Toribio de Liébana, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz. El primer año santo se ha celebrado en el año 2.003 y su periodicidad es de siete años.

LA TRADICIÓN DE REGALAR CRUCES DE CARAVACA

El regalo de la imagen de la Cruz de Caravaca, es una costumbre generalizada en Caravaca para diferentes ocasiones pero sobre todo en el momento de declaración sentimental. Se tiene constancia por una carta de Santa Teresa de Avila a la madre María de S. José, que la santa recibió una Cruz de Caravaca en 1576 como regalo de sus monjas de aquí  (Cruz que actualmente se encuentra en el convento de Carmelitas Descalzas de Bruselas, Bélgica).

En ciertos lugares de Latino América esta santa Cruz ha sido tomada, como otros muchos signos cristianos, por la brujería y el esoterismo.

CASTILLO E IGLESIA

El Castillo-Santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca se encuentra a 75 km de la ciudad de Murcia.

Los orígenes del castillo son islámicos (siglos X y XI) y desde entonces ha sufrido numerosas modificaciones en función de las necesidades del momento. Sus murallas son del siglo XIII, aunque actualmente se hallan completamente reconstruidas.

La iglesia es de planta de cruz latina, de tres naves longitudinales y con tribuna corrida sobre las naves laterales y cúpula en el crucero. Estas naves abocan al centro con arcos abocinados, sobre el que se apoya el coro.

La Capilla Mayor tiene dos cuerpos: el presbiterio propiamente dicho y la Capilla de la Aparición, donde se encuentra la ventana por la que, según la tradición, los ángeles entraron la Santísima Cruz. En los brazos del crucero hay dos retablos barrocos, uno de la Virgen de la Encarnación y otro de San Lázaro. A ambos lados del presbiterio se disponen dos salas, la de al lado de la Epistolar, la sacristía vieja, en la actualidad Capilla de la Vera Cruz, y en el lado del Evangelio, cumple las funciones de sacristía.

En el Santuario cabe destacar la magnífica fachada realizada en estilo barroco en el siglo XVIII (año 1722) hecha con mármoles rojos de la zona, y construida con posterioridad a la iglesia. Consta de dos cuerpos, separados los dos primeros por un entablamento cuya cornisa queda quebrada para albergar un escudo real. Es una portada con elementos de una imaginación desbordante, una exhalación de la Santa Cruz.

Realza la fachada la policromía conseguida por el material empleado, mezclando jaspes de tonos rojos y grises. Adosado a la parte norte del Santuario, se halla un claustro de dos plantas, que forma parte de la denominada Casa del Capellán recientemente rehabilitada y que hoy día alberga el Museo de Arte Sacro. Este claustro está construido sobre el mismo lugar donde se encontraba el patio de armas del castillo.

En el interior de la iglesia, que guarda una estrecha relación con el estilo herreriano, se hallan un órgano y los retablos antes citados, todos de estilo barroco.

En el santuario podemos destacar la Capilla de la Cruz, la Capilla de la Aparición, la Capilla de los Conjuros, el Mirador de la Reina, La Torre Chacona o del homenaje y el aljibe musulmán.

En el Museo de la Vera Cruz, ubicado en el recinto del alcázar-santuario, podemos encontrar colecciones de ornamentos relacionados con la cruz. Dentro de la pinacoteca destacan: «La curación de Tobías», óleo sobre lienzo del pintor caravaqueño Rafael Tegeo, uno de los mejores retratistas del siglo XIX español, de estilo neoclásico; «San Francisco en la zarza», óleo sobre lienzo del siglo XVII de la escuela de Ribera. Además destacan seis óleos sobre tabla del siglo XVI, originales de Hernando de LLanos, pintor que fuera discípulo de Leonardo da Vinci, en los que narra el milagro de la aparición.

En ornamentos destaca la casulla de Chirinos, un tiraz musulmán adaptado a la forma de ornamento litúrgico que se cree portaba el sacerdote Chirinos en el momento de la milagrosa aparición de la Cruz.

En orfebrería encontramos la Custodia-Ostensorio de la Cruz (de principios del siglo XVI), regalo del primer marqués de los Vélez, Pedro Fajardo. El Portacruz de los Baños, regalo de Luis Fajardo, segundo marqués de los Vélez, es otra pieza importante. Digna de mención, en la capilla de la Cruz, se encuentra la caja-estuche de plata sobredorada donada hacia 1390-1395 por el maestre de la Orden de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa.

Fuente: Madre Encarna Martínez Romera en corazones.org y jdiezarnal.com

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A la Santa Cruz DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a la Santa Cruz

HIMNO (LAUDES)

Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
De aquel Jesús nacido de la Virgen
Que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
Lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.

¡ Salve cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!

Reine el señor crucificado,
Levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz,
Nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén

 

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

HIMNO (VÍSPERAS)

Las banderas reales se adelantan
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus,
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén

 

PETICIÓN DE PROTECCIÓN A LA SANTA CRUZ

«Cuídame, oh Santa Cruz. Aparta de mí toda arma cortante. Desvía de mí todo mal. Derrama en mí todo bien para que pueda salvar mi alma. Aleja de mí todo temor de la muerte y concédeme la vida eterna. Cuídame y haz que los espíritus malignos, tanto visibles como invisibles huyan ante mí. Amén».

 

ORACIÓN DE LIBERACIÓN POR LA SANTA CRUZ

«Oh Santa cruz, sé mi luz. Que el dragón no sea mi lider. ¡Apártate Satanás!. Jamás me aconsejes ninguna vanidad. El brebaje que nos viertes es el mal; bebe tu mismo todos tus venenos. ¡Viva el Señor!. Amén.»

 

ORACIÓN DE LA CRUZ DE SAN BENITO

(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Santa Cruz del Padre Benito.
La Santa Cruz sea mi Luz.
No sea el dragón mi guía. Apártate, satanás; no sugieras cosas vanas; venenosa es tu carnada, bebe tú mismo el veneno. Paz.
(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Oh Santa Cruz! Madero Hermoso en donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario, ante ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.

Elevada ante el mundo, eres faro luminoso que congregas a tu rededor a la cristiana grey para entonar cantos de Gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre Ti para la redención del género humano.

Sobre ti se operó el asombroso misterio de la redención del mundo, desde entonces libra al cristiano de la culpa original, puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.

Bendita seas! por los siglos de los siglos, fuiste entre los paganos signo de valor y afrenta y hoy eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amen

Santa Cruz de mi Jesús, que expiró para darnos luz, yo te doy mi reverencia, oh preciosa y Santa Cruz!.

El camino que nos marques en el mundo seguiremos, que la Cruz siempre abrazados con su signo venceremos.

A tus plantas hoy me encuentro, mi Divino Redentor.
Haz que con su santa paciencia, carguen en el mundo mi Cruz.
Oh Dios Omnipotente que sufriste en la Cruz la muerte, para redimirnos de nuestros pecados.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, se mi verdadera luz.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, se mi esperanza.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mi todo mal.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de la salvación.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes, temporales y corporales para que pueda adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno a quién imploro para que tenga piedad de mí.
Haz que el espíritu maligno visible o invisible huya de mi por todos los siglos de los siglos. Amen.

ORACIÓN

En honor de la preciosa Sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de su Resurrección y de su Encarnación Divina, por medio de la cual puede conducirnos, a la vida eterna: que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que fue Crucificado en Viernes Santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la Cruz y que Jesucristo subió al cielo, que así se digne libertarme de los ataques de mis enemigos, tanto visibles como invisibles desde hoy y por los siglos de los siglos. Amen.
Dios Todopoderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín.

ORACIÓN

Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando Tu Alma tan sagrada se separó de Tu Cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de este mundo.
¡Oh Jesús! concédeme el valor necesario para soportar mi cruz a imitación Tuya, enséñame a llevar con paciencia todos los sufrimientos, que mi temor a ellos se convierta en virtud.
Que la Omnipotencia del Padre se digne de cubrirme con la sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amen…

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