Estamos frente a una crisis como nunca ha vivido el mundo, no estamos exagerando.
Hay un coronavirus que ha atacado el mundo, y que ha sido utilizado para provocar miedo a la población, para confinarla, y para aislarnos unos de otros.
Mientras que han quebrado miles de empresas y miles de puestos de trabajo se han perdido.
Las élites mundiales, los más ricos del mundo, quieren utilizar esto para reiniciar el mundo a su medida.
Y es en estos momentos críticos que surge la cuestión de cómo debemos plantear nuestra vida.
En quién y en qué vamos a confiar.
¿Crees que Dios nos va a sacar de esto?
¿Crees que Él tiene un plan para lo que debes hacer hoy?
¿Y que tiene una misión para tu vida desde que bajaste a la Tierra?
En este video hablaremos sobre qué está haciendo hoy Dios en el mundo y en tu vida, y porque debes confiar en Su Plan.
Muchas personas se sienten desmoralizadas por el estado actual del mundo.
Y está creciendo la cantidad de gente que siente que se ha ido el mundo que una vez conocimos.
El mundo donde la gente se preocupa por la verdad de las cosas, el mundo donde se respeta y protege la inocencia infantil.
Ese mundo parece un recuerdo oscuro y distante.
Dado como están las cosas, la esperanza que debemos tener es de origen sobrenatural.
Aferrarnos a que Jesús de Nazaret resucitó de entre los muertos, que es Dios y que nos dejó el camino que debemos seguir en la Biblia.
Y el momento histórico actual presenta este desafío: ¿Creemos realmente en las verdades de la fe?
¿Realmente creemos que Jesús es Dios, que se está preocupando por nosotros y que podemos recurrir a Él para que nos auxilie?
Hoy Dios está actuando sobre nuestra conciencia, en silencio, para que recapacitemos.
¿Estamos seguros de ello?
Es un hecho histórico que Jesús de Nazaret murió. Fue ejecutado por los romanos en público. No hay duda de Su muerte.
Pero al tercer día después, la gente comenzó a afirmar que lo habían visto con vida.
No se trataba de que una sola persona hiciera una afirmación privada.
Sino que grupos enteros de personas alegaron que todos lo habían visto al mismo tiempo. Afirmaron que lo tocaron, hablaron con él y lo vieron comer.
Ese Jesús afirmó ser el cumplimiento de todas las promesas al pueblo judío.
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, los profetas, la literatura sapiencial, todo comenzó a cumplirse.
La verdad histórica de la resurrección probó que las Escrituras eran verdaderas, que no era un sueño.
Había aparecido el Mesías, Jesús, el Hijo del Dios viviente.
Si eso es cierto, entonces, la postura más razonable en este momento confuso y decepcionante, sería dejar de lado la perspectiva humana y abrazar la creencia en Jesús y en la mano de Dios.
Y admitir que Dios tiene su propia perspectiva y que seríamos inteligentes si nos alineamos con ella.
Dios no espera que tu evites la caída de la civilización occidental. No espera que elimines la corrupción en la Iglesia o en el gobierno de tu país.
Pero tiene un plan para ti sobre esto también porque llegaste al mundo con una misión.
No es razonable suponer que Dios espera que hagas algo que no es humanamente posible.
Él hará que cada uno de nosotros sea responsable de su misión, especialmente adaptada a nuestros dones, talentos y circunstancias.
Nuestra misión, si decidimos aceptarla, aunque no estemos muy seguro de cuál sea, es abrazar esa vocación lo mejor que podamos y aportar sólo lo que podamos, nuestro granito, para encaminar el mundo.
No eres el salvador, el salvador es Él.
Pero debemos descubrir qué podemos hacer, en qué podemos ayudar.
Por ejemplo, mucha gente llega a Medjugorje, donde se aparece la Virgen hace 40 años, con la pregunta: «Madre ¿Sabes qué es lo que quiere de mí?»
Muchos se van con respuestas positivas. Otros la irán descubriendo en su vida cotidiana.
En general, la recomendación es que dejen de preocuparse para solucionar todos los problemas del mundo y que se concentren en su entorno o en la evangelización.
Dios ciertamente sabe que nuestro mundo es un desastre. Y tiene un plan para restaurar el cosmos.
La Divina Trinidad ha estado trabajando en ese plan desde el Jardín del Edén. Y tú tienes parte en ese plan.
Eso es prácticamente todo lo que necesitas saber. Ejecuta tu parte del plan que es lo que puedes hacer.
No sabemos los detalles, pero nuestra actitud debe ser confiar.
Después de todo, ¿cómo podríamos tú o yo mejorar el plan de Dios? Él sabe más que tú o yo.
Él tiene el bien de más personas en el corazón y un horizonte de tiempo más largo que yo.
Por lo tanto, hacer la misión que Dios ha elegido para mí es literalmente lo mejor que puedo hacer.
Entonces, si todo parece que se derrumba a tu alrededor, ten la confianza de que cambiará, porque Él tiene todos asuntos en sus manos.
Hay que creer en eso.
Debes confiar en que Él nos ha equipado a cada uno para lograr nuestra misión específica.
Él te ha hecho pasar por experiencias dolorosas para que aprendieras cosas.
Él ya te ha dado las herramientas que necesitas.
Te ha colocado en el lugar exacto y ha puesto a las personas adecuadas en tu vida.
Tenemos que descubrir lo concreto que Él espera de nosotros. Y decirle que estamos dispuestos a caminar con Él.
A medida que te pongas a caminar, aparecerán más herramientas y te encontrarás con más personas del tipo adecuado.
Puedes terminar en un lugar que nunca esperaste, o que nunca pensaste que fuera posible, o que nunca hubieras elegido.
O descubrir en ti habilidades que nunca hubieras sospechado.
Eso es lo que sucede a menudo.
Él sabe lo que eres aunque tú nunca te lo hayas imaginado.
Tu vocación única seguramente incluye utilizar de alguna manera tus dones, talentos, historia personal y conexiones para llevar la reforma al área a la que él te asignó.
Ya seas médico, político, ama de casa, oficinista o barrendero, lo primero en tu vida debe ser cumplir la misión para la que Dios te creó.
No se trata de que quieres ser una determinada cosa y le pides ayuda a Dios para que te ayude, porque puedes perder el camino.
Hay que ser humildes para discernir nuestra vocación y pedir a Dios lo que quiere de nosotros.
Dios, por supuesto, lo sabe y espera que logres tu misión única y no otra.
Él espera que te mantengas concentrado y que no te distraigas con las de los demás.
Y además, te sentirás mejor si estás haciendo algo constructivo.
Tal vez en algún momento de tu vida te extravíes, pero en algún momento sentirás la corrección de Dios para que te enfoques en lo que Él quiere para ti.
Pero tienes libre albedrío y eres libre de confiar o no en Dios.
Ahora, si de verdad crees que Dios tiene un plan para el mundo y para tu vida, entonces confía en ese plan.
Y Él sabe que necesitas alimento espiritual para el camino, que tu fe debe ser clarificada y purificada constantemente, es decir, por qué crees lo que crees.
Por eso nos ha dejado hermosos pasajes en la biblia que son las miguitas que nos fortalecen.
Por ejemplo reflexionemos en la fe de Abraham, nuestro padre en la fe. Imagínate su conmoción y dilema cuando Dios le pidió que tomara a su único hijo, Isaac, y lo ofreciera en holocausto en el monte Moriah.
Él confió pero solo después de haber obedecido con fe hasta el final, comprendió por qué Dios le ordenó hacer tal cosa.
Dios reveló plenamente Su plan en el último momento, cuando Abraham estaba a punto de matar a su único hijo, le dijo,
«Te bendeciré abundantemente y haré que tu descendencia sea tan incontable como las estrellas en el cielo y las arenas de la orilla del mar; tu descendencia tomará posesión de las puertas de sus enemigos» lo que está escrito en el Génesis 22:17.
Y cumplió. Aquí estamos.
Dios quiere que nos ocupemos de la defensa de las verdades de la fe y la construcción de un mundo mejor.
Pero cada uno según sus posibilidades y en el lugar asignado por Él.
No te aflijas si estás confundido sobre tu lugar.
Confía en que todos traemos una misión a la vida y nacimos con un plan de Dios Padre.
No te turbes si hoy te cuesta descubrirlo.
Apela a la oración y pídele iluminación al Espíritu Santo para saber qué quiere Dios de tí. ¡Adelante!
Y debemos vivir con alegría porque somos hijos de Dios y tener la más firme convicción de que Él nos guía y nos provee.
Bueno hasta aquí lo que queríamos decirte porque a veces podemos sentir que no entendemos lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, nuestras familias, nuestra Iglesia y el mundo de hoy.
Y en estas circunstancias las cosas pueden parecer fuera de control y que estamos perdiendo la paz, la salud, la esperanza, el gozo, e incluso a veces la fe.
Pero en estos momentos Dios nos invita a aclarar y reconocer por qué creemos en Él y en su auxilio, y esa es la tarea de hoy.
Y me gustaría preguntarte si la circunstancia en la que vives hoy te ha llevado a mayor confianza en el plan de Dios para tu vida y el mundo o menos.
Hay una clara estrategia maligna para quitar a la familia de en medio en la construcción del nuevo orden mundial.
Sor Lucía, vidente de Fátima, dijo en varias oportunidades que la Batalla Final será por la Familia.
Lo mismo que San Juan Pablo II.
El enemigo invisible, el maligno, ha apuntado todas sus baterías para allí y se encuentra muy activo el demonio Asmodeo, que disuelve vínculos familiares y golpea duramente a los que trabajan por las familias.
Y ante esta embestida vemos que los defensores del matrimonio y la familia tradicional siguen perdiendo batalla tras batalla contra los promotores de la reingeniería del mundo.
El ataque se está librando por un grupo de militantes que tienen poder, dinero y organización.
Dirigidos por el maligno, que quiere disolver el símbolo de la Sagrada Familia, José, María y Jesús, en un ataque contra Jesucristo.
Por eso el padre canadiense Michel Rodrigué recomendó como protección entronizar la Sagrada Familia en los hogares e insiste en ello.
En este video queremos contarte cómo el maligno está desmontando la familia y también decirte cómo defendernos y a que santos acudir para pedir intercesión por los problemas en las familias.
La guerra contra la familia se ha desarrollado a través de tres oleadas:
La afirmación de que el matrimonio hace a los hombres y las mujeres menos libres, que proviene del marxismo, y que justifica el divorcio, que nos entristece.
La otra oleada es que los niños son una carga, lo que proviene del movimiento eugenésico y contraceptivo.
Y también apunta a bajar la cantidad de población del planeta.
Y la tercera oleada es la insistencia en que la diferenciación sexual es una ficción, y es el fruto de los teóricos de la ideología de género.
Entonces aparecen las familias con padres del mismo sexo, los tríos de padres, incluso del mismo sexo, etc.
Esta es la conclusión de una larga guerra contra la familia, que está orientada incluso a que haya menos procreación y a hacer un mundo menos peligroso para las élites que siempre han estado aterrorizadas por los alzamientos populares.
El mensaje recibido por Sor Lucía, la vidente de Fátima, indica que el cielo no sólo ha previsto esta gran crisis, sino que nos ha prevenido.
Ella escribió en 1980 una carta a un cardenal en la que afirmó «la batalla final entre el Señor y el reino de satanás se hará sobre el matrimonio y la familia.
Porque cualquier persona que trabaje para la santidad del matrimonio y la familia siempre será agredido y acusado en todos los sentidos, porque esta es una cuestión decisiva».
Y luego ella concluye,
«De cualquier forma, la Virgen ya le ha aplastado la cabeza» al maligno y repite que su Corazón Inmaculado triunfará y que Jesús sigue siendo el jefe indiscutible de Su Iglesia.
También San Juan Pablo II nos advirtió, en Río de Janeiro en 1997, que la batalla decisiva del tercer milenio es por la familia, y que la lucha básica contra la dignidad del hombre está centrada en la familia y la vida.
Y la realidad actual es que los divorcios están a la orden del día, que cada vez hay menos casamientos, que los jóvenes se emparejan sin casarse y que consideran bien que una relación de pareja dure poco tiempo o sea casual.
Pero la crisis y desintegración de la familia no es gratis para las economías, tiene consecuencias dramáticas.
Empezando por la crisis demográfica que afecta al mundo, que genera pobreza en los países, provoca altos costos para la atención de salud, crisis en los sistemas jubilatorios y genera inestabilidad social.
Entonces, ¿Cómo puede una comunidad ser estable si se destruye su célula fundamental?
¿No será ésta la forma de buscar la inestabilidad?
¿Y por qué se busca la inestabilidad?
Hay signos muy claros de que marchamos hacia un estado totalitario mundial.
Y destruir la familia es el objetivo de todo régimen totalitario, porque demoliendo la familia, el individuo se queda solo frente al Estado y a merced de él.
Chesterton dijo que la familia llega primero cronológicamente que el Estado y es el último punto de resistencia contra el poder del Estado.
Defender la familia natural es entonces la primera gran batalla de la libertad. Es una lucha civil.
Pero de hecho, pareciera que la defensa la está haciendo básicamente el cristianismo, y en particular el catolicismo.
Pero a decir verdad cada vez menos, porque están apareciendo cada vez más frecuentemente obispos y cardenales que torpedean los pilares básicos de la familia.
Los dicasterios ya no la defienden como antes.
Y el Vaticano está cada vez más pegado a la agenda de la ONU, que sabemos es la punta de lanza para desarticular la familia tradicional.
Por eso para defender la cultura occidental de estos ataques debemos apreciar claramente qué valores concretos está atacando, y luego buscar los antídotos.
Fortalecer la familia, la educación en el hogar, retomar el papel de padres y no de amigos de los hijos, luchar por el matrimonio a través de la oración y los sacramentos son algunos de los antídotos.
El hombre y la mujer en el matrimonio están llamados a encarnar el amor de donación de Cristo.
Difícilmente puede haber un testigo más atractivo del amor que se entrega, que una familia en oración.
El padre y la madre tienen un papel insustituible en los hogares.
Porque como el Papa Benedicto XVI ha observado, que en la noción misma de la familia, la seguridad de los niños está en juego.
El papel de la mujer en el hogar es fundamental.
Juan Pablo II sostuvo que:
«La sociedad debe ser estructurada de tal manera que las esposas y las madres de hecho no deben ser obligadas a trabajar fuera del hogar», en Familiaris consortio.
Y la presencia de autoridad del padre también lo es.
Dios nos entregó el modelo de lo que debe ser con San José, la cabeza de la Sagrada Familia, a pesar de que su hijo adoptivo era el mismo Dios.
No hay mejor manera de aprender a amar que en una familia abierta a la vida.
Así a diferencia de cualquier otro regalo, un nuevo bebé ofrece a los padres la oportunidad de crecer en el amor.
Y para ello debemos reconocer a nuestras parejas como personas imperfectas y amarlas lo mejor que podamos, en lugar de visualizarlas como nuestros salvadores personales.
Si queremos amar verdaderamente a alguien, debemos tener un sano sentido de nuestros defectos y los del ser humano.
¿Y cuáles son los puntos en los que hay que prestar atención?
Además de la oración para apelar a Dios en esta lucha por la familia, deberíamos poner énfasis en las familias numerosas, en la madre cuidando la crianza de los niños, en el rol de la fortaleza espiritual que deben dar los hombres, en el cuidado de la relación amorosa y unificativa de los esposos, y obviamente en la apertura a la fe y la oración en familia.
Y por otro lado, Dios nos ha dado a santos a los que podemos recurrir en auxilio de la familia, pidiendo su intercesión.
Hay muchos santos cuyo patrocinio incluye relaciones buenas, malas o de otro tipo.
Varios de estos santos oraron desinteresadamente por sus cónyuges o protegieron la santidad del matrimonio, a pesar de los desafíos de la vida matrimonial.
El patrono Universal de la Familia es San José, jefe de la Sagrada Familia.
El esposo de la Virgen María y el padre terrenal de Jesús sirve como un intercesor importante para las parejas casadas y las familias mixtas.
Su amor por la Virgen María y Jesús lo llevó a servir desinteresadamente a ambos. Y, al final de su vida mortal, se sintió honrado y reconfortado por sus presencias en el lecho de muerte.
Por su parte Santa Mónica ejerce el patronazgo de matrimonios en problemas.
Esta santa era la madre del hijo descarriado que no creía en Dios, San Agustín, pero también era la esposa de un marido malhumorado y tenía una suegra muy crítica.
Mónica persistió en una vida íntima de oración con Dios, y lloró mucho, intercediendo a menudo por los demás.
A través de sus oraciones, Dios la recompensó con la conversión de su hijo, esposo y suegra.
También está Santa Rita de Casia, para invocar por los matrimonios difíciles.
Su marido era particularmente violento y le causaba mucho dolor y consternación.
Sin embargo, después de muchos años difíciles de oración, el esposo de Rita se arrepintió y gozaron de una década de felicidad. Y luego de su muerte ella se transformó en monja y mística.
Santa Isabel de Portugal protege la paz familiar.
Se casó con el rey Diniz a la edad de 12 años que era un réprobo moral, por lo que Isabel sufrió muchos años de abuso y adulterio; sin embargo, ella oraba continuamente por su conversión.
Debido a sus oraciones, Diniz reformó su vida y le pidió perdón por el dolor que le había causado.
Mientras que a San Rafael Arcángel se lo invoca como patrón de los que buscan cónyuge, porque unió a Sara y a Tobías en el Antiguo Testamento, enseñándoles a derrotar al demonio Asmodeo que mataba los esposos de Sara las noches nupciales.
Bueno hasta aquí lo que queríamos contarte de la campaña del Nuevo Orden Mundial para destruir la familia, como parte de una estrategia del maligno y cómo se deben fortalecer los lazos familiares física y espiritualmente.
Y me gustaría preguntarte qué tipos de problemas ves hoy que atacan más a las familias.
La pandemia de coronavirus y todo lo que ha sucedido a su alrededor se ha convertido en el mayor ataque demoníaco que ha sufrido nuestra generación y las generaciones de las que tengamos historia.
Los ángeles caídos y sus secuaces han trabajado horas extras en esto.
Se ha sentido a nivel individual, con trastornos fuertes de nuestras vidas, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros nervios.
Pero muchos no han podido comprender que estamos en medio de la intensificación de la batalla espiritual entre el bien y el mal.
En este artículo te queremos contar cómo ha sido el ataque, qué síntomas son atribuibles a él y cómo debemos combatir esta batalla espiritual.
Una especie de gripe que ha matado a algo más de dos millones de personas, en más de un año, en un planeta habitado por más de 7 mil millones de personas, ha logrado aterrorizar a todo el planeta, confinar los países durante semanas y en repetidas ocasiones y cerrar las iglesias para los fieles.
Se ha producido un aumento fuerte de los trastornos psicológicos y los sistemas de salud han prestado menos atención a otras enfermedades, con el deterioro consecuente de la salud de la población.
Ha dejado por el camino millones de desocupados, miles de empresas han quebrado, y la pobreza se ha disparado.
Los medios de comunicación han exacerbado el miedo de una manera casi quirúrgica.
Las Big Tech y los grandes medios no han permitido que circule información diferente a la oficial de la Organización Mundial de la Salud, generando suspicacias, y obviamente no permitiendo saber lo que piensan científicos que tienen una visión diferente a la Organización Mundial de la Salud.
Mientras que los más poderosos del mundo se reúnen en el Foro Económico Mundial de Davos y las Big Tech y los medios de comunicación esconden las críticas a su proyecto y dan visibilidad sólo a los elogios.
Estas mismas élites son las que han trabajado durante décadas para cambiar la moral cristiana del mundo occidental y bajar la población, invirtiendo millones de dólares en ongs propulsoras de nuevas moralidades y en campañas electorales para sus candidatos.
Y son las que ahora dicen que el coronavirus es la oportunidad que estaban esperando para reiniciar el mundo a su manera, con menos clase media, grandes multinacionales que manejen la economía y un gobierno mundial que controle la población al estilo chino.
Sin dudas estamos bajo un ataque espiritual intenso, como nunca antes.
Un ataque espiritual es cuando una persona es agredida por el diablo o los demonios, a través del uso de personas que son sus secuaces directos o que ocasionalmente son usados por él.
Y en este caso el ataque es para hacer que la población adopte una determinada conducta o estilo de vida, obediencia y reclusión.
Esto es inédito para nuestra generación y no se recuerdan en la historia casos parecidos.
Los ataques espirituales pueden conducir al sufrimiento espiritual de las personas.
Especialmente cuando no tienen una buena capacidad para sentir el amor y la presencia del Señor en su vida.
Y Dios suele permitir que se manifiesten de esa manera los ataques espirituales en algunos, porque la lucha conduce a un mayor amor por Él.
Una forma de descubrir si se estás experimentando las consecuencias de este ataque espiritual es sentir miedo, dudas, trastornos del sueño, fatiga extrema y una debilitante falta de concentración.
Mucha confusión y pensamientos obsesivos interfieren con la capacidad para pensar o comunicarse con claridad.
La confusión es como una situación de pánico o una ruptura del orden. Es como estar rodeado por una nube espesa que afecta todo sobre ti y tu vida.
Se puede percibir la presencia del mal todo el tiempo. Los demonios atacan todo el día y toda la noche.
En un ataque espiritual aparece la obsesión que es como una idea o un pensamiento que continuamente preocupa o se entromete en la mente de una persona.
El espíritu de obsesión puede trabajar en conjunto con los espíritus de depresión, acoso, ansiedad, duda, desánimo, desesperación y más.
El espíritu de terror puede trabajar junto con los espíritus del miedo y el control.
La falta de sueño es otro de los síntomas del ataque espiritual.
Provoca miedo y agotamiento, lo que aumenta la confusión y deja a la persona incapaz de vivir su vida de manera saludable.
También aparece la depresión en algunos, principalmente porque no saben de donde agarrarse, no sienten a Dios y tiende a creer que los ha abandonado.
Y como resultado, viene el aislamiento de los demás.
En este caso de la pandemia y los confinamientos, debes considerar que se trata de un ataque generalizado a las personas en todo el mundo.
No es sólo contra ti, pero lo cierto es que lo sientes tu y debes ponerte a salvo.
Debes pensar que estás en medio de una guerra contra un enemigo que quiere tu sumisión.
Y el enemigo usará tácticas de violencia e intimidación para controlar a sus víctimas.
Las batallas que enfrentamos en este momento pueden hacer que muchas cosas se sientan inciertas.
Por eso es importante reconocer que estamos siendo atacados por una fuerza que no es humana, pero por medio de humanos que se prestan para ello.
Y reconocer cómo es que trabajan.
Trabajan para consumirnos en la duda, el miedo y la preocupación. Intentan engañarnos haciéndonos pensar que estamos indefensos.
Intentan destruir lo que amamos.
Buscan nuestra confusión, desconfianza y paranoia.
Intentan llevarnos a una espiral descendente de depresión y desesperación.
Provocan enfermedades y dolencias.
Buscan la desunión y el conflicto. Romper el cuerpo de Cristo.
Nos tientan a confiar en nosotros mismos y en los ángeles de luz disfrazados que envían, que son sus secuaces.
Todos los días, nuevos titulares e historias destacadas nos recuerdan que no tenemos el control y que lo lograremos si hacemos caso a lo que proponen.
Pero tenemos la opción de elegir a quién escuchamos y en qué creemos.
Debemos esforzarnos en reconocer quién está en la raíz del miedo y la preocupación.
¿Y cómo salir de esto?
Si se quiere salir del ataque hay que buscar el antídoto al demonio.
Y el antídoto son Jesús, la Virgen María, el Espíritu Santo, los ángeles.
Hay que pedirles ayuda en oración y vivir de la forma que nos piden.
La mejor defensa es vivir una vida en gracia de Dios.
También significa identificar de dónde viene el mal para no exponerse a él.
Y cuáles son las expresiones y los miedos que quiere infundir.
La confesión y la Eucaristía son esenciales en la lucha contra el mal.
Jesús nos dio la confesión por una razón. Nos libera del pecado y renueva el alma.
La Eucaristía, en tanto da la fuerza y ayudará a vivir una vida más pura y santa.
Si las iglesias están cerradas haz una contrición perfecta y la comunión espiritual.
La oración es muy importante, pero también difícil cuando uno está en medio de un ataque espiritual.
A veces las cosas se sienten tan mal que la oración es imposible.
Simplemente basta con repetir el santo nombre de Jesús una y otra vez.
Los sacramentales, medallas, escapularios, también nos protegen del enemigo, pero el poder que llevan se basa en la fe de la persona que los usa.
También te ayuda el agua, el aceite de oliva, la sal y las velas benditas o exorcizadas.
Este tipo de bendición es muy eficaz contra los demonios.
El diablo también teme especialmente las comuniones fervientes y visitas frecuentes al Santísimo Sacramento.
De modo que además de ir a misa diaria si puedes, confesarte semanalmente, hay que orar el rosario diariamente, y ayunar de la mejor manera que se pueda.
Todo cristiano tiene un gran poder, mucho mayor que el de aquéllos que actúan para generar pánico a través de los medios de comunicación.
Pero para poner ese poder en acción y beneficiarse, el cristiano debe tener una fe fuerte.
Eso significa que necesitamos confiar completamente en Dios y creer que Jesucristo puede hacer todas las cosas.
Que puede derrotar al mal con un solo soplo.
Es importante también reconocer que el Señor permite el sufrimiento para nuestro crecimiento espiritual.
Y ese crecimiento siempre nos lleva a un mayor amor por Dios.
Porque el miedo causa aislamiento, y el aislamiento aumenta la opresión, intensifica la depresión y motiva una profunda soledad.
Es necesario sentir la presencia consoladora de Dios en el interior y hablar diariamente con Él.
Y recuerda, que Dios tiene el control y no importa cuánto creas que Jesús te ha dejado, y los pecados que hayas cometido.
Él te está acercando cada vez más a Él durante estos ataques espirituales.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos contarte sobre cómo se está desarrollando este ataque espiritual generalizado que nunca hemos experimentado, cómo puedes estar viviéndolo y cómo salir de él.
Y me gustaría preguntarte qué tipos de consecuencias de los ataques espirituales has sentido durante la pandemia.
El mismo papel que cumplió la Virgen de Guadalupe con los aztecas.
La Virgen María es un puente de oro entre el islamismo y el cristianismo.
Porque el papel de Nuestra Madre será central, cuando todos se conviertan al cristianismo como dicen las profecías.
Por lo tanto la Virgen María sería el nexo para la conversión de los musulmanes, como lo fue la Virgen de Guadalupe del Tepeyac para los aztecas.
En este video te queremos hablar de la fuerte presencia de la Virgen María en el Islam, como es que la veneran, que diferencias tienen al respecto con los católicos y ortodoxos, y cómo Ella se puede convertir en el agente de su conversión.
El Islam es la única gran religión pos-cristiana en el mundo.
Como tuvo su comienzo con Mahoma en el siglo VII, pudo reunir elementos del cristianismo y del judaísmo, junto a otras costumbres de Arabia.
El que María aparezca en el Corán que es la Biblia de los musulmanes, nombrada 34 veces y en un lugar privilegiado y con conexiones explícitas, incluso hacia su fundador Mahoma, revela un Caballo de Troya espiritual a través del cual el islamismo se puede convertir.
La primera grieta en la armadura del Islam es que los musulmanes comparten la fe en la Inmaculada Concepción de María y el nacimiento virginal de Jesús.
Pero uno de los problema es que Mahoma ha dicho que tendrá relaciones sexuales legales – que es la definición de matrimonio para los musulmanes- con María en el paraíso.
María era judía por raza y origen, y era cristiana en el sentido de que literalmente dio a luz a Cristo, quien creó el cristianismo y para el que Ella trabajó.
Pero ciertamente no era musulmana, un término y una religión que no existieron hasta 600 años después del final de su vida terrenal.
Pero María es el único nombre propio femenino mencionado en el Corán y aparece 34 veces, de las cuales 24 relacionado con Jesús.
Se menciona más veces en el Corán que en todo el Nuevo Testamento de la Biblia.
María, llamada «Maryam» en árabe, tiene un capítulo completo del Corán que lleva su nombre, el único capítulo del Corán que lleva el nombre de una figura femenina.
Pero reveló Raymond Ibrahim un académico cristiano copto estudioso del Islam que,
«Lejos de ser la Virgen perpetua, como lo es para 1.500 millones de cristianos, católicos y ortodoxos, el Islam presenta a María, la Madre de Cristo, como ‘casada’ y ‘copulando’ con Mahoma en el paraíso».
Mahoma, el profeta del Islam, declara: «Alá me casará en el paraíso con María, hija de Imran», como llaman a Santa Ana.
Pocos cristianos conocen esta afirmación, pero los cristianos medievales que vivían bajo la ocupación islámica la conocían, porque sus conquistadores musulmanes los humillaban regularmente con este texto, para refutar la afirmación de la Iglesia de la virginidad perpetua de María, escribe Ibrahim.
Y además debería quedar claro que para ellos, la Santísima Virgen no es la Madre de Dios, porque piensan que Jesús (llamado «Isa» en árabe) fue sólo un profeta y no el hijo de Dios.
También creen que es un profeta que regresará a la Tierra antes del Día del Juicio para restaurar la justicia y derrotar al falso mesías, también conocido como el anticristo.
Pero además será el que convertirá por la espada a los cristianos para el Islam, que será la única religión que habrá en el futuro.
Y por otro están por lo menos algunos grupos de musulmanes, terminando con los cristianos que aún viven en el mundo musulmán.
Todos los días las noticias nos traen que varios cristianos han sido martirizados en territorios islámicos por su fe.
Y también están avanzando hacia la conquista física del territorio occidental, mediante enclaves musulmanes en Europa producidos a través de las migraciones.
Estas comunidades musulmanas que viven en Europa por ejemplo, no parecen más proclives al cristianismo, porque se ofenden, movilizan y protestan ante los símbolos cristianos públicos en la propia Europa y con la promoción de la Navidad y otras fiestas cristianas.
Pero la Virgen María es el arma letal que el cristianismo tiene contra el supremacista Islam.
Un “hadit”, es decir, un texto de la tradición, proclama que María es Inmaculada, dice,
«Todo hijo de Adán, apenas nacido, es tocado por satanás, con excepción del Hijo de María y de su Madre».
Según el Corán, la concepción de María fue la más pura y santa.
El Corán también contiene versos sobre la Anunciación, la Visitación y el Nacimiento.
Contiene pinturas de ángeles acompañando a la Santa Madre diciendo:
«Oh María, Dios te escogió y purificó, y te eligió sobre todas las mujeres de la tierra».
Hay tal defensa a la virginidad de María, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a lo que llaman la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.
Y en el último versículo el Corán dice algo especialmente importante para el futuro:
«¿Queréis que yo os dé un ejemplo fiel a seguir, válido para todos los creyentes del mundo?»
Y allí se propone como ejemplo a María.
María es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora.
Y es fundamental tener en cuenta que el único posible rival en su credo sería la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima.
Pero sin embargo, después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió sobre su hija:
«Tú serás la más bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María».
Y la expresión más clara de que existe una intervención de Dios para la conversión de los musulmanes son las apariciones de Fátima, que están catalogadas como las más importantes en los últimos siglos.
¿Por qué la Santa Madre, en el siglo XX, se reveló en una pequeña aldea de Portugal, para que todas las futuras generaciones la conocieran como «Nuestra Señora de Fátima»?
Nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de detalle.
La Santísima Virgen escogió ser conocida como “Nuestra Señora de Fátima”, como promesa y signo de esperanza para el pueblo musulmán.
Los musulmanes ocuparon Portugal durante siglos.
El último jefe musulmán tenía una hermosa hija llamada Fátima.
Y cuando al fin los echaron, un joven católico se enamoró de ella, y ella no solo se quedó cuando se retiraron los musulmanes, sino que también abrazó la fe cristiana.
Y el joven esposo estaba tan enamorado que le cambió el nombre al pueblo donde vivía por el de Fátima
Por lo tanto, el lugar donde la Virgen apareció en 1917 tiene una conexión histórica con Fátima la hija de Mahoma, y con la conversión de los musulmanes.
Y la prueba de la relación con Fátima y los musulmanes es la entusiasta recepción que los musulmanes dan a la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima en todo el mundo y las conversiones que hay.
No debemos perder de vista que estamos en una época en que se está dando una batalla decisiva.
El corazón de nuestra confrontación histórica con el maligno es «la mujer vestida con el sol con la luna bajo sus pies» que confronta al «gran dragón escarlata».
Así que, cuando María es enviada a la escena mundial actual con especial frecuencia, debe venir a la mente inmediatamente que Ella nos advierte de una intensa batalla contra el dragón.
Y que esto es lo que hace que el triunfo prometido de Nuestra Señora y la posterior «era de paz» prometida por Nuestra Madre Santísima de Fátima sean tan emocionantes.
Nuestra Madre Inmaculada hizo un llamado al mundo el 13 de julio 1917, cuando ella dijo: Al final mi Inmaculado Corazón triunfará.
Ahora nos enfrentamos a la amenaza a la paz mundial y la fe cristiana a la que el mensaje de Fátima aludía.
Y en parte viene del Islam, pensemos en Irán, Irak, en los grupos de la yihad islámica que actúan en Medio Oriente, África y Asia.
Por lo tanto el arzobispo Fulton Sheen propone una estrategia para consolidar este plan divino centrado en la Santísima Virgen María.
Él dice que los misioneros cristianos verán que su apostolado entre los musulmanes es exitoso en la medida que ellos prediquen a Dios a través de Nuestra Señora de Fátima.
Debido a que los musulmanes tienen una devoción fuerte a María, nuestros misioneros deben dedicarse a ampliar y desarrollar esa devoción.
Porque siempre llevará a quienes son devotos de Ella para que sean devotos de su Divino Hijo, como Dios y no como un profeta.
Y precisamente la Pontificia Academia Mariana Internacional está promoviendo a la Santísima Virgen como un puente que reconcilia el Islam y el catolicismo.
El organizador del diálogo islámico-católico, el padre Gian Matteo Roggio, basado en su creencia de que María es «una mujer judía, cristiana y musulmana», busca movilizar a María como modelo de «fronteras abiertas» entre los mundos religioso y multicultural.
Esperemos que el verdadero fruto sea la conversión de los musulmanes y no simplemente un acto de buena vecindad entre las religiones que apunte al ecumenismo.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos hablar de que las Virgen es el puente de oro con el Islam.
Y me gustaría preguntarte si crees que la Virgen de Fátima puede realmente lograr la conversión de los musulmanes.
La pandemia de Covid golpeó al mundo de una manera no tan inesperada, porque hubo varias profecías.
Las sociedades colapsaron, pero también le ha servido a Dios para levantar el velo de lo que estaban haciendo el maligno y sus secuaces humanos.
Y para que muchos se dieran cuenta que el único que nos puede sacar de esta secuencia maléfica, por la que nos van conduciendo, es Dios.
En este artículo hablaremos sobre la tormenta perfecta que se ciñe sobre la humanidad y cómo podemos salir de ella.
Desde que comenzó la pandemia del Covid la humanidad colapsó.
En muchos países se produjeron disturbios. El crimen urbano se disparó.
Y también lo hizo la pobreza, los problemas psicológicos y los suicidios.
La revista médica británica Lancet publicó un estudio que pronosticaba caídas «asombrosas» en los nacimientos en todo el mundo, que ya habían caído en los últimos 50 años a niveles impresionantes.
Y los gobiernos mostraron sus colmillos dictatoriales como nunca antes.
A su vez, los más ricos del mundo aprovecharon esta pandemia para que viera la luz pública su plan de reinicio del mundo, que asegure sus posiciones y controle a las masas.
Que antes denunciaban como meras calumnias y teorías de la conspiración.
Y que durante décadas los grandes medios de comunicación nos han vendido para apuntalar ese plan de sus propietarios.
Una descomunal desinformación sobre la que ahora Dios está levantando el velo, para quien tenga ojos para ver.
Parte de eso por ejemplo ha sido la promoción del fantasma falso de la sobrepoblación del planeta, agitado por las élites por miedo a los alzamientos populares que han derribado muchos imperios en la historia.
Y sobre el que los medios de comunicación a su servicio, que son la mayoría, han ocultado, olvidando decir que toda la población actual del planeta cabría en el Estado de Texas por ejemplo, dejando el resto del planeta para la producción.
Otra desinformación descomunal es que el mundo tiene escasez de alimentos y no va a poder alimentar a todos.
Pero fijate que un vocero de la propia ONU afirmó ya en el 2007 que en ese momento el mundo producía suficientes alimentos para alimentar a 12 mil millones de personas y hoy somos 7.7 mil millones, un 35% menos.
Lo que ocurre es que 100.000 personas mueren de hambre anualmente por la mala distribución de los alimentos, por razones políticas.
Esta obsesión para bajar la población mundial es tal que hasta han desarrollado un cambio de moral masivo, imponiendo diversas formas para que nazcan menos niños.
Todos sabemos de qué se trata, pero de eso no podemos hablar acá debido a la censura.
Pero el velo se está levantando.
En su encíclica Evangelium Vitae, San Juan Pablo II nos hizo acordar la estrategia de la despoblación al citar el Éxodo, diciendo que
«El Faraón de antaño, atormentado por la presencia y el aumento de los hijos de Israel, los sometió a toda clase de opresión y ordenó que se matara a todo hijo varón nacido de las hebreas».
Y aclaró hace un cuarto de siglo, que hoy en día, no pocos de los poderosos de la tierra actúan de la misma manera. Ellos también están atormentados por el crecimiento demográfico.
La máscara de falsa civilidad está siendo también arrancada del discurso político.
La corrección política, el estado profundo y las desventajas del globalismo ya se discuten abiertamente. Lo que antes no sucedía.
Ya muchos no se engañan sobre lo que quiere el Nuevo Orden Mundial para nosotros.
El multimillonario y figura preponderante de las Big Tech, Bill Gates, ha insistido en el peligro de las pandemias y en la necesidad de las vacunas.
Y en octubre de 2019, un año antes que apareciera la pandemia, él y el Foro Económico Mundial, el gran proponente del Gran Reinicio y del Nuevo Orden Mundial, participaron en un llamado Evento 201, en que simularon una pandemia por coronavirus.
Y un mes después, el padre canadiense Michel Rodrigué predijo en un retiro de noviembre de 2019 la pandemia diciendo,
«La plaga destructora será un tipo de epidemia que viajará por todo el mundo»
Y dijo además que,
«A partir de la Segunda Guerra Mundial, los científicos comenzaron a producir armas químicas y esto está sucediendo ahora»
Pero nos dio tranquilidad al decir, «Surgirán nuevas plagas, pero estarás protegido».
Agregó que Ssatanás intentará dañar nuestros cuerpos, alertando,
«Muchas enfermedades ahora son del diablo, quien ha inspirado nuevas ciencias.
Golpeará el cuerpo a través de alimentos y medicamentos creados en laboratorios.
Los científicos ahora están jugando con los genomas, el material genético de la vida, y una nueva comida «científica» está en el horizonte: la carne fabricada»
Y curiosamente a principios de 2021 el mismo Bill Gates anunció al mundo que «los países ricos deberían pasar a la carne 100% sintética».
Y luego, nuevamente, el 31 de diciembre de 2020, el padre Michel recibió este mensaje de Dios Padre en su corazón:
«Una gran oscuridad envuelve al mundo, y ahora es el momento, satanás atacará el cuerpo físico de Mis hijos que creé a Mi imagen y semejanza»
Y agregó,
«Satanás, a través de sus títeres que gobiernan el mundo, quiere inocularlos con su veneno.
Empujará su odio contra ti hasta el punto de una imposición obligatoria que no tendrá en cuenta tu libertad».
Y le siguió diciendo:
«Una vez más, muchos de Mis hijos que no pueden defenderse serán los mártires del silencio, como fue el caso de los Santos Inocentes.
Esto es lo que siempre han hecho Satanás y sus secuaces»
Y Dios Padre prometió nuevamente ayuda diciendo,
«Todos ustedes son hijos de Mi hija, elegida entre todas las mujeres: la Virgen María. Ella es tu madre.
Rebaño pequeño, no temas. Yo te ayudaré. A su debido tiempo vendrá la gloria de Mi Hijo, Jesús, en vista del Triunfo del Inmaculado Corazón de Mi hija»
Y recomendó: «¡Velad y rezad!»
¿Y por qué está sucediendo esta tormenta perfecta a la humanidad?
Porque tenemos un agujero del tamaño de Dios en nuestro corazón y si no lo llenamos con Dios, lo llenaremos con algo más.
Y el maligno y sus secuaces lo han estado llenando desde hace décadas con desinformaciones y engaños.
De modo que sin la presencia sanadora y armonizadora de Dios en nuestra alma, permanecemos en ese estado de credulidad de sus embustes.
La basura que han puesto en nuestro corazón nos ha estado enfermando.
Al expulsar a Dios del lugar destinado para él en el corazón, las almas de muchos carecen del consuelo divino.
El intelecto permanece oscuro. La voluntad se debilita y nuestras emociones se hacen gravemente desordenadas.
Los que tenemos la gracia de ser miembros de la fe católica tenemos acceso a las verdaderas fuentes de curación.
La primera son los sacramentos, especialmente cuando hacemos nuestra parte, para liberar su poder y transformar nuestra vida, a través de la oración diaria.
La segunda es el alimento que nos da la sagrada eucaristía, que nos fortalece.
Y la tercera es la reconciliación con Dios.
Y su importancia la podemos ver con un pequeño ejemplo.
El venerable Fulton Sheen, quien fue un arzobispo norteamericano, solía contar cómo los psiquiatras de su época, en 1979, notaron la escasez de pacientes católicos.
Y Sheen atribuyó esto a la práctica de la reconciliación.
¡Imagínate cuántos de nuestros problemas psicológicos y emocionales modernos desaparecerían si regresáramos al confesionario!
En un mundo puramente secular, no hay acceso a la gracia que traiga curación y armonización a nuestro estado desordenado.
Cada vez más personas viven completamente en ese mundo secular.
Durante algún tiempo parece que el entretenimiento, el placer, la diversión y la distracción son suficientes para llenar el agujero de Dios en nuestro corazón.
Pero prontamente sucede que sentimos que nos falta algo, caemos en la desesperanza y nos aferramos a cualquier engaño bien empaquetado que nos presenten los secuaces del maligno.
Que son expertos en manipulación de la gente.
Entonces es importante reconocer que la basura metida en nuestro «agujero del tamaño de Dios» es la fuente real de nuestros males sociales actuales, pasados y futuros.
Cuando nuestra vida interior no está ordenada a Dios, nada traerá verdadera paz y felicidad.
Y por eso la última parada de este loco camino por el que nos están conduciendo el maligno y sus secuaces es el transhumanismo.
El transhumanismo es la fantasía utópica de mejorar y evolucionar al ser humano, intelectual y fisiológicamente, a través de una gama de tecnologías como la biológica, la cognitiva, la nanotecnología y la inteligencia artificial.
Para que cambiemos definitivamente y estemos más férreamente a su merced.
Pero nada en la tierra satisfará la necesidad humana de Dios. Y es por eso que las élites mundiales, ateas y luciferinas, quieren que dejemos de ser humanos, que seamos transhumanos.
Un encuentro significativo con Cristo, a través de los sacramentos y la oración profunda, es el único antídoto.
Así que sigamos el plan de Dios. Y atraigamos a la fe a tantas personas como podamos.
Porque Jesús dijo, «vayan por el mundo y prediquen el evangelio».
Bueno hasta aquí lo que quería contarte de la tormenta perfecta que se cierne sobre nosotros y cómo debemos contrarrestarla con la oración, los sacramentos, el refugio de la Virgen María y el regreso a Dios.
Y me gustaría preguntarte si crees que Dios está levantando el velo para que más personas vean lo que sucede o no.
Como no podía ser de otra manera, la Virgen María que es la reina del Universo ya llegó al planeta Marte.
Lo hizo en febrero por medio del robot Perseverance de la misión espacial Mars 2020 de la NASA, que aterrizó el 18 de febrero de 2021, siete meses después de salir de la Tierra en julio de 2020.
El robot lleva escrito dentro de los antecedentes de la Tierra el nombre de una advocación mariana española.
Y nos hace acordar lo que dijo en 1998 el astronauta John Glenn «Para mí es imposible contemplar toda la creación y no creer en Dios».
En este artículo te queremos contar como la Madre no tiene fronteras y allí donde están sus hijos, ella también participa, ahora la Virgen de Flores de Álora está en Marte.
La historia sobre su llegada a Marte comenzó por el amor que el sargento del Ejército del Aire de España, Francisco José Fernández, tiene hacia la Madre de Dios.
Cuando la NASA abrió un proceso de selección para elegir 150 mil placas de identificación con referencias de la Tierra que viajarían en el robot enviado a Marte, Fernández decidió inscribir el nombre de la Virgen de Flores de Álora.
La expedición Mars 2020 tiene como objetivo aprender más sobre el entorno astrobiológico en la superficie de Marte y la directora de la Misión es la joven ingeniera aeroespacial colombiana, Diana Trujillo.
«El objetivo es que cuando el robot Perseverance deje de funcionar, para toda la eternidad, en su interior estén esos nombres por si alguien encuentra la máquina o si los humanos acaban instalándose en Marte», dijo el sargento Fernández.
Respecto a la decisión de incluir a la Virgen para la selección dijo Francisco José Fernández: «Soy hermano de la cofradía desde siempre, aunque puedo ir muy poco al pueblo, por eso quería tener un detalle con ellos y se me ocurrió esto».
«No deja de ser emocionante saber que en unos años su nombre estará ahí, en el espacio, entre los valles y los desiertos de Marte».
Cuando la NASA le informó que se había seleccionado el nombre de la Virgen, Fernández informó al hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de Flores, Álvaro Fernández García-Gordillo, quien recibió la noticia con gran sorpresa.
Y dijo García-Gordillo en un reportaje
«El sargento tomó esta iniciativa por sorpresa, nos hizo llegar la tarjeta de embarque sin decirnos nada y nos quedamos alucinados».
«Siempre es un orgullo que Nuestra Señora de Flores parta de la ciudad, pero el hecho de ir a Marte es muy singular, no es nada que hayamos pensado o imaginado», declaró.
La Virgen de las Flores es la patrona y alcaldesa de la localidad de Álora, en Málaga (España).
El origen de su devoción se remonta al siglo XV, tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos y la rendición de Álora que estaba en manos de los moros.
Isabel la católica ordenó erigir una capilla en Álora, que luego se convirtió en el Santuario de la Virgen.
Y entonces el origen del santuario de Nuestra Señora de Flores es una pequeña ermita del siglo XVI.
A finales de ese siglo, la orden franciscana funda un convento de la mano de Fray Diego Gómez, permaneciendo en él hasta 1835, año en el que lo abandonan.
Cuentan las crónicas que aquí se situó el campamento de las tropas cristianas durante la reconquista de la ciudad, teniendo lugar una misa antes de proceder a la batalla en la que se vencerían a los musulmanes que poblaban el castillo de Álora.
Por ese motivo, éste fue el lugar elegido para la construcción de la pequeña ermita.
Los repobladores cristianos de Álora fueron los responsables de edificar la ermita de Flores.
Y solicitaron a la reina Isabel la Católica una imagen de la Virgen para venerarla en el nuevo edificio, la cual debía adquirir la advocación de Nuestra Señora de Flores.
En el rostro de esa Virgen predomina su mirada al frente, y un gesto imperioso.
La talla, de 1502 de autor desconocido, lleva en su mano derecha un cetro, mientras que en la izquierda porta la delicada figura del Niño Jesús.
Este último le fue incorporado a la Virgen probablemente en el siglo XVIII, ya que tanto la alegre gesticulación como la pequeña tórtola que porta en su mano izquierda hacen pensar en esa cronología.
Y en 1984 se coronó canónicamente la imagen.
Su imagen de culto y veneración se encuentra en el Convento de Flores, situado a dos kilómetros al norte de Álora.
Y su fiesta se celebra el 8 de septiembre.
El domingo siguiente al 8 de septiembre se realiza su romería.
Se celebra la misa en plena calle y la fiesta es con bailes hasta caer la tarde.
En la procesión de la Virgen es tirada por bueyes, desde la Iglesia de la Encarnación hasta su Ermita.
También se organizan concursos, en el que se premiarán los mejores trajes típicos y las mejores carrozas de la romería.
Hay numerosos milagros atribuidos a la Madre de Dios en su advocación de Flores de Álora.
Por ejemplo se narra que a lo largo de casi tres siglos la vida de los monjes transcurrió en aquel paraje y una de las historias que cuentan ésta:
Aproximadamente por 1648 Francisco Martín Bueno, una persona de gran fervor religioso, quiso tomar los hábitos franciscanos.
Se decía que esta generosa y fervorosa persona nunca tuvo ni cama ni celda, puesto que se pasaba las noches enteras encerrado en la iglesia, ya de rodillas ya sentado, y los días en los que se determinaba la Santa Obediencia sólo se alimentaba de pan y agua.
Un día a este buen hombre le sobrevino una enfermedad que consistía en que la cara se le desfiguraba cuando se le llenaba de gusanos, pero él resignado se los quitaba con mucha paciencia diciendo «si recibimos los bienes de mano de Dios recibiremos los males».
Al poco tiempo de atacarle la enfermedad este leal siervo de Dios murió solo, cuando los demás se encontraban comiendo en el refectorio.
Los monjes sospecharon lo peor cuando vieron que en la puerta del mismo no había ningún gato, salieron corriendo a ver cómo estaba el enfermo y lo hallaron ya muerto exhalando su cuerpo un exquisito olor.
Y estaba rodeado por todos los gatos que formaban una perfecta corona de gloria, a modo de guardia, como un velatorio.
Después de esto los lugareños de aquella época lo consideraron como un santo y pedían reliquias de su hábito o flores de su féretro.
Otra historia más cuenta que un soldado de Álora fue protegido por la Virgen de Flores, cuando España se veía inmersa en una lucha contra los moros en las inhóspitas tierras de África.
El soldado Félix Acedo García, natural de Álora, estaba atrincherado tras unos matorrales para defenderse del fuego del enemigo. Cuando una bala llegó al pecho de Félix derribándolo.
Su sargento acudió rápidamente al verlo, y al llegar a su lado, tal fue su sorpresa al percibir el agujero del pecho de la guerrera
Precipitadamente la desgarra con las manos y ve admirado que la abertura que el proyectil había hecho en la guerrera no había perforado la ropa interior ni se veía el proyectil.
El sargento registra el bolsillo de la chaqueta y encuentra una cartera de piel de cuero que tenía tres dobleces y al extraerla del bolsillo cae la bala al suelo, en un hecho tan extraordinario como milagroso atribuido a la intercesión de la Virgen de Álora, quien era devoto.
Otro caso sorprendente sucedió en la exclaustración de 1835, cuando cierto fraile lego no quiso abandonar el servicio de la Virgen de Flores y se quedó a vivir, dependiendo de lo que le llevaban los vecinos para alimentarse.
Coincidió en su larga vida, con las primeras guerras de África.
Los soldados de Álora, se llevaban estampas de su patrona a la campaña y era creencia popular que la Virgen los iba a visitar a tierra africana.
Y se contaba que este hermano lego, que cuidaba la imagen, algunas veces entraba al camarín, para sacudir el manto de Nuestra Señora mientras decía:
«Esta noche también has cruzado el Estrecho», y del manto se desprendía arena africana, dando pie a la creencia de Su asistencia de los soldados de Álora en África.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar de la Virgen de Flores de Álora que ahora cruzó un largo estrecho que separa el espacio exterior de la Tierra, del planeta Marte, porque la Madre se abre camino y no hay frontera que se le resista.
Y me gustaría preguntarte qué reflexión se te ocurre ante el hecho que la imagen de Nuestra Señora esté en Marte.
En el siglo XX hubo un sacerdote canadiense que se hizo carismático.
Y a partir de allí se convirtió en uno de los más grandes sanadores con el poder de Cristo de los últimos siglos.
Con la causa de beatificación iniciada, Emiliano Tardif (1928-1999) se consideraba
“Sólo como el burrito del Domingo de Ramos a quien le ha tocado la suerte de llevarlo por los cinco continentes”.
Su testimonio de fe y sanación se expresa en la contestación de una simple pregunta: . “¿Qué de extraño tiene que nuestro Dios haga maravillas, si Él es un Dios maravilloso?”.
El padre Emiliano Tardif nació en Quebec en una familia pobre, muy católica y de muchos hermanos, entre los cuales 4 se dedicaron a la vida religiosa
Emiliano se unió a los Misioneros del Sagrado Corazón a los 21 años y viajó como misionero a la República Dominicana en 1956.
Fue profesor del seminario de Misioneros del Sagrado Corazón en la República Dominicana y director de la revista “Amigo del hogar” para las familias.
En 1965 fue nombrado superior para la República Dominicana.
Y pasó luego a ser provincial de la congregación hasta 1973, cuando se enfermó de tuberculosis pulmonar.
Los médicos de Quebec le dijeron que debería estar internado en el hospital por lo menos un año.
Pero sucedió algo extraordinario que cambió su vida.
En lo recuerda de esta manera,
“Después de que me tomaron todas las pruebas, incluso antes de que los médicos comenzaran a brindarme tratamiento, recibí una visita de cinco laicos de un grupo de oración carismático en Quebec.
Ellos vinieron y oraron por mí, en mí en la sala de hospital y el Señor me curó completamente en tres o cuatro días.
Salí del hospital con una salud perfecta, ¡la cual sigo disfrutando hoy!»
Y a partir de ahí se vinculó a la Renovación Carismática Católica.
Hasta que en 1973 el Señor le dio el carisma de curación.
Él dice lo siguiente sobre este carisma,
«Se desarrolló gradualmente y ha sido para mí un maravilloso instrumento del Señor para acompañar mi trabajo de evangelización¨.
En 1974 regresó a República Dominicana dónde empezó a trabajar con la Renovación Carismática Católica.
Y a partir de sus retiros y misas de sanación se hizo famoso en todo el mundo por su carisma de sanador.
En 1975 también el Señor le dio el carisma de la palabra de conocimiento que es complementario al servicio de sanación
Acá presentamos su testimonio contado en primera persona por el padre Emiliano.
TODO COMIENZA CON UNA SUPUESTA TUBERCULOSIS PULMONAR
En 1973, yo era provincial de mi Congregación, Misioneros del Sagrado Corazón, en la República Dominicana.
Había trabajado demasiado, abusando de mi salud en los 16 años que tenía como misionero en el país.
Pasé mucho tiempo en actividades materiales, construyendo iglesias, edificando seminarios, centros de promoción humana, de catequesis, etc.
Siempre estaba buscando dinero para edificar casas y para dar alimento a nuestros seminaristas.
El Señor me permitió vivir todo ese activismo y, por el exceso de trabajo, caí enfermo.
El 14 de junio de ese año en una asamblea del Movimiento Familiar Cristiano me sentí mal, muy mal.
Tuvieron que llevarme inmediatamente al Centro Médico Nacional.
Estaba tan grave que pensaba que no podría pasar la noche.
Creí realmente que me iba a morir pronto.
Los médicos me hicieron análisis muy detenidos, detectándome tuberculosis pulmonar aguda.
Al ver que estaba tan enfermo pensé volver a mi país, Quebec, Canadá, donde nací y vive mi familia.
En Canadá me internaron en un centro médico especializado donde los médicos me volvieron a examinar, pues querían estar bien seguros de cuál era mi enfermedad.
El mes de julio se lo pasaron haciendo análisis, biopsia, radiografías, etc.
Después de todos estos estudios, confirmaron de manera científica que la tuberculosis pulmonar aguda había lesionado gravemente los dos pulmones.
Para animarme un poco me dijeron que tal vez después de un año de tratamiento y reposo podría volver a mi casa.
LLEGA LA SANACIÓN CARISMÁTICA
Un día recibí dos visitas muy peculiares.
Primero llegó el sacerdote director de Revista “Notre Dame”, quien me pidió permiso de tomarme una fotografía para el artículo: “Cómo Vivir con su Enfermedad”
Aún él no se despedía cuando entraron cinco seglares de un grupo de oración de la Renovación Carismática.
En República Dominicana me había burlado mucho de la Renovación Carismática, afirmando que América latina no necesitaba don de lenguas sino promoción humana, y ahora ellos venían a orar desinteresadamente por mí.
Estas visitas tenían dos enfoques totalmente diferentes: el primero para aceptar la enfermedad; el segundo para recobrar la salud.
Como sacerdote misionero pensé que no era edificante rechazar la oración.
Pero, sinceramente, la acepté más por educación que por convicción.
No creía que una simple oración pudiera conseguirme la salud.
Ellos me dijeron muy convencidos.
— Vamos a hacer lo que dice el Evangelio “Impondrán las manos sobre los enfermos y éstos quedaran sanos”
Así que oraremos y el Señor te va a sanar.
Acto seguido se acercaron todos a la mecedora donde yo estaba sentado y me impusieron las manos.
Yo nunca había visto algo semejante y no me gustó.
Me sentí ridículo debajo de sus manos y me daba pena con la gente que pasaba afuera y se asomaba por la puerta.
Entonces cerraron la puerta, pero ya Jesús había entrado.
Durante la oración yo sentí un fuerte calor en mis pulmones.
Pensé que era otro ataque de tuberculosis y que me iba a morir.
Pero era el calor del amor de Jesús que me estaba tocando y sanando mis pulmones enfermos.
Durante la oración hubo una profecía. El Señor me decía. “Yo haré de ti un testigo de mi amor”.
Jesús vivo estaba dando vida, no sólo a mis pulmones sino a mi sacerdocio y a todo mi ser.
A los tres o cuatro días me sentía perfectamente bien. Tenía apetito, dormía bien y no había dolor alguno.
Yo me sentía bien y quería regresar a casa, pero ellos me obligaron a pasar el mes de agosto en el hospital buscando por todos lados la tuberculosis que se les había escapado y no podían encontrar.
Al final del mes, después de muchos experimentos el médico responsable me dijo:
— Padre, vuelva a su casa. Usted está perfectamente, pero esto va en contra de todas nuestras teorías médicas. No sabemos lo que ha pasado.
— Padre, usted es un caso único en este hospital.
— En mi Congregación también -le respondí riendo.
Salí del hospital sin recetas, medicinas ni cuidados especiales. Me fui a casa pesando sólo 50 kilos.
Quince días después apareció el número 8 de la Revista “Notre Dame”.
En la página cinco estaba mi fotografía del hospital: sentado en la célebre mecedora, con sondas, cara triste y mirada pensativa.
Abajo de la fotografía decía:
“El enfermo debe aprender a vivir con su enfermedad, acostumbrarse a las alusiones veladas a las preguntas indiscretas., y a los amigos que ya no volverán a mirarlo de la misma manera”.
Pero mi salud echó a perder su número.
El Señor me había sanado.
Mi fe era muy pequeña, tal vez del tamaño de un grano de mostaza, pero Dios era tan grande que no había dependido de mi pequeñez.
De esa manera yo recibí en carne propia la primera y fundamental enseñanza para el ministerio de curación: El Señor nos sana con la fe que tenemos No nos pide más, sólo eso.
EL PADRE EMILIANO SE VINCULA CON LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA
El 15 de septiembre asistí a la primera reunión de oración carismática de mi vida.
Ni sabía lo que era eso, pero fui, puesto que me había curado y las personas que habían orado por mí me pidieron que diera el testimonio de mi sanación.
Comencé a trabajar un poco ese mes de septiembre y le escribí a mi superior para que el año que yo debía estar hospitalizado me permitiera pasarlo estudiando la Renovación Carismática en Canadá y Estados Unidos.
Me dio permiso y fui a los centros más importantes de Quebec, Pittsburg, Notre Dame y Arizona.
Recuerdo que estaba en los Ángeles celebrando misa con mi sobrina y un amigo.
Después de leer el Evangelio en francés quise comentarlo, pero pasó algo muy curioso: sentí como que la mejilla se me adormecía y comencé a hablar algo que no entendía.
No era ni francés, ni inglés, ni español. Cuando terminé de hablar, exclamé sorprendido:
— No me digan que voy a recibir el don de lenguas…
— Eso es lo que tú ya recibiste, tío -respondió mi sobrina-. Tú estabas hablando en lenguas.
Tanto que yo me había burlado del don de lenguas y el Señor me lo regaló en el momento en que iba a predicar.
Así descubrí ese don tan hermoso del Señor.
DE REGRESO A REPÚBLICA DOMINICANA COMIENZAN LAS SANACIONES
Después del año que supuestamente debía pasar en el hospital regresé a la República Dominicana. Mi superior me destinó a una parroquia en la ciudad de Nagua.
Al llegar convoqué unas cuarenta personas para darles el testimonio de mi curación.
Recuerdo que invité a los enfermos a pasar el frente para orar por ellos.
Para mi sorpresa, había más gente en el grupo de enfermos que entre los sanos.
Esa noche al Señor se le ocurrió sanar a dos de ellos.
La asamblea estalló en gran alegría y los sanados daban testimonio por todas partes.
Cada semana el Señor sanaba enfermos.
En agosto sanó a doña Sara que tenía cáncer en la matriz.
Ella estaba desahuciada y la habían regresado del hospital para que muriera en su casa.
La llevaron a la reunión y durante la oración por los enfermos sintió un profundo calor en el vientre y comenzó a llorar.
Poco a poco se dio cuenta que la enfermedad desaparecía.
A los quince días estaba completamente sana y volvió al grupo de oración para dar su testimonio, llevando en sus manos su mortaja; los vestidos que sus hijos le habían comprado para el día de la sepultura.
La gente venía en gran número. Todos cantaban con alegría y alababan a Dios espontáneamente.
A raíz de estas reuniones tan festivas y hermosas algunos sacerdotes comenzaron a decir sarcásticamente:
— El padre Emiliano se sanó de tuberculosis pero se enfermó de la cabeza.
Porque oraba en lenguas y creía en el poder sanador de Cristo, afirmaban que me había vuelto loco.
El Señor nos dijo mediante profecía:
“Yo trabajo en la paz. Les doy mi paz. Sean mensajeros de paz.
Comienzo a derramar mi Espíritu en ustedes.
Es un fuego devorador que va a invadir a la ciudad entera.
Abran los ojos porque verán señales y prodigios que muchos desearon ver y no vieron.
Yo lo digo y yo lo hago”.
Estábamos delante de la obra del Señor. De eso estábamos seguros.
Los milagros continuaron tan numerosos que no los podría contar: parejas que vivían en concubinato se casaron, jóvenes fueron liberados de las drogas y el alcoholismo.
Era la pesca milagrosa (Lc 5,7).
Jesús estaba liberando a su pueblo de las cadenas de esclavitud.
LA MARAVILLOSA CONVERSIÓN DE LAS MARÍAS MAGDALENAS
En un retiro parroquial la primera palabra de conocimiento que tuve fue:
“aquí hay una mujer que está siendo curada de cáncer. Ella siente un fuerte calor en su vientre”.
Seguí orando y hubo otras palabras de conocimiento que fueron confirmadas por los testimonios.
Sin embargo, nadie reportó la primera.
Al día siguiente una señora delante del micrófono dijo a todos:
— Tal vez se sorprendan por verme aquí. Soy pecadora pública que he pasado muchos años en la prostitución.
Ayer quise venir a misa de sanación, más por la vida que he llevado, me dio vergüenza entrar y me quedé un poco lejos, atrás de la empalizada.
Estaba enferma de cáncer.
Incluso llevo dos operaciones que no han detenido la enfermedad, pero cuando el sacerdote dijo que una persona estaba siendo curada de cáncer sentí que era yo.
El Señor la sanó no sólo de cáncer de su cuerpo, sino también del cáncer de su alma. Se arrepintió y comulgó al día siguiente.
Cuando la vi comulgar con tanta alegría y lágrimas de felicidad en su rostro, recordé el regreso del hijo pródigo que come el becerro cebado que su padre le había hecho matar.
Ella regresó al prostíbulo para testificar a sus compañeras con lágrimas en los ojos:
— No vengo a decirles que dejen esta vida. Sólo quiero hablarles de mi amigo Jesús que me rescató y cambió mi vida.
Les contó su curación y conversión.
Luego pidió permiso para hacer un grupo de oración en el mismo prostíbulo.
Y todos los lunes se cerraban las puertas al pecado y se abría el corazón a Jesús. Había oración, lectura de la Palabra y cantos.
El Señor no terminó allí su obra.
Después de un año se organizó un retiro para 47 prostitutas de la ciudad.
Hubo arrepentimiento, conversión y confesiones.
27 dejaron su antigua vida, y según informes recientes, 21 han perseverado en el camino del Señor. Algunas hasta se han vuelto catequistas.
Según estadísticas, en Nagua había unas 500 casas de prostitución. Más de un 80% cerró sus puertas.
No todas se convirtieron pero sí todas fueron alcanzadas por el mensaje de Jesús vivo.
Incluso varias de estas casas que estaban al servicio del pecado y el egoísmo, se convirtieron en casas para grupos de oración.
Fue tan notorio el cambio que llegaron a decir;
“Nagua era la ciudad de la prostitución, pero ahora es la ciudad de la oración”
Hoy día no hay calle en Nagua sin grupo de oración.
Hay muchos que niegan los carismas, diciendo que no tienen importancia.
Simplemente les recuerdo que Nagua fue sacudida por el Evangelio y cambió su fama de “la ciudad de la prostitución” gracias a un retiro de prostitutas.
Este retiro se llevó a cabo por una mujer que, como María Magdalena, siguió a Jesús y luego lo testificó. ¿Por qué? Porque fue sanada de cáncer.
Una humilde curación física desencadenó una transformación social.
Así se instaura el Reino de Dios, a través de acontecimientos tan pequeños y sencillos que, como granos de mostaza, al germinar dan fruto abundante.
UN INESPERADO CAMBIO DE DESTINO: DE NAGUA A PIMENTEL
Yo estaba muy feliz en Nagua trabajando con los grupos de oración, más el Espíritu Santo me tenía preparada una gran sorpresa.
El Padre provincial me pidió suplir temporalmente a un párroco que se iba de vacaciones.
Sinceramente me costaba mucho trabajo dejar Nagua.
Siempre queremos asegurarnos con lo que tenemos y éste es el gran enemigo para abrirse a las sorpresas del Espíritu.
El 10 de junio de 1974 llegué a mi nuevo destino: Pimentel, que es un pueblo simpático, situado en el centro del país.
El pueblo es apenas cruzado por una calle sin pavimentar donde transitan burros y uno que otro automóvil o tractor.
La Bandera Nacional ondea en la municipalidad es y del otro lado se levanta la parroquia de San Juan Bautista.
Cuyo nombre me hizo pensar que mi misión, como la de todo evangelizador, es de ser un precursor que anuncia la venida del Salvador.
Al llegar me entrevisté con el párroco que ya tenía sus maletas hechas.
Sólo le pedí que me diera permiso de organizar un grupito de la Renovación, porque sin oración no podía trabajar.
A él no le gustaba, tenía miedo. No me lo negó porque yo lo iba a suplir para que se fuera de vacaciones, pero me dijo:
— Está bien, haz el grupo, pero sin carismas.
— Bueno -le contesté-, los carismas no los doy yo. Eso viene del Espíritu Santo. Si él quiere dar carismas a tu gente ¿qué puedo hacer yo?
— Haz lo que quieras -me contestó y se despidió.
El que no crea que tenemos un Jesús vivo que hoy hace maravillas, no le conviene leer lo siguiente, pues le parecería increíble.
INCREÍBLES CURACIONES EN GRUPOS DE ORACIÓN
Primera reunión
Durante las misas del primer Domingo invité a la gente para una conferencia sobre la Renovación Carismática, prometiéndoles contar el testimonio de mi curación. Asistieron unas 200 personas.
Pero esa gente tenía tanta fe que en la noche llevaron un tullido en una camilla.
Se le había roto la columna vertebral y no había vuelto a caminar desde hacía cinco años y medio.
Cuando los vi llegar con él en la camilla pensé que eran demasiado atrevidos, pero me recordaron a aquellos cuatro que llevaron a su amigo paralítico a Jesús (Mc 2,1-12).
Oramos por él y le pedimos al Señor que por el poder de sus santas llagas sanara a este tullido.
El hombre comenzó a sudar abundantemente y a temblar.
Entonces recordé que cuando el Señor me sanó, yo también sentí mucho calor.
Así que le ordené:
— El Señor te está sanando. ¡Levántate en el nombre de Jesús!
Le di la mano y él me miró muy sorprendido. Con mucho esfuerzo se levantó y comenzó a andar lentamente.
— ¡Sigue caminando en el nombre de Jesús -le grité- ¡El Señor te está sanando!
El daba un paso y otro paso. Llegó hasta el Sagrario y, llorando, daba gracias a Dios.
Todo el mundo alababa al Señor mientras el curado salía llevando su camilla debajo del brazo.
Ese día otras diez personas también fueron curadas por el amor de Jesucristo.
¡Qué sed tiene la gente de oración!
Se acercan a nosotros para pedirnos que les enseñemos a orar. Como Jesús, debemos enseñarles orando con ellos.
Segunda reunión
El siguiente miércoles llegaron más de 3,000 personas.
Entonces realizamos la reunión en la calle porque no cabíamos en la iglesia.
Como no se podía hacer asamblea de oración con tanta gente, prediqué media hora antes de celebrar la Eucaristía por los enfermos.
Había allí una mujer llamada Mercedes Domínguez.
Tenía 10 años completamente ciega y durante la oración por los enfermos sintió un intenso frío en los ojos.
Regresó a su casa muy emocionada, diciendo a todo mundo que podía ver un poco. ¡Al día siguiente amaneció completamente sana!
El Señor le abrió los ojos y ella abrió la boca para testificar por todas partes su maravillosa curación.
Esta sanación impresionó mucho a todo el pueblo.
Tercera reunión
Nos fuimos al parque, al aire libre, para celebrar la gloria del Señor.
Era como cuando Jesús llegaba a Cafarnaum o Betsaida.
El mismo Jesús, vivo, llegaba a nuestro pueblo. El parque parecía la Piscina de Bezatá: llena de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperando su curación. (Jn 5,1-3).
Esa noche había más de 7000 personas.
Hicimos lo mismo: predicar el amor de Jesús; que él está vivo en su Iglesia y sigue actuando con signos y prodigios.
Celebramos la misa y de nuevo el Señor comenzó a sanar enfermos.
Era algo casi exagerado. Sucedía como en las bodas de Cana, que el Señor se le pasó la mano con el vino: le sobró tanto que se podía organizar otra boda.
Cuando le pedimos algo, él nos da todo porque él no tiene límite en su poder ni en su amor. .
El no sana sólo a dos ni a tres; son cantidades enormes.
La policía estaba muy molesta porque tenía quetrabajar horas extras tratando de controlar el excesivo tráfico en un pueblo tan pequeño.
Entonces los oficiales fueron ante el jefe de policía a pedirle que prohibiera esas reuniones.
El jefe abrió las manos y les respondió con una sonrisa:
— Yo también hubiera querido suspenderlas, pero mi esposa se curó en una reunión de éstas…
Ella tenía doce años enferma y fue tocada por el amor de Dios.
Después de algunos días ambos recibieron el sacramento del matrimonio. ¡Qué maravilloso es el Señor!
El Señor había previsto todo; en vez de suspender la reunión tuvimos 18 policías extras para dirigir el tráfico durante el siguiente miércoles.
Cuarta reunión
Era el 9 de julio, aniversario de mi regreso a la República Dominicana.
Desde las 9 de la mañana llegaban autobuses y camionetas con gente de todo el país.
Hasta los taxistas nos hacían propaganda, pues les convenía también a ellos.
Esa tarde había unas 20,000 personas en oración.
Por tanta gente, nos tuvimos que subir al techo, donde colocamos el altar y las bocinas.
¿Saben ustedes cómo “solucionó” Dios que la policía quería acabar con las reuniones?
Esa noche curó a un policía que sufría un derrame cerebral que lo tenía semiparalizado.
A partir de esto teníamos a todos los policías completamente de nuestra parte.
En verdad que la forma de terminar Dios con los problemas es mejor que la nuestra.
Una señora, conocida por todo el pueblo, que tenía 16 años sorda, se curó completamente.
Sintió primero un zumbido y luego se dio cuenta que oía perfectamente la predicación.
Al día siguiente fue al mercado y un empleado le dijo a otro compañero:
— Allí viene la sorda, vamos a hacerle una broma moviendo nuestra boca, pero sin pronunciar ninguna palabra.
Pero ella alcanzó a oír lo que decían y les contestó muy contenta:
— No, señores, ya no estoy sorda porque Cristo me sanó anoche.
Aparte de estar curada daba testimonio del poder de Dios.
Un hombre que no podía caminar sino que gateaba, también se curó en esa ocasión.
Hubo derroche de milagros y prodigios. Vimos de todo.
Era vivir a todo color, en vivo y directo, lo que cuenta el Evangelio; era Jesús resucitado caminando entre nosotros y salvando a su pueblo.
Esa noche hubo más de cien curaciones, según los testimonios recibidos.
Quinta reunión
La policía calculó en base a los metros cuadrados aquella multitud ¡eran 42,000 personas!
Vino gente desde Puerto Rico, Haití y de todas las parroquias del país.
La gente aumentó tanto, por la simple razón de que el Señor Jesús no ha cambiado todavía su manera de trabajo.
Mientras nosotros buscamos métodos pastorales más eficaces y acordes con nuestro tiempo, el Señor continúa con el suyo: él recorría la Galilea sanando a los enfermos; entonces las multitudes le seguían, y él les predicaba la Palabra de salvación (Lc 6, 1 7-23).
Hoy sigue haciendo lo mismo: sana a los enfermos, la gente se reúne por miles y nosotros proclamamos el Reino de Dios. Es sencillamente el Evangelio que se repite.
Comencé a asustarme un poco, pues esa pobre gente quería tocarme y que orara por cada uno de ellos. Esa noche me arrancaron todos los botones de mi saco y por poco me aplastan.
Otro problema era que las personas que habían viajado todo el día no encontraban alimento en el pueblo y regresaban hambrientos, pero llenos del amor de Dios.
Entonces oramos y le pedimos al Señor su luz para saber qué debíamos hacer con tanta gente.
Él nos había metido en aquellos problemas, él tenía que sacarnos.
Durante la oración nos dio un mensaje en lenguas a través de Evaristo Guzmán. Para que no me quedara duda, a mí mismo me dio la interpretación.
“Evangelicen a mi pueblo, yo quiero un pueblo de alabanza”.
No debemos temer las grandes multitudes.
El Señor nos las manda para que les proclamemos su Palabra de salvación.
Los que temen a los prodigios del Señor le están teniendo miedo al Señor de los prodigios.
Algunos se admiran de que el Señor responda tan pronto a las oraciones. Yo les digo que lo asombroso sería que El, siendo tan bueno, no respondiera.
Un cambio en la estrategia
¿Qué pensaba Mons. Antonio Flores, Obispo de la Vega, de todo esto?
Él estaba abierto, pero inquieto ante tanta publicidad de la prensa, la radio y la televisión.
Fui a visitarlo y lo encontré en la capilla. Oramos juntos y estuvimos de acuerdo en dividir la inmensa asamblea en pequeños grupos como lo habíamos hecho antes en Nagua.
Yo regresé feliz porque el Espíritu Santo, el Obispo y yo estábamos en completo acuerdo para dividir aquel grupo.
Comenzaba entonces otro tipo de trabajo; más a fondo y más delicado: formar a los responsables de los pequeños grupos de oración.
Tuvimos un retiro el fin de semana con los más comprometidos.
Les explicamos lo que es la reunión de oración, la Renovación Carismática, el Bautismo en el Espíritu Santo y los carismas… y los encomendamos a la gracia de Dios (Hech 20,32).
Tres días después ellos estaban coordinando más de 45 grupos en distintos lugares de la parroquia.
Había grupos abajo de los árboles, en la iglesia, en las casas y por todos lados. Toda la ciudad se había convertido en Casa de oración.
Para que la gente tuviera fija la vista en Jesús y no en hombre alguno, esa noche yo me iba lejos de la parroquia.
Sin embargo, el Señor se quedaba y seguía curando a los enfermos.
En una visita que hicimos en 1984 nos regalaron un cuaderno donde están anotados 224 testimonios de curaciones, realizadas en el grupo que se reunía en la casa de Guara Rosario en la calle Colón.
Simplemente en la reunión del 13 de noviembre de 1975 dan 22 testimonios de curaciones.
Poco después dejaron de consignarlos por escrito porque “ya eran demasiados”.
EL DOMINGO DE RAMOS DEL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO
El Señor entró triunfalmente no sólo en el pequeño pueblo de Pimentel, sino en el país entero y más allá de sus fronteras.
El Señor entró en los medios de comunicación curando a la madre de un locutor de televisión. Este locutor se encargó de testificar el milagro delante de las cámaras.
También el Señor llegó hasta la Cámara de Diputados curando del cuello a una diputada en la Asamblea Nacional.
Más tarde me di cuenta de que los editores de la revista francesa “II est vivant” le escribieron al Obispo preguntándole sobre la autenticidad de lo acaecido en Pimentel:
El Señor Obispo respondió a su carta el 1 5 de octubre de 1975 diciendo textualmente:
“El testimonio del Padre Emiliano Tardif M.S.C. es auténtico”.
Esta carta fue publicada en dicha revista en el número 6-7.
Esos días era como estar en la cumbre del Tabor contemplando la gloria del Señor. Era compartir con Jesús aquello que le dijo su Padre:tu eres mi hijo muy amado en quien yo tengo mis complacencias.
El 16 de julio el Señor nos previno en profecía, anunciándonos que seríamos atacados, y ridiculizados, pero que no deberíamos temer, pues él ya había vencido al mundo.
Pasaron tres meses y el párroco que estaba de vacaciones regresó.
Se sorprendió con todo lo que encontró y lo que la gente contaba. Todo era tan extraordinario que no podía creerlo.
El Señor había visitado su pueblo suscitando una fuerza salvadora en su parroquia, haciendo misericordia con los suyos, encendiendo una luz en medio de las tinieblas.
Era el Domingo de Ramos en el que el Señor entraba triunfal a su pueblo.
LA SEMANA SANTA DEL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO
Todavía no despertábamos del vino embriagador de su amor cuando unas negras nubes surcaron los cielos.
De pronto todo se oscureció y se ocultó el sol.
Aunque yo sabía que el Señor estaba conmigo, los vientos de tempestad comenzaron a soplar furibundos.
El secretario de Salud me acusó por la televisión de abusar de la ignorancia del pueblo, haciéndolo creer que sanaba.
Dijo que yo era un charlatán y que engañaba al pueblo; que por qué no me iba a hacer lo mismo a un país desarrollado, como Canadá.
Otros me atacaron diciendo que, como extranjero, yo no conocía al pueblo y que todas esas curaciones y milagros llevarían al pueblo a la brujería y al espiritismo.
Yo les contesté que en verdad yo no conocía tanto al pueblo pero sí conocía bien a Jesús y él jamás nos lleva al espiritismo o a la brujería.
Por radio, prensa y televisión hubo muchos ataques. En pocos días yo era un brujo y un mentiroso.
Porque creía y proclamaba que Jesús estaba vivo, salvaba y curaba a su pueblo, decían que estaba loco, que era un fanático y otras cosas más.
En menos de 24 horas la prensa que antes me admiraba ahora luchaba en contra mía.
Entonces comprendí que frágil es la fama que el mundo ofrece y qué locura es buscar la opinión de los demás.
En unas cuantas horas se viene abajo la espuma de la gloria.
Pero mi confianza estaba en Jesús, que es el mismo, ayer, hoy y siempre.
Unos que se decían psicólogos vinieron a decirme que era natural y que no había nada de milagroso en que sucedieran tales curaciones.
Que todo era debido al contagio de masas y a histeria colectiva.
Simplemente les contesté que entonces me parecía una gran injusticia que, sabiendo tanto de esto, ellos no organizaran reuniones cada tarde para curar a todos los enfermos del país.
Otros nos acusaban de emocionalistas. Yo les respondía que el emocionalismo es buscar la emoción por la emoción, y nosotros buscábamos al Señor, lo cual era siempre emocionante.
Otros atacaban la inmadurez de la gente diciendo toda esa multitud sólo viene por curiosidad y por los milagros de curación.
Yo les contestaba.¿Qué importa la razón por la que ellos vienen? Lo importante es que estén aquí para que los evangelicemos.
Tanto me preguntaron si no me estaba volviendo loco que un día les contesté.
— Yo también estoy preguntándomelo, pues ahora ya no sé hablar sino de mi Señor Jesucristo.
Los párrocos vecinos también se pusieron celosos. .
Un grupo del clero pidió que mi Provincial me sacara del país porque con esas tonterías yo iba a destruir la estructura de la Pastoral.
Yo les contesté que Jesús no había sido enviado a salvar las estructuras pastorales sino a salvar a su pueblo y que eso era lo único que él estaba haciendo en medio de nosotros.
Me acusaban que yo estaba vaciando las parroquias, pero yo no invitaba a nadie. Yo solamente proclamaba el Evangelio.
Un sacerdote me decía que estábamos exagerando y que era necesario ir más despacio.
Su argumento era así:
— Si tú me hablaras de dos o tres curaciones tal vez yo podría comenzar a creer.
Pero ustedes los carismáticos están locos, hablan de tantos milagros…
Es que tú no conoces realmente a Jesús – le dije.
— Sí -me contestó- pero en el santuario de Lourdes tienen un Centro Médico donde estudian las curaciones y dicen que hay muy pocas curaciones milagrosas.
En cambio, ustedes…
— Pero – yo le contesté– el criterio de nuestra fe no es el Centro Médico de Lourdes, sino el evangelio y éste habla de tantos milagros…
San Marcos, que es el más antiguo de los cuatro evangelistas, nos relata 18 milagros y curaciones de Jesús en 16 capítulos.
Si quitáramos los signos de poder del Evangelio de Marcos nos quedaría una o dos páginas.
Hay muchos que por haber eliminado este aspecto tienen un Evangelio mutilado, pobre, reducido a doctrina y teorías.
Me atacaron tanto de todos los frentes, hasta de los que se suponía estaban del lado de Jesús, que tuve que sacar un artículo en la revista “Amigo del Hogar” en agosto de 1975.
Se titulaba: “LA CULPA ES DE CRISTO”. Entre otras cosas, decía lo siguiente.
“Ante los riesgos reales de caer en el fanatismo por lo milagroso, incurrimos en el extremo contrario, a veces más grave que el primero: olvidar que Dios es el maestro de lo imposible.
La curación es realmente la respuesta a una oración de fe, como lo vemos tantas veces en el Evangelio.
Esta oración puede ser del enfermo o de los que lo acompañan, de la comunidad o de una persona”.
Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.
Él es el Señor de la historia y actúa como bien le place sin preguntarnos ni pedirnos nuestro parecer o permiso para realizar sus prodigios
¿Quiénes somos entonces para oponernos o tratar de limitar la obra de nuestro Dios?
Estamos convencidos de que Él no se opone a la medicina.
Lo que sucede muchas veces es que existen miles de personas que no tienen dinero para pagar al médico, la clínica ni los medicamentos.
¿Qué de extraño tiene que nuestro Dios se ocupe de los pobres y que El personalmente los atienda?
Al poco tiempo me di cuenta de un doble error que había cometido en ese artículo.
Cometí la torpeza de demostrar las sanaciones, dándoles nombres y direcciones de las personas que habían sido curadas, pensando que era la evidencia de los hechos y no la gracia de la fe la que trasformaría sus corazones.
Les di la señal del cielo que pedían y no se convirtieron porque las señales son sólo señales.
La fe es lo que nos hace reconocer lo que ellas significan, que Dios ama a los hombres, que Cristo está vivo y que la Iglesia tiene el poder del Espíritu Santo para resucitar a los muertos.
El Señor me hizo recapacitar y darme cuenta que no debía defenderme de los ataques como él tampoco se defendió de quienes lo acusaban.
Si yo me defendía con mis medios y argumentos no le permitía que El fuera mi defensor con sus medios y argumentos.
Por otro lado, defenderme incluía renunciar a la purificación que el Señor quería hacer en mi vida.
A través de tanto ataque e incomprensión, el Señor quería moldearnos a la imagen de su Hijo, pasando por la noche del Calvario para llegar a la gloria de la resurrección.
El tiempo me ha convencido de que son más peligrosas las adulaciones que las críticas.
Inconscientemente nos podemos olvidar que somos simples vasos de barro, pero el Señor se encarga de recordárnoslo mediante la cruz de la incomprensión.
Los ataques fueron tan violentos y continuos que a veces yo pensaba que ya no resistía.
Por todas partes me acorralaban. Yo mismo me sentía solo en un camino nuevo.
Entonces pedí a una hermana muy llena de Dios que rezara por mí. Ella lo hizo y me dio una profecía que me reconfortó.
El Señor me dijo a través de ella:
“Después de haber saboreado la alegría del Domingo de Ramos ¿no te parece normal probar algo de Semana Santa?”
Esta palabra me sanó interiormente.
Desde entonces veo los problemas de manera distinta y en completa paz.
Cuando las cosas van bien, digo: “estamos en Domingo de Ramos”.
Si hay dificultades, simplemente afirmo, “estamos en la Semana Santa”.
De todos modos, la Pascua no está lejos. Gloria a Dios.
Nuestro pueblo estaba dormido en un letargo de pasividad. Vino el Señor y sacudió todo.
La gente iba a consultar a los sacerdotes para preguntarles por estas cosas. Entonces ellos tenían que leer e informarse para dar respuestas adecuadas.
Hasta la Comisión Episcopal se reunió para dar una declaración. Esto era muy importante para mí.
Yo estaba cierto que la obra era de Dios, pero necesitaba el discernimiento de los Obispos.
Para mí ellos eran la voz de Dios. Publicaron una declaración titulada:
“El Papa aprueba y estimula las reuniones de oración carismáticas”.
Luego, como subtítulo, decía: Monseñor Pepén (Secretario Nacional del Episcopado) aprueba la obra del padre Tardif.
Cuando yo lo leí me dio gusto, pero también me dio risa, y dije: “la obra no es mía…”
Como san José, yo estaba seguro que esa vida que había germinado en el seno de la Iglesia no era mía.
SE INTERNACIONALIZA EL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO
Sin saber cómo ni por qué, recibí una invitación de Mons. Carlos Talavera para predicar un retiro sacerdotal en Guadalajara, México.
De allí han venido surgiendo otras invitaciones para proclamar las maravillas del Señor en otros países de América Latina.
Comienzo a vislumbrar que se avecina una era gloriosa para la Iglesia.
Creo que ha llegado el tiempo de predicar en los terrados, es decir, fuera de los recintos sagrados, porque la gente ya no cabe en nuestros templos.
El Señor nos lleva hasta los confines de la tierra para dar testimonio de que él está vivo.
Después de un viaje a Panamá volví a mis tareas parroquiales.
Al día siguiente me preparé para visitar una comunidad perdida en la montaña. El viaje lo tenía que hacer en burro.
Mientras caminaba lentamente mi asno, iba pensando. ¡Qué maravillosos son los caminos de Dios! En avión o en borrico siempre somos sus mensajeros.
El Señor prendió la mecha y ahora es un fuego que nadie puede extinguir.
Es también un río de Agua Viva que está inundando la Iglesia, purificándola, renovándola y santificándola.
Numerosas parejas que vivían en concubinato tomaron conciencia de que no podían seguir viviendo así.
Descubriendo la importancia del sacramento se han preparado seriamente para recibirlo y vivirlo.
En un año celebramos 306 matrimonios, cifra inusitada en otros tiempos.
El mayor milagro de todos los que he podido presenciar en estos años es que el Señor ha provisto de obreros en su viña.
En Pentecostés de 1976 éramos 120 catequistas pidiendo una nueva efusión del Espíritu sobre todos nosotros.
El Espíritu ya no era sólo un don para gozarlo en lo profundo del corazón sino especialmente una fuerza para anunciar al mundo que Cristo vive y da vida a los que creen en su nombre.
He comenzado a recibir cartas de Francia, Sudamérica y Filipinas.
Otros me escriben desde países que desconozco dónde quedan en el mapa; a veces recibo correspondencia en idiomas y signos que no entiendo.
Como no comprendo lo que dicen, simplemente pongo en manos del Señor estas cartas y le pido que como El sí las entiende, las conteste por favor.
No recuerdo haber tenido nunca tan buena salud como ahora. Como de todo, duermo bien, trabajo mucho y me siento perfectamente.
El Señor me ha devuelto la salud completa y yo se la entrego al servicio de la evangelización de su pueblo.
Sin embargo, creo que el don más grande que El me ha dado es el de la alegría.
Soy feliz tiempo completo. Nunca había vivido mi sacerdocio tan plenamente como ahora.
Cuando la Virgen María aún estaba viva y supuestamente vivía en Éfeso.
En España se produjo su primera aparición.
Que bien puede considerarse una bilocación.
Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro.
Cuando «oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena.
Y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol».
Fue así que surgió la Advocación de la Virgen del Pilar en España. .
Y posteriormente, los milagros y la tumba del apóstol fueron los artífices del Camino de Santiago. .
La fiesta de Santiago Apóstol se celebra el 25 de julio.
Hablamos de Santiago el Mayor o Santiago el de Zebedeo, para distinguir del otro apóstol llamado Jacob, Santiago el de Alfeo o Santiago el Menor, apóstol de Jesús de Nazaret, nacido en Betsaida (Galilea) y muerto en Jerusalén, en el siglo I.
También es conocido como San Jaime, San Diego, San Yago.
Hijo de Zebedeo y Salomé. Era el hermano mayor de Juan el Apóstol.
Precisamente se supone que cuando se produjo la aparición de la Virgen María a Santiago en España, el 2 de enero del año 40, la Santísima Virgen vivía con Juan apóstol en Éfeso.
Hay que recordar que Jesús estando crucificado, le entregó a Juan el cuidado de su Madre.
Su maestro Jesús les puso el sobrenombre de «hermanos boanergués» («hijos del trueno»).
Su nombre en hebreo es Jacob pero con el tiempo se ha ido deformando.
Fue uno de los primeros que recibieron la llamada de Jesucristo, cuando estaba pescando en el lago de Genesaret junto a su hermano. . Tuvo un papel especial en el desarrollo del milagro de la hija de Jairo (Marcos 5, 21-43). . Y fue uno de los discípulos más apreciados por Jesucristo. . De tal manera que estuvo presente en dos de los momentos más importantes de su ministerio: . -la Transfiguración en el monte Tabor (Lucas, 9) . -y la oración en el Huerto de los Olivos, junto a Simón Pedro y a su hermano Juan.
Fuera de los Evangelios, sólo aparece nombrado en los Hechos de los Apóstoles (Hc 12, 2), cuando, tras una prédica, es martirizado en Jerusalén (es uno de los primeros mártires cristianos).
Según se cree, tras el Pentecostés (hacia 33 d. C.), cuando los apóstoles son enviados a la predicación, Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo.
Y desembarcado para predicar el Evangelio en la Hispania (actuales España y Portugal).
La tradición que sitúa a Santiago el Mayor en Jerusalén, poco antes de su martirio, la recogen diversos apócrifos neotestamentarios (El libro de la Dormición de María, etc.).
Todos ellos anteriores al «descubrimiento» de la Tumba del Apóstol.
Según estos relatos, cuando María ve cerca su muerte, recibe la visita de Jesucristo resucitado.
Ella le pide que quiere estar rodeada por los apóstoles en el día de su muerte, pero que todos ellos están dispersos por el mundo.
Jesucristo se lo concede y permite que sea la misma María, por medio de aparición milagrosa, quien avisara a sus discípulos.
Entonces Juan habría hecho todo el viaje de vuelta desde España hasta Jerusalén para encontrar a la Virgen (ya que ella se encontraba viva allí, en la capital de Judea) antes de su dormición. . Y allí habría encontrado la muerte en el martirio.
La leyenda se cierra con que sus discípulos habrían llevado su cuerpo (conservado de alguna manera) por el mar Mediterráneo, en una mítica embarcación de piedra.
Y habrían costeado el Atlántico nuevamente hasta Galicia, donde lo habrían enterrado justamente en Iria Flavia, donde el obispo Teodomiro lo halló.
Alrededor del año 813, en tiempos del Rey de Asturias Alfonso II el Casto, un ermitaño cristiano llamado Paio le dijo al obispo gallego Teodomiro, de Iria Flavia (España), que había visto unas luces merodeando sobre un monte deshabitado. .
Hallaron una tumba donde se encontraba un cuerpo degollado con la cabeza bajo el brazo, que se consideró la tumba de Santiago.
El rey Alfonso y sus descendientes convierten al apóstol en un símbolo del combate contra el Islam.
Naciendo así la imagen de Santiago Matamoros, que se prodigó a lo largo de la ruta jacobea.
En el año 859, el rey Ordoño I dijo haber obtenido la victoria sobre los moros (musulmanes) porque se le apareció el apóstol Santiago Matamoros.
LA APARICIÓN DE MARÍA
Por los años 40, unos siete años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, salió de Roma el Apóstol Santiago, quien ya había recorrido la Palestina, Tiro, Sidón, Grecia e Italia, predicando el Evangelio.
Desde Roma se dirigió a España, la más importante y rica región de la Bética, embarcó para Sevilla, a donde llegó e inició su evangelización.
La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, se le aparece y le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie, y prometió que
«Permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio».
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar.
El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio.
Y con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez.
Pero antes que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea.
Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.
Un lugar de peregrinación famoso en el mundo entero que no fue destruido en la guerra civil española (1936-1939), puesto que las bombas que se lanzaron no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas en el interior de la Basílica.
LOS DISCÍPULOS DE SANTIAGO
Santiago nombró por jefe y Obispo a un hombre honesto y misericordioso, a quien por su piedad bautizó con el nombre de Pío.
Este Pío era de profesión escultor, y había nacido en Massia, un puertecillo de pescadores en la orilla del río, entre los pueblos que hoy llamamos Puebla del Río y Coria del Río.
Este hombre era buen artista y se ganaba bien la vida haciendo esculturas para el adorno de los suntuosos edificios que se construían en Hispalis o Sevilla, y en su vecina Itálica.
Seguramente si se estudian las firmas o marcas de las esculturas romanas que hay en los museos de Itálica y Sevilla, podrá hallarse alguna de ellas la firma de Pío, escultor y primer Obispo de Sevilla.
Este Obispo/ escultor fue quien realizó la primera imagen de la Virgen del Pilar por encargo del Apóstol Santiago.
Esta imagen fue llevada a la casa donde se reunían secretamente los cristianos.
O sea, la primera iglesia Sevillana, que estaba situada a espaldas del circo de la ciudad.
Dado que hoy por las excavaciones que se hicieron para construir la Av. de la Cruz Roja, sabemos que los cimientos del circo llegan desde el Hospital de la Cruz Roja hasta la calle Fray Isidoro de Sevilla, puede casi asegurarse que dicha primera iglesia cristiana estaba en la calle Fray Isidoro de Sevilla, o en la plaza que hay ante el «Grupo Escolar Queipo de Llano», vulgarmente llamado «El colegio de los moros».
CONDENA Y PRODIGIOS DE SANTIAGO
Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado y la visitó en Éfeso. . La Madre de Dios le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y confortó en gran manera. . Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero y llevado al Monte Calvario.
Durante el recorrido aún fue capaz de convertir a algunas personas.
Cuando le ataron las manos, dijo:
«Vosotros podéis atar mis manos, pero no mi bendición y mi lengua».
Un tullido que se encontraba a la vera del camino, clamó al apóstol que le diera la mano y lo sanase. .
El apóstol le contestó: «Ven tú hacia mí y dame tu mano». .
El tullido fue hacia Santiago, tocó las manos atadas del apóstol e inmediatamente sanó.
Josías, la persona que había entregado a Santiago, fue corriendo hacia él para implorar su perdón.
Este hombre se convirtió a Cristo.
Santiago le preguntó si deseaba ser bautizado.
Él dijo que sí, por lo que el apóstol lo abrazó y le dijo: «Tú serás bautizado en tu propia sangre».
Y así se cumplió más adelante, siendo Josías asesinado posteriormente por su fe.
En otro tramo del recorrido, una mujer se acercó a Santiago con su hijo ciego para alcanzar de él la curación para su hijo, obteniéndola de inmediato.
Una vez llegado al Monte Calvario, el mismo lugar donde años antes fue crucificado nuestro Señor, Santiago fue atado a unas piedras, le vendaron los ojos y le decapitaron.
Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir.
El cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. . Cuando se desencadenó una nueva persecución, sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. . Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).
En siglos posteriores y hasta el momento actual, numerosos fieles, principalmente de Europa, recorren parcialmente el «Camino de Santiago» que les conduce a la tumba del Santo, con el fin de pedir perdón por sus pecados.
SANTIAGO Y LA VIRGEN MARÍA
Santiago preparó el camino para la Virgen María en España y también su llegada al «Nuevo Mundo». . Es el Apóstol de la Virgen María, también conocido como el Apóstol de la Paz.
En 1519, Hernán Cortés llegó a Veracruz, y en Lantigua construyó la primera iglesia dedicada a Santiago en el continente Americano.
También en 1521, cuando México fue conquistada, Cortés construyó una iglesia en las ruinas de los Aztecas que al igual fue dedicada a Santiago Apóstol.
A este templo se dirigía san Juan Diego el 9 de diciembre de 1531, para recibir clases de catecismo y oír la Santa Misa, ya que era la fiesta de la Inmaculada Concepción.
En 1981, se reportó el comienzo de las apariciones de Nuestra Señora en Medjugorje bajo el titulo «Reina de la Paz». . Unos años antes, se había construido una iglesia en ese lugar dedicada a Santiago Apóstol.
Santiago ha preparado el camino para que el mundo reconozca a la Virgen Santísima como «Pilar» de nuestra Iglesia.
El mundo tiene una especie de deslumbramiento con los exorcismos.
Como si fueran el culmen de la lucha contra el demonio.
Pero en realidad tienen sólo la más glamorosa versión hollywoodense.
Los expertos, es decir los exorcistas, creen que la etapa principal de lucha contra el demonio es la que se realiza antes. ,
Previniendo su influencia y limpiándonos de sus acciones evidentes y de las sutiles. .
Y eso podemos hacer nosotros mismos sin llegar a la gravedad de recurrir a un exorcista.
Míralo de esta forma.
Cuando se te hinchan los tobillos te tomas la presión y si ves que está alta, lo primero que deberías hacer es eliminar la sal de tu dieta.
Y si aun así persiste deberías ir a un médico que te hará exámenes eventualmente te dará medicamentos.
Y si tampoco se soluciona te dará pase a un cardiólogo.
O sea que son todas etapas desde la prevención hasta el combate de un fuerte mal ya instalado.
LA LUCHA CENTRAL DE LOS HUMANOS ES CONTRA EL MALIGNO
La vida cristiana se caracteriza por una lucha contra las tentaciones.
Porque cuando accedemos a ellas hacemos cosas de las que luego nos arrepentiremos.
Y eso complicará nuestra felicidad y paz en la vida en la tierra y condicionará nuestra salvación.
Las tentaciones provienen del maligno, por eso en el padre nuestro pedimos “líbranos del mal”.
Y San Pablo dice en Efesios 6 que nuestra lucha no es contra el mundo y la carne, sino contra el demonio y los espíritus malignos.
Y sucedió también cuando estaba en la cruz y el poder de las tinieblas se depositó en el calvario.
Todos los evangelios muestran que el enemigo central de Dios y de los seres humanos es el demonio.
Ya sea directamente atacando él mismo o atacando a las personas a través de las tentaciones del mundo.
Por un lado el demonio ataca a los malos cristianos y a los negadores de Dios a través de las tentaciones, sujetándolos más al mundo, porque él es el príncipe de este mundo.
Les suscita lujuria, orgullo, violencia, la búsqueda de riquezas y placeres mundanos…
Y también los lleva a un contacto más directo con él a través del espiritismo, la magia, la adivinación y otras prácticas y formas de vida oscuras.
En general a los que están más cercanos a él no los posee, salvo que ellos quieran ser poseídos y pidan que el demonio tome el dominio de sus actos.
Pero en algunos casos intermedios se produce la posesión, y el demonio entra y controla las acciones de la persona en forma momentánea.
La mayor actividad del demonio es el ataque desde afuera, ya sea a través de las tentaciones como dijimos y mediante obsesiones, infestaciones y ataques físicos.
Estas cosas las hace para demostrar su poder, pero en realidad su táctica preferida es pasar desapercibido, porque de esa forma puede tentar a las personas y que no se den cuenta que él las está atacando.
Y también el demonio ataca a los más santos, como forma de cortarles su entrega al Señor.
UN CONTINUO ENTRE LA SIMPLE TENTACIÓN A LA POSESIÓN
El encuentro cara a cara con el diablo es el trabajo ordinario de un exorcista.
No obstante hay que recordar que la batalla contra el demonio es permanente para todas las personas.
Y el exorcismo es la última etapa, pero no la más común.
Porque se puede parar antes la gravedad de la “infección”.
Y el maligno no opera con tanta visibilidad en todos, ya que trata de ser poco reconocible.
Nuestra lucha diaria contra el maligno es no caer en sus redes ni ceder ante las tentaciones que nos presenta.
Hay momentos en que los ataques del maligno se hacen sentir más en cada uno de nosotros.
A través de tropiezos constantes que nos suceden, obsesiones, depresiones.
Y en ese caso, son necesarias oraciones de liberación que puede realizar uno mismo.
Eventualmente apoyados por otras personas que también oren con y por nosotros.
Si el mal se agrava, entonces queda el paso del exorcismo.
Pero la táctica no la decide el damnificado ni su entorno, sino el exorcista.
El P. Gabriele Amorth hace una clasificación de las actividades demoníacas en 10 instancias.
Diferenciando las más leves como ordinarias y las más intensas como extraordinarias.
Son las actividades extraordinarias las que merecen un exorcismo. Ver aquí.
La línea demarcatoria entre lo que es digno para aplicar el rito de exorcismo y no lo es, resulta laxa y la define el exorcista.
Del mismo modo que define las tácticas a usar en cada caso y la frecuencia con que actuar con el rito.
Porque no necesariamente el exorcista puede desalojar al “intruso” de una vez.
Esta el famoso caso del Exorcismo de Marta, que es el caso mejor documentado de un exorcismo, en el que el padre Fortea luchó contra 40 demonios y le llevó del 2002 al 2008.
A partir de la clasificación que hace Gabriele Amorth podemos definir el exorcismo, diferenciándolo de la liberación. .
La que es bendecir y orar por un lugar o cosa, o para deshacerse de la influencia del mal.
El exorcismo es para expulsar a una entidad del mal que se ha instalado y produce efectos muy perturbadores. . Se realiza con el Rito de Exorcismo de la Iglesia Católica.
Esto incluye males como el dolor físico causado por satanás, la posesión diabólica, la opresión, la obsesión, la infestación y la subyugación o dependencia.
A la mayoría de nosotros nos debería interesar la etapa anterior al exorcismo, porque es la más común. . Ya que previene de males mayores y la podemos instrumentar nosotros mismos.
QUE PASA POR LA CABEZA DE LOS EXORCISTAS
Para comprender como es que trabajan y en que se apoyan los exorcistas presentamos una serie de frases que reconocidos exorcistas han dicho, que revelan lo que tienen in mente.
Si leemos con atención estas frases podemos comprender que la posesión es fruto de un alejamiento de Dios y de la oración. . Y un acercamiento a fuentes de ocultismo. . Y que más allá de la aplicación del Rito de Exorcismo, la eficacia del exorcismo depende de la vuelta sincera de la persona a Dios. . A la oración y confesión y el alejamiento del ocultismo.
También nos permite comprender que el que actúa en el exorcismo es Jesús. .
Y que más allá que la posesión u otro fenómeno satánico sea perjudicial, es Jesús el que tomará el control. .
Si se lo pedimos con corazón contrito y con fe.
FRASES DE LOS EXORCISTAS
Cuando entro en una habitación para hacer un exorcismo, el diablo no me ve, ve a Jesucristo.
Yo no soy un exorcista; soy un sacerdote que hace exorcismos. Mi gran potencia está en mi sacerdocio.
La confesión es más poderosa que un exorcismo. Una de ellas es un sacramento y la otra es una bendición. Una confesión vale 100 exorcismos.
El diablo quiere destruir el alma, y el alma se cura por la confesión. Si la gente quiere disminuir la obra de satanás, debería aumentar el uso de la confesión.
Una vez que la línea con confesionario se hace delgada, la actividad de satanás aumenta. Para disminuir la obra de satanás, aumentar el uso de la confesión.
El poder de satanás aumenta cuando las personas no creen que él sea real. Dios dice «Yo soy, el que soy», pero el diablo dice «Yo soy el que no soy».
Es mejor protegerse del mal que tratar de librarse de él. Mantente alejado de lo oculto, ora y frecuenta los sacramentos.
Es realmente la lucha del Señor. Yo estaba yendo en contra de un abuso ritual satánico y un mentor me dijo que tan sólo mirara al Padre. «Confía en el Padre, y no tienes que hacer otra cosa», dijo.
A veces la liberación [del mal] puede ocurrir instantáneamente o puede tomar un tiempo. Es una decisión deliberada desarrollar relaciones saludables, llegar a la reconciliación, y crecer con el Señor.
Estamos llamados a ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. Voy a orar por la gente y decirles: ahora tienes que decir y hacer las cosas de manera diferente a lo que naturalmente dices. Es la naturaleza humana caer en viejos hábitos. La gente tiene que volver a Dios y orar por la gracia. Entonces tiene que estar dispuesta a aceptar esas gracias y tratar de hacer buenas elecciones.
Renuncia al ocultismo o al mal. Puedo orar por alguien, pero si la persona todavía está en sintonía con lo oculto, todavía va a ser influida por esto. Ella tiene que romper esa relación por su propia elección.
La ausencia de miedo es una gracia. Si dejo que el miedo me moleste, yo no puedo hacer esto.
Una mujer vino a mí preocupada por su hijo y la influencia del mal en su casa. Le dije que ella y su marido deberían tomar autoridad sobre su casa. En situaciones como éstas hay que declarar tu autoridad en oración; tú estás a cargo de tu hogar. Ella hizo eso y los problemas se fueron.
Había un espíritu que visitaba al hijo de alguien. Los niños vieron esto como ángeles o almas perdidas. A menudo te puedes meter en problemas si exploras esto. No ofrezcas ayudar o preguntar quiénes son. Deja que el Señor cuide de ellos y simplemente ora por ellos.
Mantente alejado del mundo psíquico. No trates de comunicarte con fantasmas o de ayudarlos.
La represalia es buena porque significa que estás haciendo lo correcto. Quita el drama. No es la peor cosa en tu vida. A los espíritus malignos no les gusta ser expulsados pero el Señor tiene algo que decir al respecto. No es drama, sino una respuesta al amor de Dios.
No es nuestra batalla; es la batalla del Señor.
Jesucristo es en última instancia, el que va a dar la libertad a la gente.
Yo ayudo a las personas de otras religiones, pero si alguien no tiene conexión con la religión, no voy a ayudarlo. No habría propósito en hacer un exorcismo si la gente no acepta crecer en la fe. Su situación podría ser aún peor. Se dice en Mateo 12:45 «Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entran a vivir allí. Y el estado final de aquel hombre resulta peor que al principio».
Las posesiones son raras. Sólo he visto dos en más de cuarenta años, pero entre la posesión y la tentación, el diablo también puede oprimir y crear obsesiones. Esas son situaciones donde diablo es capaz de acosar a la gente.
Un tablero de Ouija se asocia con actividades ocultas, y esto puede ser una forma de que la gente abra una puerta al mal. Las personas deben mantenerse lejos de cualquier cosa oculta. Puede ser que piensen que pueden controlarlos, pero no pueden. No hay que temer, pero debemos mantenernos alejados de ella.
Si alguien no tiene una vida de oración y de relación con Dios, entonces el exorcismo de él o ella podría ser como una puerta giratoria. El comportamiento de una persona es lo que permite a un demonio entrar. Es fácil que los demonios entren en personas que se abren a través de lo oculto.
Estamos viviendo en un mundo muy oscuro, pero no debemos temer porque la oración expulsa al mal y nos protege. La oración y la relación con Dios nos protegen del mal.
La gente se olvida de que no es una lucha entre dos poderes iguales. Dios es el Creador y el que creó al diablo. Dios será el vencedor. Jesús es Dios, y por el poder de Jesús, el diablo es vencido.
Acá traemos testimonios de dos extremos. . Por un lado el testimonio de un sacerdote norteamericano que actualmente se está entrenando como exorcista en Roma. . Y por otro lado podremos conocer como era una sesión de exorcismo del más veterano de los exorcistas, el Padre Gabriele Amorth, que si bien formalmente retirado en el Hogar Sacerdotal, tenía acondicionada una sala donde todavía hacía exorcismos de casos difíciles.
TESTIMONIO DE UN SACERDOTE NORTEAMERICANO EN ENTRENAMIENTO
“Nunca pensé que iba a terminar haciendo esto”, admite el sacerdote de mediana edad, cuyo camino inesperado para convertirse en un exorcista comenzó dice en una de sus primeras misas después fue ordenado hace 15 años.
“En el momento de la consagración de la sangre preciosa le pedí al Señor bañara con su sangre a la juventud, para ayudar a los jóvenes para que pueden tener una vocación al sacerdocio”.
La reacción inmediata fue que un muchacho de 13 años sorprendió al joven sacerdote,
“Se cayó hacia atrás y empezó a gruñir. .
Y yo pensé: ‘¡No me esperaba esto!’”
Varios años más tarde, él es uno de una nueva generación de exorcistas en formación a raíz de una decisión de los obispos de Estados Unidos en noviembre de 2010 para aumentar considerablemente el número de exorcistas, que actualmente se estiman en 50 en Estados Unidos.
TRES EXORCISMOS AL DÍA
El sacerdote, que es del Medio Oeste de EE.UU., que habló a la CNA conservando el anonimato, ahora se encuentra en Roma, enviado por su obispo bajo la tutela de los seis exorcistas oficiales de la diócesis de Roma.
En términos prácticos, eso significa que está “involucrado en unos tres exorcismos al día”.
Su curva de aprendizaje ha sido pronunciada.
“No hay dos casos iguales. .
Esa ha sido una verdadera educación para mí. .
El rito del exorcismo no es una fórmula mágica”.
“No es el diablo o el exorcista que está en el centro de esto, sino una persona está sufriendo mucho y que está en la necesidad de cierta liberación a través de Cristo”.
Recordando exorcismos recientes, este sacerdote relata que,
“Una vez que comienza el rito, normalmente comienza a manifestarse la posesión en la persona que sufre de diferentes maneras: violencia, cambio de la cara, el cambio de la voz”.
“Él sólo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y decir ‘Hey, yo soy el que da las órdenes por aquí, amigo’”, y se rió.
DIÁLOGO CON EL DIABLO
El conocimiento angélico del demonio, significa que los demonios son conscientes de que Dios sólo permite sus actividades diabólicas para lograr la salvación de las personas a través de ‘expiar el sufrimiento’.
“Estas personas que sufren se están convirtiendo en santos (por) la ofrenda de sus sacrificios que Dios entonces recibe. .
Y con ello bendice a grandes partes de la Iglesia en todo el mundo”.
“Cuando uno se lo recuerda al diablo, le hace poner furioso porque sabe que está perdiendo y por lo tanto él quiere conseguir lo que pueda, mientras que él pueda.
Si él no puede ganar las almas de esa gente, quiere al menos hacer sus vidas miserables”.
¿UN EXORCISTA DIALOGA CON EL DIABLO?
“Sí, les hago una serie de preguntas: .
¿Cuál es tu nombre? porque cuando se utiliza su nombre en un comando esto lo debilita”.
Una vez que un demonio le da su nombre, el exorcista entonces le dice que salgo y también podría preguntar
“cómo entró y cuando va a dejar a la persona”.
“Pero es como si todos ellos han sido entrenados de la misma forma, dicen ‘Nunca le voy a dejar’, ¡pero lo harán algún día!”
La clave es limitar el diálogo, dijo el exorcista en entrenamiento
“Usted no debe hacerles preguntas sólo por curiosidad, eso no es saludable”.
También es posible
“tirarle cosas sólo para humillar al demonio, como invocar la presencia de santos, ángeles de la guarda y – el más temido de todos – Nuestra Señora.
Es entonces que realmente se puede ver que hay un cambio en el comportamiento del demonio”.
El final del juego a menudo viene cuando el diablo se revela en ataques de ira y violencia,
“es cuando es común que lance espuma por la boca”.
En el caso de la maldición se rompa, la persona
“va a comenzar vomitando objetos que se utilizaron en la maldición o, ya sabes, el vómito o saliva cambia de color claro a oscuro“
Es entonces el exorcista sabe
“estoy golpeándole la casa, esto realmente está siendo eficaz y son buenas señales.
No es agradable de ver, pero tú sabes que estas siendo efectivo aquí”.
EL DIABLO ODIA LA FAMILIA
El exorcista estadounidense en entrenamiento explicó que las causas de la influencia demoníaca varían de un caso a otro. .
Y el impacto de los efectos del demonio también cambia con cada caso.
Pero un factor que parece ser una base común para la gente bajo el dominio del diablo son
“heridas profundas en su vida y, sobre todo, en su familia, sobre todo cuando los padres han tomado malas decisiones y, al hacerlo, han invitado mala influencia en su casa”.
Y enumera cosas tales como
“infidelidad conyugal, aborto, hacer las cosas que rompen la familia”.
“Una familia es un icono; es una imagen de la Santísima Trinidad. .
Es por lo que el diablo odia tanto a la familia”.
EL TESTIMONIO DE UN EXORCISMO DEL PADRE AMORTH
Un periodista del Washington Post visitó la vivienda del Exorcista Gabriele Amorth, un hogar sacerdotal, donde hay acondicionada una habitación para que Amorth realice.
El padre Gabriele Amorth hoy es fallecido.
La vivienda del exorcista más conocido de la Iglesia Católica es un lugar sin pretensiones.
Una pequeña habitación en el tercer piso de una casa para sacerdotes ancianos escondida en un rincón oscuro del sur de Roma.
El reverendo Gabriele Amorth tiene mas de 90 años.
La habitación es austera, equipada con una cama de hospital y numerosas imágenes de Jesús y la Virgen María.
Luego están los recuerdos, que Amorth comenzó a recoger después de ser nombrado exorcista en la década de 1980.
Ha llevado a cabo miles de limpiezas espirituales, desde entonces. . Manteniendo sólo algunas de las partes y detalles que le gusta llamar “las cosas expulsadas por la boca”. .
Clavos. Llaves. Cadenas. Figuritas de plástico.
Sus servicios, aunque de gran demanda, no siempre son necesarios.
“La mayoría de las veces no hay presencia diabólica real, y mi trabajo radica en sugerir a los que vienen vivir una vida de fe y oración”, dijo. .
“Y esto es suficiente para calmar los temores de aquellos que temen los males del diablo.”
Pero otras veces, dijo,
“hay realmente una influencia diabólica.”
Dos veces, Amorth dijo, vio a las víctimas levitar.
“Tratamos de mantener a la persona en el sillón”, dijo, y agregó que los demonios “lo hacen sólo para mostrar.”
LOS PERIODISTAS SE APRESTAN PARA PRESENCIAR UN EXORCISMO
Una hora más tarde, Anthony Faiola y un colega italiano son invitados a presenciar un exorcismo.
Su habitación para el exorcismo es una cocina modernizada, con azulejos blancos.
Hay una gran estatua de la Virgen, en la que se fijan constantemente los ojos de Amorth, está en una esquina de la habitación.
Él se pone una sotana negra y una estola púrpura mientras consuela a un ama de casa napolitana de 40 y algo.
Su pelo está bien peinado, sus zapatillas son brillantes y lleva gafas de sol Bulgari.
De hecho, la mujer, que da su nombre sólo como Antonella, parece perfectamente normal al principio.
Pero eso va a cambiar.
A diferencia de los rituales rápidos que aparecen en las películas, los exorcismos reales son más de fuego lento. .
A menudo con años de ritos repetidos antes de la gran limpieza.
Antonella, que viajó hasta Roma desde Nápoles con su marido, Michele, para su último exorcismo, afirma haber estado poseída por varios demonios durante 17 años.
Tanto ella como Michele culpan de la aflicción a la maldición de un amigo sin hijos, adorador del demonio, que dicen envidiaba la fecundidad de Antonella como madre de dos hijos.
Ellos sabían que algo estaba mal, dijeron, cuando Antonella comenzó a lanzar ataques violentos después de recibir la Eucaristía en la Misa.
Y entrar en trances en los que hablaba arameo y alemán – idiomas que ella dijo que nunca ha estudiado.
Normalmente se necesitan tres hombres adultos para contenerla, dijo la pareja.
Después de cuatro años de exorcismos con Amorth, sus ataques se han vuelto cada vez menos violentos. .
Ella dice que ha comenzado a ver el proceso como un tratamiento a largo plazo de una enfermedad terrible del alma.
LA SESIÓN DE EXORCISMO
Después de una ronda de oración, Amorth, ayudado por tres asistentes, finalmente lanza su ataque espiritual.
Comienza a cantar en latín, mandando a los presuntos demonios dentro de Antonella a revelarse. .
Varios minutos pasan antes de que Antonella reaccione. .
Ella comienza a ahogarse, tosiendo con flema. .
Ella gime y se revuelca de ida y vuelta, como si por el dolor, ella exigiera que pararan el canto.
Amorth se niega, gritando:
“¡Dime tu nombre!”
Antonella se retuerce en su asiento, con silbidos,
“¡No! ¡No!”
Ella niega con la cabeza, sus ojos están en blanco en la parte posterior de las órbitas.
Con voz alterada, ella dice:
“¡No lo haré!”
“¡Dime tu nombre!” Amorth repite, hasta que finalmente ella escupe un nombre: Asmodeo, el demonio de la tradición bíblica.
“¿Cuántos son ustedes?” demanda el sacerdote, repitiendo la pregunta mientras Antonella gruñe y sacude la cabeza con violencia.
Finalmente, ella responde desafiante:
“¡Somos cinco!”
Amorth luego hace la señal de la cruz en la frente, lo que provoca que retroceda.
El canto y las bendiciones se prolongan durante varios minutos antes que Antonella se calme.
Diez minutos más tarde, ella vuelve en si como de un sueño.
Ella abre los ojos y se deja caer en la silla.
Después de su pelea con los demonios, Amorth simplemente se encoge de hombros.
No tenemos otra alternativa de futuro o vamos al Cielo o terminamos en el Infierno.
Y cuanto antes comprendamos que hay que hacer para llegar allí, mejor será.
Pero en estos tiempos de confusión estamos amputando el mensaje que Cristo trajo al mundo al ese respecto. .
Presentamos su atractivo mensaje de salvación, pero no las consecuencias de no corresponderle. .
Y así dejamos la puerta abierta para el crecimiento de herejías, que se oyen en la Iglesia regularmente: .
-que Dios es tan misericordioso que no condenará a nadie al infierno, .
-o que si bien el infierno existe, está vacío porque Dios es todo amor.
¿QUÉ ES EL INFIERNO?
Sobre la base de una interpretación literal de las Escrituras, el infierno es sin duda un lugar de tormento eterno por el fuego.
Hay llanto constante, lágrimas y crujir de dientes. Es un lugar de absoluta y extrema tortura.
Pero hay otra vía de interpretación.
Que dice que estas son palabras figurativas para describir lo que será estar mentalmente torturado por toda la eternidad, separado de Dios, Jesús, y tus seres queridos, sin pensar en llegar un día a ser rescatado.
Es el infierno de las personas que reviven una y otra y otra vez todas las oportunidades que tuvieron de llegar a Cristo en esta vida, pero ellos se rieron, lo negaron o lo aplazaron para otro día hasta que fue demasiado tarde.
Cualquiera que sea el infierno tendrá estas cosas con certeza:
Va a ser una auténtica tortura. . Va a ser un lugar o estado de angustia mental sin fin. . Será un lugar lleno de gente.
Y la mejor cosa que debemos saber sobre el infierno es esta:
El Infierno existe, pero en la medida que ponemos nuestra fe y confianza en Jesucristo y confiamos plenamente en su misericordia, su gracia y su perdón, y nos rectificamos de nuestros pecados, no tenemos que ir al infierno. . Iremos a nuestra recompensa celestial, a esa mansión que ha sido construida para que moremos con nuestro Señor y todos los santos por siempre jamás.
MIEDO A QUE LA GENTE SE ASUSTE
Vivimos en una época donde el infierno no es predicado a menudo.
La gente de hoy quiere sentirse bien con el cristianismo.
Incluso hay cristianos que no quieren que se predique sobre el pecado, a fin de sentirse bien, y no culpable.
La gente hoy en día tiene el síndrome de que «es todo sobre mí».
Yo adoro a Dios y le doy a Dios las gracias por lo que puedo conseguir y hacer.
Pero no me diga sobre el infierno, dígame que Dios es muy bueno, dígame lo maravilloso de una persona que está en los ojos de Dios, no hiera mis sentimientos.
En definitiva es querer ver sólo la promesa positiva sin ver los requisitos para que se cumpla, porque esos requisitos no estamos muy dispuestos a cumplirlos.
Así, el anuncio positivo de la Buena Nueva de que Cristo, por su sacrificio, ganó la redención para el mundo entero, tiene una parte regular en la predicación contemporánea.
Pero hay terribles consecuencias al no transmitir completo el ofrecimiento de Jesús.
Y sin embargo, rara vez la parte ‘dolorosa’ del mensaje del Nuevo Testamento es escuchado en la Iglesia contemporánea.
Algunas reacciones comunes son:
“Nuestra religión es una religión de amor, no de miedo.”
“La gente ya tiene una imagen mala, y esto podría hacer que se sientan peor”
“El miedo del infierno es un motivo indigno para ser cristiano”
“No deberíamos estar tratando de asustar a la gente para ser buena”
EL RIESGO QUE EL OFRECIMIENTO DE JESÚS SEA UNO MÁS
Cuando se enseña sólo la oferta positiva de la salvación y la predicación, y no se dice nada acerca de las consecuencias de no responder a esta increíble oferta de misericordia se está comunicando mal.
Porque es muy fácil ver la llamada a la nueva evangelización como un “accesorio”, bueno, pero no realmente necesario, si no hay consecuencias negativas para no responder positivamente.
Después de décadas de silencio sobre las consecuencias de no responder a la misericordia de Dios para una vida de fe, una visión del mundo ajena ha colonizado las mentes de un gran número de nuestros hermanos católicos. .
Supone que casi todo el mundo va a ser salvado, excepto tal vez unos pocos asesinos de masas muy notorios.
Pero, por supuesto, el asesinato es sólo uno de toda una serie de graves pecadosque, sin arrepentimiento, excluirá a la gente del Reino de Dios:
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios?
No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10).
Esto no es un texto aislado, listas similares de pecados que excluyen a la gente del cielo se encuentran en Gálatas 5:13, 19-21, Efesios 5:5-6, Apocalipsis 22:14-15 – y en otros lugares también.
Jesús es particularmente enfático en la necesidad absoluta de apartarse del pecado grave si queremos entrar en el Reino:
“Y si tu ojo te fuere ocasión de pecado, sácalo y échalo fuera ti.
Porque es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos seas echado en el infierno de fuego” (Mateo 18:09).
Él nos dice claramente que no hay que temer a los que matan el cuerpo, sino temer al castigo eterno en el infierno por el pecado sin arrepentimiento (Lucas 12:4-5).
LUCHANDO CONTRA LA INCREDULIDAD
No se trata sólo de una amplia gama de inmoralidad impenitente que excluye a las personas del Reino, sino tal vez del pecado más grave de todos, la incredulidad.
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que cree en él no es condenado, pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16-18).
El padre Francis Martin, en uno de sus ensayos bíblicos / teológicos, llama al no creer en la revelación de Jesús “la raíz del pecado del mundo”.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que debe soportar la ira de Dios” (Juan 3: 36).
JESÚS PENSABA QUE ERA IMPORTANTE COMUNICAR LAS CONSECUENCIAS DE NO ACEPTAR SU LLAMADO
Hay literalmente docenas de pasajes del Nuevo Testamento que hablan de las consecuencias eternas de no arrepentirse, de no creer, de no vivir una vida de obediencia como un discípulo de Jesús.
Es evidente que Jesús y los apóstoles pensaron que era importante que las consecuencias negativas de la falta de respuesta al pensamiento, palabra y obra del mensaje de salvación se comunicaran claramente a sus oyentes.
Jesús sabía lo que había en los corazones de los seres humanos. .
Y sabía que el miedo al infierno, aunque no es el punto final de la vida cristiana, es un muy buen comienzo si motiva el arrepentimiento.
EL TEMOR AL INFIERNO ES UNA ETAPA EN NUESTRA PURIFICACIÓN
Y mientras “el perfecto amor echa fuera el temor” de la pena y del Día del Juicio (1 Juan 4:17-18), la sabiduría espiritual de la Iglesia deja claro que no podemos ir al final del viaje sin un buen comienzo y trabajar pacientemente en cada etapa de purificación y limpieza.
Santa Catalina de Siena señala como la forma en la etapa inicial del viaje se caracteriza por un miedo muy útil del infierno, un “temor servil”, como ella dice. .
Que más tarde se traslada a lo que ella llama “amor mercenario” y, por último, a “el amor perfecto.” .
Usted no salta al amor perfecto, sin un buen comienzo.
San Juan de la Cruz supone que antes que la gente esté realmente lista para emprender el viaje espiritual, ha sido profundamente impresionada por: .
-la brevedad de la vida, .
-la estrechez de la carretera que conduce a la vida (Mateo 7:14), .
-el rigor de la sentencia, .
cómo “el justo con dificultad se salva”(1 Pedro 4:18), .
-cómo “la perdición es muy fácil y muy difícil la salvación” y .
-la necesidad de un profundo arrepentimiento del pecado y la entrega incondicional a Dios (El Cántico Espiritual, estrofa 1, 1).
San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales, reconoce que la motivación más importante para servir a Dios es puro amor. .
Pero también cita la útil función de “temor servil” en el camino espiritual.
También lo hace San Francisco de Sales: “También debemos alabar fuertemente el temor a su majestad divina. .
Porque no sólo es el temor filial algo muy piadoso y santo, sino también lo es el temor servil.” (370).
LA PERSONA QUE HABLÓ MÁS SOBRE EL INFIERNO FUE JESÚS
De hecho, en el Sermón de la Montaña, lo menciona cinco veces. .
Tal vez lo hizo para no sólo decir a sus seguidores como vivir, trabajar y orar, sino también para asustarlos y dirigirlos fuera, por así decirlo.
En las Escrituras el lugar de los muertos es conocido como el Seol en el Antiguo Testamento y el Hades en el Nuevo Testamento.
Seol es la palabra hebrea y el Hades era la palabra griega que se refieren simplemente al lugar de todos los muertos, tanto justos como injustos.
Más tarde, el Seol o Hades llegó a ser conocido como el lugar donde los impíos van a residir después de la muerte.
El Paraíso, o el Seno de Abraham, llegó a ser conocido como el lugar donde los justos van a residir después de la muerte. (Dejemos la discusión del Purgatorio para otro momento.)
Hay otro término en el Nuevo Testamento que tenemos que entender.
Es la palabra «Gehenna».
Gehena literalmente significa «Valle de Hinnon.»
¿Por qué se traduce a Gehena como el infierno?
En el Antiguo Testamento, en el Valle de Hinnon, la gente adoraba al dios falso, Moloc, y sacrificaba a sus hijos a Moloc, quemándolos en un altar (2 Crónicas 28:3 y 33:6).
El Valle de Hinnon fue también el lugar donde se depositaban los desechos de Jerusalén, el lugar donde se quemaba la basura.
Fue asociado no sólo con el fuego, sino también contaminación extrema.
Por lo tanto, la Gehena se convirtió en el término para el infierno, el lugar de tormento eterno de los impíos que no conocieron a Dios o a Su Hijo, Jesucristo.
LEVANTANDO OBJECIONES SOBRE EL INFIERNO
Vamos a enumerar las objeciones acerca de que no existe el infierno y a levantarlas.
1. Dios es un Dios moral.
Por lo tanto castigar a alguien por la eternidad es vengativo e inmoral.
Dios simplemente no puede ser así.
El cielo y el infierno no tienen nada que ver con la moralidad de Dios. . Tiene que ver con que Dios es un Dios justo y santo que ha mandado hombres y mujeres de todas partes que se arrepientan y crean en el Evangelio o de lo contrario sufran las consecuencias.
2. Simplemente no hay manera de que cometiendo un pecado finito se pueda merecer un castigo infinito.
Las personas caen del borde del acantilado algunas veces en su vida y hacen algo malo.
Pero no hay forma en que un Dios de amor y perdón nos castigue por la eternidad a causa de unas pocas veces.
No es las pocas veces el problema. . Es la vida de continua falta de arrepentimiento y la vida de incredulidad en Jesucristo que merece el castigo eterno.
3. Las penas del infierno que la Escritura describe son bárbaras, crudas, primitivas, y simplemente horribles.
No hay manera en que Dios vaya a hacer esas cosas.
Eso no es realmente una objeción, es simplemente un deseo. . En la Infantería de Marina hay un cartel en el área de formación de los cadetes que dice «Nunca te prometí un jardín de rosas». .
Se puede imaginar el mismo letrero en la entrada del infierno.
4. ¿No hará que la gente en el cielo esté triste si sabe que sus seres queridos están sufriendo en el infierno?
No puede ser un infierno.
Sería destruir la felicidad y la alegría del cielo.
No habrá pena en el cielo, ni tristeza, ni llanto ni remordimiento. . El pensamiento del infierno no cruzará nuestras mentes.
5. Dios es amor. Simplemente no puede haber un infierno.
Muchos lugares de la Escritura nos dicen que Dios nos ama. .
Somos sus hijos y él es nuestro Padre celestial. .
Él nos perdona cuando confesamos nuestros pecados. .
Él nos recibe con los brazos abiertos cuando llegamos a él después de que nos hemos desviado. .
Pero la misma Biblia que nos dice que Dios nos ama, también nos dice que hay un infierno que le espera a los injustos. .
No podemos aceptar una verdad e ignorar la otra.
EL APORTE DEL INFIERNO A LA MORALIDAD DE LAS SOCIEDADES
Ahora, investigaciones científicas encontraron que la actividad delictiva es menor en las sociedades donde las creencias religiosas de las personas contienen un fuerte componente punitivo. .
Que en los lugares donde las creencias religiosas son más benevolentes.
En los lugares en los que se cree en el infierno hay menores tasas de delincuencia, que en países en los que sólo se cree en el cielo y se es más benevolente al pensar en los castigos. .
Lo cual implica que la promesa de castigo sobrenatural es más eficaz para conseguir que la gente actúe de manera más ética entre sí.
Las religiones se han considerado como baluartes contra las conductas contrarias a la ética.
Y también, cuando se trata de predecir el comportamiento criminal, las creencias religiosas son un factor, dice un psicólogo de la Universidad de Oregon.
Sobre todo si se compara con lugares en los que las creencias religiosas son más indulgentes.
Un país donde mucha gente cree más en el cielo que en el infierno, por ejemplo, probablemente tenga una tasa de criminalidad mucha más alta que los países en que tales creencias son prácticamente idénticas.
El hallazgo surgió de un análisis que abarcó datos recogidos por más de 26 años, sobre un total de 143.197 personas en 67 países.
“La principal conclusión es que en lugares en los que se cree en el infierno hay menores tasas de delincuencia, pero en países en los que sólo cree en el cielo hay mayores índices de criminalidad, y estos son efectos a largo plazo”, dijo Azim F. Shariff, un profesor de psicología y director del Laboratorio para la Cultura y la moral en la Universidad de Oregon.
Y añade:
“Creo que es una clave importante entender qué efectos causan el castigo sobrenatural o la bondad sobrenatural.
Los datos confirman en investigaciones anteriores realizadas con grupos restringidos, que en el “mundo real” realmente se demuestra cómo la creencia afecta a las personas sobre el hecho de cometer algún crimen”.
En un artículo para la Revista Internacional de Psicología de la Religión, Shariff, dijo que los estudiantes universitarios que creen en un Dios que perdona son más propensos a ser infieles, no así a los que creen en un Dios que castiga.
Los nuevos hallazgos, añadió, caben en un creciente cuerpo de evidencia de que el castigo sobrenatural, habría surgido como una innovación cultural muy eficaz para conseguir que la gente actuara de manera más ética entre sí.
Estos descubrimientos científicos recientes siguen mostrando que la idea de un castigo divino influye en la forma de ver la vida.
En el 2003, por ejemplo, Robert J. Barro y Rachel M. McCleary, ambos investigadores de la Universidad de Harvard, demostraron que el producto interno bruto fue mayor en los países desarrollados, donde la gente cree en el infierno que en los que creen solamente en el cielo.
En cuanto a los datos de su investigación, Shariff cree que
“sólo podemos especular acerca de los mecanismos, pero es posible que las personas que no creen en la posibilidad de un castigo después de la muerte, tienden a tener un comportamiento poco ético, porque sienten que no hay un impedimento divino”.
Los datos utilizados por el estudio fueron tomados de World Values, una encuesta de valores realizada en varios países europeos durante períodos diferentes entre 1981 y el 2007.
Los datos sobre la delincuencia fueron tomados de los registros recopilados por las Naciones Unidas sobre los homicidios, robos, violaciones, secuestros, asaltos, crímenes de drogas, robo y el tráfico de seres humanos.
PORQUE EL INFIERNO DURA PARA SIEMPRE
Dios hizo el infierno porque es demasiado puro para considerar el pecado, es tres veces santo.
Dios es amor.
Y cuando Cristo camino sobre la Tierra hablo más sobre el cielo que sobre el infierno, pero habló bastante sobre el infierno.
Dios es el creador y el juez, y pone a los que no son salvados en un lugar distinto a los no salvados.
Ese lugar se llama infierno, pero son las personas las que se envían al infierno, porque su deseo es pecar contra Dios.
El infierno fue preparado para los ángeles caídos, pero también para su simiente, que son los hijos del mal en forma humana.
Pero además el infierno es un lugar donde la gente sigue pecando.
Se lo describe como un lugar sin agua, un pozo sin fondo, un lago de fuego, un lugar de tormentos eternos, un lugar de castigo eterno fuera de la presencia de Dios.
Un lugar donde el gusano no muere y el fuego no se extinguen, un lugar de llanto y crujir de dientes.
Santo Tomás de Aquino
LA TESIS EQUIVOCADA DEL ANIQUILACIONISMO
El aniquilacionismo es una herejía que no tiene base bíblica ni doctrinal católica, y se basa en una interpretación humana piadosa.
Dice que después qué los malos hayan pagado por sus pecados serán completamente eliminados; dejarán de existir.
Puede haber un castigo que dure por un tiempo limitado, pero finalmente terminará y el reprobó desaparecerá.
Esta herejía es sostenida por algunas denominaciones como Mormones, Testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, Ciencia Cristiana.
Pero hay tres principios manejados por Santo Tomás de Aquino que complementan la falsedad bíblica del aniquilacionismo que vimos.
La primera, es que toda sustancia busca la preservación, por lo tanto el malvado no busca la aniquilación sino preservarse en su maldad; es su deseo vivir para siempre.
En segundo lugar, la elección entre hacer el bien y hacer el mal es una elección de tipo de vida, en lugar de una elección para una determinada acción específica.
Y en tercer lugar, quien hace una elección la hace porque la considera buena, a pesar de que sea mala a los ojos de Dios o a los ojos de la mayoría de la gente.
Todos conocemos gente que obstinadamente van por el camino del mal y rechazan a Dios.
De alguna forma aman más al mal, de lo que odian la miseria que les causa.
Y no desean la muerte sino saborear sus vidas rodeadas de malos frutos.
De modo que una persona apegada al mal, considera al mal algo bueno y deseado.
Arma su vida a partir de los conceptos de maldad y no es meramente un acto del momento.
De modo que al condenar al infierno a esa persona Dios le da exactamente lo que quiere.
Como dice CS Lewis los salvados son aquellos que le dicen a Dios hágase tu voluntad, mientras que los condenados son aquellos a quienes Dios les dice hágase tu voluntad.
Por otro lado está el factor de la disuasión.
Si los sufrimientos del infierno fuera momentáneos no serían adecuados para disuadir para hacer algo malo.
Porque el encanto del pecado puede ser tan atractivo que muchos estén dispuestos a sufrir temporalmente por él.
Por lo que finalmente la aniquilación sería una forma de salirse con la suya escapando de la justicia divina.
De modo que si un pecador impenitente suma la intención adicional de salirse con la suya, aumenta las razones para ir al infierno permanentemente.
LOS MATICES DE LA HEREJÍA DEL ANIQUILACIONISMO
Esta herejía tiene diversos matices doctrinales y en muchos casos es más que nada un sentimiento.
Un argumento bastante común usado por los aniquilacionistas es que no se justifica un castigo eterno por una conducta malvada finita.
Y que iría más allá del ojo por ojo y diente por diente en su proporción.
Pero ninguna condena está relacionada con el tiempo que demandó hacer el mal.
Una persona que haya matado a 3 personas con un revólver le puede haber insumido un minuto y puede ser condenado a cadena perpetua
Mientras que a un hombre que ha violado sistemáticamente una mujer durante años generalmente no se la condena a cadena perpetua.
El aniquilacionismo a su vez, está relacionado con la visión universalista que afirma que todos se salvan, como vimos en las expresiones anteriores del Cardenal Martini.
O sea que vivirán una vida de dicha eterna al lado de Dios.
Lo que puede tener dos variantes: una es el universalismo inmediato.
El cual dice que desde que la persona muere, sea gran pecado o gran santo, va directo al cielo.
Mientras que el universalismo pospuesto maneja la idea que los réprobos irán al cielo recién cuando se produzca el juicio final.
De la misma forma hay una tesis de aniquilacionismo pospuesto.
La visión del aniquilacionismo pospuesto dice que los incrédulos serán juzgados y recién luego desaparecerán.
O sea que Dios establece su justicia condenando a los réprobos, pero luego que lo mostró, termina extinguiéndolos.
También hoy otra versión de la aniquilación que dice que las personas tienen una segunda oportunidad de aceptar o rechazar al Señor como Salvador.
En Hebreos 9: 27 dice que está establecido que el hombre muera una sola vez y después de eso viene juicio.
Por lo tanto esta versión aniquilacionismo también es antibíblica.
Mateo 25: 46, hablando de los réprobos, dice “Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
De modo que ambos lugares son eternos.
5 ARGUMENTOS CONTRA EL ANIQUILACIONISMO
Los aniquilacionistas dicen que sería un error de Dios castigar el pecado finito con un castigo eterno.
Pero hemos visto que la cantidad de tiempo qué demanda el delito es irrelevante para determinar la sentencia.
Pero de la misma forma entonces los buenos no tendrían oportunidad de ir al cielo permanentemente, porque sus actos de bondad son siempre finitos.
Porque no hay que olvidar que nuestros actos en la Tierra son una mezcla de conductas buenas y conductas malas.
De modo que éste argumento aniquilacionista también tiene por consecuencia anular el Cielo.
En segundo lugar, la Biblia deja bien claro que los conceptos humanos de justicia y equidad están distorsionados por la naturaleza humana caída; son engañosos.
Y por lo tanto sólo Dios tiene la capacidad de determinar la real naturaleza del pecado y cuál sería el castigo que merece.
En tercer lugar, el mal infinito es el fracaso de tener una conducta digna de amor, obediencia y honor hacia Dios
Y esto justifica los sufrimientos infinitos.
En cuarto lugar, los aniquilacionistas evalúan incorrectamente la posibilidad de cambio de actitud del pecador contumaz.
No existe el arrepentimiento en el infierno.
En quinto lugar, el castigo de Dios está relacionado con su justicia perfecta y su odio inmutable hacia el mal.
Y no puede pensarse como una reacción humana ante la rebelión obstinada del pecador.
El título es algo alarmante, pero útil para tu vida.
Este artículo trata sobre cómo salvarnos a nosotros mismos y a otros de un sufrimiento inenarrable.
Resume un libro de excelente mérito por sus consejos, por la convicción que acarrean y la acción urgente que nos infunde.
Es por tu mayor interés que lo leas y releas. Y nunca te arrepentirás de ello.
.
Por el contrario, grande y amargo será tu arrepentimiento si no lo haces con dedicación.
“Léeme o Laméntalo”, está firmado por EDM (Engant de Marie, iniciales con las que se identifica el Padre O’Sullivan).
Tiene la aprobación del Cardenal de Lisboa en 1936.
¡AUXILIO, AUXILIO, SUFRIMOS MUCHO!
Nunca llegaremos a comprender lo suficientemente claro que una limosna, pequeña o grande, dada en favor de las almas sufrientes, se la damos directamente a Dios.
El acepta y recuerda como si se la hubieran dado directamente a Él mismo.
Así, todo lo que hagamos por ellas, Dios lo acepta hecho para El.
Es como si lo aliviáramos o liberáramos a Él mismo del Purgatorio. ¡En qué manera nos pagará!
No hay mayor hambre, sed, pobreza, necesidad, pena, dolor, sufrimiento que se compare a los de las Almas del Purgatorio.
Por lo tanto no hay ni mérito más alto para nosotros, que rezar, pedir celebraciones de Misas, y dar limosnas en favor de las pobres Santas Almas.
Es muy posible que algunos de nuestros más cercanos y queridos parientes estén todavía sufriendo las purificantes penas del Purgatorio.
Y llamándonos entre lastimosos gemidos para que los ayudemos y aliviemos.
¿No es terrible que seamos tan duros que no podamos pensar en ellos, ni tampoco podemos ser tan crueles que deliberadamente los olvidemos?
Por el amor de Cristo, hagamos todo lo que podamos por ellas.
PIENSA EN ELPURGATORIO
“Tengan piedad de mí, tengan piedad de mí, por lo menos ustedes mis amigos, porque la mano del Señor me ha tocado” (Job 19:21).
Esta es la conmovedora súplica que la Iglesia Purgante envía a sus amigos en la tierra. . Tierra, comiencen, imploren su ayuda, en respuesta a la angustia más profunda. Muchos dependen de sus oraciones.
Es incomprensible como algunos católicos vergonzosamente desatienden a las almas del Purgatorio.
Pareciera que no creen en el Purgatorio. Ciertamente es que sus ideas acerca de ello son muy difusas.
¡Días y semanas y meses pasan sin que ellas reciban una Misa dicha por ellas!
¡Raramente también, oyen Misa por ellos, raramente rezan por ellos, raramente piensan en ellos!
Entretanto tal vez su amigos y familiares en la tierras están gozando la plenitud de la salud y la felicidad, ocupados en sus trabajos, divirtiéndose.
Mientras las pobres almas sufren inenarrables agonías en sus lechos de llamas.
¿Cuál es la causa de esta horrible insensibilidad? Ignorancia: gruesa, inexplicable ignorancia.
La gente no se da cuenta de lo que es el Purgatorio.
No conciben las espantosas penas, ni tienen idea de los largos años que las almas son retenidas en esas horribles llamas.
Como resultado, hacen poco o nada para evitarse a sí mismos el Purgatorio, y aún peor, cruelmente ignoran a las pobres almas que ya están allí y que dependen enteramente de ellos para ser auxiliadas.
QUE ES EL PURGATORIO
Es una prisión de fuego en la cual casi todas las almas salvadas son sumergidas después de la muerte y en la cual sufren las más intensas penas.
Aquí esta lo que los más grandes doctores de la iglesia nos dicen acerca del Purgatorio.
Tan lastimoso es el sufrimiento de ellas que un minuto de ese horrible fuego parece ser un siglo.
Santo Tomás Aquino, el príncipe de los teólogos, dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al fuego del infierno
Y que el mínimo contacto con él es más aterrador que todos los sufrimientos posibles de esta tierra.
San Agustín, el más grande de todos los santos doctores, enseña que para ser purificadas de sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de muertas son sujetas a un fuego más penetrante y más terrible que nadie pueda ver, sentir o concebir en esta vida.
Aunque este fuego está destinado a limpiar y purificar al alma, dice el Santo Doctor, aún es más agudo que cualquier cosa que podamos resistir en la Tierra.
San Cirilo de Alejandría no duda en decir que “sería preferible sufrir todos los posibles tormentos en la Tierra hasta el día final que pasar un solo día en el Purgatorio”.
Otro gran Santo dice: “Nuestro fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca”.
Otros santos hablan en idénticos términos de ese horrible fuego.
¿CÓMO ES QUE LAS PENAS DEL PURGATORIO SON TAN SEVERAS?
El fuego que vemos en la Tierra fue hecho por la bondad de Dios para nuestra comodidad y nuestro bienestar.
A veces es usado como tormento, y es lo más terrible que podemos imaginar.
El fuego del Purgatorio, por el contrario, está hecho por la Justicia de Dios para penar y purificarnos y es, por consiguiente, incomparablemente más severo.
Nuestro fuego, como máximo, arde hasta consumir nuestro cuerpo hecho de materia.
Por el contrario el fuego del Purgatorio actúa sobre el alma espiritual, la cual es inexplicablemente más sensible a la pena.
Cuanto más intenso es el fuego, más rápidamente destruye a su víctima, la cual por consiguiente cesa de sufrir.
Por cuanto el fuego del Purgatorio inflige el más agudo y la más violenta pena, pero nunca mata al alma ni le quita sensibilidad.
Tan severo como el fuego del Purgatorio, es la pena de la separación de Dios, la cual el alma también sufre en el Purgatorio, y esta es la pena más severa.
El alma separada del cuerpo anhela con toda la intensidad de su naturaleza espiritual estar con Dios.
Es consumida de intenso deseo de volar hacia Él. Aun es retenida, y no hay palabras para describir la angustia de esa aspiración insatisfecha.
Qué locura, entonces, es para un ser inteligente como el ser humano negar cualquier precaución para evitar tal espantoso hecho.
Es infantil decir que no puede ser así, que no lo podemos entender, que es mejor no pensar o no hablar de ello.
El hecho es que, ya sea lo creamos o no, todas las penas del Purgatorio están más allá de lo que podamos imaginar o concebir. Estas son las palabras de San Agustín.
SOBRE EL PURGATORIO, ¿PUEDE TODO ESTO SER VERDAD?
La existencia del Purgatorio es tan cierta que ningún católico ha tenido nunca una duda acerca de ello.
Fue enseñado desde los tiempos más remotos por la Iglesia y fue aceptada con indubitable fe cuando la Palabra de Dios fue predicada.
La doctrina es revelada en la Sagrada Escritura y creída por millones y millones de creyentes de todos los tiempos.
Aún, tal como lo hemos remarcado, las ideas de algunos son tan vagas y superficiales en este tema tan importante, que son como personas que cierran sus ojos y caminan deliberadamente en el filo de un precipicio.
Harían bien en recordar que la mejor manera de acortar nuestra estadía en el Purgatorio – o aún más, evitarlo- es tener una clara idea de ello, y adoptar los remedios que Dios nos ofrece para evitarlo.
No pensar en ello es fatal. Es cavarse a sí mismos la fosa, y prepararse para ellos mismos un terrorífico, largo y riguroso Purgatorio.
EL PRÍNCIPE POLACO
Hubo un príncipe polaco, que por una razón política, fue exiliado de su país natal, y llegado a Francia, compró un hermoso castillo allí.
Desafortunadamente, perdió la Fe de su infancia y estaba, a la sazón, ocupado en escribir un libro contra Dios y la existencia de la vida eterna.
Dando un paseo una noche en su jardín, él se encontró con una mujer que lloraba amargamente. Le preguntó el porqué de su desconsuelo.
“¡Oh, príncipe, ella replicó, soy la esposa de John Marie, su mayordomo, el cual falleció hace dos días!
Él fue un buen marido y un devoto sirviente de Su Alteza.
Su enfermedad fue larga y gasté todos los ahorros en médicos, y ahora no tengo dinero para ir a ofrecer una Misa por su alma”.
El príncipe, tocado por el desconsuelo de esta mujer, le dijo algunas palabras.
Y aunque profesaba ya no creer más en la vida eterna, le dio algunas monedas de oro para tener la Misa por ella y su difunto esposo.
Un tiempo después, también de noche, el Príncipe estaba en su estudio trabajando febrilmente en su libro.
Escuchó un ruidoso tocar a la puerta, y sin levantar la vista de sus escritos, invitó a quien fuese a entrar.
La puerta se abrió y un hombre entró y se paró frente al escritorio de Su Majestad.
Al levantar la vista, cuál no sería la sorpresa del Príncipe al ver a Jean Marie, su mayordomo muerto, que lo miraba con una dulce sonrisa.
Príncipe, le dijo,
“Vengo a agradecerle por las Misas que usted permitió que mi mujer pidiera por mi alma.
Gracias a la Salvadora Sangre de Cristo, ofrecida por mí, voy ahora al Cielo.
Pero Dios me ha permitido venir aquí y agradecerle por sus generosas limosnas”.
Luego el agregó solemnemente
“Príncipe, hay un Dios, una vida futura, un Cielo y un Infierno”.
Dicho esto, desapareció.
El Príncipe cayó de rodillas y recitó un ferviente Credo (“Creo en Dios Padre Todopoderoso…”)
SAN ANTONINO Y SU AMIGO
San Antonino, el ilustre Arzobispo de Florencia, relata que un piadoso caballero había muerto, el cual tenía un amigo en un convento Dominicano en el cual el Santo residía.
Varias Misas fueron sufragadas por su alma.
El Santo se afligió mucho cuando, después de un prolongado lapso, el alma del fallecido se le apareció, sufriendo muchísimo.
“Oh mi querido amigo” exclamó el Arzobispo, “¿estás todavía en el Purgatorio, tú, que llevaste tal piadosa y devota vida?”
“Así es, y tendré que permanecer aquí por un largo tiempo” replicó el pobre sufriente.
“Pues en mi vida en la Tierra fui negligente en ofrecer sufragios por las almas de Purgatorio.
Ahora, Dios por su justo juicio aplica los sufragios que debían ser aplicados por mí, en favor de aquellos por los cuales debí haber rezado”.
“Pero Dios, también, en su justicia, me dará todos los méritos de mis buenas obras cuando entre al Cielo; pero, primero de todo, tengo que expiar mi grave negligencia de no acordarme de los otros”.
Tan ciertas son las palabras de Nuestro Señor
“Con la vara con que mides serás medido”.
Recuerda el terrible destino de ese piadoso caballero será el de aquellos que desechan orar y rehúsan ayudar a las Santas Almas.
¿CUÁNTO TIEMPO LAS ALMAS PERMANECEN EN EL PURGATORIO?
La extensión en tiempo por la cual las almas permanecen en el Purgatorio depende de: . a) el número de sus faltas; . b) la malicia y la deliberación con que éstas fueron realizadas; . c) la penitencia hecha, o no, la satisfacción hecha, o no, por los pecados cometidos durante la vida; . d) y también depende de los sufragios ofrecidos por ellos después de sus muertes.
Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más larga que la gente puede imaginar.
Extraeremos algunas citas de libros que hablan de la vida y las revelaciones de los Santos.
San Luis Bertrand: su padre era un ejemplar cristiano, como naturalmente se podía esperar, siendo el padre de tan gran Santo.
En un tiempo deseó llegar a ser un Monje Cartujo, hasta que Dios le hizo ver que no era Su voluntad.
Cuando murió, luego de largos años de practicar cada virtud cristiana, su hijo completamente al cuidado de los rigores de la justicia Divina, ofreció algunas Misas y elevó las más fervientes súplicas por el alma del cual él amó tanto.
Una visión de su padre en el Purgatorio lo obligó a multiplicar centenares de veces sus sufragios.
Agregó las más severas penas y largos ayunos a sus Misas y oraciones.
Aún ocho años completos pasaron antes que obtuviera la liberación de su padre.
San Malaquías tenía una hermana todavía en el Purgatorio.
Lo cual hizo que redoblara sus esfuerzos, y asimismo, a pesar de las Misas, oraciones y heroicas mortificaciones ofrecidas por el Santo, ¡permaneció varios años retenida!
Se cuenta que una santa monja en Pamplona, la cual logró liberar varias Carmelitas del Purgatorio, las cuales permanecieron allí por el término de 30 a 40 años.
¡Monjas Carmelitas en el Purgatorio por 40, 50 o 60 años!
¿Cuál será el destino de aquellos que viven inmersos en las tentaciones del Mundo, y con sus cientos de debilidades?
San Vicente Ferrer, después de la muerte de su hermana, oró con increíble fervor por su alma y ofreció varias Misas por su liberación.
Ella apareció al Santo al final de su Purgatorio, y le contó que si no fuera por su poderosa intercesión ante Dios, ella hubiera estado allí interminable tiempo.
En la Orden Dominicana es regla general orar por los Superiores en el aniversario de sus muertes. ¡Algunos de estos han muerto varios siglos atrás!
Ellos fueron hombres eminentes por su piedad y sabiduría.
Esta regla no sería aprobada por la Iglesia si no fuera necesaria y prudente.
No queremos significar con esto que todas las almas están retenidas por tiempos iguales en los fuegos expiatorios.
Algunas han cometido faltas leves y han hecho penitencia en vida. Por lo tanto, su castigo será mucho menos severo.
Si esas almas, quienes gozaron del trato, quienes vieron, siguieron, y tuvieron la intercesión de grandes santos, son retenidas largo tiempo en el Purgatorio, ¿qué será de nosotros que no gozamos ninguno de esos privilegios?
¿POR QUÉ UNA EXPIACIÓN TAN PROLONGADA?
Las razones no son difíciles de entender.
La malicia del pecado es muy grande.
Lo que a nosotros nos parece una pequeña falta en realidad una seria ofensa contra la infinita bondad de Dios.
Es suficiente ver cómo los Santos se condolieron sobre sus faltas.
Somos débiles, es nuestra tendencia.
Es verdad, pero entonces Dios nos ofrece generosamente abundantes gracias para fortalecernos.
Nos da la luz para ver la gravedad de nuestras faltas, y la fuerza necesaria para conquistar la tentación.
Si todavía somos débiles, la falta es toda nuestra.
No usamos la luz y la fortaleza que Dios nos ofrece generosamente; no rezamos, no recibimos los Sacramentos como debiéramos.
Un eminente teólogo remarca que si las almas son condenadas al Infierno por toda la eternidad por el pecado mortal.
No hay que asombrarse que otras almas debieran ser retenidas por largo tiempo en el Purgatorio quienes han cometido deliberadamente incontables pecados veniales.
Algunos de los cuales son tan graves que al tiempo de cometerlos el pecador escasamente distingue si son mortales o veniales.
También, ellos pueden haber cometido algunos pecados mortales por los cuales tuvieron poco arrepentimiento e hicieron poca o ninguna penitencia.
La culpa ha sido remitida por la absolución, pero la pena debida por los pecados tendrá que ser pagada en el Purgatorio.
Nuestro Señor nos enseña que deberemos rendir cuentas por cada palabra que decimos y que no dejaremos la prisión hasta que no hayamos pagado hasta el último céntimo.(Mt 5:26).
Los Santos cometieron pocos y leves pecados, y todavía ellos sienten mucho y hacen severas penas.
Nosotros cometemos muchos y gravísimos pecados, y nos arrepentimos poco y hacemos poca o ninguna penitencia.
Vitrina del Museo de Objetos del Purgatorio que han dejado almas que visitaron la Tierra
PECADOS VENIALES
Sería dificultoso calcular el inmenso número de pecados veniales que un católico comete.
Hay un infinito número de faltas en el amor, egoísmo, pensamientos, palabras, actos de sensualidad, también en cientos de variantes.
Faltas de caridad en el pensamiento, palabra, obra, y omisión.
Holgazanería, vanidad, celos, tibieza y otras innumerables faltas.
Hay pecados por omisión que no pagamos.
Amamos tan poco a Dios, y Él clama cientos de veces por nuestro amor.
Lo tratamos fríamente, indiferentemente y hasta con ingratitud.
Él murió por cada uno de nosotros. ¿Le hemos agradecido como se debe?
Él permanece día y noche en el Santísimo Sacramento del Altar, esperando por nuestras visitas, ansioso de ayudarnos.
¿Cuán a menudo vamos a Él?
Él ansía venir a nosotros en la Santa Comunión, y lo rechazamos.
Él se ofrece a Si Mismo por nosotros en el Altar de cada Misa y da océanos de gracias a aquellos que asisten al Santo Sacrificio.
¡Aún algunos son tan holgazanes de ir a Su Calvario! ¡Qué abuso de gracias!
Nuestros corazones están llenos de amor a sí mismos, duros.
Tenemos hogares felices, espléndida comida, vestido, y abundancia de todas las cosas.
Muchos de nuestros prójimos viven en el hambre y la miseria, y le damos tan poco, mientras que vivimos en el despilfarro y gastamos en nosotros mismos sin necesidad.
La vida nos fue dada para servir a Dios, para salvar nuestras almas.
¡Muchos cristianos, sin embargo, están satisfechos de rezar cinco minutos a la mañana y cinco a la noche!
El resto de las 24 horas están dedicados al trabajo, descanso y placer.
Diez minutos a Dios, a nuestras almas inmortales, al gran trabajo de nuestra salvación.
¡Veintitrés horas y cincuenta minutos a esta transitoria vida! ¿Es justo para Dios?
¡Nuestros trabajos, nuestros descansos y sufrimientos deberían ser hechos para Dios!
Así debería ser, y nuestros méritos serían por supuesto grandes.
La verdad es que hoy día pocos piensan en Dios durante el día.
El gran objetivo de sus pensamientos son ellos mismos.
Ellos piensan y trabajan y descansan para satisfacerse a sí mismos.
Dios ocupa un pequeñísimo espacio en sus días y sus mentes.
Esto es un desaire a Su Amantísimo Corazón, el cual siempre piensa en nosotros.
Y AHORA, LOS PECADOS MORTALES
Muchos cristianos cometen, desafortunadamente, pecados mortales durante sus vidas.
Pero aunque los llevan al Sacramento de la confesión, no hacen satisfacción por ellos, como ya hemos dicho.
San Beda el venerable, opina que aquellos que pasan gran parte de su vida cometiendo graves pecados y confesándolos en su lecho de muerte, pueden llegar a ser retenidos en el Purgatorio hasta el Día Final.
Santa Gertrudis en sus revelaciones dice que aquellos que cometen muchos pecados graves y que no hayan hecho penitencia no gozan de ningún sufragio de la Iglesia por un considerable tiempo.
Todos esos pecados, mortales o veniales, se acumulan por 20, 30, 40, 60 años de nuestras vidas.
Todos y cada uno deberán ser expiados para después de la muerte.
Entonces, ¿es de asombrarse que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto tiempo?
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ REZAR POR LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO?
El gran Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos amemos los unos a los otros, genuina y sinceramente.
El Primer Gran Mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas.
El Segundo, o mejor dicho el corolario del Primero, es amar al prójimo como a nosotros mismos.
No es un consejo o un mero deseo del Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la base y esencia de Su Ley.
Es tanta la verdad encerrada en esto que Él toma como donación todo aquello que hacemos por nuestro prójimo. .
Y como un rechazo hacia Él cuando rechazamos a nuestro prójimo.
Leemos en el Evangelio de San Mateo ( Mt 25:34-46), las palabras de Cristo que dirigirá a cada uno en el Día del Juicio Final.
Algunos católicos parecen pensar que su Ley ha caído en desuso, pues en estos días existe el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada uno piensa en sí mismo y en su engrandecimiento personal.
“Es inútil observar la Ley de Dios en estos días”, dicen, “cada uno debe mirar por sí mismo, o te hundes”.
¡No hay tal cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por siempre tendrá fuerza de ley.
Por eso, es más que nunca necesaria, más que nunca nuestro deber y por nuestro mayor interés.
ESTAMOS MORALMENTE OBLIGADOS A ROGAR POR LAS ANIMAS BENDITAS
Siempre estamos obligados a amar y ayudar al otro.
Pero cuanto mayor es la necesidad de nuestro prójimo, mayor y más estricta es nuestra obligación.
No es un favor que podemos o no hacer, es nuestro deber; debemos ayudarnos unos a otros.
Sería un monstruoso crimen, por caso, rehusar al poder y desposeído el alimento necesario para mantenerse vivo. . Sería espantoso rehusar la ayuda a alguien en una gran necesidad, pasar de largo y no extender la mano para salvar a un hombre que se está hundiendo.
No solamente debemos ayudar cuando es fácil y conveniente, sino que debemos hacer cualquier sacrificio para socorrer a nuestro hermano en dificultades.
Ahora, ¿qué puede estar más urgido de caridad que las almas del Purgatorio?
¿Qué hambre o sed o sufrimiento en esta Tierra puede compararse con sus más terribles sufrimientos?
Ni el pobre, ni el enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro alrededor necesitan de tal urgente socorro.
¡Aún encontramos gente de buen corazón que se interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente encontramos a gente que trabaja por las Almas del Purgatorio!
¿Y quién puede necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden estar nuestras madres, nuestros padres, amigos y seres queridos.
DIOS DESEA QUE LAS AYUDEMOS
Ellas son los amigos más queridos. El desea ayudarlos; Él desea mucho tenerlos cerca de Él en el Cielo.
Ellas nunca más lo ofenderán, y están destinadas a estar con Él por toda la Eternidad.
La Verdad, la Justicia de Dios demanda expiación por los pecados.
Pero por una asombrosa dispensación de Su Providencia Él pone en nuestras manos la posibilidad de asistirlos.
Él nos da el poder de aliviarlas y aún de liberarlas.
Nada le place más a Dios que les ayudemos. Él está tan agradecido como si le ayudáramos a Él.
NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE LOS AYUDEMOS
Nunca, nunca una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus hijos fallecidos.
Nunca nadie consuela como María busca consolar sus sufrientes niños en el Purgatorio, y tenerlos con Ella en el Cielo.
Le daremos gran regocijo cada vez que llevamos fuera del Purgatorio a un alma.
LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO NOS DEVUELVEN EL MIL POR UNO
Pero ¿qué podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas?
¡Sería prácticamente imposible de describir su ilimitada gratitud con para aquellos que las ayudan!
Llenas de un inmenso deseo de pagar los favores hechos por ellas, ruegan por sus benefactores con un fervor tan grande, tan intenso, tan constante, que Dios no les puede negar nada.
Santa Catalina de Bologna dice:
“He recibido muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho más grandes de las Santas Almas (del Purgatorio)”.
Cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierra, su gratitud no conoce límites.
Postradas frente al Trono de Dios, no cesan de orar por aquellos que los ayudaron.
Por sus oraciones ellas protegen a sus amigos de los peligros y los protegen de los demonios que los asechan.
No cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo, y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos.
Si los católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se aseguran con sólo ayudar a las Ánimas Benditas, no serían tan remisos de orar por ellos.
LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO PUEDEN ACORTAR NUESTRO PROPIO PURGATORIO
¡Otra gran gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y fácil Purgatorio, o su completa remisión!
San Juan Macías, sacerdote dominicano, tenía una maravillosa devoción a las Almas del Purgatorio.
El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del Santo Rosario) ¡la liberación de un millón cuatrocientas mil almas!
En retribución, el obtuvo para sí mismo las más abundantes y extraordinarias gracias y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho de muerte, y a acompañarlo hasta el Cielo.
Este hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en la bula de decretaba su beatificación.
El Cardenal Baronio recuerda un evento similar.
Fue llamado a asistir a un moribundo.
De repente, un ejército de espíritus benditos apareció en el lecho de muerte, consolaron al moribundo, y disiparon a los demonios que gemían, en un desesperado intento por lograr su ruina.
Cuando el cardenal les preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil almas que este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus oraciones y buenas obras.
Fueron enviadas por Dios, según explicaron, para llevarlo al Cielo sin pasar un solo momento en el Purgatorio.
Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir.
El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para nuestros últimos minutos.
Como no pudo encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa, él pensó en molestarla su beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que ella desperdició sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras almas.
Pero Nuestro Señor, no contento con enviar Sus Ángeles y las miles de almas que ella había liberado, fue en Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa.
Él le dijo a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces todos sus méritos.
El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo un pacto con otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de ellos muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su alma, y otras oraciones también.
Sucedió que su compañero murió primero, y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las prometidas Misas.
Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al final, suficientemente seguro que su santamente muerto amigo había alcanzado el Cielo, cesó de ofrecer las Misas.
Grande fue su arrepentimiento y consternación cuando el hermano muerto apareció frente a él sufriendo intensamente y reclamándole que no hubo celebrado las Misas prometidas.
El Beato Enrique replicó con gran arrepentimiento que no continuó con las Misas, creyendo que su amigo seguramente estaría disfrutando de la Visión Beatífica pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones.
“Oh hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la Preciosísima Sangre de Jesús lo que yo más necesito” lloraba la sufriente alma.
El Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado fervor, ofreció Misas y ruegos por su amigo hasta que recibió absoluta certeza de su liberación.
Luego fue su turno de recibir gracias y bendiciones de toda clase por parte de su querido hermano liberado, y muchas más veces que las que hubiera esperado.
CÓMO PODEMOS AYUDAR A LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO
Tener tu nombre registrado en el Libro de la Asociación.
Oír Misa una vez a la semana (basta con la Misa del domingo) por las Santas Almas.
Rezar y promover la devoción a las Ánimas Benditas.
Contribuir una vez al año con un donativo a la Asociación, lo cual permite a la Asociación tener Misas perpetuas cada mes.
La segunda medida para ayudar a las Animas Benditas, es pidiendo Misas ofrecidas por ellas.
Esta es ciertamente la más eficaz de las medidas para liberarlas.
Aquellos que no puedan ofrecer Misas, deberían asistir a cuanta Misa fuera posible por su intención.
Un hombre joven que ganaba un salario muy modesto le contó al autor de este libro:
“Mi esposa murió unos años antes. Tengo 10 misas ofrecidas por ella. No puedo hacer más por ella, pero oí 1000 misas por su querida alma”.
La recitación del Santo Rosario (con sus grandes indulgencias) y hacer el Vía Crucis (el cual es ricamente dador de indulgencias), son excelentes vías de ayuda a las almas.
San Juan Macías, como vimos, liberó del Purgatorio más de un millón de almas, principalmente recitando el Santo Rosario y ofreciendo sus indulgencias por ellas.
Otra fácil y eficaz forma de ayuda es la recitación constante de oraciones breves que contengan indulgencias (aplicando dichas indulgencias en favor de las almas del Purgatorio)
Mucha gente tiene la costumbre de decir 500, ó 1000 veces cada día la pequeña jaculatoria “Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío”, o la sola palabra “Jesús”.
Estas son las más consoladoras devociones; ellas traen océanos de gracias a quien las practican y dan inmenso alivio a las Santas Almas.
Aquellos que digan las jaculatorias 500, o 1000 veces, ganan 300.000 días de indulgencias (ochocientos veintiún años de indulgencias) ¡Qué multitud de almas podemos liberar!
¿Cuánto no será la cantidad de almas liberadas al cabo de un mes, de un año, de cincuenta años?
Y a los que no dicen las jaculatorias… ¡que inmenso número de gracias y favores habrán perdido!
Es bastante posible -aunque no fácil- decir esas jaculatorias 1000 veces al día. Pero si no puedes decir 1000, por lo menos dilas 500, o 200 veces diarias.
Todavía otra poderosa oración es:
“Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las Misas dichas en el mundo en este día, por las Almas del Purgatorio”.
Nuestro Señor mostró a Santa Gertrudis un vasto número de almas dejando el Purgatorio (¡cerca de 1000 cada vez que se la recitaba!).
Y yendo al Cielo como resultado de esta oración, la cual la Santa acostumbraba decir frecuentemente durante el día.
El acto heroico consiste en ofrecer a Dios en favor de las Almas del Purgatorio todos los trabajos de satisfacción que practicamos en nuestra vida y todos los sufragios que serán ofrecidos para nosotros después de nuestra muerte.
Si Dios premia tan abundantemente la más insignificante limosna dadas por un pobre hombre en Su nombre,
¿Qué inmensa recompensa Él no dará a aquellos que ofrecen sus trabajos de satisfacción en vida y muerte por las Almas que Él ama tanto?
Este acto no evita que los sacerdotes ofrezcan Misas por las intenciones que ellos deseen, o que los laicos no recen por algunas personas u otras intenciones. Aconsejamos a todos realizar este acto.
LAS LIMOSNAS AYUDAN A LAS SANTAS ALMAS
San Martin dio la mitad de su manto a un pobre mendigo, sólo para darse cuenta después que se lo había dado a Cristo. Nuestro Señor apareció al Santo y le agradeció.
El Beato Jordan de la Orden Dominica, nunca podía rehusar dar limosnas cuando se lo pedían en el nombre de Dios.
Un día él se había olvidado su monedero. Un pobre hombre imploraba una limosna por el amor de Dios.
En vez de descartarlo, Jordan, por entonces un estudiante, le dio su más preciado cinturón, el cual el apreciaba mucho.
Poco tiempo después, el entró a una Iglesia y encontró su cinturón circundando la cintura de una imagen de Cristo Crucificado.
El también, había dado sus limosnas a Cristo. Todos damos limosnas a Cristo.
En conclusión: . Dar todas las limosnas que podamos. . Pedir todas las Misas que estén en nuestro poder. . Escuchar todas las Misas, cuantas más, mejor. . Ofrecer todas nuestras penas y sufrimientos por la liberación de las Almas del Purgatorio.
Así liberaremos incontable cantidad de Almas del Purgatorio, las cuales nos pagarán 10000 veces más.
LO QUE HACEN LAS ANIMAS BENDITAS POR AQUELLOS QUE LAS AYUDAN
San Alfonso María Liguori decía que, aunque las santas Almas no pueden ya lograr méritos para sí mismas, pueden obtener para nosotros grandes gracias.
No son, formalmente hablando, intercesores, como lo son los Santos, pero a través de la dulce Providencia de Dios, pueden obtener para nosotros asombrosos favores y librarnos de los demonios, enfermedades y peligros de toda clase.
Está más allá de toda duda, como ya hemos dicho, que nos devuelven miles de veces cada cosa que hagamos por ellos.
Los siguientes hechos, unos pocos de todos los que podríamos mencionar, son suficientes para mostrar cuán poderosas y generosas amigas son estas Almas.
COMO UNA NIÑA ENCONTRÓ A SU MADRE
Una pobre niña sirvienta en Francia llamada Jeanne Marie escuchó una vez un sermón sobre las Santas Almas, el cual dejó una impresión indeleble en su mente.
Fue profundamente movida por el pensamiento del intenso e incesante sufrimiento que soportaban las pobres Almas, y se horrorizaba al ver cuán cruelmente eran olvidadas y dejadas de lado por sus amigos de la Tierra.
Otra cosa que la impresionó profundamente es oír que hay muchas almas que están tan cerca de su liberación, que una sola Misa sería suficiente para ellas.
¡Pero que son retenidas largo tiempo, hasta años, sólo porque este último y necesario sufragio fue olvidado o negado!
Con una fe simple, Jeanne Marie resolvió que, costara lo que costara, ella tendría una Misa por las Pobres Almas cada mes, especialmente por las más cercanas al Cielo.
Ella ahorraba un poquito, y a veces con dificultad, pero nunca falló en su promesa.
En una ocasión fue a París con su patrona, y la niña cayó enferma, por lo cual se vio obligada a ir al Hospital.
Desafortunadamente, la enfermedad resultó ser de largo tratamiento, y su patrona tuvo que regresar a casa, deseando que su mucama pronto se reuniera con ella.
Cuando al final la pobre sirvienta pudo dejar el hospital, y allí había dejado todos sus ahorros, de manera que sólo le quedaba en la mano un franco.
¿Qué hizo? ¿A dónde ir?
De repente, un pensamiento cruzó su mente y se acordó que no había ofrecido ese mes una Misa en favor de las Pobres Almas.
¡Pero tenía sólo un franco! Apenas le alcanzaría para comer.
Como tenía confianza que las Almas del Purgatorio le ayudarían, fue hasta una Iglesia y pidió hablar con un sacerdote, para que ofrezca una Misa, en favor de las Almas del Purgatorio.
El aceptó, aunque jamás imaginó que la modesta suma que la niña ofreció era el único dinero que la pobre niña poseía.
Al terminar el Santo Sacrificio, nuestra heroína dejó la Iglesia. Una cierta tristeza nubló su rostro, y se sintió totalmente perpleja.
Un joven caballero, tocado por su evidente decepción, le preguntó si tenía algún problema y si podía ayudarla.
Ella le contó su historia brevemente, y finalizó diciendo cuanto deseaba trabajar.
De alguna manera se sintió consolada por la forma en que el joven la escuchaba, y recobró la confianza.
“Será un placer ayudarte” dijo. “Conozco una dama que en este momento está buscando una sirvienta. Ven conmigo”.
Y dicho esto le guio hasta una casa no muy lejos de allí y le pidió que ella tocara el timbre, asegurándole que encontraría trabajo.
En respuesta al toque de timbre, la dama de la casa abrió ella misma la puerta y preguntó a Jeanne Marie que quería.
“Madame” dijo ella, “me dijeron que usted está buscando una mucama. No tengo trabajo y me agradaría tener el puesto”.
La dama estaba perpleja y replicó:
“¿Quién pudo haberte dicho que necesitaba una mucama? ¿Hace sólo un par de minutos que acabo de despedir a la que tenía, acaso te has encontrado con ella?”
“No, Madame. La persona que me informó que usted necesitaba una mucama fue un joven caballero”.
“¡Imposible!”, exclamó la señora, “Ningún joven, de hecho nadie, pudo haberse enterado que necesitaba una mucama”.
“Pero Madame”, dijo la niña, apuntando un cuadro en la pared “ése es el hombre que me lo dijo”.
“¡No, mi niña, ese es mi único hijo, que ha muerto hace ya más de un año!”
“Muerto o no” aseguró la niña, “él fue el que me trajo hasta aquí, y aún me guio hasta la puerta. Vea la cicatriz en la frente. Lo reconocería donde fuera”.
Luego, le contó toda la historia, con su último franco, y de cómo ella obtenía Misas por las Santas Almas, especialmente por las más cercanas al Cielo.
Convencida al final de la veracidad de la historia de Jeanne Marie, la dama la recibió con los brazos abiertos.
“Ven, pero no como mi sirvienta, sino como mi querida hija.
Tú has enviado a mi queridísimo hijo al Cielo. No tengo duda que él fue el que te trajo a mí”.
COMO UN NIÑO POBRE LLEGÓ A OBISPO, A CARDENAL Y A SANTO
San Pedro Damian perdió a su padre y madre apenas nació.
Uno de sus hermanos lo adoptó, pero lo trataba con aspereza, forzándolo a trabajar muy duro y alimentándolo muy mal y con escasa ropa.
Un día encontró una moneda de plata, que representaba para él una pequeña fortuna. Un amigo le aconsejó que lo usara para sí mismo, pues el dueño no podría ser hallado.
Para Pedro era difícil establecer en que lo gastaría, ya que tenía todo tipo de necesidades.
Pero cambiando de pensar en su joven mente, decidió que lo mejor que podía hacer era pedir una Misa por las Almas del Purgatorio, en especial por las almas de sus queridos padres.
A costa de un gran sacrificio, transformó su pensamiento en hechos y las Misas fueron ofrecidas.
Las almas del Purgatorio devolvieron su sacrificio más generosamente. Desde ese día en adelante notó un gran cambio en su destino.
Su hermano mayor lo llamó a la casa donde él vivía, y horrorizado por el maltrato que padecía, lo llevó a vivir consigo.
Lo trató como a su propio hijo, y lo educó y cuidó con el más puro afecto.
Bendición sobre bendición, los más maravillosos talentos de Pedro salieron a la luz, y fue rápidamente promovido al sacerdocio.
Algún tiempo después él fue elevado a la dignidad de Obispo, y finalmente Cardenal.
Además, muchos milagros atestiguan su santidad, tanto que luego de su muerte fue canonizado y declarado Doctor de la Iglesia.
Estas maravillosas gracias vinieron a él después de una Misa ofrecida por las Santas Almas.
UNA AVENTURA EN LOS APENINOS
Un grupo de sacerdotes fueron convocados a Roma para tratar un asunto de gravedad. Eran portadores de importantes documentos, y una gran suma de dinero les fue confiada para el santo Padre.
Atentos al hecho que los Apeninos, los cuales habían de cruzar, estaban infestados de forajidos, eligieron un guía de confianza. No había por aquel entonces túneles ni trenes para cruzar las montañas.
Se encomendaron a la protección de las Animas Benditas del Purgatorio, y decidieron recitar el De Profundis cada hora por ellas.
Cuando llegaron al corazón de las montañas, el que iba más adelante de todos dio la voz de alarma a la vez que espoleaba a los caballos a todo galope.
Mirando alrededor, los sacerdotes vieron a ambos lados del sendero fieras bandas de forajidos fuertemente armados y apuntándoles. Se vieron en una emboscada y estaban a la completa merced de los delincuentes.
Después de una hora de temerario avance, el guía paró y mirando a los sacerdotes, dijo: “No puedo entender cómo escaparon. Esta gente nunca perdona a nadie”.
Los padres estaban convencidos que debían su seguridad a las Santas Almas, como luego se confirmaría con un hecho que disiparía toda duda.
Cuando concluyeron su misión en Roma, uno de ellos fue destinado a la Ciudad Eterna, como capellán de una prisión.
No mucho después, uno de los más feroces bandidos en Italia fue capturado, y condenado a muerte por una larga serie de asesinatos y esperaba la ejecución en su celda.
Ansioso de ganar su confianza, el capellán le contó sus aventuras, entre ellas las de los Apeninos.
El criminal manifestó gran interés en la historia. Cuando terminó el curita su relato, el asesino exclamó:
“¡Yo fui el líder de esa banda! Estábamos seguros de que ustedes portaban dinero y estábamos decididos a matarlos y saquearlos. .
Pero una fuerza invisible nos impidió disparar, pues queríamos hacerlo pero no podíamos”.
El capellán luego le contó al delincuente cómo se habían encomendado a la protección de las Almas del Purgatorio, y que ellos atribuían su liberación a su protección.
El bandido no tuvo dificultad en creer. De hecho, hizo su conversión mucho más fácil. Murió con arrepentimiento.
COMO PIO IX SE CURÓ DE SU MALA MEMORIA
El venerable pontífice Pio IX designó a un Santo y Prudente religioso llamado Tomaso como Obispo de la Diócesis.
El sacerdote, alarmado por la responsabilidad puesta sobre él, comenzó encarecidamente a excusarse.
Sus protestas fueron en vano. El Santo Padre sabía de sus méritos.
Agobiado por la aprehensión, el humilde religioso solicitó una audiencia con el Santo Padre y le confesó que tenía mala memoria, lo que resultaba ser un grave impedimento en el alto oficio encomendado a él.
Pio IX respondió con una sonrisa,
“Su diócesis es muy pequeña en comparación con la Iglesia Universal, la cual yo llevo sobre mis hombros. Tus cuidados son livianos en comparación con los míos.”
Agregó:
“Yo también sufría un grave defecto de la memoria, pero prometí decir una ferviente oración diaria por las Animas Benditas, las cuales, en retribución, han obtenido para mí una excelente memoria.
Usted debería hacer lo mismo, estimado Padre, y tendrá en qué regocijarse”.
CUANTO MAS DAMOS, MAS RECIBIMOS
Un hombre de negocios en Boston se unió a la Asociación de las Santas Almas y dio una alta suma de dinero anual para Misas y oraciones en favor de éstas.
El Director de la Asociación se sorprendió de la generosidad del caballero, pues sabía que no era un hombre rico.
Él le preguntó amablemente un día si las limosnas que él generosamente daba eran completamente suyas o eran colectas que el realizaba de otros.
El hombre respondió:
“Todo lo que doy es mi propia ofrenda. No se alarme. No soy rico, usted piensa que doy más de lo que tengo.
No es así, lejos de perder con mi caridad, las Animas Benditas ven que gano considerablemente más de lo que doy; a ellas no les gana nadie en generosidad”.
EL IMPRENTERO DE COLONIA
William Freyssen, da su testimonio de como su hijo y esposa recobraron la salud gracias a las Almas del Purgatorio.
Un día le encargaron imprimir un librito sobre el Purgatorio.
Cuando realizaba las tareas de corrección del texto, su atención fue captada por los hechos narrados en el libro.
El aprendió por primera vez las maravillas que las Santas Almas pueden obrar por sus amigos.
Por aquel tiempo su hijo cayó gravemente enfermo, y pronto su estado se volvió desesperante.
Recordando lo que había leído acerca del poder de las Santas Almas, Freyssen hizo la promesa solemne de imprimir mil libritos a su propia expensa, con su firma impresa.
Fue a la iglesia y, una vez dentro, hizo un voto solemne.
En ese momento una sensación de paz y confianza inundaron su alma.
A su retorno a casa, su hijo, que no podía tragar ni una gota de agua, pidió algo de comer. Al día siguiente estaba fuera de peligro y pronto, completamente curado.
Al mismo tiempo, Freyssen ordenó imprimir los libros del Purgatorio para ser distribuidos, sabiendo que la mejor forma de obtener ayuda para las almas sufrientes, era interesando a mucha gente sobre el tema.
Nadie que sabe sobre el sufrimiento de estas pobres almas, niega una oración a ellas.
El tiempo pasó, y una nueva tristeza se cernía sobre este imprentero. Esta vez su amada esposa cayó enferma y a pesar de todos los cuidados iba cada vez peor.
Perdió el uso de razón y quedó casi completamente paralizada, de modo que los doctores no le dieron muchas esperanzas.
El marido, recordando todo lo que las Almas del Purgatorio habían hecho a su pequeño hijo, corrió otra vez a la Iglesia y prometió solemnemente, como otrora, imprimir 200 de los libros del Purgatorio, en principio, como urgente socorro de las Animas Benditas.
La aberración mental de su esposa cesó, y comenzó a mover su lengua y extremidades. En un corto período ella estaba perfectamente sana.
LA CURA DEL CANCER
Joana de Menezes cuenta de su cura. Ella estaba sufriendo de un cáncer en la pierna y sumergida en un profundo dolor.
Recordando lo que había oído sobre el poder de las Almas del Purgatorio, ella resolvió poner toda su confianza en ellas y ofrecer nueve Misas por ellas.
Prometió publicar en el diario su curación, si esta se llevaba a cabo.
Gradualmente el tumor y el cáncer desaparecieron.
UN ESCAPE DE UN ASALTO
El Padre Luis Manaci, un celoso misionero, tenía gran devoción a las Almas del Purgatorio.
Se encontró una vez realizando un viaje peligroso, pero con mucha confianza pidió a las Animas Benditas que lo protegieran de los peligros que se iría encontrando.
Su camino bordeaba una zona desértica, en la cual se sabía que estaba infestada de peligrosas gavillas.
Cuando se encontraba rezando el Santo Rosario por las Almas, cuál no fue su sorpresa, de verse rodeado de una custodia de espíritus benditos.
Pronto el descubrió la razón. Había pasado por una emboscada, pero las Santas Almas lo rodearon y lo taparon, tornándolo invisible para los miserables que buscaban su vida.
Lo acompañaron hasta que estuvo seguro y fuera de peligro.
VOLVER A LA VIDA
El Prior de Cirfontaines nos cuenta su historia:
“Un joven de mi parroquia cayó enfermo de fiebre tifoidea.
Sus padres vencidos por la pena y me pidieron que lo encomendara a las oraciones de los miembros de la Asociación de Santas Almas.
Era un sábado. El chico estaba a las puertas de la muerte.
Los doctores probaron todos los recursos, todos los remedios. Fue en vano. No podían hallar nada para mejorarlo.
Yo era el único que tenía esperanzas. Sabía del poder de las Santas Almas pues había visto lo que podían hacer.
El domingo rogué a los Asociados de las Santas Almas para que rogaran fervientemente por nuestro amigo enfermo. El lunes el peligro había pasado. El muchacho estaba curado”.
¡LEELO Y DESPIERTA!
“En mi larga vida”, escribe un sacerdote,” vi muchas manifestaciones de generosidad de los católicos por los pobres y necesitados, de acuerdo con lo que Nuestro Señor nos mandó hacer.”
“También noté que algunos católicos son, por supuesto, muy generosos y buenos.
Algunos se preocupan por los pobres, otros por los enfermos.
Leprosos, pacientes de cáncer, deficientes mentales, todos tienen amigos. Algunos prefieren ayudar a los jóvenes, los corazones de otros prefieren a los ancianos”.
“Lo más extraño de todas las cosas, es que nunca encontré ni un hombre, ni una mujer que se haya dedicado por completo, de todo corazón, a la más grande de las caridades, por los más necesitados, esto es, por las santas Almas del Purgatorio.
Debe haber algunos que lo hacen, pero en mi larga y variada experiencia, no encontré ninguno”.
¡Y las palabras de este sacerdote son pura verdad!
Apelamos a aquellos que todavía no se han dedicado a sí mismos a alguna forma particular de caridad, para que se dediquen con todas sus energías a las Animas Benditas.
Hagan todo lo que puedan personalmente, e induzcan a otros a hacer lo mismo.
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Se la considera un caso único porque en gran parte de su vida tuvo al menos una visión por día.
Además escribió 5 biografías por pedido de su confesor.
Y un diario de 22000 páginas escritas a mano, que comenzó en 1693 y terminó de escribir en 1727.
Sobre este diario Jesús le diría,
“El Señor mismo me hizo entender que debería escribir todo; porque así lo quiso.
Y que estos escritos serían de gran beneficio para muchas almas; y que Él quería que fuera para todo el cristianismo».
También Jesús prometió grandes gracias a quienes se ocuparan de recopilar y dar forma al diario para publicarlo.
En esto trabajaron varias personas desde su muerte y finalmente la mística y estigmatizada María Teresa Carloni fue quien terminó de condensar los 10 volúmenes del diario.
Iluminacion de Cristo a la pequeña Verónica Giuliani
BIOGRAFÍA DE SANTA VERÓNICA GIULIANI
Nació en Mercatello, Italia el 27 de diciembre de 1660 y en su bautismo recibió el nombre de Úrsula.
Su madre Benedetta Mancini era profundamente religiosa, que leía permanentemente la vida de santos y mártires.
Lo que hizo que Úrsula comenzara a imitar a temprana edad las penitencias que hacía Santa Rosa de Lima, asociándose a la pasión de Nuestro Señor.
Además, separaba parte de su comida para dársela a los pobres junto con su propia ropa.
Su madre murió a los 39 años cuando ella tenía 7 años, y estaba presente cuando su madre recibió el viaticum.
Antes de morir consagró a sus hijas a cada una de las llagas de Jesucristo.
Úrsula fue consagrada a la herida del costado de Nuestro Señor,
«Tú, querida Orsolina, aún tan joven residirás en la herida del costado.
Las dejo en el Corazón de Dios, donde no solo encontrarán protección sino que también aprenderán que es amar».
Esta es la razón por la cual Verónica tenía gran devoción por la herida de la lanza en el costado de Jesucristo.
A los 3 años se le apareció Jesús cuando estaba recogiendo flores en el jardín y él le dijo,
«Yo soy la verdadera flor»
A los 10 años tomo la ansiada primera comunión, y cuenta,
«Sentí que el Señor realmente había venido a mí, y con todo mi corazón le dije Él: ‘Dios mío, ahora es el momento de tomar posesión completa de mí. Me entrego solo a ti y solo a ti quiero’.
Me parece recordar que él respondió: ‘Tú eres mía y yo soy todo tuyo'».
Fue en ese momento en que comprendió su vocación a la vida consagrada.
Otro hecho significativo en su vida fue que a los 16 años recibió la visión que sus actos carecían de caridad, porque consideraba a los pobres como seres inferiores, lo que le llevó a una reconsideración de sus actitudes.
Cuando tenía 17 años, su padre Francesco Giuliani, que era superintendente de finanzas de Piacenza, comenzó a hacer planes para que contrajera matrimonio.
Pero ella se opuso, y a pesar de la contrariedad de su padre, ingresó en el monasterio de las Clarisas Capuchinas en Citta di Castello en Umbría, donde vivió hasta que murió en 9 de julio de 1727.
Ella relata que el obispo Sebastián le dijo a las Clarisas del convento,
«Mantengan a esta niña como un tesoro precioso porque se convertirá en una gran santa».
También cuenta la primera impresión de Jesús cuando ella entró en el convento,
“Recuerdo que el Señor me dio una gran bienvenida.
Les decía a todos: «Esta es nuestra ahora», y luego se volvió hacia mí y me dijo: «Dime lo que quieres».
Le pedí la gracia de amarlo y Él parecía comunicarme su amor allí.
Y entonces varias veces me preguntó que anhelaba.
Ahora puedo recordar pedirle tres favores.
Uno era que debía estar a la altura del estado de vida que había emprendido; el segundo, que nunca me apartara de su santa voluntad; y el tercero era que Él siempre me mantuviera en la Cruz con Él».
Y le profetizó cómo sería su vida,
«Me dijo: ‘Te he elegido para grandes cosas, pero tendrás que sufrir mucho por mi amor'».
Ella tomó el nombre de Verónica para su vida religiosa en honor el personaje bíblico que secó la cara de Jesús en la vía dolorosa.
Su nuevo nombre fue “Verónica de Jesús y María”.
Santa Verónica Giuliani recibe los estigmas
ESTIGMAS
El viernes santo de 1697 recibió los primeros estigmas mientras cargaba la cruz de madera alrededor del jardín en el viacrucis,
«En un instante, vi cinco rayos brillantes que salían de Sus heridas y venían hacia mí.
Vi cómo se convirtieron en pequeñas llamas.
Cuatro de ellas contenían los clavos, y la quinta contenía la lanza, dorada y toda en llamas, y perforó mi corazón.
Los clavos me perforaron las manos y los pies».
Pero antes, el viernes santo de 1681, recibe su corona de espinas, que describe de esta forma,
«Puso esta corona en mi cabeza y me pareció que sentí que las espinas se clavaban en el interior de mi boca, mis orejas, mi cabeza, mis ojos, mis sienes y mi cerebro.
Fue tanto sufrimiento que me caí al suelo como si estuviera muerta».
Y Jesús le repitió la profecía que ya le había dado anteriormente,
«El Señor me levantó y me dijo: ‘Sentirás estos dolores mientras estés viva, más o menos según mi deseo'».
Todo esto lo mantenía en secreto y debía visitar con frecuencia la enfermería para curarse de las heridas y las hinchazones.
El Padre Salvatori escribió que las heridas,
«Emitían una fragancia tan deliciosa en todo el convento, que solo esto fue suficiente para informar a las monjas cuando se renovaban los estigmas».
También recibió un anillo en su piel símbolo del Esponsorio Místico con Nuestro Señor.
Un testigo lo describe así,
«Este anillo rodeaba su dedo anular como lo hacen los anillos comunes.
En él parecía haber una piedra levantada tan grande como un guisante y de un color rojo».
Corazón de Verónica Giuliani
MARCAS EN SU CORAZÓN
En 1697 recibe la herida en su corazón que se conoce con el nombre de transverberación.
«Estando frente a Él [frente a un crucifijo] parecía que Él soltó su brazo derecho y con el gran clavo que sostenía en su mano Él hirió mi corazón.
Sentí un gran dolor…».
Jesús le mostró también cómo había herido el corazón de Santa Teresa de Ávila de la misma forma.
Y le advirtió,
«No debes comenzar ningún trabajo sin entrar primero en estas heridas amorosas, para aprender cómo hacer ese trabajo…».
Ella registró en su diario y luego le dijo a su confesor, que los instrumentos de la pasión de Cristo estaban impresos físicamente en su corazón.
E incluso le hizo un bosquejo de su corazón y de esos instrumentos.
Luego de su muerte el corazón de Santa Verónica fue objeto de una investigación.
El médico cirujano Giovanni Francesco Gentili descubrió varios símbolos grabados en el ventrículo derecho de su corazón, cómo la cruz, los clavos y varias letras que aludían a términos sagrados.
Había una C para la caridad, una O para la obediencia, una F para la fidelidad a Dios y María, una P para la paciencia y U para la humildad.
Había dos llamas que representaban el amor por Dios y al prójimo.
Y siete espadas que significaban los dolores de María.
En esa autopsia estuvieron presentes el obispo, el alcalde, varios médicos y otros testigos relevantes que vieron las marcas en el corazón.
Durante toda la autopsia se reveló también la presencia de una curvatura del hombro derecho: parecía que acababa de tomar una cruz.
Santa Verónica Giuliani recibe las heridas en el corazón
PRUEBAS A QUE LE SOMETIÓ EL VATICANO
Ante todos estos hechos inusuales las autoridades vaticanas nombraron una comisión para poner a prueba la humildad de Santa Verónica.
Fue así que la depusieron de su función de maestra de novicias y privada de todos los sufragios en la comunidad.
Fue aislada y encarcelada en una celda alejada del resto y no se le permitía a ninguna hermana hablar con ella.
Su cuidadora la debía tratar como una impostora.
Se le prohibió la sagrada comunión y se le permitía concurrir a misa sólo los domingos y los días festivos, pero hacerlo desde la puerta de la iglesia.
Al finalizar este período de pruebas el obispo informó que Verónica había obedecido cada orden sin tristeza y con un gozo de espíritu muy alto, por lo que fue restituida en plenitud.
Ella tuvo el cargo de maestra de novicias durante 22 años y fue elegida abadesa por unanimidad.
Hoy estas pruebas nos parecerían a nosotros como excesivas y fruto de un clericalismo rampante.
MEDIADORA ENTRE DIOS Y LOS PECADORES
Una de sus principales misiones fue la de ser mediadora con los pecadores.
Siendo aún novicia ya lo expresaba de esta forma,
«La mayoría de las noches pasaba llorando, pero no sabía de qué estaba llorando.
Parece que pensar en las ofensas cometidas contra Dios y pensar en su pasión me hacía llorar«.
A menudo tenía visiones de almas que estaban a punto de cometer pecados mortales y ella trataba de solucionarlo aumentando sus penitencias.
A veces Jesús le decía por quién debía orar.
Y otras veces le mostraba cómo habían salido del pecado las almas por las que ella se había sacrificado.
Ella le pediría a Jesús participar más frecuentemente de esta conversión de pecadores,
«Envíame más penitencias, más tormentos, más cruces para que cada criatura regrese a ti redimida».
Dentro de sus sufrimientos estuvo el cáliz de la amargura.
El 15 de agosto de 1694 se aparecieron Jesús y la Virgen María con un cáliz que contenía un licor amarillento que parecía estar hirviendo.
La Santísima Virgen se lo ofreció y le dijo,
«Hija, te doy este regalo en nombre de mi Hijo».
Este cáliz contenía todo el sufrimiento que ella había ofrecido por los pecadores.
Estatua de Verónica Giuliani en el Líbano
ALMAS DEL PURGATORIO
Otra fuente de sus sufrimientos y expiaciones fueron las almas del purgatorio.
Ella informaría a sus hermanas del convento,
«Pasé esta noche como de costumbre en el purgatorio, en medio del fuego y el hielo, las penas y los sufrimientos, de los en completo abandono y sin la ayuda de nadie».
En numerosas oportunidades ella tomaba el lugar de las almas del purgatorio para expiar sus pecados.
En sus visitas al purgatorio vio a muchas almas conocidas, incluso al papa Clemente XI, numerosos confesores y religiosos y religiosas, a quienes ayudaba tomando su lugar.
Sobre su primera experiencia con almas del purgatorio ella escribe,
«La primera vez, me pareció que estaba en un gran incendio y que, a manos de los demonios, tuvo grandes tormentos de los cuales uno no esperaba el otro.
Cada visita de esos ministros infernales les daba dolor sobre dolor; pero, entre tantas penas, la mayor fue la del daño.
Todo esto ha sido de gran entrenamiento para esta alma.
La segunda vez, la vi con grandes tormentos; en particular, en los sentimientos.
Como una manera de hablar, diré, que me pareció que estaba atormentada en los ojos y en los oídos con hierros afilados y penetrantes.
Y que esto se hizo muy rápido.
La tercera vez, también se me mostró en la misma forma; sufrió un tormento intolerable, y pareció ver algo desconocido, pero no entendí lo que era.
Al final, mi Ángel Guardián me hizo saber que vio el vestido que había traído de la religión, y que la simple vista renovó todos sus tormentos y dolores.
Porque ella había vivido con el vestido sí, pero no por religiosa».
VISIONES DEL INFIERNO
Santa Verónica recibió numerosos ataques del demonio a quien ella llamaba el “tentador”.
Los ataques eran espirituales, como por ejemplo hacerle sentir culpas.
Y también había ataques físicos mediante apariciones de animales que la herían.
Incluso el demonio llegó a disfrazarse de Jesús, María o el propio Obispo.
Fue el propio demonio quién le mostró una visión del infierno,
«Oía gritos y voces de lamento de los condenados.
Solo vi monstruos infernales, muchas serpientes, muchos animales feroces, un hedor infernal y llamas extremadamente calientes, que eran tan grandes que no se podía medir su altura…
Podías escuchar muchas blasfemias y maldiciones contra Dios.
Qué triste, qué tormento esto causó mi alma».
A raíz de estas visiones Verónica ofreció su ayuda,
«Mi Señor, me ofrezco para estar aquí como una puerta, para que nadie pueda entrar y perderte».
La Santísima Virgen luego le contó cuáles eran los 7 lugares peores del infierno.
«Hija, quiero que describas los siete sitios más dolorosos del infierno y para quién existen.
El primero es el lugar donde lucifer está encadenado, y con él está Judas, que sirve como su silla (asiento), y están todos aquellos que fueron seguidores de Judas.
El segundo es el lugar donde están todos los eclesiásticos (clérigos) y los prelados de la Santa Iglesia, que fueron elevados en dignidad y honores, y han pervertido la fe, pisoteando la Sangre de Jesucristo, mi Hijo, con muchos pecados enormes.
En la tercera ubicación que viste, están todas las almas de los religiosos masculinos y las religiosas femeninas.
En el cuarto, están todos los confesores, por haber engañado a las almas de sus penitentes.
En la quinta, están todas las almas de los jueces y de los gobernadores de la justicia.
La sexta ubicación, en cambio, es aquella destinada a todos los superiores (Madrea Superioras / Padres Superiores) de los religiosos.
En el séptimo, por último, están todos aquellos que querían vivir de acuerdo con su propia voluntad y han cometido todo tipo de pecado, especialmente los pecados carnales».
Cuerpo de Verónica Giuliani
SU ÁNGEL GUARDIÁN
Verónica tuvo una gran relación con los ángeles y en especial con su ángel de la guarda.
Su madrina contó que vio a su ángel de la guarda cuando recibió su confirmación.
Ella hablaba diariamente con el ángel y este le informaba de cosas especiales, como por ejemplo que el cielo había asignado a 10 ángeles guardianes adicionales para ayudar al Papa.
También la protegía de los ataques del demonio y la acompañó durante sus visitas al infierno
Además le ayudaba en sus tareas diarias.
SU RELACIÓN CON LA VIRGEN MARÍA
La Virgen María tomó a Verónica como su discípula a partir de los años de las pruebas que recibió en el convento por orden del Vaticano.
Incluso experimentó la unión mística con la Santísima Virgen,
«La Santísima Virgen María se había transformado en mí, pero no tengo forma de explicar o contar esto, porque mi alma se ha vuelto una con María»
Y cuando fue nombrada abadesa del convento, en 1716, Verónica puso las llaves del convento en las manos de la Virgen María.
Y ésta tomaba el lugar de Verónica durante el tiempo que ella estaba místicamente en el purgatorio o en el infierno.
Sus hermanas del convento se percataban de esto cuándo iban a hablar con Verónica y notaban en el rostro de ella una expresión majestuosa.
Desde 1720 es la Virgen María quién le dicta el diario a Verónica y por eso aparece redactado en segunda persona.
SU MUERTE
El 6 de junio de 1727 tiene un derrame cerebral y estuvo místicamente en el purgatorio durante 33 días, en que tuvo numerosos sufrimientos y tentaciones.
El 9 de julio de 1727 su confesor le da el permiso para morir.
Sus últimas palabras fueron,
«El amor se ha dejado encontrar».
Su cuerpo permaneció incorrupto durante muchos años hasta que fue destruido por una inundación.
Su corazón permanece incorrupto dentro de un relicario.
Fue beatificada en 1804 por el papa Pío VII y canonizada en 1839 por el papa Gregorio XVI.
Se cuentan de ella muchos milagros producidos en su tumba.