Categoría: Demonio

Con oración de desactivación de tatuajes.

Los tatuajes no son simples decoraciones de la piel.

Hablan de las características psicológicas de nuestra cultura y de quien se tatúa.

Son también la expresión de una opción espiritual.

Y los exorcistas han descubierto que pueden ser un portal que permitan los ataques y las posesiones demoníacas.

Aquí hablaremos sobre lo que saben los exorcistas sobre los tatuajes y su vinculación con los demonios.

La investigación histórica ha confirmado que los tatuajes llevan la marca del demonismo, la adoración a Baal, el chamanismo, el canibalismo, el ocultismo y muchas creencias y prácticas paganas.

Tatuarse es un rito mágico en las culturas paganas.

El tatuador en muchas culturas paganas es un hechicero, un sacerdote, un chamán, o sea un intermediario entre el mundo natural y el sobrenatural.

Utiliza la magia para curar enfermedades, predecir el futuro, controlar las fuerzas espirituales.

Y el tatuaje forma parte de esto originalmente.

La Biblia por su parte menciona los tatuajes una sola vez, en Levítico 19:28, donde dice que “No deben ponerse marcas de tatuaje”.

Los tatuajes son más aceptados en la actualidad.

No fue sino hasta finales del siglo XX que los tatuajes alcanzaron gran popularidad. 

Antes de esto, los tatuajes eran vistos como algo propio de los soldados, criminales, motociclistas y otros personajes “duros”.

Hoy son una moda especialmente para los jóvenes.

Algunos aducen, que al igual que las joyas, un tatuaje es un adorno. 

Pero las joyas se pueden remover o cambiar rápidamente y un tatuaje no. 

Muchas personas que se han tatuado, con frecuencia bajo la presión de sus amigos, más tarde se arrepienten de ello.

Pero a pesar de su inmensa popularidad los tatuajes distan mucho de tener una aprobación unánime. 

Muchos jefes no quieren que sus empleados y representantes tengan tatuajes, porque los ven como un estigma negativo para la imagen, por lo que pueden impedir que la persona tenga acceso a ciertas oportunidades laborales.

Quiérase o no esta moda de automutilación extendida en todo el mundo tiene el problema práctico, de que no se pueden corregir en los años maduros, porque eliminar los tatuajes es un proceso largo y doloroso.

Pero además el proceso de tatuaje puede producir infecciones a través de las agujas, por ejemplo hepatitis.

Pero la cuestión espiritual quizás sea tan importante o más, porque el tatuaje significa una despreocupación sobre la dignidad del cuerpo humano.

El deseo adolescente de tener más tatuajes es indicativo de debilitamiento psicológico o de algo más siniestro.

Algunos psiquiatras piensan que el uso de tatuajes por parte de personas normales es una forma pasiva-agresiva de compensar la baja autoestima.

Y lo cierto es que aunque los padres y los empleadores fruncen el ceño ante los tatuajes, sabiendo muy bien que son marcas de desviación y rebelión, parece que los medios liberales, e inspirados por el maligno, están promoviendo la ‘tendencia del tatuaje’, junto con un montón de celebridades ignorantes del mundo del cine, del ámbito musical y del campo deportivo.

El exorcista Padre Stephen Rossetti, que además es psiquiatra, ha encontrado que los tatuajes pueden ser un portal demoníaco.

Cuenta el caso de un diácono que derramó agua bendita sobre el tatuaje de una mujer, y ella aulló: «¡Me está quemando!», cuando el agua estaba realmente fría. 

Una y otra vez, derramó agua bendita sobre el tatuaje mientras leía repetidamente la oración de Desactivación de Tatuajes.

Puedes encontrar esta oración en un link que te dejo en la descripción de este video.

Desalojar a los demonios de esta mujer llevó meses de oraciones de liberación, incluida la exorcización de este tatuaje. 

El tatuaje ahora es benigno y los demonios conectados a él se han ido.

Pero sorprendentemente, era solo un tatuaje de algunas rosas, aunque se convirtió en un enorme portal demoníaco, que propició la posesión demoníaca.

Ese tatuaje estaba conectado a su pasado como stripper y tenía connotaciones sexuales.

En un momento, algunos de los secuaces del maligno la habían atacado y estaban tratando de atraerla de nuevo a los clubes y a forzarla a entrar en el negocio de nuevo.

Varios de ellos tenían a su vez tatuajes de demonios en sus cuerpos, incluidos Baphomet y Aka Manah, que es un demonio del deseo sensual. 

Afortunadamente, sus padres volvieron a rescatarla y la protegieron.

Monseñor Rossetti ha dicho que los casos de posesión demoníaca que ocurren a través del tatuaje son comunes y él ha tenido varios casos.

El exorcista padre Gabriele Amorth también tuvo una evidencia similar.

En un exorcismo el demonio le confesó la poderosa influencia que ejerce en las almas a través de los tatuajes, especialmente si estos llevan una simbología demoníaca.

E incluso que si las personas se tatúan una imagen religiosa, que esto es algo que no agrada a Dios y le ofende.

También ha verificado que las personas poseídas que tienen tatuajes sienten una sensación de ardor ellos.

Y los ministerios de liberación también saben que los tatuajes están relacionados con las opresiones, infestaciones y obsesiones demoníacas.

El padre Rossetti no recomienda los tatuajes con imágenes demoníacas de plano, porque la persona se une a esa entidad.

Dice que cuando la gente se pone demonios en el brazo significa básicamente decir consciente o inconscientemente “pertenezco a este demonio”.

Y una vez que se haya unido a satanás, esto será una pelea dura para desalojarlo, que puede llevar meses y años. 

E incluso si la imagen no representa algo malo, si está conectada con comportamientos pecaminosos, como en el caso de esta joven que tuvo que exorcizar, puede ser un gran problema.

Además, se sabe que algunos salones maldicen la tinta o inscriben símbolos mágicos dentro de las imágenes.

Algunos tatuajes son espiritualmente benignos como flores por ejemplo. 

Algunas personas incluso se tatúan símbolos religiosos en sus cuerpos, como crucifijos o imágenes sagradas.

Sin embargo, él recomienda usar un crucifijo bendito en una cadena o en la solapa en su lugar. 

O llevar el escapulario marrón o la medalla milagrosa alrededor del cuello. 

Por su parte el Padre José Antonio Fortea, demonólogo y exorcista, ha dicho que “tatuarse el cuerpo no es una ofensa a Dios”

Incluso en casos en los que la tinta para tatuar pueda haber sido, como hacen algunos, consagrada al demonio..

Aunque pueden sucederle cosas malas, físicas o espirituales, a la persona tatuada con tinta consagrada al demonio, no es ofensa a Dios.

Sin embargo precisó que “hay que recordar a los jóvenes que el cuerpo es una obra de Dios. Y que una cosa es poner algo encima de ese cuerpo y otra practicar en él reformas irreparables”, como es el caso de un tatuaje.

Es el hecho de la irreversibilidad lo que hace que el sentido común se pregunte si es algo adecuado.

No importa lo artístico o bello que pueda parecer un tatuaje, la piel en cualquiera de los colores y tonos otorgados por Dios a sus hijos, será siempre mucho más bella.

Y destacó que entre la gente muy cristiana –de todas las confesiones– apenas si hay tatuajes, porque la conciencia avisa de que eso no es adecuado.

Y si bien es cierto que algunos pueblos han tenido la costumbre de hacerse tatuajes, como un modo de mostrar su etnia o grupo religioso, con el tiempo estas costumbres terminan siendo abandonadas.

Y fue muy claro al decir, “si alguien me consulta si mi juicio sobre el tatuaje cambia si se tatúan rostros de Jesús, de la Virgen, crucifijos o cosas similares, la respuesta es ‘no’”. 

Porque el cuerpo humano es algo divino y toda intervención irreversible en el cuerpo debe ser realmente conveniente y razonable.

Por muy estético que sea un tatuaje, hay que recordar que es como si se escogiera una ropa con la obligación de llevarla hasta el último día de la vida.

Y la recta razón indica que no es una buena decisión.

Las brujas también corroboran lo dicho por los exorcistas.

La conocida bruja Laurie Cabot de Salem ha dicho que “los orígenes del tatuaje provienen de antiguas prácticas mágicas”.

Y la ex Bruja Beth, dice que uno no puede ignorar las similitudes que tiene la práctica de tatuajes con los pactos de sangre del satanismo.

Y que son una puerta de entrada a espíritus malignos, a los cuales se les ha concedido permiso. 

Dice que Si estas pinchando tu piel con una aguja entre 50 y 3000 veces por minuto, también estas dando tu sangre, y estas haciendo la elección de compartir tu sangre.

Y al estar de acuerdo y participar en el derramamiento de sangre que implica un tatuaje, ya le has dado al diablo un derecho sobre ti. 

E incluso puedes haber dado el derecho sobre tus generaciones futuras.

Para complementar esto, el famoso tatuador Paul Booth ha dicho que lo mejor en un tatuaje es permitir que los demonios de sus clientes ayuden a guiar la aguja.

Y Anton LaVey, fundador de la Iglesia de satán en Estados Unidos ha confesado públicamente, que detrás de cada tatuaje, ya sea una flor o un dragón, está el satanismo, porque él no solo lo concibió, sino que quería que esta moda se extendiera.

Finalmente hay testimonios de gente que tiene la sensibilidad para ubicar salones de tatuaje a la distancia.

Dicen que pueden detectar un salón de tatuajes a más de un kilómetro de distancia, por todos los demonios que lo rodean.

Estos demonios están atados al salón como si fueran carteles de neón.

Y dicen que todavía no han encontrado un salón de tatuajes sin demonios conectados a él.

Porque los artistas del tatuaje están llenos de demonios, incluso los tatuadores cristianos.

Y esos demonios pueden transferirse fácilmente a los tatuados.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre la vinculación de los tatuajes con los demonios, que pueden constituirse en un portal para que ingresen los demonios en la persona.

Y me gustaría preguntarte si has conocido a alguna persona tatuada que parezca que sufre algún ataque demoníaco o no.

ORACIÓN PARA DESACTIVACIÓN DE TATUAJES (PARA LAICOS)

En el Santo Nombre de Jesús, a través de la autoridad de la ley natural y mi bautismo, a través de los méritos de la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión de nuestro Señor Jesús y Su envío del Espíritu Santo, retiro este tatuaje y rompo y corto todas las conexiones entre este tatuaje y el Maligno y sus asociados.
Te pido, Padre Celestial, que expulses a los demonios que puedan haberse adherido a mí debido a este tatuaje y que purifiques la tinta que se usó para hacerlo.
Te pido que rompas todas las conexiones entre la imagen y todos los demonios que puedan haberse adherido a mí debido al tatuaje.
En el nombre de Jesús, anulo todo reclamo o derechos que los demonios puedan afirmar tener sobre mí debido a cualquier imagen mágica, símbolo o escritura incorporada en el tatuaje.
Y a través de la señal de la Cruz (haz la señal de la cruz sobre el tatuaje. Usa aceite exorcizado si es posible), me consagro a nuestro Señor Jesucristo a través de las manos Inmaculadas de la Santísima Virgen María. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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Cómo los demonios huyen si se hace uso de la autoridad dada por Jesucristo para expulsar demonios.

Dios ha dado a cada bautizado la autoridad para expulsar a los demonios que lo atacan.

Y para hacerlo también en las personas sobre las que tiene autoridad espiritual.

Pero esto no se puede hacer a ciegas.

Hay que detectar de dónde provienen esos espíritus, como entraron, y quiénes son.

Aquí hablaremos sobre cómo identificar los espíritus que atacan a una persona o a una familia, cuál es su procedencia y daremos oraciones y procedimientos para realizar la liberación a través de ejercer la autoridad.

En el entendido que si son demonios más poderosos o la atadura es más fuerte, entonces se deberá recurrir a un ministerio de liberación complementario o a un exorcista.

La Biblia empieza y termina refiriéndose a las maldiciones, que son la contracara de las bendiciones.  

Dios comienza maldiciendo primero a satanás en Génesis 3:14, cuando le dice a la serpiente que será maldita entre todas las bestias y comerá polvo todos los días de su vida por haber tentado a Eva.

Y que pondrá enemistad entre la Mujer, o sea la Santísima Virgen, y la serpiente, y entre ambas descendencias.

Y también maldice a la Tierra en Génesis 3:17; le dice a Adán que la Tierra será maldita por su causa y comerá con dolor todos los días de su vida.

Pero en el último capítulo de la Biblia proclama el fin de la maldición en Apocalipsis 22:3, la liberación final y definitiva, porque al final de la historia, estará entre nosotros el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos les servirán.

Por lo tanto no existe escapatoria del accionar del mal para la humanidad.

Siempre estará presente ante nosotros, hasta que lleguen los nuevos cielos y la nueva tierra.

Pero mientras tanto, Dios nos da bendiciones para defendernos del mal.

¿Y cómo actúa esto en la práctica?

Dios permite el mal o sea una maldición, quitando por un instante su mano protectora y permite obrar al diablo, pero siempre intermediado por el ser humano 

Estas maldiciones pueden venir de distinta procedencia.

Están las que se originan en los pecados de cada persona, que son las más comunes.

También las maldiciones generacionales y las maldiciones que nacen por la brujería.

Pero en todos los casos Dios nos da instrumentos para poder neutralizarlas.

Habitualmente cada persona es tentada para hacer el mal, por la presión del enemigo sobre sus pensamientos, sus actitudes y sus apetitos.

Es el ataque habitual del maligno.

Y existe una progresión. Cuando somos tentados por el mal, sentimos primeramente deseos de cometer el pecado.

Y en ese momento tenemos la opción de pedir la gracia de Dios para rechazarlo, o podemos consentir realizarlo. 

Si nuestra voluntad cede al pecado, luego será más fácil cometer ese pecado una segunda vez. 

Y con cada repetición, el pecado se volverá más fácil, en la medida que se adormecerá cada vez más nuestra conciencia. 

Al punto que podemos llegar a pensar que el pecado ya no es malo, a convencernos que está en nuestra naturaleza básica, que es imposible vivir sin esa práctica y hasta tener orgullo de practicarlo.

Y así desarrollamos una atadura. Y si una persona está atada a un pecado, se la desata liberándola en el nombre de Jesús, usando el poder otorgado por nuestro bautismo.

Pero también como dijimos estamos contaminados con el pecado por herencia, que sucede cuando tenemos comportamientos pecaminosos, frustraciones frecuentes, y bloqueos por factores externos a nuestra decisión personal. 

Las maldiciones ancestrales o generacionales son un tema discutido en la Iglesia. 

En Deuteronomio 28 podemos leer algunos de los signos para determinar si podría estar actuando una maldición generacional en una persona. 

Como insuficiencia financiera constante o pobreza.

Planes y proyectos frustrados frecuentemente.

Vidas con traumas o crisis constantes.

Vicios difíciles de superar.

Esterilidad e impotencia, abortos y complicaciones en la reproducción.

Muertes prematuras o muertes por causas no naturales.

Enfermedades hereditarias y crónicas.

Rupturas de relaciones familiares frecuentes de padres a hijos.

Dificultad para percibir la presencia de Dios, comprender las Escrituras, concentrarse en la oración, ausencia de dones espirituales.

Y finalmente están las maldiciones por brujería, cuando los emisarios de satanás emplean el poder del demonio para hacer el mal a una persona.

Que según expresó el padre Gabriele Amorth, es la causa más frecuente en las posesiones demoníacas.

¿Y cual es la ruta que debemos recorrer para romper las ataduras y liberarnos que Dios ha puesto a nuestra disposición?

Tu tienes autoridad sobre tu propia vida, de modo que debes afirmar tu relación con Dios.

Arrepiéntete de tus pecados conocidos y desconocidos.

Renuncia a cualquier contacto con fuentes de pecado.

Renuncia a los pecados de tus antecesores.

Acepta y recibe el perdón de Dios, y perdónate a ti mismo.

Perdona a todos los que alguna vez te hayan ofendido.

Pide las bendiciones de Dios.

Y expulsa a los espíritus malignos que te están atacando, ejerciendo tu autoridad de darles la orden para que se vayan.

¿Y qué pasa con los demás? ¿Tenemos esa autoridad para hacerlo sobre personas o cosas fuera de nuestro cuerpo y mente?

Nuestra autoridad dependerá de nuestra jerarquía sacerdotal.

El numeral 897 del Catecismo de la Iglesia Católica dice que, 

«los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, forman el Pueblo de Dios y participan a su manera de las funciones de Cristo como Sacerdote, Profeta y Rey». 

De modo que cada uno tiene su propio papel que desempeñar en la misión de todo el pueblo cristiano, participando del sacerdocio de Cristo, aplicando autoridad para atar y reprender a los espíritus malignos que oprimen al Pueblo de Dios.

Por ejemplo, el padre tiene autoridad en la «iglesia doméstica», la familia, de la cual es la cabeza. 

Por lo tanto tienen autoridad para expulsar demonios del hogar, de su propiedad y de los miembros de su familia. 

Usando agua bendita, bendecida por un sacerdote, puede rociarla alrededor de la casa, en los objetos que hay en ella y a los miembros del hogar, mientras ordena a los espíritus malignos que se vayan. 

Y también orando y ayunando.

También está el Párroco de una Parroquia Católica, cuya autoridad procede directamente del Obispo, quien le ha conferido el sacerdocio sacramental a través de la imposición de las manos.

El párroco tiene autoridad general sobre todos sus feligreses dentro del territorio de su parroquia.

Y es un instrumento poderoso para atar a los espíritus malignos y desatar las influencias malignas en sus parroquianos, a través de los Sacramentos del Bautismo y la Reconciliación, la bendición de los hogares y las oraciones de liberación.

Pero hay casos de posesión demoníaca de una persona o una presencia obstinada de los demonios en un hogar, que pueden requerir a un exorcista especializado en el uso del Ritual del Exorcismo.

Este exorcista actúa bajo el permiso y la autoridad de su Obispo.

Y por último están el Obispo, que tiene autoridad espiritual sobre su diócesis, y el Papa, como Vicario de Cristo, que goza de autoridad suprema sobre toda la Iglesia universal.

Lo significativo de esta estructura de autoridad jerárquica, es que buena parte de las liberaciones de espíritus malignos pueden ser realizadas por laicos, actuando a través de su autoridad sobre sus hogares, sus propiedades y los miembros de su familia.

Y hay tres fases para realizar esta liberación.

Primero hay que proceder al arrepentimiento.

Lo que debe hacer el alma, mediante un minucioso examen de conciencia, es arrepentirse sinceramente de toda participación en las obras de las tinieblas. 

Esto disuelve el derecho legal que satanás tiene sobre el alma.

Los exorcistas dicen que una buena confesión es más poderosa que cien exorcismos.

El verdadero arrepentimiento también significa renunciar a las obras y formas de vida anteriores. 

Por lo tanto el segundo paso es la renuncia.

Cuando reconozcas en tu vida pecados o patrones contrarios al Evangelio, es una buena práctica decir en voz alta, por ejemplo.

«En el nombre de Jesucristo, renuncio a …» y ahí mencionas los pecados de los que quieres liberarte.

O se lo haces decir a una persona bajo tu autoridad que quieres liberar de ataques del demonio.

Y el tercer paso es la reprensión de los espíritus malignos y su expulsión.

Simplemente puedes decir:

«En el Nombre de Jesucristo, tomo autoridad sobre todos y cada uno de los espíritus que vienen contra… (y ahí mencionas a la persona o a los objetos) y los ato y les ordeno que se vayan». 

Pero por desgracia podemos volver a caer en las tentaciones, a los viejos patrones de pecado, y entonces el maligno reclamará legalmente lo que ha perdido temporalmente, porque dejamos la puerta abierta.   

Y en ese caso puedes orar para asegurarte,

«Señor, ven ahora y llena los espacios vacíos en mi corazón con tu Espíritu y presencia. Ven Señor Jesús con tus ángeles y cierra las brechas en mi vida».

O mencionar la persona en la que quieres que el Espíritu Santo llene su vida.

Para hacer estas expulsiones no es necesario agitarse y gritarle al diablo, dicta la sentencia con calma, apóyate en tu autoridad como bautizado, y pronúnciala con firmeza. 

Sin embargo no debemos olvidar que lo más importante es prevenir las ataduras, y para ello debemos desarrollar una relación personal con Jesús, una vida de oración consistente, una participación regular en los Sacramentos y esforzarse por ser fiel y obediente al Señor. 

Y acostumbrarse a alabar a Dios, porque esto llena a los demonios de repugnancia y terror, y ayunar, porque combate a los espíritus más dañinos.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo los laicos pueden liberarse de los espíritus que ejecutan maldiciones y los atan a ellos mismos, y a los objetos y personas sobre los que tienen autoridad.

Y me gustaría preguntarte si alguna vez has utilizado algún tipo de oración para ejercer autoridad sobre los demonios que actúan sobre ti o sobre alguna de las personas a tu cargo, o no.

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