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Nuestra Señora de las Gracias de Cotignac, Aparición de María y San José, Francia (10 ago, 7 jun)

Tres hechos trascendentes están relacionados con esta advocación.

El primero es la aparición de la Virgen María en 1519.

Pidiendo la construcción de una iglesia y anunciando que va a derramar dones.

nd des graces cotignac

El segundo es en 1638 cuando una novena a Nuestra Señora de Gracias de Cotignac otorga a la Reina un hijo que será Luis XIV.

Y el tercero en 1660 cuando aparece San José y surge una fuente de agua.

Cotignac es una población y comuna francesa, que se encuentra en la región de Provenza, departamento de Var, en el distrito de Brignoles y cantón de Cotignac.

 

LA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA

El 10 de agosto de 1519, un leñador llamado Jean de la Baume subió al monte Verdaille, que domina el pueblo de Cotignac.

Como de costumbre, empezó su jornada de trabajo arrodillándose para rezar.

Luego, al ponerse en pie se vio envuelto en una nube donde se le apareció la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos, y flanqueada por San Bernardo y San Miguel Arcángel.

La Señora, con una medialuna bajo sus pies, se dirigió a Jean de la Baume diciendo:

“Soy la Virgen María.
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Vaya a decirles al clero y a los Cónsules de Cotignac que me construyan aquí mismo una iglesia, bajo la advocación de NUESTRA SEÑORA DE GRACIAS.
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Y que se venga en procesión para recibir los dones que quiero repartir allí”.

Luego la visión desapareció.

Solamente después de una segunda aparición, al día siguiente y en el mismo lugar, el leñador se atrevió a transmitir el mensaje celeste.

Como era hombre serio y con fama de piadoso, cinco semanas después, el 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, los habitantes y ediles de Cotignac acudieron en procesión.

Y comenzaron la construcción de una primera ermita, que pronto resultaría demasiado pequeña.

Cuando empezaron a suceder muchos milagros, las peregrinaciones tomaron un gran auge.

Muy pronto – incluso desde 1522 – acudían peregrinaciones oficiales de ciudades como Aix-en-Provence para implorar la protección de la Virgen ante epidemias de la peste (Cotignac mismo nunca las sufrió) y otros peligros.

Y Nuestra Señora de Gracias pronto adquirió fama de intercesora para las mujeres que tenían dificultades para concebir o para llevar a feliz término su embarazo.

Siguiendo la descripción dada por Jean de la Baume, se pintó un precioso retrato de la Virgen con el Niño Jesús en brazos; se venera todavía.

Para atender a los peregrinos, en el siglo XVI se estableció una comunidad de Padres Oratorianos.

 

LAS NOVENAS POR EL NACIMIENTO DEL REY

El más célebre de los dones de la Virgen en Cotignac fue el nacimiento del futuro rey Luis XIV en 1638, luego de tres novenas hechas por la Reina Ana de Austria, una de las cuales había dirigido expresamente a “Notre-Dame des Grâces” de Cotignac.

Ante la imposibilidad de tener un descendiente, la Reina Ana de Austria tuvo que pedir públicamente que hicieran en su nombre tres novenas de oraciones a la Santísima Virgen para que le diera un hijo.
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La primera novena sería a Nuestra Señora de las Gracias en Provenza.
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La segunda a Notre-Dame de París la catedral y la tercera a Notre-Dame de las Victorias, la iglesia de su convento.

Dos años antes, un joven novicio, el Hermano Fiacre tuvo la misma inspiración, pero con menos fuerza y urgencia.

Sin embargo sus superiores se mantuvieron escépticos y le prohibieron hablar.

O que presentara una prueba …

El 3 de noviembre a las 2 de la mañana, el piadoso hermano en su celda fue sacado de su oración por los gritos de niños.
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Con sorpresa se encuentra delante de la Virgen María, que le muestra en sus brazos a un niño:
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«No temas, dice ella, Yo soy la Madre de Dios, y el niño que ves es el delfín que Dios quiere dar a Francia».

Y la visión desaparece, luego aparece de nuevo un tiempo corto pero sin decir una palabra, y por último, dos horas más tarde, María de nuevo, sola, y dijo:
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«No dudes mi hijo de lo que has dicho a tu confesor.
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Quiero advertirte que la Reina va a hacer tres novenas en mi honor, a la misma imagen de Nuestra Señora de las Gracias, en Provenza»

El 5 de noviembre escribió un registro de todo esto y toda la comunidad de Agustinos contra-firmó, para el cardenal de la Rochefoucauld.

Debido a que esto, las tres novenas se convirtieron en un asunto de Estado.

Informada la Reina, comenzó a creer con fe en la realidad de las promesas del cielo, trasmitidas por el Hermano Fiacre, y su marido también. Sin embargo, la opinión del Cardenal fue decisiva, demos paso al tiempo …

Bajo una fuerte sensación interior, 8 de noviembre de 1637, el Hermano Fiacre ya había comenzado tres novenas en nombre de la Reina.
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Que terminó el 5 de diciembre, como observa la biografía del Venerable Hermano, «precisamente nueve meses antes del nacimiento del futuro rey Luis XIV”.

En los primeros días de febrero de 1638, la reina sintió que el niño se movía en ella y tuvo el deseo de conocer al famoso Hermano Fiacre.

El humilde religioso se ve obligado a ir al Louvre, donde quedó confundido al ver a la Reina arrodillarse ante él y darle las gracias.

Así es como Ana de Austria demostró su confianza en el resultado feliz de su embarazo.

Desde 1635 Francia estaba en guerra con España, la idea de hacer un voto y dedicar a todo el país a Notre Dame se encontraba en el aire.

Luis XIII, el rey piadoso, ya había esbozado las diversas formas de consagración, aconsejado por su confesor, el Padre Caussin.

Y en noviembre de 1637 un texto finalmente se presentó al Parlamento y será firmado por el Rey el 10 de febrero de 1638 conocido como el famoso voto de Luis XIII, (que será recordado cada año en la Fiesta de la Asunción de María, 15 de agosto).

El padre Caussin, según su biografía, propuso al rey promulgar la consagración de Francia tan pronto como no haya duda sobre el embarazo de la Reina; en febrero de 1638 llevaba dos meses de embarazo.

La regente Ana de Austria y el Rey Luis XIV, al comienzo de su reinado, tendrá la oportunidad de venir a Cotignac.

Esta oportunidad fue dado por el Tratado de los Pirineos, la conciliación en 1659 entre Francia y España. Estaba prevista una reunión de los dos reyes en la frontera. Será el sábado 21 de febrero que la procesión real llegue a Cotignac.

Es así que en febrero de 1660, el joven Rey Luis XIV fue en persona con la Reina hasta al Santuario a dar gracias por su nacimiento. Se conserva una placa dejada por ambos en memoria de esta visita.

El joven rey, que tenía 21 años, donó además su anillo de oro y un largo cordón de azul celeste desgastado, de la prestigiosa orden de caballería del Santo Espíritu.

El 1º de enero de 1684, sabiendo el hermano Fiacre que iba a morir pronto, mostró su testamento a su superior que quedó un poco sorprendido.

Y le entregó una carta para enviar al Rey después de su muerte, y aseguró que haría posible la realización de este deseo, cosa que realmente fue así.

Dos semanas después de la vuelta a Dios del venerable hermano, Luis XIV escribió a los Padres oratorianos de Cotignac la petición de recibir el corazón del Hermano Fiacre en su iglesia, donde aún se mantiene.

Una placa muestra la ubicación en la pared izquierda, donde fue colocado.

san jose cotignac

 

LA APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL SANTUARIO DE NOTRE-DAME DES GRÂCES

Cotignac custodia también hasta nuestros días “La Fuente santa de José de Bessillon” que tiene su origen el 7 de junio de 1660.

Y con la que se recuerda la única aparición de San José que haya sido reconocida oficialmente por Nuestra Santa Madre la Iglesia.

El hecho fue muy sencillo: sobre el Monte Bessillon, un joven pastor llamado Gaspard Ricard, hacía pastar sus ovejas en medio de un intenso calor.
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Agotado por la sed se tendió bajo el sol radiante, cuando he aquí que se le aparece un hombre de imponente estatura que se le acerca y le indica una roca diciéndole:
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“Yo soy José, levántala y beberás”.

La piedra era muy pesada – más tarde ocho hombres apenas podían moverla – Gaspar creyó que se trataba de una burla cuando ‘el venerable anciano’ – como cuentan los relatos de la época – repitió la orden.

Gaspard obedeció y desplazó sin dificultad la roca descubriendo un agua fresca que comenzaba a surgir.

Bebió con avidez y cuando se dio cuenta, estaba solo nuevamente.

«Eso es todo (dirá el Obispo de Fréjus-Toulon, en una carta pastoral del 1º de febrero de 1917); como en el Evangelio, San José no es hablador.
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Nada de más simple, ni de más pobre que esta intervención, que es, a mi juicio, la única aparición de San José de este género, en toda la historia de la Iglesia, en una tierra que se había reservado ya para sí Nuestra Señora»
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Gaspard no dudó de la realidad del hecho, los habitantes de Cotignac tampoco.

La noticia se expandió con una extraordinaria rapidez, los peregrinos afluyeron hacia la fuente desde todos los lugares de la provincia y de los países vecinos; enfermos de toda clase regresaban curados o bien, consolados en sus enfermedades.

En 1663 se consagró una capilla que es posible ver aún hoy, en donde se puede leer la inscripción del profeta Isaías: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”.

Con la llegada de la Revolución Francesa, capilla y convento tuvieron que ser abandonados.

El convento cayó en ruinas pero la capilla sobrevivió gracias a la solicitud de los parroquianos y de los sacerdotes de Cotignac.

Dos o tres veces al año era abierta a la devoción de los fieles y especialmente el 19 de marzo se iba a Cotignac a honrar al gran Santo.

Decía el mismo Obispo en otra carta:

«Sin duda, nos hemos olvidado demasiado del privilegio de esta visita del Santo Patriarca a uno de los más humildes hijos de nuestra tierra.

Él se ha retirado nuevamente en el silencio, pero la fuente sigue surgiendo como testimonio de su paso.

Hubo un tiempo en que los peregrinos venían en grupo más numeroso a rezar.

En las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de este tiempo, qué de lecciones que podemos aprender de San José el justo, atento y silencioso benefactor.

Qué de gracias que tenemos para pedirle por la humanidad, por la Iglesia de la que es Patrono, por nuestra Patria y por nuestra diócesis».

El Señor escuchó la oración de su Obispo e hizo llegar la hora de la resurrección de esos lugares.

En el año santo de 1975, vinieron a Francia las Benedictinas del “Monasterio de Saint Benoît de Médéa” (Argelia), dando así nuevamente vida al Santuario de Bessillon.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Jesús llevó al Cielo en Cuerpo y Alma a San José y lo Coronó como a María?

Si alguna vez existió un hombre que merezca el esplendor del Cielo, es San José.

Un hombre justo que vivió una vida honorable y santa.

Y que está unido a su amada esposa María y a Jesús, el Hijo Eterno, a quien crio como su propia carne y sangre.

Se dice muy poco sobre San José en las páginas de las Sagradas Escrituras.
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Pero hay un gran cuerpo de enseñanzas acerca de este gran Santo en los escritos de los Padres y Doctores de la Iglesia y en la tradición oral de nuestra fe.

No ha sido declarada oficialmente su Asunción como doctrina infalible por la Iglesia, ni su Coronación.

Aunque hay una corriente constante de pensamiento teológico que data de los tiempos apostólicos y que le conceden muchas de las mismas prerrogativas atribuidas a Nuestra Señora.

Una de ellas es la posibilidad de que haya ascendido en cuerpo y alma al cielo cuando su muerte.

Porque, del mismo modo que sucede con María, no hay en la Tierra reliquias suyas de primer orden (de su cuerpo).

Además hay revelaciones a videntes sobre su Asunción, la Coronación y su Corredención.

Mientras tanto el filósofo católico Jean Guitton dijo:

“Tengo la impresión que no ha llegado todavía el tiempo de San José.

No ha salido de la sombra, apenas está comenzando a salir.

Veréis que el futuro nos reserva muchas bellas sorpresas sobre él”.

Pero está comenzando a brillar.

Un indicador desde el pontificado de Benedicto XVI ya se le nombre en la misa.

Y como todo lo que hace Dios, San José fue preparado para su misión desde el nacimiento.

   

LA SANTIFICACIÓN DE JOSÉ DESDE SU NACIMIENTO

El Padre celestial santificó a José, para que cuando llegara el momento, se casara con la Santísima Virgen María, cuidara a Nuestro Señor Jesús como su propio hijo, y fuera el esposo y padre más perfecto y santo.

San Alfonso María de Ligorio dice que dado que Dios escogió a San José para ocupar el cargo de padre del Verbo Encarnado, debemos creer que Él le confirió toda la santidad para tal oficio.

Entre otros privilegios, José tenía tres que eran especiales.

En primer lugar fue santificado en el vientre de su madre, como lo fueron Jeremías y San Juan el Bautista.

En segundo lugar, al mismo tiempo fue confirmado en gracia.

Y en tercer lugar, siempre estuvo exento de las inclinaciones de la concupiscencia, un privilegio con el que San José favorece a sus devotos, librándolos de los apetitos carnales.

La Sierva de Dios, Madre Cecilia Baij dice que José fue santificado en el seno materno varios meses después de su concepción, o sea liberado de la mancha del pecado original por la gracia de Dios.

Dios permitió el matrimonio de sus padres (Jacob y Raquel), tuviera dificultades para concebir un hijo, porque deseaba que José fuera un niño obtenido por medio de la súplica en oración.

Sus padres otorgaron generosamente limosnas a los pobres y al templo de Jerusalén.

E hicieron muchas peregrinaciones para suplicar a Dios por la descendencia deseada.

Dios proporcionó el consuelo en poco tiempo.

Fue en una ocasión en el templo, que la madre de José experimentó una convicción interna de que Dios había escuchado su oración, y de hecho concibió a San José.

La felicidad y la piedad de los padres aumentaron cuando un ángel vino a revelarles hechos secretos sobre este niño.

Les reveló que el niño tendría el feliz privilegio de ver al Mesías prometido y asociarse con Él.

Fue así que en el trascendental momento la madre de José dio a luz a su hijo con facilidad.

El bebé tenía una expresión angelical, venerable y serena, y la simple vista de él era una ocasión de estímulo espiritual para todos.

Maduró de la manera más sobresaliente, tanto física como espiritualmente.

Dios lo formó de acuerdo con su propio corazón y espíritu, para finalmente convertirlo en un digno novio de la Madre de la Palabra Divina.

Y el niño reconoció estos dones que estaba recibiendo de Dios.

La Venerable María de Agreda dijo que José iba a ser un milagro de la santidad, como fue en realidad.

Esta maravillosa santidad comenzó con la formación de su cuerpo en el vientre de su madre.

En esto intervino la providencia de Dios regulando la composición de los humores de su cuerpo con extrema delicadeza de proporción.

E hizo de su cuerpo una tierra bendita apta para la morada de un alma exquisita y mente bien equilibrada.

Dice que fue santificado en el útero de su madre siete meses después de su concepción.

Y que la levadura del pecado fue destruido en él para el transcurso de la vida, no habiendo sentido ningún movimiento impuro o desordenado.

En ese momento su madre sintió una maravillosa alegría del Espíritu Santo, sin comprender completamente el misterio.

Provocando en ella grandes actos de virtud, e instalando la convicción que su hijo sería maravilloso a los ojos de Dios y los hombres.

Esto nos lleva directamente a la comparación de sus privilegios con los de la santísima Virgen.

   

¿ASUNCIÓN DE SAN JOSÉ AL CIELO EN CUERPO Y ALMA?

Considera el hecho de que Jesús no puede rechazar a su Madre ninguna petición razonable.

Cuando José murió Ella ¿no le pediría a su hijo que reuniera el alma de José con el cuerpo que les había servido a ambos durante tantos años?

San Agustín y otros Padres de la Iglesia afirman que sería impropio que el cuerpo de San José permaneciera en la Tierra hasta la Segunda Venida.

Dado que ninguna otra persona fue tan cercana a Jesús como lo era José, con la excepción de María.

¿No tiene sentido que el cuerpo del hombre, elegido por Dios Padre para ser el guardián de su Hijo y su Madre, ya estuviera entre ellos?

Los ángeles fueron señalados para llevar la Santa Casa de Nazaret a tierras católicas, para que no quedara en manos de los infieles

Si Dios que quiso que esta vivienda material fuera preservada y honrada, ¿es concebible que haya abandonado el cuerpo de aquel que fue el dueño de esa casa y el esposo puro de Su Santísima Madre, y su padre en la Tierra?

El Hijo de Dios tenía una obligación especial de otorgarle un privilegio, porque José había sido muy parecido a Él en la tierra.

Y en la resurrección Jesús realzaría el acto correspondiendo en justicia la relación que lo unía a él y Su Madre inmaculada, como la más gloriosa familia.

Por otro lado, si el cuerpo de San José hubiera permanecido en la tierra, ¿sus reliquias no se habrían convertido hace mucho tiempo en objeto de veneración como tantos otros santos?

¿No se mostrarían sus huesos para la edificación de nuestras almas?

Pero de todos los santos en la cristiandad la única pareja de la que no poseemos reliquias de primera clase es la Santísima Virgen María y San José.

Atribuimos esta falta de reliquias corporales a la Asunción de la Virgen María en el cuerpo y el alma del cielo, que es uno de los grandes dogmas marianos de la Iglesia.

Esta tradición popular fue oficialmente definida como dogma el 1 de noviembre de 1950 por el Venerable Papa Pío XII.

Esta enseñanza tiene tanto sentido que ya en el siglo IV era una creencia popular entre los fieles que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo después de su muerte.

1 – Ella dijo: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

2 – Ella fue la verdadera Madre de Dios, Jesucristo, el hijo perfecto que la amó más que cualquier otro hijo que haya amado a su Madre.

¿Permitiría que su madre permaneciera en la tumba cuando pudiera hacer algo al respecto?

3 – Ella estaba llena de gracia, no estaba sujeta a la mancha del pecado original, lo que resulta en la muerte.

4 – Ella le fue fiel incluso mientras colgaba en la cruz.

Y luego ella continuó Su trabajo enseñando a los Apóstoles.

La Asunción de María tiene esos sentidos. ¿Pero qué hay de José?

El mismo razonamiento se aplica a San José, Padre virgen de Cristo y Esposo Casto de María.

Cuando San José se apareció en Fátima, Portugal, para bendecir al mundo el 13 de octubre de 1917 sosteniendo al Niño Jesús y parado junto a Nuestra Señora, ¿habrá sido algún tipo de «fantasma» sosteniendo la carne y la sangre Jesús parado junto a la carne y sangre de la Santísima Virgen?

No tiene sentido que la Trinidad Terrenal: Jesús, María y José, quienes estuvieron tan estrechamente unidos en la Tierra, se vieran obstaculizados en su unión en el Cielo.

No hay ninguna proclamación dogmática acerca de que José haya sido asunto en cuerpo y el alma al cielo después de su muerte.

Pero más allá de eso tenemos algunas cosas que considerar.

A – José fue el verdadero esposo de María. Y María y José se amaron con un amor perfecto.

B – José fue seleccionado por Dios Padre para ser el guardián de Jesús y María.

Él cumplió con este deber por completo.

C – Jesús, María y José forman la Sagrada Familia. Ellos son una unidad.

D – Algunos han especulado que San José estaba entre los «santos» que resucitaron poco después de la muerte de Cristo el Viernes Santo.

Leemos en Mateo 27: 51-53, «En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.

Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.

Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.»

Algunos creen que después del pasaje feliz y santo de San José, su cuerpo fue sepultado en las estribaciones del Monte de los Olivos en Jerusalén, antes de ser asunto a cielo en el día de la gloriosa ascensión de Cristo.

Mientras su cuerpo estaba en la tumba, su alma entró en el Seno de Abraham (Limbo) donde debía anunciar a los profetas y patriarcas del Antiguo Pacto las Buenas Nuevas de Cristo y su inminente entrada al Cielo después de la Pasión, la Muerte, Resurrección y Ascensión de Nuestro Señor.

Cuando llegó el momento de la Ascensión de Cristo, el alma de San José se unió con su cuerpo y fue asunto al Cielo.

Muchos santos y místicos creen piadosamente en la asunción corporal de San José al Cielo, tal como lo hizo Nuestro Señor por Su madre.

   

QUE DICEN LOS SANTOS Y MÍSTICOS SOBRE EL TEMA

Fray Isidoro de Isolano dice que José, esposo de María, ataviado con dos túnicas como el antiguo José, es decir, con la bendición de su alma y cuerpo, acompañó a Jesús en su Ascensión al Cielo.

Y se sentó junto al Rey de la Gloria.

En su obra Somma dei doni di san Giuseppe, escrita en 1522, dice:

“El evangelio atestigua que los cuerpos de muchos santos resucitaron después de la pasión del Salvador (Mt 27: 52-53).

Y estamos persuadidos que, entre ellos, se encuentra, sin duda alguna, el de José.

Además, es propio del hijo honrar a su padre y cuidar de su cuerpo después de muerto.

Por eso, Cristo, al resucitar los cuerpos de muchos santos, no podía dejar en el sepulcro el cuerpo de su padre putativo

Igualmente, podemos creer que, si en vida honró a José más que a todos los otros, llamándole padre, también lo ensalzaría por encima de todos después de su muerte”.

También recolectó tradiciones orientales que muestran una conmovedora muestra del amor de Jesús a José mientras estaba en la tierra, diciendo a sus discípulos:

«Conversé con José sobre todas las cosas como si hubiera sido su hijo.

Me llamó hijo, y lo llamé padre, y lo amé como la niña de mis ojos».

San Agustín en el Tratado sobre la Asunción de la Santísima Virgen, y otros Padres de la Iglesia, dan una razón poderosa para creer en la resurrección de María.

Que habría sido indecoroso que el cuerpo de alguien que estaba tan estrechamente unido a Jesús, de cuya carne Él se había hecho carne, y que le había rendido tantos servicios, hubieran seguido siendo esclavos de la muerte hasta el fin del mundo.

Esto se aplica en gran medida a aquel a quien Jesús llamó a su padre en la tierra, y que le sirvió con tal inigualable devoción.

Jean Gerson, el gran devoto de San José, habló de la resurrección y de la Asunción de San José al cielo en cuerpo y alma en un sermón pronunciado en el concilio de Constanza el 8 de septiembre de 1416.

Apareciendo un día Jesús a Marina de Escobar, acompañado por el santo, Él le dijo:

«Mira, aquí está Mi padre, y a quien yo consideré como tal en la tierra; ¿qué piensas de él?»

En un tono como si estuviera orgulloso de él, orgulloso de haberlo tenido por padre en la tierra y deseoso de mostrar a esta santa alma su gloria.

Jesús se apareció un día a Santa Margarita de Cortona, y le dijo que sentía gran placer por su devoción por su padre adoptivo, José, que era muy querido para él, y le expresó su deseo de que todos los días le hiciera un acto especial de homenaje.

San Pedro Damián habla de la Asunción de San José, en el Sermón sobre san Juan Bautista.

San Bernadino de Siena proclamó que así como Jesús, María y José trabajaron juntos en la tierra, ahora reinan en esplendor en el Cielo, en Cuerpo y Alma.

De la misma manera que María fue asunta al cielo, cree que Jesús se dignó glorificar a José.

Dios mismo parece haber autorizado la creencia mediante un asombroso milagro.

Porque cuando San Bernardino de Siena, predicando en Padua, declaró que el cuerpo y el alma de José estaban glorificados en el cielo, se vio brillar una cruz de oro sobre la cabeza del predicador.

Lo que probó a los ojos de aquellos que le rodeaba la verdad que les transmitía a sus oídos.

La piadosa Bernarda de Bustis, que fue testigo de esta maravilla, también sostuvo con firmeza que José se levantó de la tumba con Cristo.

Y junto con el Salvador resucitado fue a visitar a su santa esposa, y ahora disfruta de la vida eterna y la gloria inefable, alma y cuerpo, en su compañía.

San Francisco de Sales declaró en un sermón,

«San José está, por lo tanto, en el Cielo en cuerpo y en alma; de eso no hay duda.»

Y agregó:

«¿Alguna vez hubo alguna criatura pura tan amada de Dios o que mereció mejor ese amor que Nuestra Señora o San José?»

Y en Les Vrais Entretiens Spirituels dice:

Seguramente, cuando Nuestro Señor descendió al Limbo, San José se dirigió a Él de la siguiente manera:

«Te complaceré en recordar, Señor, que cuando descendiste del cielo a la tierra, te recibí en mi casa y en mi familia, que te llevé a mis brazos desde el momento en que naciste.

Ahora vas a volver al Cielo, llévame contigo (en cuerpo y alma).

Te recibí en mi familia, recíbeme en la tuya; Te tomé en mis brazos; llévame a los tuyos; Te cuidé y te alimenté y te guie durante tu vida en la tierra; extiende tu mano y guíame a la vida eterna.

San Leonardo de Port Maurice, cuya predicación sobre la Inmaculada Concepción fue instrumental en su eventual declaración, declaró que a San José se le concedió un privilegio especial cuando su cuerpo y alma fueron llevados al cielo.

Como prueba, él hace referencia al libro de Proverbios que dice que toda su casa (de María) está «vestida con doble ropa». Los intérpretes dicen que las prendas dobles significan el cuerpo y el alma.

El teólogo español Francisco Suárez dice hablando de San José:

“No dejaré de advertir que, conforme a una opinión bastante aceptada, se hace cosa probable que nuestro santo reina con Cristo en la gloria en cuerpo y alma.

Porque, como murió antes que Nuestro Señor, es verosímil que fue de aquellos que resucitaron al tiempo de la muerte o resurrección del Salvador, los cuales resucitaron a vida inmortal de alma y cuerpo”.

La Sierva de Dios Madre Cecilia Baij dijo:

“Cuando el Salvador del mundo se levantó gloriosa y victoriosamente de entre los muertos luego procedió a liberar y llevar consigo del Limbo a aquellas almas que habían sido confinadas allí.

El alma glorificada de José fue, por el poder de Dios, nuevamente reunida con su bendito cuerpo.

José hizo su entrada al cielo junto con el Salvador con motivo de su notable Ascensión.

Allí el Santo ahora ocupa, en virtud de su virginidad y gran pureza de alma, un trono muy distinguido cerca del Cordero de Dios sin mancha”.

El Papa San Juan XXIII dice que a dos de las personas más íntimas en la vida de Cristo – Juan el Bautista, el Precursor, y José de Nazaret -, les corresponde – podríamos creerlo piadosamente – el honor y el privilegio de Jesús al permitirles que lo acompañen admirablemente en el camino al Cielo (el día de su Ascensión) y cantar las primeras notas del himno interminable, «Te Deum».

La Madre María de Jesús de Ágreda dice que el día de la resurrección se levantó Nuestro Salvador del sepulcro y, en presencia de los santos y patriarcas, prometió al linaje humano la resurrección universal como efecto de la suya en la misma carne y cuerpo de cada uno de los mortales y que en ella serían glorificados los justos.

En prendas de esta promesa mandó Su Majestad a las almas de muchos santos que allí estaban, se juntasen con sus cuerpos y los resucitasen a inmortal vida.

Y entre ellos fueron Santa Ana, San José, San Joaquín y otros de los antiguos Padres y Patriarcas.

   

LAS APARICIONES DE SAN JOSÉ A LA HERMANA MARY EFREN, APROBADAS POR EL OBISPO

En 1956 Nuestra Señora y San José se aparecieron a una religiosa de Ohio llamada Mary Efren.

Estas apariciones fueron reconocidas por el arzobispo Paul Leibold quien precisamente había sido su director espiritual.

Quizás sean las apariciones de San José donde se hacen más revelaciones.

San José se le apareció una semana después qué Nuestra Señora de América.

Ella describe a San José con una apariencia bastante joven y una altura más alta que la media.

Hay 4 cosas sorprendentes que se revelan en estas apariciones

La primera es que José fue limpiado del pecado original al nacer.

La segunda es la Asunción de José a los cielos, de la misma forma que ascendió Nuestra Señora.

La tercera es la coronación de San José en el cielo de la misma forma que la Virgen María.

Y la cuarta es su papel como Corredentor de la misma manera que la Santísima Virgen.

De ahí que la Santísima Trinidad quiere establecer la devoción a su paternidad.

La primera vez que San José visitó a la hermana Mary Efrén le dijo qué inmediatamente después de su concepción fue limpiado de la mancha de pecado original, a través de los méritos futuros de Jesús y de ser el futuro esposo de la Santísima Virgen.

Y después qué su alma fue limpiada de pecado original la gracia sobreabundó en ella, superando a cualquier otro ser humano o ángel, excepto a la Santísima Virgen.

Le relató también sus dolores, diciendo que lo más doloroso para él fue la pasión de Jesús, porque él la conoció de antemano y sabía que no iba a estar presente porque moriría antes.

José dice que eso se convirtió en su cruz diaria.

Y lo llevó a ser corredentor de la humanidad junto a su Santa Esposa.

Cooperó como ningún otro humano en la salvación del mundo, excepto nuevamente la Santísima Virgen

El 19 de marzo de 1958 apareció San José para hablarle sobre su coronación.

Allí se le presentó San José con su corazón a la vista.

Vio al Espíritu Santo en forma de paloma flotando sobre su cabeza.

Y dos ángeles, una a la derecha y otro a la izquierda, con almohadillas de satín en sus manos.

En una estaba una corona de oro y en la otra un cetro de oro.

Y escuchó estas palabras «así debería ser honrado a quien el rey desea honrar», aludiendo al deseo de Jesucristo de coronar a San José.

Esta es una visión mística de una vidente que justifica todo el movimiento de coronación de San José a través de la historia.

Solamente los Papas han coronado oficialmente estatuas de San José con la corona pontificia 18 veces en todo el mundo.

Hay una infinidad de coronaciones no pontificias de estatua de San José.

Y en algunos lugares se corona la estatua de San José con el niño Jesús durante la fiesta del 19 de marzo todos los años.

También José le reveló a la hermana Mary Efren su paternidad espiritual para toda la humanidad.

Y le pidió que difundiera que los padres deben acudir a él para aprender la obediencia y la enseñanza de la autoridad.

En el entendido que la paternidad es de Dios y la suya es solamente un reflejo para los hombres.

Cuando San José le dijo esto a la hermana Mary Efren, vio su corazón sobre una cruz marrón, donde brotaban llamas y apareció un lirio dentro de ellas.

Pidió también a la Iglesia un día de celebración para honrar su paternidad.

Y le dijo que la Santísima Trinidad desea honrarlo en su paternidad única y que a través de él toda paternidad sea bendecida.

Porque él era el rey del pequeño hogar de Nazaret, donde el Príncipe de la Paz y la Reina del Cielo buscaban protección y sustento, y él nunca les falló.

José pidió que el primer miércoles de cada mes se reciten los misterios gozosos del rosario en memoria de su vida con Jesús y María.

Y que ese día todos reciban la sagrada comunión pensando en el amor con el que recibió El Salvador, y con el que lo tuvo en sus brazos.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
 

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Fiesta de San José, el Santo que se ha Aparecido más en la Tierra (19 mar)

La santidad de San José está muy por encima de los Patriarcas y Profetas del Antiguo Testamento.

De los Apóstoles, de los Mártires, de los Confesores, de las Vírgenes y aun de los mismos Ángeles.

vitral de san jose y jesus

La Biblia da a San José el mayor cumplido: era un hombre «justo».

 

EL HOMBRE JUSTO

Cuando la Biblia habla que Dios «justifica» a alguien, significa que Dios, el todo santo o «justo», transforma a una persona y sus acciones individuales de algún modo en la propia santidad de Dios, y por lo tanto es muy «correcto» para Dios el amor de él o ella.

Al decir que José era «justo», la Biblia quiere decir que él que estaba completamente abierto a todo lo que Dios quería hacer con él.
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Se convirtió en santo abriéndose totalmente a Dios.

El resto lo podemos suponer fácilmente. 

Piensa en el tipo de amor con la que cortejó y ganó a María, y la profundidad del amor que compartían durante su matrimonio.

No es una contradicción de la santidad de José, que decidió divorciarse de María cuando ella se encontraba encinta.

Las palabras importantes de la Biblia es que él pensaba hacer esto en «silencio» porque era «un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza» (Mateo 01:19).

El hombre justo fue simplemente, agradable, y de todo corazón obediente a Dios, al casarse con María, al llamado de Jesús, en el pastoreo la pareja preciosa a Egipto, en traerlos a Nazaret, en el número indeterminado de años de fe tranquila y coraje.

La Biblia no nos dice nada de José en los años después del regreso a Nazaret, salvo el incidente de encontrar a Jesús en el Templo (Lucas 2: 41-51). 

Tal vez esto pueda interpretarse en el sentido de que Dios quiere dar cuenta que la familia más sagrada era como cualquier otra familia.

Que las circunstancias de la vida de la familia más sagrada eran como la de todas las familias, de manera que cuando comenzó la naturaleza misteriosa de Jesús a aparecer, la gente no podía creer que él viniera de esos humildes comienzos:

«¿No es éste el hijo del carpintero? No se llama su madre María …?» (Mateo 13: 55a).

Era casi tan indignado como «¿Puede salir algo bueno de Nazaret?» (Juan 1: 46b).

«Él fue elegido por el Padre eterno como el guardián de confianza y protector de sus mayores tesoros, a saber, su divino Hijo y María, la esposa de José. 

Llevó a cabo esta vocación con fidelidad completa hasta que al fin Dios lo llamó, diciendo: ‘Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor’» (San Bernardino de Siena).

Del mismo modo los cristianos tienen a San José como el mayor santo luego de María, que no tiene parangón con la eficacia de las oraciones respondidas.

Es por esto que hay tantos milagros realizados por la intercesión de San José. Ver aquí.

Y a su vez ha sido sujeto de varias apariciones, no tantas como las de María y más discretas. Ver aquí.

Uno de los mayores misterios es cuando murió José.

Es casi seguro que al momento de la crucifixión de Jesús este ya hubiera muerto porque se le habría nombrado y Jesús no habría tenido necesidad de pedir a Juan que se hiciera cargo de María.

Según el apócrifo «Historia de José el Carpintero», el santo hombre llegó a sus ciento once años cuando murió, el 20 de julio (dC 18 o 19).
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San Epifanio le da noventa años de edad en el momento de su fallecimiento.
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Y si hemos de creer el Venerable Beda, fue enterrado en el Valle de Josafat.

En verdad no sabemos cuándo murió San José; es poco probable que haya alcanzado la edad de la que habla la «Historia de José» y San Epifanio; lo más probable es haya muerto y fuera enterrado en Nazaret.

 

ATRIBUTOS DE SAN JOSÉ

José es el santo patrón de los moribundos porque se supone que murió antes de la vida pública de Jesús, murió con Jesús y María cerca de él.

José es también santo patrón de la Iglesia Universal, de las familias, padres, mujeres embarazadas, viajeros, inmigrantes, vendedores y compradores de casas, artesanos, ingenieros y gente trabajadora en general.

En el arte, José es retratado como un hombre mayor, con el pelo gris y barba, a menudo calvo.

A veces aparece frágil y una figura marginal junto a María y Jesús, o completamente en el fondo.

Algunas estatuas de José lo muestran cubierto de flores.

Se muestra a San José con herramientas de carpintero, con el niño Jesús, su bastón florecido de lirios, y dos tórtolas.

 

VISIONES MÍSTICAS DE ANA CATALINA EMMERICH SOBRE SAN JOSÉ

Estos son extractos de La vida de la Santísima Virgen María.

Entre muchas cosas que vi hoy de la juventud de San José, recuerdo lo que sigue.

José, cuyo padre se llamaba Jacob, era el tercero de seis hermanos.

Sus padres vivían en una gran casa en las afueras de Belén, que una vez fue el hogar ancestral de David, cuyo padre, Isai o Jesse, era el propietario.

Para la época de José, sin embargo, quedaba poco del antiguo edificio, excepto las paredes principales.

La casa era muy ventilada, y el agua era abundante allí.

José, a quien vi en esta visión a la edad de ocho años, era muy diferente en carácter a sus hermanos.

Era muy talentoso y muy buen erudito, pero era simple, callado, devoto y nada ambicioso.

Sus hermanos lo golpeaban y le hacían todo tipo de trucos.

A menudo lo veía debajo de la columnata en el patio exterior arrodillándose con la cara contra la pared, rezando con los brazos extendidos, y vi a sus hermanos arrastrarse y patearlo.

Una vez lo vi arrodillarse así, cuando uno de ellos lo golpeó en la espalda y, como no pareció notarlo repitió su ataque con tanta violencia que el pobre Joseph cayó al suelo de piedra dura.

De esto me di cuenta de que él no estaba despierto, sino que había estado en éxtasis orando.

Cuando volvió en sí, no perdió los estribos ni se desquitó, sino que encontró un rincón escondido donde continuó su oración.

La hostilidad de sus hermanos al final le impidió permanecer en la casa de sus padres.

Vi que un amigo de Belén le dio ropa para disfrazarse.

Dejó la casa por la noche para ganarse la vida en otro lugar con su carpintería.

Podría haber tenido entre dieciocho y veinte años en ese momento.

Para empezar, lo vi trabajando con un carpintero en Lebona.

Este fue el lugar donde primero realmente aprendió su oficio.

Su patrón tenía su vivienda contra algunas murallas antiguas que corrían desde la ciudad a lo largo de una estrecha cornisa de la colina, como un camino que conduce a un castillo en ruinas.

Su patrón era un hombre pobre.

José era muy devoto, bueno y de mente sencilla, todos lo amaban.

Lo vi ayudando a su patrón humildemente en todo tipo de formas: recogiendo virutas, recogiendo leña y llevándola sobre sus hombros.

En los últimos días, pasó por aquí con la Santísima Virgen en uno de sus viajes, y creo que visitó su antiguo taller con ella.

Sus padres pensaron al principio que los ladrones se lo habían llevado.

Pero vi que al fin lo descubrieron sus hermanos y se lo tomaron a pecho, porque estaban avergonzados de su bajo nivel de vida.

Sin embargo, era demasiado humilde para renunciar a ella.

José era muy devoto y oraba fervientemente por la venida del Mesías.

Estaba empeñado en construir junto a su vivienda una habitación más retirada para la oración.

Pero un ángel se le apareció y le dijo que no hiciera esto, ya que una vez el patriarca José en este momento, por voluntad de Dios, había sido hecho superintendente de todo el maíz de Egipto, por lo que él, el segundo José, debería ahora le sería confiado el cuidado del granero de la salvación.

José en su humildad no entendió esto, y se entregó a la oración continua, hasta que recibió el llamado de ir a Jerusalén para convertirse, por decreto divino, en el cónyuge de la Santísima Virgen.

Las visiones continúan con el desposorio entre José y María que puede leerse aquí.

 

VISIONES MÍSTICAS DE LA MADRE CECILIA BAIJ SOBRE SAN JOSÉ

La Sierva de Dios, Madre Cecilia Baij  dice que entre otras cosas, Joseph había recibido una facultad especial para brindar asistencia efectiva a los afligidos.

Cada vez que conversaba con tales personas, su actitud y tratamiento de alguna manera siempre lograban aliviar el dolor.

Por supuesto, siempre recurrió a Dios y suplicaba fervientemente por el confort en nombre de aquellos con quienes tuvo que tratar.

Su capacidad para aliviar la carga de los oprimidos se hizo conocida en toda la localidad y llevó a muchos a su casa para escucharlo y obtener su ayuda.

Él animó a todos a soportar sus aflicciones; los exhortaba a recomendarse con confianza a Dios, de quien podían esperar todo lo que era bueno, todo lo que era reconfortante y que, en su poder, podía otorgar generosamente a todos.

Al mismo tiempo, les pedía que oraran para que Dios, en Su bondad, pudiera acelerar la manifestación de Su misericordia enviando al Mesías prometido.

Porque todos podían esperar encontrar su mayor consuelo en Él.

Muchos hombres, agobiados por la pobreza, sin siquiera las necesidades básicas de la vida, recurrían finalmente a José, y confiaban en que los ayudaría.

José entonces humildemente tuvo que pedirles a sus padres que le proporcionaran lo que era necesario para el solicitante necesitado.

Siempre cumplieron fácilmente los deseos de su hijo.

Mientras hacía la distribución a los pobres, José decía:

“¡Mira qué grandes beneficios recibes del buen Dios!.

Él me ha dado todo esto a través de las manos de mi padre con el único propósito de ayudarte. 

Es más que justo que le dan gracias a él por estas cosas.”

De esta manera esperaba evitar elogio para cualquier acto de caridad, porque él también se considera a sí mismo como un pobre desgraciado.

Y abrumadoramente bendecido con beneficios celestiales con el único propósito de que él los compartiera con los demás.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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20 Devociones para Honrar a San José

El cielo quiere promover la devoción a San José.

En por lo menos tres apariciones hay señales de ello.

Una es la aparición aprobada de Itapiranga, Brasil, a Edson Glauber, que se puede leer aquí y aquí.

Otra es en las apariciones de la Santísima Virgen a la Hermana Mildred Neuzil en EE.UU..

Que ha repetido que Dios quiere que incentivar la devoción josefina; información traemos en este artículo.

Y también traemos en este artículo un Rosario a San José que surgió en Colombia en la década de 1990, por mensajes de Jesús y María a un instrumento.

San José

El año 2019 es un año para honrar a San José, porque su número es el 19, como su fiesta el 19 de marzo.
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Y es por eso que en año suyo deberíamos incentivar nuestra devoción a él.

Aquí hacemos un listado de 20 devociones a San José que deberíamos practicar para rendirle homenaje.

Comencemos con los principales mensajes que le dio a la Hermana Mildred Neuzil.

  

LAS IMPRESIONANTES REVELACIONES DE SAN JOSÉ A LA HERMANA MILDRED NEUZIL

La Hermana Mildred Mary Neuzil, una monja de Ohio, recibió apariciones y mensajes de la Virgen María como «Nuestra Señora de América, la Virgen Inmaculada», en la década de 1950.

Pero es de los pocos videntes en que San José se apareció e hizo fuertes revelaciones.

El otro caso es el del vidente Edson Glauber, en la Amazonia, aparición aprobada por su obispo.

San José la visitó por primera vez en octubre de 1956, una semana después de la aparición de Nuestra Señora y a través de los meses le fue haciendo revelaciones.

Sor Mildred Neuzil

  

SOBRE SU LIMPIEZA DEL PECADO

«Es verdad hija mía, que inmediatamente después de mi concepción, fui limpio de la mancha del pecado original, a través de los futuros méritos de Jesús y debido a mi papel excepcional de futuro padre virgen.

Desde ese momento fui confirmado en gracia y nunca tuve la más mínima mancha en mi alma.

Este es mi privilegio único entre los hombres.

Mi corazón puro también fue inflamado con amor por Dios desde el primer momento de la existencia.

Inmediatamente, en el momento en que mi alma fue limpiada del pecado original, la gracia fue infundida en tal abundancia que, excluyendo a mi santa esposa, superé la santidad del ángel más elevado en el coro angelical.

Mi corazón sufrió con los Corazones de Jesús y María.

El mío fue un sufrimiento silencioso, ya que era mi vocación especial esconderme y protegernos mientras Dios quisiera, a la Virgen Madre y al Hijo de la malicia y el odio de los hombres.

La más dolorosa de mis penas fue que sabía de antemano de Su pasión, pero que no estaría allí para consolarlas.

Su sufrimiento futuro siempre estuvo presente para mí y se convirtió en mi cruz diaria.

Me volví, en unión con mi santa esposa, co-redentor de la raza humana.

A través de la compasión por los sufrimientos de Jesús y María, cooperé, como ningún otro, en la salvación del mundo«.

  

SOBRE LA HONRA QUE PIDE LA SANTÍSIMA TRINIDAD PARA ÉL

El 18 de marzo de 1958, víspera de su fiesta, se apareció San José y le dijo,

«Arrodíllate, hija mía, porque lo que oirás y lo que escribirás traerá innumerables almas a una nueva forma de vida.

A través de ti, pequeña, la Trinidad desea dar a conocer a las almas su deseo de que sea adorado, honrado y amado dentro del reino, el reino interior de sus corazones.

Traigo a las almas la pureza de mi vida y la obediencia que la coronó.

Toda la paternidad es bendita en mí, a quien el Padre Eterno eligió como su representante en la Tierra, el padre virgen de su propio Hijo Divino.

A través de mí, el Padre Celestial ha bendecido toda paternidad, y a través de mí continúa y continuará haciéndolo hasta el fin de los tiempos.

Mi paternidad espiritual se extiende a todos los hijos de Dios, y junto con mi Esposa Virgen los cuido con gran amor y solicitud».

  

SOBRE LA OBEDIENCIA

También San José le dio mensajes sobre la obediencia,

«Los padres deben venir a mí, pequeña, para aprender la obediencia a la autoridad: a la Iglesia siempre, como portavoz de Dios, a las leyes del país en el que viven, en la medida en que no vayan en contra de Dios y del prójimo.

La mía era la obediencia perfecta a la Voluntad Divina, tal como lo demostraron y me dieron a conocer la ley y la religión judías.

Ser descuidado en esto es muy desagradable para Dios y será severamente castigado en el otro mundo.

Que los padres también imiten mi gran pureza de vida y el profundo respeto que tenía por mi Inmaculada Esposa.

Que sean un ejemplo para sus hijos y semejantes, sin hacer nada intencionalmente que pueda causar escándalo entre el pueblo de Dios.

La paternidad es de Dios, y debe tomar una vez más el lugar que le corresponde entre los hombres».

Altar dedicado a Nuestra Señora de América

  

SOBRE LA PUREZA DE SU CORAZÓN

La Hermana Mary Mildred vio su puro corazón que parecía estar sobre una cruz marrón.

Las llamas brotaban del corazón y apareció un lirio en medio de ellas.

Entonces San José le dijo:

«He aquí este corazón puro tan agradable para Aquel que lo hizo.

La cruz, mi pequeña, sobre la cual descansa mi corazón es la cruz de la Pasión, que siempre estuvo presente ante mí, causándome un intenso sufrimiento.

Deseo que las almas vengan a mi corazón para que puedan aprender la verdadera unión con la Voluntad Divina”.

  

SOBRE LA PATERNIDAD

La noche del 19 de marzo de 1958 San José le apareció de nuevo y le dijo la intención de Dios de que se haga una fiesta para honrar su paternidad.

«Hija Mía, deseo que un día sea reservado para honrar mi paternidad.

El privilegio de ser elegido por Dios para ser EL Padre Virgen de Su Hijo fue mío solo, y ningún honor, excluyendo el otorgado a mi Santa Esposa, fue alguna vez o será tan sublime o tan alto como este.

La Santísima Trinidad desea honrarme así en mi paternidad única, toda paternidad debe ser bendecida.

Querida niña, yo era el rey en la pequeña casa de Nazaret, porque albergaba en ella al Príncipe de la Paz y a la Reina del Cielo.

En mí buscaron protección y sustento, y no les fallé.

Recibí de ellos el amor y la reverencia más profundos, porque en mí lo vieron a Él.

De modo que el jefe de la familia debe ser amado, obedecido y respetado, y, a cambio, ser un verdadero padre y protector de quienes están bajo su cuidado.

Al honrar de manera especial mi paternidad, también honras a Jesús y María.

La Divina Trinidad ha puesto en a nuestro cargo la paz del mundo.

La imitación de la Sagrada Familia, de las virtudes que practicamos en nuestro pequeño hogar en Nazaret, es el camino para todas las almas hacia esa paz que proviene solo de Dios y que nadie más puede dar«.

san jose de conti

  

LAS 16 DEVOCIONES A SAN JOSÉ

  

Primera Devoción 

La mejor devoción a San José es imitar sus virtudes, modelar nuestras acciones en las suyas y actuar como él actuó.

Él y Nuestra Señora aceptarán tus débiles esfuerzos y te ayudarán, y Dios te dará su bendición.

  

Segunda Devoción

Di con atención cada día una breve oración en honor de San José, o una aspiración o dos, con todo tu corazón. 

Al igual que con el Ave María, es mejor decir una breve oración o aspiración con total dedicación y desde el corazón, que una larga oración distraídamente.

¡Oh, Apacible San José:
en las pruebas que Dios nos envía,
a través de nuestros hermanos en la Fe:
alcánzanos de Él,
dos cosas de las que eres Ejemplar:
el Temor Reverencial de hijos de Dios;
y la Paciencia Fraterna,
con el Silencio Adorante del corazón y de la lengua!

  

Tercera Devoción

De vez en cuando consagra toda una semana al glorioso San José.

Para que ofrezca todo lo que haces a María, a Jesús, a la Santísima Trinidad.

Y que se puedan disponer, de acuerdo con su gusto, todos los frutos de tus buenas obras.

san jose cotignac

  

Cuarta Devoción

Elige 7 títulos de honor, uno para cada día de la semana, para rendir homenaje a este gran santo para dedicar cada día. 

Algunos de los títulos más importantes son:

esposo purísimo de la Virgen, padre adoptivo del Salvador, modelo de virginidad y castidad, el mayor de los Patriarcas, protector de Jesús y María, Guardián del Niño Jesús, Patrono de los moribundos, Patrono de la Iglesia, Patrono de los Obreros, cabeza de la Sagrada Familia, distribuidor de los tesoros del Mesías.

Pero hay más, busca y encontrarás.

  

Quinta Devoción 

Para la fiesta de San José, 19 de marzo, cuando un día no es suficiente para honrar a tan grande y santo Patrono, celebra toda la octava, que es la fiesta del día y de la semana siguiente.

Cada día ve a misa y da limosna en su nombre.

  

Sexta Devoción

Ir todos los miércoles, en honor de San José a misa y dedicar formalmente la misa a él.

  

Séptima Devoción

Intenta ganar a otros para la devoción de San José, hablando a menudo de él, más con el corazón que con tus labios.

Un célebre predicador fue consolado maravillosamente en la hora de su muerte, cuando la Virgen se le apareció para decirle que ella vino a ayudarle a causa de su santa práctica de contar inspiradoras historias de su cónyuge en cada uno de sus sermones.

estatua de san jose y el niño

  

Octava Devoción

Siempre ten en tu oratoria y en tu corazón la imagen de este gran y amable santo.

Puedes comprar una serie de imágenes o imprimirlas y hacer un pequeño santuario u oratorio en tu casa.

En tu pequeño santuario pon todos tus problemas a sus pies, habla familiarmente como si estuviera presente.

Es por eso que utilizamos imágenes de los Santos, porque nos ayudan a recordar su personalidad y nos acercamos a ellos en el cielo.

Toma a San José como tu defensor en cada necesidad y en la hora de la muerte.

  

Novena Devoción

Cuando recibas la Santa Comunión, únete espiritualmente a la Virgen y a San José.

Y con ellos al Niño Jesús, como lo hicieron cuando lo llevaron al templo para presentarlo a Su Padre.

Tu corazón se hace entonces el verdadero templo del Señor.

Que las fiestas se celebren en tu alma.

  

Décima Devoción

Ninguna persona veneró a San José con más dedicación y honor que la Santísima Virgen.

Ella lo consideraba como su cónyuge, como el padre adoptivo de Jesús, como el hombre más santo en la tierra, como el maestro que había sido dado a ella por Dios mismo.

En la salud y en la enfermedad, ella le sirvió con la mayor ternura.

Imítala y pídele que te enseñe la verdadera devoción a su santo esposo.

  

Undécima Devoción

Haz un contrato irrevocable en presencia de la corte celestial, y bajo los ojos de la augusta y adorable Trinidad.

Da a María y a José, tu cuerpo, tu alma, tu corazón, todo tu ser, y luego di como Santa Catalina de Siena:

‘Ahora te recomiendo mi corazón y mi pobre servicio. Ya no pertenezco a mí misma, sino a los dos. 

Pido una cosa de ustedes: mantengan lo que era mío ustedes y nunca permitan quitarlo de sus manos benditas.

Esta es mi decisión irrevocable, por toda la eternidad, pertenecer por entero a Jesús, a María y a José, y yo renuncio al poder de revocar esta promesa nunca

san jose y jesucristo Gerard Van Honthorst

  

Doceava Devoción

El regalo de tí mismo es, sin duda, el más deseable y agradable a María y José que ninguna otra cosa.

Si Dios te ha concedido los medios, dedica a ellos una parte más o menos considerable de lo que posees.

Un gran santo, que después de haber sido patricio y cónsul, derramó su sangre por Jesucristo, empleó sus inmensas riquezas a los enfermos y los pobres, y les sirvió con sus propias manos.

El nombre de este hombre santo no se olvida, y su memoria se mantiene en la tierra, y aún más en el cielo.

Haz actos similares de caridad en honor a San José.

  

Treceava Devoción

Ha habido, personas nobles y ricas que han erigido iglesias o capillas en honor al esposo de María, con un altar privilegiado para el consuelo de las almas del Purgatorio.

Trata de llevar a cabo esto.

  

Catorceava Devoción

Lleva a cabo el mantenimiento de un joven, con la esperanza de que algún día pueda convertirse en un buen sacerdote o santo religioso.

O ayuda a una niña pobre en honor a San José.

Esta devoción es más agradable para él, por sus efectos reales y sus resultados sólidos y duraderos.

Este tipo de devoción merece ser ilustrado por algún ejemplo.

El alcalde de un pueblo en Francia, al que Dios no había concedido hijos, propuso a su esposa que debería traer dos niños huérfanos a su casa.

Después de un tiempo les colocó en un colegio y más tarde en el seminario diocesano, y ambos se convirtieron en sacerdotes.

Una dama cuya fortuna no era grande, sin embargo, logró constantemente mantener ya sea un estudiante en el seminario, o una joven religiosa en el noviciado de los misioneros.

En un país no muy lejos de Francia, un hombre de alto rango, pero cuya fortuna era menor que la generosidad de su carácter, había ahorrado una suma de 600 francos para un viaje de recreo.

Oyó que una niña estaba en peligro de perder su inocencia y su alma si se no podía adquirir una dote de al menos 600 francos, pagó la dote y la excursión fue descartada.

  

Quinceava Devoción

El canciller de París era muy devoto y muy ingenioso en su devoción.

En su vejez enseñaba a los niños de Lyon el Catecismo, y al final de cada lección hacía que esos pequeños inocentes rezaran:

“Mi Dios, mi Creador, sé propicio con tu pobre siervo Juan Gerson”.

Sus voces llevaban lágrimas a los ojos de todos los que les escuchaban, llegando hasta la misericordia de Dios por este hombre virtuoso, que murió santamente.

De una manera similar une tu corazón con todos esos corazones que aman a San José.

Une tu voz y tus afectos con todos los Santos en el Paraíso, con todos los justo en la tierra, con todas las Almas del Purgatorio, y di a Dios, a la Virgen y a San José, que apruebas todo lo que otros hacen y dicen en su honor.

Y que estás dispuesto a hacer todo lo que hacen, que seguramente lo harías con todo tu corazón y con toda tu fuerza.

Da gracias a todos los Santos por el homenaje que rinden a este gran Patriarca.

Implora que redoblen sus alabanzas, en la medida en que las leyes del cielo y los decretos de la Divina Providencia les permitan.

Como no puedes tomar parte en sus cánticos, pide al menos ser su eco, y diles que ratificas lo que hacen y han hecho en honor a San José.

  

Dieciseisava  Devoción

Confiesa tu propia insuficiencia.

Dile a San José que mientras que otros hacen cosas maravillosas, tu parte debe ser humillarte, y reconocer tu propia nada; al tiempo que ofreces tu amor.

Dile ‘¡Ayuda a mi debilidad, Te suplico, Señor! 

Yo deseo de hacer lo que es correcto, pero no tengo el poder. 

Dame el poder de hacer más por todos los hombres y todos los Santos, con el fin de honrar las grandes cosas que han hecho por San José’.  

  

Diecisieteava Devoción: Rosario a San José en Colombia

Este Rosario de Colombia tiene la particularidad que es para ser recitado por hombres y fue revelado a un instrumento en 1993 en Bogotá.

Las oraciones reveladas en el año 1993 y 1994 son las que aparecen en el rosario que está abajo.

Nuestro Señor Jesucristo había dado las oraciones pero no había indicado cómo manejarlas.

Pero en mayo de 1995 la Santísima Virgen le pide a esta joven que reúna hombres para orar los días miércoles venerando a San José.

Y le indica un rosario de 5 Avemarías con esas oraciones.

Este Rosario comenzó el 31 de mayo de 1995 con 4 hombres que luego fueron aumentando.

La Virgen se comunicaba cada miércoles y especialmente hablaba de parábolas relacionadas con la siembra, el cuidado de las flores y sobre la vida familiar de la Sagrada Familia en Nazaret.

Y también sobre la misión de San José de amar, cuidar, alimentar, educar y proteger a Jesús y a María.

En octubre del mismo año indica que pronto vendrá una misión.

Y el 1º de noviembre de 1995 la Virgen da este mensaje,

“Hijos míos, ha empezado una nueva etapa.

Habéis sido escogidos para una labor hermosa: un Jardín que mi Hijo, de vuestras manos creará, pues por ahora están los pastizales pero no hay flor en ellos.

Este será un trabajo que vosotros llevaréis a cabo en unas tierras que llevan Mi nombre, un corazón en la tierra haréis y en ella sembraréis florecitas de color….

Un jardín se hará en siete tiempos… la gran obra que se hará se os explicará paso a paso.

Vosotros que habéis comprendido el cuidado que necesita una flor, habéis sido escogidos para sembrar Mi Jardín de amor”.

Así comienza la misión del Jardín de Amor de Santa María que se construye en la finca Santa María de Facatativá, Cundinamarca.

El trabajo comenzó el primer sábado de noviembre, 4 de noviembre.

Luego de 7 sábados de trabajo María dio este mensaje,

“Gracias doy a vuestro corazón por haber cumplido con amor lo que solo eran palabras y hoy son hechos de amor”.

El 4 de diciembre la Virgen dio este otro mensaje,

“Os llevare de la mano pequeños, al lugar que tanto tiempo lo habéis preparado. Os llevare a mi monte alto…”

Y Ella pidió 9 días consecutivos de oración hasta el día 13 de diciembre de 1995 en que se produciría la primera peregrinación al Jardín.

Y entremedio, el 9 de diciembre, comunicó

“En este monte que lleva Mi nombre, recibiréis las bendiciones que el Padre Dios Me ha encomendado.

Estaré con vosotros todo el tiempo en este lugar escogido por Dios para vuestro beneficio”

Y el 13 de diciembre dijo,

“Este Jardín es para vosotros, vuestro refugio, donde vosotros encontrareis la paz, el regocijo y la luz… venid aquí cualquier día y a cualquier hora y recibiréis bendiciones y gracias”.

A partir de ahí se generó un movimiento de peregrinación los días 13 de cada mes.

En el año 2000 el Obispo de Facatativá nombró un sacerdote para orientar la oración en el Jardín.

Y la práctica que siguió fue realizar el Rosario todos los miércoles.

Este Rosario recibió el imprimatur del arzobispo Monseñor Flavio Calle Zapata y se ha extendido no sólo por Colombia sino también por el exterior.

Cómo se verá el rosario está dedicado a 5 virtudes de San José.

  

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro.

+En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración: Oh San José, que con amor trabajaste la madera para en esta vida, vida pasajera, a tu familia el pan de cada día proveer; Oh San José, ahora en el cielo con Cristo, que extendido en el madero en el que vida eterna al hombre dio, enséñanos a reconocer en el quehacer de cada día el camino hacia Dios.

1 Por el tiempo que a María esperaste, danos la virtud para en silencio pacientemente esperar, esto es danos la paz.

Padrenuestro, 5 Avemarías, Gloria y la jaculatoria:

Amado San José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

2 Por aceptar en castidad para María desposar, danos la virtud para vivir en pureza y castidad.

3 Por aceptar la paternidad de Jesús, danos la virtud para sólo hacer la voluntad de Dios.

4 Por el día que todo dejaste para tu Hijo salvar, danos la virtud para cumplir lo que Dios pida y vivir, como Tú, en santa obediencia.

5 Por el día que a tu Hijo encontraste hablando con sabiduría y callaste, danos la virtud de callar y aprender a escuchar al que en nombre de Dios habla.

Oración: Tú, San José, patrono de las familias, protector de la Iglesia, defensor de la niñez y fiel guardián de las madres, ayúdanos para recibir la gracia y alcanzar así las virtudes gloriosas de tu corazón en la castidad, en la prudencia, en la justicia y en la humildad. Amén.

Para terminar: Oración por el Santo Padre para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús:

(Padrenuestro, 3 Avemarías y Gloria)

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen

Hay muchos más Rosarios a San José, aquí publicamos otros 3.

  

Dieciochoava Devoción: Segundo Rosario

Primer misterio: Contemplamos a San José, EL HOMBRE JUSTO a los ojos de Dios (Mt. 1,18-21.24).

(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria… en cada misterio)

Segundo misterio: contemplamos a San José, EL ESPOSO VIRGINAL, de María Santísima (Lc. 1,34-38).

Tercer misterio: contemplamos a San José, EL EMIGRANTE LLENO DE CONFIANZA, en la huida a Egipto (Mt. 2, 13-15).

Cuarto misterio: contemplamos a San José, EL SABIO JEFE de la Sagrada familia (Lc.2,51-52; Mt.13,54-55a).

Quinto misterio: contemplamos a San José, EL FIEL OBSERVANTE de las fiestas religiosas (Lc. 2, 41-43).

     

Diecinueveava Devoción: Tercer Rosario

Está compuesto por nueve misterios, divididos en tres partes. Cada una de ésta partes está compuesta por una década de cuentas, haciendo un total de 30 cuentas en honor a los 30 años que San José pasó en compañía de Jesús y María.

En cada una de las cuentas se reza un Ave María y se termina cada década con un Gloria al Padre.

Los Misterios son los siguientes:

Misterios de la Primera década:
1 La Encarnación
2 La perplejidad de San José (ante el embarazo de la Santísima Virgen)
3 El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén.

Misterios de la Segunda década:
1 La Presentación del Niño Jesús en el Templo.
2 La Huida a Egipto.
3 El niño Jesús hallado en el templo.

Misterios de la Tercera década:
1 La vida oculta de Jesús en Nazaret.
2 La muerte de San José.
3 La coronación de San José en el cielo.

Al concluir el Rosario de se rezan tres actos de contrición y se le pide a San José que obtenga el perdón y la misericordia.

   

Veinteava Devoción: Cuarto Rosario

Oh santo patrono de los moribundos, te ofrezco humildemente este piadosos ejercicio de meditación y de plegarias, por cuantos se encuentran hoy en agonía y por mí, cuando llegue mi última hora.

  

Misterios gozosos (lunes y jueves)

Primer misterio: Contemplamos el gozo de San José cuando el ángel le anunció que María, su Virgen esposa, llevaba en su seno al Hijo de Dios.

Rezar en cada misterio Padre Nuestro, 10 Glorias y la oración:
Oh San José, Padre adoptivo de Jesucristo y verdadero esposo de María Virgen, ruega por nosotros y por los agonizantes en este día.

Segundo misterio: Contemplamos el gozo de san José cuando se entera que Santa Isabel había saludado a María con el nombre de Madre de Dios y el prodigio de las predicciones de Zacarías.

Tercer misterio: Contemplamos el gozo de san José cuando al nacer el Divino redentor, vio que los ángeles bajaban del Cielo y los pastores corrían a adorarlo y lo reconocían por el suspirado Mesías.

Cuarto misterio: Contemplamos el gozo de san José cuando en la presentación en el templo, siente que Simeón profetiza la salvación llegada al mundo por el recién nacido Salvador

Quinto misterio: Contemplamos el gozo de san José cuando después de tres días de afanosa búsqueda, su Hijo Jesús es hallado en el templo.

  
Misterios dolorosos (martes y viernes)

Primer misterio: Contemplamos el dolor de san José al ver nacer a Jesús en un establo de tanta pobreza.

Segundo misterio: Contemplamos el dolor de san José ante la circuncisión de Jesús, que por cumplir las leyes tuvo que soportar el recién nacido Salvador.

Tercer misterio: Contemplamos el dolor de san José soportado al tener que huir a Egipto para alejar a Jesús de la furia de Herodes.

Cuarto misterio: Contemplamos el dolor de san José soportado cuando por tres días, junto a María, lloró la pérdida de su querido Hijo Jesús.

Quinto misterio: Contemplamos el dolor de san José soportado en su agonía al separarse de Jesús y de María.
  

Misterios gloriosos (domingos, miércoles y sábados)

Primer misterio: Contemplamos la gloria de san José al ser elegido esposo de María, padre adoptivo de Jesús y cabeza de la sagrada Familia.

Segundo misterio: Contemplamos la gloria de san José al ver los doctores de la ley escuchar atónitos las palabras de Jesús de doce años y demorarse junto a su Hijo.

Tercer misterio: Contemplamos la gloria de san José al ver que durante treinta años fue obedecido, obsequiado y servido por el Hijo de Dios.
Cuarto misterio: Contemplamos la gloria de san José después de haber muerto en los brazos de Jesús y de María. Se vio recibido, entonces, por los Santos patronos del Limbo y por ellos saludado como primero de los Patriarcas y afortunado anunciante.

Quinto misterio: Contemplamos la gloria de san José al verse en el Cielo, obsequiado por los Angeles y santos, invocado en la tierra como primer y principal Patrono de la Iglesia católica.

Se añaden 3 Ave Marías a la Virgen en conmemoración de la participación que tuvo en los dolores, en los gozos y en la gloria de san José.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Por qué a San José se le considera el “Terror de los Demonios”?

En los últimos años ha crecido la devoción a San José.

Al punto que en el 2013 la Congregación para el Culto Divino promulgó el decreto de que se mencionara a San José en las Plegarias Eucarísticas de la Misa.

Básicamente concebimos a José por la tradición como un hombre de fe, de perseverancia, puro, leal.

Y las Letanías a San José son un excelente lugar para comprobar las virtudes que los católicos reconocen en José.

Pero hay una de ellas que es enigmática San José “terror de los demonios”.
.
¿Porque San José terror de los demonios? ¿En qué se basa?

La respuesta tradicional es que satanás y sus ángeles caídos no pudieron seducir a José.

Él fue firme en su temperamento, no hablaba en vano, era justo, compasivo sin remedio para los demonios.

Y especialmente protector de la Sagrada Familia, que era el centro del plan de Dios para la redención de la humanidad.

Piensa nomás la actividad de San José protegiendo a Jesús y a María durante los años de la niñez de Jesús.

En esos años seguramente fue quien presentó la batalla espiritual contra los demonios que querían abortar el plan de Dios.

Eso no está escrito pero es totalmente razonable pensarlo así.

La Biblia casi no habla de San José y deja a nuestra imaginación la conformación de lo que es un padre ideal.

  

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

La devoción a San José no fue importante en la iglesia hasta el siglo XIV, que es cuando comenzaron a aparecer las menciones a su figura en los tratados académicos.

Y luego recibió un gran impulso de Santa Teresa de Ávila.

Para ser tomado luego por los pontífices romanos que empezaron la tarea de reivindicar la figura de San José oculta hasta ese momento.

Hay cosas que sostiene la tradición pero no son dogmas de la Iglesia.

Una tradición basada en revelaciones privadas ha sostenido que San José fue limpiado de la mancha del pecado original después de su concepción, por los méritos futuros de Jesús.

Otra tradición dice que San José no pecó en su vida y los demonios no pudieron tentarlo.

Y otra tradición es que contemplar una imagen o un icono de San José permite ver en él icono de Dios padre.

Tradicionalmente a San José se lo distingue por algunas cualidades

La pureza. Según María de Agreda en Ciudad de Dios, San José hizo su voto de castidad a los 12 años, que lo renovó y lo guardó en el matrimonio.

Según ella San José tenía 33 años cuando se casó con María y ella reconoció la pureza en este hombre.

Hay una historia del sumo sacerdote Simeón cuando reunió a los jóvenes de la casa de David en Jerusalén, para buscarle un esposo a la Santísima Virgen.

Cada uno llevaba una vara como bastón y San José se puso en oración pidiendo la manifestación de la voluntad divina para su vida.

Y la vara que llevaba San José floreció en lirios blancos puros y una Paloma blanca revoloteó sobre su cabeza.

Esto convenció al sumo sacerdote Simeón que José era el elegido.

El éxito de la misión de Cristo en la tierra dependió de San José.

Dios no hace nada superfluo y planifica todo, por lo tanto planificó la aparición de la figura de San José para custodiar el inicio de la misión de Cristo en la Tierra.

Confió a San José la misión del cuidado de su hijo.

Un padre no le da a cualquier persona la custodia y formación de su hijo.

Por lo tanto las cualidades de San José deben haber sido mayúsculas para que Dios padre le confiara a su hijo y el destino de la humanidad.

Protector de la iglesia. Así como San José fue el protector de la sagrada familia, de Jesús y de María, es razonable que se invoque a este Santo como el patrón de la Iglesia Universal.

Porque la iglesia es la continuación de la misión de Jesucristo.

Patrón de la buena muerte. La tradición afirma que San José no disfrutó del privilegio de la juventud permanente.

El envejeció, sufrió el deterioro en el cuerpo y tuvo sufrimiento por el avance de la edad.

Tuvo que dejar de trabajar a los 60 años y la sagrada tradición nos dice que Jesús y María lo ayudaron en su agonía y muerte.

La cual se realizó en un clima de ultra santidad.

Lo que hace entonces a San José como patrono de la buena muerte.

Es por esto que a San José se le dan varios títulos en la Iglesia.

  

LOS TÍTULOS QUE SE LE DAN A SAN JOSÉ

Santa Teresa de Ávila dijo tres cosas significativas respecto a San José.

Que San José nunca la decepcionó cuando le oró con alguna petición

Que siempre le respondió rápidamente.

Y qué le auxilió en todo tipo de situaciones.

Esto hace que San José sea un santo a quién acudir en todo tipo de problemas que tengamos, que escucha atentamente y se mueve rápido.

Pero deberíamos prestar atención especialmente a los  muchos títulos a lo largo de la historia se le han dado porque nos indican cómo invocarlo.

Patrón de los esposos y esposas, que enseña la importancia de la fidelidad, castidad y vivir los votos de los cónyuges.

Además Patrón de la pureza cristiana, como modelo de la castidad que deben guardar los cónyuges.

Y también Patrón de los padres, porque cumplió a la perfección el rol de padre adoptivo del hijo de Dios.

Patrón de las familias, porque la Sagrada Familia, que él lideró, es el modelo de familia cristiana.

Con un padre presente emocional, moral, espiritual, económica y físicamente.

Inculcó en la familia la moral natural proveniente de Dios, mantuvo una presencia amorosa, proveyó a la familia de sustento con su trabajo y protegió la familia de peligros que se fueron sucediendo en la vida familiar.

Y como extensión también Patrón de la Iglesia, porque la Iglesia es la continuación de la misión de Jesucristo y de la Sagrada Familia.

Patrón de los que están en tribulación, porque San José fue quien dirigió a la Sagrada Familia en un momento crítico de su vida.

Llevó a su mujer embarazada a un largo viaje a Belén, no consiguió alojamiento, y tuvo que arreglarse en una cueva donde nació el Hijo de Dios.

Y al poco tiempo tuvo que abandonar todo e irse de apuro a Egipto por la persecución de Herodes, donde vivió viajando como forastero y de la Providencia Divina.

Maestro de la vida interior, qué nos ayuda a desarrollar nuestra vida espiritual y a unirnos más intensamente con Dios.

Patrón de los trabajadores, que enseñó a Jesús su profesión de carpintero, lo cual recordamos los 1º de Mayo, el día de los trabajadores.

Nos indica que el trabajo santifica.

Terror de los demonios, como lo veremos, porque en el rito de exorcismo se invoca el nombre de San José y el maligno huye al nombrarlo.

Y en este sentido también es maestro de oración, porque Jesús le imprimió el mandato de orar siempre a’le y a María su madre.

Patrón de una santa muerte, porque recordamos que San José tuvo la gracia de morir en los brazos de Jesús y María.

  

PROMESAS Y GRACIAS DE SAN JOSÉ

Sor María de Agreda ha tenido la revelaciones de las 7 gracias que tendrán las personas devotas a San José

  • «Primero, los que lo invocan obtendrán de Dios, por su intercesión, el don de la castidad, y no serán conquistados por la tentación de los sentidos;
  • En segundo lugar, recibirán gracias especiales para liberarlos del pecado;
  • En tercer lugar, obtendrán una verdadera devoción a la Santísima Virgen;
  • En cuarto lugar, tendrán una muerte buena y feliz, y en ese momento decisivo los defenderá contra los asaltos de satanás;
  • Quinto, serán entregados cuando sea conveniente para ellos, sufrimientos corporales, y encontrarán ayuda en sus aflicciones;
  • Sexto, si están casados, serán bendecidos con descendencia;
  • Séptimo, los demonios tendrán temor extremo del glorioso nombre de San José.

Aquí vemos cómo San José es el terror de los demonios.

Esta es similar a las 8 promesas de San José para sus devotos que se maneja habitualmente.

  • Dios otorgará gracias especiales a aquellos que no me conocen, para que tengan una gran devoción hacia mí;
  • Dios bendecirá a todos los que estén casados ??y la bendición a su familia no tendrá límite;
  • Los casados ??y sin hijos serán bendecidos con descendencia;
  • Dios dará gracias especiales para librarse de las tentaciones y de los ataques del diablo;
  • Tendrán una buena y feliz muerte;
  • Vencerán sus pruebas y tribulaciones;
  • Dios les otorgará ayuda inmediata cuando invoquen mi intercesión, ya que los demonios tienen un
    temor extremo a la invocación de mi nombre;
  • Todos aquellos que abrazan un cenáculo de San José, obtendrán un amor más ferviente por Jesús y una
    verdadera devoción a la Santísima María.

Esta versión tiene más menciones al demonio aún.

  

¿POR QUÉ TERROR DE LOS DEMONIOS?

La letanía a San José fue aprobada por el papa Pío X en 1909

La mayoría de las invocaciones son fáciles de entender: luz de los patriarcas, esposo de la Madre de Dios, espejo de paciencia.

Pero hay una de ellas que a muchos sorprende: terror de los demonios.

¿Porque San José es el terror de los demonios?

Visto desde nuestro punto de vista, es por su eficacia en anular el efecto de los demonios en nuestras vidas, si nosotros buscamos refugio en Él.

Aquellos que recurren a San José para su intercesión mantienen a raya satanás. Esa es la experiencia de la iglesia.

Cuando los devotos de San José apelan a él y aprovechan su influencia, nos protege contra las artimañas del príncipe de las tinieblas.

El mal se retira ante la presencia de José, porque él es puro y los demonios no pueden soportar la pureza ya que el demonio es un ser básicamente y por definición impuro.

Los demonios están perdidos ante José porque no pueden comprender tal pureza de espíritu y de conducta.

¿Cómo un hombre dedico toda su vida a cuidar una familia de la que no era padre biológico sin siquiera tener “relaciones íntimas” con su esposa?

Las escrituras lo definen como un hombre justo a los ojos del Señor y aparentemente por eso fue elegido por Dios mismo para ser esposo de la Santísima Virgen.

Dios le confió a las dos personas que Él amaba más en el mundo.

Y le fue llevando a través de su ángel para cumplir su misión.

Primero para que no abandonara a María luego de su embarazo, luego que huyera a Egipto por la amenaza de Herodes y después que regresara a Israel.

Y quién sabe qué otras más guías recibió de Dios que no están plasmadas en la escritura.

Por eso la tradición de la iglesia lo considera como patrón y protector de la Iglesia Universal. El guardia de la novia de Cristo.

Y es sin duda la persona a quien los demonios les gustaría atacar más, pero su integridad le permitió defenderse y por eso hoy es el hombre más escuchado por Jesús.

Los ángeles caídos trataron de seducir a José pero nunca pudieron tentarlo.

Hasta Incluso en las cosas más mínimas como por ejemplo hablar en vano.

  

SAN JOSÉ ES EL REFLEJO DE LA PATERNIDAD DEL PADRE

Y no sólo reflejo de la paternidad de Dios sino un modelo de paternidad para toda la humanidad.

Que luego es asumido también por Jesús que sí es la imagen perfecta de Dios Padre, en términos estrictos.

Al final de la última aparición pública de la Virgen María, cuando el milagro del Sol en Fátima, en octubre de 1917, apareció José junto con Nuestra Señora del Monte Carmelo.

Apareció sosteniendo en brazos al niño Jesús y bendiciendo al mundo.

Era la bendición de un padre, tal como se cuenta también en la parábola del hijo pródigo, en la que Jesús describe a su propio Padre eterno.

Dios Padre siempre está esperando a los pecadores para que regresen a Él.

Y esto es especialmente importante para nuestra época, cuando la verdadera paternidad a través del papel del padre tradicional y fuerte de la familia, es rechazada por la humanidad.

San José era la cabeza de la Sagrada Familia porque era el Padre de familia y era el representante de Dios Padre.

Y no lo era porque fuera sagrado en sí mismo; era un ser humano de menor jerarquía en el plan de Dios que la Virgen María estrictamente hablando.

Pero en el plan de Dios el padre terrenal del Mesías tenía que ser un fuerte protector de la Sagrada Familia contra el mal.

Era imposible que José no hubiera tenido estas cualidades de protección contra el adversario.

  

LA PATERNIDAD ES LA BASE DE LA FAMILIA

En el capítulo 8 del evangelio de Juan, Jesús dialoga con los fariseos, quienes se jactan de que Abraham es su padre.

A lo que Jesús les contesta que si fueran verdaderos hijos de Abraham no estarían tratando de matarlo.

Si Dios fuera Padre de ellos como lo fue de Abraham, lo tratarían de otra forma, pero en realidad les endilga que son hijos del demonio.

Acá Jesús reconoce la paternidad suprema de Dios y la paternidad creada de Abraham, como sustituto terrenal.

De modo que Jesús advierte que una criatura distinta a nuestro progenitor biológico puede ser nuestro padre.

Jesús está hablando del rol de padre; de la imitación de la cualidad paternal de Dios.

Sí Abraham fuera su padre actuarían como padres frente a Jesús eso es lo que les comunica.

Pero en realidad ellos andan por malos caminos porque tienen un padre que les enseña otra cosa y ese no es Abraham.

Indirectamente por tanto nos advierte que el propio demonio puede convertirse en nuestro padre.

Y esa es una tendencia creciente en nuestros tiempos.

Hay un padre falsificado, que hará cualquier cosa para distorsionar nuestra visión del verdadero padre.

Por otro lado, Abraham puede ser nuestro padre en la fe como dicen los judíos, pero José está en un plano Superior que él.

Sólo dos personas humanas fueron elegidas para pertenecer a ese orden superior: José como esposo y padre adoptivo de Cristo y María como madre de Dios.

Y esto nos lleva a considerar que hay un solo hombre en la historia del mundo elegido por Dios Padre eterno para hacer modelo visible de paternidad.

  

LA PATERNIDAD ES ATACADA POR EL DEMONIO PORQUE LE TEME

Sor Lucía de Fátima ha dicho varias veces que la batalla final del demonio está centrada en la familia.

Y podemos agregar específicamente que está centrada en la paternidad, en el rol del padre.

El rol del padre se ha reducido a un hecho biológico con las familias monoparentales.

La figura paterna del hombre en la familia ha desaparecido también, porque el feminismo ha cambiado los roles tratando que la mujer se parezca en todo al hombre, incluso en los roles adentro de la familia.

Acá el tema es que sucede primero, el huevo o la gallina.

Posiblemente la erosión de la figura del padre, que ha hecho el demonio, viene antes que la descomposición de la familia.

Como la comunión no existe o está desvirtuada, entonces se producen los divorcios, el concubinato, e incluso se legítima el matrimonio homosexual.

Y si la célula primordial de la sociedad se desintegra, lo hace también la sociedad misma.

Aquí vemos cómo el demonio ha logrado separarnos de nuestro verdadero padre modificando el rol de padre, creando un falso padre.

Entonces necesitamos recuperar al padre verdadero para restaurar nuestra sociedad.

A nivel familiar es el padre biológico en su rol paternal, y a nivel de la sociedad es el modelo que representa San José.

Esto es particularmente importante hoy en los adolescentes y jóvenes.

Porque seguirán al modelo del falso padre que les está mostrando el maligno, si no tienen un modelo de padre a quien seguir.

Seguramente San José no es conocido por los adolescentes. Pero él es un modelo seguro para vivir.

Él es casto y puro, pero por sobre todas las cosas es la persona más cercana a Jesús y María a quién recurrir para combatir al demonio.

San José podría ser llamado legítimamente el patrón de los adolescentes.

A pesar que la iconografía lo presenta como un anciano los estudios históricos no avalan esa característica.

Probablemente fuera un poco mayor que María pero no tanto.

Como modelo, asumió la promesa de virginidad cuando era un hombre joven.

Lo cual lo convierte en un icono ideal para los adolescentes que están viviendo una época desordenada.

También San José fue partícipe y creador del matrimonio más feliz y perfecto de este mundo.

Lo cual es la aspiración de la mayoría de los adolescentes.

Pero como ven difícil llegar a eso no se quieren comprometer, por ejemplo casándose, y prefieren probar viviendo en concubinato.

Otro atractivo de San José como modelo para los adolescentes es que ocupó el rol humano de guardián, protector, proveedor, sacrificando sus propias necesidades en aras de su familia.

Por eso San José es el terror de los demonios, porque les está presentando a los adolescentes y a los jóvenes solteros un modelo santo de cómo debe ser el padre de familia.

Es el modelo que Dios pensó para la humanidad.

Pero lo más importante es que es un modelo que permite vivir la vida sin sobresaltos, sin cometer errores, sin pagar el precio de las equivocaciones a las que nos lleva el maligno.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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El Misterio sin resolver que envuelve a la Escalera de San José

¿Que tiene de raro una escalera caracol?

¿Y una escalera caracol de no se sabe cómo se construyó, ni quien la hizo, ni de qué madera es?

En 1877 un desconocido carpintero construyó una escalera “caracol” inaudita en una capilla de las Hermanas de Loreto en Nuevo México.

Y desde ese momento de ha transformado en un misterio indescifrable.

La escalera da dos giros completos de 360º.
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Tiene 33 escalones.
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Se balancea como un resorte.
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No tiene un centro definido.
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El carpintero no usó clavos y no se sabe de donde provino la madera.
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Y lo más intrigante: el carpintero apareció imprevistamente y luego desapareció de la misma forma.

Los técnicos se maravillan de los principios utilizados en la construcción.

Y la leyenda es que la construyó el propio San José.

Primero porque las hermanas pusieron la construcción de la Capilla bajo la protección de San José.

Y segundo porque el carpintero desconocido se presentó a la Capilla luego que las hermanas habían terminado una Novena pidiendo a San José la construcción de la escalera que faltaba.

Los arquitectos del momento no habían podido arreglar de manera fácil el acceso de la planta del templo al coro.

  

LA PREPARACIÓN DEL ESCENARIO

La bandera de Estados Unidos ondeo por primera vez en la ciudad de Santa Fe en agosto de 1846 cuando capturaron pacíficamente la ciudad al gobierno de México.

La fe había florecido Nuevo México en los últimos 300 años debido a los misioneros.

Pero la falta de sacerdotes había creado un vacío y la Iglesia estaba en ruinas.

Principalmente porque los franciscanos se habían retirado en 1830.

Y habían dejado solo unos pocos sacerdotes nativos para ministrar a miles de mexicanos.

Fue así que en 1850 el papa Pío IX creó el vicariato de Nuevo México.

Y nombró a su frente al padre Jean Bautiste Lamy que en ese momento servía en Kentucky pero era originario de Francia.

De modo que Nuevo México, que incluía Colorado y Arizona en ese momento, estaba bajo la jurisdicción directa del Papa.

El padre Lamy era un francés de unos 35 años de carácter suave y bien versado en la doctrina.

Tenía un gran celo por la salvación de las almas.

Y lucho durante años con enorme dificultad, que el mismo expresó así,

“Las principales dificultades de nuestras misiones son, primero, atravesar las inmensas llanuras que nos aíslan del resto de los Estados Unidos

Tenemos que viajar trescientas leguas (1450 kms) sin encontrar en nuestro camino una cabaña o incluso un puente sobre los ríos, y siempre estamos expuestos a las flechas de los indios.

Rara vez estos salvajes no atacan a las caravanas, a veces muy grandes”.

A pesar de ello Lamy recorría a caballo las montañas y desiertos, expuesto a los indios Apaches, Comanches y Kiowas.

En un informe de su visita pastoral de 6 meses a Arizona él dijo,

Viajé más de mil leguas (4800 kms) a caballo.

En algunos lugares tuvimos que dormir bajo la luna y viajar de veinte a veinticinco leguas sin una gota de agua, caminando para descansar mi caballo…

El día de Navidad pudimos celebrar el Santo Sacrificio, donde asistieron de veinte a veinticinco personas arrodilladas en el suelo aún cubierto de nieve, que había caído el día anterior.

Estábamos en la ladera de una montaña, rodeados de bosques de robles y piñones, hojas de plata y cedros…

En ese momento sólo había dos chozas miserables.

Hoy encontrarás en este lugar la capital de Arizona.

En el informe destacó la fe ardiente de los mexicanos, sobre todo por la sagrada eucaristía y su devoción por la Santísima Virgen.

Eran gente pobre, la mayoría granjeros y pastores, y de familias numerosas, porque los mexicanos consideraban que cuanto más niños tenían más ricos eran.

Durante su apostolado obtuvo la ayuda del padre Pierre de Smet un jesuita que tenía experiencia en el trato con los indios.

Posteriormente el Papa Pío IX crearía la diócesis de Santa Fe y nombraría al padre Lamy como su Obispo.

Y en 1875 la diócesis pasaría a ser arquidiócesis y el padre Lamy obtendría el rango de arzobispo.

Pero previo a eso el Padre Lamy se interesó en traer educadoras para su zona.

La historia de la Capilla de Loreto comenzó en ese momento.

Fachada de la Iglesia

  

EL COMIENZO DE LA HISTORIA DE LA CAPILLA DE LORETO

El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un sistema educativo a este nuevo territorio, comenzó a escribir cartas de petición a sacerdotes, hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y enseñar.

En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete hermanas de la comunidad de «Hermanas de Loreto al pie de la Cruz» partieron de su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un nuevo convento dedicado a educar niñas.

Las misioneras no sabían español y navegaron por el río Mississippi hasta Independence, Missouri.

Allí una de las hermanas se enfermó y tuvo que regresar a Kentucky.

Las restantes continuaron el largo viaje en carreta tirada por caballos.

  

En una de las paradas para pasar la noche en las planicies de Kansas, una banda de indios a caballo rodearon el pequeño campamento.
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Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño.
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Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente.

Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?) y fue enterrada allí en una tumba sin marcar.

Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas llegaron a Santa Fe e inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo

Santa Fe en aquel tiempo era una pequeña villa habitada principalmente por indios y mexicanos.

Escalera que conduce al coro

Llevaban 20 años enseñando en la escuela cuando en 1873 el obispo sugirió que construyeran una capilla.

La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó casi cinco años en construirse y le llamaron «Nuestra Señora de la Luz».

Cuando estaba ya casi terminada, le avisaron a Magdalene, la madre superiora, que, por un error del diseño, no había acceso al coro.

El arquitecto, P. Mouly, había planeado conectar el coro con el segundo piso del convento pero nunca se hizo.

No se podía poner una escalera convencional porque tomaría demasiado espacio de la capilla.

  

SE CONSTRUYE LA ESCALERA

Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas ofrecieron una novena a San José.
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El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en un borrico a la puerta del convento.
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Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la escalera pero con una condición: la superiora no debía jamás revelar su nombre.
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La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar con el caballero.
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Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra.
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Una vez terminada, cuando iban a festejar con el gentil carpintero, este desapareció sin cobrar por su maravilloso trabajo.
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Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José había construido la escalera para las hermanas.

Dos vistas de la escalera

La Milagrosa Escalera se estima que fue construida entre 1877 y 1881.

Le tomó al menos seis meses al carpintero para construirla, y tiene dos vueltas de 360 grados sin medios visibles de apoyo.

Arquitectos, carpinteros, y demás gente se preguntó exactamente quién es el artesano.
.
Y donde había comprado sus materiales.
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Cada depósito de madera en Nuevo México fue abordado y cuestionado, pero hasta hoy nadie ha podido encontrar una factura.

Nadie ha encontrado el nombre del genio que construyó la escalera de la buhardilla.

Muchos están de acuerdo que la madera utilizada en la escalera era ajena a los Estados Unidos.

Los visitantes de Oriente Medio han afirmado que la madera utilizada, les pertenece a ellos.

Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera.

Hay quienes dicen que es de abeto, el árbol más común de Navidad. Pero no una variedad que crece en esa zona.

La escalera tiene mas de 6 metros y medio de alto.

Y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas circulares completas de 360 grados cada una, sin la ayuda del centro.

No hay absolutamente ningún clavo.

Una de las cosas más desconcertantes sobre la escalera, sin embargo, es la perfección de las curvas de los largueros. 

La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los largueros con nueve empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno encajado con la mayor precisión.

Cada pieza es perfectamente curvada. 

¿Cómo hizo esto en la década de 1870 un hombre con sólo las herramientas más primitivas?

Es inexplicable para los arquitectos modernos.

Primer plano de la escalera

Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra maestra, y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza.

Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta y cinco años.

Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño.

Se dice que esta elasticidad es una parte del secreto de su creador.

La Iglesia no tiene una posición oficial respecto a la misteriosa escalera.

En la secuela del Concilio Vaticano II, las vocaciones religiosas se redujeron y las «hermanas» de Loreto vendieron la totalidad de los terrenos de la Academia, incluyendo la capilla milagrosa, a un promotor inmobiliario comercial.

En el momento de la venta en 1971, la capilla Nuestra Señora de la Luz fue desconsagrada informalmente como una capilla católica.

Afortunadamente, sin embargo, hubo una protesta de personas devotas de Santa Fe, entre ellos muchos de los ex alumnos de la Academia

Para que la capilla con las escaleras milagrosa fuera preservada como un monumento nacional. 

La Capilla de Loreto es ahora un museo privado operado y mantenido, en parte, para la preservación de la Milagrosa escalera y la propia capilla.

Y en este momento la capilla funciona como museo y se puede alquilar para bodas.
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Pero los actuales propietarios están dispuestos a venderla a alguien que esté dispuesto a usarla de nuevo para masis católicas.

capilla de loreto con la escalera atras
Vista desde el altar

  

LAS OBJECIONES DE UN ESCÉPTICO

Pero también existe el análisis de los objetores del Comité para la Investigación Escéptica.

El «escéptico» responsable del examen fue Joe Nickell.

Él cita una extensa bibliografía para sostener que la técnica de escaleras sin eje es tradicional.
.
Y que estaba dominada por nuestros antepasados, aunque era frágil.

.
Sin embargo esta escalera es especialmente duradera.

Según Nickell, la ausencia de las clavos no es sorprendente.

Señala que un viejo carpintero hablaba con admiración de sus maestros que no utilizaban clavos o cola.

Señala además que esta técnica es la que explica la audacia del gótico en un momento en que no era conocido el hormigón.

Las catedrales y otros edificios medievales se construyeron con piedras que se traban, al grado de no derrumbarse incluso con el bombardeo de las guerras mundiales.

escalones de la escalera de loreto
Vista de los escalones

  

LOS MISTERIOS CENTRALES

En resumen:

La escalera tiene dos giros de 360 grados y sin medios visibles de apoyo.
.
Fue construida sin clavos, sólo con clavijas de madera.
.
Y tiene 33 escalones hasta la altura hasta el coro, la edad de Jesús cuando fue crucificado según la Biblia

Y tras más de un siglo desde su construcción siguen los tres misterios centrales sin resolverse:

1º: La identidad del carpintero que la construyó.
.
2º: Arquitectos, Ingenieros y científicos todavía no se explican cómo se sostiene la escalera sin un soporte central, a pesar de los escépticos.
.
3º: Cómo se construyó con madera de abeto si no existía ese árbol en toda la región.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¡Impresionantes Promesas de San José! en Aparición Aprobada por el Obispo

Desde 1994 hay en Brasil una aparición de María, Jesús y José.

Que el obispo aprobó en el 2010.

¡Con grandes promesas para la devoción a  San José promete!

Apariciones de San Jose y María en Itapiranga

Es una aparición única en su especie por las promesas que San José, Jesús y María hacen a quienes se hagan devotos de su Sagrado Corazón.

En una aparición del 6 de junio de 1997 Jesús le dijo a Edson Glauber,

«Deseo que el primer miércoles después de la Fiesta de Mi Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María sea la Fiesta del Corazón Castísimo de San José”.

Esto es hoy casi desconocido.

Muchos saben acerca de las aprobadas apariciones de la Virgen María, pero no están en conocimiento de que San José ha tenido muchas apariciones a videntes a través de la historia.

En algunas de ella ha aparecido junto con la Sagrada Familia, en otras con su hijo Jesús, en otras acompañado de Santos y en otras sólo.

Se sabe poco de estas apariciones en Itapiranga, Brasil, desde 1994, en las que San José apareció junto con María y Jesús.

Las ha aprobado el Obispo en 2010. Ver aquí.

Veamos estas apariciones de Itapiranga en este artículo y puedes leer las otras apariciones conocidas de San José aquí.

Edson Glauber vidente de Itapiranga
Edson Glauber vidente de Itapiranga

  

LAS APARICIONES A EDSON GLAUBER Y SU MADRE

En 1994, cuando era estudiante en Manaus, Brasil, con 22 años de edad, Edson Glauber recibió una aparición de la Virgen con Jesús y San José.

Las apariciones continuaron cuando regresó a su ciudad natal de Itapiranga que está a unos 1050 kilómetros al suroeste de Sao Paulo y unos 1420 km. de Rio de Janeiro.

Y también a más de 1200 kilómetros al suroeste está el lugar de las recientemente aprobadas San Nicolás, en Argentina.

El Obispo Gritti, que murió hace más de un año, se reunió con ellos varias veces.
.
Allí celebró la misa, en el sitio de las apariciones, y ayudó a construir el santuario.

María se le apareció bajo el título de «Reina del Rosario y de la Paz».

Y al igual que en Fátima, en sus mensajes hizo hincapié en la necesidad de la conversión, el rezo del Rosario, la Misa, la Confesión y la Santa Eucaristía.
.
Y la penitencia para salvar al mundo sumido en la incredulidad y el pecado.
 

Ella y Jesús instaron a la devoción al más casto corazón de San José.

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Reina del Rosario y de la Paz de Itapiranga

  

REVELACIONES Y PROMESAS DE SAN JOSÉ

Las Principales revelaciones de San José comenzaron el 1 de marzo de 1998.

Habló de tener devoción a su corazón casto y se recibieron las primeras de varias promesas. 

Empezó hablando así:

“Mi querido hijo, Nuestro Señor Dios me ha enviado para informarte sobre todas las gracias que los fieles recibirán de mi muy Casto Corazón que Jesús y mi bendita esposa desean sea honrar…

A través de la devoción a mi casto corazón muchas almas van a ser salvadas de las manos del diablo.
.
Dios nuestro Señor ha permitido que yo te revele las promesas de mi corazón”.

“Tal como soy justo y casto a los ojos de Dios, todos los que tengan devoción a mi Corazón también serán castos, justos y santos delante de Él. 

Yo te llenaré de estas gracias y virtudes, para que crezcas cada día en el camino de la santidad”.

Al día siguiente, San José vino con el Niño Jesús, que se reclinó en su corazón.

San José reveló que Dios quería dar innumerables gracias través de la devoción a su corazón:

“Mi hijo y Señor Jesús, que me trajo hasta aquí en la tierra, por el amor a su padre, quiere que todos los hombres practiquen de la devoción a mi Corazón, para todos aquellos que necesitan gracias del cielo”.

En las apariciones anteriores, la Virgen María y Jesús dijeron a Edson que a San José se le había sido dado gran poder y gloria, y en estos tiempos Dios quiere que la gente y el mundo se consagren al Corazón de San José.

san jose cotignac

  

SEGUNDA PROMESA

Luego vino una segunda promesa:

“Prometo a todos, que en honor a este purísimo Corazón mío hagan aquí en la tierra hagan buenas acciones en favor de los más necesitados, especialmente de los enfermos y moribundos de los cuales yo soy un consolador y protector, recibirán en su último momento de su vida, la gracia de una buena muerte.

Yo mismo seré para estas almas su peticionario ante mi Hijo Jesús y, junto con mi esposa, María Santísima, les consolaré en sus últimas horas aquí en la tierra, con nuestra santa presencia y para que descansen en la paz de nuestros corazones.

Como ya viste mi Hijo Jesús reposa su cabeza en mi corazón, de esta manera yo y mi esposa Santa María llevaremos a estas almas a la gloria del paraíso, en la presencia del Salvador, mi Hijo Jesucristo, de modo que puedan reposar, e inclinarse a Su Sagrado corazón…”

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ADVERTENCIAS

San José no se asusta de la situación de los corazones de la humanidad.

Explicó:

“¡Cómo es que el pecado se propaga de una manera tan fuerte!

Los hombres se dejan llevar por las artimañas más insidiosas del diablo. 

El enemigo de la salvación quiere destruir a todos los hombres para que, de esta manera, todo sea perdido.

Él tiene envidia y odia a toda la raza humana. 

Así que muchos pasan por pruebas y tentaciones que el enemigo de Dios les lanza en cada momento, de esta manera trata de destruir las almas de los hombres que fueron creadas por Dios”.

San José reveló que el ataque contra nosotros se incrementará desde 1998:

«Lo que la mayoría hace son pecados contra la santa pureza, porque la pureza es una de las virtudes más queridas por Dios, y de esta manera satanás desea destruir la imagen de Dios presente en cada criatura a través de esta virtud.

Y es debido a esto, que Dios pide a toda la humanidad tener devoción a mi Corazón Casto.
.
Quiere dar a los hombres la gracia para vencer las tentaciones y los ataques del diablo en su vida día a día”.

San José puede protegernos de estos ataques.

Su letanía lo llama el más casto y terror de los demonios.

San José hizo esta promesa:

“La invocación de mi nombre es suficiente para hacer que los demonios huyan.

Prometo a todos los fieles que honren a mi corazón casto con fe y amor, la gracia de vivir con la santa pureza del alma y del cuerpo y la fuerza para resistir todos los ataques y tentaciones del diablo.
.
Yo mismo les he de proteger”.

Dijo que la gracia también sería para los miembros de la familia del orante en necesidad de ayuda divina.

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ESPERANZA PARA LOS PECADORES

San José quiere que todos los pecadores que se conviertan y se salven: 

Muchos son los que están lejos de Dios a causa de sus graves pecados.

Muchas personas, mi hijo, están en ese estado, porque caen con las asechanzas del diablo.

El enemigo de la salvación hace pensar que no hay ninguna solución, ni cambio, porque están desesperados y han perdido la esperanza, y no han confiado en la misericordia divina.

Estos serán un blanco fácil para el diablo”.

Pero él dice que,

“Todos los pecadores, incluso aquellos que han cometido los pecados más terribles, confíen en el amor y en el perdón de Dios y confíen en mí también, en mi intercesión.

Todos aquellos que recurran confiadamente a mí tendrán la certeza de mi ayuda para recuperar la gracia divina y la misericordia de Dios”.

No queriendo que los pecadores se desesperen, prometió a los que confían en su corazón puro y son devotos en honor a él, les dará:

la gracia de ser consolados por mí en sus mayores aflicciones del alma y en el peligro del juicio, cuando por desgracia pierdan la gracia divina, porque sus pecados son graves.

Para estos pecadores, que recurren a mí, prometo las gracias de mi Corazón con el propósito de enmienda, de arrepentimiento y de sincera contrición de sus pecados.

Ahora, digo a todos los pecadores:
.
No tengan miedo del diablo y no desesperen, debido a sus faltas, sino vengan a mis brazos y se refugiarán en mi corazón, para que puedan recibir todas las gracias para su salvación eterna”.

estatua de san jose y el niño

  

AYUDA CON LOS PROBLEMAS DE HOY

San José se centró en las dificultades de la vida y le ofreció consuelo:

“Mi Hijo Jesús, a través de mi corazón, desea impartir a todos los hombres sus bendiciones divinas.

Sé que muchos de ustedes sufren grandes dificultades, ya que, en estos últimos tiempos, los hombres ya no se aman o se ayudan mutuamente.
.
Sino viven con el corazón lleno de orgullo, mentira, intriga, ambición, maledicencia, mezquindad, y muchas cosas malas que son las consecuencias de vivir lejos de Dios”.

San José dijo esto a todos los que honran su corazón y ponen su confianza en él y en su intercesión:

“Prometo que no serán abandonados en sus dificultades y en las pruebas de la vida.

Voy a pedir al Señor que les ayude con su Divina Providencia en sus problemas materiales y espirituales.

Para las madres y los padres indicó consagrarse ellos y sus familias a su Corazón, San José aseguró la ayuda en las aflicciones y problemas, y ayuda en la crianza de sus hijos.

liturgia de san jose

  

PECADOS: CONSECUENCIAS Y SU PROTECCIÓN

El esposo de María no ignoraba la situación actual del mundo. En 1998 dijo que se multiplicara el caos espiritual y enfatizó:

Mi hijo Jesús está muy indignado con los pecados de humanidad”.

Él desea derramar su justicia divina a todos los hombres que no quieren arrepentirse y que continúan obstinadamente en sus pecados”.

“Mira, mi hijo, tengo la mano derecha, impidiendo que derrame su justicia sobre toda la humanidad.

Le pido, a través de las gracias de mi corazón y por ser digno de vivir a su lado, con el amor de un padre de este mundo, y porque él me ha amado con el amor de un hijo, que no castigue al mundo por sus faltas.

Sino que por todos mis pequeños que honran y honrarán a este casto corazón mío, que derrame su misericordia sobre el mundo

Los muchos pecados del mundo llaman a la humanidad a arrepentirse y hacer penitencia:

“Porque Dios recibe continuamente ofensas de los hombres ingratos.

Hoy en día hay muchos desmanes, sacrilegios e indiferencia de los hombres.

Es por esto que hay tantas calamidades como la guerra, el hambre y las enfermedades y también tantas otras cosas que el hombre ha sufrido a causa de la rebelión del hombre contra Dios”.

San José habló de las claras consecuencias de la rebelión:

Dios permite que los hombres sigan sus propios caminos para mostrarles a todos ellos que, sin él, nunca se serán felices. 

Él deja que los hombres pasen por tanto sufrimiento para también mostrarles las consecuencias que el pecado trae a sus vidas.

Y así entonces, la justicia divina castiga a la humanidad debido a su obstinación en no ser obediente a la voluntad de Dios”.

Señaló también que la humanidad está:

«Cada vez más obstinada en sus faltas, debido a la preocupación por los placeres del mundo, más que hacia el amor de Dios y a sus mandamientos.

Pero la justicia de la mano de Dios llegará de una manera nunca antes vista y vendrá repentinamente sobre el mundo entero”.

Eso nos debe hacer temblar, sin embargo, este poderoso Santo extiende una solución llena de esperanza:

“Todos aquellos que honren mi casto corazón recibirán la gracia de mi protección de todos los males y peligros. 

Aquellos que se entreguen a mí, no serán afectados por las desgracias, por las guerras, el hambre, por las enfermedades y otras calamidades y tendrán en mi corazón un refugio para su protección. 

Aquí, en mi corazón, todos van a estar protegidos contra la justicia divina en los días que vendrán.

Todos los que se consagren a mi Corazón, y lo honren, serán vistos por mi Hijo Jesús con ojos de misericordia.

Jesús les derramará su amor y llevará a la gloria de su Reino a todos los que he puesto en mi corazón”.

san jose y jesucristo Gerard Van Honthorst

  

SOLICITUD Y PROMESA SOBRE LOS PRIMEROS MIÉRCOLES

Cuando San José apareció en el primer miércoles de marzo de 1998, tenía una solicitud especial para las devociones, Él dijo:

“Cada primer miércoles de cada mes, mi corazón casto vierte numerosas gracias a todos los que confían en mi intercesión. 

¡En estos miércoles, los hombres no van a recibir una lluvia de gracias simples si no fuertes torrentes de gracias extraordinarias! 

Voy a compartir con los que me honran y confían en mí, todas las bendiciones, todas las virtudes, y todo el amor que he recibido de mi Divino Hijo Jesús y de mi esposa la Virgen María cuando aún vivía en este mundo y todas las gracias que sigo recibiendo en la gloria del paraíso”.

La petición vino con su gran promesa de:

Interceder delante de Jesucristo para los que vienen a mí, en honor a este corazón mío.

Les daré las gracias de ser capaz de resolver los problemas más difíciles y las necesidades urgentes.
.
Que a los ojos del hombre parecen imposibles, pero que, a través de mi intercesión a Dios, van a ser posibles. 

Doy las gracias de mi corazón a todos los pecadores que se vayan a convertir”.

San José había hecho esta misma petición durante la Nuestra Señora de América en marzo de 1958, pidiéndonos recitar los Misterios Gozosos del Rosario en la memoria de su vida con Jesús y María, el amor que les tenía y el dolor que sufrió con ellos.

Además pide recibir la comunión con el amor que Él recibió al Salvador y también cada vez que Él llevó a Jesús en sus brazos.

san jose c jesus

  

CONFIRMADO POR SU ESPOSA MARÍA

Al final de las apariciones de su marido, la Virgen María hizo una promesa a ella misma:

“Todos los que honren el muy casto corazón de San José se beneficiarán con mi presencia materna en sus vidas de una manera especial.

A aquellos que piden a su corazón con confianza, yo prometo interceder ante el Padre Eterno, mi Divino Hijo Jesús y al Espíritu Santo.

Voy a obtener para ellos, de Dios, la gracia de llegar a la santidad perfecta en las virtudes de San José y de esta manera alcanzar el amor perfecto en el que Él vivía.

Los hombres que aprendan a amar a mi Hijo Jesús y a Mí con el mismo amor como mi casto esposo José, recibirán el amor más puro de nuestros corazones.”

La Virgen también dijo:

“Mi Hijo Jesús, mi casto esposo José y yo estamos a su lado. No teman nada, porque nuestros corazones les protegerán siempre”.

san jose de conti

  

RECOMPENSA POR DIFUSIÓN DE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

Hay algo más que San José dice que no debemos pasar por alto:

Todos los que propaguen la devoción a mi Corazón, y la practican con amor, tengan la certeza de que sus nombres están grabados en él, al igual que la cruz de mi hijo Jesús y la «M» de María están grabadas en él”.

Después de todo pidió:

“Que todos difundan la devoción a mi Corazón; es Dios mismo quien lo pide”

  

ORACIONES DE ITAPIRANGA

  

ORACIÓN A SAN JOSÉ

En la mañana del 29 de marzo de 2002 Edson Glauber estaba orando y recibió la visita de San José, que describe como un muy guapo y de cálida sonrisa, que le dijo,

Difunde esta oración a todo el mundo

A través de esta oración, Dios desea que mi nombre sea más conocido y amado. 

Él también quiere otorgar muchas gracias a aquellos que me honran rezando. 

Quienes oren esta oración recibirán muchas gracias del Cielo. 

A través de ella, seré invocado a menudo por todo el mundo y, por mi corazón querido y honorable, podré conceder muchas gracias a los pecadores que necesitan ayuda divina. 

Es importante que esta oración sea conocida por todos. 

Que llegue a todas partes, para que todas las personas puedan disfrutar de la bondad de Dios a través de ella. 

Esta es Su Santísima Voluntad que te estoy revelando ahora mismo” 

La oración es la siguiente,

Dios te salve, José, hijo de David, el justo y casto, la sabiduría está contigo.
Bendito seas entre todos los hombres, y bendito sea Jesús, el fruto de María, tu fiel esposa.
San José, digno padre adoptivo y guardián de Jesucristo y de la santa Iglesia,  ruega por nosotros los pecadores y obtén la sabiduría divina de Dios, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

  

CORONILLA

También le fue dictada la Coronilla de los Siete Dolores y Siete Alegrías de San José, en 1997.

Coronilla de los Siete Dolores y Alegrías de San José

1º San José, por tu dolor y alegría por el embarazo de la Virgen María, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

2º San José, por tu tristeza y alegría por el nacimiento de Jesús, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

3º San José, por tu dolor y alegría en la circuncisión de Jesús, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

4º San José, por tu tristeza y alegría por la profecía de Simeón, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

5º San José, por tu tristeza y alegría por la huida a Egipto, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

6º San José, por tu tristeza y alegría por el regreso de Egipto, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

7º San José, por tu dolor y alegría por la pérdida y el hallazgo del Niño Jesús en el templo, sé mi guía a través de la vida y la muerte.

Padrenuestro, 10 Avemaría y Gloria

Jesús, María y José yo los amo, salven almas.

¡Corazón Castísimo de San José, se el guardián de nuestra familia!

Puede leerse más sobre esta coronilla aquí.

  

CONSAGRACIÓN A LOS TRES SAGRADOS CORAZONES

La Santísima Virgen enseñó a Edson Glauber una Consagración a los Tres Sagrados Corazones, el 29 de diciembre de 1996, en la fiesta de la Sagrada Familia.

“Enseña esta Consagración a todos tus hermanos. Es la consagración a los tres Corazones.

Esta consagración se hará a nuestros tres corazones unidos en un solo amor…

Corazón Sagrado de Jesús, Corazón Inmaculado de María y Corazón Casto de San José, voy a consagrar este día, mi mente (+ frente) , mis palabras (+ labios) , mi cuerpo (+ pecho) , Mi corazón (+ bajo el hombro izquierdo) y mi alma (+ bajo el hombro derecho), de manera que se haga tu voluntad a través de mí el día de hoy. Amén

Esta consagración debe ser hecha tres veces al día: por la mañana, por la tarde y por la noche.

Es importante hacer la señal de la cruz en el momento que se dice las palabras”

Se puede leer más de esta consagración aquí.

  

ESCAPULARIO

En el año 2000 se le entregó a Edson Glauber el escapulario de San José en el Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Aylesfort, Inglaterra, donde se había aparecido la Virgen María a Simón Stock.

Lo que le fue reafirmado en el 2001 en Sciacca, Sicilia, Italia en el 750 aniversario de la entrega del escapulario a San Simón Stock.

La Virgen se le apareció y le dijo,

“Este será el Escapulario de San José, Mi hijo Jesús y Mío…

Quien lo lleve consigo recibirá la protección de Dios por medio de su Corazón Castísimo y de su manto protector, así como muchas gracias del cielo necesarias la salvación y la santificación”

Y Edson vio aparecer después a la Sagrada Familia y una inscripción en dorado que decía, “¡Casto Corazón de San José! Sé el guardián de nuestra familia”

La oración de imposición del escapulario puede encontrarse aquí.


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Las 4 Devociones que Practicaba el Padre Pío

El Padre Pío no se cansaba de venerar a la Santísima Virgen, a San José, al Arcángel Miguel y a San Francisco de Asís.

Y no repetía constantemente a sus hijos espirituales que ellos lo hicieran también.

San Pio de Pietrelcina

La devoción a la Virgen María era especialmente a la Virgen de Fátima y a través del rezo del santo Rosario.

Admiraba la altura espiritual de san José, imitó sus virtudes y recurrió a él en los momentos más difíciles de su vida.

Tuvo una devoción especialísima a san Francisco de Asís, cuyo nombre llevó desde el nacimiento, y a partir del cual entró en los capuchinos.

Y San Miguel Arcángel fue su guía en la batalla espiritual y su defensor contra el maligno.

Estas veneraciones siempre estuvieron teñidas de un carácter místico, que le dio el sentido de su vida devota.

  

DEVOCIÓN MARIANA DESDE SU INFANCIA

Cuando niño, Francisco entraba en la iglesia de Pietrelcina a saludar a la Virgen de la “Libera”.

En 1901, cuando tenía 14 años, fue a visitar el santuario de nuestra Señora del Rosario de Pompeya, con otros 7 compañeros de escuela y acompañados por el maestro Don Ángel.

El 6 de mayo de 1913 escribe al P. Agustín, su director espiritual:

“Esta Madre tan tierna, en su gran misericordia, sabiduría y bondad ha querido verter en mi corazón tantas y tales gracias.

Que, cuando me hallo en su presencia y en la de Jesús, me siento estrechamente unido y ligado al Hijo por medio de esta Madre!”.

fiesta padre pio san giovanni rotondo fondo

El Padre Pío llamaba el mes de mayo: “el mes de la hermosa mamita”.

El 1 de mayo de 1912, él escribía a su padre espiritual:

“¡Oh el hermoso mes de mayo! El más bonito del año.

Si, padre mío ¡este mes nos recuerda muy bien las dulzuras y la belleza de María!

Pensando en los muchos beneficios que me ha hecho esta querida Mamita, tengo vergüenza de mí mismo por no haberla amado y servido lo bastante: en cambio, a sus cuidados afectuosos he respuesto con ingratitudes”

“El mes de mayo para mí es el mes de las gracias y este año espero recibir dos: que me recoja consigo para no seguir viendo esas caras feas (demonios).

La otra, usted la conoce.

Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los pecadores del mundo a amar a la Virgen”

Para mostrar su devoción a la Virgen y obtener más fácilmente sus gracias, él le ofrece sus sacrificios.

El 21 de julio de 1913, escribe al padre espiritual: “Le pido el permiso de abstenerme de la fruta el miércoles en honor de la Virgen” .

Un día Cleonice Morcaldi, su hija espiritual, le preguntó a Padre Pío:
– Padre, ¿la Virgen viene uno que otro día a su celda?
Mejor dime -contestó Padre Pío- si algún día no viene…

Su amor a la Virgen se expresaba en particular por el rezo del Santo rosario que llevaba siempre enrollado en la mano o en el brazo, como si fuera un arma siempre empuñada.

Sus cohermanos llamaban a Padre Pío “El rosario viviente”.

Una vez lo oyeron decir: “quisiera que los días tuvieran 48 horas para poder redoblar los Rosarios”.
.
Todos los dones y prodigios para las almas los obtenía a través del Santo Rosario.

Un día le pidieron sus hijos espirituales les dejara su herencia espiritual. Padre Pío respondió inmediatamente sin pensar siquiera: “El Rosario”.

Y poco antes de la muerte a su amigo y hermano Fray Modestino le dijo: “¡Amen a la Virgen y háganla amar. Reciten siempre el Rosario!”.

Virgen Maria y el rosario

Una joven enfermera de Bolonia fue hospitalizada en octubre de 1952 por una forma nefrítica muy grave, necesitando la operación.

Una noche le apareció en sueño Padre Pío diciéndole.

”En nombre de la Virgen María tus riñones desde este momento, no sangrarán más” y la avisó que volvería.

La mañana siguiente los médicos la encontraron clínicamente curada y la dieron de alta.

Sin embargo ella dijo que los médicos la habían curado.

Se le apreció nuevamente Padre Pío, muy serio, reprochándole su mentira.

“Ha sido la Virgen quien vino a curarte, recuérdate y repíteselo a todo el mundo, porque hay muchas jóvenes de tu edad que se están perdiendo, pero cuando sepan lo que te ocurrió, podrán rehabilitarse”.

fatima de pie mas alargada

  

NO SE PUEDE IMAGINAR AL PADRE PÍO SIN LA MADRE DE DIOS Y LA VIRGEN DE FÁTIMA

El Padre Pío siempre ha siguió con atención la Historia de las Apariciones de Fátima.

Un hilo invisible unió Fátima con S.Giovanni Rotondo.

La misma Armada Azul, movimiento internacional de ruego provocado por los mensajes Mariano de Fátima, se volverá, junto a su fundador, parte de la familia espiritual de Padre Pío.

En el 1959 llega a Italia, por un Peregrinatio Mariae organizado por el Comité Nacional Mariano, de que hacen parte entre los otros el cardenal Lercaro y don Gabriele Amorth, el famoso exorcista, ambos hijos espirituales de Padre Pío.

La estatua de la Virgen de Fátima llega directamente desde Cova de Iria y en Italia es llevada a visitar todas las capitales de provincia.

S.Giovanni Rotondo parece por lo tanto predestinada a ser excluida por esta visita privilegiada.

Pero justo la ciudad de Benevento renuncia a un día para permitirle a Padre Pio de saludar la imagen de la Virgen de Fátima.

Misteriosamente, como por un dibujo divino, cuando la Bianca Señora de Fátima está sobre el suelo italiano, el Padre Pío cae enfermo, golpeado por una grave pleuresía que le prohíbe de celebrar la Santa Misa.

La tarde del 27 de julio, él anuncia el principio de la novena «por la visita de la Mamá Celeste», y exhorta todos los fieles a prepararse a esta visita con cristiana renovación.

La tarde del 4 de agosto, Padre Pio anuncia que faltan pocas horas a la visita de la Madre de Dios.

Por fin, el día mismo de la llegada, expresa así su alegría incontenible:

«Dentro de pocos minutos la Madre de Dios estará en nuestra casa… Ampliemos nuestros corazones.»

El 5 agosto del 1959 llega, a S.Giovanni Rotondo, la estatua de la Virgen de Fátima que es llevada en helicóptero en todas las capitales de provincia.

Durante la mañana del 6 de agosto el Padre puede bajar a iglesia, deteniéndose a veces, se sienta delante de la imagen de la Virgen de Fátima.

La estatua de la Virgen es bajada hasta la cara del Padre que puede besarla por fin tiernamente.

Cerca de las 3 de la tarde, el helicóptero con la estatua de la Virgen de Fátima levanta en vuelo de la terraza de la Casa Alivio del Sufrimiento.

compuesto de virgen de fatima y pastorcitos fondo

El Padre Pío que se encuentra asomado a la ventana del coro de la Iglesia, el helicóptero cumple tres vueltas alrededor de la plaza repleta de fieles.

Luego se aleja en dirección de Sicilia.

A este punto, con los ojos humedecidos por la conmoción, el Padre Pío le dirige a María un breve quejido empapado de abandono filial:

«Virgen, Madre mía, llegaste a Italia y  yo me enfermé; ahora vas y todavía me dejas enfermo».

En este mismo instante el Padre Pío advierte un escalofrío correr por toda la persona y se cura milagrosamente del mal que los médicos le diagnosticaron: un tumor a la pleura.

Es el mismo Padre Agostino, amigo y director espiritual de Padre Pío desde los años de seminario, cuando confirma la curación inmediata del fraile estigmatizado dijo:

«En un momento el Padre sintió como una fuerza misteriosa en su cuerpo y les dijo a los cofrades: ¡Estoy curado! «.

      

LA VENERACIÓN DEL PADRE PÍO A SAN JOSÉ

Él, como san José, aún sin serlo en el orden natural, se sentía padre y era consciente de los derechos y deberes de su paternidad espiritual.

Por este motivo, se dirigía con confianza a este santo, para suplicarle por sus hijos e hijas espirituales.

san jose de conti

Ruego a san José que, con aquel amor y con la generosidad con que cuidó de Jesús, custodie tu alma, y, como lo defendió de Herodes, así proteja tu alma de un Herodes más feroz: ¡el demonio!”.

El patriarca san José cuide de ti con el mismo cuidado que tuvo de Jesús: te asista siempre con su benévolo patrocinio y te libre de la persecución del impío y soberbio Herodes, y no permita jamás que Jesús se aleje de tu corazón”.

Y San José correspondió al Padre Pío con una asistencia singular y con visiones extraordinarias.

En efecto, el Siervo de Dios, en enero de 1912, confió al padre Agustín de San Marco in Lamis:

“Barbazul no se quiere dar por vencido. Se ha disfrazado de casi todas las formas.
.
Hace ya días que viene a visitarme con otros de sus satélites, armados con bastones e instrumentos de hierro, y lo que es peor bajo su propia forma.
.
¡Quién sabe cuántas veces me ha tirado de la cama arrastrándome por la habitación! Pero, ¡paciencia!
.
Casi siempre están conmigo Jesús, la Mamita, el Angelito, San José y el padre San Francisco”
(Ep I,252).

Al mismo padre Agustín escribe el Padre Pío, el 20 de marzo de 1921:

“Ayer, festividad de san José, sólo Dios sabe las dulzuras que experimenté, sobre todo después de la misa, tan intensas que las siento todavía en mí.

La cabeza y el corazón me ardían, pero era un fuego que me hacía bien (Ep I,265).

El padre Honorato Marcucci, uno de los asistentes del Padre Pío en los últimos años de su existencia terrena, contaba este episodio.

Una tarde del mes anterior al de la muerte del venerado Padre, se encontraba con él en la terraza contigua a la celda n. 1, esperando para acompañarle a la sacristía para la función vespertina.

Era un miércoles, día consagrado a san José, y el Padre Pío no se decidía a moverse.

De pie ante un cuadro del glorioso Patriarca, apoyado en la pared, el venerado Padre parecía en éxtasis. Pasado un poco de tiempo, el padre Honorato le dijo:

“Padre, ¿debo esperar todavía?; ¿nos hemos de ir?; vamos con retraso”.

Pero sus preguntas quedaron sin respuesta.

El Padre Pío seguía contemplando al glorioso Patriarca.

Al fin, después de que el padre Honorato le arrastrara del brazo y le repitiera por enésima vez la pregunta, el Padre Pío exclamó:

“Mira, mira, ¡qué bello es san José!”.

Se dirigieron a la sacristía.

En la sala «San Francisco» encontraron al padre sacristán, que les preguntó:

“¿Cómo con tanto retraso?”.

vitral de san jose y jesus

El padre Honorato respondió:

“Hoy el Padre Pío no quería separarse del cuadro de san José”.

El Padre Pío no dejaba pasar una sola oportunidad sin invitar a sus hijos espirituales a cultivar una sincera y profunda devoción a san José, fuente siempre rica de enseñanzas, de consuelo y de favores.

Parece escucharse todavía hoy su voz: “¡Ite ad Joseph!” (Gn 41,55).

Id a José con confianza absoluta, porque también yo, como Santa Teresa de Ávila,

“No recuerdo haber pedido cosa alguna a San José, sin haberla obtenido de inmediato”.

  

LA DEVOCIÓN DEL PADRE PÍO POR SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Desde que era niño el padre Pío jugaba con imágenes del Niño Jesús, la Virgen María, San José y San Miguel Arcángel.

Él y su amigo Mercurio hacían una procesión con ellas que terminaba en una gruta.

El amor del Padre Pío por San Miguel Arcángel se debe a que él comprendió la ayuda de Miguel en los ataques del demonio.

Una de las cosas que incidió para que Pío decidiera dedicarse al sacerdocio fue escuchar una homilía sobre San Miguel Arcángel predicada por Don José Orlando en el día de la fiesta de la Arcángel.

Y poco antes de entrar al convento tuvo una visión de un hombre de belleza espectacular luchando contra hombres vestidos con ropas negras.

Y el hombre bello le dijo «tienes que entrar en combate con estos, te ayudaré y no dejaré que te venzan».

Miguel le advertía que debería luchar contra satanás en su vida sacerdotal y que él lo ayudaría.

Cuando era director espiritual del colegio para frailes fueron en peregrinación al Monte Sant’ Ángelo, el 1 de julio de 1917, el monte donde el arcángel se apareció 4 veces a través de la historia.

Allí el Padre Pío se recogió largo rato en oración en la puerta cómo lo había hecho anteriormente San Francisco de Asís.

Y entrando a la cueva tomó clara conciencia de su misión y de lo que el Señor le tenía reservado.

Un año después, en 1918, comenzaron sus pruebas con la transverberación la estigmatización y la transfixión

Además el Padre Pío hizo otras visitas solo y en bilocación a el Monte Sant’ Ángelo.

Al punto que le decía a sus hijos espirituales «yo voy siempre a la Santa Gruta del Monte Sant’Ángelo».

A imitación de San Francisco de Asís hacía las cuaresmas de San Miguel Arcángel correspondientes al 8 de mayo y al 29 de septiembre, con sus respectivas novenas.

Y en esos momentos le sangraban más los estigmas.

El padre Pío también le decía a sus hijos espirituales que San Miguel Arcángel «está siempre aquí», o sea con él.

Cuando se construyó la iglesia de Santa María de la Gracia en San Giovanni Rotondo, el padre Pío insistió que se utilizara un bloque de piedra de la sagrada Gruta del Monte Sant’ Ángelo.

Y también que se hiciera un altar en honor a San Miguel.

También pidió que apareciese una imagen de San Miguel hiriendo con su espada en la boca a lucifer.

Además quiso que se pusiera una imagen de San Miguel Arcángel en la torre de la Casa de Alivio del Sufrimiento, que él fundó.

Donde hoy aparece el Arcángel pisando a la serpiente y hay un título debajo que dice «San Miguel visita a los enfermos».

Cuando una vez un hijo espiritual le preguntó de dónde salían las fragancias que exudaba el Padre Pío, él le contestó que venían de San Miguel Arcángel.

A sus hijos espirituales los alentaba a que fueran a visitar la cueva del Monte Sant’ Ángelo e hicieran penitencia allí y que oraran por el propio Padre Pío.

Una vez le dijo a uno de ellos «a San Miguel hay que ir con los propios pies,  de lo contrario habrá que ir con el ataúd sobre las espaldas»

san francisco predica a los pajaros

  

LA DEVOCIÓN DEL PADRE PÍO A SAN FRANCISCO DE ASÍS 

El nombre de San Francisco aparecía casi siempre en las siglas con las que encabezaba sus cartas y, con frecuencia, en el cuerpo de las mismas.

Durante muchos años celebró en el altar de San Francisco, en la antigua iglesita del convento.

El padre Agustín de San Marco in Lamis, en su “Diario”, describió la participación del Padre Pío en las celebraciones de san Francisco, Patrono de Italia, que tuvieron lugar en San Giovanni Rotondo en 1939.

Emocionado, siguió la procesión de la imagen del Poverello desde la ventana del coro.

Desde el momento mismo en que abrazó la vida religiosa, intentó imitar al seráfico Padre.

A Nina Campanile le pidió que orase a Jesús por él y escribió:

Háblale de mí, que me conceda la gracia de ser un hijo menos indigno de San Francisco.
.
Que pueda servir de ejemplo a mis hermanos de religión, de modo que el fervor se mantenga en mí y crezca cada día hasta hacer de mí un perfecto capuchino”
(Ep IV, 1010).

El Padre Pío propagó con entusiasmo el franciscanismo y su espiritualidad, y suscitó numerosas vocaciones a la vida religiosa y a la Tercera Orden.

Se preocupaba muy mucho de que las filas de los “Hermanos y Hermanas de la Penitencia” fuesen cada día más numerosas.

A Elena Bandini escribió el 25 de enero de 1921:

“Trabaja con interés por la salvación de nuestros hermanos y da a conocer a todos el espíritu de san Francisco, que coincide plenamente con el espíritu de Jesucristo.

La sociedad necesita renovarse y yo no conozco medio más eficaz que el que todos sean terciarios de San Francisco y vivan su espíritu” (Ep III, 1050s).

san francisco de asis cara

Al conocer el resurgir religioso promovido a través de la Tercera Orden, se sintió contento y consolado.

n relación a esto, escribió a Violante Masone:

“He llorado de emoción, y en el silencio de la noche y el retiro de mi celdita he elevado mis manos al cielo bendiciéndoos a todas y presentándoos a Jesús y a nuestro común Padre San Francisco. […]

No desistas de propagar la Tercera Orden y de promover en todos, por este medio, la verdadera vida.

Da a conocer a San Francisco y su auténtico espíritu a todos.

Grande es la recompensa que se te reservará allá arriba” (Ep III, 1079s).

Como San Francisco, el Padre Pío tuvo el don de los sagrados estigmas, y permaneció durante cincuenta años clavado a la Cruz, con Cristo, sufriendo indecibles dolores en el cuerpo y en el espíritu.

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Las 10 Virtudes Esenciales que debemos Pedir a San José

San José hizo lo que había que hacer.

Lo que es una enorme virtud en el día de hoy.

En eso radica la importancia de San José en la historia.

Él fue el modelo de guía familiar que Dios nos puso en el camino.

Él nos puede ayudar a obtener muchos frutos, si comprendemos bien su mensaje y cómo acudir a él.

san-jose-con-jesus

Dios eligió a José desde la eternidad para que estuviera al lado de Jesús y María en el momento crucial de su plan.
.
Tuvo que lidiar con el milagro del nacimiento, la creación de una familia, su defensa y manutención.
.
Y la hizo desde algo poco valorado en el siglo XXI, el silencio, el anonimato y el cumplimiento del deber.

Veamos en este artículo que conclusiones podemos sacar de su actitud para nuestras vidas.

Porque su ejemplo va más allá de si uno es padre o madre, sino que se refiere a los valores y a la conducta cristiana.

sagrada familia

  

¿POCA COSA LA DE SAN JOSÉ?

¡No, enorme!

Quizás por esto tan aparentemente “chiquito” no tiene el glamour de María, que hizo la proeza de llevar en su seno al salvador.

Pero piensa que hubiera pasado si José hubiera abandonado de primera a María pensando que le “metió los cuernos” como diríamos hoy.
.
O si hubiera sido un adicto a las barra de amigos saliendo de juerga permanentemente.
.
Mirando con lujuria a otras mujeres, preocupándose poco por su trabajo y el mantenimiento de la familia.
.
O si hubiera sido un ‘padre ausente’ preocupado por su carrera de carpintero.

En cambio José fue un hombre derecho, que hacía lo que había que hacer.

¡Que ‘pequeña’ virtud en el día de hoy que estamos obsesionados en disfrutar de la vida!

Es por esto mismo que nuestra mirada a San José nos puede ayudar a lograr más frutos en nuestro proceso de conversión.

Veamos las 10 maneras en que nuestra mirada a San José nos pueda ayudar.

  

1 – SENCILLEZ

En Juan 6, cuando Jesús declara audazmente:

«‘Yo soy el pan bajado del cielo’. Y decían: ‘¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José?’« (Jn 6:41-42).

Al parecer, consideraban a José sólo una persona común, respetuosa de la ley Judía, un José promedio si se quiere.

José no vivía en Nazaret haciendo milagros y puliendo su halo; más bien, él vivió su santidad envuelto en la simplicidad.

Cada año en Cuaresma y en Semana Santa, escuchamos:

«Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo» (Mt 6: 1).

Nuestra oración, ayuno y limosna deben mostrarse sólo a los ojos de Dios. Sin embargo, también debemos recordar las palabras de Jesús antes en el Sermón de la Montaña:

«Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo» (Mt 5:16).

La diferencia clave es la simplicidad.
.
Cuando actuamos con simpleza, no prestamos ninguna atención a nuestra gloria, sino que buscamos sólo la de Dios. 

Esa sencillez es la modestia del alma, protegiendo la intimidad que tenemos con Dios mediante la oración, el ayuno y la limosna.

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2 – SILENCIO

Ni una sola vez en la Biblia oímos una palabra del gran San José.

Este silencio de san José es muy elocuente.

Nos enseña una actitud fundamental para entrar en profunda oración: el silencio.

Si estamos constantemente bombardeados por los ruidos, entonces es imposible escuchar la Palabra de Dios, al Espíritu Santo que nos habla en la suave brisa del silencio.

También el silencio de San José nos enseña la importancia de ejemplo.

Debemos demostrar nuestra autenticidad por medio de palabras, y también por nuestras acciones.

San José le enseñó al mundo el camino santo que vivió.

  

3 – ORACIÓN

San José era un hombre de oración.

Un extraordinario papel que desempeñó en la historia de la salvación.

Era tanto el esposo de María la Madre de Dios, así como el padre adoptivo de Jesús, el Hijo de Dios vivo.

San José realidad enseñó a Jesús a hablar y a hacer frente a Dios como “Abba” (papá).

En cierto sentido, San José Jesús enseñó a usar las palabras humanas para hablar con el Padre Celestial; esta es la oración.

Por lo tanto, si San José enseñó a Jesús a orar, ¿cuánto podría enseñarme a orar si simplemente le pidiera su ayuda?

Comienza ahora: ¡San José, enséñame a orar!

  

4 – VALOR Y VIRILIDAD

En una sociedad en la que demasiados hombres eluden sus obligaciones hacia sus esposas, hijos y familiares.

Y a su vez se enredan en vicios y la vida fácil en caso de dificultades.

San José brilla como modelo de valor y fortaleza.

Viajó muchos kilómetros con el frío, el viento y una mujer embarazada, para cumplir una profecía.

Encontró casa en un refugio de animales para el nacimiento de Jesús.

Se levantó urgentemente para huir a Egipto y salvar el Niño Jesús de las amenazas asesinas del rey Herodes.

Frente a tantas dificultades, San José se mantuvo de pie y se enfrentó a los obstáculos con coraje viril.

¡Que los hombres de la generación actual eleven la mirada hacia el hombre apacible, pero valiente de Dios.

  

5 – PROTECCIÓN

San José tanto protegió como fue providente para la Sagrada Familia.

Era un duro trabajador ejerciendo el oficio de carpintero.

Se ganó el pan con el sudor de su frente.

Él no pensó de sí mismo, sino estuvo atento a la forma que podría proveer y proteger más a la familia que Dios había confiado a su cuidado.

Supliquemos al buen San José proveer y proteger nuestra vida espiritual.

El materialismo, el consumismo, el hedonismo son los dioses de la cultura actual.

Estas sofocan la espiritualidad.

Las oraciones de San José nos pueden ayudar a ver más allá de la compra, el tener, y poseer.

Él nos puede ayudar a darnos cuenta que la verdadera alegría y la felicidad no proviene de las posesiones, sino en poseer a Dios.

  

6 – TRABAJO

Es un santo que sabía cómo arremangarse y ponerse en un duro día de trabajo.

José nos recuerda la dignidad del trabajo, bellamente capturado en Gaudium et Spes :

A través del trabajo ofrecido a Dios el hombre se asocia con la obra redentora de Jesucristo, que confiere una dignidad eminente sobre el trabajo cuando en Nazaret Él trabajó con sus propias manos. (GS 67)

Este tiempo es un buen momento para vivir esta dignidad del trabajo imitando a San José.

Dios nos atrae hacia sí a través de medios ordinarios, simplemente a través el cumplimiento de nuestras tareas.

Nosotros no necesitamos buscar actos extraordinarios de penitencia o largas oraciones, sobre todo si éstos van en detrimento de nuestros deberes normales.
.
Así que antes de añadir en las prácticas extras, debemos redoblar nuestra atención en el trabajo que ya tenemos ante nosotros.

  

7 – DESCANSO

Mientras que José nos muestra la dignidad del trabajo, tuvo algunos de sus mejores momentos mientras dormía. 

Fue aquí que Dios le habló en varias ocasiones a través de sueños.

Se pueden distinguir dos tipos de descanso: el sueño físico y el abandono espiritual a Dios. Ambos son críticos para la santidad.

El sueño nos renueva para otro día de trabajo y el amor. Pregúntale a la madre de un recién nacido sobre la importancia del sueño.

El abandono aumenta nuestra esperanza en la providencia amorosa de Dios, fortaleciendo nuestra fe en tiempos de pruebas y creando espacio para que el amor crezca.

Por tanto con el sueño y el abandono, reconocemos nuestros límites: necesitamos dormir y necesitamos a Dios. 

Podemos ver ambas cosas en el comienzo del Salmo 127:

Si el Señor no edifica la casa,
en vano trabajan los albañiles;
si el Señor no custodia la ciudad,
en vano vigila el centinela.
Es inútil que ustedes madruguen;
es inútil que velen hasta muy tarde
y se desvivan por ganar el pan:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

Este salmo proclama la inutilidad de todas las noches en vela y la imposibilidad de los santos hechos a sí mismos. 

El Salmo 127 es un buen recordatorio a como subir la apuesta con la oración, el ayuno y la limosna. Estos no son ejercicios de nuestra pura fuerza de voluntad. Nuestras prácticas por su cuenta no nos hacen santos. Dios nos hace santos. Y a veces, Dios nos invita a descansar.

Recuerda las palabras de Moisés a los israelitas cuando el Faraón los persiguió:

«El Señor combatirá por ustedes, sin que ustedes tengan que preocuparse por nada« (Ex 14:14)

Así como las palabras de Isaías:

«En la conversión y en la calma está la salvación de ustedes; en la serenidad y la confianza está su fuerza» (Isaías 30:15).

vitral de san jose y jesus

  

8 – FAMILIA

José era un gran hombre, pero ¿dónde habría estado sin su familia, sin Jesús y María?

Dudo que hubiera hecho muchas apariciones en el blog de carpinteros judíos aún si hubiera vivido en el siglo XXI.

La santidad de José vino a través de Jesús y María, sirviéndoles y recibiendo de ellos. 

Del mismo modo, Dios nos atrae hacia sí a través de los que nos rodean.
.
No llegamos a ser santos como individuos aislados, sino como miembros de una familia o una comunidad.

Con sus padres a la cabeza dando el ejemplo y la oración en familia, los niños y, de hecho todos reunidos en torno al hogar familiar, encontrarán más fácilmente el camino hacia la madurez humana, la salvación y la santidad. (GS 48)

Este tiempo es una buena oportunidad para examinar nuestras relaciones más cercanas.

¿Hay una necesidad de perdonar? ¿Hay un amor que se necesita reavivar? ¿Hay gratitud perdida?

Estos son también excelentes maneras de dar limosna.

  

9 – EL SÍ A JESÚS Y MARÍA

Por supuesto, la familia de José no es tu familia normal. Hay una gracia especial acerca de Jesús y María.

Si comparamos nuestras familias a la Sagrada Familia, podríamos estar tentados al desaliento.

Pero por la bondad de Dios, Jesús y María no son distantes, sino que son íntimamente cercanos a nosotros: Jesús es nuestro salvador y hermano, y María es nuestra madre tierna.

José, por su parte, nos puede ayudar a estar cerca de Jesús y de María, tal como lo hizo.

Al final, todas nuestras prácticas de este tiempo son simplemente decir «sí» a Jesús.
.
Como María lo hizo primero en la Anunciación y como José lo hizo en el liderazgo de la Sagrada Familia. 

liturgia de san jose

  

10 – DEVOCIÓN A LA VIRGEN Y JESÚS

Para llegar a una verdadera y auténtica devoción a María, San José nos puede servir como un gran puente.

Aparte de Jesús mismo, nadie en la tierra, conoció entendió, y amó más a la Virgen María que el bueno de San José.

Podemos rogarle al bueno de San José por la gracia de un mayor conocimiento y amor a María.

¡Tú devoción a María dará un gran salto!

Y también ruega a San José por la gracia del conocimiento íntimo de Jesús, de amar a Jesús con más ardor y seguir a Jesús más de cerca.

Aparte de María nadie conoció mejor a Jesús en la tierra que San José.

La Sagrada Familia está completa sólo cuando son reconocidos, honrados y amados los tres miembros.

  

LAS BIENAVENTURANZAS DE LA PATERNIDAD QUE ENSEÑA SAN JOSÉ

El mes de marzo es el de San José, porque su fiesta es el 19 de marzo.

Y podríamos catalogarlo como un mes del padre católico.

Porque San José es el modelo de masculinidad y paternidad de los católicos.

El modelo que Dios nos puso para imitar su paternidad; por eso a San José se le llama «umbra patris» (la sombra del padre).

Y en este sentido excede al modelo como padre, conformándose en modelo de los valores y conducta a cultivar en una familia.

Por otro lado, las Bienaventuranzas son la guía que indica el camino en la vida cristiana.

Y podemos unir ambos mensajes.

El Dr. Gregory Popcak ha escrito un libro que se llama Las Beatitudes: 8 maneras de ser un padre increíble.

Y muestra como las bienaventuranzas son una guía para la paternidad.

 

Bienaventurados los padres que son pobres de espíritu

La enseñanza para un padre es pedir a Dios que le enseña a ser esposo y padre de la manera que Él lo concibió.

Y de la manera que necesitan su familia.

  

Bienaventurados los padres que lloran

El padre no debe tener miedo de expresar los sentimientos.

No los debe esconder porque existen.

Y es una manera de enseñar a los hijos a luchar contra los miedos y los dolores, mostrando cómo se manejan los sentimientos.

  

Bienaventurados los padres que son mansos

La mansedumbre no significa debilidad sino que es la fuerza de un corazón humilde que está abierto a la escucha.

  

Bienaventurados los padres que tienen hambre y sed de justicia

Estos son los padres que están en la misión de Dios llevándole a su familia hacia Él.

Las estadísticas muestran que si los padres lideran la oración y la formación de sus hijos en el hogar, estos serán más propensos a vivir los valores cristianos como adultos.

Y a desarrollar un carácter justo.

  

Bienaventurados los padres que son misericordiosos

La tarea del padre es guiar con amor a su familia.

Sin tratar de imponerse a la fuerza, sino siendo un maestro que respeta a los integrantes de la familia.

Esto moldeará el carácter de los hijos y los alentará a ser piadosos y respetuosos.

  

Bienaventurados los padres que son puros de corazón

Esto significa cuidar y proteger el tesoro de la familia, que son la esposa y los hijos.

El vínculo es el amor y no el funcional de tratar a las personas como si fueran cosas.

  

Bienaventurados los padres que son pacificadores

Esto significa mantener el orden y la paz en el hogar.

El orden y la paz son tan importantes en la familia como el respeto, la generosidad y la disposición al servicio.

  

Bienaventurados los padres que son perseguidos por causa de la justicia

La cultura del mundo intentará socavar este modelo de paternidad.

Por lo tanto el padre debe estar dispuesto a hacer sacrificios para mantener en orden su paternidad evitando las tentaciones del mundo.

  

UNA NOVENA PARA CUANDO TENGAMOS ALGÚN PROBLEMA GRAVE

San José, fiel padre proveedor del Divino Niño, esposo virginal de la madre de Dios, protector poderoso de la Santa Iglesia, venimos a ti para encomendarnos a tu protección especial.

Nada buscaste en este mundo sino la gloria de Dios y el bien del prójimo. Totalmente entregado al salvador, tu felicidad consistía en orar, en trabajar, en sacrificarte, en sufrir, en morir por El.

Fuiste un desconocido en este mundo pero íntimo de Jesús. Su mirada reposaba confiadamente en tu vida simple y oculta en El. 

San José, has ayudado ya a tantos hombres, recurrimos a ti con entera confianza. Tú ves a la luz de Dios nuestras necesidades, tú conoces nuestras preocupaciones, nuestras dificultades, nuestras penas. Solicitamos a tu paternal amabilidad este asunto particular… (pedido).

La ponemos entre tus manos que protegieron al Niño Jesús, pero antes que nada pide para nosotros las gracias de no separarnos nunca de Jesús por el pecado mortal, de conocerlo y de amarlo cada vez más, así como a su Santa Madre, de vivir siempre en presencia de Dios, de hacer todo en función de su gloria y el bien de las demás almas y de lograr algún día ver a Dios para alabarlo eternamente contigo.

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Los Milagros de San José

Los milagros por intercesión de San José, el esposo de María y padre adoptivo de Jesús son incontables.

Porque este «justo» Santo está mas cerca de Jesús que ningún otro, aparte de María su madre.

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Acá trascribimos unos pocos de los milagros más notorios.
.
Como una muestra de su poder de intercesión, tomados del libro del P. Ángel Peña “San José el más Santo de los Santos”.

 

EN SHANGAI

Sucedió en Shangai (China) en 1934. El abogado Lo Pa Hong, cristiano fervoroso y padre de nueve hijos, vuelve a su casa al anochecer y ve a un hombre echado en el suelo.

Llama a un coolí para trasladarlo al hospital más próximo, pero no lo quieren recibir.

Entonces, el buen samaritano lo carga sobre sus hombros y lo lleva a su casa para cuidarlo.

Pero, a partir de ese día, piensa en construir un hospital para enfermos pobres.

Conoce un cementerio abandonado, que sirve para depurar aguas residuales.

Allí, a la caída de la noche, van algunas mujeres para dejar abandonados a sus bebés que, después, serán despedazados y devorados por los perros.

Compra el terreno y comienza la construcción; pero, pronto, debe detener la construcción por falta de fondos.

Se encomienda a san José y coloca su imagen en medio del terreno, pidiéndole que le ayude.
.
Después se pone a pedir ayuda por todas partes y recibe tanto dinero que, no sólo puede terminar la construcción del hospital, sino que sigue construyendo más hospitales.
.
Entre ellos un orfelinato para niños abandonados, un hogar para mujeres perdidas, un centro para ciegos, otro para inválidos, una escuela profesional para jovencitas, una escuela de artes y oficios, y treinta y tres capillas por toda aquella región.

Además, como catequista, prepara y bautiza a 200 personas, entre ellos algunos condenados a muerte, bautizados, antes de la ejecución.

Lo Pa Hong parecía incansable y siguió trabajando hasta el 30 de diciembre de 1937.

A los 64 años de edad murió mártir de la caridad, pues dos hombres a sueldo lo asesinaron.

¡Un santo de nuestro tiempo! San José le permitió realizar una obra de caridad sin igual en poco tiempo.

   

EN SUDÁFRICA

Un obispo misionero irlandés, Monseñor O. Hair, estuvo ejerciendo el apostolado durante muchos años en Sudáfrica…

En una de sus caminatas se pierde.

No sabiendo qué hacer, invoca a su ángel de la guarda, a san José y a Nuestra Señora del Buen Consejo, y sigue su camino completamente desorientado.

Al fin, llega a un grupo de casas.

Precisamente, un campesino está en ese momento trabajando cerca de su casa, y le dice:

– Llega usted en buen momento, pues en la casa vecina hay un hombre que se está muriendo.

El obispo se presenta en casa del moribundo y, a su vista, éste se pone a llorar de alegría, exclamando:

– Yo soy irlandés. Cuando era niño, mi madre me enseñó a rezar a san José, pidiéndole la gracia de una santa muerte.
.
He rezado esta plegaria todos los días de mi vida.
.
A los 21 años, después de haber participado en la guerra, me quedé en África.
.
Cuando caí enfermo, le recé a san José con más fervor aún, y ahora me manda un sacerdote de forma inesperada.

Al día siguiente, el enfermo murió en la paz del Señor, habiendo tenido una buena muerte.

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EN FRANCIA

A finales del siglo XIX, el padre Juan abad de la abadía de Fontfroide (Francia) fue testigo de un favor especial de san José.

Él mismo cuenta:
Durante mi estancia en la abadía de Senanque, una tarde el portero me dijo:

– Un señor pregunta por usted.

Voy a su encuentro.

Era un hombre apuesto, bien vestido, de modales distinguidos, pero parecía turbado.

A pocos pasos de él, pastaba un soberbio caballo negro.

Y me dice:

– Yo no lo conozco a usted. Lo he visto de lejos y lo he hecho llamar.

Mi caballo me llevó por las rocas y se ha detenido delante de su puerta. ¿Qué casa es ésta?

– Es un monasterio.

Yo soy el director del circo imperial de Lyon. Mis negocios van de maravilla.

Tengo a mis órdenes un personal numeroso, pero estoy atormentado por la idea de suicidarme.

Yo nunca conocí a mi padre. A los 7 años perdí a mi madre. Después de la muerte de mi madre, cogí el poco dinero que encontré y me fui al circo vecino.

Estaba completamente solo, no tenía parientes ni amigos.

El director del circo me trató como a un hijo suyo y, al morir, me dejó su circo. He estado por todas partes, he ganado mucho dinero.

Pero, desde hace un tiempo, no sé qué me pasa, me siento desgraciado y me quiero ahogar.

Mi madre me enseñó una oración que me hacía recitar todos los días:

“Dios te Salve José, lleno de gracia divina, bendito seas entre todos los hombres y bendito es Jesús, el fruto de tu virginal esposa.
.
San José, destinado a ser padre del Hijo de Dios, ruega por nosotros en nuestras necesidades familiares, de salud y trabajo, y dígnate socorrernos en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Recito esta oración todos los días antes de dormir.

Hoy llevé mi caballo a orillas del Ródano; pero saltó hacia atrás y escapó. Por primera vez en mi vida, no he sido dueño de mi animal.

Yo lo abracé y él se sintió conmovido.

Le dije:

Usted cenará con nosotros esta noche, dormirá en el duro suelo y mañana pasará el día aquí.

Se quedó tres días con nosotros.
.
Lo instruí en las verdades fundamentales de la fe.
.
Se confesó y comulgó.
.
Después regresó a Avignon totalmente transformado, ordenó sus negocios, vendió su circo, distribuyó el dinero a los pobres y se hizo religioso.

Algunos años más tarde, se sintió aquejado de fiebres altas y murió como un santo, joven aún y desconocido.

Vean lo que vale la protección de san José.

Él fue fiel a la oración, aun sin comprender lo que decía y sin saber a quién se dirigía, y recibió su recompensa.

   

OTRO MÁS

En la noche del 2 de enero de 1885, un anciano se presentó en casa de un sacerdote para pedirle que fuera a ver a una mujer agonizante.

El sacerdote siguió al desconocido.

La noche era muy fría, pero el anciano parecía no darse cuenta de ello.

Iba adelante y decía al sacerdote para tranquilizarlo, pues la zona era de mala fama:

– Yo lo esperaré a la puerta.

La puerta donde se detuvo era una de las más miserables del barrio

Al llegar junto a la moribunda, la moribunda estaba diciendo entre gemidos:

– ¡Un sacerdote! ¡Un sacerdote! ¡Me voy a morir sin sacerdote!

– Hija mía, yo soy sacerdote. Un anciano me llamó para que viniera.

La enferma le confesó los pecados de su larga vida de pecadora y el sacerdote le preguntó si había observado alguna práctica de devoción en su vida.

– Ninguna, respondió, salvo una oración que recitaba todos los días a san José para obtener la buena muerte.

El sacerdote, después de confesarla, le dio la comunión y la unción de los enfermos, y ella quedó muy reconfortada.

Cuando el sacerdote llegó a la puerta, no encontró a nadie.
.
Pero, reflexionando sobre el acontecimiento de esa noche y sobre el misterio consolador que había ejercido, sintió nacer en su corazón la convicción de que el caritativo anciano no era otro que el glorioso y misericordioso san José, patrono de la buena muerte.

   

AUXILIADORAS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

El 2 de noviembre de 1853, una joven, inspirada por Dios, concibió la idea de fundar una Congregación para auxiliar a las almas del purgatorio.

Consultó con el santo cura de Ars, quien le dio consejos y le ayudó en esta Obra.

La fundadora, muy devota de san José, le prometió, que si la Obra se llevaba a cabo, la primera casa fundada sería en su honor.

Y la Obra se realizó con el nombre de Auxiliadoras de las almas del purgatorio.

Al día siguiente de adquirir una casa en París para comenzar la Obra, un desconocido, que no sabía nada, les hizo regalo de una estatua de san José.
.
Como si el mismo san José hubiera querido hacerse presente y declararse protector de la Obra.

 

EN GÉNOVA

María Repetto había nacido en 1807 en Voltaggio, al norte de Génova.

A los 22 años entra en el convento de las Hijas de Nuestra Señora del Refugio en Bisagno.

Siendo de salud precaria, la emplean en la costura; luego pasa a la enfermería, y, finalmente, a la portería.

Como portera, manifiesta una gran devoción a san José.

A los visitantes les aconseja acudir al esposo de María.

Si alguien viene a pedir consejo o ayuda, le dice que espere un momento y va a rezar delante de la imagen de san José en el corredor inmediato.

Después de un momento, regresa y da la respuesta adecuada.

En una ocasión, una esposa le pide oraciones porque su marido se había quedado ciego.
.
La religiosa le aconseja rezar a san José y luego va a rezar ante la imagen del santo. .
Al día siguiente, vuelve la mujer y le dice que su esposo había recobrado la vista.

La hermana María, gran devota de san José, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1998.

san jose c jesus

   

EN SAN LUIS

En la ciudad de San Luis en Estados Unidos, el año 1866, hubo una epidemia de cólera que mató durante dos meses a unas 280 personas cada día.

En la parroquia de San José, el párroco y superior de la Comunidad de jesuitas, el padre Joseph Weber, les invitó a hacer un compromiso con Dios para construir un monumento a san José, el patrono de la parroquia, si cesaban las muertes.

A partir del día en que hicieron la solemne promesa a Dios por medio de san José, se acabaron las muertes en la parroquia, que anteriormente eran alrededor de 25 diarias, sólo en la parroquia.

Ninguna persona de las familias que hicieron el compromiso murió.

Esto fue considerado como un milagro. Y cumplieron su promesa.

Construyeron un magnífico altar en el presbiterio de la iglesia, el altar principal, que todavía puede verse y que, desde entonces, se llama el altar de las respuestas (a las oraciones).

Este milagro fue registrado como un hecho auténtico en los documentos de la parroquia del año 1866, para gloria de san José.

   

EN LA COSTA ORIENTAL DE ÁFRICA

En la Costa oriental de África florecía, en el siglo XIX, una misión en Mandera. El padre Hacquard refiere la fundación de la misión:

Corría el año 1880 y necesitábamos una misión intermedia entre Bagamoyo y Mhomda.

Acompañado del padre Machón, emprendí el viaje para buscar un sitio conveniente para establecer un pueblo cristiano, encomendándonos a san José.

El día 19 de marzo, fiesta de san José, emprendimos la marcha y nos dirigimos a Udoé, un lugar jamás visitado por ningún europeo.

Los indígenas de aquella comarca eran antropófagos y por ninguna parte nos concedían la autorización de establecernos.

Yo me dirigí a san José, encomendándole el éxito de nuestro viaje.

De Udoé pasamos a Uriguá, caminando sin guía ni norte, a la aventura, pero en ningún sitio nos permitían establecer la misión hasta que llegamos a la casa del cacique Kingarú, llamado cara de serpiente.

Al instante que nos vio, se detuvo admirado y, mirándonos fijamente, prorrumpió en expresiones:

– Sí, ellos son. ¡Los mismos! Escuchadme.
.
Esta noche, no sé si despierto o dormido, he visto ante mí a un venerable anciano que, tocándome como para despertarme, me ha dicho:
.
“Kingarú, sepas que vienen a tu casa con una pequeña caravana dos blancos, recíbelos bien y dales cuanto te pidan”.
.
Y esos sois vosotros, los mismos que yo vi.

Entonces, llamó a las gentes del pueblo y les dijo:

Mirad a estos dos blancos, a quienes vi esta noche juntos con un anciano y de quienes os he hablado esta mañana.

Ellos son.

Permanecimos allí ocho días y todos se esforzaron en atendernos bien.

Una vez elegido el lugar de nuestra vivienda, dispusimos de nuevo la partida; para la cual, el mismo Kingarú quiso acompañarnos y servirnos de guía y de escolta.

Al cabo de quince días, vino a visitarnos a Bagamoyo y, llegado el momento de comenzar la obra proyectada, volvió de nuevo con gran tropa de hombres para conducir a los misioneros y llevar todo el equipaje y enseres necesarios.

Él es uno de los más asiduos y constantes asistentes a los ejercicios de la Misión.

Esto y mucho más ha obrado san José por el pueblo de Mandera, por lo cual le debemos honor y gloria y reconocimiento eternos.

   

EN MONTREAL

Quizás el caso más espectacular, en cuanto a milagros obrados por intercesión de san José, lo encontramos en Montreal, donde vivía el ahora beato André (1845-1937).

El hermano Andrés, de la Congregación de la Santa Cruz, no era sacerdote, durante 40 años fue portero del convento y, por más de 60 años, realizó milagros extraordinarios por intercesión de san José.

Su devoción a san José le vino de su madre, muerta cuando era todavía un niño.

A todos los que le pedían oraciones, les decía que no separaran su amor a José del de María y de Jesús, presente en la Eucaristía.

Él era un hombre de profunda oración ante Jesús sacramentado y amaba entrañablemente a María, pues andaba rezando el rosario a todas horas; pero, cuando le pedían favores, se los pedía a san José.

Él se llamaba a sí mismo el perrito de san José, pero fue el gran apóstol de san José del siglo XX.

Los milagros realizados los hacía con toda sencillez.
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A veces, les decía a los enfermos que debían hacer una novena a san José y confesar y comulgar; y, después de la novena, quedaban curados.
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En ocasiones, les decía que no se preocuparan, que él rezaría a san José personalmente por su caso.
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Pero lo normal era darles medallas de san José y pedirles que se frotasen en la parte enferma de su cuerpo.
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O les daba aceite de la lámpara que ardía frente a la imagen de san José, para que se ungieran con él.
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De este modo se producían milagros espectaculares por cientos.
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Y esto ocurrió durante 60 años de su vida, pues murió a los 91.

A los que quedaban curados, les decía que fueran a agradecérselo a san José.

Algunos se sentían defraudados y decían que eso de frotarse con una medalla o con aceite de san José era pura superstición, y no se curaban.

Por eso, decía: Muchos enfermos no se sanan debido a su falta de fe.

Es preciso tener fe para frotarse con la medalla o el aceite de san José.

En el año 1926, fueron reportados por la prensa 1.611 personas que decían haber sido curadas de graves enfermedades, y otras 7.334 decían haber obtenido favores extraordinarios de orden material o espiritual.

¡Algo realmente maravilloso!

El hermano André fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 23 de mayo de 1982.

  

EN SAN JOSÉ DEL PASO

La venerable María Angélica Álvarez Icaza (1887-1986) cuenta en sus Memorias:

En la capilla había un altar con una imagen del señor san José, que llamábamos “San José del Paso” por encontrarse precisamente en un lugar de mucho paso.

Como yo lo estaba viendo casi continuamente por la vecindad con la capilla, le empecé a cobrar mucha devoción a san José.
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Y más que él me empezó a mimar mucho, porque todo cuanto deseaba (y eran muchas cosas) las dibujaba en un papel y se las ponía en las manos del santo bendito.
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Y con una eficacia asombrosa, en seguida me concedía mis súplicas.
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Ya fuera un santo Cristo para el cuarto de la Madre (y a los pocos días nos lo regalaron).
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Ya fuera candeleros para el altar de Nuestra Señora (y a no tardar allí estaban los candeleros).
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En fin, un libro que deseara, una lámpara, floreros, cuanto hay, lo mismo era pedírselo que obtenerlo.

Esto cundió, no sólo entre las Hermanas que con frecuencia le hacían de esta manera sus peticiones, sino también entre las niñas del Pensionado, y el bondadoso santo siempre nos escuchaba.

san jose y jesucristo Gerard Van Honthorst

   

LA MADRE TERESA DE CALCUTA

Decía la Madre Teresa de Calcuta: Confiamos en el poder del nombre de Jesús y también en el poder intercesor de san José.

En los comienzos de nuestra Congregación, había momentos en los que no teníamos nada.

Un día, en uno de esos momentos de gran necesidad, tomamos un cuadro de san José y lo pusimos boca abajo.

Esto nos recordaba que debíamos pedir su intercesión.

Cuando recibíamos alguna ayuda, lo volvíamos a poner en la posición correcta.

Un día, un sacerdote quería imprimir unas imágenes para estimular y acrecentar la devoción a san José.
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Vino a verme para pedirme dinero, pero yo tenía solamente una rupia en toda la casa.
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Dudé un momento en dársela o no, pero finalmente se la di.
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Esa misma noche, volvió y me entregó un sobre lleno de dinero: cien rupias.
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Alguien lo había parado en la calle y le había dado ese dinero para la Madre Teresa.

   

EN REPÚBLICA DOMINICANA

Monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo en la República Dominicana, cuenta el milagro, ocurrido el año 2001, a su hermano gemelo.

Dice: Mi hermano llega al hospital de Valladolid con respiración asistida a tope, más muerto que vivo.

El primer diagnóstico fue neumonía doble producida por legionella. Esto le provoca hemorragia interna.

Después de varios estudios, se deciden a operarlo de estómago.

A los tres días, le someten a hemodiálisis, porque el riñón comenzaba a dar señales de fallo.

Le practican la traqueotomía. Durante los cuarenta y ocho días que permaneció en la UVI (Cuidados intensivos), en dos ocasiones, hay infección de virus hospitalario.

Permaneció en el hospital durante setenta y un días.

Pedí oraciones a cuantos conocía.

Puedo decir que mi vida en esos momentos era una oración continua.

El centro de la misma siempre fue el sagrario.

Le pedía a Jesús con toda mi alma conformidad con su voluntad.

Había puesto a mi hermano en las manos de Dios.

Y, como es natural, consciente de mi pobreza, busqué mis intercesores ante Jesús.

Estos fueron la Virgen María y san José.

A la Virgen le rezaba dos rosarios diarios.
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A san José comencé con mis primas a bombardearle con sendas y continuadas novenas.

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No habíamos terminado una, cuando a mi hermano se le presentaban nuevas complicaciones.
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A cada complicación, una nueva novena; cinco en total.

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En todas las peticiones dirigidas a san José, la situación difícil se superaba.

Creo que mi hermano es fruto de un milagro de Dios y dispongo de los testimonios de los mismos médicos que lo atendieron.

¿Quiénes fueron los autores del milagro?

Para mí, Jesús Eucaristía, el jefe, como les decía a mis primas, y que era el centro.

María, mi abogada. Y san José, mi intercesor.

Por eso, mi corazón está lleno de gratitud, primero a Dios, después a mis grandes intercesores, la Virgen María y san José, y a todos los que se unieron a mí y me apoyaron con su oración. A todos gracias.

  

MILAGROSOS TEMPLOS DE SAN JOSÉ

San José irradia su presencia en la Iglesia a través de sus santuarios y de sus imágenes.

Y en estos lugares y con estas imágenes, se han realizado importantes milagros.

El santuario más importante dedicado a San José es el de Montreal, Canadá, construido por el beato André en el Mont Royal.

Es uno de los santuarios más grandes de la Iglesia. Tiene capacidad para 3 mil personas sentadas y 10 mil de pie y fue terminado en 1966.

Peregrinan a él 3 millones de personas al año.

Otro santuario famoso es el de Kalisz en Polonia, que originariamente fue dedicado a la Asunción de la Virgen pero ahora se le llama Colegiata de San José.

En él hay un cuadro de la Sagrada Familia donde se destaca la imagen de San José que ha intercedido por grandes milagros.

Esto fue reconocido por la Iglesia, porque el Papa Pío VI colocó una corona en la imagen de cada miembro de la Sagrada Familia.

Y el papa Juan XXIII hizo colocar su anillo papal en la mano de San José en la época del Concilio Vaticano II.

Otro santuario famoso es el de Bessillon en Francia donde se produjo la aparición de la Virgen María y de San José en distintos momentos históricos.

Esta aparición de San José es la única de este santo aprobada por la Iglesia.

Y es de tal importancia que hemos escrito un artículo específico sobre ella que puedes leerlo aquí.

La aparición se produjo el 7 de julio de 1660 y quedó una fuente como testimonio de ella.

España tiene dos templos con dedicación a San José que también son de repercusión mundial.

Uno es el famoso templo de la Sagrada Familia de Antonio Gaudí en Barcelona.

El templo se había comenzado a llamar Iglesia de San José pero después se amplió para llamarlo templo de la Sagrada Familia

Es quizás una de las obras de arte más importantes del mundo y puedes verlo aquí.

Y también en Barcelona está el templo de San José de la Montaña que recibe miles de cartas de todo el mundo para pedir intercesión de San José.

Lo fundó la Beata Madre Petra de San José y existe allí una hermosa imagen de San José donde se ponen las cartas a sus pies.

Fuentes:

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Dios Creó la Figura de San José para Enseñar sobre la Paternidad a los hombres

Dios nos dio un modelo a seguir para imitar Su paternidad.

Por eso se llama a San José “Umbra Patris”, la “Sombra del Padre”

La crisis de la familia parece haber ido de la mano con la pérdida de la devoción a San José.

Hemos llegado a un extremo en que ya no se puede señalar la diferencia anatómica de hombres y mujeres.

Porque se considera sexista y homofóbico.

El mundo marcha hacia la eliminación de la familia y del rol de padre como elemento central para la crianza de los hijos.

vitral de san jose y jesus

Ante este intento de borrar las diferencias entre los sexos y los roles dentro de la familia, debemos aferrarnos al ejemplo que Dios nos dio de paternidad en San José.

En él vemos forma en que predicó las virtudes con sus obras.

Y cómo defendió y protegió a la Sagrada Familia.

Por ello su contribución a la humanidad es básicamente mostrar lo que debe ser un padre.

fresco de la sagrada familia

  

LA CONTRIBUCIÓN DE SAN JOSÉ A LA HUMANIDAD

Mientras que los estudios señalan la importancia del papel del padre en el crecimiento varonil de los niños, hay evidencia de consecuencias graves cuando el padre falta.

Por ejemplo los hombres sin padre masculino están sobrerepresantados en las cárceles.

Entonces llegamos a que la responsabilidad de San José fue apoyar a Jesús en el desarrollo de una identidad masculina de acuerdo a la ley natural.
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María podría dar a Jesús su cuerpo físico, pero no su identidad varonil.
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Eso tenía que venir a través de San José.
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Y debido a su rol en la familia, debe ser el sano modelo a seguir.

Una confirmación de esto es evidente en la declaración del Cardenal Prefecto Antonio Cañizares Llovera:

«A él (José) se debe el honor y la gloria del crecimiento de Jesús, es decir, la alimentación y la enseñanza, que lo llevó por los caminos de la vida, para que pudiera aprender a ser un hombre, aprender a trabajar como un hombre, a amar como un hombre, con el corazón de un hombre, para que pudiera caber en una historia y una tradición auténtica, la de las personas elegidas y amadas de Dios».

El Padre Dominic De Dominico, OP, en su libro La Verdadera Devoción a San José y la Iglesia, lo explica de esta manera:

«Dado que, sin matrimonio, el niño tiende a quedarse con sólo la madre, la idea del padre es débil en la mente del niño, e incluso puede ser una causa de amargura y tristeza.
.
Esto, a su vez, hace que sea muy difícil acercarse a Dios como padre.
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Por otra parte, en esta situación los chicos no tienen modelo a seguir, y, así, no tienen la menor idea de lo que significa ser un hombre.
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Fue necesario entonces que Jesús fuera recibido en un matrimonio, no sólo para que reciba los beneficios de tener dos padres para cuidarlo, sino también para dar el testimonio más fuerte a la vida familiar en el Plan Divino».

El Papa Benedicto XVI (cuando todavía era cardenal) abordó este hecho social en su libro El Dios de Jesucristo, cuando dijo:

«La crisis de la paternidad que estamos viviendo hoy en día es un aspecto básico de la crisis que amenaza a la humanidad en su conjunto» 

Él aclara esto en el primer volumen de su estudio de Jesús de Nazaret donde analiza el Padre Nuestro:

«Es cierto, por supuesto, que los hombres y mujeres contemporáneos tienen dificultad para experimentar el gran consuelo de la palabra padre de inmediato, ya que la experiencia del padre está, en muchos casos, ya sea totalmente ausente, u oscurecida por ejemplos inadecuados de la paternidad«.

La Escritura describe a José como un hombre justo, un hombre santo. Él cumplió la voluntad de Dios tal como se manifestó en su vida.

Desde que la suya era una familia única, requirió excepcional prudencia para dirigir a su familia hacia sus metas terrenales y celestiales.

En cierto sentido, San José fue el icono de Dios Padre en la vida de la Sagrada Familia.

Al obedecer a San José, Jesús estaba cumpliendo la voluntad de Dios Padre.

Estas son algunas de las cosas necesarias que San José tiene para ofrecernos para la renovación de la vida humana en la actualidad, de forma individual y socialmente.

En referencia a la aparición de San José durante el milagro de Fátima, el P. Dominic dice:

«San José es el remedio para los errores que la Virgen dijo se extenderían por todo el mundo, y, de hecho, ha sido así».

Ella había advertido que ciertos estilos de vida que desagradan a Dios serían aceptados por la humanidad.

Además de Fátima, Nuestra Señora ha introducido a San José, en otras de sus apariciones recientes, como Akita, Japón, y de Nuestra Señora de América, entre otras.

Ella indica, pues, una unión en su misión con su Hijo para convertir y santificar a la humanidad con una verdadera vida cristiana.

sagrada familia de murillo 2

  

LA REBELIÓN CONTRA EL PADRE

La estrecha relación entre la crisis de la familia y el oscurecimiento de la figura de San José es más clara entonces  si pensamos que muchos psicólogos han acordado que uno de los principales problemas de nuestra sociedad es el eclipse o la ausencia del padre.

Faltan padres y se carece de un modelo de la paternidad, al igual que San José lo fue por muchas generaciones.

«San José es la figura más hermosa de un hombre concebible que el cristianismo ha hecho«, dijo Don Luigi Giussani, haciendo hincapié en que el padre adoptivo de Jesús era «un hombre como todos los demás, tenía el pecado original como yo».

Hace algunos años, Vittorio Messori había cuestionado las razones por la que San José fue marginado deliberadamente por muchos en la Iglesia, y es interesante volver a leer su reflexión:

«Según algunos podría haber operado aquí «la rebelión contra los padres», que ha llevado a la cultura moderna a rechazar al mismo Padre Eterno.
.
Y que ha llevado al mundo católico a eliminar esta figura que más que ninguna otra está vinculada a la idea de la paternidad humana.

El acto contestatario a la familia se comprende con algunas anotaciones de Lucas («Jesús volvió a Nazaret, y vivía sujeto a ellos», 2,51) que le da autoridad y respaldo evangélico, en el sentido fuerte, a los padres.

Los problemas relacionados con la castidad y la virginidad deben haber contribuido a la eliminación de este esposo «más allá del eros».

Es difícil, bajo el bombardeo sexualista, entender la vida de la comunidad de Nazaret, que implica un amor pleno y profundo, y al mismo tiempo no orientado al sexo.

Un conyugalidad nueva, anticipatoria de la condición escatológica (Lucas 20:35), pero incomprendida hoy para muchos» (de El desafío de la fe, SugarCo 2008).

Hoy, en tiempos del martilleo de la propaganda de género, estas palabras son aún más dramáticamente ciertas.

San José encarna las virtudes universales de la paternidad.

sagrada familia de durero

  

VIRTUDES UNIVERSALES DE LA PATERNIDAD

La paternidad de un padre de familia es una relación mucho más profunda que la paternidad biológica.

Y la figura de San José fue desarrollada por el cielo para indicarnos el camino que deben recorrer los padres.

Por eso habitualmente se llama a San Jose “Umbra Patris”, que significa “la Sombra de Dios Padre”.

León 13 dirá que “los padres de familia encuentran en San José la mejor personificación de la solicitud y la vigilancia paternas”.

Y San Juan Pablo II dirá que “San José es la encarnación perfecta de la paternidad en la familia humana y al mismo tiempo sagrada”.

Hay una serie de valores que debe cultivar un padre de familia independientemente si tiene fe en Dios o no.

  

El padre debe actuar con justicia

Porque de ello depende la enseñanza a sus hijos y el respeto de su familia.

Una de las principales virtudes qué la Biblia menciona de José es que era hombre justo.

  

Un padre debe ser casto

Entendiendo la castidad en el matrimonio como la fidelidad conyugal a la esposa.

  

Un padre debe ejercer la prudencia

El Catecismo de la Iglesia Católica #1806 define la prudencia como “la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo”.

  

Un padre debe ser fuerte

Y no necesariamente hablamos de fuerza física sino de fuerza moral y espiritual.

Hablamos del vigor y la resistencia de su carácter en situaciones difíciles y ante las tentaciones.

Esto significa también la templanza

  

Un padre debe ser paciente

Esto significa practicar la tranquilidad en medio de las tribulaciones.

San José fue probadamente paciente en su vida familiar, que comenzó con una esposa embarazada pero no de él, siguió con el nacimiento de un bebé en una cueva, y continuó con la huida a Egipto…

  

Un padre ama la pobreza y rechaza el consumismo

Porque entiende que la riqueza material no es el fin de la vida sino que está al servicio del desarrollo espiritual de los miembros de la familia.

  

Un padre es un trabajador

Es la expresión diaria del amor proveedor.

Porque atiende a su familia con su esfuerzo diario para llevar el alimento a su casa.

  

Un padre de familia glorifica la vida de hogar

Porque es la célula primordial de la sociedad y donde sus hijos se formarán como personas justas, fuertes y con confianza.

  

Un padre guarda la virginidad

Porque trata que su familia no sea contaminada por las modas del momento y no caiga en tentaciones.

La virginidad guardada por un padre de familia significa la rectitud de procederes que debe inculcar a sus hijos mediante su obrar.

La eliminación del modelo de San José fue la premisa para la obra de destrucción de la sociedad y de la identidad humana.

Todos los problemas más graves que enfrentamos hoy tienen su origen directa o indirectamente en la destrucción de la familia y del modelo de paternidad y de maternidad: desde la economía a la corrupción, del crimen a la dependencia.

El declive de la devoción a San José, que es también el patrono de la Iglesia, ha dado lugar sin duda a la confusión entre los católicos e incluso entre los pastores.

San José es crucial para entender las raíces de la crisis actual de la sociedad y de la confusión en la Iglesia.

Pero también es el punto de partida para empezar a revertir la tendencia.
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Recuperar a San José, confiar en él, contemplando su paternidad y promover la devoción ya es el comienzo de una sociedad más humana.

san-jose-con-jesus

  

5 LECCIONES CRISTIANAS QUE NOS DA SAN JOSÉ

Los hombres pueden aprender a imitar a Dios Padre en una forma práctica mediante el estudio y la imitación de San José.

El Siervo de Dios Padre John Hardon enseñó que San José es por diseño de Dios el padre modelo, el icono de Dios Padre en la Sagrada Familia.

Estos son las 5 lecciones de San José.

  

1 – DAR EL EJEMPLO CON LA ACCIÓN 

Ser un ejemplo a través de la acción es la forma primordial en que los padres deberían imitar al papá terrenal de Jesús, que era un ejemplo de moral tranquila como jefe de la Sagrada Familia.

Como padre, los niños estarán observando su ejemplo de piedad y de búsqueda de la santidad mucho más que sus palabras.

Se puede decir todas las cosas correctas, pero a menos que un hombre esté realmente viviendo una vida devota en si mismo, amando a Dios con todo su corazón, mente y alma, sonará hueco.
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No le van a tomar en serio.
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Así que hay que dar ejemplo a través de las acciones.

  

2 – AMAR A LA ESPOSA

Para Mons. Charles Pope de Washington,

«El primer regalo que todo padre puede dar a sus hijos es amar a su madre y a hacer cualquier sacrificio necesario para permanecer fiel a ella, aferrarse a ella y asegurarse de que el matrimonio es fuerte».

«San José probablemente presionó para no seguir adelante su matrimonio con María, pero una vez que escuchó de parte de Dios que debía aferrarse a María, lo hizo con un gran costo social y aceptó cualquier dificultad que le costara».

Esto es exactamente lo que San Juan Pablo II afirmó en la Familiaris Consortio

«Un hombre debe vivir El amor por su esposa como madre de sus hijos y el amor por los niños porque son para el hombre el camino natural de la comprensión y la realización de su paternidad».

El Padre Paul McDonnell toma en cuenta la referencia a San José que se hace en el Misal Romano como «esposo de María».

«Eso es muy importante para los hombres, porque la ruptura de la familia comienza con la ruptura del matrimonio» observó.

«San José nos recuerda que debemos descubrir la presencia de Dios en el matrimonio y en la familia».

  

3 – MANTENER LAS PRIORIDADES EN ORDEN

«San José puso su vocación de esposo y padre antes que su carrera», destacó Mons. Pope.
.
Se le pidió huir a un país diferente, Egipto, con el fin de proteger a Jesús, dejándolo todo y no pensar: ¿Qué pasa con mi trabajo? ¿Y mi carrera?

Hay, por desgracia, muchos que todavía tienen que tener esa lucha: que la vocación es más importante que la carrera», señaló Mons. Pope.

El Padre McDonnell señaló que los hombres tienen que mirar lo que Dios pide de ellos como esposo y padre y poner esto en un contexto espiritual: «Esa es la llamada de San José hoy para los padres.»

La Biblia llama a San José por la palabra  griega tekton (constructor), aclaró Mons. Pope.

Se imagina, como lo hace Tradición de la Iglesia, que José dio la habilidad de comercio e industria a Jesús.

«Un buen padre reconocería las habilidades de sus hijos, mejoraría sus habilidades y les enseñaría el valor del buen trabajo duro», explicó Mons. Pope.

Un padre debe también jugar con los niños pequeños teniendo interés en sus pasatiempos.

«Prestar atención a ellos y preocuparse por lo que les importa es un tremendo regalo. Puede ser un acto de amor a Dios mismo, porque vaa sacrificar mi tiempo»

estatua de san jose y el niño

  

4 – HACER LA VOLUNTAD DE DIOS

La importancia de vivir como Dios quiere es una necesidad para un padre también.

San José obedeció tan pronto como él supo cual era la voluntad del Señor sin dudarlo.

A medida que los hombres luchan por la santidad, deben tener la misma actitud de obediencia al Señor Dios.

«Nada era más importante para San José que encontrar, seguir y cumplir la voluntad de Dios en su vida», dice Rick Sarkisian, autor de Not Your Average Joe

«La búsqueda de la voluntad de Dios y el propósito va para todos nosotros».

«San José fue un bello ejemplo de alguien que vivió en el ahora, en constante búsqueda de la voluntad de Dios y el propósito de su vida día a día».

José utilizaba un sistema de tres pasos de «guía divina» según Sarkisian: la Palabra de Dios, las inspiraciones del Espíritu Santo y los hechos y circunstancias de la vida diaria.

Vivir en el ahora, como lo hizo San José, nos mantiene en el único lugar y hora que podemos experimentar a Dios: el momento presente.

Explicar la importancia de hacer la voluntad de Dios debe ser una lección que padres enseñen a sus hijos.

Podemos explicarles la importancia de la obediencia. 

Los santos eran obedientes a la voluntad de Dios en todas las circunstancias.

Si podemos enseñar a nuestros hijos la importancia de la obediencia de una manera amorosa y por qué importa, tendrán un buen camino en su relación con su Padre celestial.

  

5 – SER HUMILDE

La humildad de San José es también una lección para los papás.

«Lo que me llama la atención es la humildad de San José», dijo el padre McDonnell.

«Se disponía a cumplir con la Sagrada Familia con mucha humildad, sin buscar ningún tipo de compensación, y confiaba totalmente en la divina Providencia.»

Sarkisian añadió:

«Se trata de confianza. San José ponía plena confianza en la providencia de Dios, que Dios le daría todo lo que necesitaba suficientemente para cada día.
.
En ese tipo de confianza, podemos experimentar una gran paz interior, la alegría y la verdadera felicidad, incluso durante las crisis inesperadas en nuestras vidas».

«San José hizo lo que Dios quería y era el hombre que Dios quería que fuera.  En última instancia, se convirtió en un increíble modelo de la auténtica y la verdadera hombría para la vida».

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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San José, Custodio de la Sagrada Familia

¿Qué depósitos de la fe entregó Dios a San José?

En este artículo hacemos un recorrido por el misterio de la fidelidad de San José a las profecías de Dios.

Y cómo Dios lo fue dotando de las cualidades sobrenaturales necesarias para ser el custodio de Su Hijo y Su Madre.

La Bienaventurada Virgen María (B.V.M.) y el Bienaventurado San José (B.S.J.) eran, de cuerpo y alma, criaturas del Templo.

Almas contemplativas de las realidades divinas.

A este respecto de S. José, no nos dice nada la Tradición. Pero de la B.V.M. sí.

Y de aquel lo suponemos por sus reacciones posteriores frente a las pruebas divinas.

Y por decir la Escritura que “era Justo” (Mt. 1:19), es decir, santo, cuando estaba desposado con la Virgen.

Y ¿dónde se conocieron antes de intimar y darse formalmente promesa de matrimonio?

Donde estaba María: en el Templo.

La Iglesia nos invita a celebrar cada 21 de noviembre la fiesta de la Presentación de la Virgen en el Templo de Jerusalén.

Fiesta basada en una piadosa tradición y en los evangelios apócrifos, según la cual la Virgen Niña tenía tres años cuando comenzó a vivir allí con otras doncellas.

Y ¿dónde se reunían los Justos en aquel tiempo?

En las sinagogas y sobre todo en el Templo de Jerusalén, centro universal del culto al verdadero Dios.

Y si S. José no vivía en el Templo lo frecuentaría siempre que podría, como S. Simeón y S. Ana.

Para rezar y comentar las Sagradas Escrituras porque en estas se daba como muy cercana la llegada del Mesías, el Cristo, el Redentor: las 70 semanas de años predichas por Daniel se estaban cumpliendo…

Para los justos los tiempos eran de redobladas oraciones y sacrificios.

La expectación estaba tan “grávida” de realismo que, hasta el anciano Simeón había recibido la revelación directa del E. Santo de que no vería la muerte antes de haber visto al Ungido del Señor (Lc.2:26).

Los dos se criaron en este ambiente, en este grupo de “justos y piadosos”, “que esperaban la consolación de Israel” –como se dice de S. Simeón- (Lc.2:25).

Y en él vivieron sus años mozos: “no se apartaban del Templo, sirviendo a Dios noche y día, en ayunos y oraciones… esperando la liberación de Jerusalén” –como se dice de la viuda y profetiza Ana- (Lc.2:37-38).

Ambiente de contemplación activa de las cosas de Dios y de una caritativa pureza que se reflejaba en la mortificación exterior de los sentidos.

En la solicitud prudente del prójimo por amor a Dios que era, sobre todo, el orar juntos deseando la pronta Remisión de los pecados por el Justo Prometido de Dios .

Oración impetratoria e imperativa; oración de Adviento que había enseñado al pueblo fiel, el E. Santo, a través del profeta Isaías (Is. 45:8):

“Rociad, oh cielos, de lo Alto y que las nubes lluevan al Justo; ábrase la tierra y produzca la salvación”.

Oración de vidas santas que aceleraba el tiempo de Su Venida, el tiempo del fin de la esclavitud de la Ley con el Advenimiento de la Misericordia, como aquella que enseñaba el Eclesiástico -36:1 y 10-:

“Oh, Dios de todas las cosas, ten compasión de nosotros: vuelve hacia nosotros tus ojos, y muéstranos la luz de tus misericordias. Acelera el tiempo, y no te olvides del fin; para que sean celebradas tus maravillas.”

En este Ambiente Divino y Puro se conocieron María y José, y mutuamente se atrajeron porque en ambos habitaba Dios de manera singularísima.

Y en ambos la Pureza era -primera y simultáneamente- Verdad y Bondad.

Como una Flor cultivada en el Jardín Escogido del Padre de toda Pureza y de toda verdadera belleza.

Y en ambos la Hermosura era pura como el oro 7 veces purgado; sin escoria ninguna de la carne, del error, de la mentira y del mal.

Y esa Flor bellísima de sus purezas, a su tiempo, daría el Fruto más bello de la tierra.

 

UN AMOR MATRIMONIAL DE ALMAS PURÍSIMAS

Y la atracción mutua -querida por Dios- de estas almas puras, pletóricas de la vida de Dios, -es decir, pletóricas de Caridad- fue el comienzo.

El más o menos remoto de la Aventura sobrenatural y humana de San José como Custodio del Depósito Divino (de ese imperativo divino que le ordenó: “¡Guarda el Depósito!” – I Tim.6: 20- Depositum Custodi).

Y por eso se amaron en el más puro de los purísimos amores.

Y se amaron con toda el alma, sabiéndose mutuamente cuerpos y almas consagrados al Señor de los cuerpos y de las almas.

Habiéndose prometido y comprometido -de antemano y formalmente- a ser exclusivos vasos vivientes de Dios.

Piedras vivas del Templo Divino que el Señor se forja para Sí.

Piedras adorantes del Señor del Templo y de toda la Creación.

Se amaron hasta el desposorio virginal y casto y continente que, en ellos, era el estado habitual de unirse a Dios.

Que en ellos, era la norma “cotidiana”, la regla de todos los minutos y de todos los anhelos.

Suspiros, aspiraciones del alma que, como chorros vigorosos llegaban y se volvían y devolvían, desde el Cielo y al Cielo.

Nadie los veía, solo ellos dos -uno al otro- lo “veían” y se los compartían en silenciosa, recogida e intensa intimidad.

Y entonces, era evidente, era lógico, que su matrimonio fuese con votos de castidad incluidos, como lo proclama toda la Tradición Católica.

¿Cómo hubiera podido ser de otra manera?

Porque ¿cómo irían ellos -uno para con el otro- a ponerse límites sensibles a sus amores que estaban plenamente transidos por el Amor Intangible e Invisible?

Muy por el contrario, lo visible de estas criaturas escogidas -en su relación matrimonial- hacía aún más patente lo Invisible de Dios Creador, su Eterno Poder y su Divinidad.

Y por esa visibilidad más Lo conocían y más Lo glorificaban y más Le daban gracias y más se humillaban delante de Aquel sin el que nada serían.

Porque aquí en la tierra, después de la relación del Verbo Encarnado con su Santísima Madre, no hubo -ni habrá- otra relación mayor que la de S. José con su Virginal Esposa.

En la que se cumpla más acabadamente la regla que S. Pablo enseñó a los Romanos (1:20-21): lo invisible de Dios se hace notorio -cognoscible- por sus obras, y por ellas, a Él se le debe gloria y agradecimiento y acatamiento humilde a sus disposiciones.

En ellos el amor venía e iba, desde y hacia el Amor Infinito y por ellos pasaba sin menosprecio, y muy por el contrario, con la glorificación debida y con hacimiento de gracias.

Sus cuerpos, sus rostros -espejos de sus almas- , sus ojos, sus pupilas, redundaban las maravillas de verdad, de bondad y de belleza de sus almas.

Y por eso no podían ser limitadores de un misterio eterno, de un misterio de Cielo que, ellos en la tierra, atesoraban en sus invisibles pechos.

Sus cuerpos deberían ser, en cambio, ilimitadores sensibles de esos misterios invisibles.

Como campanas que sonasen al toque de los badajos intangibles de sus respectivas almas y que resonasen en la del otro con la misma nota,.

Sus cuerpos servirían para “excitar”, para robustecer y enriquecer en el otro, lo que sus almas ya asentían de la Verdad Amada y Abrazada con el más puro de los cariños y con la más fuerte de las firmezas.

Serían instrumentos idóneos para aumentar en cada uno el amor a Dios en los sufrimientos y en los gozos que traían consigo los decadentes y a la vez mesiánicos tiempos que les tocó vivir a estas almas elegidas.

Para ser sus principales y humildísimos y magnánimos coprotagonistas.

 

HUMILDE ENTRE LOS HUMILDES

La grandeza de José como Custodio del Divino Depósito -en cuanto a la gracia y a la responsabilidad que ella implica- la obtuvo de Dios.

Porque para eso se dispuso cuando amó y se sintió atraído por la que en su humildad pensaba ser la sierva de la Sierva-Madre del Mesías.

María deseaba ser una de las Vírgenes compañeras de la “Hija del Rey” que anunciaba el mesiánico salmo 44 (v. 15b: “detrás de ella son introducidas a ti, las vírgenes, sus amigas”).

María pensaba y deseaba ser la sierva de la Madre del “Emmanuel” – del “Dios con nosotros” – que estaba por venir.

Y S. José al amarla pensaba y deseaba ser el Siervo de una de las siervas de la Sierva-Madre del Mesías.

Ser el Siervo-Virgen de una de las siervas-vírgenes compañeras de La Sierva.

Y esto -por disposición divina- se iba a dar dentro de la tribu de Judá, como estaba profetizado desde el Primer Libro Sagrado, Gén.49: 8-12.

Y a esa tribu pertenecían los dos, por ende, sabían que el nacimiento del Redentor era para ellos un hecho que, infaliblemente iba a ocurrir dentro de la “familia”.

Cuando José se desposó con María lo hizo para ser siervo de una de las siervas de la Sierva de Dios.

Se desposó para ser tres veces siervo: de Dios y a través de dos siervas suyas.

Y porque se hizo tan pequeño mereció ser de la Familia Sagrada, compuesta de 3: padre, Madre e Hijo.

El más grande, el primero en dignidad hasta los 30 años de Jesús: el Jefe Custodio del Hijo de Dios y de su Madre.

Y mereció así que los otros 2 (mayores en gracia que él) a él obedecieran.

Y así mereció que se le diera también el depósito del secreto divino de cómo se había encarnado el Verbo en el seno purísimo de María.

Un ángel se lo reveló y al mismo tiempo le encargó al Verbo, humanado sin su concierto, para que lo cuidase.

Había arribado el tiempo de su propia Anunciación: la Anunciación de S. José.

Penetrando un poco en el misterio de S. José entramos en el campo admirable de todos los santos.

No se sabe quién quiere ser más humilde y quién quiere ser menos exaltado y quién – de hecho – es el más encumbrado y quién el de más abajo. Cosas de Dios y de sus santos.

 

ASOMBROS DE SANTOS

Por todo esto, en algo se entiende que, tanto uno como otro, en pleno continente y casto desposorio, no comprendiesen y les asombrase la Anunciación de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno Purísimo y Virginísimo de María.

A Ella como Madre-Virgen y a él como Padre-Virgen.

María se asombró con el Ave porque esperaba ser la sierva de la Sierva-Madre del Mesías y no la mismísima Madre de Dios.

En su sima de humildad no esperó una tal elección divina.

Y por eso, con mucha sagacidad, realiza al instante un discernimiento de espíritus para saber si es de Dios o del demonio ese saludo que, en sí mismo, era Bendito.

Porque bien sabía que hasta el mismo Satanás se viste de ángel de luz.

Y lo hace con aquella pregunta: “¿cómo será esto? pues no conozco varón”; sobrentendiendo que ‘con José somos castísimos y continentísimos esposos’.

Y entonces la respuesta del Arcángel San Gabriel que le pone como ejemplo de la omnipotencia de Dios la ancianidad fértil de su prima Isabel que está encinta ya de 6 meses: “porque para Dios nada es imposible”.

Este modelo, esta analogía, en todo el A. Testamento es una Figura Profética de la Virgen-Madre del Redentor.

Y el saber de Isaías manifiesta que el Mesías efectivamente nacería de una virgen y no de una virgen cualquiera sino de una bien determinada: “LA” VIRGEN)

Entonces la B.V.M. dio lugar a la magnanimidad por antonomasia porque se percató que el saludo y la promesa venían de Dios, a través del Arcángel Fortaleza de Su Majestad: “Hágase en mí según tu Palabra”.

Magnanimidad sobrenatural que estuvo muy unida a su profundísima humildad porque como dice Mons. Straubinger: “No hizo Ella grandezas sino que se las hicieron”.

Y San José también se asombró con el secreto marital que le confió María: ‘Estoy encinta’.

Y seguramente sin decirle Ella el modo, ya que no está Escrito ni en la Tradito.

Y no parece congruente con la humildad mariana decirle: ‘José, concebí al Redentor por obra del E. Santo’.

Porque además el mensaje angélico no hacía ninguna referencia a su Casto Esposo y entonces -incluso en esto- Ella fue fiel al mensaje: silencio de Dios para el Esposo.

Afecto ordenadísimo a la Voluntad y a los Designios divinos.

Silencio desgarrador de la Esposa porque -como dice Santa Teresita- perdía su apoyo humano y santo que tantas comprensiones, protecciones y enriquecimientos varoniles le había dado en Dios y para Dios y con Dios:

“Cuando José, tu Esposo, ignora el gran milagro que tu humildad le oculta, tú le miras llorar, sin revelárselo…

¡Y cuánto sufrirías con tu silencio Madre!

¡Cuánto, cuánto, al ver sufrir al Justo, al apoyo que el cielo te hubo dado!

Mas, ¡ah! que es tu silencio concierto sacrosanto de voces, que me cantan la grandeza de un ser abandonado en los brazos del Dios de las bondades, en el pecho del Dios de los milagros.”

Protección santa que ahora más que nunca -por venir a ser Madre- le vendría bien.

Pero lo bueno y lo mejor para Ella es lo que Dios quiere y no hay dolor que lo pueda impedir, siendo como es, enteramente dócil a Sus inspiraciones.

‘Y… ¿qué sé yo de las designios que Dios tiene previstos para José…?’

‘A José lo que es de José: Silencio, más que palabras.

A Dios, lo que es de Dios: la Iniciativa.

Es el tiempo de espera para él, tiempo de silencio, de perplejidad y de un santo temor de Dios en el desconcierto adorante de sus designios inescrutables.

Ahora es la hora de José, de su peculiar e intransferible: ‘¿cómo será esto?’, ‘pues no tuve intervención en esta concepción?’

De un ‘cómo será esto’ dicho para sus adentros que para afuera -para María especialmente- es puro silencio de palabras y de gestos.

Y un silencio venerante de la santidad incomprensiblemente inmensa de la Virgen, Niña de sus ojos.

No entiende, no comprende y entonces se asombra.

Y se asombra porque ignora qué pasa; porque lo que pasa lo sobrepasa.

Pero no pre-juzga, no juzga, no juzga precipitadamente (porque ‘el que se precipita se precipita’ -como dice el dicho- y se equivoca).

José suspende el juicio y -sosegadamente- sigue amando la Divina Pureza de su Esposa -obra singularísima de Dios que él bien conocía.

Pero se aleja de ella porque al pensar en la Santidad de María piensa que lo acontecido debe tener al Divino Agente como su causa y solo él puede “descifrárselo”.

Y su ignorancia -que es la madre de su asombro- le debe ser quitada, si Dios quiere, cuando Dios quiera y por el mismo Dios que se la dio.

Y el mismísimo Dios discernirá -de alguna manera que Él sabrá- qué papel juega él respecto a ésta su Santa Virgencita.

Mientras tanto, da lugar a la espera silenciosa en Dios, da lugar al silencio de Dios que lo dejó sin su sublime y santo “arrimo” humano que tanto le ayudaba a unirse más y más a Él.

Es tiempo de seguir unido a Dios sin el apoyo humano que Dios le había dado.

Con apoyo o sin apoyo humano, en pleno día o en plena noche del espíritu, San José continúa siendo un hombre de Dios.

Los accidentes de su vida no cambian su esencial amor a Dios. Más aún, aquellos son para él la ocasión de perfeccionar éste.

 

SEPARACIÓN SIN DELACIÓN

La separación se impone de lo Alto como un Gigantesco Silencio que une el Cielo y la tierra.

Y como Hombre de Silencio que es -aunque esta vez perplejo- lo abraza como un inesperado regalo.

Se impone la separación.

Separación física de María aunque no separación espiritual, porque él la sabe tanto o más amante de Dios que él mismo y de ahí su férrea voluntad – contra la misma Ley, contra el mundo y contra la carne- de no delatarla para que fuese lapidada:

“José, su esposo, como era justo y no quería delatarla, se proponía despedirla en secreto”, dice el Evangelio.

Tenía una clara voluntad de quedar unido a Ella por el lazo de Caridad divina que los había reunido desde el principio.

Y que ahora para él se manifestaba por el hecho de no entregarla a los hombres de la Ley, por el solo hecho de no entender cuál era su específico papel futuro en el matrimonio contraído con María.

Por eso prefirió “dejarla en secreto”.

Prefirió segregarse él y no segregarla a Ella, expectando luces de lo Alto.

Prefirió de alguna manera hacerse un hombre secreto, secretarse, segregarse de toda humana relación.

Para así como hombre amante de la vida escondida que era, refugiarse y unirse más y más a Dios:

“Dios me dió a María, Dios me la quitó; ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea el Dios que da inteligencia a los párvulos y a los que no se creen sabios!” sería su oración.

“Yo tampoco a nadie se la doy”– fue su determinación.

 

“¡LA LETRA DE LA LEY MATARÍA A MARÍA; LA GRACIA LA VIVIFICA!”

José ya es aquí un hombre del Nuevo Testamento: por encima de la Ley vive en el Señor de la Ley y sus obras se con-forman con esta Vida.

En el silencio de S. José parece escucharse ya un eco retrospectivo de palabras evangélicas:

“El sábado se hizo por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado; de manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado”.

Y el hombre se hizo por causa de Dios.

José -subordinado a María en el orden de la Gracia- recibe anticipadamente gracias -habituales y actuales- que son frutos de la próxima Redención.

Con la que quedará superada la Ley y se entrará en el Reino de la Gracia.

“Porque la Ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la verdad han venido por Jesucristo”.

Gracias que en conjunto se pueden resumir así: ‘La Letra mata, la Gracia vivifica’.

Traducido esto en una gracia actual para José dice: ‘La Letra de la Ley mataría a María pero la Gracia de la que Ella y yo vivimos, la vivifica: por lo tanto, ¡qué María viva!’.

En él ya está en germen la Buena Nueva con su nueva jerarquía: primero la Caridad, la Esperanza y la Fe; después todo lo demás.

Primero el Autor de la Ley, el Espíritu de la Ley y después la Letra de la Ley.

Y así tenía que haber sido, pues en los designios divinos S. José participaba en el orden de la unión hipostática del Verbo con la naturaleza humana, como dice el P.Bover.

Pues estaba llamado a ser en la tierra el Vicario del Padre Eterno, el padre del Hijo Co-Etemo en su vida terrena y “el complemento connatural de la divina maternidad de María”.

José entonces más que alejarse de María, da un paso al costado.

Sin dejar de contemplar el misterio de Amor de su Esposa Virgen, misteriosamente hecha Madre.

Esperando contra toda esperanza en un milagro divino teniendo en cuenta a Abraham -su padre en la fe- que creyó en la fecundidad de su anciana esposa, esperando el auxilio de Dios que prometía lo que humana esperanza no concibe.

Abraham creyó en Dios a través de los ángeles; José creyó en Dios a través de María, aún antes de creer en el Ángel de su particular Anunciación: “José, Hijo de David, no temas…” (Mt. 1:19-21)

 

LA CARIDAD NO PIENSA MAL… TODO LO CREE… TODO LO ESPERA… NUNCA MUERE

Solo el silencio orante y adorante es el oportuno compañero de José, en el que adora humildemente los inescrutables designios de Dios.

Y al mismo Dios, que quiere así ser adorado en su Infinita Majestad infundiendo en la criatura racional el temor reverencial de hijo.

Y sobre todo, a José lo acompaña la caridad por la que abraza a ese Dios de otra manera inaccesible.

La caridad que “no piensa mal” (ICor.13:5).

Y ¿quién más próximo y más íntimo para José que su purísima Esposa irreprochable, fidelísima y dechado de virtudes?

“La Caridad no piensa mal (del prójimo).

Ni una palabra, ni ningún gesto injurioso.

Pero tampoco un calculado silencio material que fuese un manto, que fuese un velo de fulminantes juicios temerarios.

Solo perplejidad… zozobra… asombro… y, en todo caso, todo lo contrario a esos pecados: sufrir por la privación causada para el otro, más aún que por la derivada para si mismo.

¿Qué será de María, mujer sola y grávida?… ¿qué le deparará Dios a Ella?

Porque “la Caridad no busca su propio interés” (‘non quaerit quae sua sunt’) antes bien busca el ajeno -sin descuidar la propia salvación del alma-.

Se olvida de sí y se preocupa del otro.

Se diría que el Silencio y la Digna Retirada de S. José con el juicio suspendido, ante la noticia de la gravidez de María, es una clamorosa salmodia callada del Himno a la Caridad (I Cor. 13:4-8).

Podríamos ver en estas actitudes de Nuestro Santo, todas y cada una de las ‘notas’ de la Caridad que S. Pablo enseña a los Corintios.

Pero tal vez sobresalgan la de creer y la de esperar.

Y la de esperar en el amor, en lo eterno; en el Amor Eterno; en el Amor de Dios: “Charitas numquam excidit” (v.8a) (“La caridad nunca muere”).

Porque José creyó en plena noche que, el día de la maternidad virginal de su Esposa era posible, como opina Bossuet.

Y porque esperó contra toda esperanza que las Promesas Divinas se cumplirían, aunque en él -en su matrimonio- los acontecimientos parecían contradecirlas.

Y esperó los tiempos de Dios que no deja desesperar a sus hijos bienamados-bienamantes, porque no los prueba más allá de sus fuerzas; que también por Él las tienen aunque claramente no las sientan.

Si bien es cierto que los pruebe hasta el límite infinitesimal de éstas; hasta el friso que separa lo Excelso del Abismo; hasta ese instante trágico en que Abraham va levantando el brazo con el facón en la mano para sacrificar a Isaac, su hijo primogénito.

Es el momento en que Dios abre para el Justo el “tiempo” de los ángeles.

Es la hora del divino mensaje… el instante de su mensajero: es la hora del ángel.

Se desvela el telón del tiempo para que, por la misericordia de Dios, incursione en éste, el evo: un beso de edades que no tiene nombre: un inefable cruce de los tiempos…

 

LA ANUNCIACIÓN A SAN JOSÉ, MT 1:19-21

Y el tiempo elocuente de Dios no se hizo esperar, llegó en el instante preciso para el Augusto Virgen-Esposo: “cuando estaba en esos pensamientos” de dejar en secreto a su Virgen-Esposa y ahora Madre sin su concurso.

Se acababa el Silencio de Dios para el atribulado Justo que, por su fidelidad, atraía la Voz de Dios que des-vela y revela a los que ama, sus secretos ocultos.

Porque “son muchas las tribulaciones del Justo pero de todas ellas el Señor lo libera” (Sal. 33:20).

Y la Voz de Dios vino a través de una criatura condigna con un hombre que, de tal manera estaba lleno de la gracia de Dios, que vivía en la tierra como si fuera más un ángel que criatura de carne y de huesos.

Vino por un ángel que, como bien opina Bossuet debió de ser también el Arcángel Gabriel –“Fortaleza de Dios”.

El mismo que a la Virgen fortaleció en sus santos temores, en su temor reverencial de la Divina Majestad a causa de sus inesperadas disposiciones: “no temas” – le dijo a María (Lc 1:30)- y “no temas” – le dijo a José (Mt 1:20):

“… he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa.

Porque su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Salvador), porque él salvará a su pueblo de sus pecados”

¿Qué es lo que temía José?

Temía recibir a su esposa María, grávida sin su intervención, por la reverencia que la santidad de su Virgencita le suscitaba.

Que no era más que una manifestación del temor reverencial que le debía a Dios en esta nueva e inesperada situación en que Él lo había colocado.

Temía como todo hombre de Dios que se ve superado por los acontecimientos que le acaecen sin su causa pero que sabe por la Fe que, como todo acontecimiento, no habría venido a ser si Dios no lo hubiese querido.

Temía como hombre superado infinitamente por la Voluntad de Dios que prueba los corazones antes de confiarles los secretos de su Sabiduría.

Era lo que San José había meditado muchas veces en el Templo y fuera del Templo:

“¿Qué sabe el que no ha sido probado?”.

“¿Quién no ha sido tentado qué puede saber?”.

 “Porque la Sabiduría anda con él en la tentación, y le elige entre los primeros.

Para probarle le conduce entre temores y sustos, y le aflige con la tribulación de la doctrina, hasta explorar todos sus pensamientos, y fiarse ya del corazón de él.

Entonces le afirmará, le allanará el camino, y le llenará de alegría. Le descubrirá sus arcanos, le enriquecerá con un tesoro de ciencia, y de conocimiento de justicia.”

Nada nuevo bajo el sol; la prueba más importante de los santos no les viene a través del mundo, la carne y el demonio, sino en su relación con los verdaderos hermanos en la Sana Doctrina.

Dios, antes de afianzar definitivamente al justo y de descubrirle sus arcanos más íntimos, trinitarios y santos; “Lo conduce entre temores y sustos, y le aflige con la tribulación de la doctrina”.

Lo prueba con aquellos con los que, codo a codo, llevan a cabo el mismo Combate de la Fe en la misma Caridad divina que los anima.

Así lo dice Santa Teresa que mucho supo de esto y así pasó con San Juan de la Cruz y así pasó con San Gerardo Magela y así pasó con nuestro contemporáneo Padre Pío.

Porque si a algunos de los que objetivamente molestaron y afligieron a estos santos les animaba el pecado, a muchos, por el contrario, los animaba en sus hostiles reacciones, el celo y el amor a la Santa Madre Iglesia.

Y siendo San José el Protector de la Iglesia, ¿cómo dejaría Dios de ponérnoslo como nuestro Modelo de Santidad principalmente en la prueba más álgida que tiene el justo?

Sí, Dios puso a San José como Modelo de Perfección exactamente, porque su tentación y su prueba más importante tiene relación no con los enemigos de la Iglesia – mundo, carne y demonio.

Sino con la Santísima Madre de la Iglesia, su castísima y venerada esposa, a quien amaba como a la pupila de sus ojos y de la que recibía el más santo, el más verdadero y el más afectuoso de los amores.

Y quien poseía, en muchísimo más alto grado que él, la corona de todas las virtudes.

 

DE LOS 4 DEPÓSITOS-SECRETOS CONFIADOS POR DIOS A SAN JOSÉ

Monseñor Bossuet explica cómo la casa de San José,

“Parece un templo, porque un Dios se digna habitar en ella, instalándose Él mismo allí en Depósito, y José debió ser consagrado para guardar ese sagrado tesoro. 

En efecto, él lo fue: su cuerpo cristiano lo fue por la continencia y su alma por todos los dones de la gracia.”

Y más adelante dice:

“Encuentro en los Evangelios 3 depósitos confiados al justo José por la divina Providencia y al mismo tiempo también 3 virtudes que sobresalen entre las demás y que responden a estos 3 depósitos.”

El primer Depósito que, el eximio orador halla, es la virginidad maternal de María; con su virtud correspondiente que es la pureza continente de José, en su matrimonio con la Virgen.

El segundo, es la persona de Jesucristo; con la gracia de la fidelidad que le vino adjunta, para sobrellevar ecuánimemente, los cuidados infatigables en la adversidad.

El tercero, es el secreto de que en su virginal esposa, Dios el Salvador, se encarnó por obra del Espíritu Santo.

Secreto que, en San José, era acogido con una humildad y un amor a la vida escondida, sobremanera grandes.

De tal porte y forma que, no dejase germinar en su alma, la vanagloria de ser el Secretario de Dios.

Y que el ocultarse a los ojos de los hombres fuese algo asumido con todas las veras y con una apacible alegría, en el Dios que gusta ser y estar escondido para los sabios y prudentes del mundo.

Y en modesta opinión hay que explicitar un 4º Depósito confiado por Dios a José, que en el tiempo es el primero porque es el que le hace merecer los otros tres: la caridad plena de María.

Con su virtud correspondiente: un altísimo grado de caridad en San José.

La prueba de la Caridad hecha por Dios a José consistió en constatar si él seguía creyendo en la fidelidad matrimonial de su santísima esposa después de su gravidez, sin él saber la causa efectiva de ésta.

Y sin que la noticia del embarazo de su virginal esposa medrase en algo el divino afecto que siempre los había unido en el inmutable amor de Dios.

Solo el sobrio comunicado de María: ‘Estoy encinta’; debería suscitar en él -por gracias actuales que Dios había previsto darle- un altísimo grado de caridad por el cual seguiría creyendo en la fidelidad de su esposa y la seguiría amando -tanto o más que antes- por amor al Dios que los había unido en matrimonio.

Y esto a pesar de que las apariencias sensibles le “gritaban” todo lo contrario.

Siendo “Justo” con anterioridad a la Prueba, se haría así más santo por las gracias actuales que Dios tenía previstas -en mérito a su fidelidad- para forjarlo, a través de Su Fuego, condigno depositario -junto a su Esposa- de los Secretos de Dios.

 

IN MEDIO, VIRTUS

Dos tentaciones debía sortear José en esa encrucijada de caminos: la delación legal de su santa esposa y el alejamiento físico de ella por amarga cobardía, y no por sabia y amorosa prudencia como lo fue.

La primera tentación ya vimos cómo fue rechazada.

Respecto a la segunda, diremos solamente que la separación material de María podría tener 2 causas formales espirituales.

El despecho cobarde de un superficial hijo de Dios o la amante cautela sobrenatural del humilde y sabio Siervo que conoce sus límites y la infinitud de su Padre Eterno.

Sabemos ya que esta última fue efectivamente la causa formal de la separación física, incoada en pensamientos, por José.

La grandeza de San José está en que su fidelidad a la Gracia lo hizo caminar por una firme pero delgadísima cornisa.

Flanqueada por esos dos grandes abismos de tentaciones que, a diestra y a siniestra, lo azuzaban.

Estrecho camino enjuto trazado en medio de murallas de aguas apenas -pero segura y sobrenaturalmente- contenidas.

Puesto en esa coyuntura, ¡cuántas veces no habrá meditado Nuestro Bien-Aventurado José aquel ritornelo de las Sagradas Letras: “¡no te apartes ni a la derecha ni a la izquierda! ”.

In medio, Virtus: la Virtud está en el camino recto que corre flanqueado, a derecha e izquierda, por todos los vicios.

In medio, Virtus: entre el despecho, la indignación verborrágica por un lado y la amarga cobardía silenciosa por el otro.

Nuestro Bienaventurado holló con paso firme el sigilo caritativo, la taciturnidad consecuente con la voluntad de Dios, que los acontecimientos le imponían y le re-presentaban.

“La caridad plena de María” ya desde su noviazgo con la Santísima Virgen, es el primer Depósito divino de José.

Y su primer título de gloria el de ser su Custodio.

Primer Depósito y primer mérito que lo dispuso a todos los otros depósitos y a todos los otros méritos.

Porque esa es la manera divina de dispensar las gracias: la fidelidad a una atrae otras.

Una gracia bien correspondida atrae otras gracias insospechadas; la gracia atrae la gracia.

Y así el santo va de gracia en gracia y “de claridad en claridad” transformándose en la misma imagen del Señor.

 

“SANTO VELO” DE LAS PUREZAS HUMANAS DE DIOS

El 4º Depósito -que como vimos es el Primero- se le otorga definitivamente a José después que reaccionó con un sigilo caritativo frente al secreto, que su virginal Esposa le confió, del mero hecho de su embarazo.

Como Buen Varón de Dios, continente tanto en lo corporal como en lo espiritual, no corrió a divulgar que su esposa estaba grávida sin su intervención, ni se encerró en una acre soledad.

Guardó el secreto de su esposa como un tesoro inexplicable y lo adoró en su apacible soledad, turbada solo por el temor reverencial que le provocó la Omnisciencia Divina que lo Cubría con Su Sombra.

Y ese secreto material lo estrechó en ‘el’ Sufrimiento de su vida que aunque adorable, no dejaba de serle inexplicable.

Y virilmente asumió este su intransferible Dolor en el Buen Combate de la Noche de la Fe.

Que todos los justos deben pasar para cantar eternamente las victorias de Dios en sus afanes.

Y por ello, recibir del Rey Divino su propia corona y su propio halo de gloria.

Porque en el Firmamento Divino cada “estrella” tiene un esplendor diferente.

Y el de San José será el esplendor de una “estrella” 7 veces Acrisolada – “Purgatum septuplum”, que dice el salmista-; que llegó a ser Esposo de la Madre de Dios, de la “Luna”.

Puesto y brillo único en el Coro de los Glorificados.

Fue esa Prueba Dolorosa, asumida en Dios y para su mayor Gloria, la que franqueó para S. José las sucesivas y extraordinarias asistencias del Cielo, mientras caminaba en la tierra.

Y cuando obtuvo la compresión definitiva de Dios, tras el retorno de su alma a su Creador, en el descenso de Jesús al Limbo de los Justos.

Prueba “Clave” tras la que José parece confirmado en gracia y está pronto para ser el Atleta de Dios que sortea todos los obstáculos con los Secretos de Dios a cuestas.

Militar de Dios, arrostra todas las batallas como disimulando, por su continua igualdad de ánimo, ante los hombres, y hasta el mismo Satanás.

Que las pelea cargando con el Botín más valioso que pudo haber existido para todos los piratas del mundo: no el cielo y la tierra juntos, sino al mismísimo Autor y Gobernador Plenipotenciario de ellos y en presencia de Niño.

Prueba “Clave” que le da el derecho y el deber -hasta que Dios lo dispusiese- de ser el Santísimo velo humano de las purezas humanas de Dios por Antonomasia.

El cuerpo y el alma humanas de Dios: y el cuerpo y el alma humanas de su Santísima Madre.

Prueba “Clave” que, como había sido al principio -en los tiempos del Templo- ahora lo Confirma como “velo despistador” -para el mundo y para Satanás-.

Pero esta vez de la Concepción Virginal del Verbo de Dios en el seno purísimo de la Santísima Virgen María.

San Ignacio de Antioquia así lo ve a San José y la Iglesia lo trae en su Breviario Monástico.

Oro Puro en las manos de Dios -habiendo llegado al grado de santidad querido por Él- San José estaba pronto para ser el custodio definitivo de los tesoros más preciados de Dios.

El Gran Asegurador Trinitario se hacía un “cofre” auríferamente condigno para sus “lingotes” divinos de superlativos quilates que, en la Tierra debían ser custodiados 30 años, por un Padre según su corazón.

Ese vino a ser San José en el instante onírico en el que se le apareció San Gabriel.

Y le grabó a fuego, en el Oro de su alma, las palabras de su Anunciación de Esposo de la Madre de Dios, por las que se le promulgaba Padre de Dios en la tierra:

“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa porque su concepción es del Espíritu Santo, etc.”

 

ORACIÓN

¡Oh, Apacible San José:
en las pruebas que Dios nos envía,
a través de nuestros hermanos en la Fe:
alcánzanos de Él,
dos cosas de las que sos Ejemplar:
el Temor Reverencial de hijos de Dios;
y la Paciencia Fraterna,
con el Silencio Adorante del corazón y de la lengua!


Por Hilario Atanasio Desarriano.

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