Uno de los problemas prácticos de la liturgia es la situación de aquellos fieles católicos que ven dificultada su participación ordinaria en la comunión eucarística sacramental por su condición de enfermos celíacos. Pero para algunos la fe es sana esta enfermedad, como se puede ver en el estimonio de una uruguaya que traemos.
La enfermedad celíaca es una enfermedad crónica consistente en una intolerancia permanente al gluten, que afecta a alrededor de una de cada doscientas personas. El gluten es una proteína presente en el trigo y en otros cereales. La ingestión de esta proteína, aún en pequeñas cantidades, puede causar trastornos muy importantes e irreparables al celíaco.
Tal situación reclama una especial sensibilidad pastoral tanto en la catequesis como en la celebración litúrgica, especialmente en el caso de los niños; para que nada aumente la dificultad, que ya de por sí significa el tener que convivir literalmente con esta enfermedad de por vida.
La Iglesia facilita el acceso a la participación plena en la Eucaristía a los celíacos. Y para ello basta que antes de la celebración la propia persona que padece la enfermedad, o los padres o familiares del niño que la tiene, informen del deseo de comulgar al ministro de la Eucaristía para que éste, acogiendo la petición con la mayor delicadeza y sin reclamar mayores explicaciones, facilite al celíaco la Comunión bajo la sola especie del vino (cf. CDC cán 925).
En muchos casos, los celíacos por su gran sensibilidad al gluten, requieren que se ponga a su disposición un segundo Cáliz en el cual la única materia que haya sido consagrada sea el vino y por ende sobre el cual no se haya llevado a cabo ni la partición ni la intinción del Pan eucarístico. Asimismo se debe disponer de un purificador cuyo uso sea exclusivo del celíaco.
Testimonio de una uruguaya que era celíaca y se sanó
Una noche, hace alrededor de 6 años, me desperté con una taquicardia impresionante. Mi corazón latía a unas 180 pulsaciones/minuto. Me llevaron a Emergencia, me medicaron y comenzaron los estudios. Según los médicos, tenía un problema de tiroides. Empecé un tratamiento con un endocrinólogo, el Dr. J. B. Un día le comenté que en mi familia hay varios celíacos, y le pregunté si no convenía que me hiciera el estudio.
El médico ordenó el análisis, y el estudio dio que tenia los anticuerpos de celiaca. A partir de allí comencé un régimen que implica comer sin gluten. Los celíacos no podemos comer ni trigo, ni avena, ni centeno, ni cebada. Me informé sobre qué podía y no podía comer con los celíacos de mi familia, asistiendo a charlas en la Asociación de Celíacos, etc.
Cuando fui a la gastroenteróloga, me dijo que volviera en 5 o 6 meses para hacerme una biopsia, cosa que nunca hice pues me sentía bien. Al mes de haber comenzado el régimen de celíaca, los análisis de sangre de la tiroides daban normales.
Al no poder comer harina ni nada contaminado con una milésima de harina, mi vida social se fue restringiendo. Cada vez me costaba mas salir, pues me resultaba difícil encontrar en todos lados algo qué comer acorde a mi dieta, cosas sin harina, y con la seguridad de que no estaban contaminadas con ella. A veces tenía que llevarme mi comida, y me sentía ridícula o no podía comer nada.
Recuerdo que una noche salimos a cenar con unos amigos y fuimos a un restaurant. Le avise al mozo de que era celíaca y me comentó que había puré de manzanas. Me dijo que podía comerlo pues era puro de manzanas sin harina ni espesantes, y bueno me comí unas ricas costillitas de cerdo con puré de manzana… Pero cuando volvi a casa, casi me muero de dolor en el pecho, fue espantoso y era porque la comida, SI estaba contaminada. Los llamé y los rezongué, y les expliqué el alcance de la enfermedad, pues conocia a los dueños.
Otra vez fui con una amiga a Buenos Aires, a una misa celebrada por el P. Fabián, y se ve que allí también, sin darme cuenta, comí algo contaminado con gluten, porque me sentí muy mal durante a Misa.
Si comulgaba con las hostias normales, tambien tenía problemas estomacales, y sentía dolor. Por eso cuando comencé a venir a Misa a este Santuario (de la medalla Milagrosa en Uruguay) me traía mis hostias para que el padre las consagrara. Los síntomas que tenía eran muy feos, la lesión que el gluten produce en los intestinos puede producir cáncer de intestino, pues la flora intestinal desaparece.
El 14 de mayo de hace dos años fui por primera vez a Salta, de peregrinación. Mi vida cambió y empecé a asistir a las misas de sanación que celebra el P. Fabián Barrera. Comencé a participar de un grupo en la Medalla Milagrosa, donde alguien me dijo que cuando me acordara de algo que habia pasado en mi infancia, el Señor me iba a sanar.
Llegue a casa, llamé a mi madre y le pregunte si ella se acordara de algo que me hubiera pasado en la infancia, pero todo lo que me dijo fueron cosas normales, pues tuve una infancia super feliz. Un dia estando en adoración en el Santuario del Cerrito de la Victoria, me acordé que en mi infancia me habían contado un chiste, que era feo, muy feo y que yo se lo repetí a mis primas, sin tener ni siquiera conciencia de lo que decía con ese chiste… Cuando salimos del Cerrito, le dije a P., el guía de mi grupo: “ya sé, ya sé que fue lo que pasó, Fue un chiste. Y ahora ya lo confese”.
A los pocos días fuimos a visitar a unos amigos a La Floresta y por primera vez me salí del régimen. Comí un bizcocho. Mi marido me retó pues sabía como me sentía luego de comer algo contaminado y teníamos que venir a Montevideo. ¡Yo le dije estoy sanada! Esa respuesta mía fue totalmente irracional, pero así lo sentí dentro mío, estaba sanada. Bueno, obviamente no me pasó nada con el bizcocho, ni dolores, ni diarrea, ni hinchazón, nada.
De a poco fui empezando a comer cosas con gluten, a no preocuparme demasiado, y todo siguió bien.
Todos me decían – mi marido, mis padres, P. el guía de mi grupo, mis amigos – que tenía que hacerme los análisis para verificar si seguía siendo celíaca o no. Demore como 2 meses, pero al final me los hice. Me los entregaron, y efectivamente, no dieron nada anormal. Estoy curada.
Gracias Señor por todo lo que hiciste por mi durante este año.
Gracias a A., mi marido, por aguantarme las llegadas tarde…
Todo esto que les cuento es para que vean como el Señor actua en nosotros, este testimonio es para Gloria de Dios, pues sin EL nuestra vida no tendria sentido, bendito seas por siempre Señor.
Sucedió en el 2012 pero se hizo público hace un mes.
A fines de enero dimos la información sobre una posesión demoníaca que se había producido en Indiana y que había sido exorcizada por un sacerdote católico, Ver aquí la historia que circuló. Ahora, el padre Michael Maginot habla de su papel como exorcista para ayudar a la familia de Indiana que estaba afligida por la posesión demoníaca.
Fue la situación más extraña en los 30 años de su sacerdocio, según el padre Michael Maginot de la Iglesia San Esteban Mártir en Merrillville, Indiana. A él se le pidió que salvara a una familia de los demonios.
Los tres hijos de LaToya Ammon, una hija de 12 años, y dos hijos, de 9 y 7, a menudo reportaban sentirse enfermo en su escuela de Gary, Indiana. A veces aparecía sangre misteriosamente en su boca, orejas y nariz. La enfermera de la escuela informó de la situación a los Servicios de Protección al Menor (CPS). Los hijos, su madre y su abuela, Rosa Campbell, que vivían juntos en una casa alquilada, insistieron en que no había abuso. En lugar de ello, la familia informó de que eran víctimas de ataques demoníacos. Nadie les creyó. Pero entonces, una enfermera y un trabajador social de CPS fueron testigos de que el chico mayor caminó hacia atrás por una pared en el hospital en el que estaba esperando para ser examinado por un psiquiatra.
El Padre Maginot compartió con National Catholic Register su relato de estos acontecimientos inquietantes.
¿Cómo se involucró?
Recibí una llamada telefónica en la mañana del viernes, 20 de abril de 2012, durante un estudio bíblico en mi sala de estar. Yo era capellán del Hospital Metodista.
«Necesitamos un exorcismo. ¿Puede venir aquí ahora mismo?», me preguntaron. «La gente corrió fuera de la habitación después de que vieron a un niño caminando de espaldas por una pared. Ellos me llamaron, y yo le llamo a usted».
Yo no era un exorcista, pero sabía que tenía que haber una investigación antes de que algo se pudiera hacer. No había nada que yo pudiera hacer en ese momento, y yo no quería salir en medio del estudio de la Biblia. Me ofrecí para investigar si la familia se ponía en contacto conmigo. Ellos me llamaron al día siguiente. Sus hijos les habían sido quitados.
¿Qué había estado sucediendo a la familia Ammon?
La familia Ammon había ido a su médico por desesperación, sin saber qué hacer con los comportamientos y hechos extraños en su familia. Los niños entraban en trance y hablaban con voces demoníacas, reportaban ser estrangulado, levitaban y arrojaban cosas. El niño más joven decía ver otro niño al que visitaba en un armario. Nadie más vio el visitante.
En el consultorio del médico, los chicos gruñían y maldecían con voces demoníacas. El personal médico vio al más joven caminando en una pared. Entonces los chicos se desmayaban. Una ambulancia y la policía fueron llamadas a llevar a los niños al hospital Metodista. Entonces CPS también fue llamado para investigar a LaToya por enfermedad mental o sospechada de abuso a los niños.
El hijo mayor se despertó en el hospital, pero el más joven gritaba y se comportaba como en trance. Él estaba esperando en el consultorio del psiquiatra con su abuela cuando caminó por la pared hacia atrás, y luego fue hacia su abuela y cayó de pie. La enfermera y trabajador social de CPS corrieron de la habitación. Cuando el psiquiatra llegó, él intentó conseguir que el chico lo hiciera de nuevo, pero fue imposible, y el chico ni siquiera pudo recordar el hecho.
¿Cuál fue su primer encuentro con la familia?
LaToya y su madre se estaban quedando con un pariente, pero estuvieron de acuerdo en reunirse conmigo en la casa al día siguiente, domingo, a las 18:00 para decirme su historia. Ambas mujeres eran Bautistas y dijeron que nunca incursionaron en nada oculto. La madre nunca perdía el culto en la iglesia los domingos, y LaToya a veces iba.
Ellas me contaron su historia. Todo comenzó cuando la familia se mudó a la casa en noviembre de 2011. El primer día, algo extraño sucedió. Había tábanos por todas partes en su porche, a pesar de que era casi invierno. Ellos los limpiaron, pero luego, por varios días más, hubo moscas de nuevo. En el sótano, apareció arena por todo el piso – en torno a dos cubos llenos.
Una vez, la abuela se despertó a las 3 am y vio la sombra de alguien en su casa. A la mañana siguiente, fue a comprobar si se habían llevado algo, pero sólo vio huellas de botas embarradas que parecían venir desde el sótano. Más tarde, la familia a veces escuchaba pasos que subían del sótano. A veces había llamados a la puerta o gruñidos como de un perro, pero, cuando se abría, no había nada.
La familia comenzó a enfermarse. Los niños estaban despertando con las encías, narices y orejas ensangrentadas. A veces iban a la escuela, y sangraban, pero la enfermera de la escuela no encontrabaa ninguna razón para ello. En un momento, la abuela vio levitar a su hija sobre su cama y luego caer de nuevo hacia abajo.
Los familiares y amigos tenían miedo de ir a la casa. LaToya y su madre no podían permitirse el lujo de mudarse. Pidieron a la gente de su iglesia por ayudar, pero ellos se negaron. Un grupo de una iglesia carismática acordó ir a orar. Una señora del grupo, que dijo que era vidente, afirmó que había 200 demonios en el sótano. Salió corriendo de la casa, junto con los demás.
Alrededor del tiempo de Pascua, todos estaban viendo la televisión, y una botella de Febreze se levantó delante de ellos. Fue arrojada a la habitación de la madre, rompiendo su lámpara. Cuando se levantaron para mirar, vieron una figura negra, mirándolos desde un armario abierto. La madre gritó para que todos empacaran algo de ropa y salieran de la casa. Se quedaron en un hotel de esa noche, y luego el hermano de LaToya acordó tomarlos.
¿Hubo algo extraño sucedió cuando estaba allí?
Sí, alrededor de las 8:30 de la tarde. Fue entonces que LaToya me dijo que las cosas se pusieron mucho peor, justo después de que su ex novio se acercó a la casa en marzo. Me dijo que quería darles algo a los chicos. Él les dio tanto $ 5 para recordarles que fueran buenos y la chica dijo que no necesitaba nada para ser bueno.
Le dije que quería saber más sobre el novio, y fue entonces cuando se produjeron una serie de interrupciones. La luz del baño parpadeaba. Cada vez que iba a investigar, se apagaba, pero comenzaba de nuevo cuando me alejaba. «Bueno, supongo que me tiene miedo», yo dije. Entonces empezó a parpadear de nuevo, como si fuera un desafío.
Lo ignoré y le dije: «Vamos a volver al novio.» Fue entonces cuando las persianas venecianas en la cocina comenzaron a balancearse hacia atrás y hacia adelante. Las cuerdas para tirar para arriba estaban perfectamente quietas; sólo las persianas se balanceaban. El balanceo mantenía la misma velocidad, entonces el balanceo fue de ventana en ventana, de una habitación a otra.
¿Qué cree que el ex novio tenía que ver con todo esto?
Tal vez él puso una maldición sobre la madre. En una ocasión le había pedido una prenda de su ropa interior como un recuerdo. Alrededor de ese tiempo, LaToya también una foto de familia que tenía desaparece de su álbum, y un par de sus zapatos desaparecieron. Los artículos personales se utilizan a menudo en maldiciones contra una persona.
LaToya recibió una llamada telefónica de ira de una mujer que dijo que ella era la esposa del novio. LaToya dijo que nunca supo que estuviera casado y que iba a romper con él de todos modos. La señora le advirtió que iba a ser muy triste que ella tuviera algo que ver con él.
Días después, cuando la policía estaba investigando conmigo, encontramos un lugar bajo los escalones en el sótano, donde el hormigón se rompió, y fueron enterrados varios artículos, incluyendo calcetines de los muchachos con los pies cortados y ropa interior de mujer.
Al final de la entrevista de la noche, pongo el crucifijo en LaToya, y ella comenzó a convulsionarse. Me di cuenta de que ella tenía una aversión a las cosas santas. «Estás poseída», le dije.
Parecía avergonzado y dijo: «Lo sé.» Sostuve el crucifijo en la abuela, y no pasó nada. Ella dijo que personalmente nunca fue molestada por el mal, excepto una vez en el sótano cuando algo había intentado estrangularla.
Una vez que se completó la investigación, ¿cuál fue el siguiente paso?
Hice una gran bendición de la casa con sal bendita e incienso en cada habitación. LaToya y su madre fueron capaces de mudarse a un nuevo apartamento en Indianápolis. También hice un exorcismo menor en LaToya – se trata de una cuestión de pasar por el rito una sola vez, y no necesita ningún permiso del obispo. Después, ella comenzó a tener pesadillas horribles que involucran al ex novio, así que sabía que necesitábamos algo más.
Mi obispo (el obispo Dale Melczek de Gary, Indiana) me dio permiso para hacer un exorcismo. La diferencia es que tiene el respaldo de la Iglesia y me permite pasar más tiempo haciendo el rito, centrándose en áreas que parecen estar dando una respuesta. Consulté con dos exorcistas de Chicago e Indiana. El de Indiana estaba dispuesto a ayudar a la familia, pero LaToya no quería empezar de cero con otra investigación.
Programamos el exorcismo para junio. Yo tenía dos agentes de policía en caso que necesitáramos control y un feligrés para que me ayudara con el rito, para responder a las oraciones. Todo fue sin problemas, y LaToya no parecía reaccionar. A veces, un demonio puede hacerse el muerto y no responder, pero después del exorcismo, LaToya podría resistir objetos benditos. Le di una cruz benedictina y un rosario. Después que se fue en su coche, encontramos el rosario en el estacionamiento hecho pedazos. LaToya me llamó más tarde y dijo que no podía encontrar el rosario, que había puesto en su bolso. Sus pesadillas continuaron.
¿A dónde fue luego?
Hicimos una nueva sesión. Sentí que teníamos que subir la apuesta y averiguar el nombre del demonio. Ella había estado en el ordenador de un amigo en busca de ayuda y encontro un sitio web de los nombres de demonios que explicaba las cosas que cada uno hacía. Dijo que cada vez que ella llegaba a la descripción de las cosas que estaban ocurriendo en su casa e iba a su nombre, el equipo se apagaba. Fui a la página web e imprimí todos los nombres, y LaToya señaló dos que ella creía que eran.
Durante el siguiente exorcismo, pasé por el rito, y LaToya convulsionaba violentamente cada vez que usaba uno de los dos nombres de demonios. Pude ver que se estaba poniendo más y más furiosa, pero luego comenzó a debilitarse, hasta que se durmió. Concluí el rito con una alabanza a Dios, y LaToya se quedó dormida. Cuando se despertó, volvimos al rosario que mi asistente había puesto de nuevo junto a ella.
Programamos otro exorcismo en torno al Día dl Padre, para usar el nombre del otro demonio. LaToya me pidió que hiciera el rito en latín. Yo iba y venía alabando a Dios y condenando al demonio. LaToya no sabe latín, pero estaba tranquila durante el tiempo de alabanza y se convulsionaba durante cada condena. Se estaba debilitando, y para el momento de la oración final, LaToya se durmió. Cuando se despertó, ella dijo que se sentía bien.
Nunca oí hablar de ella otra vez, hasta el mes pasado, cuando un reportero recibió una historia y contactó LaToya. Ella me llamó y se disculpó por no ponerse en contacto conmigo antes para hacerme saber cómo se encontraba y para darme las gracias.
Los niños estaban de vuelta con ella, y ella dijo que eran felices y le iba bien en la escuela. Una vez que LaToya fue atendida, todos los problemas con los niños desaparecieron.
A pesar de que la historia sólo se hizo pública recién el 26 de enero ¿es cierto que ya hay planes para una película y un documental?
Sí, voy a hacer las dos cosas, porque pueden trabajar de la mano. Voy a firmar el guión. Tiene que ser fiel a la historia real. La verdad es lo suficientemente loca. Tony DeRosa-Grund, que produjo la película The Conjuring, está contactando diferentes compañías de película ahora. Firmé un contrato con Zak Bagans para el documental. Él produjo The Ghost Adventures para la TV.
En cuanto al dinero que vendrá de ella, voy a tener que pensar en obras de caridad para donar. Me gusta mi vida tal como es, y yo no lo necesito. Lo más importante es conseguir divulgar esta información, para que la gente tome esto en serio y sepa que Dios y el mal son reales.
Artie y Jim Mitchell fueron famosos pornógrafos por la realización de films y el manejo de clubes nocturnos. La hija de Artie, a su vez se está haciendo famosa por una obra que se está exhibiendo en San Francisco «La hija del pornógrafo». En una sincera entrevista, la hija del pornógrafo famoso habla sobre los abusos que la sometieron de niña a través de la exposición temprana a la pornografía.
Libertad Bradford Mitchell era la hija de Artie Mitchell, cuya vida terminó cuando fue baleado por su hermano y socio, Jim, en 1991. Los hermanos manejaban un club de striptease y un estudio de pornografía en San Francisco durante toda la vida de la niña. Ella estuvo presente en el local muchas veces y sus primeros recuerdos del lugar datan de cuando tenía cuatro años de edad.
LA EXPERIENCIA TEMPRANA DE LA NIÑA
«Yo vi [a los clientes]hundidos en esta depravación asquerosa donde todas las mujeres de la sala se convertían en el objetivo. Este derecho que los hombres tenían me hacía enfermar», dijo en una entrevista con Salon.com.
«He experimentado de primera mano lo confuso que puede ser estar expuesto a imágenes sexuales cuando era niña.»
«Cuando tenía 4 años y medio, me hice muy consciente de lo que estaba viendo en la pantalla en la sala de proyecciones… En el momento no era tan preocupante para mí, era simplemente muy raro. Una vez que yo tuve la edad de 6 o 7 fui mucho más consciente de que esto no eran cosas que yo debería estar viendo y no estaba cómoda cuando iba a la oficina, especialmente en el punto donde el teatro se hace vívido y había bailarinas que básicamente caminaban desnudas alrededor mío».
TOMA CONCIENCIA DEL ABUSO
No fue hasta mucho después que ella comenzó a pensar que había sido expuesta a una forma de abuso. Fue durante una experiencia de capacitación para el trabajo como adulta que se dio cuenta de que la exposición de un niño a la pornografía se considera una forma de maltrato.
«Realmente me llamó la atención. Yo nunca había pensado en ello de esa manera y entonces me parecía muy obvio… Yo sé que yo no fui abusada intencionalmente por esta exposición… pero fue para mí psicológicamente inhibitorio y atemorizante«.
De acuerdo con la Coalición Nacional para Prevenir el Abuso y la Explotación, la exposición a la pornografía en los jóvenes puede tener muchos efectos secundarios negativos, incluyendo la objetificación, el fomento de actitudes positivas hacia la violencia contra las mujeres y otras formas de agresión sexual, el cinismo, la incertidumbre sexual, y otras disfunciones sexuales y relacionales.
«Además la exposición de pornografía antes de la edad de 10 años se correlaciona significativamente con el delito de asalto grave, delincuencia común, hurto grave, venta de drogas, consumo de alcohol y drogas, robo, conducta pública desordenada, y daños a la propiedad«, dice la organización.
Libertad Bradford Mitchell ha oscilado en sentido contrario al de su padre. Ella es una fan de la obra de la controvertida psicóloga Melissa Farley, y se describe a sí misma como abolicionista de la prostitución. Está apasionadamente en contra de la plaga de la trata con fines sexuales, que se ata a la industria para adultos. Ni que decir que no es fan de la pornografía.
El Portal Luz publica un testimonio de una posesión de un bebé en Chile y su posterior liberación por sacerdotes. La historia les fue contada por la familia y los nombres están cambiados por privacidad. El relato también ha sido confirmado por los dos sacerdotes que intervinieron en el exorcismo, cuyos nombres son reales.
La pareja de Teresa y Roberto tenían tres hijas y anhelaban concebir un varón. Celebraron como un regalo de Dios cuando se supo que Teresa estaba embarazada esperando a Miguel.
Ya en los primeros meses de gestación Teresa sintió que este era un niño especial, porque sin buscarlo empezaron las bendiciones. Estaba en su tercer mes de embarazo cuando el Papa Juan Pablo II llegó a Chile y por el vínculo activo que ella mantenía en la Iglesia, tuvo la oportunidad de estar físicamente muy cerca de él.
“Recuerdo que en un determinado momento el Papa me miró la barriga, sonrió, y me dio una bendición. Me estremecí de emoción, fue muy impactante. Ese mismo año además, dos obispos visitaron mi parroquia. Cada uno de ellos, en fechas distintas, nada más llegar, también me bendijeron el vientre. En algún momento me dije, ¡qué extraño esto!, tantas bendiciones para este bebé…”.
INESPERADAMENTE MIGUEL COMIENZA A PONERSE AGRESIVO
Miguel, confiesa esta madre, “era un niño que emanaba paz” y su bautizo fue celebrado, comenzando así su camino como hijo de la Iglesia…
“Cierto día del año mil novecientos ochenta y nueve me comprometí para colaborar un par de horas en un retiro de oración guiado por unos sacerdotes amigos de nuestro cura párroco. Miguel tenía poco más de un año y como era una salida breve, no vi inconveniente en dejarle junto a sus hermanas al cuidado de una tía, hermana de mi padre, que me ofreció recibirlos aquella tarde”.
Cuando pasó a recogerlos Teresa notó a su hijo muy extraño. “Estaba inquieto, lloraba y lloraba”. Pensó que pronto se calmaría, pero la intranquilidad del pequeño continuó. Pasaban los días y el niño seguía muy llorón y casi no dormía por la noche. Los médicos no encontraban explicación, pero Teresa, por su sensibilidad espiritual captó que “algo” grave ocurría…
“Comenzó a ponerse agresivo, especialmente cuando iba con él a misa. Luego de comulgar, teniéndolo en mis brazos… me agredía, mordía mi cara, me arañaba. Violento casi, todo era muy extraño. Me angustiaba no saber cómo ayudarlo, oraba más por él y continuaba llevándolo a misa conmigo. Pero lejos de variar su conducta se iba poniendo más agresivo y más llorón. Entonces yo decía, ¿qué pasa aquí?”
RECURREN A SACERDOTES ESPECIALIZADOS
Fue su cura párroco quien después de la misa se me acercó. ¡Él también se había dado cuenta del cambio repentino de Miguel! y al saber que tampoco los médicos tenían explicación le refirió el nombre y dirección de dos sacerdotes que tal vez podrían ayudarles.
Las distancias en Chile son bastante grandes y aunque estos sacerdotes vivían aproximadamente a tres horas de mi casa, decidí ir a conversar con ellos, el Padre Carlos Aldunate y el Padre Agustín Sánchez. Nada más llegar el Padre Carlos llamó al Padre Agustín y en ese momento el niño, cuando vio a este sacerdote, se puso llorón, llorón, ¡tremendo!, sin control. Me sentí horrible. Sereno, el Padre Agustín me hizo un gesto con la mano para que me acercase, al tiempo que se alejaba un poco; así es que le entregué a mi esposo el niño y fui con él…
«Mira, yo no puedo ayudar en este momento a tu hijo», me dijo. «¿Pero Padre por qué, qué pasa?», repliqué. Y agrega… «Hay algo dentro de tu hijo, pero yo no lo puedo ayudar aún. Piensa Teresa, ¿con quién se quedó tu hijo, a cargo de quién, qué ha pasado en este tiempo? Mira, trata de averiguar y a la hora que sea, el día que tú te enteres, me llamas y lo traes»”.
Con el corazón apretado, muy triste, el matrimonio regresó a su hogar. Al llegar sus hijas estaban esperándolos en la puerta. Apenas se bajaron del auto les preguntaron cómo había ido todo con su hermano. Teresa les contó lo que el sacerdote Agustín Sánchez les había dicho…
“Ese día decidimos acostarnos temprano, tipo nueve y media. Estaba entrando el invierno, ya estaba frío y comenzábamos a dormirnos cuando escuchamos un par de golpes suaves en la puerta de nuestra pieza. Eran dos de nuestras hijas, las mayores… «Mamá, Papá, nosotras sabemos lo que pasó con mi hermano», fue lo primero que dijeron al entrar”…
EL SECRETO DE LO QUE HABÍA SUCEDIDO CON MIGUEL
Teresa y su esposo se incorporaron en un segundo pidiéndoles que se explicaran…
“Nerviosa, una de ellas hizo el relato: «Bueno, ocurre que… ¿te acuerdas ese día cuando ustedes nos dejaron en la casa de la tía porque tenían un retiro y tú nos permitiste invitar a unas compañeras para hacer juntas las tareas?». Asentí, intentando mantener la calma. «Bueno –continuó narrando mi hija- cuando terminamos los deberes nosotras nos pusimos a jugar… Es que una de nuestras amigas llevaba la tabla de la Ouija, esa con las letras, con el vasito, para hablar con los espíritus… y empezamos a ver si nos resultaba. Estábamos en el comedor, abajo, y pusimos todo ahí en el piso, al lado del calefactor que tiene la tía…».
Poco a poco, algo temerosas, casi arrepentidas diría, fueron narrándome su secreto. Nos dijeron que llevaban pocos minutos con lo de la Ouija y a su parecer todo iba bien, alguien o algo estaba allí, afirmaban.
Pero repentinamente, sin darse apenas cuenta por lo concentradas que estaban en sus preguntas como en las respuestas que iban surgiendo, apareció su hermanito y sin tiempo de reacción para detenerlo, el niño con la inocencia propia de la edad, pasó corriendo por encima del tablero, que estaba en el suelo, desbaratándolo todo.
Sin demora el matrimonio llamó al sacerdote Sánchez quien les indicó que la familia completa fuera de inmediato a verlo.
“Partimos todos y nuevamente, nada más entrar al jardín de la casa de los sacerdotes, mi hijo se puso a llorar, se revolvía en mis brazos, estaba claro que no quería entrar allí, el corazón me dio un vuelco”.
LOS SACERDOTES COMIENZAN LA LIBERACIÓN DE MIGUEL
El Padre Agustín – cuenta Teresa – conversó con cada una de las niñas, las confesó, luego las ungióy con firmeza como lo haría cualquier papá, las reprendió por su imprudencia. En eso estaban, dice, cuando apareció también el Padre Carlos y el Padre Agustín tomando de los brazos de Teresa a su hijo se lo entregó al recién llegado…
“Miguel lloraba a todo pulmón cuando ambos sacerdotes ingresaron en la capilla del recinto llevando a mi hijo. Yo, instintivamente les seguí para entrar con ellos, pero el Padre Agustín me detuvo y dijo… «No hija, tú te quedas fuera»”.
La angustia, los nervios, pero también la esperanza de que todo se resolviera por fin, formaban un torbellino en la mente de la atribulada madre, padre y hermanas.
“Yo lo único que sentía era la voz fuerte del Padre Agustín adentro exorcizando a mi hijo y como no conocía del tema la inquietud me aguijoneaba pensando… ¿pero qué le están haciendo a mi hijo?”.
Cuando Teresa estaba al límite de estas emociones
“¡salieron de la capilla y traían a mi hijo, dormido, con ese rostro plácido que siempre había sido tan característico en él y que en las últimas semanas había perdido!”.
Al entregarle –dice la madre- al pequeño Miguel, el sacerdote Agustín Sánchez se dirigió nuevamente a las niñas, al tiempo que acariciaba sus cabezas, diciéndoles:
«¡Y ustedes no jueguen más con tonteras… ¡porque miren lo que pasó con su hermano, se le había metido un ‘espíritu inmundo!».
Aún tuvieron que llevar al niño nuevamente en varias ocasiones con el sacerdote, según él mismo se los indicara.
“En esos momentos el padre Carlos lo ungía con aceite – que supe era para exorcizar – en la frente, en sus manitos y otros lugares del cuerpo. Luego oraba por el niño pidiendo a la Virgen María que lo protegiera. Aún recuerdo que sería luego de la tercera o cuarta de esas liberaciones que mi hijo comenzó a estar envuelto en un aroma a flores, que se podía percibir en los lugares donde había estado y esto siguió ocurriendo varios días después que terminó todo el ciclo de unción y oraciones. Yo también rezaba cada día con ahínco por mi hijo y al finalizar, este buen sacerdote me enseñó una oración de protección que hasta hoy es una de mis devociones cotidianas; es la conocida Coraza de San Patricio, pero en versión adaptada por este exorcista.”
Con el paso del tiempo, agradecida de Dios, esta experiencia llevó a Teresa a participar hasta hoy en un pequeño grupo de laicos que colaboran con sacerdotes para liberar a otros que son atormentados por el demonio.
“En un comienzo me provocaba algo de temor el saber que estaba decidiendo servir a Nuestro Señor Jesucristo enfrentando a su enemigo. Pero Jesús gracias a la vida sacramental me da su gracia y ya no temo. Si Cristo está contigo ¿quién contra ti? La clave está en mantener una vida coherente con la fe. Miguel, mi hijo, volvió a ser el mismo de siempre. Cuando comenzó a hablar, sin proponérselo nosotros, pedía él mismo ir a misa e incluso prepararse para la Primera Comunión. La hizo a los siete años y el Padre Carlos se la dio. El quería recibir a Jesús. Continuamos orando juntos por su protección. Es importante que él y todos quienes han vivido algo semejante tengan conciencia que si una vez te pasó, puedes ser vulnerable a que te ocurra de nuevo si olvidas estar en comunión con Dios… Padre, Hijo, Espíritu Santo y como mediadora poderosa la Virgen María, Madre, que siempre acude en nuestra ayuda”.
De la editora de una publicación sobre Medjugorje.
Traemos el testimonio de June Klins, editora de la publicación de The Spirit of Medjugorje(El Espíritu de Medjugorje), que relata cómo María la va preparando para su misión. Recomendamos leerlo porque es una historia simple y fresca, en la que muchos pueden encontrar paralelismos en sus vidas.
Recientemente, me preguntaron cómo me involucré en Medjugorje. He compartido partes de mi historia antes, pero nunca me sentí incitada a compartir todo el asunto hasta el 8 de diciembre de 2013, mientras oraba cerca de la estatua de Nuestra Señora en nuestra Capilla de Adoración.
Mi vida cambió para siempre el 9 de noviembre de 1995. Ese fue el día en que mi suegro se quitó la vida, después de haber vivido 45 años con constantes dolores fantasma de una pierna amputada.
El año siguiente fue el peor año de mi vida. Lloré lágrimas suficientes para llenar un pequeño estanque. Mi madre me sugirió que rezara el Rosario, así que tomé mi primer rosario de la comunión, que estaba enterrado en un cajón, y me puse a rezar con él de nuevo.
Tres meses más tarde, un sacerdote en la escuela donde enseñaba a tiempo parcial, se ofreció para decir una misa por mi suegro. Fue después de esta misa que me decidí a ir a misa varias veces a la semana para la Cuaresma de ese año. Rápidamente me hice adicta y me encontré yendo todos los días a misa. El Rosario me llevó a misa diaria. ¡Nuestra Señora siempre nos lleva a Jesús!.
Las cosas comenzaron a mejorar un poco y, en agradecimiento, decidí visitar a algunos pacientes en un hogar de ancianos cercano ese año en la víspera de Navidad. Una de las pacientes que visité no respondía, pero su compañera de piso, que tenía la enfermedad de Alzheimer, no paraba de hablar de mí. De repente, ella me miró directamente a los ojos y dijo:
«Usted no tiene que preocuparse de nada. Dios está cuidándola»
No pude contener las lágrimas. Yo sabía que Dios me estaba hablando a través de ella.
Menos de tres semanas después, el 11 de enero de 1997, mi esposo y yo estábamos caminando en nuestro centro comercial local, cuando mi pie derecho se entumeció. Minutos más tarde, mis dos manos se adormecieron. Pensé que estaba teniendo un derrame cerebral, por lo que fui a casa y llamé al doctor.
El médico que estaba de guardia esa noche volvió a llamar a eso de las 10 pm y dijo que no me preocupara. Al día siguiente, me di cuenta en el identificador de llamadas, que el médico me había llamado desde la misma casa de ancianos donde esa señora me dijo que no me preocupara.
¿Cuáles son las posibilidades de eso? ¿Visitas médicas a hogares de ancianos, a las 10:00 pm de un sábado por la noche?
Después de tres semanas, el adormecimiento, que estaba en las manos y ahora en los dos pies, se convirtió en una sensación de ardor que era insoportable. A veces yo empezaba a temblar incontrolablemente debido al intenso dolor.
Durante todo este tiempo, ya que mis síntomas desconcertaban a los médicos, mi familia y amigos continuaron orando por mi recuperación.
Al año siguiente, un amigo de mi madre le envió una medalla de Nuestra Señora de Medjugorje para darme a mí. Cinco días después de haber recibido la medalla, la Virgen me envió una respuesta a través de la Internet. Como había sospechado desde el principio, mi problema era un desequilibrio hormonal. Esta condición se conoce como «dominancia del estrógeno», y es un problema muy extendido hoy en día a causa de la exposición a muchas sustancias químicas.
Ese día comencé a usar una crema tópica de progesterona natural, comprada en una tienda de alimentos saludables, y el proceso de curación comenzó esa misma noche. A finales de la semana ya era capaz de subir y bajar por todos los pasillos en el supermercado, algo que no había sido capaz de hacerlo por un año.
Sabía que era la Virgen quien me señaló en la dirección correcta, sobre todo cuando me di cuenta de que el día en que mi madre me dio la medalla fue 11 de enero 1998, exactamente un año después del inicio de mis problemas.
Para el Día de San Valentín este año, mi marido me había dado su cheque de bonificación del trabajo y me dijo que podía utilizarlo para mi y mi madre para ir en peregrinación. En ese momento yo estaba en mi camino de recuperación, y quería ir y dar gracias por mi curación.
Mi marido pensó que era demasiado peligroso ir a Medjugorje en ese momento, así que ni siquiera lo consideró. Estábamos en su mayoría interesados ??en Guadalupe, Fátima, Lourdes, y Betania. Después de todo, es la misma Virgen María.
Sin embargo, cada vez que íbamos a informarnos de una peregrinación que se veía bien, estaba llena o cancelada.Lo mismo ocurrió una y otra vez. Dejé de buscar, sin embargo, cuando mi madre se vino abajo con un extraño virus que afectó su visión y no teníamos ni idea de cuánto tiempo duraría. Simplemente sentí que no era el tiempo de Dios.
En mayo de ese año, nuestro hijo se iba a graduar de la formación básica en el Fuerte Benning, Georgia. Desde la fecha de la graduación, que fue unos días después del Día de los Caídos, yo estaba mucho mejor, y decidimos hacer unas pequeñas vacaciones e ir a St. Augustine, Florida por unos días.
Sentí el llamado para ir allí porque mi madre me envió información sobre el pequeño santuario mariano allí – el santuario mariano más antiguo de Estados Unidos.
El domingo antes del Memorial Day, visitamos el santuario, que se llama «Nuestra Señora de La Leche.» Entramos en la pequeña capilla y filmamos con nuestra cámara de vídeo. Luego nos dimos una vuelta por el resto de la misión, contemplando su belleza y significado histórico.
Más tarde esa noche, comenzó a molestarme que mientras yo estuve en el santuario, nunca encendí una vela por mi madre que estaba teniendo un problema con su vista, ni siquiera dije una oración. Así que le pregunté a mi marido (que no es católico) si podríamos volver a la ermita de nuevo antes de partir para Georgia. Él gentilmente accedió. Decidimos no ir hasta el martes, sin embargo, debido a que había un festival en el recinto de la misión, y queríamos ir cuando fuera más pacífico.
Cuando llegamos a la ermita el martes, éramos los únicos allí. Pero cuando fui a la tienda religiosa adyacente al santuario para comprar una vela, un hombre y una mujer entraron en la capilla y se sentaron.
Después volví a la ermita, y cuando estaba encendiendo la vela, el hombre me dijo,
«¿Alguna vez has oído hablar de Medjugorje?»
Procedí a decirles acerca de la medalla que había recibido de un amigo de mi madre y de mi curación. Después de que terminé mi historia, la mujer metió la mano en su bolso y me dio una medalla de oro con una hermosa imagen de la Virgen. Ella me dijo que la medalla era de Medjugorje y que había sido bendecida por la Virgen durante una de sus apariciones.
Luego, el hombre nos dijo sobre el momento en que la Virgen se apareció allí mismo, en el santuario cuando la vidente Vicka estaba de visita. Él nos mostró el rosario que se había tornado en oro, y nos dijo que había visto la danza del sol, y tenía incluso vídeos grabados.
Él me dijo:
«No se sorprenda si su rosario vuelve de oro.»
Entonces él me invitó a rezar el Rosario con ellos, ya que la razón por la que estaban allí era por su grupo de oración semanal. Después del rosario, comentó que era extraño que sólo habían aparecido otras dos personas ese día, cuando por lo general hay 15 o 20.
En retrospectiva, creo que todo era parte del plan de Dios. Si los demás hubieran aparecido, estas personas podrían no haber hablado nunca con nosotros.
Una hora o dos viajando a Fort Benning, mi esposo dijo:
«Saca tu rosario, y mira si se volvió de oro.»
Yo estaba atónita cuando vi que mi rosario se había vuelto de oro. Yo no podía dejar de preguntarme qué le había sucedido.
Después que regresamos de Florida a Georgia, la visión de mi madre estaba mejorando (tal vez debido a las oraciones de nuestro segundo viaje a la ermita), así que empecé a buscar en las peregrinaciones de nuevo. En la Internet, y encontré una peregrinación a Fátima, Lourdes, Medjugorje y Roma que sonaba tentadora. Envié un correo electrónico y le pregunté sobre ella, y una mujer llamada Sandy me envió el número de teléfono de la agencia de viajes.
Como había sospechado, estaba llena. Le escribí a Sandy y le dije que me mantuviera informada de cualquier peregrinación futura. Unos días más tarde, Sandy escribió y me dijo que la agencia de viajes iba a tratar de ver si mi madre y yo podríamos entrar sólo en una parte de la peregrinación. Nunca se me ocurrió que se podía ir en una parte de una peregrinación. Esa tarde, una mujer de la agencia de viajes llamó y me dijo,
«Sandy y el padre Ken nos están presionando para encontrar dos asientos a Medjugorje para usted y su madre».
No podía creer lo que oía. Yo ni siquiera me había comunicado con el Padre Ken. Sabía en mi corazón que íbamos a ir a este viaje, a pesar de que nunca habíamos pensado en ir a Medjugorje en primer lugar. ¿Cómo podía decir que no?
Llamé a mi marido al trabajo y luego a mi madre. Poco después, un hombre de la agencia de viajes llamó y dijo que ya había reservado lugares en los vuelos. Esto fue antes de que yo confirmara nada con la agencia. Lo bueno es que ya había conseguido el pasaporte, porque la peregrinación era sólo dos semanas. Colgué el teléfono preguntándome por qué nos habían hecho reservas en este vuelo. ¿Por qué fuimos invitados a Medjugorje? ¿Qué quiere la Virgen de mí?
En este punto, yo realmente no sabía mucho acerca de Medjugorje, pero sabía, desde la poca lectura que había hecho, los milagros que ocurrieron allí. Fui a Medjugorje esperando ver una gran cantidad de milagros.
Poco después de llegar, el rosario de mi madre se volvió de oro. En numerosas ocasiones, casi todo el mundo en nuestro grupo vio la danza del sol, pero ninguna de nosotras lo hizo. No nos decepcionó, aunque ambas sentimos que estábamos en el borde del cielo, la paz que nos invadió fue indescriptible, y no queríamos salir. Las dos lloramos cuando el autobús se alejó de St. James.
Esta peregrinación ha sido una bendición, pero ¿qué hizo que la Virgen me hiciera este regalo increíble? Aunque yo no me di cuenta en ese momento, el plan comenzó a desarrollarse en nuestro primer día completo en Medjugorje. Cuando fuimos a la casa de la vidente Mirjana a oírla hablar, un hombre que no conocía se me acercó y me preguntó por qué no estaba tomando notas. Él dijo:
«Usted es una maestra. Usted debería tomar notas.»
Le pregunté al hombre cómo sabía que yo era una maestra, y él respondió:
«Yo no lo sé. Se ve como una maestra».
A partir de ahí, tomé notas en cada charla que asistimos.
Cuando volví a casa y le dije mi historia a una mujer en la iglesia, ella me dio una copia del boletín de noticias El Espíritu de Medjugorje, y sugirió que enviara mi testimonio. Yo nunca había oído hablar de El Espíritu de Medjugorje, a pesar de que se había publicado en mi ciudad desde 1987. Envié algunos de mis escritos de las notas que tomé en Medjugorje. Unos días más tarde, la editora, Joan Wieszczyk, llamó y quería conocerme. Ella comenzó a usar mis artículos en casi todos los temas. Volví a Medjugorje el año siguiente y reuní más material para el boletín de noticias, y continué escribiendo.
En 2001, Joan me hizo co-editora y me pidió que asumiera el cargo de editora si algo le pasara a ella. En 2002, sufrió un ataque al corazón y el boletín recayó en mí. Después de su cirugía de corazón, Joan hizo una peregrinación a Medjugorje para orar acerca de su jubilación. Cuando regresó, lo hizo oficial y me convirtió en la editora.
Estoy muy agradecida de que la Virgen me sanara y me invitara a Medjugorje y luego me pidiera que la ayudara a difundir sus mensajes. En mi gratitud, empecé a tratar de vivir los mensajes de la Virgen de la mejor manera que pude. Podría llenar un libro con todas las maravillosas bendiciones que he conseguido en los últimos años. Por supuesto, he tenido mi parte de pruebas, pero las lecciones que he aprendido a través de la Virgen me han ayudado a tratar con ellas.
Una lección importante que he aprendido es que Dios siempre saca lo bueno de lo malo. Por ejemplo, el suicidio de mi suegro fue devastador para nuestra familia, pero se convirtió en un catalizador para mi conversión. El sufrimiento puede hacer que te amargues o mejores. Gracias a la Virgen, me hizo mejor.
Y luego, a través de mis nuevos amigos de Medjugorje, aprendí sobre las misas gregorianas, e hice que se dijeran por mi suegro. Después recibí una señal de que estaba a salvo en casa. ¿No es impresionante? Dios siempre saca lo bueno de lo malo. Siempre estaré agradecida a la Virgen de Medjugorje.
Es un hombre muy bueno. Humilde como un pajarito. Nunca quería zapatos nuevos. Yo lo forzaba, pero mire monseñor…
Contó también que el Papa no usa plantillas como se dijo, sino un apoyo especial en una de las plantas de sus pies.
Las sandalias del pescador son humildes y los zapatos del papa Francisco, más todavía. Se los fabrica Carlos Samaría, un ortopedista, quien cuida los pies del Papa desde hace casi 40 años fabricando sus sencillos zapatos.
«El es un hombre muy bueno. Humilde como un pajarito. Nunca quería que yo le besara el anillo, inclusive cuando fue obispo y luego cardenal. Sí, tira para abajo la mano; y siempre pide rece por mí, en el final del saludo, siempre», contó quien es el responsable de calzar al pontífice desde cuando era cura párroco y director del Colegio Máximo de San Miguel, en las afueras de Buenos Aires.
«El es un hombre que está muy cerca, siempre tocando la miseria humana», contó Samaría en el mismo comedor de una mansión de la calle Montevideo, en Buenos Aires, donde compartió comidas con Bergoglio.
Se emociona a cada rato y los ojos se le llenan de lágrimas de emoción. Junto a la casa que comparte con su esposa, funciona la Ortopedia Alemana, un tradicional centro de atención argentino.
¿Cómo es el Papa?
– Sencillo, sencillo, sencillo. El quiere la capellada así (mueve la mano como alisando el empeine de una horma), los cordones como Dios manda, como era antes, amplios para que pueda mover los pies, porque necesita mover los dedos.
Por eso los zapatos del Papa son humildes y cómodos. Así los prefiere Francisco, como las sandalias de Pedro, el pescador de Galilea, a quien le toca suceder al comando de la barca de la Iglesia.
¿Que sintió al ver sus zapatos, que enfocaban las cámaras de tevé mostrándolos a todo el mundo?
– ¿Al ver los zapatos que hice? (sonríe). Medio me reía, ¡pucha! (palabra de admiración popular en Argentina) mirá, siempre humilde. El se deja acariciar por la dulce humildad en todos lados, viene con el subterráneo, las primeras veces yo lo llevaba de vuelta. Le decía pero antes era un monseñor ahora usted es un cardenal yo lo tengo que llevar. No Samaría, me decía, quédese tranquilo, no pierda tiempo. Bueno, le mando con la ambulancia que lleva a los médicos. Nada, el se va caminando, viene caminando, le gusta andar entre la gente, ir mirar. Hizo una misa en Constitución dos veces para las prostitutas y cartoneros.
Samaría se emociona otra vez. La voz se le quiebra y quiere contar cuan humilde era Bergoglio, ya cardenal y primado de la Argentina. Recordó esas misas en la Plaza Constitución de Buenos Aires, para la gente de la calle y los cartoneros que recolectan residuos para poder sobrevivir. También mencionó que acompañó a Francisco a colocar una imagen de la Virgen Desatanudos, de la cual el Papa es devoto, en una propiedad ubicada a 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
– Le donaron un pedazo de tierra, de 7 u 8 hectáreas y él (Bergoglio) hizo una granja para la recuperación de drogadictos y alcohólicos. Hay como 80 que se atienden allí gratuitamente. Y van sicólogos, médicos y sacerdotes. Tienen otro (centro similar) en Vicente López y Berazategui, relató en referencia a otras localidades del Gran Buenos Aires, un conglomerado de unos 11 millones de habitantes.
El zapatero del Papa tiene 81 años, dos hijos y varios nietos. En su taller guarda, dentro de un sobre blanco el dibujo de la planta de los pies de Francisco. Sobre esa horma dibujada tamaño 42/43 fabricó un par de zapatos negros, con suela de goma «para el invierno» y se los envió a Francisco apenas se enteró de que su amigo era el nuevo Papa.
– Lo conozco desde que era el rector del Colegio Máximo de San Miguel. Entonces comencé haciéndole los zapatos. Cuando lo nombraron obispo, en la ceremonia donde se acuesta él en el piso, se veían los agujeritos en las suelas. Cuando fue cardenal, se puso los mismos zapatos; los quise cambiar y no quiso. Se puso los mismos zapatos, no los nuevos que se había hecho.
– Cuando viajó a Italia (para asistir el Cónclave), le dije: si Usted va a estar allá, yo voy corriendo con los zapatos. No le veía una gran chance, por lógica, dentro de mi pobre apreciación, y cuando me enteré, me puse a llorar como un pibe. Fue un impacto emocional muy fuerte (se emociona otra vez) Pensé el Papa, un amigo, uno se conmueve.
Samaría, quien había preparado unos zapatos nuevos, con suela de goma, para que el entonces Jorge Bergoglio afrontara el invierno porteño, se los envió al Papa por intermedio del obispo auxiliar de Buenos Aires, Jorge García.
– Y puse una carta dentro del zapato, donde expresaba a mis emociones sentimentales, (se acongoja). Discúlpeme lo recuerdo y me emociono.
– Mire monseñor me iría a llevarlos yo, pero supongo que Usted debe tener un cúmulo de tareas que robarle tiempo a Usted es un perjuicio. Le ruego me avise cuando puedo ir, fue el contenido de la misiva de Samaría.
Pensó que el pontífice le enviaría una esquela de saludo.
– Pero me llamó por teléfono (otra vez la emoción) a las siete y media de la mañana. Hola Samaria habla el padre Bergoglio, me dijo y yo medio dormido. Soy Francisco el Papa, me dijo. Y agregó: Recibí su carta, muy linda, le agradezco muchísimo y yo le avisaré más o menos de acá a un mes o mes y medio -que se aplaquen las cosas- cuándo puede venir. No se preocupe, estoy bien con los zapatos, le agradezco los zapatos nuevos.
– Le estoy haciendo unos zapatos nuevos, aunque no me los pida.
Agregó:
– Nunca quería zapatos nuevos. Yo lo forzaba, pero mire monseñor… y el decía No arréglelos que con estos ando bien, un poquitito porque todavía podían tener más uso, eran útiles, y otro poquitito porque el zapato viejo se amolda al pie, es así.
Luego contó que el Papa no usa plantillas como se dijo, sino un apoyo especial en una de las plantas de sus pies. Explicó que se nota un poco
– Cuando Usted lo ve caminar en línea recta, una pequeña claudicación, pero el lugar exacto es algo confidencial.
El zapatero del Papa está feliz con la designación de su amigo. Pero extraña esas tertulias amistosas y frugales,
– monseñor prefería siempre comer algo sencillo, y algún sorbo de vino en el comedor de casa.
Una vez le preparó salmón rosado y Bergoglio se quejó porque se había ‘puesto en gastos’ superfluos para él.
Espera verlo pronto, saludarle en persona, e invitarlo a bendecir una imagen en cerámica de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, de seis metros de altura, que será entronizada en un barrio de la capital del país. La están haciendo especialmente en Cardomus, una casa italiana en la ciudad de Paenza, donde don Carlos estuvo el mes pasado.
Dentro de la Iglesia, existe “el lobby de los gays auto-reprimidos”.
Por un error administrativo de los dominicos cuando le dieron de baja, sigue siendo sacerdote, aunque no incardinado en ninguna diócesis, y confiesa que sigue celebrando misas para la comunidad LGTB. James Alison dice que:
«La homosexualidad es una variante minoritaria, y no patológica, de la condición humana»
«Los que más persiguen a los gays en la Iglesia son gays reprimidos»
James Alison es un teólogo especial. Es inglés pero ha estado muchos años en Latinoamérica, donde sigue actualmente viviendo. Le definen como,
«el sacerdote católico que trata de buscar desde la teología salidas a todo tipo de amor, incluido el amor gay».
Explica el empeño de la Iglesia por definir la homosexualidad como un desorden objetivo debido a que,
«en el momento en que se reconoce que una relación entre dos personas del mismo sexo puede ser buena, se reconoce la posibilidad de que haya actos sexuales de por sí no abiertos a la procreación, y con eso cae toda la moral sexual tradicional».
Sin embargo, opina que el porcentaje de católicos de acuerdo con esta doctrina sexual es muy bajo,
«porque requiere que se considere a los gays como heteros defectuosos».
Es una lástima que no haya hablado y lo le hayan preguntado, por la promoción de la homosexualidad a la fuerza que el lobby gay está llevando adelante en el occidente, la estigmatización de quienes no comparten su estilo de vida gay y el hostigamiento a la religión católica, que al igual que a personas que considera que están en pecado, no les da la comunión, pero nada más.
ENTREVISTA DE JOSE MANUEL VIDAL A JAMES ALISON
Jose manuel Vidal, director de Religión em Libertad, Le hizo uma entrevista a este extraño personaje a contracorriente de La doctrina oficial de la Iglesia, que vale La pena leerlo para conocer lãs argumentaciones que esgrime.
¿Eres un teólogo con obra?
Sí. En inglés tengo por lo menos siete libros publicados, y ahora acaba de salir el octavo, que es todo un curso de introducción a la fe cristiana con DVD además del libro, pensado para que pequeños grupos puedan profundizar en la fe cristiana. Hay tres de mis obras que están traducidas al castellano: «Conocer a Jesús», que fue para el que Pikaza me hizo el favor de escribir el epílogo, otro se llama «El retorno de Abel» y está editado con Herder y es de escatología; y el otro se llama «Una fe más allá del sentimiento», que es mi primer libro en español que trata la cuestión gay.
Siempre digo con mucha insistencia que yo no hago «teología gay». Hago teología católica a partir de una perspectiva gay. Es muy importante hacer esta distinción, porque si no se convierte en una cuestión de gueto.
¿Fuiste dominico?
Sí, hace muchos años. Ahora soy un presbítero vago en cierto sentido. Los dominicos me hicieron el gran favor de que, cuando organizaron el papeleo para la disolución de los votos, no deshicieron nada respecto a mi sacerdocio. Descubrí entonces que según el Derecho Canónico puedo ser sacerdote en buenas condiciones sin estar incardinado, y además apto para la incardinación si hubiera un obispo lo suficientemente loco como para quererme en su diócesis. Es curioso, porque de hecho un alto eclesiástico intentó una vez resolver esta cuestión y no pudo, porque si uno es sacerdote ordinario y no tiene responsable es muy difícil hacer alguna cosa.
A pesar de eso, sigues trabajando como teólogo, misionero y catequista
Sí, a veces celebro, pero siempre en lugares donde no cause escándalo. Si estoy de retiro, por ejemplo, o para la comunidad LGTB. Porque si todo el mundo es «irregular», ya no hay escándalo.
¿Has asumido como objetivo de tu vida el intentar dar salida dentro de la Iglesia y de la teología católica la realidad de la homosexualidad?
Espero no causar sorpresa, pero lo cierto es que yo me identifico mucho con una cosa que hizo Ratzinger y que me pareció muy interesante: recuperar el sentido en que la fe cristiana es buena nueva. Y esto significa excavar en el hueco de los escombros del moralismo de los últimos dos o tres siglos, para intentar recuperar algo del frescor del Evangelio, y no del pensamiento moralista de sacrificio, que ha parecido normal en la fe cristiana hasta recientemente, tanto del lado protestante como del lado católico. y por supuesto, el salir de este «mundo de escombros moralistas» afecta tanto a la gente gay como a la gente heterosexual. Es parte del mismo proceso.
¿O sea que estás pidiendo un cambio en la doctrina moral y sexual de la Iglesia?
No, lo que estoy buscando es un nuevo paradigma para entender la fe, la salvación, la caridad y la naturaleza… regresando a un paradigma mucho más antiguo, de una ortodoxia completa. Por eso no significa cambiar la doctrina porque me parezca inconveniente, sino que si lo que dijo Jesús es cierto, ¿cómo se explica esta miseria de trampas moralistas en las que nos hemos metido? ¡Porque es tan evidente que así no fue al comienzo! De hecho yo me considero radicalmente conservador, y no al contrario.
La Iglesia protestante alemana acaba de firmar un documento en el que reconoce que existen formas diferentes de familia. ¿Crees que es un ejemplo de que comienza a haber ciertos cambios en ese sentido?
Sí, la Iglesia protestante ha reconocido la homosexualidad de manera explícita, y en la Iglesia católica también ha habido cambios ya. La cuestión gay no creo que sea algo sumamente difícil de aceptar por los fieles católicos, sino por el estamento clerical católico. Por lo que se ha visto en sondeos realizados a nivel mundial, en los países de mayoría católica el porcentaje de población católica que percibe con buenos ojos la normalidad de sus amigos o parientes gays es hasta mayor que el promedio de la sociedad.
¿Es decir, que quien se escandaliza es el clero, no el pueblo?
Ustedes mismos lo han visto aquí en su país, que aprobó la ley de matrimonio igualitario, y si me acuerdo bien un 60 o 70% de la población estaba perfectamente tranquila con esto. En cambio, los obispos no, y ahí está el problema. A diferencia de otras cuestiones de tipo moral como el aborto, por ejemplo, en torno a la cuestión gay el pueblo no está alineado con los obispos. Las dos cuestiones no tienen nada que ver una con la otra, pero la diferencia radica en que la convivencia les dice que eso de pensar que os gays son gente «objetivamente desordenada» a estas alturas del juego no tiene ni pies ni cabeza.
La definición oficial que impera en esta cuestión fue acuñada en 1986 (es decir, muy recientemente) en un documento del Vaticano que decía:
«Aunque la inclinación homosexual no es en sí un pecado, supone una tendencia más o menos fuerte a actos intrínsecamente malos, y por eso debe considerarse objetivamente desordenada».
Ésta es la lógica eclesiástica, que sigue insistiendo en que no hay buenos actos homosexuales, y que por tanto define a las personas gays como objetivamente desordenadas. Una analogía sería la anorexia, que es una patología del deseo. Sin embargo, si uno tratara la anorexia como si fuera una naturaleza que no requiere cuidados, la tendencia sería a la autodestrucción. La anorexia es un desorden alimenticio, y la posición oficial en torno a la homosexualidad la identifica con algo parecido, con un desorden. Y esto es muy diferente de encuadrar la homosexualidad con las personas zurdas. Es decir, los zurdos son una variante minoritaria de los seres humanos, no una patología. La anorexia es una patología. Pero para sostener que todos los actos homosexuales son malos, la Iglesia debe mantener que la homosexualidad es una patología.
Muchos obispos les dirían a los homosexuales que ellos no tienen nada en contra de la homosexualidad, que somos todos hermanos etc… pero al mismo tiempo les obligarían a abstenerse de todos los actos que consideran intrínsecamente malos, como si pudiera hacerse una distinción.
En ese sentido, el Vaticano es más honesto, porque sabe muy bien que si quiere decir que los actos homosexuales son malos, tiene que concluir que la homosexualidad es un desorden objetivo. Y a estas alturas del siglo XXI vale la pena preguntarse si será verdad.
¿Qué dicen los científicos al respecto?
Los científicos (y no estamos hablando sólo de «ciencias blandas» como la psicología, sino de química, endocrinología y neurología, etc.) que han estudiado las hormonas intrauterinas, la configuración neuronal etc., dicen que la homosexualidad es una variante minoritaria, y no patológica, de la condición humana. O sea, mucho más parecido a ser zurdo que a ser anoréxico.
Es frecuente la pregunta de si el homosexual nace o se hace
Es una mezcla de las dos cosas, pero más bien de nacimiento. Lo más probable es que sea una cuestión intrauterina, aunque las investigaciones sobre este tema aún están comenzando (porque hará tan sólo 30 o 40 años desde que se pudo comenzar a investigar esta cuestión sin que se tratase como moralista). Pero los avances en la neurociencia apuntan a que nadie que no fuera gay al nacer se va a hacer gay después.
Eso invalida la tesis que sostienen algunas personas sobre que es una cuestión de vicio
Exactamente. Toda la tendencia anterior consistía en tratar el asunto como si fuera una patología o un vicio, y esto era una cuestión cultural, no sólo eclesiástica. Únicamente en los últimos 50 años se ha comenzado a mirar a los gays con un ojo más científico, preguntándose qué es lo que hace que estas personas sean diferentes, en vez de pensando que están haciendo maldades y que hay que castigarles.
Esa dinámica de revisión que sí se ve en la sociedad civil, ¿a la Iglesia le cuesta más?
Mucho más.
¿Hay gente que sigue diciendo que la homosexualidad es reversible?
Sí, e infelizmente tienen que seguir diciéndolo, si quieren mantener la posición actual de la Iglesia. Es una ciencia «concordista», como los geólogos del siglo XIX que querían mantener que la composición de la tierra concordaba con el relato de la Creación en su sentido precientífico, y que buscaban infelices manera de demostrar cómo supuestamente la ciencia y la realidad se ajustaban a las enseñanzas eclesiásticas.
Una de las cosas que más reprocha la gente a la jerarquía es la doble moral, es decir, que dentro de la institución hay muchos homosexuales (aunque no todos lo reconocen)
Claro, pero no pueden reconocerlo.
Sin embargo, el propio Papa acaba de denunciar que en el Vaticano hay un lobby gay
Bueno, creo que la palabra denunciar no describe bien la intención de las declaraciones del Papa, que lo que hizo fue reconocerlo con un tono de buen humor. Al menos de la forma en que nos ha llegado la información, parecería que fueron frases sueltas dichas con esa soltura que ya sabemos que forma parte del estilo del Papa. Y gracias a Dios, porque eso significa que esta Papa tiene un estilo mucho más de tertulia y de conversación.
Ahora, cuando el tema del lobby gay se oye en boca de altos eclesiásticos, suele significar dos cosas. La primera es que llaman lobby a toda pretensión científica de indicar que la realidad no es tal cual dice el Vaticano (por ejemplo, cualquier persona que sugiriera que tal vez estamos ante una variante minoritaria no patológica), y que supuestamente ejercería presión (como parte del «poderoso e influyente lobby gay») contra aquellos otros científicos que mantienen la «línea dura» de pretendida cientificidad respecto a la cuestión homosexual, y que aunque actualmente sólo son una minoría de psiquiatras, es suficiente para que la jerarquía eclesiástica se aferre a su propia lógica. A estas alturas del juego esto suena un poco paranoico, porque los gays serán muy malos, pero, ¿quién cree que son tan poderosos? Por tanto, en este caso la palabra «lobby gay» se usa para referirse a gente que no está dentro de la cúpula del Vaticano, sino fuera. El otro uso salió a la luz a raíz de la investigación que hicieron tres cardenales mayores de 80 años, quienes dejaron un mamotreto de dossier para Ratzinger o para su sucesor, y que entre los varios temas investigados incluían la cuestión de un supuesto lobby gay.
Ahora, nadie que ha visitado el Vaticano tiene la menor duda de que hay una fuerte presencia del sector gay en el Vaticano. Es evidente, y por amigos de amigos todo el mundo más o menos se conoce. Lo que también se ve es que el mundo romano es un mundo donde la regla moral es evitar el escándalo, y por tanto, con tal de que no trascienda nadie se preocupa mucho por estas cuestiones. Y esto no supone sólo una doble moral, sino una manera de vivir ya muy anticuada. Gran parte del problema, a mi modo de ver, es que el mundo moderno y ese mundo anticuado no conviven juntos. Y mientras que en el mundo moderno la transparencia y la honestidad son cada vez más normales, el mundo anticuado es monosexual, masculino, y se sigue rigiendo por la regla básica de «con tal de que no lo cuentes, da igual lo que hagas».
¿Esa regla en la sociedad civil ya no se puede sostener?
No. Desde principio del siglo XX, influenciado por Freud y por otros autores, todo el mundo comprendió la importancia de poder sincerarse en esta materia, de poder hablar más o menos honestamente de qué se es y qué se hace en materia sexual. Y actualmente parecer ser un fenómeno global, más «popularizado» en Occidente, y que hace una fortísima presión sobre las sociedades que han querido mantener su «escudo sagrado» sobre un código al cual se obedecía pero que no se cumplía.
¿El «escudo sagrado» de la Iglesia se podría venir abajo si se reconociera la libertad sexual?
Esto va a ser una prueba muy fuerte para el Papa Francisco. Una prueba en la cual yo le deseo todo lo mejor, porque no dudo que va a ser doloroso, difícil y sobre todo muy costoso, porque hay muchísima presión de la propia gente que vive en el Vaticano, del clero en general. Cuando confesar la homosexualidad tan sólo significaría ser honesto.
¿Tener que estar ocultando la propia sexualidad no supone una esquizofrenia vital?
Sí, es una esquizofrenia, que tiene consecuencias psicológicas muy duras pero a la que uno se acostumbra. Y esto abre todo un mundo de chantaje, porque si nadie puede ser honesto pero todo el mundo sabe lo que hacen los otros, imagínate los juegos de chantaje que se pueden hacer. Es evidente, y no estamos hablando sólo de una cosa eclesiástica. Si los gobiernos norteamericano y británico en los años 50 y 60 resolvieron esta cuestión respecto a sus propias sociedades, sus propias burocracias, sus propios servicios de inteligencia etc., fue precisamente porque el asunto del chantaje resultaba ser peor que la cuestión de la homosexualidad.
¿O sea que la Iglesia debería hacer lo mismo, aunque fuera por pragmatismo?
Sería más pragmático, sí, pero el caso es que si se reconoce la homosexualidad y se vive honestamente (se tenga o no pareja), se tiene que reconocer también que una relación gay puede tener buenas consecuencias. Esto no obliga a nadie a seguirlas, pero en el momento en que se reconoce que una relación entre dos personas del mismo sexo puede ser buena, se reconoce la posibilidad de que haya actos sexuales de por sí no abiertos a la procreación que también son buenos, y con eso cae toda la moral heterosexual tradicional. Porque la moral tradicional depende de que todo el mundo sea intrínsecamente heterosexual, y de que sólo exista una forma sexual que pueda ser buena.
¿Es decir, que si la Iglesia aceptara la homosexualidad se haría necesaria una revisión de toda su moral sexual tradicional, desde los cimientos?
Sí, pero es una revisión que ya se ha hecho. Lo que pasa es que a estos señores les cuesta reconocerlo.
¿O sea que a nivel de praxis ya se está viviendo, pero falta la aceptación en la doctrina?
¿Qué porcentaje de fieles está de acuerdo en la práctica con la Humanae Vitae? Poquísimos. Y es fácil de imaginarse que el porcentaje de fieles gays de acuerdo con esa doctrina es menor aún, porque requiere que se les considere como heteros defectuosos para mantenerse.
¿La Iglesia provoca dolor debido a esta situación?
Muchísimo, porque la Iglesia intenta decir que la voz de Dios no te está diciendo lo que la voz de Dios te está diciendo. Todo joven gay que mantiene la fe (porque por supuesto, al escuchar las barrabasadas que salen de la boca de alguno de nuestros altos jerarcas, muchos quedan sencillamente escandalizados y abandonan) tiene que pasar por el proceso de superar el escándalo de distinguir entre la voz de Jesús (que le dice que le ama, que quiere acompañarle y que quiere vivir con él) y la voz de la Iglesia, que hace la vista gorda mientras que no cuentes lo que eres. Y para cualquier persona esto es un proceso de crecimiento espiritual doloroso.
¿Piensas que para un seminarista, un novicio o un sacerdote con vocación religiosa, ocultar su homosexualidad supondría negarse a sí mismos, o a parte de sí mismos?
Es un caso especialmente duro, y en el que se ve muy bien el doble mensaje que da la institución eclesiástica, pues mientras por un lado mantiene un discurso homófono, por el otro (al menos en muchos países del mundo) da acceso totalmente libre a seminaristas o novicios de índole claramente gay, y les induce a vivir una doble vida, basada en el «hazlo, no lo hagas». Dos órdenes contradictorias al mismo tiempo te paralizan. Un cura gay, por ejemplo, piensa que tiene que decir la verdad porque mentir es contrario al Evangelio; pero al mismo tiempo sabe que si dice la verdad, está fuera. Les dicen que exijan transparencia en todo, pero ellos mismos no pueden ser transparentes.
¿Cómo has conseguido tú mismo encajar en tu vida personal esta situación de doblez?
Bueno, más o menos catastróficamente, a trancas y barrancas. Gracias a Dios tuve unas experiencias muy fuertes en el pasado, hace ya muchos años, que me permitieron ver la absoluta diferencia entre lo que es de Dios en esta materia, y lo que por el contrario son los mecanismos humanos de creación de enemigos innecesarios.
¿Has pasado por distintas etapas (de pena, de indignación, de dolor…) respecto a la Iglesia?
Sí. A estas alturas del juego yo considero un privilegio enorme poder vivir y hablar de esta realidad tranquilamente, aun siendo un fiel y un sacerdote católico, sin que esto sea ya un asunto de rabia. Porque la rabia destroza a uno mismo, no a los demás. Lo que más me ha indignado en el pasado no ha sido la violencia de la gente mala, sino el silencio de los buenos. Esto es lo que duele: la gente buena, la gente moderada y la gente inteligente (que la hay), sabe que la situación es insostenible pero guarda silencio, prefiere no decir nada.
¿Ves salida a esta situación?
Sí, no sé cómo se va a dar, pero veo salida por la necesidad de la honestidad, que es una regla cada vez más imperativa. El Papa Francisco podría recurrir a las armas sagradas, es decir, regresar a las soluciones del tipo: «Si existe lobby gay, vamos a hacer una caza de brujas». El problema de esto es que, si bien daría placer a algunos de la línea dura durante determinado tiempo, no funcionaría. Y no funcionaría porque los que harían la caza de brujas serían típicamente gays encorsetados. Los que más persiguen a los gays en la Iglesia son gays encorsetados. A los heteros no les importa tanto, no les parece tan interesante para ellos, no se preocupan del mismo modo que los propios gays encubiertos.
¿O sea que los que más persiguen y despotrican son, en el fondo, homosexuales reprimidos?
O reprimidos, o que saben muy bien qué juego tienen que jugar para hacer carrera en ciertas cosas. No hay engaño: ante la necesidad persistente de atacar a los gays, suele haber homosexualidad reprimida.
¿No crees que Francisco tomará esta primera salida?
Ojalá que no, porque no resuelve nada. Sólo lo aplaza.
La segunda salida es mucho más delicada, pero es la salida de la adultez. Consiste en reconocer que existe un problema grave que tiene consecuencias en todos los ámbitos de la vida (porque una vez que sueltas uno de los tornillos del escudo sagrado, tiene consecuencias a todos los niveles). ¿Cuántos sacerdotes hay cuyos votos o promesas de celibato no son nulos? Porque fueron hechos bajo falsa conciencia. Tuvieron que decir que creían en una caracterización de sí mismos para poder emitir un voto que no era cierto. Imagínate las consecuencias canónicas de esto. Entonces, ¿de qué manera se las va a ingeniar para conseguir que empiece a haber una cierta transparencia en la discusión? Probablemente lo máximo que puede hacer es instar a las congregaciones romanas a que por lo menos concedan la posibilidad de que se hable de esto abiertamente. Porque este asunto no va a desaparecer.
Porque el Pueblo de Dios no es el problema. El Pueblo de Dios está muy avanzando a este respecto. La dificultad está en que esto se pueda hablar en el mundo clerical. Y esto significa que hay un lobby gay fortísimo dentro de la Iglesia, y que ha dominado el gallinero en los últimos años: el lobby de los gays auto-reprimidos. Porque ellos son los que más necesidad psicológica tienen de mantener las cosas como están, lo que les permite mantener cierta noción antigüita de bondad, además de mantener claramente el sistema.
¿Te ha causado ilusión la llegada de Francisco? ¿Crees que puede traer aire fresco a la Iglesia?
Sin duda. Y es un alivio percibir que el asunto de la homosexualidad no es muy importante para él. Mientras más heteros tengamos en lugares importantes de la Iglesia, más fácilmente se va a resolver la cuestión homosexual, porque tradicionalmente los problemas los hace la gente con muchas complicaciones internas. Parece que no es un gran problema para el Papa Francisco, y que es capaz de tratarlo con cierto humor y con cierta distancia, y eso es buena señal.
¿Crees que va a conseguir hacer reformas?
Si se deja guiar por aquello en lo que nos ha insistido hasta ahora (regresar a Jesús y al Evangelio), claro que conseguirá las reformas, porque eso significa que otras cuestiones que son también un poco barrocas ya de por sí van a perder importancia.
¿Le van a dejar?
Bueno, hay que rezar por ello. Depende de las agresiones que sufra. El Papa es un alto funcionario de una gran burocracia, y como todas las instituciones, los grandes aparatos burocráticos tienen sus formas de defenderse y protegerse, además de cooptar a sus miembros para que se comporten de determinadas maneras.
No podemos pensar en Francisco como una especie de salvador venido de fuera para remediar una situación insoportable. Francisco es un hombre eclesiástico que ha vivido sus últimos 76 años dentro de la misma institución, y ojalá que con su frescor y su capacidad personal de tomar decisiones con tiempo y de escoger gente con buen juicio para rodearse, resulte mejor que los Papas pasados. Juan Pablo II tenía muchas cualidades, pero no precisamente con la gente que le rodeaba. Y en definitiva, creo que la cuestión gay es de mucha más envergadura (tanto para abrirse como para cerrarse) de lo que podría hacer una sola persona.
Hasta ahora estoy encantado con Francisco, pero no creo que haya que atribuirle poderes divinos.
¿Podría desilusionarnos de alguna manera?
Claro, porque las expectativas son altas. Hay mucha ilusión, y yo estoy muy agradecido por el trabajo que realizó usted, junto a sus compañeros de Religión Digital, destapando una gran ansiedad por una Iglesia más fresca. Es un alivio poder regresar al Vaticano II sin tendencias barroquizantes y clericalizantes.
¿Se está rompiendo el miedo en la Iglesia?
No sólo el miedo. Nos estamos dando cuenta de que el sentido de todo esto es ser cristiano, no entrar en infinitas discusiones sobre la hermenéutica de la continuidad o si el Papa se debe vestir con la mitra de Pío IX. Estas cosas, a fin de cuentas, son estrambóticas.
Creo que Francisco tiene un don de gentes excelente, y la capacidad de no tomarse demasiado en serio, lo cual es una característica importantísima.
Karol Wojtyla fue un santo y será canonizado este año.
Quien fuera secretario personal de Juan Pablo II por 40 años, Stanislaw Dziwisz, rememora al próximo Santo y se congratula que así sea.
Dziwisz también escribió un libro sobre estos 40 anos, Una vida con Karol, donde recuerda aquel intento fallido de impartir la bendición Urbi et Orbi pocos días antes de morir, que se nos aparece con una carga emotiva aún más dramática, cuando leemos que Juan Pablo II se había preparado con sumo cuidado para la ceremonia. Pero finalmente no pudo hacerlo: le falló la voz, se quedó sin fuerzas. Entonces dio paso a la resignación: «Hágase tu voluntad… Totus tuus».
HABÍA ALGO MÁS EN ÉL
Pasé casi cuarenta años junto a un santo, trabajando a su lado en Cracovia y el Vaticano. Me preguntaron varias veces cuando Juan Pablo II se convirtió en un santo. Creo que se ha convertido desde su juventud. Karol Wojtyla era un tipo normal, fuerte y sensible, lleno de energía y entusiasmo por la vida. Pero desde el principio había en él algo «más».
No es fácil de descifrar este misterio, pero no hay duda de que el centro de la existencia de Karol Wojty?a fue Dios, Jesucristo, fue su primer y gran amor. Y allí permaneció fiel hasta el final. Hasta el último aliento. La fidelidad en el amor manifestado en la oración y el servicio. Karol Wojty?a mantuvo un diálogo con su Creador y Redentor. Nos reunimos con él, sobre todo en el santuario de su corazón. Además, se solicitó a la creación, en la belleza de la naturaleza, pero sobre todo en los hombres. Eran legendarias sus vacaciones con los jóvenes, más allá de los lagos y las montañas.
La profundidad de la contemplación del futuro Papa dio el fruto de su celo en el servicio a la Iglesia.Fue puesto a disposición de Jesús. Y Jesús, conociendo sus cualidades de mente y corazón, le confió cada vez más responsabilidad hasta memorable 16 de octubre 1978. Desde ese día, la santidad del Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal comenzó a hacerse visible para todo el mundo.
UN MAESTRO
Juan Pablo II tuvo que ampliar el tamaño de su corazón, para hacer lugar a todas las naciones, culturas y lenguas. Todo el mundo pudo verlo sumido en oración, con fervor proclamar la palabra de Dios, celebrar la Eucaristía con la mayor atención, enriquecer a la Iglesia con sus enseñanzas, ir en peregrinación a los rincones más lejanos de la tierra. La gente amaba a Juan Pablo II. Estaba fascinada por su personalidad, su humanidad. Vio la presencia de Dios.
Incluso el joven, sensible a la belleza, a la bondad y a la verdad, encuentró en Juan Pablo II un maestro. Que le enseñó la autenticidad de la vida. Era un maestro exigente. En la vida siempre apuntado alto y tenía la valentía de proponer al otro los más altos ideales de amor y servicio. El ideal de la santidad.
TEMPLADO POR EL SUFRIMIENTO
La santidad de Juan Pablo II también se manifestó a través del sufrimiento. Dios puso a prueba el oro en el crisol. Aceptó el sufrimiento con humildad y sumisión a la voluntad de Dios, con la Iglesia que Él compartió la experiencia del sufrimiento personal en un espíritu de fe. Sus palabras sobre el sentido del sufrimiento, su dimensión salvífica, fueron las palabras auténticas, que él mismo experimentó. 13 de mayo 1981, en la Plaza de San Pedro estuvo cerca de martirio. Dios le salvó la vida porque debía introducir a la Iglesia en el tercer milenio del cristianismo, para que nos ayudara a todos a «despegar».
Solemos contemplar las imágenes de aquella visita del Papa a Alí Agcá en la cárcel de Rebibbia como prueba de la redención del segundo ante el amor y el perdón del primero; pero don Stanislaw nos aparta un poco de esa impresión un tanto idílica. Agcá era un asesino profesional que sabía muy bien lo que hacía, y cuando apuntó y disparó no le cabía duda de que el Papa moriría. De hecho, su primera pregunta cuando éste fue a visitarle fue:
«¿Por qué no está usted muerto?».
Agcá no encontraba explicación racional al hecho de que su víctima siguiera viviendo; es más, estaba angustiado, obsesionado por la existencia de fuerzas poderosas que lo superaban, que él no conocía y que habían impedido que las cosas siguieran su curso. Ahora podían vengarse de él. «La diosa de Fátima», como él decía.
El criminal quería hablar con el Papa, sí, pero sólo para sonsacarle sobre esas «fuerzas» que le atemorizaban. Nunca jamás le pidió perdón. Cinco veces en cuatro páginas repite don Stanislaw, con dolor e indignación, que Agcá jamás pidió perdón a Juan Pablo II.
UN PAPA DE ESCALA MUNDIAL
Dice Stanislaw que estuve al lado de Juan Pablo II la mayoría de su servicio sacerdotal en la Iglesia. Y fue testigo todos los días de su oración y su trabajo, su descanso y su sufrimiento, sus viajes y sus muchas reuniones con la gente.
La santidad de Juan Pablo II era sencilla, humilde y servicial. Vivió para Dios y para llevar a otros a Dios, vio y escuchó a millones, estaba en boca de todo el mundo, aplaudido y criticado, convirtiéndose en un signo de contradicción como defensor de la vida y la dignidad humana.
Contribuyó a la caída de los sistemas totalitarios y a la apertura de muchas puertas a Cristo. Lo hizo con fuerza extraordinaria. Era un gigante de la fe. Un espíritu poderoso.
GRACIAS POR SU BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN
Damos las gracias a Benedicto XVI por haber iniciado el proceso de beatificación y canonización de Juan Pablo II, unos meses después de su muerte. Estamos muy agradecidos por la beatificación de hace dos años. Hoy damos gracias al Santo Padre Francisco por su decisión de la canonización del Beato Juan Pablo II. Este será el último sello de autenticidad de la santidad de este Papa, que llegó a Roma desde Polonia, «de un país lejano.»
Durante el funeral de Juan Pablo II, el 8 de abril de 2005, el momento más difícil para mí fue que cubrir con un paño de cara del difunto Pontífice. Esa cara tan cercana, tan amable, tan humana. Hoy estoy encantado por el hecho de que a partir de ahora en toda la Iglesia tendrá el rostro de un nuevo santo, St. John Paul II.
Elena Artoli, una italiana que tenía malformación arterio venosa en el cerebro, incurable, mejoró como nunca ha sido registrado por un paciente en el mundo, luego de peregrinar a Medjugorje. Sin embargo para ella, su renovación espirituales el mayor milagro y el regalo que recibió.
Elena Artioli nació el 19 de enero de 1982 en Ferrara, Italia. A los 16 años le diagnosticaron una enfermedad grave de la sangre AVM o MAV (Malformación Arterio Venosa) en el cerebro que no desaparece o disminuye. El especialista le dijo a Elena de no realizar una cirugía. En lugar de eso se fue a Medjugorje, y se convirtió en el primer paciente del mundo cuya MAV disminuye sin tratamiento
La malformación arteriovenosa cerebral es casi tan mala como parece. Es una enfermedad de los vasos sanguíneos dentro del cerebro cuyo tamaño no disminuye, pero sólo permanece igual o aumenta.
La única excepción a esto en el mundo es Elena Artioli de Bologna, Italia. Ella se convirtió en la excepción después de que ella se fue a Medjugorje.
La chica italiana tenía 16 años en 1998, cuando los problemas recurrentes a la vista la llevó a ser diagnosticada con malformación cerebral arteriovenosa (MAV) en la parte trasera región frontal izquierda, de 3 centímetros de dimensión.
La MAV es una conexión anormal entre las arterias y las venas en el cerebro. Los problemas más frecuentes son dolores de cabeza y convulsiones. Otros síntomas comunes son un ruido pulsante en la cabeza, debilidad progresiva, entumecimiento y cambios en la visión y dolor debilitante e insoportable.
«A partir de ese momento, mi vida cambió por completo. Yo estaba viviendo en el miedo, en la angustia, en el desconocimiento, en la tristeza y en la angustia diaria de lo que podría ocurrir en cualquier momento», Elena Artioli dice en su testimonio en Guarda Con Me, el blog del fotógrafo de ??Medjugorje Daniel Miot.
En los casos graves de MAV, hay ruptura de los vasos sanguíneos y hay sangrado dentro del cerebro. Los síntomas del sangrado incluyen la pérdida de la conciencia, repentino y fuerte dolor de cabeza, náuseas, vómitos, incontinencia y visión borrosa.
Deficiencias causadas por daño local del tejido cerebral en el sitio del sangrado también son posibles, incluyendo convulsiones, debilidad de un solo lado, una pérdida de sensación táctil en un lado del cuerpo, y deficiencias en el procesamiento del lenguaje.
Elena Artioli recorrió Italia buscando al experto que podía darle la confianza y las respuestas que necesitaba. Después de varias decepciones, lo encontró en el Dr. Edoardo Boccardi, el neurólogo jefe del departamento de neuroradiología del Hospital Niguarda de Milán, y un experto de carácter internacional en el campo.
«Me dijo que en ese momento él no llevaría a cabo la cirugía ni ningún tipo de terapia, ya que era una zona demasiado grande y demasiado delgada para tratar con radiocirugía. Podría seguir con mi vida con la mayor calma posible – sin embargo, tenía que evitar cualquier actividad que pudiera provocar un aumento de la presión cerebral«, Elena Artioli dice.
«Gracias a Dios, los resultados de mis resonancias magnéticas, sistemáticamente tomadas cada año en Milán, no observaron diferencias significativas en el tiempo. La última MRI se remonta al 21 de abril de 2007, para ser exactos».
LA TRANSFORMACIÓN Y LA CURACIÓN EN MEDJUGORJE
Hacía más de cuatro años desde el último chequeo médico de Elena Artioli cuando ella permitió que una amiga cercana y compañera de trabajo la convenciera de ir a Medjugorje. Su amiga había descrito el lugar como un destino de serenidad interior y una gran paz.
«Eso era lo que necesitaba en ese momento. Y así, con mucha curiosidad y un poco de escepticismo, llegué el 2 de agosto de 2011 con mi madre para el Festival de Jóvenes de Medjugorje», dice Elena Artioli.
«Viví 4 días de intensas emociones. Estuve muy cerca de la fe y en oración. Los ascensos de los dos montes, especialmente el Monte de la Cruz donde mis ojos se llenaron de lágrimas por sorpresa después de una oración, son lugares de profunda paz, alegría y serenidad interior – precisamente aquellas sensaciones a las que mi amiga hacía referencia continuamente, y que me costaba creer».
Aunque Elena Artioli había orado mucho en Medjugorje, ella no pidió nada para sí misma.
«Fue como si algo» entrara «adentro de ti que no estaba pidiendo. Recé mucho, pero no pude pedir nada, porque yo siempre pensé que había gente que tenía precedencia y prioridad frente a mí, y en comparación con mis problemas», dijo.
«Regresé a casa, con un cambio profundo en mi espíritu, con alegría en los ojos y serenidad en mi corazón. Tuve la oportunidad de hacer frente a los problemas cotidianos con un espíritu y energía diferentes. La oración se convirtió en una necesidad diaria – me hace sentir mejor«.
CHECK-UP REVELA MEJORÍA ÚNICA
Con el tiempo, Elena Artioli tuvo la conciencia de haber recibido una gracia inusual. Ella encontró el valor y decidió, después de cinco años, reservar para su prueba habitual en Milán, fijada para el 16 de abril 2012.
«Después de la resonancia magnética, me fui con el examen para mi médico. Comparando con el último estudio de hacía 5 años, hubo una marcada reducción en el tamaño del nido vascular y una reducción general en el calibre del drenaje venoso«, testifica Elena Artioli.
«El encuentro con el médico, todavía en la incredulidad, mostró que el tamaño del nido vascular fue de aproximadamente 1 centímetro, y de que es prácticamente imposible que un MAV se reduzca espontáneamente, sin ningún tipo de tratamiento. Mi médico dice que yo soy su primer caso de esto en toda su vasta experiencia profesional, incluso en el extranjero. Una MAV generalmente crece o permanece del mismo tamaño».
Y aún entonces, Elena Artioli considera que su renovación espiritual es un regalo aún más grande que su curación física:
«La sanidad física es sin duda algo visible, tangible y realmente una gran cosa, pero reconozco más la curación espiritual interior, el camino de la conversión, la serenidad y la fuerza que ahora tengo. No tiene precio y no se puede comparar«, dice.
«Sólo hoy puedo afirmar con alegría y serenidad, que todo lo que me pueda pasar en el futuro, lo voy a asumir con un espíritu diferente, con más tranquilidad y coraje y con menos miedo, porque no me sentiré sola, y lo que se me ha dado es algo que es realmente importante».
«Estoy viviendo mi vida con mayor profundidad. Cada día es un regalo«.
Fuentes: Medjugorje Today, Guarda Con Me, Signos de estos Tiempos
[SdeT] El que sigue es el testimonio del escritor católico Michael H. Brown, sobre como se le apareció en una visión el arcángel Miguel para eneseñarle como batallar con el demonio, y a partir de ese momento volvió a la Iglesia y a comulgar diariamente.
Era el otoño de 1983. Lo mejor que puedo recordar, era septiembre. No sé la fecha exacta. Sería interesante si hubiera sido el día 29. No lleve un diario. Pero yo no lo necesité para recordar los detalles.
En ese momento, yo estaba transitando por la «vía rápida», la buena vida de Nueva York. Aunque nacido en Cataratas del Niágara, yo había ido a Fordham, una universidad jesuita de El Bronx, y me había trasladado a Upper East Side de Manhattan después de un breve paso como reportero de un periódico, en el que había estado involucrado en el descubrimiento de un famoso residuo tóxico en el Love Canal. Esto había impulsado mi carrera como escritor, y en ese momento estaba trabajando en un libro sobre la Mafia.
Como ya he dicho, estaba en la vía rápida, y además de mi investigación sobre el crimen organizado, también había escrito libros sobre los escándalos de desechos tóxicos, y (muy estúpidamente) sobre los fenómenos psíquicos y las casas encantadas. De hecho, acababa de «investigar» una supuesta casa «embrujada» (en realidad estaba infestada de demonios) en la sección de Chelsea de Manhattan.
De todos modos, yo era un escritor de 31 años de edad, haciendo lo que siempre había aspirado a hacer: escribir, aparecer en la televisión nacional, dar conferencias en las universidades por honorarios altos, lo que genera el dinero suficiente para vivir en un lugar de lujo y comer en los cafés lujosos todas las noches de la semana. Era lo que podríamos llamar un «soltero graduado». Admiraba a gente como Hugh Hefner. No estoy orgulloso de ello. No era una persona malvada, pero ciertamente no era buena, y un viernes por la noche de septiembre, después de llegar a casa antes de lo habitual, me quedé dormido y me despierté de un sueño increíble.
En el sueño yo estaba en una cama que era como una camilla de hospital, y era en mi hall de entrada frente a la puerta de mi apartamento del piso 12. A mi alrededor había tres o cuatro espíritus con sus manos sobre mí, dos a cada lado, como si estuvieran rezando. No se me permitía mirar directamente a ellos, pero yo tenía la impresión de que eran delgados como un lápiz, figuras de luz que podían aparecer en cualquier forma que ellos quisieran. Estaban hablando lo que parecía ser una lengua antigua. «¿Quién eres tú?» le pregunté al de mi izquierda, que parecía estar a cargo.
«Mi nombre es Miguel», dijo esta entidad (por falta de un término mejor) «¡Ahora mira» señaló hacia la puerta, y en la puerta, vi la cosa más espantosa de mi vida: el rostro del diablo o al menos, un demonio mayor, con vida, burlón, lleno de un odio que nunca había visto antes, tanto que no lo puedo describir adecuadamente.
Me desperté bañado en sudor. Caminé un rato, probablemente fumé un cigarrillo en ese entonces. Miré por la ventana. Los últimos de los rezagados iban dejando los cafés de la Tercera Avenida. Era probablemente entre 3 y las 4 a.m.
Finalmente volví a dormir, pero inmediatamente caí en el mismo sueño. No parecía como un sueño, era más una visión. Continuó donde lo había dejado. «Te lo dije, mira,» dijo el que se había llamado a si mismo Miguel. «Ahora digo ‘Desaparece'»
Yo nunca podría imitar el poder detrás de esas palabras. Instantaneamente sus palabras habían hecho que la cara horrible del mal en la puerta, con mejillas ahuecadas y perilla puntiaguda, desapareciera.
No tuve el valor o la fe para hacer lo que él dijo. En lugar de eso me desperté y esta vez fue el momento más aterrorizante de mi vida. Era mucho más aterrador que cualquier cosa de las casas encantadas o que la Mafia se me viniera encima. Probablemente estuve cerca de una hora fumando, con ganas de llamar a alguien. Pero, ¿a quién iba a llamar?. En ese momento dos de mis mejores amigos eran reporteros de The New York Times, que a efectos prácticos significaba que eran ateos.
Por último, me veo obligado a dormir y el sueño de nuevo continuó donde lo había dejado. El que se llamaba Miguel me dijo de nuevo que dijera, «Desaparece». De alguna manera, me vino la fe. Tomé el ¡coraje! Cuando la cara horrible se materializó, levanté mi mano derecha y grité: «¡desaparece!»
De repente y para mi sorpresa el rostro desapareció y lo mismo hicieron los ángeles, me levanté de la «camilla» y caminé hacia la puerta. Cuando lo hice pude ver que donde la cara había estado era ahora un juego de llaves. Cuando las tomé y miré la etiqueta indicaba la dirección de esa casa embrujada en Chelsea.
Yo había estado rozando el mal de muchas maneras, y ahora el diablo estaba a mi puerta.
Esto fue parte de mi regreso a Cristo. Yo no había ido a la iglesia con regularidad desde la escuela secundaria, pero ahora volví. ¡Los hice! Alrededor de este tiempo comencé a comulgar diariamente. Fue casi al instante. Hubo otras experiencias. Volví a través de ambos al catolicismo (una iglesia en la calle 90 llamada Nuestra Señora del Buen Consejo), y también a través de un grupo de los pentecostales, evangélicos y carismáticos en el Lower East Side. Y volví de gran manera. Aunque sé que hay quienes cuestionan toda la experiencia, pero fue una realidad y el demonio se fue. Creo que eran ángeles, porque después me enteré de que mi madre había invocado a San Miguel Arcángel y me había comprado una estatua de él (la que hoy en día está al lado de mi cama).
Como ya he dicho, esto me ayudó a volver a Cristo, y comenzar un viaje lejos del periodismo secular y a escribir libros espirituales. Eventualmente, también a liderar el sitio web Spirit Daily.
El Arcángel Miguel me salvó, como él había ayudado a Daniel (Daniel 10:13), aquel para quien yo había sido nominado, el que lucha incansablemente contra Lucifer, el que lo echó para siempre en el final (Apocalipsis 12:7), el que no tiene miedo como nosotros tenemos en momentos en que debemos enfrentar la cara del diablo y hacerlo desaparecer de nuestra cultura con la misma orden, la misma insistencia con la que Miguel habló una vez, con la misma valentía y fuerza, como cuando, echó fuera a Satanás, que pretendía el trono, el ángel le gritó con una voz de un poder superior, que ahora resuena en todo el mundo: «¿Quién es como Dios?»