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Los significativos comentarios de Francisco sobre los divorciados vueltos a casar

Benedicto XVI y Francisco en busca de una solución.

 

Los comentarios de Francisco sobre los divorciados podrían ser más importantes que cualquier otra cosa que dijo en el avión ante los periodistas de regreso de la JMJ de Río.

 

 

Francisco, al igual que Benedicto XVI, está preocupado por este problema y buscan una solución jurídica al asunto de las segundas uniones.

En la conferencia de prensa con los periodistas en el avión de vuelta desde Río Francisco dijo las siguientes palabras sobre el tema de los sacramentos a los divorciados y vueltos a casar, que bien pueden ser muy importantes, no han atraído muchos comentarios.

Las palabras de especial interés son los siguientes:

En cuanto el problema de la comunión a las personas en segunda unión -porque los divorciados sí pueden hacer la comunión-, creo que esto es necesario mirarlo en la totalidad de la pastoral matrimonial. Esto es un problema. 

Pero abro un paréntesis: los ortodoxos tienen una praxis diferente, ellos siguen la teología de la economía, hacen una segunda posibilidad y cierro paréntesis. Creo que este problema hay que estudiarlo en el marco de la pastoral matrimonial. Y por eso uno de los temas a consultar con estos 8 del consejo de cardenales, que nos reuniremos el 1, 2, 3 de octubre, es cómo seguir adelante en la pastoral matrimonial.  

Y otra segunda cosa, estuvo conmigo hace pocos días el secretario del sínodo de obispos, para el tema del próximo sínodo, es un tema antropológico, pero hablando y hablando vimos que este tema antropológico hay que tratarlo en la pastoral matrimonial profunda. Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial profunda, es un problema y hay tantos problemas.  

Les digo una: mi antecesor, el cardenal Quarracino decía que la mitad de los matrimonios eran nulos porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta de que es por toda la vida, quizás se casan por motivos sociales… y esto entra en la pastoral matrimonial.  

Y también el problema judicial de la nulidad de matrimonios también eso debemos revisar porque los tribunales eclesiásticos no bastan para eso. Es complejo el problema de la pastoral matrimonial.

Esto es mucho más revolucionario que todo lo que el Santo Padre tenía que decir sobre el caso de Monseñor Ricca y los homosexuales, que tuvo mucha más prensa. Es interesante notar que algo ya está en marcha con respecto a los que están en segunda unión: el Papa ha pedido al Consejo de Cardenales para discutirlo en octubre, y el Sínodo de los Obispos se va a enfrentar el problema, así, parece.

En la actualidad, a los que están en segundas uniones se les dice que no pueden recibir la Santa Comunión. Pero mucha gente lo hace sin tenerlo en cuenta, al igual que muchas otras personas que viven en uniones irregulares.

Este segundo grupo – los que viven juntos sin estar casados ??entre sí canónicamente, o incluso en lo civil – representan un grupo significativo. Y una duda es si no han pasado numéricamente a los divorciados y vueltos a casar.

El verdadero problema al que nos enfrentamos es en este: ¿en realidad la gente no quiere casarse más, o siente la necesidad de casarse?

Este no es el caso en todas partes, pero en algunos países la cohabitación sin la bendición de la Iglesia o del Estado es la norma.

En la actualidad, la normativa actual sobre el matrimonio y las segundas uniones hacen hincapié en que el «primer» matrimonio es en realidad el único matrimonio y que casarse es un paso muy importante, de hecho irrevocable.

Sin embargo la realidad es que  ha causado sufrimiento a los de segunda unión, especialmente los que son la partes inocente, y es esta preocupación que le lleva a Francisco a plantear el tema.

LOS PASOS DE BENEDICTO XVI

Benedicto XVI en la audiencia a la Rota Romana a fines del 2012, pidió a los jueces eclesiásticos y “rotales” “más reflexiones” sobre la falta de fe de los esposos como posible causa de nulidad del matrimonio.

No pretendo sugerir –precisó– ningún automatismo fácil entre la carencia de fe y la invalidez de la unión matrimonial, sino más bien indicar que tal carencia puede, aunque no necesariamente, herir incluso los bienes del matrimonio.

No es la primera vez que el Pontífice afronta este argumento. En julio de 2005, mientras se encontraba de vacaciones en Les Combes, respondió a una pregunta relacionada mientras hablaba con unos sacerdotes del lugar.

Ninguno de nosotros –dijo– tiene una receta ya lista, sobre todo porque las situaciones siempre son diferentes. Me parece particularmente dolorosa la situación de todos los que se casaron en la Iglesia, pero que no eran verdaderamente creyentes y lo hicieron por tradición, y después, al encontrarse en un nuevo matrimonio no válido, se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento. Este es verdaderamente un sufrimiento grande y cuando fui Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe invité a diferentes Conferencias Episcopales y a especialistas a que estudiaran este problema: un sacramento celebrado sin fe. Si fuera posible encontrar, realmente, un momento de invalidez porque al sacramento le faltaba una dimensión fundamental, no osaría decirlo. Yo, personalmente, lo creía, pero de las discusiones que hemos tenido al respecto entendí que el problema es muy difícil y que todavía debe ser analizado profundamente. Pero, dada la situación de sufrimiento de estas personas, hay que analizarlo.

En 1972, como teólogo, Joseph Ratzinger había indicado los límites de las demostraciones procesales que declaran la nulidad matrimonial. Como cardenal arzobispo de Mónaco, durante el Sínodo sobre la familia de 1980, Ratzinger escribió a los agentes pastorales de su diócesis:

El Sínodo indica como una categoría aparte a todos los que han llegado a la motivada convicción de consciencia, con respecto a su primer matrimonio, aunque no sea posible la prueba judicial a su favor. En un caso semejante se puede, evitando el escándalo, conceder la autorización para recibir la comunión.

En octubre del año siguiente, con una carta a “The Tablet”, Ratzinger rectificó las interpretaciones demasiado aperturistas de sus palabras, explicando que en 1972 había hablado como teólogo y que entonces, como Prefecto del ex Santo Oficio, creía que la solución de la consciencia del individuo era impracticable, dado que el matrimonio no es un acto privado y tiene repercusiones en la vida del cónyuge, de los hijos, de la sociedad civil y eclesial. Pero también en aquella ocasión concluyó diciendo que en algunos casos excepcionalmente raros se podía recurrir a la Penitenciaría apostólica después del fracaso de los procesos canónicos.

Ratzinger volvió a hablar sobre el argumento en el libro-entrevista del periodista Peter Seewald, “La sal de la tierra” (1997). Afirmó que:

En un futuro se podría incluso llegar a una constatación extrajudicial de la nulidad del matrimonio. Esta podría, tal vez, ser constatada por los que tienen la responsabilidad pastoral en el lugar.

Una apertura sobre la posibilidad de que la última palabra sobre la nulidad matrimonial recaiga en el obispo, con una mayor atención a cada una de las situaciones, y no solo en los tribunales eclesiásticos.

En fin, en 1999, en la instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la pastoral de los divorciados que se han vuelto a casar, que insistía en la exclusión de la comunión sacramental, Ratzinger observó:

Debería aclararse si verdaderamente cada matrimonio entre dos bautizados es ipso facto un matrimonio sacramental. La fe pertenece a la esencia del sacramento.

Este último argumento va en la línea de lo que expresó Francisco.

Fuentes: Catholic Herald, Radio Amanecer, Signos de estos Tiempos 

 

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Salió a luz la encíclica “Lumen Fidei”, escrita por los dos papas

Del papa Francisco y el papa Emérito Benedicto XVI.

 

Se publicó como estaba previsto la encíclica “Lumen Fidei”, La Luz de la Fe, escrita a 4 manos entre Francisco y Benedicto XVI.  Es la primera encíclica firmada por el Papa Francisco y se suma a las encíclicas de Benedicto XVI sobre la caridad y la esperanza y asume el «valioso trabajo» realizado por el Papa emérito, que ya había «prácticamente completado» la encíclica sobre la fe. A este «primera redacción» el Santo Padre Francisco agrega ahora «algunas aportaciones».

 

ITALY-VATICAN-POPE-FRANCIS-BENEDICT XVI

 

Publicamos a continuación una amplia síntesis “Lumen Fidei”, publicada hoy, 5 de julio de 2013 y fechada el 29 de junio del mismo año.

LA INTRODUCCIÓN (NO. 1-7) DE LA LF ILUSTRA LOS MOTIVOS EN QUE SE BASA EL DOCUMENTO

En primer lugar, recuperar el carácter de luz propio de la fe, capaz de iluminar toda la existencia del hombre, de ayudarlo a distinguir el bien del mal, sobre todo en una época como la moderna, en la que el creer se opone al buscar y la fe es vista como una ilusión, un salto al vacío que impide la libertad del hombre. En segundo lugar, la LF – justo en el Año de la Fe, 50 años después del Concilio Vaticano II, un «Concilio sobre la Fe» – quiere reavivar la percepción de la amplitud de los horizontes que la fe abre para confesarla en la unidad y la integridad. La fe, de hecho, no es un presupuesto que hay que dar por descontado, sino un don de Dios que debe ser alimentado y fortalecido. «Quien cree ve», escribe el Papa, porque la luz de la fe viene de Dios y es capaz de iluminar toda la existencia del hombre: procede del pasado, de la memoria de la vida de Jesús, pero también viene del futuro porque nos abre vastos horizontes.

EL PRIMER CAPÍTULO (8-22): HEMOS CREÍDO EN EL AMOR (1 JN 4, 16)

En referencia a la figura bíblica de Abraham, la fe en este capítulo se explica como «escucha» de la Palabra de Dios, «llamada» a salir del aislamiento de su propio yo , para abrirse a una nueva vida y «promesa» del futuro, que hace posible la continuidad de nuestro camino en el tiempo, uniéndose así fuertemente a la esperanza. La fe también se caracteriza por la «paternidad», porque el Dios que nos llama no es un Dios extraño, sino que es Dios Padre, la fuente de bondad que es el origen de todo y sostiene todo. En la historia de Israel, lo contrario de la fe es la idolatría, que dispersa al hombre en la multiplicidad de sus deseos y lo «desintegra en los múltiples instantes de su historia», negándole la espera del tiempo de la promesa. Por el contrario, la fe es confiarse al amor misericordioso de Dios, que siempre acoge y perdona, que endereza «lo torcido de nuestra historia», es disponibilidad a dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios «es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación.» (n. 14) Y aquí está la «paradoja» de la fe: el volverse constantemente al Señor hace que el hombre sea estable, y lo aleja de los ídolos.

La LF se detiene, después, en la figura de Jesús, el mediador que nos abre a una verdad más grande que nosotros, una manifestación del amor de Dios que es el fundamento de la fe «precisamente en la contemplación de la muerte de Jesús la fe se refuerza», porque Él revela su inquebrantable amor por el hombre. También en cuanto resucitado Cristo es «testigo fiable», «digno de fe”, a través del cual Dios actúa realmente en la historia y determina el destino final. Pero hay «otro aspecto decisivo» de la fe en Jesús: «La participación en su modo de ver». La fe, en efecto, no sólo mira a Jesús, sino que también ve desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos. Usando una analogía, el Papa explica que, como en la vida diaria, confiamos en «la gente que sabe las cosas mejor que nosotros» – el arquitecto, el farmacéutico, el abogado – también en la fe necesitamos a alguien que sea fiable y experto en «las cosas de Dios» y Jesús es «aquel que nos explica a Dios.» Por esta razón, creemos a Jesús cuando aceptamos su Palabra, y creemos en Jesús cuando lo acogemos en nuestras vidas y nos confiamos a él. Su encarnación, de hecho, hace que la fe no nos separe de la realidad, sino que nos permite captar su significado más profundo. Gracias a la fe, el hombre se salva, porque se abre a un Amor que lo precede y lo transforma desde su interior. Y esta es la acción propia del Espíritu Santo: «El cristiano puede tener los ojos de Jesús, sus sentimientos, su condición filial, porque se le hace partícipe de su Amor, que es el Espíritu» (n. 21). Fuera de la presencia del Espíritu, es imposible confesar al Señor. Por lo tanto, «la existencia creyente se convierte en existencia eclesial», porque la fe se confiesa dentro del cuerpo de la Iglesia, como «comunión real de los creyentes.» Los cristianos son «uno» sin perder su individualidad y en el servicio a los demás cada uno gana su propio ser. Por eso, «la fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva», sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio.

EL SEGUNDO CAPÍTULO (23-36): SI NO CREÉIS, NO COMPRENDERÉIS (IS 07, 09)

El Papa demuestra la estrecha relación entre fe y verdad, la verdad fiable de Dios, su presencia fiel en la historia. «La fe, sin verdad, no salva – escribe el Papa – Se queda en una bella fábula, la proyección de nuestros deseos de felicidad.» Y hoy, debido a la «crisis de verdad en que nos encontramos», es más necesario que nunca subrayar esta conexión, porque la cultura contemporánea tiende a aceptar solo la verdad tecnológica, lo que el hombre puede construir y medir con la ciencia y lo que es «verdad porque funciona», o las verdades del individuo, válidas solo para uno mismo y no al servicio del bien común. Hoy se mira con recelo la «verdad grande, la verdad que explica la vida personal y social en su conjunto», porque se la asocia erróneamente a las verdades exigidas por los regímenes totalitarios del siglo XX. Esto, sin embargo, implica el «gran olvido en nuestro mundo contemporáneo», que – en beneficio del relativismo y temiendo el fanatismo – olvida la pregunta sobre la verdad, sobre el origen de todo, la pregunta sobre Dios. La LF subraya el vínculo entre fe y amor, entendido no como «un sentimiento que va y viene», sino como el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da nuevos ojos para ver la realidad. Si, pues, la fe está ligada a la verdad y al amor, entonces «amor y verdad no se pueden separar», porque sólo el verdadero amor resiste la prueba del tiempo y se convierte en fuente de conocimiento. Y puesto que el conocimiento de la fe nace del amor fiel de Dios, «verdad y fidelidad van juntos». La verdad que nos abre la fe es una verdad centrada en el encuentro con el Cristo encarnado, que, viniendo entre nosotros, nos ha tocado y nos ha dado su gracia, transformando nuestros corazones.

Aquí el Papa abre una amplia reflexión sobre el «diálogo entre fe y razón», sobre la verdad en el mundo de hoy, donde a menudo viene reducida a la «autenticidad subjetiva», porque la verdad común da miedo, se identifica con la imposición intransigente de los totalitarismo. En cambio, si la verdad es la del amor de Dios, entonces no se impone con la violencia, no aplasta al individuo. Por esta razón, la fe no es intransigente, el creyente no es arrogante. Por el contrario, la verdad vuelve humildes y conduce a la convivencia y el respeto del otro. De ello se desprende que la fe lleva al diálogo en todos los ámbitos: en el campo de la ciencia, ya que despierta el sentido crítico y amplía los horizontes de la razón, invitándonos a mirar con asombro la Creación; en el encuentro interreligioso, en el que el cristianismo ofrece su contribución; en el diálogo con los no creyentes que no dejan de buscar, que «intentan vivir como si Dios existiese», porque «Dios es luminoso, y se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón». «Quién se pone en camino para practicar el bien – afirma el Papa – se acerca a Dios». Por último, la LF habla de la teología y afirma que es imposible sin la fe, porque Dios no es un mero «objeto», sino que es Sujeto que se hace conocer. La teología es participación del conocimiento que Dios tiene de sí mismo; se desprende que debe ponerse al servicio de la fe de los cristianos y que el Magisterio de la Iglesia no es un límite a la libertad teológica, sino un elemento constitutivo porque garantiza el contacto con la fuente original, con la Palabra de Cristo.

EL TERCER CAPÍTULO (37-49): TRANSMITO LO QUE HE RECIBIDO (1 CO 15, 03)

Todo el capítulo se centra en la importancia de la evangelización: quien se ha abierto al amor de Dios, no puede retener este regalo para sí mismo, escribe el Papa: La luz de Jesús resplandece sobre el rostro de los cristianos y así se difunde, se transmite bajo la forma del contacto, como una llama que se enciende de la otra, y pasa de generación en generación, a través de la cadena ininterrumpida de testigos de la fe. Esto comporta el vínculo entre fe y memoria, porque el amor de Dios mantiene unidos todos los tiempos y nos hace contemporáneos a Jesús. Por otra parte, se hace «imposible creer cada uno por su cuenta», porque la fe no es «una opción individual», sino que abre el yo al «nosotros» y se da siempre «dentro de la comunión de la Iglesia». Por esta razón, «quien cree nunca está solo»: porque descubre que los espacios de su «yo» se amplían y generan nuevas relaciones que enriquecen la vida.

Hay, sin embargo, un «medio particular» por el que la fe se puede transmitir: son los Sacramentos, en los que se comunica «una memoria encarnada.» El Papa cita en primer lugar el Bautismo – tanto de niños como de adultos, en la forma del catecumenado – que nos recuerda que la fe no es obra del individuo aislado, un acto que se puede cumplir solos, sino que debe ser recibida, en comunión eclesial . «Nadie se bautiza a sí mismo», dice la LF. Además, como el niño que tiene que ser bautizado no puede profesar la fe él solo, sino que debe ser apoyado por los padres y por los padrinos, se sigue «la importancia de la sinergia entre la Iglesia y la familia en la transmisión de la fe.» En segundo lugar, la Encíclica cita la Eucaristía, «precioso alimento para la fe», «acto de memoria, actualización del misterio» y que «conduce del mundo visible al invisible,» enseñándonos a ver la profundidad de lo real. El Papa recuerda después la confesión de la fe, el Credo, en el que el creyente no sólo confiesa la fe, sino que se ve implicado en la verdad que confiesa; la oración, el Padre Nuestro, con el que el cristiano comienza a ver con los ojos de Cristo; el Decálogo, entendido no como «un conjunto de preceptos negativos», sino como «un conjunto de indicaciones concretas» para entrar en diálogo con Dios, «dejándose abrazar por su misericordia», «camino de la gratitud» hacia la plenitud de la comunión con Dios . Por último, el Papa subraya que la fe es una porque uno es «el Dios conocido y confesado», porque se dirige al único Señor, que nos da la «unidad de visión» y «es compartida por toda la Iglesia, que forma un solo cuerpo y un solo Espíritu». Dado, pues, que la fe es una sola, entonces tiene que ser confesada en toda su pureza e integridad, «la unidad de la fe es la unidad de la Iglesia»; quitar algo a la fe es quitar algo a la verdad de la comunión. Además, ya que la unidad de la fe es la de un organismo vivo, puede asimilar en sí todo lo que encuentra, demostrando ser universal, católica, capaz de iluminar y llevar a su mejor expresión todo el cosmos y toda la historia. Esta unidad está garantizada por la sucesión apostólica.

EL CAPÍTULO CUARTO (N. 50-60): DIOS PREPARA UNA CIUDAD PARA ELLOS (HB 11, 16)

Este capítulo explica la relación entre la fe y el bien común, lo que conduce a la formación de un lugar donde el hombre puede vivir junto con los demás. La fe, que nace del amor de Dios, hace fuertes los lazos entre los hombres y se pone al servicio concreto de la justicia, el derecho y la paz. Es por esto que no nos aleja del mundo y no es ajena al compromiso concreto del hombre contemporáneo. Por el contrario, sin el amor fiable de Dios, la unidad entre todos los hombres estaría basada únicamente en la utilidad, el interés o el miedo. La fe, en cambio, capta el fundamento último de las relaciones humanas, su destino definitivo en Dios, y las pone al servicio del bien común. La fe «es un bien para todos, un bien común», no sirve únicamente para construir el más allá, sino que ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con esperanza.

La encíclica se centra, después, en los ámbitos iluminados por la fe: en primer lugar, la familia fundada en el matrimonio, entendido como unión estable de un hombre y una mujer. Nace del reconocimiento y de la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual y, fundada sobre el amor en Cristo, promete «un amor para siempre» y reconoce el amor creador que lleva a generar hijos. Después los jóvenes: aquí el Papa cita las Jornadas Mundiales de la Juventud, en las que los jóvenes muestran «la alegría de la fe» y el compromiso de vivirla de un modo firme y generoso. «Los jóvenes aspiran a una vida grande – escribe el Papa -. El encuentro con Cristo da una esperanza sólida que no defrauda. La fe no es un refugio para personas pusilánimes, sino que ensancha la vida». Y en todas las relaciones sociales: haciéndonos hijos de Dios, de hecho, la fe da un nuevo significado a la fraternidad universal entre los hombres, que no es mera igualdad, sino la experiencia de la paternidad de Dios, comprensión de la dignidad única de la persona singular. Otra área es la de la naturaleza: la fe nos ayuda a respetarla, a «buscar modelos de desarrollo que no se basen únicamente en la utilidad y el provecho, sino que consideren la creación como un don»; nos enseña a encontrar las formas justas de gobierno, en las que la autoridad viene de Dios y está al servicio del bien común; nos ofrece la posibilidad del perdón que lleva a superar los conflictos. «Cuando la fe se apaga, se corre el riesgo de que los fundamentos de la vida se debiliten con ella», escribe el Papa, y si hiciéramos desaparecer la fe en Dios de nuestras ciudades, se debilitaría la confianza entre nosotros y quedaríamos unidos sólo por el miedo. Por esta razón no debemos avergonzarnos de confesar públicamente a Dios, porque la fe ilumina la vida social. Otro ámbito iluminado por la fe es el del sufrimiento y la muerte: el cristiano sabe que el sufrimiento no puede ser eliminado, pero que le puede dar sentido, puede convertirlo en acto de amor, de entrega confiada en las manos de Dios, que no nos abandona, y ser así «etapa de crecimiento en la fe y el amor». Al hombre que sufre, Dios no le da un racionamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que acompaña, que abre un un resquicio de luz en la oscuridad. En este sentido, la fe está unida a la esperanza. Y aquí el Papa hace un llamamiento: «No nos dejemos robar la esperanza, no permitamos que la banalicen con soluciones y propuestas inmediatas que obstruyen el camino.»

CONCLUSIÓN (N º 58-60): BIENAVENTURADA LA QUE HA CREÍDO (LC 1, 45)

Al final de la LF, el Papa nos invita a mirar a María, «icono perfecto» de la fe, porque, como Madre de Jesús, ha concebido «fe y alegría.» A Ella se alza la oración del Papa para que ayude la fe del hombre, nos recuerde que aquellos que creen nunca están solos, y que nos enseñe a mirar con los ojos de Jesús.

Puede leerse la encíclica completa y bajarse en este link

Fuentes: VIS News, Signos de estos Tiempos

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El inusual ecumenismo del Papa Prancisco

Distinto al de Benedicto XVI.

 

El ecumenismo que sostiene Francisco es el del diálogo y de los encuentros, sin que cada uno se aleje de la denominación donde comenzó y se crió.

 

papa francisco y primado welby

 

Él piensa que cada iglesia tiene un perfil y una cultura especial que enriquece al conjunto y que se debería mantener, por eso considera al Ordinariato Anglicano en la Iglesia Católica innecesario.

Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa, George David, un sacerdote anglicano, rector de la Catedral anglicana San Juan de Buenos Aires, se regocijó. Y confió su entusiasmo a un comentario sobre la revista católica Criterio, ver aquí.

También se mostró entusiasmado Greg Venables, obispo anglicano de Argentina, que ha confiado su reflexión a las páginas inglesas del Telegraph, ver aquí. Y así, como explicó David que

«todo el tiempo cuando era arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio apoyó la reconciliación entre las diferentes tradiciones cristianas en un espíritu de humildad y respeto,»

Venables le confió al Daily Telegraph que el Cardenal le había criticado a él personalmente el Ordinariato anglicano de la Iglesia Católica, porque – explicó –

«no habría necesidad de que los anglicanos que quieren tener mejores relaciones con sus homólogos católicos abandonen su Iglesia.»

También hubo un debate sobre el fondo en la reunión entre el primado anglicano Justin Welby y Papa Francesco. El discurso del Papa Francisco también tuvo un toque personal del Papa:

«Estoy muy agradecido, por el sincero esfuerzo que la Iglesia de Inglaterra ha demostrado para comprender las razones que llevaron a mi predecesor, el Papa Benedicto XVI, para ofrecer una estructura canónica capaz de responder a las demandas de los grupos de anglicanos que han pedido ser recibidos corporativamente en la Iglesia Católica: Estoy seguro de que esto permitirá entender y apreciar mejor en el mundo católico las tradiciones espirituales, litúrgicas y pastorales que componen el patrimonio anglicano».

El ecumenismo de Bergoglio es un ecumenismo hecho de encuentros, gran apertura y poca formalidad. Una característica muy apreciada en América del Sur, donde el sacerdote es percibido como algo distante de la sociedad, e incluso el cardenal algo divorciado de la realidad.

También es cierto que la situación de los anglicanos en Argentina es diferente de la que se percibe en Europa. Argentina se encuentra en la Provincia Anglicana del Cono Sur, que tiene una característica peculiar: es una de las mayores provincias anglicanas por extensión y una de las más pequeñas en el número de miembros: son cerca de 30.000, con 300 congregaciones. Argentina es entonces un territorio en el que el diálogo ecuménico e interreligioso está muy desarrollado, es practicamente natural. Y el modelo de Bergoglio es el de un diálogo en el que nadie se sienta incómodo.

Más que un modelo, un estilo de vida. Por lo tanto, en lugar de una estructura como el ordinariato anglicano que de alguna manera le da una estructura paraguas a los que quieran convertir, Jorge Mario Bergoglio pensaba en su lugar, buscar la unidad ecuménica en la cual nadie debe salir de la «casa» donde se crió.

El obispo Venables ha dicho claramente al Telegraph:

«Una vez – dijo – Bergoglio me invitó a desayunar con él y me dijo muy claramente que el Ordinariato anglicano era totalmente innecesario, y que la Iglesia nos necesita como anglicanos».

También en la Iglesia Luterana, el Papa Francesco puede confiar en un amigo de confianza. Primero fue sacerdote católico, ahora es un pastor luterano. Su nombre es Manuel Acuña, y se le conoce por muchos como el exorcista de confianza de Bergoglio. Entrenado en Tierra Santa, parece que Bergoglio enviaría extraoficialmente a los fieles que llamen a su puerta en busca de ayuda, porque para poder recibir el permiso del Vaticano para proceder a un exorcismo llevaría demasiado tiempo. Él prefiere no hablar de ello, y no niega que él ha ayudado a la Iglesia Católica Argentina para resolver los casos más urgentes. Con cerca de 500 demonios expulsados en su curriculum, fue nombrado embajador protestante ante la Santa Sede, donde llegó llevando la cruz pectoral que le regaló el Papa

Dijeron que estuvo orando con el Papa Francesco  media hora por la unidad de los cristianos, como más tarde contó en la audiencia general toda dedicada al ecumenismo.

En el año de los cinco patriarcas, ¿el estilo de Bergoglio será capaz de hacer un gran avance en el diálogo ecuménico?

Fuentes: Korazym, Signos de estos Tiempos

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Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Papa Signos extraordinarios de la Iglesia

¿Qué tantas diferencias hay entre Benedicto XVI y el papa Francisco?

Algunos dicen que hay diferencias de estilo y otros de sustancia.
El sábado pasado Francisco asombró a todos al no concurrir a un concierto de música clásica en el Aula Pablo VI del Vaticano, y Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo organizador, se vio obligado a anunciar que el Papa no podía asistir por “empeños urgentes e impostergables”. Estas una diferencia con Benedicto XVI, que a muchos les lleva a interrogarse en estos 100 primeros días del pontificado ¿de que grado son las diferencias entre Benedicto y Francisco? ¿Son de estilo o algo más profundo?

 

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A los ojos de muchas personas fuera de la iglesia – y aun de algunos dentro de ella – la llegada del Papa Francisco a la cátedra de San Pedro parece haber comenzado nada menos que una revolución. Incluso el propio Francisco, en su discurso ante la diócesis de Roma, dijo que los cristianos no sólo pueden, sino que deben, ser «revolucionarios».

Ahora, a 100 días de su pontificado, el debate se está gestando en Roma sobre si Francisco ha establecido un curso muy diferente de su predecesor, o si las diferencias visibles en el estilo y la personalidad entre Francisco y Benedicto XVI enmascaran una continuidad profunda teológica e ideológica.

Una cosa es segura. Todos los lamentos sobre la posible dificultad de tener dos papas que viven sólo metros de distancia ha desaparecido.

Hasta ahora, Benedicto XVI ha mantenido su promesa de vivir «oculto del mundo» en el retiro, mientras que Francisco demostró rápidamente que hay poco riesgo de que él fuera eclipsado por su predecesor.

UN CAMBIO EN EL ESTILO Y SUSTANCIA

Aquellos que ven una ruptura significativa entre los dos papas puntualizan lo que Francisco ha dicho, cómo lo dice y lo que es más importante, lo que no ha dicho. Bajo el nuevo Papa, los temas que dominaron el papado de Benedicto XVI se han minimizado, marginado o apenas se mencionado en absoluto.

Celebrando la Misa del «Evangelio de la Vida» en la Plaza de San Pedro, el Papa argentino definió la misión de la iglesia como proteger la vida, pero en un manera diferente de lo que sus dos predecesores lo habrían hecho.

«Vivir en Dios nos hace libres. Digamos ‘sí’ al amor y no el egoísmo. Digamos ‘sí’ a la vida y no a la muerte. Digamos ‘sí’ a la libertad y no a la esclavitud de los muchos ídolos de nuestro tiempo», dijo. No mencionó palabras como «aborto» o «no nacido», ni tampoco fueron aludidas.

Luigi Accattoli, veterano analista del Vaticano del periódico italiano Corriere della Sera, ve una «nueva forma de ser Papa» en el ex cardenal Jorge Bergoglio: «Francisco no arremete contra las leyes que violan los ‘valores no negociables’« como el Vaticano generalmente clasifica a los temas como la protección de la vida o el matrimonio.

Mientras los obispos franceses organizaron manifestaciones masivas en contra de una ley que legalizó el matrimonio gay, Francisco eludió cualquier mención de ello, incluso durante una reciente reunión con legisladores franceses.

Lo que es más, Francisco ha adoptado un perfil mucho más bajo frente al papado, evitando los zapatos rojos de Benedicto XVI, las capas de armiño y los apartamentos papales, optando por un estilo de vida más simple, que lo encuentra durmiendo en una casa de huéspedes del Vaticano y con zapatos negros simples debajo de su blanca sotana papal.

CONTINUANDO EL TRABAJO DE SU PREDECESOR

Sin embargo, aquellos que reconocen una continuidad entre Benito y Francisco dicen que esas señales son insignificantes.

Francisco ha anunciado que su primera encíclica será, de hecho, escrita «a cuatro manos», es decir, junto con su predecesor. Benedicto, que casi había terminado el texto antes de su renuncia, y el nuevo Papa dijo que estará encantado de completarlo.

Por otra parte, según el comentarista vaticano Sandro Magister, el enfoque de Francisco sobre la pobreza en la iglesia sigue un curso establecido por Benedicto XVI en un discurso durante su visita de 2011 a Alemania.

«Una vez liberado de cargas y privilegios materiales y políticos, la iglesia puede llegar mejor y de manera verdaderamente cristiana al mundo entero, puede estar verdaderamente abierta al mundo», dijo Benedicto XVI en ese momento.

Un viejo amigo y confidente del Papa alemán informó recientemente que Benedicto XVI dijo que «desde el punto de vista teológico», él y Francisco «están perfectamente de acuerdo». Esa opinión es compartida incluso por algunos liberales dentro de la iglesia, que suelen decir a los medios de Benedicto, que como severo conservador perdió el núcleo de sus enseñanzas.

«Tal vez haya menos discontinuidad entre estos dos papas que lo que la prensa nos quiere hacer creer. Mucho de lo que está haciendo Francisco puede ser visto como un intento de poner la carne y la sangre en una teología que Benedicto ya tenía al menos en parte articulada», dijo Fr. Timothy Radcliffe, un ex jefe de los Dominicos, en una entrevista reciente.

De hecho, un concepto popular de Internet coloca a Francisco como la conclusión lógica de sus dos predecesores en la articulación de la fe cristiana. Juan Pablo II cristalizó la esencia de la esperanza, Benedicto trabajó sobrela fe, y ahora Francisco lanza el foco de atención a la caridad.

«ÉL NO ES UN CATÓLICO LIBERAL»

John Thavis, un ex jefe de la oficina de Roma de Catholic News Service y comentarista frecuente del Vaticano, dijo que «hay una enorme continuidad entre los papas», que dice que hace «incluso hace que las pequeñas diferencias se destaquen».

Tanto Francisco como Benito, por supuesto, quieren lo mismo: llevar a la gente a «comprender y aceptar» las enseñanzas de la Iglesia, incluso cuando los pronunciamientos sobre el aborto o el matrimonio homosexual van en contra de la cultura popular, dijo. Pero ellos van sobre el punto de una manera muy diferente.

«Benedicto XVI tiende a ver estas cuestiones en términos de guerra cultural, como parte de un esfuerzo político para mantener la voz de la iglesia fuera de los asuntos públicos. Francisco, al menos hasta ahora, se enmarca más en términos de la conciencia humana luchando contra la poderosa fuerza de la egoísmo«, dijo Thavis.

Para Massimo Faggioli, un historiador de la Iglesia en la Universidad de St. Thomas en St. Paul, Minnesota, la iglesia católica mundial de hoy es como un gran buque de carga.

«Para cambiar de rumbo, que requiere mucho tiempo y fuerza« dijo, «y al principio la gente no se da cuenta porque un Papa debe actuar gradualmente y poco a poco».

Una razón por la que algunos católicos pueden no querer admitirlo – o ver – los muchos cambios en el trono es que tienen miedo de que cualquier admisión de cambio puede dar lugar a solicitudes aún más fuertes para el cambio o reforma en temas como el casamiento de los sacerdotes, la homosexualidad o el divorcio.

«Sería ilusorio esperar un cambio radical de Francisco», dijo Faggioli. «Él no es un católico liberal, sino un ‘católico social’, con la vieja y la nueva mezcla de una manera mucho más compleja que el simple eje ‘progresista conservador’».

Fuentes: National Catholic Reporter, Signos de estos Tiempos

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Comienza la reivindicación de la “teología de la liberación” en la Iglesia

La alegría del “cese al fuego”.
Esta semana el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CdF), Gerhard Müller, declaró que la Teología de la Liberación «debe ser considerada, según mi parecer, entre las corrientes más significativas de la teología católica del siglo XX», manifestación que tiene un claro valor político y comunica a los católicos que se está produciendo un cese al fuego.

 

gerhard muller y gustavo rodriguez

 

Esto es la consecuencia de varios elementos que jugaron dentro y fuera de la iglesia. En lo externo la culminación de la guerra fría y el aggiornamiento de la izquierda latinoamericana hacia posiciones mas “modernistas”. Y dentro de la iglesia, la lenta recuperación del perfil propio de la “opción preferencial por los pobres”, descarnada de cualquier connotación revolucionaria y filo marxista.  

LOS CAMBIOS EN ESTOS 40 AÑOS

Con la llegada de Francisco al pontificado se aceleró el cambio en muchas cosas, incluso algunas que no se había visto que ya Benedicto XVI había comenzado a cambiar, como la exorcización de la “Teología de la Liberación”.

El primero en comenzar su exorcisación fue Benedicto XVI, cuando nombró como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CdF) a Gerhard Müller, reconocido por su vinculación y simpatía con el fundador de la Teología de la Liberación, el sacerdote peruano Gustavo Rodríguez. Y luego el propio Francisco, que lanzó mas de un guiño, desde que asumió, a los partidarios de la teología de la liberación que lo habían perseguido duramente en la Argentina de los 1970 y 80, y que ahora, de alguna manera permite que el Prefecto de la CdF comience su reivindicación.

Esto es posible porque la guerra fría ya está muy lejos, el socialismo real cayó, y la izquierda latinoamericana de cuño marxista se aggiornó hacia posiciones liberales impulsando básicamente la ideología de género, la homosexualidad y el debilitamiento de la familia. Y llegó al Vaticano un Papa con una marcada opción hacia los pobres, coincidiendo en este punto con la doctrina de Gutiérrez.

El Prefecto del ex Santo Oficio, Müller, hace un homenaje, bajo el signo de su amistad con el teólogo peruano Gutiérrez

LAS EXPRESIONES DEL PREFECTO DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

«El movimiento eclesial teológico de América Latina, conocido como “teología de la liberación”, que después del Vaticano II encontró eco en todo el mundo, debe ser considerado, según mi parecer, entre las corrientes más significativas de la teología católica del siglo XX».

Quien consagra la teología de la liberación con esta halagadora y perentoria evaluación histórica no es algún representante sudamericano de las estaciones eclesiales del pasado. El “certificado· de validez llega directamente del arzobispo Gerhard Ludwig Müller, actual Prefecto del mismo dicasterio vaticano – la Congregación para la Doctrina de la Fe (CdF) – que durante los años ochenta, siguiendo el impulso del Papa polaco y bajo la guía del entonces cardenal Ratzinger, intervino con dos instrucciones para indicar las desviaciones pastorales y doctrinales que también incluían los caminos que habían tomado las teologías latinoamericanas.

La evaluación sobre la teología de la liberación no es una declaración que se le escapó accidentalmente al actual custodio de la ortodoxia católica. El mismo juicio, meditado, aparece en las densas páginas del volumen del que proviene la cita: una antología de ensayos escrita a cuatro manos, impresa en Alemania en 2004, y que ahora está por ser publicada en Italia con el título “De la parte de los pobres, Teología de la liberación, Teología de la Iglesia” (Ediciones Messaggero, Padua, Emi).

El libro hoy irrumpe casi como un acto para clausurar las guerras teológicas del pasado y los residuos bélicos que de tanto en tanto brillan para esparcir alarmas que representan ya intereses, ya pretextos.

El volumen lleva las firmas del actual responsable del ex Santo Oficio y del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación e inventor de la misma fórmula usada para definir esa corriente teológica, cuyas obras fueron sometidas a exámenes rigurosos durante bastante tiempo por parte de la CdF en su larga estación ratzingeriana, aunque nunca se le haya atribuido ninguna condena.

El libro representa el resultado de un largo camino común. Müller nunca ha ocultado su cercanía a Gustavo Gutiérrez, a quien conoció en 1998 en Lima durante el curso de un seminario de estudios. En 2008, durante la ceremonia para el doctorado honoris causa concedido al teólogo Müller por la Pontificia Universidad Católica del Perú, el entonces obispo de Ratisbona definió como absolutamente ortodoxa la teología de su maestro y amigo peruano.

En los meses anteriores al nombramiento de Müller como guía del Dicasterio doctrinal, justamente su relación Gutiérrez fue evocada por algunos como prueba de la no idoneidad del obispo teólogo  alemán para el puesto que ocupó (durante 24 años) el entonces cardenal Ratzinger.

En los ensayos de la antología, los dos autores-amigos se complementan recíprocamente. Según Müller, los méritos de la teología de la liberación van más allá del ámbito del catolicismo latinoamericano. El Prefecto indica en que la teología de la liberación ha expresado en el contexto real de la América Latina de las últimas décadas la orientación hacia Jesucristo redentor y liberador que marca cualquier teología auténticamente cristiana, justamente a partir de la insistente predilección evangélica por los pobres.

«En este continente», reconoce Müller «la pobreza oprime a los niños, a los ancianos y a los enfermos», e induce a muchos a «considerar la muerte como una escapatoria».

Desde sus primeras manifestaciones, la teología de la liberación “obligaba” a las teologías de otras partes a no crear abstracciones sobre las condiciones reales de la vida de los pueblos o de los individuos. Y reconocía en los pobres la «carne misma de Cristo», como ahora repite Papa Francisco.

RE EVALUANDO LA POLÍTICA DE LOS AÑOS DE CONFLICTO

Justamente con la llegada del primer Papa latinoamericano surge con mayor fuerza la oportunidad para considerar esos años y esas experiencias sin los condicionamientos de los furores y las polémicas de entonces. Aún alejándose de los ritualismos del “mea culpa” postizos o de las “rehabilitaciones” aparentes, hoy es mucho más fácil reconocer que ciertas vehementes movilizaciones de algunos sectores eclesiales en contra de la teología de la liberación estaban motivadas por ciertas preferencias de orientación política más que por el deseo de custodiar y afirmar la fe de los apóstoles.

Los que pagaron la factura fueron los teólogos peruanos y los pastores que estaban completamente sumergidos en la fe evangélica del propio pueblo, que acabaron “triturados” o en la sombra más absoluta. Durante un largo periodo, la hostilidad demostrada hacia la teología de la liberación fue un factor precioso para favorecer brillantes carreras eclesiásticas.

En uno de los textos, Müller (que en una entrevista del 27 de diciembre de 2012 había expresado la hipótesis  del escenario de un Papa latinoamericano después de Ratzinger) describe sin medias tintas los factores político-religiosos y geopolíticos que condicionaron ciertas “cruzadas” en contra de la teología de la liberación:

«Con el sentimiento triunfalista de un capitalismo, que probablemente se consideraba definitivamente victorioso», refiere el Prefecto del dicasterio doctrinal vaticano, «se mezcló también la satisfacción de haber cancelado de esta manera cualquier fundmento o justificación de la teología de la liberación. Se creía que el juego era muy sencillo con ella, arrojándola al mismo conjunto de la violencia revolucionaria y del terrorismo de los grupos marxistas».

Müller también cita el documento secreto, preparado para el presidente Regan por el Comité de Santa Fe en 1980 (es decir cuatro años antes de la primera Instrucción vaticana sobre la teología de la liberación), en el que se solicitaba al gobierno de los Estados Unidos de América que actuara con agresividad en contra de la «Teología de la liberación», culpable de haber transformado a la Iglesia católica en «arma política contra la propiedad privada y el sistema de la producción capitalista».

«Es desconcertante en este documento», subraya Müller, «la desfachatez con la que sus redactores, responsables de dictaduras militares brutales y de potentes oligarquías, hacen de sus intereses por la propiedad privada y por el sistema productivo capitalista el parámetro de lo que debe  valer como criterio cristiano».

Después de haber pasado décadas de batallas y contraposiciones, justamente la amistad entre los dos teólogos (el Prefecto de la Doctrina de la Fe y el que durante un tiempo fue perseguido por el mismo dicasterio doctrinal) alimenta finalmente una óptica capaz de distinguir los obsoletos armazones ideológicos del pasado de la genuina fuente evangélica que impulsaba muchos de los derroteros del catolicismo latinoamericano después del Concilio.

Según Müller, justamente Gutiérrez, con sus 85 años (y que planea viajar a Italia y pasarse por Roma en septiembre), ha expresado una reflexión teológica que no se limitaba a las conferencias ni a los cenáculos universitarios, sino que se nutría de la savia de las liturgias celebradas por el sacerdote con los pobres, en las periferias de Lima.

Es decir, esa experiencia básica gracias a la que -como dice siempre simple y bíblicamente el mismo Gutiérrez – «ser cristianos significa seguir a Jesús». Es el Señor mismo, añade Müller al comentar la frase de su amigo peruano, quien «nos da la indicación de comprometernos directamente por los pobres. Hacer la verdad nos lleva a estar de parte de los pobres».

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

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Francisco terminará la encíclica de la Fe que comenzó Benedicto XVI [13-06-14]

Una encíclica a cuatro manos.
El papa Francisco anunció que concluirá la encíclica sobre la fe «a cuatro manos» que comenzó su predecesor Benedicto XVI y que no pudo terminar al renunciar al pontificado el pasado 28 de febrero.

 

Francisco y Benedicto XVI mirando un ícono de la Virgen María

 

«Es un documento fuerte. He recibido esto, un gran trabajo, lo ha hecho él», dijo Francisco.

El papa Francisco recibió en audiencia a la secretaría del Sínodo de los Obispos, que está reunida en Asamblea en la Ciudad del Vaticano para abordar el tema de las evangelizaciones, y les confió que Benedicto XVI le entregó el borrador de la encíclica sobre la fe.

«Es un documento fuerte. He recibido esto, un gran trabajo, lo ha hecho él», les comentó a los miembros de la secretaría del Sínodo.

Benedicto XVI en sus casi ocho años de pontificado publicó tres encíclicas: «Deus caritas est» (2006); «Spe salvi» (2007) y «Caritas in veritate» (2009) y dejó pendiente una cuarta sobre el actual Año de la Fe, en la que ahora está trabajando el papa Francisco.

Una encíclica es considerada una carta solemne sobre asuntos de la Iglesia o determinados puntos de la doctrina católica dirigida por el papa a los obispos y fieles católicos de todo el mundo, considerada el documento más importante escrito por un Pontífice.

Se trata de la primera vez en la historia que un papa termina una encíclica de otro pontífice, aún vivo, el emérito Benedicto XVI.

Además, Francisco afirmó que publicará un documento general sobre la evangelización antes de que finalice el Año de la Fe, retomando contenidos del último Sínodo de Obispos sobre la nueva evangelización.

La exhortación sinodal es un documento papal tras la celebración de un Sínodo de Obispos, y el papa Francisco ha decidido convertirla en un documento general para que no sea ensombrecida por la publicación de la encíclica «a cuatro manos».

El papa explicó a los asistentes que «ya ha escrito algo» sobre el tema y aseguró que continuará con esta publicación durante el mes de agosto, ya que no tomará vacaciones y se quedará en el Vaticano en lugar de trasladarse a la residencia estival de los papas de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma.

El papa Francisco también está trabajando en un tratado sobre la pobreza, según confirmó recientemente el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi.

MÁS COLEGIALIDAD

El papa Francisco quiere reforzar la colegialidad dentro de la Iglesia y crear una suerte de «consejo permanente» a partir de los sínodos, las reuniones de obispos de todo el mundo, un idea en la que trabaja junto con los ocho cardenales que designó para reformar la Curia Roma, el gobierno central, indicó este jueves al recibir a una delegación de religiosos.

«Se trata de un desafío. ¡Adelante, con libertad! ¡Necesito el aporte de los sínodos. Sin miedo!», instó Francisco a los miembros de la Secretaría del Sínodo de Obispos durante una charla informal en el Vaticano, durante la cual improvisó en numerosas ocasiones.

«Encontremos el camino para la coordinación entre el sínodo y el obispo de Roma», pidió.

Los sínodos son asambleas de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas en el Vaticano para debatir libremente sobre diferentes temas y fomentar la unión estrecha entre el pontífice y los obispos, que suelen estar muy arraigados a la realidad de su propio territorio.

El Papa habló también de las numerosas sugerencias que están llegando a los ocho cardenales encargados de la reforma de la Curia Romana, blanco de críticas y escándalos.

Entre los temas que el Papa dijo que abordará con los ocho cardenales, que se reunirán por primera vez a inicios de octubre, figura también el de la crisis de la familia.

«La familia es un problema serio. En las reuniones que he tenido con obispos de varias nacionalidades siempre ha surgido ese asunto», reconoció.

«Hoy en día muchas parejas no se casan, conviven, inclusive aquellas católicas. El matrimonio se volvió provisional», comentó Francisco, tras anunciar que se está pensando elaborar «una pastoral de la familia», dijo.

«Es un problema que trataremos en octubre», precisó.

Un mes después de su elección en marzo como primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia, Francisco designó a un grupo de ocho cardenales para asesorarlo en la reforma del gobierno central de la Iglesia, sacudida por una serie de escándalos por intrigas y corrupción.

Entre los ocho cardenales figuran el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, presidente de Caritas Internationalis, conocido por sus posiciones a favor de una renovación del gobierno central de la Iglesia, y el chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile, con experiencia en la maquinaria vaticana.

Fuentes: Periodista Digital, Signos de estos Tiempos

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La vidente Vicka revela nuevos datos sobre las apariciones de Medjugorje [2013-06-15]

Un nuevo libro.
Un nuevo libro sobre la vidente Vicka de Medjugorje revela algunos elementos interesantes, como la bendición impartida por Juan Pablo II, entregada en un diploma con su firma, lo que junto con otros datos muestra una posición favorable del Beato Juan Pablo II a tales apariciones.

 

vicka en dublin

 

También revela en el séptimo secreto entregado a Vicka, que María reduce a la mitad la oración y el sacrificio, y también que estas apariciones son las últimas con las que se presenta de esa forma y que después vendrá de otra forma.

LA BENDICIÓN DE JUAN PABLO II A VICKA  

Un nuevo libro escrito por un irlandés llamado Finbar O’Leary documenta que un vidente del famoso sitio de las apariciones de Medjugorje (Bosnia-Herzegovina) recibió un documento previamente sin publicidad: una «bendición especial» del Papa Juan Pablo II, que indica claramente la predilección de Pontífice hacia las apariciones de renombre de María.

La bendición especial fue enviada para la vidente Vicka Ivankovic, y otra para el Padre Jozo Zovko, que era pastor de la Iglesia de Santiago Apóstol, la parroquia a la que pertenecen los videntes, en el momento de las primeras apariciones. El padre Jozo dijo durante mucho tiempo que Juan Pablo le habló de «proteger» a Medjugorje.

VickablessingEn la bendición se lee:

«imparto de corazón una especial bendición apostólica a Vicka Ivankovic e invoco una nueva efusión de gracias y favores celestiales y la continua protección de la Santísima Virgen María».

El documento no tiene fecha y está firmado personalmente por el Papa.

Al menos tres de los videntes han estado en presencia del Santo Padre, pero en el caso de Vicka estuvo diez veces. Pero la existencia de la Bendición Especial no había sido revelada previamente.

Vicka es ampliamente considerada como la más mística de las videntes y actualmente se está recuperando de graves problemas de espalda causados ??cuando peregrinos demasiado entusiastas al parecer la tiraron para abajo de las escaleras donde ella a menudo habla a las multitudes.

INDICIOS DE LA POSICIÓN FAVORABLE A LAS APARICIONES POR PARTE DE JUAN PABLO II

El Santo Padre en numerosas ocasiones alentó a obispos y cardenales a visitar el sitio de las apariciones. Se cree que él envió al cardenal Josef Ratzinger en calidad de observador, al menos dos veces, y una fotografía documenta una reunión entre el futuro Benedicto XVI y el famoso sacerdote de Medjugorje, Slavko Barbaric. La reunión fue en un restaurante en Linz, como lo muestra la foto.

 

ratzinger y barbaric

 

Cartas personales a los amigos en Polonia, a Zofia y Marek («ZM») Skwarniccy, también dan fe no sólo del interés, sino a la devoción de Juan Pablo II a Nuestra Señora de Medjugorje.

«Agradezco a Zofia por todo lo concerniente a Medjugorje», escribió el Papa. «Yo también voy allí cada día como peregrino en mis oraciones, me uno en la oración con todos aquellos que oran allí o reciben una llamada a la oración desde allí. Hoy hemos entendido mejor esta llamada. Me alegro de que en nuestro tiempo no falte gente de oración y apóstoles».

 

carta de juan pablo ii

 

En 1987, el Pontífice dijo a una segunda vidente, Mirjana Soldo, que si no fuera Papa, habría visitado Medjugorje ya.

Un sacerdote polaco dijo que cuando volaba al este Juan Pablo II era conocido por pedir a su piloto que volara sobre el pueblo para que pudiera bendecirlo.

Él quitó la autoridad del obispo de Mostar, que fuera negativo hacia las apariciones (y a los franciscanos que operan la parroquia), para que no pudiera pronunciarse sobre la materia.

HAY MENOS DATOS SOBRE LA POSICIÓN DE FRANCISCO

No se sabe lo que Benedicto XVI – que convocó a una comisión del Vaticano para estudiar Medjugorje – pensaba sobre las supuestas apariciones, ni cómo el Papa Francisco considerará el informe de la comisión

Aaunque como cardenal Jorge Bergoglio, el nuevo Papa permitió al Padre Jozo, así como al vidente Ivan Dragicevic hablar en su arquidiócesis, lo bendijo personalmente y trabó amistad con el padre Jozo.

Sin embargo, la cautela ha empujado hasta ahora al Vaticano oficialmente en cuestiones de orientación o de una proclamación.

SÉPTIMO SECRETO Y FORMATO DE APARICIONES DE LA VIRGEN EN EL FUTURO

El libro, titulado ‘Vicka: Su Historia’, está en formato entrevista y también cubre los «secretos», confirmando que uno – el séptimo Vicka (que ha recibido nueve) – «reduce a la mitad la oración y el sacrificio»

Quedan, sin embargo, otros con castigos. Vicka también confirmó, en contra de algunos reportes, que la Santísima Madre de hecho dijo que,

«esta es la última vez que aparecería en esta forma, y que no va a venir de esta forma, una vez más».

«Estoy pasando las palabras de la Virgen tal y como ella las dijo», dijo la vidente.

Fuentes: Spirit Daily, Signos de estos Tiempos

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Los exponentes de la Teología de la Liberación le siguen abriendo una carta de crédito a Francisco [13-06-08]

Dicen que contrasta con Benedicto.
Sobre fines de mayo decíamos que había señales de que Francisco se estaría convirtiendo en un referente moral de la izquierda latinoamericana, ver aquí. Ahora es un referente de la Teología de la Liberación, de cuño marxista, el jesuita Jon Sobrino, quien declara ver con buenos ojos las actitudes de Francisco, a pesar que Bergoglio fue un fuerte oponente de ese movimiento.

 

Jon Sobrino

 

El destacado teórico de la Teología de la Liberación, el jesuita Jon Sobrino, aseguró que el papa Francisco sigue un camino «claro y coherente», a la vez que consideró que todos los cristianos deben ayudarle y dejarse ayudar por el pontífice para marcar el cambio.

«Después de dos meses y medio de ser elegido, el papa Francisco sigue su camino de un modo claro y coherente», destacó Sobrino en un artículo en la edición de este mes de Cartas a las Iglesias, una publicación del Centro Pastoral Oscar Arnulfo Romero de la Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador.

Para Sobrino, sacerdote salvadoreño-español, los primeros gestos de Francisco fueron «muy personales, distintos y contrarios a los de su predecesor y a los de la Curia Romana porque arrodillarse ante el pueblo antes de darle su bendición no es cosa pequeña».

Destacó que esos gestos «simpáticos, humanos», de sencillez, se repiten cada día, contrastando con lo anterior y con «el aire de superioridad y de apoteosis».

Con Francisco, estima Sobrino, se respiran aires de cambio, como del Vaticano II (Concilio reformador entre 1962-1965) y Juan XXIII (el papa bueno), aunque todavía está por verse cómo hará para enfrentar al capitalismo internacional y sus defensores que «no se arredran ante nada», así como para «emprender de verdad la reforma de la Curia, que ya ha anunciado contra el rechazo de los curiales que -salvo milagro- no se hará esperar».

El teólogo, quien fue sancionado y acallado por Benedicto XVI por sus escritos sobre Jesús, también cree que está por verse cómo abordar los problemas a los que los papas anteriores «no han prestado la atención debida» como matrimonios y divorcio, ministerio y celibato y la «reparación» que hoy en día se debe a decenas de miles de religiosas estadounidenses «juzgadas con ligereza y sin diálogo».

«El Papa Francisco habla muy bien y de corazón de los pobres y muestra compasión hacia los oprimidos. Quizás recupere la profecía, incluido el hablar en contra de los que matan, aunque los ame de corazón», enfatiza.

El sacerdote advierte que probablemente Francisco «experimentará la necesidad de meterse en los conflictos de este mundo» con lo cual «le caerán duros palos a él y a la Iglesia».

Fuentes: Religión Digital, Signos de estos Tiempos

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Los musulmanes sunnitas deseosos de reanudar el diálogo con el Vaticano [13-06-08]

El mensaje es que Francisco “dé el paso adelante”.
Los sunnitas, están dispuestos a reanudar el diálogo con el Vaticano. Piden que el Papa afirme que el Islam es una religión pacífica. Dicen que los problemas que tuvimos no eran con el Vaticano, sino con el anterior Papa, y ahora las puertas de Al Azhar están abiertas.

 

ElCairo_Mezquitade_Al-Azahar

 

El consejero diplomático del gran imán de la mezquita Al Azhar en El Cairo aseguró que el islam sunnita está dispuesto a reanudar el diálogo con el Vaticano y declaró que espera que el papa Francisco «dé un paso adelante».

«Francisco es un nuevo Papa. Esperamos que dé un paso adelante», declaró Mahmud Abdel Gawad, emisario diplomático y consejero del imám Ahmed Al Tayeb, en una entrevista con el diario Il Messagero.

El asesor, entrevistado en El Cairo, citó como posible acercamiento «una intervención en la que [el Papa] afirme que el islam es una religión pacífica, y que los musulmanes no buscan la guerra o la violencia». Esto «sería ya un progreso», añadió.

Según Abdel Gawad, la ocasión adecuada podría ser el mes de Ramadán (el ayuno musulmán) que empieza este año alrededor del 9 de julio.

«Es una tradición que los soberanos pontífices escriban un mensaje al gran imán, dependerá del papa Francisco encontrar las palabras correctas», dijo.

«Los problemas que tuvimos no eran con el Vaticano, sino con el anterior Papa, ahora las puertas de Al Azhar están abiertas», dijo el consejero.

En 2006, Benedicto XVI provocó una ruptura con el mundo musulmán al citar a un emperador bizantino que describió al profeta Mahoma como un propagador a través de la violencia de ideas «malas e inhumanas».

El diálogo fue retomado en 2009 antes de volver a ser interrumpido cuando el Papa hizo un llamamiento a proteger a las minorías cristianas después de un atentado suicida contra una iglesia de Alejandría, en Egipto, en la madrugada de 1 de enero de 2011.

Al Azhar decidió suspender sus reuniones con el Vaticano al considerar que las declaraciones de Benedicto XVI sobre los cristianos de Oriente eran «ataques repetidos contra el islam».

Tras la renuncia de Benedicto XVI, dirigentes musulmanes en Egipto previeron una reapertura del diálogo con la Iglesia católica, aunque estimaron que unas mejores relaciones entre la Iglesia y Al Azhar dependerán de la postura del nuevo Papa ante el mundo musulmán.

Después de las revoluciones árabes de 2011, los islamistas se convirtieron en la primera fuerza política en varios países de la región, complicando las relaciones con las minorías cristianas.

Fuentes: Religión Digital, Signos de estos Tiempos

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Que está haciendo la Iglesia respecto al abuso de menores [13-06-05]

Prevención y combate a la pederastia.
Dos hechos importantes ocurrieron ayer, uno fue lo revelado por del profesor Davide Cito en el seminario en la Universidad de la Santa Cruz sobre lo que ha realizado e indagado la Iglesia sobre el abuso de menores. Y otro fue que el papa Francisco recibió al psicólogo jesuita Hans Zollner del Centro para la Protección de los Menores de la Universidad Gregoriana, a quien felicitó y pidió que prosiguiera en el mismo rumbo.

 

Conferencias_contra_abuso_de_menores

 

Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha manifestado su preocupación especial por los mas débiles, por los niños, por eso ha abrazado la política instaurada por Benedicto XVI respecto a la prevención y el combate de la pederastia y los abusos por parte del clero.

LA INTERVENCIÓN DEL PROFESOR DAVIDE CITO EN EL SEMINARIO EN LA UNIVERSIDAD DE LA SANTA CRUZ

Hace algunas semanas se llevó a cabo en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz un encuentro que forma parte del curso de actualización que organiza periódicamente el ateneo para los agentes de la comunicación sobre temas relacionados con la vida de la Iglesia.

El profesor de Derecho canónico Davide Cito, asesor de la Congregación para el Clero, pronunció una conferencia sobre los abusos en contra de menores dentro de la Iglesia.

Fue una clara exposición sobre la situación y presentó algunos aspectos relevantes. «Nunca podremos agradecer por completo a Benedicto XVI por lo que hizo en este terrible campo», por las nuevas normas que desde 2001 regulan el problema.

«Conscientes de que las críticas habrían caído sobre él, y no sobre otros, y ayudado por mons. Charles Scicluna (que era el “promotor de justicia” en esa época), no tuvo miedo al reconocer que había un fenómeno terrible en la Iglesia», recordó.

«En lugar de delegar a las Conferencias episcopales y a las diócesis el problema, lo asumió él, en las buenas y en las malas. Y cargó consigo todas las negatividades»; ahora la gestión del problema está pasando nuevamente a las conferencias; «y los obispos no quieren tener estas responsabilidades, quieren que sea la Santa Sede la que lo haga. La Santa Sede no quiere cargar con esto en sus espaldas y prefiere que sean las diócesis las que se ocupen de ello».

Los datos estadísticos:

«Los casos que llegan ahora cada año a Roma desde todo el mundo son alrededor de 400. Me parece un número muy elevado. Lo que ha cambiado es la geografía de los lugares. Los casos sobre los que hablaba Scicluna en 2001 eran casi todos de la región norteamericana y del mundo anglosajón; ahora se habla de Sudamérica, de México, de España, de Italia y de Polonia. Todavía no hay muchos en Asia y en África. Países que parecían 9inmunes no lo son. Benedicto se había dado cuenta de ello».

El problema social de este fenómeno es universal; se trata de un tema no solo de la Iglesia, sino también civil, por lo que, si es universal desde el punto de vista civil, lo es también para la Iglesia.

El prof. Cito insistió en el hecho de que:

«las personas son animadas a denunciar a las autoridades civiles. A menudo las personas no quieren esto: las situaciones cambian dependiendo de los países. En los últimos tiempos, ha habido colaboraciones estrechas entre autoridades civiles y eclesiásticas que han dado muchos frutos».

«Pero 400 casos al año es un dato doloroso. Y no sirve consolarse sabiendo que en la sociedad civil son muchos más».

Es interesante la tipología de las víctimas descrita por el estudioso:

«Mientras en el caso de los abusos “civiles” la mayor parte es menor de 10 años, y es monstruoso, en la Iglesia, alrededor del 90% de los casos es del mismo sexo que el abusador; una tendencia diferente con respecto a los casos “civiles”, en los que representan al máximo el 30%. En la Iglesia, la edad es mucho más elevada, de los 15 a los 17 años. Ya no se trata de pederastia, en sentido estricto, pero sigue siendo abuso de menores».

Ante la pregunta sobre el papel de la homosexualidad en este fenómeno, el prof Cito respondió que

«la homosexualidad existe en la Iglesia, pero hay que estar atentos al decir que la homosexualidad es la causa de todo esto. Sería como decir que la heterosexualidad es lo que lleva a sacerdotes a embarazar a muchachas. Sin duda en la Iglesia existe el ambiente que puede favorecer todo esto. Pero lo que se pretende evitar es crear una relación de causa-efecto, que establecería que la causa de este problema es la homosexualidad. No figura esta palabra en el informe del John Jay College».

Pero hay que decir que el informe del John Jay College, instituto de criminología estadounidense, fue criticado por el presidente del National Review Board, organismo laico que ayuda a los obispos estadounidenses en la lucha en contra de la pederastia. Un periodista dijo a Al Notzon III, presidente del organismo, que los investigadores del John Jay concluyeron que «la atracción homosexual no era un factor significativo» en la crisis.

Al Nortzon III respondió que:

«la mayor parte de las víctimas de abusos por parte de religiosos son chicos en edad post-pubertad. No concuerdo con las conclusiones alcanzadas, puesto que el 83% de los casos son de varón hacia varón».

El prof Cito indicó que:

«muchos de los responsables de estos casos sufrieron abusos a su vez».

Y recordó que en el documento redactado a comienzos del siglo sobre las nuevas ordenanzas para los seminaristas se instituyó una regla para evitar que personas con tendencias homosexuales no deben ser aceptadas en los seminarios.

EL PAPA EXHORTÓ A LOS AGENTES Y A LOS ORGANISMOS ECLESIALES A TRABAJAR POR EL BIEN DE LOS MENORES, LAS VÍCTIMAS MÁS VULNERABLES

Al final de la misa matutina en Santa Marta, el Papa Francisco impulsó el trabajo del Centro para la protección de los menores de la Universidad Gregoriana, creado tras el simposio internacional sobre abusos en contra de menores por parte de miembros de la Iglesia que se llevó a cabo en 2012:

«Es un trabajo importante, sigan así»

«Después de la Misa, tuvimos la ocasión para saludar al Papa: éramos tres… Le presentamos brevemente el proyecto», indicó a la Radio Vaticana el director del Centro, el jesuita psicólogo Hans Zollner.

«El Papa –contó– excuchó con mucha atención y en más de dos o tres ocasiones subrayó que se trata de un trabajo muy importante y que, cito, “debemos seguir adelante con este compromiso”».

 Además de Zollner estaban presentes en Santa Marta los representantes del Centro en Polonia y un experto en desarrollo de las unidades de aprendizaje canónicas y teológicas del programa a distancia, que será distribuido en todo el mundo.

Zollner, que también es el vicerrector de la Gregoriana, recordó que Francisco afrontó el tema hace algunas semanas, cuando invitó a trabajar «por el bien de los más vulnerables, de los menores», durante el Ángelus del pasado 5 de mayo.

«Esto –añadió– sigue completamente la línea de Papa Benedicto XVI, a quien, hace cuatro meses, pudimos entregar las actas del congreso que llevamos a cabo en la Gregoriana, en febrero de 2012, y en el que participaron representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo para hablar justamente de la prevención del mal que afecta a los menores».

 En su homilía matutina, Francisco invitó a los cristianos a seguir el ejemplo de la templanza pero también de la honestidad de los niños:

«La templanza que pretende Jesús de nosotros no tiene nada, nada que ver con esta adulación, con esta forma azucarada de seguir adelante. ¡Nada! La templanza es simple, como la de un niño. Un niño no es hipócrita, porque no es corrupto», dijo.

Según Zollner,

«llamar a la pureza, a la autenticidad, a la no hipocresía de un niño, nos indica también el desafío de vivir nuestro ser cristianos y nuestro ser testimonio de Jesús con autenticidad y credibilidad».

El jesuita también expuso a la Radio Vaticana el trabajo que se desarrolla en el Centro, que hasta ahora ha recibido «una respuesta muy animadora» y «muchas ofertas de colaboración».

Después de la fase “piloto”, en colaboración con ocho diócesis y con algunas provincias de jesuitas en India e Indonesia, que terminará en 2014, Zollner explicó que el centro está pensando cuáles serán sus actividades para el futuro:

«Queremos no solo profundizar nuestro aporte y nuestros módulos de aprendizaje, sino que queremos también llegar a un mayor número de personas. Ahora nos damos cuenta de que será necesario que haya diferentes niveles de información y también otros niveles diferentes, como la formación de enseñantes y la formación de personal que operará en las parroquias».

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

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Los divorciados vueltos casar pertenecen a la Iglesia y ésta tiene múltiples aperturas a su situación [2013-05-23]

Ni desespero ni abandono.
Hay muchos divorciados vueltos a casar que se consideran tratados como personas de segunda categoría en la Iglesia por no acceder a la eucaristía, aunque tengan fundadas razones para su situación, y mismo muchos fieles de las parroquias verdaderamente los tratan como católicos de segunda categoría. Pero la Iglesia está preocupada por el tema y ha abierto múltiples caminos alternativos, que incluso algunos implican recibir la comunión.

 

divorciados vueltos a casar

 

Es un requisito fundamental el arrepentimiento y la penitencia, siempre y en todo caso. Y desde el punto de vista procesal, está abierto el proceso en el derecho canónico para decretar la nulidad del matrimonio anterior, pero se debe admitir que se trata de un proceso complejo, que lleva tiempo y dinero.

EL TSUNAMI DEL DIVORCIO

La situación de los divorciados y vueltos a casar es un problema importante y complejo para la Iglesia, que se ha convertido en una “emergencia pastoral” porque el número de estos católicos actualmente excluidos de la vida sacramental ha aumentado notablemente, y la mayoría no se siente cómodo con no participar de la eucaristía, y abandona las misas y hasta la fe.

El ataque que vive la familia produce situaciones para las que la Iglesia Católica no tiene respuestas reconfortantes hacia personas, que por ejemplo: son abandonadas por el cónyuge, o para las personas que descubrieron a Dios y a la Iglesia luego de la crisis del divorcio y que se casaron por Iglesia por presión del otro cónyugue aunque en esa etapa de la vida se declaraban ateas e incluso, en algunos casos, hasta no hicieron los cursos prematrimoniales.

Para muchos de estos casos hay intenciones y soluciones reconfortantes, que incluyen en el principio grupos de divorciados vueltos a casar, en diversas parroquias, que son acompañados pastoralmente por sacerdotes, pero hay otras soluciones que pueden implicar el acceso a la eucaristía en forma extraordinaria.

LAS POSICIONES DE BENEDICTO XVI

Sobre fines de enero de 2013, a poco más de 2 meses de dejar su pontificado, Benedicto XVI pidió a los jueces eclesiásticos y “rotales” “más reflexiones” sobre la falta de fe de los esposos como posible causa de nulidad del matrimonio.

“No pretendo sugerir –precisó– ningún automatismo fácil entre la carencia de fe y la invalidez de la unión matrimonial, sino más bien indicar que tal carencia puede, aunque no necesariamente, herir incluso los bienes del matrimonio”.

No fue la primera vez que el Pontífice afronta este argumento. En julio de 2005, mientras se encontraba de vacaciones en Les Combes, respondió a una pregunta relacionada mientras platicaba con unos sacerdotes del lugar.

“Ninguno de nosotros –dijo– tiene una receta ya lista, sobre todo porque las situaciones siempre son diferentes. Me parece particularmente dolorosa la situación de todos los que se casaron en la Iglesia, pero que no eran verdaderamente creyentes y lo hicieron por tradición, y después, al encontrarse en un nuevo matrimonio no válido, se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento. Este es verdaderamente un sufrimiento grande y cuando fui Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe invité a diferentes Conferencias Episcopales y a especialistas a que estudiaran este problema: un sacramento celebrado sin fe. Si fuera posible encontrar, realmente, un momento de invalidez porque al sacramento le faltaba una dimensión fundamental, no osaría decirlo. Yo, personalmente, lo creía, pero de las discusiones que hemos tenido al respecto entendí que el problema es muy difícil y que todavía debe ser analizado profundamente. Pero, dada la situación de sufrimiento de estas personas, hay que analizarlo”.

En 1972, como teólogo, Joseph Ratzinger había indicado los límites de las demostraciones procesales que declaran la nulidad matrimonial. Como cardenal arzobispo de Mónaco, durante el Sínodo sobre la familia de 1980, Ratzinger escribió a los agentes pastorales de su diócesis:

“El Sínodo indica como una categoría aparte a todos los que han llegado a la motivada convicción de consciencia, con respecto a su primer matrimonio, aunque no sea posible la prueba judicial a su favor. En un caso semejante se puede, evitando el escándalo, conceder la autorización para recibir la comunión”.

En octubre del año siguiente, con una carta a “The Tablet”, Ratzinger rectificó las interpretaciones demasiado aperturistas de sus palabras, explicando que en 1972 había hablado como teólogo y que entonces, como Prefecto del ex Santo Oficio, creía que la solución de la consciencia del individuo era impracticable, dado que el matrimonio no es un acto privado y tiene repercusiones en la vida del cónyuge, de los hijos, de la sociedad civil y eclesial. Pero también en aquella ocasión concluyó diciendo que en algunos casos excepcionalmente raros se podía recurrir a la Penitenciaría apostólica después del fracaso de los procesos canónicos.

Ratzinger volvió a hablar sobre el argumento en el libro-entrevista del periodista Peter Seewald, “La sal de la tierra” (1997). Afirmó que

En un futuro se podría incluso llegar a una constatación extrajudicial de la nulidad del matrimonio. Esta podría, tal vez, ser constatada por los que tienen la responsabilidad pastoral en el lugar”.

Una apertura sobre la posibilidad de que la última palabra sobre la nulidad matrimonial recaiga en el obispo, con una mayor atención a cada una de las situaciones, y no solo en los tribunales eclesiásticos.

EL SÍNODO DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

El último sínodo de obispos que trató la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana, sobre fines del 2012, abordó también el asunto de los divorciados vueltos a casar. Los padres sinodales dicen:

La nueva evangelización debe hacer esfuerzos para abordar los problemas importantes en relación con el matrimonio, en el caso de los divorciados y vueltos a casar, en la situación de sus hijos, el destino de los cónyuges abandonados, en las parejas que viven juntas sin casarse, y en la tendencia de la sociedad a redefinir el matrimonio.

La Iglesia con atención materna y espíritu evangélico, debe buscar las respuestas adecuadas a estas situaciones, siendo un aspecto importante de la nueva evangelización. Cada plan pastoral de evangelización también debe incluir una invitación respetuosa a todos los que viven solos, para que experimenten a Dios en la familia de la Iglesia (Lista final de las propuestas, nº 48).

LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE EN 1994

En el Año Internacional de la Familia de 1994, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe emitió una Carta a los Obispos con expresa aprobación del Papa Juan Pablo II. El documento señala que podrían acceder a la comunión eucarística en determinados casos, los divorciados que se hallan en las siguientes condiciones:

Cuando han sido abandonados del todo injustamente, a pesar de haberse esforzado sinceramente por salvar el anterior matrimonio.

Cuando estuvieren convencidos de la nulidad del anterior matrimonio.

Cuando ya hubieren recorrido un largo camino de reflexión y de penitencia.

Cuando por motivos moralmente válidos no pudieran satisfacer la obligación de separarse.

Y cuando los divorciados se entrevistan con un sacerdote experto, su eventual decisión de conciencia debería ser respetada por el sacerdote, sin que ello implicase una autorización oficial.

Son 5 situaciones especiales en las que hay motivos de peso para no poder separar el concubinato, una situación pastoral tolerante y benévola, para poder hacer justicia a las diversas situaciones de los divorciados vueltos a casar, mientras persiste la ilusión sana de recibir los frutos de la comunión.

Fuentes: Info Católica, Foros de la Virgen María, Signos de estos Tiempos  

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Apariciones y Visiones Magisterio, Catecismo, Biblia REFLEXIONES Y DOCTRINA

Comentario teológico de Benedicto XVI sobre las apariciones de la Virgen María

Las Apariciones Marianas no pretenden superar o corregir las revelaciones realizadas por Jesucristo en la Biblia y por el Antiguo Testamento.

Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica «aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada» y es la Virgen María la que en estos tiempos finales nos está guiando para comprenderlas mejor y avisar sobre sucesos que aparecen como oscuros e inextricables en la Biblia.

El siguiente es un artículos Publicado en “Revista María Mensajera Núm 300 Enero 2006 pp.2-5”, y reproducido por www.reinadelcielo.org, que resulta muy interesante porque muestra la posición de benedicto XVI al respecto de las «revelaciones privadas» y defiende la importancia de ellas para nuestra fe.

El Papa Benedicto XVI, cuando era el Card. Josep Ratzinger, hizo una elaboración sobre las apariciones, un comentario teológico, por mandato del Papa Juan Pablo II, que esclareciera perfectamente el tema de las apariciones o revelaciones privadas. Merece para nuestra revista una importancia extraordinaria ese comentario.

Para el Papa, y por tanto para la Jerarquía Sagrada de la Iglesia, en su magisterio ordinario docente, las revelaciones privadas, a saber las apariciones de la Virgen y del Señor a los santos, videntes y místicos, están TODAS contenidas en las Sagradas Escrituras, tienen su sitio especial en el Evangelio de San Juan.

Es, en primer lugar, en el discurso de despedida del Señor, cuando antes de partir de este mundo al Padre, les dijo a sus discípulos:
«Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa…» (Jn 16, 12-14)

No es que el Espíritu de la Verdad haga nuevas revelaciones ajenas totalmente al depósito de nuestra Fe, porque ya en la misma despedida reseñada en San Juan se dice que el Espíritu Santo no hablará por su cuenta, «porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

La misión del Espíritu Santo es la de explicitar lo ya existente, aclarar o desvelar mejor lo que ya estaba, pero no se entendía bien por estar velado; hacer comprensible de forma clara y gradual las verdades de fe contenidas en la Revelación Pública. Como muy bien enseña el Catecismo de la Iglesia Católica y cita el mismo Papa:
«Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos» (n. 66)

Es aquí donde las revelaciones privadas, cuando son realmente de Dios, juegan su papel. Ellas son como flechas indicadoras que me llevan a un más perfecto conocimiento de la Palabra de Dios. Gracias a estas revelaciones crezco interiormente en Fe, Esperanza y Caridad. Nadie va al Padre sino por Jesucristo. Y María cuando se aparece me lleva a Cristo, me engendra en Cristo y me lleva a la Iglesia instituida por su Hijo Jesucristo. Es una labor de María y del Espíritu Santo, Esposo de María, que nos envía el Padre y el Hijo para reconducimos mejor a Él.

 

REVELACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA

La doctrina de la Iglesia, dice el Papa Benedicto XVI en su comentario teológico sobre el secreto de Fátima, distingue entre la «Revelación Pública» y la «revelación privada». Entre estas dos realidades hay una diferencia, no sólo de grado, sino de esencia. El término «revelación pública» designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y Nuevo Testamento. Se llama revelación porque en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente a los hombres, hasta el punto de hacerse Él mismo hombre, para atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo encarnado, Jesucristo.

Y el mismo Papa cita al Catecismo de la Iglesia en su nº 67, cuando dice: «A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia…. Su función no es la de «completar» la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia»

 

LAS APARICIONES SON UNA AYUDA IMPORTANTE PARA LA FE

Las apariciones de la Virgen, sobre todo cuando son aprobadas por la Iglesia, son una ayuda preciosa para vivir mejor la Fe. Ellas me remiten siempre a la Revelación Pública y a vivir mejor el Evangelio de Cristo. Ellas son una ayuda y aunque no sean obligatorias para la Fe, haremos mal si las desechamos o despreciamos, entre otras cosas porque nos privaremos de unas gracias sobrenaturales que quizás sean necesarias después para poder encontrar la verdadera Luz.

Se deben aclarar, dice el Papa, no obstante, dos cosas:

1º «La autoridad de las revelaciones privadas es esencialmente diversa de la única revelación pública. En la Revelación Pública se exige nuestra Fe. En efecto, en la Revelación Pública, a través de las palabras humanas y de la mediación de la comunidad viviente de la Iglesia, Dios mismo nos habla. La fe en Dios y en su Palabra se distingue de cualquier otra fe, confianza u opinión humana. La certeza de que Dios habla me da la seguridad de que encuentro la verdad misma, y de este modo, una certeza que no puede darse en ninguna otra forma humana de conocimiento. Es la certeza sobre la cual edifico mi vida y a la cual me confío al morir».

2º «La revelación privada es una ayuda para la fe, y se manifiesta como creíble precisamente porque remite a la única revelación pública. Pero ella no da certeza como la anterior. La Iglesia, cuando las aprueba, nos las presenta únicamente como probables y piadosamente creíbles».

El Papa Benedicto XIV dice sobre las apariciones privadas: «No se debe un asentimiento de Fe católica a las revelaciones privadas. Éstas exigen más bien un asentimiento de fe humana, según las reglas de la prudencia, que nos las presentan como probables y piadosamente creíbles.”

Y el actual Papa Benedicto XVI hace suyas las palabras de un eminente teólogo francés, E. Dhanis, al afirmar que la aprobación eclesiástica de una revelación privada contiene tres elementos: a) el mensaje en cuestión no contiene nada que vaya contra la fe y las buenas costumbres. b) es lícito hacerlo público. c) y los fieles están autorizados a darle en forma prudente su adhesión. Un mensaje así, concluye el Papa, «puede ser una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el momento presente; por eso no se debe descartar que es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma».

El criterio de verdad y de valor de una revelación privada es, pues, su orientación a Cristo mismo. Importante: «Cuando esa revelación privada me aleja de Él, cuando se hace autónoma o, más aún, cuando se hace pasar como otro y mejor designio de salvación, más importante que el Evangelio, entonces no viene ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el interior del Evangelio y no fuera del mismo.”

La carta más antigua de San Pablo que nos ha sido conservada, tal vez el escrito más antiguo del Nuevo Testamento, es la Primera Carta a los Tesalonicenses. El Apóstol dice: «No apaguéis el Espíritu, no despreciéis las profecías: examinad cada cosa y quedaos con lo bueno» (5, 19-21).

«En todas las épocas -dijo el actual Papa cuando era Cardenal Guardián de la Fe- se ha dado a la Iglesia el carisma de la profecía, que debe ser examinado, pero que tampoco puede ser despreciado. A este respecto, es necesario tener presente que la profecía en el sentido de la Biblia no quiere decir predecir, sino explicar la voluntad de Dios para el presente».

«El futuro no está determinado de un modo inmutable, y la imagen que los videntes vieron (se refiere a las apariciones de Fátima) no es una película anticipada del futuro, de la cual nada podría cambiarse». Está haciendo hincapié el Santo Padre a la condicionalidad de la profecía, lo que siempre hemos defendido en María Mensajera.

Y comentado el himno de adoración del Apocalispis, el Papa dijo: «La historia no está en manos de potencias oscuras, sino en manos de Dios. Ante el desencadenamiento de energías malvadas, ante la irrupción vehemente de Satanás, ante tantos azotes y males, se eleva el Señor, árbitro supremo de las vicisitudes de la historia».

 

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