Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia Eventos Interna Normas NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Sacramentos y sacramentales Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

El cardenal Kasper propone una apertura de la Iglesia hacia los divorciados vueltos a casar

Francisco elogia la ponencia de Kasper.

 

El cardenal Walter Kasper hizo la introducción a los dos días de reuniones del Consistorio Extraordinario sobre las Familias, hablando de la belleza de la familia y de la cuestión de los divorciados que han vuelto a contraer nupcias, donde propuso un proceso para dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.

 

cardenal walter kasper

 

Y luego de la disertación de Kasper, el papa Francisco elogió públicamente su ponencia diciendo que «es agradable leer teología serena».

El cardenal Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, dijo que

“Hice una introducción de carácter teológico sobre la belleza de la familia. Debemos comenzar de este punto para afrontar lo demás, incluidos los problemas difíciles que existen. También hablé sobre la cuestión de las comunión a los divorciados que han contraído nuevas nupcias, pero en este cuadro en su conjunto”.

Por su parte  Francsico sorprendió el viernes a los cardenales de todo el mundo, reunidos en el Vaticano, aplaudiendo sin reservas la presentación introductoria de dos horas realizada por el cardenal Walter Kasper el día anterior, que propone readmitir a la Eucaristía a algunos divorciados vueltos a casar que cumplan requisitos muy específicos.

Con buen humor, el Papa reveló al centenar y medio de cardenales que

“ayer por la noche volví a leer -¡pero no para dormirme!- el trabajo del cardenal Kasper, y querría darle las gracias porque encontré teología profunda y pensamiento sereno. Es agradable leer teología serena”.

Para sonrojo del cardenal alemán, prestigioso profesor en Tubinga y Münster antes de ir a Roma a encargarse de Ecumenismo durante una década, el Papa dijo que su ponencia

“me ha hecho bien, y me ha traído a la cabeza una idea… Perdóneme si le sonrojo, pero la idea es esta: esto se llama hacer teología de rodillas. Gracias, gracias”.

El cardenal Kasper había dicho el año pasado al semanario alemán Die Zeit que los católicos divorciados y vueltos a casar «tendrán pronto acceso nuevamente a los sacramentos».

En la entrevista, Kasper subrayó la

«necesidad de una reforma en campos que requieren, desde la Iglesia, cambios y aperturas».

Unos cambios que también habrán de afectar a los fieles que han contraído un segundo matrimonio y que, en su opinión,

«creo que es necesaria una apertura y que en el futuro los divorciados que se vuelven a casar tengan acceso pleno a la vida cristiana y a la vida de la iglesia», según el cardenal.

Sin embargo, Kasper cree que esa apertura no puede ser generalizada, sino limitada a aquellos que,

«guiados por su fe, quieren vivir con la iglesia y admiten y lamentan haber cometido un error en su primer matrimonio».

«Pero el que se divorcia para marcharse con su secretaria es sencillamente un bribón», dice Kasper.

Para Kasper,

«el perdón, que es posible para Dios, también puede aplicarse a la Iglesia».

En definitiva, la propuesta de Kasper no permitiría una apertura indiscriminada a la eucaristía de todas las personas con segundas nupcias ya que él mismo reconoció que el sacramento del matrimonio es indisoluble para la Iglesia católica, porque así Jesús lo quiso.

Por ello tampoco consideraría un segundo sacramento del matrimonio. En realidad lo que propuso es que las personas que contraigan segundas nupcias por lo civil, puedan ser admitidas a la comunión en casos muy reducidos y específicos.

Entre ellos figuran que la primera unión esté definitivamente rota sin culpa del interesado el cual, no obstante, debe hacerse cargo de las obligaciones derivadas de la misma.

Pero eso no es todo: otro requisito es que el segundo matrimonio haya generado obligaciones que se deben respetar y, también, que la persona demuestre un interés vivo por educar a sus hijos en el cristianismo y en recibir los sacramentos.

En concreto, estos son los puntos centrales de la ponencia del Cardenal Kasper:

La Iglesia no puede poner en tela de juicio las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. Quienes esperan que tras las discusiones del Consistorio y después del Sínodo surjan soluciones «fáciles» y generales, para todos, cometen un error. Pero, frente a las dificultades que afrontan hoy en día las familias y ante el crecimiento exponencial de los matrimonios fallidos, se pueden explorar nuevas vías para responder a las exigencias profundas de los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil que reconozcan su fracaso, se conviertan y, después de un periodo penitencial, pidan volver ser admitidos en los Sacramentos.

El cardenal invitó, sobte todo, a considerar el problema de los divorciados que se han vuelto a casar desde la perspectiva de quienes sufren y piden ayuda. Ellos deben ser invitados a participar en la vida de la Iglesia. Todo ello ante la evidencia de que existen muchos casos en los que cualquier razonable intento por salvar el matrimonio resulta en vano. Hay algo heroico en los cónyuges abandonados que se quedan solos, salen adelante con sus fuerzas y educan a sus hijos. Pero muchos otros ex-cónyuges abandonados, incluso por el bien de los hijos, se vuelven a casar por lo civil y no pueden renunciar al nuevo matrimonio sin nuevas culpas.

La respuesta posible puede ser una respuesta que tome en cuenta las diferencias, puesto que una solución general, explicó, no podría existir. Existen, por ejemplo, todos esos casos (que recuerda la “Familiaris consortio” de Juan Pablo II) de los divorciados que se han vuelto a casar y que están completamente convencidos de que su matrimonio anterior, irremediablemente destrozado, nunca había tenido validez. Pero estas situaciones no pueden dejarse a apreciaciones subjetivas. Al mismo tiempo, la vía judicial tampoco es la única que podría resolver estas cuestiones.

Kasper observó que los divorciados que han contraído nuevas nupcias no pueden recibir la comunión sacramental, pero pueden recibir la comunión espiritual, si se encuentran bien dispuestos espiritualmente: lo han afirmado tanto la Congregación para la Doctrina de la Fe como Benedicto XVI (durante el encuentro con las familias del mundo en Milán). Pero los que reciben la comunión espiritual son considerados una sola cosa con Jesús. Entonces, se preguntó el cardenal alemán, ¿es una contradicción con el mandamiento del mismo Jesús? ¿Por qué no pueden recibir incluso la comunión sacramental?

Fuentes: Agencias, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Disensos Divorcio - Matrimonio - Familia Doctrina NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

¿Sabía usted que en los primeros siglos la Iglesia perdonaba las segundas nupcias?

Un aporte para el debate de la comunión a los divorciados vueltos a casar.

 

En los primeros siglos, a los divorciados vueltos a casar se les remitía la culpa y se les daba la comunión; pero más tarde, en Occidente, esta praxis fue abandonada. Hoy el Papa Francisco tal vez vuelva a proponerla, mientras los cardenales lo debatirán.

 

divorciados vueltos a casar

 

El vaticanólogo Sandro Magister nos trae a la memoria que en los primeros siglos no existía un proceso de nulidad del matrimonio sino un proceso de perdón de parte de la Iglesia a los divorciados y vueltos a casar.

Y esto es bien interesante, porque hay muchos que piensan que en la Iglesia Católica siempre hubo una sola decisión sobre el tema, lo que refuerza la posición al no cambio.

EL TRATAMIENTO ACTUAL DE LA NULIDAD MATRIMONIAL

Las causas actuales de la nulidad pueden ser numerosas y los tribunales eclesiásticos son generalmente comprensivos resolviendo por esta vía casos matrimoniales que son también difíciles.

Pero es imposible para los tribunales eclesiásticos hacer frente al gran número de matrimonios que supuestamente podrían ser inválidos. Según el Papa Francisco – que ha citado a este propósito al arzobispo de Buenos Aires que le precedió – los matrimonios nulos podrían incluso ser «la mitad» de los matrimonios celebrados en la iglesia porque han sido celebrados «sin madurez, sin darse cuenta de que es para toda la vida, por conveniencia social».

La gran parte de estos matrimonios inválidos ni siquiera es sometida al juicio de los tribunales eclesiásticos. No solo eso. Los tribunales eclesiásticos existen y funcionan sólo en algunos países, pero son inexistentes en amplias regiones de África, Asia y la misma América Latina. En algunas zonas de reciente evangelización el matrimonio monógamo e indisoluble ni siquiera ha sido aún aceptado por el sentir común católico en un contexto persistente de uniones inestables o polígamas.

¿Pero es la conciencia la única vía de solución al problema de los divorciados vueltos a casar?

¿QUÉ PASABA EN LOS PRIMEROS SIGLOS EN EL CRISTIANISMO?

En los primeros siglos del cristianismo la solución era otra.

La persona que, recientemente, ha recordado cómo afrontó la Iglesia de los primeros siglos la cuestión de los divorciados vueltos a casar es un sacerdote de Génova, Giovanni Cereti, estudioso de patrística y del ecumenismo, además de ser desde hace más de treinta años asistente del movimiento de espiritualidad conyugal de los “Equipes Notre-Dame”.

Cereti ha vuelto a publicar hace unos meses un docto estudio escrito por él y publicado por primera vez en 1977, reeditado en 1998, que lleva por título: «Divorzio, nuove nozze e penitenza nella Chiesa primitiva» (“Divorcio, nuevas nupcias y penitencia en la Iglesia primitiva”).

La piedra angular de este estudio – pletórico de referencias a los Padres de la Iglesia, que se debatían con el problema de las segundas nupcias – es el canon 8 del concilio de Nicea del 325, el primero de los grandes concilios ecuménicos de la Iglesia, cuya autoridad ha sido siempre reconocida por todos los cristianos.

El canon 8 del concilio de Nicea dice:

«A propósito de aquellos que se definen puros, en el caso de que quieran entrar en la Iglesia católica, este santo y gran concilio establece, […] antes de cualquier otra cosa, que estos declaren abiertamente, por escrito, que aceptan y siguen las enseñanzas de la Iglesia católica: es decir, que entrarán en comunión tanto con aquellos que han pasado a segundas nupcias, como con aquellos que han cedido en la persecución, para los cuales se establecen el tiempo y las circunstancias de la penitencia, siguiendo así en cada cosa las decisiones de la Iglesia católica y apostólica».

Los «puros» a los cuales se refiere el canon son los novacianos, los rigoristas de la época, intransigentes hasta la definitiva ruptura tanto con los adúlteros vueltos a casar, como con las personas que habían apostatado para salvar su vida aunque se hubieran arrepentido después. En ambos casos habían sido sometidos a la penitencia y habían sido absueltos de su pecado.

Exigiendo a los novacianos que para ser readmitidos en la Iglesia tenían que «entrar en comunión» con estas categorías de personas, el concilio de Nicea confirmaba por tanto el poder de la Iglesia de perdonar cualquier pecado y de volver a acoger en la plena comunión también a los «dígamos», es decir, a los adúlteros vueltos a casar y a los apostatas.

Desde entonces, en lo que concierne a los divorciados vueltos a casar, en la cristiandad han convivido dos tendencias, una más rigorista y otra más dispuesta al perdón. En el segundo milenio, en la Iglesia de Roma se impuso la primera. Pero en precedencia, durante muchos siglos, también en Occidente tuvo espacio la praxis del perdón.

Fuentes: Sandro Magister, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Comulgar Divorcio - Matrimonio - Familia Doctrina NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Polémicas Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Mayoría de los laicos austriacos a favor de la comunión a los divorciados vueltos a casar

Resultado de encuesta preparatoria para el Sínodo sobre la Familia.

 

El cuestionario enviado por el Vaticano a las diócesis para preparar el Sínodo de las Familias del próximo octubre está dando que hablar en la Iglesia europea. Primero fueron dos grupos de teólogos alemanes que reclaman un cambio en las enseñanzas de la Iglesia respecto a la sexualidad, y dentro de ello respecto al divorcio, y ahora son los laicos de Austria que en su mayoría quieren la comunión para los divorciados.

 

divorciados vueltos a casar

 

Las respuestas al cuestionario distribuido por las diócesis austríacas y difundido por ellas, expresan la voluntad de los laicos de dar los sacramentos a quienes se han vuelto a casar.

Hay que destacar que Austria es el hogar del movimiento sacerdotal “llamado a la desobediencia” (Pfarrer Initiative), liderado por Helmut Schüller, que además de la comunión a los divorciados, propugna el sacerdocio femenino, la supresión del sacerdocio obligatorio para los sacerdotes, dar la comunión a cualquier persona independientemente de que se confiese o no, admisión de cristianos de otras confesiones a la recepción de la Eucaristía, predicación de la homilía por parte de laicos, “consagración” común de la Eucaristía por parte de sacerdotes, diáconos y laicos.

Más de 30 mil personas respondieron al cuestionario difundido por las diócesis austriacas como preparación para el Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la familia y la evangelización, convocado por Papa Francisco para octubre de este año en Roma. Es lo que indicó la Radio Vaticana, citando la información de la agencia Entre las preguntas que parecen haber suscitado un mayor interés destaca la del acceso de los divorciados que se han vuelto a casar a los sacramentos. La gran mayoría de los que participaron en la consulta se dijo convencida de que la Iglesia no responde a su tarea de cuidar y conciliar si no encuentra la forma para integrar completamente a los divorciados que se han vuelto a casar en la comunidad y para permitirles el acceso a los sacramentos de la confesión y de la comunión.

Un resultado positivo, que demuestra el enorme interés de los fieles en Austria por los temas que afrontarán los obispos de todo el mundo en la próxima reunión sinodal. El cuestionario se basa en la lista de 39 preguntas que contiene el documento de preparación que el Vaticano difundió el pasado 5 de noviembre.

Los resultados en conjunto serán presentados antes de que acabe enero, es decir antes de la visita “ad limina” de los obispos austriacos, prevista del 27 al 31 de enero. Durante este encuentro los religiosos entregarán las respuestas de los fieles a la Secretaría general del Sínodo.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Divorcio - Matrimonio - Familia NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Los obispos alemanes insisten que darán la comunión a los divorciados vueltos a casar

A pesar de la oposición de la Doctrina de la Fe.

 

El presidente de la conferencia de los obispos alemanes dice que la conferencia seguirá adelante con su plan para comenzar a distribuir la comunión a los católicos que se han ‘vuelto a casar’ fuera de la Iglesia después de un divorcio, a pesar del juicio de monseñor Gerhard Müller, el prefecto de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe.

 

divorcio

 

Müller había excluido la posibilidad de que los que entran en una segunda unión sin haber obtenido la declaración de nulidad fueran elegibles para recibir la comunión.

Pero el arzobispo Robert Zollitsch de Friburgo, en una entrevista con el diario alemán Die Welt el 29 de diciembre, negó que el problema estuviera resuelto a la luz de la postura negativa de Müller. «Un prefecto no es el Papa», afirmó Zollitsch, haciendo hincapié en la importancia de una «decisión responsable [hecha] en conciencia.»

Zollitsch ha señalado al propio Papa Francisco por haber insinuado que un cambio en la política de la Iglesia podría venir en un futuro próximo:

«Me siento muy alentado por el Papa Francisco, que ha llamado a un sínodo especial sobre el matrimonio y la familia para octubre de 2014», dijo el prelado.

En una entrevista bien conocida,  mientras regresaba de la Jornada Mundial de la Juventud el 28 de julio del 2013, el Papa Francisco habló de la necesidad de desarrollar una pastoral integral de la familia y de la racionalización del proceso de anulación. También hizo referencia a la práctica de la Iglesia Ortodoxa de permitir los segundos matrimonios, dando la impresión de que la práctica católica podría sufrir una modificación.

En septiembre, la controversia acerca de la comunión de los divorciados resurgió cuando la Arquidiócesis de Friburgo lanzó directrices que ponía la recepción de la Sagrada Comunión a disposición de los feligreses divorciados vueltos a casar.

Monseñor Müller respondió rápidamente a este documento en una carta a Zollitsch del 8 de octubre, y de manera más elaborada el 22 de octubre.

A pesar de las intervenciones de Müller, el 23 de noviembre el obispo Gebhard Fürst de Rottenburg-Stuttgart señaló que los obispos alemanes adoptarían propuestas sobre el restablecimiento de los feligreses divorciados vueltos a casar, como miembros de pleno derecho de la Iglesia durante su sesión plenaria de marzo.

Varios obispos alemanes han intervenido posteriormente en la controversia, a menudo haciendo hincapié en que las dimensiones disciplinarias y pastorales en el ministerio de la Iglesia han estado funcionando una en contra de la otra.

El 12 de diciembre, el cardenal Walter Kasper, quien también es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Santa Sede, contradijo a Müller cuando afirmó que «poner a alguien fuera de la línea para la comunión, es algo que ??uno no hace».

El obispo Gebhard Fürst sugirió que el actual la práctica «no tiene en cuenta la realidad concreta» – por lo menos en algunos casos.

Hasta ahora, pocos argumentos concretos se han ofrecido sobre por qué la práctica actual de asegurar una anulación antes de realizar otra unión de la Iglesia es incapaz de resolver los problemas pastorales que han sido identificados por los obispos alemanes.

Los comentarios del Santo Padre del 28 de julio, así como carta de 22 de octubre de Müller, indican que el problema está en el proceso de anulación en sí, así como con una mala catequesis sobre el matrimonio.

Por ejemplo, Müller ha subrayado el hecho de que «toda la economía sacramental es una obra de la misericordia divina», por lo cual da a entender que las reglas de la Iglesia son como son por el bien de todas las personas.

Fuentes: Life Site News, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Disensos Divorcio - Matrimonio - Familia Doctrina Interna NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Papa Pastoral Sacerdotes Sacramentos y sacramentales Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

El escenario de discusión sobre los divorciados entre aperturistas y conservadores

¿Quién esta de cada lado?

 

El diario alemán Die Zeit sitúa el tema de los divorciados vueltos a casar como un escenario de confrontación entre los conservadores dentro de la Iglesia y la línea más aperturista que quisiera Francisco.

 

papa y el g8 posando

 

No obstante, a pesar de que existen diferencias entre los cardenales, que se han hecho públicas, tal vez no sea una línea de fractura entre dos tendencias, y quizás tampoco es seguro de qué lado está cada figura. Por ejemplo Die Zeit supone que Francisco está del lado aperturista para dar la comunión a los divorciados vueltos a casar ¿pero es así? Lo veremos en el transcurso de las semanas. 

Esto lo publicamos para su discernimiento.

«El mundo lo ama, pero…» titula el prestigioso Die Zeit, que pone nombres y apellidos tanto a los antagonistas como a los paladines del Papa Bergoglio en la Iglesia.

Según el diario, a un lado del campo de batalla, el secretario personal de Joseph Ratzinger, Georg Gaënswein, y el prefecto de Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, ambos criados en el espíritu de Tubinga (y del papa emérito); al otro, los reformadores cardenales Reinhard Marx (uno de los miembros del «G-8» cardenalicio), y Walter Kasper.

«Un poderoso clan de cardenales -cuenta Die Zeit- para quienes el argentino, con su espontáneo entusiasmo, modestia, informalidad y, sobre todo, su decidido ánimo reformista, se ha convertido en una amenaza a su tradición de poderío».

Los católicos divorciados y vueltos a casar «tendrán pronto acceso nuevamente a los sacramentos», según la predicción llevada a cabo por el cardenal alemán Walter Kasper, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al semanario alemán Die Zeit.

En una entrevista, Kasper subrayó la «necesidadde una reforma en campos que requieren, desde la Iglesia, cambios y aperturas», tal y como han subrayado los miembros del «G-8» cardenalicio y el propio Francisco.

Unos cambios que también habrán de afectar a los fieles que han contraído un segundo matrimonio y que, en su opinión,

«deben participar plenamente en la vida de la Iglesia».

Para Kasper,

«el perdón, que es posible para Dios, también puede aplicarse a la Iglesia».

¿Y en el interior de la Iglesia? 

La oposición silenciosa a Bergoglio, como se ha resaltado, cada vez lo es menos, y algunos ya hablan de un cisma encubierto, que podría plasmarse si se abre la puerta a los divorciados vueltos a casar, cuestión que algunos piensan que no debería resultar tan relevante en un mundo en el que la doctrina tiene que estar sometida al mandato del amor y de la misericordia, como apunta el propio Francisco. Francisco es visto por este grupo como un

«latino irresponsable que ha llegado y se ha atrevido a desafiar y a desordenar la estructura milenaria de la Iglesia»

Tanto Müller como Gänswein, explica el semanario alemán, han labrado su profusa biografía eclesiástica en el poderoso y milenario «semillero», teológico del arzobispado de Ratisbona, desde donde se han dictado dogma y doctrina católica desde el año 1108, y se ha decidido el curso de la Iglesia, casi tanto o más que en el propio Vaticano.

Es el mismo semillero de donde provino el papa emérito Joseph Ratzinger, quien en octubre del 2012, cuatro meses antes de renunciar, elevó a su discípulo, el cardenal, Gerhard Ludwig Müller, exobispo de Ratisbona, al cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la segunda posición con más rango y poder en el Vaticano -después de la del pontífice. Si damos por bueno que, como se ha dicho, el hoy emérito pensó en su renuncia ya en marzo de 2012, tras su viaje a México, el nombramiento de Müller podría suponer un intento por perpetuar un modelo de control doctrinal.

Die Zeit sitúa a Gerhard Ludwig Müller, de 64 años, como principal antagonista de Francisco, y analiza las posiciones eclesiásticas de uno y otro, si bien colocándolos en posturas absolutamente encontradas que probablemente merecerían una consideración más moderada. Éstas son algunas de ellas:

«Mientras Francisco está decidido a trabajar por una Iglesia modesta y misericordiosa, Müller lidera el grupo de cardenales para quienes el poder y la riqueza de la Iglesia son materias indiscutibles. Mientras Francisco llegó decidido a buscar y encontrar aliados, también entre los contrarios, como es el caso de su acercamiento a los protestantes, el cardenal Müller ve en ellos a grandes enemigos, de los que la Iglesia está obligada a protegerse».

«Mientras Francisco tiende su mano a los católicos descarriados, como por ejemplo a los divorciados, Müller cierra el diálogo con ellos e insiste con puño de acero en seguir prohibiéndoles la comunión y un lugar en la Iglesia».

«Mientras Francisco aparta a los fieles de obispos despilfarradores y vanidosos como el extitular del obispado de Limburg, Tebarz van Elst, el cardenal Müller abiertamente lo protege, le busca aliados en Ratisbona e insiste en que debe regresar a su cargo y posición».

«Mientras la visión de la Iglesia de Francisco se basa en que los creyentes y sus necesidades deben ser tenidos en cuenta a la hora de decidir las normas, para Müller es la Iglesia quien rige sobre el mundo católico y es ella quien impone a sus fieles lo que está bien y lo que está mal».

«Mientras Francisco está decidido a encontrar y señalar a los pecadores en el mismo Vaticano, Müller se aferra persistentemente a su necesidad de que sea su tribunal quien administre las condenas».

«Mientras la materia prima del apostolado de Francisco es reimplantar la misericordia como distintivo católico, el capital del Müller es propagar y administrar el miedo católico, materia prima de lo que ha sido desde tiempos inmemoriales la función de los temidos guardianes de la fe»

El otro «enemigo alemán» de Bergoglio está muy cerca de él. Se trata del prefecto de la Casa pontificia, y secretario personal de Ratzinger, Georg Gänswein. En recientes declaraciones, «Il Bello Giorgio», mostraba cómo le costó asumir la renuncia de Benedicto XVI y cómo algunas de las primeras decisiones de su sucesor, como dejar el Palacio Apostólico y vivir en Santa Marta, suponían una afrenta contra su maestro Ratzinger.

«¿Es que acaso el papa anterior y los anteriores papas no eran ni vivían modestamente?», declaró Gänswein, quien sintió la marcha del papa emérito como «una amputación».

El informe de Die Zeit, cita a Gänswein con declaraciones sobre el pontificado de Francisco de un talante altamente irónico y amargado.

«Lo que estoy haciendo es esperar a que llegue cada día para enterarme de qué será hoy diferente de como ha sido siempre».

Y no hay duda de que Francisco está dando muchos ejemplos de que su pontificado es y será diferente de lo que ha sido siempre.

Fuentes: Die Zeit, Religión Digital, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Comulgar Divorcio - Matrimonio - Familia Laicos NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Papa Pastoral Polémicas Sacerdotes Sacramentos y sacramentales Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Está abierta la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar comulguen

Se discutirá en el Sínodo, pero los alemanes los aprobarían.

 

Las especulaciones sobre un cambio en la práctica de la iglesia sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar ha crecido desde que el Papa Francisco dijo a los periodistas, en el avión de vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, que un Sínodo de Obispos en octubre 2014 exploraría una «pastoral más profunda del matrimonio», incluyendo la elegibilidad de los divorciados católicos para recibir la Comunión.

 

 

Mientras tanto, algunas diócesis de Alemania se preparan para decidir dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, con el argumento de que “el Papa ya ha señalado claramente que ciertas cosas pueden ser decididas a nivel local”.

Después de las palabras de Francisco en la “Evangelii gaudium”, el arzobispo Baldisseri, secretario general del Sínodo, confirma que el tema sigue abierto:

“Hablaremos al respecto sin tabúes. La experiencia ortodoxa puede ayudar”

“El de los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar es un tema que debe afrontarse con un nuevo enfoque”, dijo el arzobispo Lorenzo Baldisseri, que es el prelado que fue nombrado secretario general del Sínodo de los Obispos

Francisco, en la “Evangelii gaudium” no cita explícitamente el tema de los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar. Pero escribe que la eucaristía

“no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles”.

LO QUE OPINA ARZOBISPO LORENZO BALDISSERI

¿Cómo hay que interpretar estas palabras?

Hay que subrayar también la frase siguiente:

“Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia”.

El Papa relaciona estos dos elementos. Significa que quiere que estos problemas se estudien con prudencia y, por ende, con atención a la doctrina. Pero también con audacia, que para mí, equivale a “sin miedo”, tomando en consideración las situaciones concretas de las personas.

Entonces, ¿cambiarán las cosas?

El magisterio no está enyesado; es la doctrina acompañando al pueblo. Hay una constante profundización y hay aplicaciones para casos diferentes. La Iglesia debe saber encontrar la aplicación de la doctrina en el caso concreto de las personas. Este enfoque no debe hacer suponer inmediatamente conclusiones generales, normas para todos. Debemos partir de los casos concretos. Y desde allí se puede incluso desarrollar una nueva manera para poder considerar la doctrina. En el fondo, ni siquiera con las declaraciones de nulidad matrimonial intervenimos caso por caso. La pastoral es esto, no es un esquema.

¿Es correcto deducir que el tema de los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar permanece abierto?

Si fue incluido en la lista del Cuestionario, quiere decir que se pretende afrontarlo. La apertura, y se quiere hablar al respecto sin tabúes, de lo contrario no habría sido citado. Esto me parece evidente.

En la entrevista durante el vuelo de regreso de Río, Bergoglio, al respecto, recordó –sin tomar ninguna posición– la vía ortodoxa, que prevé en ciertos casos la bendición de una segunda unión…

La experiencia de la Iglesia ortodoxa puede sernos de ayuda, no solo en cuanto a la sinodalidad y la colegialidad, sino también en el caso del que estamos hablando, para iluminar el camino. Pero ahora no es el momento de discutir cuál es la mejor solución, son temas que serán afrontados en el Sínodo. Estamos empezando a hablar de ello, de una forma nueva con respecto al pasado, pidiendo información y reflexiones a la base, a las diócesis y a las parroquias, y esto nos ayudará mucho, además de la experiencia de otras Iglesias, como las orientales. Como usted recordó, incluso el Papa se refirió a esa práctica ortodoxa.

¿El cuestionario que han enviado es un sondeo?

No, no lo es y hay que insistir en ello. No es un sondeo, tal y como se concibe hoy en día, y mucho menos un referéndum. Es la voluntad de conocer directamente cuál es la experiencia de las personas, no solo individual sino también de grupo, para reunir datos estadísticos, reflexiones, elaboraciones. Así, los obispos del Sínodo sabrán cuál es el pulso de la situación sin tener que recurrir a libros o estudios sociológicos. Nuestro cuestionario es mucho más que un estudio sociológico. Es una reflexión eclesial y espiritual. Y las preguntas son abiertas…

LOS OBISPOS ALEMANES SIGUEN PARA ADELANTE CON SU PLAN DE DAR LA COMUNIÓN A LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR

Funcionarios de la iglesia en Alemania defendieron los planes de la Conferencia Episcopal del país para permitir que algunos católicos divorciados vueltos a casar recibir la comunión, insistiendo en que tienen la aprobación del Papa.

«Ya tenemos nuestras propias directrices, y el Papa ya ha señalado claramente que ciertas cosas pueden ser decididas a nivel local», dijo Robert Eberle, vocero de la arquidiócesis de Friburgo.

«No somos la única arquidiócesis que busca soluciones útiles a este problema, y ??hemos tenido reacciones positivas de otras diócesis en Alemania y en el extranjero, que nos aseguran que ya practican lo que está escrito en nuestras directrices», dijo.

Los comentarios de Eberle siguieron a la revelación del obispo Gebhard Fürst de Rottenburg-Stuttgart, el 23 de noviembre, sobre que los obispos adoptarían propuestas sobre el restablecimiento de divorciados vueltos a casar y como miembros de pleno derecho de la iglesia durante su sesión plenaria de marzo.

En una entrevista el miércoles con Catholic News Service, Eberle dijo «muchos puntos» en la exhortación apostólica del Papa, Evangelii Gaudium sugirieron que la iglesia alemana se estaba «moviendo en el camino correcto» en su actitud hacia los católicos vueltos a casar.

Uwe Renz, portavoz de la diócesis de Rottenburg-Stuttgart, también defendió la postura de los obispos. Dijo que creía que los obispos estaban actuando

«en el espíritu de las enseñanzas del Papa.»

«Nuestro propio proceso de diálogo ha demostrado que este es un problema importante tanto para los laicos católicos y sacerdotes», dijo Renz.

«El Papa Francisco ha pedido a obispos ejercer un discernimiento pastoral prudente y realista sobre este tipo de problemas, y nuestros obispos quieren que los católicos divorciados vueltos a casar sean una parte integrante de la comunidad de la iglesia, con todos los derechos», dijo.

Por su parte, el Arzobispo Gerhard Müller, prefecto de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, reafirmó en octubre la enseñanza de la iglesia que prohíbe a los católicos divorciados vueltos a casar los sacramentos sin una anulación. Su anuncio se produjo después de que la arquidiócesis de Friburgo publicó las directrices para poner la sagrada Comunión a disposición de los feligreses divorciados vueltos a casar.

Sin embargo, el cardenal Reinhard Marx de Munich y Freising, uno de los ocho miembros del Consejo internacional de los Cardenales que asesoran al Papa sobre la reforma de la Curia Romana, criticó la postura. Él dijo Müller no puede «poner fin a la discusión»

Varios líderes de las iglesias alemanas que ya recibieron las directrices de Friburgo, entre ellos el cardenal Rainer Woelki de Berlín. Le dijo a KNA, la agencia alemana de noticias católica, el 9 de octubre que los católicos que se divorciaron y se volvieron a casar son «bienvenidos en nuestras parroquias» y «nos pertenecen».

Fuentes: Vatican Insider, Catholic News Service, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Polémicas Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

El cardenal Marx se muestra más aperturista que la Doctrina de la Fe sobre los divorciados

“La Doctrina de la Fe no puede acabar con la discusión”.

 

Todos pensamos que tras las declaraciones del Prefecto para la Doctrina de la Fe, Monseñor Muller, que con firmeza expuso por qué no darle la comunión a los divorciados vueltos a casar (ver aquí), se zanjaba la discusión que había abierto el papa Francisco en declaraciones en el vuelo de regreso lusgo de la JMJ de Rio. Y que las discusiones del Sínodo de las Familias podían aportar alguna leve apertura pero sin mucha expectativa. Sin embargo, el cardenal Marx, uno de los 8 que asesoran a Francisco dijo ¡un momentito! no está todo dicho.

 

cardenal marx

 

En una respuesta a Muller, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Mónaco y miembro del grupo de consejeros del Papa dijo

“El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe no puede acabar con la discusión”.

Las palabras de Marx fueron pronunciadas el jueves pasado al final de los trabajos de la Conferencia Episcopal de Frisinga, que reúne a los obispos bávaros; además del de Mónaco participan pastores de Regensburg, Passau, Augusra, Bamberga, Würzburg, Eichstätt y Speyer.

Marx se refirió al largo artículo del arzobispo Gerhard L. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicado hace algunos días por “L’Osservatore Romano” y que fue difundido en diferentes lenguas: un texto sobre el tema de la indisolubilidad matrimonial que cancelaba drásticamente la práctica vigente en las Iglesias ortodoxas sobre la posibilidad de una bendición de las segundas nupcias tras un recorrido penitencial para el cónyuge que fue abandonado.

El artículo recibió el aplauso de algunos observadores que, satisfechos, lo definían como “un precinto” alrededor de la Iglesia, ese “hospital de campo” del Papa Francisco.

De hecho, la negación ortodoxa llegó después que el mismo Pontífice argentino se hubiera referido a ella durante la entrevista que ofreció en el vuelo de regreso de la JMJ de Río, en julio de este año. Después se supo que el artículo de Müller no era un texto inédito y que tampoco había sido escrito para la ocasión. Se trata, de hecho, de un escrito preparado y publicado en «Tagespost» el 15 de junio pasado, es decir antes de que Francisco pronunciara aquellas frases en el avión de regreso a Roma.

El hecho de que aquel pasaje sobre la negativa ante la práctica ortodoxa haya sido publicado sin modificaciones incluso después de las palabras de Papa Francisco fue interpretado por muchos observadores como una cancelación definitiva ante cualquier apertura o reforma relacionada con las normas sobre los divorciados que se han vuelto a casar.

Ahora, el cardenal Marx, miembro del consejo del Papa, afirma que con respecto a estos argumentos “se discutirá ampliamente… con cuáles resultados, no lo sé”.

Explicó también que un enorme número de fieles no puede comprender por qué “una segunda unión no sea aceptada por la Iglesia” y consideró que era inadecuado hablar sobre el divorcio simplemente como un “fracaso moral”. Marx también recordó que Roma quiere una discusión amplia en toda la Iglesia en vista del Sínodo que se está preparando.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Comulgar Defensa de la Fe Divorcio - Matrimonio - Familia Laicos NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Pastoral Polémicas Sacerdotes Sacramentos y sacramentales Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Mons. Müller descarta la comunión directa a divorciados vueltos a casar, pero deja una puerta abierta

Un freno a la hipótesis aperturista de Francisco.

 

Algunas manifestaciones de Francisco sobre que “este es el tiempo de la misericordia”, refiriéndose a la comunión a los divorciados vueltos a casar, habían abonado la hipótesis de una apertura de Francsico sobre el tema, sin enmargo, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Gerhard Müller, ha manifestado que no es posible dar sacramentos a los divorciados vueltos a casar.

 

Gerhard Muller

 

“Esta práctica no es coherente con la voluntad de Dios, tal como se expresa en las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio, y representa una dificultad significativa para el ecumenismo”, dijo Müller en un extenso documento publicado por L’Osservatore Romano.

Esto es una respuesta directa también a la diócesis alemana de Friburgo que planteaba que iba a comenzar a dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, ver aquí. Y seguramente Francisco acuerda con el planteo. Por lo tanto quedan congeladas las expectativas de cambio directo, pero deja abierta la “hipótesis Ratzinger”, que seguramente será discutida en el Sínodo de la familia en el 2014. 

Quienes tenían la expectativa de una apertura de Francsico para permitir la comunión a los divorciados vueltos a casar se agarraban de sus palabras en el vuelo de regreso desde Brasil, al responder a una pregunta sobre la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar:

«Creo que éste es el tiempo de la misericordia», dijo el papa Francisco.

Por esta razón el documento de Müller dedica su parte final precisamente a ponerse en guardia frente a una interpretación «falsa» de la misericordia:

«Además, mediante una invocación objetivamente falsa de la misericordia divina se corre el peligro de banalizar la imagen de Dios, según la cual Dios no podría más que perdonar. Al misterio de Dios pertenece el hecho de que junto a la misericordia están también la santidad y la justicia. Si se esconden estos atributos de Dios y no se toma en serio la realidad del pecado, tampoco se puede hacer plausible a los hombres su misericordia».

«Jesús recibió a la mujer adúltera con gran compasión, pero también le dijo: ‘vete y desde ahora no peques más’ (Jn 8, 11). La misericordia de Dios no es una dispensa de los mandamientos de Dios y de las disposiciones de la Iglesia. Mejor dicho, ella concede la fuerza de la gracia para su cumplimiento, para levantarse después de una caída y para llevar una vida de perfección de acuerdo a la imagen del Padre celestial».

Además el papa Francisco se había referido en esa oportunidad al ejemplo de las Iglesias ortodoxas que «permiten una segunda unión» en el matrimonio. Pero también aquí el pronunciamiento del prefecto responsable de la doctrina de la fe  ha cerrado el camino:

«Hoy existe en las iglesias ortodoxas una multitud de causas para el divorcio, que en su mayoría son justificados mediante la referencia a la Oikonomia, la indulgencia pastoral en casos particularmente difíciles, y abren el camino a un segundo o tercer matrimonio con carácter penitencial. Esta práctica no es coherente con la voluntad de Dios, tal como se expresa en las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. […] En ocasiones, se sostiene que la Iglesia toleró de hecho la praxis oriental. Esto no corresponde a la verdad».

«Igualmente, la doctrina de la epikeia, según la cual, una ley vale en términos generales, pero la acción humana no siempre corresponde totalmente a ella, no puede ser aplicada aquí, puesto que en el caso de la indisolubilidad del matrimonio sacramental se trata de una norma divina que la Iglesia no tiene autoridad para cambiar».

Y un tercer punto que aclara Müller, también precisando los dichos del Papa mal interpretados, remite al «concepto problemático de la conciencia», utilizado como excusa para permitir la comunión:

«Cada vez con más frecuencia se sugiere que la decisión de acercarse o no a la comunión eucarística por parte de los divorciados vueltos a casar debería dejarse a la iniciativa de la conciencia personal. Este argumento, al que subyace un concepto problemático de ‘conciencia’, ya fue rechazado en la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1994. Desde luego, los fieles deben examinar su conciencia en cada celebración eucarística para ver si es posible recibir la sagrada comunión, a la que siempre se opone un pecado grave no confesado. Los fieles tienen el deber de formar su conciencia y de orientarla a la verdad. Para esto, deben prestar obediencia a la voz del Magisterio de la Iglesia que ayuda ‘a no desviarse de la verdad sobre el bien del hombre, sino a alcanzar con seguridad, especialmente en las cuestiones más difíciles, la verdad y a mantenerse en ella’ (Juan Pablo II, Encíclica Veritatis splendor, n. 64)”.

«Cuando los divorciados vueltos a casar están en conciencia convencidos de que su matrimonio anterior no era válido, tal hecho se deberá comprobarse objetivamente, a través de la autoridad judicial competente en materia matrimonial. El matrimonio no es incumbencia exclusiva de los conjugues delante de Dios, sino que, siendo una realidad de la Iglesia, es un sacramento, respecto del cual no toca al individuo decidir su validez, sino a la Iglesia, en la que él se encuentra incorporado mediante la fe y el Bautismo».

Pero aquí viene la posibilidad de apertura. Müller reconoce que en un contexto como el actual los matrimonios «inválidos» son muy numerosos.

Y esto lo había destacado el papa Francisco, también en el vuelo de retorno desde Río de Janeiro, cuando recordó que su predecesor en Buenos Aires, el cardenal Quarracino, decía:

«Para mí la mitad de los matrimonios son nulos, porque se casan sin tener la madurez suficiente, sin darse cuenta que es para toda la vida, porque lo hacen por conveniencia social».

Entonces, si los matrimonios nulos son tan numerosos, ¿cómo podrán los tribunales diocesanos examinarlos a todos, determinando jurídicamente su invalidez?

Müller, aunque no plantea explícitamente esta pregunta en su documento, cita un artículo del año 1998 de Joseph Ratzinger, publicado de nuevo en la edición del «L’Osservatore Romano» del 30 de noviembre de 2011, en el que el predecesor del papa Francisco analizaba los pro y los contra de una solución hipotética: la posibilidad de acceder conscientemente a la comunión, por parte de un católico divorciado y vuelto a casar, cuando la falta de reconocimiento de la nulidad de su anterior matrimonio (por efecto de una sentencia considerada errónea o por la dificultad de probar la nulidad por vía procesal) contrasta con su fundada convicción que ese matrimonio es objetivamente nulo.

Se puede suponer entonces, que el sínodo de los obispos que se celebrará en octubre del 2014 – al que el papa Francisco le ha confiado la cuestión – examinará precisamente esta “hipótesis Ratzinger” para innovar en la materia, aunque reafirmando la absoluta indisolubilidad del matrimonio.

Fuentes: Sandro Magister, Infocatólica, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Sacramentos y sacramentales Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

El Sínodo de la familia de 2014 tratará el “cisma” de la gran cantidad de divorciados en la Iglesia

Francisco ya esbozó tres vías.

 

El problema de los divorciados en la Iglesia Católica está causando un real cisma, porque por ejemplo, impide ejercer su vida como católico comulgante, por ejemplo a una persona que fue abandonada por su pareja matrimonial. Francisco y Benedicto XVI han demostrado su preocupación, y hay un clamor en las parroquias para que la Iglesia proporciones nuevas alternativas. Y esto va a ser una parte importante en el sínodo de la Familia del año que viene. Por lo pronto, Francisco ya mencionó tres vías de abordaje complementarias respecto al problema.

 

 

Menos burocracia, procesos más ágiles y, sobre todo, más accesibles en cuanto a las causas de nulidad, además de un enfoque pastoral diferente; y sobre la comunión…

Los anuncios, contenidos en documentos como el del departamento de la diócesis de Friburgo sobre la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, acaban por complicar las reflexiones sobre el argumento, en vez de ayudar. Una reflexión que Papa Francisco encomendó al Sínodo extraordinario de octubre de 2014. Un Sínodo «en etapas» que podría continuar en 2015 con una segunda cita y un mayor grupo de obispos involucrados para tomar decisiones al respecto. El problema existe y hace sufrir a muchas personas, pero está asumiendo proporciones cada vez más grandes debido a las separaciones que son cada vez más frecuentes. El matrimonio y la familia no son inmunes a estos fenómenos.

Al contrario de lo que sucede con otras cuestiones que ha planteado cierto progresismo (como la abolición del celibato sacerdotal obligatorio o la ordenación sacerdotal de las mujeres), la cuestión de todos los que viven situaciones de pareja irregulares (y su consecuente participación en la comunidad cristiana o el problema de los sacrementos) es un tema que involucra a un número cada vez mayor de personas. El de los divorciados que se han vuelto a casar está asumiendo las dimensiones de un “cisma” silencioso

Francisco ha hablado de ello en diferentes ocasiones y ha respondido a ciertas preguntas específicas. La última vez fue hace un mes, durante el encuentro a puertas cerradas con el clero romano. El Papa escuchó una pregunta sobre los matrimonios anulados y las segundas nupcias. La respuesta fue clara y articulada. Bergoglio recordó su experiencia en Buenos Aires, en donde el Tribunal eclesial interdiocesano convertía el recorrido que debía afrontar la persona en cuestión en una maratón ardua e inútilmente burocrática.

“El problema –explicó Francisco al clero romano– no se puede reducir solamente a dar o no la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, porque los que plantean la cuestión en estos términos no comprenden cuál es el verdadero problema”. Se trata de un “problema grave, de responsabilidad de la Iglesia ante las familias que viven en esta situación”.

Es evidente que el enfoque de Papa Francisco, la insistencia en la misericordia, tiene una dirección precisa: la de acompañar, la de estar cerca de los que viven estas situaciones. Así pues, una de las primeras vías que tendrá que explorar el Sínodo es la de un enfoque pastoral para que las tantas personas que viven situaciones de “irregularidad” con respecto a las enseñanzas de la Iglesia no se sientan excluidas o rechazadas.

“Yo creo que este es el tiempo de la misericordia –dijo el Papa durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro. La Iglesia en Madre: debe ir a cuidar a los heridos, con misericordia. Pero, si el Señor no se cansa nunca de perdonar, nosotros no tenemos más elección: antes que nada curar a los heridos. La Iglesia es mamá y debe seguir este camino de la misericordia. Y debe encontrar misericordia para todos”.

Papa Francisco también había indicado una segunda vía, aunque ya lo había hecho antes su predecesor. La Iglesia, dijo Bergoglio durante el encuentro con el clero romano,

“en este momento debe hacer algo para resolver los problemas de las nulidades matrimoniales”.

Benedicto XVI había hablado sobre este argumento en diferentes ocasiones y se había demostrado disponible y abierto, desmintiendo el cliché del conservador que algunos le habían atribuido.

Durante sus vacaciones de verano de 2005, Benedicto XVI declaró:

“Todos sabemos que este es un problema particularmente doloroso para las personas que viven en situaciones que las excluyen de la comunión eucarística y, naturalmente, para los sacerdotes que quieren ayudar a estas personas a amar a la Iglesia, a amar a Cristo. Esto plantea un problema”.

“Ninguno de nosotros tiene una receta lista, incluso porque las situaciones son siempre diferentes. Diría que es particularmente dolorosa la situación de los que se habían casado en la iglesia, pero que no eran verdaderos creyentes y que lo hicieron por tradición, y después, al encontrarse en un nuevo matrimonio no válido se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento. Este es verdaderamente un sufrimiento grande, y cuando fui Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe invité a diferentes Conferencias episcopales y a especialistas para estudiar este problema: un sacramento celebrado sin fe. Si se puede decir que hay aquí un verdadero momento de invalidez porque al sacramento faltaba una dimensión fundamental, no osaría decirlo. Yo, en lo personal, lo creía, pero en las discusiones que tuvimos entendí que el problema es muy difícil y que debería ser profundizado. Pero dada la situación de sufrimiento de estas personas debe ser profundizado”.

En práctica, afirmaba Benedicto XVI, hay muchos matrimonios que son nulos porque fueron celebrados sin fe. Una espiral que podría hacer menos difícil obtener la nulidad del matrimonio. En el imaginario colectivo, desgraciadamente no sin razón, las causas de nulidad son percibidas como prerrogativas de reyes, nobles, gente famosa o que tiene la posibilidad para pagar grandes sumas de dinero.

Un trabajo de reforma serio, que tuviera en cuenta las indicaciones de Ratzinger (compartidas plenamente su sucesor) y que hiciera más sencillos y más accesibles los procesos de nulidad, permitiría que muchas personas pudieran volver a participar en los sacramentos.

El Papa Francisco lo explicó durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro a los periodistas:

“El cardenal Quarracino, mi predecesor (en Buenos Aires), decía que, en su opinión, la mitad de los matrimonios eran nulos. Pero, ¿por qué decía esto? Porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta de que es para toda la vida, o se casan porque se beden casar “socialmente”… Y esto entra en la pastoral matrimonial. Y también el problema judicial de la nulidad de los matrimonios; hay que revisarlo, porque los tribunales eclesiásticos no son suficientes para esto”.

Y hay una tercera vía. Francisco hizo una pequeña alusión durante la entrevista en el avión:

“Con respecto al problema de la comunión a las personas en segundas nupcias… Yo creo que hay que verlo en la totalidad de la pastoral matrimonial. Y por ello es un problema. Pero también un paréntesis: los ortodoxos tienen una práxis diferente. Ellos siguen la teología de la economía, como la llaman, y dan una segunda posibilidad, lo permiten. Pero creo que este problema (cierro el paréntesis) debe ser estudiado en el marco de la pastoral matrimonial… Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial un poco más profunda”.

El Papa Francisco hizo una breve alusión a la práctica en las Iglesias ortodoxas. Una intervención más articulada sobre este argumento la había pronunciado el cardenal Roger Etchegaray en un consistorio. ¿De qué se trata? Es la llamada teología de la “economía y filantropía” de los ortodoxos, que permiten, en determinadas circunstancias, una segunda unión.

La Ortodoxia no es “divorcista”; sigue las palabras de Jesús en contra del repudio hacia el matrimonio en cuanto acto unilateral y humano que deshace un vínculo divino. Pero, como medida de economía (dispensa) y de filantropía (amor), basándose en el hecho de que Cristo mismo había permiso una excepción (Mateo, 19, 9: “Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio”) a su “rechazo del rechazo”, la Iglesia Ortodoxa está dispuesta a “tolerar” las segundas nupcias.

Se trata de personas cuyo vínculo matrimonial ha sido disuelto por la Iglesia (no por el Estado), con base en el poder que tiene la Iglesia para disolver o crear vínculos. Además se concede una segunda oportunidad en algunos casos particulares, como cuando hay un adulterio continuado o cuando el vínculo del matrimonio se convierte en una ficción. La posibilidad para acceder a las segundas nupcias en caso de disolución del matrimonio se otorga solo al cónyuge «inocente». Las segundas nupcias, a diferencia del primer matrimonio, se celebran con un rito de caracter penitencial –cuyo principio es el reconocimiento de una situación de fracaso– que contiene una oración y una absolución.

Dado que en el rito de las segundas nupcias faltaba, en la antigua tradición, el momento de la coronación de los esposos –que según la teología ortodoxa es el momento fundamental del matrimonio–, existe una justificación teológica cuando los ortodoxos afirman que las las segundas nupcias no son un verdadero sacramento, sino, como máximo, un “sacramental” que permite a los nuevos esposos ser aceptados plenamente en la comunidad eclesial. El rito de las segundas nupcias se aplica también en el caso de los viudos, y esto permite afirmar que la Ortodoxia permite un solo matrimonio sacramental en toda la vida, a diferencia de lo que sucede en el catolicismo.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Pastoral Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

La Iglesia de Alemania dispuesta a abrir los sacramentos a los divorciados vueltos a casar

Una solución para un problema cada vez más extendido.

 

La mayor diócesis de Alemania trabaja para que los divorciados católicos vueltos a casar comulguen y reciban el resto de los sacramentos de los que ahora están excluidos.
«La Iglesia no puede seguir excluyéndolos». «Queremos estar abiertos a los afectados por el fracaso en su matrimonio»

 

anillos de bodas

 

¿Podrán hacer lo que está proponiendo sin el visto bueno del Vaticano? Pero más allá de que lo puedan hacer tal cual lo sugieren, este es un paso más de un delicado problema que los últimos dos papas han planteado, hablando de la necesidad de estudiarlo a fondo para buscar una solución. Incluso dentro de la reforma de la curia que están estudiando Francisco y los 8 cardenales se ha planteado la necesidad de hacer una gran consulta dentro de la Iglesia.

La diócesis de Friburgo, en el sur de Alemania, la más grande de las 27 que componen el país, quiere abrir la posibilidad de que los casados en segundas nupcias puedan acceder de nuevo a los sacramentos católicos. La diócesis enviará esta semana un nuevo manual de orientación para los directores espirituales para mejorar el tratamiento que la Iglesia da a las personas divorciadas y que tendrá validez para todo el territorio alemán, informa la agencia alemana DPA.

Además de la comunión, la confesión, el bautizo, la confirmación y la extremaunción constituyen los sacramentos de la Iglesia Católica de los que hasta ahora están excluidas las personas que tras la ruptura de un primer matrimonio deciden rehacer su vida en segundas nupcias.

La motivación de está iniciativa es la de mejorar la situación y los derechos en el seno de la Iglesia de las personas que, una vez divorciadas, han decidido volver a contraer matrimonio.

«Queremos estar abiertos a los afectados por el fracaso en su matrimonio, queremos escucharlos y encontrarnos con ellos», explicó Andreas Möhrle, jefe de los directores espirituales de Friburgo.

Möhrle razonó que teniendo en cuenta el cada vez más alto porcentaje de divorcios, la Iglesia no puede continuar excluyendo a estas personas y negarles el sacramento y liturgia católicos.

Así, los divorciados podrán en el futuro acceder a charlas con los pastores donde podrán discutir sobre su matrimonio y su fe, lo cual podría ser la base para que pudiesen acceder de nuevo a la vida de la Iglesia, así como, a tomar parte en los sacramentos.

«Por un lado, consideramos verdad que los afectados se sienten a menudo arrinconados y sufren por ello; por otro lado, conocemos las normas de la Iglesia y el derecho canónico» dijo Möhrle.

Con la nueva orientación pastoral se posibilitará un nuevo trato a los separados vueltos a casar.

Por su parte el Vaticano criticó la decisión de la diócesis alemana de Friburgo (suroeste) de abrir la posibilidad de comulgar para los divorciados casados otra vez, precisando que no refleja ningún cambio en la posición de la Iglesia.

Se trata de una decisión «firmada por una oficina del obispado de Friburgo y que para nada cuenta con el aval de la Conferencia Episcopal Alemana. Es un documento puramente local», indicó a los periodistas el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.

Sin embargo, esta noticia llega en el momento en que el papa Francisco acaba de citar a un Sínodo de los Obispos para tratar la atención pastoral a las familias, que reunirá en Roma a obispos de todo el mundo entre el 5 y el 19 de octubre de 2014.

En esta reunión uno de los temas a tratar, como ya se ha mencionado antes, es el tema de los divorciados vueltos a casar.

 Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Papa Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Francisco habló con los sacerdotes sobre el divorcio y las ofrendas

Instrucciones y consejos.

 

Francisco se reunió el lunes 16 con los sacerdotes de San Juan de Letrán en una reunión, que se prolongó durante más de dos horas y media. Y dos temas surgieron como importantes, el tema de los divorciados y las ofrendas.

 

francisco ante la tumba de juan pablo ii en san juan de letran

 

El Papa Francisco habló también de los “gravísimos problemas de la Iglesia”, “pero sin pesimismo”.

Pero aclaró que:

“La Iglesia no se derrumba. La Iglesia nunca ha estado tan bien como hoy, es un momento hermoso de la Iglesia, basta leer su historia. Hay santos reconocidos incluso por los no católicos (pensemos en la Beata Teresa), pero hay una santidad cotidiana de muchos hombres y mujeres, y esto da esperanza. La santidad es más grande que los escándalos”.

EL DIVORCIO

Un tema importante de los tratados fue el tema de los divorciados y la nulidad del matrimonio, un tema que él ya había tratado y que fue un tema de inquietud de Benedicto XVI. Indicó que hay propuestas al respecto, estudios y análisis profundos en curso. Hablarán de ello en octubre con el grupo de los ocho cardenales y en el próximo Sínodo de los obispos.

Ya el 28 de julio durante su vuelo de regreso a Roma desde Río de Janeiro Francisco había dicho:

«Los ortodoxos tienen una práctica diferente, siguen la teología de la ‘oikonomia’ (economía o administración), como lo llaman, y permiten una segunda darle una segunda posibilidad».

Sobre la mención que Francisco hizo a los ortodoxos hay que tener en cuenta que, a diferencia de la anulación, que declara que la unión no era válida desde el principio, el decreto ortodoxo no pone en duda la validez inicial de un matrimonio sacramental, y a diferencia de un divorcio civil no disuelve el matrimonio. Por el contrario, los ortodoxos lo describen como un reconocimiento de que el matrimonio ha terminado debido a la falta o pecado de uno o ambos cónyuges.

La ortodoxia se refiere a la unión matrimonial como, en principio, para toda la vida e indisoluble, y condena la ruptura del matrimonio como un pecado y un mal.Pero al tiempo que condena el pecado, la iglesia todavía desea ayudar a los pecadores y para permitirles una segunda oportunidad. Por tanto, cuando un matrimonio ha dejado del todo de ser una realidad, la Iglesia Ortodoxa no insiste en la preservación de una ficción legal.

El divorcio es visto como una concesión excepcional pero necesario por el pecado humano. Es un acto de «oikonomia» y de «philanthropia» (amor bondadoso). Sin embargo, a pesar de ayudar a los hombres y las mujeres a subir de nuevo después de una caída, la Iglesia Ortodoxa sabe que una segunda alianza no puede ser la misma que la primera, y así en el servicio para un segundo matrimonio las ceremonias alegres se omiten y se sustituye por oraciones penitenciales.

Y el Papa indicó a a sus sacerdotes trabajar en la “acogida” de las parejas que conviven  y la decisión valiente y creativa de dirigirse hacia las “periferias existenciales”. Una acogida que se debe ejercer en la verdad. “Decir siempre la verdad”, sabiendo que “la verdad no se acaba en la definición dogmática”, sino que se inserta en “el amor y en la plenitud de Dios”. Por ello, el sacerdote debe “acompañar”.

Habló sobre experiencias en Buenos Aires de creación de “cursos personales” para las parejas que quieren casarse pero que no pueden frecuentar los cursos prematrimoniales porque trabajan hasta tarde.

La prioridad, sin embargo, siguen siendo “las periferias existenciales”, que también son “las de las familias”, sobre las que habló en muchas ocasiones Benedicto XVI, sobre todo en relación con los segundos matrimonios. Nuestra tarea, dijo el Papa, es “encontrar otro camino, en la justicia”.

TEMAS ECONÓMICOS

El  Papa Francisco criticó severamente a los que en una parroquia se preocupan más por el dinero para un certificado que por el sacramento mismo.

Con esta actitud solo “alejan a la gente”. Se requiere, en cambio,

la “acogida cordial: que los que vengan a la Iglesia se sientan en su casa. Se sientan bien. Que no sientan que los están explotando”.  

“Un sacerdote, una vez, no de mi diócesis, de otra diócesis –contó Bergoglio–, me decía: ‘Pero yo no pido que paguen nada, ni siquiera las intenciones de las Misas. Tengo ahí una caja y si ellos quieren dejar lo que quieran, pues muy bien. Pero, padre, ¡tenemos casi el doble de lo que tenía antes! Porque la gente es generosa, y Dios bendice estas cosas’”.

Si, en cambio,

“la gente ve que hay un interés económico, entonces se aleja”.

 Fuentes: L’Osservatore Romano, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Divorcio - Matrimonio - Familia Medios de comunicación NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Pastoral Penas Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Los significativos comentarios de Francisco sobre los divorciados vueltos a casar

Benedicto XVI y Francisco en busca de una solución.

 

Los comentarios de Francisco sobre los divorciados podrían ser más importantes que cualquier otra cosa que dijo en el avión ante los periodistas de regreso de la JMJ de Río.

 

 

Francisco, al igual que Benedicto XVI, está preocupado por este problema y buscan una solución jurídica al asunto de las segundas uniones.

En la conferencia de prensa con los periodistas en el avión de vuelta desde Río Francisco dijo las siguientes palabras sobre el tema de los sacramentos a los divorciados y vueltos a casar, que bien pueden ser muy importantes, no han atraído muchos comentarios.

Las palabras de especial interés son los siguientes:

En cuanto el problema de la comunión a las personas en segunda unión -porque los divorciados sí pueden hacer la comunión-, creo que esto es necesario mirarlo en la totalidad de la pastoral matrimonial. Esto es un problema. 

Pero abro un paréntesis: los ortodoxos tienen una praxis diferente, ellos siguen la teología de la economía, hacen una segunda posibilidad y cierro paréntesis. Creo que este problema hay que estudiarlo en el marco de la pastoral matrimonial. Y por eso uno de los temas a consultar con estos 8 del consejo de cardenales, que nos reuniremos el 1, 2, 3 de octubre, es cómo seguir adelante en la pastoral matrimonial.  

Y otra segunda cosa, estuvo conmigo hace pocos días el secretario del sínodo de obispos, para el tema del próximo sínodo, es un tema antropológico, pero hablando y hablando vimos que este tema antropológico hay que tratarlo en la pastoral matrimonial profunda. Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial profunda, es un problema y hay tantos problemas.  

Les digo una: mi antecesor, el cardenal Quarracino decía que la mitad de los matrimonios eran nulos porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta de que es por toda la vida, quizás se casan por motivos sociales… y esto entra en la pastoral matrimonial.  

Y también el problema judicial de la nulidad de matrimonios también eso debemos revisar porque los tribunales eclesiásticos no bastan para eso. Es complejo el problema de la pastoral matrimonial.

Esto es mucho más revolucionario que todo lo que el Santo Padre tenía que decir sobre el caso de Monseñor Ricca y los homosexuales, que tuvo mucha más prensa. Es interesante notar que algo ya está en marcha con respecto a los que están en segunda unión: el Papa ha pedido al Consejo de Cardenales para discutirlo en octubre, y el Sínodo de los Obispos se va a enfrentar el problema, así, parece.

En la actualidad, a los que están en segundas uniones se les dice que no pueden recibir la Santa Comunión. Pero mucha gente lo hace sin tenerlo en cuenta, al igual que muchas otras personas que viven en uniones irregulares.

Este segundo grupo – los que viven juntos sin estar casados ??entre sí canónicamente, o incluso en lo civil – representan un grupo significativo. Y una duda es si no han pasado numéricamente a los divorciados y vueltos a casar.

El verdadero problema al que nos enfrentamos es en este: ¿en realidad la gente no quiere casarse más, o siente la necesidad de casarse?

Este no es el caso en todas partes, pero en algunos países la cohabitación sin la bendición de la Iglesia o del Estado es la norma.

En la actualidad, la normativa actual sobre el matrimonio y las segundas uniones hacen hincapié en que el «primer» matrimonio es en realidad el único matrimonio y que casarse es un paso muy importante, de hecho irrevocable.

Sin embargo la realidad es que  ha causado sufrimiento a los de segunda unión, especialmente los que son la partes inocente, y es esta preocupación que le lleva a Francisco a plantear el tema.

LOS PASOS DE BENEDICTO XVI

Benedicto XVI en la audiencia a la Rota Romana a fines del 2012, pidió a los jueces eclesiásticos y “rotales” “más reflexiones” sobre la falta de fe de los esposos como posible causa de nulidad del matrimonio.

No pretendo sugerir –precisó– ningún automatismo fácil entre la carencia de fe y la invalidez de la unión matrimonial, sino más bien indicar que tal carencia puede, aunque no necesariamente, herir incluso los bienes del matrimonio.

No es la primera vez que el Pontífice afronta este argumento. En julio de 2005, mientras se encontraba de vacaciones en Les Combes, respondió a una pregunta relacionada mientras hablaba con unos sacerdotes del lugar.

Ninguno de nosotros –dijo– tiene una receta ya lista, sobre todo porque las situaciones siempre son diferentes. Me parece particularmente dolorosa la situación de todos los que se casaron en la Iglesia, pero que no eran verdaderamente creyentes y lo hicieron por tradición, y después, al encontrarse en un nuevo matrimonio no válido, se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento. Este es verdaderamente un sufrimiento grande y cuando fui Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe invité a diferentes Conferencias Episcopales y a especialistas a que estudiaran este problema: un sacramento celebrado sin fe. Si fuera posible encontrar, realmente, un momento de invalidez porque al sacramento le faltaba una dimensión fundamental, no osaría decirlo. Yo, personalmente, lo creía, pero de las discusiones que hemos tenido al respecto entendí que el problema es muy difícil y que todavía debe ser analizado profundamente. Pero, dada la situación de sufrimiento de estas personas, hay que analizarlo.

En 1972, como teólogo, Joseph Ratzinger había indicado los límites de las demostraciones procesales que declaran la nulidad matrimonial. Como cardenal arzobispo de Mónaco, durante el Sínodo sobre la familia de 1980, Ratzinger escribió a los agentes pastorales de su diócesis:

El Sínodo indica como una categoría aparte a todos los que han llegado a la motivada convicción de consciencia, con respecto a su primer matrimonio, aunque no sea posible la prueba judicial a su favor. En un caso semejante se puede, evitando el escándalo, conceder la autorización para recibir la comunión.

En octubre del año siguiente, con una carta a “The Tablet”, Ratzinger rectificó las interpretaciones demasiado aperturistas de sus palabras, explicando que en 1972 había hablado como teólogo y que entonces, como Prefecto del ex Santo Oficio, creía que la solución de la consciencia del individuo era impracticable, dado que el matrimonio no es un acto privado y tiene repercusiones en la vida del cónyuge, de los hijos, de la sociedad civil y eclesial. Pero también en aquella ocasión concluyó diciendo que en algunos casos excepcionalmente raros se podía recurrir a la Penitenciaría apostólica después del fracaso de los procesos canónicos.

Ratzinger volvió a hablar sobre el argumento en el libro-entrevista del periodista Peter Seewald, “La sal de la tierra” (1997). Afirmó que:

En un futuro se podría incluso llegar a una constatación extrajudicial de la nulidad del matrimonio. Esta podría, tal vez, ser constatada por los que tienen la responsabilidad pastoral en el lugar.

Una apertura sobre la posibilidad de que la última palabra sobre la nulidad matrimonial recaiga en el obispo, con una mayor atención a cada una de las situaciones, y no solo en los tribunales eclesiásticos.

En fin, en 1999, en la instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la pastoral de los divorciados que se han vuelto a casar, que insistía en la exclusión de la comunión sacramental, Ratzinger observó:

Debería aclararse si verdaderamente cada matrimonio entre dos bautizados es ipso facto un matrimonio sacramental. La fe pertenece a la esencia del sacramento.

Este último argumento va en la línea de lo que expresó Francisco.

Fuentes: Catholic Herald, Radio Amanecer, Signos de estos Tiempos 

 

Haga click para ver las otras noticias

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: