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¿De qué modo se Establece la Comunicación entre Nosotros y los Santos del Cielo?

La experiencia y la doctrina indican que efectivamente nos comunicamos con los santos en el Cielo.

Que esa comunicación es de doble vía.

Enviamos y recibimos comunicación.

Y es por eso que podemos pedirle intercesión a los santos.

Aunque los protestantes nos ‘satanicen’ por eso; pero se equivocan.

paloma y gente rezando

Personas que tuvieron experiencias cercanas a la muerte nos dicen que en el cielo la comunicación es de espíritu a espíritu.
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Y tal vez aquí en la tierra exista algún vestigio de ese tipo de comunicación, entre las personas, los animales y las cosas.
.
Pero hay tanto ruido que no le prestamos atención a ese tipo de flujos.

¿Cómo funciona todo este intrincado sistema de comunicación que no implica la presencia frente a frente de las personas?

Comencemos con lo primero. ¿Pueden los santos en el cielo realmente escuchar y responder a nuestras oraciones? 

corona de adviento y la virgen maria con santos fondo

 

LOS SANTOS EN EL CIELO Y LOS QUE PEREGRINAMOS EN LA TIERRA NOS COMUNICAMOS

Los hermanos separados (los evangélicos y protestantes) sostienen que los que están en el Cielo están muertos.

Y que tratar de comunicarse con ellos configura el pecado de nigromancia e implica idolatría.

Su posición dicen que es bíblica, sin embargo no lo es porque ellos leen solamente en forma textual la biblia y no relacionan pasajes de la escritura.

Hay una serie de pasajes de la Escritura, que directa o indirectamente se relacionan con nuestra pregunta:

¿Pueden los santos en el cielo realmente escuchar y responder a nuestras oraciones?

  • Hebreos 12: 1 “teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos [en otras palabras, los héroes y mártires de la fe de los siglos pasados], sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone”

Por lo tanto, los héroes y mártires son un buen ejemplo para nosotros, y nos rodean como espectadores en una carrera.

Obviamente que saben de nosotros y pueden ver nuestras luchas desde el cielo. 

  • Santiago 5: 16 “orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder”

En otras palabras, los intercesores más poderosos de la Iglesia son los más avanzados en la santidad.

Y quien está más avanzado en la santidad de su alma ya está santificado por completo y en el cielo. 

  • Apocalipsis 8: 3 “Otro Ángel vino y se puso junto al altar con un badil de oro. Se le dieron muchos perfumes para que, con las oraciones de todos los santos, los ofreciera sobre el altar de oro colocado delante del trono”

En este pasaje, es importante tener en cuenta que el Nuevo Testamento usa la palabra ‘santo’ para todos los bautizados, no porque todos somos perfectamente santos, sino porque todos hemos recibido al menos el don del Espíritu Santo.

Así que este pasaje implica que los ángeles y los ancianos (líderes cristianos santos ahora en el cielo) escuchan la oraciones de todos los cristianos en la tierra, y unen su oración ahora con la nuestra.

En resumen, poniendo estos pasajes juntos, sin duda dan cuenta que los santos en el cielo saben de nuestras luchas en la tierra y de nuestras oraciones.
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Y unen sus poderosas oraciones de intercesión con las nuestras. 

PERE SERRA. RETABLO DE TODOS LOS SANTOS. MONASTERIO DE SAN CUGAT. Foto Josep Renalias. PINTURA MEDIEVAL. SIGLO XIV. SCIAPODA

Las primeras liturgias de la Iglesia, cuando los hermanos no estaban separados, tienen pasajes que implican que los santos unen sus oraciones con las nuestras, y que las nuestras se unen con las de ellos.

Algunos ejemplos de estas primeras oraciones litúrgicas se incluyen en el rito moderno de la Eucaristía:

“Por este don de tu benevolencia tu familia te adora y, unida a los ángeles y a los santos, canta el himno de tu gloria” (Prefacio del Bautismo, que es bastante similar al de la Confirmación, la Eucaristía, etc).

También hay invocaciones de los mártires inscritas en las catacumbas de la época de finales del siglo segundo en adelante.

La primera oración que se dirige directamente a la Virgen María, de la cual tenemos registro, fue escrita a principios del siglo tercero.

En el siglo cuarto la invocación de los ángeles y de los santos es una práctica generalizada en la Iglesia, y no hay ninguna evidencia de ninguna división significativa o disputa sobre ella.

La doctrina de la invocación de los ángeles y los santos también encaja bien con el patrón más amplio de la Fe cristiana.

Nuestro crecimiento en la fe y la santidad es ayudada por la intercesión de otros miembros del Cuerpo de Cristo (Ef 6:18; 1 Tesalonicenses 3: 11-13; 1 Tim 2: 1-4).

Y la Iglesia en la tierra y en el cielo evidentemente, están unidos de alguna manera en Cristo (Hebreos 12: 22-24).

Es difícil interpretar cómo es que pedir a los ángeles y santos que oren por nosotros puede ser mal interpretado como “idolatría” (la acusación hecha por algunos evangélicos).

Mientras que pedir a los miembros de la familia cristiana o a los amigos oraciones no lo es.

Ambos actos parecen estar basadas en principios similares de la caridad y la oración de intercesión.

La idolatría sólo ocurriría si uno creyera que un santo o un ángel nos daría algo que nuestro Señor no lo haría.

Pero las auténticas oraciones a los ángeles y los santos no son más que solicitudes para que oren por nosotros a Él.

La dirección final sigue siendo la misma como en el “Ave María”: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. 

Podríamos argumentar que existe un caso acumulativo sobre esta doctrina, que combina las implicaciones de la Escritura, la tradición primitiva de la Iglesia, y encaja en el patrón de la Fe Católica. 

Esto hace que haya una “certeza moral” (es decir más allá de toda duda razonable) que efectivamente podemos pedir a los ángeles y los santos por sus oraciones.

Y que nos pueden oír y respondernos al orar por nosotros.

A esto se añade el hecho de que los Concilios Ecuménicos y los Papas siempre han apoyado fuertemente esta doctrina.

Y por lo tanto podemos ir más allá de la mera certeza moral.
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Podemos tener “la certeza de la fe” que esta verdad se nos ha revelado por Dios.

Sobre esto leer también:

Esto pone sobre la mesa la interrogante sobre cómo es la forma en que nos comunicamos entre el Cielo y la Tierra.

Miremos primero lo que sucede en el cielo y luego veamos cómo esa misma mecánica sucede entre el cielo y la tierra.

ciudad del cielo

 

LOS QUE ESTÁN EN EL CIELO ESCUCHAN LOS PENSAMIENTOS

Piensa en cada pensamiento como si los demás pueden oírlo.

Un día, lo harás. Es una buena práctica para la eternidad.

No hay necesidad del movimiento de los labios.
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Las preguntas son respondidas al instante – casi antes de que se las haga.

Fue sorprendente la velocidad con la que yo estaba aprendiendo”, dijo una mujer llamada Elane que con frecuencia se cita por dos investigadores de experiencias cercanas a la muerte.

El conocimiento que de alguna manera había dormitado el fondo de mi alma fue puesto en libertad, y yo estaba muy entusiasmada por el conocimiento despertado”.

“La luz y el conocimiento estaban fluyendo en mí desde todas las direcciones”.

“Podía sentirlo. Cada parte de mi cuerpo estaba reverberando cuando la luz brotaba.

Incluso mis dedos eran receptores de la luz y el conocimiento”.

cielo

 

HAY UNA COMUNICACIÓN TOTAL

El conocimiento es puro. De repente todo tiene sentido.

En un estudio, un tercio de las personas con experiencias cercanas a la muerte tuvieron la experiencia del conocimiento que parecía manar de Dios.

“Su Luz comenzó a llenar mi mente y mis preguntas fueron contestadas antes de que yo les preguntara plenamente”, señaló una mujer de Seattle.

“Su luz era conocimiento. Tenía un poder que me llenaba de verdad.
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Cuando hube ganado confianza y dejé el flujo de luz en mí, mis preguntas llegaron más rápido de lo que creía posible, y fueron contestadas con la misma rapidez”.

manos en el cielo dios y hombre fondo 

 

¿Y LOS OTROS SENTIDOS?

“Pude oír, lo que nunca había oído en mi vida”, otra mujer le dijo a un investigador.

Yo podía oír el suave susurro del viento en los árboles debajo de mí.

Podía oír el murmullo y el tintineo de las muchas aguas corrientes. Podía oír los gritos lejanos de los niños en el juego, y el ladrido de un perro feliz.

Podía oír el canto de muchos pájaros en los árboles de abajo.

Yo no había oído el canto de los pájaros durante muchos años”.

Tal es el despertar, tal es la conexión.
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En el espíritu, ellos podrían “saborear” los sonidos y “oír” los colores.
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Se podía ver cada molécula de todo al alrededor.

Leer también aquí 

Mientras eso nos han contado quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte, hay otro misterio tan grande como ese que es cómo se comunican los que están en el cielo con los que estamos en la tierra.

estatuas de santos

 

QUE FORMA TIENEN LOS SANTOS DE COMUNICARSE CON NOSOTROS

Muchas cosas que suceden en el cielo son un misterio para los de la tierra.

Pero otras están bastante bien discernidas como la intercesión de los santos por nosotros, que supone siempre una comunicación entre ambos, santos y nosotros.

La experiencia indica además que esa comunicación es de doble vía, enviamos y recibimos comunicación.
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Aunque a veces no podamos percatarnos por la “suciedad” de nuestros sensores.

Los protestantes objetan la invocación a los santos en la oración por la sencilla razón de que creen que esta práctica oscurece la mediación de Cristo.

Sin embargo, la Iglesia Católica enseña que las oraciones de los santos en el Cielo están mediadas a Dios Padre por medio de Jesucristo.

Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre, tanto si los hombres están en el cielo o en la tierra.

ciudad de los cielos

 

LE PEDIMOS A UN SANTO COMO LE PEDIMOS A UNA AMIGO QUE TENEMOS ENFRENTE

La Iglesia Católica pide a un santo en el cielo oración por las personas.
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Como una persona podría pedirle a un amigo oración.

Sin embargo, existe una gran diferencia entre pedirle a un amigo que ore por mí que pedirle a San Pablo que ore por mí.

Por ejemplo, un amigo que está de pie en la sala me oye decir: “por favor, oren para que yo prepare una buena conferencia para la clase de mañana.”

Si yo fuera a pedir la misma “oración” a San Pablo, es obvio que no se presentaría en la sala con los oídos corporales listo para recibir mi petición vocal.

Entonces, ¿cómo esta oración se transmite a San Pablo? ¿Y si hay 2.000 personas pidiendo oraciones a San Pablo al mismo tiempo?

el-culto-a-los-santos-en-la-iglesia-primitiva

 

COMO ESCUCHAN LOS SANTOS LAS PETICIONES

Algunos protestantes suponen que los católicos creen que los santos son omniscientes u omnipotentes.

Pero la Iglesia Católica no enseña que los santos en el cielo sean omniscientes u omnipotentes.

Así que si no son omniscientes, ¿cómo es que “escuchan” las peticiones de oración que vienen de la tierra?

La respuesta es el Espíritu Santo.

San Agustín enseña que al igual que la Iglesia es el cuerpo de Cristo, el Espíritu Santo es el “alma de la Iglesia.”

Lo que el alma es en nuestro cuerpo, lo es el Espíritu Santo al cuerpo de Cristo, la Iglesia (Sermón 267, 4: PL 38, 1231 D).

La presencia del alma en el cuerpo humano es lo que permite que los mensajes se muevan a través del cuerpo.

El cerebro puede provocar que los dedos se muevan o el ojo vea. Pero esto no puede suceder en un cuerpo muerto.

El alma es lo que permite que los mensajes viajen por el cuerpo. Si le quitas el alma, el cerebro no puede pedir mover los dedos del pie y el estómago no puede pedir a las manos y la boca que le den de comer.

Esto es en la comunión de los santos.

El Espíritu Santo permite que el sistema nervioso central del cuerpo de Cristo envíe mensajes de ida y vuelta el uno al otro.
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El Espíritu Santo es quien da a los santos su condición de “santos”.

Francesco Botticini asuncion de maria al cielo

 

LOS SANTOS ESTÁN FUERA DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO

Aquí viene una primera objeción.

Si lo que dices es verdad y el Espíritu Santo transmite “las peticiones de oración” de nosotros a los demás cristianos en el cielo,

¿Por qué no puedo enviar una petición de oración por telepatía a un cristiano que vive en China?

La primera objeción se responde a cuenta del “tiempo y espacio.”

Si estamos separados por el tiempo y el espacio de otra persona, no podemos comunicarnos.

Esto no es del todo cierto respecto al espacio en la era de los teléfonos celulares y correo electrónico.

Y por otro lado hay algunas evidencias que muestran que en ciertos casos podemos comunicarnos espiritualmente en la tierra con otras personas.

El santo no es glorificado en el tiempo o el espacio.
.
Así que él o ella de alguna manera pueden escuchar un millón de oraciones “a la vez” por medio del Espíritu Santo, que es infinito.

todos los santos

 

MENSAJES DE IDA Y VUELTA

Una segunda objeción.

Si lo que dices es verdad y el Espíritu Santo transmite “las peticiones de oración” de nosotros los cristianos a los que están en el cielo,

¿Por qué no nos pueden enviar mensajes personales a la vuelta?

La segunda objeción se responde mediante el reconocimiento de que los santos “envían mensajes” a los fieles en la tierra.
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Lo que sucede que a veces no las podemos escuchar porque tenemos ruido y suciedad en nuestro canal de comunicación.

Hay muchísimos casos de comunicación.

Por ejemplo, san Gregorio de Nisa explica que San Gregorio el Iluminador recibió una visión en la que:

Él escuchó a uno que había aparecido en forma de mujer exhortando a Juan el Evangelista explicar a un joven el misterio de la fe verdadera.

Juan, por su parte, declaró que estaba totalmente dispuesto a complacer a la Madre del Señor, aún en esta materia y que esto era lo más cercano a su corazón.

Y así, la discusión llega a su fin, y después de haber dejado esto bien claro y preciso, los dos desaparecieron de su vista.” (San Gregorio de Nisa, Vida de San Gregorio Taumaturgo)

Aquí tenemos un ejemplo de la Santísima Virgen y San Juan apóstol que aparecen a alguien en la tierra con un mensaje.

La historia de la Iglesia está llena de ejemplos de este tipo.

hombre mirando al cielo

 

¿Y EL PECADO DE NIGROMANCIA?

Una última objeción. ¿Pero no es la oración a los muertos un pecado de nigromancia?

Técnicamente, la nigromancia es consultar a los muertos con el fin de discernir el futuro.

La nigromancia palabra deriva de Nekros, “muerto”, y manteia, “adivinación”.

En primer lugar los santos en el cielo no están “muertos”.
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Ellos están vivos en Cristo, ¡más vivos que nosotros!
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“Él no es un Dios de muertos, sino de vivos; Ustedes están muy equivocados”
(Marcos 12:27).

En segundo lugar, los católicos no pedimos a los santos oración para que puedan predecir el futuro.
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Tal vez la tía de alguien en México haga conjuros a través de la combustión de hierbas y la invocación a los santos.
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Pero eso no es lo que la Iglesia Católica enseña o promueve.
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Es un abuso y una herejía.

En última instancia, los santos glorificados en el cielo asumen su identidad sacerdotal como el pueblo de Dios.

Esta identidad sacerdotal implica la intercesión.

Y para que ellos continúen derramando el amor con nosotros, lo único que ellos pueden hacer es orar por nosotros. “Estamos rodeados por una gran nube de testigos” (Hebreos 12:1).

mosaico de santos

 

SOMOS ESPÍRITUS QUE SE CONECTAN A TRAVÉS DEL ESPÍRITU SANTO

En definitiva tanto en la tierra como en el cielo, como entre el cielo y la tierra, estamos conectados (y afectados) de manera que no vemos.
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Hay energía – la energía espiritual – a nuestro alrededor.
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Las palabras y los pensamientos tienen una fuerza real.

Un ejemplo del valor de la energía espiritual lo podemos encontrar a través de estudios de un científico japonés que afirma haber encontrado que los cristales de agua reaccionan a la oración, la música, y al ambiente creado por las palabras.

Dijo que había visto resultados sorprendentes en la forma de los cristales de agua formados maravillosamente cuando estaban en la presencia de gente rezando o con música clásica.

Pero con formato incorrecto y feo cuando la tensión estaba en la vecindad (o si había música heavy-metal).

 

UN CASO ESPECIAL: ¿CÓMO LES LLEGAN A LOS SANTOS LAS CARTAS QUE LES ENVIAMOS?

Acá presentamos dos casos.

Uno es el caso de San Antonio de Padua, en que cartas puestas en la mano de una estatua suya llegan al destinatario.

Y otra la revelación del recurso que usaba Santa Gemma Galgani para enviar cartas, que incluso fue puesto a prueba para experimentar su veracidad.

 

LA ENTREGA DE CARTAS MILAGROSAS DE SAN ANTONIO DE PADUA, DEL QUE SALIÓ LA COSTUMBRE DE ESCRIBIR SAG (SAN ANTONIO GUÍA)

Se ha convertido en una práctica popular para la gente a escribir “SAG” en los sobres antes de colocarlos en el correo.

Las letras de “San Antonio Guía” debido a la milagrosa historia a continuación.

Durante su vida, Dios hizo innumerables milagros en la vida del sacerdote franciscano San Antonio de Padua (1195-1231) y su fama de santidad fue universalmente aclamada.

Así que en cierto sentido, no es de extrañar entonces que, inmediatamente después de la muerte de San Antonio, los milagros obrados en su tumba fueran tan prodigiosos que el obispo de Padua solicitara al Vaticano su canonización.

Guercino_Antonio_ de Padua

Una investigación judicial fue instituida sin demora, y por una excepción considerada sin precedentes en la historia, el 30 de mayo 1232 el Papa Gregorio IX, solemnemente pronunció el decreto de canonización, sólo once meses después de la muerte de Anthony.

Su madre y dos hermanas que le sobrevivieron tuvieron el extraordinario y extremadamente raro privilegio de ser testigos de la ceremonia de canonización y unirse a los festejos que siguieron al anuncio.

Quienes están familiarizados con el proceso de canonización saben que una canonización rápida es desconocida en la Iglesia Católica, porque el proceso normal requiere mucho estudio de la vida de los propuestos santos, y normalmente son canonizados décadas, y muy a menudo siglos después de su muerte.

Tal fue la extraordinaria santidad de San Antonio.

El origen de las iniciales “SAG” y por qué se escribe a menudo en los sobres es la siguiente:

Un comerciante español llamado Antonio Dante salió de España para América del Sur en 1729 para establecer un negocio en Lima, Perú. 

Su esposa, que permaneció en España, escribió una serie de cartas dirigidas a él sin recibir respuesta.

Después de muchos meses llenos de preocupación y con la mayor fe y sencillez, ella llevó una carta a la Iglesia de San Francisco en Oviedo. [San Francisco y San Antonio eran amigos cercanos y compañeros durante su vida.]

En la iglesia había una gran estatua de San Antonio, y coloca la carta a su marido en su mano extendida y reza la siguiente oración con confianza, pidiendo su intercesión celestial: 

“San Antonio, te ruego a ti, deja que esta carta le llegue y obtén para mí una respuesta rápida”. 

Al día siguiente volvió a la iglesia y vio que su carta seguía allí.

Llorando por la frustración de que su carta no había sido entregada, atrajo la atención del hermano sacristán que escuchó su historia.

Después, él le dijo que él había tratado de quitar la carta pero no pudo, y le pidió a la señora si ella trataba de sacarla de la mano de la estatua.

Ella lo intentó, y lo hizo con facilidad.

Pero la carta que retiró de la mano de la estatua de San Antonio no fue la que colocó allí el día anterior, era una carta de su marido.
.
Al retirar la carta de su mano, trescientas monedas de oro cayeron de la manga de la estatua.

Asombrado, un buen número de los frailes fueron llamados y corrieron al lugar, esperando a que se abriera la carta milagrosa. La carta estaba fechada el 23 de julio 1729 y decía:

“Mi querida esposa.

Desde hace algún tiempo he estado esperando una carta tuya, y he estado muy ansioso y preocupado por no tener noticias tuyas.

Pero al fin tu carta ha llegado, y me ha dado alegría.

Un Padre de la Orden de San Francisco, me la trajo.

Te quejas de que he dejado tus cartas sin respuesta.

Te aseguro que cuando no recibí ninguna carta tuya yo creí que habías muerto, pero puedes imaginar mi alegría por la llegada de tu carta.

Te respondo ahora por el mismo Padre religioso, y os envío trescientos escudos de oro [monedas], que debería ser suficiente para tu apoyo hasta mi pronto regreso”.

“Con la esperanza de pronto estar con ustedes, ruego a Dios por vosotros, y me encomiendo a mi querido patrón San Antonio, y deseo ardientemente que puedas seguir enviandome noticias de ti misma.

Con el mayor afecto,
Antonio Dante “

La carta original, escrita en español, es cariñosamente conservada en el monasterio franciscano de Oviedo.

En memoria de este acontecimiento, la práctica de escribir SAG (San Antonio Guía) en las cartas se ha convertido en popular, para poner las cartas bajo la protección de San Antonio con la confianza de que la carta llegará de forma segura a su destino correcto.

 

LAS ENTREGAS DE CARTAS ANGELICALES EN LA VIDA DE SANTA GEMA GALGANI 

Otro caso más reciente de las entregas de correo milagroso ocurrió en la extraordinaria vida de la estigmatizada y mística del siglo XX Santa Gemma Galgani (1878-1903).

Santa Gema de Galgani

En la “Vida de San Gemma Galgani” escrita por su director espiritual, el Venerable Padre Germanus Ruoppolo, pocos años después de su muerte, relata cómo la extraordinaria mística tenía tal familiaridad con su ángel de la guarda que a veces sus cartas las confiaba a él para su entrega segura:

“Un día, con la más encantadora sencillez, ella oró al ángel para llevar la carta que le había escrito a su director espiritual.
.
Estando familiarizada con el ángel, ella no tenía ninguna duda en cuanto al resultado.
.
Viviendo dependiente de la caridad de la familia Giannini [con quien vivía], no le gustaba hacer solicitudes adicionales de pedir para estampillas.
.
Ella no siempre procedía de esta forma extraordinaria, por lo que su recurso al ángel no era continuo, pero ni una sola de todas las las cartas en que lo comprometió a él se perdió”. 

A la luz de estas entregas extraordinarias angelicales, su director, el Venerable Padre Germanus CP, quiso llevar a cabo una “prueba”.

Instruyó a Gemma que diera las cartas que ella quería enviar por el ángel a Cecilia Giannini, quien dijo que las encerraría en un lugar desconocido para Gemma. Gemma vivía en Lucca, Italia, mientras que su director espiritual vivía varios cientos de kilómetros de distancia en Roma.

Y así, en 11 de junio 1901 Gemma escribió una carta a su director espiritual, en la que buscaba orientación sobre algunos asuntos espirituales, como solía hacer.

Luego dio una carta a Cecilia, (conforme a lo solicitado anteriormente por su director espiritual), que a su vez se la dio al padre Lorenzo Agrimonti, que era un sacerdote que vivía en ese momento con la familia Giannini.

El Padre Lorenzo inmediatamente la encerró en un cofre en su propia habitación y se guardó la llave en el bolsillo.

Durante la tarde del día siguiente, Gemma vio en una visión del ángel que pasaba con su carta camino a Roma para entregar al Venerable Padre Germán, por lo que Cecilia se comunicó inmediatamente con el Padre Lorenzo. 
.
Ellos encontraron que la carta que tenía, de hecho, desapareció de su lugar secreto, y para su mayor sorpresa, que más tarde la carta fue recibida, como siempre, por su director espiritual, no timbrada por supuesto.

Para probar el asunto otra vez, se llevó a cabo el mismo experimento – una carta de Gemma a su director fue nuevamente entregada al Padre Lorenzo.

En secreto escondió el sobre entre dos imágenes, una de San Gabriel Possenti y la otra de San Paublo de la Cruz. Esto tuvo lugar el 22 de mayo de 1901.

Al día siguiente, Gemma anunció que su ángel le había llevado la carta y la entrega se confirmó una vez más por su director espiritual, ante el asombro absoluto de todos los involucrados.

No es de extrañar entonces que Venerable Padre Germanus, en su libro sobre la vida de Santa Gemma, les llama “cartas angelicales”.

Y acerca de Gemma y su ángel guardián, su director espiritual el Venerable Padre Gemanus escribe,

“Gemma, viendo la gran caridad que su ángel prodigaba sobre ella, amaba inmensamente a su ángel, y su nombre estaba siempre en su lengua y en su corazón

Decía ‘Querido Angel  Te quiero!’

¿Y por qué el ángel preguntó?
Porque me enseñas cómo ser buena, y mantenerme humilde, para agradar a Jesús”. 

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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La Impresionante Profecía de San Antonio María Claret sobre Cuba y Fidel Castro

Numerosas son las profecías en las vidas de santos a lo largo de los siglos.

Algunas son muy precisas y otras lo son sólo vagamente.

Dios inspira tales profecías en los santos para guiar a las almas más cerca suyo, por medio de las advertencias de eventos futuros. 

Un caso especialmente preciso es la profecía de San Antonio María Claret, fundador de los Claretianos, sobre la realidad de Cuba.

El santo español fue Arzobispo de Cuba entre 1851 y 1857.

A mitad del siglo XIX habló de un líder barbudo que gobernaría la isla con puño de hierro.

Y que moriría en su cama en la cuarta década de su reinado.

Profetizó que tendría pelo largo, barba, uniforme y portaría armas.

Y que sus seguidores se parecerían a él.

Profetizó también que la llegada al poder de ese joven barbudo implicaría actos que violarían los mandamientos de Dios, con derramamiento de sangre.

Y que su plataforma sería la reforma de la vida en Cuba, la que sería aceptada de buen grado en aquella época.

Pero luego su forma de gobierno cambiaría y los cubanos vivirían con restricciones carcelarias y en condiciones angustiantes.

Este joven barbudo dijo que las décadas de gobierno conducirían a Cuba a la devastación.

Luego de la muerte de este líder, que como dijimos sería en la cama, Cuba sería liberada de la oscuridad que produjo este personaje.

Pero previamente, entre su muerte y el reflorecimiento de Cuba, vendría un período de inestabilidad.

Eso fue lo que en realidad sucedió con la revolución castrista y con Fidel Castro.

Fidel murió en 2016, después de más de 50 años de gobierno.

Y cedió el poder a su hermano Raúl Castro, quien recientemente cedió parte de él a Miguel Díaz Canel en el 2018.

Quien se comprometió a hacer reformas, lo que pudiera ser parte del período de inestabilidad que mencionó Claret.

La revelación mencionada vino a Claret por medio de la patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre.

Quien a su vez dijo que los jóvenes que acompañarían al líder barbudo llevarían medallas de la Virgen de la Caridad del Cobre en sus cuellos y crucifijos.

Pero que al poco tiempo de asumir el poder, dejarían de usarlos.

San Antonio María Claret fue un sacerdote español enviado a Cuba para ser arzobispo de Santiago de Cuba, la provincia natal de Castro.

La visión sucedió cuando andaba a caballo por la Sierra Maestra, que curiosamente fue desde donde Fidel Castro dirigió la revolución cubana en la década de los 1950.

Esta profecía fue dada por Claret con 75 años de antelación al nacimiento de Fidel Castro en 1926.

San Antonio María Claret partió de regreso a España en 1857 nombrado confesor de la Reina.

Y era tal su predicamento que fue despedido por una multitud en el puerto de Santiago de Cuba.

San Antonio maría es reconocido por la realización de muchos milagros.

san antonio maria claret

 

PROFECÍAS SAN ANTONIO MARÍA CLARET (1807-1870)

El santo fundador de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (conocidos como los claretianos) hizo incontables milagros a través de la gracia de Dios en su vida.

Entre ellos un gran número de profecías documentadas.

Una profecía bien documentado ocurrió cuando el Padre Claret organizó una Misión que, debido a su apretada agenda, desafortunadamente estaba prevista durante el tiempo de la cosecha, cuando el trigo estaba listo, y el pueblo se veía obligado a trabajar en los campos.

En preparación para su misión, visitó las casas de muchos de los trabajadores y les dijo que debían asistir a la Misión, y que Dios les bendeciría por ello.

Muchos respetuosamente respondieron que era imposible, ya que toda la cosecha se puede perder en un solo día.

A lo que el Santo pronunció esta advertencia profética:

«En nombre de Dios le digo, que si usted se llega a la Misión, los campos de trigo serán más productivos, y se evitará todo peligro de lluvia y granizadas.
.
Sin embargo, si usted no lo hace y no va, será destruida su cosecha».

Con esa advertencia profética, San Antonio María Claret comenzó la misión.

Asistieron algunos de los agricultores y trabajadores, mientras que otros no lo hicieron.

Dos días más tarde, los agricultores que no habían asistido a la misión vieron sus cultivos completamente arruinados por una feroz tormenta de granizo que inesperadamente apareció.

Sin embargo, los que habían asistido a la misión vieron que no sólo se habían salvado del granizo sus cultivos.

Sino que sus tallos de trigo también estaban más cargados de grano del que se había previsto, al igual que el Santo había predicho.

Otro milagro profético se llevó a cabo en la diócesis de Vich, España, donde una pareja llamados José Rovira y Rosa Malats tenían dos hijas.

Una de ellas murió en la infancia y la otra hija, Cándida, deseaba en secreto entrar en la vida religiosa y, finalmente, le dijo a sus padres de su vocación.

Sus padres le pidieron que pensara bien en ello.

El padre y la hija consultaron a un amigo sacerdote llamado Padre Canals, prior de los Carmelitas de Vich.

Después de hablar con Candida y ver la pobreza y la edad de los padres, el sacerdote se mostró reacio a tomar una decisión ya que los padres estaban sin duda esperando que Candida fuera la alegría y la ayuda de su vejez.

Así que, sabiendo de la santidad del Padre Antonio María Claret, el padre Canals los envió a él.

Quien luego de entrevistar a la hija, reflexionó por unos momentos, oró y luego hizo este pronunciamiento profético al padre:

«Es la voluntad de Dios que Cándida se convierta un religiosa.
.
No tema en dar su consentimiento, ya que dentro de un año Dios le concederá la bendición de convertirse en padre de un hijo, que será su consuelo en su vejez».

El padre sonrió, dándose cuenta de que su esposa estaba más allá de la edad de tener hijos, pero él respondió al Santo:

«Si dentro de un año tenemos un hijo, vamos a dar nuestro consentimiento a nuestra hija para entrar en el convento».

Como predijo, nació un hijo exactamente un año más tarde.

Toda la ciudad había oído hablar de la profecía, y todos declararon que se trataba de un nacimiento milagroso. 

Candida, ahora liberada de responsabilidad, fue aceptada en la Tercera Orden de los Carmelitas de la Caridad.

Su hermano creció con salud y virtud y se convirtió, como el Santo había predicho, en el consuelo y la alegría de sus padres ancianos.

En otra ocasión, la Isla de Cuba estaba en la necesidad de una profunda reforma espiritual.

Por lo que el Papa, a sabiendas de la santidad y la virtud del Padre Antonio María Claret, le ordenó a la isla, y lo hizo arzobispo de Santiago el 20 de mayo de 1850.

En pocos años su extraordinario ejemplo de pobreza y piedad convirtió a muchas personas.

Sin embargo algunos no escuchaban o apreciaban el don que les fue dado en la persona extraordinaria del Arzobispo Claret.

Así que Dios le dió una señal.

Eran las 8:30 de la mañana del 20 de agosto 1853 el peor terremoto en la memoria golpeó Santiago de Cuba.

Todos los días durante varias semanas una réplica implacable siguió a otra, incluso hasta cinco en un día sacudieron la ciudad y las afueras.

Sólo con la presencia de su santo Arzobispo podía el pueblo de Santiago tener la esperanza de liberación de este horrible flagelo.

Muchos comenzaron a suplicar a Antonio por su intercesión, y lo hizo, de hecho, paró al menos un temblor erupción presionando su santa mano en el suelo.

Sin embargo, él sabía por inspiración divina que los terremotos eran la voluntad de Dios y dijo:

«Dios hace con muchos de nosotros como lo hace una madre con un niño dormido perezoso», explicó el santo.
.
«Ella sacude la cama para despertarnos y hacernos levantar.
.
Si eso no funciona, ella nos golpea.
.
El buen Dios hace lo mismo con sus hijos que están durmiendo en sus pecados.
.
Ha sacudido sus camas, es decir, sus casas por los terremotos, pero les perdonó la vida.
.
Si esto no los despierta, herirá con el cólera y la peste.
.
Dios me lo ha hecho saber a mí».

Aun así, muchos parecieron olvidarse de su profecía.

Apenas pasado el mes, cuando estalló el cólera, se difundió con la velocidad y el horror de un infierno.

El santo que estaba ausente en una misión de predicación, corrió a su casa para atender a su rebaño herido, rezando y trabajando con todos los medios para su bienestar espiritual y corporal.

Dentro de los tres meses, la peste se llevó casi tres mil vidas, es decir, una décima parte de la población de Santiago.

Y si bien la realidad de tanta miseria humana dolía a Claret, él tenía mucha mayor tranquilidad de saber que con la ayuda de sus fieles sacerdotes, al parecer, ninguna vida se perdería sin el consuelo de los últimos sacramentos.

 

LA PROFECÍA DE CLARET SOBRE CUBA Y FIDEL CASTRO

Hay varios relatos parecidos de esta profecía de Claret, que difieren en pocos detalles.

De acuerdo a una fuerte tradición oral y a escritos que conserva la congregación que fundó, la Virgen de la Caridad del Cobre se reveló a San Antonio, mientras recorría las montañas de Santiago de Cuba.
.
Diciendo que la Isla sufriría una dictadura de más de 40 años, que terminarán con la muerte del líder (Castro) en su cama y el “derramamiento de sangre”.

Nota que esto sucedió 100 años antes de la revolución cubana.

Se trata de una profecía de impresionante actualidad.

La profecía de San Antonio María Claret tiene más impacto hoy tras la muerte de Fidel Castro por vejez, en la cama.

Según la tradición, el Padre Claret estaba recorriendo las zonas montañosas de Santiago cuando se le presentó la Virgen de la Caridad para predecirle el futuro de Cuba.

Profecía que luego el sacerdote transmitió a sus feligreses y miembros de su congregación.

La revelación de la Virgen,

“Hablaba de un joven muy osado [Castro] que subiría por esas mismas montañas con las armas en la mano.
.
Y después de unos años bajaría triunfante con una espesa barba.
.
Acompañado de otros hombres también barbudos y con largos cabellos”.

Esos jóvenes traerían, colgando de sus cuellos, medallas de la Caridad del Cobre y crucifijos.

Que en poco tiempo dejarían de usar, para luego negar con vergüenza sus creencias”.

La profecía agrega que el joven líder,

“Sería aclamado por todos a causa de numerosas reformas de beneficio popular.
.
Se iría apoderando poco a poco de todo el poder, sumiendo al pueblo cubano bajo una férrea dictadura que duraría 40 años.
.
En los cuales Cuba sufriría numerosas calamidades y penurias.
.
Finalmente, ese hombre moriría en la cama”.

Tras su fallecimiento, continúa la profecía,

“Se produciría un corto período de inestabilidad y enfrentamientos.
.
En los que incluso llegarían a producirse algunos derramamientos de sangre.
.
Aunque luego la nación cubana volvería a levantarse poco a poco hasta llegar a ocupar un destacado lugar en el ámbito internacional”.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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La Cruz de San Damiano que Habló a Francisco de Asís

Orando en la derruida capilla de San Damiano, San Francisco escuchó a Jesús que le dijo desde un ícono:

“Reconstruye mi Iglesia”

monje orando ante loa cruz de San Damiano

Como el lugar se encontraba muy deteriorado, el santo entendió que el Señor quería que reparara la capilla.
.
Y se lanzó a la reparación.

Más tarde comprendió que el Señor le llamaba para servir de instrumento para renovar la Iglesia.

Hoy el milagroso crucifijo se encuentra en la Basílica de Santa Clara en Asís.

En San Damiano San Francisco escribió el “Cantico delle Creature” (Cántico de las Criaturas).

San Francisco recibió esta propiedad y se la dio a Santa Clara, como convento para las Clarisas. Aquí vivió ella hasta su muerte.

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San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano
San Francisco de Asís ante la Cruz de San Damiano

 

UN HITO EN LA CONVERSIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

En algún momento durante el verano de 1205 Francisco Bernardone comenzó a experimentar la conversión. 

El joven comerciante y playboy de Asís siempre había tenido un corazón generoso para los demás y para Dios.

Pero ahora le empezaron a rechinar la obsesión de su padre con el dinero y las preocupaciones de su madre por su salud.

Y sus propios deseos para comidas suntuosas y ropa de lujo.

Él anhelaba más que el dinero y la salud, quería el reconocimiento, y un buen momento. 

La vida era demasiado corta y demasiado amarga para la adquisición de estos bienes transitorios para ser su objetivo final.

Él sabía que tenía que haber más en la vida que lo que había estado buscando.
.
Si le daba a Dios el suficiente espacio emocional, Francisco sintió que iba a encontrar lo que fuera que buscaba.

Por lo tanto recuperándose de una enfermedad, Francisco comenzó a pasar muchas horas paseando por el bosque.

Y visitando las capillas alrededor de Asís, pensando, orando.

Una de los lugares frecuentados Francisco fue la iglesia de San Damiano, derruida, desierta, en una colina empinada fuera de los muros de la ciudad.

En este lugar decrépito colgaba un icono grande, casi de tamaño natural pintado del Crucificado. 

Este día de verano en 1205, Francisco caminaba en las inmediaciones de San Damiano, cuando sintió un tirón interior del Espíritu para ir dentro a orar.

Obedeciendo a la voz interior, Francisco descendió la escalera desgastada y ennegrecida por el humo, y cayó de rodillas ante el icono familiar.

Con su espíritu alerta a lo que el Señor tal vez deseaba transmitir.

cruz de san damiano original

 

DETALLES DE LA HISTORIA

La experiencia que marcó a Francisco para toda su vida fue en otoño de 1205.

El Señor le prometió a Francisco que pronto daría respuesta a sus preguntas.

A los pocos días, paseando por los alrededores de Asís, pasó junto a la antigua iglesia de San Damiano.

Y conmovido por su estado de inminente ruina, entró a rezar ante el ícono como dijimos.

Estando allí le invadió, más que otras veces, un gran consuelo espiritual.

Con los ojos arrasados en lágrimas, pudo oír como el Señor le hablaba desde la cruz y le decía: 

“Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”.
.
Tembloroso y sorprendido, él contestó:
.
“De muy buena gana lo haré, Señor”. 

Luego se ensimismó y quedó como arrebatado, en medio de la iglesia vacía.

Fue tal el gozo y tanta la claridad que recibió con aquellas palabras, que le pareció que era el mismo Cristo crucificado quien le había hablado.

Todos los biógrafos coinciden en calificar de éxtasis o visión la experiencia de San Damiano.

Santa Clara escribe que fue una “visita del Señor”, que lo llenó de consuelo y le dio el impulso decisivo para abandonar definitivamente el mundo.

Tomás de Celano y los Tres Compañeros sitúan esta experiencia en San Damián.

Según ellos, cuando el Señor le habló desde el crucifijo, Francisco experimentó un cambio interior que ni él mismo acertaba a describir.

El corazón se le quedó tan llagado y derretido de amor por el recuerdo de la pasión, que desde entonces llevó grabadas en su interior las llagas de Cristo, mucho antes de que se le manifestaran en la carne.

Por eso, añade San Buenaventura,

ponía sumo cuidado en mortificar la carne, para que la cruz de Cristo que llevaba impresa dentro de su corazón rodease también su cuerpo por fuera.

Todo eso lo practicaba ya cuando aún no se había apartado del mundo, ni en el vestir ni en la manera de vivir”.

Se refiere a un cilicio, a un tejido hecho de gruesos nudos, que empezó a llevar ceñido a la cintura, debajo de la ropa.

Desde entonces será tal su austeridad, y tantas las mortificaciones a lo largo de su vida, que, sano o enfermo, apenas condescendió en darse gusto.

Hasta el extremo de reconocer, poco antes de morir, que había tratado con poco miramiento al “hermano cuerpo”.

Icono de la cruz de san damiano 

DESCRIPCIÓN DEL CRUCIFIJO DE SAN DAMIANO

El crucifijo que habló a Francisco es hoy uno de los más conocidos y reproducidos del mundo.

Se trata de un icono románico-bizantino del s. XII, de autor desconocido y clara influencia sirio-oriental.

Es de madera de nogal recubierta con una vasta tela, sobre la que pintaron con colores vivos las figuras de Cristo y otros personajes de la Pasión.

Sin el pedestal, mide 2’10 metros de alto por 1’30 de ancho.

En 1257, cuando las clarisas abandonaron San Damiano, se lo llevaron consigo al nuevo monasterio de Santa Clara construido para ellas en Asís, donde lo conservaron durante siglos en la sacristía.

En 1958, 20 años después de ser restaurado por Rosario Aliano, fue expuesto al público en la capilla de San Jorge.

Después del terremoto de septiembre de 1997 el icono ha sido sometido a una nueva restauración.

Boveda original donde cuelga el icono de san damiano

 

CLAVES PARA COMPRENDER EL SIGNIFICADO DE ESTE ICONO

El elemento más llamativo del Crucifijo de San Damián es la figura de Cristo.

No es el cuerpo de un cadáver, sino de Dios mismo, incorruptible hasta la eternidad y la fuente de la vida, que irradia la esperanza de la resurrección.

El Salvador nos mira directamente a nosotros con una mirada compasiva, real, triunfante, y fuerte.

Él no cuelga en la cruz, sino que más bien parece estar apoyándolo, de pie en su plena estatura.

Sus manos no están clavadas en la madera, sino que se extienden serenamente en una actitud de súplica y bendición.

Yanto, que nuestro iconógrafo ha destacado una expresión tranquila y apacible de Jesús. 

Este crucifijo no expresa el horror bruto de la muerte por crucifixión, sino más bien la nobleza y la bondad de la vida eterna.

El Cristo de San Damiano está vivo y sin corona de espinas.
.
Pues es el Cristo resucitado y glorioso que ha vencido a la muerte.

El paño de lino orlado de oro recuerda las vestiduras de los sacerdotes del Antiguo Testamento (Ex 28, 42).

Su postura expresa un gesto de acogida y parece abrazar a todo el universo.

Sus ojos no miran al espectador, sino que se dirigen al Padre, invitándonos también a nosotros a hacer lo mismo mediante la conversión.

Los 33 personajes que lo rodean representan la comunión de los santos de todos los tiempos.

Jesús, con los pies sobre fondo negro, parece que asciende del abismo.

La sangre de Cristo chorrea sobre los personajes que lo rodean, para indicar que han sido lavados y salvados por su Pasión.

La sangre de los pies cae sobre seis personajes apenas reconocibles, que podrían ser: San Juan Bautista, San Miguel, San Pablo y San Pedro, San Damiano y San Rufino, patrón de Asís.

En cada extremo de los brazos transversales de la cruz hay tres ángeles que muestran a Cristo: son los mensajeros de la Buena Noticia.

Los personajes bajo los brazos de Jesús están todos en la luz, son hijos de la luz.

Tienen todos la misma estatura, pues son “hombres perfectos”, que han alcanzado “plenamente la talla de Cristo” (Ef 4, 13).

Si se mira bien, sus rostros son como el de Cristo, pues en ellos ha sido restaurada la “imagen y semejanza de Dios” original.

Juan y María están en el puesto de honor, a la derecha de Cristo.

El discípulo muestra y recoge la sangre del costado de Cristo.

María manifiesta dolor, pero también serenidad y admiración por la resurrección y por el nuevo hijo que su Hijo le acaba de encomendar.

El manto blanco de la Virgen simboliza pureza, y las piedras preciosas que lo adornan son los dones del Espíritu Santo.

El vestido rojo oscuro representa el amor.

La túnica morada bajo el vestido recuerda que María es la nueva Arca de la Alianza (la del Antiguo Testamento estaba cubierta con un paño de ese color).

A la izquierda de Jesús están María Magdalena y María de Santiago, que parecen preguntarse: ¿Quién nos abrirá el sepulcro?

Junto a ellas, el Centurión confiesa la humanidad y divinidad de Cristo: “Verdaderamente, este hombre era el Hijo de Dios”.

Detrás del Centurión asoma el rostro de quien encargó el crucifijo y otras tres personas que evocan al Pueblo de Dios.

Bajo los personajes mayores, hay dos pequeños, uno a cada lado, que representan a los romanos y judíos que crucificaron a Jesús: el romano es un soldado con la lanza y la esponja.

A la izquierda de las piernas de Cristo se ve el gallo de Pedro, que recuerda nuestra debilidad e invita a la vigilancia.

Pero también simboliza al sol naciente, Cristo, cuya luz se difunde por toda la tierra.

Sobre la tablilla con la inscripción “Rex iudeorum”, en un círculo rojo.

Vemos a Cristo que sube al cielo, vestido de blanco, con estola dorada y una cruz luminosa en la mano, señal de victoria.

El círculo expresa perfección y representa la plenitud de la gloria, donde lo reciben diez ángeles festivos.

La mano del Padre, en lo más alto del crucifijo, se encuentra en un semicírculo.

La otra mitad no se puede ver, pues Dios Padre no tiene rostro, es un misterio.

altar privado con la crz de san damiano

 

ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO

Alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi
corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sensatez y conocimiento,
Señor,
para hacer tu santo y veraz
mandamiento.

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Increíbles formas de Levitar de Santos y otras Personas de Fe

La levitación consiste en el levantamiento, el mantenimiento y el desplazamiento en el aire del cuerpo humano.

O de diversos objetos, sin apoyo visible y sin la acción manifiesta de alguna fuerza física.

Según los testimonios de personas que han visto levitar a santos, el fenómeno se producía en momentos en que caían en un fuerte éxtasis amoroso por Dios, Jesucristo o María.

Y se levantaban del suelo perdiendo la noción del tiempo y el espacio.

Acá presentamos los casos de San José de Cupertino, San Gerardo Majella y San Pablo de la Cruz.

pies de jesus por el agua

La levitación es uno de los fenómenos más mencionados en las vidas de los santos.
.
Muchos más santos han experimentado esta maravilla, además de los que se mencionan a continuación.
.
Algunos santos más importantes son San Benito José Labre, Santa Ángela de Brescia, Santa Antonieta de Florencia, Santa Arey, San Pedro Celestino, Santa Colette, Santa Margarita de Hungría, San Esteban de Hungría, Santa María de Egipto, San José Oriol, Venerable Bentivolio Buoni, San Francisco de Paula, San Juan de San Facond y San Martín de Porres. 

También se ha testimoniados que levitaba el Padre Pío mientras celebraba misa y se afirmado que la mística María Esperanza de Bianchini también lo hacía.

Sin embargo hay fenómenos de levitación provocados por el demonio, por ejemplo en los exorcismos y en sesiones mediúmnicas.

La levitación ha sido el tema de un notable trabajo de Olivier Leroy, profesor adjunto de la Universidad por 1930

En este artículo hablaremos de la levitación y luego daremos el ejemplo de tres santos.

 

LEVITACIÓN EN LOS SANTOS Y PERSONAS PIADOSAS

Leroy recogió doscientos quince casos; lo que constituye un fenómeno bastante raro.

Ciertos hechos citados en el Antiguo Testamento tienen ciertas analogías con la levitación.
.
Enoch raptado vivo en la tierra, Elias y su carro de fuego y Habacuc transportado desde Judea a Babilonia.
.
El Nuevo Testamento nos habla del traslado de Nuestro Señor sobre el pináculo del templo de Jerusalén, luego sobre la cumbre de un monte, mas los comentaristas no concuerdan al respecto.
.
Finalmente, está el paseo de Nuestro Señor y San Pedro sobre el agua, y la Ascensión.

Desde esa época hasta nuestros días, las levitaciones (conocidas) parecen distribuirse casi parejas a través de los siglos.

Tenemos unas veinte para el siglo XIX y el comienzo del siglo XX.

jesus camina por el agua

«El caso más notable es el de San José de Cupertino en el siglo XVII.

Las actas de su proceso de canonización, en realidad, comprobaron más de 70 casos de rapto personal en la sola ciudad de Cupertino o en las cercanías.

Se trata en él, casi siempre, de vuelos extáticos, es decir, de levitaciones con movimiento de traslación.

Según advierte la bula de canonización, publicada el 16 de julio de 1767 por Clemente XIII, ningún Santo puede comparársele en este aspecto.

Se le vio volar del centro de la iglesia hasta el altar mayor, por un trecho de 25 metros aproximadamente; elevarse hasta el pulpito en la misma forma, volar sobre árboles y quedarse posado sobre ramitas flexibles.

Le ocurrió que con él se levantaran un confesor del convento de Cupcrtino, el Padre guardián del convento de Asís y un alienado que se le llevara para ser curado.

El papa Urbano VIII fue testigo de una levitación, lo mismo que en 1645 el Gran Almirante de Castilla, cuya esposa se desmayó por la emoción.

«La más célebre, sin duda, de las levitaciones de José de Cupcrtino fue la que presenció Federico de Brunswick y que asombró tanto a ese príncipe, que le determinó a abandonar la religión luterana.
.
Juan Federico, de entonces de 25 años, visitó en 1649 las principales cortes europeas.
.
Hallándose en Roma, quiso llegar hasta Asís, donde le impelía el renombre del Santo.

La mañana siguiente a su llegada al convento, asistió con dos chambelanes a la Misa celebrada por José.

Y le vio elevarse del altar en que oficiaba, cubrir de rodillas en el aire una distancia de cinco pasos y volver al altar.

Al día siguiente, en el momento de la consagración, José se levantó un palmo del suelo y se mantuvo así más de cinco minutos sobre la grada del altar, con el brazo levantado, sosteniendo la Hostia.

Al ver eso, narra Pastrovicchi, el príncipe se puso a llorar.

Uno de sus chambelanes, como él luterano, declaró que lamentaba haber venido para asistir a un espectáculo que trastornaba sus convicciones.

El príncipe, después de una conversación con José, no sólo se declaró católico, sino que después de haber asistido a las completas y seguido la procesión, se enroló como miembro de la Orden Franciscana.

Volvió en seguida a Brunswick para arreglar algunos asuntos y, el año siguiente, volvió a Asís para abjurar solemnemente a manos de José, en presencia de los cardenales Facchinetti y Rappacioli.

El chambelán luterano H. J. Blume se convirtió a su vez en 1653.

Una de las últimas levitaciones de San José, es la que ocurrió durante una operación.

He aquí la exposición del cirujano Francisco de Pierpolo, que observó los hechos:

«Durante la última enfermedad del Padre José, de acuerdo con las órdenes del médico Jacinto Carosi, tuve que aplicar una cauterización en la pierna derecha.

El Padre José estaba sentado sobre una silla, con la pierna apoyada sobre mi rodilla.

Ya estaba aplicando yo el hierro para la operación; noté entonces que el Padre José estaba arrebatado fuera de sí y en una abstracción completa; los brazos estaban extendidos, los ojos abiertos y vueltos hacia el cielo; la boca estaba entreabierta; la respiración parecía haber cesado.

Noté que estaba levantado de un palmo más o menos sobre la silla citada, en la misma posición en que se hallaba antes del éxtasis.

Traté de bajar la pierna pero no lo logré: la misma quedó extendida.

Una mosca se había posado en su pupila; cuanto más me esforzaba en echarla, tanto más se obstinaba al parecer en volver al mismo sitio; al final tuve que dejarla.

Para observar mejor al Padre José me puse de rodillas.

El médico antes citado le observaba como yo.

Ambos reconocimos visiblemente que el Padre José estaba arrobado, sin sentido físico, y que además estaba bien suspendido en el aire, como dije.

Esta situación duró un cuarto de hora, hasta que llegó el Padre Silvestre Evangelista, que vivía en el convento de Osimo.

Después de haber observado el fenómeno, este ordenó al Padre José de volver en sí por santa obediencia y lo llamo por su nombre.

El Padre José sonrió y recobró los sentidos».

Entre las levitaciones del siglo XIX, citaremos las del bienaventurado Andreas H. Furent, comprobadas por numerosos testigos, que declararon en el proceso informativo de beatificación.

Él se elevaba y permanecía elevado a una altura de 20 centímetros, ya de pie, ya de rodillas, durante la Misa, haciendo el Vía Crucis, orando.

La Madre de Bourg, tía de monseñor d’Hulst, se elevaba a menudo delante de los miembros de su familia o delante de las religiosas de su comunidad.

A veces intentó resistir, pero inútilmente, como el día en que habiéndose trabado en su reclinatorio, lo levantó con ella y al soltarlo, éste cayó con ruido y se rompió.

Sor María de Jesús Crucificado (1846-1879), carmelita árabe, se levantaba muy alto sin algún apoyo.
.
En sus éxtasis, se levantaba por sobre los árboles en el Jardín del Carmelo de Belén, pero se deslizaba sobre la superficie de las frondas libremente en el vacío.
.
O. Leroy obtuvo del R. Padre Buzy, capellán del convento, pormenores recogidos de testigos oculares.

«Sor María —escribe el Padre Buzy— se levantaba hasta la cumbre de los árboles en la punta de las ramas.

Ponía su escapulario en una mano, tomaba con la otra una ramita del lado de las hojas, y en un parpadear del ojo se deslizaba por el exterior del árbol hasta su cima.

Los testigos insisten en el hecho de que subía instantáneamente. Pasaba también de un tilo a otro por las puntas de las ramas.

Una vez subida, se mantenía sobre ramas demasiado débiles como para sostener normalmente una persona de su peso».

El Padre Buzy cita como ejemplos, dos o tres declaraciones hechas en el proceso.

Pero también la levitación se produce en casos de influencia demoníaca.

mujer levitando

 

LA LEVITACIÓN DEMONÍACA

Sulpicio Severo escribe a propósito de San Martín:

«He visto, al acercarse Martín, a un demoníaco levantarse y permanecer en el aire, con los brazos extendidos, en forma que sus pies no se posaban en el suelo.
.
Hubierais visto a esos desdichados agitarse en diversa forma: unos estaban levantados y suspendidos en el aire con los pies en alto, sin que sin embargo los vestidos vinieran a caer sobre sus rostros y a descubrir sus cuerpos en forma inconveniente»
.
.
Sin embargo también se hallan ejemplos análogos en San Hilario, en San Paulino, en la vida de Santa Genoveva, de San Vicente Ferrer, etc.

O. Loroy cita las levitaciones de una poseída de Louviers, Francisca Fontaine, exorcizada en 1591, sesiones que fueron registradas en un acta cuyo original se halla en la Biblioteca Nacional (H. S. N.° 24.122 del fondo francés).

Se lee allí que Francisca, en presencia del preboste Morel, de su notario y de otras personas, fue «levantada en el aire cerca de dos pies sobre el suelo, toda derecha», luego, habiendo caído cuan larga era, fué arrastrada así a través de la sala, con gran asombro de todos.

En otro momento, cuando el preboste le leía a modo de exorcismo el Evangelio según San Juan, la posesa, que estaba extendida sobre el piso de espaldas, se levantó tres o cuatro pies.

Y fué trasladada así horizontalmente en la dirección del exorcizador improvisado, quien tuvo tanto «miedo» que huyó hasta el recinto reservado a los jueces, y allí se atrincheró.

Calmeil, en su Traite sur la folie, cita una carta de un misionero:

«Pensé durante un exorcismo —dice el misionero— de comandar al demonio, en latin, de transportarlo (al indígena poseso) al techo de la iglesia, con los pies en alto y la cabeza hacia abajo.

En seguida su cuerpo se tornó rígido, y como si hubiera estado imposibilitado en todos sus miembros, fue arrastrado del centro de la iglesia hasta una columna.

Y allí con los pies juntos, el dorso pegado a la columna, sin ayudarse con las manos, fué trasladado en un segundo hasta el cielo raso, como un peso que hubiera sido atraído en alto velozmente sin que pareciera hacer nada de su parte.

Suspendido del techo los pies pegados, la cabeza hacia abajo, indiqué al demonio, como me lo había propuesto, la falsedad de la religión pagana.

Lo tuve más de media hora en el aire, y no teniendo más paciencia para mantenerlo allí más tiempo, por lo asombrado que yo mismo estaba, ordené al demonio que lo colocara a mis pies sin hacerle daño…

El demonio me lo tiró en seguida como un atado de ropa sucia, sin dañarlo».

mujer levitando en el desierto

 

LEVITACIÓN DE MÉDIUMS

La levitación —dice Carlos Richet— es «un fenómeno excepcional, aun para los grandes médiums».

«El célebre médium Daniel Douglas Home, según W. Crookes, tuvo un centenar de levitaciones comprobadas por varios testigos.

«En tres ocasiones distintas, vi que Home se elevaba completamente hasta el techo de la habitación.
.
La primera vez, estaba sentado sobre un sofá; la segunda estaba de rodillas sobre su silla y la tercera de pie.
.
En cada ocasión, tuve toda la comodidad posible para observar el fenómeno en el momento en que ocurría».

Lord Lindsay, Lord Adare y el capitán Charles Winne asistieron a fenómenos parecidos.

Estas levitaciones ocurrían generalmente en una oscuridad más o menos acentuada.

Pero Lord Linsay declaró al comité de la «Dialectical Society», que había visto a Home, en plena luz, levantado diecisiete pulgadas del suelo.

Este médium, se dice, podía provocar la levitación hasta en otras personas.

Habría hecho subir a un amigo del Dr. Hawksley sobre una tosca mesita que con su carga se levantó unas ocho pulgadas del suelo.

El Dr. Hawksley pudo examinar a su gusto el fenómeno pasando la mano entre los pies de la mesita y el piso.

La escena tuvo lugar a las tres de la tarde.

W. Stainton Moses profesor del University College School, alrededor de los treinta años de edad, fué objeto de fenómenos extraordinarios descritos por su amigo Fr. Myers.

Su primera levitación ocurrió el 30 de junio de 1870.

Estaba sentado con las espaldas vueltas hacia el círculo de los experimentadores.

Y se sintió levantado con su silla a una altura de 30 ó 40 centímetros.

Luego el movimiento ascendente continuó, sin silla, hasta que su cabeza se halló a poca distancia del techo.

Descendió dulcemente y se encontró sobre su silla que había retomado su lugar.

Parecía hallarse perfectamente consciente de todo lo que pasaba y no probó más que una ligera sensación de fatiga al respirar.

Esta experiencia fue repetida nueve veces con mayor o menor éxito.

Más recientemente, experiencias análogas fueron realizadas por el Dr. Schwab con María Vollhart, y por el Dr. H. Schrenck-Notzing con el médium Willy.

El Dr. Geley vio a éste en Vicna, en casa del Dr. Holub y fué testigo de una levitación, cuyo contralor le pareció impecable».

Pero también está la ilusión de levitación.

levitacion de objetos

 

LAS SEUDO-LEVITACIONES FISIOLÓGICAS O PATOLÓGICAS

Es común, en ciertos sueños, el hecho de experimentar la sensación de ser levantado, de flotar en el vacío y de moverse en él.

El psicólogo Leuba escribe:

«Durante experiencias que yo mismo establecí, mediante éter y protóxido de nitrógeno, dos sujetos experimentados tuvieron la sensación de la levitación«.

Finalmente, algunos neurópatas o locos tienen la ilusión de elevarse en el aire, como el falso éxtasis de P. Janet, que escribió:

«En ciertos momentos no toco ya el suelo; mis sandalias no se mojan cuando el piso está húmedo…

Ya no camino, vuelo

Yo estoy cada vez más levantado; el milagro se torna indiscutible.

Yo parto… ¡Adiós! ¡Adiós!»

Pero sus pies no abandonaron nunca el pavimento.

Por otra parte, se han comparado a menudo a la levitación, los accesos de somnambulismo o de histeria acrobática, que hacen tomar a los pacientes las actitudes más extraordinarias, los hacen saltar en el aire, trepar a los árboles o por las paredes, etc.

Pero en estos dos órdenes de hechos no se trata más que de fantasías del sujeto, o de actos de acrobacia sin relación con la levitación.

Pero no hay sólo levitación de personas sino también de objetos.

caldera levitando

 

LEVITACIÓN DE OBJETOS

Cabe comparar a las levitaciones corporales con las levitaciones de objetos.

Porque en ambos casos son las mismas leyes físicas las que parecen ser violadas y las dos clases de fenómenos pueden aclararse mutuamente.

 

a) Levitación de objetos religiosos.
.
La historia religiosa refiere a menudo desplazamientos de objetos sin contacto: estatuas, crucifijos, imágenes, etc.
.
El más célebre de estos fenómenos, pero también el más discutido, es la Traslación de la Casa de la Virgen, la Santa Casa de Nazaret, a Loreto, hacia fines del siglo XIII.

Nos atendremos a un solo ejemplo indiscutible: el milagro del Ostensorio de Favemey, acaecido el 26 y 27 de mayo de 1608, ante la presencia de miles de testigos.

Comprobado por una investigación oficial, cuyas declaraciones han llegado hasta nosotros, y relatado finalmente por un protestante, Federico Vuillard, que se convirtió después del examen directo de tal prodigio.

«En oportunidad de la fiesta de Pentecostés, se había construido un altar ante las rejas del Coro.

El Santísimo había sido depositado allí el sábado, antes de las vísperas.

Esa noche y el domingo, numerosas personas hicieron acto de adoración delante de Él.

El lunes por la mañana, cuando el sacristán fué a abrir la iglesia, ésta estaba llena de humo y el altar estaba reducido a escombros incandescentes.

Pero el ostensorio se mantenía sin algún apoyo seis pulgadas más alto y cuatro dedos más atrás, por lo menos, que el lugar en que había sido depositado.

Estaba inclinado hacia atrás, de modo que su pie se hallaba a un dedo más o menos de las rejas del coro y la pequeña cruz que lo coronaba, la tocaba con la punta de uno de los brazos.

Un trozo de tela quemada había caído entre el intervalo mínimo, del espesor de un grueso cuchillo, que había entre esa punta y las rejas.

Un religioso sopló sobre la ceniza y el intervalo apareció completamente libre.

El ostensorio quedó en ese estado de levitación durante treinta y seis horas aproximadamente.

La muchedumbre acudió de todas partes, para contemplar el prodigio.

Finalmente, el martes por la mañana, poco después de las nueve, mientras el abate Aubry, párroco de Menoux, celebraba la Misa ante gran concurrencia de gente, uno de los cirios encendidos que se hallaban sobre la mesa que se había improvisado debajo del ostensorio, a un palmo del mismo, se apagó tres veces.

Y en el momento de la Elevación, «el Sagrado Relicario se movió, dando un leve sonido argentino.

Luego se dobló, se enderezó de nuevo, y en el mismo momento en que el abate Aubry recogía el sacratísimo, Cuerpo de Dios sobre el altar, el ostensorio milagroso descendió derecho, con la cara vuelta a los fieles.

Bajó dulcemente por sí solo, y sin ayuda de nadie, avanzando por el medio del corporal colocado sobre el pequeño misal.

Y se colocó exactamente a una distancia de tres dedos de las rejas, en su verdadera y digna posición».

 

b) Levitación de objetos no religiosos.
.
Se encuentra en las sesiones mediánicas, generalmente en la oscuridad o a la luz débil y a poca distancia del médium.

El Dr. Carlos Richet cita numerosos ejemplos en su Traite de Métapsychique, sobre todo las levitaciones de objetos pequeños mediante Stanislawa Tomezky, en presencia de J. Ochorowitz y del mismo.

Nosotros hemos sido testigos personales de levitaciones de objetos, mandolina, pantalla fosforescente, pequeño vestido, etc., obtenida en 1927 en Varsovia por la señora Popiclska, en condiciones de contralor que nos parecieron absolutamente exactas.

Veamos ahora testimonios sobre la levitación de tres santos.

 

MÁS SOBRE SAN JOSÉ DE CUPERTINO (1603-1663) 

Sin duda uno de los santos mejor conocido por levitar durante la oración es San José de Cupertino, que experimentó tantas levitaciones que fueron presenciadas por sus hermanos de la Orden Franciscana y otros, que es considerado como el santo patrón de avión de pasajeros.

Estos testimonios que mencionamos aquí deben completarse con el que dimos mas arriba.

En la Biografía oficial de Fr. Angelo Pastrovicchi, que fue publicada por primera vez en 1767, el autor afirma que:

«No sólo durante los dieciséis años de estancia del santo en Grottella, sino durante toda su vida, estos éxtasis y vuelos eran tan frecuentes, como se lo demuestra en las actas del proceso de beatificación.

Que desde hace más de treinta y cinco años, sus superiores no le permitían participar en los ejercicios en el coro y el refectorio o en las procesiones, para que no molestara a la comunidad«. 

san-jose-de-cupertino-levitando

San José estaba a menudo embelesado en levitaciones notables, a menudo se dejaba llevar por Dios a distancias.

En los registros de su proceso de beatificación oficial [Acta Sanctorum], se registran setenta de sus levitaciones y vuelos extáticos.

Una noche de Navidad del Santo invitó a algunos pastores a unirse en la celebración del nacimiento del Salvador.
.
Cuando empezaron a tocar la gaita y las flautas, el Santo dejó escapar un grito de alegría y voló de una distancia considerable por el aire hasta el altar mayor.
.
Permaneció en su éxtasis alrededor de un cuarto de hora.
.
A pesar de que estaba en el aire inclinado sobre varias velas encendidas, sus vestimentas no se vieron afectadas.
.
Como de costumbre, todos los presentes estaban asombrados por el milagro.

Durante una ceremonia de profesión en Cupertino, el santo de pronto se elevó a la altura del púlpito y se mantuvo durante algún tiempo con los brazos extendidos y las rodillas dobladas.

¡Imagínese el asombro de los religiosos y de la congregación!

Un Jueves Santo, mientras rezaba ante una representación del santo sepulcro que estaba situado sobre el altar mayor y encendido con muchas velas y lámparas, el santo se levantó en el aire y voló hacia el altar.

Sin tocar ninguna de las decoraciones, se mantuvo por un tiempo hasta que el superior le ordenó su regreso.

Otra vez al escuchar a un sacerdote decir: «Padre José, que hermoso Dios ha hecho el Cielo»el santo salió volando y se quedó en las ramas superiores de un olivo.

Allí permaneció en una posición de rodillas durante media hora, mientras que la rama en que se apoyaba lo balanceó tan ligeramente como si se hubiera posado un pájaro pequeño en ella.

Una vez al pasar por Monopoli en su camino a Nápoles, fue dirigido por su compatriota religioso a la iglesia del monasterio para ver una nueva imagen de San Antonio de Padua.

Tras contemplar desde la distancia, de repente voló a la estatua y luego volvió a su antiguo lugar.

Después que la Inquisición oyó hablar de estas maravillas, sintieron la necesidad de investigar y ordenaron que el santo diera misa en su presencia en la Iglesia de San Gregorio de Armenia, que perteneció a las monjas de San Ligorio.

De repente, el santo se levantó con un fuerte grito desde una esquina y mientras oraba, voló hacia el altar. 

Se quedó de pie en el aire, inclinándose sobre las flores y las velas encendidas con sus brazos extendidos en forma de cruz.

Las monjas lloraban alarmadas de que se iba a prender fuego, pero él regresó al piso ileso.

Sin duda uno de los testigos más importantes de las levitaciones del santo fue el papa Urbano VIII. 

Durante la primera estancia del santo en Roma fue con el Padre General a visitar al Papa.

Mientras estaban agachados a los pies del Pontífice el santo quedó cautivado y se elevó en el aire hasta que el Padre General le ordenó que regresara.

El Papa se maravilló ante el fenómeno y le dijo al Padre General que él mismo testificaría sobre el acontecimiento si el santo muriera durante su pontificado.

Para satisfacer la curiosidad del embajador español ante la Corte Papal y su esposa que fueron a Asís con el propósito de ver a San José, al santo le dijo Fr Custos de ir a la iglesia y visitar la estatua de Nuestra Señora. 

Al entrar en la iglesia él miró hacia la estatua de la Inmaculada Concepción en un altar, y voló sobre las cabezas de los presentes, y se mantuvo en el aire a los pies de la estatua.

Después de unos momentos voló hacia atrás y luego se retiró a su celda.

Ocasionalmente los éxtasis del Santo duraban seis o siete horas.

Un aspecto curioso es que, cuando le sobrevenía un éxtasis en la Santa Misa, siempre la reanudaba donde la había dejado.

Otro aspecto inusual es que sus vestidos no eran perturbados durante sus muchos vuelos tanto si viajaba hacia adelante o hacia atrás, hacia arriba o hacia abajo.

Era tal el fuego del amor por Dios de San de José de Cupertino que se podía casi siempre llevarle a una levitación con sólo decir el amor adorable de Dios o la Virgen María, o dándole a contemplar una imagen de Jesús o María .

 

SAN GERARDO MAJELLA (1726-1755) 

Al igual que San José de Cupertino, San Gerardo Majella era a menudo embelesado en levitaciones notables, y a menudo era atraído por Dios hacia algunas distancias.

Era suficiente para San Gerardo Majella pensar en las perfecciones de Dios, contemplar el misterio de la Santísima Trinidad o el de la Encarnación, posar sus ojos en un crucifijo o una imagen de la Santísima Virgen, estar en la presencia del Santísimo Sacramento o incluso algún el milagro de la creación.

san gerardo majella

Los siguientes son algunos ejemplos:

Gerardo, con la intención de pasar unos días en Oliveto, recibió hospitalidad en la casa del arcipreste Don Salvadore. 

Una mañana, la Santa Misa estaba a punto de comenzar, y Gerardo, a quien se deseaba comunicárselo, no apareció.

Lo llamaron a su puerta, pero no hubo respuesta.

Por fin entraron y encontraron al hermano seráfico de rodillas en éxtasis, un crucifijo en la mano derecha, la mano izquierda en el pecho, la cara pálida, con los ojos medio cerrados.

Durante más de media hora, el arcipreste miró con admiración ante el espectáculo deslumbrante de levitación.

Esta casa hospitalaria ya había sido testigo de un éxtasis aún más notable, en el que el siervo de Dios estuvo suspendido sin apoyo en el aire. 

Había tenido lugar en la misma mañana de su llegada a Oliveto. 

Gerardo se había retirado a su cuarto para orar.

A la hora de la cena, el arcipreste fue para invitarlo a cenar.

Pero para su sorpresa se encontró con el hermano arrebatado en éxtasis y cerca de tres pies sobre el suelo.

Lleno de asombro, se retiró, pero volviendo poco después, lo encontró en el mismo estado.

Todos los testigos del acontecimiento extraordinario no pudieron sentarse a la mesa, esperando al huésped con lágrimas de emoción.
.
Por fin apareció, su rostro todo inflamado. «Por favor, no esperen por mí», dijo al arcipreste. «No quiero incomodarlos».
.
Para preservar la memoria de este rapto, el arcipreste marcó en la pared la sala la altura a la que había visto al Santo elevarse.

Un prodigio similar fue visto por toda la gente de Corato. 

El Viernes Santo de 1753, un cuadro que representa a Jesucristo Crucificado fue llevado en procesión.

Cuando la procesión entró en la iglesia de los benedictinos, Gerardo estaba ya en el interior dedicado a la oración.

Tan pronto como percibe la imagen sagrada del Salvador, un éxtasis se apoderó de él, y ante los ojos de todos, fue elevado a una altura considerable del suelo, con los ojos fijos en la imagen.

Otra ocasión fue cuando un mendigo ciego que vivía en Caposele tocaba con encanto la flauta.

Al verlo un día a la puerta del convento, Gerardo le rogó que tocara una conocida canción italiana: «En todas las cosas, oh Dios mío, quiero tu voluntad, no la mía.»

Inmediatamente, un rapto de amor divino se apoderó de él y comenzó a saltar, repitiendo las palabras: «Tu voluntad, oh Dios mío, y no la mía».

Entonces, de repente levantando los ojos al cielo, fue elevado en el aire con la rapidez de una flecha, y quedó por algún tiempo arrebatado en éxtasis.

Esta inversión de las leyes de la gravedad, esta agilidad sobrenatural, tomaba la forma incluso de un vuelo extático. 

Gerardo volvía un día para Iliceto con dos compañeros jóvenes.

Al pasar por delante de una capilla dedicada a la Virgen Santísima, se puso en conversación sobre la Madre tierna y compasiva.

Luego tomó un lápiz y escribió algo en un trozo de papel, que arrojó en el aire como si fuera una carta.

En ese mismo momento, sus dos compañeros lo vieron a levantarse en el aire y volar con la rapidez y la ligereza de un ave a una distancia de más de tres cuartas partes de una milla.

Después, nunca dejaron de contar este hecho prodigioso de que habían sido testigos.

Hubo otras ocasiones en que el siervo de Dios fue favorecido con el vuelo extático.

A una persona piadosa llamada Rosaria le gustaba contar que ella lo había visto un día llevado como una pluma en el aire, con los brazos extendidos.

Voló así durante más de tres cuartos de milla, apresurándose al convento al que era llamado, sin duda, para algunos ejercicios de la Regla o algún deseo del Superior.

Se trataba de un intenso amor a Dios que llama a los santos cada vez más hacia él. En los últimos meses de su vida, Gerardo lanzaba suspiros que atraían sobre sí miradas de asombro.

El Padre Cajone le reprendió por llamar así la atención sobre sí mismo, y Gerardo tomó la buena mano del padre y la puso sobre su corazón, que latía con furia terrible.

En una ocasión similar, Gerardo dijo a Dr. Santorelli: «Si yo estuviera en una montaña, me parecería que iba a incendiar el mundo con esta llama de amor».

Y luego tomó la mano del médico y la colocó sobre su corazón, que latía con furia inaudita, como si estuviera a punto de saltar de su pecho.

 

SAN PABLO DE LA CRUZ (1694-1775) 

San Pablo de la Cruz, el santo fundador de los Pasionistas se encontraba en la ciudad de Latera, en la diócesis de Montefiascone, y estaba en la sacristía de una iglesia hablando con otros sacerdotes, cuando llegó a estar tan inflamado por el amor de Dios se levantó en el aire, ante el asombro completo de sus testigos.

san pablo de la cruz

Otra vez estaba en un pueblo en la isla de Elba en una misión, en la parte más ferviente de su sermón, caminó fuera de la plataforma, a través del aire y sobre las cabezas de la gente y luego regresó como si nada inusual hubiera tenido lugar.

Uno sólo puede imaginar las emociones sentidas por los que habían sido testigo de un despliegue inesperado de lo sobrenatural.

Durante los últimos años de su vida el santo estaba sentado en la sacristía Iglesia en Roma de los Santos Juan y Pablo y absorto en una conversación santa con un número de personas cuando:

«Él comenzó, según su costumbre, a que su rostro se iluminara, rayos brillantes destellaban en su cara, y luego todo su cuerpo comenzó a temblar.
.
Y luego, como yo creo, él percibió que estaba perdiendo el control de sus sentidos, se aferró con ambas manos a los brazos de la silla, apoyó los hombros en la parte posterior de la misma y tan pronto como él lo había hecho, empezó a subir, junto a la silla.
.
Ya tal altura, que creo que él debe haber subido al menos a la altura de cinco o seis pies… en este estado, continuó mucho tiempo en contemplación sublime.
.
Finalmente regresó a sí mismo, un ligero temblor tuvo lugar en todo el cuerpo, y poco a poco el siervo de Dios, con la silla, descendió y se apoyó en el suelo».

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Para qué y Cómo Pedir la Intercesión de Ángeles y Santos

¿Hay seres en el cielo que escuchan nuestras oraciones e interceden a favor de nosotros?

La respuesta católica y que sí.

Están los santos que son seres humanos muertos y que ya están viviendo junto a Dios.

Y también están los ángeles, que son seres espirituales que Dios creó para ser su brazo ejecutor en el gobierno de la creación.

Y para auxiliarnos en nuestra vida.

Especialmente en este último caso están los ángeles de la guarda, que Dios puso expresamente a nuestro servicio.

Los católicos no debemos prestar atención a lo que dicen los protestantes, que estamos blasfemando cuando oramos por un muerto o a un muerto.

Y te explicamos cuál es la justificación bíblica para pedir la intercesión de ellos.

   

LAS DIFERENCIAS CON LOS PROTESTANTES

Los protestantes creen que no podemos comunicarnos con nadie que no esté vivo en la Tierra, y que uno sólo puede comunicarse con Dios o con los demonios.

Y dicen que su posición está respaldada por la Biblia.

Pero están equivocados, porque hay abundantes referencias bíblicas sobre la comunicación con ángeles y con santos.

Y a su vez hay frutos de esa comunicación que los católicos pueden atestiguar.

Por otro lado cuando pedimos algo a ángeles y santos no les solicitamos que nos hagan el favor por ellos mismos, que realicen el milagro, sino que intercedan frente a Dios por nuestra petición.

Porque el único capaz de modificar las cosas y crear nuevas realidades es Dios.

Y cuando santos y ángeles aparecen haciendo aparentemente eso, lo hacen por mandato de Dios y no por su propio poder y decisión.

Santo Tomás de Aquino dice al respecto en la Summa Theológica,

«La oración se le ofrece a una persona de dos maneras: primero, para ser cumplida por él, en segundo lugar, para ser obtenida a través de él.

En el primer camino, ofrecemos oración solo a Dios, ya que todas nuestras oraciones deben estar dirigidas a la adquisición de la gracia y la gloria, que solo Dios da, según el Salmo 83:12, «El Señor dará gracia y gloria».

Pero en la segunda forma oramos a los santos, ya sean ángeles u hombres, no para que Dios a través de ellos conozca nuestras peticiones, sino para que nuestras oraciones sean efectivas a través de sus oraciones y méritos».

De modo que la función de santos y ángeles respecto a nuestras oraciones de pedido es llevarlas a Dios, y Dios las atenderá según los méritos de ellos y los nuestros.

Estos seres, que están en el cielo y a lo que nosotros nos podemos comunicar mediante el Espíritu Santo, tienen además de la función de interceder ante Dios por nosotros, estás otras funciones.

  • Ministrar por nuestras necesidades,
  • Protegernos,
  • Darnos orientación espiritual,
  • Entregarnos mensajes de Dios,
  • Cumplir la justicia de Dios en nosotros y en nuestros actos.

En términos generales hay mucha evidencia bíblica de la interacción entre ángeles y santos con nosotros en la Tierra.

En primer lugar debemos decir que los ángeles y los santos son conscientes de las cosas que suceden en la Tierra, esto lo vemos en Lucas 15:10, 1 Corintios 4: 9, Hebreos 12: 1.

También que los ángeles y los santos muertos se preocupan por nosotros, como lo podemos ver en el Apocalipsis 6: 9-10.

La Biblia muestra a hombres en la Tierra hablando con muertos, como en 1 Samuel 28: 12-15, Sirácida 46: 20, Mateo 17: 1-3 y 27: 50-53, Apocalipsis 11: 3.

La Biblia también presenta pasajes de ángeles y santos presentando nuestras oraciones a Dios, como el Apocalipsis 8: 3-4, Tobías 12: 12-5, Apocalipsis 5: 8, Jeremías 15: 1, Macabeos 15: 13-14.

Sabemos también por la Biblia que las oraciones de los justos son poderosas, como en Santiago 5: 16-18, Mateo 22:30, 1 Juan 3:2.

Veamos más en detalle qué sucede con nuestra comunicación con los santos y por otro lado qué sucede con los ángeles.

   

LA COMUNICACIÓN CON LOS SANTOS

Quizás la intercesión de los santos sea más conflictiva con los protestantes que la intercesión de los ángeles, porque después de todo, los ángeles no son visibles y son seres espirituales.

En cambio los santos que están en el cielo junto a Dios murieron en la Tierra, y los protestantes dicen que la Biblia prohíbe comunicarse con los muertos.

Pero no sólo la escritura, sino también la tradición de los padres de la Iglesia enseñan la intercesión de los santos.

Los padres de la Iglesia son los referentes que tenemos en la fe, porque vivieron la experiencia directa de los apóstoles, y en esa época no existía el protestantismo.

Cuándo se inició la Reforma se creó esta diferencia.

Pero no obstante hoy la mayoría de los cristianos creen que podemos tener la intercesión de los santos, porque tanto católicos, como ortodoxos y como la mayoría de los anglicanos opinan esto.

Los protestantes, haciendo una lectura extremadamente literal de una frase dicen que Dios no permite consultar a los muertos, citando el pasaje del Deuteronomio 18: 11-12.

«No ha de haber dentro de ti nadie que… practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, ningún encantador, ni quien consulte espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahvé tu Dios…»

Lo primero que hay que observar es que lo que está prohibiendo ese pasaje de la Biblia es el contacto con los muertos pero a través del espiritismo.

Dios considera abominación conjurar a los muertos para obtener información, lo que se hace a través de mediums en sesiones generalmente espiritistas.

En las que se busca información oculta o realizar conjuros o trabajos.

Porque en general se trata de una comunicación en la que el interlocutor es un demonio que se hace pasar por un ser humano.

Pero en el caso de los católicos es distinto.

Porque se eleva la oración hacia un santo sin ninguna otra intermediación, no se toma contacto de ida y vuelta con el santo, sino que solamente se le deja la petición.

Lo que en realidad está en cuestionamiento es que los muertos puedan salir del cielo, o sea que pueda manifestarse en la Tierra.

No tienen en cuenta que el Espíritu Santo es el canal de comunicación que comunica a la distintas partes de la Iglesia, desde la Iglesia triunfante en el cielo hasta la Iglesia que peregrina en la Tierra.

Es por esto que dicen absurdamente que en las apariciones marianas no es la Santísima Virgen que se aparece sino que es un demonio.

Pero no pueden explicar son dos cosas.

La primera es por qué el demonio no dice cosas demoníacas ni contrarias a la fe en las apariciones importantes y aceptadas por la Iglesia.

Y la segunda, cómo es que Moisés y Elías, profetas que estaban muertos, se aparecieron en el Monte Tabor, en el pasaje de la Transfiguración, para hablar con Jesús, ante Pedro, Santiago y Juan, lo que se relata en Mateo 17: 3.

Pero por otro lado los católicos le dicen a los protestantes que María y los santos no están muertos, porque Dios es un Dios de vivos no de muertos según la Biblia, a la que ellos leen tan al pie dela letra,

«Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos« (Mateo 22: 32).

Pero hay más pruebas bíblicas.

   

3 PRUEBAS DE LA COMUNICACIÓN CON LOS SANTOS

Acá presentamos tres pasajes donde se ve claramente la comunicación de los vivos con y por los muertos legítimamente en la Biblia, pero hay más que no mencionamos en honor a la brevedad.

En la parábola del Hombre Rico y Lázaro, que está en Lucas 16, el hombre rico le pide a Abraham que interceda con dos peticiones.

La primera es  que envíe a Lázaro para aliviarle el sufrimiento dándole agua, y la segunda es que envíe a Lázaro a la Tierra para advertir a sus 5 hermanos para que se arrepientan y no terminen en el Hades.

Y Abraham le contesta que no lo va a enviar porque no le creerían, en la medida que ya no le creyeron a los profetas.

Aquí se muestra que se pide la intercesión de un muerto por un lado, y por otro lado se muestra la posibilidad de que un muerto vaya a la Tierra y se aparezca a vivos.

Otra prueba es la intercesión que pide el rey Saúl al profeta Samuel que ya está muerto, lo que está en 1 Samuel 28: 15-16:

«Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me perturbas evocándome?

Respondió Saúl: Estoy en grande angustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiques lo que debo hacer.

Dijo Samuel: ¿Para qué me consultas si Yahvé se ha separado de ti y se ha convertido en tu enemigo?»

También está el pasaje en que San Pablo ruega por los muertos en 2 Timoteo 1: 16-18,

«Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me reconfortó muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró.

Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor».

   

LA COMUNICACIÓN CON LOS ÁNGELES

La comunicación de seres humanos vivos en la Tierra con los ángeles también es muy frecuente en la Biblia.

Estos son algunos pasajes en los que se ve claramente esta relación.

En Génesis 19: 1-2 dos ángeles llegan a Sodoma y encuentran a Lot fuera de su casa, y éste les invita a pasar la noche en su casa para descansar y para que a la mañana siguiente continúen su viaje.

En Génesis 48: 16 Jacob invoca la ayuda de un ángel para que bendiga a Efraín, Manasés y José y generen una gran descendencia.

En Zacarías 1: 8-9 este pregunta al Ángel del Señor quiénes son un hombre y unos caballos de distinto color que él había visto, y el ángel le respondió.

Ya en el Nuevo Testamento vemos a un ángel, presumiblemente el Arcángel Gabriel, que anunció a Zacarías que su esposa dará a luz a Juan el Bautista, esto aparece en Lucas 1.

También está la famosa aparición del Ángel Gabriel a la Virgen María en el pasaje de la Anunciación que relata Lucas 1.

Además a lo largo del libro del Apocalipsis Juan ve o está acompañado por Ángeles, y en Apocalipsis 10: 9 y 17: 7 notamos una interacción verbal entre ellos.

Hasta aquí hemos probado las razones por las cuales la Iglesia Católica sostiene que nos podemos comunicar con santos y ángeles y hacerle peticiones para que intercedan ante Dios.

   

CÓMO PEDIR LA INTERCESIÓN DE UN ÁNGEL O UN SANTO

El pedido de intercesión a santos y ángeles es una de las cosas más populares que tiene la Iglesia Católica y quizás también una de las más poderosas herramientas.

Es un pedido de ayuda a alguien que está en un peldaño superior de justificación.

Para pedir la intercesión de un ángel o un santo se deben tener dos cosas claras.

Primero tener un conocimiento del santo o el ángel al cual se invoca.

Saber quién es, cuál es su carisma particular, y de alguna manera haber construido una relación espiritual con él.

Cuando hablamos de carisma nos referimos a una suerte de especialización.

Por ejemplo a San Judas se lo invoca por trabajo, a San Antonio por las cosas perdidas, a Santa Mónica se le pide intercesión por los hijos, al Santo Cura de Ars por las vocaciones sacerdotales, al arcángel San Miguel se le pide ayuda la batalla espiritual, y al Ángel de la Guarda que nos ayude en temas coyunturales del momento.

Y la segunda cosa a tener en cuenta es que la eficacia de nuestro pedido estará en función de nuestra fidelidad a Dios, nuestro estado de gracia y de la aceptabilidad para Dios de nuestro pedido.

Los santos y los ángeles que invocamos llevarán a Dios este pedido, quien lo valorará incluyendo quién lo pide, quién es el intercesor y que es lo que se pide.

La iglesia se comunica con los ángeles a través de la oración.

Por ejemplo recuerda la oración a San Miguel Arcángel, en que se pide que nos defienda en la batalla contra el demonio.

Y los fieles individuales repitiendo estas oraciones comunican su petición al ángel.

Esto también vale para los santos.

El pedido lo podemos formular a través de oraciones ya establecidas, como por ejemplo una novena, en las que ya está previsto lo que hay que decir y en qué parte de la oración hay que presentar el pedido.

Pero también lo podemos realizar mediante oraciones informales o en medio de un diálogo con el ángel o el santo.

En esta modalidad se invoca al ángel o al santo, se le explica la situación y se le hace el pedido de intercesión.

Y se termina generalmente con un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Pero también nos comunicamos a través de nuestras acciones.

Especialmente los ángeles están al lado nuestro permanentemente porque cada uno tiene un ángel de la guarda.

Y entonces ellos ven nuestras acciones.

Y en el caso de los santos es el Espíritu Santo que comunica a los santos nuestras acciones.

En cada acción se demuestra nuestra devoción por los ángeles y por los santos particulares.

Además hay que recordar que esta comunicación es de doble vía.

Nosotros le pedimos verbalmente o mentalmente o en nuestras acciones a los ángeles o a los santos.

Pero también deberíamos estar atentos para escucharles, porque una de sus funciones es traernos mensajes.

Y ellos nos hablan a través de los hechos que suceden.

Cada uno de nosotros es capaz descifrar mensajes en las cosas que suceden si tenemos el espíritu abierto para ver y escuchar.

Pongamos un caso muy común como que estamos pensando en una necesidad que tenemos

Y de repente llega nuestra mente una solución a ese tema o una consolación.

O vemos algo en el exterior qué nos da una pista de la respuesta, como puede ser un cartel en la vía pública, una persona que nos habla, una música, etc.

Debes tener en cuenta que un ángel es un enviado de Dios para ayudarte o comunicarte un mensaje.

No tiene autonomía como piensan los qué sigue en la New Age quienes incluso proponen meditar con los ángeles.

El ángel hará el deseo de Dios.

Y cuando nosotros le pedimos algo es Dios el que concederá no el propio ángel.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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El Vaticano anunció la fecha de Canonización de la MADRE TERESA DE CALCUTA, el niño Cristero Jose Sanchez del Río y el Cura Brochero…

Noticia de Último Momento

 

El Vaticano ha anunciado la canonización de 5 nuevos Santos. El más conocido en todo el mundo es la Madre Teresa de Calcuta qué será canonizada el 4 de septiembre; y otros importantes para el mundo de habla hispana son el Cura Brochero, Argentino y el niño José Sánchez del Río, Mexicano, que serán canonizados el 16 de octubre.

madre teresa de calcuta con niño

La madre Teresa de Calcuta, quien nació en Macedonia y se unió a las hermanas de Loreto a los 17 años; luego fue enviada a Calcuta y fundó una orden allí para servir y vivir entre los pobres.

Las misioneras de la caridad surgieron en 1950 y en 1952 el gobierno de la India le dio una casa para servir en la misión.

Ella murió en 1997 y 6 años más tarde el papa Juan Pablo II la beatificó. Puedes leer más sobre la madre Teresa de Calcuta aquí.

Otro personaje a ser canonizado es el niño José Luis Sánchez del Río, que fue torturado y asesinado cuando tenía 14 años, durante la rebelión de los cristeros contra el presidente Plutarco Elías Calles de México.

José Luis fue martirizado el 10 de febrero de 1928 y la Crónica cuenta que los soldados le cortaron las plantas de los pies y lo obligaron a caminar hasta la tumba. En ese momento antes de la muerte el niño gritó “¡Viva Cristo Rey!”.

niño martir José Sánchez del Río
Niño martir José Sánchez del Río

Su figura es una de las principales en la película Cristiada.

Otro de los canonizados el 16 de octubre será el cura Gaucho José Gabriel Brochero; el Cura Brochero será el primer santo de Argentina.

Nació en 1840, sufrió lepra, y es conocido por su tarea de evangelización a caballo en las sierras de Córdoba, donde ministraba especialmente a los enfermos y moribundos; fue beatificado en el 2013 murió en 1914.

Puedes leer su historia aquí.

El 5 de junio será beatificada también la sueca María Elizabeth Hesselblad.

Nació en 1870, era enfermera convertida al catolicismo y fundó la orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida; murió en 1957 y fue beatificada en el año 2000.

También el 5 de junio será beatificado el polaco Estanislao de Jesús y María Papczynski.

Fue fundador de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Experimentó visiones de las almas del purgatorio e insistió en las oraciones hacia ellas. Su congregación hoy se dedica a difundir los mensajes de la polaca Santa Faustina Kowalska, vidente de Jesús de la Misericordia.

El beato Estanislao nació en 1631 y fue beatificado en el 2007. Puedes leer el milagro para su canonización aquí.

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La Comunión de los Santos en el Catecismo de la Iglesia Católica

La Comunión de los Santos tiene dos significados: en primer lugar, indica la común participación de todos los miembros de la Iglesia en las cosas santas (sancta): la fe, los sacramentos, en particular en la Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la comunión está la caridad que «no busca su propio interés» (1 Co 13, 5), sino que impulsa a los fieles a «poner todo en común» (Hch 4, 32), incluso los propios bienes materiales, para el servicio de los más pobres.

En segundo lugar, designa también la comunión entre las personas santas (sancti), es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en Cristo una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.

 

LO QUE DICE EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

946 Después de haber confesado “la Santa Iglesia católica», el Símbolo de los Apóstoles añade “la comunión de los santos». Este artículo es, en cierto modo, una explicitación del anterior: “¿Qué es la Iglesia, sino la asamblea de todos los santos?” (Nicetas, symb. 10). La comunión de los santos es precisamente la Iglesia.

947 “Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros … Es, pues, necesario creer que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que El es la cabeza … Así, el bien de Cristo es comunicado a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia” (Santo Tomás, symb.10). “Como esta Iglesia está gobernada por un solo y mismo Espíritu, todos los bienes que ella ha recibido forman necesariamente un fondo común” (Catech. R. 1, 10, 24).

948 La expresión “comunión de los santos” tiene entonces dos significados estrechamente relacionados: “comunión en las cosas santas [’sancta’]” y “comunión entre las personas santas [’sancti’]».
“Sancta sanctis” [lo que es santo para los que son santos] es lo que se proclama por el celebrante en la mayoría de las liturgias orientales en el momento de la elevación de los santos Dones antes de la distribución de la comunión. Los fieles [«sancti»] se alimentan con el cuerpo y la sangre de Cristo [«sancta»] para crecer en la comunión con el Espíritu Santo [«Koinônia»] y comunicarla al mundo.

I La comunión de los bienes espirituales

949 En la comunidad primitiva de Jerusalén, los discípulos “acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hch 2, 42):
La comunión en la fe. La fe de los fieles es la fe de la Iglesia recibida de los Apóstoles, tesoro de vida que se enriquece cuando se comparte.

950 La comunión de los sacramentos. “El fruto de todos los Sacramentos pertenece a todos. Porque los Sacramentos, y sobre todo el Bautismo que es como la puerta por la que los hombres entran en la Iglesia, son otros tantos vínculos sagrados que unen a todos y los ligan a Jesucristo. La comunión de los santos es la comunión de los sacramentos … El nombre de comunión puede aplicarse a cada uno de ellos, porque cada uno de ellos nos une a Dios … Pero este nombre es más propio de la Eucaristía que de cualquier otro, porque ella es la que lleva esta comunión a su culminación” (Catech. R. 1, 10, 24).

951 La comunión de los carismas: En la comunión de la Iglesia, el Espíritu Santo “reparte gracias especiales entre los fieles” para la edificación de la Iglesia (LG 12). Pues bien, “a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común” (1 Co 12, 7).

952 “Todo lo tenían en común” (Hch 4, 32): “Todo lo que posee el verdadero cristiano debe considerarlo como un bien en común con los demás y debe estar dispuesto y ser diligente para socorrer al necesitado y la miseria del prójimo” (Catech. R. 1, 10, 27). El cristiano es un administrador de los bienes del Señor (cf. Lc 16, 1, 3).

953 La comunión de la caridad: En la “comunión de los santos” “ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo” (Rm 14, 7). “Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte” (1 Co 12, 26-27). “La caridad no busca su interés” (1 Co 13, 5; cf. 10, 24). El menor de nuestros actos hecho con caridad repercute en beneficio de todos, en esta solidaridad entre todos los hombres, vivos o muertos, que se funda en la comunión de los santos. Todo pecado daña a esta comunión.

II La comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra

954 Los tres estados de la Iglesia. “Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando `claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es’” (LG 49):

Todos, sin embargo, aunque en grado y modo diversos, participamos en el mismo amor a Dios y al prójimo y cantamos en mismo himno de alabanza a nuestro Dios. En efecto, todos los de Cristo, que tienen su Espíritu, forman una misma Iglesia y están unidos entre sí en él (LG 49).

955 “La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales” (LG 49).

956 La intercesión de los santos. “Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad…no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad” (LG 49):
No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que durante mi vida (Santo Domingo, moribundo, a sus hermanos, cf. Jordán de Sajonia, lib 43).

Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra (Santa Teresa del Niño Jesús, verba).

957 La comunión con los santos. “No veneramos el recuerdo de los del cielo tan sólo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno. En efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios” (LG 50):
Nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios: en cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su rey y maestro; que podamos nosotros, también nosotros, ser sus compañeros y sus condiscípulos (San Policarpo, mart. 17).

958 La comunión con los difuntos. “La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones `pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados’ (2 M 12, 45)” (LG 50). Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor.

959en la única familia de Dios. “Todos los hijos de Dios y miembros de una misma familia en Cristo, al unirnos en el amor mutuo y en la misma alabanza a la Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la íntima vocación de la Iglesia” (LG 51).

Resumen

960 La Iglesia es “comunión de los santos»: esta expresión designa primeramente las “cosas santas” [«sancta»], y ante todo la Eucaristía, “que significa y al mismo tiempo realiza la unidad de los creyentes, que forman un solo cuerpo en Cristo” (LG 3).

961 Este término designa también la comunión entre las “personas santas” [«sancti»] en Cristo que ha “muerto por todos», de modo que lo que cada uno hace o sufre en y por Cristo da fruto para todos.

962 “Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones” (SPF 30) .

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Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Milagros TESTIMONIOS Y MILAGROS

Milagros por Intercesión del Padre Pío

Es muy difícil establecer una definición para la palabra «milagro». Los Milagros son considerados expresiones de lo sobrenatural. También podemos decir que un milagro es un fenómeno que ocurre distinto de las leyes naturales y obedecen a ¡la voluntad de Dios! 

Toda la vida del Padre Pío estaba llena de milagros, pero tenemos que prestar  atención a la naturaleza del milagro que siempre es divino. De esta manera, el Padre Pío siempre convidó a las personas a darle gracias a Dios, verdadero autor de todo milagro.
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Un milagro que se ha atribuido como el primero  del Padre Pío ocurrió en 1908. En ese momento él vivía en el convento de Montefusco. Un día en que él fuè al bosque a coleccionar los alazanes en una bolsa; Él quiso enviársela en Pietrelcina a su tía Daría. Ella siempre había sido muy afectuosa con él. La mujer recibió y comió los alazanes y guardó la bolsa de recuerdo. Tía Daría días después,  estaba buscando algo en un cajón dónde su marido normalmente tenía  polvo. Era de noche, y ella se alumbraba con una vela, cuando de repente;  el cajón se incendió. Tía Daría fuè alcanzada por el fuego. En un instante, ella agarrò la bolsa que contuvo los alazanes del padre Pío y se la  puso en la cara. Inmediatamente, su dolor desapareció y ninguna herida o marca de la quemadura permanecían en su cara.

 

Durante la segunda guerra mundial, en Italia, el pan se racionó. En el convento del Padre Pío había siempre muchos invitados más los pobres que siempre iban allí pidiendo comida. Un día los Frailes se encontraron con que apenas tenían dos libras aproximadamente de pan. Todos los hermanos oraron antes de  sentarse a comer. El Padre Pío entró en la Iglesia, y  rato después  regresó con muchísimo pan en sus manos. El Superior le preguntó al Padre Pío: «¿Dónde usted ha encontrado pan?” El Padre Pío contestó: “me los dìò un peregrino en la puerta». Nadie habló,  pero todos pensábamos que sólo el  Padre Pío  podía encontrar a ese peregrino.

 

Una vez en el convento del Padre Pío, un fraile se olvidó de organizar  el personal para la Sagrada Comunión. Por esta razón habían  solamente unas pocas personas  disponibles. Pero después que terminó de confesar; el Padre Pío organizó a las personas para impartir la Sagrada Comunión; y permaneciendo  en el servicio, fueron mucho más de las que anteriormente habían.

 

Una hija espiritual del Padre Pío estaba leyendo una carta del Padre Pío en el borde del camino. El viento se llevó la carta, hasta el declive de un prado. La carta ya estaba lejos, cuando de pronto se  detuvo, debajo de una piedra. De esta manera la mujer pudo recuperar su carta. El día, en que  después ella encontró al Padre Pío éste  le dijo: «Usted tiene que prestar más atención al viento la próxima vez. Si yo no hubiera puesto mi pie en la carta, ésta se hubiera perdido.»

 

La señora Cleonice, hija espiritual del Padre Pío dijo: – «Durante la segunda guerra  mundial mi sobrino estaba prisionero. Nosotros no habíamos recibido noticias durante un año; y creíamos que él estaba muerto.  Sus padres pensaban lo mismo. Su madre fue un día a ver al Padre Pío y se arrodillaba delante del fraile que estaba en el confesionario.  «Por favor Padre, dígame si mi hijo está vivo. Yo no me marcharé, hasta que UD no me conteste». El  Padre Pío simpatizó con ella  y teniendo piedad de sus lágrimas le dijo: «Levántese, y quédese tranquila”.  “Días  después yo no resistía el dolor que los padres estaban sufriendo, por lo que yo decidí pedirle un milagro, al Padre Pío. Yo dije fielmente: «voy a escribir una carta a mi sobrino Giovannino. Solamente escribiré su nombre en el sobre, porque nosotros no sabemos donde está. Usted y su Ángel Guardián llevarán le llevarán la carta. “El Padre Pío no contestó, yo escribí la carta, y la dejé en mi mesa de noche, para por la mañana siguiente entregarla al Padre Pío.  Para mi gran sorpresa,   asombro y miedo; la carta se desapareció. Inmediatamente le dì gracias al Padre Pío y él me dijo: «Dé sus gracias a Nuestra Señora». Casi quince días después nuestro sobrino contestó  la carta.  Entonces todos en nuestra familia estábamos contentos; y dando gracias a Dios y al Padre Pío.»

 

Durante la segunda guerra  mundial, el hijo de  la señora Luisa; Oficial de la Marina Real Británica, era motivo de angustia para su madre; pues ésta oraba todos los días por la conversión  y la salvación de su hijo. Un día llegó un peregrino inglés a San Giovanni Rotondo, y trajo algunos periódicos ingleses. Luisa quiso leerlos. Ella leyó la noticia del hundimiento del barco en que su hijo viajaba Llorando va a ver al Padre Pío quien la consoló inmediatamente: ¿Quién le ha dicho que su hijo está muerto? De hecho, el Padre Pío; le pudo explicar exactamente el nombre y la dirección del hotel en dónde estaba su hijo, después de que él escapó del naufragio en el Atlántico. Él se acomodó en ese Hotel, mientras esperaba un nuevo cargo. Inmediatamente Luisa le envió una carta; y a los 15 días,  su hijo le respondió.

 

Había una mujer tan noble y buena en San Giovanni Rotondo que el Padre Pío dijo que era imposible, de encontrar cualquier falta en su alma, para perdonar. En otros términos; ella vivió para ir al cielo. Al final de la Cuaresma, Paolina, estaba tremendamente enferma. Los doctores no daban esperanzas. Su marido y sus cinco niños fueron al convento a orar  al Padre Pío y pedirle ayuda.  Dos de los cinco niños tiraron del hábito del Padre Pío y lloraron. ¡Pío Padre se perturbó; e intentó consolarlos y prometió orar por ellos, nada más!  Algunos días después, al principio de la Séptima hora,  las cosas cambiaron. De hecho él  pidió por Paulina, para que sanara y dijo a todos: «Ella  se recuperará el Día de Pascua. Pero durante el viernes santo, Paolina perdió la conciencia, y el sábado entró en estado de coma; finalmente, después de algunas horas Paolina murió. Algunos de sus parientes tomaron su traje de novia para ponérselo según una vieja tradición. Otros parientes corrieron al convento para pedirle un milagro al Padre Pío. Él les contestó: «Ella  resucitará” y  fuè al altar para dar la Santa Misa. Cuando el  Padre Pío empezó a cantar el Gloria y el sonido de las campanillas que anuncian la resurrección de Cristo, la voz del Padre Pío rompió en llanto y sus ojos estaban llenos de lágrimas. En el mismo momento Paolina resucitó y sin ninguna ayuda ella bajó de la cama, ella se arrodilló y  oró tres veces el Credo. Luego se levantó y sonrió. «Ella resucitó». De hecho el  Padre Pío no había dicho, «ella se recuperará» sino «ella resucitará». Cuando le preguntaron, que le pasó durante el tiempo que ella estaba muerta; contestó: «Yo subí, subí, subí; hasta que entré en una gran luz,  y de pronto regresé.

 

Testimonio de una madre: “Mi primera hija,  nació en 1953; el  Padre Pío, le salvó la vida en forma repentina y milagrosa, hace 18 meses. En la mañana del 6 de enero de 1955 mi marido y yo estábamos en la iglesia para asistir a la Santa Misa  y nuestra hija estaba en casa con su abuelo. Repentinamente aconteció un accidente,  y nuestra hija se quemó con una olla de agua caliente. La quemadura era tan grande como grave; le abarcaba desde el estómago hasta la parte de atrás. El doctor recomendó hospitalizarla inmediatamente; porque podía morirse debido a su estado de suma gravedad… Por esta razón él no nos dio ninguna medicina.  Desesperada al ver moribunda a mi hija, en lo que el doctor se fuè; invoqué fuertemente al Padre Pío, que interviniera urgentemente, mientras me preparaba  para llevarla al hospital, ya casi era la hora del medio día; cuando de pronto la niña que estaba sola en su cuarto me llamó “Mamà, mamà, ya no tengo ninguna herida”. ¿Y quién ha desaparecido tus heridas, pregunté asustada y con gran  curiosidad? Ella contestó. “mamà el Padre Pío vino, él sanó mis heridas poniendo sus manos llagadas sobre mi quemadura”. Para asombro de todos, realmente no había ninguna seña ni marca de que hubiera alguna quemada; el cuerpo de mi hija estaba completamente sano, y pensar que unos minutos antes el medico la desahució.

 

Los campesinos de San Giovanni Rotondo recuerdan con gran alegría el evento siguiente. Era en primavera, florecieron los árboles de almendras prometiendo una buena cosecha. Pero desgraciadamente millones de orugas voraces llegaron y devoraron  las hojas y  las flores.  No dejaron ni siquiera la cáscara. Después de dos días y después de intentar detener esa invasión, los campesinos  estaban muy preocupados, ya que para muchos de ellos las almendras eran el único recurso económico – decidieron contarle al Padre Pío el problema. El Padre Pío tenía una hermosa  vista de  los árboles a través  de su ventana  en el convento y  decidió bendecirlos.  Se puso las sagradas vestiduras y empezó a orar. Cuando  terminó, tomó el agua bendita e hizo la señal de la Cruz en el aire, en  dirección a los árboles. De inmediato desaparecieron las orugas, y al día siguiente de que las orugas habían desaparecido,  los árboles de  almendras,  parecían nuevamente tener los retoños. Era un desastre; la cosecha  estaba perdida.  ¡Lo que pasó luego es realmente increíble!  Teníamos de repente la cosecha más abundante; ¿Cómo es posible que tuviéramos una cosecha más abundante que las que normalmente teníamos? Antes nunca, en tiempos normales habíamos tenido una cosecha así. Los científicos nunca han podido dar una explicación a éste fenómeno.

 

En el jardín del convento habían varios tipos de  árboles; los cipreses, algunos de fruta y algún pino. Sobre todo por las tardes de verano, el Padre Pío disfrutaba del clima, en la sombra, junto con sus amigos, y algún invitado, Una vez cuando el Padre Pío estaba hablando con algunas personas, repentinamente muchísimos pájaros comenzaron a cantar y a hacer  ruido a la sombra de los árboles. Los pájaros habían compuesto una sinfonía allí; Mirlos, gorriones, y otras especies. El Padre Pío se molestó por la sinfonía, y  mirando a los pájaros les dijo: “silencio »  En ese mismo instante, los pájaros, los grillos y las cigarras se quedaron callados.  ¡Las personas que estaban en el jardín, se encontraban profundamente sorprendidas! De hecho el Padre Pío había hablado a los pájaros, al igual que  San Francisco.

 

Otro testimonio, de un señor que contó: “Mi madre vino de Foggia y era una de las primeras hijas espirituales del Padre Pío. Ella le había pedido al Padre Pío la conversión  y protección  de mi padre»; cuando en abril de 1945 lo iban a fusilar. Él se encontraba delante del pelotón de fusilamiento; cuando de pronto viô al padre Pío delante de él  para protegerlo. El comandante del pelotón dìò  la orden de disparar; pero ningún tiro se disparó de los rifles que lo apuntaban Los siete miembros del pelotón y su comandante, sorprendidos, verificaron sus rifles y no encontraron ningún problema. Así que el pelotón; apuntó  de nuevo a mi padre, y el comandante pidió a sus soldados; disparar de nuevo, Y nuevamente ocurre lo mismo. Los rifles no funcionaron. Esta realidad misteriosa e inexplicable interrumpió la ejecución. Mi padre regresó a  casa y se convirtió, recibió  los santos sacramentos en San Giovanni Rotondo cuando fuè a agradecer al Padre Pío. De esta manera mi madre obtuvo los milagros que ella siempre había pedido al Padre Pío: ¡la conversión de su marido!

 

Testimonio del Padre Honorato: “Yo fui a San Giovanni Rotondo con un amigo  en motocicleta. Llegué al convento algunos minutos antes del mediodía. Dando mis respetos al superior, me dirigí al confesionario a saludar  al Padre Pío y  besar su mano. Debe tenerse en cuenta que mi modelo de  motocicleta se llamaba  «avispa». Al verme el Padre  Pío me dijo: “Muchacho,  ¿la «avispa» lo pinchó? » Yo estaba bastante sorprendido: de hecho el Padre Pío no me había visto cuando  llegué al convento, pero él sabía qué tipo de transporte yo usaba. La mañana siguiente  de que nosotros dejamos a San Giovanni Rotondo con mi «avispa»  y partimos a San Miguel, el pueblo cercano a San Giovanni Rotondo. El tanque de gasolina iba vacío, por lo que  nosotros decidimos llenarlo en Monte San Angelo. Pero en cuanto nosotros alcanzáramos ese pueblo pequeño se nos presentó un problema: todas las bombas de gasolina estaban cerradas. De manera que decidimos regresar a San Giovanni Rotondo. Realmente nosotros esperamos encontrar a alguien en el camino que pudiera darnos un poco de gasolina. En primer lugar yo estaba angustiado por mis hermanos del convento, porque iba a llegar tarde a la hora del almuerzo; cosa que no es gentil… Pero sin la gasolina, a  los pocos kilómetros, la moto empezó a hacer  ruido y se detuvo. Verificamos el tanque, y estaba vacío. Con  tristeza  le dije a mi amigo, que teníamos sólo diez minutos para llegar al convento y almorzar con nuestros hermanos. No encontrábamos ninguna solución, y por esta razón, mi amigo, dìò un puntapié al pedal. ¡Increíble! ¡La motocicleta arrancó de nuevo! Emprendimos inmediatamente el viaje a San Giovanni Rotondo sin preguntarnos  la razón  de porque la motocicleta había arrancado sin  gasolina. Cuando llegamos a mitad del convento  la motocicleta paró de nuevo. Destapamos el tanque y vimos que todavía estaba seco. Asombramos miramos nuestros relojes: era diez minutos antes de la hora del almuerzo. Significaba que nosotros, habíamos cubierto quince kilómetros en un promedio de 180 kilómetros por hora. ¡Sin la gasolina! Yo entré  al convento mientras los hermanos estaban bajando para el almuerzo, y cuando  Fui a buscar  al padre Pío, éste; se quedó mirándome y se reía.

 

En mayo de 1925.  María tenía su bebé enfermo de nacimiento. María estaba muy angustiada por su bebé. De hecho, después de una visita médica, le dijeron que su niño tenía una enfermedad muy complicada. No había esperanzas para él: jamás  se podría recuperar.  María decidió ir en tren a San Giovanni Rotondo. Ella vivía en un pueblo pequeño al sur de Puglia, pero escuchando los milagros del Padre Pío, del fraile que tenía los estigmas de Jesús y que hacía  milagros, a los enfermos y daba  esperanza a los desgraciados; surgió en ella una gran fe e  inmediatamente se fuè de viaje, pero durante el trayecto  el bebé se murió. Ella había vigilado su cuerpecito toda la noche, y lo puso en la maleta y la  cerró…  Al día siguiente de ver morir a su hijo, estaba en el convento de San Giovanni Rotondo.  ¡Ya no había ninguna  esperanza! El niño estaba muerto. Pero Maria no había perdido su fe. Por la tarde  estaba delante del Padre Pío. Se encontraba en la  fila de la confesión y tenía en sus manos la maleta que contenía el cadáver de su hijo. Se había muerto veinticuatro horas antes. Se arrodilló delante del Padre Pío y  lloró desesperadamente suplicándole ayuda. Él la miró profundamente. La madre abrió la maleta, y le mostró el cadáver de su hijo  al Padre Pío. El pobre Padre se condolió hasta las entrañas por el dolor de ésta madre. Tomó el pequeño cuerpo y puso sus manos estigmatizadas en su cabeza, y entonces  oró mirando al cielo. Después de un rato, la  pobre criatura  estaba viva de nuevo. Un gesto, un movimiento de los pies, los brazos… parecía dormido y simplemente se despertó después de un sueño largo. Hablando a la madre le dijo: «¿Mima, por qué usted está llorando? Su hijo está durmiendo » La madre y los gritos de la muchedumbre llenaron  la iglesia. ¡Todos hablaban sobre el gran milagro!

 

Un ingeniero decidió quedarse hasta tarde en el convento, pero cuando decide irse comenzó a llover… Así que él le dijo al Padre Pío: «Yo no tengo ningún paraguas » «¿Podría quedarme aquí hasta por la mañana? Si no,  me mojaré.» – «Yo lo siento mi estimado, no es posible. ¡Pero no se preocupe! ¡Yo lo acompañaré! “le contestó el  Padre Pío. Pero el ingeniero pensó que habría sido mucho mejor no hacer esa penitencia, sin embargo, podría ser menos riguroso con la ayuda del Padre Pío. Se puso su sombrero, y empezó a caminar dos millas entre el convento y el pueblo. Pero en cuanto él salió  viô con sorpresa que ya no estaba lloviendo. Simplemente había un pequeño rocío cuando llegó a su casa. «Mi Dios», la mujer exclamó, cuando abrió la puerta «Usted también debe estar  mojado hasta  los huesos”  “en absoluto» el ingeniero contestó – «no está lloviendo». Los campesinos que estaban enmudecen: «¿Qué! ya no está lloviendo? ¡Está vertiendo! ¡Escuche! “ellos abrieron la puerta de nuevo y estaba lloviendo demasiado fuerte Y le contaron que había estado lloviendo durante una hora sin  interrupción. «¿Cómo usted pudo venir sin mojarse? Ellos le preguntaron. El ingeniero contestó: «El Padre Pío me dijo, que me acompañaría»; entonces, los campesinos comprendieron que había sido un milagro más  del Padre Pío. «Ahora todo está claro, y se encontraron en la cocina para cenar cuando la mujer dijo: «Con seguridad la compañía del Padre Pío es mucho mejor que un paraguas »

 

Un señor de Ascoli Piceno (una ciudad italiana) dijo: «Hacia el fin de los años 1950, yo fuì a San Giovanni Rotondo con mi esposa, a la confesión, y antes de que yo recibiera la absolución, después del consejo del Padre Pío y  efectuada la penitencia. Por la tarde  estaba todavía en el convento y el Padre Pío me viô de nuevo y me dijo: ¿Usted todavía está aquí?  «Mi ratón no arrancó» le contesté: ¿Qué es exactamente el ratón? el Padre Pío preguntó «Es mi automóvil» contesté. “Vamos y démosle una mirada» me dijo. Él me invitó a dejar el monasterio, cosa  que nosotros hicimos sin ningún problema. Nosotros viajamos toda la noche y por la mañana siguiente, lo llevé al mecánico.  Quién me dijo, después del chequeo; que el sistema eléctrico del automóvil estaba descompuesto. Y él no me creyó cuando  le dije que yo había viajado con el automóvil toda la noche. De hecho era imposible  cubrir doscientas millas, entre San Giovanni Rotondo y Ascoli Piceno, con el carro en aquél estado, entonces yo comprendí que el Padre Pío me había ayudado, yo le agradecí en mi mente, y estoy seguro que me ha escuchado.

 

Testimonio de una buena mujer pero algo tímida. Nunca era necesario repetir la misma frase al Padre Pío. Bastaba con pedírselo mentalmente. El esposo de esta buena mujer se encontraba muy enfermo. Ella corre al convento en busca de ayuda. Pero no sabía como localizar al Padre Pío, pues para una confesión, había que esperar hasta 3 días. Así durante la  Santa Misa ella estuvo todo el tiempo de pie y caminaba de un lado al otro de la Iglesia. Finalmente  decidió decirle   su problema, y pidió en ese instante la ayuda del Padre Pío a Nuestra Señora. Así, al final de la Santa Misa, cruzó nuevamente la iglesia para hablar con él… Finalmente ella logró  alcanzar el corredor por donde el pasaría. En cuanto el padre Pío la miró, le dijo: «mujer que poca fe, ¿cuándo usted pedirá mi ayuda finalmente? ¿Usted piensa que yo soy sordo? Usted ya me lo ha dicho cinco veces, cuando usted estaba delante de mí, detrás de mí, a  mi derecha y a mi izquierda. ¡Yo entendí! ¡Yo entendí! ¡Vaya a su casa! Todo està bien. Cuando llegò a su casa; su esposo estaba completamente sanado.

 

En la crónica del convento, en la fecha del 23 de octubre de 1953, se puede leer esta anotación. 

«Esta mañana la Señorita Amelia Z., ciega nata, de 27 años, ha venido desde la provincia de Vicenza y ha recibido la vista. Después de su confesión ella le ha preguntado al Padre Pío por su vista. El Padre le ha contestado: «Ten fe y ruega mucho». En el mismo instante la joven chica vio al Padre Pío: el rostro, la mano que bendijo, los medios guantes que escondieron los estigmas.  La vista ha ido rápidamente aumentando, hasta que la joven ya vio bien de cerca. Le dijeron al Padre Pío acerca del milagro y él dijo: «Demos gracias a Dios.»

Luego la joven los preguntó al padre Pío si tendría la vista completa y contestó: “poco a poco vendrá todo.»

Fuente: www.padrepio.catholicwebservices.com

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San Pío y el milagro de Roberto parte 1

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Devociones populares que no están en línea con la Iglesia

Denuncia de la Arquidiócesis de México.
México es un país donde florecen las advocaciones de religiosidad popular. Algunas de ellas no sólo no están acreditadas por la Iglesia, sino que francamente muestran valores opuestos a los cristianos. Esto sucede en todo el continente latinoamericano, lo podemos ver también en Argentina.

 

santa muerte

 

La Iglesia enseña que todos los santos que hay en el cielo no necesariamente han sido así galardonados con ese título en la tierra, por eso se instituyó el 1 de noviembre la Fiesta de Todos los Santos, para honrar a los Santos conocidos y los desconocidos.

Desde el punto de vista pastoral la cosa se complica, porque la religiosidad popular a veces trata como santos a devociones paganas, lo que no significa que esas personas de ninguna manera estén en el cielo, sino que dado el origen de la devoción, ésta no se alinea con la fe católica.

El Episcopado difundió una lista de al menos cinco personajes muy venerados por la gente pero, que en realidad, no han sido proclamados como tales por la Iglesia. Recuerda que se trata de prácticas paganas y advierte sobre su difusión exagerada. (Como se puede ver no dice que no se deben venerar sino que no se debe exagerar la veneración).

Esto mismo se puede hacer para casi cualquier país que haya generado devociones autóctonas.

De acuerdo al padre Modesto Lule, sacerdote misionero del Instituto de los Servidores de la Palabra, detalla en el artículo «Los Santos que no son Santos» que fue publicado en el último número el semanario «Desde la Fe», que edita el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) lo siguiente:

«Los santos son aquellos que han demostrado que la vida puede dar fruto a pesar de las heridas y lesiones, de los fracasos y desgarramientos, sin que nos destruyan. No sólo por méritos propios, más bien porque se han acogido a la gracia de Dios».

En el contexto del escrito el padre Lule advierte a la feligresía católica sobre el riesgo de vivir una confusión de fe ante el exceso de imágenes que han ganado la «santidad», como resultado de la fama que les da el pueblo, más no porque esos personajes hayan tenido una historia de vida que les permita ganarse esa calidad.

«La Iglesia Católica no proclama irresponsablemente a los santos, sino sólo a aquellos que, después de un largo proceso de estudio y oración, considera dignos por su vida de entrega a Dios, por eso es importante que la feligresía este atenta y no dejarse confundir por el gran número de figuras populares que ganan fama de «santidad», porque son engrandecidas por comentarios de diferentes tipos de personas -hasta de no creyentes- y que la mayoría de las veces son versiones casi siempre exageradas».

La lista de «Falsos Santos» es la siguiente:

La «santísima muerte». Esta pseudodevoción gana cada día más fama: un esqueleto ataviado con vestido, guadaña, balanza, brazos y falanges de metal o con figuras de oro y plata. Se exhibe en tiendas espiritistas o mercados donde venden todo tipo de amuletos y elementos para la adivinación o curanderismo. Sus promotores la presentan como una «entidad espiritual» que ha existido siempre, lo cual es mentira.

Esta falsa devoción la permite, favorece y promueve una agrupación no-católica que incluso promueve el aborto. La «santa muerte» comenzó a ser adorada, más que venerada, por criminales, contrabandistas, pandilleros y ladrones.

La santa Cabora. Es otra falsa devoción. Teresa Urrea nació el 15 de octubre de 1873 en un rancho cerca de Ocoroni, Sinaloa. Teresita, como la llamaban, comenzó a tener en su adolescencia ataques epilépticos. Decía tener visiones y se ufanaba de predecir el futuro y realizar curaciones. Pronto ganó fama de santa en la región. En mayo del 1890 el pueblo se levantó contra el Gobierno del Estado y proclamaron el nombre de Teresa como viva intercesora de las demandas presentadas. El Gobierno la deportó del país. Murió de tuberculosis a la edad de 32 años. Después de su muerte empezó su culto.

El santo niño Fidencio. José Fidencio Síntora Constantino nació en 1898, cerca de la villa de Yuriria. Fue a la edad de 23 años, en el año de 1921, cuando en compañía de su hermano se trasladó a Espinazo, Nuevo León. Desde muy joven demostró habilidad para curar animales por medio de hierbas y ungüentos. Fue hasta el 15 de agosto de 1927 cuando a Fidencio se le indicó en una supuesta revelación que debía ayudar a sus hermanos.

Pronto su fama se propagaría por todo México. Sus seguidores comenzaron a llamarle «Niño Fidencio» como referencia directa al Niño Jesús, que es Dios. Sus seguidores creen que antes de morir dejó dicho a sus discípulos que de ultratumba se comunicaría con ellos a través de médiums (espiritistas). Y los que se dicen beneficiarios de esta comunicación con el muerto Fidencio se hacen llamar «cajitas».

San Juan Soldado. Juan Castillo Morales era un soldado de Tijuana, Baja California que fue sentenciado a muerte, acusado de homicidio. Nunca reclamó ningún tipo de derecho. La señora a la que le habían matado a su niña mencionó que Juan Castillo no era el culpable, y constantemente le llevó flores al lugar donde lo fusilaron. Con el tiempo la gente comenzó a pedirle milagros y su fama fue creciendo. Su historia se remonta a los años 40.

Jesús Malverde, el «santo de los narcotraficantes». La leyenda dice que nació el 24 de diciembre de 1870, en Sinaloa. Su nombre fue Jesús Juárez Mazo. Debe su sobrenombre a su mala reputación y a la costumbre de camuflarse con hojas de plátano para robar ganado. De esta conjugación nació el nombre de Mal-verde. Su figura se da en la época del porfiriato. Muere el 3 de mayo de 1909. Se dice que un 85 por ciento de los narcotraficantes pide su intercesión.

Para finalizar el Padre Lule señala: «Los falsos santos se deben distinguir de los verdaderos, pues no hay razón para venerarlos, y los verdaderos no deben ser mezclados con supersticiones. Sólo es válido admirar a un santo si éste nos inspira a vivir heroicamente el Evangelio de Jesucristo. Recuerda que los santos no interceden para que hagas daño a los demás. Busca conocer tu fe y no te dejes engañar por cualquier cosa que te presenten como milagrosa».

Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos

 

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La Biblia, los Padres de la Iglesia y los Santos nos hablan sobre el demonio

Citas para defenderse del demonio. 
El demonio, como nombre de un personaje que actúa el mal, es una profesión de fe en el catolicismo, sin embargo hoy no es políticamente correcto referirse públicamente a él entre los católicos y sobre todo los sacerdotes, incluso a pesar de que el papa Francisco habitualmente lo hace, porque lo ven como una forma de predicar la conversión por el miedo en lugar de por el amor. Sin embargo, en rigor, ambos conceptos no son ni teórica ni comunicacionalmente contradictorios y perfectamente pueden coexistir y comunicarse en el discurso. Por eso es bueno conocer que dice la Biblia y que han dicho los Padres de la Iglesia respecto del demonio.

 

demonio

 

Que los católicos consideren que nuestro Dios es el Dios del Amor, que pide a sus seguidores actuar con amor y que el último día nos juzgará por el amor, no requiere “esconder” la existencia del demonio como contrario a los planes de Dios y que busca que los hombres no se salven. Es más, por el propio amor que nos tiene Dios, nos ha revelado la existencia del demonio, nos avisa de tenerlo presente y como combatirlo.

CITAS DE LA SAGRADA ESCRITURA SOBRE LA EXISTENCIA DEL DEMONIO

He visto a Satanas caer del cielo a manera del relampago. Lc 10,18.

Vosotros sois hijos del diablo [. . . ]. El fue homicida desde el principio, no permanecio en la verdad. Jn 8,44.

Dios no perdono a los angeles que pecaron, sino que, amarrados con cadenas infernales, los precipito al abismo donde son atormentados. 2P 2,4.

A los angeles que no conservaron su dignidad, sino que abandonaron su morada, los echo (Dios) en el abismo tenebroso con cadenas eternas. Jud 6.

Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, que fue destinado para el diablo y sus angeles. Mt 25,41.

SOBRE LA OPOSICIÓN ENTRE JESÚS Y EL DIABLO 

Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo [. . . ]. El diablo le dijo: Todas estas cosas te dare si postrandote ante mi me adorares. Respondiole Jesús: Apartate de mi, Satanas. Mt 4,1-9 Mc 1,12-13 Lc 4,1-13.

El enemigo que sembro la cizaha es el diablo. Mt 13,39.

Los escribas decian: Esta poseido de Belcebu, y así por arte del principe de los demonios es como lanza los demonios. Mas les contestaba con estos similes: ¿Como puede Satanas arrojar al mismo Satanas? Si un reino se divide no puede subsistir: Mc 3,22-24.

Curo (Jesús) a muchas personas, afligidas de varias dolencias, y lanzo a muchos demonios, sin permitirles decir que sabian quien era. Mc 1,34.

Señor, ten compasión de mi hijo, porque es lunatico [. . . ] y lo he presentaao a tus discípulos y no han podido curarle. Jesús dijo: Traedmelo aca. Y Jesús amenazo al demonio y salio del muchacho, que quedo curado. Mt 17,14-17 Mc 9,17-28 Lc 9,38-44.

Los que creyeren lanzaran los demonios en mi nombre. Mc 16,17.

Señor, hasta los demonios mismos se sujetan a nosotros por la virtud de tu nombre. Lc 10,17.

Un hombre poseido del espiritu inmundo exclamo diciendo: ¿Que tenemos nosotros que ver contigo, oh Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Mt 8,29Mc 1,24 Mc 5,7 Lc 8,28.

Ahora «el principe de este mundo» va a ser lanzado fuera. Jn 12,31.

¿Que compañia puede haber entre la luz y las tinieblas? ¿que concordia entre Cristo y Belial? 2Co 6,14-15.

SU ACTUACIÓN SOBRE EL HOMBRE

Sed sobrios y vigilantes: porque vuestro enemigo el diablo anda girando como leon rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar. 1P 5,8.

Quisimos pasar a visitaros y en particular yo, Pablo, lo he resuelto varias veces; pero Satanas nos lo ha estropeado [. . . ]. 1Th 2,18.

Los que contradicen la verdad [. . . ] estan enredados en los lazos del diablo, que los tiene presos a su arbitrio. 2Tm 2,25-26.

Dijo también el Señor: Simon, mira que Satanas va tras de vosotros para zarandearos como el trigo. Mas yo he rogado por ti. Lc 22,31.

El que oye la palabra del reino y no para en ella su atención, viene el mal espiritu y le arrebata aquello que se había sembrado en su corazon. Mt 13,19.

Se me ha dado el estimulo de mi carne, un angel de Satanas para que me abofetee. 2Co 12,7.

El mismo Satanas se transforma en angel de luz, así no es mucho que sus ministros se transfiguren en ministros de justicia. 2Co 11,14-15.

Satanas se apodero de Judas, el cual fue a tratar con los principes de los sacerdotes: Lc 22,3-4 Jn 13,17.

Temo que así como la serpiente engaño a Eva con su astucia, así sean manchados vuestros espiritus. 2Co 11,3.

Revestios de toda la armadura Je Dios, para poder contrarrestar las asechanzas del diablo, pues [. . . ] nuestra pelea es contra los espiritus malignos. Ep 6,11-12.

Si os enojais, no querais pecar [. . . ]. No deis lugar al diablo. Ep 4,26-27.

Estos son espiritus de demonios, que hacen prodigios y van a los reyes de la tierra para coaligarlos en batalla el gran dia del Dios todopoderoso. Ap 16,14.

Satanas saldra de su prisión y engañara a las naciones que hay sobre los cuatro angulos del mundo. Ap 20,7.

Quien comete pecado, del diablo es; porque el diablo desde el momento de su caida continua pecando. Por eso vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 1Jn 3,8.

Estad, pues, sujetos a Dios y resistid al diablo y huira de vosotros. Jc 4,7.

CITAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA SOBRE SU ACTUACIÓN CONSTANTE CERCA DEL HOMBRE

Si miras hacia el sol serás inmediatamente iluminado; si miras hacia la sombra, necesariamente quedarás rodeado de tinieblas. El diablo es malo por haber escogido la maldad libre y conscientemente, no porque su naturaleza esté de por sí en oposición con el bien (SAN BASILIO, Sermon 15).

Siempre está ojo avizor contra nosotros el enemigo antiguo; no nos durmamos. Sugiere halagos, pone celadas, introduce malos pensamientos y, para llevarnos a dolorosa ruina, pone delante lucros y amenaza con perjuicios. Todos ahora y cada uno es probado, cada cual a su modo (SAN AGusTiN, Sermon 6).

Las cosas que proceden de la naturaleza y las que parten de nuestra voluntad, son de poca importancia, comparadas con la guerra implacable que nos tiene declarada el demonio (SAN JUAN CRISOSTOMO,en Catena Aurea,vol I, p.374).

Nos dice también San Pedro: Vigilad constantemente, pues el demonio esta rondando cerca de vosotros como león rugiente ,que busca a quien devorar. Y el mismo Jesucristo nos dice: Orad sin cesar, para que no caigáis en la tentación: es decir, que el demonio nos acecha en todas partes. De manera que es preciso contar con que, en cualquier parte o en cualquier estado que nos hallemos, nos acompañará la tentación (SANTO CURA DE ARS, Sermon sobre las tentaciones).

Nuestro enemigo el diablo nos rodea siempre, tratando de quitarnos la semilla de la palabra que ha sido puesta en nosotros (SAN ATANASIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 396).

LO QUE DICEN LOS PADRES DE LA IGLESIA SOBRE LA TENTACIÓN

Como general competente que asedia un fortín, estudia el demonio los puntos flacos del hombre a quien intenta derrotar, y lo tienta por su parte más débil (SANTO TOMAS, Sobre el Padrenuestro, 1. c., p. 162).

Sus armas son la astucia, el engaño y la torpeza espiritual y sus despojos los hombres engañados por él (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 30).

Dos pasos del diablo: primero engaña, y después de engañar intenta retener en el pecado cometido (SANTO TOMAS, Sobre el Padrenuestro, 1. c. , p. 163).

Las tentaciones de Nuestro Señor son también las tentaciones de sus servidores de un modo individual. Pero su escala, naturalmente, es diferente: el demonio no va a ofreceros a vosotros ni a mí todos los reinos del mundo. Conoce el mercado y, como buen vendedor, ofrece exactamente lo que calcula que el comprador tomará. Supongo que pensará, con bastante razón, que la mayor parte de nosotros podemos ser comprados por cinco mil libras al año, y una gran parte de nosotros por mucho menos. Tampoco nos ofrece sus condiciones de modo tan abierto, sino que sus ofertas vienen envueltas en toda especie de formas plausibles. Pero si ve la oportunidad, no tarda mucho en señalarnos a vosotros y a mí cómo podemos conseguir aquello que queremos si aceptamos ser infieles a nosotros mismos y, en muchas ocasiones, si aceptamos ser infieles a nuestra lealtad catolica (R. A.KNOX,Sermones pastorales, P. 79).

SOBRE SU LÓGICA DE TRATAR SIEMPRE DE SEMBRAR LA CONFUSIÓN

El diablo no permite a aquellos que no velan, que vean el mal hasta que lo han consumado (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. III, p. 345).

1518 Suponed, por ejemplo, que sobre las calles de una populosa ciudad cayera de repente la oscuridad; podéis imaginar, sin que yo os lo cuente, el ruido y el clamor que se produciría. Transeúntes, carruajes, coches, caballos, todos se hallarían mezclados. Asi es el estado del mundo. El espíritu maligno que actúa sobre los hijos de la incredulidad, el dios de este mundo, como dice S. Pablo, ha cegado los ojos de los que no creen, y he aquí que se hallan forzados a reñir y discutir porque han perdido su camino; y disputan unos con otros, diciendo uno esto y otro aquello, porque no ven (CARD.J. H. NEWMAN, Sermon para el Domingo II de Cuaresma. Mundo y pecado).

El lobo roba y dispersa las ovejas, porque a unos los arrastra a la impureza, a otros inflama con la avaricia, a otros los hincha con la soberbia, a otros los separa por medio de la ira, a este le estimula con la envidia, al otro le incita con el engaño. De la misma manera que el lobo dispersa las ovejas de un rebaño y las mata, así también hace el diablo con las almas de los fieles por medio de las tentaciones (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 14 sobre los Evang.).

Siendo un ángel apostata, no alcanza su poder mas que a seducir y apartar el espíritu humano para que viole los preceptos de Dios, oscureciendo poco a poco el corazón de aquellos que tratarían de servirle, con el propósito de que olviden al verdadero Dios, sirviéndole a el como si fuera Dios. Esto es lo que descubre su obra desde el principio (SAN IRENEO, Trat. contra las herejias, 5).

Perverso maestro es el diablo, que mezcla muchas veces lo falso con lo verdadero, para encubrir con apariencia de verdad el testimonio del engaño (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 76).

EL DEMONIO EN LA HORA DE LA MUERTE

Debemos procurar pensar con santo temor cuan furioso y terrible se presentará el demonio en el día de nuestra muerte, buscando en nosotros sus obras; cuando vemos que se presentó a Dios al morir en su carne, y buscó alguna de sus obras en Aquel en quien nada pudo encontrar (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 39 sobre los Evang.).

TRATA DE APROVECHAR CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y ESTADO DE ÁNIMO, ESPECIALMENTE LA TRISTEZA

Alguien podría quizá preguntar: ¿como se explica que el diablo utilice las citas de la Sagrada Escritura?

No tiene mas que abrir el Evangelio y leer. Encontrará escrito: Entonces el diablo lo tomo—se trata del Señor, del Salvador—y lo puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: te he encomendado a los ángeles, los cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra (Mt 4, 5-6).

¿Que no hará a los pobres mortales el que tuvo la osadía de asaltar, con testimonios de la Escritura, al mismo Señor de la majestad? (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 26).

Después (de cometido el mal) el diablo exageró de tal manera su tristeza que llego a perder al desgraciado. Algo semejante pasó en Judas, pues después que se arrepintió no supo contener su corazón, sino que se dejó llevar por la tristeza inspirada por el diablo, la cual le perdió (ORIGENES, enCatena Aurea, vol. III, p. 346).

EL PECADOR QUEDA, EN CIERTO MODO, BAJO LA POTESTAD DEL DEMONIO

De la misma manera que la nave (una vez roto el timón) es llevada a donde quiere la tempestad, así también el hombre, cuando pierde el auxilio de la gracia divina por su pecado, ya no hace lo que quiere, sino lo que quiere el demonio (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. III, p.

Cuando el demonio se aparta de alguno, acecha el instante oportuno, y cuando le ha inducido a un segundo pecado, acecha la ocasión para el tercero (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. III, p. 346).

«NO TIENE TANTO PODER PARA VENCERNOS COMO PARA TENTARNOS». INCLUSO TIENE LIMITADO EL PODER DE TENTAR

El afirmar que estos enemigos se oponen a nuestro progreso, lo decimos solamente en cuanto nos mueven al mal, no que creamos que nos determinen efectivamente a él. Por lo demás, ningún hombre podría en absoluto evitar cualquier pecado, si tuvieran tanto poder para vencernos como lo tienen para tentarnos. Si por una parte es verdad que tienen el poder de incitarnos al mal, por otra es también cierto que se nos ha dado a nosotros la fuerza de rechazar sus sugestiones y la libertad de consentir en ellas. Pero si su poder y sus ataques engendran en nosotros el temor, no perdamos de vista que contamos con la protección y la ayuda del Señor. Su gracia combate a nuestro favor con un poder incomparablemente superior al de toda esa multitud de adversarios que nos acosan. Dios no se limita únicamente a inspirarnos el bien. Nos secunda y nos empuja a cumplirlo. Y mas de una vez, sin percatarnos de ello y a pesar nuestro, nos atrae a la salvación. Es, pues, un hecho cierto que el demonio no puede seducir a nadie, si no es a aquel que libremente le presta el consentimiento de su voluntad (CASIANO, Colaciones, 7).

El diablo tiene un cierto poder; sin embargo, las más de las veces quiere hacer daño y no puede porque este poder esta bajo otro poder […], ya que Quien da facultad al tentador, da también su misericordia al que es tentado. Ha limitado al diablo los permisos de tentar (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermon dde la Montafla, 2).

El diablo no puede dominar a los siervos de Dios que de todo corazón confían en El. Puede, sí, combatirlos, pero no derrotarlos (PASTOR DE HERMAS, Epilogo sobre los Mandamientos, 2).

NO CONOCE DIRECTAMENTE LA NATURALEZA DE NUESTROS PENSAMIENTOS

Los espíritus inmundos no pueden conocer la naturaleza de nuestros pensamientos. Únicamente les es dado columbrarlos merced a indicios sensibles o bien examinando nuestras disposiciones, nuestras palabras o las cosas hacia las cuales advierten una propensión por nuestra parte. En cambio, lo que no hemos exteriorizado y permanece oculto en nuestras almas les es totalmente inaccesible.

Inclusive los mismos pensamientos que ellos nos sugieren, la acogida que les damos, la reacción que causan en nosotros, todo esto no lo conocen por la misma esencia del alma, antes bien, por los movimientos y manifestaciones del hombre exterior (CASIANO, Colaciones, 7).

ES «COMO UN GRAN PERRO ENCADENADO, QUE SOLAMENTE MUERDE A QUIENES SE LE ACERCAN DEMASIADO»

Nos dice San Agustín, para consolarnos, que el demonio es un gran perro encadenado, que acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan demasiado (SANTO CURA DE ARS, Sermon sobre las tentaciones).

AYUDA DE LOS SACRAMENTOS, DE LA ORACIÓN, DE LA LIMOSNA Y DE LOS SACRAMENTALES PARA VENCER LA TENTACIÓN

Me dices que por qué te recomiendo siempre, con tanto empeño, el uso diario del agua bendita.—Muchas razones te podría dar. Te bastará, de seguro, esta de la Santa de Ávila: «De ninguna cosa huyen mas los demonios, para no tornar, que del agua bendita» (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 5t2).

Dios nos envía amigos, ora sea un santo, ora un angel, para consolarnos […]; nos hace sentir con mayor fuerza la eficacia de sus gracias a fin de fortalecernos y armarnos de valor. Mas, al recibir los sacramentos, no es un santo o un ángel, es El mismo quien viene revestido de todo su poder para aniquilar a nuestro enemigo. El demonio, al verle dentro de nuestro corazón, se precipita a los abismos; aquí tenéis, pues, la razón o motivo por el cual el demonio pone tanto empeño en apartarnos de ellos, o en procurar que los profanemos. En cuanto una persona frecuenta los sacramentos, el demonio pierde todo su poder sobre ella (SANTO CURA DE ARS, Sermon sobre la perseverancia)

(Mas libranos del mal). Nada queda ya que deba pedirse al Señor cuando hemos pedido su protección contra todo lo malo; la cual, una vez obtenida, ya podemos considerarnos seguros contra todas las cosas que el demonio y el mundo pueden hacer. ¿Que miedo puede darnos el siglo, si en el tenemos a Dios por defensor? (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, vol. II, pp. 371-372).

Ningun poder humano puede ser comparado con el suyo y solo el poder divino lo puede vencer y tan solo la luz divina puede desenmascarar sus artimañas. El alma que hubiera de vencer la fuerza del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podra entender sus engaños sin mortificación y sin humildad (SAN JUAN DE LA CRUz, Cantico espiritual, 3, 9).

Donde se da limosna no se atreve a penetrar el diablo (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre la l.a Epistola a los Colosenses, 35).

LA AYUDA DEL ANGEL CUSTODIO

Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 567).

EL HUMILDE VENCE AL DEMONIO

Refiérese en la vida de San Antonio que Dios le hizo ver el mundo sembrado de lazos que el demonio tenía preparados para hacer caer a los hombres en pecado. Quedó de ello tan sorprendido que su cuerpo temblaba como la hoja de un árbol, y dirigiéndose a Dios le dijo: «Señor, ¿quien podrá escapar de tantos lazos?» Y oyó una voz que le dijo: «Antonio, el que sea humilde; pues Dios da a los humildes la gracia necesaria para que puedan resistir a las tentaciones; mientras permite que el demonio se divierta con los orgullosos, los cuales caerán en pecado en cuanto sobrevenga la ocasión. Mas a las personas humildes el demonio no se atreve a atacarlas» (SANTO CURA DE ARS, Sermon sobre la humildad).

LA AYUDA DE LA VIRGEN

El príncipe de este mundo ignora la virginidad de María y su parto y la muerte del Señor: tres misterios resonantes cumplidos en el silencio de Dios (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Tralianos, 9, 1).

¿Que por momentos te faltan las fuerzas?—¿Por qué no se lo dices a tu Madre: «consolatrix afflictorum, auxilium christianorum… spes postra, regina apostolorum»? (J. ESCRIVA DE BALAGUER,Camino, n. 515).

¡Que cosas nos dicen los santos de Maria! «¡Quién volvió a su casa sin alegría ni gozo, despues de haber pedido a María, la Madre del Señor, lo que deseaba? (SAN AMADEO, Homilías).

Así como Eva fue seducida por un ángel para que se alejara de Dios, desobedeciendo su palabra, así María fue notificada por otro ángel de que llevaría a Dios en su seno, si obedecía su palabra. Y como aquella fue inducida a no obedecer a Dios, así ésta fue persuadida a obedecerlo, y de esta manera la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva (SAN IRENEO, Trat. contra las herejias,5).

En todo peligro puedes alcanzar la salvación de esta Virgen gloriosa; por eso se dice: Mil escudos—mil remedios contra los peligros—cuelgan de ella (Cant 4, 4). Igualmente, para cualquier obra virtuosa puedes invocarla en tu ayuda; por eso dice Ella misma: En mí esta toda esperanza de vida y de virtud (Eclo 24, 25) (SANTO TOMAS, Sobre el Avemaria, 1. c., p. 182).

Fuentes: de “Antología de textos: Para hacer oración y para la predicación” del padre Francisco Fernández-Carvajal, Signos de estos Tiempos

 

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Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA REFLEXIONES Y DOCTRINA Sobre los Santos y Beatos

Los Santos y nosotros

Muchos hermanos no católicos rechazan enérgicamente a los santos diciendo que no necesitamos otros modelos de santidad, ya que tenemos el modelo de Jesús. Que Dios es el único santo y que mucho menos necesitamos a los santos como intercesores, pues Cristo es el Único mediador ante el Padre. Muchos católicos no saben qué contestar y están dudosos frente a estas opiniones.
Respondamos a estas interrogantes:
 

1.- Los Santos los hace Dios, no el Papa

El Santo Padre ha beatificado y canonizado a una gran cantidad de hombres y mujeres a lo largo de toda la Iglesia Universal. Con esto la Iglesia lo que hace es reconocer oficialmente su testimonio de santidad. Hay que entender bien claro que el Papa no es el que los hace santos con un papel, eso es un invento y pésima idea de muchos evangélicos fundamentalistas. Es Dios quien los hace santos mediante la gracia recibida por su vida de fe en obediencia cristiana y se les reconoce que vivieron en plenitud esa santidad. El Papa y la Iglesia simplemente los reconoce como tales.

Como cristianos que somos nuestra fe tiene una solida base bíblica. Incluso algunos de nuestros hermanos separados en su odio contra esta doctrina llegan a decir que Santo es solamente Dios y se les olvida o ignoran lo que la Escritura dice sobre eso, En grado perfecto Santo es solamente Dios, pero quienes se unen a él participan de esa santidad. Leámoslo en la misma Biblia evangélica Reina Valera de 1909:

  •  Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio:  Lc 1:70 (RVA) Aquí la Escritura habla de los profetas como santos.
  •  Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 1Cor:3:17 (RVA) Aquí Pablo nos dice que somos santos por ser templos de Dios.
  • Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Mt:25:31 (RVA) Incluso Jesucristo aquí afirma que también los angeles son santos.
  • Al unirnos a Jesús participamos de esa santidad 1 Cor 12,13 Para eso lo único que hacía falta es que los protestantes leyeran la Biblia y se darían cuenta de cómo Pablo se dirige a los primeros cristianos:
  1. A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Rom 1,7 (RVA)
  2. Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos. 1Cor 14,33  (RVA)
  3. Todos los santos os saludan. 2Cor 13:13 (RVA) Nota una vez más como les llama santos.
  4. PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, á los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso Ef 1:1  (RVA) Ahora les llama así a los de Efeso.
  5. PABLO y Timoteo, siervos de Jesucristo, á todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos. Fil 1:1 (RVA) Ahora con los que están en Filipos.

Así que no es como muchos protestantes dicen que el Papa es una fábrica de hacer santos. Si a alguien quieren reclamar los protestantes deberían reclamarle a Jesucristo, a Lucas, a Pablo, a Pedro y a Dios porque eso está en la Biblia. Dios nos hace santos y por eso nos llama a vivir en santidad.

  • Y aconteció que Pedro, andándolos a todos, vino también a los santos que habitaban en Lydda. Hech 9:32 (RVA) Lucas, el autor de este libro, también les llama santos a los primeros cristianos, antecesores nuestros.
  • Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad. Ef 4:24 (RVA)

Muchos hermanos separados no han leído bien la Escritura. A algunos que se destacan por un fuerte testimonio la Iglesia los reconoce de una manera especial. De esta forma ellos se convierten para los creyentes en un modelo de santidad (1 Tim. 1, 16) y en intercesores en favor nuestro. Por supuesto la Iglesia Católica a nadie obliga a invocar y tener devoción a los santos. Solamente los propone como modelos para ser imitados.

 

2. ¿Qué debemos contestar a los que piensan que solamente Cristo es el único modelo?

Los hermanos evangélicos dicen: No necesitamos otro modelo de santidad si ya tenemos el modelo del propio Jesús.

Queridos hermanos: Eso es falso y no es bíblico. Esa es una verdad a medias. Enseguida me vienen a la mente los textos bíblicos del Apóstol Pablo:

«Para mí la vida es Cristo, y la muerte es ganancia… Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes» (Fil. 1, 21 y 3, 17).

En otra parte dice el Apóstol: «Sigan ustedes mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo Jesús» (1 Tim. 1, 16).

En estos textos vemos claramente que Pablo se pone a sí mismo como ejemplo de seguidor de Cristo, e incita a los creyentes a ser sus imitadores, como él lo es de Cristo.

Tomemos otro ejemplo de la Biblia: María, la Madre de Jesús.

Ella es la mujer «que Dios ha bendecido más que a todas las mujeres» (Lc. 1, 28 y 1, 42), como dijeron el ángel Gabriel y su prima Isabel. Y en el cántico de María (Lc. 1, 46-55); ella se presenta también como ejemplo de humilde servidora y de esclava, «en adelante todos los hombres me llamarán bienaventurada» (Lc. 1, 48).

La Biblia, entonces, pone claramente a María como modelo de santidad para todas las generaciones. Y es eso lo que celebra la Iglesia Católica al venerar a María. La veneración a María nunca puede ser culto de adoración; la veneración es un culto de honra y de profundo respeto hacia la Madre de Jesús.

Cuando leemos con atención las Escrituras, nos damos cuenta de que la Biblia nos ofrece muchos modelos de santidad; por ejemplo: al apóstol Tomás, que era un hombre con grandes dudas sobre la fe pero que al fin proclamó a Jesús como su Señor y su Dios (Jn. 20, 26-28).

Así también la Iglesia católica presenta el ejemplo de Juan Bautista que con gran valentía dio testimonio de Jesús hasta derramar su sangre por el Señor (Mt. 14, 1-12).

De igual manera, la Iglesia Católica presenta ahora a los santos de nuestros tiempos como ejemplos de fe cristiana. Ellos nos señalan un camino y muchos ven en ellos la gracia del Señor Jesús, que fue tan eficaz en sus vidas. Los santos son para nosotros verdaderos modelos a imitar. Ellos tuvieron una clara prioridad en su vida: Jesucristo. Y es este modelo de fe cristiana el que tocó de diversas maneras el corazón de mucha gente. La fe en los santos no es, de ninguna manera, un obstáculo a la fe en Jesucristo, como piensan los hermanos evangélicos, sino un estímulo para seguir a Cristo.

Por supuesto debemos evitar excesos, los santos no son semidioses y la santidad de tal o cual persona nunca puede oscurecer el seguimiento de Cristo. Al contrario, la verdadera santidad de los santos siempre anima hacia una mayor búsqueda de Dios.

 

3. Los santos como intercesores

Muchos hermanos evangélicos tienen problemas para aceptar a los santos como intercesores en favor nuestro. Simplemente dicen que Jesucristo es el único Mediador entre Dios y los hombres y que no necesitamos nuevos intercesores: «Hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús» (1 Tim. 2, 5; Hebr. 8, 6 y 9, 11-14).

Nosotros, los católicos, proclamamos también que Jesucristo es el Único Mediador entre Dios y los hombres. Pero los santos no son un obstáculo para dirigirnos directamente a Jesucristo, a Dios Padre o al Espíritu Santo.

Los santos no nos alejan de Dios; simplemente ellos con sus ejemplos de fe cristiana nos estimulan a acercarnos a Dios con la sola mediación de Jesucristo. ¿Acaso la gente no acudió a Pablo, a Pedro, a Juan y a los demás apóstoles? Claro que sí. Entonces fueron mediadores o intercesores. ¿Acaso la gente no acude al llamado de los pastores evangélicos cuando van a orar por ellos? Claro que sí. Entonces ya se convirtieron en mediadores o intercesores. Cristo es el mediador de salvación y los hombres lo son de intercesión pues es Dios quien tiene el poder.

Ahora bien, cuando la Iglesia Católica dice que los santos son intercesores nuestros delante de Jesucristo, eso no quiere decir que ellos son los que hacen los milagros. Es siempre Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo, quienes obran maravillas entre nosotros, aunque sí puede ser que los milagros sean hechos «por intercesión» de estos santos.

 

4. El ejemplo de María

Veamos el ejemplo de María en las bodas de Caná. Es María la Madre de Jesús la que invita discretamente a su Hijo a hacer un milagro diciendo: «Ya no tienen vino». Y Jesús le hace entender que la hora de hacer signos no ha llegado todavía. Sin embargo, por la intercesión de su Madre María, Jesús hace su primer milagro (Jn. 2, 1-12).

Este es el sentido bíblico de la intercesión de los santos. Hay muchos ejemplos más de la intercesión de los santos ante Dios. Veamos algunos textos: Moisés ora a Dios por intercesión de Abraham, Isaac y de Jacob (Ex. 32, 11-14).

Jesús manda a sus Apóstoles a sanar enfermos, a resucitar muertos, a limpiar leprosos y echar demonios (Mt. 10, 8). Pedro y Juan, en nombre de Jesús, sanan a un hombre tullido (Hech. 3, 1-10).

En el pueblo de Troáda, el apóstol Pablo devuelve la vida a un joven accidentado (Hech. 20, 7-11). Fue mediador y no mandó a la gente a su casa para que le pidiera directamente a Jesucristo.

Cuando el apóstol Pedro pasaba por la calle, la gente sacaba a los enfermos y los ponía en camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre algunos de ellos, y todos eran sanados (Heh. 5, 15-16). Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo, tanto que hasta los pañuelos o las ropas que habían sido tocados por su cuerpo eran llevados a los enfermos y los espíritus malos salían de éstos (Hech. 19, 11-12). Fue intercesor y no les dijo oren ustedes mismo a Jesucristo. Lo mismo hacen los santos.

Todos estos textos nos dicen que Jesucristo hacía milagros por medio de sus discípulos. «Ustedes han recibido este poder sin costo; úsenlo sin cobrar», dijo Jesús (Mt. 10, 8).

 

5. Dios acepta la oración de los santos

La Biblia, SI, la Biblia, aunque a muchos no les guste, nos enseña también que debemos ayudarnos mutuamente con el poder de intercesión de la oración. «La oración de los santos es como perfume agradable ante el trono de Dios» (Apoc. 8, 4).

«Ahora me alegro, dice el Apóstol Pablo, en lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24).

«La oración fervorosa del hombre bueno tiene mucho poder. El profeta Elías era un hombre tal como nosotros, y cuando pidió en su oración que no lloviera, dejó de llover sobre la tierra durante tres años y medio y después cuando oró otra vez, volvió a llover y la tierra dio su cosecha» (Stgo. 5, 16-18).

«Los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Cada uno de los ancianos tenía un arpa, y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los que pertenecen a Dios» (Apoc. 5, 8).

En todos estos textos notamos que la oración fervorosa o la intercesión de los santos tiene mucho poder delante del trono de Dios. No podemos dudar de que estos santos, que ahora están delante de Dios, vayan a interceder por nosotros, como lo hizo Moisés al hablar con Dios para aplacar su ira invocando a Abraham, Isaac y Jacob (Ex. 32, 13).

Al invocar a los santos siempre contemplaremos las virtudes que obró Dios en ellos. Dios está siempre en el trasfondo de nuestra invocación o veneración a los santos. Los santos no nos alejan de Dios, sino que nos invitan a ponernos directamente en contacto con El, con la sola mediación de Jesucristo. Muchos hermanos separados se salieron de la Iglesia católica sin saber todo esto y es tiempo de que regresen para vivir más fuerte su fe.

 Fuente: P. Paulo Dierckx //P. Miguel Jordá//Martin Zavala

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La Intercesión de los Santos en la Tradición Eclesiástica

No sólo la Sagrada Escritura, sino también la tradición de los Padres de la Iglesia -aquéllos escritores y Obispos del comienzo del Cristianismo, algunos de los cuales tuvieron contacto directo o estuvieron muy cerca de los Apóstoles o, en todo caso, estuvieron bajo tal influencia de las enseñanzas apostólicas- que han sido capaces de expresar estas enseñanzas con gran fidelidad, nos han dejado un legado muy claro en cuanto a la intercesión de los Santos.

Ha sido después de la Reforma Protestante que esta valiosísima intercesión comenzó a ser atacada. Esta práctica iniciada desde los primeros días del Cristianismo es compartida por Católicos, Ortodoxos y otros Cristianos de oriente e, inclusive, por algunos Anglicanos, de tal forma que es común a casi un 75% de los Cristianos del mundo.

 

Objeción: Los Católicos no obedecen la prohibición de Dios de no contactar a los muertos.

Respuesta: En efecto, dice Deuteronomio 18, 11: “Que no se halle nadie que consulte a los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos”.

Está clarísimo en esta cita que lo que queda prohibido es el contacto con los muertos a través del espiritismo. Está la Palabra de Dios prohibiendo sesiones espiritistas, la práctica nigromántica de conjurar espíritus malignos. No se puede conjurar a los muertos con el fin de obtener información. Cualquiera con un discernimiento adecuado puede darse cuenta de la diferencia que hay entre la toma de una persona o medium por parte de un espíritu maligno o alma condenada en una sesión espiritista, y la oración a los Santos que son los difuntos que han llegado al Cielo, reconocidos como tal por la Iglesia.

¿Cómo queda entonces el propio Jesucristo, Quien en el momento de su Transfiguración en el Monte Tabor, ante Pedro, Santiago y Juan “contactó” a dos muertos, Moisés y Elías, y hasta habló con ellos ante sus discípulos? (cf. Mt. 17, 3).

Una cosa, entonces, es la maligna práctica de contactar a los espíritus infernales para obtener información oculta o para realizar conjuros, costumbre prohibida fuertemente en la Biblia, y otra cosa muy, muy distinta es la santa costumbre de pedir la intercesión de los Angeles y de los Santos, estimulada por la Iglesia, la cual, siguiendo el contenido de la Palabra de Dios, nos la propone como una práctica buena y saludable.

Los Padres de la Iglesia no sólo testimonian su claro reconocimiento a la enseñanza bíblica de que los que están en el Cielo pueden y de hecho interceden por nosotros, sino que aplicaban esta enseñanza a su propia vida de oración.

 

TESTIMONIOS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Como muestran los siguientes textos, los primeros Padres de la Iglesia no solamente reconocieron claramente la enseñanza bíblica sobre que aquellos en el cielo pueden interceder por nosotros, sino que además aplicaron esa enseñanza en su propia vida de oración diaria.

Hermas

“[El Pastor dijo:] ‘Pero aquellos que son perezosos e indolentes en la oración, dudan pedir cualquier cosa del Señor; pero el Señor está lleno de compasión, y da sin falta a todos aquellos que le piden. Pero tú, [Hermas,] habiendo sido fortalecido por el santo ángel [que viste], y habiendo obtenido de él tal intercesión, y no siendo indolente, por qué no le pides al Señor entendimiento, y lo recibes de El? (El Pastor 3: 5:4 [80 D.C.]).

Clemente de Alejandría

“De  modo que él [el verdadero cristiano] es siempre puro para la oración. El también ora en la sociedad de los ángeles, siendo ya de rango angélico,  no está nunca sin sus santos cuidados; y aunque ora solo, tiene el coro de los santos permanentemente [orando] con él” (Misceláneas 7: 12 [208 D.C.]).

Orígenes

“Pero el sacerdote máximo [Cristo] no ora solitario por aquellos que oran sinceramente, sino que también lo hacen los ángeles… lo mismo las almas de los santos que ya se han  dormido” (Oración 11 [233 D.C.])

Cipriano de Cartago

“Recordémonos unos a otros en concordia y unanimidad. En ambos lados [de la muerte] oremos siempre unos por otros. Aliviemos cargas y aflicciones mediante el amor mutuo,  De modo que si alguno de nosotros, por el movimiento de la condescendencia divina, debe partir primero, nuestro amor pueda continuar en la presencia del Señor, y nuestras oraciones por nuestros hermanos y hermanas nunca cesen en presencia de la misericordia del Padre” (Cartas 56[60]: 5 [253 D.C.]).

Anónimos

 “Atico, duerme en paz, seguro en tu salvación, ora ansiosamente por nuestros pecados” (inscripción funeraria cerca de Santa Sabina en Roma [300 D.C.])

“Ora por tus padres, Matronata Matrona. Ella vivió un año, cincuenta y dos días” (ibid.).

“Madre de Dios, [escucha] mis peticiones; no nos abandones en la adversidad, sino que rescátanos del peligro” (Papiro Ryland 3 [350 D.C.]).

Metodio

“Salve  por siempre,  Virgen Madre de Dios, nuestra alegría incesante, vuelvo a ti otra vez. Tú eres el principio, mitad y fin de nuestro gozo; la perla de gran precio que pertenece al Reino;  la grasa de cada víctima, el altar viviente del Pan de Vida [Jesús]. Salve a ti, tesoro del amor de Dios. Salve, fuente del amor del Hijo para el hombre… Tu destellas, dulce Madre que se nos regala como especial concesión, con la luz del sol; tú destellas con los profundos fuegos de la más ferviente caridad, manifestando en el fin aquello que fue concebido de ti… haciendo palpable el misterio oculto e inexpresable, el invisible Hijo del Padre –el príncipe de la paz, quien en una maravillosa manera se muestra a sí mismo como mas pequeño que toda pequeñez” (Oración de Simeón y Ana 14 [305 D.C.]).

“En consecuencia, te rogamos [te pedimos], la más excelente entre las mujeres, quien se gloria en la confianza de sus honores maternales,  que incesantemente nos conserves en tu pensamiento.  O Santa Madre de Dios, recuérdanos, te digo, quien hace de ti nuestro alarde, y quien en los himnos de agosto celebra la memoria, la cual vivirá por siempre, y nunca se desvanecerá.” (ibid)

“Y tú también, Oh honrado y venerado Simeón, tú primer anfitrión de nuestra santa religión, y profesor de la resurrección del fiel, sé nuestro patrono y abogado ante el Dios Salvador, por quien fuiste juzgado digno de recibir en tus brazos. Nosotros, en comunión contigo, cantamos nuestras alabanzas a Cristo, quien tiene el poder de la vida y la muerte, diciendo, “eres la verdadera Luz , procedente de la verdadera Luz; el verdadero Dios, engendrado por el verdadero Dios” (ibid).

Cirilo de Jerusalén

“Entonces [durante la plegaria Eucarística] hacemos mención también de aquellos que ya se han dormido; primero, los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, que a través de sus oraciones y súplicas Dios pueda recibir nuestras peticiones… (Conferencias Catequéticas 23: 9 [350 D.C.])

Hilario de Poitiers

“Para aquellos que desean permanecer [en la gracia de Dios], ni la protección de los santos ni las defensas de los ángeles están ausentes” (Comentario sobre los salmos 124: 5: 6: [365 D.C.])

Efraín el Sirio

“Ustedes mártires victoriosos que soportaron alegremente tormentos por el amor al Dios y Salvador, ustedes que tienen la audacia de hablar al mismo Señor, ustedes los santos, intercedan por nosotros que somos hombres tímidos,  pecadores y llenos de indolencia, pedid que la gracia de Cristo venga sobre nosotros, e ilumine todos nuestros corazones de tal manera que podamos amarle. (Comentario sobre Marcos [370 D.C.]).

“Recuérdenme, ustedes herederos de Dios, ustedes hermanos de Jesucristo; supliquen el Salvador sinceramente por mí, y tal vez pueda ser liberado a través de Cristo quien  lucha conmigo día a día” (El temor en el final de la vida [370 D.C.]).

La liturgia de San Basilio

“Por el mandato de tu Hijo Único engendrado nos comunicamos con la memoria de tus santos… por cuyas oraciones y súplicas se obtiene misericordia sobre nosotros, y nos liberan por el amor de su santo nombre”.  (Liturgia de San Basilio [373 D.C.]).

Pectorio

“Ascandio, padre mío, muy amado de mi corazón, con mi dulce madre y mis hermanos, recuerda tu pectorio en la paz del Pez [Cristo]” (Epitafio de Pectorio [370 D.C.]).

Gregorio de Nazianzo

Puedas [Cipriano] mirar  propiciamente sobre nosotros desde lo alto, y guiar nuestra vida y nuestras palabras; y pastorear este sagrado rebaño… Que se alegre la Santísima Trinidad, delante de la cual te encuentras” (Oraciones 17[24] [380 D.C.]).

“Sí, estoy  bien seguro que la intercesión [de mi padre] ahora es de más provecho que sus instrucciones en los días pasados, pues ellos está más cerca de Dios, ahora que se ha sacudido de sus grilletes corporales, y liberado su mente de la arcilla que la oscurecía,  sostienen sencillas conversaciones con la claridad de la más excelente y pura mente…” (ibid., 18:4).

Gregorio de Niza

“[Efraín], tú que estás ante el divino altar [en el cielo]… llévanos a todos en el recuerdo, pidiendo para nosotros la remisión de los pecados, y la dulzura del reino eterno” (Sermón sobre Efraín el Sirio [380 D.C.]).

Juan Crisóstomo

“El, que viste la púrpura [i.e. un hombre de la realeza] está parado suplicando a los santos que sean sus patronos ante Dios,  él que viste una diadema implora al fabricante de tiendas [Pablo] y al pescador [Pedro] como patronos, aunque ya estén muertos (Homilías sobre 2 Corintios 26 [392 D.C.]).

“Cuando percibas que Dios te está corrigiendo, no vueles donde sus enemigos… sino donde sus amigos, los mártires, los santos, y todos aquellos que  agradan a Dios, y que tienen gran poder [en Dios]” (Oraciones 8:6 F396 D.C.]).

Ambrosio de Milán

“Pedro, quien lloró tan eficazmente por sí mismo, pueda  llorar por nosotros y volver hacia nosotros el benigno rostro del Señor” (El Trabajo de Seis Días 5:25:90 [393 D.C.]).

Jerónimo

“Has dicho en tu libro que mientras vivamos podemos orar unos por otros, pero después cuando hayamos muerto, la oración de ninguna persona por otra será escuchada… Pero si los apóstoles y mártires mientras aún están en su cuerpo pueden orar por otros, en un momento en que todavía deben estar pendientes de  sí mismos,  cuánto más harán después  de haber recibido sus coronas, victorias y triunfos?” (Contra Vigilancio 6 F406 D.C.]).

Agustín

“Los Cristianos celebran juntos en religiosa solemnidad los memoriales de los mártires, tanto para animarse a imitarlos como para así poder compartir en sus méritos y ser ayudados por sus ruegos” (Contra Fausto el Maniqueo [400 D.C.]).

“Hay una disciplina eclesial, como sabe el creyente, de que los nombres de los mártires son leídos en voz alta en el altar de Dios, pero estas  no  son oraciones  ofrecidas por ellos. Hay oraciones que sin embargo sí son ofrecida por el difunto que es recordado. Esto  es por que es errado rogar por un mártir, mas bien a sus oraciones debemos encomendarnos nosotros mismos.” (Sermones 159:1 [411 D.C.]).

“En la mesa del Señor no conmemoramos a los mártires en la misma forma en que lo hacemos por otros hermanos que  ya descansan en paz, sino más bien pedimos que aquellos puedan orar por nosotros para que sigamos sus huellas” (Homilías sobre Juan 84 [416 D.C.]).

“Las almas de los muertos en santidad no están apartadas de la Iglesia, menos ahora incluso que están en el Reino de Cristo. De otra manera no habría recuerdo de ellos en el altar de Dios y en la comunicación del Cuerpo de Cristo” (La ciudad de Dios 20:9:2 [419 D.C.])

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