Categories
Apariciones y Visiones ARTÍCULOS DESTACADOS Breaking News Doctrina Lo + leído Movil NOTICIAS Noticias 2019 - julio - diciembre notorio Purgatorio Reflexiones REFLEXIONES Y DOCTRINA Religion e ideologías

Cómo puedes Ayudar las Almas del Purgatorio y como Te pueden Ayudar a Ti

El título es algo alarmante, pero útil para tu vida.

Este artículo trata sobre cómo salvarnos a nosotros mismos y a otros de un sufrimiento inenarrable.

Resume un libro de excelente mérito por sus consejos, por la convicción que acarrean y la acción urgente que nos infunde.

animas del purgatorio

Es por tu mayor interés que lo leas y releas. Y nunca te arrepentirás de ello.
.
Por el contrario, grande y amargo será tu arrepentimiento si no lo haces con dedicación.

“Léeme o Laméntalo”, está firmado por EDM (Engant de Marie, iniciales con las que se identifica el Padre O’Sullivan).

Tiene la aprobación del Cardenal de Lisboa en 1936.

 

¡AUXILIO, AUXILIO, SUFRIMOS MUCHO!

Nunca llegaremos a comprender lo suficientemente claro que una limosna, pequeña o grande, dada en favor de las almas sufrientes, se la damos directamente a Dios.

El acepta y recuerda como si se la hubieran dado directamente a Él mismo.

misa por los difuntos purgatorio

Así, todo lo que hagamos por ellas, Dios lo acepta hecho para El.

Es como si lo aliviáramos o liberáramos a Él mismo del Purgatorio. ¡En qué manera nos pagará!

No hay mayor hambre, sed, pobreza, necesidad, pena, dolor, sufrimiento que se compare a los de las Almas del Purgatorio.

Por lo tanto no hay ni mérito más alto para nosotros, que rezar, pedir celebraciones de Misas, y dar limosnas en favor de las pobres Santas Almas.

Es muy posible que algunos de nuestros más cercanos y queridos parientes estén todavía sufriendo las purificantes penas del Purgatorio.

Y llamándonos entre lastimosos gemidos para que los ayudemos y aliviemos.

¿No es terrible que seamos tan duros que no podamos pensar en ellos, ni tampoco podemos ser tan crueles que deliberadamente los olvidemos?

Por el amor de Cristo, hagamos todo lo que podamos por ellas.

Flegias cruzando almas del purgatorio

 

PIENSA EN EL PURGATORIO

“Tengan piedad de mí, tengan piedad de mí, por lo menos ustedes mis amigos, porque la mano del Señor me ha tocado” (Job 19:21).

Esta es la conmovedora súplica que la Iglesia Purgante envía a sus amigos en la tierra.
.
Tierra, comiencen, imploren su ayuda, en respuesta a la angustia más profunda. Muchos dependen de sus oraciones.

Es incomprensible como algunos católicos vergonzosamente desatienden a las almas del Purgatorio.

Pareciera que no creen en el Purgatorio. Ciertamente es que sus ideas acerca de ello son muy difusas.

¡Días y semanas y meses pasan sin que ellas reciban una Misa dicha por ellas!

¡Raramente también, oyen Misa por ellos, raramente rezan por ellos, raramente piensan en ellos!

Entretanto tal vez su amigos y familiares en la tierras están gozando la plenitud de la salud y la felicidad, ocupados en sus trabajos, divirtiéndose.

Mientras las pobres almas sufren inenarrables agonías en sus lechos de llamas.

¿Cuál es la causa de esta horrible insensibilidad? Ignorancia: gruesa, inexplicable ignorancia.

La gente no se da cuenta de lo que es el Purgatorio.

No conciben las espantosas penas, ni tienen idea de los largos años que las almas son retenidas en esas horribles llamas.

Como resultado, hacen poco o nada para evitarse a sí mismos el Purgatorio, y aún peor, cruelmente ignoran a las pobres almas que ya están allí y que dependen enteramente de ellos para ser auxiliadas.

cuadro de almas del purgatorio

 

QUE ES EL PURGATORIO

Es una prisión de fuego en la cual casi todas las almas salvadas son sumergidas después de la muerte y en la cual sufren las más intensas penas.

Aquí esta lo que los más grandes doctores de la iglesia nos dicen acerca del Purgatorio.

Tan lastimoso es el sufrimiento de ellas que un minuto de ese horrible fuego parece ser un siglo.

Santo Tomás Aquino, el príncipe de los teólogos, dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al fuego del infierno

Y que el mínimo contacto con él es más aterrador que todos los sufrimientos posibles de esta tierra.

San Agustín, el más grande de todos los santos doctores, enseña que para ser purificadas de sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de muertas son sujetas a un fuego más penetrante y más terrible que nadie pueda ver, sentir o concebir en esta vida.

Aunque este fuego está destinado a limpiar y purificar al alma, dice el Santo Doctor, aún es más agudo que cualquier cosa que podamos resistir en la Tierra.

San Cirilo de Alejandría no duda en decir que “sería preferible sufrir todos los posibles tormentos en la Tierra hasta el día final que pasar un solo día en el Purgatorio”.

Otro gran Santo dice: “Nuestro fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca”.

Otros santos hablan en idénticos términos de ese horrible fuego.

angel saca a almas del purgatorio

 

¿CÓMO ES QUE LAS PENAS DEL PURGATORIO SON TAN SEVERAS?

El fuego que vemos en la Tierra fue hecho por la bondad de Dios para nuestra comodidad y nuestro bienestar.

A veces es usado como tormento, y es lo más terrible que podemos imaginar.

El fuego del Purgatorio, por el contrario, está hecho por la Justicia de Dios para penar y purificarnos y es, por consiguiente, incomparablemente más severo.

Nuestro fuego, como máximo, arde hasta consumir nuestro cuerpo hecho de materia.

Por el contrario el fuego del Purgatorio actúa sobre el alma espiritual, la cual es inexplicablemente más sensible a la pena.

Cuanto más intenso es el fuego, más rápidamente destruye a su víctima, la cual por consiguiente cesa de sufrir.

Por cuanto el fuego del Purgatorio inflige el más agudo y la más violenta pena, pero nunca mata al alma ni le quita sensibilidad.

Tan severo como el fuego del Purgatorio, es la pena de la separación de Dios, la cual el alma también sufre en el Purgatorio, y esta es la pena más severa.

El alma separada del cuerpo anhela con toda la intensidad de su naturaleza espiritual estar con Dios.

Es consumida de intenso deseo de volar hacia Él. Aun es retenida, y no hay palabras para describir la angustia de esa aspiración insatisfecha.

Qué locura, entonces, es para un ser inteligente como el ser humano negar cualquier precaución para evitar tal espantoso hecho.

Es infantil decir que no puede ser así, que no lo podemos entender, que es mejor no pensar o no hablar de ello.

El hecho es que, ya sea lo creamos o no, todas las penas del Purgatorio están más allá de lo que podamos imaginar o concebir. Estas son las palabras de San Agustín.

angel rescatando almas del purgatorio 

 

SOBRE EL PURGATORIO, ¿PUEDE TODO ESTO SER VERDAD?

La existencia del Purgatorio es tan cierta que ningún católico ha tenido nunca una duda acerca de ello.

Fue enseñado desde los tiempos más remotos por la Iglesia y fue aceptada con indubitable fe cuando la Palabra de Dios fue predicada.

La doctrina es revelada en la Sagrada Escritura y creída por millones y millones de creyentes de todos los tiempos.

Aún, tal como lo hemos remarcado, las ideas de algunos son tan vagas y superficiales en este tema tan importante, que son como personas que cierran sus ojos y caminan deliberadamente en el filo de un precipicio.

Harían bien en recordar que la mejor manera de acortar nuestra estadía en el Purgatorio – o aún más, evitarlo- es tener una clara idea de ello, y adoptar los remedios que Dios nos ofrece para evitarlo.

No pensar en ello es fatal. Es cavarse a sí mismos la fosa, y prepararse para ellos mismos un terrorífico, largo y riguroso Purgatorio.

Virgen del carmen Purgatorio

 

EL PRÍNCIPE POLACO

Hubo un príncipe polaco, que por una razón política, fue exiliado de su país natal, y llegado a Francia, compró un hermoso castillo allí.

Desafortunadamente, perdió la Fe de su infancia y estaba, a la sazón, ocupado en escribir un libro contra Dios y la existencia de la vida eterna.

Dando un paseo una noche en su jardín, él se encontró con una mujer que lloraba amargamente. Le preguntó el porqué de su desconsuelo.

“¡Oh, príncipe, ella replicó, soy la esposa de John Marie, su mayordomo, el cual falleció hace dos días!

Él fue un buen marido y un devoto sirviente de Su Alteza.

Su enfermedad fue larga y gasté todos los ahorros en médicos, y ahora no tengo dinero para ir a ofrecer una Misa por su alma”.

El príncipe, tocado por el desconsuelo de esta mujer, le dijo algunas palabras.

Y aunque profesaba ya no creer más en la vida eterna, le dio algunas monedas de oro para tener la Misa por ella y su difunto esposo.

Un tiempo después, también de noche, el Príncipe estaba en su estudio trabajando febrilmente en su libro.

Escuchó un ruidoso tocar a la puerta, y sin levantar la vista de sus escritos, invitó a quien fuese a entrar.

La puerta se abrió y un hombre entró y se paró frente al escritorio de Su Majestad.

Al levantar la vista, cuál no sería la sorpresa del Príncipe al ver a Jean Marie, su mayordomo muerto, que lo miraba con una dulce sonrisa.

Príncipe, le dijo,

“Vengo a agradecerle por las Misas que usted permitió que mi mujer pidiera por mi alma.

Gracias a la Salvadora Sangre de Cristo, ofrecida por mí, voy ahora al Cielo.

Pero Dios me ha permitido venir aquí y agradecerle por sus generosas limosnas”.

Luego el agregó solemnemente

“Príncipe, hay un Dios, una vida futura, un Cielo y un Infierno”.

Dicho esto, desapareció.

El Príncipe cayó de rodillas y recitó un ferviente Credo (“Creo en Dios Padre Todopoderoso…”)

Maria, San Miguel y las almas del purgatorio 

 

SAN ANTONINO Y SU AMIGO

San Antonino, el ilustre Arzobispo de Florencia, relata que un piadoso caballero había muerto, el cual tenía un amigo en un convento Dominicano en el cual el Santo residía.

Varias Misas fueron sufragadas por su alma.

El Santo se afligió mucho cuando, después de un prolongado lapso, el alma del fallecido se le apareció, sufriendo muchísimo.

“Oh mi querido amigo” exclamó el Arzobispo, “¿estás todavía en el Purgatorio, tú, que llevaste tal piadosa y devota vida?”

“Así es, y tendré que permanecer aquí por un largo tiempo” replicó el pobre sufriente.

“Pues en mi vida en la Tierra fui negligente en ofrecer sufragios por las almas de Purgatorio.

Ahora, Dios por su justo juicio aplica los sufragios que debían ser aplicados por mí, en favor de aquellos por los cuales debí haber rezado”.

“Pero Dios, también, en su justicia, me dará todos los méritos de mis buenas obras cuando entre al Cielo; pero, primero de todo, tengo que expiar mi grave negligencia de no acordarme de los otros”.

Tan ciertas son las palabras de Nuestro Señor

“Con la vara con que mides serás medido”.

Recuerda el terrible destino de ese piadoso caballero será el de aquellos que desechan orar y rehúsan ayudar a las Santas Almas.

capilla del purgatorio

 

¿CUÁNTO TIEMPO LAS ALMAS PERMANECEN EN EL PURGATORIO?

La extensión en tiempo por la cual las almas permanecen en el Purgatorio depende de:
.
a) el número de sus faltas;
.
b) la malicia y la deliberación con que éstas fueron realizadas;
.
c) la penitencia hecha, o no, la satisfacción hecha, o no, por los pecados cometidos durante la vida;
.
d) y también depende de los sufragios ofrecidos por ellos después de sus muertes.

Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más larga que la gente puede imaginar.

Extraeremos algunas citas de libros que hablan de la vida y las revelaciones de los Santos.

San Luis Bertrand: su padre era un ejemplar cristiano, como naturalmente se podía esperar, siendo el padre de tan gran Santo.

En un tiempo deseó llegar a ser un Monje Cartujo, hasta que Dios le hizo ver que no era Su voluntad.

Cuando murió, luego de largos años de practicar cada virtud cristiana, su hijo completamente al cuidado de los rigores de la justicia Divina, ofreció algunas Misas y elevó las más fervientes súplicas por el alma del cual él amó tanto.

Una visión de su padre en el Purgatorio lo obligó a multiplicar centenares de veces sus sufragios.

Agregó las más severas penas y largos ayunos a sus Misas y oraciones.

Aún ocho años completos pasaron antes que obtuviera la liberación de su padre.

San Malaquías tenía una hermana todavía en el Purgatorio.

Lo cual hizo que redoblara sus esfuerzos, y asimismo, a pesar de las Misas, oraciones y heroicas mortificaciones ofrecidas por el Santo, ¡permaneció varios años retenida!

Se cuenta que una santa monja en Pamplona, la cual logró liberar varias Carmelitas del Purgatorio, las cuales permanecieron allí por el término de 30 a 40 años.

¡Monjas Carmelitas en el Purgatorio por 40, 50 o 60 años!

¿Cuál será el destino de aquellos que viven inmersos en las tentaciones del Mundo, y con sus cientos de debilidades?

San Vicente Ferrer, después de la muerte de su hermana, oró con increíble fervor por su alma y ofreció varias Misas por su liberación.

Ella apareció al Santo al final de su Purgatorio, y le contó que si no fuera por su poderosa intercesión ante Dios, ella hubiera estado allí interminable tiempo.

En la Orden Dominicana es regla general orar por los Superiores en el aniversario de sus muertes. ¡Algunos de estos han muerto varios siglos atrás!

Ellos fueron hombres eminentes por su piedad y sabiduría.

Esta regla no sería aprobada por la Iglesia si no fuera necesaria y prudente.

No queremos significar con esto que todas las almas están retenidas por tiempos iguales en los fuegos expiatorios.

Algunas han cometido faltas leves y han hecho penitencia en vida. Por lo tanto, su castigo será mucho menos severo.

Si esas almas, quienes gozaron del trato, quienes vieron, siguieron, y tuvieron la intercesión de grandes santos, son retenidas largo tiempo en el Purgatorio, ¿qué será de nosotros que no gozamos ninguno de esos privilegios?

pobre alma del purgatorio

 

¿POR QUÉ UNA EXPIACIÓN TAN PROLONGADA?

Las razones no son difíciles de entender.

La malicia del pecado es muy grande.

Lo que a nosotros nos parece una pequeña falta en realidad una seria ofensa contra la infinita bondad de Dios.

Es suficiente ver cómo los Santos se condolieron sobre sus faltas.

Somos débiles, es nuestra tendencia.

Es verdad, pero entonces Dios nos ofrece generosamente abundantes gracias para fortalecernos.

Nos da la luz para ver la gravedad de nuestras faltas, y la fuerza necesaria para conquistar la tentación.

Si todavía somos débiles, la falta es toda nuestra.

No usamos la luz y la fortaleza que Dios nos ofrece generosamente; no rezamos, no recibimos los Sacramentos como debiéramos.

Un eminente teólogo remarca que si las almas son condenadas al Infierno por toda la eternidad por el pecado mortal.

No hay que asombrarse que otras almas debieran ser retenidas por largo tiempo en el Purgatorio quienes han cometido deliberadamente incontables pecados veniales.

Algunos de los cuales son tan graves que al tiempo de cometerlos el pecador escasamente distingue si son mortales o veniales.

También, ellos pueden haber cometido algunos pecados mortales por los cuales tuvieron poco arrepentimiento e hicieron poca o ninguna penitencia.

La culpa ha sido remitida por la absolución, pero la pena debida por los pecados tendrá que ser pagada en el Purgatorio.

Nuestro Señor nos enseña que deberemos rendir cuentas por cada palabra que decimos y que no dejaremos la prisión hasta que no hayamos pagado hasta el último céntimo.(Mt 5:26).

Los Santos cometieron pocos y leves pecados, y todavía ellos sienten mucho y hacen severas penas.

Nosotros cometemos muchos y gravísimos pecados, y nos arrepentimos poco y hacemos poca o ninguna penitencia.

objetos del purgatorio
Vitrina del Museo de Objetos del Purgatorio que han dejado almas que visitaron la Tierra

 

PECADOS VENIALES

Sería dificultoso calcular el inmenso número de pecados veniales que un católico comete.

Hay un infinito número de faltas en el amor, egoísmo, pensamientos, palabras, actos de sensualidad, también en cientos de variantes.

Faltas de caridad en el pensamiento, palabra, obra, y omisión.

Holgazanería, vanidad, celos, tibieza y otras innumerables faltas.

Hay pecados por omisión que no pagamos.

Amamos tan poco a Dios, y Él clama cientos de veces por nuestro amor.

Lo tratamos fríamente, indiferentemente y hasta con ingratitud.

Él murió por cada uno de nosotros. ¿Le hemos agradecido como se debe?

Él permanece día y noche en el Santísimo Sacramento del Altar, esperando por nuestras visitas, ansioso de ayudarnos.

¿Cuán a menudo vamos a Él?

Él ansía venir a nosotros en la Santa Comunión, y lo rechazamos.

Él se ofrece a Si Mismo por nosotros en el Altar de cada Misa y da océanos de gracias a aquellos que asisten al Santo Sacrificio.

¡Aún algunos son tan holgazanes de ir a Su Calvario! ¡Qué abuso de gracias!

Nuestros corazones están llenos de amor a sí mismos, duros.

Tenemos hogares felices, espléndida comida, vestido, y abundancia de todas las cosas.

Muchos de nuestros prójimos viven en el hambre y la miseria, y le damos tan poco, mientras que vivimos en el despilfarro y gastamos en nosotros mismos sin necesidad.

La vida nos fue dada para servir a Dios, para salvar nuestras almas.

¡Muchos cristianos, sin embargo, están satisfechos de rezar cinco minutos a la mañana y cinco a la noche!

El resto de las 24 horas están dedicados al trabajo, descanso y placer.

Diez minutos a Dios, a nuestras almas inmortales, al gran trabajo de nuestra salvación.

¡Veintitrés horas y cincuenta minutos a esta transitoria vida! ¿Es justo para Dios?

¡Nuestros trabajos, nuestros descansos y sufrimientos deberían ser hechos para Dios!

Así debería ser, y nuestros méritos serían por supuesto grandes.

La verdad es que hoy día pocos piensan en Dios durante el día.

El gran objetivo de sus pensamientos son ellos mismos.

Ellos piensan y trabajan y descansan para satisfacerse a sí mismos.

Dios ocupa un pequeñísimo espacio en sus días y sus mentes.

Esto es un desaire a Su Amantísimo Corazón, el cual siempre piensa en nosotros.

zona gris del purgatorio fondo

 

Y AHORA, LOS PECADOS MORTALES

Muchos cristianos cometen, desafortunadamente, pecados mortales durante sus vidas.

Pero aunque los llevan al Sacramento de la confesión, no hacen satisfacción por ellos, como ya hemos dicho.

San Beda el venerable, opina que aquellos que pasan gran parte de su vida cometiendo graves pecados y confesándolos en su lecho de muerte, pueden llegar a ser retenidos en el Purgatorio hasta el Día Final.

Santa Gertrudis en sus revelaciones dice que aquellos que cometen muchos pecados graves y que no hayan hecho penitencia no gozan de ningún sufragio de la Iglesia por un considerable tiempo.

Todos esos pecados, mortales o veniales, se acumulan por 20, 30, 40, 60 años de nuestras vidas.

Todos y cada uno deberán ser expiados para después de la muerte.

Entonces, ¿es de asombrarse que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto tiempo?

mujeres con velas purgatorio muertos

 

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ REZAR POR LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO?

El gran Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos amemos los unos a los otros, genuina y sinceramente.

El Primer Gran Mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas.

El Segundo, o mejor dicho el corolario del Primero, es amar al prójimo como a nosotros mismos.

No es un consejo o un mero deseo del Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la base y esencia de Su Ley.

Es tanta la verdad encerrada en esto que Él toma como donación todo aquello que hacemos por nuestro prójimo.
.
Y como un rechazo hacia Él cuando rechazamos a nuestro prójimo.

Leemos en el Evangelio de San Mateo ( Mt 25:34-46), las palabras de Cristo que dirigirá a cada uno en el Día del Juicio Final.

Algunos católicos parecen pensar que su Ley ha caído en desuso, pues en estos días existe el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada uno piensa en sí mismo y en su engrandecimiento personal.

“Es inútil observar la Ley de Dios en estos días”, dicen, “cada uno debe mirar por sí mismo, o te hundes”.

¡No hay tal cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por siempre tendrá fuerza de ley.

Por eso, es más que nunca necesaria, más que nunca nuestro deber y por nuestro mayor interés.

misa por las almas del purgatorio

 

ESTAMOS MORALMENTE OBLIGADOS A ROGAR POR LAS ANIMAS BENDITAS

Siempre estamos obligados a amar y ayudar al otro.

Pero cuanto mayor es la necesidad de nuestro prójimo, mayor y más estricta es nuestra obligación.

No es un favor que podemos o no hacer, es nuestro deber; debemos ayudarnos unos a otros.

Sería un monstruoso crimen, por caso, rehusar al poder y desposeído el alimento necesario para mantenerse vivo.
.
Sería espantoso rehusar la ayuda a alguien en una gran necesidad, pasar de largo y no extender la mano para salvar a un hombre que se está hundiendo.

No solamente debemos ayudar cuando es fácil y conveniente, sino que debemos hacer cualquier sacrificio para socorrer a nuestro hermano en dificultades.

Ahora, ¿qué puede estar más urgido de caridad que las almas del Purgatorio?

¿Qué hambre o sed o sufrimiento en esta Tierra puede compararse con sus más terribles sufrimientos?

Ni el pobre, ni el enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro alrededor necesitan de tal urgente socorro.

¡Aún encontramos gente de buen corazón que se interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente encontramos a gente que trabaja por las Almas del Purgatorio!

¿Y quién puede necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden estar nuestras madres, nuestros padres, amigos y seres queridos.

dibujo almas del purgatorio

 

DIOS DESEA QUE LAS AYUDEMOS

Ellas son los amigos más queridos. El desea ayudarlos; Él desea mucho tenerlos cerca de Él en el Cielo.

Ellas nunca más lo ofenderán, y están destinadas a estar con Él por toda la Eternidad.

La Verdad, la Justicia de Dios demanda expiación por los pecados.

Pero por una asombrosa dispensación de Su Providencia Él pone en nuestras manos la posibilidad de asistirlos.

Él nos da el poder de aliviarlas y aún de liberarlas.

Nada le place más a Dios que les ayudemos. Él está tan agradecido como si le ayudáramos a Él.

 

NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE LOS AYUDEMOS

Nunca, nunca una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus hijos fallecidos.

Nunca nadie consuela como María busca consolar sus sufrientes niños en el Purgatorio, y tenerlos con Ella en el Cielo.

Le daremos gran regocijo cada vez que llevamos fuera del Purgatorio a un alma.

cuadro de las almas del purgatorio fondo

 

LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO NOS DEVUELVEN EL MIL POR UNO

Pero ¿qué podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas?

¡Sería prácticamente imposible de describir su ilimitada gratitud con para aquellos que las ayudan!

Llenas de un inmenso deseo de pagar los favores hechos por ellas, ruegan por sus benefactores con un fervor tan grande, tan intenso, tan constante, que Dios no les puede negar nada.

Santa Catalina de Bologna dice:

“He recibido muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho más grandes de las Santas Almas (del Purgatorio)”.

Cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierra, su gratitud no conoce límites.

Postradas frente al Trono de Dios, no cesan de orar por aquellos que los ayudaron.

Por sus oraciones ellas protegen a sus amigos de los peligros y los protegen de los demonios que los asechan.

No cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo, y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos.

Si los católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se aseguran con sólo ayudar a las Ánimas Benditas, no serían tan remisos de orar por ellos.

gutave dore purgatorio fondo

 

LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO PUEDEN ACORTAR NUESTRO PROPIO PURGATORIO

¡Otra gran gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y fácil Purgatorio, o su completa remisión!

San Juan Macías, sacerdote dominicano, tenía una maravillosa devoción a las Almas del Purgatorio.

El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del Santo Rosario) ¡la liberación de un millón cuatrocientas mil almas!

En retribución, el obtuvo para sí mismo las más abundantes y extraordinarias gracias y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho de muerte, y a acompañarlo hasta el Cielo.

Este hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en la bula de decretaba su beatificación.

El Cardenal Baronio recuerda un evento similar.

Fue llamado a asistir a un moribundo.

De repente, un ejército de espíritus benditos apareció en el lecho de muerte, consolaron al moribundo, y disiparon a los demonios que gemían, en un desesperado intento por lograr su ruina.

Cuando el cardenal les preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil almas que este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus oraciones y buenas obras.

Fueron enviadas por Dios, según explicaron, para llevarlo al Cielo sin pasar un solo momento en el Purgatorio.

Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir.

El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para nuestros últimos minutos.

Como no pudo encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa, él pensó en molestarla su beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que ella desperdició sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras almas.

Pero Nuestro Señor, no contento con enviar Sus Ángeles y las miles de almas que ella había liberado, fue en Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa.

Él le dijo a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces todos sus méritos.

El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo un pacto con otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de ellos muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su alma, y otras oraciones también.

Sucedió que su compañero murió primero, y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las prometidas Misas.

Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al final, suficientemente seguro que su santamente muerto amigo había alcanzado el Cielo, cesó de ofrecer las Misas.

Grande fue su arrepentimiento y consternación cuando el hermano muerto apareció frente a él sufriendo intensamente y reclamándole que no hubo celebrado las Misas prometidas.

El Beato Enrique replicó con gran arrepentimiento que no continuó con las Misas, creyendo que su amigo seguramente estaría disfrutando de la Visión Beatífica pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones.

“Oh hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la Preciosísima Sangre de Jesús lo que yo más necesito” lloraba la sufriente alma.

El Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado fervor, ofreció Misas y ruegos por su amigo hasta que recibió absoluta certeza de su liberación.

Luego fue su turno de recibir gracias y bendiciones de toda clase por parte de su querido hermano liberado, y muchas más veces que las que hubiera esperado.

navicella del purgatorio

 

CÓMO PODEMOS AYUDAR A LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

La primera medida es unirse a la Asociación de las Santas Almas.

Las condiciones son simples.

Tener tu nombre registrado en el Libro de la Asociación.

Oír Misa una vez a la semana (basta con la Misa del domingo) por las Santas Almas.

Rezar y promover la devoción a las Ánimas Benditas.

Contribuir una vez al año con un donativo a la Asociación, lo cual permite a la Asociación tener Misas perpetuas cada mes.

La segunda medida para ayudar a las Animas Benditas, es pidiendo Misas ofrecidas por ellas.

Esta es ciertamente la más eficaz de las medidas para liberarlas.

Aquellos que no puedan ofrecer Misas, deberían asistir a cuanta Misa fuera posible por su intención.

Un hombre joven que ganaba un salario muy modesto le contó al autor de este libro:

“Mi esposa murió unos años antes. Tengo 10 misas ofrecidas por ella. No puedo hacer más por ella, pero oí 1000 misas por su querida alma”.

La recitación del Santo Rosario (con sus grandes indulgencias) y hacer el Vía Crucis (el cual es ricamente dador de indulgencias), son excelentes vías de ayuda a las almas.

San Juan Macías, como vimos, liberó del Purgatorio más de un millón de almas, principalmente recitando el Santo Rosario y ofreciendo sus indulgencias por ellas.

Otra fácil y eficaz forma de ayuda es la recitación constante de oraciones breves que contengan indulgencias (aplicando dichas indulgencias en favor de las almas del Purgatorio)

Mucha gente tiene la costumbre de decir 500, ó 1000 veces cada día la pequeña jaculatoria “Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío”, o la sola palabra “Jesús”.

Estas son las más consoladoras devociones; ellas traen océanos de gracias a quien las practican y dan inmenso alivio a las Santas Almas.

Aquellos que digan las jaculatorias 500, o 1000 veces, ganan 300.000 días de indulgencias (ochocientos veintiún años de indulgencias) ¡Qué multitud de almas podemos liberar!

¿Cuánto no será la cantidad de almas liberadas al cabo de un mes, de un año, de cincuenta años?

Y a los que no dicen las jaculatorias… ¡que inmenso número de gracias y favores habrán perdido!

Es bastante posible -aunque no fácil- decir esas jaculatorias 1000 veces al día. Pero si no puedes decir 1000, por lo menos dilas 500, o 200 veces diarias.

Todavía otra poderosa oración es:

“Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las Misas dichas en el mundo en este día, por las Almas del Purgatorio”.

Nuestro Señor mostró a Santa Gertrudis un vasto número de almas dejando el Purgatorio (¡cerca de 1000 cada vez que se la recitaba!).

Y yendo al Cielo como resultado de esta oración, la cual la Santa acostumbraba decir frecuentemente durante el día.

El acto heroico consiste en ofrecer a Dios en favor de las Almas del Purgatorio todos los trabajos de satisfacción que practicamos en nuestra vida y todos los sufragios que serán ofrecidos para nosotros después de nuestra muerte.

Si Dios premia tan abundantemente la más insignificante limosna dadas por un pobre hombre en Su nombre,

¿Qué inmensa recompensa Él no dará a aquellos que ofrecen sus trabajos de satisfacción en vida y muerte por las Almas que Él ama tanto?

Este acto no evita que los sacerdotes ofrezcan Misas por las intenciones que ellos deseen, o que los laicos no recen por algunas personas u otras intenciones. Aconsejamos a todos realizar este acto.

pintura del tiempo en el purgatorio fondo

 

LAS LIMOSNAS AYUDAN A LAS SANTAS ALMAS

San Martin dio la mitad de su manto a un pobre mendigo, sólo para darse cuenta después que se lo había dado a Cristo. Nuestro Señor apareció al Santo y le agradeció.

El Beato Jordan de la Orden Dominica, nunca podía rehusar dar limosnas cuando se lo pedían en el nombre de Dios.

Un día él se había olvidado su monedero. Un pobre hombre imploraba una limosna por el amor de Dios.

En vez de descartarlo, Jordan, por entonces un estudiante, le dio su más preciado cinturón, el cual el apreciaba mucho.

Poco tiempo después, el entró a una Iglesia y encontró su cinturón circundando la cintura de una imagen de Cristo Crucificado.

El también, había dado sus limosnas a Cristo. Todos damos limosnas a Cristo.

En conclusión:
.
Dar todas las limosnas que podamos.
.
Pedir todas las Misas que estén en nuestro poder.
.
Escuchar todas las Misas, cuantas más, mejor.
.
Ofrecer todas nuestras penas y sufrimientos por la liberación de las Almas del Purgatorio.

Así liberaremos incontable cantidad de Almas del Purgatorio, las cuales nos pagarán 10000 veces más.

escape del purgatorio fondo

 

LO QUE HACEN LAS ANIMAS BENDITAS POR AQUELLOS QUE LAS AYUDAN

San Alfonso María Liguori decía que, aunque las santas Almas no pueden ya lograr méritos para sí mismas, pueden obtener para nosotros grandes gracias.

No son, formalmente hablando, intercesores, como lo son los Santos, pero a través de la dulce Providencia de Dios, pueden obtener para nosotros asombrosos favores y librarnos de los demonios, enfermedades y peligros de toda clase.

Está más allá de toda duda, como ya hemos dicho, que nos devuelven miles de veces cada cosa que hagamos por ellos.

Los siguientes hechos, unos pocos de todos los que podríamos mencionar, son suficientes para mostrar cuán poderosas y generosas amigas son estas Almas.

el purgatorio fuego purificador o fabula mortal fondo

 

COMO UNA NIÑA ENCONTRÓ A SU MADRE

Una pobre niña sirvienta en Francia llamada Jeanne Marie escuchó una vez un sermón sobre las Santas Almas, el cual dejó una impresión indeleble en su mente.

Fue profundamente movida por el pensamiento del intenso e incesante sufrimiento que soportaban las pobres Almas, y se horrorizaba al ver cuán cruelmente eran olvidadas y dejadas de lado por sus amigos de la Tierra.

Otra cosa que la impresionó profundamente es oír que hay muchas almas que están tan cerca de su liberación, que una sola Misa sería suficiente para ellas.

¡Pero que son retenidas largo tiempo, hasta años, sólo porque este último y necesario sufragio fue olvidado o negado!

Con una fe simple, Jeanne Marie resolvió que, costara lo que costara, ella tendría una Misa por las Pobres Almas cada mes, especialmente por las más cercanas al Cielo.

Ella ahorraba un poquito, y a veces con dificultad, pero nunca falló en su promesa.

En una ocasión fue a París con su patrona, y la niña cayó enferma, por lo cual se vio obligada a ir al Hospital.

Desafortunadamente, la enfermedad resultó ser de largo tratamiento, y su patrona tuvo que regresar a casa, deseando que su mucama pronto se reuniera con ella.

Cuando al final la pobre sirvienta pudo dejar el hospital, y allí había dejado todos sus ahorros, de manera que sólo le quedaba en la mano un franco.

¿Qué hizo? ¿A dónde ir?

De repente, un pensamiento cruzó su mente y se acordó que no había ofrecido ese mes una Misa en favor de las Pobres Almas.

¡Pero tenía sólo un franco! Apenas le alcanzaría para comer.

Como tenía confianza que las Almas del Purgatorio le ayudarían, fue hasta una Iglesia y pidió hablar con un sacerdote, para que ofrezca una Misa, en favor de las Almas del Purgatorio.

El aceptó, aunque jamás imaginó que la modesta suma que la niña ofreció era el único dinero que la pobre niña poseía.

Al terminar el Santo Sacrificio, nuestra heroína dejó la Iglesia. Una cierta tristeza nubló su rostro, y se sintió totalmente perpleja.

Un joven caballero, tocado por su evidente decepción, le preguntó si tenía algún problema y si podía ayudarla.

Ella le contó su historia brevemente, y finalizó diciendo cuanto deseaba trabajar.

De alguna manera se sintió consolada por la forma en que el joven la escuchaba, y recobró la confianza.

“Será un placer ayudarte” dijo. “Conozco una dama que en este momento está buscando una sirvienta. Ven conmigo”.

Y dicho esto le guio hasta una casa no muy lejos de allí y le pidió que ella tocara el timbre, asegurándole que encontraría trabajo.

En respuesta al toque de timbre, la dama de la casa abrió ella misma la puerta y preguntó a Jeanne Marie que quería.

“Madame” dijo ella, “me dijeron que usted está buscando una mucama. No tengo trabajo y me agradaría tener el puesto”.

La dama estaba perpleja y replicó:

“¿Quién pudo haberte dicho que necesitaba una mucama? ¿Hace sólo un par de minutos que acabo de despedir a la que tenía, acaso te has encontrado con ella?”

“No, Madame. La persona que me informó que usted necesitaba una mucama fue un joven caballero”.

“¡Imposible!”, exclamó la señora, “Ningún joven, de hecho nadie, pudo haberse enterado que necesitaba una mucama”.

“Pero Madame”, dijo la niña, apuntando un cuadro en la pared “ése es el hombre que me lo dijo”.

“¡No, mi niña, ese es mi único hijo, que ha muerto hace ya más de un año!”

“Muerto o no” aseguró la niña, él fue el que me trajo hasta aquí, y aún me guio hasta la puerta. Vea la cicatriz en la frente. Lo reconocería donde fuera”.

Luego, le contó toda la historia, con su último franco, y de cómo ella obtenía Misas por las Santas Almas, especialmente por las más cercanas al Cielo.

Convencida al final de la veracidad de la historia de Jeanne Marie, la dama la recibió con los brazos abiertos.

“Ven, pero no como mi sirvienta, sino como mi querida hija.

Tú has enviado a mi queridísimo hijo al Cielo. No tengo duda que él fue el que te trajo a mí”.

pintura sobre el purgatorio fondo

 

COMO UN NIÑO POBRE LLEGÓ A OBISPO, A CARDENAL Y A SANTO

San Pedro Damian perdió a su padre y madre apenas nació.

Uno de sus hermanos lo adoptó, pero lo trataba con aspereza, forzándolo a trabajar muy duro y alimentándolo muy mal y con escasa ropa.

Un día encontró una moneda de plata, que representaba para él una pequeña fortuna. Un amigo le aconsejó que lo usara para sí mismo, pues el dueño no podría ser hallado.

Para Pedro era difícil establecer en que lo gastaría, ya que tenía todo tipo de necesidades.

Pero cambiando de pensar en su joven mente, decidió que lo mejor que podía hacer era pedir una Misa por las Almas del Purgatorio, en especial por las almas de sus queridos padres.

A costa de un gran sacrificio, transformó su pensamiento en hechos y las Misas fueron ofrecidas.

Las almas del Purgatorio devolvieron su sacrificio más generosamente. Desde ese día en adelante notó un gran cambio en su destino.

Su hermano mayor lo llamó a la casa donde él vivía, y horrorizado por el maltrato que padecía, lo llevó a vivir consigo.

Lo trató como a su propio hijo, y lo educó y cuidó con el más puro afecto.

Bendición sobre bendición, los más maravillosos talentos de Pedro salieron a la luz, y fue rápidamente promovido al sacerdocio.

Algún tiempo después él fue elevado a la dignidad de Obispo, y finalmente Cardenal.

Además, muchos milagros atestiguan su santidad, tanto que luego de su muerte fue canonizado y declarado Doctor de la Iglesia.

Estas maravillosas gracias vinieron a él después de una Misa ofrecida por las Santas Almas.

islas del purgatorio fondo

 

UNA AVENTURA EN LOS APENINOS

Un grupo de sacerdotes fueron convocados a Roma para tratar un asunto de gravedad. Eran portadores de importantes documentos, y una gran suma de dinero les fue confiada para el santo Padre.

Atentos al hecho que los Apeninos, los cuales habían de cruzar, estaban infestados de forajidos, eligieron un guía de confianza. No había por aquel entonces túneles ni trenes para cruzar las montañas.

Se encomendaron a la protección de las Animas Benditas del Purgatorio, y decidieron recitar el De Profundis cada hora por ellas.

Cuando llegaron al corazón de las montañas, el que iba más adelante de todos dio la voz de alarma a la vez que espoleaba a los caballos a todo galope.

Mirando alrededor, los sacerdotes vieron a ambos lados del sendero fieras bandas de forajidos fuertemente armados y apuntándoles. Se vieron en una emboscada y estaban a la completa merced de los delincuentes.

Después de una hora de temerario avance, el guía paró y mirando a los sacerdotes, dijo: “No puedo entender cómo escaparon. Esta gente nunca perdona a nadie”.

Los padres estaban convencidos que debían su seguridad a las Santas Almas, como luego se confirmaría con un hecho que disiparía toda duda.

Cuando concluyeron su misión en Roma, uno de ellos fue destinado a la Ciudad Eterna, como capellán de una prisión.

No mucho después, uno de los más feroces bandidos en Italia fue capturado, y condenado a muerte por una larga serie de asesinatos y esperaba la ejecución en su celda.

Ansioso de ganar su confianza, el capellán le contó sus aventuras, entre ellas las de los Apeninos.

El criminal manifestó gran interés en la historia. Cuando terminó el curita su relato, el asesino exclamó:

“¡Yo fui el líder de esa banda! Estábamos seguros de que ustedes portaban dinero y estábamos decididos a matarlos y saquearlos.
.
Pero una fuerza invisible nos impidió disparar, pues queríamos hacerlo pero no podíamos”.

El capellán luego le contó al delincuente cómo se habían encomendado a la protección de las Almas del Purgatorio, y que ellos atribuían su liberación a su protección.

El bandido no tuvo dificultad en creer. De hecho, hizo su conversión mucho más fácil. Murió con arrepentimiento.

gustave dore purgatorio fondo

 

COMO PIO IX SE CURÓ DE SU MALA MEMORIA

El venerable pontífice Pio IX designó a un Santo y Prudente religioso llamado Tomaso como Obispo de la Diócesis.

El sacerdote, alarmado por la responsabilidad puesta sobre él, comenzó encarecidamente a excusarse.

Sus protestas fueron en vano. El Santo Padre sabía de sus méritos.

Agobiado por la aprehensión, el humilde religioso solicitó una audiencia con el Santo Padre y le confesó que tenía mala memoria, lo que resultaba ser un grave impedimento en el alto oficio encomendado a él.

Pio IX respondió con una sonrisa,

“Su diócesis es muy pequeña en comparación con la Iglesia Universal, la cual yo llevo sobre mis hombros. Tus cuidados son livianos en comparación con los míos.”

Agregó:

“Yo también sufría un grave defecto de la memoria, pero prometí decir una ferviente oración diaria por las Animas Benditas, las cuales, en retribución, han obtenido para mí una excelente memoria.

Usted debería hacer lo mismo, estimado Padre, y tendrá en qué regocijarse”.

figura huma difuminada atras de un vidrio purgatorio fondo

 

CUANTO MAS DAMOS, MAS RECIBIMOS

Un hombre de negocios en Boston se unió a la Asociación de las Santas Almas y dio una alta suma de dinero anual para Misas y oraciones en favor de éstas.

El Director de la Asociación se sorprendió de la generosidad del caballero, pues sabía que no era un hombre rico.

Él le preguntó amablemente un día si las limosnas que él generosamente daba eran completamente suyas o eran colectas que el realizaba de otros.

El hombre respondió:

Todo lo que doy es mi propia ofrenda. No se alarme. No soy rico, usted piensa que doy más de lo que tengo.

No es así, lejos de perder con mi caridad, las Animas Benditas ven que gano considerablemente más de lo que doy; a ellas no les gana nadie en generosidad”.

angel-ayudando-a-almas-del-purgatorio-fondo1

 

EL IMPRENTERO DE COLONIA

William Freyssen, da su testimonio de como su hijo y esposa recobraron la salud gracias a las Almas del Purgatorio.

Un día le encargaron imprimir un librito sobre el Purgatorio.

Cuando realizaba las tareas de corrección del texto, su atención fue captada por los hechos narrados en el libro.

El aprendió por primera vez las maravillas que las Santas Almas pueden obrar por sus amigos.

Por aquel tiempo su hijo cayó gravemente enfermo, y pronto su estado se volvió desesperante.

Recordando lo que había leído acerca del poder de las Santas Almas, Freyssen hizo la promesa solemne de imprimir mil libritos a su propia expensa, con su firma impresa.

Fue a la iglesia y, una vez dentro, hizo un voto solemne.

En ese momento una sensación de paz y confianza inundaron su alma.

A su retorno a casa, su hijo, que no podía tragar ni una gota de agua, pidió algo de comer. Al día siguiente estaba fuera de peligro y pronto, completamente curado.

Al mismo tiempo, Freyssen ordenó imprimir los libros del Purgatorio para ser distribuidos, sabiendo que la mejor forma de obtener ayuda para las almas sufrientes, era interesando a mucha gente sobre el tema.

Nadie que sabe sobre el sufrimiento de estas pobres almas, niega una oración a ellas.

El tiempo pasó, y una nueva tristeza se cernía sobre este imprentero. Esta vez su amada esposa cayó enferma y a pesar de todos los cuidados iba cada vez peor.

Perdió el uso de razón y quedó casi completamente paralizada, de modo que los doctores no le dieron muchas esperanzas.

El marido, recordando todo lo que las Almas del Purgatorio habían hecho a su pequeño hijo, corrió otra vez a la Iglesia y prometió solemnemente, como otrora, imprimir 200 de los libros del Purgatorio, en principio, como urgente socorro de las Animas Benditas.

La aberración mental de su esposa cesó, y comenzó a mover su lengua y extremidades. En un corto período ella estaba perfectamente sana.

2 nivel del purgatorio

 

LA CURA DEL CANCER

Joana de Menezes cuenta de su cura. Ella estaba sufriendo de un cáncer en la pierna y sumergida en un profundo dolor.

Recordando lo que había oído sobre el poder de las Almas del Purgatorio, ella resolvió poner toda su confianza en ellas y ofrecer nueve Misas por ellas.

Prometió publicar en el diario su curación, si esta se llevaba a cabo.

Gradualmente el tumor y el cáncer desaparecieron.

purgatorio fondo

 

UN ESCAPE DE UN ASALTO

El Padre Luis Manaci, un celoso misionero, tenía gran devoción a las Almas del Purgatorio.

Se encontró una vez realizando un viaje peligroso, pero con mucha confianza pidió a las Animas Benditas que lo protegieran de los peligros que se iría encontrando.

Su camino bordeaba una zona desértica, en la cual se sabía que estaba infestada de peligrosas gavillas.

Cuando se encontraba rezando el Santo Rosario por las Almas, cuál no fue su sorpresa, de verse rodeado de una custodia de espíritus benditos.

Pronto el descubrió la razón. Había pasado por una emboscada, pero las Santas Almas lo rodearon y lo taparon, tornándolo invisible para los miserables que buscaban su vida.

Lo acompañaron hasta que estuvo seguro y fuera de peligro.

purgatorio arte en dos pisos fondo

 

VOLVER A LA VIDA

El Prior de Cirfontaines nos cuenta su historia:

“Un joven de mi parroquia cayó enfermo de fiebre tifoidea.

Sus padres vencidos por la pena y me pidieron que lo encomendara a las oraciones de los miembros de la Asociación de Santas Almas.

Era un sábado. El chico estaba a las puertas de la muerte.

Los doctores probaron todos los recursos, todos los remedios. Fue en vano. No podían hallar nada para mejorarlo.

Yo era el único que tenía esperanzas. Sabía del poder de las Santas Almas pues había visto lo que podían hacer.

El domingo rogué a los Asociados de las Santas Almas para que rogaran fervientemente por nuestro amigo enfermo. El lunes el peligro había pasado. El muchacho estaba curado”.

Un angel Libera las Almas del Purgatorio Ludovico Carracci en el vaticano

 

¡LEELO Y DESPIERTA!

“En mi larga vida”, escribe un sacerdote,” vi muchas manifestaciones de generosidad de los católicos por los pobres y necesitados, de acuerdo con lo que Nuestro Señor nos mandó hacer.”

“También noté que algunos católicos son, por supuesto, muy generosos y buenos.

Algunos se preocupan por los pobres, otros por los enfermos.

Leprosos, pacientes de cáncer, deficientes mentales, todos tienen amigos. Algunos prefieren ayudar a los jóvenes, los corazones de otros prefieren a los ancianos”.

“Lo más extraño de todas las cosas, es que nunca encontré ni un hombre, ni una mujer que se haya dedicado por completo, de todo corazón, a la más grande de las caridades, por los más necesitados, esto es, por las santas Almas del Purgatorio.

Debe haber algunos que lo hacen, pero en mi larga y variada experiencia, no encontré ninguno”.

¡Y las palabras de este sacerdote son pura verdad!

Apelamos a aquellos que todavía no se han dedicado a sí mismos a alguna forma particular de caridad, para que se dediquen con todas sus energías a las Animas Benditas.

Hagan todo lo que puedan personalmente, e induzcan a otros a hacer lo mismo.

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Apariciones Breaking News Catolicismo DEVOCIONES Y ORACIONES Jesucristo Liturgia y Devociones Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Oración Por las Almas del Purgatorio y Fieles Difuntos Purgatorio Religion e ideologías

Oración por las Almas del Purgatorio Dictada por Jesús

El Purgatorio es para aquellos que luego de la muerte no se encuentran en condición de estar frente a Dios.

Siguen siendo imperfectos pero viajan hacia la plena beatitud.

Requieren una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra en la doctrina del purgatorio. 

mujeres con velas purgatorio muertos

Cerca del Vaticano, junto al Tíber en Roma, se encuentra una hermosa iglesia neogótica – la única con ese estilo en toda la ciudad – que está dedicada al Sagrado Corazón del Sufragio.
.
Sufragio en sentido de ayuda a las almas del purgatorio. 

En una habitación en la sacristía se exhibe un pequeño número de extrañas y fascinantes reliquias: objetos con huellas visibles, físicas dejadas por las almas del purgatorio cuando visitaron la Tierra.

La colección se conoce como el pequeño Museo del Purgatorio, el Piccolo Museo del Purgatorio.

Haz una visita al Museo del Purgatorio aquí.

A pesar de lo que dicen los protestantes de que el purgatorio no es bíblico, hay muchas menciones a él en la Biblia.

    

LAS REFERENCIAS BÍBLICAS SOBRE EL PURGATORIO

Debemos estar sin pecado para entrar en la presencia de Dios (Ef 5: 5; Hebreos 12:14; Ap 21:27; 22: 3, 14-15).
.
Por lo tanto, Dios debe purgar o lavar nuestro pecado para hacernos aptos para estar en el cielo con Él.

La mayoría de los católicos están de acuerdo. La única discrepancia es si esta «purificación divina» tiene lugar en un instante o es más un proceso.

Es simplemente una diferencia cuantitativa; no es algo esencial.

El purgatorio se indica más directamente en 1 Corintios 3:13-15:

“la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego.

Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego.

Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa.

Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.”

Un tema bíblico muy común es el castigo de Dios o la purificación de su pueblo.

Por analogía, esto nos muestra los mismos conceptos que están detrás de la doctrina apostólica y católica del purgatorio, o sea los métodos de cómo trabaja Dios, por así decirlo.

Cuando se incluyen estos pasajes, uno puede encontrar hasta cincuenta pasajes bíblicos que son relevantes para el purgatorio.

Las Escrituras se refieren a un fuego purificador (además de 1 Corintios 3 anterior): lo que sea deberá pasar por el fuego para hacerse limpio (Números 31:23).

Las menciones son: Dt 4:36; Si 2: 5; Hebreos 12:29; 1 P. 4:12; Mt 3:11; Mc 10:38-39; Lc 3:16;12:50.

La Biblia también hace uso frecuente de la metáfora de diversos metales que se refinan en el fuego, como el oro, para quitarle las impurezas: Job 23:10; Salmo 66:10; Prov 17:3; Is 1:25; Is 48:10; Jeremías 9:7; Zacarías 13:9; Mal 3:2-3; Sb 3:5-6; 1 Pedro 1:6-7; Salmo 51: 2,7; Pr 20:30; Is 4:4; Jer 33:8; Ezequiel 36:25; Zacarías 13:1; Hebreos 10:22; 2 Pedro 1:9;1 Juan 1:7.

El “castigo” divino se enseña claramente en muchos pasajes: Dt 8:5); Pr 3:11; Jeremías 30:11; Sab 11:10; 1 Tesalonicenses 2:4; Hebreos 12:6-7,10.

Estamos sujetos a la indignación o ira de Dios, en la medida en que pecamos: Ecl 12:14; Miqueas 7:9.

El purgatorio está escrito por todas partes por encima de los pasajes de la Biblia.

    

LA EXPLICACIÓN DEL PURGATORIO COMO EL REGALO MISERICORDIOSO DE DIOS SEGÚN JUAN PABLO II

El Papa Juan Pablo II explica por qué es necesario el purgatorio.
.
Reafirma la antigua sabiduría sobre la existencia de un “estado de purificación” después de la muerte.
.
Purificación significa expiación de los pecados y de sus efectos en el alma. 

No es un proceso automático  de “crecimiento” del alma, indoloro, de alcanzar la plena “auto-realización” a través de la adquisición de una visión cada vez más interna después de la muerte, como es la tranquilizadora teoría de algunos espiritualistas.

No es una acumulación de aprendizaje, a través de una serie de “reencarnaciones”, hasta que se alcanza un cierto punto de la sabiduría perfecta, como en la fantasía de algunos discípulos de nueva era en occidente.

Tales son los intentos infantiles para suprimir la conciencia profunda del hombre que la dimensión básica de la determinación de su destino en el otro mundo no es el conocimiento o experiencia, sino la pureza moral: el pecado, y las huellas que deja en el alma, contra la santidad.

En nuestra cultura de hoy, de los tres destinos que la doctrina cristiana tradicional enseña como paso siguiente a la muerte y al juzgamiento – el cielo, el infierno y el purgatorio – únicamente la creencia en el cielo o en algo parecido a un estado de felicidad, ha sobrevivido ampliamente.

El optimismo “barato” prevaleciente sostiene que la vida de prácticamente todos termina automáticamente en un estado de felicidad.
.
Los no bautizados y el internamente pobre hombre occidental pueden reconocer que tienen sus imperfecciones y defectos, pero no se ven a sí mismos como un pecador.
.
Para ellos, la reconciliación o purificación del pecado es una idea «medieval». 

gustave dore purgatorio fondo

Hace ya 150 años, el cardenal John Henry Newman vio el surgimiento de esta mentalidad superficial y humanista:

Estamos apreciando una religión superficial, una religión hueca, a la cual no le vamos a sacar provecho en los días de angustias y problemas. 

Esta era ama a una religión exclusivamente alegre.

Esta determinada a hacer una religión luminosa, brillante y alegre, cualquiera que sea la forma de la misma que adopte. 

Y que se encargará de la doctrina católica con el mismo espíritu… tomamos lo que es bello y atractivo, y subestimamos lo que es severo y doloroso. 

El Purgatorio la penitencia, la expiación, la justicia santa de Dios: ésto simplemente no encaja con la religión alegre barata de hoy. 

Sin embargo, la verdad es que el hombre tiene que ser “irreprensible en santidad ante Dios Padre”, cuando, después de la muerte, él aparezca delante de ÉL para rendir cuentas de su vida.

Sólo las almas santas tienen acceso directo a la “morada feliz” donde “nada impuro entrará”.

Por lo tanto, “todo vestigio de apego al mal debe ser eliminado, toda imperfección del alma corregida”.

El lugar para esta corrección de las imperfecciones del alma es el purgatorio.

Esto es un misterio profundo y divino, y también es un misterio terrible, cuyos aspectos aterradores no pueden ser pasados por alto. 

Pero la realidad no nos debe asustar. 

Juan Pablo II dice:

“Un último aspecto importante que la tradición de la Iglesia siempre ha señalado debe ser re-propuesto hoy: 

la dimensión de la ‘comunión’… la solidaridad eclesiástica que funciona a través de la oración, la oración de sufragio, y el amor”. 

Aquí Juan Pablo nos enseña que la penitencia y dolor en el purgatorio son mitigados por la confortación de la misericordia.
.

En última instancia, el purgatorio es la misericordia de Cristo trabajando a través de su Cuerpo místico, la Iglesia.
.
Y anuncia la necesidad imperiosa de orar por las almas del purgatorio.

   

LAS ORACIONES POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Las almas del purgatorio murieron en la misericordia de Dios y por eso se los llama santas.

Pero no han ido al cielo todavía porque tenían apego al pecado en el momento de su muerte.

Y entonces deben someterse a una purificación dolorosa, que se pueden aliviar con oración.

Ellas no pueden orar por sí mismas, porque la oportunidad de merecer algo para ellas mismas era en la Tierra

Pero son parte de la comunión de los santos y dependen entonces de nosotros para ayudarles a aliviar el sufrimiento, con nuestras oraciones.

Este acto de caridad es agradable a Dios y por eso Dios asigna nuestras oraciones para la purificación de las pobres almas del purgatorio.

Aquí hay una serie de sugerencias de cómo orar por las almas del purgatorio,

  

Reza una novena y otras oraciones por las santas almas del purgatorio específicamente.

Celebra misas por tus seres queridos difuntos, especialmente en la fecha de su muerte.

Ofrece tus comuniones por esas almas y tu adoración eucarística.

Obtén indulgencias para esas almas.

Da limosna en nombre de las almas del purgatorio, porque según el libro de Tobit 12: 9 “la limosna salva y elimina todos los pecados”.

  

Pídele a la Preciosa Sangre del Sagrado Corazón por ellas.

Santo Tomás de Aquino dijo,

“A medida que el rocío refresca y levanta las plantas y flores marchitas, la Sangre de Cristo revive, reconforta y trae nuevas esperanzas a las pobres almas en el purgatorio”.

Y Sor María Martha Chambon recibió este mensaje,

“Cuando ofreces mis heridas santas a los pecadores, no debes olvidar hacerlo por las almas en el purgatorio, ya que solo unos pocos piensan en su alivio”.

Reza también la Coronilla de la Divina Misericordia a las 3 de la tarde por estas almas.

 

Reza el Santo Rosario por las almas del purgatorio.

San Bernardo de Siena dijo que la Santísima Virgen tiene un poder inmenso para liberar a las almas de los devotos del purgatorio por nuestras oraciones

Y San Pedro Damián atestigua que en la solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora, ella libera miles de almas purgantes.

Inclusive hay una leyenda que dice que cuando Nuestra Señora fue llevada al cielo en su Asunción se vació el purgatorio y esas almas la acompañaron en su entrada triunfante al cielo.

  

Ora el viacrucis, porque después de la misa y el rosario en la oración más poderosa para ayudar a las almas del purgatorio.

Hay Incluso un viacrucis escrito especialmente para las santas almas del purgatorio.

Y existe una práctica antigua de rezar el viacrucis durante 33 días consecutivos por las almas del purgatorio, y es aún mejor complementarlo yendo a misa cada uno de estos días y orar por estas almas.

  

Visita un cementerio y rocía con agua bendita el suelo y las tumbas.

Reza la oración del Descanso Eterno qué tiene indulgencias parciales aplicables a las almas del purgatorio,

“Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén”.

  

Difunde la devoción por las pobres y santas almas del purgatorio para que otros se sumen a tus oraciones

Y un caso especial que te queremos comentar es del mensaje que recibió María Valtorta de Jesús sobre el purgatorio.

Qué incluye una oración dictada por Jesús

jesus en la resurrección de los muertos

   

MENSAJE DE JESÚS A MARÍA VALTORTA SOBRE EL PURGATORIO

En 1943 Jesucristo se apareció a la Vidente María Valtorta y le dio este mensaje revelador sobre el tema del Juicio y el Purgatorio.

Dice Jesucristo:

Quiero explicarte qué es y en qué consiste el Purgatorio.

Y te lo voy a explicar de forma que ha de chocar a tantos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son…

Las almas inmersas en aquellas llamas no sufren sino por el Amor.
.
No desmerecedoras de poseer la Luz, más tampoco dignas aún de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz, ya que al presentarse ante Dios, son revestidas por dicha Luz.
.
Mueren en estado de gracia pero no han purificado totalmente su alma.
.
Pues no han pagado las penas que se acumulan en virtud de los pecados cometidos en la tierra.
.
En una breve y anticipada bienaventuranza que les certifica su salvación, les hace ver lo que será su eternidad y lo que hicieron a su alma privándola de años o de siglos de feliz posesión de Dios.

¿Qué es lo que quiere el Dios Uno y Trino para las almas creadas por Él? El Bien.

El que quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos abriga hacia ella? Sentimientos de Amor.

¿Cuáles son los mandamientos primero y segundo, los dos más importantes, aquellos de los que yo dije no haber otros más grandes y estar en ellos la llave para franquear la vida eterna?

Es el mandamiento del Amor: Amar a Dios con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo.

¿Qué os dije infinidad de veces por mi boca, por boca de los profetas y de los santos?

Que la Caridad es la más grande de las absoluciones.

Que la Caridad cancela las culpas y las debilidades del hombre, ya que quien Ama vive en Dios y, al vivir en Dios, peca poco y si peca, al punto se arrepiente y para el que se arrepiente se haya presto el perdón del Altísimo.

¿En qué faltaron las almas?
.
En el Amor, de haber amado mucho, hubieran cometido pocos pecados y estos leves, debidos a vuestra debilidad e imperfección.

Por eso, amando en la tierra es como trabajáis para el cielo.

Amando en el Purgatorio es como conquistáis el cielo que en la vida no supisteis merecer.

Y amando en el paraíso es como gozáis del cielo.

Este es el tormento: el alma recuerda la visión de Dios habida en el Juicio Particular.

Si lleva consigo aquel recuerdo es porque, aún cuando no sea más que el haber entrevisto a Dios, representa un gozo que supera toda otra cosa creada y el alma se deshace en deseos de volver a gozar de aquella dicha.

Aquel recuerdo de Dios y aquella Luz que le penetró al comparecer ante Él, hacen efectivamente que el alma “vea” en su exacta dimensión las faltas cometidas contra su bien, y este “ver”, junto con el pensamiento de que con aquellas faltas se privó voluntariamente para años o para siglos de la posesión del cielo y de la unión con Dios, constituye su pena purgativa.

El Amor y la convicción de haber ofendido al Amor es el tormento de los purgantes.

(Dictado el 17 de octubre de 1943)

misa por las almas del purgatorio

   

ORACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO DICTADA POR JESÚS

Escrito del 24 de octubre de 1944.

…escribo todo lo que Jesús dicta:

Ruega así por ellos:

¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los ‘hijos de Dios’, concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora.

Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.

¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.

Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: ‘He aquí que la paz se abre para vosotros’.

Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los ‘benditos’ que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo.

Con aprobación eclesiástica otorgada por Monseñor Roman Danylak.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
ARTÍCULOS DESTACADOS Breaking News Lo + leído María Simma: Austria MENSAJES Y VISIONES Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Purgatorio Religion e ideologías Vidente

¿Qué le han Dicho las Almas del Purgatorio a María Simma?

María Simma es un referente en cuanto a las almas del purgatorio.

Acudían a ella numerosas almas.

Para pedir intercesión a través de oración, sacrificios y misas.

foto de maria simma

El objetivo de estas almas era apresurar su salida hacia el cielo.

Y también le hicieron varias revelaciones importantes.

María Simma es uno de los tantos místicos católicos, incluido Santos y Papas, que han recibido visitas de las almas del purgatorio.

La diferencia con el espiritismo es que ellos no invocan a los muertos, sino que sus muertos la visitan por una gracia que Dios les da.

  

LA VIDA DE MARÍA SIMMA

María Simma nació el 2 de febrero de 1915 en Sonntag, Austria.

Ella fue el segundo de ocho hijos. Sus padres eran campesinos pobres.

Eran gente humilde de un país católico, que poseía una fe sencilla pero muy devota de Dios.

En torno a los 7 años, María comenzó a sentir un fuerte llamado a ayudar a los demás, ya sea a través de la oración y el sacrificio de la vida religiosa como monja, o como misionera laica.

Con esto en mente en todo este tiempo le dijo a su madre que ella nunca se casaría. 

Su madre respondió: «Bueno, vamos a ver cuando tengas 20 años».

Y a esto María respondió: «Es firme, voy a entrar en el convento o voy a trabajar en otro lugar del mundo donde pueda ser de ayuda a los demás.»

mujer en cementerio dio de los difuntos

Sin embargo, a los 8 años se cayó muy enferma con neumonía y pleuresía, y dañando y debilitando su salud durante muchos años después.

Sin embargo, la llamada y el deseo de servir a Dios ayudando a otros continuaron creciendo a lo largo de sus años formativos de la adolescencia.

A partir de los 17 años hizo intento de entrar en convento como monja.

Entró en tres, pero invariablemente fue despedida por su débil salud.

Cuando la última negativa se dio cuenta de que Dios no quería que ella fuera una monja, sino que su apostolado iba a ser el de una persona común «en el mundo», entre sus compatriotas. 

Pasó gran parte de sus días haciendo las tareas del hogar y costura, ayuda en la granja familiar y granjas circundantes, y ayudando a los vecinos.

La mayor parte de todo lo que vivió fue con un espíritu de amor, oración y devoción a Dios y a sus vecinos.

A temprana edad su madre le había enseñado a orar con frecuencia por las pobres almas en el purgatorio, por lo que esto también era algo que era una parte de su vida desde la infancia. 

pobre alma del purgatorio

  

EL COMIENZO DE LAS VISITAS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

En 1940 llegó la primera visita de un Alma Santa (un alma del Purgatorio).

María tenía 25 años de edad y el alma santa – un hombre- se le apareció en una visión una noche. 

Él se paseaba de ida y vuelta en su habitación, a los pies de la cama.

Confundida, ella lo llamó y le dijo: «¿Quién eres tú?». Pero no recibió respuesta.

Luego se bajó de un salto de la cama y le dijo «¿Cómo llegaste aquí? Desaparece», no dio ninguna respuesta y al llegar la mano para tocarlo, desapareció.

Sin embargo, tan pronto como volvió a la cama, volvió a aparecer. 

Se preguntó cómo es que ella podía ver fácilmente a este hombre, pero no hablar o tocarlo.

Pensó para sí misma: «Bueno, siempre y cuando él no se acerque a mí» y se quedó mirándolo.

Y después de un tiempo desapareció y se quedó despierta pensando en el significado de lo sucedido.

Al día siguiente se fue inmediatamente a ver a su párroco, P. Alfons Matt, para decirle todo lo que había sucedido.

Después de explicarle todo, le dijo que podría ser una pobre alma del Purgatorio. 

Y si tal cosa llegase a ocurrir de nuevo, que no dijera «¿Quién es usted?», sino «¿Qué es lo que necesitas de mí?»     

A la noche siguiente el hombre de repente apareció de nuevo, una vez más, iba y venía.

Esta vez María le preguntó inmediatamente a «¿Qué es lo que necesitas de mí?»

El hombre se detuvo de repente, se volvió hacia ella y respondió «Por favor, haz tres santas misas por mis intenciones y luego desapareceré».

Y luego desapareció inmediatamente y María dijo «fue entonces cuando supe que era una pobre alma.»

Al día siguiente, una vez más, le dijo a su párroco, P. Alfons Matt lo que había sucedido y le dijo sobre las tres misas solicitados.

El buen cura también le dijo que buscara siempre hacer lo que pudiera para ayudar a las almas que pudieran venir a ella.

Maria, San Miguel y las almas del purgatorio

  

COMIENZAN A LLEGAR MÁS ALMAS

Pronto más almas del purgatorio vienen pidiendo sus oraciones y sacrificios, y así comenzó un apostolado de por vida para las almas santas. 

En los próximos años, sólo 2 o 3 pobres almas vinieron a ella cada año, pero a medida que pasaba el tiempo, más y más se acercaban a ella en busca de su ayuda pidiendo oraciones y sacrificios.

Desde el inicio sin embargo, debe tenerse en cuenta que María nunca buscó la visita de las almas del purgatorio.

Ella nunca las llamó ni las canalizó de ninguna manera. Siempre venían a ella por su parte.

De hecho, las almas santas le han dicho que es Dios en su gran misericordia que les daba permiso para ir a ella para obtener sacrificios y oraciones, para que su tiempo en el purgatorio pudiera ser disminuido.

Adecuadamente asistida por su confesor y director espiritual, y bajo el cercano seguimiento del Obispo del lugar, María vivió una vida donde la presencia sobrenatural se volvió cotidiana.

Las almas se presentaban buscando ayuda, y también dando testimonio de sus sufrimientos, su vida en la tierra y su deseo profundo de llegar cuanto antes a estar en la Presencia de Dios en forma definitiva.

maria simma con pañuelo en la cabeza

  

EXTRACTOS DE «HACEDNOS SALIR DE AQUÍ» DE MARÍA SIMMA

Y así es como estas experiencias empezaron en 1940, entendí entonces que era esto lo que Dios quería que hiciera.

La primera alma vino a mi cuando tenía 25 años. Hasta aquel momento el Señor me había hecho esperar.

Usted me está diciendo que el alma de un difunto vino a ella. ¿Significa tal vez que el alma vino a hacerle visitas a su habitación?

Sí, y así siguió sucediendo desde aquella fecha en adelante.

Es decir desde 1940, cuando comenzaron estos fenómenos, hasta 1953 sólo venían dos o tres almas al año y generalmente en el mes de noviembre.

En aquel año trabajaba en casa o con niños, a veces también como criada en una granja de Alemania, y después en un pueblo cercano.

Luego, durante el año Mariano de 1954, cada noche se me presentaba un alma distinta.

El purgatorio es un lugar y una condición que cada alma vive cuando tiene todavía necesidad de purificar y reparar los pecados que ha cometido durante su vida, antes de que pueda alcanzar a Jesús en el Paraíso.

En el purgatorio hay tres niveles principales, pero yo encuentro que las almas necesitan relativamente poco para ser liberadas para ir al paraíso.

purgatorio arte en dos pisos fondo

Esto es así por dos razones.

En el más bajo, Satanás puede todavía golpear a las almas, cosa que no puede hacer más en los niveles más altos.

Es verdad que nosotros somos probados aquí en la tierra y que nuestra prueba termina con la muerte.

Sin embargo, las almas de la tercera parte del purgatorio, aquella parte más profunda, tienen que sufrir por los pecados que han cometido antes de obtener el beneficio de nuestras oraciones, de nuestras Misas y de nuestras buenas acciones.

Y el continuo ataque de Satanás forma parte de esos sufrimientos.

Los niveles del purgatorio son tantos como enfermedades hay sobre la tierra, pueden ir desde una simple inflamación de una uña hasta algunas que pueden consumir el cuerpo entero como el fuego.

Este fuego sólo existe en los niveles más bajos del purgatorio y no en los más altos.

Los sufrimientos de ellas son más graves, a veces mucho más graves que los nuestros, sobre todo en el tercer nivel que es el más bajo.

No es cierto lo que muchos teólogos enseñan hoy, al afirmar que el Paraíso, Purgatorio e Infierno son sólo condiciones.
.
Todos y los tres también son lugares.

Algunas almas están solo media hora, y otras por lo que queda del tiempo, hasta el último día.

Las almas dicen que allí una duración de media hora alcanza cuarenta años.

Después de esta vida el tiempo no existe más. Pero se nos ha dicho que un alma tiene que sufrir por un cierto periodo de tiempo en el Purgatorio.

Es sólo porque nosotros no estamos en condiciones de comprender la entidad de una pena si ésta no es expresada en términos de tiempo.

Dicen que no se dan cuenta de que no tienen cuerpo.

Tienen un cuerpo transfigurado que se puede presentar sanado y vestido.

navicella del purgatorio

  

EXTRACTOS DE «EL SECRETO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO» DE MARÍA SIMMA

María relata que la mayoría pide que se celebren Misas por ellas y que esté presente en ellas; también piden que se rece el Rosario y el Vía Crucis.

Ningún alma querría volver del Purgatorio a la tierra: aún cuando allá el sufrimiento es terrible.
.
Sin embargo, existe la certeza de vivir para siempre con Dios.
.
No quieren volver a la tierra, donde nunca estamos seguros de nada.

Los pecados que llevan al Purgatorio son los pecados contra la caridad, la dureza de corazón, la hostilidad, la maledicencia, la calumnia, rehusarse a la reconciliación…

La persona que desaprovecha sus sufrimientos, al morir ve lo mucho que pudo haber ganado – para el bien de ella y de otros, por la comunión de los santos.

Muchas veces María Simma ha sido invitada a sufrir por las ánimas benditas del Purgatorio.

Ella lo relata así:

La primera vez un alma me preguntó si no me importaría sufrir por ella tres horas en mi cuerpo para que ella pudiera salir del Purgatorio.

Le dije que sí y tuve la impresión de que eso había durado tres días porque fue muy doloroso.

Esa alma me dijo que por haber aceptado con amor ese sufrimiento de tres horas, ¡le había ahorrado 20 años de Purgatorio!.
.
Porque el sufrimiento en la tierra tiene un valor distinto.

Todo esto es alentador porque confiere un significado extraordinario a nuestros sufrimientos, aún los sacrificios más pequeños pueden tener un poder inusitado para ayudar a las almas.

Lo mejor que podemos hacer, dice María Simma, es unir nuestros sufrimientos a los de Jesús, poniéndolos en manos de María Santísima.

Contemplar los sufrimientos del Señor en el Via Crucis ayuda a odiar el pecado y desear la salvación de todas las personas, y esto da alivio a las almas del Purgatorio.

gutave dore purgatorio fondo

Las indulgencias tienen también un valor inestimable para ellas.

Las almas del Purgatorio no pueden ya hacer nada en favor de sí mismas porque al momento de la muerte, el tiempo de ganar méritos se termina.

Si los vivos no rezan por ellas, quedan abandonadas. Cada uno de nosotros tiene el inmenso poder de aliviarlas.

Mientras estamos vivos podemos reparar el mal que hagamos hecho.

Pero a menudo el sufrimiento nos lleva a rebelarnos.

Los sufrimientos son la prueba más grande del amor de Dios.

Debemos acogerlos como un don y entregarlo a Nuestra Señora.

Ella es quien sabe mejor quien necesita tal o cual ofrenda para salvarse.

Los sufrimientos soportados con paciencia salvan más almas que la oración, dice María.
.
Pero la oración nos ayuda a soportar nuestros sufrimientos.

En el Purgatorio hay diferentes grados de dolor. Cada alma tiene un sufrimiento único. Los Ángeles custodios les proporcionan consuelo.

Si una persona sufre demasiado y desea morir, ¿qué puede hacer?, le preguntaron a María Simma.

Contestó:

Sí, esto es muy frecuente.
.
Yo diría: “Dios mío, puedo ofrecer este sufrimiento para salvar almas”.

Esto nos da una fe renovada y valor.

Al hacerlo así, el alma gana gran bienaventuranza, una gran felicidad para el Cielo.

En el Cielo hay miles de tipos y grados de felicidad; para cada alma es una felicidad plena.

Cada uno sabe que no merecía más.

La soberbia conduce al infierno.

El infierno es obstinarse en decirle “no” a Dios.

Nuestra oración puede suscitar un acto de humildad en los moribundos, un solo instante de humildad puede evitarles el infierno.

El sufrimiento soportado con paciencia, tiene para el alma un valor infinito.

Se tiene el deber de aliviar los grandes sufrimientos, pero no el derecho de acortar la vida con medios químicos.

Le preguntaron a María: ¿Qué piensa de las prácticas de espiritismo, invocar a los espíritus de los difuntos, las tablas de ouija, etc.?

Eso es siempre malo.

Es el demonio quien hace que la tabla se mueva.

No está permitido invocar a los difuntos.

En el espiritismo, si hay respuesta, es siempre y sin excepción, satanás y sus ángeles caídos.

Las personas que practican el espiritismo (adivinadores, brujas, etc.) están haciendo algo muy peligroso contra ellas mismas y contra quienes van a consultarlos. Están sumidas hasta el cuello en mentiras.

Está estrictamente prohibido por Dios invocar a los muertos. Satanás puede imitar todo lo que viene de Dios.

Él puede imitar la voz y la apariencia de los muertos; una manifestación de este tipo siempre proviene del Maligno.

Satanás incluso puede sanar, pero esas curaciones nunca duran.

  

LAS ALMAS LE ANUNCIARON LOS EVENTOS DEL FUTURO

María Simma ha recibido informaciones de las almas del purgatorio de que algo importante va a suceder en la Tierra.

Ella dice que durante años le dijeron que se estaba acercando un evento importante, pero a partir de mayo de 1993 comenzaron a decir que es evento estaba “en la puerta”.

Y que sería un evento relacionado con la conversión de la humanidad.

La credibilidad  es esto está lo dan algunas otras predicciones que le hicieron y que fueron exactas.

Por ejemplo en 1954 le advirtieron sobre inundaciones, que luego vinieron y causaron mucho daño en la región.

También le advirtieron una vez que aún había personas bajo la nieve después de una avalancha.

Y efectivamente los equipos de rescate las lograron encontrar y salvar.

Las almas del purgatorio no le dieron detalles de ese evento que está en la puerta.

Pero ella ha podido sacar la conclusión que es un evento que vendrá de Dios y permitirá a la humanidad saber que Él existe claramente.

Sin embargo no toda la gente se va a convertir.

Según las informaciones de las almas del purgatorio, ella a podido concluir  que la actividad redoblada del maligno en nuestros tiempos está relacionado con el conocimiento que él tiene de gran evento que vendrá, porque supone que le arrebatara muchas almas.

También las almas del purgatorio le dijeron que la Iglesia está pasando por el peor momento de su historia.

Pero le dijeron también que la situación va a mejorar y que vendrán tiempos de paz luego de la gran tormenta.

Y que los sucesos que compondrán esta gran tormenta han sido ya narrados en las apariciones de La Salette, Fátima, Garabandal y en lo que se sabe de los secretos de Medjugorje.

Por otro lado también le han informado que hay muchos sacerdotes, obispos y cardenales en el purgatorio y que algunos también se han perdido para siempre en el infierno.

Y esto básicamente está relacionado con el pecado de la apostasía.

Las almas también le han dicho que no debemos tener miedo, porque el miedo viene del maligno.

Que las personas que oran y vivan con Dios estarán seguras y protegidas.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Breaking News Hna. Teresa M. Gesta MENSAJES Y VISIONES Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Purgatorio

Impresionantes Encuentros con Almas del Purgatorio

Una gran diferencia que tienen los católicos con los protestantes es respecto a las apariciones.

Los protestantes juzgan que cualquier aparición en la Tierra es de fantasmas demoníacos.

Mientras que los católicos piensan que pueden ser santos, almas del purgatorio.

O almas que aún no han partido, como han encontrado el Padre Fortea y otros en exorcismos.

Por lo tanto, ¿los católicos creen en los fantasmas buenos? ¡Absolutamente, si son de estas tres categorías que mencionamos!

De modo que no sólo los santos se aparecen a la gente ocasionalmente. La historia también registra las visitas de los que están en el purgatorio.

Los fantasmas, definidos como espíritus desincorporados, espíritus humanos (en oposición a los ángeles), son una de las formas que conocemos acerca del purgatorio.

La leyenda de oro de Jacobo de la Voragine, que salió en el gran siglo XIII, trataba sobre este tema y se convirtió en uno de los libros más populares de la Edad Media.

Estos encuentros con las almas en el purgatorio generalmente implican petición de oraciones, tanto en el medioevo como ahora.

En la Leyenda Dorada vemos una larga lista de tales encuentros con los fantasmas buenos o espíritus del purgatorio.

Estas historias deben recordarnos que todavía estamos conectados con nuestros amigos y familiares que han muerto; cosa que descreen los protestantes.

Y que realmente podemos ayudarles y debemos recordarlos todos los días en oración y hacer misas para ellos.

Veamos algunas historias.

   

LAS ALMAS DE LOS MUERTOS SON ARREBATADAS DE LOS DEMONIOS

San Pedro Damián dijo que en Sicilia, en la isla de Vulcano, Santa Odille escuchó voces y aullidos de los demonios, que se quejaban fuertemente porque las almas de los muertos eran arrebatadas de sus manos por limosnas y oraciones.

Ordenó que debían hacerse y celebrarse la fiesta y el recuerdo de los que habían salido de este mundo en todos los monasterios al día siguiente de la fiesta de Todas los Santos.

Cosa que fue aprobada después por la Santa Iglesia….

  

UN ALUMNO SE APARECE A UN MAESTRO

Había un maestro que era canciller en París, llamado Silo, que tenía un alumno enfermo, y le rogó que después de su muerte volviera a él y le dijera de su estado.

Y le prometió que lo haría, luego de morir.

Un tiempo después se le apareció vestido con una capa escrita llena de argumentos falaces y sofismas, era de pergamino y llena de llamas de fuego.

Y el canciller le exigió que le contara que sucedía.

Él le dijo: Esta capa me pesa más que una piedra de molino o una torre.

Y me es dada a llevar, por la gloria que tuve en mis sofismas y argumentos sofísticos; es decir, engañosos y falaces.

Las pieles son ligeras, pero la llama de fuego dentro de los tormentos me quema.

Cuando el maestro juzgó que el dolor era luz, el alumno muerto le dijo, que extendiera su mano y sintiera su dolor.

Extendió su mano, y aquel otro dejó caer una gota de su sudor en ella, y la gota atravesó su mano antes de lo que una flecha pudiera atravesarla, por lo que sintió un tormento indecible.

El muerto dijo: Yo estoy con tal dolor.

Y entonces el canciller teniendo miedo del cruel dolor que había sentido, concluyó la decisión de abandonar el mundo, y entró en la religión con gran devoción.

  

EL PURGATORIO VIVIDO EN EL LUGAR DONDE SE COMETIERON LOS PECADOS

A veces las almas son castigadas en los lugares donde han pecado, como aparece en un ejemplo que San Gregorio recita en el cuarto libro de sus Diálogos.

Dice que había un sacerdote que usaba con demasiado gusto un baño.

Y cuando entraba encontró a un hombre al que conocía que estaba siempre dispuesto a servirle.

Sucedió que un día, el sacerdote le dio el  pan sagrado por su diligente servicio y como recompensa.

Y llorando dijo: Padre, ¿por qué me das esto?

No lo comeré, porque es santo.

Yo era un señor de este lugar, pero después de mi muerte, fui enviado a servir aquí por mis pecados.

Pero te ruego que ofrezcas este pan a Dios Todopoderoso por mis pecados y que sepas con certeza que tu oración será oída.

Cuando entonces vengas a lavarte ya no me encontrarás.

Y entonces este sacerdote ofreció una semana de sacrificio entero a Dios por él, y cuando volvió no lo encontró.

  

EN EL PURGATORIO SE PURGA HASTA EL DOLOR

En cuanto al aprovechamiento de las oraciones de amigos aparece el ejemplo de Paschasius, de quien Gregorio cuenta en el cuarto libro de sus Diálogos.

Y dice que había un hombre de gran santidad y virtud.

En un momento, dos fueron escogidos para que sean papas, pero sin embargo al final la Iglesia se lo concedió a uno de ellos

Este Paschasius se molestó por el dolor sufrido y se quedó con este dolor hasta la muerte, porque no fue elegido.

Estando muerto, el féretro estaba cubierto con un paño llamado dalmático, y uno que estaba enojado con un diablo fue traído allí, tocó la tela, y de inmediato se puso oscura.

Mucho tiempo después, cuando San Germain, obispo de Capua, fue a lavarse en un baño para su salud, encontró al diácono Paschasius allí en una aparición.

Viéndolo temió, y se preguntó qué cosa tan grande había puesto a un hombre tan santo allí.

Él le dijo que él estaba en el purgatorio por ninguna otra causa más que por su dolor.

Y dijo: Te pido que ores a nuestro Señor por mí. Sé que serás oído, porque cuando vuelvas, no me encontrarás aquí.

Entonces el obispo oró por él, y cuando volvió no lo encontró.

  

LOS MUERTOS SE LEVANTAN CONTRA LOS QUE NO ORAN POR ELLOS

Pedro, Abad de Cluny, dice que había un sacerdote que cantaba todos los días una Misa de Réquiem para todas las almas cristianas.

Y por eso fue acusado al obispo, y suspendido por lo tanto de su oficio.

Cuando el obispo pasó un día de gran solemnidad por el camposanto, todos los muertos se levantaron contra él.

Y decían: Este obispo no nos hace misa, y sin embargo nos ha quitado a nuestro sacerdote, ahora él estará seguro de que al menos que lo modifique, morirá.

Entonces el obispo absolvió al sacerdote, y se cantó alegremente por los que se fueron de este mundo.

Y así parece que las oraciones de los vivos son provechosas para los que se han marchado.

  

LOS MUERTOS TAMBIÉN VIENEN A AVISARNOS

También dice que cuando un caballero estaba acostado en su cama con su esposa comenzó a hablar mal de un caballero que estaba muerto, y había estado familiarizado con él.

Y luego este caballero, del cual hablaron, entró en la habitación y le dijo:

Amigo, no tengas malas sospechas de ningún hombre, pero perdóname si te he ofendido.

Y cuando le preguntó su estado, respondió:

Estoy atormentado por diversos tormentos y dolores.

Y sobre todo porque he profanado el cementerio y mandado un hombre a él, y lo he despojado de su manto que llevaba, el cual llevo.

Y es más pesado que una montaña.

Y entonces pidió al caballero para que orase por él.

El caballero viviente prometió que oraría por él, y entonces el muerto dijo:

Y te digo que este día en dos años morirás y desaparecerás.

Este caballero cambió su vida para mejor y en el día predicho se durmió en nuestro Señor.

  

UNA MONJA MUERTA VISITÓ LA TIERRA Y DEJÓ SU HUELLA

Quedó una huella de la mano de la Hermana Teresa M. Gesta, en su visita desde el purgatorio en el Convento de las Terciarias Franciscanas, Foligno, Italia

El día 4 de noviembre de 1859 había muerto de apoplejía fulminante, en el convento de Terciarias Franciscanas de Foligno, una buena hermana llamada Teresa Margarita Gesta.

Fue por muchos años maestra de las novicias, y a la vez encargada de la pobre ropería del monasterio.

Había nacido en Córcega, en Bastia, en 1797 y había entrado en el monasterio en febrero de 1826.

Doce días después de la muerte de sor Teresa, el 17 de noviembre, la hermana Ana Felicia, que la había ayudado y que la reemplazó después de su muerte, iba a entrando en la ropería, cuando oye gemidos que parecían salir del interior del aposento.

Algo azorada, se apresuró a abrir la puerta: no había nadie.

Dejándose oír nuevos gemidos, a pesar de su ordinario valor, sintió miedo.

“¡Jesús, María!; –exclamó – ¿qué es esto?”.

Aún no había concluido, cuando oyó una voz lastimera, acompañada de este doloroso suspiro:

“¡Oh, Dios mío! ¡Cuánto sufro! Oh Dios! ¡Peno tanto!”. 

La hermana, estupefacta, reconoció pronto la voz de la pobre sor Teresa. Se repone como puede, y le pregunta:

“¿Y por qué?” 

“A causa de la pobreza”, responde sor Teresa.

“¡Cómo!… – replica la hermana – ¡vos que erais tan pobre!”

“No es por mí misma, sino por las hermanas, a quienes he dejado demasiada libertad en este punto. Y tú ten cuidado de ti misma”. 

Y al mismo instante la sala se llenó de un espeso humo, y la sombra de sor Teresa apareció dirigiéndose hacia la puerta, deslizándose a lo largo de la pared.

Llegando cerca de la puerta, exclamó con fuerza:

“He aquí un testimonio de la misericordia de Dios”.

Y diciendo esto tocó el tablero superior de la puerta, dejando perfectamente estampada en la madera calcinada su mano derecha, y desapareciendo en seguida.

La pobre sor Ana Felicia se había quedado casi muerta de miedo. Se puso a gritar y pedir auxilio.

Llega una de sus compañeras, luego otra y después toda la Comunidad; la rodean y se admiran todas de percibir un olor a madera quemada.

Buscan, miran y observan en la puerta la terrible marca, reconociendo pronto la forma de la mano de sor Teresa, que era notablemente pequeña.

Espantadas, huyen, corren al coro, se ponen en oración, y olvidando las necesidades de su cuerpo, se pasan toda la noche orando, sollozando y haciendo penitencia por la pobre difunta, y comulgando todas por ella al día siguiente.

Espárcese por fuera la noticia; los Religiosos Menores, los buenos sacerdotes amigos del monasterio y todas las comunidades de la población unen sus oraciones y súplicas a las de las Franciscanas.

Este rasgo de caridad tenía algo de sobrenatural y de todo punto insólito.

Sin embargo, la hermana Ana Felicia, aun no repuesta de tantas emociones, recibió la orden formal de ir a descansar.

Obedece, decidida a hacer desaparecer a toda costa en la mañana siguiente la marca carbonizada que había causado el espanto de todo Foligno.

Mas, he aquí que sor Teresa Margarita se le aparece de nuevo.

“Sé lo que quieres hacer; – le dice con severidad –; quieres borrar la señal que he dejado impresa.

Sabe que no está en tu mano hacerlo, siendo ordenado por Dios este prodigio para enseñanza y enmienda de todos.

Por su justo y tremendo juicio he sido condenada a sufrir durante cuarenta años las espantosas llamas del purgatorio, a causa de las debilidades que he tenido a menudo con algunas de nuestras hermanas.

Te agradezco a ti y a tus compañeras tantas oraciones, que en su bondad el Señor se ha dignado aplicar exclusivamente a mi pobre alma; y en particular los siete salmos penitenciales, que me han sido de un gran alivio”.

Después, con apacible rostro, añadió:

“¡Oh, dichosa pobreza, que proporciona tan gran alegría a todos los que verdaderamente la observan!”.

Y desapareció.

Por fin, al siguiente día, el 19, sor Ana Felicia, habiéndose acostado y dormido, a la hora acostumbrada, oye que la llaman de nuevo por su nombre, despiértase sobresaltada, y queda clavada en su postura sin poder articular una palabra.

Esta vez reconoció también la voz de sor Teresa, y al mismo instante se le apareció un globo de luz muy resplandeciente al pie de su cama, iluminando la celda como en pleno día, y oyó que sor Teresa con voz alegre y de triunfo, decía estas palabras:

“Fallecí un viernes, día de la Pasión y otro viernes me voy a la Gloria… ¡Llevad con, fortaleza la cruz!… ¡Sufrid con valor!”.

Se transfigura en una nube ligera, blanca, deslumbrante, y volando al cielo desaparece.

Y añadió con dulzura: “¡Adiós! ¡adiós! ¡adiós!…”.

Abrióse en seguida una información canónica por el obispo de Foligno y los magistrados de la población.

El 23 de noviembre, en presencia de un gran número de testigos, se abrió la tumba de sor Teresa Margarita, y la marca calcinada de la pared se halló exactamente conforme a la mano de la difunta.

El resultado de la información fue un juicio oficial que consignaba la certeza y la autenticidad de lo que acabamos de referir.

En el convento se conserva con veneración la puerta con la señal calcinada.

La Madre abadesa, testigo del hecho, se ha dignado enseñármela (dice Mons. de Ségur), y mis compañeros de peregrinación y yo hemos visto y tocado la madera que atestigua de modo tan temible que las almas que, ya sea temporal, ya sea eternamente, sufren en la otra vida la pena del fuego, están compenetradas y quemadas por el fuego.

Cuando, por motivos que sólo Dios conoce, les es dado aparecer en este mundo, lo que ellas tocan lleva la señal del fuego que les atormenta.

Parece que el fuego y ellas no forman más que uno; es como el carbón cuando está encendido.

  

SEREMOS JUZGADOS EN EL AMOR

Estas sobrecogedoras historias, escritas en un lenguaje antiguo y en ocasiones poco claro para nuestras mentes modernas, nos deben abrir los ojos en cuanto a nuestro futuro después de la muerte.

En primer lugar, podemos analizar nuestra vida.

Llevamos una vida tranquila, repleta de obligaciones casi siempre destinadas a cubrir nuestras necesidades físicas y materiales.

No entra en nuestro pensamiento que algún día vamos a morir.

Aunque muchas veces citamos algunos dichos que tienen relación con la muerte: “Nadie queda para semilla”, “Todos vamos a morir”, “No somos nada”, etc. etc.

Pero la auténtica verdad es que preferimos pensar que somos inmortales.

Malas noticias: no lo somos.

Y no debemos olvidar que esta vida es una prueba y que dependerá de lo que hagamos en ella, nuestra suerte cuando finalice.

Una cosa puede tranquilizarnos: seremos juzgados en el Amor.

Si hemos sido amables, misericordiosos y auténticamente caritativos con los que están a nuestro alrededor o se nos acercan circunstancialmente, el Señor actuará con nosotros de la misma manera.

Esto no quiere decir que debemos abrir la mano y dejar caer en la del que nos suplica alguna cosa que nos sobra.

Amar es ver a Cristo en el que tenemos enfrente.

Ser caritativos y misericordiosos es tratar de entregar algo de lo que se nos pide, aunque nos cueste.

Es muy común entre nosotros, aún de los católicos, tener preparados paquetes de ropa que no usamos y que muchas veces está para tirar, para dárselos al primer pobre que golpee nuestra puerta.

Pero, ¿será eso lo que necesita esa persona?

Tal vez está precisando algo de comer, o dinero para comprar un medicamento. O para trasladarse lejos por un problema familiar.

¿Somos capaces de abrir nuestra cartera y entregar un billete a quien no conocemos?

Y si no lo hacemos, ¿será porque pensamos que la persona se lo va a gastar en bebida o droga?

Pensemos a la luz del Evangelio: ¿en qué lugar se nos enseña que debemos juzgar los motivos del que nos pide ayuda?

Cuando alguien se acercaba a Jesús para pedirle que lo curara, ¿Jesús le decía “No, porque tú te has portado mal”?

¿Por qué entonces de repente pontificamos sobre la conducta de aquellos a quienes ayudamos o dejamos de ayudar?

Es muy común escuchar decir, aún entre personas que se consideran caritativas:: “yo dinero no doy, doy ropa para que la lleven a vender”.

No hagamos de nuestro dinero un ídolo, no es digno de un discípulo de Cristo.

Pensemos por un momento que somos nosotros los que estamos golpeando a la puerta de otro para pedir ayuda.

Y nos entregan una gran bolsa de ropa que no nos va a servir para nada en lo inmediato, porque nadie puede pagar un boleto de ómnibus o un medicamento en la farmacia con una bolsa de ropa.

Pensemos un poco más allá. Pensemos en nuestro Purgatorio.

¿¡Hemos tomado conciencia de que el Purgatorio es una purificación en un fuego de amor?

¿Y que no saldremos de él hasta que no hayamos llegado al nivel de Amor que Jesús nos pidió?

Entonces, si sabemos que no nos vamos a llevar nada de lo material que tenemos, ¿por qué no dejamos de hacer pegotes de falsa caridad y empezamos a vivir nuestro Purgatorio acá y repartimos auténtico y verdadero amor?

Y en segundo lugar, pensemos en los que ya están en él.

Dios eligió ponernos como fiadores por ellos.

O sea, que está en nuestras manos el que esas almas puedan acelerar el tiempo de su subida al Cielo.

Y aquí se nos vuelve a interpelar en el amor. El Señor nos prueba también en esto.

Ha habido personas muy fieles, muy devotas y caritativas, incluyendo sacerdotes, que nunca se preocuparon por las almas del Purgatorio.

Esas personas, al morir, no importa lo bondadosas que hayan sido, debieron pasar un tiempo en el Purgatorio por la omisión cometida.

Las almas del Purgatorio son muy amadas por Dios, son hijos que se arrepintieron de sus pecados y los confesaron, pero no pagaron totalmente la deuda con el Señor.

A Jesús no le gusta que las almas sufran, sin embargo, ha dicho que “Su Justicia lo exige”.

Entonces, seamos doblemente generosos, con los vivos a los que podemos ayudar de corazón y con los que partieron y necesitan de nosotros para dejar de sufrir.

Si lo hacemos, la paz del Señor descenderá de forma especial sobre nosotros, y comenzaremos a vivir desde la tierra nuestro Cielo.

Y tengamos presente que las oraciones y las bendiciones de aquellos a los que hemos ayudado, acá o en el Purgatorio, nos ayudarán a llegar pronto al Paraíso.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
00 Todas las Advocaciones 11 Noviembre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Movil Noticias 2018 - julio - diciembre

Día de los Fieles Difuntos, No Te Olvides de los Muertos (2 nov)

La Iglesia reza por todas la almas purgantes.

Los que, en el sufrimiento purificador del purgatorio, esperan el día en que se unirán a la compañía de los santos.

No sabemos si nuestros muertos están en el purgatorio o han llegado al cielo, por eso la importancia de orar por ellos.

difuntos1

En virtud de la doctrina consoladora de la comunión de los santos;
.
de los méritos y oraciones que cada uno de ellos son capaces para ayudar a todos;
.
la Iglesia es capaz de unirse a su oración en el Cielo y en la Tierra para ayudar a suministrar lo que falta a las almas del purgatorio;
.
por medio de la misa, las oraciones, las indulgencias y las limosnas y sacrificios de sus hijos.

Toda la Iglesia el 2 de noviembre debe recitar el Oficio de Difuntos y todas las Misas son de Requiem.

La base teológica de la fiesta es la consoladora doctrina para las almas, que al partir del cuerpo no están perfectamente limpias de pecados veniales o no han reparado totalmente las transgresiones del pasado.
.
Ellas son privadas momentáneamente de la Visión Beatífica.
.
Y que el creyente en la tierra puede ayudarles con las oraciones, la limosna y sobre todo por el sacrificio de la Misa.

Leer también Todo lo que Hay que Saber sobre el Purgatorio y las Almas que están allí

mujeres con velas purgatorio muertos

 

LA HISTORIA

En los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica.
.
Este era un conjunto formado por dos tablas plegables, con forma de libro.
.
En ellas la primitiva Iglesia acostumbraba anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por quienes se había de orar).

Después, en el siglo sexto, era costumbre en los monasterios benedictinos tener una conmemoración de los miembros difuntos en Pentecostés.

En España, en tiempo de San Isidoro (636), había un día semejante el sábado antes de la Sexagésima o antes de Pentecostés.

En Alemania existió (según el testimonio de Widukind, abad de Corvey, 980) una ceremonia consagrada a orar por los difuntos, el 1 de octubre. Esto fue aceptado y bendecido por la Iglesia.

San Odilo de Cluny (1048) ordenó que se celebrara anualmente, en todos los monasterios de su congregación, la conmemoración de todos los fieles difuntos.

De allí se extendió entre las otras congregaciones de los benedictinos y entre los cartujos.

De las diócesis, Lieja fue la primera en adoptarla, bajo el obispo Notger (1008).

Se encuentra también en el martirologio de San Protadio de Besançon (1053-66).

El obispo Otricus (1120-25) la introdujo en Milán, el 15 de octubre.

En España, Portugal, y América Latina, es tradicional que los sacerdotes en este día celebren tres Misas.

Una concesión similar para todo el mundo fue solicitada al Papa León XIII.

No la concedió pero ordenó un Requiem especial, el Domingo 30 de septiembre de 1888.

En el Rito griego esta conmemoración se celebra en la víspera del Domingo de Sexagésima, o en la víspera de Pentecostés.

Los armenios celebran la pascua de los difuntos el día después de Pascua.

almas del purgatorio

 

EL MISTERIO Y LA GRACIA DEL PURGATORIO

En el centro de esta celebración está el Purgatorio.

El catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992, dice cinco cosas acerca del Purgatorio:

1ª – Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (1030).

2ª – La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento.
.
La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice:
.
“La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego”.
(1Cor. 3, 14).

3ª – La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua.
.
El libro 2º de los Macabeos en la S. Biblia dice:
.
“Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados”
(2Mac. 12, 46).

4ª – La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.
.
Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto:
.
“No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma”.

5ª – San Gregorio Magno afirma:
.
“Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo.
.
Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso”.

De San Gregorio se narran dos hechos interesantes.

El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio.

Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo.

Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió:

“Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio”.

Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.

La respuesta de San Agustín cuando le preguntaron:

“¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?”;

fue:

Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos.

Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”.

Dice también San Agustín:

Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora, una oración por su alma, la recibe Dios.

imagenes-del-dia-de-los-fieles-difuntos

 

SE HA DESVANECIDO LA ORACIÓN POR LOS MUERTOS

En un enorme cambio cultural y espiritual, orar por los muertos ha pasado de una práctica católica central a tener un papel marginal en la vida litúrgica y personal.

Si no oramos por nuestros seres queridos les hacemos un flaco favor, incomprensible.
.
Y rompemos los lazos de la caridad, que tienen el propósito de mantener a la Iglesia unida en sus tres estados.

Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (los que festejamos el 1º de noviembre).

Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal.

Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados de las manchas que afean su alma.

Así como recibimos gran ayuda de la Iglesia triunfante a través de la intercesión de los santos, debemos prestar asistencia a la Iglesia que sufre, rezando por las almas del purgatorio.

Pero parece que el purgatorio se ha desvanecido de la memoria y la práctica diaria (aunque pueda ser recordada como una doctrina almacenada en alguna parte).

Cuando alguien muere, no decimos que vamos a orar por el eterno descanso de su alma. Decimos que él o ella ya está feliz en el cielo.

Muchas personas han comentado que los funerales han pasado del luto y la oración por la salvación a ceremonias de canonización informales.

No podría haber mayor contraste de nuestras prácticas de hoy con lo que lo que vemos en la piedad medieval.

Eamon Duffy afirma que

«la transición segura de las almas de este mundo al otro, sobre todo, de la flexibilización de su estancia en el purgatorio era la gran preocupación de los clérigos y laicos por igual.

La influencia del culto de los muertos era omnipresente»

Esto llevó a una serie de formas:

Días del Recuerdo «en el séptimo y el trigésimo día después del entierro, y en el primer aniversario de la muerte».

Los testamentos de los moribundos con dotes de altares y sacerdotes cuya única, diaria ocupación era ofrecer misas y el Oficio para el Muerto.

Los que tenían menos dinero podían inscribirse en el «bede-roll» en el que el fallecido podría ser recordado en una misa de réquiem anual o incluso en la lectura regular de cada Domingo.

Esto apenas roza la superficie de todo lo que se hacía.

El efecto de estas oraciones era la «prolongación de la presencia de los muertos dentro de la comunidad de los vivos».

Recordar a los muertos asegura que mantenemos lazos reales de la comunidad con ellos.

La tradición medieval se mantuvo más o menos en las celebraciones regulares de Misas de Réquiem, que duró hasta mediados del siglo XX y todavía se puede ver en la celebración de la misa en la forma extraordinaria.

misa por las almas del purgatorio

 

7 COSAS QUE SE PUEDEN HACER POR LOS MUERTOS

Con el fin de acudir en ayuda de las almas en el purgatorio y para vivificar las importantes prácticas perdidas, centrales para la cultura católica, hay algunas cosas simples que podemos hacer en este momento:

 

1 – Reza todos los días para nuestros seres queridos y por todas las almas del purgatorio

Acuérdate de ellos, mientras rezas el Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia.

También podemos ofrecer penitencias y sacrificios en su nombre.

Como el Papa Benedicto XVI nos ha recordado en su encíclica Spe Salvi, también es tiempo para restaurar la práctica de ofrecer nuestras pruebas diarias y sufrimientos.

Puedes rezar la Coronilla de los Cien Réquiems por los Difuntos.

 

2 – También puedes recordar a los muertos por la oración por el eterno descanso de las almas antes o después de las comidas

Aquí está la tradicional oración después de las comidas:

«Te damos gracias por todos tus beneficios, oh Dios Todopoderoso, que vives y reinas para siempre.

Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén».

 

3 – El momento más importante para recordar a aquellos en el purgatorio viene durante la oración Eucarística en la Misa

En las oraciones eucarísticas siempre hay una conmemoración de los muertos.

Y nos debería llamar de manera específica para ofrecerla al Padre en unión con el sacrificio de la Eucaristía de Cristo, por nuestros muertos queridos.

 

4 – Ofrece misas por los muertos en el aniversario de la muerte y en otros momentos, como un medio crucial para ayudar a las almas purgantes

Esta es la forma más poderosa para recordar a aquellos que amamos.

San Buenaventura en su Breviloquium dice que hay ciertos actos que

«están en mejores condiciones para hacer satisfacción y devolver el honor a Dios en nombre de los muertos, pero el honor debido es a Dios.

Tras una serie de misas que San Gregorio Magno ofrecía por uno de sus monjes difuntos, que hacía su sufrimiento en el purgatorio, se ha convertido en una práctica ofrecer 30 misas consecutivas por el alma del difunto.

Esto se conoce como misas gregorianas; debido al compromiso sostenido necesario, por lo general es más común encontrar que la práctica es llevada a cabo por órdenes religiosas y monasterios.

purgatorio arte en dos pisos fondo

 

5 – Acógete a las Indulgencias que la Iglesia ofrece generosamente

Las más recientes la ofrece Francisco para el Año Jubilar de la Misericordia.

Las indulgencias se pueden ofrecer para aliviar las almas del purgatorio, mediante el sufragio, la súplica en nombre de los muertos. Como el Catecismo afirma en el párrafo 1471:

«La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.

Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias»

 

6 – Es importante visitar los cementerios para preservar nuestra memoria de los muertos y como una oportunidad para la oración

Los padres deben enseñar a sus hijos a entender nuestra comunidad permanente y a aprender a ayudar a las almas santas.

Una indulgencia especial puede concederse dentro de la primera semana de noviembre:

«Visita a un cementerio. Sólo se aplica a las almas del Purgatorio, cuando uno visita y reza devotamente por los difuntos.

La Indulgencia Plenaria es otorgada para este suceso cada día entre el 1 de noviembre y el 8 de noviembre« (Enchridion de indulgencias).

 

7 – Sufragio (ayuda) a través de obras y de difusión del Purgatorio

El sufragio (ayuda) por los difuntos a través de limosnas, obras de misericordia, ayuno, y especialmente las oraciones, como el De Profundis, y la fórmula de Requiem Eeternam [Descanso Eterno], que a menudo acompaña el rezo del Ángelus, el rosario, y en oraciones antes y después de las comidas.

Tener discusiones con familiares sobre la muerte, la preparación para la muerte, funerales y el Sacramento de los Enfermos especialmente con los niños, introduciendo la idea que las visitas al cementerio son edificantes y no un evento aterrador.

No nos olvidemos de los muertos.
.
Sino reavivemos prácticas perdidas de nuestra fe para fortalecer los lazos de la comunión de los santos.
.
Y para ayudar a las almas en necesidad de nuestra oración.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Bioética Breaking News Catolicismo Doctrina Liturgia y Devociones Movil Muerte Normas NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre Purgatorio

Cómo Orar por una Persona Muerta

Los cristianos siempre han orado por los difuntos.

Especialmente porque una parte de ellos están en el purgatorio purificándose.

Y necesitan de nuestras oraciones para elevarse hasta el cielo.

Eso nos pone en alerta para buscar los mejores métodos para ayudarlos.

¿Cuál es el medio más eficaz de rezar a por ser querido que ha fallecido?

estatua de virgen maria orando fondo

Pero tampoco hay que olvidar que las oraciones también son necesarias para los vivos.
.
Las oraciones siempre son eficaces en todo momento, para cualquiera, e incluso para nadie en particular sino para el que Dios juzgue necesario.

Un lugar típico para orar en estas épocas son los cementerios.

Lugares tranquilos y a menudo hermosos que ofrecen la oportunidad de canalizar las oraciones para liberar a las almas del purgatorio.

Por otro lado, cuando las almas son liberadas del purgatorio están listas para interceder por ti desde el cielo.

Leer Compendio de oraciones por los difuntos

difuntos1

 

DE DONDE VIENE LA PRÁCTICA DE ORAR POR LOS MUERTOS

La referencia bíblica más antigua de oraciones por los muertos viene en el segundo libro de los Macabeos.

Los libros de los Macabeos fueron de los últimos libros escritos del Antiguo Testamento.

Hacen un recuento de la lucha del pueblo judío por la libertad contra el Imperio seléucida, alrededor de 100-200 años antes del nacimiento de Cristo.

El segundo libro de los Macabeos dice cómo Judas Macabeo, el líder judío, condujo a sus tropas a la batalla en 163 aC.

Cuando la batalla terminó ordenó que los cuerpos de aquellos judíos que habían muerto fueran enterrados.

Cuando los soldados prepararon a sus compañeros para el entierro, descubrieron que cada uno llevaba un amuleto tomado como botín de un templo pagano.

Esto violaba la ley de Deuteronomio y así Judas y sus soldados oraron para que Dios perdonara el pecado que estos hombres habían cometido (2 Macabeos 12: 39-45).

Esta es la primera indicación en la Biblia de la creencia que las oraciones ofrecidas por los vivos pueden ayudar a liberar a los muertos de cualquier pecado que los separe de Dios en la vida futura.

Se hizo eco en el Nuevo Testamento cuando Pablo ofrece una oración por un hombre llamado Onesíforo que había muerto:
.
“Que el Señor le conceda que halle misericordia cerca del Señor en aquel día”
(2 Timoteo 1:18).

Las tumbas excavadas debajo de la ciudad de Roma, que llamamos catacumbas, dan evidencia que los miembros de la comunidad cristiana romana se reunían allí para orar por sus compañeros seguidores de Cristo que estaban enterrados allí.

Por el siglo cuarto se mencionan oraciones por los muertos en la literatura cristiana como si ya fueran una costumbre de larga data.

La práctica de orar por los muertos está arraigada en la creencia cristiana en la vida eterna prometida en las enseñanzas de Jesús.
.
Y prefigurada en su resucitación de entre los muertos.

Después de la muerte, aunque separados de nuestro cuerpo terrenal, todavía seguimos con una existencia personal.

Es como personas que Dios nos invita a entrar en una relación cuya existencia trasciende la muerte.

Orar por los muertos tiene también orígenes en nuestra creencia en la comunión de los santos. 

Los miembros de esta comunidad que viven se ayudan a menudo mutuamente por medio de oraciones y otras formas de apoyo espiritual.

Los cristianos que han muerto siguen siendo miembros de la comunión de los santos.

Y creemos que podemos ayudarlos con nuestras oraciones, y ellos nos pueden ayudar.

Las oraciones expresan la esperanza de que Dios va a liberar a la persona que ha muerto de cualquier carga de pecado y preparar un lugar para ella en el cielo.

La esperanza está garantizada en nuestro amor mutuo con Cristo, quien puede ayudarnos a salvar las barreras para disfrutar plenamente de la presencia de Dios por la eternidad.

imagenes-del-dia-de-los-fieles-difuntos

 

TRES PUNTOS CENTRALES SOBRE LA ORACIÓN POR LOS MUERTOS

En primer lugar, la oración por los muertos es eficaz.

Dios escucha nuestras oraciones y nuestras oraciones no son en vano.

No sabemos a ciencia cierta el destino eterno de muchos de los que mueren.

Sin embargo, si nuestras oraciones y buenas obras para nuestro ser querido fallecido – y enemigos – no son directamente útiles para él, son de alguna manera útiles para alguien.

Tal vez no para ellos, pero ya “el cielo” se encargará para re direccionarlas.

 

En segundo lugar, pero ¿por qué esperar para orar por las personas hasta después de su muerte?

Las oraciones para los vivos en la tierra les ayudan a capear mejor las tentaciones y no pecar.

 

En tercer lugar es útil para nosotros directamente.

Tenemos que hacer una distinción y también “rezar al cielo” por los que han muerto, pero teniendo en cuenta que nosotros tal vez estaremos en el estado de purificación del purgatorio y nos beneficiaremos de las oraciones.

fieles en misa

 

¿El MEJOR MEDIO?

Hacer misas. Las misas se pueden ofrecer tanto a los vivos como a los muertos.

Un sacerdote cuenta que un amigo suyo, hace algunos años sufragó bastante dinero para misas por su madre que, aunque mayor, todavía estaba en bastante buen estado de salud.

Dijo muchas misas por ella cuando aún vivía. Felizmente, ella hizo una buena muerte.

Después de muerta, él ha seguido sufragando misas también por ella.

Pero hay una historia muy a propósito del tema del Purgatorio y la importancia de mucha oración por los muertos.

La historia se puede encontrar en la vida de uno de los Papas más grandes en la historia de la Iglesia.

De hecho, rara vez la iglesia agrega al nombre del Papa, «El Grande». El Papa al que nos referimos es el Papa San Gregorio Magno (540-604).

En una ocasión el Papa estaba hablando con uno de sus amigos sobre el tema de la vida después de la muerte y la importancia de orar por los muertos.

Y llegaron a un acuerdo.

Cuando uno muriera primero, luego el sobreviviente oraría por el difunto.

Sucedió que el amigo del Papa San Gregorio murió primero.

Poco después de su muerte, su amigo apareció a Gregorio sufriendo intensamente las penas del Purgatorio.

Desde luego, no parecía estar en «un lugar mejor» como muchos presumen hoy.

Muy por el contrario su dolor era muy intenso por decir lo menos.

Siendo ese el caso, el Papa San Gregorio hizo un esfuerzo concertado para orar por su amigo con el fin de aliviar sus dolores y para sacarlo lo más pronto posible del Purgatorio.

Con mucho, la oración más poderosa en el universo es el Santo Sacrificio de la Misa.

Por lo tanto, el Papa San Gregorio Magno, siendo por supuesto un sacerdote, comenzó a ofrecer misas por la intención de la purificación y alivio de su querido amigo.

Este Papa lo hizo con las mejores intenciones.

¿Qué crees que pasó?

Este santo Papa, canonizado y conocido por ser uno de los más grandes de todos los Papas en dos milenios, pasó semanas ofreciendo misas.

Y finalmente todo un mes de misas para sacar a alma del purgatorio.

Fue sólo después de un mes en que el Papa ofreció misas por él todos los días, que finalmente fue sacado y tuvo pleno acceso al cielo.

Después del mes, el amigo del Papa se le apareció en gloria, dándole las gracias efusivamente por las muchas oraciones ofrecidas.

Las cuales sirvieron para purificarlo de sus pecados, disminuyendo su intenso sufrimiento y obteniendo plena entrada en el Reino de los Cielos.

Así nació la misa gregoriana.

misa gregoriana fondo

 

LA MISA GREGORIANA

Esta misa, es más bien una larga serie de misas consecutivas, que se ofrecen por los difuntos (también pueden ser ofrecidas por los vivos).

Tiene el fin de purificar el alma de difunto, aliviando su sufrimiento intenso, y ganando para él el acceso al cielo tan pronto como sea posible.

De hecho, es un gran acto de caridad de oración por los muertos.

Ellos no pueden hacerlo por sí mismos y dependen totalmente de la misericordia de Dios.

Y también de las oraciones, sacrificios, ayuno y las misas que podrían y deberían ser ofrecidas en su nombre.

Un santo agustino, San Nicolás de Tolentino, es a menudo representado en el arte como celebrando el Santo Sacrificio de la Misa.

La obra de arte religioso muestra la santa consagración del Cáliz – la Preciosa Sangre de Jesús.

Se puede ver el Purgatorio y los ángeles descendiendo al abismo de fuego del Purgatorio y llevando a las personas a su morada celestial.

Se observó que una de las razones principales por las que San Nicolás quería ser sacerdote era porque quería entregar la mayor cantidad de almas del purgatorio al cielo a través de la celebración del Santo Sacrificio de la Misa.

En conclusión, oremos fervientemente por los muertos; oremos ferviente y constante por las almas del Purgatorio.

No caigamos en el error teológico moderno de creer que todo el mundo va inmediatamente al cielo.

Esto es peligrosamente erróneo y falsa compasión, así como presuntuoso y negativo para el alma del muerto.

NOVENA POR LOS FIELES DIFUNTOS ( COMIENZA 25 DE OCTUBRE)

 

PARA VIVOS, MUERTOS, CATÓLICOS Y NO CATÓLICOS

Las misas se puede decir por la intención de los vivos y los muertos, incluso por los no católicos.

A algunas personas no les gusta la idea de hacer misas para los no católicos. Pero eso sólo nos hace pequeños y mezquinos.

Cuando la Iglesia dice que hay que orar por los muertos, no añade “sólo si son como nosotros”.

No todo el mundo puede encontrar un sacerdote que esté dispuesto a decir misas con esas intenciones, depende del país, de la zona.

Ese es un problema real en la actualidad. Oremos por las vocaciones.

Cuanto más sacerdotes, más misas al día, más intenciones, más almas para ganar.

Además, la Santa Iglesia tiene la autoridad de otorgar el gran tesoro espiritual de los méritos del sacrificio de Nuestro Señor y de las vidas (y muertes) de los santos, en indulgencias para la remisión de la pena temporal por los pecados.

Porque los que mueren en amistad con Dios, pero que no han hecho suficiente penitencia por los pecados cometidos, y que han sido perdonados antes de la muerte, tienen un período de purificación de los últimos vestigios de apego al pecado y compensar de manera penitencial las injusticias perpetradas a Dios y al prójimo.

Sólo los puros entran en la presencia de Dios en el cielo, por lo que, por su amor, no tienen ese estado intermedio.

purgatorio

 

INDULGENCIAS

También mediante las indulgencias, podemos ayudar a las almas del purgatorio, tomando algo de su penitencia en nosotros a través de algunas oraciones y obras, y la disposición adecuada del alma.
.
Por lo tanto, no pierdas de vista cuando la Iglesias concede indulgencias.
.
Por lo general hay oportunidades especiales y ciertos lugares también.

También ten en cuenta que, según la mente de la Iglesia ahora, ganamos indulgencias para los muertos y para nosotros mismos (en forma total o parcial).

Sin embargo, las indulgencias sólo pueden aplicarse a sí mismo o a un alma en el purgatorio, no a otra persona viva.

Así que ruega por ti mismo al cielo y por las pobres almas del purgatorio.

dia-de-muertos

 

LA RUTINA DE LA INTERCESIÓN DIARIA

En tus propias devociones ora por la gente.

Puedes ofrecer cualquier cantidad de pequeñas penitencias / mortificaciones y oraciones, pidiendo a los santos para que intercedan por cualquiera.

Dios sabe los que necesitan gracias. Pide a los santos y los ángeles para que te ayuden.

Tu puedes añadir tus oraciones a lo que el sacerdote vierte en el cáliz para ser transformado en la consagración.

Tu puedes agregar tus peticiones durante las oraciones de acción de gracias después de una buena comunión.

Di el Santísimo Rosario, que pone en fuga a los demonios aterrorizándolos y que da consuelo a las pobres almas y consigue ayudar a los vivos.

Cualquiera de estos tipos de cosas puedes hacerlas por tí mismo, por otras personas vivientes y por las pobres almas.

Y mantener tu vida limpia de pecado.

Tu buen ejemplo en palabras y acciones podría ser otra manera de ayudar a los cielos.

E ir a la confesión.

Y también tener esperanza que la separación con los difuntos es momentánea.

Por eso aquí te dejo mi oración.

 

CARTA A UN SER QUERIDO QUE SE FUE

Cuando te diagnosticaron esa enfermedad, nos impresionamos, pero ninguno de nosotros tuvo miedo.

Es que tú para nosotros eras inmortal.

Nos sobrevivirías a todos.

Derrotarías a la enfermedad y serías un ejemplo de lo que la fe y las ganas de vivir pueden lograr.

En mi diario camino al sanatorio iba rezando un Rosario.

No era por tu curación, no, porque no pensaba que te ibas a morir.

Mis Rosarios eran para que la dura medicación necesaria para curarte no te hiciera sufrir demasiado.

La victoria contra la enfermedad estaba asegurada.

Las tertulias en el sanatorio eran siempre festivas.

Toda la familia desfiló para verte y escucharte contar chistes y hacernos reír.

Sólo quedaba esperar que el tratamiento diese resultado.

Mis Rosarios continuaban, mi ceguera también.

Doy gracias a Dios por esa ceguera, que me impidió, nos impidió a todos, darnos cuenta de lo grave que era la situación.

Mis Rosarios seguían uno tras otro.

Sin darme cuenta e impulsada por mi fe, tejí una alfombra de oraciones con las cuales viajaste hacia el más allá.

El desenlace vino de repente.

Un paro cardíaco del cual te rescataron los médicos.

Y después otros cinco que nos demostraron a todos cuanto luchaste por volver.

Eras joven, tenías dos niños pequeños y una carrera universitaria para culminar.

Los médicos decidieron dejarte ir después de la sexta vez que tu corazón se detuvo.

Y en la salita del Centro de Tratamientos Intensivos, todos tus familiares escuchamos la peor de las noticias: “falleció”.

Los primeros tiempos fueron devastadores.

Tu ausencia se notaba en todas las cosas.

Cada música, cada noticia, podía hacernos llenar los ojos de lágrimas.

Sin embargo, y hundidos en el pozo de nuestro dolor, nuestra fe y la divina asistencia del Espíritu Santo, nos hicieron recapacitar.

Nos dimos cuenta que ahora hablabas otro idioma.

El idioma del espíritu.

Para comunicaros contigo debíamos rezar.

Y lo hicimos fervorosamente, como una forma de comunicarte nuestro amor de siempre.

Y te hicimos misas. Muchas misas.

Y cada misa era un beso, un abrazo, un cariño que te mandábamos.

Una forma de demostrarte nuestro amor.

Han pasado los años y el dolor ya no nos ahoga como antes.

El Consolador nos visitó con Su Amor eterno y lleno de ternura.

Nos dio la certeza de que cada vez estamos más cerca de volver a verte, sano y fuerte como eras.

Y con esperanza te decimos, ¡Hasta pronto!

mujer orando frente a un urnario

 

EL PORQUÉ DE LA CONVENIENCIA DE IR A ORAR POR LOS DIFUNTOS AL CEMENTERIO

Hay un ministerio llamado ‘Cementerians’, cuyo propósito es animar a la gente a ir a la tumba de sus seres queridos fallecidos y orar por su liberación del purgatorio.
.
Ellos saben cuándo vamos a su tumba. 

Si tu ser querido ya ha sido purificado y se ha ido al cielo, nuestro Padre Celestial da nuestras oraciones a otra alma que languidece.

 

LA BASE DEL MINISTERIO DE ‘CEMENTERIANS’ EN CONSEGUIR INDULGENCIAS

El ministerio de Cemeterians es tan antiguo como la misma creación. 

Desde el principio de los tiempos, la gente ha orado por sus seres queridos fallecidos a su propia manera.

El ministerio de Cemeterian insta a los vivos a ir realmente a la tumba y rezar por sus seres queridos fallecidos.
.
Para que las almas sufrientes puedan recibir gracias e indulgencias especiales.

«Una indulgencia, aplicable sólo a las almas del Purgatorio, se concede a los fieles que devotamente visitan un cementerio y rezan, aunque sólo sea mentalmente por los difuntos. 

mujeres con velas purgatorio muertos

La indulgencia plenaria es cada día a partir del 1 al 8  de noviembre; en otros días del año, es parcial«. (Enchiridion de Indulgencias)

«Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura:

«Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado» (2 M 12, 46).

«Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración.

Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […]

No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos”. Catecismo de la Iglesia Católica # 1032.

«Puesto que los fieles difuntos, están siendo purificados, también son miembros de la misma comunión de los santos, una forma en que podemos ayudarles es obtener indulgencias para ellos, por lo que las penas temporales debidas por sus pecados, pueden ser remitidas». Catecismo de la Iglesia Católica # 1479.

«Un día, absorta en éxtasis, la Beata María de Quito, vio en medio de un gran espacio, una inmensa mesa cubierta con un montón de plata, oro, rubíes, perlas y diamantes y, al mismo tiempo, oyó una voz que decía:

‘Estas riquezas son de propiedad pública; cada uno puede acercarse y tomar tanto como le plazca’. 

Dios dio a conocer a ella que esto era un símbolo de las indulgencias».

oracion por los muertos en cementerio

 

LA CONCURRENCIA A LOS CEMENTERIOS HA DISMINUIDO

Es bueno alentar la práctica de concurrir a los cementerios.

Las personas que acuden a un servicio de enterramiento en un cementerio pueden encontrar la tradición funeraria católica, por primera vez, o por primera vez en muchos años, y una experiencia positiva podría animarles a volver a orar por sus muertos.

Pero la concurrencia a los cementerios es una práctica que ha disminuído.

Las instrucciones del Vaticano, «Piam et Constantem,» de 1963 y las aclaraciones posteriores, permitieron a los católicos ser enterrados en cementerios no católicos y ser cremados.

La iglesia conserva una preferencia por el entierro más que la cremación y direcciona los restos cremados para ser enterrado o en urnas en un cementerio (no esparcirlos al aire).

Los ritos funerarios se prescriben en la Orden de los Funerales Cristianos, que incluye un servicio de vigilia o velorio, la liturgia del funeral y oraciones para decir en el cementerio, pero que varía por país. Ver aquí sobre el Nuevo rito de exequias católicas.

mujer visita cementerio fondo

 

SIETE COSAS QUE DEBES RECORDAR HACER POR LOS MUERTOS

Finalmente, con el fin de acudir en ayuda de las almas en el purgatorio, hay algunas cosas simples que podemos hacer en este momento:

 

1 – Reza todos los días por tus seres queridos y por todas las almas del purgatorio.
.
Acuérdate de ellos, mientras rezas el rosario y el rosario misericordia divina.

 

2 – También puedes recordar a los muertos con la oración por el eterno descanso de las almas.

Aquí está la tradicional oración después de las comidas:

«Te damos gracias por todos tus beneficios, oh Dios Todopoderoso, que vives y reinas para siempre.

Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén».

 

3 – El momento más importante para recordar a aquellos en el purgatorio es durante la oración Eucarística en la Misa.

 

4 – Ofrecer misas por los muertos en el aniversario de la muerte y en otros momentos es un medio crucial para ayudar a las almas santas.

 

5 – Ofrece 30 misas consecutivas para el alma del difunto.
.
Son las misas gregorianas.

Debido al compromiso sostenido necesario, por lo general es más común encontrar la práctica en las órdenes religiosas y monasterios.

 

6 – Busca Indulgencias.
.
La Iglesia ha ofrecido generosamente muchas indulgencias en las últimas décadas.

La más reciente es ofrecida por Francisco para el Año Jubilar de la Misericordia.

 

7 – Visita los cementerios para preservar la memoria de los muertos, y también como una oportunidad para la oración por ellos.

Los padres deben enseñar a sus hijos a entender nuestra comunidad permanente y aprender a ayudar a las almas santas.

Una indulgencia especial al respecto se concede dentro de la primera semana de noviembre.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo Liturgia y Devociones Lo + leído Movil NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre Purgatorio Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos Globales de estos Tiempos

Fascinantes Objetos Dejados por Almas del Purgatorio exhibidos en un Museo de Roma

Miles de peregrinos visitan uno de los museos más insólitos que existen en Roma.

El de las almas del purgatorio. 

Este museo Ofrece a los visitantes una colección de documentos sin duda únicos.
.
Puedes ver los rastros de fuego dejado por las almas en el purgatorio en los libros de oración, en misales.
.
En prendas de vestir como la camisa de Giuseppe Leleux que lleva la impronta de sus dedos quemados.
.
O incluso el abrigo militar, en gran medida carbonizado por el fuego, de un centinela italiano.
.
También se puede ver una cruz perfectamente trazada a con el índice prendido fuego.

Podemos pensar que estos objetos son el resultado de la casualidad, o el engaño deliberado.

Pero muchos católicos piensan que pueden haber sido producidos por el «fuego» espiritual que rodea a las almas en el purgatorio.

Se trata de un símbolo de la «quema» espiritual que sufren estas almas después de la muerte durante el tiempo de su expiación.

 

DÓNDE ESTÁ

Reflejándose sobre las aguas del Tíber, al lado del Palacio de Justicia, junto al Vaticano, existe una iglesia llamada «la pequeña catedral de Milán», porque su fachada es de estilo gótico, un estilo muy raro en Roma.

En la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma se conservan objetos que muestran extrañas marcas de fuego: éstas han sido definidas como «testimonios del más allá».

Dentro de la iglesia hay algo que quizá sea único en el mundo: en un cuartito contiguo a la iglesia se puede adivinar lo que podríamos llamar «una colección de testimonios del más allá».

Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, tablillas y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, todos los cuales muestran signos impresionantes: cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos.

En 1897, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma, inició una extraña colección.
.
Juntó las huellas de fuego dejadas en páginas de libros, ropas o sábanas por almas que han regresado del más allá para «pedir el sufragio de oraciones».

Se trató de cerrar el museo en tiempos de Pío X, pero este pontífice se opuso a la medida.

mano de objeto en el museo del purgatorio

 

COMO SE INICIÓ EL MUSEO

A finales del siglo XIX se erguía la capilla de la Virgen del Rosario al lado de la iglesia del Sacro Cuore del Suffragio (Sagrado Corazón del Sufrimiento), frente al Tiber, en Roma, a pocas cuadras del Vaticano.

El 15 de noviembre de 1897, el sacerdote francés Victor Jouet, párroco de la capilla, estaba rezando frente al altar cuando una de las velas prendió fuego en el marco del cuadro de la Virgen.

Algunos dicen que el fuego fue muy pequeño y que sólo chamuscó la pared. Otros afirman que la capilla completa fue presa de las llamas.

Otros más mencionan que ahí no había una capilla sino un altar en memoria de los difuntos, como muchos de los que todavía se ven en las calles de Roma:

“En esta zona tuvieron lugar muchas batallas, desde la antigüedad, y quien tenía un huerto encontraba día sí día no una calavera o unos huesos.

Esta presencia tan constante de los muertos hizo que la gente fuera especialmente sensible y a menudo hacía altares en su memoria, para quedarse más tranquilos”.

Lo cierto es que el humo había trazado una mancha que con un poco de imaginación parecía un rostro: una pareidolia.

Pronto miles de peregrinos llegaron a rezar durante horas frente a la mancha en la que veían un rostro de expresión afligida, melancólica, dolorida o de sufrimiento.

Para los fieles representa la cara y el cuerpo atormentado de un hombre rodeado de llamas.

Jouret concluyó que era un alma en pena, atormentada por las llamas del purgatorio

El religioso se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.

Desde aquel momento, el padre Jouet, creyó profundamente en la autenticidad de la aparición y no se concedió reposo.

Empezó a recorrer media Europa para recoger testimonios, en conventos y casas particulares, de la presencia visible de las almas del purgatorio

La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis.

En varios casos, almas que se encontraban en el purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.

Al cabo de algunos años había reunido cientos de testimonios (280 marcas).
.
Se trataba de ropas, libros, camisas y otros materiales en los que aparecían manchas que mostraban diferentes figuras.

Padre Jouet

Entonces se dio cuenta que necesitaba espacio para poder exhibir sus reliquias. Qué mejor lugar que los terrenos en donde se encontraba la capilla de la Madonna del Rosario.

Contactó con el ingeniero Giuseppe Gualandi, nacido en Bolonia en 1870, y le pidió que concluyera los trabajos de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufrimiento, iniciados en 1894, y anexara una habitación donde pudiera exhibirse la colección.

La construcción de la curiosa y extraña iglesia neogótica, única en Roma, terminó en 1917.

Pero el “Pequeño Museo de las almas del Purgatorio” (conocido despectivamente como “El museo cristiano del más allá”) en la Via Lungotevere Prati, 12, se inauguró antes de terminar el siglo XIX.

En 1900 Jouet fundó la Associazione del Sacro Cuore di Gesû in suffrago della Anime del Pugatorio.

La asociación vendía indulgencias y privilegios de León XIII y publicaba la Rivista mensile dell’ Associazione, luego llamada Le Purgatoire, misma que dejó de circular en la segunda década del siglo veinte.

Pío X reconoció canónicamente la asociación, en su carta apostólica “Cum nobis”, hasta el 20 de enero de 1923.

A la muerte de Jouet, en 1912, el obispo Gilla Gremigni y el padre Ricasoli solicitaron al Papa Pío X que permitiera destruir los casos menos documentados de la colección.

Seleccionaron pues los que poseían más certificaciones y aprobaciones de las autoridades.

Las 280 piezas se redujeron a 19 que dan testimonio de 12 casos y que fueron guardadas en una larga vitrina ubicada en un pasillo vacío que conduce a la sacristía.

Vitrina del Museo

En el gabinete se pueden ver las reliquias, la mayor parte del país de origen de Jouet, Francia, encontradas entre 1637 y 1919.

La primera es una foto de la imagen que apareció después del incendio en la capilla de la Virgen del Rosario.

Las otras son impresiones hechas, supuestamente, con fuego dejadas por los muertos en paños, sábanas, páginas de libros de oraciones, hábitos, ropas, camisas y gorros de dormir así como mesas y tablillas de madera.

Todas ellas muestran signos (cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos) dejados, presuntamente, por almas que han regresado del más allá para “pedir oraciones por su sufrimiento”.

Los católicos creen que las oraciones de los seres vivos aceleran la salida de las almas del purgatorio, un lugar entre el cielo y el infierno donde, según la iglesia católica, las almas llegan a expiar sus pecados antes de que se les permita ingresar al paraíso.

En un opúsculo editado por los misioneros del Sagrado Corazón se puede leer:

La Iglesia condena el espiritismo, considerado una creencia susceptible de evocar con prácticas mediúmnicas el espíritu de los difuntos.
.
Pero el museo recoge solamente huellas causadas por almas que volvieron espontáneamente, para pedir sufragios de plegarias o buenas obras.

 

OBJETOS QUE CONSERVA LA COLECCIÓN DEL MUSEO

Los letreros de la vitrina describen la historia de cada una de estas impresiones:

“Impresión dejada en una tableta de madera, en la manga del vestido y en la arpillera de la camisa de la venerable madre Chiara Isabella Fornari, abadesa de las Clarisas de Todi, de las manos del difunto padre Panzini, olivetano Abad de Mantova, 1° el noviembre de 1731”.

“Impresión a fuego dejada en un libro de Marguerite Demmerlé de la parroquia de Ellingen, en la diócesis de Metz, de la hermana aparecida treinta años después de su muerte; 1814-15”.

Libro chamuscado de Giuseppe Schitz

“Impronta de fuego que dejó el difunto Giuseppe Schitz tocando con la extremidad de los cinco dedos de la mano derecha el libro de plegarias en lengua alemana de su hermano Giorgio Schitz, 21 de diciembre de 1838 en Stralbe (Lorena). El difunto pidió plegarias de sufragio para reparar su poca misericordia en vida”.

“Aparición en el 1875 de Luise Le Sénéchal nacida en Chanviers, muerta el 7 de mayo de 1873, a su marido Jean Le Sénéchal en su casa de Ducey para pedirle rezar dejando como señal la impresión a fuego de cinco dedos en su gorro de dormir”.

“Impronta de fuego de un dedo dejada por sor Maria di San Luigi Gonzaga, aparecida a sor Margherita del Sacro Cuore la noche entre el 5 y el 6 de junio de 1894”.

 

LOS DOCUMENTOS

El documento más antiguo son las marcas dejadas por la hermana Chiara Schoelers, fallecida durante la peste, el 13 de octubre de 1637.

La religiosa dejó sus huellas candentes sobre el grembiule (delantal) y una correa de granja de la hermana Margarida Herendorps (o Rerendorts), religiosa del monasterio benedictino de Vinnemberg (Wesfalia).

Treinta y tres años después, en 1670, el primer párroco de Hall, el padre Cristóbal Wallbach, muerto 63 años antes, dejó la huella de “un dedo de fuego”.
.
La cual perforó un libro de oraciones con pasta de madera, cubierta con piel de jabalí, hasta la página 81.
.
De esa manera suplicaba se hicieran oraciones a su nombre para salir del purgatorio.

Hacia 1731 la madre Chiara Isabella Fornari, era la abadesa de las clarisas del monasterio de San Francisco, en Todi.
.
El 1 de noviembre de aquel año se le apareció el olivetano padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua, y su confesor.
.
Venía desde el purgatorio a pedirle que mandase rezar misas por su alma.

De la hermana Margarita del Sagrado Corazón

La madre Chiara se encontraba trabajando en su telar cuando hizo su aparición el padre Panzini.

El sacerdote comenzó a dibujar, con la punta del dedo índice incandescente, una cruz en el telar de madera.

Mientras dibujaba colocó la mano izquierda sobre el telar y la impresión de la mano también quedo grabada sobre la madera.

Puso después la mano izquierda sobre una hoja de papel chamuscándola y dejó impreso los contornos de su mano.

Aterrorizada, la monja quiso huir, pero el “alma” del sacerdote la agarró con la mano derecha: el calor de la mano perforó la manga del hábito y la camisa de la religiosa, llegando hasta la piel.

En la túnica se pueden ver las marcas de la quemadura, mientras que en la camisa se ven marcas chamuscadas y algo que se dice es sangre.

 

 

Joseph Leleux era un joven disoluto que vivía en la ciudad de Wodecq-But, Bélgica, en el siglo XVIII.
.
Veintisiete años después de la muerte de su madre, el 21 de junio de 1789, la mujer regresó en espíritu para ponerlo sobre aviso de los terribles castigos que podría tener en el purgatorio de continuar con ese ritmo de vida.
.
La madre lo tomó por el brazo le pidió que pusiera fin a su vida disoluta, y dejó la camisa de su hijo con la marca carbonizada de los dedos.

Joseph, asustado, se enmendó y corrigió el rumbo. Se dice que murió en olor de santidad el 1 de abril de 1825.

Mano que presentó Marguerite Dammerlé

 

Cierta noche de 1814 la señora Marguerite Dammerlé, de Erlingen, Metz, Francia, se encontraba rezando en su recámara.

De pronto se le apareció una mujer gimiendo de dolor, vestida muy religiosamente como peregrina. Se presentó y le dijo:

“Soy tu suegra, muerta de parto hace treinta años.
.
Haz una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Marienthal por mí, y pide que se oficien dos misas por mi alma”.

Asustada, Marguerite le contó la aparición a su esposo, describiendo a la mujer. Ambos acordaron cumplir con lo solicitado.

Cumplido su deseo, el espíritu de la suegra reapareció para agradecer y despedirse.

Pero antes de ascender al paraíso dejó un recuerdo: una huella de fuego en el libro de oraciones de Marguerite.

Luego se transfiguro, inundándose de felicidad y de luz, y desapareció “rumbo al cielo”.

 

Era la noche del 21 de diciembre de 1838. Joseph Schitz estaba en su casa en Stralbe (Antiguo Ducado de Lorena, Lorraine, Francia), leyendo un libro de oraciones.

Cuando, de improviso, se estampó en una de las páginas la huella de una mano.

El corazón de Schitz dio un brinco de temor, tanto más porque le pareció sentir una presencia insólita, una ráfaga de viento frío.
.
Después, creyó escuchar una voz: reconoció la de su hermano, Jorge, muerto hacía poco, que le decía que a pesar de la vida licenciosa que había llevado, consiguió salvarse.
.
Porque la culpa la tenía el mismo Joseph, pero estaba sufriendo terriblemente en el purgatorio.
.
Suplicaba que hiciera rezar unas misas por su alma, para abreviar su estancia en el purgatorio.

Joseph Schitz

Schitz se sobresaltó; creyó que se había quedado dormido un momento, pero no era así.

Lo probaba las marcas ennegrecidas de los cinco dedos de la mano derecha, perforando 9 hojas, claramente visible en el devocionario en lengua alemana de Joseph.

 

La que sí tuvo una visión en sueños fue una muchacha siciliana a la que se le “apareció” su hermana muerta.
.
Le solicitaba que rezara por ella pues sufría mucho en el purgatorio.
.
Al despertar descubrió la huella quemada en su camisón.

 

El libro de oraciones de Maria Zaganti de Poggio Berni, de Rímini también muestra la huella de tres dedos flamígeros.
.
El suceso ocurrió el 5 de marzo de 1871.
.
Las huellas las dejó el espíritu de Palmira Rastelli, hermana del párroco de San Andrés, de Pádua, Sante Rastelli.
.

Fallecida dos meses y medio antes, el 18 de diciembre, habría venido a pedir una misa y oraciones.

 

La colección del museo, incluye el gorro de dormir de Jean Le Sénéchal, de Ducey, Manche, Francia.
.
La señora Sénéchal murió en 1873, he hizo prometer a su marido que mandaría rezar tres misas en sufragio por ella.
.
El marido no pidió las misas.

Dos años más tarde se le apareció al marido para preguntar porqué no había cumplido su último deseo.

Jean intentó tranquilizarla alegando que no pidió las misas por falta de dinero. La hija tenía, ¿pero cómo pedirle? Su hija no creería lo de la aparición.

Para que la hija le creyera al padre y pagara el costo de las tres misas, tocó en el gorro de dormir del marido, dejando marcada toda la mano.

Gorro de dormir de Jean Le Senechal

Jean llevó el gorro con su hija y obtuvo el dinero para las misas. En esa misma noche, el alma de Louise Le Sénechal, en “figura ardiente”, fue vista elevarse hacia el cielo.

 

La hermana María Margarita de San Luis Gonzaga murió el 5 de junio de 1894, víctima de la tuberculosis cerca de Perugía.
.
La madre superiora, sor Margarita del Sagrado Corazón había sido muy severa con sor María.

Esa misma noche sor María se le apareció a sor Margarita.

La religiosa estaba acostada; de pronto, su celda se llenó de sombras indistintas y una de éstas se fue concretando, lentamente, hasta hacerse reconocible: era la hermana Maria.

La aparición, vestida con el hábito de las clarisas, explicó a la madre superiora que había cometido un grave pecado.

Había deseado ardientemente la muerte, con el objeto de sustraerse a los dolores que le causaba la enfermedad que sufría, y a consecuencia de la cual murió. 

Por esto, le habían correspondido veinte años de purgatorio.

El “fantasma” pidió luego oraciones que apresuraran su paso al paraíso.

La hermana Margarita, aunque lógicamente se sentía aterrorizada, creía ser víctima de una alucinación.

Y, para convencerla, la aparición quiso dejar constancia de su aparición, un signo tangible de su presencia, y tocó la almohada con el dedo índice, dejando quemada la funda.

La madre superiora solicitó las misas y diez días más tarde volvió a ver a sor María, felicísima, porque se disponía pasar a la gloria.

 

También se conserva la huella del dedo de un fraile capuchino.
.
Lo estampó sobre la mesa de madera de la madre María Magdalena de la Santísima Trinidad, fundadora del Instituto de las Hijas de la Inmaculada Concepción.
.
No contento con eso, también dejo la marca de una pelota.

 

Una huella similar la habría dejado un avaro que había ordenado ser enterrado con una bolsa de dinero.
.
A los pocos días se le apareció a un amigo para pedir que se dijeran misas en su nombre y así poder salir del purgatorio.
.
Para pagar las misas, colocó la bolsa de dinero sobre la mesa y ahí quedó grabada una forma circular.

 

Otro que dejaba dinero desde el más allá fue el un sacerdote del monasterio italiano de San Leonardo de Montefalco.
.
Quien tras su muerte dejaba todos los días un billete de 10 liras en la puerta del convento para que hicieran misas por él.

.
Así hasta 300 liras del 18 agosto al 9 de noviembre de 1919, según explica el folleto del museo.
.
Y allí está una copia de uno de los billetes.

 

Humberto I, de Italia, apodado “El Bueno”, fue asesinado por un anarquista.
.
Treinta y dos años más tarde un soldado que hacía guardia en el cenotafio erigido en la memoria del rey asesinado dijo que deseaba hablar con el rey Víctor Manuel III.
.
Al serle concedida la visita, informó al rey que se le había aparecido el “espíritu” de Humberto I y le habría quemado el grueso capote militar de invierno, que mostraba una figura parecida a una mano chamuscada.

El relato es más que milagroso pues en aquel cenotafio no se guardaba el cuerpo del difunto rey.

Humberto I

 

EL FIN DE UNA ÉPOCA Y EL INICIO DE OTRA

 

A finales del siglo pasado el padre Renato Bruni era el párroco encargado de la Sagrado Corazón del Sufrimiento. Por más de treinta años estuvo al frente del museo. En una entrevista declaró:

Destruimos mucho de la colección hace algunos años. Es una carga que llevamos. No nos damos abasto con toda la gente que llega de visita”, dijo. En ese entonces se calculaba que el museo recibía cerca de 4,000 visitantes al año.

Es una responsabilidad porque atrae a mucha gente de todas partes del mundo”.

Cuando le preguntaron si él y sus fieles realmente creían en las historias de estos objetos, se enfureció y respondió:

“Por supuesto que sí, y no veo por qué no. Estas son pruebas. Nuestro obispo investigó varias de ellas y todas fueron verificadas”.

No obstante, el párroco del año 2013, Roberto Zambolin, se cuida mucho de precisar que el valor del museo “es puramente humano y no constituye una prueba de la realidad del purgatorio”.

Quizás sea más consciente que si el Limbo ya desapareció, tal vez no tarde en seguirlo el purgatorio. ¿Cuándo le tocará el turno al cielo y al infierno?. Son los tiempos que corren.

Museo de las Almas del Purgatorio, Chiesa Sacro Cuore del Suffragio, 12 Lungotevere Prati. Teléfono: 6540517.

Abre el domingo de las 9 de la mañana al mediodía. Entrada libre. Los visitantes deben pedir en la sacristía que les abran el museo.

Mira estos excelentes videos:

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Doctrina Movil NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre Purgatorio Reflexiones REFLEXIONES Y DOCTRINA Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos Globales de estos Tiempos

¿En qué se ha transformado Purgatorio?

La existencia del purgatorio es una doctrina firme del catolicismo.

En ella se muestra la compasión, la justicia y el sentido común de Dios.

Sin embargo da la sensación que está cayendo en el olvido, por la práctica.

Siempre se ha enseñado que hay un lugar o estado después de la muerte donde la gente se purifica.

Ese lugar se llama purgatorio, que viene de la palabra en latín que quiere decir purificar.

Y está fundamentado en la Biblia y por visiones posteriores que lo reafirman.

Es un estado transitorio para aquellos que murieron en gracia de Dios y tienen segura su salvación, pero que no están absolutamente limpios de sus pecados.

En el cielo entra sólo lo puro y por tanto debemos llegar a la santidad para entrar en la gloria eterna.

Cómo Dios nos ama con un amor infinito y quiere que estemos con Él toda la eternidad, no nos condena al infierno por pequeños pecados.

Entonces nos pide que terminemos de purificarnos antes de estar con Él.

Esta es una doctrina que los santos creyeron sin reservas.

E incluso la mayoría de ellos supusieron que necesitarían ser purificados después de su muerte antes de llegar al cielo.

Y además revelaron, en el mismo sentido que la escritura, que nuestras oraciones y sacrificios pueden ayudar a las almas del purgatorio en este proceso de purificación, haciéndoles más corta su estancia allí.

La doctrina del purgatorio, que es compasiva y de sentido común, sin embargo parece que está cayendo en el olvido dentro de los católicos.

Resulta muy común oír decir que cuando una persona muere, ya está automáticamente junto al Señor.

Y también es común que se predique desde el púlpito lo mismo.

Esto no es compasivo, porque frena las oraciones que podrían hacer sus amigos y familiares para que la persona salga rápidamente del purgatorio si estuviera allí.

Además no está dentro de la tradición católica sino que es claramente protestante, porque los protestantes no creen que el purgatorio exista.

¿Pero será solamente la influencia protestante?

 

¿CONTAMINACIÓN PROTESTANTE O HEREJÍA UNIVERSALISTA?

La doctrina calvinista, adoptada por la mayoría de los protestantes, dice que tan pronto como una persona muere va al cielo o bien al infierno.

No hay purgatorio como etapa intermedia de purificación.

Esta es una mala interpretación de las expresiones de San Pablo de 2 Corintios 5: 8, donde en realidad expresa la esperanza de estar con el Señor luego de la muerte y no la certeza.

Una buena parte de las posiciones católicas actuales está siendo contaminada por el protestantismo, pero también por la herejía del universalismo.

El universalismo sostiene que todos serán salvados, que nadie será condenado al infierno.

Y el semi universalismo sostiene lo mismo, pero no como una certeza sino cómo una esperanza, o sea que espera que nadie vaya al infierno y que todos se salven.

Es decir lo mismo pero más edulcorado para que no lo tilden de hereje.

Esto va de la mano con  la creencia que el infierno no existe o que si existe está vacío, porque Dios nunca condenaría a nadie a vivir para siempre en la condena eterna.

Se trata más de un sentimiento que del análisis bíblico, de la tradición y del magisterio de la Iglesia.

El sentimiento es que no se pueden imaginar que aún los más grandes pecadores deban pasar la eternidad castigados.

También hay otra herejía que sostiene que el infierno está vacío, porque las almas de los condenados inmediatamente son aniquiladas, esto se llama aniquilacionismo.

Todas estas herejías que estamos mencionando apuntan a una deriva complaciente y sentimental del catolicismo, basado en el concepto del hipermisericordismo de Dios y la minimización de su aspecto de impartir justicia.

En este proceso llegamos al olvido del purgatorio.

Como no se puede concebir o decir que una persona está en el infierno, entonces se dice que está en el cielo.

Esto es lo que justifica que cada vez haya menos misas de réquiem.

Y que los sacerdotes recuerden a los difuntos diciendo que ya están en el cielo, obviando que quizás no estuvieran listos para ser conducidos ante la presencia eterna de Dios y moren en el purgatorio por un tiempo que pudiera ser muy largo.

Esta amabilidad de los sacerdotes, como dijimos, causa el daño irreparable de que amigos y familiares no oren con la perseverancia necesaria, para el caso en que el difunto estuviera en el purgatorio.

Porque por otro lado la mayoría de los santos han considerado que son muy pocos los que van directo al cielo, la mayoría llega allí con una escala intermedia en el purgatorio.

Pero además algunos sacerdotes y religiosos se han contaminado con el espíritu del Concilio Vaticano II y se les oye decir que el purgatorio ya no existe más a partir del Concilio, lo que es claramente falso.

El Concilio Vaticano II profesó la fe en el purgatorio diciendo,

“Este Sagrado Concilio recibe con gran piedad la venerable fe de nuestros hermanos que se hallan en la gloria celeste o que aún están purificándose después de la muerte”.

 

LA CREENCIA CATÓLICA DEL PURGATORIO

El numeral 1030 del Catecismo de la Iglesia Católica dice que todos los que mueren en gracia de Dios, pero que están imperfectamente purificados, son sometidos a una purificación para alcanzar su santidad y entrar en el cielo.

Ellos están seguros de que han sido salvados pero todavía no han llegado al cielo.

Esta doctrina de fe fue formulada en los Concilios de Florencia y de Trento y nunca derogada.

O sea que solamente los que están en pecado mortal cuando mueren no llegan al cielo y los otros posiblemente tengan una estadía de purificación en el purgatorio.

El purgatorio para el catolicismo no es un tercer lugar permanente, sino una especie de antecámara del cielo donde las personas se limpian de sus impurezas.

Porque en el Apocalipsis 21: 27 se dice que nada impuro entrará al cielo.

De modo que por un lado deberían estar alegres porque están seguros de su salvación eterna, pero por otro lado están tristes porque aún no tienen la visión beatífica de Dios, que es la peor de las restricciones.

Pensemos que Dios creó a los hombres para vivir la eternidad con Él, pero la inmensa mayoría ha pecado, y algunos lo han hecho de tal forma que sus manchas son indelebles.

Mientras que otros tienen manchas que necesitan ser removidas para poder llegar al cielo.

Todos hemos sido salvados por la sangre de Jesucristo, pero algunos han usado su libre albedrío para confrontarse con Él y negarlo y blasfemarlo.

Y otros no han llegado a tanto en la confrontación, pero no han alcanzado la santidad en la tierra; son estos los destinados a pasar un tiempo en el purgatorio.

Además, como todos somos parte del cuerpo místico de Jesucristo, Dios ha querido que nos ayudemos unos a los otros, y una ayuda son las oraciones que la Iglesia peregrinante hace en la Tierra para asistir a la Iglesia que se purifica en el purgatorio.

Como vemos esta doctrina es compasiva y de sentido común.

Compasiva porque permite que aquellos que no están purificados y no hayan alcanzado la santidad lo hagan en un pasaje intermedio de purificación.

Y es de sentido común porque basta mirar lo que sucede en el mundo, para darse cuenta que la mayoría de los hombres no está en condiciones de ir directamente al cielo, porque allí entra solamente lo que es Santo.

Por otro lado podemos constatar que la mayoría de los hombres tampoco tienen pecados tan pesados como para ser condenados al castigo eterno.

Pensándolo de esta forma cómo lo hace la Iglesia Católica entonces las expresiones de que los difuntos ya están en el cielo cuando mueren no está en línea con la doctrina oficial.

Es entendible que los sacerdotes quieran consolar y ser amables con los familiares del difunto.

Pero lo que estaría realmente alineado con la doctrina católica no es dar gracias a Dios porque el difunto ya está en el cielo, sino dar gracias a Dios por la vida del difunto y por las oraciones de sus seres queridos que lo guiarán hacia la felicidad eterna.

De esta forma se cumplen 2 objetivos.

Por un lado se es estrictamente fiel a la concepción católica del purgatorio y por otro lado se sensibiliza a los seres queridos del difunto para que oren por él aún después de muerto.

Los protestantes dicen que la doctrina del purgatorio no es bíblica porque no se menciona la palabra purgatorio en las escrituras.

Sin embargo tampoco se menciona en las escrituras la palabra Santísima Trinidad, pero ellos sí creen en el Dios uno y trino.

 

DÓNDE ESTÁ EL PURGATORIO EN LA BIBLIA

La doctrina el purgatorio se encuentra fundamentada en varios lugares de la Biblia.

2 Macabeos 12: 43-46 da por supuesto la existencia de una purificación después de la muerte, porque Judas Macabeo ofreció un sacrificio por los muertos para que fuesen perdonados de sus pecados.

Aunque los protestantes no reconocen este libro porque Lutero lo quitó del Canon bíblico, aunque Hebreos 11: 35 referencia a este libro.

En el Nuevo Testamento se puede encontrar una mención clara al purgatorio en Lucas 12: 58-59, cuándo recomienda arreglar las diferencias con la otra persona antes de llegar al juez, no sea que te condenen y no salgas del lugar de la condena hasta que hayas pagado el último céntimo.

Cómo se ve este pasaje hace referencia a un castigo temporal y no eterno como es el infierno.

Otra mención la encontramos en 1 Corintios 3: 12-13, en que San Pablo dice que el día del juicio Dios purificará la obra de cada uno en el fuego.

Y si la obra resiste al fuego será premiado, pero si se convierte en cenizas tendrá que pagar, pero se salvará como quien pasa por el fuego.

También en este caso está hablando de un castigo temporal que difiere del eterno.

Hay varios pasajes más pero estos que hemos mencionado son los más referidos.

En estos pasajes queda claro que luego de la muerte hay una exigencia de que el difunto sea purificado por el fuego y luego de esto viene la recompensa.

La recompensa no es el infierno porque no la hay ahí, sino que es el cielo.

Y por el fuego se pasa en el momento que sucede entre la muerte y la llegada al cielo; a este lugar los católicos le llaman purgatorio.

Además de esto, los padres y doctores de la Iglesia y los santos han hablado sobre el purgatorio en el mismo sentido.

Por ejemplo San Agustín decía que su madre Santa Mónica lo único que le pidió al morir fue que no se olvidarán de ofrecer oraciones por su alma.

Y San Gregorio Magno fue quien reforzó más esta doctrina a través de las misas gregorianas, qué son 30 misas por el alma de un difunto, que se le ocurrió cuándo un difunto se le apareció para dar gracias por su liberación del purgatorio.

Incluso en otra oportunidad sus ayudantes dicen que quedó paralizado en una misa cuándo elevó la hostia, y vio en ese momento a un grupo de almas del purgatorio.

En este link puedes encontrar una serie de reflexiones y visiones que tuvieron los santos sobre el purgatorio.

En los Foros hemos publicado varios artículos sobre el purgatorio, los principales son estos para que puedas profundizar,

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Bioética Breaking News Catolicismo Francia Liturgia y Devociones Movil Muerte NOTICIAS Noticias 2016 – julio – diciembre Peregrinaciones y Santuarios Purgatorio Religion e ideologías Sacramentos y sacramentales Santuarios

Se ha Visto a MARÍA REZANDO Allí por las Almas

Estamos en l centro mundial de oración por los difuntos y las almas del purgatorio.

El que acoge especialmente a los que han sufrido la muerte de un ser querido.

Fue fundado por el sacerdote Paul Buguet (1843-1918), para rezar en particular por los difuntos.

Camino de entrada

Junto al Santuario, el padre Buguet fundó la Obra Nuestra Señora de Montligeon.
.
Reconocida por la Santa Sede en 1895, ha dado origen a grupos de oración y vida cristiana en Europa, América, Asia y sobre todo África de los que forman parte millones de personas.

En estos grupos se celebran misas cada día por las intenciones confiadas en el Santuario de Nuestra Señora de Montligeon.

Las intenciones ahora pueden enviarse también a través de la página web.

Recomendamos ver especialmente los videos que estan abajo.

Parte superior del santuario
Parte superior del santuario

El santuario es dirigido en estos momentos por tres sacerdotes de la Comunidad de San Martín (recientemente surgida en Francia).

Además, animan el santuario seis religiosas de la Nueva Alianza cuya misión consiste en «servir a la misericordia divina en la sencillez y en la alegría» y en animar los oficios litúrgicos, ofrecer acogida y acompañamiento individual.

El Santuario propone, entre otras cosas, peregrinaciones, retiros y fines de semana espirituales.

Vista aérea
Vista aérea

 

COMO SE CREÓ EL SANTUARIO

Imagínate paseando por los campos de Normandia y detrás de un caminito rodeado de campos y de bosques se revela a vuestra mirada una basílica imponente

Ese es el santuario de Nuestra Señora de Montligeon, en el que todos los días, desde el siglo XIX, se reza por los difuntos.
.
Además numerosas personas encuentran hoy allí escucha, apoyo y consuelo, después de la pérdida de un ser querido.

Toma lateral
Toma lateral

El nacimiento del santuario de Nuestra Señora de Montigleon está unido a la historia de un sacerdote, el padre Pablo Buguet.

Dos años antes de ser nombrado párroco de este pueblecito, el padre Buguet, joven sacerdote en ese momento, está profundamente afligido por tres muertes acontecidas en su familia.

El 1 de noviembre de 1876, su hermano Augusto es aplastado por una campana caída de la iglesia de Nuestra Señora de la Mortagne.

» ¿Y su alma?», dirá entonces el joven párroco.

A este trágico accidente suceden la muerte de sus dos sobrinas de 12 y 16 años

«La necesidad de consolar las almas del purgatorio…Tengo que trabajar para liberar esas almas», apunta entonces el padre Buguet en su diario.

La idea de crear una obra, con este fin, germina en su corazón a partir de ese momento.Va a hacerse realidad en La Capilla-Montligeon.

Una de las preocupaciones que obsesionan a este sacerdote es rezar y hacer rezar por todos los difuntos, sobre todo por «aquellos por los que no reza nadie».

Parte superior de la fachada
Parte superior de la fachada

Después de varias gestiones, en 1884 el párroco Bugeut obtiene del obispo de su diócesis la aprobación de los estatutos de su asociación.

Se convierte entonces, como dice él mismo, en el «viajante de las almas del purgatorio«, haciendo colectas de parroquia en parroquia para construír su obra.

En 1887, se lanza en otra aventura:

«Buscaba el conciliar este doble objetivo: hacer rezar por las almas olvidadas y, a cambio, obtenir a través de ellas los medios de hacer vivir a los obreros».

Al llegar a Montligeon, le ha impresionado la pobreza material y humana de los habitantes del pueblo, cada vez más abandonado por los jóvenes.

Decide crear una imprenta para publicar los boletines de su obra, y suscitar así trabajo.

En 1894, la imprenta ha permitido la creación de 31 empleos.

Parte inferior de la fachada
Parte inferior de la fachada

En 1887, después de la primera peregrinación organizada para rezar por «las almas santas», las muchedumbres empiezan a afluir de toda Francia y del extranjero.

La fama de Nuestra Señora de Montligeon se extiende poco a poco por el mundo.

Puerta de Acceso
Puerta de Acceso

«Quisiéramos elevar, en Montligeon, una capilla digna de nuestra gran hermosa obra donde todos los días vienen a juntarse, para subir juntar hasta Dios, las recomendaciones del universo», podemos leer en junio de 1890.

Muy deprisa, para responder al deseo del padre Buguet, los dones afluyen hasta el punto de que, el 22 de septiembre de 1894, comienzan los primeros trabajos.

De modo paralelo, el padre Buguet se lanza a hacer largos viajes, siempre como misionero de las almas del Purgatorio: Roma (1893) donde el papa León XIII le anima, Europa occidental (1895), Estados Unidos (1897), Alemania y Europa central (1898), España (1899).

Iglesia Antigua
Iglesia Antigua

El 4 de junio de 1896, la primera piedra de la futura basílica de Nuestra Señora de Montligeon es bendecida. En mayo de 1905, el coro y la nave principal están acabadas.

La primera misa tiene lugar el 1 de junio de 1911, para la peregrinación anual.

El 14 de junio de 1918, Pablo Buguet se apaga.

La obra de Montligeon, en cuanto a ella, sigue todavía hoy, acogiendo hoy a numerosos peregrinos y visitantes.

Complejo del santuario
Complejo del santuario

 

UN LUGAR DE PAZ Y DE ESCUCHA

Después de un duelo, es necesario a menudo el poder confiarse, el poder llorar

Una de las vocaciones del santuario de Nuestra Señora de Montligeon es la de ser un lugar de paz, de encuentro y de escucha para las personas en duelo por un difunto.

Allí, todos pueden depositar sus penas, expresar su tristeza y, poco a poco encontrar la paz.
.
Un equipo de acogida, compuesto por sacerdotes, hermanas y laicos está presente todo el año.
.
Poniéndose a la disposición de peregrinos y visitantes para responder a sus preguntas, consolarles en su desamparo, etc.

Tumba de Buguet
Tumba de Buguet

A menudo, para evitar que los difuntos no sean olvidados demasiado deprisa, «tachados» de la memoria de los vivos, queremos estar en comunicación con ellos: la oración nos lo permite (cf. Pregunta 26).

Todos los años, miles de nombres y de rostros de personas muertas son confiados a la oración de todos los cristianos, en Nuestra Señora de Montligeon.

Por otro lado, los «asociados de la Obra de Nuestra Señora de Montligeon» tienen la preocupación de rezar de un modo más especial por los difuntos.
.
De modo particular por los más olvidados, e invocan por ellos a Nuestra Señora de la Liberación, en unión con todos los peregrinos que vienen al santuario a lo largo del año.
.
Existen grupos de oración unidos a Montligeon en numerosos países.

La muerte del otro nos obliga también a menudo a interrogarnos sobre nuestra propia muerte.

Todos tenemos que responder un día a estas preguntas: ¿cuál es el sentido de mi vida aquí abajo? ¿ Qué será de mí después de mi muerte?

La misión del santuario de Montligeon es anunciar el mensaje de la Iglesia sobre el destino eterno de todo hombre, mensaje formidable de esperanza.

Imagen de Nuestra Señora de Montligeon
Imagen de Nuestra Señora de Montligeon

El santuario de Nuestra Señora de Montligeon es así pues también un lugar en el que los cristianos vienen a proclamar juntos su esperanza en la vida eterna.

El santuario de Nuestra Señora de Montligeon es:
.
-un lugar de paz, de encenntro y de escucha donde uno puede encontrar el consuelo,
.
-un lugar donde uno puede encomendar a los difuntos,
.
-un lugar donde uno puede escuchar la respuesta oficial de la Iglesia católica frente a las interrogantes sobre el destino del hombre,
.
-un lugar donde uno puede proclamar su Esperanza en la Vida eterna.

Altar con la imagen de Nuestra Señora
Altar con la imagen de Nuestra Señora

 

ALGUNAS FECHAS

El 5 de octubre de 1884 – Moseñor Trégaro envía al abad Buguet los Estatutos de la Obra con la aprobación y el sello episcopal.

Junio de 1894 – Un nuevo plan de la iglesia, mayor que el de 1891, es fijado.

23 de octubre de 1910 – En un «Motus Proprio», el Papa Pío X pone «bajo su especial protección y la de sus sucersores» la obra de Expiación y le concede el título de Basílica de Santa-Maria in Monte-Santo.

31 de mayo de 1911 – Bendición de la nueva iglesia.

1° de junio de 1911 – 25 peregrinación: la misa es celebrada en la iglesia ya terminada.

La cofradía de N.S. de Montligeon cuenta hoy día con 9 millones de afiliados.

La Virgen María ha visitado la iglesia, fue vista por el abad y algunos parroquianos, vestida humildemente y haciendo oración.

L' ermitage al lado de la iglesia
L’ ermitage al lado de la iglesia

 

LA ERMITA

La ermita de la Basílica es a la vez hostería del Santuario y centro de la fraternidad espiritual de Nuestra Señora de Montligeon

La acogida es segura todo el año; los sacerdotes diocesanos y de la comunidad de San Martín las hermanas de la Comunidad de la Nueva Alianza, con un personal laico abnegado, velan por mantener un clima simple y familiar.

Existe la posibilidad de realizar retiros, sesiones, fines de semanas espirituales, en grupo o individualmente.
.
Animados por los sacerdotes y religiosas del Santuario o por el de otros, venidos de fuera.

Ceremonia en Montligeon
Ceremonia en Montligeon

 

ALGUNOS DATOS SOBRE LA BASÍLICA

Cuando el visitante llega a la Basílica de Montligeon, descubre la estatua de Nuestra Señora.
.
Tallada en un gran bloque de mármol de Carrara de 16 toneladas
y escogido por Monseñor Buguet mismo, a principios del siglo XX, es la obra del escultor italiano Tadolini.

Frente a esta estatua, numerosos peregrinos han venido a arrodillarse y a depositar sus penas.

La Virgen está presentando al Niño Jesús a dos mujeres que están a sus pies.

Nave central
Nave central

La mujer de la izquierda está en actitud de súplica viendo a María.

Por las llamas que la rodean reconocemos que es un alma del Purgatorio inflamada del deseo de ver a Dios frente a frente.

La Virgen la mira con tal dulzura maternal y le tiende su mano para socorrerla.
Ella cierra el Niño Jesús contra su pecho: “En verdad os digo que quien no acoja el Reino de Dios como un niño no entrará al reino de los cielos” (Lucas, 18, 17)

La mujer de la derecha recibe de Cristo la “corona imperecedera”  (1 Co 9, 25), “la corona de vida” (Ap 2, 10).

Curiosamente, las dos mujeres se parecen: ¿serán hermanas? Se puede pensar que representan la misma persona pero en dos estados diferentes.

La basílica está también adornada de numerosas estatuas de santos y con vitrales.

Santos de Occidente y de Oriente, santos muy antiguos y también recientes.

Sus ejemplos nos recuerdan la importancia de la caridad para entrar al Cielo, nos recuerdan igualmente otras actitudes importantes: la conversión, la oración por los difuntos, el celo apostólico, la unión con Cristo.

Todos los sacramentos, y principalmente los de la iniciación cristiana, tenían como objetivo la última Pascua del hijo de Dios, aquella que, por la muerte, le hace entrar en la vida del Reino ( CEC, nº 1680 ).

Entonces se cumplía lo que él confesaba en la fe y en la esperanza: Espero la Resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Vitral en forma de rosa
Vitral en forma de rosa

Los funerales cristianos son una celebración litúrgica de la Iglesia.

Con ellos, la Iglesia considera adecuado no sólo expresar la comunión eficaz con el difunto, sino también hacer participar a la comunidad reunida para las exequias y anunciarle la vida eterna ( CEC, n. 1685 ).

La Iglesia católica posee un Ritual de funerales que acompaña con oraciones cada etapa del duelo y permite a los familiares, cuando honran al difunto, encontrar consuelo y esperanza.

Vitrales en pared
Vitrales en pared

 

EN EL MOMENTO DE LA MUERTE, EN EL LUGAR DONDE REPOSA EL DIFUNTO

Reunirse alrededor del difunto es un acto de caridad al cual son invitados todos los cristianos, y por eso la comunidad está presente en actitud de profundo respeto.

Cuando la familia rodea a uno de los suyos en su último momento – o bien, si ella está ausente, tan pronto como acuda ante el cuerpo – es el momento en que permanece recogida en silencio o elevando plegarias.

Las plegarias pueden ser muy sencillas, sacadas de los Salmos, de la Palabra de Dios ( cf. En la esperanza cristiana, celebraciones por los difuntos. Desclée/Mame,2008 ) o también improvisadas.

Abren al difunto un camino de esperanza.

Para ayudar a la oración, pueden colocarse cerca del difunto un cirio, un icono
(Pero en ningún caso flores).

Consagración en una ceremonia
Consagración en una ceremonia

 

CELEBRACIONES Y VIGILIAS

En un ambiente recogido, la palabra de Dios y el recuerdo del difunto invitan a refugiarse en la oración y, desde luego, a dar gracias.

Una vigilia puede tener lugar en la casa o en el tanatorio, a cargo de los familiares o de la comunidad si los difuntos han muerto en soledad y despojo.

Necesita una preparación (momento, modalidades… ) y puede tomar la forma de celebración de la palabra de Dios, de vigilia sálmica, de vigilia con la Virgen María y los santos, de vigilia familiar.

Ceremonia al aire libre
Ceremonia al aire libre

 

LA INTRODUCCIÓN EN EL ATAÚD

Es el acto que llevan a cabo las funerarias colocando el cuerpo del difunto en el ataúd y cerrándolo después.

Es el último y doloroso momento en que los familiares pueden contemplar el rostro del difunto y la oración aviva la esperanza del reencuentro.

Señor, volvemos a ti nuestra mirada en estos momentos en que dejamos de ver el rostro que amamos:
.
concédele verte cara a cara y reafirma nuestra esperanza de encontrarnos de nuevo con él
( o ella ) cerca de ti, por los siglos de los siglos. Amén. (Ritual de los funerales).

Procesión en una ceremonia
Procesión en una ceremonia

 

LA CEREMONIA EN LA IGLESIA

La celebración de los funerales es el último adiós a la persona desaparecida.

Es también la participación de los vivos en su nacimiento a la Vida eterna, que la Iglesia celebra a través de la liturgia del bautismo (con la presencia del cirio pascual y por el gesto de la aspersión con el agua bendita).

Si se celebra el Sacrificio Eucarístico, el paso del difunto a Dios se asocia de esta forma a la Pascua de Jesús, misterio de su muerte y de su resurrección, y la Eucaristía es entonces el corazón de la realidad pascual de la muerte cristiana.

Si no hay celebración Eucarística, entonces la ceremonia puede ser presidida por diáconos o laicos – lo cual es cada vez más frecuente – pues todo bautizado ( si ha recibido para ello una formación y un mandato ) puede presidir la celebración de funerales.

Todos cuantos pertenecen al pueblo de Dios deben sentirse involucrados en la celebración de los funerales.

No todos con el mismo título, cada uno lo estará según su situación y ministerio.

Una parte de responsabilidad recae sobre los parientes y familiares del difunto, más unidos a él.

Se tendrá cuidado para elegir con ellos, siempre que sea posible, los textos que deben escogerse para la celebración (Presentación del Ritual de los funerales ).

Cementerio
Cementerio

 

LA INHUMACIÓN EN EL CEMENTERIO

La inhumación en el cementerio constituye, para el difunto, el final de su camino en la tierra.

Es acompañado hasta el final, en la paz recibida de Cristo muerto y resucitado, y los familiares le dan el último adiós, allá donde él reposa en espera de la resurrección.

El lugar de la sepultura se convierte en un lugar de recuerdo, donde algunos desearán venir a honrar a su difunto y pedir por él en la espera de la resurrección.

Imagen de la Virgen en el parque
Imagen de la Virgen en el parque

 

LA CREMACIÓN EN EL CEMENTERIO

La liturgia de los funerales católicos es una celebración del misterio pascual de Cristo, el Señor.

Las oraciones rezadas en el cementerio pueden ser utilizadas debidamente adaptadas; el Ritual tiene previstas también oraciones específicas para esta circunstancia.

Si el cuerpo ha sido incinerado, la urna funeraria se deposita en lugar adecuado, columbario o tierra llana.

Los familiares se reúnen entonces alrededor de la urna, situada cerca del lugar donde debe ser depositada.
.
El celebrante preside un último tiempo de oración, recordando el último adiós celebrado en la Iglesia y donde la comunidad entregó el difunto al Señor.

Ubicación de Montligeon
Ubicación de Montligeon

 

COMO LLEGAR A MONLIGEON

Dirección
26 rue Principale
61400 La Chapelle-Montligeon
+33 2 33 85 17 00

Acceso por ruta

Ruta Nacional N12.
Desde Paris, salir a Feings y seguir La Chapelle-Montligeon.
Desde Alençon, salir a Mortagne-au-Perche y seguir Rémalard, La Chapelle-Montligeon.

Carretera A28
Desde Rouen, salir a Gacé y seguir Mortagne-au-Perche, Rémalard, La Chapelle-Montligeon.

Carretera A11-A81
Desde Angers-Rennes, salir a Le Mans-Norte y seguir Bonétable, Bellême, La Chapelle-Montligeon.

https://youtu.be/USuPftvMIzU

Fuentes:

 

Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA MENSAJES Y VISIONES Recopilación de varios videntes

Visiones que tuvieron los Santos sobre el Purgatorio

La experiencia de los Santos reafirma nuestra fe en el purgatorio, sobre su existencia y sobre cómo podemos hacer los vivientes para ayudar a las almas que están atrapadas allí.

 …VER VIDEOS…

TERTULIANO

En las “Actas del martirio de Santa Felicidad y Perpetua” cuenta lo que le sucedió a Santa Perpetua hacia el año 202. Una noche, mientras estaba en la cárcel, vio a su hermano Dinocrates, que había muerto a los siete años de un tumor en el rostro. Ella dice así: “Vi salir a Dinocrates de un lugar tenebroso, donde estaban encerrados muchos otros que eran atormentados por el calor y la sed. Estaba muy pálido. En el lugar donde estaba mi hermano había una piscina llena de agua, pero tenía una altura superior a un niño y mi hermano no podía beber Comprendí que mi hermano sufría. Por eso, orando con fervor día y noche, pedía que friera aliviado… Una tarde vi de nuevo a Dinocrates, muy limpio, bien vestido y totalmente restablecido. Su herida del rostro estaba cicatrizada. Ahora sí podía beber del agua de la piscina y bebía con alegría. Cuando se sació, comenzó a jugar con el agua. Me desperté y comprendí que había sido sacado de aquel lugar de sufrimientos” (VII,3-VIII,4)

SAN AGUSTÍN

En el siglo V, afirma: “La Iglesia universal mantiene la tradición de los Padres de que se ore por aquellos que murieron en la comunión del cuerpo y la sangre de Cristo” (Sermo 172,1). “Opongan los herejes lo que quieran, es un uso antiguo de la Iglesia orar y ofrecer sacrificios por los difuntos” (libro de herejías, cap 53). Su madre Santa Mónica antes de morir dice: “Sepulten mi cuerpo donde quieran, pero les pido que, dondequiera que estén, se acuerden de mí ante el altar del Señor” (Confesiones IX,11). Y él dice: “Señor, te pido por los pecados de mi madre” (Conf IX,13). “Señor, que todos cuantos lean estas palabras se acuerden ante tu altar de Mónica tu sierva y de Patricio, en otro tiempo su marido, por los cuales no sé cómo me trajiste a este mundo. Que se acuerden con piadoso afecto de quienes fueron mis padres en la tierra… para que lo que mi madre me pidió en el último instante, le sea concedido más abundantemente por las oraciones de muchos, provocadas por estas Confesiones y no por mis solas oraciones” (Conf IX,13). Y afirmaba que “el sufrimiento del purgatorio es mucho más penoso que todo lo que se puede sufrir en este mundo” (In Ps. 37, 3 PL 36).

Algo parecido decía Santa Magdalena de Pazzi, quien pudo una vez contemplar a su hermano difunto y dijo: “Todos los tormentos de los mártires son como un jardín de delicias en comparación de lo que se sufre en el purgatorio”.

SANTA CATALINA DE GÉNOVA

Llamada la doctora del purgatorio, escribió un tratado sobre el purgatorio, que en 1666 recibió la aprobación de la Universidad de París, y dice que “en el purgatorio se sufre unos tormentos tan crueles que ni el lenguaje puede expresar ni se puede entender su dimensión.

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO

Que vivió en el siglo XIII, tuvo una experiencia mística que lo hizo patrono de las almas del purgatorio. Un sábado en la noche, después de prolongada oración, estaba en su lecho, queriendo dormirse, cuando escuchó una voz lastimera que le decía: “Nicolás, Nicolás, mírame si todavía me reconoces. Yo soy tu hermano y compañero Fray Peregrino. Hace largo tiempo que sufro grandes penas en el purgatorio. Por eso, te pido que ofrezcas mañana por mí la santa misa para yerme por fin libre y volar a los cielos… Ven conmigo y mira”. El santo lo siguió y vio una llanura inmensa cubierta de innumerables almas, entre los torbellinos de purificadoras llamas, que le tendían sus manos, llamándolo por su nombre y le pedían ayuda.

Conmocionado por esta visión, Nicolás la refirió al Superior que le dio permiso para aplicar la misa durante varios días por las almas del purgatorio. A los siete días, se le apareció de nuevo Fray Peregrino, ahora resplandeciente y glorioso, con otras almas para agradecerle y demostrarle la eficacia de sus súplicas. De aquí tiene su origen la devoción del septenario de San Nicolás en favor de las almas del purgatorio, es decir, mandar celebrar siete días seguidos la misa por las almas del purgatorio.

SAN GREGORIO MAGNO

Algo parecido podemos decir de las 30 misas gregorianas. Cuenta el gran Papa y Doctor de la Iglesia San Gregorio Magno (+604) que, siendo todavía abad de un monasterio, antes de ser Papa, había un monje llamado Justo, que ejercía con su permiso la medicina. Una vez, había aceptado sin su permiso una moneda de tres escudos de oro, faltando gravemente así al voto de pobreza. Después se arrepintió y tanto le dolió este pecado que se enfermó y murió al poco tiempo, pero eh paz con Dios. Sin embargo, San Gregorio, para inculcar en sus religiosos un gran horror a este pecado, lo hizo sepultar fuera de las tapias del cementerio, en un basural, donde también echó la moneda de oro, haciendo repetir a los religiosos las palabras de San Pedro a Simón mago: “Que tu dinero perezca contigo “. A los pocos días, pensó que quizás había sido demasiado fuerte en su castigo y encargó al ecónomo mandar celebrar treinta misas seguidas, sin dejar ningún día, por el alma del difunto.

El ecónomo obedeció y el mismo día que terminaron de celebrar las treinta misas, se apareció Justo a otro monje, Copioso, diciéndole que subía al cielo, libre de las penas del purgatorio, por las treinta misas celebradas por él. Estas misas, se llaman ahora, en honor de San Gregorio Magno, misas gregorianas. Estas treinta misas seguidas, celebradas por los difuntos, todavía se acostumbra celebrarlas y, según revelaciones privadas, son muy agradables a Dios.

SAN ESTANISLAO

El año 1070 sucedió un suceso extraordinario en la vida de San Estanislao, obispo de Cracovia, en Polonia. Un cierto Pedro Miles le había regalado antes de morir algunas tierras de su propiedad para la Iglesia. Sus herederos, conscientes del apoyo del rey a su favor, sobornaron a algunos testigos y consiguieron que el santo fuese condenado a devolver esos terrenos.

Entonces, San Estanislao les dijo que acudiría al difunto, muerto tres años antes, para que diera testimonio de la autenticidad de su donación. Después de tres días de ayuno y oración, se dirigió con el clero y gran cantidad de fieles hacia la tumba de Pedro Miles y ordenó que fuera abierta. Sólo encontraron los huesos y poco más.

Entonces, el santo le pidió al difunto en nombre de Dios que diera testimonio y éste, por milagro de Dios, se levantó de la tumba y dio testimonio ante el príncipe Boleslao, que estaba presente, de la veracidad de su donación. Solamente el difunto le pidió al santo obispo y a todos los presentes que hicieran muchas oraciones por él para estar libre de los sufrimientos que padecía en el purgatorio. Este hecho, absolutamente histórico, fue atestiguado por muchas personas que lo vieron.

SAN PEDRO DAMIANO

(1007-1072), cardenal y doctor de la Iglesia, cuenta que, en su tiempo, era costumbre que los habitantes de Roma visitaran las iglesias con velas encendidas la noche de la Vigilia de la Asunción. Un año sucedió que una noble señora estaba rezando en la basílica “María in Aracoeli”, cuando vio delante de sí a una dama que ella conocía bien y que se había muerto hacía un año, se llamaba Marozia y era su madrina de bautismo. Ella le dijo que estaba todavía sumergida en el purgatorio por los pecados de vanidad de su juventud y que, al día siguiente, iba a ser liberada con muchos miles de almas en la fiesta de la Asunción. Dijo: “Cada año la Virgen María renueva este milagro de misericordia y libera a un número tan grande como la población de Roma (en aquel tiempo de 200.000 habitantes). Nosotras, las almas purgantes, nos acercamos en esta noche a estos santuarios consagrados a Ella. Si pudieras vei verías a una gran multitud que están conmigo. En prueba de la verdad de cuanto te digo, te anuncio que tú morirás de aquí a un año en esta fiesta”. San Pedro Damiano refiere que, ciertamente, esta piadosa mujer murió al año siguiente y que se había preparado bien para ir al cielo el día de la fiesta de María.

Entre los santos que han tenido mucha devoción a las almas benditas está la Beata Sor Ana de los Ángeles y Monteagudo, religiosa dominica peruana del siglo XVI. Cuenta Sor Juana de Santo Domingo que un día tenía hambre y no había nada que comer en el convento. La santa le dijo que le trajera el breviario para rezar juntas a las almas del purgatorio para que les enviaran alimentos. Pues bien, antes de terminar de rezar el Oficio de difuntos, mandaron llamar a la portería a Sor Ana y ésta le dijo a Sor Juana: “No te he dicho que las almas mandarían de comer? Vete tú misma a la portería y recibe lo que traen “. Allí se presentó un joven de buen aspecto que les traía panes, quesos, harina y mantequilla.

SANTA TERESA DE JESÚS

(1515-1582), hablando de la fundación del convento de Valladolid dice así: “Tratando conmigo un caballero principal, me dijo que si quería hacer un monasterio en Valladolid, que él daría una casa que tenía con una huerta muy buena. A los dos meses, poco más o menos, le dio un mal tan acelerado que le quitó el habla y no se pudo bien confesar aunque tuvo muchas señales de pedir perdón al Señor Muy en breve murió y díjome el Señor que había estado su salvación en harta aventura y que había tenido misericordia de él por aquel servicio que había hecho a su Madre en aquella casa que había dado para hacer un monasterio de su Orden y que no saldría del purgatorio hasta la primera misa que allí se dijese, que entonces saldría… Estando un día en oración (en Medina del Campo), me dijo el Señor que me diese prisa, que padecía mucho aquella alma… No se pudo hacer tan presto, pero nos dieron la licencia para decir la misa, adonde teníamos para Iglesia y así nos la dijeron… Viniendo el sacerdote adonde habíamos de comulgar, llegando a recibirle, junto al sacerdote se me presentó el caballero que he dicho, con el rostro resplandeciente y alegre. Me agradeció lo que había hecho por él para que saliese del purgatorio y fuese su alma al cielo… Gran cosa es lo que agrada a nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre y grande es su misericordia” (Fundaciones 10).

Veamos otras de sus experiencias: “Había muerto un provincial… Estando pidiendo por él al Señor lo mejor que podía, me pareció salía del profundo de la tierra a mi lado derecho y vile subir al cielo con grandísima alegría. Él era ya bien viejo, mas vile de edad de treinta años y aún menos me pareció, y con resplandor en el rostro” (Vida 38,26). Otra vez “habíase muerto una monja en casa, hacía poco más de día y medio. Estando diciendo una lección de difuntos, la vi que se iba al cielo. Otra monja también se murió en mi misma casa. Ella, de hasta dieciocho o veinte años siempre había sido enferma y muy sierva de Dios. Estando en las Horas, antes que la enterrasen, harían cuatro horas que era muerta, entendí salir del mismo lugar e irse al cielo” (Vida 38,29). En otra ocasión, “habíase muerto un hermano de la Compañía de Jesús y estando encomendándole a Dios y oyendo misa de otro Padre de la Compañía por él, dióme un gran recogimiento y vile subir al cielo con mucha gloria y al Señor con él” (Vida 38,30).

“Un fraile de nuestra Orden (Fray Diego Matías), harto buen fraile, estaba muy mal y estando yo en misa me dio un recogimiento y vi cómo era muerto y subir al cielo sin entrar en el purgatorio. Yo me espanté de que no había entrado en el purgatorio… De todos los que he visto, ninguno ha dejado de entrar en el purgatorio, si no es este Padre, el santo Fray Pedro de Alcántara y otro Padre dominico que queda dicho. De algunos ha sido el Señor servido que vea los grados que tienen de gloria. Es grande la diferencia que hay de unos a otros” (Vida 38,3 1-32).

SANTA CATALINA DE RICCI

(1522-1590) se dice que el 19 de octubre de 1587, murió Francisco, gran duque de Toscana y gran bienhechor de la santa y de su monasterio. Ella le pidió a Dios tomar sobre sí todas las penas que él debería sufrir en el purgatorio. Durante cuarenta días ocurrió un fenómeno inexplicable para los médicos. Su cuerpo parecía como de fuego, no podían tocarla sin quemarse, hasta el punto que su celda parecía que estuviera en llamas. Era un sufrimiento verla sufrir sin poderla ayudar. Cuando pasaron los cuarenta días y todas las penas le fueron descontadas al duque, Catalina volvió a ser la persona normal de siempre. Y el duque se le apareció, glorioso y resplandeciente, porque ya iba al cielo. Este caso, al igual que el de otros santos, es un caso extraordinario de expiación vicaria a favor de las almas del purgatorio.

P. DOMINGO DE JESÚS Y MARÍA

En los documentos del proceso de beatificación del P. Domingo de Jesús y María, carmelita, muerto en 1630, se cuenta que, cuando lo mandaron sus superiores a Roma, en la habitación del convento encontró una calavera, que según la costumbre de entonces le ayudaría a pensar en la muerte. Una noche oyó una voz que salía de la calavera: “Nadie se acuerda de mí”. Se puso a orar, echó agua bendita y escuchó: “Agua, agua, misericordia, misericordia”.

Y de nuevo la voz del difunto le dijo que era un alemán, que había muerto al llegar a Roma a visitar los santos lugares, que estaba enterrado en el cementerio, pero estaba en el purgatorio y nadie se acordaba de él. El P. Domingo rezó mucho por él y a los pocos días se le apareció lleno de belleza esplendorosa para agradecerle por su liberación.

VBLE. MARÍA DE JESÚS AGREDA

(1602-1665) fue varias veces al purgatorio a visitar a las almas. En una ocasión oyó que le decían: “María de Jesús, acuérdate de mí” y conoció a una mujer de la villa de Agreda, que se llamaba María Lapiedra y que había muerto en Murcia.

Cuando murió la reina Isabel de Borbón, el 6 de octubre de 1644, se le apareció varias veces para pedirle oraciones. Dice en sus escritos: “El día de las ánimas, dos de noviembre de este año de mil seiscientos y cuarenta y cinco, estando en los maitines y oficio que hace la iglesia por los difuntos, se me manifestó el purgatorio con grande multitud de almas, que estaban padeciendo y me pedían las socorriese. Conocí muchas, incluida la de la reina y otra de una persona que yo había tratado y conocido antes. Yo me admiré de que el alma de la reina, después de tantos sufragios y misas como se habían ofrecido por ella, estaba todavía en el purgatorio, aunque sólo había pasado un año y veintiséis días de su muerte… Llegada la noche vi algunos ángeles en la celda con grande hermosura y me dijeron que iban al purgatorio a sacar el alma de la reina por quien yo había pedido… Y los ángeles la llevaron al eterno descanso, que gozará mientras Dios fuere Dios”.

También se le apareció el príncipe heredero Don Baltasar Carlos, que murió el nueve de octubre de 1646. Dice ella: “Para consolarme, el Altísimo me manifestó que el príncipe se había salvado, aunque era menester ayudarle mucho, porque tenía grandes penas en el purgatorio. A los siete u ocho días después de su muerte, estando en el coro, se me apareció su alma y me dijo: Sor María, el ángel santo de mi guarda, que es el que me ha consolado desde que se apartó mi alma del cuerpo, me ha declarado cómo ayudaste a mi madre la reina en el purgatorio y me ha encaminado por voluntad divina y traído a tu presencia para que te pida oraciones… Estos aparecimientos del alma de su Alteza se me fueron continuando otras veces… El alma del príncipe estuvo en el purgatorio ochenta y tres días, que hay desde el nueve de octubre de 1646 hasta el primero de enero de 1647, pero he conocido que, por particulares socorros y por la especialísima misericordia del todopoderoso, se le aliviaron mucho las penas “.

Del proceso apostólico sobre su beatificación tomamos el siguiente suceso extraordinario, de un muerto que resucita para confesarse Veamos lo que dice al respecto el testigo Padre Arriola en su declaración jurada: “Llevaron al convento de la sierva de Dios un arca grande sin noticia del convento ni de la Madre ni de ninguna otra religiosa. Pidieron al sacristán menor que les abriese la puerta de la iglesia para poner en custodia aquella arca… que era de mercadería… Estando en oración, la sierva oyó unos gemidos tristes y profundos lamentos. Atenta hacia el lugar de donde salían, le pareció que los despedía la boca de algún sepulcro… Y le fue revelado que aquellos lamentables suspiros eran de un alma que acabó impenitente la mortal vida y que su cuerpo estaba en un arca que habían puesto en la iglesia… Y le dijo el mismo Dios a su sierva que, con toda prudencia y brevedad, dispusiese llamar a un confesor para que oyese en confesión al miserable infeliz en quien resplandeció la mayor misericordia… Mandó llamar al Padre Francisco Coronel… En llegando él, le dijo todo el suceso referido. Y éste se llegó adonde estaba el arca, de la cual se levantó el difunto. Y después de haber hecho humildísima post ración y adoración al Santísimo sacramento del altar y haber estado un breve rato en cruz, vino a los pies del confesor e hizo una confesión dolorosa y verdadera. Dióle la absolución y muy inmediatamente el difunto volvió al arca con imponderables demostraciones de rendimiento y agradecimiento… Y los mismos que habían llevado el cadáver se lo llevaron”.

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

Otro caso parecido lo cuenta San Alfonso María de Ligorio en su obra “Las glorias de María”. Había una joven, llamada Alejandra, que era pretendida por dos jóvenes. Ambos vinieron un día a las manos y quedaron muertos los dos en medio de la calle. Por haber sido ella la causa de la muerte de los dos jóvenes, sus parientes la degollaron y echaron su cabeza en un pozo. A los pocos días, pasó por allí Santo Domingo de Guzmán e, inspirado por Dios, miró hacia el pozo y dijo: “Alejandra, sal fuera”. Y Alejandra apareció viva, pidiendo confesión. El santo la confesó y le dio la comunión en presencia de mucha gente que pudo atestiguar el hecho. Dice San Alfonso María de Ligorio: “La joven dijo que, cuando le cortaron la cabeza, estaba en pecado mortal, pero la Virgen le había dado esta oportunidad de confesarse, porque había rezado el rosario todos los días. Después de esto, fue su alma al purgatorio. Al cabo de otros quince días, se apareció al mismo Santo Domingo más hermosa y resplandeciente que el mismo sol y le declaró que uno de los sufragios más eficaces, que tienen las benditas almas del purgatorio, es el santo rosario. Dicho esto, vio el glorioso Santo Domingo entrar su alma llena de alegría en la mansión de la bienaventuranza eterna“

SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

(1647-1690), en su Autobiografía, dice que “encontrándome delante del Santísimo Sacramento el día de la fiesta del Corpus Christi se me apareció de repente una persona envuelta en fuego. Su estado lamentable me hizo entender que estaba en el purgatorio. Me dijo que era el alma de un benedictino que, una vez, me había confesado y dado la comunión. Por esto, el Señor le había concedido el favor de poder dirigirse a mí para conseguir una reducción de sus penas. Me pidió de ofrecer por él por tres meses, todos mis sufrimientos y todas mis acciones. Al fin de los tres meses, lo vi lleno de alegría y de esplendor, cómo iba a gozar de la felicidad eterna y me agradeció diciéndome que velaría sobre mí junto a Dios”.
“Nuestra madre me permitió en favor de las almas del purgatorio pasar la noche del jueves santo (15 abril 1683) delante del Santísimo Sacramento y allí estuve una parte del tiempo toda como rodeada de estas pobres almas con las que he contraído una estrecha amistad. Me dijo el Señor que Él me ponía a disposición de ellas durante este año para que les hiciere todo el bien que pudiese. Están frecuentemente conmigo y las llamo mis amigas pacientes” (carta 22 a la Madre Saumaise).

“Esta mañana, domingo del Buen pastor (2 de mayo 1683), dos de mis buenas amigas pacientes han venido a decirme adiós en el momento de despertarme y que éste era el día en el que el soberano pastor las recibía en su redil eterno, con más de un millón de otras almas, en cuya compañía marchaban con cánticos de alegría inexplicable. Una es la buena madre Monthoux y la otra mi hermana Juana Catalina Gascon, que me repetía sin cesar estas palabras: El amor triunfa, el amor goza. El amor en Dios se regocija. La otra decía: Qué bienaventurados son los muertos que mueren en el Señor y las religiosas que viven y mueren en la exacta observancia de su Regla… Como yo les rogara que se acordasen de nosotras, me han dicho, al despedirse, que la ingratitud jamás ha entrado en el cielo” (carta XXIII a Madre Saumaise del 2 de mayo de 1683).

“La primera vez que vi a la hermana J.F. después de su muerte me pidió misas y varias otras cosas. Le ofrecí seis meses cuanto hiciera y padeciera y no me han faltado sufrimientos. Me dijo: Hay tres cosas que me hacen sufrir más que todo lo demás. La primera es el voto de obediencia que he observado tan mal, pues no obedecía más que en aquello que me agradaba. La segunda, el voto de pobreza, pues no quería que nada me faltase, proporcionando varios alivios a mi cuerpo… Ah, qué odiosas son a los ojos de Dios las religiosas que quieren tener más de lo que es verdaderamente necesario y que no son completamente pobres. La tercera es la falta de caridad y haber sido causa de desunión y haberla tenido con las otras” (carta 31 a Madre Saumaise del 20-4-1685).

SUSANA MARÍA DE RIANTS

(1639-1724), religiosa visitandina del convento de L’Antiquaille de Lyon (Francia), tenía el carisma de ser visitada, frecuentemente, por las almas del purgatorio. Ella escribe: “Un día, al comenzar la oración de la tarde, Jesús me presentó un alma que había muerto hacía dieciocho años. Era madre de varias religiosas. Ese mismo día yo había tenido el fuerte deseo de orar por ella. Se me presentó y me habló de la bondad de Dios y cómo era muy importante cumplir en todo la voluntad de Dios. El Señor la liberó en ese mismo momento y fue resplandeciente y gloriosa con Él al cielo“.

“El 16 de marzo de 1686, en la oración de la tarde, vi interiormente a Jesucristo que, muy contento, me presentaba el alma de una de mis parientes muerta hacía nueve o diez años. Ella había vivido viuda durante treinta años y me dijo que la mayor pena que tenían las almas del purgatorio era haber perdido muchas ocasiones de sufrir por Dios… Si un alma pudiera venir de nuevo a la tierra, aceptaría con amor todos los sufrimientos que el Señor quisiera enviarle. Me dijo: No pierdas ninguna ocasión de sufrir por Dios… Y se fue al cielo resplandeciente de gloria “.

“Un día, durante la misa, tuve la fuerte inspiración de pedir por el alma de uno de mis amigos y bienhechores del monasterio, que había muerto hacía diez años y algunos meses. Cuando el sacerdote elevaba la hostia, vi a Jesús que oraba por él al Padre. El difunto estaba presente en la misa y estaba prosternado con profundo agradecimiento ante el Salvador Por la tarde, a las cuatro o cinco, vino a decirme que iba a la gloria del cielo y me daba las gracias por mis oraciones “.

SANTA CRESCENCIA DE HOSS

(1682-1794) se cuenta que, cuando murió su director espiritual el P. Ignacio Vagener, jesuita, el 19 de octubre de 1716, ella lo vio en el coro junto a ella como un fantasma blanco. Ella rezó por él, sin saber quién era, aunque sí que era un alma purgante. El día 21 se le apareció de nuevo y lo reconoció. Ella rezó mucho por él y el día 23 se le apareció otra vez lleno de esplendor para agradecerle sus oraciones.

SANTA VERÓNICA GIULIANI

(1660-1727) escribe en su Diario: “Mi ángel me obtuvo que una de estas almas del purgatorio me hablase y me dijo: Tened compasión de mí. No hay criatura viva que pueda entenderlo atroces que son estas penas. Tened compasión de mí. La encomendé a la Virgen y me pareció ver la dicha de esa alma que me dijo: Ahora he sabido que pronto saldré de aquí por vuestra caridad. GRACIAS. Al poco tiempo, la vi libre de las penas, toda bella y gloriosa con un grandísimo resplandor Parecía un nuevo sol y puesta junto al sol natural, ella habría sido más luminosa, y el sol mismo, junto a ella, parecía tinieblas “.

VBLE. ANA CATALINA EMMERICK

(1774-1824) dice que, siendo niña, fue conducida por su ángel al purgatorio. “ vi allí muchas almas que sufrían vivos dolores y que me suplicaban orara por ellas. Parecía un profundo abismo… Allí vi hombres silenciosos y tristes en cuyo rostro se conocía, sin embargo, que en su corazón se alegraban como si pensaran en la misericordia de Dios. Conocí que aquellas pobres almas padecían interiormente grandes penas. Cuando oraba con fervor por las benditas ánimas oía muchas veces al oído voces que me decían: Gracias, gracias… Siendo mayor iba a misa a Koesfeld. Para orar mejor por las ánimas benditas tomaba un camino solitario. Si todavía no había amanecido, las veía de dos en dos oscilar delante de mí como brillantes perlas. El camino se me hacía claro y yo me alegraba de que las ánimas estuvieran en torno mío, porque las conocía y las amaba mucho, pues también por la noche venían a mí y me pedían auxilio… Dios me ha dado la gracia, muchas veces, de ver subir al cielo con infinita alegría a muchas almas del purgatorio.

¡Cuántas gracias he recibido de las benditas almas! ¡Cuánto se las olvida, mientras que ellas suspiran ardientemente por ayuda!

Todo lo que hacemos por ellas les causa una inmensa alegría… Allí en el purgatorio he visto a protestantes que han vivido piadosamente en su ignorancia. Están abandonados, porque carecen de oraciones… También me he dado cuenta de que el poder aparecerse para pedir auxilio y sufragios es una gracia señalada que Dios da a algunas almas… Triste cosa es que las almas benditas sean ahora tan pocas veces socorridas. Es tan grande su desdicha que no pueden hacer nada por sí mismas. Pero, cuando uno ruega por ellas o sufre por ellas o da una limosna por ellas, en ese mismo momento se ponen tan contentas como aquel a quien dan de beber agua fresca, cuando está a punto de desfallecer de sed… Los santos del cielo no pueden hacer nada por ellas. Todo lo tienen que esperar de nosotros… El sacerdote que rece devotamente las horas, con intención de satisfacer portas negligencias de estas almas, puede procurarles un indecible consuelo. Además, la bendición sacerdotal penetra hasta el purgatorio y consuela como rocío del cielo a las almas a quienes con fe firme bendice el sacerdote “.

“He visto a un sacerdote muy piadoso y caritativo que murió anoche a las nueve. Ha pasado tres horas en el purgatorio por haber perdido el tiempo en hacer bromas. Este sacerdote tenía que haber permanecido varios años en el purgatorio, pero ha sido socorrido con muchas misas y oraciones. A este sacerdote lo he conocido mucho” (3 1-12-1820).

“Hoy he visto un jabalí muy grande y espantoso que salía asomando de un lugar profundo y maloliente. Yo temblaba y me estremecía. Era el alma de una dama de París. Me dijo que yo no podía rogar por ella, puesto que no había posibilidad de ayudarla, ya que debía permanecer en el purgatorio hasta el fin del mundo, pero que debía rogar por su hija para que se convirtiese y no cometiera pecados como ella” (13-7-1821).

“No puedo explicar la compasión que me causa ver a las almas del purgatorio. Pero nada hay más consolador que contemplar su paciencia y ver cómo se alegran las unas de la salvación de las otras. He visto niños también en ese lugar” (2-11-1822).

BEATA ISABEL CANOURA

(1774-1825) escribe en su Diario: “El 17 de junio de 1814 se me presentó el Papa Pío VI (muerto en 1799) y me pidió que rogara por él, porque todavía estaba en el purgatorio… Me dijo: Vete a tu padre espiritual y él te manifestará lo que debes hacer para obtenerme esta gracia. Te prometo no abandonarte nunca y ser tu protector desde el cielo… Mi padre espiritual me pidió ir cinco veces a la iglesia de Santa María la Mayor a visitar el altar de San Pío V y rezarle por la libe ración de su sucesor… Al día siguiente, a la hora de vísperas, me fue asegurado que entraba en el paraíso… El 19 de junio, en la comunión, vi a este santo pontífice delante del trono de Dios “.

“El 8 de noviembre de 1819, después de la comunión, se me apareció el alma del cardenal Scotti y me dijo: La divina justicia me había condenado al purgatorio por espacio de 30 años y el Señor me ¡ibera ahora… Tus penitencias, ayunos y oraciones, han dado compensación a la justicia divina, por los méritos infinitos del divino Redentor, a cuyos méritos uniste tu penitencia, ayunos y oraciones a favor mío. Ahora me voy al cielo a gozar del inmenso bien por toda una interminable eternidad”.

“El 2 de noviembre de 1822 recordé que comenzaba el octavario por los fieles difuntos y oré al Señor con fervor por ellos. Le dije: Dame la llave de esta horrible cárcel, como otras veces te has dignado darme, porque siento un gran deseo de sacar del purgatorio a aquellas almas santas. Os suplico esta gracia por los méritos infinitos de vuestra pasión y muerte.., el Señor me dijo: Preséntate a aquella cárcel y dales la consoladora noticia de que pronto estarán conmigo en el paraíso. En aquel momento, aparecieron tres ángeles, que me acompañaron a la cárcel del purgatorio… No me es posible decir la alegría y consolación de aquellas almas y cuánto fue su agradecimiento y alabanza a la infinita misericordia de Dios. Al día siguiente, fu a la iglesia y estuve más de tres horas orando por las almas del purgatorio y el Señor se dignó mostrarme el triunfo de su misericordia y vi a aquellas almas que en filas, acompañadas de sus ángeles custodios, entraban gloriosas y triunfantes en el cielo. Todos los días del octavario ocurrió lo mismo y así por nueve días… Se puede decir que en nueve enormes hileras (una cada día) se despobló el purgatorio. No puede haber vista más bella que ésta y que demuestra la infinita misericordia de Dios y el gran triunfo de los infinitos méritos de la preciosísima sangre de Jesucristo “.

BEATA ANA MARÍA TAIGI

(1769-1837) asistió al funeral del cardenal Doria y el Señor le hizo entender que los cientos de misas que el purpurado había dejado encargadas no le servirían a él sino a los pobres, porque durante su vida no había rezado por las almas del purgatorio.

Esto también nos podría suceder a nosotros, si en vida, no nos preocupamos de ellas. Al fin de cuentas, Dios es el que distribuye los sufragios ofrecidos por nosotros y no basta con dejar dinero para misas. Más vale “oír” una misa en vida que cien después muertos.

SAN LUIS ORIONE

Escribió una carta a Don De Filippi el 25 de setiembre de 1897 en la que escribió: “No hace ni 10 minutos que ha estado, en esta habitación en que te escribo, tu sobrino De Filippi Felice. He estado conversando con él durante media hora, para mi alegría y consolación. Sabía que estaba hablando con un muerto y me he quedado con mucha paz. Él rezará por nosotros, pero nosotros debemos rezar por él. Oh, estoy muy contento de haberlo visto. Tenía los ojos bellos como los ojos de uno que es inocente. Recemos por él“.

SANTA GEMA GALGANI

(1878-1903) tenía hecho el voto de ánimas a favor de las almas del purgatorio y todos los días pedía especialmente por ellas. Cuando murió la religiosa pasionista Madre María Teresa, el 16 de julio de 1900, ella rezó mucho por su alma. Dice en su Diario: “Hoy el ángel de la guarda me ha dicho que Jesús quería que sufriera esta noche unas dos horas… por un alma del purgatorio. Sufrí, de hecho, dos horas como quería Jesús por la Madre María Teresa” (9-8-1900). “El día de la Asunción de María me pareció que me tocaban en la espalda. Me di media vuelta y vi a mi lado una persona vestida de blanco. Esta persona me preguntó: ¿Me conoces? Yo soy la Madre María Teresa. He venido para darte gracias por lo que me has ayudado. Prosigue aún. Unos días más y estaré eternamente feliz… Finalmente, ayer por la mañana, después de la santa comunión, Jesús me dijo que hoy, después de medianoche volaría al cielo… 1’ efectivamente, así fue… Vi llegar a la Virgen acompañada de su ángel de la guarda. Me dijo que su purgatorio había terminado y que se iba al cielo… Estaba muy contenta ¡Si la hubiera visto! Vinieron a buscarla Jesús y su ángel de la guarda. Y Jesús al recibirla le dijo: Ven, oh alma, que me has sido tan querida. Y se la llevó” (Cartas a Mons. Volpi, 10-8-1900).

Gema rezaba cada día cien “réquiem” por las almas del purgatorio. Su ángel la estimulaba en este deseo de liberar a estas almas. Un día le dijo: “Cuánto tiempo hace que no has rogado por las almas del purgatorio? Desde la mañana no había rogado por ellas. Me dijo que le gustaría que, cualquier cosa que sufriera, la ofreciera por las almas del purgatorio. Todo pequeño sufrimiento las alivia, sí, hija, todo sacrificio por pequeño que sea, las alivia” (Diario, 6-8-1900).

Sor Lucía, en la primera aparición de Fátima del 13-5- 1917, dice en sus “Memorias” que le preguntó a la Virgen:
– ¿Está María Nieves en el cielo?
– Sí, está. (Me parece que debía tener unos dieciséis años).
– Y ¿Amelia?
– Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo (Me parece que debía tener de dieciocho a veinte años).
¿Qué pecado podría haber cometido para estar en el purgatorio hasta el fin del mundo? ¿El aborto?

SANTA FAUSTINA KOWALSKA

(1905-1938), dice en sus escritos autobiográficos: “Un día vi a mi ángel custodio que me ordenó seguirle. En un momento me encontré en un lugar nebuloso lleno de fuego y en él una multitud de almas sufrientes. Éstas rezan con fervor, pero sin eficacia para ellas mismas. Solamente nosotros podemos ayudarlas. Y les pregunté a aquellas almas cuál era su mayor sufrimiento. Me contestaron unánimemente que su mayor sufrimiento es la añoranza de Dios (el gran deseo de amarle). Oí una voz que me dijo: Mi misericordia no quiere esto, pero lo exige mi justicia” (1,7). “Una noche vino a visitarme una de nuestras hermanas difuntas, que ya había venido alguna vez anteriormente. Cuando la vi la primera vez, estaba en un estado de gran sufrimiento. Después, la he visto en condiciones cada vez de menos sufrimiento. Y en esta oportunidad, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que estaba ya en el paraíso” (Cuaderno II N°57). “Otra noche vino a yerme Sor Dominica y me hizo entender que estaba muerta. Recé mucho por ella. A la mañana siguiente el Señor me hizo entender que todavía sufría en el purgatorio. Recé dos días por ella. Al cuarto día vino a decirme que todavía le faltaban algunas oraciones. Y seguí orando hasta su completa liberación” (10-11-1937).

TERESA NEUMANN

(1898-1962), la estigmatizada alemana, se cuenta que, muchas veces, se le aparecían las almas del purgatorio para pedirle ayuda.

Un día se le apareció el párroco de su infancia, que la había bautizado y dado la primera comunión. El 23 de noviembre de 1928 ayudó a salir al último párroco católico de Arzberg antes de que se introdujera allí el protestantismo. La noche del Corpus Christi de 1931, se le apareció su madrina Forster, muerta recientemente, Teresa rezó por ella y la vio brillante subiendo al cielo.

SANTO P. PÍO

(1887-1968) un día de otoño de 1917, estando solo, rezando el rosario, se adormiló junto al fogón del convento y, al despertar, vio junto a sí a un anciano envuelto en un capote. Al preguntarle qué hacía allí y quién era, le respondió que había muerto quemado en ese convento y quería descontar allí su purgatorio. El P. Pío le prometió rezar por él. Un día le contó este suceso al P. Paolino y éste fue al municipio a ver los registros y encontró que, efectivamente, estaba registrado el nombre de un anciano, que había muerto quemado en aquel convento. El muerto era Mauro Pietro (1831-1908).

Otro suceso lo refiere el cronista provincial de los Padres capuchinos de la Provincia de Foggia con fecha 29 de febrero de 1937. Dice así: “El día 29 de diciembre de 1936, el P. Jacinto de 5. Elías se acercó a San Giovanni Rotondo para visitar al R Pío y le recomendó que rezara por el P. Giuseppantonio, porque estaba muy grave. El día 30 a las 2 p.m. el P Pío vio en su habitación al P. Giuseppantonio y le dice. ¿Me han dicho que estás gravemente enfermo y estás aquí? Entonces el P. Giuseppantonio, haciendo un gesto le dice: Eh, ahora ya se me han pasado todas mis enfermedades. Y desapareció “. Esto se lo contó el P. Pío al Padre provincial P. Bernardo, quien firma esta crónica junto con el cronista, P. Fernando de San Marcos in Lamis.

EDUVIGIS CARBONI

La estigmatizada de Cerdeña, muerta en Roma en 1952 con fama de santidad, cuenta en su Diario que un día, mientras rezaba delante de un crucifijo, se le presentó una persona rodeada de llamas de fuego y oyó una voz triste que le decía: “Soy N.N. El Señor me ha permitido venir a ti para que me ayudes y me consueles en las penas que debo padecer en el purgatorio. Ofrece por mí todas tus oraciones durante dos años para salir de aquí y entrar en la gloria “. Otro día, en octubre de 1943, se le presentó un hombre vestido de oficial. Le dijo: “He muerto en la guerra y quisiera que celebren por mí unas misas, y que tú y tu hermana ofrezcan por mí las comuniones”. Después de varios días, se presentó de nuevo resplandeciente, diciéndole: “Soy ruso y me llamo Pablo Vischin. Ahora voy al paraíso y rezaré por vosotras. Gracias “.

TERESA MUSCO

(1943-1976), la estigmatizada de Caserta (Italia), cuenta que el 2 de noviembre de 1962, no pudiendo ir al cementerio, como hubiera deseado por ser el día de los difuntos, oró desde su casa con todo fervor por las almas del purgatorio. En las primeras horas de la tarde, mientras seguía orando, vio en su habitación muchas personas. Les preguntó:
“¿Qué queréis?”. Ellas la saludaron con mucha alegría y le dijeron: “Nos has liberado del purgatorio con tus oraciones y venimos a darte las gracias “. Después, desaparecieron, resplandecientes de alegría y amor.
Muchos otros santos nos hablan del purgatorio, pero es suficiente con lo expuesto para creer en él.
“En el cielo no puede entrar nada manchado” (Ap. 21.27)

SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI

(1566-1607) Monja carmelita, gran mística que frecuentemente caía en éxtasis. Fue objeto de los más extraordinarios fenómenos místicos y dones recibidos de Nuestro Señor. Brilló en ella la práctica de las virtudes. Mortificaba su cuerpo con frecuentes sacrificios. Comulgaba diariamente sintiéndose muy unida a Jesucristo. Fue maestra de novicias. Murió llena de méritos en el año 1607 y al año de su muerte se abrió su sepulcro y su cuerpo se halló fresco, entero y flexible.

Durante un éxtasis previo a su muerte Santa Magdalena de Pazzi tuvo la gracia de ver y visitar el Purgatorio. Recorriendo las diversas estancias preparadas por la Misericordia y Justicia divinas, la santa de la pureza comprendió la Santidad de Dios, la maldad del pecado y del porque Dios le había revelado los sufrimientos del Purgatorio.

He aquí cómo nos describe este santo lugar.

Contaré un suceso que aconteció a Santa Magdalena de Pazzi tal como fue relatado por el Padre Cepari en la historia de la vida de la Santa.

“Un tiempo antes de su muerte, que tuvo lugar en 1607, la sierva de Dios, Magdalena de Pazzi, se encontraba una noche con varias religiosas en el jardín del convento, cuando entró en éxtasis y vio el Purgatorio abierto ente ella. Al mismo tiempo, como ella contó después, una voz la invitó a visitar todas las prisiones de la Justicia Divina, y a ver cuan merecedoras de compasión son esas almas allí detenidas.

En ese momento se la oyó decir: “Si, iré”. Consintió así a llevar a cabo el penoso viaje. De hecho a partir de entonces caminó durante dos horas alrededor del jardín, que era muy grande, parando de tiempo en tiempo. Cada vez que interrumpía su caminata, contemplaba atentamente los sufrimientos que le mostraban. Las religiosas vieron entonces que, compadecida, retorcía sus manos, su rostro se volvió pálido y su cuerpo se arqueó bajo el peso del sufrimiento, en presencia del terrible espectáculo al que se hallaba confrontada.

Entonces comenzó a lamentarse en voz alta, “¡Misericordia, Dios mío, misericordia! Desciende, oh Preciosa Sangre y libera a estas almas de su prisión. ¡Pobres almas! Sufren tan cruelmente, y aún así están contentas y alegres. Los calabozos de los mártires en comparación con esto eran jardines de delicias. Aunque hay otras en mayores profundidades. Cuan feliz debo estimarme al no estar obligada a bajar hasta allí.

Sin embargo descendió después, porque se vio forzada a continuar su camino. Cuando hubo dado algunos pasos, paró aterrorizada y, suspirando profundamente, exclamó” ¡Qué! ¡Religiosos también en esta horrenda morada! ¡Buen Dios! ¡Como son atormentados! ¡Oh, Señor!”. Ella no explicó la naturaleza de sus sufrimientos, pero el horror que manifestó en contemplarles le causaba suspiros a cada paso. Pasó de allí a lugares menos tristes. Eran calabozos de las almas simples y de los niños que habían caído en muchas faltas por ignorancia. Sus tormentos le parecieron a la santa mucho más soportables que los anteriores. Allí solo había hielo y fuego. Y notó que las almas tenían a sus Ángeles guardianes con ellas, pero vio también demonios de horribles formas que acrecentaban sus sufrimientos.

Avanzando unos pocos pasos, vio almas todavía más desafortunadas que las pasadas, y entonces se oyó su lamento, “¡Oh! ¡Cuán horrible es este lugar; está lleno de espantosos demonios y horribles tormentos! ¿Quiénes, oh Dios mío, son las victimas de estas torturas? Están siendo atravesadas por afiladas espadas, y son cortadas en pedazos”. A esto se le respondió que eran almas cuya conducta había estado manchada por la hipocresía.

Avanzando un poquito más, vio una gran multitud de almas que eran golpeadas y aplastadas bajo una gran presión, y entendió que eran aquellas almas que habían sido impacientes y desobedientes en sus vidas. Mientras las contemplaba, su mirada, sus suspiros, todo en su actitud estaba cargada de compasión y terror.

Un momento después de su agitación aumentó, y pronunció una dolorosa exclamación. Era el calabozo de las mentiras el que se abría ante ella. Después de haberlo considerado atentamente, dijo, “Los mentirosos están confinados a este lugar de vecindad del Infierno, y sus sufrimientos son excesivamente grandes. Plomo fundido es vertido en sus bocas, los veo quemarse, y al mismo tiempo, temblar de frío”.

Luego fue a la prisión de aquellas almas que habían pecado por debilidad, y se le oyó decir: “Había pensado encontrarlas entre aquellas que pecaron por ignorancia, pero estaba equivocada: ustedes se queman en un fuego más intenso”.

Mas adelante, ella percibió almas que habían estado demasiado apegadas a los bienes de este mundo, y habían pecado de avaricia.

“Que ceguera”, dijo,” ¡las de aquellos que buscan ansiosamente la fortuna perecedera! Aquellos cuyas antiguas riquezas no podían saciarlos suficientemente, están ahora atracados en los tormentos. Son derretidos como un metal en un horno”.

De allí pasó a un lugar donde las almas prisioneras eran las que se habían manchado de impureza. Ella las vio en tan sucio y pestilente calabozo, que la visión le produjo náuseas. Se volvió rápidamente para no ver tan horrible espectáculo.

Viendo a los ambiciosos y a los orgullosos, dijo “Contemplo a aquellos que deseaban brillar ante los hombres; ahora están condenados a vivir en esta espantosa oscuridad”.

Entonces le fueron mostradas las almas que tenían la culpa de ingratitud hacia Dios. Estas eran presas de innombrables tormentos y se encontraban ahogadas en un lago de plomo fundido, por haber secado con su ingratitud la fuente de la piedad.

Finalmente, en el último calabozo, ella vio aquellos que no se habían dado a un vicio en particular, sino que, por falta de vigilancia apropiada sobre si mismos, habían cometido faltas triviales. Allí observó que estas almas tenían que compartir el castigo de todos los vicios, en un grado moderado, porque esas faltas cometidas solo alguna vez las hacen menos culpables que aquellas que se cometen por hábito.

Después de esta última estación, la santa dejó el jardín, rogando a Dios nunca tener que volver a presenciar tan horrible espectáculo: ella sentía que no tendría fuerza para soportarlo. Su éxtasis continuó un poco mas y conversando con Jesús, se le oyó decir: “Dime, Señor, el porqué de tu designio de descubrirme esas terribles prisiones, de las cuales sabía tan poco y comprendía aun menos…” ¡Ah! ahora entiendo; deseaste darme el conocimiento de Tu infinita Santidad, para hacerme detestar mas y mas la menor mancha de pecado, que es tan abominable ante tus ojos”.

SAN PASCASIO

(x – 512) Pascasio, diácono de Roma, fue varón de mucha santidad, grande limosnero, favorecedor de pobres, humilde y muy penitente. Sucedió que, pretendiendo el Pontificado Simaco, y Pascasio favoreció más de lo justo las partes de Laurencio contra Simaco, sin que le bastase quedar Simaco con la dignidad en boz de los más electores, tuvo con él sus repuntas, hasta que murió el mismo Pascasio.

Llevaron a enterrar su cuerpo, y sobre las andas iva su dalmática y vestido de diácono, la cual tocando un endemoniado, quedó sano. Pasó mucho tiempo, y sucedió que Germano, obispo de Capua, por consejo de médicos, estando enfermo, fue a se lavar a unas termas o baños, en los cuales vido y conoció al Pascasio Diácono difunto, que servía allí a los que entravan a bañarse. Admiróse de verle, y preguntó la causa por que tan insigne varón estuviesse en semejante lugar, y respondió:

-No por otra causa estoy en este lugar penoso, sino porque seguí las partes de Laurencio, que pretendía ser Papa contra Simaco. Ruégote que ruegues a Dios por mí, y haziéndolo entenderás que te ha oído si, volviendo aquí, no me vieres.

El obispo Germano hizo lo que le fue pedido, y bolviendo desde algunos días, vido que no estava allí. Escrive este caso San Gregorio, en el libro cuarto de sus Diálogos, capítulo cuarenta, y dize que por no aver pecado Pascasio por malicia, sino por ignorancia, que le parecía que acertava, padeció solamente aquella pena. Y infiérese de lo dicho que aunque ay lugar proprio y diputado para Purgatorio de las almas, que es uno de cuatro senos del Infierno, porque uno, y el más profundo y mayor es el de los condenados, otro, donde están los niños que mueren sin Baptismo, donde no ay pena de sentido, sino privación de la vista buena de Dios, y el tercero, el Purgatorio de que hablamos, | donde se purgan las almas de los que murieron en gracia de Dios, mas llevaron culpas veniales o penas devidas por los mortales ya perdonados, y el cuarto, donde estuvieron las almas de los justos y amigos de Dios antes que su Magestad muriesse y las sacasse de allí, y resuscitando y subiendo a los Cielos las llevasse consigo; sin este Purgatorio, digo, que se infiere de lo que aquí dize San Gregorio que algunas almas le padecen y son purgadas en otros lugares particulares. Y el aver hecho Dios milagro por medio de la dalmática de Pascasio, dize el mismo San Gregorio que fue en aprobación y abono de las muchas limosnas que hizo en vida, y para corresponder con el crédito de santidad que dél tenían todos, aunque convino y fue necessario que primero que entrasse en el Cielo purgasse lo merecido por la culpa que por ignorancia avía dexado de llorar.

SAN ALBERTO MAGNO

(1200-1280) Diversas personas oyeron dezir, no una, sino muchas vezes, a Alberto Magno, Ministro General que fue de Predicadores, de cierto hombre cuya vida era de buen exemplo, y en los ojos de todos, buena y santa, que, estando enfermo, y de enfermedad muy penosa, que rogó a Dios con lágrimas que con la muerte pusiesse fin a tanto mal y tormento como padecía en aquella enfermedad.

Apareciósele un ángel, y díxole que Dios avía oído su oración, y que le dava a escoger, o que estuviesse tres días en Purgatorio, o un año la enfermedad que tenía, y que, cumplido, iría luego al Cielo. El enfermo, que sentía la pena presente y no tenía experiencia de la ausente, dixo:

-Yo quiero morir luego, y no sólo tres días, sino cuanto más fuere la voluntad de Dios ser atormentado en el Purgatorio.

-Sea como dizes -dixo el ángel.

Y en la misma hora murió, y su alma fue a Purgatorio. Passó un día, y visitóle el ángel en su tormento, diziéndole:

-¿Cómo te va, alma que escogiste tres días de Purgatorio por no padecer un año de enfermedad?

Respondióle la alma:

-¿Y vós sois ángel? No devéis serlo, que los ángeles no engañan. Dixístesme que estaría tres días en estas penas, y han passado muchos años y no me veo libre dellas.

El ángel le dixo:

-No los muchos años, sino la terribilidad del tormento te fuerça a dezir lo que dizes, porque de los tres días sólo uno has estado en Purgatorio. Mas si te agrada hazer nueva elección, tu cuerpo | no está aún sepultado, puedes bolver a él, y por un año padecer la enfermedad que tenías.

Respondió la alma:

-No sólo un año, sino hasta la fin del mundo quiero más padecer el tormento y pena de la enfermedad que los dos días que quedan de Purgatorio.

Fue buelta la alma al cuerpo, y no sólo padeció con paciencia la enfermedad, sino que refiriendo a muchos lo que le avía sucedido, los exortó a penitencia. Lo dicho es de Gulielmo, en el libro De Apibus.

SANTA VIVIANA PERPETUA

(300-360) Que de la Sinagoga el rito de rogar por los difuntos haya pasado a la Iglesia de Jesucristo dan fe, entre otras, las Actas de los Mártires, cuya autenticidad es indiscutible, y entre éstas las de Santa Viviana Perpetua, escritas en gran parte por la misma Santa durante su prisión: actas que se remontan al siglo III y en las cuales hallamos expresadas taxativamente la fe en el Purgatorio y la eficacia de las oraciones por los difuntos.

Acusada esta santa mujer como cristiana, fue condenada a muerte. Mientras se hallaba en la cárcel esperando el día de su combate final, le vino al pensamiento Dinócrato, un hermanito suyo, muerto mucho antes, a la edad de siete años, de un cáncer que había acabado con su vida. A este recuerdo púsose orar por el  alma del  difunto, y poco después,  por disposición divina, tuvo una celeste visión. Vio al niño Dinócrato que salía de un lugar tenebroso y lejano, en donde había sufriendo una gran multitud de almas. El niño tenía  el rostro melancólico y contrahecho,  y  sintiéndose  devorado por ardiente sed se acercó a un estanque buscando refrigerio; pero no pudo conseguirlo a causa de la mucha altura del parapeto que lo rodeaba. Viviana comprendió que su hermanito padecía y necesitaba ayuda, y púsose a orar por él con más fervor para que fuese libertado de sus padecimientos. Su oración fue escuchada. Poco después la Santa vio el mismo lugar de antes, pero no ya cubierto de tinieblas; sino resplandeciente de blanquísima luz y a su hermanito antes triste y apenado, lo vio lleno de gozo y cubierto con hermosísima vestidura, que alegremente bebía del estanque por de una concha que nunca se agotaba, y después de haberse saciado recreábase alegremente, como suelen hacerlo los niños de aquella edad. Por donde ella comprendió que su hermanito había sido librado de sus sufrimientos, y experimentó un gozo inexplicable. Tal fue la visión de Santa Viviana Perpetua. En la cual claramente se ve representado el Purgatorio por aquel lugar tenebroso, las penas que en él las almas padecen, y la eficacia de la oración para obtener la libertad de las mismas, en una palabra, toda la doctrina católica acerca del Purgatorio.

Pues si consideramos que esta visión no sólo no fue desechada por sus contemporáneos, sino que fue acogida con gran veneración y respeto, no sólo por los simples fieles, sino hasta por Tertuliano, San Cipriano, San Agustín y por muchos otros conspicuos personajes, conoceremos que ella constituye una buena prueba de la fe que aquellos antiquísimos cristianos tenían en el Purgatorio puesto que sin esta fe, o hubiesen rechazado esta visión, como una novedad peligrosa, de la cual debían guardarse, o a lo menos no la hubieran recibido sin alguna dificultad, tanto más cuanto que los cristianos de aquellos tiempos eran continuamente amonestados para que huyesen de todo aquello que oliese a innovación, a fin de que no corrieran el riesgo de caer en las nacientes herejías.

SAN JUAN MACIAS

(1585-1645) Abogado de las Animas del Purgatorio.  Nació Juan en Ribera del Fresno, provincia de Badajoz, en 1585. Sus padres, Pedro de Arcas e Inés Sánchez, modestos labradores, eran muy buenos cristianos, y dejaron en él una profunda huella cristiana. Contaba Juan poco más de cuatro años cuando la peste que asolaba Castilla segó la vida de sus padres, que eran unos modestos labradores. Unos tíos de los niños, Mateos Sánchez e Inés Salguero, tutelaron a estos dos niños huérfanos.

Todavía niño, su tío le encomienda a Juan un pequeño rebaño de ovejas. Un día en que apacentaba el rebaño vio un resplandor que se le acercaba. El mismo narra su encuentro con aquel personaje misterioso que le saludó diciendo: “Juan, estás de enhorabuena”. Yo le respondí del mismo modo y él: “Yo soy Juan Evangelista, que vengo del cielo y me envía Dios, para que te acompañe, porque miró tu humildad. No lo dudes”. Y yo le dije: “Pues, ¿quién es ese San Juan Evangelista?” Y él contestó: “El querido discípulo del Señor, uno de los doce apóstoles. Y vengo a acompañarte de buena gana porque te tiene escogido para Sí. Tengo que llevarte a unas tierras muy remotas y lejanas en donde habrás de levantar templos. Y te doy por señal de esto que tu madre, Inés Sánchez, cuando murió, de la cama subió al cielo y tu padre, Pedro Arcas, que murió primero que ella, estuvo algún tiempo en el purgatorio pero ya tiene el premio de sus trabajos en la gloria”. Cuando supe de mi amigo San Juan la buena noticia de mis padres y la buena dicha mía, le respondí lleno de gozo: “Hágase en mí la voluntad de Dios”.

En 1622, Juan Arcas Sánchez recibió el hábito en el convento dominico de la Magdalena, en Lima. Se convirtió así en fray Juan Macías, y toda su vida la pasó como portero del convento. Hombre de mucha oración, al estilo de San Martín, también él fue visto en varias ocasiones orando al Señor elevado sobre el suelo. Estando una noche en la iglesia oyó unas voces, procedentes del Purgatorio, que solicitaban que intercediera por ellas con oraciones y sacrificios. A esto se dedicó en adelante, toda su vida. Sus biógrafos acertadamente le han llamado «el ladrón del purgatorio».

Juan tenía la costumbre de rezar todas las noches, de rodillas, el Rosario completo. Una parte la ofrecía por las almas del Purgatorio, otra por los religiosos, y la tercera, por sus parientes, amigos y benefactores.

Oraba el Santo en la capilla de Nuestra Señora del Rosario, cuando de pronto una mano dio un golpe sobre el altar. Sobresaltado, vio a su lado una sombra rodeada de llamas que le dijo: “Soy Fray Juan Sayago, que acabo de morir y necesito muchísimo de tus oraciones y auxilios; para que, satisfaciendo con ellos a la divina justicia, salga de estas penas expiatorias”, con lo cual desapareció. Vivió este fraile en el Convento del Santísimo Rosario, contiguo a la Iglesia de Santo Domingo, habiendo expirado a la misma hora en que se le apareció a nuestro Santo. A la cuarta noche, hallándose Juan postrado en el mismo altar, se le volvió a aparecer el alma de aquel fraile, ahora luminosa, para decirle que gracias a sus oraciones y penitencias la Virgen lo había sacado del Purgatorio y llevado a gozar de la bienaventuranza eterna.

A la hora de su muerte le reveló al prior del convento: «Por la misericordia de Dios, con el rezo del santo Rosario, he sacado del purgatorio un millón cuatrocientas mil almas. Cuando oraba en el templo, con frecuencia oía el rumor suplicante de personas que le hablaban y no alcanzaba a ver pero percibía claramente sus voces. ¿Fray Juan hasta cuando estaremos privada de ver a Dios? Ayúdanos. ¿Quiénes son Uds.? Preguntaba Fray Juan, Somos las almas del purgatorio les respondían. Acuérdate de nosotras. Socórrenos con tus oraciones, para que salgamos de esta terrible soledad”.

En atención a estas frecuentes visitas y súplicas, fray Juan rezaba incansablemente el santo Rosario. Visitaba con frecuencia a Jesús Sacramentado; participaba en la santa misa y hacía muchas obras de caridad, con esta intención.»Orar por los muertos es cosa buena y santa». (2 Mc.12, 45) Porque, dice el Señor: «nada manchado entrará en el reino de los cielos». En la vida del hombre, hay muchas imperfecciones, negligencias e indiferencias que purificar.

Una noche estaba rezando en la iglesia, y oye voces misteriosas: -Somos almas del Purgatorio. ¡Socórrenos!… No necesitó más el Hermano. En adelante, rezar y sacrificarse por las almas benditas fue para Juan Macías una verdadera vocación. Y Dios le reveló las muchas y muchas almas que por su oración habían acelerado su purificación y salido del Purgatorio libres para el Cielo. Así, tan sencillamente, pero con enorme fama de santo en Lima, llegó Juan Macías a los sesenta años de vida. En el lecho de muerte, exclamó alborozado: “-¡Miren, miren quiénes están aquí! Nuestro Señor Jesucristo, su Madre la Virgen, el apóstol y evangelista San Juan, otros Santos y muchos ángeles. ¡Con ellos me voy al Cielo!…”

SOR MARÍA NATALIA MAGDOLNA

(1901-1992) Una noche Jesús me pidió que orara por las almas del purgatorio. Eran las cuatro y media y yo quería terminar de escribir mi diario, cuando Jesús me dijo:

–Hija mía, aunque respeto tu cansancio, quiero pedirte que no te vayas a dormir hasta que pongas por escrito el estado de sufrimiento de las almas del purgatorio. Yo quiero que mis hermanos sacerdotes se unan a la cruzada de oración en favor de las almas que sufren en el purgatorio. Ahora quiero aliviar a aquellas que durante su vida con frecuencia me pidieron a Mí y a mi Madre, en la oración, que tuviéramos piedad de ellas en el momento de su muerte y cuando estuvieran en el lugar del sufrimiento.

Jesús me llevó entonces a un lugar tan grande que yo no podía ver el final. Aunque el lugar estaba oscuro, las almas allí parecían estar calmadas. Había un sinnúmero de almas: llevaban ropa negra y estaban arrimadas unas a otras. Todas parecían inmóviles, sin palabras y muy tristes. Mi corazón casi se quebraba al verlas así. Supe que estas almas no recibían ayuda alguna de nadie en la tierra, ni oración, ni sacrificios. Sabían que la hora de su liberación no había llegado todavía pero confiaban en que no dilataría mucho.

Después de eso Jesús me llevó a otro lugar similar. Allí las almas tiritaban en sus túnicas negras. Pero cuando me vieron entrar con Jesús, todas empezaron a agitarse. Yo tenía mi rosario en la mano para rezar por ellas. Cuando vieron el rosario, todas empezaron a gritar: “¡Rece por mí, querida hermana, rece por mí!” y trataban de sobreponer su voz, gritando más fuerte, solicitando mis oraciones, como una nube de abejas. Aunque todas gritaban a un tiempo, yo podía distinguir la voz de cada una. Reconocí a muchas entre ellas, personas a las que conocí cuando estaban en la tierra. Vi a algunas religiosas de otras órdenes y también de la mía. Me espanté cuando una madre superiora se volteó hacia mí y me pidió humildemente que rezara por ella.

Después de esto, una religiosa, conocida mía, con sus manos juntas y tocando mi rosario, me suplicó: “¡Por mí, por mí!”, mientras un extraño sudor, no sé si en el alma o en el cuerpo, corría sobre ella.

Después Jesús me llevó a un tercer lugar donde había un sinnúmero de religiosas, paradas y sin movimiento, mientras un fuerte sudor corría sobre ellas. Se volvieron hacia mí y me suplicaron que rezara el rosario por ellas. En ese lugar había luz. Yo pensé: “¿Por qué será que ellas me piden el rosario?” Entonces Jesús me mostró un rosario, en el que en vez de las cuentas había flores y en cada flor vi brillar una gota de la Sangre de Jesús.

Cuando decimos el rosario, las gotas de la Sangre de Jesús caen sobre la persona por quien lo ofrecemos. Las almas del purgatorio están implorando continuamente la Sangre salvadora de Jesús.

ISABEL KINDELMANN

(1913-1985)  Por esto, la Llama de Amor debe estar encendida para salvar a todos los cristianos; para salvar las familias, salvando a los padres y madres de cada familia cristiana; para ayudar a la santificación de los sacerdotes, que mientras más se asemejen a Cristo más eficaz ministerio ejercitarán con todos sus hermanos; ésta Llama de Amor debe iluminar todos los momentos de la vida del cristiano, todos los momentos de enfermedad, de agonía, de muerte. Aún después de la muerte ésta Llama de Amor debe seguir iluminando la esperanza de quienes se encuentran en el purgatorio.

Mons. Bernardino Echeverría Ruiz,Arzobispado de Guayaquil.

3 de agosto de 1962

La primera hora de oración la pasé tratando de ordenar mis pensamientos; apenas lograba tranquilizarme. Mi disipación me desanimó tanto que estaba incapaz de hacer aun oración vocal. He pensado en las almas sacerdotales muy olvidadas en el purgatorio y por ello quería ofrecer el vía crucis también. Pero el Redentor tristemente me habló así:
J.C.-«Yo tampoco abandoné ni interrumpí el camino de los dolores.

28 de septiembre de 1962 Ayunos por las almas sacerdotales del Purgatorio

Hoy, día de ayuno, lo ofrezco por las almas del purgatorio, especialmente por las almas sacerdotales. El Señor Jesús, se refería a que no puede resistir a  ruego de la Santísima Virgen. Me dijo, infundiéndolo en la conciencia de mi mente:
J.C.-«Ya que estás mitigando, hijita mía, este anhelo tan grande que tengo por las almas, sabes, ¿con qué te voy a premiar? El alma del sacerdote fallecido, gracias a que han guardado el ayuno pedido por Mí, de hoy en adelante, a los ocho días de haber muerto, se librará del fuego del purgatorio. Y cualquiera que guarde este ayuno, alcanzará esta gracia a favor de un alma que esté penando. (Observación: si ésta había fallecido en estado de gracia).

Con lágrimas escuchaba sus palabras llenas de majestad y misericordia, que podemos ayudar tan eficazmente a las almas que sufren en el purgatorio. Mi alma se estremeció cuando me comunicó esta nueva y grande gracia y, al salir de la santa misa para ir a casa, dijo en voz baja en mi alma :

J.C.-«Yo también me voy contigo y permaneceré contigo todo el día : que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia. »

Con profunda adoración le dije: Mi adorado Jesús, ¡vivir en el alma esta gracia Contigo y con tus labios suplicar juntos al Eterno Padre! Al ir así a mi casa, sumida mi alma en su adoración, mi corazón bajo el efecto de la gracia comenzó a latir tanto que casi me desplomé… Entonces le supliqué: Deseo tanto, mi adorado Jesús, que tu gracia tan grande llegue a conocerse cuanto antes públicamente y cuánto más personas lleguen a sentir profundamente tu íntimo anhelo.
El Señor Jesús me pidió que pusiera por escrito especialmente aquello de cómo podemos ayudar a las ánimas. :

J.C.-« Por observar el ayuno pedido por Mí, las almas de los sacerdotes, al octavo día después de haber muerto, se librarán del purgatorio. »
(El ayuno estricto: durante un día se debe tomar sólo pan y agua).

4 de octubre de 1962

J.C.- « ¡Qué felicidad es ésta para Mí! ¡Sumérgete en Mí, en el mar de mis gracias! Te concedo ésta gracia, porque tú misma me pediste que te dejara sumergirte. ¡Pide siempre, mi pequeña hija carmelita! Yo reparto feliz mis tesoros que podrás cambiar en la hora de tu muerte. ¿Crees, acaso, que cuánto era tu sufrimiento, tanto será tu premio? ¡De ninguna manera! No se puede expresar con palabras humanas lo que he preparado para ustedes. Espero el momento de que tu llegues. Y te espero con un rico regalo. Me dará un vuelco el Corazón a tu llegada y muchas almas, a las cuales has ayudado a liberarse del purgatorio por medio de tus sacrificios, te saludarán rebosantes de gozo. Como buenos amigos tuyos, esperan el encuentro contigo. Compenétrate en este gozo sin límites y no resulte para ti nada fatigante lo que tengas que hacer por mi obra salvadora. ¡Qué nuestras miradas se compenetren!. En mis ojos bañados de lágrimas y de sangre verás el anhelo de mi Corazón por las almas. ¡Recoge Conmigo, hijita mía! Fui Yo quien injertó en tu corazón el deseo de las almas y lo aumentaré sin cesar. Pero, ¡aprovecha tú también toda oportunidad! »

13 de octubre de 1962 Las ánimas sufrientes también deben sentir el efecto de gracias de la llama de amor de mi corazón maternal

Desde hace meses me habla el Señor Jesús. No lo escribí, no siempre tengo modo de hacerlo. Hoy también me encontraba en la soledad silenciosa del templo. Oraba por los sacerdotes moribundos. El Señor Jesús conmovido me susurró al oído:
JC.- ¡Qué nuestras manos recojan juntas!

Pedí también la efusión de gracias de la Llama de Amor de la Santísima Virgen para las almas en pena, cuando el Señor Jesús me permitió sentir que en ese momento un alma acababa de liberarse del purgatorio. Sentí en mi alma un alivio indescriptible. En ese momento, por pura gracia de Dios, mi alma se sumergió en la felicidad inconmensurable del alma que llega a la presencia de Dios. Luego recé, con todo el recogimiento de mi alma, por los sacerdotes moribundos. Entre tanto un sentimiento muy angustioso inundaba todo mi interior. Son sufrimientos que da el Señor para que pueda recoger con Él. Durante mi profundo recogimiento un suspiro, fino como un hálito de la Santísima Virgen, sorprendió mi alma:

S.V.- «Tu compasión por las pobres ánimas, hijita mía, ha conmovido tanto mi Corazón maternal, te concedo la gracia que pediste. Si en cualquier momento, haciendo referencia a mi Llama de Amor, rezaran ustedes en mi honor Tres Aves Marías, cada vez un alma se librará del purgatorio. En el mes de los difuntos (en noviembre), al rezo de cada Ave María, 10 almas se librarán del purgatorio. Las ánimas sufrientes deben sentir ellas también el efecto de gracia de la Llama de Amor de mi Corazón maternal».

NOTA DEL EDITOR:
Que Dios tiene derecho a expresar también en números las condiciones en que quiere dar su gracia, nos lo prueba la sagrada escritura. El caso de Naamán, el Sirio (2 Reyes 5, 1- 1 4) donde, de forma inequívoca, la condición de su sanación está expresada en números, aunque su realización no dependió del número. ¿Por qué precisamente el sumergirse 7 veces en las aguas turbias del Jordán fue la condición dada por el profeta Eliseo para que el Naamán alcanzara la curación? ¿No hubiera sido suficiente 5 o acaso 3 veces? ¡O quizá hubiera sido suficiente una sola inmersión! No fue el sumergirse 7 veces lo que le consiguió la curación sino la obediencia de su fe humilde con que, a pedido de sus siervos, venció su Resistencia y se sometió al deseo del profeta.

Es muy cierto que los números tienen frecuentemente otra significación en el plano sobrenatural que la que les atribuimos aquí en la tierra. La razón es que nosotros caemos frecuentemente en el error de trasladar nuestro modo de pensar tan mercantilista al orden de la vida sobrenatural, cuando el Cielo tiene otro propósito muy distinto con los números. La esencia y el sentido más profundo de ésta «matemática celestial» no es el número ni el rendimiento, sino el Amor. Significa que debe arder en nosotros continuamente el deseo de salvar las ánimas que están penadas. ¡Cuántos pensamientos inútiles, cuántas preocupaciones superfluas que giran alrededor de nuestro propio Yo, nos llenan durante un solo día! ¡Cuántas idas y venidas hacemos mecánicamente en un único día! ¡Qué medio tan eficiente podría ser para educarnos a nosotros mismos si con un pensamiento de amor acudiéramos en ayuda de un alma que está sufriendo! Ellas nos lo van a agradecer mucho y en su estado de bienaventurados nos ayudarán en nuestro trabajo para salvar las almas. De nuestra parte, ésta compasión nos sirve de mérito y la Santísima Virgen la vierte en bien de las ánimas. Si la Santísima Virgen se expresa en número, lo hace únicamente para de éste modo acomodarse a nuestra débil manera de comprender las ideas, a fin de estimularnos, en fervorizarnos, como si dijeran: Miren, aunque la contribución de ustedes sea tan insignificante, alcanza que un alma en pena ¡pueda ver a Dios cara a cara!

(La anotación correspondiente al 17 de julio de 1964 de éste Diario confirma esta interpretación.- EL EDITOR.)

31 de agosto de 1963 Premio tu gran compasión por las ánimas del Purgatorio

Asistí a la santa misa vespertina. Luego, me quedé todavía por largo tiempo con Él. Le supliqué largamente. La hermana sacristana no se dio cuenta de ello y se marchó echando llave a la puerta. Estábamos los dos: Dios y yo con mi oración de súplica. Absorta intercedí a favor de las almas del purgatorio. Ardía en mi alma gran deseo de que cuántas más se liberen de lugar del sufrimiento. Estando con mi gran anhelo, la Santísima Virgen así habló:

S.V.-«Premio, hijita mía, el gran anhelo y compasión que sientes de las almas del purgatorio. Hasta ahora rezaste tres Avemarías en mi honor por la liberación de un alma. Ahora, para calmar tu anhelo, en adelante diez almas se liberarán del lugar de sufrimientos».

Casi no podía comprender tan grande bondad. En lugar de deshacerme en agradecimientos, sólo un suspiro vino a mis labios: Santa Madre de misericordia, ¡gracias por tantas gracias!

1 de septiembre de 1963 Yo, ¡voy a buscar corazones!

Hoy es día de ayuno por las ánimas sacerdotales. Como el Salvador me lo había pedido, ayunando a pan y agua puedo liberar un alma sacerdotal del purgatorio. -El ayuno me debilita un tanto ya que hago también mis tareas de casa del modo acostumbrado y ayudo a mis hijos. Hacia el atardecer una vez terminado mi trabajo, fui a donde el Señor Jesús. El recogimiento en Él quedó inesperadamente perturbado por una molestia que sentí.

24 de septiembre de 1963 Privilegio donde hacen la hora santa en familia

S.V.- «Mi Llama de Amor, que deseo derramar de mi corazón sobre ustedes en una medida cada vez mayor, se extiende también sobre las ánimas del purgatorio. Fijate bien en mis palabras, escribe lo que digo y entrégalas a las personas a quienes corresponden: «Aquellas familias que guardan los días jueves o viernes la hora santa de reparación en familia, si en la familia muere alguien, después de un único día de ayuno estricto, observado por un miembro de la familia, el difunto de la familia se libra del purgatorio».

(Se entiende: si falleció en gracia de Dios). (Nota: Guardar «ayuno estricto» significa: no es menester pasar hambre. Hay que comer pan y beber agua).

18 de mayo de 1964. Lunes de Pentecostés El premio de guardar ayuno el lunes

Asistí a la santa misa y antes de la sagrada comunión el Señor Jesús me dijo:

JC.- «Como veo tu firme determinación, a la que eres fiel aún en los días de fiesta, te he preparado una alegría: de entre las almas sacerdotales que sufren en el purgatorio, en este día, a partir de medianoche, a cada hora se libera un alma».

Esto me dijo el Señor Jesús porque a petición suya, los lunes continuamente ayuno a pan y agua y no lo omito ni aun cuando caiga una fiesta en ese día. Estoy feliz de poder guardar en este día el ayuno estricto ya que Él prometió que después de ayunar un día lunes, un alma sacerdotal llega a su divina Presencia. Y ahora, al decirme que en cada hora se libera un alma sacerdotal, inundó mi alma con aquel sufrimiento que estas almas padecen todavía, que luego de unas horas ya estarán en Su presencia. Este dolor ha durado apenas uno o dos minutos pero aún así, -estando de rodillas-, casi me desplomé a causa de los dolores. Después de comulgar, el Señor Jesús me permitió sentir la liberación de un alma. Hizo que mis sentimientos cambiaran de un extremo a otro : después de las profundidades del sufrimiento, me inundó con la alegría sublime del alma que ha llegado a la Presencia de Dios. El estado de mi alma, temblorosa de la embriaguez de las gracias, hizo que me sintiera libre durante horas de la fuerza de gravitación de la tierra.

5 – 7 de octubre de 1964  Reza el rosario por las almas sacerdotales

Llevo ya más de tres años que guardo, a petición del Señor Jesús, este ayuno estricto por la liberación de las ánimas sacerdotales.

-Al regresar hoy, lunes, de la santa misa, mi cuerpo se debilitó tanto con los dolores que después de unas horas me sobrevino un hambre grande. No la aguanté y tomé alimentos. En mi gran pena de no poder llevar ahora a las ánimas sacerdotales a la Presencia de Dios y porque esta compasión se acrecentaba más y más en mi alma, pregunté al Señor Jesús qué debía hacer. En mi alma reinaba gran oscuridad y silencio. El Señor Jesús no dio respuesta. Aun al tercer día me desperté sintiendo compasión por las ánimas sacerdotales en pena. Y mientras pensaba en estos, la Santísima Virgen hizo oír sus palabras bondadosas en mi alma:

S.V.- «Mi hijita carmelita, reza el rosario completo y asiste a una santa misa que sea ofrecida por él. Así puedes recuperar el atraso causado por tu debilidad. El ánima del sacerdote llegará del purgatorio a la Presencia de Dios».

Me quedé muy conmovida por esta propuesta bondadosa. Con lágrimas agradecí a nuestra Madre Celestial que en mi debilidad ayudo a liberar a las ánimas. Regresó a mi alma la fuerza y la tranquilidad. Esto también ocurrió la misma mañana: Al ir a la santa misa mis pensamientos se divagaron un poco, aunque esto duró sólo unos pocos minutos. Entonces el Señor Jesús se dirigió a mí:

JC.- «Eres querida para Mí pero ¡no distraigas tus pensamientos! Piensa sólo en Mí, porque si no lo haces así, me aflijo. No me aflijas y no tomes a mal si te corrijo. Sabes, me gusta si mis divinas palabras te encuentran estando siempre alerta. Aun un minuto es mucho para Mí que pases ocupada en otras cosas. Yo te ayudo para que sólo Yo y nadie más llene tus pensamientos.

1 – 2 de noviembre de 1965 Mes de Noviembre, mes de las almas sufrientes

El Señor Jesús me inundó con sufrimientos extraordinarios que de noche se intensificaban más todavía, tanto que sólo podía andar encorvada. Y lo que nunca existió en mí toda mi vida, me agarró también el temor a la muerte. Antes de ir a descansar, con todas mis fuerzas me preparé a la muerte como si ahora, en cualquier momento hubiera tenido que presentarme ante la santa faz de Dios. Estos grandes sufrimientos los ofrecí al Señor Jesús. Entre tanto, Él se contentó con decir:

JC.- «¡No estés harta de ellos!»

Al día siguiente me desperté aliviada y a lo largo del día este alivio iba en mí en aumento. Cuando de repente, de nuevo habló el Señor Jesús:

JC.- «¿Verdad, alma mía, me crees lo mucho que te quiero? Este violento sufrimiento que has soportado, lo destiné a favor de las almas sufrientes. Y ahora, sonrío sobre ti».

En este instante, sentí como si hubiera separado mi alma de mi cuerpo, mientras el Señor Jesús habló de nuevo:

JC.- «Dios sonríe sobre ti. Con mi divina Sonrisa, ves, soportas más fácilmente los grandes y violentes sufrimientos de los cuales las almas sufrientes tenían gran necesidad, porque ahora has tomado parte en la labor a favor de la Iglesia sufriente. ¡Sufre sonriendo! ¡Nadie sepa, nadie vea, quede esto el secreto de nosotros dos! Esto sólo Dios puede conceder y lo doy sólo a aquellas almas que saben soportar sonriendo los incesantes sacrificios».

15 de agosto de 1980 Ayuno de los días lunes

El Señor Jesús y la Santísima Virgen me hablaron alternando entre sí. La palabra de la Santísima Virgen con firme pero amorosa energia resonó en mi alma. Pidió al clero, a las personas consagradas a Dios (religiosos, religiosas) y a los fieles cristianos en todo el mundo que, teniendo modo de hacerlo, guardaran los días lunes, ayuno a pan y agua.

El Señor Jesús: «La Iglesia y el mundo entero está en grave peligro y ustedes con sus fuerzas no pueden cambiar la situación. Sólo la Santísima Trinidad puede ayudarles a ustedes, a la intercesión concertada de la Santísima Virgen, de todos los ángeles y santos y de las almas liberadas con la ayuda de ustedes».

Según la comunicación de la Virgen Santísima :

S.V.-Los sacerdotes, si observan el ayuno del lunes, en todos las santas misas que celebren esa semana, en el momento de la Consagración, liberarán multitudinariamente  a las almas del purgatorio. Las personas consagradas a Dios y los seglares que guarden el ayuno del lunes, en esa semana cada vez que comulguen, en el momento de recibir el Sagrado Cuerpo del Señor, liberarán multitud de almas del purgatorio.

12 de septiembre de 1963 La Llama de Amor de la Santísima y los Moribundos

S.V.-«Si se enciende la Llama de Amor de mi Corazón en la tierra, su efecto de gracia se derramará también sobre los moribundos. Satanás se quedará ciego y con la ayuda de la oración de ustedes, durante su velada nocturna, terminará la terrible lucha de los moribundos con Satanás y bajo la suave luz de mi Llama de Amor hasta el pecador más empedernido se convertirá». Es mi peticion que la santa velada nocturna, por la cual quiero salvar a las almas de los moribundos, la organicen de tal manera en cada parroquia, que por ningún minuto se quede sin que alguien haga oración de vela. »

RECOPILACION: La Llama de Amor de la Virgen y las almas del purgatorio:

S.V.-«Mi Llama de amor que deseo derramar sobre ustedes en una medida cada vez mayor, va a tener efecto sobre las almas del purgatorio también:

a) Aquellas familias que guardan los días jueves y viernes la hora santa de reparación en familia regularmente, si en la familia muere alguien, después de un único día de ayuno estricto (observado por un miembro de la familia), el difunto de la familia se libra del purgatorio.» 24 de septiembre de 1963 (Se entiende : si falleció en gracia de Dios)

b) «Quien ayuna a pan y agua el lunes, librará cada vez un alma sacerdotal del lugar del sufrimiento. Quien practica esto, él también recibirá la gracia de ser liberado del lugar de las penas antes de que transcurran ocho días de su muerte. » Orden de día LUNES
Nuevos privilegios para los que guardan ayuno estricto las lunes. 15 de agosto de 1980

c) «Si en cualquier momento, haciendo referencia a mi Llama de Amor, rezaran ustedes en mi honor tres Avemarías, cada vez un alma se librará del purgatorio. -Las ánimas sufrientes deben sentir ellas también el efecto de gracia de la Llama de Amor de mi Corazón maternal. » 13 de octubre de 1962

SANTA LIDUVINA

(1380-1433) Cuentan las antiguas crónicas que recién paralizada una noche soñó Liduvina que Nuestro Señor le proponía este negocio: «Para pago de tus pecados y conversión de los pecadores, ¿qué prefieres, 38 años tullida en una cama o 38 horas en el purgatorio?». Y que ella respondió: «prefiero 38 horas en el purgatorio». Y sintió que moría que iba al purgatorio y empezaba a sufrir.

Y pasaron 38 horas y 380 horas y 3,800 horas y su martirio no terminaba, y al fin preguntó a un ángel que pasaba por allí, «¿Por qué Nuestro Señor no me habrá cumplido el contrato que hicimos? Me dijo que me viniera 38 horas al purgatorio y ya llevo 3,800 horas». El ángel fue y averiguó y volvió con esta respuesta: «¿Qué cuántas horas cree que ha estado en el Purgatorio?» ¡Pues 3,800! ¿Sabe cuánto hace que Ud. se murió? No hace todavía cinco minutos que se murió. Su cadáver todavía está caliente y no se ha enfriado. Sus familiares todavía no saben que Ud. se ha muerto. ¿No han pasado cinco minutos y ya se imagina que van 3,800?». Al oír semejante respuesta, Liduvina se asustó y gritó: Dios mío, prefiero entonces estarme 38 años tullida en la tierra. Y despertó. Y en verdad estuvo 38 años paralizada y a quienes la compadecían les respondía: «Tengan cuidado porque la Justicia Divina en la otra vida es muy severa. No ofendan a Dios, porque el castigo que espera a los pecadores en la eternidad es algo terrible, que no podemos ni imaginar». Y seguía sufriendo contenta su parálisis para pagar sus propios pecados y para conseguir la salvación de muchos pecadores.

En 1421, o sea 12 años antes de su muerte, las autoridades civiles de Schiedam (su pueblo) publicaron un documento que decía: «Certificamos por las declaraciones de muchos testigos presenciales, que durante los últimos siete años, Liduvina no ha comido ni bebido nada, y que así lo hace actualmente. Vive únicamente de la Sagrada Comunión que recibe». Durante los primeros años de su enfermedad podía tomar algunos alimentos, pero después, durante los últimos 19 años de su vida, ya no volvió a comer ni a beber. Su único alimento era la Sagrada Comunión. Nadie se ha logrado explicar este prodigio.

Narramos aquí la tercera visión relativa al interior del Purgatorio, aquella de Santa Liduvina de Shiedam, Holanda, quien murió el 11 de abril de 1433, y cuya historia escrita por un sacerdote contemporáneo, goza de la más perfecta autenticidad. Ésta admirable virgen, un verdadero prodigio de la paciencia cristiana, fue presa de muchos dolores y de los padecimientos más crueles por un período de treinta y ocho años. Estos sufrimientos hacían imposible para ella el dormir, pasaba las largas noches rezando, y muy frecuentemente, llevada en espíritu, era conducida por su Ángel guardián a las regiones misteriosas del Purgatorio, allí ella vio moradas, prisiones, diversas mazmorras, cada una más tenebrosa que la otra; se encontró con almas que ella conocía, y le fueron mostrados los diferentes castigos. Se puede preguntar, « ¿Cual fue la naturaleza de esos viajes extáticos?» ello es difícil de explicar; pero podemos concluir por otras circunstancias que había más realidad en ellos que lo que podemos creer.

La santa inválida hizo viajes similares y peregrinajes en la tierra, a los lugares santos de Palestina, a las iglesias de Roma, y a los monasterios en la vecindad. Ella tenía un conocimiento exacto de los lugares por los que había viajado en espíritu. Un religioso del monasterio de Santa Isabel, conversando un día con ella, hablando de las celdas, de los salones, del refectorio, etc., de su comunidad, diole a él una detallada descripción de su casa, como si ella estuviera viviendo allí. El Religioso habiendo expresado su sorpresa, le oyó decir: «Sepa padre, que yo he estado en su monasterio; he visitado las celdas, he visto a los ángeles guardianes de todos aquellos que las ocupan».

En uno de los viajes que nuestra Santa hizo al Purgatorio ocurrió lo siguiente: Un desafortunado pecador, enredado en las corrupciones de éste mundo, fue finalmente convertido por las oraciones y urgentes exhortaciones de Liduvina, el hizo una sincera confesión de todos sus pecados y recibió la absolución, pero tuvo poco tiempo para practicar la penitencia, ya que poco después murió por causas de la plaga. La Santa ofreció muchas oraciones y sufrimientos por su alma; y algún tiempo después, habiendo sido transportada por su Ángel al Purgatorio, ella quiso saber si él estaba todavía allí y en qué estado. «Él está aquí,» dijo su Ángel, «y está sufriendo mucho. ¿Estarías dispuesta a sufrir algunos dolores con el fin de disminuir los de él?» «Claro que sí,» dijo ella, «Estoy lista para sufrir cualquier cosa con tal de ayudarlo.» Instantáneamente, su Ángel la condujo a un lugar de espantosas torturas. « ¿Es esto el infierno hermano mío?» preguntó la Santa dama sobrecogida de horror. «No, hermana»,  le contestó el Ángel, «pero esta parte del Purgatorio está en el límite con el Infierno». Mirando hacia todos lados, vio ella lo que se asemejaba a una inmensa prisión, rodeada con murallas de una prodigiosa altura, cuya oscuridad, junto con las monstruosas piedras, la llenaron de horror. Acercándose a este gigantesco enclaustramiento, ella oyó un ruido confuso de lamentos, gritos de furia, cadenas, instrumentos de tortura, golpes violentos que los verdugos descargaban contra sus víctimas. Este ruido era tal que todo el tumulto del mundo, en tempestad o batalla, no podría tener comparación con él. « ¿Que es entonces este horrible lugar?» pregunto Santa Liduvina a su buen Ángel. « ¿Deseas que te lo muestre?» «No, te lo suplico», dijo sobrecogida de terror, «el ruido que oigo es tan aterrador que no puedo seguir escuchándolo; ¿Cómo puedo, entonces, soportar la vista de esos horrores?» Continuando con su misteriosa ruta, ella vio un Ángel sentado tristemente en las paredes de un pozo. «¿Quién es ese Ángel?» le preguntó a su guía. «Es», dijo él, «el Ángel guardián del pecador en cuya suerte estas interesada. Su alma está dentro de ese pozo, donde tiene un Purgatorio especial». Tras estas palabras, Liduvina miró inquisitivamente a su Ángel; ella deseaba ver esa alma que le era tan querida, y tratar de librarlo de tan espantoso hoyo. El Ángel que comprendió su deseo, descubrió el pozo, y una nube de llamas, junto con los mas lastimeros lamentos brotaron de él. « ¿Reconoces esa voz?» le pregunto el Ángel a ella. « ¡Ay! Sí», contestó la sierva de Dios. « ¿Deseas ver esta alma?» continuó él. Al oír su respuesta afirmativa, el Ángel le llamó por su nombre; e inmediatamente nuestra virgen vio aparecer en la boca del foso un espíritu envuelto todo en llamas, que parecía un metal incandescente al rojo vivo, y quien al verla le dijo en una voz escasamente perceptible, « ¡Oh Liduvina, sierva de Dios! ¿Quién me ayudará para contemplar la cara del Altísimo?»La visión de ésta alma, presa del más terrible tormento de fuego, le causó tal conmoción a nuestra Santa que el cinturón que ella usaba alrededor del cuerpo se rasgó en dos; y siéndole imposible seguir viéndole en tal estado, despertó repentinamente de su éxtasis. Las personas presentes, percibiendo su temor, le preguntaron su causa. « ¡Ay!» replicó ella «¡Que tan espantosas son las prisiones del Purgatorio! Fue para ayudar a las almas que yo consentí descender allá. Sin este fin, aunque me fuere dado todo el mundo, no pasaría otra vez por el terror que tan horrible espectáculo me causó. Algunos días después, el mismo Ángel que ella había visto tan desolado, se le apareció con una actitud feliz, le dijo que el alma de su protegido había abandonado el pozo y había pasado al Purgatorio ordinario. Éste alivio parcial no satisfizo a Liduvina, continuó rezando por el pobre paciente, aplicando a él los méritos de sus sufrimientos, hasta que pudo ver que las puertas del Cielo se abrieron para él.

SANTA GERTRUDIS DE HELFTA

(1256- 1301) Santa Gertrudis de Helfta, llamada la grande, nació en Eisleben (Turingia) en 1256. Entró al monasterio a los 5 años con las monjas Cistercienses de Helfta (Sajonia). La abadesa Gertrudis de Hackerbon la acogió de niña porque había quedado huérfana. A los 25 años, en 1281, tiene su primera manifestación divina. Empezará a escribir en latín por un impulso interior y escuchando la voz de Jesús que quiere hacer conocer sus escritos. Hacia el 1284 recibe los estigmas invisibles. A los 45 años, poco antes de morir recibe también el regalo de la herida, o flecha de amor, en el corazón.

Recorrió en modo maravilloso el camino de la perfección, dedicándose a la oración y contemplación, empleando su cultura para la redacción de sus textos de fe, entre ellos el célebre «Exercitia» y el que es tal vez uno de sus libros más famosos, las «Revelaciones». Es recordada entre las iniciadoras de la devoción al Sagrado Corazón, la primera en trazar una teología, pero sin el tema de las reparaciones que luego será dominante. Ejerció una gran influencia en su tiempo porque la fama de su Santidad y de sus visiones atraía a muchos para pedir consejo y consuelo.

Experiencias con las ánimas:
A Santa Gertrudis se le aparece la santa abadesa Gertrudis en la gloria mientras ella ofrece la misa y ve que el Señor la recibe en su corazón. En estas visiones, Gertrudis ve la conexión entre el Sagrado Corazón, la misa y las almas de los difuntos.

Gertrudis también asiste en la muerte de Matilde, cantora del monasterio, y ve que Jesús acerca los labios de la agonizante a la herida del Divino Corazón.

Gertrudis rogaba un día por el hermano F. que había muerto hacía poco y vio su alma con el aspecto de un sapo repugnante, quemado interiormente en forma horrible y atormentado de varias penas a causa de sus pecados. Parecía que tenía algo malo debajo de su brazo y un peso enorme lo obligaba a estar curvado hasta el suelo, sin poderse enderezar.

Gertrudis comprendió que aparecía encorvado y con forma de sapo porque durante su vida religiosa había descuidado elevar su mente a las cosas divinas. Además entendió que el dolor que llevaba debajo de su brazo era debido al hecho de que había trabajado con el permiso del Superior para adquirir bienes temporales y había escondido la ganancia.

Tenía que pagar por su desobediencia. Gertrudis habiendo recitado los salmos prescritos por aquella misma alma, preguntó al Señor si tendría alguna ventaja: «ciertamente respondió Jesús» las almas purgantes vienen y levantan tales sufragios, incluso también las oraciones breves pero dichas con fervor son de mucho provecho para ellas.

Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir. El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para nuestros últimos minutos. Como no pudo encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa, pensó en molestar su beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que había desperdiciado sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras almas. Pero Nuestro Señor, no contento con enviar Sus Ángeles y las miles de amas que ella había liberado, fue en Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa. El le dijo a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas benditas, la llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces todos sus méritos.

Murió una monja del Orden de Cistel, moça de poca edad, llamada Getrudis. Tenía una grande amiga, la cual, estando en el coro assitiendo a las horas, vido entrar la muerta y ponerse a una parte, muy triste, y la cabeça, baxa. La otra, que la vido y conoció, alborotóse mucho, y hizo tal sentimiento que la abadessa lo echó de ver, y acabadas las horas, llamóla y preguntóle la causa de su sentimiento y alboroto.

Respondió:

-Sabed, madre señora, que vi entrar a Getrudis y estar en el coro todo el tiempo que se dezía el oficio.

La abadessa dixo:

-Son ilusiones del demonio. Si otra vez la vieres, dirásle: « Benedicite», y mira si te responde.

Hízolo assí la monja; entró la muerta, su amiga, llegó a ella, y díxole: « Benedicite». Respondió la muerta: « Dominum». Tomó la otra ánimo y preguntóle:

-¿A qué vienes?

La muerta respondió:

-A assistir en el oficio y a satisfazer lo que contigo parlé estando en él, porque me ha Dios señalado Purgatorio adonde cometí el pecado. Y avísote que si tú no te enmiendas, que será lo mismo de ti que de mí.

Por cuatro vezes se vido la muerta venir al oficio y assistir en él, siendo su amiga la que la veía, y porque hazía tal sentimiento que todo el coro se turbava, en especial sabiéndose ya la causa, la abadessa hizo celebrar Missas y hazer oración por la difunta, y no fue vista más. Lo dicho es de Cesario.

Santa Gertrudis amaba, por las excelentes cualidades de que estaba en abundancia dotada, a una jovencita que al Señor plugo llamarla a Sí en la flor de su vida. Ocurrió, pues, que mientras, después de su tránsito, la Santa la recomendaba con gran fervor a Dios, arrebatada en espíritu, la vio que estaba en la presencia del Salvador, adornada con preciosas vestiduras y radiante de luz, pero con rostro triste y medrosa de presentarse a su divino Esposo Jesús. Maravillada la Santa, primeramente se dirigió suplicante al Redentor, rogándole se dignara invitar dulcemente a aquella su amada jovencita, a fin de que avanzara confiada hacia Él. El amoroso Redentor volvió benigno su mirada a la humilde doncellita, haciéndole señal de que se aproximara a Él; pero ella, en lugar de acercarse más, más avergonzada todavía, humildemente se alejaba. Entonces  Gertrudis, dirigiéndose a ella: “¿Es ésa la manera, le dice, de corresponder a la gracia del celeste Esposo, o más bien de hacerse indigna de Él?”. A lo que la prudente virgen respondió: “Perdona, Madre, es que mi estado no me permite todavía tomar entre mis manos aquella diestra, ni besar aquella mano que me invita. Estoy, es cierto, confirmada en gracia, como destinada a ser esposa del Cordero Inmaculado, pero es preciso purgar toda suerte de defectos antes de unirse en eterno abrazo con Él. Todavía hay en mí algún defectillo que me afea y ofende su purísima mirada, y hasta que yo no me vea tal cual Él me desea, no osaré jamás entrar en aquel celestial gozo, que no sufre mancha de imperfección”. ¿Y podremos nosotros esperar obtenerlo si no nos enmendamos perfectamente de nuestras culpas? Pero ¿cuándo lo haremos? El tiempo vuela rápidamente, y si nuestros días pasan, no lo haremos, no lo podremos hacer jamás.

Un día, Santa Gertrudis, habiéndose puesto en oración suplicando por el eterno descanso de un alma por la que ella particularmente se interesaba, el Señor le hizo oír estas palabras: “Yo experimento un placer especial cuando se me dirigen oraciones por los difuntos, sobre todo cuando veo que la compasión natural va unida con la buena voluntad que la hace meritoria. ¡Oh, entonces ambas cosas juntas concurren admirablemente para dar a esta buena obra la plenitud y perfección de que es capaz! Las oraciones de los fieles descienden cada instante sobre las pobrecitas almas cual lluvia benéfica, cual bálsamo saludable que no solamente endulza y calma sus dolores, sino que con el tiempo líbralas también de aquella cárcel más o menos rápidamente, según sea el fervor y devoción con que sean hechas”. En otra ocasión, suplicando esta misma Santa al Señor se dignase aceptar las súplicas que le dirigía en favor de los difuntos, recibió esta respuesta: “¿Y cómo podría ser de otro modo? Yo soy como un príncipe lleno de afecto para con algunos súbditos suyos, a quienes por su propia autoridad y por justos motivos tiene encerrados en lóbrega cárcel; y no queriendo hacerles gracia, como podría, en virtud de su poder soberano, para que su justicia no quedase malparada, no obstante, estaría enteramente dispuesto a perdonarles y librarlos de la cárcel si algún personaje de su corte intercediera y suplicase por ellos. Del mismo modo me son altamente agradables las súplicas que se me hacen en favor de las almas del Purgatorio, y tomo ocasión de ellas para librarlas de sus penas y llevarlas a la posesión de la eterna gloria”.

En cuánto provecho redunde para nosotros, delante de Dios y de las almas del Purgatorio, este acto heroico de caridad, vémoslo confirmado por el siguiente hecho, referido por Dionisio Cartujano. Una doncella, llamada Gertrudis, educada en la escuela de la caridad, había acostumbrado, desde sus más tiernos años, ofrecer en sufragio de las almas del Purgatorio la satisfacción de todas las buenas obras que hacía. Era tan del agrado del Purgatorio y del Cielo tan devota práctica, que con frecuencia complacíase el Señor en indicarle las almas más necesitadas a las cuales convenía la aplicase; y aquellas mismas almas que por su mediación eran liberadas de aquellas penas aparecíansele gloriosas para darle más gracias y prometerle su correspondencia desde el cielo. Había empleado siempre su vida en este santo ejercicio, y llena de santa confianza acercábase a la muerte cuando el enemigo infernal trató de perturbarla, acometiéndola con el pensamiento de haber ella liberado en su vida muchas almas del Purgatorio para ir ella ahora a ocupar su lugar y sufrir por ellas, hallándose despojada del mérito de todas sus buenas obras. “¡Cuán necia y presuntuosa fuiste, le decía, al despojarte de tantos merecimientos para cederlos en provecho de otros! Pronto te arrepentirás, cuando te veas acometida y rodeada de los más crueles suplicios, riéndome yo entretanto de tus padecimientos. ¿Qué necesidad tenias tú de prodigar de ese modo tus méritos en beneficio de quien era para ti un extraño? El orgullo fue el que te cegó; mas, ¡bien caro lo pagarás!”. Ante tales insinuaciones, aquella alma piadosa, gimiendo y desolada, lamentábase diciendo: “¡Ay, infeliz de mi, infeliz de mí! ¡Dentro de breves instantes iré a dar cuenta a Dios de todas mis acciones, sin haberme reservado ninguna buena para mí! ¡Oh, qué terrible Purgatorio me espera, sin esperanza de alivio ni consuelo!”. Pero el Señor, no queriendo que pasara tanta angustia su fiel sierva, apareciéndosele lleno de majestad y de dulzura, le dice: “¿Por qué estás tan desolada, hija mía? Has de saber que tu caridad me ha sido tan grata, que desde este momento Yo te perdono todas las penas que te estaban reservadas, y como Yo he prometido recompensar con el ciento por uno a los que se olvidaran de sí mismos por amor de sus hermanos, así con el ciento por uno aumentaré tu recompensa en el cielo. Sepas que todas las almas salvadas por ti vendrán en breve a tu encuentro para acompañarte e introducirte en la celestial Jerusalén”. Ante tan consoladora seguridad la piadosa doncella sintió disiparse toda tristeza, y referido lo acaecido a los circunstantes, con la sonrisa de los predestinados en los labios, fue a recibir la recompensa de su caridad heroica. Enfervorícese también nuestro deseo de procurar ayuda a las benditas almas, pues espléndida será la celestial recompensa.

Fuentes: P. Angel Peña O.A.R. “Más allá de la Muerte” Capítulo 4: Los santos y el purgatorio, http://www.tenesperanza.org y otros

 

VIDEO
El Purgatorio es biblico


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Por las Almas del Purgatorio y Fieles Difuntos

Indulgencias para donar a las Almas del Purgatorio

El 2 de noviembre se celebra el día de los Fieles Difuntos que están en el purgatorio. Pida oración a Santa maría del Pinar por sus difuntos, únase a nuestra comunidad en el rezo de la novena (comienza el 24 de octubre) y en el octavario (1 a 8 de noviembre) para obtener indulgencias para sus difuntos.

…VER VIDEOS…

Haga clic aquí para pedir por sus difuntos del purgatorio a Santa María del Pinar. Escriba sus nombres que todos oraremos por ellos.

Vea aquí la Novena por los Fieles Difuntos.
 

INDULGENCIAS QUE SE PUEDEN DONAR A LAS ALMAS EL PURGATORIO

Constitución Apostólica sobre las Indulgencias «Sacrarum Indulgentiarum Recognitio»
• «…La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.» Catecismo de la Iglesia Católica # 1032
• «Mediante las Indulgencias, los fieles pueden alcanzar para sí mismos y también para las Almas del Purgatorio la remisión de las penas temporales, consecuencia de los pecados.» Catecismo de la Iglesia Católica, 1498.
• «La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.» Catecismo de la Iglesia Católica #1471

 

REQUISITOS PREVIOS PARA OBTENER LAS INDULGENCIAS

• ¡Devoción! Es la palabra clave en todas las Indulgencias…asistir con devoción, 8orar con devoción, llevar los objetos benditos con devoción y cumplir con la Obra prescrita para ganar la Indulgencia, pero de nada servirán los actos realizados si no tenemos una verdadera devoción.
• Además, para obtener Indulgencia Plenaria es requisito primordial cumplir las condiciones siguientes en un mismo día.
1. Confesión sacramental. (recientemente, aunque recomendable el mismo día)
2. Comunión, es necesario participar en la Santa Misa.
3. Oración por las intenciones del Papa, incluyendo Credo, PadreNuestro, Ave María y Gloria.
4. Obra de Caridad o de Penitencia: visitar o dar limosna a enfermos, ancianos, minusválidos, niños abandonados u otra persona en necesidad; dar ofrendas a instituciones de caridad o a la Iglesia; ayuno, abstinencia de comida, bebida o actividad agradable; o un ofrecimiento que requiera sacrificio.
5. Peregrinación a una de las Iglesias designadas
Los enfermos y ancianos imposibilitados de hacer la peregrinación pueden obtener la indulgencia ofreciendo a Dios sus sufrimientos y molestias; y cumpliendo con la Confesión, Comunión y oraciones indicadas frente a un altar en su casa
Las cinco condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día rezando a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.

 

OBRAS Y ORACIONES QUE PUEDEN GANAR INDULGENCIAS

INDULGENCIAS PARCIALES

• Realizar actos de contrición y los de virtudes teologales. Actos de fe, esperanza, caridad y contrición, utilizando la fórmula aceptada por la Iglesia.
• Realizar actos de Comunión Espiritual, utilizando la debida fórmula.
• Realizar el signo de la Cruz.
• Renovación de las Promesas del Bautismo.
• Tomar parte en la enseñanza o aprendizaje de la doctrina cristiana.
• Lectura de las Sagradas Escrituras.
• Asistir a la predicación de la Palabra de Dios.
• Asistir a un retiro mensual.
• Rezar por los Santos en su Fiesta Patronal (oración legítima aprobada por una Autoridad).
• Adorar a Jesús Sacramentado por un período menor de media hora .
• Rezar devotamente las oraciones siguientes:
o Oración mental durante un tiempo.
o Adoro te devote.
o Adsummus.
o Ad te , beate Ioseph.
o Te damos gracias (Breviario Romano).
o Ángel de Dios.
o El Angel del Señor.
o Ánima Christi.
o Credo de los Apóstoles o el Niceno Constantinopolitano.
o De profundis (Salmo 129).
o Señor Dios Todopoderoso (Breviario Romano).
o Laudes o Vísperas del Oficio de los Muertos.
o Escúchanos (Ritual Romano).
o Dulcísimo Jesús.
o Dulcísimo Jesús, Redentor (acto de dedicación de la raza humana a Cristo Rey).
o Banquete Sagrado (Breviario Romano).
o Oración por la Unidad de la Iglesia.
o Responso (sólo aplicable a las Almas del Purgatorio).
o Salve.
o María, Auxilio de los necesitados (Breviario Romano).
o Santos Apóstoles Pedro y Pablo (misal Romano).
o Sub Tuum Praesidium.
o Tantum Ergo (Breviario Romano).
o Te Deum (rezado durante el Día de Acción de Gracias).
o Ven Santo Espíritu Creador.
o Ven Espíritu Santo (Misal Romano).
o Mírame mi buen y Amado Jesús…
o El Magnificat.
o María Madre de Gracia (Ritual Romano).
o El Memorare.
o El Miserere (Salmo 50).
o Oración para las vocaciones Sacerdotales y religiosas (Autorizadas por la Iglesia).
• Rezo del Santo Rosario :
5 misterios rezados continuos y meditados.
Si es públicamente se reza de la manera normal.

Para los del rito Oriental, el Patriarca determinará otras oraciones en honor de la Virgen María.
• Himno Akathistos o The Office Paraclisis (para los del rito Bizantino).
• Pequeño Oficio:
o 1. Pasión de Nuestro Señor Jesús.
o 2. Amadísimo Corazón de Jesús.
o 3. Inmaculada Concepción de la Virgen María.
o 4. San José.
• Novena pública antes de :
o 1. Navidad.
o 2. Pentecostés.
o 3. Inmaculada Concepción.
• Letanías:
o 1. Santísimo Nombre de Jesús.
o 2. Sacratísimo Corazón de Jesús.
o 3. Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesús.
o 4. Santísima Virgen María.
o 5. San José.
o 6. Todos los Santos.
• Visita a los siguientes lugares:
o 1. Cementerio (aplicable solamente a las Almas del Purgatorio).
o 2. Catacumbas.
o 3. Iglesias Estacionales de Roma (en el día indicado en el Misal Romano).
o 4. Iglesia Parroquial (únicamente en días designados por el Obispo).
o 5. Catedrales.
o 6. Co-Catedrales .
o 7. Cuasi-Parroquias.
o 8. Iglesias en las que se esta realizando una visita pastoral del Obispo.
• Usar devotamente objetos benditos por el Obispo:
o 1. Crucifijo.
o 2. Cruz.
o 3. Rosario.
o 4. Escapulario.
o 5. Medalla.

 

INDULGENCIAS PLENARIAS

Es la remisión o condonación ante Dios de la pena temporal merecida por los pecados, ya perdonados respecto a la culpa.
La indulgencia plenaria puede ganarse y aplicarse cada día por uno mismo o como sufragio por las Almas del Purgatorio.
Unicamente puede ganarse una vez al día, pero el fiel cristiano puede alcanzar indulgencia plenaria in artículo mortis, aunque el mismo día haya ganado otra indulgencia plenaria.

• Adoración del Santísimo Sacramento por más de media hora.
• Adoración y beso de la cruz en la Liturgia Sole
mne del Vienes Santo.
• Visitar la Basílica Patriarcal en Roma rezando un Credo y un Padre Nuestro:
o 1. En su fiesta titular.
o 2. En las Fiestas de Guardar.
o 3. Una sola vez al año.
• Bendición Papal impartida Urbi et Orbi (aunque sea escuchada por radio o vista por televisión).
• Participar del Rito Eucarístico en la clausura de un Congreso Eucarístico.
• Participar en un retiro espiritual que dure por lo menos tres días completos.
• Rezar la oración : Mírame mi buen y amado Jesús.
o 1. En los viernes de Cuaresma .
o 2. Passiontide.
o 3. Después de Comunión frente a una imagen de Cristo Crucificado.
• Rezar: Dulcísimo Jesús, públicamente como acto de reparación en la fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús.
• Rezar :Dulcísimo Jesús, Redentor, públicamente como acto de dedicación de la Humanidad en la fiesta de Cristo Rey.
• En el momento de la muerte, llevar un crucifijo o una cruz. Encontrándose el sujeto propiamente dispuesto y que durante su vida haya tenido el hábito de rezar.
• En la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo usar objetos benditos por el Santo Padre o por Algún Obispo y recitar una oración apropiada.
• Asistir a una Misión, escuchar algunos sermones y estar presente en el acto de clausura.
• Asistir a una Iglesia en que se está llevando a cabo un Sínodo Diocesano rezando un Credo y un Padre Nuestro.
• En una Primera Comunión obtiene la Indulgencia quien recibe la Comunión por primera vez y quien asiste a la Santa Ceremonia.
• La Primera Misa de un Sacerdote ordenado obtiene la Indulgencia el Sacerdote y los asistentes.
• Rezar el rosario (los cinco misterios):
o 1. En una Iglesia .
o 2. En un oratorio público.
o 3. En familia .
o 4. En una comunidad religiosa .
• Al Sacerdote en su 25, 50 ó 60 aniversario de ordenación al renovar sus votos ante Dios. Si celebra una Misa los asistentes la obtienen también.
• Lectura de las Sagradas Escrituras por media hora.
• Visita a la Iglesia Estacional de Roma nombrada para ese día especifico y asistir a las sagradas funciones .
• Al Rezar la Oración de Tantum Ergo en Jueves Santo en la Fiesta de Corpus Christi.
• Al rezar la oración Te Deum públicamente el último día del año.
• Al rezar la oración Ven Espíritu Santo Creador, el primero de enero o en la Fiesta de Pentecostés.
• Realizar El Vía Crucis en sus respectivas 14 estaciones donde se encuentren las imágenes de la Pasión, o por lo menos unos crucifijos y moviéndose de una estación a otra.
• Visitar en su Fiesta Titular o en la Porciúncula el 2 de Agosto, rezando Credo y Padre Nuestro:
o 1. Parroquia.
o 2. Cuasi-Parroquia.
o 3. Catedral.
o 4. Co-Catedral.
• Visitar una Iglesia o un Altar en el Día de su Consagración, rezando un Credo y un Padre Nuestro.
• Visitar un oratorio o Iglesia en el Día de Difuntos (2 de noviembre) rezando un Credo y un Padre Nuestro (aplicable únicamente para las Almas del Purgatorio).
• Visitar Iglesia u oratorio de una orden religiosa en el día festivo de su fundador canonizado, rezando Credo y Padre Nuestro.
• Visitar una Iglesia en la que se está realizando una Visita Pastoral y asistir a las sagradas funciones que el Visitante Pastoral preside.

 

INDULGENCIAS SÓLO APLICABLES A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

DEL “ENCHIRIDION INDULGENTIARUM” DE S.S. PAULO VI

2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS

Visitas a Iglesias u Oratorio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que, el día en que se celebra la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio.
Dicha indulgencia podrá ganarse o en el día antes indicado o, con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos.
En esta piadosa visita, se debe rezar un Padrenuestro y Credo.

1 AL 8 DE NOVIEMBRE

Visitas al cementerio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que visiten piadosamente un cementerio (aunque sea mentalmente) y que oren por los difuntos.

VIDEO

LAS INDULGENCIAS Ó CÓMO LIBRAR EL PURGATORIO – EL PULSO DE LA FE


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
Doctrina Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Reflexiones REFLEXIONES Y DOCTRINA

Tratado del Purgatorio de Santa Catalina de Génova

Catalina nació en Génova en la primavera de 1447, de la noble familia Fieschi. Fue dotada por Dios de excepcionales gracias y es contada entre las más grandes místicas.

De su experiencia personal de purificación nació su brillante «Tratado del Purgatorio». Determinante fue su influjo en la vida eclesial de su tiempo, con el Movimiento del Divino Amor.

Murió el 15 de Septiembre de 1510. Fue canonizada en 1737 por el Papa Clemente XII. Pío XII, en 1943, la proclamó «Patrona de los Hospitales Italianos».

…VER VIDEOS…

 

SÍNTESIS DE LA DOCTRINA DE SANTA CATALINA

1.- En la muerte, al verse el alma separada del cuerpo, se arroja allí donde le corresponde estar: cielo, infierno o purgatorio. Concretamente, si todavía queda en ella algo que purificar, experimenta la necesidad del purgatorio, es decir, del purificatorio.

2.- Al purgatorio va el alma que carece ya de culpa, pero que todavía no ha eliminado totalmente las huellas malas dejadas en su ser por el pecado. Éstas, al no estar suficientemente borradas en esta vida por la penitencia, constituyen la pena temporal que debe ser purgada, pues son el impedimento que retarda, que hace aún imposible, la unión con Dios en el cielo.

3.- Aunque con relativa frecuencia alude Catalina a la necesidad de que se cumpla la justicia divina, el purgatorio, en su descripción, se manifiesta más como una exigencia ontológica del propio ser del alma, que como una pena jurídica, merecida a causa de los pecados.

4.- El alma pierde toda atención de sí misma o de sus compañeras de purificación, absorta en el amor de Dios y, ajena a todo valor de tiempo o espacio, vive abandonada a las operaciones divinas que la van purificando. Más abajo precisaremos este punto con ayuda del Catecismo.

5.- El fuego del amor de Dios es lo que precisamente va consumiendo en el alma toda herrumbre o mancha de pecado. El sufrimiento del purgatorio es, pues, ante todo la pena de daño, mucho más que la pena de sentido, es decir, mucho más que «cualesquiera otras penas que allí puedan encontrarse» (15b). En efecto, lo más terrible para el alma es el desgarramiento interior producido por un amor que, a causa de esos impedimentos aún no del todo aniquilados, se ve retardado en el ansia de su perfecta posesión de Dios. Y cuanta más purificación, más intenso el amor y más cruel el dolor. Amor y dolor parecen crecer así en el purgatorio en acelerada progresión. El purgatorio es, pues, un crescendo de amor y dolor que conduce al cielo, a la felicidad perfecta.

6.- Hay en las almas del purgatorio un gozo inmenso, parecido al del cielo, y un dolor inmenso, semejante al del infierno; y el uno no quita el otro.

 

TRATADO DEL PURGATORIO 

Experiencia del purgatorio en la tierra

1. Esta alma santa, viviendo todavía en la carne, se encontraba puesta en el purgatorio del fuego del divino Amor, que la quemaba entera y la purificaba de cuanto en ella había para purificar, a fin de que, pasando de esta vida, pudiese ser presentada ante la presencia de su dulce Dios Amor. Y comprendía en su alma, por medio de este fuego amoroso, cómo estaban las almas de los fieles en el lugar del purgatorio para purgar toda herrumbre y mancha de pecado, que en esta vida no hubiesen purgado.

Y así como ella, puesta en el purgatorio amoroso del fuego divino, estaba unida a ese divino Amor, y contenta de todo aquello que Él en ella operaba, así entendía acerca de las almas que están en el purgatorio.

Almas ajenas a todo, absortas en el amor de Dios

2. Y decía: Las almas que están en el purgatorio, según me parece entender, no pueden tener otra elección que estar en aquel lugar; y esto es por la ordenación de Dios, que ha hecho esto justamente.

Ellas, reflexionando sobre sí mismas, no pueden decir: «Yo, cometiendo tales y tales pecados, he merecido estar aquí». Ni pueden decir: «No quisiera yo haberlos cometido, pues ahora estaría en el Paraíso». Y tampoco pueden decirse: «Aquéllas salen del purgatorio antes que yo», o bien «yo saldré antes de aquél».

Y es que no pueden tener memoria alguna, en bien o en mal, ni de sí ni de otros, sino que, por el contrario, tienen un contento tan grande de estar cumpliendo la ordenación de Dios, y de que Él obre en ellas todo lo que quiera y como quiera, que no pueden pensar nada de sus cosas. Lo único que ven es la operación de la bondad divina, que tiene tanta misericordia del hombre para conducirlo hacia Sí; y nada reparan en sí mismas, ni de penas ni de bienes. Si en ello pudieran fijarse, no estarían viviendo en la pura caridad.

Por lo demás, tampoco pueden ver a sus compañeras que allí penan por sus propios pecados. Están lejos de ocuparse en esos pensamientos. Eso sería una imperfección activa, que no puede darse en aquel lugar, donde los pecados actuales no son ya posibles.

La causa del purgatorio que sufren la conocieron de una sola vez, al partir de esta vida; y después ya no piensan más en ella, pues otra cosa sería un apego de propiedad desordenada.

3. Estas almas, viviendo en la caridad, y no pudiendo desviarse de ella con defectos actuales, por eso ya no pueden querer ni desear otra cosa que el puro querer de la caridad. Estando en aquel fuego purgatorio, están en la ordenación divina, que es la pura caridad, y ya no pueden desviarse de ella en nada, pues ya no pueden actualmente ni pecar ni merecer.

Contentas de adelantar en la purificación

4. No creo que sea posible encontrar un contento comparable al de un alma del purgatorio, como no sea en el que tienen los santos en el Paraíso. Y este contentamiento crece cada día por el influjo de Dios en esas almas; es decir, aumentado más y más a medida que se van consumiendo los impedimentos que se oponen a ese influjo.

La herrumbre del pecado es impedimento, y el fuego lo va consumiendo. Así es como el alma se va abriendo cada vez más al divino influjo. Si una cosa que está cubierta no puede corresponder a la reverberación del sol -no por defecto del sol, que continuamente ilumina, sino por la cobertura que se le opone-, eliminada la cobertura, queda la cosa descubierta al sol. Y tanto más corresponderá a la irradiación luminosa, cuanto más se haya eliminado la cobertura.

Pues así sucede con la herrumbre del pecado, que es como la cobertura de las almas. En el purgatorio se va consumiendo por el fuego, y cuanto más se consuma, tanto más puede recibir la iluminación del sol verdadero, que es Dios. Y tanto crece el contento, cuanto más falta la herrumbre, y se descubre el alma al divino rayo. Lo uno crece y lo otro disminuye, hasta que se termine el tiempo. Y no es que vaya disminuyendo la pena; lo que disminuye es el tiempo de estar sufriéndola.

Y por lo que se refiere a la voluntad de esta alma, jamás ella podrá decir que aquellas penas son penas; hasta tal punto está conforme con la ordenación de Dios, con la cual esa voluntad se une en pura caridad.

Son penas indecibles

5. A pesar de lo dicho, sufren estas almas unas penas tan extremas, que no hay lengua capaz de expresarlas, ni entendimiento alguno las puede comprender mínimamente, a no ser que Dios lo mostrase por una gracia especial. Yo creo que a mí la gracia de Dios me lo ha mostrado, aunque después no sea yo capaz de expresarlo. Y esta visión que me mostró el Señor nunca más se ha apartado de mi mente. Trataré de explicarlo como pueda, y me entenderán aquéllos a quienes el Señor se lo dé a entender.

Penas causadas por los pecados

6. El fundamento de todas las penas es el pecado, sea el original o los actuales. Dios ha creado el alma pura, simple, limpia de toda mancha de pecado, con un cierto instinto que le lleva a buscar en Él la felicidad. Pero el pecado original le aleja de esa inclinación, y más aún cuando se le añaden los pecados actuales. Y cuanto más se desvía así de Dios, se va haciendo más maligna, y menos se le comunica Dios.

Son penas de amor

Toda la bondad que pueda haber en el hombre es por participación de Dios. Él se comunica a las criaturas irracionales, según su voluntad y ordenación, y nunca les falta. En cambio, al alma racional se le comunica más o menos, según la halla purificada del impedimento del pecado.

Por eso, cuando un alma se aproxima al estado de su primera creación, pura y limpia, aquel instinto beatífico hacia Dios se le va descubriendo, y se le acrecienta con tanto ímpetu y con tan vehemente fuego de caridad -el cual la impulsa hacia su último fin- que le parece algo imposible ser impedida. Y cuanto más contempla ese fin, tanto más extrema le resulta la pena.

7. Siendo esto así, como las almas del purgatorio no tienen culpa de pecado alguno, no existe entre ellas y Dios otro impedimento que la pena del pecado, la cual retarda aquel instinto, y no le deja llegar a perfección. Pues bien, viendo las almas con absoluta certeza cuánto importen hasta los más mínimos impedimentos, y entendiendo que a causa de ellos necesariamente se ve retardado con toda justicia aquel impulso, de aquí les nace un fuego tan extremo, que viene a ser semejante al del infierno, pero sin la culpa. Ésta es, la culpa, la que hace maligna la voluntad de los condenados al infierno, a los cuales Dios no se comunica con su bondad. Y por eso ellos permanecen en aquella desesperada voluntad maligna, contrarios a la voluntad de Dios.

Infierno

8. Aquí se ve claramente que la voluntad perversa enfrentada contra la voluntad de Dios es la que constituye la culpa y, perseverando esa mala voluntad, persevera la culpa.

Los que están en el infierno han salido de esta vida con la mala voluntad, y por eso su culpa no ha sido perdonada, ni puede ya serlo, pues una vez salidos de esta vida, ya no puede cambiarse su voluntad. En efecto, al salir de esta vida el alma queda fija en el bien o en el mal, según se encuentra entonces su libre voluntad. Está escrito, Ubi te invenero, es decir, en la hora de la muerte, según haya voluntad de pecado o arrepentimiento del pecado, ibi te iudicabo [donde te encuentre, allí te juzgaré; cf. aprox. Eclesiastés 11,3]. Este juicio es irrevocable, pues más allá de la muerte ya no hay posibilidad de cambiar la posición de la libertad, que ha quedado fijada tal como se hallaba en el momento de la muerte.

Los del infierno, habiendo sido hallados en el momento de la muerte con voluntad de pecado, tienen consigo infinitamente la culpa, y también la pena. Y la pena que tienen no es tanta como merecerían, pero en todo caso es pena sin fin. Los del purgatorio, en cambio, tienen solo la pena, pero como están ya sin culpa, pues les fue cancelada por el arrepentimiento, tienen una pena finita, y que con el paso del tiempo va disminuyendo, como ya he dicho.

¡Oh, miseria mayor que toda otra miseria, tanto mayor cuanto más ignorada por la humana ceguera!

Penas moderadas por la misericordia de Dios

9. La pena de los condenados no es ya infinita en la cantidad, ya que la dulce bondad de Dios hace llegar el rayo de su misericordia hasta el infierno. Es cierto que el hombre, muerto en pecado mortal, merece pena infinita, y padecerla en tiempo infinito. Pero la misericordia de Dios ha hecho que sólo sea infinito el tiempo de la pena, y ha limitado la pena en la cantidad. Podría sin duda haberles aplicado una pena mayor que aquella que les ha dado.

¡Oh, qué peligroso es el pecado hecho con malicia! El hombre difícilmente se arrepiente de él, y no arrepintiéndose de él, permanece en la culpa. Y persevera el hombre en la culpa en tanto persiste en la voluntad del pecado cometido o de cometerlo.

Conformidad en el purgatorio con la voluntad de Dios

10. En cambio, las almas del purgatorio tienen su voluntad totalmente conforme con la voluntad de Dios. Por eso Dios, a esa voluntad conforme, corresponde con su bondad, y ellas permanecen contentas, en cuanto a la voluntad, ya que es purificada del pecado original y actual.

Y en cuanto a la culpa, aquellas almas permanecen tan puras como cuando Dios las creó, ya que han salido de esta vida arrepentidas de todos los pecados cometidos, y con voluntad de nunca más cometerlos. Con este arrepentimiento, Dios perdona inmediatamente la culpa, y así no les queda sino la herrumbre y la deformidad del pecado, las cuales se purifican después en el fuego con la pena.

Y así, purificadas de toda culpa y unidas a Dios por la voluntad, estas almas ven a Dios claramente, según el grado en que Él se les manifiesta; y ven también cuánto importa gozar de Dios, y entienden que las almas han sido creadas para este fin. Esta conformidad atrae el alma hacia Dios por instinto natural con tal fuerza, que no pueden expresarse razones, ni figuras o ejemplos que sean suficientes para decirlo, tal como la mente siente en efecto y comprende por sentimiento interior.

No obstante, yo intentaré con un ejemplo expresar algo de lo que mi mente entiende.

El ejemplo del pan único

11. Imaginemos que en todo el mundo no hubiera sino un solo pan; supongamos que con él hubiese de quitarse el hambre a todos los hombres, y que éstos, sólamente con verlo, quedaran saciados. Pues bien, habiendo el hombre por naturaleza, cuando está sano, instinto de comer, si no comiese, y no pudiese enfermar ni morir, tendría cada vez más hambre; pues el instinto de comer nunca se le quita. Y si el hombre supiera entonces que sólo aquel pan puede saciarle, al no tenerlo, no podría quitársele el hambre.

Y esto es el infierno que sienten los que tienen hambre, ya que cuanto más se acercan a este pan sin poder verlo, tanto más se les enciende el deseo natural; pues éste, por instinto, se dirige a este pan en el que consiste todo su contentamiento. Y si estuviese cierto de no ver más ese pan, en eso consistiría el infierno que tienen todas las almas condenadas, privadas de toda esperanza de nunca jamás ver ese pan, que es el verdadero Dios Salvador.

Las almas del purgatorio, en cambio, padecen esa hambre, porque no ven el pan que podría saciarles, pero tienen la esperanza de verlo y de saciarse de él completamente; y así padecen tanta pena cuando de ese pan no pueden saciarse.

El alma que se va al infierno

12. Otra cosa que veo claramente es que así como el espíritu limpio y puro no encuentra otro lugar sino Dios para su reposo, pues para ello ha sido creado, del mismo modo el alma en pecado no tiene para sí otro lugar que el infierno, que Dios le ha asignado como su lugar propio. Por eso, en el instante en que el espíritu se separa de Dios, el alma va a su lugar correspondiente, sin otra guía que la que tiene la naturaleza del pecado. Y esto sucede cuando el alma sale del cuerpo en pecado mortal.

Y si el alma en aquel momento no encontrara aquella ordenación que procede de la justicia de Dios, sufriría un infierno mayor de lo que el infierno es, por hallarse fuera de aquella ordenación que participa de la misericordia divina, que no da al alma tanta pena como merece. Y por eso, no hallando lugar más conveniente, ni de menores males para ella, se arrojaría allí dentro, como a su lugar propio.

El alma que se va al purgatorio

13. Así sucede por lo que se refiere al purgatorio. El alma separada del cuerpo, cuando no se halla en aquella pureza en la que fue creada, viéndose con tal impedimento, que no puede quitarse sino por medio del purgatorio, al punto se arroja en él, y con toda voluntad.

Y si no encontrase tal ordenación capaz de quitarle ese impedimento, en aquel instante se le formaría un infierno peor de lo que es el purgatorio, viendo ella que no podía unirse, por aquel impedimento, a Dios, su fin. Este fin le importa tanto que, en comparación de él, el purgatorio le parece nada, aunque ya se ha dicho que se parece al infierno.

El alma que se va al cielo

Y todavía he de decir que, según veo, el paraíso no tiene por parte de Dios ninguna puerta, sino que allí entra quien allí quiere entrar, porque Dios es todo misericordia, y se vuelve a nosotros con los brazos abiertos para recibirnos en su gloria.

Y veo también perfectamente que aquella divina esencia es de tal pureza y claridad, mucho más de lo que el hombre pueda imaginar, que el alma que en sí tuviera una imperfección que fuera como una mota de polvo, se arrojaría al punto en mil infiernos, antes de encontrarse ante la presencia divina con aquella mancha mínima.

Y entendiendo que el purgatorio está precisamente dispuesto para quitar esa mancha, allí se arrojaría, como ya he dicho, pareciéndole hallar una gran misericordia, capaz de quitarle ese impedimento.

Importancia del purgatorio

15. La importancia que tiene el purgatorio es algo que ni lengua humana puede expresar, ni la mente comprender. Yo veo en él tanta pena como en el infierno. Y veo, sin embargo, que el alma que se sintiese con tal mancha, lo recibiría como una misericordia, como ya he dicho, no teniéndolo en nada, en cierto sentido, en comparación de aquella mancha que le impide unirse a su amor.

Me parece ver que la pena de las almas del purgatorio consiste más en que ven en sí algo que desagrada a Dios, y que lo han hecho voluntariamente, contra tanta bondad de Dios, que en cualesquieras otras penas que allí puedan encontrarse. Y digo esto porque, estando ellas en gracia, ven la verdadera importancia del impedimento que no les deja acercarse a Dios.

Conocimientos inexpresables

16. Y así me ratifico en esto que he podido comprender incluso en esta vida, la cual me parece de tanta pobreza que toda visión de aquí abajo, toda palabra, todo sentimiento, toda imaginación, toda justicia, toda verdad, me parece más mentira que verdad. Y de cuanto he logrado decir me quedo yo más confusa que satisfecha. Pero si no me expreso en términos mejores, es porque no los encuentro.

Todo lo que aquí se ha dicho, en comparación de lo que capta la mente, es nada. Yo veo una conformidad tan grande de Dios con el alma, que, cuando Él la ve en aquella pureza en que la creó, le da en cierto modo atractivo un amor fogoso, que es suficiente para aniquilarla, aunque ella sea inmortal. Y esto hace que el alma de tal manera se transforme en el Dios suyo, que no parece sino que sea Dios.

Él continuamente la va atrayendo y encendiendo en su fuego, y no le deja ya nunca, hasta que le haya conducido a aquel su primigenio ser, es decir, a aquella perfecta pureza en la que fue creada.

El tormento de un amor retardado

17. Cuando el alma, por visión interior, se ve así atraída por Dios con tanto fuego de amor, que redunda en su mente, se siente toda derretir en el calor de aquel amor fogoso de su dulce Dios. Y ve que Dios, sólamente por puro amor, nunca deja de atraerla y llevarla a su total perfección.

Cuando el alma ve esto, mostrándoselo Dios con su luz; cuando encuentra en sí misma aquel impedimento que no le deja seguir aquella atracción, aquella mirada unitiva que Dios le ha dirigido para atraerla; y cuando, con aquella luz que le hace ver lo que importa, se ve retardada para poder seguir la fuerza atractiva de aquella mirada unitiva, se genera en ella la pena que sufren los que están en el purgatorio.

Y no es que hagan consideración de su pena, aunque en realidad sea grandísima, sino que estiman sobre todo la oposición que en sí encuentran contra la voluntad de Dios, al que ven claramente encendido de un extremado y puro amor hacia ellos. Él les atrae tan fuertemente con aquella su mirada unitiva, como si no tuviera otra cosa que hacer sino esto.

Por eso el alma que esto ve, si hallase otro purgatorio mayor que el purgatorio, para poder quitarse más pronto aquel impedimento, allí se lanzaría dentro, por el ímpetu de aquel amor que hace conformes a Dios y al alma.

Amor divino que purifica y aniquila

18. Y veo más todavía. Veo proceder de aquel amor divino hacia el alma ciertos rayos y fulguraciones ígneas, tan penetrantes y tan fuertes, que parecieran ser capaces de aniquilar no sólo el cuerpo, sino también el alma, si esto fuera posible.

Dos operaciones realizan estos tales rayos en el alma: primero la purifican, y segundo la aniquilan.

Sucede en esto como con el oro que, cuanto más lo funden, de mejor calidad resulta; y tanto podría ser fundido, que llegara a verse aniquilado en toda su perfección. Éste es el efecto del fuego en las cosas materiales. El alma, en cambio, no puede ser aniquilada en Dios, pero sí en ella misma; y cuanto más sea purificada, tanto más viene a ser aniquilada en sí misma, mientras que permanece en Dios como alma purificada.

El oro, cuando es purificado hasta los veinticuatro quilates, ya después no se consuma más, por mucho fuego que le apliquen, pues no puede consumarse sino la imperfección de ese oro. Así es, pues, como obra en el alma el fuego divino. Dios le aplica tanto fuego, que consuma en ella toda imperfección y la conduce a la perfección de veinticuatro quilates -cada uno en su grado de perfección-.

Y cuando el alma está purificada, permanece toda en Dios, sin nada propio en sí misma, ya que la purificación del alma consiste precisamente en la privación de nosotros en nosotros. Nuestro ser está ya en Dios. El cual, cuando ha conducido a Sí mismo el alma de este modo purificada, la deja ya impasible, pues no queda ya en ella nada por consumar.

Y si entonces fuese esta alma purificada mantenida al fuego, no le sería ya penoso, sino que sólo vendría a ser para ella fuego de divino amor, que le daría vida eterna, sin contrariedad alguna, como las almas bienaventuradas, pero ya en esta vida, si esto fuera posible estando en el cuerpo. Aunque no creo que nunca Dios tenga en la tierra almas que estén así, como no sea para realizar alguna gran obra divina.

Purificación pasiva última, obra de Dios

19. El alma ha sido creada con toda la perfección de que ella era capaz, viviendo según la ordenación de Dios, sin contaminarse de mancha alguna de pecado. Pero una vez que ella se ha contaminado por el pecado original, y después por los pecados actuales, pierde sus dones y la gracia, queda muerta, y no puede ser resucitada sino por Dios.

Ya resucitada por el bautismo, queda en ella la mala inclinación, que la inclina y conduce, si ella no se resiste, al pecado actual, y vuelve así a morir.

Dios vuelve a resucitarla con otra gracia especial, pero ella queda tan ensuciada y convertida hacia sí misma, que para volverla a su primer estado, a aquel en el que Dios la creó, serán precisas todas estas operaciones divinas, sin las que el alma nunca podría volver a la perfección del estado primero, en el que Dios la creó.

Y cuando esta alma se halla en trance de recuperar su primer estado, es tal la inflamación de su deseo para transformarse en Dios, que ése es su purgatorio. Y no es que ella vea el purgatorio como purgatorio, sino que aquella inclinación encendida e impedida es lo que resulta para ella purgatorio.

Este último estado del amor es el que hace esta obra sin el hombre, porque se encuentran en el alma tantas imperfecciones ocultas, que si el hombre las viese, se hundiría en la desesperación. Pero este último estado del amor las va consumando todas, y Dios le muestra ésta su operación divina, la cual es la que causa en ella aquel fuego de amor que le va consumando todas aquellas imperfecciones que deben ser eliminadas.

Imperfección congénita de todo lo humano

20. Aquello que el hombre juzga como perfección, ante Dios es deficiencia. En efecto, todas aquellas cosas que el hombre realiza, según como él las ve, las siente, las entiende y las quiere, incluso aquéllas que tienen apariencia de perfección, todas ellas están manchadas. Para que esas obras sean completamente perfectas, es necesario que dichas operaciones sean realizadas en nosotros sin nosotros, y que la operación divina sea en Dios sin el hombre.

Y estas tales operaciones son aquéllas que Dios, Él solo, hace en esa última operación del amor puro y limpio. Y son estas obras para las almas tan penetrantes e inflamadas que el cuerpo, que está con ella, parece que está enrrabiado, como si estuviese puesto en un gran fuego, que no le dejase nunca estar tranquilo, hasta la muerte.

A la vez, gran gozo y gran dolor

Verdad es que el amor de Dios, que redunda en el alma, según entiendo, le da un gozo tan grande que no se puede expresar; pero este contentamiento, al menos a las almas que están en el purgatorio, no les quita su parte de pena. Y es aquel amor, que está como retardado, el que causa esa pena; una pena que es tanto más cruel cuanto es más perfecto el amor de que Dios la hace capaz. Así pues, gozan las almas del purgatorio de un contento grandísimo, y sufren al mismo tiempo una grandísima pena; y una cosa no impide la otra.

Hasta el último céntimo

21. Si las almas del purgatorio pudieran purificarse por la sola contrición, en un instante pagarían la totalidad de su deuda. En efecto, el ímpetu de su contrición es grande, por la clara luz que les hace ver la importancia de aquel impedimento. Pero éste ha de ser pagado íntegramente, y Dios no lo condona ni en una mínima parte, pues así viene exigido por su justicia.

Olvidadas de sí, abandonadas en Dios

Por parte del alma, ésta no tiene ya elección propia, y ya no alcanza a ver sino lo que Dios quiere; y no quiere tampoco ver más, sino lo que así está establecido.

22. Y esas almas, si los que están en el mundo ofrecen alguna limosna para que disminuya el tiempo de su prueba, no están en condiciones de volverse hacia ellas con afecto, sino que dejan en todo hacer a Dios, el cual responde como quiere. Si ellas pudieran volverse, esto sería un apego desordenado, que les quitaría del querer divino, lo que para ellas sería un infierno.

Están, pues, las almas del purgatorio completamente abandonadas a todo lo que Dios les dé, sea de gozo o de pena; y ya nunca más pueden volverse hacia sí mismas, tan profundamente están las almas transformadas en la voluntad de Dios, y lo que ésta disponga eso es lo que les contenta.

Toda la pena que sea precisa

23. Y si fuera presentada ante Dios un alma que aún tuviera una hora por purgar, se le infligiría con ello un gran daño, todavía más cruel que el purgatorio, pues no podría soportar aquella suprema justicia y suma bondad. Y además sería algo inconveniente por parte de Dios.

Esta pena intolerable afligiría al alma cuando viese que la satisfacción suya ofrecida a Dios no era plena, aunque sólo le faltara un abrir y cerrar de ojos de purgación. En efecto, antes que estar en la presencia de Dios no del todo purificada, preferiría arrojarse al instante en mil infiernos, si pudiera tomar esta elección.

Miseria de la ceguera humana ante estas verdades

24. Ahora que veo claramente estas cosas en la luz divina, me vienen ganas de gritar con un grito tan fuerte, que pudiera espantar a todos los hombres del mundo, diciéndoles: ¡Oh, miserables! ¿por qué os dejáis cegar así por las cosas de este mundo, que para una necesidad tan importante, como en la que os habéis de encontrar, no tomáis previsión alguna? Estáis todos amparados bajo la esperanza de la misericordia de Dios, que ya dije es tan grande; pero ¿no veis que tanta bondad de Dios va a seros juicio, por haber actuado contra su voluntad? Su bondad debería obligaros a hacer todo lo que Él quiere, pero no debe daros la esperanza de cometer el mal impunemente. La justicia de Dios no puede fallar, y es preciso que sea satisfecha de un modo u otro plenamente.

No te confíes, pues, diciendo: yo me confesaré y conseguiré después la indulgencia plenaria, y al momento me veré purificado de todos mis pecados. Piensa que esta confesión y contrición, que es precisa para recibir la indulgencia plenaria, es cosa tan difícil de conseguir que, si lo supieras, tú temblarías con gran temor, y estarías más cierto de no tenerla que de poderla conseguir.

Paz y gozo en la purificación

25. Yo veo que las almas del purgatorio entienden estar sujetas a dos operaciones. La primera es que padecen voluntariamente aquellas penas, conscientes de que Dios ha tenido con ellas mucha misericordia, teniendo en cuenta lo que merecían, siendo Dios quien es. Si su inmensa bondad no atemperase con la misericordia la justicia, que se satisface con la sangre de Jesucristo, un solo pecado hubiera merecido mil infiernos perpetuos. Y por eso padecen esa pena con tanto voluntad, que no quisieran les fuera reducida ni en un gramo, tan convencidos están de que la merecen justamente, y de que está bien dispuesta. Así que, en cuanto a la voluntad, tanto se pueden quejar de Dios como si estuvieran en la vida eterna.

La otra operación es la del gozo que experimentan al ver la ordenación de Dios, dispuesta con tanto amor y misericordia hacia las almas. Y estas dos visiones las imprime Dios en aquellas mentes en un instante. Ellas, como están en gracia, pueden entenderlas según su capacidad; y ello les da un gran contentamiento que no viene a faltarles nunca, sino que va acrecentándose a medida que se acercan a Dios.

Y estas visiones no las tienen las almas en sí mismas, ni por sus propias fuerzas, sino que las ven en Dios, en el cual tienen su atención mucho más fija que en las penas que están padeciendo, y de las que no hacen mayor caso. Y la razón es que por mínima que sea la visión que se tenga de Dios, ella excede a toda pena o gozo que el hombre pueda captar; y aunque exceda, no le quita sin embargo nada en absoluto de ese contentamiento.

Yo vivo en la tierra el purgatorio

26. Esta forma purificativa que veo en las almas del purgatorio, es la misma que estoy sintiendo yo en mi mente, sobre todo desde hace dos años; y cada día la siento, y cada vez más claramente. Veo que mi alma está en su cuerpo como en un purgatorio, de modo semejante al verdadero purgatorio, en la medida, sin embargo, en que el cuerpo lo pueda soportar sin morir; y esto siempre va creciendo hasta la muerte.

Yo veo al espíritu abstraído de todas aquellas cosas, incluso de las espirituales, que le podrían dar alimento, como sería alegría y consolación. Y es que ya no está en disposición de gustar alguna cosa espiritual, ni por voluntad, ni por inteligencia, ni por memoria, de modo que pueda decir: «me da más contento esto que aquello otro».

Ayuno en el interior

Mi interior se encuentra de tal modo asediado, que todas aquellas cosas que mantenían la vida espiritual y corporal le han sido quitadas poco a poco. Al serle quitadas ha conocido que no eran sino unas ayudas, y al reconocerlas como tales, de tal modo las va menospreciando que todas ellas se van desvaneciendo, sin que nada las retenga. Y es que el espíritu tiene ya en sí el instinto de quitar todo lo que pueda impedir su perfección, y está dispuesto a obrar con tal crueldad que se dejaría poner en el infierno con tal de conseguir su intento.

Y así va quitándole al hombre interior todas las cosas que podrían alimentarle, y lo asedia tan sutilmente que no le deja pasar la más mínima imperfección, sin que al punto sea descubierta y aborrecida.

Y ese mismo asedio hace que mi espíritu tampoco pueda soportar que aquellas personas que me son próximas, y que van al parecer hacia la perfección, se sustenten en criatura alguna. Cuando los veo cebados en cosas que yo he menospreciado ya, no puedo sino apartarme para no verlo, y más aún cuando son personas especialmente próximas a mí.

Ayuno en el exterior

28. El hombre exterior, por su parte, se ve tan desasistido por el espíritu, que ya no encuentra cosa sobre la tierra que pueda recrearle, según su instinto humano. Ya no le queda otra confortación que Dios, que va obrando todo esto por amor y con gran misericordia para satisfacer su justicia. Y entender que esto es así le da una gran alegría y una gran paz.

Sin embargo, no por esto sale de su prisión, ni tampoco lo intenta, hasta que Dios haga lo que sea necesario. Su alegría está en que Dios esté satisfecho, y nada le sería más penoso que salir fuera de la ordenación de Dios, tan justa la ve, y tan misericordiosa.

Todas estas cosas las veo y las toco, pero no sé encontrar las palabras convenientes para expresar lo que querría decir. Lo que yo he dicho, lo siento obrar dentro de mí espiritualmente.

Mundo-cárcel, cuerpo-cadena

29. La prisión en la cual me parece estar es el mundo, y la cadena que a él me sujeta es el cuerpo. Y el alma, iluminada por la gracia, es la que conoce la importancia de estar privado, o al menos retardado, por algún impedimento que no le permite conseguir su fin. Ella es tan delicada, y recibe ciertamente tal dignidad de Dios por la gracia, que viene a hacerse semejante y participante de Él, que la hace una cosa consigo por la participación de su bondad.

Y así como es imposible que venga Dios a sufrir alguna pena, así les sucede a aquellas almas que se aproximan a Él, y tanto más cuanto más se le aproximan, pues más participan de sus propiedades. Ahora bien, el retardo que el alma sufre le causa una pena, y esta pena y retardo le hacen disconforme de aquella propiedad que ella tiene por naturaleza.

Y no pudiendo gozar de ella, siendo de ella capaz, sufre una pena tan grande cuanto en ella es grande el conocimiento y el amor de Dios. Y cuanto está más sin pecado, más le conoce y estima, y el impedimento se hace más cruel, sobre todo porque el alma permanece toda ella recogida en Dios y, al no tener ningún impedimento externo, conoce sin error.

La santa ordenación de Dios

30. Así como el hombre que se deja matar antes que ofender a Dios, siente el morir y le da sufrimiento, pero la luz de Dios le da un celo seguro que le hace estimar el honor de Dios más que la muerte corporal; así el alma que conoce la ordenación de Dios, tiene más en cuenta esa ordenación que todos los tormentos, por terribles que puedan ser, interiores o exteriores. Y esto es así porque Dios, por el que se hacen estas obras, excede a toda cosa que pueda imaginarse o sentirse.

Todas estas cosas que he ido exponiendo, el alma no las ve, ni de ellas habla, ni conoce de ellas con propiedad o daño; sino que las conoce en un instante, y no las ve en sí misma, porque aquella atención que Dios le da de sí mismo, por pequeña que sea, de tal modo absorbe al alma que excede a todas las cosas, de las que ya no hace caso.

En fin, Dios hace perder aquello que es del hombre, y en el purgatorio lo purifica.

 

 VIDA DE SANTA CATALINA DE GÉNOVA

Santa Catalina de Génova, perteneció a la familia Fieschi,  siendo la quinta hija del matrimonio de James Fieschi y Francesca di Negro de Génova.  La familia era de mucha fama y fortuna durante el siglo XV, y cuenta con dos Papas: Inocencio, IV y Adriano V.

Catalina fue conocida más tarde en el mundo como modelo de conducta, admirada no sólo para la Iglesia Católica sino también por otros bautizados.

Dedicó toda su vida al Señor, entregándose a El desde muy joven. De niña fue muy obediente y en sus actitudes ya sobresalían los deseos por la santidad y la penitencia. Con tan solo ocho años de edad ya mostraba una inclinación particular a la penitencia, cambiando su cama cómoda y lujosa por el duro piso, y su almohada por un áspero tronco.

Al cumplir doce años tuvo su primera visión del amor de Dios, en la cual Jesús compartió con ella algunos de los sufrimientos de su Santa Pasión. A los trece años decidió abrazar la vida religiosa en el convento de las Hermanas de Nuestra Señora de la Gracia, donde su hermana Limbania era ya una Religiosa profesa. Habló con el director de la Orden, pero no aceptaban niñas tan jóvenes en la congregación. Esto causó una fuerte herida en el corazón de Catalina, pero no perdió su fe en el Señor.

Cuando su padre murió, se pensó que era necesario mantener el mando político uniendo en matrimonio a los hijos del mismo rango. A la edad de 16 años se vio obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia. Su esposo era totalmente opuesto a Catalina, ella piadosa y él, un hombre de mundo que no tenía compasión ni escrúpulos por nadie, ni por nada. Los primeros años de su vida matrimonial fueron muy difíciles.

Catalina, después de haber aguantado muchas infidelidades de parte de su esposo, a los cinco años de casada, se sintió abandonada de todos y en profunda desolación, incluso de Dios. Volcó su vida a la frivolidad, de fiesta en fiesta, trataba de buscar un significado a su vida. Pero esto no la llenó de paz ni de gozo, mas bien de desesperación y depresión.

Su Conversión 

El 21 de marzo, de 1473, en la fiesta de San Benito, su hermana Limbania le sugirió que fuera donde un sacerdote confesor, ella consintió. Se encontró con un santo confesor por medio del cual el Señor la llenó de gran fortaleza y de Su amor incondicional; cayó en éxtasis y se sintió incapaz de confesar sus pecados.  En ese momento el Señor le mostró toda su vida como pasada en una película; pudo ver la traición que ella había hecho al amor del Señor, pero al mismo tiempo pudo ver a través de las Sagradas Llagas de Jesús, la gran misericordia del Señor por ella y por todos los hombres, y el contrastante amor de Dios y el amor del mundo. Esto le hizo repudiar desde ese momento el pecado y el mundo.  Ese mismo día, estando en su casa, el Señor se le apareció, todo ensangrentado, cargando la cruz, y le mostró parte de Su vida y de Su sufrimiento. Ella, llena del amor del Señor y triste por los diez años que había desperdiciado no amando al Señor, decidió limpiar su vida y así, empezar una vida nueva en El.

Luego, Nuestro Señor durante otra aparición, hizo recostar la cabeza de Catalina en Su Pecho al igual que el Apóstol San Juan, dándole la gracia de poder ver todo a través de Sus ojos y sentir a través de Su corazón traspasado.

Por medio de sus constantes oraciones, su esposo se convirtió y aceptó vivir en celibato perpetuo. Decidió entrar en la orden franciscana terciaria y se trasladaron del palacio a una casa pequeña cerca del hospital, donde servían a los enfermos, ayudándolos a morir en paz. Es allí donde su esposo muere víctima de una enfermedad contagiosa.

Catalina y la Eucaristía 

El día de la fiesta de la Anunciación, después de su conversión, durante la celebración de la Santa Misa, en el momento de la Comunión, el Señor le dio un amor ardiente por la Eucaristía, y desde ese día comenzó a comulgar diariamente.

El Señor la invita a estar con Él en el desierto  

Rememorando los 40 días Jesús pasó en el desierto, Catalina no comía ni injería bebida alguna durante la cuaresma, alimentándose únicamente de la Eucaristía. Continuó haciendo esto todos los años durante cuaresma y adviento. Nunca manifestó debilidad ni dolor, excepto cuando por alguna razón no podía recibir la Eucaristía. El testimonio de que la Eucaristía es Fuente de Vida, se vio sobrenaturalmente manifestado en ella.

Siempre mostró gran reverencia y amor por la Eucaristía. Durante las celebración de la Santa Misa, su espíritu permanecía siempre recogido, sobre todo a la hora de recibir la Sagrada Comunión, muchas veces se le vio caer en éxtasis, y llorando rogaba a Dios perdonara sus pecados.

Ella comentaba que cuando recibía la Comunión sentía que un rayo de amor traspasaba profundamente su corazón, a semejanza de otros místicos como Santa Teresa de Avila, San Juan de la Cruz, Santa Gemma Galgani, Santa Verónica Guliani y el Padre Pío. Esto es el don de la transverberación. Su gran amor por Nuestro Señor en la Eucaristía, la hacía desearlo solamente y únicamente a Él.

Sacrificio y mortificación. La Agonía y el Éxtasis 

Durante los primero cuatro años, seguidos a su conversión, practicó sacrificios y penitencias para disciplinar sus sentidos, mortificando todo deseo de la carne. Se abstuvo de comer carne y todo tipo de frutas. Dormía sobre objetos puntiagudos que cortaban su piel y le ocasionaban sangramiento. Practicó una fuerte austeridad durante estos años, pero siempre tuvo el cuidado del cumplimiento diario de sus deberes. Pasaba largas horas en oración para poder llenarse del Señor y permanecer fuerte en los momentos de tentación.

Como todos los santos, dedicó su vida a amar a Dios y al servicio de los hermanos no buscando su propia comodidad y deseos.

La penitencia que Catalina practicaba era muy fuerte, tanto así que nuestro Señor en una ocasión le ordenó que cesara de practicar esas mortificaciones y penitencias tan severas, a lo que ella obedeció.

Catalina siempre buscó la vida escondida, deseando la vida íntima con el Señor, pero nunca tomó ningún don como merecido, pues sabía que por ella misma nada bueno podía hacer. En todo ello veía el gran amor de Dios, rogándole que siempre se hiciera en ella Su voluntad.

Durante una aparición el Señor le dijo: «Nunca digas yo deseo, o yo no deseo. Nunca digas mío, sino siempre nuestros. Nunca te excuses, sino que siempre estés pronta para acusarte a ti misma».

Batalla ente el Amor Divino y su amor propio. 

Catalina describía el amor propio como el odio propio, decía que el amor propio es el anzuelo puesto por el diablo para hacernos caer y la estrategia para traer el mal al mundo.

El alma absorbida por el amor propio se dirige a la total ruina espiritual. Sorda y ciega para la Verdad, condena su ser voluntariamente, abriéndose camino al Purgatorio o a la eterna agonía del infierno. Para ella el amor propio causa mayor muerte que la muerte de nuestro propio cuerpo, pues nos aparta del Amor Divino, de la Verdad y de la verdadera Voluntad de Dios. «La mejor manera de amar al Señor de una forma plena es olvidándose de uno mismo», insistía.

Muerte de Santa Catalina de Génova 

Nueve años antes de su muerte, Catalina sufrió estuvo muy enferma. Nada quitaba sus dolores y su condición iba deteriorándose paulatinamente. Sufrió mucho a semejanza de su Divino Esposo, no había una sola parte de su cuerpo que no sufriera dolor. Su cuerpo y su espíritu estaban completamente unidos a los sufrimientos de la Pasión de Cristo, aun cuando dormía.

Durante el último año de su vida, vivió prácticamente alimentándose en una semana lo que se come regularmente en un día y, aunque físicamente estaba padeciendo terriblemente, siempre mostró una especial paz.

Catalina murió el 14 de septiembre, de 1507 , día de la Exaltación de la Cruz. Su cuerpo fue enterrado en el hospital donde sirvió por mas de 40 años. Cuando años mas tarde se abrió su tumba, sus vestidos presentaban signos de descomposición así como el ataúd, pero su cuerpo estaba intacto, igual que el día en que había sido enterrado.

Muchos milagros a partir de su muerte.

Una amiga de Catalina que estaba críticamente enferma, tuvo una visión de Catalina en el cielo, gozando de la Luz Divina. Entonces pidió a los enfermeros del hospital que la trasladaran y la colocaran cerca del cuerpo de Catalina, y que pasaran sobre la parte de su cuerpo que estaba enfermo, un pedazo de tela del vestido de Catalina, en ese instante la amiga de Catalina pidió la intercesión de la santa e inmediatamente fue sanada.

Fue Canonizada el 18 de mayo de 1737 por el Papa Benedicto XIV.

Su cuerpo permanece incorrupto en la iglesia del hospital donde sirvió tantos años. Su nombre original es la Santísima Annunziata, pero se agrega el de Santa Catalina.  Originalmente era parte del hospital pero este fue destruido por la guerra mientras que la iglesia fue prodigiosamente salvada. Hoy día la iglesia es mantenida por los frailes franciscanos.

 

ORACIÓN

Oh gloriosa Santa Catalina, digna hija del pobrecillo de Asís, que te emulaste en la piedad por la Pasión de Jesús y en el ardor de la caridad, tanto que llegaste a hacer de tu vida un continuo acto de amor por Dios y por el prójimo, vuelve a nosotros tu mirada.

Haz que en nuestros corazones se encienda por lo menos una chispa de tu ardiente amor, que arrancándonos de los lazos del pecado, nos una siempre más al Señor.

Sé todavía hoy la suave consoladora de los enfermos, obteniéndoles con la salud del cuerpo, la paz y la alegría del alma.

Extiende también tu oración sobre las almas del Purgatorio, a fin de que, cuanto antes puedan gozar la plena posesión de Dios.

Libéranos de las desgracias, aleja de nosotros todo peligro y obténnos la gracia de merecer, practicando la virtud, la gloria del Paraíso. Amen.

 

VIDEO

Purgatorio-Santa Catalina de Génova 1 a 6


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: