Sobre fines de mayo decíamos que había señales de que Francisco se estaría convirtiendo en un referente moral de la izquierda latinoamericana, ver aquí. Ahora es un referente de la Teología de la Liberación, de cuño marxista, el jesuita Jon Sobrino, quien declara ver con buenos ojos las actitudes de Francisco, a pesar que Bergoglio fue un fuerte oponente de ese movimiento.
El destacado teórico de la Teología de la Liberación, el jesuita Jon Sobrino, aseguró que el papa Francisco sigue un camino «claro y coherente», a la vez que consideró que todos los cristianos deben ayudarle y dejarse ayudar por el pontífice para marcar el cambio.
«Después de dos meses y medio de ser elegido, el papa Francisco sigue su camino de un modo claro y coherente», destacó Sobrino en un artículo en la edición de este mes de Cartas a las Iglesias, una publicación del Centro Pastoral Oscar Arnulfo Romero de la Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador.
Para Sobrino, sacerdote salvadoreño-español, los primeros gestos de Francisco fueron «muy personales, distintos y contrarios a los de su predecesor y a los de la Curia Romana porque arrodillarse ante el pueblo antes de darle su bendición no es cosa pequeña».
Destacó que esos gestos «simpáticos, humanos», de sencillez, se repiten cada día, contrastando con lo anterior y con «el aire de superioridad y de apoteosis».
Con Francisco, estima Sobrino, se respiran aires de cambio, como del Vaticano II (Concilio reformador entre 1962-1965) y Juan XXIII (el papa bueno), aunque todavía está por verse cómo hará para enfrentar al capitalismo internacional y sus defensores que «no se arredran ante nada», así como para «emprender de verdad la reforma de la Curia, que ya ha anunciado contra el rechazo de los curiales que -salvo milagro- no se hará esperar».
El teólogo, quien fue sancionado y acallado por Benedicto XVI por sus escritos sobre Jesús, también cree que está por verse cómo abordar los problemas a los que los papas anteriores «no han prestado la atención debida» como matrimonios y divorcio, ministerio y celibato y la «reparación» que hoy en día se debe a decenas de miles de religiosas estadounidenses «juzgadas con ligereza y sin diálogo».
«El Papa Francisco habla muy bien y de corazón de los pobres y muestra compasión hacia los oprimidos. Quizás recupere la profecía, incluido el hablar en contra de los que matan, aunque los ame de corazón», enfatiza.
El sacerdote advierte que probablemente Francisco «experimentará la necesidad de meterse en los conflictos de este mundo» con lo cual «le caerán duros palos a él y a la Iglesia».
El mensaje es que Francisco “dé el paso adelante”.
Los sunnitas, están dispuestos a reanudar el diálogo con el Vaticano. Piden que el Papa afirme que el Islam es una religión pacífica. Dicen que los problemas que tuvimos no eran con el Vaticano, sino con el anterior Papa, y ahora las puertas de Al Azhar están abiertas.
El consejero diplomático del gran imán de la mezquita Al Azhar en El Cairo aseguró que el islam sunnita está dispuesto a reanudar el diálogo con el Vaticano y declaró que espera que el papa Francisco «dé un paso adelante».
«Francisco es un nuevo Papa. Esperamos que dé un paso adelante», declaró Mahmud Abdel Gawad, emisario diplomático y consejero del imám Ahmed Al Tayeb, en una entrevista con el diario Il Messagero.
El asesor, entrevistado en El Cairo, citó como posible acercamiento «una intervención en la que [el Papa] afirme que el islam es una religión pacífica, y que los musulmanes no buscan la guerra o la violencia». Esto «sería ya un progreso», añadió.
Según Abdel Gawad, la ocasión adecuada podría ser el mes de Ramadán (el ayuno musulmán) que empieza este año alrededor del 9 de julio.
«Es una tradición que los soberanos pontífices escriban un mensaje al gran imán, dependerá del papa Francisco encontrar las palabras correctas», dijo.
«Los problemas que tuvimos no eran con el Vaticano, sino con el anterior Papa, ahora las puertas de Al Azhar están abiertas», dijo el consejero.
En 2006, Benedicto XVI provocó una ruptura con el mundo musulmán al citar a un emperador bizantino que describió al profeta Mahoma como un propagador a través de la violencia de ideas «malas e inhumanas».
El diálogo fue retomado en 2009 antes de volver a ser interrumpido cuando el Papa hizo un llamamiento a proteger a las minorías cristianas después de un atentado suicida contra una iglesia de Alejandría, en Egipto, en la madrugada de 1 de enero de 2011.
Al Azhar decidió suspender sus reuniones con el Vaticano al considerar que las declaraciones de Benedicto XVI sobre los cristianos de Oriente eran «ataques repetidos contra el islam».
Tras la renuncia de Benedicto XVI, dirigentes musulmanes en Egipto previeron una reapertura del diálogo con la Iglesia católica, aunque estimaron que unas mejores relaciones entre la Iglesia y Al Azhar dependerán de la postura del nuevo Papa ante el mundo musulmán.
Después de las revoluciones árabes de 2011, los islamistas se convirtieron en la primera fuerza política en varios países de la región, complicando las relaciones con las minorías cristianas.
El sacerdote franciscano Fray Berislao Ostojic, confesor en Argentina del entonces Cardenal Jorge Bergoglio, dijo que el Papa Francisco es un hombre que tiene los pies en la tierra y que pide que recen por él porque sabe que“el tentador no duerme”.
El sacerdote lo dijo en la carta que envió a su hermano Mario Marcos, que nació en Argentina pero que actualmente radica en Croacia. La misiva fue difundida por un portal croata y en esta se ofrece una visión particular del papa Francisco.
En el texto, Fray Ostojic se refiere al permanente pedido del Santo Padre “rece por mí”. Hace poco, recuerda, el Papa pidió “recen por mí, para que no me la crea”. En esta sencilla petición, dice el P. Ostojic,
“se contiene su concepto de la autoridad, que es servicio. Y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual”.
Asimismo, advirtió que aunque actualmente los medios de comunicación “cantan loas al nuevo Papa”, los fieles deben
“evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos”, ya que “la experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”.
“Basta pensar qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro ‘no’ al aborto, y qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer”, y muchas otras cuestiones sensibles. Entonces “muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio”, señaló.
El fraile también destacó la capacidad del Papa,
“de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca”.
En ese sentido, recordó la homilía del entonces Cardenal Bergoglio cuando ordenó a Mons. Salaberry, jesuita, y abordó las dificultades que se le presentarían al nuevo obispo. El Arzobispo le dijo que “cuando todo parece oscuro”, “aprendé a pelarte las rodillas ante el Sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda”.
TEXTO DE LA CARTA DE FRAY BERISLAO OSTOJIC, ENVIADA A SU HERMANO EL 25 DE ABRIL DE 2013
“Querido hermano, ¡Paz y bien! Te escribo para compartir con vos la profunda alegría del don que el Señor le hizo a esta tierra que te vio nacer y que en el papa Francisco, desde que yo lo conozco, tiene a un hijo suyo capaz de abrir corazones, tender puentes y estrechar manos sin hacer acepciones espurias. Nada de lo que yo pueda escribirte se inscribe en el afán por novedades coyunturales”.
“En los primeros gestos y palabras del nuevo Obispo de Roma, tanto quienes llenaban la plaza de San Pedro como quienes seguían el acontecimiento por los medios de comunicación, pudimos ver, apreciar y también gustar el mensaje de un hombre sencillo y entregado al querer de Dios”.
“Creo que la presentación del papa Francisco muestra que vive profundamente enraizado en ese Jesús que, como a Pedro, le habrá susurrado en lo más íntimo aquella pregunta “¿Me amas?”. Y la respuesta no se hizo esperar y todos pudimos percibirlo”.
“En el libro de los Hechos de los Apóstoles tenemos una pista por comprender: ‘En mi primer libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que Jesús hizo y enseñó, desde…’ (Hechos 1,1)”
“El orden de los verbos, hacer y enseñar, no es casual, es más bien profundamente significativo. Hasta la sabiduría popular hace dos referencias a ese orden en dos frases: ‘a las palabras se las lleva el viento, los ejemplos convencen’ y ‘obras son amores, no buenas razones’”.
“Esta sencilla y descarnada introducción permite valorar la importancia de los gestos con los que el papa Francisco sella y autentica la genuina raíz evangélica de sus palabras”.
“Quienes hemos tenido algún trato y cercanía con quien hasta hace poco era arzobispo de Buenos Aires, y en tantas ocasiones hemos escuchado y nos hemos servido de sus homilías, no nos vimos demasiado sorprendidos por los gestos y tampoco por su estilo llano, cordial y al mismo tiempo incisivo”.
“Es su manera de hablarle al corazón de la gente, sin distinciones espurias”.
“Es natural que muchos se pregunten por la raíz o por la columna vertebral de este estilo que tanto cautiva, no solo a quienes están en la Plaza de San Pedro, sino también a cuantos están siguiéndolo en los más variados rincones del mundo”.
“Las opiniones abundarán. Los mismos medios de comunicación sencillos, como los periódicos y revistas, o los más sofisticados, cantan loas al nuevo Papa y dicen tantas cosas interesantes”.
“Sin embargo, aun cuando cabe apreciar la misión de los medios, también habrá que evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos”.
“La experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”.
“Basta pensar: ¿Qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro NO al aborto? ¿Qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer? Y muchas otras preguntas sensibles”.
“Entonces muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio”.
“Estoy profundamente convencido de que el papa Francisco vive con sereno gozo las alegrías y que sabrá llevar la cruz. Y desde ella invitar a la esperanza que no defrauda”.
“Quienes por algún motivo entran en contacto con él escucharán de sus labios este pedido: ‘Rece por mí’”.
“También ya como Papa hace poquito pidió: “Recen por mí, para que no me la crea”. En esta sencilla petición se contiene su concepto de la autoridad, que es servicio. Y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual”.
“Vuelvo a la pregunta, a mi entender fundamental para entender cuanto hace y dice el Papa: ¿De dónde le viene la audacia de los gestos, la alegría del servicio?”
“Desde mi percepción personal la cosa me parece clara. La columna vertebral desde la que se articulan los gestos y las palabras, hay que buscarla y se la reconoce en su actitud orante, en la capacidad de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo, las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca”.
“Recuerdo que en la ordenación episcopal del obispo de Azul, Mons. Salaberry, también jesuita, en la homilía, refiriéndose a las dificultades, cuando todo parece oscuro, Bergoglio lo exhortaba: ‘Entonces, aprendé a pelarte las rodillas ante el Sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda’”.
“La sencillez en el trato, la apertura del corazón, el entusiasmo por llevar el Evangelio a todos, el amor y la ternura por los más débiles, no son riquezas que caen del cielo, se adquieren en la intimidad con Jesús, el único Maestro”.
“El gesto de pedir que oren por él para que, antes de bendecir él mismo al pueblo, éste implore la bendición para el pastor, no se improvisa. La fuerza del gesto se percibió en el silencio orante que unió, en Cristo, el corazón de los fieles y el del Pastor. Todos pudimos palpar la fecundidad de sabernos miembros vivos de la Iglesia”.
“Esto de pedir ‘rece y recen por mí’ se da cada vez que despide a alguno con quien se encontró por alguna razón”.
“Otro gesto que, para mí, lo pinta de cuerpo entero, es su visita a los presos el día Jueves Santo. Así manifestó que su cercanía a los pobres, que aquí en Buenos Aires fue parte viva de sus preocupaciones pastorales, se mantendrá también en Roma”.
“Claro, como obispo de Roma, todo lo que haga y diga tiene más repercusión por razones fáciles de entender”.
“Le es muy caro, y lo manifestará con insistencia, el tema de la ternura y de la misericordia de Dios”.
“Habrá, sin ninguna duda, muchas más expresiones semejantes a las que todos conocemos. ‘Dios no se cansa nunca de perdonar, pero nosotros nos cansamos a veces de pedir perdón’”.
“Este es el papa Francisco que yo conozco. Estoy seguro de que, aun cuando sus nuevas y más amplias obligaciones le impongan cambios en algunas formas, en lo esencial seguirá siendo el mismo”.
“Él es un enamorado de Cristo y en Cristo ama a todos los hombres. Cuando ya no ocupe las primeras páginas de los periódicos, él seguirá dando testimonio creíble y coherente de Jesús”.
“Nos toca a nosotros orar por él, ser fieles a su Magisterio y, dentro de nuestras posibilidades, colaborar en llevar la semilla del Evangelio al mundo de hoy”.
“Cada uno de nosotros cabe en algún lugarcito del corazón del papa Francisco. Que él también tenga, junto con Jesús, un lugarcito en nuestros corazones”.
“Si eligió el nombre de Francisco, para decirlo con una expresión simple, es porque sin dejar de ser un auténtico jesuita, tiene un corazón franciscano”.
“El Espíritu Santo lo guiará y nuestras oraciones lo sostendrán en su misión de Padre y de Pastor”.
“Espero no haberte cansado. Que el Señor te bendiga y la Virgen te proteja. Paz y Bien. Te saludo con afecto”. Fra Berislav Ostojic. Hurligham (Buenos Aires), 25 de abril de 2013. (AICA)
Un miembro de la curia romana que mantiene su anonimato.
Un miembro destacado de la Curia romana, que prefiere conservar el anonimato y, por eso, firma como Ireneo de Lyon, lanza, desde su conocimiento de la maquinaria vaticana, una hoja de ruta para la Reforma de la Curia. Con el objetivo de aportar su grano de arena y servir de cauce a otras aportaciones procedentes de todos los sectores eclesiales.
Era de esperar. A pocos meses de su elección a la Cátedra de Roma, el Papa francisco constituyó una especie de Consejo de la Corona «para aconsejarlo en el gobierno de la Iglesia universal» y para «estudiar un proyecto de revisión de la Constitución apostólica Pastor Bonus».
Algunos susurran que la idea de este grupo de cardenales que asesora al Papa había surgido ya antes de la renuncia de Benedicto XVI, con el objetivo de limitar el poder del cardenal Tarcisio Bertone, que los ocho cardenales que forman el grupo ya estaban en contacto antes del cónclave y que, entre ellos, estaba también Bergoglio. Difícil probarlo.
Lo cierto es que si hay algo de lo que se arrepiente Benedicto XVI es de no haber llevado a cabo la reforma de la Curia romana.
Pero examinemos los hechos. El grupo de trabajo está integrado por cardenales representantes de los cinco continentes, comenzando por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el italiano Giuseppe Bertello, seguido del arzobispo emérito de Santiago de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa; el arzobispo de Bombay, Oswald Gracias; el arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, y el arzobispo de Kinshasa, Laurent Monsengwo Pasinya. El grupo se completa con el arzobispo de Boston, Sean Patrick O’Malley, el arzobispo de Sídney, George Pell, y el de Tegucigalpa, cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, con funciones de coordinador. El obispo de Albania, Marcello Semeraro, actúa de secretario.
Desde el punto de vista jurídico, en el seno de la Curia no cambia nada. De hecho, se trata de un «grupo», no de una «comisión» y, mucho menos, de un «consejo». Es, más bien, un grupo de sabios pastores a los que el pastor de la Iglesia universal les pide que le aconsejen para guiarla de la mejor manera posible.
Dicho grupo tendrá que dialogar, además, de cara a una revisión de la Constitución apostólica «Pastor Bonus» sobre la curia romana. Y, a primeros de octubre celebrará su primera reunión formal.
La Pastor Bonus es la ley que rige el funcionamiento de la Curia romana: Secretaría de Estado, Congregaciones, Consejos Pontificios y Tribunales. Fue Juan Pablo II, en 1988, el que promulgó la Pastor Bonus, para adecuar la Curia a las modernas exigencias de nuestros días.
En 1967, Pablo VI había realizado la gran reforma de la Curia con la ‘Regimini ecclesiae universae’. El Papa Montini, que había tenido una amplia experiencia curial, lo cambió todo, haciendo a la Curia mucho más funcional y eficiente, pero, al mismo tiempo, quiso atribuir una enorme importancia y poder a la Secretaría de Estado, confiriéndole la supervisión y la coordinación de todos los dicasterios y de todos los organismos de la Curia.
Creo (y espero vivamente) que el Consejo de la Corona de los ocho cardenales comience su trabajo redimensionando el papel de la Secretaría de Estado. El núcleo duro está precisamente aquí. El que relea una copia de los Anuarios Pontificios del tiempo de Pío XII podrá constatar fácilmente que la Secretaría de Estado venía al final de todos los dicasterios de la Curia romana. Y venía al final, porque es y, en realidad, sigue siendo, la Secretaría del Papa.
El Papa Montini había trabajado siempre en la Secretaria de Estado y quiso colocarla por encima de todos los demás dicasterios, para que actuase de puente entre el Papa y los dicasterios. En los Anuarios pontificios actuales campa sobre todos los demás dicasterios, con sus dos secciones: la primera para los Asuntos Generales y a segunda para las relaciones con los Estados. Y, en la cima de la pirámide, el Secretario de estado, cuyo enorme poder supera, con mucho, el de cualquier primer ministro.
Esta estructura ralentizó mucho el acceso al Papa de parte de los presidentes de los dicasterios y anuló casi por completo «las audiencias de mesa». En la práctica, todavía hoy, se entrevistan con el Papa, en fecha fija, los Prefectos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el viernes por la tarde), el de Obispos (el sábado a última hora de la mañana) y el de Propaganda Fide (el viernes al final de la mañana). A veces, se reúnen con el Papa los prefectos de la Congregación para las Iglesias Orientales y el de la Causa de los Santos.
Todo lo demás está controlado y filtrado por la Secretaría de Estado. Es fácil deducir que, de esta forma, el Papa no conozca ‘ex auditu’ por parte de cada uno de los Prefectos la evolución y la problemática de cada dicasterio. Éstos vienen pidiendo, desde hace tiempo, una relación «de mesa» y en directo con el Pontífice. Porque, abolidas las «audiencias de mesa», son el Secretario de Estado y el Sustituto de la Secretaría de Estado los que sesionan con el Papa.
Hay que tener en cuenta que, por derecho, los prefectos de las Congregaciones de la Curia romana actúan con potestad ordinaria vicaria, es decir en nombre del Romano Pontífice. Por el contrario, la Secretaría de Estado, en strictu senso’ no es un dicasterio y no gozaría de esa potestad ordinaria vicaria, dado que su rol es el de ser la Secretaría del Papa.
El objetivo fundamental de la reforma de la Curia debería ser el de privilegiar la colegialidad, en línea con las indicaciones, nunca puestas en práctica, del Concilio Vaticano II, de ser un instrumento al servicio del Papa y no un organismo en cierto modo autónomo y, menos todavía, un condicionante en el ejercicio del ministerio del sucesor de Pedro y de sus relaciones con el episcopado.
En este contexto, no se excluye que el Papa Francisco prevea, para su reforma de la Curia, un papel más decisivo para las Conferencias episcopales y para los organismos internacionales que aglutinan a las Conferencias episcopales nacionales. La Iglesia caminaría así hacia una comunidad de escucha y acogida de las comunidades locales que son emanación de la Iglesia universal. De esta forma, se basaría no tanto en la estructura cuanto en las comunidades. El de la colegialidad es uno de los temas conciliares todavía por desarrollar y que el Papa Francisco parece decidido a abordar. Se trata de un problema muy sentido en el seno de la Iglesia. Sería importante ver cuántos poderes, hasta ahora consultivos, querrá compartir el Papa Francisco y transformarlos en deliberativos. Pienso -a título de ejemplo- en el Sínodo de Obispos. Por medio de la colegialidad la Iglesia podrá estar mucho más cercana a la realidad de lo que lo está en la actualidad.
Por este motivo, la auténtica reforma debe comenzar por redefinir y rediseñar el papel y el servicio de la Secretaría de Estado, que debe volver a sus antiguas y únicas funciones de Secretaria papalis. De esta forma, no solo se conseguirá autonomía para los dicasterios, sino que, además, permitirá que se relacionen directamente con el Sumo Pontífice.
Desde esta perspectiva, también habría que redimensionar el papel del Secretario de Estado. Éste, rodeado de un equipo de estrechos colaboradores, podría ser el ‘primus inter pares’ de los colaboradores del Papa y no un auténtico primer ministro de un gobierno.
Enunciada esta premisa, lo más razonable es pensar que la Curia romana, en la que está pensando Francisco, debe ser ágil, sencilla, esencial, funcional, con menos dicasterios y menos oficiales. Hoy hay en la Curia 9 dicasterios y 12 Consejos Pontificios, más las Comisiones y los Tribunales. Y, sobre todo, tendrá que ser una Curia de auténtico servicio.
Al iniciar su ministerio de Obispo de Roma, pastor de la Iglesia universal y sucesor de Pedro, el Santo Padre Francisco declaró: «Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar».
Éste será a mi juicio, el objetivo de la reforma de la Curia en la que está trabajando el Papa Francisco a través del poder consultivo de su Consejo de la Corona.
SEGUNDA PARTE: PROPUESTAS CONCRETAS
Pablo VI anunció la necesidad de adecuar la Curia Romana a las exigencias del Concilio Vaticano II inmediatamente después de su elección, en 1963. Pero necesitó cuatro años de intensa labor por parte de una comisión cardenalicia creada ad hoc e integrada por tres purpurados hasta poder promulgar la ‘Regimini Ecclesiae Universae’.
Una análoga comisión cardenalicia fue creada por Karol Wojtyla en 1985 y tardó tres años en promulgar la ‘Pastor Bonus’. Con la esperanza de que los miembros del Consejo de la Corona sean un poco más rápidos, sólo nos queda hacer nuestra aportación sobre los dicasterios, congregaciones, consejos, etc., en medio de un redimensionamiento de la estructura, para dotarla de mayor agilidad y eficacia.
Actualmente, las Congregaciones son nueve: Doctrina de la Fe, Iglesias Orientales, Culto Divino y disciplina de los sacramentos, Causa de los santos, Obispos, Evangelización de los pueblos, Clero, Institutos de vida consagrada y Sociedades de vida apostólica y Educación católica.
Más numerosos sin embargo son los Consejos Pontificios, exactamente doce: Laicos, Unión de los cristianos, Familia, Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral para los trabajadores sanitarios, Textos Legislativos, Diálogo interreligioso, Comunicaciones sociales y Nueva evangelización (creado en 2010). Estos Consejos Pontificios tienen una función de promoción de actividades y iniciativas de su competencia. Y finalmente las Oficinas que son tres, Cámara Apostólica, Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y Prefectura de los Asuntos económicos de la Santa Sede.
Es muy difícil aventurar cuáles serán las opciones operativas que serán sugeridas y propuestas por el Santo Padre. Mi función, en este caso, como conocedor de la Curia por dentro, es sugerir los siguientes cambios en la organización de los dicasterios no sólo por razones económicas, sino también con el fin de no desperdiciar recursos y no duplicar funciones sin necesidad.
En primer lugar, creo que se deberían reducir a la mitad los Pontificios Consejos y pasar de 9 a 10 las Congregaciones.
1. Además de las 9 Congregaciones existentes, debería crearse la Congregación del pueblo de Dios. La Lumen Gentium, tras haber descrito el misterio de la Iglesia (1-8), coloca en el primer puesto al Pueblo de Dios. Pues bien, existen congregaciones de Obispos, del Clero y de Religiosos. Falta la Congregación del Pueblo de Dios. Sería una manera espléndida de conmemorar y aplicar lo dicho por el Concilio Vaticano II, en su 50 aniversario. Este nuevo dicasterio debería englobar las competencias de los actuales Pontificios Consejos para los Laicos, para la Familia, para la pastoral de emigrantes e itinerantes y para la pastoral de los agentes sanitarios. Se trata de no subdividir al pueblo de Dios en categorías. De ahí que la nueva congregación deba ser competente en la pastoral de todas las vocaciones y servicios laicales.
2. El Pontificio Consejo Cor Unum podría unirse al de Justicia y Paz. La «solicitud de la Iglesia católica hacia los necesitados» (PB 145) puede conjugarse perfectamente con la promoción de la justicia y de la paz. Por lo tanto, paz, justicia y solidaridad. Un trinomio adecuado para un nuevo Consejo Pontificio.
3. El Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización debería pasar a llamarse Pontificio Consejo para la Evangelización y el Ministerio de la Palabra, atribuyendo a este dicasterio:
-Todo lo que en el Código de Derecho Canónico se refiere a la catequesis.
-Lo referido a la homilética
-La enseñanza de la Religión en las escuelas
-E, incluso, la Pontificia comisión bíblica.
4. El ámbito de la Cultura podría ser confiado a la Congregación para la Educación, a la que han quitado competencias sobre los seminarios, para pasársela a la congregación del Clero, una decisión que podría revisarse. En la actualidad, la congregación del Clero supervisa el 50% de la formación de los seminaristas y el otro 50% depende de otro dicasterio. La situación no parece demasiado armónica. Parecía más armoniosa la situación anterior, según la cual la congregación del Clero era competente sobre los dos primeros grados del sacramento del orden: diaconado y presbiterado. La formación de los seminaristas parece armonizarse mejor con la formación académica, supervisada por la congregación de la Educación.
Según esta hipótesis de trabajo las Congregaciones pasarían a ser 10 y los Pontificios consejos, 6.
Como principios generales, la reforma de la Curia debería inspirarse en los siguientes:
-Redimensionar la Secretaría de Estado, que debería volver a su antigua función de Secretaría papal.
-Retomar las ‘audiencias de mesa’ para los prefectos de los dicasterios, para que puedan hablar directamente con el Papa.
-Una significativa reducción de los organismos curiales.
-Un papel menos asfixiante de la Curia romana respecto a las iglesias locales.
-El retorno a una mayor colegialidad en el seno de la propia Curia romana.
En este sentido, cabe decir una palabra sobre los que prestan servicio al Papa en la Curia romana, que deberían regir su actuación al menos por estos dos principios generales:
1. Que, antes de empezar a trabajar en la Curia, hayan laborado durante al menos un quinquenio en la actividad pastoral. Incluidos los aspirantes al servicio diplomático de la Santa Sede. El servicio en la Curia romana es esencialmente un servicio al obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal y sus colaboradores deben tener experiencia pastoral y de cura de almas.
2. Que los oficiales de servicio cambien de organismo con cierta asiduidad, para evitar el excesivo apego a un puesto y adquirir continuamente nuevas competencias.
Todo lo aquí expuesto es sólo una hipótesis de trabajo. Es decir, un servicio. Personalmente, me encantaría que todos los que lo deseasen interviniesen para hacer sus propias aportaciones, matizaciones y sugerencias.
De esta forma, el Consejo de la Corona ampliaría su radio de acción a implicaría a las bases. Y la reforma de la Curia romana podría nacer de una consulta eclesial.
Dos hechos importantes ocurrieron ayer, uno fue lo revelado por del profesor Davide Cito en el seminario en la Universidad de la Santa Cruz sobre lo que ha realizado e indagado la Iglesia sobre el abuso de menores. Y otro fue que el papa Francisco recibió al psicólogo jesuita Hans Zollner del Centro para la Protección de los Menores de la Universidad Gregoriana, a quien felicitó y pidió que prosiguiera en el mismo rumbo.
Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha manifestado su preocupación especial por los mas débiles, por los niños, por eso ha abrazado la política instaurada por Benedicto XVI respecto a la prevención y el combate de la pederastia y los abusos por parte del clero.
LA INTERVENCIÓN DEL PROFESOR DAVIDE CITO EN EL SEMINARIO EN LA UNIVERSIDAD DE LA SANTA CRUZ
Hace algunas semanas se llevó a cabo en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz un encuentro que forma parte del curso de actualización que organiza periódicamente el ateneo para los agentes de la comunicación sobre temas relacionados con la vida de la Iglesia.
El profesor de Derecho canónico Davide Cito, asesor de la Congregación para el Clero, pronunció una conferencia sobre los abusos en contra de menores dentro de la Iglesia.
Fue una clara exposición sobre la situación y presentó algunos aspectos relevantes. «Nunca podremos agradecer por completo a Benedicto XVI por lo que hizo en este terrible campo», por las nuevas normas que desde 2001 regulan el problema.
«Conscientes de que las críticas habrían caído sobre él, y no sobre otros, y ayudado por mons. Charles Scicluna (que era el “promotor de justicia” en esa época), no tuvo miedo al reconocer que había un fenómeno terrible en la Iglesia», recordó.
«En lugar de delegar a las Conferencias episcopales y a las diócesis el problema, lo asumió él, en las buenas y en las malas. Y cargó consigo todas las negatividades»; ahora la gestión del problema está pasando nuevamente a las conferencias; «y los obispos no quieren tener estas responsabilidades, quieren que sea la Santa Sede la que lo haga. La Santa Sede no quiere cargar con esto en sus espaldas y prefiere que sean las diócesis las que se ocupen de ello».
Los datos estadísticos:
«Los casos que llegan ahora cada año a Roma desde todo el mundo son alrededor de 400. Me parece un número muy elevado. Lo que ha cambiado es la geografía de los lugares. Los casos sobre los que hablaba Scicluna en 2001 eran casi todos de la región norteamericana y del mundo anglosajón; ahora se habla de Sudamérica, de México, de España, de Italia y de Polonia. Todavía no hay muchos en Asia y en África. Países que parecían 9inmunes no lo son. Benedicto se había dado cuenta de ello».
El problema social de este fenómeno es universal; se trata de un tema no solo de la Iglesia, sino también civil, por lo que, si es universal desde el punto de vista civil, lo es también para la Iglesia.
El prof. Cito insistió en el hecho de que:
«las personas son animadas a denunciar a las autoridades civiles. A menudo las personas no quieren esto: las situaciones cambian dependiendo de los países. En los últimos tiempos, ha habido colaboraciones estrechas entre autoridades civiles y eclesiásticas que han dado muchos frutos».
«Pero 400 casos al año es un dato doloroso. Y no sirve consolarse sabiendo que en la sociedad civil son muchos más».
Es interesante la tipología de las víctimas descrita por el estudioso:
«Mientras en el caso de los abusos “civiles” la mayor parte es menor de 10 años, y es monstruoso, en la Iglesia, alrededor del 90% de los casos es del mismo sexo que el abusador; una tendencia diferente con respecto a los casos “civiles”, en los que representan al máximo el 30%. En la Iglesia, la edad es mucho más elevada, de los 15 a los 17 años. Ya no se trata de pederastia, en sentido estricto, pero sigue siendo abuso de menores».
Ante la pregunta sobre el papel de la homosexualidad en este fenómeno, el prof Cito respondió que
«la homosexualidad existe en la Iglesia, pero hay que estar atentos al decir que la homosexualidad es la causa de todo esto. Sería como decir que la heterosexualidad es lo que lleva a sacerdotes a embarazar a muchachas. Sin duda en la Iglesia existe el ambiente que puede favorecer todo esto. Pero lo que se pretende evitar es crear una relación de causa-efecto, que establecería que la causa de este problema es la homosexualidad. No figura esta palabra en el informe del John Jay College».
Pero hay que decir que el informe del John Jay College, instituto de criminología estadounidense, fue criticado por el presidente del National Review Board, organismo laico que ayuda a los obispos estadounidenses en la lucha en contra de la pederastia. Un periodista dijo a Al Notzon III, presidente del organismo, que los investigadores del John Jay concluyeron que «la atracción homosexual no era un factor significativo» en la crisis.
Al Nortzon III respondió que:
«la mayor parte de las víctimas de abusos por parte de religiosos son chicos en edad post-pubertad. No concuerdo con las conclusiones alcanzadas, puesto que el 83% de los casos son de varón hacia varón».
El prof Cito indicó que:
«muchos de los responsables de estos casos sufrieron abusos a su vez».
Y recordó que en el documento redactado a comienzos del siglo sobre las nuevas ordenanzas para los seminaristas se instituyó una regla para evitar que personas con tendencias homosexuales no deben ser aceptadas en los seminarios.
EL PAPA EXHORTÓ A LOS AGENTES Y A LOS ORGANISMOS ECLESIALES A TRABAJAR POR EL BIEN DE LOS MENORES, LAS VÍCTIMAS MÁS VULNERABLES
Al final de la misa matutina en Santa Marta, el Papa Francisco impulsó el trabajo del Centro para la protección de los menores de la Universidad Gregoriana, creado tras el simposio internacional sobre abusos en contra de menores por parte de miembros de la Iglesia que se llevó a cabo en 2012:
«Es un trabajo importante, sigan así»
«Después de la Misa, tuvimos la ocasión para saludar al Papa: éramos tres… Le presentamos brevemente el proyecto», indicó a la Radio Vaticana el director del Centro, el jesuita psicólogo Hans Zollner.
«El Papa –contó– excuchó con mucha atención y en más de dos o tres ocasiones subrayó que se trata de un trabajo muy importante y que, cito, “debemos seguir adelante con este compromiso”».
Además de Zollner estaban presentes en Santa Marta los representantes del Centro en Polonia y un experto en desarrollo de las unidades de aprendizaje canónicas y teológicas del programa a distancia, que será distribuido en todo el mundo.
Zollner, que también es el vicerrector de la Gregoriana, recordó que Francisco afrontó el tema hace algunas semanas, cuando invitó a trabajar «por el bien de los más vulnerables, de los menores», durante el Ángelus del pasado 5 de mayo.
«Esto –añadió– sigue completamente la línea de Papa Benedicto XVI, a quien, hace cuatro meses, pudimos entregar las actas del congreso que llevamos a cabo en la Gregoriana, en febrero de 2012, y en el que participaron representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo para hablar justamente de la prevención del mal que afecta a los menores».
En su homilía matutina, Francisco invitó a los cristianos a seguir el ejemplo de la templanza pero también de la honestidad de los niños:
«La templanza que pretende Jesús de nosotros no tiene nada, nada que ver con esta adulación, con esta forma azucarada de seguir adelante. ¡Nada! La templanza es simple, como la de un niño. Un niño no es hipócrita, porque no es corrupto», dijo.
Según Zollner,
«llamar a la pureza, a la autenticidad, a la no hipocresía de un niño, nos indica también el desafío de vivir nuestro ser cristianos y nuestro ser testimonio de Jesús con autenticidad y credibilidad».
El jesuita también expuso a la Radio Vaticana el trabajo que se desarrolla en el Centro, que hasta ahora ha recibido «una respuesta muy animadora» y «muchas ofertas de colaboración».
Después de la fase “piloto”, en colaboración con ocho diócesis y con algunas provincias de jesuitas en India e Indonesia, que terminará en 2014, Zollner explicó que el centro está pensando cuáles serán sus actividades para el futuro:
«Queremos no solo profundizar nuestro aporte y nuestros módulos de aprendizaje, sino que queremos también llegar a un mayor número de personas. Ahora nos damos cuenta de que será necesario que haya diferentes niveles de información y también otros niveles diferentes, como la formación de enseñantes y la formación de personal que operará en las parroquias».
El papa Francisco afirmó hoy 3 de junio que los corruptos son «el anticristo», hacen mucho daño a la Iglesia y son «un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo piensan en ellos y consideran que no necesitan de Dios». «¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana!«
El Pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en la que se refirió a la parábola de los labradores malvados, del Evangelio de Mateo y a los tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos.
Francisco señaló que de los pecadores no es necesario hablar demasiado, «ya que todos los somos, nos conocemos desde dentro ysabemos que cosa es un pecador y si alguno de nosotros no se siente así, que vaya a la consulta de un médico espiritual».
El obispo de Roma añadió que la parábola habla de otra figura, la de aquellos que quieren adueñarse de la viña y han roto relaciones con el dueño de la misma,
«un patrón (Dios) que nos ha llamado con amor, nos custodia y nos da libertad, pero esas personas se sienten fuertes y autónomas de Dios«.
«Esas personas, poco a poco han roto esa relación con Dios y dicen: `nosotros no necesitamos a ese patrón, que no venga a molestarnos´. Esos son los corruptos, aquellos que eran pecadores como todos nosotros, pero han dado un paso adelante, se han consolidado en el pecado«, aseguró Francisco.
El Papa agregó que los corruptos «son un peligro también para los cristianos, ya que sólo piensan en ellos«, en su grupo.
El Pontífice advirtió que Judas, «de pecador avaro acabó en la corrupción« y subrayó que los corruptos «son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que Dios ha creado su viña, y se han convertido en adoradores de sí mismos».
«¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana, que el Señor nos libere de caer en ese camino de la corrupción», agregó el Papa, que recordó al apóstol Juan que decía que los corruptos «son el anticristo, están en medio de nosotros, pero no son de los nuestros«.
Francisco agregó que, al contrario que los corruptos, los santos hacen «mucho bien a la Iglesia«, son los que «obedecen al Señor, los que le adoran y no han perdido la memoria del amor con el que el Señor ha creado su viña«. El Papa imploró a Dios la gracia «de no convertirnos en corruptos«.
El 3 de junio de 2013 se cumplió medio siglo de la muerte del beato Juan XXIII, “il papa buono”, mientras que el 13 de marzo fue elegido Francisco, nuevo obispo de Roma. Ambos manifiestan la Iglesia del amor y muchos ven en Francisco una continuación de Juan XXIII, de ahí que se ha recordado mucho la fecha.
Juan fue elegido para ser un “Papa de transición”, parecido a Francisco. “Y fue una verdadera transición”, escribe L’Osservatore Romano. Hoy, en San Pedro, Francisco dijo:
“A cincuenta años de su muerte, la guía sapiente y paterna del Papa Juan, su amor por la tradición de la Iglesia y la consciencia de su constante necesidad de actualización, la intuición profética de la convocación al Concilio Vaticano II y la oferta de la propia vida para su éxito, seguirán siendo una piedra angular en la historia de la Iglesia del siglo XX y un faro luminoso para el camino que nos espera”.
Juan fue Papa de 1958 a 1963. El 11 de octubre de 1962, al inaugurar el Concilio Vaticano II (1962-1965), invitó a emplear la medicina de la misericordia. Por la noche dijo a la multitud: «Vayan a sus casas, hagan una caricia a sus niños y díganles: ésta es la caricia del Papa». El 17 de marzo de 2013, en su primer Ángelus, Francisco llamó a descubrir la ternura de Dios. Cada vez que recorre la Plaza San Pedro bendice a los niños y abraza a los enfermos.
Ambos fueron elegidos a los 76 años. Nacieron en familias sencillas: uno en Sotto il Monte, pueblo rural de Bérgamo, Italia; otro en una capital del Sur poblada de inmigrantes. Se acercaron a sus pueblos: Roncalli en Venecia (1953-1958), Bergoglio en Buenos Aires (1998-2013). Sus nombres trazan programas. Ángelo tomó el nombre de Juan Bautista, el precursor, y de Juan Evangelista, el discípulo. Jorge se animó a llamarse Francisco por el pobre de Asís.
Ambos escucharon la palabra de Jesús bendito: «Estuve preso y me visitaron». En la Navidad de 1958, Juan visitó la cárcel romana; el Jueves Santo, Francisco lavó los pies a jóvenes internados. En el radiomensaje del 11 de septiembre de 1962, Juan afirmó que, en los pueblos subdesarrollados, la Iglesia es de todos, en especial de los pobres. El 20 de marzo, ante periodistas, Francisco postuló una Iglesia pobre para los pobres. La pobreza -humildad, austeridad, servicio- es signo de credibilidad. La vida sencilla de ambos convalida su autoridad.
Juan inició el Concilio Vaticano II, gran don de Dios a la Iglesia del siglo XX y brújula para el siglo XXI. El Vaticano II volvió a las fuentes y orientó una oportuna puesta al día. Renovó la vida del pueblo de Dios e impulsó el diálogo con la modernidad. Sirvió a los fieles las mesas de la palabra de Dios y de la liturgia renovada. Después del Concilio los niños reciben el Evangelio en la catequesis y participan de la eucaristía en castellano. Francisco, un obispo conciliar, llama a volver al Evangelio y lidera la reforma para una nueva evangelización.
En cada década ambos papas impulsan el intercambio ecuménico por la unión de los cristianos; el diálogo interreligioso con el judaísmo, el islam y las religiones; la causa de la paz. Roncalli fue representante pontificio en Bulgaria, Turquía, Grecia y Francia. Fomentó el encuentro entre las culturas. Desde Estambul ayudó a salvar a muchos judíos de la Shoá. Lo ha documentado la Raoul Wallernberg Foundation, que hace días lo propuso como «justo entre las naciones».
En aquel tiempo, Juan recibió el Premio Balzan de la Paz porque buscó la distensión entre las superpotencias de Kennedy y Kruschev. Afirmó que toda guerra es injusta en la era nuclear. Su última encíclica se tituló Paz en la Tierra, un eco del canto navideño «gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres». Su secretario, don Loris Capovilla, contó que fue gestada en 1962 ante la crisis de los misiles en Cuba. Fue el primer documento dirigido no sólo a los católicos, sino a todos los hombres de buena voluntad. Juan confiaba en la capacidad de razón y de bien de todo ser humano. Se envío a jefes de Estado y al secretario general de la ONU.
La Pacem in terris enseñó que la paz se edifica sobre cuatro pilares: verdad, libertad, justicia y amor. La convivencia nacional e internacional se funda en la verdad, debe respetar íntegramente las libertades, requiere el orden de la justicia, exige ser animada por la solidaridad. Analizó tres signos de esta época: el protagonismo de las mujeres, los derechos de los trabajadores, la emancipación de los pueblos. Anticipó cuestiones globales: el respeto a las identidades, la reciprocidad entre los Estados, los intercambios libres de bienes, servicios y capitales, la crítica al equilibro armamentista del terror, la necesidad de instituciones mundiales, la solidaridad internacional. Afirmó la dignidad de la persona como base de la sociedad, los derechos humanos, el equilibrio entre derechos y deberes en una ciudadanía responsable, el derecho natural de los migrantes a circular libremente, el control de los actos de gobierno en la democracia, el equilibrio republicano entre los tres poderes.
La encíclica llamó a colaborar entre los partidos para forjar políticas de Estado. Distinguió entre teorías filosóficas y movimientos históricos cuando en Italia surgía la cohabitación entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista. Ese mensaje sigue vigente para los argentinos de buena voluntad. La paz social pide respeto por la verdad pasada y presente, diálogo ciudadano en libertad, justicia social y judicial, amor para querernos más. En cambio, una política de muerte, que suprime de forma real o simbólica al adversario, es la muerte de la política.
En 1963, el papa bueno dejó la escena del mundo. Desde ese año hay una capilla dedicada a él en Flores, hoy barrio papal. En 1964, Jorge, un joven jesuita, comenzó a enseñar literatura. Tal vez haya comentado la frase «los hermanos sean unidos», del poema nacional. En 2002, siendo arzobispo, escribió una pastoral desde el Martín Fierro, símbolo de la cultura del encuentro. Desde el 13 de marzo se llama Francisco.
En 1959, Juan XXIII imaginó el Concilio como un nuevo Pentecostés del espíritu de Dios. Dijo: «La Iglesia no es un museo arqueológico que debamos conservar, sino un jardín abierto. Es la fuente de agua fresca en medio de la plaza del pueblo para que todos puedan beber en ella». Hoy, Francisco, renueva la fuente del agua viva en la gran plaza del mundo.
Las monjas estadounidenses de la Leadership Conference of Women Religious (LCWR) tendrán que resignarse: el Papa Francisco piensa como Benedicto XVI (y comparte la visión de los obispos estadounidenses) con respecto a la dirección que ha tomado en los últimos años la mayor (pero con menos vocaciones proporcionalmente) organización de monjas del país.
Por otro lado, la actitud demasiado “suave” del Prefecto de la Congregación para los Religiosos en relación con la LCWR no convence al Vaticano.
Una de las pocas, hasta ahora, decisiones de Papa Francisco había sido la de confirmar la reforma de la LCWR. Una decisión que dio a conocer el prefecto de la Congregación de la Fe, Mons. Gerhard Müller. Inmediatamente después, alguna monja “bloguera” y la presidenta de la LCWR se preguntaron, pública y polémicamente, si Jorge Mario Bergoglio sabía cuál era la situación.
Suficiente para expresar, en privado, opiniones severas sobre su actuación. Y para dar algún tirón de orejas por aquí y por allá durante el discurso pronunciado ante las Superioras Generales que se reunieron en Roma.
“Su vocaciónes un carisma fundamental para el camino de la Iglesia, y no es posible que una consagrada y un consagrado no “sientan” con la Iglesia… Un “sentir” con la Iglesia que encuentra su expresión filial en la fidelidad al Magisterio, en la comunión con los Pastores y con el Sucesor de Pedro, Obispo de Roma, signo visible de la unidad”, dijo en esa ocasión el Papa.
Después añadió: “El anuncio y el testimonio del Evangelio para cada cristiano no son nunca un acto aislado o de grupo… es una dicotomía absurda pensar que se puede vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin amar a la Iglesia”.
Al final, una alusión, que parecía a medida de la LCWR, sobre la obediencia:
“aceptando que la obediencia pase a través de las intermediaciones humanas. Recuerden que la relación autoridad-obediencia se sitúa en el contexto más amplio del misterio de la Iglesia y constituye una particular realización de su función intermediadora”.
Palabras que suscitaron comentarios negativos dentro de la LCWR:
“Algunas de nosotras esperaban que el Papa Francisco fuera muy, muy diferente del Papa Benedicto. Probablemente pensar de esta manera era solo una pía ilusión”.
Y aún más:
“Todos estos gestos –sobre la decisión, por ejemplo, de lavar los pies también a las mujeres o de llevar paramentos más sencillos– no indican necesariamente qué es lo que piensa desde el punto de vista teológico, o cuál es su nivel de comprensión de la vida religiosa en América del Norte”.
Hay que recordar que la Congregación para la Doctrina de la Fe había difundido una evaluación muy crítica sobre la LCWR, en la que se imputaban a las religiosas “serios problemas doctrinales”, que podrían incluso “distorsionar la fe en Jesús y en su Padre”.
Además, también fueron acusadas de haberse alejado de las enseñanzas de la Iglesia, siguiendo “teorías feministas”. Y fueron criticadas por haber hecho declaraciones públicas que “desafían a los obispos, auténticos maestros de la Iglesia, de la fe y de la moral”.
Las monjas encontraron una especie de aliado en el Prefecto de la Congregación para los Religiosos, el brasileño Joao Braz de Aviz, que ostenta una gran amistad con el Papa Francisco; el purpurado brasileño indicó que no había sido informado por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los nuevos procedimientos. Tal vez esta “suavidad” de Braz de Aviz explicaría por qué el nombramiento casi asegurado para el obispo de Phoenix, Thomas Olmsted, como “número 2” de la Congregación para los Religiosos no hubiera llegado a buen puerto.
Algunos dicen que mons. Olmsted, que comparte la postura de sus “colegas” estadounidenses con respecto a la LCWR, se dio cuenta de que no habría podido trabajar bien en la situación actual de la Congregación, por lo que habría, elegantemente, declinado el ofrecimiento.
Parece ser que las declaraciones de Braz de Aviz no gustaron mucho en la Congregación para la Doctrina de la Fe (y tampoco a Francisco). La culpa, naturalmente, fue de los periodistas:
“Los recientes comentarios de los medios sobre las observaciones del cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congragación para los Institutos de Vida Consagrada, durante la Asamblea General de la Unión Internacional de las Superioras Generales del domingo 5 de mayo – indicó una nota del Vaticano – han querido ver una divergencia entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para las Religiosas con respecto al enfoque sobre la rennovación de la vida religiosa. Tal interpretación de las observaciones del Cardenal no está justificada. Los Prefectos de ambas Congregaciones operan juntos según sus específicas responsabilidades y han colaborado durante todo el proceso de evaluación doctrinal de la LCWR. El arzobispo Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el Cardenal Braz de Aviz, reunidos ayer, reafirmaron su común compromiso para la rennovación de la vida religiosa, particularmente para la evaluación doctrinal de la LCWR y para el programa de reformas que exige, de acuerdo con los deseos del Santo Padre”.
La impresión es que el Francisco tiene las ideas muy claras al respecto y, una vez más, en sintonía con las de su predecesor.
El periodista Ignacio Zuleta del diario argentino Ámbito escribió un relato de una almuerzo y peña posterior de el papa Francisco con una serie de políticos argentinos de todos los colores. Si bien se habla de personas y temas que de repente a muchos se les escapan, es un buen ejemplo de cómo la jerarquía católica se puede relacionar con el poder, que muchas veces se oculta por un pudor mal entendido.
Esto es muy importante, porque cuando se quiere negociar algo, una cosa es tener una relación personal con el político y otra una relación distante. El poder hay que ejercerlo, si no se “oxida”.
Dado que presenta un perfil distinto de Bergoglio, decidimos publicar la nota tal cual, que fue editada originalmente con el título “Reabrió Bergoglio en el Vaticano su peña con políticos”.
Francisco apareció en el comedor de Santa Marta, se sacó el solideo y sonrió. ¿Trajeron eso? El grupo de argentinos que lo esperaba para almorzar se abalanzó sobre el Papa y le entregó lo que esperaba: varias cajas de alfajores Havanna, debilidad criolla del Santo Padre que no se consigue en Roma y que se ocupa de proveerse a través de los numerosos visitantes que recibe en la residencia de los cardenales que eligió como vivienda definitiva. Fue el viernes, a puertas cerradísimas y con el grupo que solía reunirse los viernes con él en Buenos Aires reanudó la peña con amigos, entre ellos varios sindicalistas que no se ruborizan al llamarlo «jefe». Ante ellos, una representación de la oposición, habló poco de la Argentina, pidió unidad, dijo que a Cristina de Kirchner la vio bien, explicó que en viajes debe repartirse entre los cinco continentes y bajó al candidato criollo a manejar el Banco del Vaticano.
Jorge Bergoglio, en privado, hoy es inaccesible como todo Papa, pero cumplió la promesa de recibir a este grupo que lo tiene como principal referente y al que consulta sobre cuestiones políticas y de las otras, como que no le hagan faltar los alfajores, esta vez acompañados de un par de botellas de vino italiano compradas de urgencia. ¿No me trajeron vino argentino? No, exageró uno, estos tipos te incautan todo, una evocación de cepos que no pudo explicar mucho pero que a nadie le molestó.
El almuerzo, que se extendió por más de cinco horas, consistió en un austero servicio de pescados y verduras, a tono con la sobriedad de la residencia, una construcción nueva, con aire minimalista, que evita los fastos que se le atribuyen a la corte vaticana. Los que estaban, privilegiados desde hace años por la intimidad del Papa: Oscar Mangone, secretario del sindicato del gas; José María del Corral, un pedagogo que acompaña a Bergoglio en los temas educativos y que dirige el Instituto San Martín de Tours; Luis Liberman, otro experto en asuntos educativos que fue director de Educación de Gestión Privada durante el Gobierno porteño de Jorge Telerman; el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet El, a quien la comunidad judeo-argentina no termina de calificar de conservador o de progresista; y Omar Abul, un referente de la comunidad islámica que ha pasado años en entidades y publicaciones culturales; fue también funcionario de Telerman en el área de vivienda y hoy tiene una silla en la Corporación del Sur que maneja el presidente del PRO nacional, Humberto Schiavoni. Había esposas y a ellas les dedicó el Papa la sobremesa, que se extendió como en cualquier peña política y terminó, clásico de la casa, con reparto de rosa-rios y una decena de bendiciones a objetos llevados por los visitantes para su santificación.
La charla fue de amigos, sin honduras políticas, y con un Bergoglio reticente a hablar de minucias criollas pese a que se trataba de un padrón más bien opositor. Quien podría haberse dicho más cercano al kirchnerismo -el rabino Goldman- se convirtió en un crítico del Gobierno cuando firmó el memorando con Irán por el atentado a la AMIA. Liberman y Abul se han olvidado de Telerman -hoy funcionario de Daniel Scioli-y justifican su trayectoria en que llegaron a aquellos cargos por indicación de sus respectivas comunidades. Para evitar que la lengua se deslizase más allá de lo que puede permitir quien conduce una Iglesia universal, Francisco reseñó la visita de Cristina de Kirchner en términos positivos. Fue bueno que viniera, recordó. «Además la vi muy bien».
Dio espacio para que le contaran, cual informe a jefatura, la situación del país antes de las elecciones, del sindicalismo y de la opinión pública. En todos esos temas el cuento incluyó detalles de la influencia que tiene en la Argentina la elección de un papa argentino. La respuesta, sintética, fue casi de homilía: hay que evitar las fracturas, hay que buscar la unidad a toda costa, en los partidos, los sindicatos, las organizaciones. Para los pastores del catolicismo no hay peor daño que el que produce el escándalo, y el escándalo siempre surge de la desunión y produce más desunión. Es una forma de ver la vida pública algo antigua y que replica formas convencionales de mediación, pero que contradice la ideología del populismo a lo Laclau, que instruye a los caudillos a que fomenten la contradicción y la pelea como forma de acumular poder. Lo que ilustra el dicho predilecto de Néstor Kirchner: hay que pegarle al chancho hasta que aparezca el dueño.
La mesa, criada en el espanto al escándalo, acordó en esa necesidad y todos aportaron más anécdotas y recetas sobre la desunión y cómo superarla.
Pasada una hora, la charla era ya de una llaneza doméstica increíble si se piensa que, en la cabecera, había un monarca; recuerdo de amigos, alguna chanza, y también el cotilleo de actualidad. ¿Viajes a la Argentina? No este año, el que viene veremos. No se olviden que soy el Papa de todo el mundo y en materia de viajes tengo que compensar entre los continentes, no sea que digan que prefiero a América Latina. Tengo que ir a Brasil este año y tengo que buscar algún argumento para repetir continente el año que viene.
Circulaba ese día la especie de que la alianza Carrió-Pino en la Capital Federal tenía alguna señal de Roma; no positivo, escueto. Más dio la noticia de que Alfonso Prat Gay podía convertirse en el banquero del Vaticano, que circula desde que Bergoglio asumió y que el dipu-economista saludó con un brindis («sería un honor que me llamaran»). Nunca estuvo cerca de acá, se escuchó en la mesa. Definitivo y sin menciones de Victoria Donda, hoy socia del ex Banco Central.
También preguntas de ocasión. ¿Trajo argentinos? No, sólo tengo a Guillermo Karcher, que estaba aquí en Ceremonial desde hace años y que lleva la correspondencia. Es el hombre para que me llegue algo más que rápido. Y hay otro muchacho argentino, pero nadie retuvo el nombre. ¿Se viste siempre de sotana blanca? Mi obligación es estar siempre de sotana blanca y con el solideo puesto, pero acá entre amigos eso no va.
La salida con fotos y más bendiciones fue, ese viernes, un hasta pronto. Volvieron a verse ayer todos cuando el Papa hizo la recorrida por la plaza ante 90 mil curiosos, bajo la lluvia y el viento que le hizo volar el solideo, que recogió oficioso un camarlengo. Lo esperaba el mismo grupo del viernes con algunos argentinos que hubieran querido estar en el almuerzo, pero que no tiene en el juramento de sangre de la peña que ha conservado Bergoglio desde que era obispo de Buenos Aires que incluye, entre otras cosas, nunca revelar lo que ahí se char-la y dice (por ejemplo lo que se cuenta en esta nota). A los cinco matrimonios privilegiados se sumaron en el corralito al que se acercó el Papa el diputado macrista Jorge Triaca con su mujer y Adriana, la que fue la de su padre, el sindicalista del plástico, el Momo Jerónimo Venegas -quien se fue a dormir anoche con la promesa de tener hoy un encuentro a solas con el Papa-, Pablo Moyano que llevó una treintena de jóvenes del sindicato de camioneros que está en Italia jugando un campeonato de fútbol, a quienes Francisco saludó de a uno, y un personaje infaltable en cualquier movida del sindicalismo, el empresario Julio Raele, referente de los metalúrgicos y vinculado al área del seguro, pero que ha alcanzado fama por la calidad de los asados que brinda en el quincho de su estudio.
Ahí sí hubo fotos para publicar -algunas distribuyó anoche el hijo de Hugo Moyano con la exageración de decir que «el Papa es camionero»- y despedidas para otro reencuentro: este lote de argentinos acompañará hoy a Francisco en la procesión de final del mes Mariano que recorrerá las calles de Roma saliendo de San Juan de Letrán y terminará en Santa María Maggiore.
Según lo que cuenta el papa sabía perfectamente que estaba poseído, lo vio en trance desde que le besó el anillo y lanzó un rugido, e igual así le impuso las manos.
A raíz de esto, el exorcista Gabriele Amorth le pide a Francisco que permita que todos los sacerdotes puedan exorcizar porque no se da abasto.
«Te conjuro, Satán, enemigo de la humana salvación, que reconozcas la justicia y la bondad de Dios Padre, el cual condenó con justo juicio tu soberbia y envidia». Así comienza la fórmula imperativa del exorcismo, una frase que Ángel V. ha escuchado en numerosas ocasiones.
Este hombre de mirada lánguida y afligida y maneras suaves -al menos mientras no cae en uno de sus trances- es mexicano, procede del estado de Michoacán, tiene 43 años, dos hijos, y cuatro demonios metidos en su interior.
Cuatro demonios que -dice- le atormentan desde hace 14 años y de los que no han conseguido librarle ninguno de los más de una decena de exorcistas que le han examinado en los últimos años, incluidos algunos de los más reputados especialistas en combatir al maligno como el padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 26 años y autor de más de 160.000 exorcismos.
Todos ellos se muestran convencidos de que el de Ángel es un caso incontestable de posesión diabólica. «No me cabe ninguna duda», asegura a Crónica el padre Amorth.
Ángel se ha convertido en los últimos días en el endemoniado más famoso del mundo. Todo, después de que diera la vuelta al planeta un vídeo rodado el pasado domingo, por las cámaras del centro televisivo vaticano, en el que se ve como el Papa Francisco le impone las manos sobre la cabeza con energía, en un gesto que muchos especialistas -y la propia cadena de la conferencia episcopal italiana- no han dudado en calificar como un exorcismo.
El Vaticano lo ha negado, asegurando que el Papa se limitó a rezar una simple oración. Pero las imágenes y, sobre todo, las dudas están ahí.
Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir.
Mis condiciones de salud no me permiten trabajar.
El padre Juan Rivas, el sacerdote mexicano que ha acompañado a Ángel en su encuentro con Francisco, asegura a Crónica que fue con esas palabras exactas con las que presentó al Papa a Ángel.
El Papa saludó a Ángel, éste le besó el anillo pontificio y en ese momento cayó en trance. Entonces le puso las manos en la cabeza y en ese momento se escuchó un alarido terrible, como el rugido de un león. Todos los que estaban allí lo escuchamos perfectamente.
El Papa, por supuesto, lo oyó, los encargados de su seguridad así como una niña que había a nuestro lado. Pero a pesar de ese rugido espantoso, el Papa no se dejó impresionar y siguió adelante con su oración, como si ya antes hubiera afrontado situaciones similares.
Ángel asiente con lentitud. Dice que se encuentra mejor, que el rezo del Papa le ha hecho mucho bien. La prueba es que se presenta a la cita con Crónica andando por su propio pie, mientras que al encuentro con el Pontífice acudió en silla de ruedas.
Pero aún tengo los demonios dentro, no se han ido, explica este hombre que asegura que sabe perfectamente el momento preciso en el que el maligno entró en su cuerpo.
P – ¿Cuándo y cómo se apoderó de usted el diablo?
R – Fue en 1999, un día que regresaba en un autobús desde México DF a mi localidad natal, en Michoacán. Sentí que una energía entraba en el autobús. No la vi con los ojos, pero la percibí. Noté que se aproximaba a mí y que se colocaba enfrente de mí. Y, de pronto, noté como una estaca que se me clavaba en el pecho y luego, poco a poco, la sensación de que se me iban abriendo las costillas.
Ángel estaba convencido de que aquello era un ataque al corazón y de que iba a morir. Pero no murió. A partir de ese momento su salud se fue deteriorando.
Todo lo que comía lo vomitaba. Sentía pinchazos en todo mi cuerpo, como si lo tuviera repleto de agujas. Hasta las sábanas me hacían daño. Empecé a no poder caminar. Cada día respiraba con mayor dificultad. No podía dormir, y cuando lo conseguía tenía unas pesadillas espantosas relacionadas con el mal.
Y empezó a tener trances en los que blasfemaba y hablaba en lenguas desconocidas. Los médicos no eran capaces de explicar lo que le ocurría a ese hombre de 30 años que hasta entonces había sido un dechado de salud. Le hicieron radiografías, análisis, pruebas…
Pero no daban con la causa de mis problemas.
Estaba tan mal que un día le fue a visitar un primo suyo, sacerdote, para confesarle y darle la extrema unción.
En total me han dado ya cuatro veces los santos óleos, cuenta.
Pero no sólo no murió, sino que ese sacramento le alivió un poco de sus penalidades, notó una mejoría. Ángel empezó a rezar con devoción al Señor de la Misericordia, cuya estampita le había llevado su primo. Siempre ha sido católico, siempre ha ido a misa los domingos, pero dice que no rezaba bastante. Empezó a sentirse un poco mejor y, en agradecimiento, llevó una imagen del Señor de la Misericordia a la Iglesia de San Agustín en Morelia, la capital del estado de Michoacán. Notó cierto alivio, pero seguía teniendo recaídas y seguía sin entender que le ocurría. Hasta que un día asistió en Morelia a la conferencia de un sacerdote ucraniano.
Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir.
La persona que le acompañaba y le hacía de traductor era un médico que había convivido con el Padre Pío, el santo de los estigmas. Le conté lo que me ocurría, lo mal que me sentía. Él me puso en el pecho una reliquia del padre Pío y en ese momento vi una luz especial que me rodeaba, sentí una gran paz. Pero al mismo tiempo, noté algo que empezaba a arañarme dentro de mí. Ese algo me tiró al suelo y comenzó a manifestarse. Yo no podía hacer nada, esa presencia era más fuerte que yo, me dominaba.
Era 2004. Después de cinco años sin entender lo que le ocurría, sin saber lo que le pasaba, Ángel recibió un nuevo diagnóstico: estaba poseído por el diablo. Ese mismo día le practicaron también su primer exorcismo.
P – ¿Cómo reaccionó ante la idea de estar endemoniado?
R – Me dio muchísimo miedo. Y también me sentí muy sucio al pensar que dentro de mí había un ser maléfico. Mi familia reaccionó al principio con incredulidad y, de hecho, entre mis hermanos hay algunos que aún siguen siendo escépticos, que creen que lo que tengo es fruto de un desequilibrio psicológico. Sé que hay mucha gente en todos los países del mundo que está pasando por eso mismo. Gente que se siente incomprendida por su familia, por sus amigos y, en ocasiones, hasta por la propia Iglesia, porque no en todas las diócesis hay exorcistas. También porque hay sacerdotes que no creen en la posesión diabólica, que consideran que se trata de problemas psiquiátricos.Hay muchos poseídos que terminan en manicomios y se mueren sin saber lo que les pasa. Es para tratar de ayudarles por lo que he decidido conceder esta entrevista, la primera que doy en mi vida.
A partir de ese momento, Ángel empezó a buscar desesperadamente exorcistas, a tratar de encontrar a alguien capaz de extirparle los demonios.
Primero busco ayuda con uno en México DF, que le practicó cuatro o cinco exorcismos.
En uno de ellos ese sacerdote le preguntó al demonio que cómo había entrado dentro de mí y éste le dijo que había sido por un maleficio que me hizo una persona.
Ese exorcista fue trasladado a otra parroquia y Ángel pasó a otro, que tampoco logró librarle de sus demonios. Alguien le recomendó entonces que viera al padre José Antonio Fortea, el más famoso exorcista español. El primer encuentro tuvo lugar hace ya tres años, en México, donde Fortea conoció a Ángel y a su familia y le asesoró. Y el segundo hace pocos días en Roma, donde el sacerdote oscense, se encontraba terminando su tesis doctoral sobre demonología.
La posesión que al parecer sufre Ángel ha convertido en una pesadilla la vida de ese hombre licenciado en Mercadotecnia por la Universidad de Guadalajara y que tenía su propia empresa de publicidad.
Hace un año la tuve que cerrar, mis condiciones de salud no me permiten trabajar. Para poder mantener a mi familia he tenido que vender mi casa y otro apartamento que teníamos. Ahora vivimos en una casa que nos ha prestado mi suegra. Por suerte, no estoy en dificultades económicas, con la venta de las dos casas nos llega para vivir. Pero quiero hacer una vida normal. Sobre todo por mi esposa y mis hijos, de 6 y 11 años. Por suerte mis dos niños nunca me han visto en trance. Pero saben que estoy enfermo, dice entre lágrimas.
Los últimos ocho meses, asegura, han sido de terror. No podía salir de casa de lo mal que me encontraba. Estaba tan grave que una vez más le dieron la extremaunción.
Y una noche tuvo un sueño:
Vi al Papa Francisco vestido de rojo, rezando, con un incensario en la mano y rodeado de obispos y cardenales. No le di importancia, pero cuando me levanté encendí la televisión y vi una misa del Papa, vestido de rojo y con un incensario en la mano, rodeado de obispos y cardenales. Y me pasó por la cabeza una idea: ¿Tendré que ir a Roma? Además, en esa época estaba leyendo el libro del padre Amorth, El último exorcista, en el que se dice que tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II habían realizado exorcismos y oraciones liberatorias a poseídos.
Ángel cuenta que dudó mucho sobre si debía viajar o no a Roma.
Estaba muy mal, tenía miedo de morir lejos de mis hijos, de mi familia, dice.
Le pidió a Juan Rivas, un sacerdote mexicano que conoció hace dos años, que le acompañara. Y, el pasado día 7, los dos se plantaron en la Ciudad Eterna.
Después de tratar en tres ocasiones de saludar al Papa sin éxito, el domingo pasado la divina providencia nos ayudó y conseguimos por fin encontrarle y que dijera una oración, cuenta Juan Rivas.
El padre Amorth vio a Ángel al día siguiente de su encuentro con el Papa, el martes pasado.
No hay duda de que está poseído, asegura a Crónica este especialista que, a sus 88 años, ha realizado unos 160.000 exorcismos y que considera que Ángel padece un tipo de posesión muy especial: la posesión con mensaje.
No sólo estaría endemoniado sino, sostiene él, el diablo que lo habita se vería obligado por Dios a transmitir un mensaje.
Es un buen chico, ha sido elegido por el Señor para mandar un mensaje al clero mexicano y decirle a los obispos que tienen que hacer un acto en reparación por la horrenda ley del aborto aprobada en Ciudad de México en 2007 y que supone un ultraje a la Virgen. Hasta que no lo hagan Ángel no será liberado.
Ángel ha recurrido en los últimos años a distintos exorcistas. Pero sin lograr resultados.
Hay momentos en que parece que los demonios van a salir. Los noto en la boca, medio fuera, siento que se me hincha el cuello. Pero no se van.
El Vaticano minimizó el incidente con el portavoz Padre Federico Lombardi dijo que el Papa no tenía la intención de realizar un exorcismo «, sino una» oración de una persona que sufre ».
Pero el padre Amorth insiste en la «oración» era un ritual de exorcismo. Él le dijo al periódico: «El sacerdote dijo a Francisco: Mira, esto es un hombre joven que está poseído por el diablo». Y el Papa lo bendijo y oró por él, que era un exorcismo real y adecuada.
EL PADRE AMORTH ABUNDA MÁS SOBRE LOS EXORCISMOS
El Padre Gabriele Amorth, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, hace un llamamiento para relajar la regla y que todos los sacerdotes puedan llevar a cabo el ritual debido a la falta de exorcistas.
El exorcismo del Papa es signo luminoso ya que una de las principales causas del ateísmo de hoy es que la gente no cree en el diablo más. Jesús dijo: «Quien no está conmigo, está con Satanás».
Y agregó: Vivimos en una época en la que Dios se ha olvidado. Y donde quiera que Dios no está presente, las reglas las pone el diablo.
Hoy, por desgracia, los obispos no nombran exorcistas suficientes. Necesitamos muchos más. Espero que Roma env;ie instrucciones a los obispos de todo el mundo pidiéndoles que nombren más exorcistas.
El ex Papa, Benedicto XVI, nunca realizó oficialmente un exorcismo, pero Juan Pablo II es conocido por haber llevado a cabo al menos tres exorcismos durante su mandato.
El Padre Amorth afirmó el Papa Juan Pablo II ha sido un poderoso exorcista. Él dijo:
Juan Pablo II luchó muchas veces en contra de Satanás.
A pesar de que está muerto, sigue presente hoy en día en muchos exorcismos. Si usted cita su nombre durante un exorcismo, la persona poseída en realidad echa espuma por la boca con furia.
El Padre Amorth, quien ha ocupado el cargo desde hace 28 años, es conocido por su personalidad abierta y ha criticado tanto el yoga como a Harry Potter.
Él dijo:
La práctica de yoga trae el mal como lo hace la lectura de Harry Potter. Ambos pueden parecer inocuos pero que ambos se ocupan de magia, que conduce al mal.
Y agregó:
El yoga es obra del Diablo. Crees que lo estás haciendo para estirar tu mente y cuerpo, pero conduce al hinduismo. Todas estas religiones orientales se basan en la falsa creencia de la reencarnación.
Y respecto a Harry Potter:
La gente piensa que es un libro inofensivo para los niños, pero es acerca de la magia y conduce al mal. En Harry Potter el diablo está en el trabajo de una manera astuta y hábil, está usando sus extraordinarios poderes de la magia y el mal.
Satanás está siempre oculto y lo que desea más que nada es que la gente crea que no existe. Estudia a todos y cada uno de nosotros y nuestras tendencias hacia el bien y el mal y luego nos tienta.
Mi consejo para los jóvenes sería la de mirar hacia fuera de las discotecas, porque el camino es siempre el mismo: alcohol, sexo, drogas y sectas satánicas
El Papa celebra misa en una parroquia de la periferia romana:
El Papa visito el domingo por la mañana una de las parroquias de la periferia romana. Las campanas de las iglesias resonaron en el suburbio popular de Prima Porta, en el norte de la capital, cuando llegó el papa Francisco, que fue recibido por centenares de fieles con pañuelos con los colores del Vaticano.
Se le notaba en su salsa: encantado, divertido, satisfecho, contento y siempre sonriente. Como un párroco. Se transforma al contacto con la gente. No escapa, no rehuye el contacto físico. Se acerca, no se cansa de estrechar manos y de dar besos. Con su natural simpatía y espontaneidad seduce y, en las distancias cortas, transmite bondad y amor. Ése es el secreto del Papa.
Y ese traje le sienta como un guante. Un Papa que sabe sintonizar hasta con los niños de la primera comunión. Y, con ellos, mantuvo una homilía dialogada. Nada menos que sobre el misterio de la Trinidad. Explicándoselo, entre preguntas y respuestas. Y pidiendo que contestasen a sus preguntas más alto. El Papa pregunta, responde, interactúa y cuenta historias y bromas.
«Jesús nos ayuda en las dificultades…y también a la hora de hacer los deberes,¿verdad?», les decía a los pequeños.
Primeras comuniones con niños y niñas vestidos todos iguales: con sus túnicas largas blancas. No hubo novias ni princesas ni marineritos. A todos los niños (unos 50) les saludó, les besó, les dio la comunión y escuchó emocionado (e inclinado en profunda oraciín ante ellos), como le bendecían con el cántico de Francisco.
Y bendecido por ellos, les volvió a decir que el cristiano tiene que bendecir siempre: decir bien de los demás y de Cristo. Mientras, de fondo, sonaba un bello canto con guitarras:«Francesco vai, repara la mia casa».
Un Papa adorable, que se hace querer, que se deja querer. Un Papa catequista, que rezuma a Dios con su mera presencia.
LA VISITA A LA PARROQUIA ROMANA CONTADA POR RADIO VATICANO
Jesús camina con nosotros, nos ayuda, nos guía – explicó el obispo de roma en diálogo con los niños de primera comunión-. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar -dijo. Nos sostiene en las dificultades.
Con la comunión nos da la fuerza, Él viene a nosotros. Pero ¿Un pedazo de pan me da tanta fuerza? Preguntó Francisco. ¡No! respondieron los chicos: Es el Cuerpo de Cristo. El Papa afirmó: Parece pan, pero es el Cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón.
Este domingo 26 de mayo, Domingo de la Santísima Trinidad, Papa Francisco a las 9,30 de la mañana realizó una visita pastoral a la Parroquia romana de los Santos Isabel y Zacarías, donde presidió la Santa Misa y dio la primera comunión a 16 niños y distribuyó la Comunión a otros 28.
Concelebraron con el Obispo de Roma el Cardenal vicario Agostino Vallini, el Obispo auxiliar del Sector Norte de la diócesis del Papa, Mons. Guerino Di Tora, el Párroco Benoni Ambarus y el vicario parroquial Giovanni Franco.
La celebración tuvo lugar al aire libre en la plaza que se encuentra frente a la parroquia del municipio de «Prima Porta» que cuenta con una población de casi siete mil habitantes. El Santo Padre Francisco se encontró con las familias y los niños que han sido bautizados en el curso de este año, así como con los enfermos presentes.
Transcripción y traducción del italiano al español, del dialogo del Obispo de Roma con los niños de primera comunión, en la Parroquia de los Santos Isabel y Sacarías
En sus palabras el párroco me ha hecho recordar algo muy bello de la Virgen. Cuando la Virgen apenas recibió el anuncio que sería madre de Jesús y que su prima Isabel estaba embarazada -dice el evangelio- fue rápidamente, no esperó, no dijo: ahora yo estoy embarazada, tengo que cuidar mi salud, mi prima tendrá sus amigas que quizás la ayuden. Ella sintió algo y fue rápidamente. Es muy lindo pensar esto de la Virgen, de nuestra madre, que va rápidamente, porque tiene esto dentro: ayudar, va para ayudar no va gloriarse y decir a su prima: escucha, ahora mando yo porque soy la mamá de Dios. No, no hizo eso, fue a ayudar y la Virgen es siempre así, es nuestra madre que siempre viene rápidamente cuando nosotros tenemos necesidad. Sería bello agregar a las letanías de la Virgen una que diga así: «Señora que vienes rápidamente, ora por nosotros» porque ella va siempre rápidamente, no se olvida de sus hijos. Cuando sus hijos están en la dificultad, tienen necesidades, la invocan, ella rápidamente viene y esto nos da una seguridad de tener la Madre al lado, junto a nosotros siempre. Y se camina mejor en la vida cuando tenemos la madre cerca. Pensemos en esta gracia de la Virgen de estar cerca de nosotros sin hacernos esperar. Siempre ella está para ayudarnos. Tengamos confianza en esto.
También la Virgen nos ayuda a entender bien a Dios, a Jesús, a entender bien la vida de Jesús, la vida de Dios, a entender bien qué es el Señor, cómo es el Señor, quién es Dios.
A ustedes niños, les pregunto quién sabe quién es Dios, levante la mano.
Un niño responde: «el creador de la tierra».
Bien, afirma el Papa y pregunta ¿y cuántos dioses hay?, ¿uno?, ¿el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo o son tres dioses? ¿Cómo se explica esto? ¿Son uno o tres?
Los chicos responden: «Uno».
¿Y cómo se explica que uno sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?, pregunta el Papa y explica que son tres en uno. ¿Qué hace el Padre?, el Padre es el principio, que ha creado todo, que nos ha creado a nosotros.
¿Qué hace el Hijo? Pregunta Francisco, ¿quién sabe decir qué hace Jesús? Jesús viene a enseñarnos la Palabra de Dios, muy bien eso.
¿Pero después qué ha hecho Jesús en la tierra? Nos ha salvado. Jesús ha venido para dar su vida por nosotros.
El Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor… (El Papa hace repetir a los chicos)…
Esta es la vida cristiana, hablar con el Padre, hablar con el Hijo y hablar con el Espíritu Santo. Jesús nos ha salvado y también camina con nosotros en la vida, ¿es verdadero? Pregunta: ¿Y cómo camina? ¿Qué hace Jesús cuando camina con nosotros en la vida? Esta pregunta es difícil, afirma Francisco, el que responde vence el derby (competencia de fútbol entre los equipos más importantes) Hay risas y aplausos de todos…
Los chicos responden: Jesús nos ayuda, nos guía. Muy bien dice el Papa, Jesús camina con nosotros, nos ayuda, nos guía. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar. Nos sostiene en las dificultades y también en las tareas de la escuela -risas de todos-.
El obispo de Roma pregunta cómo nos da la fuerza Jesús, esto ustedes lo saben. Los chicos responden: con la comunión.
Con la comunión nos da la fuerza -insistió el Obispo de Roma-, Él viene a nosotros. Pero ¿Un pedazo de pan me da tanta fuerza?
No, responden los chicos, es el Cuerpo de Cristo.
Aquello sobre el altar, pregunta el Papa, ¿es pan o no es pan?. Parece pan, pero no es propiamente pan es el Cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón.
Pensemos en esto todos, el Padre nos ha dado la vida, Jesús nos ha dado la salvación, nos acompaña, nos guía, nos sostiene, nos enseña. El Espíritu Santo, nos ama, nos da el amor. Pensemos a Dios así y pidamos a la Virgen, nuestra Madre que viene rápidamente siempre para ayudarnos, que nos enseñe a entender bien cómo es Dios.
Un claro mensaje para recordar la humildad y la amplitud.
El viernes el Papa exhortó a dejar la arrogancia y a “caminar en medio y detrás de la manada». Y el sábado señaló la necesidad de tener las “puertas abiertas” y no comportarse como «controladores de fe» y sino como «facilitadores».
Estos dos mensajes de inscriben dentro de la línea de “reforma” de la lógica con que los sacerdotes deben enfocar su ministerio que abrió con su célebre concepto de que los pastores deben “tener olor a oveja”.
DEJAR LA ARROGANCIA
Durante la Profesión de Fe con todo el Episcopado italiano, el Papa Francisco exhortó a los obispos a:
dejar de lado «cualquier forma de arrogancia para inclinarse ante todos aquellos a los que el Señor confía a nuestro cuidado», en especial de los sacerdotes.
«La consecuencia de amar al Señor es darlo todo, absolutamente todo, hasta la propia vida por Él; esto es lo que debe distinguir nuestro ministerio pastoral; es la prueba que nos dice con qué profundidad hemos abrazado el don recibido respondiendo a la llamada de Jesús y de qué manera estamos unidos a las personas y a las comunidades que nos han sido encomendadas», expresó durante el acto realizado ayer en la Basílica de San Pedro.
El Santo Padre recordó a los obispos que:
«no somos expresiones de una estructura o de una necesidad organizativa: incluso con el servicio de nuestra autoridad estamos llamados a ser signo de la presencia y la acción del Señor resucitado y edificar así la comunidad en la caridad fraterna. Incluso el amor más grande, de hecho, cuando no se alimenta de forma continua, se desvanece y se apaga».
El Papa Francisco alertó que la falta de atención:
«ablanda al Pastor; le distrae, le convierte en olvidadizo e incluso en intolerante; le seduce con la perspectiva de la carrera, le tienta con el dinero y los compromisos con el espíritu del mundo; le convierte en perezoso transformándolo en un funcionario, un clérigo de estado preocupado más por él mismo, por la organización y las estructuras que por el verdadero bien del Pueblo de Dios».
«Se corre el riesgo, entonces, como el apóstol Pedro, de negar al Señor, aunque si formalmente uno se presenta y habla en su nombre; se atenúa la santidad de la Madre Iglesia jerárquica, haciéndola menos fructífera», expresó.
«¿Quiénes somos, hermanos, ante Dios?, ¿Cuáles son nuestras pruebas? -preguntó el Papa-. Como para Pedro, la pregunta insistente y dolorosa de Jesús puede entristecernos y hacernos conscientes de la debilidad de nuestra libertad, amenazada por tantas influencias internas y externas, que a menudo causan confusión, frustración e incluso incredulidad».
Sin embargo, señaló:
«estos no son los sentimientos ni las actitudes que el Señor quiere despertar, más bien, de esto se aprovecha el enemigo, el diablo, para aislar en la amargura, en la queja y en el desaliento …Jesús, buen pastor, no humilla ni abandona en el remordimiento: en Él habla la ternura del Padre, que consuela y anima; te hace pasar de la división de la vergüenza, porque realmente la vergüenza nos separa, a la confianza; restaura el valor, confía nuevamente la responsabilidad, nos entrega a la misión».
Por ello, indicó:
«ser Pastores significa también estar dispuestos a caminar en medio y detrás de la manada: capaces de escuchar la silenciosa historia de quien sufre y de apoyar el paso de quien teme no conseguirlo; pendientes de animar, tranquilizar e infundir esperanza».
«Compartiendo con los humildes, nuestra fe se refuerza; dejemos de lado, entonces, cualquier forma de arrogancia, para inclinarnos ante todos aquellos a los que el Señor confía a nuestro cuidado …Entre estos, reservemos un lugar particular a nuestros sacerdotes: sobre todo para ellos, que nuestro corazón, nuestra mano y nuestra puerta permanezcan siempre abiertos en cualquier momento. Ellos son los primeros fieles que nosotros, los obispos, tenemos: nuestros sacerdotes», concluyó.
NO SER CONTROLADORES DE LA FE
El papa Francisco llamó este sábado a la Iglesia a tener sus «puertas abiertas» y a no actuar como «una aduana», citando el ejemplo de curas que se niegan a bautizar a hijos de parejas que no están casadas.
A menudo nos comportamos como «controladores de fe» y no como «facilitadores», se lamentó el papa durante su misa diaria en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.
En su homilía, transmitida por Radio Vaticano, el papa argentino citó el ejemplo de un cura que se negó a bautizar al hijo de una madre soltera.
«Esta mujer tuvo la valentía de proseguir su embarazo (…) ¿y qué es lo que encuentra? Una puerta cerrada», lanzó el papa.
«Cuando escogemos este camino, no estamos ayudando al pueblo de Dios», dijo, añadiendo que «Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!»
En septiembre 2012, Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, había criticado a los sacerdotes que se negaban a bautizar a los niños nacidos fuera del matrimonio, calificándolos de «hipócritas».
Desde su elección, el Papa Francisco ha llamado la atención por su lenguaje simple y directo, así como por su proximidad con los fieles.