Categoría: Demonio

Confesiones impactantes de los demonios en exorcismos que revelan sus doctrinas más asombrosas.

Lo que los cristianos saben sobre la lógica que maneja el demonio, sus planes y su personalidad, no es algo que surgió por pura especulación filosófica o mera teoría, sino que es fruto de la observación sobre su comportamiento en la realidad.

Los padres y doctores de la Iglesia, establecieron lo que conocemos hoy como doctrina, a través de la experiencia de verlo actuar, enfrentarse a él y hablar con él en los exorcismos.

Y esos principios los corroboran nuestros exorcistas contemporáneos.

Aquí hablaremos sobre las cosas que agradan y desagradan al demonio, lo que se transforma en su mayor aliado y su mayor enemigo, según lo que han comprobado destacados exorcistas, y que está en línea con la doctrina católica sobre el demonio, para que podamos discernir mejor cómo se mueve el mal.

El padre Marcello Pellegrino Ernetti compiló en el tradicional libro Catequesis de Satanás, las palabras dichas por los mismos demonios, por boca de los posesos, durante exorcismos, cuando les ordenó que confesaran, en el nombre de Jesús, lo que más les agradaba y desagradaba.

Y estableció que lo que más le desagradaba era:

La confesión.

La Eucaristía o Comunión.

La adoración eucarística.

El amor a la Virgen María y el rezo del rosario.

Las apariciones de la Virgen María

La obediencia al Papa.

La oración de las almas contemplativas.

Los exorcistas.

Y por el contrario, estableció el padre Pellegrino, que lo que más le agradaba era:

La profanación de las hostias consagradas.

La comunión en la mano.

La liquidación de los niños inocentes.

La droga.

El divorcio.

Las sectas.

Sus teólogos.

Las faldas cortas y los vestidos indecentes de las mujeres.

Las discotecas.

La televisión.

Los sacerdotes y obispos que pertenecen a la masonería.

Los eclesiásticos que niegan su existencia.

La vestimenta secularizada de los sacerdotes.

Y el padre Francesco Bamonte, el actual exorcista de la diócesis de Roma, luego de haber sido elegido como presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, hizo un magnífico estudio sobre el catecismo inverso que predica el demonio. 

Allí analizó lo que aprecia y busca el diablo, y lo que, en cambio, le molesta y debilita, según la conducta y los dichos de los demonios en los exorcismos.

Es un catecismo inverso, porque invierte lo que agrada y desagrada a Dios.

Según Bamonte, lo primero que llama la atención en los exorcismos es la delicada acción de Dios y de la Virgen en comparación con la acción del diablo.

El diablo es autoritario, su furia es destructiva y lo hace notorio.

En cambio, la acción de Dios es oculta, silenciosa, curativa, pero al final es eficaz y vigorosa.

Mientras que las actitudes y reacciones de los demonios ante la Virgen, que es su gran enemigo, atestiguan la verdad de las palabras que Dios dirigió a satanás, «pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y su descendencia: ella te aplastará la cabeza, y tú le morderás su talón», Génesis 3,15.

Una segunda cosa que llama la atención, durante los exorcismos, es el terrible miedo y odio del demonio, hacia la ofrenda que hacemos de nosotros mismos a Dios, por amor.

Sobre todo si se hace con espíritu de reparación de nuestros pecados y los pecados de los demás.

Contó ejemplos de reacción de enojo de los demonios, hasta entonces escondidos dentro de los poseídos, porque no soportaban que él hiciera semejante catequesis a los que tenía en su poder.

Cuando invitaba al poseso a ofrecer su corazón a Dios, el diablo se enfurecía en ese momento.

Porque no puede soportar que el mal que ha hecho se convierta en un bien para la persona.

Una tercera cosa que le llama la atención es el valor negativo que el demonio le da al perdón.

Una vez le ordenó que le dijera en nombre de Jesús: «¿qué podría ser más repugnante para ti que ofrecer continuamente nuestra vida a Dios?». 

Y enseguida exclamó, «eso de perdonar todo y a todos». 

Entonces Bamonte concluye que el ofrecimiento de nuestra vida a Dios, es verdaderamente auténtico, cuando nos hace misericordiosos con los demás, perdonándolos.

Una cuarta característica recurrente en los exorcismos es la insistente petición del diablo de ser adorado, como si fuera Dios. 

No quiere aceptar que es Su «criatura», se engaña haciéndose creer que es Dios.

Y está deseoso de recibir de los hombres ese culto, que sólo pertenece a Dios.

Contó que muchas veces el demonio ha dicho en exorcismos: «¡Adórenme, yo soy Dios! Ponte de rodillas cuando se pronuncie mi nombre. ¡Yo soy el todopoderoso!».

A lo que Bamonte le contestó con la escritura «¡Vete, Satanás! Escrito está: ¡adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él!».

Y el demonio le replicó, «¡Nunca! ¡Yo soy Dios! ¡Mira a tu alrededor y verás cómo todos me siguen, cómo todos buscan lo que quiero darles!».

Una quinta actitud característica del diablo es hablar frecuentemente de exterminio y destrucción.

Se burla de todo lo bello, bueno, sano, limpio, armonioso, y amenaza con querer desfigurarlo y destruirlo.

Se siente su particular odio hacia el sacramento del matrimonio y hacia los afectos familiares.

Dice, «No me gusta cómo se visten las mujeres. ¡Hay que desnudarlas cada vez más, para que el sexo sea cada vez más dominante y pueda destruir cada vez más familias!».

Otras veces definió los órganos sexuales como «el centro del mundo».

Y vivir en castidad como «elección basura», mientras pondera la promiscuidad.

Una sexta comprobación es su odio por los pequeños. 

Una vez gritó a Bamonte «toma ese repugnante libro del Apocalipsis. Está escrito sobre aquella Mujer que da a luz. Siempre trato de comerme a los niños. ¿Sabes cómo?», y lo describió con palabras terribles.

Una séptima cosa es la inversión de valores.

Pone las cosas patas arriba, considerando el bien como mal y el mal como bien.

Por ejemplo, varias veces, al presentarle una reliquia, ha dicho «¡Qué hedor! ¡Es el hedor de quienes lo eligieron!», refiriéndose a Jesucristo, a quien por odio y desprecio casi nunca menciona. 

Al ser rociado con agua bendita protesta, afirma que no quiere ser lavado con esa agua, que «le apesta y le quema». 

Y también ha dicho, «hay un dios para aquellos que odian y este dios es mi dios».

Una octava cosa es que intenta dividir a los hombres y ponerlos unos contra otros continuamente con sus invectivas.

Le encanta subrayar que le gusta ver el odio entre los hombres y la maldad humana, dice que «es el ‘alimento’ que me alimenta y me fortalece».

Al mismo tiempo, afirma muy claramente, que su principal actividad entre los hombres es la tentación.

Una vez cuando Bamonte recitaba el ritual de exorcismos llamando al demonio «raíz de todos los males, fuente de vicios, seductor de hombres, engañador de pueblos», le comentó, 

«nuestro deber es tentar, siempre, a cualquiera, en cualquier lugar y de todos modos. ¡Alguien cae en nuestra red, alguien cae en ella para siempre!».

Y una novena cosa que llama la atención es el poder que el demonio confiere a la oración, mal que le pese.

Porque él mismo experimenta de primera mano el poder y la eficacia de la oración, en la medida que el exorcismo es una oración de la Iglesia en nombre de Cristo.

Una vez el mismo diablo, a su pesar, tuvo que confirmarlo, diciendo, obligado por Dios, «si vivieran de rodillas delante de Él y le cantaran alabanzas como lo hacen los ángeles, no tendríamos todos los poderes que ustedes nos dan». 

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre los valores que cultiva el maligno y los que aborrece, para que podamos comprender mejor cómo actúa el mal. 

Y me gustaría preguntarte qué otras cosas piensas que le agradan y le degradan al demonio.

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Cómo los demonios se están haciendo cargo de nuestra cultura sin que nos demos cuenta.

En 1 Timoteo 4:1 dice que “en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios». 

La apostasía de la fe es muy evidente.

Y con el crecimiento desenfrenado del ocultismo y el satanismo, la explosión de popularidad del espiritismo de la Nueva Era y el alejamiento del Dios bíblico, el mundo está cayendo en la oscuridad de estos espíritus y sus doctrinas.

Incluso vemos cómo esos “espíritus engañadores” y las “doctrinas de demonios” están actuando aún entre personas que no practican esas espiritualidades. 

Ya es una invasión cultural plenamente en regla.

Aquí hablaremos sobre cómo se está desplegando esa invasión cultural de los demonios, las pruebas que existen de que la invasión es real, cómo hemos perdido nuestros anticuerpos para defendernos, y cómo podemos protegernos concretamente.

La mayoría de los psicólogos y muchos teólogos creen que los demonios son meros productos de la imaginación.

Creen que los espíritus malignos pertenecen al mundo de la superstición y el mito. 

Satanás no es más que un recurso literario, una personificación del mal para ellos.

Y lo que supuestamente producen los demonios no son más que los trastornos mentales y emocionales de la esquizofrenia, la paranoia y la psiconeurosis.

Y así por ejemplo, explican al demonio de la tentación de Cristo en el desierto, como nada más que el lado humano de la naturaleza de Cristo manifestándose.

Por otro lado, los practicantes de la New Age, que creen en el mundo espiritual, no discriminan con quienes se comunican. 

Muchos afirman haber logrado la iluminación y la paz interior a través del contacto con guías espirituales, que creen que son los espíritus de los muertos. 

Las librerías exponen cientos de libros sobre cómo hacer para canalizar con los llamados guías espirituales, proyecciones astrales, clarividencia, meditación trascendental, astrología, uso de pirámides, lectura de cartas del Tarot, interpretación de sueños, descubrimiento de vidas pasadas y obtención de estados alterados de conciencia, por ejemplo a través de prácticas ancestrales de chamanes.

Miles han leído las experiencias espirituales muy publicitadas de la actriz Shirley MacLain.

Pero muchos que se han puesto en contacto con ese mundo de los espíritus lo han pagado muy caro.

Para su consternación, los guías espirituales que encontraron no eran los amistosos ángeles de luz que esperaban, sino espíritus malignos.

Algunos han renunciado a su práctica y ahora hablan en contra del espiritismo de la New Age, advirtiendo de su peligro, pero otros siguen presos de su ideología. 

Adicionalmente decenas de miles están involucrados en la brujería y la hechicería, y otras formas de ocultismo. 

Las librerías también están repletas de libros que enseñan a hacer hechizos, y especialmente internet.

Convenciones de brujas y hechiceros se realizan públicamente, al igual que los aquelarres.

Y han aparecido miles de tiendas de ocultismo que venden guías y productos para realizar los hechizos.

Muchos ocultistas son conscientes de que están tratando con fuerzas y poderes muy reales, aunque no comprendan el origen y la naturaleza de tales fuerzas.

Nuestra cultura ha bajado las defensas y ya no piensa en que esos poderes ocultos pueden ser demonios.

Pero la Biblia es clara, satanás es un ser literal y personal, y los demonios son personas espirituales que piensan, razonan, hablan, actúan, tientan.

Y bajo ciertas condiciones, pueden entrar y poseer la mente de un ser humano.

Cuando Cristo se enfrentó a un hombre poseído por una legión de demonios, los espíritus malignos exhibieron su capacidad de pensar, razonar y hablar, implorando a Cristo que no los enviara fuera del poseso, sino a una piara de cerdos cercana. 

Santiago dijo que los demonios creen en Dios y tiemblan.

Y Jesús echó fuera a muchos demonios, y no permitía que hablaran, porque revelarían quién era Él.

Y no sólo Jesús, sino la cultura del primer siglo conocía la diferencia entre enfermedad mental y posesión demoníaca, en Mateo 4:24 queda claro.

En la Biblia leemos que algunos demonios intentan lastimar o destruir a las personas que poseen. 

Algunos causan impedimentos físicos como mutismo, sordera y ceguera.

Otros exhiben sus poderes sobrenaturales a través de milagros y mensajes oraculares. 

Las personas poseídas por demonios a veces muestran una fuerza física extraordinaria.

Algunos demonios son espíritus inmundos y hacen que las personas que poseen muestren un comportamiento inmoral, perverso, y pronuncien obscenidades.

A menudo los demonios hacen que las personas que poseen parezcan locas. 

Y las Escrituras también revelan que existe la posesión múltiple, una persona poseída por varios demonios al mismo tiempo

Pero algunos casos actuales de condiciones psiquiátricas pueden ser casos de posesiones demoníacas, y para distinguirlo sería necesario el trabajo multidisciplinario entre psiquiatras y exorcistas, que pocas veces sucede.

Jesús dio a sus discípulos poder y autoridad para expulsar demonios y ese poder ha pasado a los obispos, que se lo conceden a los exorcistas. 

Y ellos nos dicen constantemente que la manifestación de los demonios, en la posesión demoníaca, es un fenómeno muy real y creciente en el mundo actual.

Y es la prueba de que el demonio actúa en el mundo, que tiene poder y cuáles son sus intenciones.

Hay muchas pruebas de su existencia por si alguien tiene dudas.

Los exorcistas que lidian con ellos en los exorcismos han visto fenómenos físicos asociados con la posesión, como el hedor inexplicable que impregna la habitación donde se realiza el exorcismo. 

De repente suceden temperaturas bajo cero en la habitación, aunque otras partes de la casa permanezcan cálidas. 

Se registran poderes telepáticos y telequinéticos en los posesos.

Distorsiones en la piel y en la cara, y otras transformaciones físicas y de comportamiento.

La persona poseída a veces registra un peso que la vuelve físicamente inamovible.

Pueden levitar e incluso caminar por las paredes.

El poseso también puede distinguir entre objetos que han sido bendecidos y los que no, pueden hablar lenguas que no conocen, saben cosas ocultas, y hablan con una voz que no es la del poseso.  

Y se ha comprobado que la participación en el ocultismo y haber recibido un trabajo de parte de un brujo, son las causas más comunes para la posesión.

Todo esto demuestra que hay en el mundo una fuerza real del mal actuando, que no es un constructo literario para explicar el mal, y sobre la cual nuestra cultura ha bajado las defensas, y por eso su crecimiento explosivo. 

Sería un error ver demonios acechando detrás de cada arbusto, o asumir influencia o posesión demoníaca cada vez que sucede algo extraño, del mismo tamaño, que pensar que el demonio sólo es parte del folclore urbano.

Pero como la cultura actual no va revitalizar por ahora los anticuerpos que tuvo antes, es necesario que cada uno se cuide.

Entonces, sé consciente de la existencia de los demonios y de su influencia, pero no te obsesiones con ellos, porque Dios es más poderoso.

Evita todas las formas de ocultismo y espiritismo de la New Age.

Ten en cuenta los efectos nocivos de las drogas y los entornos de la música de heavy metal, porque hay una alta asociación con la posesión.

Practica el control emocional, porque los ataques de ira descontrolada y las rabietas prolongadas pueden conducir a la posesión demoníaca.

Sigue los principios de la Palabra de Dios y pon tu confianza en Sus promesas.

Asiste a los sacramentos, especialmente a la Misa y la Confesión, evita los pecados y trata de estar en comunión con Dios permanentemente.

Ora diariamente y exponte a lecturas piadosas, evitando los medios en que actúa ostensiblemente el enemigo.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos exponer, que los espíritus engañadores y las doctrinas de demonios están actuando a sus anchas en el mundo, porque ya no tenemos anticuerpos contra ellos.

Y me gustaría preguntarte si sientes que los demonios están actuando con más poder en el mundo en estos tiempos, o no.

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Revelaciones del Cielo realizadas a Santa Francisca Romana.

Es claramente perceptible que el mal se ha expandido en el mundo en las últimas décadas.

Y esto sucede porque los demonios han crecido en su capacidad de tentar a los seres humanos.

Se trata de una prueba especialmente para la Iglesia, porque según la visión que tuvo el Papa León XIII en 1884, Jesucristo aceptó el reto del demonio de que podía destruir la Iglesia fundada por Cristo, y le otorgó 100 años de más poder a él y sus secuaces. 

Y en tanto ahora tiene más capacidad para tentar y desviar a los seres humanos, es más urgente conocer cómo están organizados los demonios para hacer caer a los hombres.

Aquí hablaremos de las visiones que le fueron dadas a Santa Francisca Romana sobre cómo están organizados los demonios para llevar al mal a los hombres, donde residen estos ángeles caídos, y cómo se dividen las tareas para ser más eficaces para su objetivo.

Santa Francisca Romana, que vivió entre los siglos XIV y XV tuvo gran cantidad de dones sobrenaturales.

Y en éxtasis y por voluntad divina, fue conducida al Purgatorio y al Infierno.

Por ella conocemos cómo están organizados los demonios para atacarnos y cómo operan.

Contó a su confesor que se le mostraron los ángeles que habían de caer y los que habían de permanecer en el amor divino, en el momento de la rebelión de los ángeles liderados por Lucifer contra Dios.

Le fue revelado que cayeron un tercio de los ángeles.

De estos, un tercio está en el infierno, otro tercio está en el aire y el último tercio está con nosotros en este mundo.

Este último grupo es el que nos tienta y nos ataca.

Mientras menciona que hay un grupo de ángeles que no tomaron posición por Lucifer o el Arcángel Miguel, y están considerados dentro de los ángeles que técnicamente cayeron, pero no están en el infierno, y aún no han sido juzgados por Dios.

Son quienes permanecieron mudos y silenciosos cuando Lucifer se apartó del Señor y recibieron una región neutral entre Lucifer y el Señor para vivir.

Aquellos espíritus miserables que siguieron a Lucifer libre y absolutamente, están encerrados en el Infierno, y sólo salen por permiso divino al mundo, cuando deben producir una gran catástrofe.

Estos demonios son muy malos y dañinos.

El criterio es que cuanto más noble fue como ángel, peor será como diablo. 

Los 4 principales son los que rigen todo y están por encima de los demás demonios por voluntad divina.

Tres de estos príncipes están sujetos a Lucifer que es el jefe de todos los demonios.

Lucifer era parte del coro de los serafines. Coordina a todos los demonios y a todos los condenados. Su mayor vicio es la soberbia y la maldad.

El segundo de estos príncipes se llama Asmodeo, trata del innoble vicio de la carne.

Y se dice que se dedica especialmente a atacar a la familia. Era parte del coro de querubines.

El tercer príncipe se llama Mamón. Trata del vicio de la avaricia, del materialismo, del dinero. Formó parte del coro de los tronos.

Y el cuarto príncipe se llama Belcebú y formaba parte del coro de las dominaciones.

Trata del vicio de la idolatría y el esoterismo, es decir, de los adivinos y hechiceros, y es la cabeza de todas las tinieblas y de todas las regiones tenebrosas del infierno.

Ha sido encargado de esparcir las tinieblas sobre la razón de las criaturas.

Como Lucifer, estos tres príncipes nunca salen del infierno, salvo casos excepcionales.

La mayoría de las veces envían desde el Infierno a otros demonios, cuando es necesario que sucedan grandes males en el mundo, con el permiso de Dios.

Especialmente cuando los demonios que están en el aire o los que están entre nosotros no son suficientes para producir este mal.

Estos príncipes de los demonios se llevan muy bien entre sí y se ayudan mutuamente para destruir las almas desafortunadas.

Los 2 tercios de los ángeles caídos están fuera del infierno.

La mitad de estos están en lo que Santa Francisca Romana llama el aire, y la otra mitad entre nosotros en la Tierra.

Los espíritus malignos que están en el aire no tientan a los seres humanos sino que, muy a menudo, provocan granizos, tormentas, niebla, viento, y otras condiciones, para debilitar las almas de los hombres.

Hacen que se vuelvan como veletas y las espantan, y así, les hacen apartarse de la fe y desconfiar de la Divina Providencia.

Los demonios que están en el aire, es decir en el espacio intermedio entre el cielo y la Tierra, sufren las mayores penas y, en general, se golpean unos a otros.

Sufren las mayores torturas cuando ven el bien que hacen los hombres buenos en este mundo.

Y aunque los demonios del aire no perciben el fuego infernal directamente, sin embargo, dentro de ellos, este fuego les inflige un gran sufrimiento.

Cuando había tormentas muy fuertes en el aire, provocadas por espíritus malignos del aire, tormentas que Santa Francisca conocía bien, encendía velas benditas y rociaba su casa con agua bendita, afirmando que era el mejor remedio contra tales tempestades.

Y el otro tercio de demonios está entre nosotros.

En cuanto las almas están debilitadas por malos espíritus del aire, los demonios que están entre nosotros les hacen caer en el pecado de la soberbia, de la carne, la avaricia o la idolatría y esoterismo, con más facilidad y rapidez, porque ya los encuentran debilitados por los espíritus que están en el aire.

En general los demonios que están entre nosotros son los que cayeron del último coro angélico, y están actuando contra nosotros desde el vientre de nuestra madre.

Su función es atormentarnos constantemente para destruirnos.

Son la contracara de nuestros Ángeles de la Guarda, destinados a escoltarnos hacia el bien en toda nuestra existencia. 

Algunos de estos demonios del aire están sujetos al demonio príncipe Asmodeo, y tientan a las almas al pecado de la carne.

Otros le pertenecen a Lucifer y son tentados por el vicio de la soberbia, lo cual les hace caer tanto más rápidamente y enredarse en el pecado de la carne.

Otros están sujetos a Mamón, príncipe del vicio de la avaricia.

Y otros están aún sujetos a Belcebú que tienta con el esoterismo y la idolatría.

Lucifer ve a todos los demonios que están en el infierno, en el aire y entre nosotros en este mundo.

Y todos ellos se ven sin ningún obstáculo.

Y cada uno de ellos comprende la voluntad de Lucifer.

Cuando hay almas fuertes que, en lugar de dejarse dominar por las tentaciones de los demonios, las resisten enérgicamente, entonces, uno o más demonios, más astutos y engañosos, vienen como refuerzos.

Y enseñan a los demonios que se han introducido en nosotros para tentar y maltratar a las almas sólidas que resisten, ejerciendo la mayor presión sobre ellas.

Santa Francisca supo también que todo demonio introducido en un alma para tentarla, sólo puede tentar a esa alma.

Pone todas sus fuerzas en tentar y descarriar al alma en la que se encuentra, sin preocuparse de las otras.

Pero cuando esa alma se deja dominar por el demonio, la tienta para hacer cosas indebidas contra su prójimo.

De modo que en el momento oportuno logra hacer pecar a su prójimo y convertirlo en objeto de escándalo.

De esta manera, cada demonio tienta y daña a otras almas.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar, sobre la forma en que están organizados los demonios, y cómo es que operan para tentar a las personas y hacerlas caer, para que sepamos cuidarnos en este período de más poder demoníaco.  

Y me gustaría preguntarte qué has oído decir sobre los ángeles que no tomaron partido entre el Arcángel Miguel y Lucifer y cual es su trabajo. 

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Los nuevos tiempos de purificación que se vienen como en los tiempos de Noé y el Diluvio.

En los tiempos de Noé, Dios purificó la humanidad con el Diluvio, para terminar con la rebelión a Su creación.

Nació así una nueva civilización, y apenas quedan rastros de la anterior.

Pero ahora el maligno está llevando a cabo una nueva rebelión contra la creación de Dios.

Se está llevando a muchos jóvenes con él, y Dios ya ha anunciado que volverá a purificar la Tierra, como lo había dicho 100 años antes a Noé, para restablecer Su justicia.

Aquí hablaremos sobre las razones que llevaron a Dios a Purificar la Tierra en la época de Noé y por qué lo hará de nuevo en nuestro tiempo.

En el año 2002, una patrulla estadounidense desapareció en una región remota de Afganistán, en Kandahar, y otra patrulla fue enviada en misión de búsqueda y rescate.

Esa patrulla rodeó la ladera de una montaña y se encontró con la entrada de una cueva, y huesos en la entrada. 

Y de repente vieron emerger algo de la cueva que los asombró.

Era un hombre de al menos de entre 3 metros medio a 4 metros y medio de estatura. 

Tenía barba roja, cabello bastante largo más allá de los hombros y rojo escarlata. 

Un soldado corrió hacia él y comenzó a disparar, pero el gigante logró ensartar al soldado con su lanza.

El resto de los soldados le dispararon varias ráfagas y al final el gigante cayó muerto.

Luego llegaron los helicópteros, lanzaron una red y el gigante fue arrastrado por los aires.

Los soldados que estaban en el helicóptero confirmaron que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, y pesaba alrededor de 500 kilos. 

No tenía zapatos en los pies, sino una especie de vendajes.

El gigante era de piel clara, lo que les sorprendió mucho, ya que esperaban que un afgano fuera más moreno.

Sus superiores les dieron órdenes que reescribieran el informe para eliminar cualquier mención de un ser gigante.

Luego supieron que los aldeanos lo conocían. Lo trataban como una especie de dios, llevándole sacrificios para que no fueran atacados. 

Esta es la razón por la cual encontraron huesos frente a la cueva, y entre ellos los restos del equipamiento de la primera patrulla que había desaparecido.

La última información que se tiene del caso, testimoniado por los soldados de la patrulla y de los helicópteros, es que fue llevado a EE.UU.

Tribus nativas americanas cuentan historias ancestrales sobre la existencia de una raza caníbal de gigantes pelirrojos, que una vez habitaron América del Norte. 

Según la leyenda, las tribus nativas se unieron, y prendieron fuego a la entrada de sus cuevas, quemando o asfixiando a todos los gigantes.

Estos gigantes han sido mencionados en varias culturas antiguas y se han avistado hasta hace unos años a algunas de estas criaturas.

Pero parece que ya no están más en nuestra época, salvo algún caso aislado.

En la Biblia se los menciona como los Nephilim, criaturas no humanas que vivieron entre los hombres antes del Diluvio.

Quienes podrían haber sido la consecuencia de la estrategia de los ángeles caídos para corromper al hombre, no solo en el pecado, sino también en la estructura de su ADN.

El Génesis 6 parece sugerir un apareamiento, de alguna forma que no está especificada, entre las hijas de los hombres y otros hijos de Dios, que podrían ser seres espirituales, en concreto ángeles caídos. 

Una de estas criaturas híbridas habría sido un rey llamado, Og, el poderoso rey de Basán, que dormía en una cama de hierro de 4 metros y medio de largo y 2 de ancho.

Otro parece haber sido el gigante Goliat.

En Números 13, dicen los espías de los israelitas que los habitantes de Canaán eran gigantes, y que los judíos tenían el tamaño de langostas frente a ellos.

Ana Catalina Emmerich tuvo visiones de estas criaturas.

Los descendientes de Caín fueron seducidos por algunos de los Ángeles Caídos, que no habían caído en el centro de la Tierra como los demás, cuando fueron expulsados del Cielo, sino que se asentaron en una montaña alta y solitaria. 

A medida que los descendientes de Caín se volvieron cada vez más corruptos y sensuales, se acercaron a esa montaña y estos ángeles caídos poseyeron a muchas de sus mujeres. 

Sus hijos eran muy guapos con muchos dones y habilidades, pero se hicieron instrumentos del espíritu maligno, quien les dio conocimientos y poderes ocultos, una gran estatura y poder físico. 

Así, nació una raza perversa en esta montaña.

Hacían cosas asombrosas, habían ideado la forma de arrastrar enormes rocas a la cima de la montaña para construir sus torres, podían escalar paredes y árboles, como lo hacen las personas poseídas, con la ayuda del diablo.

Esta raza no vivía en viviendas normales, sino en grandes torres redondas de piedra que cubrían profundas cavernas, donde tenían lugar sus orgías. 

En la parte superior de estas torres tenían tubos, diferentes de los telescopios de su época, y con estos tubos podían ver a las personas y escuchar lo que decían, a grandes distancias. 

Podían ver dónde estaban los otros pueblos y entonces iban allí, destruían todo, se apoderaban de ellos e infundían su propia anarquía y vicio. 

Y cuando el hombre se había corrompido y degradado completamente por esta influencia, mezclados con los descendientes de Caín y los demonios, fue cuando Dios anunció el Diluvio a Noé.

Durante 100 años la gente se reía de Noé, que estaba construyendo el Arca y prediciendo una purificación. 

A medida que pasaba el tiempo y no llegaba, se burlaban de él con desdén diciendo «¿dónde está tu purificación?».

Pero permaneció fiel al mensaje que recibió de Dios y siguió preparándose para ese evento.

Y cuando Dios destruyó esta montaña durante el Diluvio, sumergiéndola en las grandes aguas, aquellos Ángeles Caídos que la habían habitado se dispersaron por el aire. 

Son los Demonios del Aire, que la Iglesia nos enseña que causan infestaciones y tentaciones en el hombre, y que sólo en el Juicio Final serán arrojados al Infierno.

Hoy nos encontramos en una situación similar. Ha habido advertencias, no solo de místicos y profetas, sino de la misma Santísima Virgen, sobre una purificación que eliminaría a naciones enteras. 

Muchos de nosotros hemos estado esperando y orando por ello durante décadas y hemos escuchado las mismas burlas, “¿Dónde está tu purificación?”. 

Debemos responder como lo hizo Noé. 

Vio lo que el mundo merecía y necesitaba, que Dios lo había dictado, y no dudó que vendría.

Los demonios del aire hoy están con una actividad comparable a la que tuvieron en la época del Diluvio, desquiciando la Tierra y llevándose consigo a gran cantidad de jóvenes. 

Hoy ya no hay gigantes, pero la seducción está apuntando nuevamente a corromper la creación de Dios.

La rebelión contra las leyes de Dios y contra la naturaleza del cuerpo con que los seres humanos fueron creados, está creciendo a alturas inimaginables.

El Padre de la Iglesia Lactancio, del siglo III, sostuvo que cerca del final, surgiría un gran espíritu de rebelión contra Dios. 

Y Dios volvería a levantar Su Mano de Justicia, como lo hizo cuando el Diluvio, ya que el hombre volvía a intentar cambiar la creación. 

Pero aunque el enemigo se precipite tratando de destruir la Creación de Dios, no tendrá éxito, porque la victoria pertenece a Nuestra Señora.  

Bueno hasta aquí, lo que queríamos hablar sobre cómo Dios purificó el mundo con el Diluvio, cuando los ángeles caídos estaban cambiando la creación, y cómo lo hará de nuevo ahora en este nuevo intento.   

Y me gustaría preguntarte si crees que el ataque a la creación de Dios está llegando al punto más alto o crees que todavía no ha llegado a ese nivel.

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