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Francisco dijo que los corruptos son el anticristo [13-06-03]

Se adoran a si mismos.
El papa Francisco afirmó hoy 3 de junio que los corruptos son «el anticristo», hacen mucho daño a la Iglesia y son «un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo piensan en ellos y consideran que no necesitan de Dios». «¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana!«

 

POPE-FRANCIS/

 

El Pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en la que se refirió a la parábola de los labradores malvados, del Evangelio de Mateo y a los tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos.

Francisco señaló que de los pecadores no es necesario hablar demasiado, «ya que todos los somos, nos conocemos desde dentro ysabemos que cosa es un pecador y si alguno de nosotros no se siente así, que vaya a la consulta de un médico espiritual».

El obispo de Roma añadió que la parábola habla de otra figura, la de aquellos que quieren adueñarse de la viña y han roto relaciones con el dueño de la misma,

«un patrón (Dios) que nos ha llamado con amor, nos custodia y nos da libertad, pero esas personas se sienten fuertes y autónomas de Dios«.

«Esas personas, poco a poco han roto esa relación con Dios y dicen: `nosotros no necesitamos a ese patrón, que no venga a molestarnos´. Esos son los corruptos, aquellos que eran pecadores como todos nosotros, pero han dado un paso adelante, se han consolidado en el pecado«, aseguró Francisco.

El Papa agregó que los corruptos «son un peligro también para los cristianos, ya que sólo piensan en ellos«, en su grupo.

El Pontífice advirtió que Judas, «de pecador avaro acabó en la corrupción« y subrayó que los corruptos «son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que Dios ha creado su viña, y se han convertido en adoradores de sí mismos».

«¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana, que el Señor nos libere de caer en ese camino de la corrupción», agregó el Papa, que recordó al apóstol Juan que decía que los corruptos «son el anticristo, están en medio de nosotros, pero no son de los nuestros«.

Francisco agregó que, al contrario que los corruptos, los santos hacen «mucho bien a la Iglesia«, son los que «obedecen al Señor, los que le adoran y no han perdido la memoria del amor con el que el Señor ha creado su viña«. El Papa imploró a Dios la gracia «de no convertirnos en corruptos«.

«Pecadores sí, corruptos no«, subrayó Francisco

Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos

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El nuevo catolicismo de los tres últimos Papas es más apto para evangelizar a los evangélicos [2013-05-29]

En busca de la vuelta del hijo pródigo.
La nueva etapa del catolicismo como una subcultura doctrinalmente compacta, con los ojos fijos en Cristo y en sus enseñanzas, y en la evangelización, es la nueva fase del catolicismo en estos tiempos de una sociedad laicista, que restringe la expresión de la religiosidad.

 

catolicismo evangelico

 

Este nuevo catolicismo, que suele llamarse “Catolicismo Evangélico”, además tiene la especial ventaja de ser más atractivo para los protestantes, porque pueden ver contestadas algunas de las dudas que tienen sobre la iglesia católica.

LAS ETAPAS HISTÓRICAS DEL CATOLICISMO

George Weigel explica el desarrollo histórico del catolicismo evangélico, como una reforma iniciada por el Papa León XIII (1878-1903), desarrollada por los renovadores de principios del siglo XX, formalizada por el Concilio Vaticano II, e interpretada con autoridad por Juan Pablo II y Benedicto XVI, y ahora expresada con especial aplomo por el Papa Francisco.

Es una señal de la capacidad del catolicismo para retener las verdades permanentes e inmutables de la fe al tiempo que permite nuevas expresiones – tan antiguas y tan nuevas.

Como Weigel explica:

«El catolicismo evangélico es un desarrollo guiado por el Espíritu que refleja las contingencias culturales de la historia, al igual que otras evoluciones en los últimos dos mil años».

Entre los cuales podríamos identificar:

(1) la Iglesia Patrística,

(2) la Iglesia medieval, y,

 (3) Iglesia de la Contrarreforma. 

Cada una era necesaria para las exigencias de su tiempo, cada una estaba en consonancia con la verdad perdurable, y cada una dio paso a una nueva forma.

La iglesia patrística, fue un desarrollo de más o menos de mil años entre la Iglesia primitiva y medieval, produjo los credos, nos dio a los Padres, y evangelizó a los paganos.

Los 500 años de catolicismo medieval nos dieron las Catedrales, teologías sistemáticas, y las principales órdenes religiosas antes de la fragmentación.

Y aproximadamente en el mismo tiempo de 500 años, la Contrarreforma, convirtió gran parte del hemisferio occidental, resistió los embates de la Revolución Francesa, se encontró con los retos del totalitarismo del siglo XX, y muchas otras cosas.

LA NUEVA ETAPA: EL CATOLICISMO EVANGÉLICO

Y, sin embargo, su tiempo ha pasado. Guiada por el Espíritu, la Iglesia se mueve a una «nueva evolución en… autocomprensión y libre expresión», aunque, por supuesto, la forma en que la Iglesia se expresa y se vive a sí misma nunca altera fundamentalmente las «marcas permanentes» de la Iglesia, a saber, «la unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad.»

A pesar de la constancia de los elementos esenciales, la nueva expresión es, a veces, bastante diferente en la sensación y el lenguaje, aunque nada realmente ha cambiado. Es la misma Iglesia que proclama la misma fe en el mismo Señor.

El catolicismo evangélico es un término que se utiliza para capturar la versión católica de una política de la identidad del siglo XXI, que refleja la transición histórica a largo plazo del cristianismo en Occidente como una mayoría formadora de la cultura al cristianismo como una subcultura, incluso si es grande e influyente.

Y sus tres pilares son:

* Una fuerte defensa de la identidad católica tradicional, es decir, el apego a los marcadores clásicos del pensamiento católico (ortodoxia doctrinal) y la práctica católica (la tradición litúrgica, la vida devocional, y autoridad).

* Robusta proclamación pública de la enseñanza católica, con énfasis en la misión «ad extra» del catolicismo, el cambio de la cultura a la luz del Evangelio, en lugar de «ad intra», la reforma interna de la Iglesia.\

* La fe vista como una cuestión de elección personal en lugar de la herencia cultural, que, entre otras cosas, implica que, en una cultura altamente secular, la identidad católica nunca puede darse por sentada. Ella siempre tiene que ser probada, defendida y expresada.

TAMBIÉN PRESENTA UNA VERDADERA OPORTUNIDAD DE LLEGAR A LOS PROTESTANTES EVANGÉLICOS

La «fiebre romana» es un fenómeno protestante bien documentado, quizás especialmente entre los académicos y estudiantes universitarios, lo que provoca la pregunta frecuente «¿Por qué tantos evangélicos van a Roma»

Una buena parte de esto se traduce en el hecho de que la razón por sí sola no es suficiente, siempre requiere la tradición, y como evangélicos que buscan recuperar la tradición, descubren la Tradición. 

Mientras recuperan el pasado, también encuentran la enorme magnitud y profundidad de la herencia intelectual católica, incluyendo su música, el arte, la literatura y la poesía, todo lo que proporciona un lugar para vivir, en lugar del hundimiento furioso en la constante reinvención.

CUATRO CATEGORÍAS DE DIFERENCIAS

Mientras que las sospechas no son tan profundas como lo eran antes, en parte debido a la cooperación ecuménica sobre temas como el aborto y el matrimonio, todavía muchos evangélicos tienen dudas (por decirlo suavemente) sobre el catolicismo romano, en gran medida, en cuatro categorías:

(1) el estatus de la Biblia, y cómo se relaciona con las doctrinas acerca de María, los santos, y el purgatorio,

(2) la infalibilidad papal (por mucho que esto repite lo anterior),

(3) la justificación, y la fe y las obras, y,

 (4) las cosas católicas – estatuas, oraciones, el Rosario, los guardias suizos, los niños ruidosos en la Misa, la incapacidad extraña de cantar, y así sucesivamente.

No hay que subestimar la cuarta categoría. Muchos preguntan: Qué pasa con los católicos y la bebida. Por qué la gente está tan distraída durante la Misa. Por qué no hay oraciones espontáneas. Por qué son cortas las homilías, etc.

POCAS PREGUNTAS ACERCA DE LA JUSTIFICACIÓN

A pesar de que en una encuesta de las preocupaciones se anote esa objeción, la tercera, ellos la consideran más una cuestión de teoría no de un hecho de la realidad diaria.

Pero ¿cómo puede ser eso?

En primer lugar, el mundo protestante evangélico es una mezcolanza de teologías, una buena parte de las cuales no están vinculadas a los reformadores magisteriales sobre la justificación, por lo que hay mucho debate sobre eso, a veces se calienta, y un buen número de evangélicos no están excesivamente ligados a la autoridad bíblica de todos modos.

En segundo lugar, la mayoría de las personas en los bancos no son teólogos o historiadores de la Iglesia, y los evangélicos están quizás especialmente preocupados de no ser abrumados por el pasado y por lo tanto no demasiado preocupados para distinguir la “sola fide de la sola gratia”.

En tercer lugar, los jóvenes están más preocupados por el cuidado de los pobres y luego con los puntos más finos de las disputas teológicas del siglo XVI.

En otras palabras, si bien se enumeran las cuatro categorías de objeciones, la más alienante y preocupante para muchos es la cuarta; el catolicismo sólo parece extraño y ajeno a lo más destacado del evangelismo, que es un compromiso, personal, y relación significativa con Jesús. Y desde la perspectiva de un joven evangélico, los católicos no entienden esto.

UNA ANÉCDOTA

Uno joven estudiante de teología estaba estudiando en serio el catolicismo. Asistía a misa, estaba en una conversación con un sacerdote local que le habían recomendado, y estaba en el difícil trabajo de leer el Catecismo y a algunos teólogos. Y le encantaba lo que estaba leyendo.

Eventualmente, sin embargo, se fue a una congregación presbiteriana porque, según sus palabras,

«la gente en misa estaban muy desinteresados ??y eso fue un serio desafío a mi fe».

 Por un lado, esto pone de manifiesto una diferencia cultural en el punto de ir a los servicios, yo voy a misa, sobre todo, a recibir a Jesucristo en la Eucaristía.Todo lo demás es una ventaja.

Pero a un joven evangélico, se le enseña que si no tiene una experiencia de Dios algo anda mal, por lo que tiene que expresar su entusiasmo como prueba de su experiencia.

Un pastor dijo una vez que hay que «adorar duro»- es decir, con visible emoción y entusiasmo, de modo de ayudar a otros a tener una experiencia similar.

Si esta es la expectativa, las oraciones murmuradas, homilías aveces no inspiradas y la música (¡Dios mío, la música de algunas parroquias!) puede ser visto como un signo de que algo está muerto, una religión sin espíritu. Por supuesto, este poco entender la misa y un imperialismo de las expectativas, hace la diferencia cultural.

OTRA ANÉCDOTA

Otro joven había leído Aquino, Agustín y Atanasio, había estudiado con los jesuitas, había aprendido la música antigua, sabía el arte, encontró a los santos, se quedó impresionado con el compromiso con los pobres, pero hasta que conoció a los católicos evangélicos para quien, como dice Weigel, la amistad con Jesucristo era lo principal, no estaba convencido.

Lo que Weigel describe hace sentido a los evangélicos, y junto con los marcadores de la unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad es precisamente lo que un buen número de ellos / nosotros estamos buscando:

«en la amistad con Jesucristo, llegamos a conocer el rostro de Padre misericordioso, quien experimenta el poder del Hijo para perdonar pecados, ve al Padre misericordioso, que da la bienvenida a la casa a los hijos pródigos y los reviste con las vestiduras de la integridad».

La Gran Comisión continúa, y al experimentar la actual contracción de la cristiandad, la Unidad de la Iglesia será especialmente importante. La bienvenida a casa de los que se fueron será una tarea enorme, que requiere paciencia y caridad.

Sin embargo, una buena parte de este trabajo se podría lograr si sólo hiciéramos lo que deberíamos estar haciendo de todos modos, si fueramos lo que deberíamos ser: amigos de Jesús.

Una Iglesia sin Cristo no vale la pena tener, pero una iglesia cristocéntrica llevará a casa a sus hermanos y hermanas separados, y evangelizará a aquellos que ya tienen fe, pero esperan por su plenitud.

Fuentes: Crisis Magazine, Signos de estos Tiempos

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Francisco dice que la realidad se comprende mejor desde la periferia [13-05-27]

El Papa celebra misa en una parroquia de la periferia romana:
El Papa visito el domingo por la mañana una de las parroquias de la periferia romana. Las campanas de las iglesias resonaron en el suburbio popular de Prima Porta, en el norte de la capital, cuando llegó el papa Francisco, que fue recibido por centenares de fieles con pañuelos con los colores del Vaticano. 

 

recepcion a francisco

 

Se le notaba en su salsa: encantado, divertido, satisfecho, contento y siempre sonriente. Como un párroco. Se transforma al contacto con la gente. No escapa, no rehuye el contacto físico. Se acerca, no se cansa de estrechar manos y de dar besos. Con su natural simpatía y espontaneidad seduce y, en las distancias cortas, transmite bondad y amor. Ése es el secreto del Papa.

Y ese traje le sienta como un guante. Un Papa que sabe sintonizar hasta con los niños de la primera comunión. Y, con ellos, mantuvo una homilía dialogada. Nada menos que sobre el misterio de la Trinidad. Explicándoselo, entre preguntas y respuestas. Y pidiendo que contestasen a sus preguntas más alto. El Papa pregunta, responde, interactúa y cuenta historias y bromas.

«Jesús nos ayuda en las dificultades…y también a la hora de hacer los deberes,¿verdad?», les decía a los pequeños.

Primeras comuniones con niños y niñas vestidos todos iguales: con sus túnicas largas blancas. No hubo novias ni princesas ni marineritos. A todos los niños (unos 50) les saludó, les besó, les dio la comunión y escuchó emocionado (e inclinado en profunda oraciín ante ellos), como le bendecían con el cántico de Francisco.

Y bendecido por ellos, les volvió a decir que el cristiano tiene que bendecir siempre: decir bien de los demás y de Cristo. Mientras, de fondo, sonaba un bello canto con guitarras:«Francesco vai, repara la mia casa».

Un Papa adorable, que se hace querer, que se deja querer. Un Papa catequista, que rezuma a Dios con su mera presencia.

LA VISITA A LA PARROQUIA ROMANA CONTADA POR RADIO VATICANO

Jesús camina con nosotros, nos ayuda, nos guía – explicó el obispo de roma en diálogo con los niños de primera comunión-. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar -dijo. Nos sostiene en las dificultades.

Con la comunión nos da la fuerza, Él viene a nosotros. Pero ¿Un pedazo de pan me da tanta fuerza? Preguntó Francisco. ¡No! respondieron los chicos: Es el Cuerpo de Cristo. El Papa afirmó: Parece pan, pero es el Cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón.

Este domingo 26 de mayo, Domingo de la Santísima Trinidad, Papa Francisco a las 9,30 de la mañana realizó una visita pastoral a la Parroquia romana de los Santos Isabel y Zacarías, donde presidió la Santa Misa y dio la primera comunión a 16 niños y distribuyó la Comunión a otros 28.

Concelebraron con el Obispo de Roma el Cardenal vicario Agostino Vallini, el Obispo auxiliar del Sector Norte de la diócesis del Papa, Mons. Guerino Di Tora, el Párroco Benoni Ambarus y el vicario parroquial Giovanni Franco.

La celebración tuvo lugar al aire libre en la plaza que se encuentra frente a la parroquia del municipio de «Prima Porta» que cuenta con una población de casi siete mil habitantes. El Santo Padre Francisco se encontró con las familias y los niños que han sido bautizados en el curso de este año, así como con los enfermos presentes.

Transcripción y traducción del italiano al español, del dialogo del Obispo de Roma con los niños de primera comunión, en la Parroquia de los Santos Isabel y Sacarías

En sus palabras el párroco me ha hecho recordar algo muy bello de la Virgen. Cuando la Virgen apenas recibió el anuncio que sería madre de Jesús y que su prima Isabel estaba embarazada -dice el evangelio- fue rápidamente, no esperó, no dijo: ahora yo estoy embarazada, tengo que cuidar mi salud, mi prima tendrá sus amigas que quizás la ayuden. Ella sintió algo y fue rápidamente. Es muy lindo pensar esto de la Virgen, de nuestra madre, que va rápidamente, porque tiene esto dentro: ayudar, va para ayudar no va gloriarse y decir a su prima: escucha, ahora mando yo porque soy la mamá de Dios. No, no hizo eso, fue a ayudar y la Virgen es siempre así, es nuestra madre que siempre viene rápidamente cuando nosotros tenemos necesidad. Sería bello agregar a las letanías de la Virgen una que diga así: «Señora que vienes rápidamente, ora por nosotros» porque ella va siempre rápidamente, no se olvida de sus hijos. Cuando sus hijos están en la dificultad, tienen necesidades, la invocan, ella rápidamente viene y esto nos da una seguridad de tener la Madre al lado, junto a nosotros siempre. Y se camina mejor en la vida cuando tenemos la madre cerca. Pensemos en esta gracia de la Virgen de estar cerca de nosotros sin hacernos esperar. Siempre ella está para ayudarnos. Tengamos confianza en esto.

También la Virgen nos ayuda a entender bien a Dios, a Jesús, a entender bien la vida de Jesús, la vida de Dios, a entender bien qué es el Señor, cómo es el Señor, quién es Dios.

A ustedes niños, les pregunto quién sabe quién es Dios, levante la mano.
Un niño responde: «el creador de la tierra».
Bien, afirma el Papa y pregunta ¿y cuántos dioses hay?, ¿uno?, ¿el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo o son tres dioses? ¿Cómo se explica esto? ¿Son uno o tres?
Los chicos responden: «Uno».
¿Y cómo se explica que uno sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?, pregunta el Papa y explica que son tres en uno. ¿Qué hace el Padre?, el Padre es el principio, que ha creado todo, que nos ha creado a nosotros.
¿Qué hace el Hijo? Pregunta Francisco, ¿quién sabe decir qué hace Jesús? Jesús viene a enseñarnos la Palabra de Dios, muy bien eso.
¿Pero después qué ha hecho Jesús en la tierra? Nos ha salvado. Jesús ha venido para dar su vida por nosotros.

El Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor… (El Papa hace repetir a los chicos)…

Esta es la vida cristiana, hablar con el Padre, hablar con el Hijo y hablar con el Espíritu Santo. Jesús nos ha salvado y también camina con nosotros en la vida, ¿es verdadero? Pregunta: ¿Y cómo camina? ¿Qué hace Jesús cuando camina con nosotros en la vida? Esta pregunta es difícil, afirma Francisco, el que responde vence el derby (competencia de fútbol entre los equipos más importantes) Hay risas y aplausos de todos…

Los chicos responden: Jesús nos ayuda, nos guía. Muy bien dice el Papa, Jesús camina con nosotros, nos ayuda, nos guía. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar. Nos sostiene en las dificultades y también en las tareas de la escuela -risas de todos-.

El obispo de Roma pregunta cómo nos da la fuerza Jesús, esto ustedes lo saben. Los chicos responden: con la comunión.
Con la comunión nos da la fuerza -insistió el Obispo de Roma-, Él viene a nosotros. Pero ¿Un pedazo de pan me da tanta fuerza?
No, responden los chicos, es el Cuerpo de Cristo.
Aquello sobre el altar, pregunta el Papa, ¿es pan o no es pan?. Parece pan, pero no es propiamente pan es el Cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón.
Pensemos en esto todos, el Padre nos ha dado la vida, Jesús nos ha dado la salvación, nos acompaña, nos guía, nos sostiene, nos enseña. El Espíritu Santo, nos ama, nos da el amor. Pensemos a Dios así y pidamos a la Virgen, nuestra Madre que viene rápidamente siempre para ayudarnos, que nos enseñe a entender bien cómo es Dios.

Fuente: Periodista Digital, Signos de estos Tiempos

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Francisco llamo a los sacerdotes a dejar la arrogancia y no ser controladores de la fe [13-05-26]

Un claro mensaje para recordar la humildad y la amplitud.
El viernes el Papa exhortó a dejar la arrogancia y a “caminar en medio y detrás de la manada». Y el sábado señaló la necesidad de tener las “puertas abiertas” y no comportarse como «controladores de fe» y sino como «facilitadores».  

 

papa con paloma

 

Estos dos mensajes de inscriben dentro de la línea de “reforma” de la lógica con que los sacerdotes deben enfocar su ministerio que abrió con su célebre concepto de que los pastores deben “tener olor a oveja”.  

DEJAR LA ARROGANCIA

Durante la Profesión de Fe con todo el Episcopado italiano, el Papa Francisco exhortó a los obispos a:

dejar de lado «cualquier forma de arrogancia para inclinarse ante todos aquellos a los que el Señor confía a nuestro cuidado», en especial de los sacerdotes.

«La consecuencia de amar al Señor es darlo todo, absolutamente todo, hasta la propia vida por Él; esto es lo que debe distinguir nuestro ministerio pastoral; es la prueba que nos dice con qué profundidad hemos abrazado el don recibido respondiendo a la llamada de Jesús y de qué manera estamos unidos a las personas y a las comunidades que nos han sido encomendadas», expresó durante el acto realizado ayer en la Basílica de San Pedro.

El Santo Padre recordó a los obispos que:

«no somos expresiones de una estructura o de una necesidad organizativa: incluso con el servicio de nuestra autoridad estamos llamados a ser signo de la presencia y la acción del Señor resucitado y edificar así la comunidad en la caridad fraterna. Incluso el amor más grande, de hecho, cuando no se alimenta de forma continua, se desvanece y se apaga».

El Papa Francisco alertó que la falta de atención:

«ablanda al Pastor; le distrae, le convierte en olvidadizo e incluso en intolerante; le seduce con la perspectiva de la carrera, le tienta con el dinero y los compromisos con el espíritu del mundo; le convierte en perezoso transformándolo en un funcionario, un clérigo de estado preocupado más por él mismo, por la organización y las estructuras que por el verdadero bien del Pueblo de Dios».

«Se corre el riesgo, entonces, como el apóstol Pedro, de negar al Señor, aunque si formalmente uno se presenta y habla en su nombre; se atenúa la santidad de la Madre Iglesia jerárquica, haciéndola menos fructífera», expresó.

«¿Quiénes somos, hermanos, ante Dios?, ¿Cuáles son nuestras pruebas? -preguntó el Papa-. Como para Pedro, la pregunta insistente y dolorosa de Jesús puede entristecernos y hacernos conscientes de la debilidad de nuestra libertad, amenazada por tantas influencias internas y externas, que a menudo causan confusión, frustración e incluso incredulidad».

Sin embargo, señaló:

«estos no son los sentimientos ni las actitudes que el Señor quiere despertar, más bien, de esto se aprovecha el enemigo, el diablo, para aislar en la amargura, en la queja y en el desaliento …Jesús, buen pastor, no humilla ni abandona en el remordimiento: en Él habla la ternura del Padre, que consuela y anima; te hace pasar de la división de la vergüenza, porque realmente la vergüenza nos separa, a la confianza; restaura el valor, confía nuevamente la responsabilidad, nos entrega a la misión».

Por ello, indicó:

«ser Pastores significa también estar dispuestos a caminar en medio y detrás de la manada: capaces de escuchar la silenciosa historia de quien sufre y de apoyar el paso de quien teme no conseguirlo; pendientes de animar, tranquilizar e infundir esperanza».

«Compartiendo con los humildes, nuestra fe se refuerza; dejemos de lado, entonces, cualquier forma de arrogancia, para inclinarnos ante todos aquellos a los que el Señor confía a nuestro cuidado …Entre estos, reservemos un lugar particular a nuestros sacerdotes: sobre todo para ellos, que nuestro corazón, nuestra mano y nuestra puerta permanezcan siempre abiertos en cualquier momento. Ellos son los primeros fieles que nosotros, los obispos, tenemos: nuestros sacerdotes», concluyó.

NO SER CONTROLADORES DE LA FE

El papa Francisco llamó este sábado a la Iglesia a tener sus «puertas abiertas» y a no actuar como «una aduana», citando el ejemplo de curas que se niegan a bautizar a hijos de parejas que no están casadas.

A menudo nos comportamos como «controladores de fe» y no como «facilitadores», se lamentó el papa durante su misa diaria en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.

En su homilía, transmitida por Radio Vaticano, el papa argentino citó el ejemplo de un cura que se negó a bautizar al hijo de una madre soltera.

«Esta mujer tuvo la valentía de proseguir su embarazo (…) ¿y qué es lo que encuentra? Una puerta cerrada», lanzó el papa.

«Cuando escogemos este camino, no estamos ayudando al pueblo de Dios», dijo, añadiendo que «Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!»

En septiembre 2012, Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, había criticado a los sacerdotes que se negaban a bautizar a los niños nacidos fuera del matrimonio, calificándolos de «hipócritas».

Desde su elección, el Papa Francisco ha llamado la atención por su lenguaje simple y directo, así como por su proximidad con los fieles.

Fuentes: ACI Prensa, Periodista Digital, Signos de estos Tiempos

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La línea del papa Francisco es la de los santos sociales como Don Bosco y Don Orione [2013-05-24]

Exponente de la doctrina social tradicional de la Iglesia.
La semana pasada escribíamos sobre una tesis que hemos manejado desde la elección del papa Francisco en varios artículos, que no es una simpatizante de la teología de la liberación ni un “progresista” izquierdizante, ver aquí. Lo hicimos tratando de explicar las razones por las que los sectores conservadores no deben temerle.

 

bergoglio y chico en silla de ruedas

 

Porque ha sucedido, que desde el inicio de su pontificado, Francisco ha sido objeto de ataques temiendo que la iglesia vuelva a los excesos litúrgicos anteriores a Benedicto XVI, muchos de ellos promovidos por Juan Pablo II, y han aprovechado ciertas profecías para ir en su contra y utilizaron, o “fabricaron” mensajes de videntes poniéndolo como el anticristo.

MUCHAS COSAS PUEDE SER, PERO NO REBELDE IZQUIERDISTA

Lo cierto es que se pueden decir cosas de Francisco, pero nó que es afín a la teología de la liberación, o progres, o izquierdizante.

Aunque los verdaderamente izquierdizantes, los afines a la teología de la liberación, se han congratulado con Francisco y le siguen dando una carta de crédito, porque hace mucho que no se ve un Papa con tal énfasis social, y creen que el monopolio de ocuparse de los pobres es de ellos, por eso reflexionan ‘es de los nuestros’.

Ahora el reconocido periodista y vaticanista Vittorio Messori ha explicado por qué el papa Francisco no un «progresista», sino que se enmarca en una tradición de católicos doctrinal y espiritualmente conservadores volcados en el amor hacia los pobres. Estaría en la línea de los grandes santos sociales y fundadores de órdenes caritativas del siglo XIX.

LA EXPLICACIÓN DE VITTORIO MESSORI

El “catolicismo social” nace y florece en el siglo XIX y después en los primeros decenios del XX a manos de sacerdotes y de laicos marcados por los “progresistas” como “intransigentes”, “papistas”, “reaccionarios”. El compromiso extraordinario a favor de toda miseria humana que mueve a la Iglesia a partir del pontificado de Pío IX y continúa después hasta Pío XII, señala precisamente a los secuaces de la ortodoxia más rigurosa, los creyentes que se profesan fieles a la más estricta obediencia a la Jerarquía y, sobre todo, al papado. 

Por limitarnos a un ejemplo impresionante, el de la ciudad de Turín que, entre el siglo XIX y el XX conoció una explosión de santidad, aquí va un elenco sólo de los más conocidos, que ya son santos o beatos: 

-Cottolengo acoge a la escoria de la sociedad, a la que todos rechazan; 
-Bosco se da totalmente a favor de los hijos de los “proletarios”;
– Murialdo compite con él para transformar a los jóvenes ignorantes y hambrientos en buenos artesanos y ciudadanos; 
-Faà di Bruno sigue sus pasos para proteger a los últimos entre los últimos, las criadas explotadas, enfermas, despedidas porque ya son ancianas; 
-Cafasso gasta tesoros de caridad para aliviar la suerte de los más olvidados y despreciados, los presos; 
-Allamano se preocupa de los miserables más allá de Europa y envía a sus Misioneros de la Consolata; 
-Orione no pone límites al alivio de los más necesitados. 

Mientras los gobiernos liberales, a menudo inspirados por la masonería, no sólo se ocupan poco de los pobres, sino que les gravan incluso el pan (el “macinato”) y secuestran a los hijos durante años y años de servicio militar, mientras el naciente socialismo distribuye palabras y opúsculos, preocupándose más de la ideología que de la miseria concreta, he aquí que los católicos “papistas”, los despreciados “clericales reaccionarios” descienden al campo a ayudar en persona a los hambrientos, enfermos, ignorantes, abandonados. No sólo trabajando, sino levantando la voz contra tanta necesidad que los ricos quieren ignorar.

Pues bien, el Papa Francisco está entre los herederos de esta larga y admirable tradición del catolicismo llamado social. Por una serie de equivocaciones y de deformaciones propagandísticas se ha impuesto y está aún en vigor un esquematismo según el cual el compromiso a favor de los últimos estaría acompañado necesariamente de una perspectiva denominada “progresista”. Y, en el caso católico, “contestataria”, heterodoxa, polémica con relación a los dogmas y a las jerarquías. 

La historia dice lo contrario. Es significativa la confrontación polémica entre el padre Bergoglio y sus hermanos jesuitas atraídos por las ideologías de la teología de la liberación, inspirados por el Marx-leninismo. Su acción le llevó a los argentinos marginados, como a tantos santos de la caridad evangélica, que no necesitaban desafiar a la Iglesia y a los Papas, y proponer nuevas teologías y nuevas morales para poner en práctica la exhortación de Jesús a ser pobres entre los pobres.

Existe otra “marca católica” que señala a los sacerdotes y a los laicos del compromiso social: la devoción mariana. En las perspectivas cristianas “adultas” y “abiertas” se rechaza la devoción tradicional a la Virgen, con santuarios, peregrinaciones, rosarios; María, cuando es recordada, es a lo sumo una combatiente, una inspiradora para la lucha de clases, con su Magnificat, al que se le da una lectura política.

También en esto el Papa Francisco muestra su continuidad con los hermanos en la fe que han escalado las cimas de la santidad ensuciándose hasta el fondo las manos en los bajos fondos de la sociedad: todos, sin excepción, han sido partidarios ardientes de la que siempre han llamado “Nuestra Señora”.

La primera salida, la mañana después de la elección, ha querido que tuviera como meta la basílica de Santa María Maggiore, donde ha rezado delante de la imagen venerada desde siempre por el pueblo romano. En la tarde de ese mismo día ha querido ir a recitar el rosario a la gruta de Lourdes reproducida a tamaño natural en los jardínes vaticanos. Sus discursos espontáneos o leídos no se olvidan jamas de invocar a la Virgen. Precisamente el otro día ha anunciado que en cuanto pueda volará a Cagliari, a venerar al a Virgen de Bonaria que ha dado el nombre a su Buenos Aires.

Fuentes: Vittorio Messori, Signos de estos Tiempos

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Aún no ha prendido la prédica de Francisco sobre el diablo a pesar de sus bases bíblicas [2013-05-16]

Tras mucho silenciamiento acumulado por décadas.
El Papa Francisco ha incorporado, desde el inicio de su pontificado, la sobre-comunicación de que el diablo o demonio está detrás del mal de este mundo, pero no como una categoría abstracta sino como una entidad o persona real. Sin embargo, es tanta la presión de décadas de silenciamiento de su prédica, que ha tenido poco impacto y se ha tomado casi como una anécdota del folclórico Bergoglio.

 

homilia-papa-francisco

 

En una de sus homilías matutinas en la capilla de la Domus Sanctae Marthae dijo que no sólo hay odio en el mundo hacia Jesús y la Iglesia, sino que detrás de este espíritu del mundo está «el príncipe de este mundo»:

«Con su muerte y resurrección Jesús nos ha rescatado del poder del mundo, del poder del diablo, del poder del príncipe de este mundo. El origen del odio es éste: estamos salvados y ese príncipe del mundo, que no quiere que seamos salvados, nos odia y hace nacer la persecución que desde los primeros tiempos de Jesús continua hasta hoy».

Hay que reaccionar ante el diablo – dice el Papa – como hizo Jesús, que:

«respondió con la palabra de Dios. Con el príncipe de este mundo no se puede dialogar. El diálogo entre nosotros es necesario; es necesario para la paz, es una actitud que debemos tener entre nosotros para escucharnos, para entendernos. Y debe mantenerse siempre. El diálogo nace de la caridad, del amor. Pero con ese príncipe no se puede dialogar; se puede solamente responder con la palabra de Dios que nos defiende».

A CONTRAMANO DE LA OPINIÓN GENERALIZADA

Esto va a contramano  de la predicación actual de la Iglesia, que sobre él calla o lo reduce a metáfora. Y a pesar de que sus alusiones han sido profusamente difundidas, décadas de minimización del diablo proyectan sombra sobre las mismas palabras del Papa, al punto que la opinión pública, tanto católica como laica, ha mostrado despreocupación ante su insistencia sobre el diablo o, como máximo, indulgente curiosidad.

Francisco habla del diablo demostrando que tiene muy claro en su mente sus fundamentos bíblicos y teológicos

Precisamente para refrescar la mente sobre dichos fundamentos ha intervenido en «L’Osservatore Romano» del 4 de mayo el teólogo Inos Biffi, con un artículo que recorre la presencia y el papel del diablo en el Antiguo y el Nuevo Testamento.

CÓMO HABLAN DEL DEMONIO LAS ESCRITURAS POR INOS BIFFI

Tras la aparición del hombre, obra del sexto día de la creación, se advierte la presencia de algo misterioso e inquietante, la serpiente. Asombra y desconcierta lo que ésta inicia con los progenitores, y lo que quiere obtener de estos: insinuar en ellos la sospecha hacia Dios, es decir, persuadirles de que las prohibiciones por él planteadas provienen de sus celos, de su temor de que ellos quieran equipararse a él. La serpiente encarna, precisamente al principio del mundo y de su historia, la presencia de un ser envidioso:

«Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sabiduría 2, 24).

EN EL NUEVO TESTAMENTO SE MENCIONA A MENUDO ESTA SERPIENTE

Jesús declara que el diablo es:

«homicida desde el principio»; en él «no hay verdad»; «cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira» (Juan 8, 44). Y de nuevo Jesús lo define «Príncipe de este mundo» (Juan 12, 31; 16, 11).

Pablo afirma que:

«la serpiente engañó a Eva con su astucia» (2 Corintios 11, 3) y menciona a quien se pierde «yendo en pos de Satanás» (1 Timoteo 5, 15).

El mismo apóstol habla del vivir mundano con el que se sigue:

al «Príncipe del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes» (Efesios 2, 2); menciona las «acechanzas del diablo» y nuestra batalla «contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal» (Efesios 6, 12).

La primera carta de Pablo nombra

al «enemigo», «el diablo» o el «acusador», que «ronda como león rugiente, buscando a quién devorar» (5, 8).

Y en las cartas de Juan se recuerda:

al «anticristo» que debe venir (1 Juan 2, 18); el «mentiroso» que niega que Jesús es el Cristo; el «anticristo» que «niega al Padre y al Hijo» (2, 22).

En el Apocalipsis está escrito:

«Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él» (12, 7-9).

UN SER MALIGNO HOSTIL A DIOS

Entre estos textos y la exégesis de Jesús sobre el diablo, homicida y mentiroso desde el principio, el acuerdo es perfecto: se trata de un ser hostil a Dios, que quiere destruir su Palabra y, al mismo tiempo, hostil al hombre, al cual quiere seducir, induciéndolo a rebelarse contra el diseño divino. Es el maligno. En especial, el acuerdo exegético se refiere a aquel a quien el diablo reserva su aversión, a saber: Jesucristo.

Se sitúan así, en antítesis, dos realezas: la de Jesús y la del príncipe de este mundo. El demonio no tolera a Jesucristo e intenta obstaculizar de todas las maneras posibles el eterno plan divino concebido para él. Así sucede en el desierto.

AL QUE JESÚS VENCIÓ

Pero Jesús se proclama vencedor de este príncipe:

«Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder» (Juan 14, 30).

Es precisamente cuando llega la hora de Jesús, la de su elevación en la cruz y a la derecha del Padre, cuando ese príncipe es derrotado:

«en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado».

Con la efusión del Espíritu del Señor glorificado ese príncipe encuentra su condena (Juan 16, 11). Sobre todo Pablo resalta el dominio del Resucitado:

en él el Padre «nos libró del poder de las tinieblas» (Colosenses 1, 13) y «una vez despojados los Principados y las Potestades, los exhibió públicamente, incorporándolos a su cortejo triunfal» (2, 15).

El cristiano ha pasado a ser partícipe del dominio de Jesús sobre el demonio:

«estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo (…) y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús» (Efesios 2, 5-6).

PERO SIGUE CON SU INSIDIA EN LA TIERRA

Si bien ha sido derrotado definitivamente por el Señor, el demonio sigue poniendo insidia para hacer caer al hombre redimido. Por este motivo hay que estar alerta.

Pedro hablaba de su rugido y de su aún no aplacada voluntad de dañar; Pablo exhorta a aferrar el escudo de la fe:

con el cual apagar los «encendidos dardos del Maligno» (Efesios 6, 16).

Y el mismo Jesús había enseñado a rezar pidiendo al Padre que nos liberase del maligno (Mateo 5, 13).

LA GUERRA DEL CIELO, LOS ÁNGELES BUENOS Y LOS MALOS

Las múltiples exegesis sobre la serpiente que aparece en los orígenes nos inducen a hacer algunas consideraciones.

La primera es sobre la “historia” consumada y decidida antes de la creación del hombre, y que consiste en el estallido de una «gran guerra en el cielo» (Apocalipsis 12, 7), es decir, en un consenso o en una rebelión acaecidos en el mundo angelical: un consenso o una rebelión no genéricos, pero cuyo objetivo es el concreto y eterno proyecto divino, que es personalmente Jesucristo.

La orgullosa intolerancia de los ángeles rebeldes tiene como objeto Jesús, el que  «prevalece sobre todas las cosas» y que, por tanto, prevalece también sobre ellos.

Se entiende, entonces, como la vida de Jesús haya estado obstaculizada por la presencia y las maquinaciones del diablo; y, por otra parte, desde el anuncio de su nacimiento hasta la ascensión, ha estado acompañada, servida y consolada por la presencia de los ángeles, que se alegran con él, y con él son vencedores del gran dragón y de sus satélites, expulsados del cielo y precipitados, como afirmaba el Apocalipsis.

El mismo Jesús afirmaba:

haber visto «a Satanás caer del cielo como un rayo» (Lucas 10, 18) y hablaba del «fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mateo 25, 41).

Hemos hablado de historia que precede a la historia visible del hombre: lo que conocemos es lo que aflora como si de un panorama escondido se tratara, que nos sobrepasa y se nos escapa, y que ahora sólo podemos presumir e intuir.

EL PODER DEL DIABLO SÓLO VENCIDO POR EL SEÑOR

La segunda consideración se refiere al poder impresionante de Satanás, tan fuerte y tenaz que sólo la fuerza del Hijo de Dios lo puede doblegar y desbaratar; es más, la fuerza del Hijo de Dios derrotado en la cruz y, por tanto, en una condición de extrema debilidad humana se convierte, paradójicamente y sin esfuerzo, en potencia absoluta.

El diablo consigue arrastrar todo y a todos, pero frente a Jesús sucumbe totalmente. El Crucificado resucitado recrea una humanidad vencedora, apartada de la influencia perversa del maligno.

El atractivo del dominio es reemplazado por el atractivo de Cristo, que declara:

«Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Juan 12, 32).

Sólo compartiendo el vigor de Jesús muerto y glorioso conseguimos oponernos a la tentación de la serpiente de los orígenes.

Sin embargo, podría quedar una pregunta: sin duda, la caída del ángel y del hombre dependen únicamente de la libre voluntad de la criatura. No sólo: el perdón del hombre estaba incluido en el amor misericordioso del Padre, que predestinaba al Hijo Jesús redentor.

Entonces, ¿por qué el orden concreto elegido por Dios incluye esa caída y, por tanto, la realidad del pecado? No somos capaces de responder a esto: pertenece al «pensamiento del Señor», a sus «insondables designios» y a sus «inescrutables caminos» (Romanos 11, 32-34).

PERO NO SE PREDICA

Una tercera consideración es para manifestar sorpresa ante la ausencia en la predicación y en la catequesis de la verdad relativa al demonio.

Por no hablar de esos teólogos que, por un lado, aplauden que por fin el Vaticano II haya declarado la Escritura «alma de la Sagrada Teología» (Dei Verbum, 24) y, por otro, no dudan tanto en decidir su inexistencia – como hacen con los ángeles -, como en considerar marginal una dato muy claro y ampliamente dado por cierto en la Escritura misma, como es el que hace referencia al demonio, considerándolo la personificación de una oscura y primordial idea del mal, ahora ya desmitificado e inaceptable.

Un concepto como éste es una obra maestra de la ideología y equivale, sobre todo, a banalizar la obra misma de Cristo y su redención.

Es por esto por lo que no nos parecen secundarias las referencias al demonio que observamos en los discursos del Papa Francisco.

Fuentes: Sandro Magister, Tempi, Signos de estos Tiempos 

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Los católicos deberían actualizar su forma de pensar respecto del islam [2013-05-06]

Ni declararle la guerra ni bajar la guardia.
Estamos asistiendo a declaraciones de líderes católicos de que «el terror es una perversión del Islam» y similares, que tienen un efecto político favorable en los musulmanes, pero que si se trasladan a los fieles católicos sin ningún contrapeso, los desinforma y desmoviliza, porque los signos que están a la vista no muestran tal benignidad del Islam.

 

BOSTON-OMALLEY

 

El Islam es una religión política que tiene como meta dominar el mundo. No condena la violencia como lo hace el cristianismo e incluso obliga a sus fieles a la jihad contra los no musulmanes. Y eso no es teoría, porque en la práctica se pueden ver los padecimientos de los cristianos en las sociedades gobernadas por musulmanes.  

HASTA QUE PUNTO LA VIOLENCIA TERRORISTA ES UNA PERVERSIÓN DE DEL ISLAMISMO  

En su homilía del domingo de la semana después del atentado que perpetraron dos islamistas en la maratón de Boston, el cardenal Sean O’Malley dijo que la acción de los terroristas era una «perversión de la religión».

Nos hemos acostumbrado a escuchar las declaraciones de los prelados, así como de los presidentes y primeros ministros, de que los terroristas han «pervertido» su religión o «distorsionado» o «mal interpretado» la misma. Pero, ¿Qué tan exactas son estas evaluaciones?

En una ocasión, Mahoma ordenó la decapitación de más de 700 judíos que se habían entregado a él. En otra ocasión, cuando varias cabezas cercenadas fueron arrojadas a sus pies por uno de sus hombres, exclamó que:

eso es «más aceptable para mí que el camello más selectos en Arabia».

En otra ocasión, estaba exultante:

«Yo me he hecho victorioso a través del terror».

De hecho, el Corán está lleno de advertencias para aterrorizar. ¿Fue Mahoma pervirtiendo la religión que él fundó? ¿Fue un «mal entendedor» del islam?

¿QUE OTRA COSA PODRÍA HABER DICHO EL CARDENAL EN SU HOMILÍA?

Las expresiones del cardenal Sean O’Malley no necesariamente son fácticamente correctas, porque veremos más adelante que precisamente los más piadosos, los que se entregan más fervientemente al Islam, son quienes abrazan la jihad de forma más agresiva contra cristianos y judíos.

¿Pero podía haber dicho públicamente otra cosa un representante de alto rango de la religión católica?

Seguramente no por dos razones,

» para mantener el buen diálogo con los musulmanes, con quienes hay alianzas estratégicas respecto al combate del laicismo, el aborto y las consecuencias de la homosexualidad;

» y para evitar cualquier represalia contra los cristianos donde los musulmanes son mayoría o una minoría importantes, ya que actúan con la lógica del castigo colectivo a los cristianos, donde quiera que estén, cuando un cristiano hace cosas que les disgustan, y los cristianos han perdido la protección de las potencias occidentales, cuyos gobiernos se han descritianizado.

Pero cuidado, porque el mensaje que el cardenal quiere hacer llegar a los musulmanes, incluso para protegerlos dentro de EE.UU., también le llega a los cristianos y puede desinformarles, haciéndoles creer que el Islam es una religión pacífica, al igual que el cristianismo, pero que le han aparecido unos cuantos inadaptados que la usan con fines políticos y terroristas.

El problema es que esta desinformación puede llevar a la desmovilización de los cristianos, como cuando se los desmovilizó hace más de una década diciendo que no existía la pedofilia dentro de la iglesia y que era un invento de los enemigos, lo que permitió el crecimiento de ese terrible flagelo; o cuando desde hace un siglo se permite que los cristianos crean que el demonio no existe, sin mayores oposiciones, haciéndole bajar la guardia a los cristianos, y permitiendo así la creciente apostasía.

Entendamos que hay cosas que un cardenal no puede o no le conviene decir, pero también debemos saber leer entre líneas y cruzar información.

LA JIHAD ES UNA OBLICACIÓN DE TODO MUSULMÁN

Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, los dos terroristas de Boston, se sintieron obligados por su religión a emprender la jihad. Una canción en su lista de reproducción de YouTube se titula

«Voy a dedicar mi vida a la yihad».

¿Han entendido mal o pervertido el significado de la yihad?

A muchos de los representantes oficiales del islam les gustaría que lo creamos. Nos dicen que la yihad es simplemente una lucha espiritual interior o la búsqueda de la auto-superación.

El Consejo de Relaciones Americano-Islámicas en Chicago auspicia una campaña publicitaria de autobús que presenta una interpretación benigna de la yihad. Por ejemplo: una imagen de una joven musulmana que llevaba ropa de gimnasio y un hijab acompañado de la leyenda:

«Mi jihad es para mantenerse en forma a pesar de mi apretada agenda. ¿Cuál es la tuya?»

Esa es una forma posible de interpretar la yihad, pero no es la principal forma en que la yihad se ha entendido en la tradición islámica a través de los siglos. Cuando el Corán, los hadices, la sira, y los manuales de la ley islámica se refieren a la yihad, se refieren casi siempre a la jihad de la espada. 

En el Islam, lo más comúnmente acordado sobre la definición de la yihad es «la guerra contra los no musulmanes». El propósito de la jihad es establecer, difundir y defender la religión del Islam. Aunque la jihad es obligatoria, no todo el mundo está obligado a participar en la batalla. Se puede cumplir a través de apoyo financiero, apoyo moral y, hoy en día, a través del activismo político, propaganda y guerra jurídica.

El Corán, sin embargo, deja muy claro que la lucha real es la forma preferida de la yihad, y ciertamente preferible a la oración en una mezquita o para obras de caridad:

¿Pretendes que el que da un trago a los peregrinos y hacer una visita a la Mezquita Sagrada es tan digno como el hombre que cree en Allah y en el Último Día, lucha por la causa de Dios? Estos no son iguales para Allah… Los que han abrazado la fe, y salieron de sus casas, y lucharon por la causa de Allah con su hacienda y sus personas se mantienen en alta estima para Allah. (9, 19-20)

Y esto tiene alta estima para muchos musulmanes hoy en día, según lo indicado por el júbilo en el mundo musulmán tras el ataque 9/11, las celebraciones en Gaza tras los atentados en la maratón de Boston, y el luto generalizado tras la muerte de Osama Bin Laden.

LOS MUSULMANES PIADOSOS NO SON IGUALES QUE LOS CRISTIANOS PIADOSOS

Dos días antes de la homilía del cardenal O’Malley, el obispo Robert McManus de la diócesis de Worcester, Massachusetts, dio una entrevista sobre el atentado en el que se instó a los residentes a

« no permitir las diferencias que causan desconfianza entre nosotros.»

Este fue un eco de la declaración del obispo dos meses antes, cuando explicó por qué había cancelado la charla de Robert Spencer sobre el Islam en una conferencia para hombres católicos.

El obispo estaba preocupado de que la charla de Spencer pudiera socavar:

«el diálogo interreligioso con los musulmanes devotos y posiblemente generar desconfianza e incluso miedo de la gente que practica piadosamente la religión del Islam».

Cuando el Obispo McManus advierte contra generar «desconfianza y miedo» de los practicantes devotos del Islam, la implicación es que los musulmanes piadosos son los menos dignos de sospecha.

Es probablemente seguro asumir que, para el obispo, más piadoso es igual a más pacífico. Esa es una buena suposición en lo que se refiere al catolicismo y la mayoría de las otras religiones, pero no necesariamente en relación con el Islam.

Como cualquier número de expertos en seguridad nacional pueden dar fe, la piedad de un musulmán no es incompatible con la violencia. Por ejemplo, en su «Carta a los Estados Unidos», Osama Bin Laden, que suena como un puritano, llama a los estadounidenses a:

«rechazar los actos inmorales de fornicación, homosexualidad, estupefacientes, juegos de azar«, y en su lugar de abrazar «las buenas costumbres, los principios, el honor, y la pureza».

La mayoría de los musulmanes piadosos no representan un peligro para sus conciudadanos, pero eso puede ser porque muchos musulmanes piadosos, como muchos católicos piadosos, no están plenamente familiarizados con las enseñanzas de su fe. Sin embargo, la combinación de la piedad y el conocimiento que uno encuentra en la gente como Bin Laden y el ayatolá Jomeini puede ser una señal de peligro.

Recordemos que el mayor Nidal Hasan, el asesino de Fort Hood, era a la vez un musulmán muy devoto y uno bien informado. Por ejemplo, un año antes de su atentado hizo una presentación detallada y precisa de PowerPoint sobre la doctrina islámica a sus colegas médicos.

No sabemos exactamente cuan versado era Tamerlan Tsarnaev sobre el Islam, pero por todos los cuentos se estaba volviendo más piadosa en los meses previos al bombardeo Boston. Según su tía, hace dos años, pasó a rezar cinco veces al día en lugar de una vez al día. Por otra parte, no fumaba ni bebía («Dios dijo: no alcohol») y se dejó crecer una barba larga como un signo de piedad (él se la afeitó antes de la masacre para evitar llamar la atención). De acuerdo a la historia de Boston Globe, una vez amonestó a un amigo:

«¿Por qué no te conviertes en un mejor musulmán? ¿Por qué no oras? ¿Por qué no haces tus deberes islámicos?»

LA ADOCTRINACIÓN EN ALGUNAS MEZQUITAS

¿Tsarnaev pervirtió su religión? Una forma de saberlo es mirar el lugar donde el Islam es practicado y predicado principalmente – la mezquita. Entre 1998 y 2011, cuatro estudios separados de las mezquitas estadounidenses encontraron que aproximadamente el 80 por ciento de ellas estaban enseñando la supremacía islámica, la jihad, y el desprecio por los judíos y cristianos. Alrededor del 80 por ciento tenían textos en el sitio haciendo apología de la violencia, y un estudio reveló que en el 84 por ciento de las mezquitas, los textos de apoyo a la violencia fueron recomendados por el imán. 

Según algunos informes, Tamerlan Tsarnaev se habría radicalizado durante sus viajes a Rusia, pero que podría fácilmente haberse radicalizado en una mezquita estadounidense. Dos de los terroristas del 9/11 fueron asesorados en Dar Al-Hégira, mezquita en Falls Church, Virginia, al igual que el mayor Nidal Hasan. Uno de los líderes de la mezquita era Anwar al Awlaki, que, poco después de salir de Virginia, se convirtió en un líder terrorista en Yemen.

Además, serias interrogantes se han planteado sobre el liderazgo de la Sociedad Islámica de Boston, que opera los dos centros islámicos, uno en Cambridge y otro en Boston, a los que los hermanos Tsarnaev asistieron. Uno de los fundadores de la ISB, Abdulrahman Alamoudi, se encuentra ahora en prisión por su participación en un complot de asesinato. Uno de los fideicomisarios originales de ISB, el imán Yusuf al-Qaradawi, es el líder espiritual de la Hermandad Musulmana, que una vez llamó al Holocausto un «castigo divino» para los Judios:

«El último castigo fue llevado a cabo por Hitler … la voluntad de Allah, el siguiente tiempo estará en las manos de los creyentes».

En mayo de 2012, el Imam Abdullah Faarooq, uno de los principales líderes de ISB, dijo a una asamblea que deben «recuperar la pistola y la espada», en respuesta a la detención de los dos terroristas de Boston.

De acuerdo con los estadounidenses por la Paz y la Tolerancia:

 «una amplia investigación de APT muestra que la mezquita es una fuente de extremismo trayendo oradores brutalmente anti-judíos y anti-cristianos, y está encabezada por dirigentes extremistas».

La influencia de la mezquita, dice APT

«ha dado lugar a acusaciones de terrorismo o condenas de varios individuos conectados a la mezquita, entre ellos el hijo del ex vicepresidente de la mezquita».

Sin embargo, la Sociedad Islámica de Boston ha encontrado muchos facilitadores entre los no musulmanes, entre ellos el alcalde de Boston, que donó una valiosa parcela de tierra de la ciudad para la construcción del Centro Islámico de Boston. En sus esfuerzos para proteger a los musulmanes de la respuesta negativa, los líderes católicos tienen que tener cuidado de que también no se conviertan en facilitadores de la agenda radical del Islam.

DECLARACIONES POLÍTICAS

Como EL cardenal O’Malley observó con razón en su homilía:

«Los crímenes de los hermanos Tsarnaev no deben ser justificación para los prejuicios contra los musulmanes y los inmigrantes».

Pero si no es el cardenal, la Iglesia Católica tiene la obligación de proteger a los católicos y a otros cristianos de la complacencia acerca de la amenaza del Islam. Después de todo, como muestran las estadísticas del FBI, ha habido poca o ninguna reacción en contra de los musulmanes. Por otro lado, los cristianos en tierras musulmanas son víctimas de persecución en una escala masiva. Decir que los Hermanos Tsarnaev pervirtieron su religión es perpetuar un malentendido peligroso sobre el Islam.

Sin duda, los líderes católicos podrán señalar las declaraciones de sus homólogos musulmanes como prueba de que el Islam se inclina pacíficamente. Los líderes musulmanes en los EE.UU. se lamentan públicamente del terrorismo y la carnicería resultante.

El Islam es una religión política y los líderes islámicos son políticamente astutos. Ellos saben lo que hay que decir para mantener su credibilidad. Los musulmanes son sólo una pequeña porción de la población. ¿Qué más pueden decir?

Sin duda, la mayoría de ellos deploran la matanza, pero con igual seguridad la mayoría de ellos creen firmemente en el derecho del Islam para dominar y subyugar.

Una de las razones por las que pueden lamentar la matanza es que están bastante seguros de que el terrorismo no es necesario en una sociedad como la nuestra, en la que pueden confiar en facilitadores seculares y religiosos ingenuos para allanar el camino que conduce a la dominación islámica.

CUIDADO CON LOS SIGNOS INGENUOS HACIA LOS FIELES CRISTIANOS

Obispos y dialogantes católicos parecen, según sus declaraciones, depender de creencias anticuadas o simplistas sobre el Islam que no concuerda con la realidad de los textos y las tradiciones islámicas, y mucho menos con los hechos sobre el terreno en todos los países de mayoría musulmana.

He aquí un ejemplo de la clase de supuestos no examinados que son demasiado frecuentes entre los líderes cristianos.

En Escocia, la Iglesia Episcopal de San Juan en Aberdeen ahora comparte sus instalaciones con cientos de musulmanes que rezan cinco veces al día debido a que la mezquita local era demasiado pequeña para acomodarlos. Según el rector,

«Orar no es un error. Mi trabajo consiste en animar a la gente a orar. ¿Orar es malo?

Este es precisamente el tipo de pensamiento simplista que hace probable que los escoceses un día serán dhimmis en su propia tierra.

¿Orar es malo? Depende por lo que estés orando. Considere esta oración, emitida por un altavoz en el santuario más sagrado de La Meca:

Oh Dios, derrota a los injustos cristianos y a los criminales judíos… golpéalos con tu ira… cúbrelos con desesperación sin fin, dolor implacable y dolencia sin tregua, llena sus vidas con tristeza y dolor… esta es nuestra plegaria; ¡Allah nos conceda nuestra petición!

Declaraciones como «orar nunca está equivocado» o «el terror es una perversión del Islam», o el supuesto de que la piedad es igual a paz, reflejan una comprensión etnocéntrica y anticuada de la religión. Que si se traslada y repite a los fieles cristianos, sin ningún contrapeso, los desinforma y desmoviliza.

Si en definitiva la Iglesia no tiene la absoluta seguridad de que las declaraciones del cardenal Sean O’Malley y similares “sean la ley de la tierra”, entonces debería arbitrar las soluciones para hacer llegar a los fieles otras interpretaciones que nos los desmovilicen y los pongan en guardia.

Fuentes: Catholic World Report, Signos de estos Tiempos

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