El certificado de defunción descubierto en la Sábana Santa permite datarla en el siglo primero sin dudas.
Ya no puede haber dudas de que la Sábana Santa de Turín envolvió el cuerpo muerto de Jesús de Nazareth en el sepulcro.
Y quedó impreso en ella de una forma que aún no se ha podido establecer fehacientemente.
Un reciente estudio de Harvard, con una técnica más moderna que la del radiocarbono, dató a la Sábana Santa en el primer siglo.
Corrigiendo la datación por radiocarbono realizada en 1988, que informaba que procedía del siglo XIV.
Pero además ahora cobra sentido un texto, que es el certificado de defunción impreso en la Sábana Santa, que menciona expresamente el nombre de Jesús el nazareno.
Dos hallazgos que no dejan duda: el hombre muerto envuelto en ese lienzo vivió en el siglo primero y era Jesús de Nazareth.
Aquí hablaremos sobre estos dos hallazgos que no se conocen.
Primero sobre el estudio que data la Sábana Santa en el siglo primero.
Y segundo, sobre el contenido del certificado de defunción de Jesús el Nazareno que quedó también impreso en la Sábana Santa.
La Sábana Santa de Turín fue desestimada por la mayoría de los científicos hasta ahora, por un estudio de radiocarbono de 1988 que la dató en el período medieval, entre 1260 y 1390.
Y entonces el mundo científico pensó que era una falsificación medieval.
Sin embargo, hubo advertencias de que el lienzo había sido dañado por un incendio por el agua y el fuego en la época medieval, y posteriormente fue reparado con tela de esa época.
El Dr. Scott Smith muestra en imágenes las partes donde fue afectado el incendio.
Y por otro lado el Dr. Paolo Di Lazzaro y otros científicos demostraron la mala calidad de los estudios de radiocarbono de 1988.
Todo alrededor indicaba que era un error.?
En 1898 el fotógrafo Secondo Pia, al tomar fotografías de la Sábana, notó que las imágenes revelaban detalles tridimensionales y faciales que no eran visibles a simple vista.
Y con esto se supo que poseía características que se asemejan a un negativo fotográfico.
Pero la fotografía fue inventada mucho después de la supuesta creación medieval.
¿Cómo un artista en los años 1300 creó una fotografía?
¿Cómo hicieron la fotografía? Porque no hay pigmentos en el lienzo.
¿Cómo consiguieron tantos litros de sangre humana? Porque hay sangre humana por todas partes, especialmente acumulada en las nalgas y detrás de la cabeza y en la espalda.
Y además que la sangre humana fuera de tipo AB, como otras reliquias de Jesús.
Por otro lado, las heridas del hombre muerto envuelto en el lienzo son compatibles con las heridas que sufrió Jesús: corona de espinas, latigazos en la espalda, herida en el hombro por cargar la cruz, y en costado por la lanza, heridas de los clavos en manos y pies.
Los evangelios hablan de telas halladas en el sepulcro vacío.
Y hacia el año 574 hay una leyenda que afirma que una imagen milagrosa de Cristo llegó a Constantinopla, el Mandilyón.
Algunas personas piensan que esta imagen estaba originalmente en Jerusalén, probablemente fue llevada a Antioquía por Pedro o los apóstoles, de ahí a Edessa y luego llegó a Constantinopla.
Estuvo guardada durante muchos años y luego, en algún momento del siglo XIII, desaparece en las cruzadas.
Y después en el siglo XIV aparece la Sábana Santa, de la nada, exhibida en la catedral de Lirey, en Francia, por el conde Geoffrey de Charny
Y en 1578 llega a Turín.
El lienzo mide 4.4 metros de largo por 1.1 metros de ancho
El tejido es en espina de pescado, un proceso de tejido judío del primer siglo.
El hombre muerto envuelto en el lienzo tiene las mismas heridas de la crucifixión de Jesús señaladas con sangre real tipo AB.
Y coincide con el Santo Sudario de Oviedo, que se supone que cubrió la cara de Jesús cuando fue bajado de la cruz.
Es una imagen fotográfica 3D, no una pintura, no hay pigmentos.
Hay granos de polen que pertenecen a plantas que se encuentran en la región de Jerusalén.
Y tiene en los párpados rastros de una moneda del primer siglo.
Desde el estudio de 1988, se han desarrollado muchos métodos mejores de datación que el carbono 14.
Y ahora un nuevo estudio, con una tecnología más moderna y más precisa, realizado en Harvard en 2023, data la Sábana Santa como originaria de hace 2000 años y no 700 años.
La nueva tecnología se llama WAXS o de dispersión de rayos X de ángulo amplio.
Se basa en la comparación con mediciones análogas obtenidas en una muestra de lino cuya datación es segura.
Los científicos compararon la Sábana de Turín con un trozo de lino que se sabe data del 55 al 74 d. C. y que procedía del sitio de Masada en Israel.
La Sábana de Turín coincide con el perfil de degradación de esa tela del siglo I.
De modo que esta nueva datación echa por tierra cualquier resto de la teoría de que la Sábana Santa era un lienzo medieval que quiso falsificar a Jesús.
Pero los escépticos pueden decir que la Sábana Santa de Turín quizás sea del siglo I, ¿pero eso significa que envolvió a Jesús?
Podría ser cualquier persona, porque en ese tiempo la crucifixión era algo relativamente común como forma de castigo fatal.
Pero he aquí lo extraordinario.
El químico Piero Ugolotti había observado en 1978 que en el negativo de una fotografía de la Sábana Santa se veían signos extraños que parecían letras.
Y que al igual que la imagen del propio hombre, las letras estaban al revés y sólo tenían sentido en fotografías negativas.
Se dirigió a un experto en lenguas antiguas, Aldo Marastoni, un reconocido latinista, y confirmó la existencia de inscripciones griegas y latinas alrededor del rostro de la Sábana Santa.
Y las investigaciones han descubierto que estas letras forman el certificado de defunción de Jesús.
Y proporciona detalles que identifican específicamente a Jesús por su nombre.
Y recientemente la Dra. Barbara Frale, investigadora de los archivos secretos del Vaticano, dijo: «Creo que he conseguido leer el certificado de sepultura de Jesús el Nazareno».
Dijo que lo había reconstruido a partir de fragmentos de escritura griega, hebrea y latina impresos en la tela de la imagen del hombre crucificado de la Sábana Santa.
El certificado de defunción dice específicamente «Jesús el Nazareno».
Identifica: la fecha específica de la muerte, que el fallecido fue ejecutado, que el fallecido fue condenado por una autoridad romana, y que el fallecido fue acusado por una autoridad hebrea.
El texto completo descifrado de este certificado de defunción dice:
“En el año 16 del reinado del emperador Tiberio, Jesús el Nazareno, bajado al anochecer después de haber sido condenado a muerte por un juez romano, porque había sido hallado culpable por una autoridad hebrea, es enviado a ser enterrado con la obligación de ser entregado a su familia sólo después de un año completo.”
Según la Dra. Frale, es un documento del procedimiento de entierro habitual para los judíos, en la época en que Jesús fue crucificado.
Los romanos sólo permitían que la familia tomara posesión del cuerpo de su ser querido después de que hubiera transcurrido un período de un año.
Por eso, se pegaba un certificado de defunción sobre la mortaja, para identificarlo y poder recuperarlo más tarde, y normalmente se pegaba sobre el paño que cubría el rostro.
Al parecer, esto se había hecho en el caso de Jesús, aunque no terminó enterrado en una fosa común, porque sabemos que José de Arimatea logró que Pilato entregara el cuerpo el mismo día de muerto, como dan cuenta los 4 evangelios.
Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre las pruebas que muestran, más allá de la duda razonable, que el hombre envuelto en la Sábana Santa fue Jesús.
Y me gustaría preguntarte si habías oído hablar del certificado de defunción de Jesús o no.
The exhumed body of Sister Mary Wilhelmina Lancaster, foundress of the Benedictines of Mary, Queen of Apostles, lies in repose in the church at the Abbey of Our Lady of Ephesus in Gower, Mo., May 21, 2023. (OSV News photo/Megan Marley)
Un Milagro o un Mensaje Divino al Vaticano contra la Restricción del Latín en las misas?
En mayo de 2023 la comunidad católica mundial se vio conmovida, porque se halló el cuerpo incorrupto de Sor Guillermina Lancaster, fundadora de las Benedictinas de María Reina de los Apóstoles.
Y es especialmente significativo porque esta congregación es la de más rápido crecimiento en el mundo y es tradicionalista.
La misa se celebra en latín y rezan en latín, cuando las autoridades vaticanas están en una política de restringir estas prácticas.
Aquí hablaremos sobre quién fue Sor Guillermina, cómo fundó la congregación y como fue el hallazgo de su cuerpo incorrupto.
María Elizabeth Lancaster nace el 13 de abril de 1924 en Saint Louis, segunda de cinco hermanos de padres negros católicos.
El día de su primera comunión, cuando tenía 9 años, Jesús se le apareció y le pidió que fuera suya.
«Él es tan atractivo – dijo ella – ¿cómo podría decirle que no?».
Cuando tenía 13 años decidió convertirse en religiosa.
Y escribió a las Hermanas Oblatas de la Providencia de Baltimore una carta, que es una maravilla de inocencia, fe y candidez,
“Soy una niña de 13 años y me gustaría ser monja. Planeo ir a su convento tan pronto como sea posible. Me graduaré de la escuela primaria el próximo mes. Lo que quiero saber es si uno debe llevar algo al convento y qué es lo que debe llevar».
A los 17 años fue aceptada en el convento y tomaría el nombre de Sor Guillermina.?
Con las Oblatas de la Providencia, una congregación benedictina totalmente negra, conviviría por 50 años.
Pero como muchas otras, esta orden dejó de observar su regla original y comenzó a hacer concesiones a partir de la década de 1970.
Fue la época en que muchos católicos comenzaron a encontrar causas de justicia social en las cuales centrar su lucha, y ella sostuvo que la única causa por la que valía la pena luchar era la fe.
Y luchó diciendo “no es el color de la piel lo que importa, sino la pureza del alma”.
También las Oblatas modificaron sus hábitos, hasta el punto que apenas eran reconocibles como tales.
Esto perturbó a la hermana Guillermina y entonces se hizo ella misma un hábito tradicional.
El 19 de enero de 1991 escribió una Carta a Juan Pablo II donde le decía,
“Santísimo Padre, no veo la necesidad de un rito africano, ni de un rito americano, ni de un rito afroamericano. Me adhiero al rito romano.
El latín es el idioma oficial del rito romano. El canto gregoriano es la música oficial del rito romano.
Soy súbdito del Reino de Cristo, que no es de este mundo.
Nuestro Señor Jesucristo fundó una Iglesia para todos los hombres sin importar el color de la piel, sin importar las condiciones de vida, sin importar la lengua materna.
Cada uno debe morir a sí mismo y revestirse de Cristo.
Por favor, Santo Padre, establezca un ordinariato tradicional consagrado al Inmaculado Corazón de María”.?
Esta humilde y alegre monja quería la unidad en la Iglesia, una voz, una fe, un idioma para todos, sin importar el color, la etnia, la ubicación o los ingresos.
Quería vivir la Regla de San Benito en comunidad, los hábitos tradicionales, la obediencia, el silencio, la pobreza; y la oración, la Liturgia de las Horas y la Misa en latín.
Para 1995, a los 70 años, partió para fundar una comunidad religiosa, donde las monjas se dedicarían a la oración, y al trabajo manual, principalmente agricultura y artesanías, dedicadas a la Regla de San Benito y a la intercesión de la Santísima Virgen María.
No estaba segura de si alguien se uniría a su orden recién establecida, pero quedó gratamente sorprendida, porque se transformó en una de las órdenes de más rápido crecimiento en el mundo, las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles.
La orden comenzaría en Pensilvania y se trasladaría a Missouri en 2006. ?
El Obispo James Conley, de Nebraska, solía llegar al monasterio cuando iba a visitar a sus padres, y dice que ella era “el corazón espiritual de la comunidad y tenía un gran sentido de la belleza de la liturgia”.
Siempre tenía una sonrisa en su rostro y las demás monjas la adoraban, cuidándola con mucho amor, cuando cayó en silla de ruedas, y respiraba con un tanque de oxígeno.
Murió allí el 29 de mayo de 2019 a los 94 años cantando una alabanza a la Virgen, después de gritar: “¡Vi a Jesús! ¡Quiero ir al cielo!”. ?
Fue enterrada en un simple ataúd de madera, sin embalsamar y vestida con su hábito, en una tumba en tierra, en las afueras de la abadía.
Pero como su convento tiene tanto éxito, debían ampliar sus instalaciones, y se vieron obligadas a trasladar su tumba cuatro años después.
Su cuerpo fue exhumado el 28 de abril de 2023.
Y cuando abrieron el cajón, el cuerpo de la hermana Guillermina no mostraba signos de descomposición ni emitía olor desagradable.
Las extremidades del cuerpo estaban todavía flexibles.
Su hábito estaba intacto, mientras la tela que recubría el ataúd por dentro estaba descompuesta.
Algo difícil de comprender porque el ataúd tenía una grieta por la que se había filtrado suciedad y humedad.
Su escapulario marrón, la Medalla Milagrosa, las cuentas del rosario, la vela de profesión y la cinta alrededor de la vela, no se habían deteriorado.
La corona de flores colocada en su cabeza para su entierro también había sobrevivido, seca pero aún visible.
Todo lo cual es extraordinario luego de 4 años.?
Las hermanas lo comunicaron inmediatamente a la Diócesis y querían mantener en secreto el hecho.
Pero desafortunadamente se hizo público un correo electrónico privado y la noticia comenzó a correr como la pólvora.
Miles de peregrinos comenzaron a llegar a la abadía.
El domingo de Pentecostés de 2023, alrededor de 200 vehículos por hora llegaban a la abadía, que está en un lugar por demás alejado, con ninguna ciudad ni rutas de acceso cerca, ni transporte público, ni ningún lugar cercano para tomar un refrigerio.
Primero su cuerpo fue colocado sobre una mesa en una pequeña sala de uso múltiple, debajo de la capilla de las monjas
Algunos esperaban durante horas fuera del monasterio para tener la oportunidad de arrodillarse frente al cuerpo de la hermana Guillermina, para pasar rosarios, medallas y escapularios en sus manos y hábito.
Luego el cuerpo se puso detrás de una vitrina de vidrio.
En la fila había sacerdotes y religiosos, presidentes de universidades, atletas profesionales y jubilados.
Había católicas devotas con mantillas y otras con simples camisetas religiosas y hasta tatuadas.
Bebés en brazos de sus madres, ancianos con andadores, autobuses llenos de estudiantes universitarios, todo tipo de gente. ?
El obispo de Kansas City, Mons. James Johnston anunció una investigación profunda sobre los restos de sor Guillermina.
E invitó a no tratar sus restos como reliquias, porque aún no se ha iniciado la causa de canonización, que por ley se comienza cinco años después de la muerte.
La incorrupción del cuerpo no es signo de santidad, pero algo a tomar en cuenta.
No es la primera mujer con cuerpo incorrupto.
Ha habido otras como las santas Francisca Javiera Cabrini, Rita de Cascia, Cecilia de Roma, Catalina Labouré, Bernadita Soubirous.
Y en este tiempo en que las autoridades vaticanas se empeñan en debilitar el rito tradicional y la misa en latín, el cuerpo incorrupto de una monja defensora del rito tradicional y la misa en latín y que fundó la congregación de más rápido crecimiento en el mundo, parece un fuerte mensajes para las autoridades vaticanas.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre el hallazgo del cuerpo incorrupto de la fundadora de la congregación de más rápido crecimiento en el mundo, cultora de la misa y la oración en latín.
Y me gustaría preguntarte qué opinas de la política que está llevando el Vaticano de restringir la misa en latín.
Cuales son las pruebas que avalan su autenticidad.
Los ateos, que militan por hacer desaparecer cualquier prueba sobre la existencia de Dios, sostienen que la Sábana Santa de Turín no fue el lienzo que envolvió a Jesús en la tumba, sino una falsificación medieval.
Y el único elemento del que se agarran es la prueba de carbono 14 realizada por el Museo Británico, que la data por alrededor del año 1300.
Pero no tienen en cuenta toda la otra serie de otros indicadores que señalan a la Sábana como del primer siglo.
Y desdeñan las críticas metodológicas y de protocolo que se hacen a la prueba de carbono 14 realizada en 1988.
Aquí hablaremos sobre cuáles son las pruebas que apuntan a que la Sábana Santa es un lienzo del siglo primero y cuáles son las críticas metodológicas y de protocolo que varios científicos hacen a la prueba de radiocarbono de 1988.
Los ateos militantes dicen que la Sábana Santa de Turín no pudo envolver a Jesucristo luego de muerto, porque sostienen que la prueba de carbono 14 realizada en 1988 le da una datación para el año 1300, y por lo tanto afirman que es una falsificación medieval.
Utilizan este argumento como arma de guerra y no admiten tres cosas que trataremos aquí.
Primero que hay un enorme cúmulo de otros indicadores que señalan que la Sábana Santa no es una pintura y data del siglo primero.
Segundo, que la prueba de carbono 14 realizada en 1988 fue puesta en entredicho por otros científicos con pruebas duras y que hay otras pruebas científicas que la datan en el primer siglo.
Y tercero, que los rastros de sangre del hombre que fue envuelto en el lienzo es AB+, como también el Santo sudario de Oviedo y varios milagros eucarísticos.
La Sábana Santa de Turín es una tela de lino que muestra la imagen en negativo fotográfico de un hombre, que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, junto a otros totalmente atípicos, pero acordes con los hechos relatados en la Pasión.
Es consistente con la tela de la cual nos hablan los evangelios: la sábana nueva y limpia en la cual José de Arimatea, con ayuda de Nicodemo, envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz.
Es una gran pieza de lino de 4.41 metros de largo por 1.13 metros de ancho, amarillenta, manchada de sangre y quemada en algunas partes.
Se observan en el lienzo las señales de los clavos en manos y pies, la corona de espinas alrededor de la cabeza, las señales de los azotes, la herida del costado y la ausencia de fractura de huesos de las piernas
Lo cual es significativo, porque mientras muchos hombres fueron crucificados, solo Jesucristo fue además azotado, coronado con espinas y traspasado en el corazón con una lanza, tal como muestra la imagen, y no se le quebró ningún hueso como era la costumbre romana.
Los estudios dicen que el lienzo envolvió un auténtico cadáver durante 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes que aparecen por contacto en el lino.
Hay una perfecta correspondencia entre ambas caras de la imagen, indicando claramente que fue un cuerpo tridimensional el que estuvo envuelto en el lienzo.
Y la figura humana, que se ve más claramente en negativo, muestra especialmente en el rostro, una gran precisión anatómica, sin distorsiones.
Incluso revela datos anatómicos desconocidos en tiempos medievales.
No hay pigmento alguno, aun bajo examen microscópico, ni en la superficie de las fibras de lino ni en su interior.
No existen indicios del uso de pinceladas en la imagen.
No se utilizó ninguno de los métodos artísticos conocidos para hacer la imagen.
La imagen tiene solo una fibra de profundidad.
No hay imagen bajo las costras de sangre, la imagen tiene que ser posterior a ellas.
Por lo tanto la imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente, no es una pintura, ni una quemadura y no se sabe cómo quedó impresa.
Los estudios del tejido sitúan su procedencia en el área sirio-palestina en el siglo I.
En 1978 se pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina.
Se ha encontrado áloe y mirra como el que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres.
Y se han descubierto rastros de flores por todo el cuerpo, identificando hasta 25 variedades, que florecían en abril.
Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato, porque era costumbre de la época de Jesús de poner monedas en los muertos, para mantener los párpados cerrados.
Y adicionalmente se ha descubierto que las manchas de sangre del Sudario de Oviedo, que habría cubierto la cara de Jesús luego de ser bajado de la cruz, son exactamente iguales que las de la Sábana Santa.
Sin embargo en 1988 se realizó una prueba de datación por radiocarbono, carbono 14, en la Sábana Santa.
El resultado fue publicado en la revista Nature y decía que la Sábana Santa era medieval, datada entre 1260 y 1390 dC.
Recordemos que para que fuera medieval se hubiera requerido que se martirizara a una víctima, se la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.
Porque se ha descartado que sea una pintura.
Y además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI.
Pero lo interesante es que diversos científicos han puesto reparos en la metodología y en el trabajo de campo de la datación de carbono 14 de 1988.
Por ejemplo, en el año 2008 Robert Villarreal del laboratorio Nacional de Los Álamos, demostró que el proceso de investigación no había reconocido una de las primeras reglas de la química analítica, que la muestra debía ser representativa de la totalidad de la Sábana Santa y no de 3 hilos tomados de la esquina de la sábana.
Y en el año 2017 Tristán Casabianca solicitó por vía legal que le entregaran esos datos brutos del estudio.
Lo que finalmente el Museo Británico no tuvo más remedio que acceder a la solicitud debido a la Ley de Libertad de Información.
Y Casabianca escribió con otros científicos el artículo, revisado por pares, «Datación por radiocarbono de la Sábana de Turín: Nueva evidencia a partir de datos sin procesar», que se puede leer en el link que te dejo https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/arcm.12467
Allí se asevera que los laboratorios de Oxford, Tucson y Zurich que procesaron las muestras, tuvieron resultados diferentes en las muestras entre sí, lo que le quitó consistencia al resultado y por lo tanto algo salió mal en el proceso de datación.
Pero no fue informado en 1988 por el artículo de Nature.
Además encontraron entre los datos brutos información no mencionada en el artículo de 1988, sobre fibras de algodón antiguo e hilos azules y rojos.
Y ante las deficiencias en el protocolo de la investigación de 1988 reclaman que se realice nuevamente la datación, si es posible con técnicas no destructivas
Pero el 11 de abril de 2022 se publicó el estudio «Datación por rayos X de una muestra de lino de la Sábana Santa de Turín», con una nueva metodología de rayos X
Y muestra que la Sábana Santa es compatible con la hipótesis de que tiene alrededor de 2000 años.
9 Y respecto a la sangre, la Sábana Santa muestra que es del tipo de sangre AB+, similar a la encontrada en el Santo Sudario de Oviedo.
Y además hay milagros eucarísticos importantes, cuyos resultados de análisis de sangre han confirmado consistentemente el tipo de sangre AB+.
El milagro eucarístico de Bolsena, el de Lanciano, el de Finca Betania en Venezuela, el milagro eucarístico de Buenos Aires y el de Tixtla en México.
El tipo de sangre AB+ es un tipo de sangre humana rara, que se encuentra aproximadamente el 3.4% de la población mundial.
Es un tipo de sangre receptor universal, o sea que puede recir cualquier otro tipo de sangre.
Lo que nos conduce a la idea de que la Preciosa Sangre de Jesús es capaz de recibir a la humanidad contaminada con antígenos de cualquier tipo.
Él tomó los pecados del mundo y nos limpió pasando por su preciosa sangre, por lo que ningún pecador está excluido de ser limpiado por Jesús.
Finalmente queda planteada la incógnita sobre cómo quedó impresa la imagen en la Sábana Santa.
Las dos hipótesis más aceptadas son por algún tipo de radiación corpuscular o electromagnética, sin contacto.
O por contacto con algún tipo de energía calorífica o de efecto equivalente, para alterar la celulosa del lino.
El profesor Giulio Fanti, en colaboración con el profesor Giancarlo Pesavento, hicieron experimentos sobre la cantidad de radiación que hubiera requerido la impresión del cuerpo de Jesús en el lienzo.
Y concluyeron que se habrían necesitado miles de millones de vatios para producirlo, en el tamaño de un ser humano, para lo cual hoy no hay la tecnología disponible.
Tal vez fue la radiación necesaria para la resurrección de Jesús, que por supuesto es sobrenatural.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo la prueba de carbono 14 que se realizó en 1988, va a contramano de las demás pruebas que sitúan a la Sábana Santa en el siglo primero, y además que se le han denunciado falencias de protocolo.
Y me gustaría preguntarte si crees que la Sábana Santa de Turín es la reliquia que envolvió el cuerpo de Jesús o crees que se necesita aún más investigación para asegurarlo.
Sor Lucía de Fátima cuenta que el 13 de junio 1929 en Tuy, de repente una luz sobrenatural iluminó toda la capilla y sobre el altar apareció una cruz que llegaba hasta el techo.
Se podía ver, en la parte superior de la cruz, un hombre clavado en ella.
Un poco más abajo de la cintura, se veía un cáliz y una gran hostia sobre la que caían las gotas de sangre del rostro del crucificado y de una herida en su pecho.
Y terminaban en el Cáliz.
Bajo el brazo derecho de la cruz estaba Nuestra Señora con Su Inmaculado Corazón en Su mano.
Lucía estaba ante la presencia de Jesús y de su cruz.
Una cruz que ha sido el símbolo del cristianismo y de nuestra salvación, la que transforma las derrotas en grandes victorias.
¿Y qué fue de esa cruz en que crucificaron a Nuestro Señor?
En este artículo te queremos contar el hallazgo sobrenatural de la vera cruz donde crucificaron a Jesús y donde paradójicamente se encuentra hoy.
La historia comienza con una joven sirvienta llamada Flavia Julia Elena.
Nacida en 248 en Bitinia, en el norte de Turquía, junto al Mar Negro
Elena llamó la atención del emperador romano Constancio I Cloro con su belleza.
Se casaron y tuvieron un hijo en el año 272, Constantino.
Constantino se convertiría luego en uno de los más grandes emperadores romanos.
En el año 312 tomó el poder y una de las cosas por las que es especialmente conocido es el Edicto de Milán, emitido en el año 313, que permitió que el cristianismo fuera al fin una religión practicada libremente.
Constantino había llegado al poder en el 312 luego de la gran batalla del puente Milvio, en que derrotó a Majencio, el otro contrincante al trono.
Y su triunfo lo había adjudicado a una visión sobrenatural que tuvo el día anterior.
Constantino había visto una cruz en el cielo con las palabras “con este signo vencerás”.
El gran historiador Eusebio cuenta que esto sucedió durante el mediodía y que lo vieron todas las tropas.
Y a partir de ahí Constantino hizo colocar la señal de la cruz en los escudos de sus hombres.
Cuando Constantino ascendió a emperador puso a su madre en el centro del escenario de nuevo, porque Constancio se había divorciado de ella para casarse con Theorora, la hija del emperador Maximiano, en busca de rédito político.
Según Eusebio, Elena tenía aproximadamente 63 años en el momento de su conversión al cristianismo, en el año 311.
Con la autoridad de su hijo, Santa Elena fue a Palestina en busca de los lugares sagrados alrededor del año 324.
Durante su búsqueda de las sagradas reliquias Santa Elena construiría iglesias que marcarían inclusive el lugar de la Natividad en Belén y el lugar de la Ascensión de Jesucristo a los Cielos.
En su peregrinación se dijo que Elena “siguió los pasos de Jesús”, realizando muchos actos de bondad y buenas obras, como dar dinero, comida y ropa a los pobres, y también ayudar a las iglesias con fondos, como con otras necesidades.
Su objetivo era encontrar la cruz de Cristo.
Pero no resultaría fácil porque los romanos y los judíos se empeñaron en borrar cualquier vestigio de Jesús.
Los paganos habían construido templos a sus dioses sobre los lugares santos del cristianismo.
Hacia el año 326, a instancias de Santa Elena, fue demolido el templo de Júpiter Capitolino y los trabajadores comenzaron a excavar el área.
Descubrieron los restos de la tumba que, según se informó, era la de nuestro Señor Jesús.
Construyeron un nuevo santuario sobre la tumba, que ha sido modificado a lo largo de los siglos, pero que hoy se encuentra en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
El templo de Venus también fue demolido, dejando al descubierto el lugar donde Cristo fue crucificado.
Con la ayuda de Judas Cyriancus, un judío erudito que sabía algo del lugar donde estaba la Cruz de Jesús, Elena pudo acercarse más que nunca a encontrar la vera cruz.
Durante días estuvieron en su búsqueda y orando por encontrarla, cuando finalmente sus oraciones fueron respondidas.
Elena dijo que fue cuando un polvo con olor dulce y un destello de luz señaló el lugar, donde le indicó a Judas que comenzara a cavar.
Finalmente, descubrieron tres cruces, una que se pensaba pertenecía a Jesucristo y las otras a los dos ladrones que murieron junto a él.
¿Pero cuál era la vera cruz?
Lo que pensaron fue que la vera cruz debería comunicar un poder sobrenatural.
Podría curar como lo había hecho el manto de Jesús cuando fue tocado por la hemorroísa.
Entonces buscaron a un leproso en las afueras de Jerusalén.
Y una vez que encontraron uno, regresaron.
Se le indicó al leproso que tocara las cruces una por una, mientras San Macario oraba fervientemente.
El leproso tocó la primera y no pasó nada. Tocó la segunda y tampoco.
Finalmente, cuando tocó la tercera y última cruz, el leproso se curó instantáneamente.
Fue esta cruz la que curó al leproso, y por eso se la conoce como la «Cruz Verdadera».
Según el historiador Rufinus, San Macario, obispo de Jerusalén, estaba orando la siguiente oración para lograr la confirmación de la vera cruz por la curación del leproso:
«Oh Señor, que por la pasión de tu único Hijo en la cruz, te dignaste restaurar la salvación a la humanidad, y que incluso ahora has inspirado a tu sierva Elena a buscar la madera bendita en la que fue clavado el autor de nuestra salvación, muestra claramente cuál fue, entre las tres cruces, la que se levantó para Tu gloria».
Hay variantes de esta historia.
También se dice que una dama de la sociedad moribunda fue la que tocó la Cruz de Jesús y sanó al instante.
Otro testimonio afirma que en realidad fue un joven muerto que resucitó cuando lo tocaron con la Cruz.
Pero en verdad, la versión de mayor credibilidad es la del leproso que curó instantáneamente al tocar la “Cruz Verdadera”.
Luego, la Cruz fue llevada a Constantinopla, mientras que parte de la cruz fue colocada en manos del obispo San Macario de Jerusalén.
Santa Elena hizo construir una iglesia en el lugar original de la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús, conocida como la Iglesia del Santo Sepulcro.
Su hijo Constantino dedicó esta iglesia del 13 al 14 de septiembre del año 335.
Incluso hoy, las Estaciones de la Cruz en Jerusalén, o la Vía Dolorosa, terminan en este mismo lugar.
Pero la cruz, así descubierta, pasó por varias peripecias.
Fue guardada por la Iglesia en Jerusalén, pero Cosroes, rey de los persas, se fugó con ella en el año 614 después de la invasión persa a Siria y Palestina.
Pero en el año 629, la Cruz fue recuperada y traída de regreso a Jerusalén por el emperador Heraclio de Constantinopla.
Esta reliquia es tan importante y poderosa que cuenta la tradición de que cuando el emperador Heraclio quiso cargarla en la espalda, en un acto público de homenaje, para devolverla al lugar que le correspondía, sólo pudo moverla después de haberse quitado sus vestiduras reales y ponerse las humildes vestiduras del arrepentimiento en su lugar.
Pero la Cruz no se mantuvo intacta a través de los siglos.
Ya vimos que desde el inicio una parte quedó en Jerusalén y otra fue a Constantinopla.
Y a medida que pasaban los años, se fueron quitando astillas para regalar a iglesias de todo el mundo, para que todos la admiraran, y también a reyes y políticos.
Y como aparecieron tantos que decían tener astillas de la vera cruz, la imaginación popular tendió a pensar que hay suficientes pedazos de la vera cruz, como para reconstruir el Arca de Noé o como para llenar un buque mercante.
Charles Rohault de Fleury, un académico francés, tuvo la tarea de identificar y medir cada vestigio localizado de la vera cruz, a mediados del siglo XIX.
Él localizó – a través de los años – 610 centímetros cúbicos, tomando en cuenta los fragmentos que estaban en manos privadas y los que estaban en manos públicas.
E incluso consideró algunos fragmentos que sabía que existieron pero que habían sido perdidos o destruidos por la guerras o por la Reforma.
La otra tarea que hizo fue considerar cuál habría sido el tamaño real de la cruz de Cristo, considerando lo que se sabía de las cruces de aquel entonces.
Y llegó a la conclusión que era de 27.600 centímetros cúbicos.
De modo que si aún se multiplicaran por 10 las astillas encontradas, sería menos de un quinto de la vera cruz de Jesucristo.
Por lo tanto la conclusión a la que deberíamos llegar es que prácticamente no se encontró nada significativo de la Vera Cruz aún, luego que se la fue desmembrando en astillas.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre cómo Santa Elena encontró la vera cruz de Cristo, muriendo cuatro años después de su hallazgo.
Los restos de Santa Elena reposan en el Vaticano y se la invoca para hallar objetos perdidos.
La Iglesia celebra tanto el descubrimiento como la recuperación de la vera cruz el 14 de septiembre, fecha en la que el emperador Constantino dedicó la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Y me gustaría preguntarte si crees que las astillas que son reliquias de la vera cruz tienen poder a tu juicio y que tipo de poder.
La tradición afirma que Jesús vistió a lo largo de su vida una túnica sobrenatural tejida por la Virgen María de color crudo confeccionada de arriba hacia abajo.
La particularidad de esta túnica es que crecía a medida que Jesús crecía, de modo que era sobrenatural su comportamiento.
Y a diferencias de otras del siglo I del cristianismo era sin costuras, de una sola pieza inclusive en las mangas.
Hay varias reliquias hoy que reclaman ser la verdadera túnica que usó Jesús.
Todo indica que la de mayor verosimilitud, por las pruebas que se le han realizado, se encuentra conservada en Argenteuil Francia.
Otra está en Trier Alemania y tiene a su favor que habría sido traída por Santa Elena desde Tierra Santa.
En este artículo te queremos describir el misterio de la túnica de Jesús, una reliquia estremecedora de Nuestro Señor, ya que en el calvario se la quitaron los soldados romanos y la echaron a suertes, según el evangelio de San Juan.
Jesús fue al Calvario vistiendo una túnica sin costuras, tejida de arriba a abajo, debajo de sus vestiduras exteriores, según Juan 19:23.
Ciertamente era una prenda única, porque la túnica que usaban a diario hombres y mujeres en Palestina no era sin costuras, sino que estaba hecha de dos piezas de tela juntas.
A menudo se considera que simboliza la unidad de la Iglesia, y ciertamente el rasgar una prenda por parte de un profeta se consideraba un signo de desunión.
Los habitantes de aquella época usaban una túnica corta como única ropa interior.
Eran una pieza con un agujero para la cabeza y dos agujeros para los brazos y que se sujetaba con un cinturón a la cintura.
A veces usaban otra túnica similar sobre esta, pero un poco más larga.
Y Jesús habría llevado un chal o manto sobre la túnica, conocido como «Talit».
Este era un chal de lana con flecos.
Era habitual para los hombres de la época y se usaba para cubrir la cabeza durante las oraciones.
Podría teñirse o estilizarse, pero para los pobres generalmente no estaba teñido.
Hay varias reliquias de túnicas que reclaman ser la auténtica.
Las dos más relevantes se conservan, una en Argenteuil, Francia y otra en Trier, Alemania, que es la más conocida.
Mientras que los ortodoxos orientales reclaman que la auténtica está en una catedral en Georgia.
Pero la de Argenteuil tiene las mayores credenciales de haber sido la túnica que Jesús haya usado en su vida
La que fue tejida por la Santísima Virgen y que le fue despojada por sus flageladores.
¿Cómo llegó la túnica sagrada a Argenteuil?
En el siglo VI San Gregorio de Tours dijo que una túnica comprada por los fieles fue llevada a Gálata, en Asia Menor, a unos 240 kilómetros de Constantinopla.
Allí se custodió en una basílica, en un cofre de madera. Y luego hizo un periplo a Argenteuil.
La túnica fue cortada en pedazos poco después de la Revolución Francesa para evitar que la descubrieran.
Y se ocultó cada uno de sus fragmentos con el fin de evitar que fueran destruidos. Esto lo explicamos bien en un artículo que te recomiendo leer.
El temor hizo lo que no hicieron los soldados romanos: dividirla.
Dos años después el abad desenterró las piezas y recogió los fragmentos que había repartido, pero no todos los fragmentos se recuperaron.
Fue reconstruida en el siglo XIX sobre un satén de soporte, pero el satén moderno ha sufrido más los estragos del tiempo que la lana de la túnica original.
Las medidas de la Santa Túnica son de 151 cm por 91 cms.
Evidentemente, los científicos no podían quedar ajenos a los descubrimientos de las reliquias de la Pasión, ya que siempre han resultado enigmáticas para la comunidad científica.
En el libro “Testigos del Misterio”: de Grzegorz Gorny y Janusz Rosikon, se resumen las investigaciones sobre varias de las reliquias, incluyendo las de la “poco conocida Túnica de Argenteuil».
En 1998, los científicos del Instituto de Óptica en Orsay decidieron comparar los patrones de manchas de sangre en la túnica de Argenteuil, y sobre la Sábana Santa de Turín.
Ellos crearon modelos geométricos computarizados realistas sobre cómo la túnica se vería si hubiese sido llevada por un hombre de la misma estatura física y la morfología del hombre representado en la Sábana Santa de Turín.
El resultado fue prodigioso.
Y probó que las manchas de sangre existentes en la túnica se alineaban exactamente con las heridas visibles impresas en la Sábana de Turín.
Superponiendo ambas imágenes se lograba un resultado que llevó a los científicos a la conclusión de que ambas prendas eran ropas manchadas por las heridas del mismo hombre.
¿Podría aquél hombre haber sido Jesús de Nazaret?
Se confirmó también que la túnica fue realizada sobre telares horizontales, cuya anchura era común a las proporciones de los telares usados en el tiempo de Cristo.
El tejido, hecho usando un denominado “giro Z” indica que la túnica probablemente fue hecha en el Cercano o Medio Oriente.
El teñido de la tela había sido realizado con Rubia Tinctorum, tintura de uso generalizado en la antigüedad alrededor de la cuenca mediterránea.
El teñido se llevó a cabo antes de tejerse la tela, y junto con el tinte se utilizó alumbre para revestir a la tela.
Ambas prácticas eran comunes en el primer siglo.
Debido a estos resultados, el interés en la túnica creció de manera constante en toda la comunidad científica.
En 2004, el Instituto de Genética Molecular Antropológica de París, hizo trabajos de restauración y la túnica se limpió con un aspirador especial.
Y los científicos decidieron analizar las partículas aspiradas.
Con el uso de un microscopio electrónico de barrido descubrieron granos de polen pertenecientes a 18 especies de plantas.
Los tipos más frecuentes de polen fueron: Ortiga, con 41 granos, y Mezquite Sirio, con 13 granos.
La mayor parte de los granos de polen era de especies que ya habían sido descubiertos en la Sábana Santa de Turín (seis especies) y en el Sudario de Oviedo (siete especies).
Entre ellos se encontraban Cedro del Líbano y Pelosilla esparcida.
El descubrimiento más significativo, sin embargo, fue sobre dos especies endémicas de Palestina: el Terebinto y el Tamarisco.
Sus granos de polen habían sido descubiertos también en las telas de Turín y Oviedo.
Pero lo más interesante sobre las investigaciones hechas sobre la túnica de Argenteuil son los estudios del Profesor Gerard Lucotte, especialista global en marcadores genéticos.
Él analizó las manchas de sangre de la túnica, que durante años habían sido invisibles y ahora se podían ver con microscopio electrónico.
Al examinar las fibras, concluyó que en algún momento la prenda debió cubrirse totalmente de sangre y que la espalda debió quedar en carne viva.
Además, descubrió en el tejido muchas células sanguíneas con trazas de urea.
Lo que, según Lucotte, indicaría un fenómeno raro, “hematidrosis”.
O sea, sudar sangre, debido a una angustia extrema, que produce una carga histamínica elevada.
Esto coincide con la descripción hecha en el Evangelio de Lucas, que dice que Jesús en el Huerto “sudó sangre”.
Por su parte, el patólogo norteamericano Frederick Zugibe, afirma que eso se produce ante la realidad de una muerte inevitable.
Lucotte menciona también que muchos de los glóbulos rojos, descubiertas en la túnica tienen forma de copa. Esto ocurre cuando el organismo sufre un gran trauma, o una prolongada agonía.
También se encontraron glóbulos blancos en la reliquia.
Los glóbulos blancos tienen cromosomas en su núcleo y por lo tanto llevan el ADN de la persona.
No existen dos ADN iguales en el mundo, así que eso es la prueba molecular de identidad de una persona.
Y descubrió que quien llevó la túnica pertenecía al grupo étnico de las poblaciones judías del oriente medio, de las que Jesús formó parte.
Debido a que la proporción de glóbulos rojos y los blancos es de 500 a 1, Lucotte tuvo que examinar miles de células sanguíneas y encontró por fin 10 glóbulos blancos en buenas condiciones
Y se reafirmó que la sangre de la persona que vistió la túnica es del tipo AB positivo, según lo también descubriera un hematólogo de Saint-Prix, en el año 1985.
Es el mismo tipo de sangre encontrada en la Sábana Santa de Turín.
Por otra parte tenemos otra reliquia que dice, es la auténtica, la túnica que se conserva en Trier.
La historia señala que Santa Elena descubrió esta túnica alrededor del año 328 junto con otras reliquias, incluida la Cruz Verdadera donde murió Jesús.
Al distribuir las reliquias que había desenterrado, legó la Sagrada Túnica a la Diócesis de Trier ubicada en Trier, Alemania.
No se sabe mucho sobre la historia posterior de esta túnica, también sin costuras, hasta el siglo XII, cuando el arzobispo Juan I de Trier ordenó la consagración del altar que contenía la túnica.
A lo largo de su historia, ha tenido piezas de seda cosidas a la tela, y en el siglo XIX se cubrió con una solución de goma en un esfuerzo por preservarla
En definitiva, como dijo el Papa Benedicto XVI: «Esta reliquia hace presente los momentos dramáticos finales de la vida terrena de Jesús: Su muerte en la cruz».
Bueno hasta aquí lo que queríamos decirte sobre lo que se sabe de la túnica que llevó Jesús durante su vida, que fue tejida por Su Madre, y lo que se ha descubierto de las reliquias que hoy se conservan.
Y me gustaría preguntarte qué otras cosas tú has sentido decir sobre la túnica de Jesús que fue sorteada entre los soldados romanos cuando su crucifixión.
¿Es creíble que la Casa de Nuestra Señora en Nazaret haya sido trasladada por ángeles de Tierra Santa a Italia, por el aire?
¿Cómo se desprendió la Santa Casa de sus cimientos y volvió a aparecer intacta a 3.200 kilómetros de distancia?
¿Es la misma casa o una falsificación?
La conclusión científica es que hubiera sido más milagroso haberla trasladado con esa precisión en el siglo XIII, que si la hubieran trasladado ángeles por el aire.
LA SANTA CASA: DE NAZARET A MARCHE
La casa del nacimiento de Nuestra Señora y donde el Arcángel Gabriel le anunció la Encarnación, ha estado durante muchos siglos en la ciudad de Loreto (Santa Casa de Loreto), en la región de Marche en Italia, frente al mar Adriático.
Sin embargo, la Anunciación tuvo lugar en Nazaret, en Tierra Santa, donde los cimientos de la Santa Casa permanecen hasta nuestros días.
Cuando es comparada con las dimensiones y características de la Casa de Loreto, coinciden perfectamente; pero las similitudes y concordancias no acaban aquí.
De acuerdo con la evidencia histórica, el movimiento tuvo lugar en el siglo XIII.
Pero ¿cómo pudo haberse hecho dado los pobres recursos tecnológicos de la época?
El movimiento es atribuido a una acción angélica oficialmente reconocida por los Papas y sostenida por Santos.
Sin embargo, dichas aprobaciones no pretenden explicar el procedimiento, por el cual se transporta un objeto del tamaño de una casa, de un continente a otro prácticamente durante una noche.
Esta transferencia, sin embargo, fue confirmada a través de documentación histórica y evidencia arqueológica.
Una vez más, para el asombro de muchos, la ciencia confirma a la Iglesia.
El Profesor Giorgio Nicolini, que dedicó su vida al estudio y la investigación del caso, habló en una conferencia organizada por “Amici del Timone” titulada “La historia de Movimiento Increíble de la Casa de María de Nazaret a Loreto”.
En base a estas evidencias científicas, demostró indiscutiblemente la veracidad de la transferencia milagrosa.
Durante su conferencia, el Profesor Nicolini demostró la existencia de numerosos documentos y testimonios de la transferencia, que la ciencia y los métodos humanos no pueden explicar.
También estableció una cronología del cambio en la ubicación.
El 9 de mayo de 1291 la Santa Casa estaba todavía en Nazaret.
En la noche del 9 al 10 de mayo de 1291, viajó cerca de 3200 kilómetros y llegó a Tersatto (ahora Trsat), en la región de Dalmacia, en lo que ahora es un suburbio de Rijeka, Croacia.
En esa ocasión, Nicolò Frangipane, Señor Feudal de Tersatto personalmente envió una delegación a Nazaret para determinar si la Santa Casa de hecho había desaparecido de su lugar original.
Los emisarios no sólo verificaron su desaparición, sino encontraron los cimientos sobre la que se construyó la casa y los de las paredes, de donde se desprendieron como un bloque.
Alrededor de estos cimientos en Nazaret, fue construida la Basílica de la Anunciación.
Hay que aclarar que en Loreto, la Santa Casa se mantiene firme, sin sus cimientos, directamente sobre el suelo.
En la noche del 9 al 10 de diciembre de 1294, la Santa Casa desapareció de Tersatto y aterrizó en varios lugares de Italia.
Durante nueve meses se mantuvo en una ladera con vista al Puerto de Ancona, de este modo fue llamada «Posatora», del latín «Posat et ora» (establecerse en la tierra y orar).
Luego fue construida una iglesia en el sitio como un monumento conmemorativo, así fue registrado y firmado por un cura «Don Matteo», probablemente un testigo.
Dos lápidas también conmemoran este acontecimiento.
Una de ellas es del mismo período de tiempo del evento; está escrita en el viejo latín vulgar.
La otra, del siglo XVI, está escrita en lengua vernácula y es una copia de la antigua.
La lápida más antigua de Posatora ya mencionaba a “Nuestra Señora de Loreto”, dejando claro que la inscripción fue hecha después de la partida de la casa del sitio.
En 1295, después de nueve meses en Posatora, la Santa Casa se trasladó a un bosque que pertenecía a una mujer llamada Loreta, cerca de la ciudad de Recanati.
De ahí proviene el nombre de Loreto.
Entre 1295 y 1296, después de pasar ocho meses en este lugar la Santa Casa fue transportada milagrosamente a una granja en el Monte Prodo perteneciente a dos hermanos de la familia Antici.
En 1296, después de cuatro meses en esta granja, la Santa Casa partió y aterrizó en la vía pública en el Monte Prodo que conecta Recanati y Ancona, donde permanece hasta el día de hoy.
Recubrimiento Exterior de la Santa Casa de Loreto que se conserva en la Basílica de Loreto
LAS EVIDENCIAS OBJETIVAS
Un sinnúmero de otros elementos dan fe de la verdad histórica de este inexplicable traslado de la Santa Casa.
Tres iglesias fueron construidas en Ancona – dos aún existen.
Testimonios de testigos que vieron “volando” la Santa Casa llegar a Ancona y detenerse en Posatora.
Por otra parte, en Forio, en la Isla de Ischia, pescadores que negociaban con Ancona narraron los acontecimientos que habían tenido lugar en 1295.
Sus informes llevaron a los habitantes de la ciudad a erigir una basílica dedicada a “Santa María de Loreto”.
Ellos también vieron la Santa Casa en Ancona con sus propios ojos.
Varios Obispos de la región aprobaron la veneración de los milagrosos traslados.
Durante siglos los Papas renovaron las aprobaciones hasta que Urbano VIII, en 1624, definitivamente estableció el 10 de diciembre como la Fiesta del Traslado de la Santa Casa de María, Madre de Dios.
Algunos Papas, entre ellos Pablo II, Julio II, León X, Pío IX, León XIII y Pío XI documentaron su reconocimiento del traslado.
Estos respectivos documentos, más allá de su aspecto religioso en los cuales los Papas reconocen el evento como sobrenatural, son reconocidos como documentos valiosos del historial científico.
El Profesor Nicolini reprendió fuertemente la mentalidad materialista, de agnósticos, ateos o protestantes, que buscaron desacreditar la autenticidad de la Santa Casa venerada en Loreto.
Algunos, negando el traslado angelical, fueron tan lejos como para fabricar una historia que una familia principesca imaginaria de Epiro llamada «Angeli» había desmantelado la casa y la había transportado ladrillo por ladrillo, a petición de los Cruzados, frente al avance destructivo de los musulmanes.
Y que «la familia» entonces reconstruyó la casa en Loreto.
En cierto modo, esta oposición animó a estudios más profundos, que terminaron por probar que en realidad la Santa Casa procedía de Tierra Santa.
Basilica de Loreto
Las pruebas incluyeron la composición química del material utilizado para construir la casa, su forma, y muchos detalles arquitectónicos. .
La operación del traslado, con las condiciones de transporte del siglo XIII, habría sido una más milagrosa hazaña que el traslado angelical.
Las piedras y los ladrillos se mantienen juntos con un material de mortero cuya composición física y química se encuentra sólo en Palestina y, precisamente, en la región de Nazaret.
Ellos son inexistentes en la región de Marche o en cualquier otro lugar en Italia.
Por otra parte, si la casa fue desmontada y reconstruida en un lugar tras otro a lo largo de su viaje uno no puede entender cómo podría haber mantenido las proporciones geométricas exactas de la casa de Nazaret. . Cuyos cimientos, hasta la fecha, coinciden perfectamente con las paredes de Loreto.
Ni hubiera sido posible que nadie hubiera visto o escuchado que la casa estaba siendo desmantelada y reconstruida más tarde.
Especialmente en el breve espacio de una noche en el centro de un santuario en Nazaret y luego de nuevo en Croacia e Italia.
Incluso más inexplicable es el hecho de que la Santa Casa, finalmente se estableciera en una vieja carretera de tierra.
En este camino, el paso de los animales y los carruajes naturalmente abrirían surcos en el centro del camino y formarían zanjas en ambos lados.
Por lo tanto es llamativa, la forma en que la casa aterrizó, sus tres paredes, sin cimientos están apoyadas en parte del suelo y en parte en el aire.
Hoy en día los peregrinos pueden ver esto por sí mismos a través de un suelo de cristal.
El Ayuntamiento de Recanati, por otra parte, ya tenía en ese momento prohibido la construcción de viviendas en la vía pública y había ordenado demoler todos los edificios que se encontraran violando la ordenanza.
Entonces, ¿cómo es posible que alguien haya reconstruido una casa en medio de la carretera sin que nadie lo notara?
Otro gran obstáculo proviene de la falta de medios en aquellos días para trasladar una casa entera, incluso si fuera desmantelada ladrillo por ladrillo y piedra por piedra.
Pesaría unas cuantas toneladas. El transporte por carretera probablemente habría sido inviable debido al retraso y la cantidad de carretas, animales y hombres que se requerirían.
El transporte por mar, aunque pudiera ser más factible, también habría sido demasiado lento y propenso a la pérdida debido a las tormentas.
Más complicado aún sería cortar las paredes en segmentos y llevarlos intactos en un viaje de 3200 kilómetros y luego pegarlas nuevamente sin dejar rastros de las juntas.
Estos factores materiales, explicó el profesor Giorgio Nicolini, postulan la imposibilidad del transporte con los medios técnicos de la época.
A partir de la larga y detallada demostración del Profesor Nicolini es claramente mucho más razonable creer en el traslado angelical como resultado de una maravillosa obra de Dios, para quien nada es imposible, y ha realizado milagros mucho mayores.
Haber realizado tal traslado por las manos del hombre es un evento aún más milagroso que si se hubiera realizado por la obra de los ángeles.
LOS CRISTIANOS ORTODOXOS RECONOCEN QUE LA CASA DE LORETO ES LA AUTÉNTICA
El sábado 5 de marzo de 2016 se produjo un hecho histórico entre católicos y ortodoxos, vinculado a la veneración común a la Santa Casa de Loreto.
Los ortodoxos aceptaron definitivamente que ésta casa, que ahora está en Italia, es la casa original donde el Ángel Gabriel hizo la Anunciación a la Santísima Virgen.
Las iglesias de Albania, Georgia, Grecia, Rumania, Rusia y Serbia, junto con la Iglesia Católica y la iglesia Armenia, se reunieron así, para promover un puente entre los dos mundos, el Occidente católico y en Oriente bizantino, a través de una reliquia que une los dos mundos, la Santa Casa de Loreto.
También se reunieron en la conferencia 7 ciudades hermanas de Loreto: Altötting (Alemania), Czestochowa (Polonia), Fátima (Portugal), Nazareth (Israel), Daroun Harissa (Líbano), Istra (Rusia) y Tukums (Letonia).
La Conferencia contó además con la presencia de autoridades civiles de Italia, Armenia, Rusia y Grecia, y diversas misiones diplomáticas ante la Santa Sede en Italia.
El evento implicó el reconocimiento oficial de la reliquia mariana más antigua por el mundo ortodoxo.
A partir de los estudios realizados por el padre Giuseppe Santarelli, director de la Congregación Universal de la Santa Casa de Loreto y el investigador histórico griego Haris Koudounas de la Academia Angélica Constantina de Roma.
Según se ha informado, definitivamente se ha establecido que la casa que ocupó la familia de la Virgen María en Nazaret, donde se anunció el nacimiento milagroso de Jesús, fue transferida en 1295 definitivamente a Loreto.
La conferencia insistió en que la casa de Loreto, que ha existido desde siglos, une los mundos latino y bizantino.
Y el mensaje central de la conferencia fue el ecuménico,
“Esta casa nos hace saber a todos los mensajes de unidad, paz, esperanza y amor para toda la humanidad.
Debemos orar y sentir con fuerza en nuestros corazones que tal vez el mayor pecado de la humanidad es la división de la Iglesia, nuestras divisiones que Dios no quiere.
Y Dios sufre, porque todavía no se ha hecho su voluntad, que es que todos sean uno”.
Esta reunión de tono más teológico y político fue precedida por un seminario internacional llamado El Camino de Los Ángeles.
Qué constó de una parte donde se mostró el nuevo estudio histórico y científico del transporte de la Santa Casa de Loreto y las reliquias.
Y luego se abordó el tema del desarrollo del turismo cultural religioso en el área entre las dos orillas del adriático llegando también a Armenia, Georgia y el sur de Italia.
Diversos estudios han mostrado las comparaciones técnicas de la Santa Casa de Nazaret con la Casa de Loreto, la hacen verosímilmente original.
El culto de las reliquias parte de una necesidad humana de reverenciar a la persona que ha dado muestras de santidad.
Pero además Dios obra milagros a través de las reliquias cuando así lo dispone.
Reliquia del Corazón de San Camilo
La reliquia es un vínculo físico con alguien que fue tan devoto de Dios en esta vida, que fue digno de entrar en el Reino de los Cielos donde todos los santos interceden por nosotros para siempre. .
Y también es un vínculo físico con lo sobrenatural porque en oportunidades son vehículos que Dios elige para actuar en el mundo.
Es más, el valor real de las reliquias reside en ser un canal por el cual se realicen milagros de Dios.
La sabiduría popular sabe esto, por eso cuando hay algún enfermo difícil se busca una reliquia para que lo toque.
Y cuando reliquias de santos están de gira vemos que se llenan los templos que las exhiben.
Sin embargo debemos recordar que existe un combate a todo lo sobrenatural dentro de la Iglesia, por lo que se desmerece su poder de vinculación con el mundo sobrenatural.
Y llega al paroxismo en los protestantes, quienes niegan siquiera la posibilidad de venerar una reliquia como recuerdo de un santo.
Orando ante la reliquia de una Astilla de la vera Cruz
LO BÁSICO: EL RESPETO Y LA REVERENCIA A LAS RELIQUIAS EN GENERAL
Todos sabemos o hemos escuchado decir de padres que conservan un mechón de cabello de sus hijos o algunos de sus dientes o su juguete favorito.
Ciertamente todos nosotros poseemos alhajas, muebles o algún objeto querido por nuestros padres, nuestros abuelos u otros miembros de la familia.
Sacar la vajilla de la abuela para la cena de Navidad o rezar con su rosario remueve las emociones y nos hace sentir conectados una vez más con alguien que amamos pero que ya ha muerto.
La sociedad secular también aprecia las reliquias.
Los museos históricos suelen tener objetos usados por próceres de la patria, como por ejemplo prendas de vestir, algún documento firmado por ellos, armas que usaron, etc.
La veneración de las reliquias no está limitada solamente a la Iglesia Católica o a la Ortodoxa.
Los budistas veneran los dientes de Buda; los musulmanes veneran la espada, la túnica e incluso los mechones de la barba de Mahoma.
En épocas antiguas, cuando un granjero desenterraban los huesos de un dinosaurio los griegos y los romanos los tomaban como restos de la antigüedad que había que conservar.
En nuestro caso, las reliquias son una de esas facetas de la devoción católica que inspiran fascinación, a veces temor, y reacciones favorables de algunos y de suspicacia de otros sobre su autenticidad.
¿Por qué la Iglesia Católica conserva reliquias, por qué hace que los fieles las veneren y por qué los católicos las quieren?
Así como las reliquias de nuestros familiares nos proveen una conexión física con alguien que amamos, los artefactos históricos proveen un enlace o una conexión con alguna persona a la que admiramos.
Por ejemplo una conexión particular con un momento de la historia que se logra con las reliquias históricas en las vitrinas de los museos.
Las reliquias sagradas significan de la misma manera, pero de modo más intenso.
Porque en el caso de las reliquias de los santos la conexión no es solamente hacia alguien que amamos o admiramos, sino con alguien que ha sido genuinamente sagrado y ahora su alma es glorificada en el cielo e intercederá por nosotros con nuestro Dios Todopoderoso.
Reliquias de la celda del Padre Pío
LAS RELIQUIAS CRISTIANAS VENERADAS DESDE SIEMPRE
Los protestantes, en quienes la acusación de idólatras a los católicas es parte de su ADN, deberían tomar en cuenta que la reverencia a los restos y pertenencias de los santos está arraigada en la Sagrada Escritura.
Hay menciones en la Biblia de la acción sobrenatural de las reliquias.
En Reyes 2 13:20-21 podemos leer sobre un hombre muerto que es traído de nuevo a la vida después de que su cadáver estuviera en contacto con los retos del profeta Elías:
“tan pronto como el hombre toco los huesos de Elías, revivió, y se puso de pie.”
En el Nuevo Testamento encontramos esta historia en Marcos 5:25-34:
“Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré’.
Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal”.
En Hechos de los Apóstoles cuenta como los cristianos le preguntaron a San Pablo si podían tocar sus pañuelos y las demás ropas.
Y cuando estás ropas fueron dadas a los enfermos o a los poseídos,
“…bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos” (Hechos 19:12).
Esto lo vieron los cristianos primitivos.
Aun en tiempos de persecución los primeros Cristianos hacían un esfuerzo para recuperar los restos de los mártires así podrían darles santa sepultura.
Una carta del año 156 d.C. describe el martirio del obispo de Esmirna, San Policarpo.
Las autoridades romanas ordenaron que su cuerpo fuera quemado, pero los Cristianos de Esmirna buscaron entre las cenizas algún rastro del Santo que no hubiera sido consumido por las llamas.
“Buscamos sus huesos”, escribió el autor anónimo de la carta, “los cuales son más valiosos incluso que piedras preciosas o más finos que el oro más puro, y los colocamos en un lugar adecuado, donde el Señor nos permita reunirnos, mientras seamos capaces, con alegría y regocijo, celebrar el día de nuestro mártir.”
También se convirtió en una costumbre entre los primeros Cristianos reunirse en la tumba de un mártir para celebrar el aniversario de su martirio; lo que llamamos día festivo.
En muchas instancias el obispo daba la Misa usando el sarcófago del mártir como altar.
Ese es el origen de la tradición – que sigue usándose – de guardar las reliquias de los santos en un altar.
Esa venerable tradición provee una conexión directa e inquebrantable desde las catacumbas hasta tu parroquia.
EL PODER SOBRENATURAL DE LAS RELIQUIAS
Las reliquias sirven como un enlace físico entre el mundo natural y el sobrenatural.
Los católicos creen que sólo Dios puede sanar, pero además, que Dios puede en algunos casos permitir la curación a través de medios físicos, tales como una reliquia de una persona santa.
La morada del Espíritu Santo afecta al cuerpo físico, y Dios puede hacer milagros a través de los cuerpos de santos difuntos.
Ya en el Antiguo Testamento, los restos de los fallecidos han demostrado que poseen un poder que sin duda viene de Dios.
Anteriormente en este artículo hemos relatado tres pasajes de la Biblia donde se ve el poder de Dios enviado a través de los objetos: en
-el Antiguo Testamento la resucitación de un muerto (2 Reyes 13: 20-21),
–la curación de le hemorroísa por tocar el manto de Jesús (Marcos 5:25-34 ) y
–la sanación mediante el contacto con objetos que usaba San Pablo (Hechos 19: 11-12).
También hay muchos místicos que atestiguan el poder sobrenatural de las reliquias, por ejemplo Catalina Emmerich, ver aquí y aquí.
Y muchos de los milagros de sanación, inclusive de canonización, involucran la exposición de los enfermos a reliquias de los santos, por ejemplo algún guante del Padre Pío, ver aquí y aquí.
Por lo tanto las reliquias son más que recuerdos.
El cuerpo del santo proporciona un vínculo espiritual entre la vida y la muerte, entre el hombre y Dios.
Y a causa de la gracia que Dios deposita en el objeto, son un tesoro inestimable para los fieles.
La veneración de reliquias en la Edad Media llegó a rivalizar con los sacramentos en la vida diaria de la iglesia medieval.
De hecho, desde la época de Carlomagno, era obligatorio que cada altar contuviera una reliquia.
Esto era alimentado por la creencia cristiana en la vida futura y la resurrección, en el poder del alma, y en el papel de los santos como promotores de la humanidad en el cielo.
Pero la reliquia no es un amuleto que por sí misma logre milagros sobrenaturales, sino un vehículo por el cual el fiel demuestra su veneración al santo, adora a Dios y le pide una gracia especial.
Pero muchas veces hemos visto excesos.
Reliquia del Cinturón de la Virgen Maria
EL ‘ENDIOSAMIENTO’ Y LA AUTENTICIDAD DE LAS RELIQUIAS
Siempre existió el peligro, por supuesto, de que algunos cristianos pudieran tratar a los santos como si fueran pequeños dioses y a las reliquias como amuletos.
San Jerónimo en su carta a Ripario escribe sobre la veneración apropiada a santos y reliquias,
“Nosotros no hacemos culto, nosotros no los adoramos (a los santos), por temor a reverenciar más a la criatura que al mismo Creador.
Sin embargo nosotros veneramos las reliquias de los mártires a fin de adorar mejor a Aquel a quien estos pertenecen”.
Por desgracia, durante la Edad Media algunos lugares reclamaron poseer reliquias de manera absurda.
Como por ejemplo una pluma del Espíritu Santo o el escudo que San Miguel Arcángel llevaba cuando sacó a Lucifer del Cielo.
Una de las reliquias más codiciadas de la Edad Media fue la cabeza de Juan El Bautista.
No se sabe cuántas iglesias la incluyeron entre sus tesoros, contando a la Iglesia de San Silvestre in Capite en Roma, la Catedral de Amiens en Francia y el Monasterio de Gandzasar en Armenia.
Lo más extraño de todo es que el clero Musulmán de la Mezquita de los Omeyas en Damasco afirmaban que ellos tenían el cráneo de San Juan. Una reclamación que ellos hacen hasta el día de hoy.
Tales abusos llevaron a los reformadores protestantes a atacar la veneración de las reliquias.
En el Concilio de Trento los obispos Católicos respondieron explicando y defendiendo esta práctica diciendo,
“Los sagrados restos de los santos mártires y de los demás que ahora viven con Cristo – cuyos cuerpos fueron miembros vivientes de Cristo y ‘el templo del Espíritu Santo’ (1 Corintios 6:19) y quienes serán despertados por Él a la vida eterna y serán glorificados, están para ser venerados por los fieles.
A través de éstas (reliquias) muchos beneficios son concedidos por Dios a los hombres”.
Como se ve, apela también al poder sobrenatural de las reliquias.
Pero podemos encontrar más críticas injustas a las reliquias.
Reliquia de brazo de San Esteban
LAS CRÍTICAS INJUSTAS SOBRE LAS RELIQUIAS
De todas las reliquias la más famosa es la Santa Cruz.
En el año 326, la Emperatriz Santa Elena, madre del Emperador Constantino hizo una peregrinación a Jerusalén, específicamente para encontrar el Santo Sepulcro: la tumba en la que Cristo había sido sepultado y de donde Él había resucitado.
Fue durante la excavación del Santo Sepulcro que Santa Elena encontró la Santa Cruz.
En 20 años de una exploración en el siglo XIX, fueron encontrados fragmentos de la Cruz en iglesias de todo el Imperio Romano.
Porque la madera “sobre la cual colgaron al Salvador del mundo”, era importante para la liturgia del Viernes Santo, y estos fragmentos fueron especialmente valorados.
Cada astilla fue – y sigue siendo – un enlace directo al momento en el que Jesucristo dio su vida por nuestra salvación.
No es de extrañar, entonces, que las piezas de la Santa Cruz sean las más buscadas de todas las reliquias.
Los innumerables pequeños fragmentos de las reliquias de la Santa Cruz han dado lugar a generaciones de escépticos que afirman que si todos los pedazos se volvieran a ensamblar habría suficientes como para construir el Arca de Noé.
Pero en 1870 el francés Rohault de Fleury, publicó un libro en el cual él relata su intento por enumerar todas las reliquias existentes de la Santa Cruz; él incluyó las medidas de cada pieza.
Fleury encontró que todas las reliquias existentes no serían suficientes como para construir una cruz lo suficientemente grande como para crucificar a un hombre.
Reliquia de Guante del Padre Pío
LOS TIPOS DE RELIQUIAS QUE SE DISTINGUEN
Las reliquias pueden ser de tres grados:
1º grado: un fragmento del cuerpo.
2º grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.).
También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.
3º grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.
De esta esta forma podemos hacernos nuestras propias reliquias, haciendo que un objeto nuestro toque una reliquia de primer grado o la tumba de un santo.
El culto de las reliquias, como la Iglesia siempre subraya, es un culto relativo.
El culto de Dulía Relativa es el que está reservado a las sagradas imágenes y reliquias religiosas.
O sea desde representaciones pictóricas de Jesucristo, de la Virgen, de los ángeles y los santos.
Hasta las reliquias, principalmente de los santos, como cuerpos incorruptos, ropas, cabellos, objetos personales, o el famoso Sudario de Turín.
La palabra que identifica el culto de Dulía Relativa es Veneración.
Podemos inclinarnos ante las imágenes y reliquias, pero teniendo en mente que a quien veneramos finalmente no es a la imagen, sino al santo representado por la misma.
Podemos besar las imágenes y las reliquias, dedicando nuestra actitud al santo, representado ya sea en reliquia o en imagen.
LAS RELIQUIAS DEBAJO DE LOS ALTARES
En el libro del Apocalipsis 6: 9 dice,
“Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron”.
Esto se asocia además con la práctica de los católicos en tiempos de persecución.
Las misas se realizaban en las catacumbas y las tumbas de los mártires se usaban como altar para la misa.
De modo que los restos de los mártires estaban debajo de los altares que se usaban en las catacumbas.
Luego cuando pasó la persecución, los primeros cristianos quisieron seguir conservando la presencia de sus mártires cerca de ellos.
Y así abrieron las tumbas, retiraron los huesos y los pusieron en frascos que luego colocaron debajo de los altares de las iglesias.
Es por eso que en Roma se ven frascos con reliquias en exhibición debajo de altares.
Y es más, es una tradición tan fuerte que no sólo los altares sino también Iglesias fueron construidos sobre tumbas de santos.
Este es el caso por ejemplo de la Basílica de San Pedro y de la Basílica de San Pablo Fuera de Muros, que fueron construidas sobre las tumbas de estos dos apóstoles.
Esto después se legisló y se liturgizó.
En él numeral 1237 del Código Canónico dice,
“La antigua tradición de colocar reliquias de mártires u otros santos debajo de un altar fijo debe preservarse, de acuerdo con las normas dadas en los libros litúrgicos”.
Y en el numeral 866 del Ceremonial del Obispo lo aclara aún más,
«…debe tener en cuenta lo siguiente.
a) Tales reliquias deben ser de un tamaño suficiente para que sean reconocibles como partes de cuerpos humanos.
Por lo tanto, las reliquias excesivamente pequeñas de uno o más santos no deben colocarse debajo de un altar.
b) Se debe tener el mayor cuidado para determinar si las reliquias en cuestión son auténticas.
Es mejor que un altar sea dedicado sin reliquias que tener reliquias de dudosa autenticidad colocadas debajo de él.
c) No debe colocarse un relicario en el altar ni en la mesa del altar, sino que debe colocarse debajo de la mesa del altar, según lo permita el diseño del altar”.
Por lo tanto parece que no es imprescindible poner reliquias debajo del altar para su dedicación.
Pero cuando se ponen reliquias, deben ser de un tamaño adecuado para ser reconocidas como tales y colocarse debajo del altar y en un altar fijo no móvil.
Además el ritual prevé una celebración para la consagración de altares nuevos, pero no prevé ninguna celebración para insertar reliquias en un altar ya consagrado.
En otros textos como el Misal romano se pide instruir a los fieles que resistan la tentación de formar colecciones de reliquias y evitar la posibilidad de fraude, tráfico o superstición.
Además habilita la posibilidad de sacar las reliquias en procesión y también llevarlas a enfermos y moribundos para consolarlos.
Las 3 imágenes de Jesús Misericordioso en orden cronológico de ser pintadas
En 1931, Jesucristo le pidió a Sor Faustina Kowalska que pintara al Jesús de la Misericordia.
Que lo hiciera tal como lo veía en sus apariciones y con la frase “Jesús en ti Confío”.
Que lo divulgara para repartir sus gracias.
Y que fundara la Fiesta de la Misericordia el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.
En 1934 el padre Sopocko (confesor de Faustina) hizo el encargo al pintor Eugeniusz Kazimirowski.
En 1943, ya fallecida sor Faustina, el pintor Adolfo Hyla regaló como ex voto a las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Polonia un cuadro de Jesús de la Misericordia interpretando la imagen dictada por Faustina. .
Esta imagen es la que se conoce mas hoy día y la que con su fama protegió del régimen comunista a la imagen que pintó Kazimirowski.
El segundo cuadro se hizo bajo las especificaciones del primero y protegió al primero, el que supervisó Santa Faustina en vida. Por eso ambos merecen llamarse originales.
Pero hubo un tercer cuadro de la Divina Misericordia que mandó realizar la Conferencia Episcopal para sustituir a la de Faustina Kowalska, argumentando que era una revelación privada no aprobada por la Iglesia.
Esta polémica terminó cuando Juan Pablo II canonizó a Faustina Kowalska el 30 de abril del 2000, proclamó que en adelante el primer domingo después de Pascua se llamaría Domingo de la Divina Misericordia, e instó a repetir la oración “¡Jesús, confío en ti!”.
EL ENCARGO DE JESÚS A SOR FAUSTINA
Al anochecer mientras estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. .
Tenía una mano levantada para bendecir, y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. .
De la túnica entreabierta en el pecho, salían dos rayos grandes: uno rojo y otro pálido. .
En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de gran alegría. .
Un momento después, Jesús me dijo: Pinta un cuadro según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío.
(…) Prometo que el alma que venere este cuadro no perecerá.
También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. (…)
Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia.
Quiero que este cuadro que pintarás con el pincel, sea bendecido con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia.
Deseo que los sacerdotes proclamen la gran misericordia que tengo para las almas pecadoras.
Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. (DIARIO de Santa Sor Faustina) Plock, Polonia “22 de febrero de 1931.
“Los dos rayos (de la imagen) significan la Sangre y el Agua.
El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.
El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas.
Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza (…)
Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios” (Diario, 299).
La obra encargada a sor Faustina por el Señor Jesús fue imposible de realizar en términos humanos porque no tenía conocimientos básicos de creación artística.
Sin embargo, quería cumplir la Voluntad de Dios e intentaba pintar el cuadro sola, pero sin resultados.
Los apremios del Señor Jesús y la desconfianza de los confesores y los superiores causaban un gran sufrimiento personal a sor Faustina.
Durante su estancia en Plock (unos 3 años) y en Varsovia, siguió pensando en el incumplido deseo del Señor Jesús, que le hizo sentir la gran importancia que tenía en los Planes Divinos, la misión que le había asignado.
De repente vi al Señor que me dijo:
«Has de saber que si descuidas la cuestión de pintar este cuadro y de toda la obra de la Misericordia, el día del juicio responderás por un gran número de almas» (Diario, 154).
Después de profesar sus votos perpetuos, la sor Faustina fue trasladada a la casa conventual de Vilna (25 de mayo de 1933).
Aquí encontró la ayuda prometida anteriormente: el confesor y director espiritual, el P. Miguel Sopocko que intentó realizar los deseos del Señor Jesús.
El padre Sopocko (confesor de sor faustina Kowalska) encargó el cuadro de Jesús Misericordioso a principios de 1934 en Vilna (Vilnius, Lituania), al pintor Eugeniusz Kazimirowski. .
El piso del padre Sopocko y el piso de Kazimirowski, junto con su estudio, se encontraban en el mismo edificio.
El cuadro con la imagen del Jesús Misericordioso nacía en el ambiente lleno del misterio de los milagros Divinos: las experiencias místicas vividas por Santa sor Faustina.
El padre Miguel Sopocko parcialmente le dio a conocer al pintor la misión de la sor Faustina y le comprometió a guardar el secreto.
Este pintor muy apreciado y muy culto renunció a su propia concepción artística para representar detalladamente lo que relataba sor Faustina.
Quien venía al estudio del pintor por lo menos una vez a la semana, durante medio año, para añadir los detalles e indicar los errores.
Quería que la imagen del Jesús Misericordioso fuera igual a la imagen revelada en sus visiones.
En el proceso de pintar el cuadro participó activamente el p. Miguel Sopocko – el fundador de la obra, quien, a petición del pintor, posó para el cuadro vistiendo un alba.
El tiempo pasado juntos dedicado a pintar fue una oportunidad para una interpretación más profunda del contenido del cuadro.
Las cuestiones discutibles resolvía el Mismo Señor Jesús (Diario 299; 326; 327; 344). Muy significativa fue la conversación que mantuvo sor Faustina con Jesucristo sobre el cuadro pintado:
(…) Cuando estaba en el taller de aquel pintor que pintaba el cuadro, vi que no era tan bello como es Jesús.
Me entristecí mucho por eso, sin embargo, lo oculté profundamente en mi corazón. (…)
La Madre Superiora se quedó en la ciudad para arreglar algunos asuntos, yo volví sola a casa.
En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo.
Le dije al Señor: ¿Quién Te pintará tan bello como Tú eres?
De repente oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de este cuadro, sino en Mi gracia” (Diario, 313).
De esta conversación emana la sinceridad de la persona a la que le había sido concedida una gracia sobrenatural y que en sus vivencias místicas vio la belleza del Salvador Resucitado.
El Señor Jesús muchas veces aparecía a sor Faustina en la forma en la que está demostrado en el cuadro (Diario 473; 500; 851; 1046; 1565) y también, en repetidas ocasiones exigió que ese cuadro fuese expuesto para la adoración pública.
Eso demuestra que el Señor Jesús aceptó la imagen pintada en el cuadro, santificándolo con su viva presencia.
Durante seis meses Sor Faustina venía al estudio del pintor para dar indicaciones y los detalles del aspecto del cuadro.
El Padre Sopocko personalmente se encargó de que el cuadro fuera pintado exactamente según sus indicaciones.
El lienzo, sobre el cual se representó la imagen, se ajustó a las medidas de un marco viejo regalado anteriormente por una de las parroquianas.
El cuadro fue pintado durante seis meses.
Cuando ya estaba listo, el p. Sopocko quería asegurarse de cómo tenía que ser introducido el texto en el cuadro.
Pidió a sor Faustina que lo preguntara al Señor Jesús:
“Una vez el confesor (Padre Sopocko) me preguntó cómo debía ser colocada la frase, ya que todo eso no cabía en la imagen.
Contesté que rezaría y que daría la respuesta la semana siguiente.
Al alejarme del confesionario, y pasando cerca del Santísimo Sacramento, recibí el entendimiento interior de cómo debía ser la frase.
Jesús me recordó lo que me había dicho la primera vez, es decir, que estas tres palabras debían ser puestas en evidencia.
Las palabras son: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).
“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias.
Ese recipiente es esta imagen con la frase: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).
El texto dictado, que constituye un elemento importante de la indicada forma del culto a la Misericordia, fue puesto por el padre Sopocko en una placa colocada en la parte inferior del cuadro.
A la petición expresa del Señor Jesús transmitida a sor Faustina, el padre Sopocko pidió el permiso para colgar el cuadro en la Iglesia de San Miguel en Vilna, de la que era rector.
Gracias a los esfuerzos del p. Sopocko, desde el 26 hasta el 28 de abril de 1935, durante las celebraciones finales del Jubileo de 1900 años de la Redención del Mundo en la Puerta del Amanecer en Vilna, la Imagen del Misericordioso Salvador por primera vez fue adorada por una multitud de fieles que participaban en las oraciones.
Esa celebración coincidió con el primer domingo después de la Pascua, Sor Faustina participó en ella, y la homilía sobre la Misericordia Divina fue predicada por padre Sopocko, tal como lo había exigido Jesús.
“Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en la Puerta del Amanecer en lo alto de un ventanal, por eso se la veía desde muy lejos.
Durante esos tres días en la Puerta del Amanecer fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el décimo noveno centenario de la Pasión del Salvador.
Ahora veo que la obra de la Redención está ligada a la obra de la misericordia que reclama el Señor” (Diario, 89).
“Cuando esta imagen fue expuesta, vi un movimiento vivo de la mano de Jesús que trazó una gran señal de la cruz.
Por la noche del mismo día (…) vi que la imagen estaba pasando sobre una ciudad y aquella ciudad estaba cubierta de redes y de trampas. Jesús, al pasar cortó todas las redes (…)” (Diario, 416).
“Cuando estaba en la Puerta del Amanecer durante las celebraciones en las cuales fue expuesta esta imagen, estuve presente durante el sermón que predijo mi confesor (M. Sopocko).
El sermón fue sobre la Divina Misericordia, fue el primero de los que exigía el Señor Jesús desde hacía mucho tiempo.
Cuando empezó a hablar de esta gran misericordia del Señor, la imagen tomó un aspecto vivo y los rayos penetraron en los corazones de las personas reunidas, pero no en grado igual, unos recibieron más y otros menos.
Una gran alegría inundó mi alma viendo la gracia de Dios” (Diario, 417).
“Cuando terminaba el oficio y el sacerdote tomó el Santísimo Sacramento para impartir la bendición, súbitamente vi al Señor Jesús con el mismo aspecto que tiene en esta imagen.
El Señor impartió la bendición y los rayos se extendieron sobre el mundo entero.
Vi una claridad inaccesible en forma de una habitación de cristal, tejida de ondas de luz impenetrable a cualquier criatura o espíritu.
En la claridad había tres puertas y en ese instante Jesús, con el mismo aspecto que tiene en la imagen, entró en aquella luz a través de la segunda puerta, al interior de la claridad” (Diario, 420).
La celebraciones de la Puerta del Amanecer en Vilna fueron para la sor Faustina una señal y cumplimiento de las gracias anunciadas anteriormente – una manifestación pública de la fuerza enorme de la Misericordia Divina.
El 4 de abril de 1937, con el permiso del Metropolitano de Vilna, arzobispo Romuald Jalbrzykowski, el cuadro con la imagen del Salvador Misericordioso, tras haber recibido la opinión positiva de los expertos, fue llevado a la iglesia de San Miguel en Vilna, dónde empezaron a rodearlo de veneración cada vez mayor.
Según la comisión de expertos convocada en 1941 por la orden del Metropolitano, afirmó que “El cuadro constituye una obra de arte y un ejemplo de arte contemporáneo religioso de valor.” (Protocolo de la Comisión de la evaluación y la conservación del cuadro de Jesús Misericordioso en la Iglesia de San Miguel de Vilna de 27 de mayo de 1941 firmado por expertos: Profesor de la historia de arte dr. M. Morelowski, Profesor de dogmática padre dr. L. Puchaty y el Conservador padre Dr P. Sledziewski).
En la posterior correspondencia con el p. Sopocko sor Faustina escribe:
“Dios me hizo conocer que estaba satisfecho con lo que ya se había hecho.
Sumergiéndome en la oración y en la cercanía de Dios sentí en el alma una paz profunda por la totalidad de esta obra.
(…) Y en lo que se refiere a esas imágenes (copias pequeñas), (…)
La gente las compra, poco a poco, y unas almas ya han recibido la gracia de Dios que ha fluido de esa fuente.
Como todo, también esto va a ir lentamente.
Las imágenes no son tan bonitas como el cuadro grande.
Las compran esos a los que atrae la gracia de Dios” (fragmento de la carta de Cracovia, 21 de febrero 1938).
LA PERSECUCIÓN COMUNISTA
En 1948 cuando el gobierno comunista cerró la Iglesia de San Miguel, el cuadro (sin el marco con la placa con el texto) fue comprado en secreto del empleado lituano que liquidaba las pertenencias del templo.
La transacción fue realizada por dos mujeres (una polaca y una lituana) que estaban conscientes del peligro de las consecuencias en caso de que se enterasen las autoridades soviéticas.
Las mujeres trasladaron la imagen enrollada a un desván donde iba a esperar hasta que pasase el peligro.
Después entregaron el cuadro a la Iglesia del Espíritu Santo, donde fue despositado también el mobiliario de la iglesia cerrada.
El párroco, el p. Jan Ellert no estuvo interesado en guardar el cuadro.
Desde allí, en 1949, un amigo del p. Sopocko, el p. Józef Grasewicz, lo llevó a la parroquia en Nowa Ruda.
Aquí, a pesar de muchos cambios en la administración de la iglesia, el cuadro permaneció durante 40 años.
En 1970 las locales autoridades comunistas de Nowa Ruda decidieron convertir la iglesia en un almacén.
El cuadro colgado en la parte superior, por la causa que parecía sin importancia – falta de la escala de longitud adecuada – se quedó en la iglesia abandonada.
El padre Sopocko, que entonces estaba en Polonia, no tenía posibilidad ninguna de volver a Vilna (Lituania), que no dejaba preocuparse por el destino del cuadro, pidió al p. Grasewicz que trasladara el cuadro a algún otro sitio seguro.
En secreto mandó una petición de colgar el cuadro en la iglesia de la Puerta del Amanecer de Vilna, donde había sido expuesto por primera vez para la adoración pública.
La petición fue transmitida solo en 1982 (ya después de la muerte del p. Sopocko).
El vicario de la Puerta del Amanecer de aquella época, el p. Tadeusz Kondrusiewicz encontró esta idea irreal y propuso colgar el cuadro en la iglesia de Espíritu Santo, cuyo párroco el p. Aleksander Kaszkiewicz, quien al principio a desgana, consintió colgar el cuadro.
De este modo el p. Grasewicz tomó la decisión de llevar el cuadro de vuelta a Vilna.
Para no provocar una situación peligrosa, en una noche de noviembre de 1986, sin que se enterasen los habitantes de Nowa Ruda (que durante muchos años se reunían en la iglesia abandonada para rezar), el cuadro original fue sustituido por una copia preparada anteriormente.
Con la ayuda de las hermanas de la Madre Misericordiosa (de la Puerta del Amanacer) que conocían el secreto, el lienzo fue quitado del bastidor, enrollado y esa misma noche llevado a Grodno, y después a la Iglesia de Espíritu Santo de Vilna.
Antes de colocar la imagen en el altar, a la orden del p. Kaszkiewicz el cuadro dañado fue repintado.
En resultado el aspecto de la cara del Señor Jesús cambió notablemente, lo que deformó el mensaje visual de la imagen.
Al cuadro se añadió una frase en rojo: “Jesús en Ti confío”.
Además, para ajustar el cuadro al hueco en el altar, se dobló la parte inferior del lienzo, y a la parte superior se agregó al cuadro una parte adicional en forma de oval.
Estos cambios no estaban de acuerdo con la composición artística del cuadro realizada en 1934 por E. Kazimirowski en cooperación con sor Faustina y padre Sopocko.
Fue una ingerencia brutal que notablemente redujo el valor original de la obra.
Beato Miguel Sopocko y Santa Faustina Kowalska
El cuadro renovado en el año 2003, con el marco nuevo y el texto: JESÚS, EN TI CONFÍO permaneció en la Iglesia de Espíritu Santo hasta septiembre de 2005.
La Fiesta de la Misericordia Divina, el 18 de abril de 2004 el Metropolitano de Vilna, Cardenal Audrys Juozas Backis reconsagró la renovada iglesia de la Santa Trinidad en Vilna al Santuario de la Misericordia Divina.
Paralelamente, a la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso, ordenó orar en ese Santuario.
En septiembre de 2005 en el Templo se colocó el primer cuadro de Jesús Misericordioso.
El Metropolitano asignó a la Congregación, para su sede, la casa donde había sido pintado el primer cuadro de Jesús Misericordioso.
Esta casa, gracias a la generosidad de los donadores fue adaptada a las necesidades de la Congregación religiosa.
El primer cuadro de Jesús Misericordioso expuesto en el 1987 en la Iglesia de Espíritu Santo en Vilna no llamó atención particular ni de los peregrinos ni de las autoridades eclesiásticas.
La falta de las condiciones apropiadas para exponerlo provocó más cambios negativos en su materia.
Fue sólo en julio de 2001 cuando con el consentimiento del padre Miroslaw Grabowski párroco de la iglesia de Espíritu Santo, la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso pudo abrir su nueva sede en Vilna, aceptada por la curia de Vilna, y rodear de cuidados este cuadro único e inestimable.
La Congregación lleva decenas de años haciendo gestiones para propagar la primera imagen de Jesús Misericordioso, aquel creado en el ambiente de Divino milagro de la oración y de sufrimiento de sor Faustina, su presencia y cooperación.
Gracias a la iniciativa y las gestiones de las hermanas en abril de 2003 el cuadro fue sometido a una restauración profunda, lo cual tuvo lugar en la capilla del convento de las hermanas en Vilna.
Se eliminaron del cuadro todas las repinturas, las manchas creadas por la humedad y pruebas de retirarlas con sustancias químicas, se repararon las deterioraciones.
A consecuencia de la restauración el cuadro recuperó su aspecto original.
Algunos daños sufridos por el lienzo tuvieron ser eliminados utilizando el pegamento.
Se ven también huellas dejadas después de haber quitado el lienzo del bastidor (huellas de los clavos que sujetaban el cuadro), y el doblamiento de la parte inferior de unos cuatro centímetros (en 1987 el cuadro fue ajustado a las medidas del nicho del altar de la Iglesia de Espíritu Santo).
Los defectos aunque no vistos en la imagen expuesta, son, entre otros, los rasgos característicos del cuadro.
Por iniciativa de los organizadores y fundadores de la conservación del cuadro en 2003, de la Fundación de los Apóstoles de Jesús Misericordioso de Lódz, en marzo de 2004, en la Iglesia de Espíritu Santo de Vilna fue realizada una sesión fotográfica profesional, para documentar el cuadro.
Desde entonces, de las diapositivas de 20 cm se hacen fotocopias de la primera imagen de Jesús Misericordioso.
Las copias son distribuidas y facilitadas a la evangelización públicas.
A pesar de la conservación detallada, el estado del cuadro se empeoró.
El cuadro debía ser expuesto en condiciones apropiadas, de acuerdo con las indicaciones del restaurador.
El cuadro lo conservó Edyta Hankowska – Czerwinska de Wloclawek (Polonia) conservadora de obras de arte, licenciada por la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Nicolás Copérnico en Torun (Polonia).
El 3 de agosto de 2009 en el Santuario de la Misericordia Divina de Vilna, la conservadora Edyta Hankowska-Czerwiska realizó una inspección periodica del estado del cuadro.
EL OTRO CUADRO DE JESÚS MISERICORDIOSO en Cracovia Lagiewniki (Polonia)
En 1943 – a los diez años de pintar el primer cuadro de Jesús Misericordioso y cinco años después de la muerte de sor Faustina en Cracovia, a la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia vino un pintor, Adolfo Hyla. .
El artista quería pintar un cuadro y regalarlo a la capilla del convento como un exvoto de agradecimiento por el salvamento de su familia de los accidentes de la guerra.
Las hermanas propusieron que pintara el cuadro de Jesús Misericordioso.
Le presentaron al artista como un modelo una reproducción del primer cuadro pintado por Kazimirowski en cooperación con sor Faustina.
Adjuntaron también la descripción del cuadro del Diario de Santa sor Faustina. Sin embargo, el artista hizo el encargo según su propia idea.
Porque el tamaño del cuadro regalado no encajaba en el altar de la capilla de las hermanas, la Madre Irene Krzyzanowska encargó otro cuadro.
Este cuadro fue consagrado en 1944 y puesto en la capilla del convento de Cracovia donde es adorado hasta hoy.
En este cuadro la imagen de Jesús Misericordioso en el fondo había un prado y arbustos que se veían a lo lejos.
Por intervención del padre Sopocko en 1954, el fondo del cuadro fue cubierto con pintura oscura y debajo de los pies del Señor Jesús se pintó un suelo.
El cuadro regalado por Adolfo Hyla como exvoto de agradecimiento fue expuesto en la iglesia parroquial del Corazón Divino en Wroclaw (Polonia).
Esta iglesia está relacionada con la Casa de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia.
Después de la segunda guerra mundial el primer cuadro de Jesús Misericordioso pintado por el artista Eugenio Kazimirowski en Vilna (Lituania) en cooperación con sor Faustina, permaneció en el territorio de la Unión Soviética, donde miles de personas tuvieron que ocultar su fe en Dios durante decenas de años a causa de severas persecuciones de los católicos.
El cuadro también permanecía escondido, y su origen extraordinario también se mantenía en secreto.
Quizás la divulgación en Polonia de otro cuadro, fue una providencial distracción de la atención a la milagrosa Imagen Santa (como la llamó Juan Pablo II en 1993 en Vilna). En aquellos tiempos no había otra posibilidad real de salvarla.
Indudablemente el cuadro pintado por Adolfo Hyla ayudó mucho en el desarrollo del culto de la Misericordia Divina.
Lo confirman los testimonios de las gracias recibidas por su intercesión. Sin embargo, su popularidad no disminuyó el valor del primer cuadro pintado en Vilna – exactamente según el modelo trasmitido por el Señor Jesús.
Después de una larga espera el cuadro llegó a ser dignamente expuesto en el altar central del Santuario de la Misericordia Divina en Vilna, donde, rodeado de la oración de las hermanas y de los peregrinos que vienen a verlo, es venerado públicamente.
Las 3 imágenes de Jesús Misericordioso en orden cronológico de ser pintadas
EL TERCER CUADRO DE JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA
Después de finalizar la guerra, en la década de 1950, algunos de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Polonia manifestaron sus reservas sobre la difusión de la imagen de Jesús Misericordioso.
Sus argumentos eran qué se trataba de una revelación privada y aún no había sido aprobada por la Iglesia.
Entonces la Conferencia Episcopal ordenó prudencia para exponer la imagen de Jesús de la Misericordia según la visión de Faustina Kowalska.
Pero había un problema, la Divina Misericordia de Jesús había sido venerada en la Iglesia desde los primeros tiempos.
Entonces la Conferencia Episcopal pidió al padre Sopocko que organizara un certamen para crear una imagen de Jesús Misericordioso para exhibir en las iglesias y adorar.
En 1954 se organizó este concurso con la invitación a pintar una imagen de Jesús apareciéndose los apóstoles después de su resurrección, estableciendo Sacramento de la Penitencia.
Incluso fue invitado al concurso el pintor de la segunda imagen de Jesús Misericordioso, Adolfo Hyla pero declinó la invitación porque pensó que no serviría a la devoción de la Divina Misericordia.
Él dijo que el llamado limitaba las opciones, porque Cristo estaba mostrando los rayos de sangre y agua que brotaban de su costado y estaba bendiciendo.
Eso era lo que vio Faustina y no era parte del llamado, porque el llamado se refería al sacramento de la penitencia.
Al final el concurso lo ganó la pintura de Ludomir Slendzinski que se puede ver más arriba.
Y en octubre de 1954 el episcopado permitió la devoción de esta imagen, que ahora se encuentra en la capilla de las hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia en Varsovia.
Y adicionalmente en 1959, la Conferencia Episcopal notificó que se prohibía la devoción a la Divina Misericordia pintada según las instrucciones de la hermana Faustina.
Sin embargo la nota dejaba a decisión de los pastores si la imagen de Jesús Misericordioso de la hermana Faustina debía ser eliminada de cada iglesia.
En muchas iglesias se eliminaron pero en otras se conservaron.
Recién en 1978 se canceló esta notificación y las imágenes de la Divina Misericordia, pintadas según la visión de la hermana Faustina, pudieron ingresar sin problema a las iglesias.
En esta historia podemos ver que las decisiones burocráticas de las Conferencias Episcopales terminan mal cuando desconocen los mensajes del cielo.
Porque hoy las imágenes de la Divina Misericordia que se han extendido por todo el mundo han sido las de la visión de la hermana Faustina, que Jesús le indicó cómo se debía pintar.
En cambio a la imagen Ludomir Slendzinski se la ha tragado la historia.
La Pasión de Nuestro Señor nos hace pensar en las evidencias físicas de ese gran evento.
O sea las reliquias.
Éstas ocupan un lugar prominente en la espiritualidad cristiana y el arte.
Y han sido desde hace 2000 años motivo de grandes flujos de peregrinación.
Reliquias de la Catedral de Notre Dame
Las reliquias honradas por la Iglesia Católica pueden ser partes de su cuerpo o algo que lo haya tocado. . La madera de la Cruz y otros objetos que se cree que han tocado el cuerpo de Cristo están entre las reliquias más preciadas.
En este artículo veremos cuáles son y donde se supone que están.
EL CRISTIANISMO VENERÓ LAS RELIQUIAS DESDE EL PRINCIPIO
Antes de la Ilustración, la gente generalmente creía en un “mundo encantado”, donde el cielo y la tierra estaban cerca y Dios estaba activamente involucrado en la naturaleza y la historia.
Corona de Espinas en Notre Dame
Esta visión aparece en los salmos.
“Los cielos declaran la gloria de Dios” (Salmo 18).
Dios es el “Creador del cielo y de la tierra, de los mares y de todo lo que hay en ellos” (Salmos 146).
“El Señor da la vista a los ciegos … El Señor protege al extraño, sostiene a la viuda y huérfano, pero frustra el camino de los impíos” (Salmo 146).
Dios “habita en un templo santo” y felices son quienes lo encuentran allí(Salmo 84).
Los judíos en el tiempo de Jesús creían en un “mundo encantado”.
El templo en Jerusalén era el lugar donde Dios, el hacedor de todas las cosas, habitaba en la tierra y se extendía para sanar y enseñar.
Como los judíos, los cristianos también creían que Dios estaba cerca, no distante, y podía ser experimentado a través de personas santas y signos concretos y lugares santos.
Su creencia es evidente en los escritos del Nuevo Testamento.
El mundo pagano creía también en un “mundo encantado”.
En Lystra, en Asia Menor, la multitud gentil, viendo a un lisiado levantarse y caminar por la palabra de San Pablo gritó
“los dioses han llegado a nosotros en forma humana”.
Lucas dice más tarde:
“Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos” (Hechos 19: 11-12)
El interés por las reliquias aumentó en el cristianismo en el siglo IV después que el emperador Constantino abrazó la nueva religión y abrió los lugares donde Jesús vivió y murió, y se generó una ola de peregrinos cristianos.
A medida que la peregrinación cristiana floreció, los cristianos trajeron varias reliquias a casa como recordatorios de su experiencia; apreciaban especialmente las reliquias de la cruz.
Roma y Constantinopla eran centros importantes además de Jerusalén para promover la devoción a las reliquias.
Papas, líderes religiosos y políticos las utilizaron para promover objetivos espirituales y políticos.
Las reliquias de la pasión, la muerte y la resurrección eran especialmente importantes en estos centros.
Y aquí debemos mencionar una cierta diferencia entre las iglesias del este y del oeste respecto a las reliquias.
En la iglesia oriental los iconos tienen un lugar prominente en la representación de los misterios de Jesús y sus santos.
Mientras que en la iglesia occidental, las reliquias físicas son más prominentes.
Iglesias y santuarios que honran reliquias e imágenes sagradas se multiplicaron especialmente en la época medieval en Europa
Y se encuentran hoy dondequiera que estén los cristianos católicos.
LA IMPORTANCIA DE LAS RELIQUIAS PARA LOS CRISTIANOS
En la Edad Media había un poderoso sentido era providencia de Dios.
Sentían que era poco razonable e ilógico que Dios dejara desaparecido un instrumento que había santificado para ser parte de la pasión de Nuestro Señor.
Es probable que muchas reliquias de la pasión de Jesucristo se hayan perdido definitivamente debido a tres sucesos principales.
El primero fue la destrucción de Jerusalén en el año 70.
El segundo fue la persecución de los cristianos por el Imperio Romano en los primeros tres siglos.
Y el tercero fueron las invasiones musulmanas a Jerusalén y Bizancio, donde se destruyeron muchas reliquias.
Los cristianos las buscan porque aún hay un valor inherente en la veneración de un objeto que podría no ser genuino.
Porque en realidad los cristianos no están venerando el objeto en sí mismo sino la expresión de un hecho que el objeto representa.
El objeto es un disparador para recordar todo el escenario y honrar a Nuestro Señor.
Y por eso es que las reliquias se inciensan en las liturgias y debajo de los altares se colocan reliquias de Santos.
Para los cristianos representan la memoria de hechos históricos centrales en su devoción.
Sin embargo hay otros cristianos que piensan distinto y atropellan.
Lanza de la Pasión de Cristo en Echmiadzin, Armenia
REACCIÓN CONTRA LAS RELIQUIAS
La reacción a las imágenes sagradas y las reliquias no se hizo esperar.
En la iglesia oriental la Controversia Iconoclasta fue abordada en el Segundo Concilio de Nicea en el año 787.
En la iglesia occidental se produjo la reacción principal contra las reliquias en la Reforma en el siglo XVI.
Los primeros reformadores protestantes, Wycliff y Hus, consideraban las reliquias como idolatría.
Lutero las veía como tentaciones a la avaricia y Calvino protestaba contra las falsas reliquias.
Sus opiniones todavía se mantienen en las tradiciones religiosas protestantes.
Pero la más formidable reacción llega con la Ilustración, donde el cielo y la tierra ya no aparecen tan conectados como antes y el mundo no es un lugar “encantado”.
La Ilustración en el siglo XVI introdujo las herramientas de la ciencia moderna para investigar el mundo que conocemos.
Algunos, influidos por el racionalismo, cuestionaron la historicidad de Jesús y los evangelios, así como las reliquias y las prácticas que los honraban.
Su enfoque crítico todavía se encuentra hoy en muchos que consideran las reliquias como productos pintorescos de un pasado supersticioso.
Este cambio cultural también ha penetrado en la Iglesia católica.
Ya no solo no se honran las reliquias como en la antigüedad sino que su devoción se toma como parte de una “fe infantil” que debe ser desterrada.
Es así que comienza el menosprecio de la religiosidad popular dentro de la jerarquía de la Iglesia.
Sin embargo, a pesar del desdén con que lo tratan buena parte del clero, el catolicismo popular sigue vivo y es el real sustento de la Iglesia. Si el él desaparece la Iglesia entraría en implosión.
Escalera Santa
¿DÓNDE ESTÁN LAS RELIQUIAS DE LA PASIÓN DE JESÚS?
Hay muchas reliquias sagradas asociadas con la vida y pasión de Jesucristo.
Y sobre ellas siempre hay dudas de su veracidad, mostrada en la reclamación de distintas iglesias de que poseen la original.
Quizás el caso más destacado sea el “santo grial”, la copa con que Jesús dio de beber a los apóstoles en la última cena; hay varios que dicen ser el original.
Algunas reliquias están bien conservadas y en exhibición. Mientras que otras, si bien existen, han caído en el olvido.
Veamos primero las reliquias principales y el link a los informes especiales que hemos realizado para cada una de ellas.
Y luego veamos otras reliquias.
Santa Túnica de Cristo en Basílica de San Denys, Francia
LAS RELIQUIAS PRINCIPALES
Vestimenta de Jesús
La túnica inconsútil se conserva en Argenteuil.
Estudiada y contrastada con la Sábana Santa, las heridas coinciden y corroboran los relatos de la Pasión.
Se guarda una similar en Tréveris, Alemania.
El manto de Jesús por su parte, se repartió por la cristiandad, pero se conserva un importante trozo en la catedral de Anagni.
El precioso cáliz de que se sirvió nuestro Redentor al instituir el Sacramento del altar, tiene la dicha de conservarlo metropolitana Iglesia de Valencia: todos los años se coloca en el Monumento.
Pero hay otros que se adjudican como originales, como el llamado Cáliz de Doña Urraca en León.
Ocupado hasta mediados del siglo XX por los musulmanes, este lugar, uno de los más santos en la tierra, puede ser visitado bajo las condiciones impuestas por el gobierno de Israel.
Los cristianos pueden visitarlo y ganar las preciosas indulgencias concedidas por los Romanos Pontífices a cuantos oren en tan santo sitio.
Tanto la gruta en donde oró nuestro Redentor, que se conserva en su estado natural, como algunos de los olivos, que se cree son los mismos que existían en tiempo de la Pasión del Señor, aún están en pie.
Están bajo la custodia de los Franciscanos de Tierra Santa.
Se venera en la Santa Capilla de París, pero sin espinas que han sido distribuidas por toda la cristiandad.
En Roma son cerca de veinte las que reciben veneración pública: las iglesias que tienen más son las de San Marcos y Santa Práxedes, las cuales conservan tres.
En el Vaticano hay dos ejemplares; en San Juan de Letrán una.
Y dos espinas se encuentran entre las antiguas reliquias traídas por Santa Elena a su palacio, que más tarde se convirtió en la Basílica de la Santa Cruz en Roma.
En España son muchas las que reciben veneración en diversas iglesias: en el Escorial se veneran once.
Barcelona tiene la dicha de venerar varias, y en el célebre santuario de Montserrat se custodian dos.
La tradición común es que fueron tres las imágenes que quedaron en el velo de la Verónica, pero son muchísimas más las que se veneran en la cristiandad.
La construcción de la catedral de Jaén se concibe, en el Siglo XVI para custodiar la reliquia del Santo Rostro (alojado en la capilla mayor).
Además hay otras iglesias que se disputan la autenticidad de esta reliquia: la Catedral de San Pedro, Roma (Italia), la Iglesia del Sagrado Corazón, París (Francia) y el Monasterio de la Santa Faz (Alicante, España).
En la misma línea, de la Santa Faz, la catedral de Oviedo en España, dice albergar un sudario que envolvió la cabeza de Cristo.
La Catedral de Oviedo en Asturias (España), es llamada sancta Ovetensis por la calidad y cantidad de reliquias.
En esta catedral se custodia el Santo Sudario dentro de un marco de madera chapeado de plata del siglo XVIII, guardado en un armario con 2 llaves, una en poder del arzobispo y otra en poder del Deán de la Catedral.
En el congreso internacional que se celebró en Oviedo en 1995 se determinó que el Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de la Catedral de Turín estuvieron en contacto con el mismo cuerpo.
En la iglesia de San Juan de Letrán se conserva uno de esos lienzos en que estuvo envuelta la cabeza del Señor en el Sepulcro.
En las iglesias de San Marcos, de San Francisco á Ripa y en el Escorial, en España, se veneran partes de otros lienzos;
También en Besancon en Francia y en Santo Domingo de la Calzada en España,
El lienzo que secó el sudor de Jesús en la Vía Dolorosa
El Velo de Verónica, que según la leyenda se usó para limpiar el sudor de la frente de Jesús mientras llevaba la cruz, también se dice que lleva la semejanza de la Cara de Cristo.
Hoy en día, varias imágenes pretenden ser el Velo de Verónica.
Hay una imagen guardada en la Basílica de San Pedro en Roma que pretende ser de la misma Verónica que fue venerado en la Edad Media.
La Sábana Santa de Turín es la reliquia más conocida de Jesús y quizás la reliquia más estudiada en la historia humana.
Los creyentes afirman que la mortaja es el paño puesto en el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que la imagen de la cara es la Santa Cara de Jesús.
La impactante imagen en negativo que muestra, fue observada por primera vez en la tarde del 28 de mayo de 1898, en la placa fotográfica del fotógrafo aficionado Secondo Pia, a quien se le permitió fotografiar mientras se exhibía en la Catedral de Turín.
Los testigos dicen que Santa Helena dio partes de cruces de madera de las excavaciones en el Calvario a la iglesia en Jerusalén, a la iglesia en Constantinopla y a su capilla privada en Roma.
Los fragmentos de estos lugares se convirtieron en regalos premiados enviados a otros lugares e individuos en el mundo romano.
Hoy partes de esa reliquia se conservan por todo el mundo, como en basílicas de San Pedro y de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.
En la catedral de Anagni se venera también un pedazo muy notable, y en la cual se ve aun uno de los agujeros que se hicieron al crucificar a nuestro divino Salvador.
Juan Calvino, el reformador protestante dijo “Si todas las piezas de la cruz estuvieran reunidas, llenarían un barco”, señalando las muchas reliquias sospechosas que vio en su tiempo.
Sin embargo un estudio de las reliquias existentes de la cruz por Charles Rohault de Fleury en 1870, demostró que todos los fragmentos conocidos de la cruz medirían sólo un tercio de lo que probablemente sería la cruz de Jesús.
El magnífico templo que había en Jerusalén cuando murió nuestro Redentor fue destruido, y según el sagrado vaticinio pronunciado por sus labios sagrados, no quedó piedra sobre piedra.
Constantino el grande hizo trasladar doce columnas de este templo destruido, para que se colocaran delante de la Confesión de San Pedro.
Hoy en día aún se ven ocho debajo de la magnífica cúpula del Vaticano, dos en el altar de San Mauricio, dentro de la capilla del Santísimo.
Y otra en la cámara inferior de la capilla della Pietá, que según la tradición es en la que estuvo apoyado Jesús cuando de edad de doce años disputó con los doctores de la Ley.
Columnas del velo del templo
El velo del templo de Jerusalén, que se rasgó en dos partes al morir nuestro Salvador, era sostenido por dos columnas.
Las cuales hoy día se conservan en el claustro de la basílica de San Juan de Letrán, en Roma.
Piedra del torrente del Cedrón
Habiendo prendido al Señor, y llevándolo a la casa de Anás, al pasar por el torrente de Cedrón, la tradición dice que tiraron al Señor al fondo del torrente.
Dejando impresas las huellas de sus pies, rodillas, manos y cabeza sobre la durísima piedra que aún hoy se muestra a los peregrinos.
Casa de Anás
En el lugar donde estuvo esta casa hay una iglesia y convento, ocupado por monjas armenias.
Casa de Caifás
En el lugar en que estuvo hay una iglesia, cuidada por los armenios.
En ella se ve un calabozo muy reducido, en donde pasó algunas horas nuestro Salvador.
Allí mismo había una columna en la cual estuvo atado, y es la que hoy se venera en Roma, en la iglesia de santa Práxedes.
En el altar que hay en el fondo del ábside de esa iglesia se ve la piedra que se puso a la puerta del sepulcro del Salvador.
Pretorio de Pilatos
El lugar en donde estaba hoy día también estuvo ocupado por los musulmanes, pero los fieles ya pueden visitarle y ganar indulgencia plenaria orando allí.
Escalera Santa
La Escalera Santa es la escalera que conducía al Pretorio de Pilato y que fue regada por la sangre de Jesucristo.
Se encuentra en la iglesia que lleva su mismo nombre ubicada en el complejo de edificios alrededor de la Basílica de San Juan de Letrán.
La escalera la escalera tiene 28 escalones y los peregrinos suelen subirla de rodillas.
Fue traída a Roma desde la residencia de Pilato y en su actual ubicación conducía a la capilla privada de los Papas, donde hay una serie de reliquias e imágenes de la Pasión de Jesucristo.
Hoy día se ve gran parte de él en la magnífica iglesia que el celoso misionero Alfonso María de Ratisbona levantó en Jerusalén para las monjas de Sión, tras su conversión desde el judaísmo por gracia de Nuestra Señora.
Puerta judiciaria
Aún se ven en Jerusalén restos de esa Puerta, por donde pasó el Salvador yendo al Calvario.
Santo Grial de Valencia
Relativas a la Última Cena
Mesa de la Cena
La mesa, en la cual Jesús celebró la última Cena e instituyó el adorable Sacramento del altar, se conserva y venera en la misma basílica de San Juan de la Cruz.
Plato de la Cena
Se conserva uno en la santa iglesia de Génova.
Toallas
Que sirvieron, tanto para lavar las manos al Salvador como para enjuagar los pies a sus Discípulos, se conservan en parte en la citada basílica de San Juan de la Cruz.
Asiento
El que, en forma de cama, sirvió a Jesús en la última Cena para sentarse, se conserva una gran parte en la capilla llamada Sancta Sanctorum, en Roma.
Santo Sudario de Oviedo
Referidas al Proceso de Jesús
Monedas que recibió Judas
Se conservan tres en la catedral de Génova, y una en la basílica de Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.
Cuerdas con que fue atado el Señor
Un pedazo importante se conserva en España, en la basílica del Escorial, y otro en Italia, en la catedral de Anagni.
Lienzo con que vendaron los ojos al Señor
Se venera una parte en la iglesia de San Francisco á Ripa, en Roma.
Columna de la Flagelación en Santa Práxedes
Columna de la flagelación
Cuando Pilato mandó a azotar a Jesús, fue atado en una columna y flagelado por dos verdugos con flagellum, que eran correas que tenían huesos de cordero atados en los extremos para cortar la carne de los flagelados.
Estos golpes fueron los que desfiguraron a Jesús, causando tal la impresión que el mismo Poncio pilato dijo “he aquí al hombre” (Ecce homo).
La peregrina Egeria del siglo III relató haber visto en Tierra Santa un bloque de piedra en medio de las ruinas del Palacio de Caifás, en el que se distinguían levemente las huellas de las manos y el rostro de Cristo.
Y en el siglo IV un peregrino anónimo dijo haber venerado la santa columna en el pórtico de la Iglesia de Sión o del Cenáculo
En esa misma ubicación aparentemente la veneró también Santa Paula.
En ese momento había una devoción por la cual los peregrinos rodeaban la columna con un cordón y luego se lo ataban al cuello y lo llevaban con una medalla.
También existieron los abusos, porque algunos arrancaban a martillo trocitos de la columna para colocarlos en sus relicarios.
Actualmente una parte de la columna de la flagelación se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Y otra parte se encuentra en la pequeña y bella iglesia de Santa Práxedes, a dos cuadras de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.
Y fragmentos importantes se encontrarían en la Basílica del Escorial en España y en la iglesia de San Marcos en Venecia.
La columna de la flagelación en la iglesia de Santa Práxedes en Roma es la más visitada y fue llevada por el legado pontificio Giovanni Colonna desde Jerusalén a Roma en el año 1236, según él recuperándola de las ruinas del pretorio.
La columna mide 70 cm de alto y es de mármol negro con vetas blancas.
En cambio el fragmento que existe en la iglesia del Santo Sepulcro es de tono más bien rojizo, mide 75 cm de alto y 30 cm de diámetro.
Hay una tradición romana que sucede en las horas posteriores a la misa vespertina de la Cena del Señor en el Jueves Santo, cuando los peregrinos se dirigen a la iglesia de Santa Práxedes a venerar la columna.
Azotes
Se veneran en la catedral de Anagni y en la Iglesia de Santa María in vía lata en Roma.
Columna de los improperios
Se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén.
Columna de la sentencia
Frente a la puerta judiciaria se ve hoy, guardada por los Padres Franciscanos, la gran columna donde, según la tradición, tuvieron a nuestro Salvador mientras hacían los preparativos para crucificarle.
Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó
Clavos de la crucifixión
La tradición enseña que fueron tres los que tuvieron suspendido al Salvador del mundo.
Uno entero se conserva en Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.
Otro en la capilla del Palacio Real de Madrid.
Y otro se ha distribuido a diversas iglesias de la cristiandad.
Además de esos clavos, se veneran otros que también eran de la cruz pues los brazos de la misma estaban clavados y el I.N.R.I. también.
En la Catedral de Monza (antigua capital de los lombardos), que la reina lombarda Teodelinda mandó construir en 595, se conserva la corona de hierro de Lombardía que según la tradición fue elaborada con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.
Otro supuesto clavo de la Cruz se venera en la Catedral de Milán.
Fue encontrado por Santa Elena, madre de Constantino, en Tierra Santa. Lo ocultó en el freno de un caballo. Después lo mandó colocar en una gran cruz de madera cubierta de cristal.
El Títulus I.N.R.I.
La principal parte se halla en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma.
En san Juan de Letrán y en San Marcos de la misma ciudad santa se ven pedazos notables.
Esponja con que se le pretendió de beber vinagre
La principal parte se venera en la Santa capilla de París, pero se conservan partes en la basílica del Escorial, en España, y en las de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y Santa María de Transtévere, en Roma.
Lienzos que cubrieron al Señor estando en la cruz
Se veneran en San Juan de Letrán y en San Marcos, de la misma ciudad eterna.
Sangre y agua
Es de fe que del costado se nuestro divino Salvador salió sangre y agua.
Entre las reliquias más insignes que se exponen a la pública veneración en la santa ciudad de Roma, se encuentra parte de la sangre, y agua que salió de su sagrado costado después de muerto; se conserva en la basílica de San Juan de Letrán.
En la de San Marcos se expone un velo que se embebió en la misma sangre y agua.
Mira estos videos con recorridos de lugares que tienen estas reliquias.
El cristianismo tiene un alto concepto de la entrega de la vida por Cristo.
Las reliquias de los primeros mártires y santos han sido veneradas a través de los siglos.
Y hay videntes y místicos que pueden diferenciar entre una reliquia auténtica de un santo de una falsa.
Pueden detectar quien es un sacerdote ordenado y reconocer los objetos que han sido bendecidos.
Y también pueden determinar los objetos maldecidos y las personas que vienen de la oscuridad.
Parecería que este don llamado “hierognosis” funciona a través de la luminosidad especial que ellos detectan en los objetos. .
Y por el aviso de ángeles.
En este artículo definiremos el don y hablaremos de cómo lo manejan los videntes más notorios.
Pero comencemos explicando que son las reliquias y que importancia le da el cristianismo.
La práctica de la veneración de las reliquias ha sido reconocida por la liturgia católica y por la religiosidad popular. .
Y hay una larga tradición de hechos milagrosos logrados mediante el contacto con las reliquias.
Lo que muchas veces dinamiza su exhibición itinerante por distintos países.
No se trata de fetichismo, o sea de que los católicos otorguemos un poder mágico a las reliquias.
Porque sabemos que las cosas no tienen poder por sí mismo, sino que por ahí se canaliza el poder de Dios cuando nosotros las vemos como parte del poder de Dios.
Tampoco se trata de idolatría, porque los católicos no adoran al santo al que pertenecieron esas reliquias.
Sino que son objetos que hacen recordar las virtudes que exhibió el santo por gracia de Dios, permiten agradecerle y son un pretexto físico para pedir su intercesión.
Y ejercen su intercesión porque no están muertos sino que viven en el Cielo, porque el nuestro es un Dios de vivos y no de muertos.
Huesos de San Juan
LA DEVOCIÓN POR LAS RELIQUIAS VIENE POR LOS PRIMEROS MÁRTIRES
Los primeros mártires romanos fueron condenados – entre otras acusaciones – porque tenían «odio a la raza humana» (según Tácito). . Y porque se negaron a creer en o reconocer al emperador como una deidad, por no hablar de los falsos dioses de los romanos paganos.
Sabemos que los primeros mártires de Roma fueron asesinados en masa, pero no hay cifras precisas que indiquen cuantos cristianos perdieron sus vidas durante este período de persecución.
Estos cristianos estaban en Roma una década después del final del ministerio terrenal de Jesús, cuando Pablo visitó Roma y convirtió con éxito muchas almas a Cristo.
Los primeros mártires de Roma se enfrentaron muertes espeluznantes: comidos por animales salvajes, siendo crucificados o quemados vivos como antorchas humanas para iluminar el cielo nocturno.
La mayoría de estas ejecuciones se desarrollaron en público con el fin de tratar de disuadir a los romanos de seguir el cristianismo.
Los primeros mártires de Roma son considerados como «discípulos de los apóstoles» debido a la forma en que muchos de ellos llegaron a Jesús.
Sin embargo, hoy se considera que muchos más cristianos fueron martirizados por su fe en Cristo durante los siglos XX y XXI.
De estos y otros mártires la grey católica ha conservado sus reliquias.
O sea que las reliquias son frágiles signos que nos conectan con Dios, quien se nos hace presente, nos habla y actúa a través de la vida de los santos, testigos y seguidores suyos.
La Iglesia, desde sus inicios, supo brindar especial cuidado a la veneración de los santos y mártires, tanto que sus mismas tumbas se convirtieron rápidamente en lugar de peregrinación.
Sus cuerpos habían tenido una presencia y experiencia especial de Jesucristo como todo lo que entraba en contacto con ellos, principalmente sus vestimentas.
La veneración a los santos y a sus despojos nos acercan a Jesús, del cual ellos estaban repletos.
Las reliquias son solo signos pobres y frágiles de lo que fueron sus cuerpos y pertenencias, y a través de estos signos tenues y pequeños Dios quiere manifestar su Presencia, su Poder y su Gloria.
Como narran los Hechos de los Apóstoles de los pañuelos y vestidos “que habían tocado el cuerpo de Pablo” curaban a los enfermos (Hch. 19, 12).
Jesús ahora manifiesta su amor a través de los signos de quien los poseyera y llevara manifestándole amor a Él.
Esas reliquias manifiestan también nuestra fe en la Resurrección y signos sensibles de la futura transfiguración corporal.
Por las reliquias nos remontamos a aquel o aquella de quien fueron, y a través de él o ella a Aquel a Quien siguieron y amaron, o sea el Señor Jesús.
Es una de las maneras en que los santos y santas de Dios siguen evangelizando y estando sensiblemente entre nosotros.
Relicario con las Reliquias de Santa Hildegarda de Bingen
Y al culto de las reliquias de los santos, como el de sus imágenes se le llama relativo porque no se venera materialmente la imagen, el trozo de hueso o la prenda, sino a aquél a quien pertenece.
Repasemos. Las reliquias pueden ser de tres categorías:
– reliquias de primer grado: tomadas del cuerpo del bienaventurado. .
– reliquias de segundo grado: objetos relacionados con los instrumentos de su martirio o que pertenecieron y fueron usados por el bienaventurado en vida, y .
– reliquias de tercer grado: cualquier objeto que haya tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba del bienaventurado.
Las reliquias de primer grado, a su vez, se dividen en tres clases:
– reliquias insignes:
el cuerpo entero o una parte completa de él (el cráneo, una mano, una pierna, un brazo), como también algún órgano incorrupto (como la lengua de San Antonio de Padua, el cerebro de Santa Margarita María de Alacoque, etc.) . – reliquias notables:
partes importantes del cuerpo pero sin constituir un miembro entero (la cabeza del fémur, una vértebra, etc.), y . – reliquias mínimas:
huesecillos o astillas de hueso.
Relicario con la Sangre de San Genaro
CÓMO SE TRATAN LAS RELIQUIAS
La Iglesia manda colocar las reliquias de primer grado, para su veneración, en tecas, que tienen la consideración de vasos sagrados y reciben el nombre de “relicarios”.
Pero el uso más importante de las reliquias, especialmente si son de mártires, es el de ser puestas en el ara o sepulchrum de los altares de las iglesias.
El obispo consagra separadamente el ara (un pequeño receptáculo de forma cuadrangular practicado en la losa del altar en la parte sobre la que se coloca la oblata durante la misa) para depositar en ella las reliquias de mártires.
Y que después se sella con una pequeña lápida, sobre la que se practican las unciones.
Los relicarios deben colocarse sobre el altar, entre los cirios, en las celebraciones solemnes y se los inciensa durante la misa.
Cuando es la festividad del santo cuyas reliquias se veneran en una determinada iglesia, se suele presentar el relicario a la veneración de los fieles para que éstos lo besen con reverencia.
Cráneo de un martir
EL CULTO DE LAS RELIQUIAS EN LAS IGLESIAS
Ya los primeros cristianos recogían solícitos los cuerpos de los mártires y celebraban sobre sus sepulcros los sagrados misterios, para indicar así que su sacrificio se mezclaba con el sacrificio de Cristo.
Más tarde se levantaron en su honor templos magníficos, a los cuales acudían las multitudes de peregrinos para implorar mercedes y pedir perdón de sus pecados.
Hoy mismo no se puede consagrar ningún altar sin que se deposite en el ara la reliquia de algún santo.
Tal es el espíritu del cual ha nacido la festividad de las Sagradas Reliquias.
El altar fijo, de piedra, está asociado a las reliquias de los mártires.
Craneo de San Martin de Porres
LOS MÁRTIRES FUERON ASOCIADOS AL ALTAR
La costumbre de asociar al altar la memoria de los mártires, que encontró unánime simpatía en el mundo cristiano, juntamente con la erección de múltiples iglesias, condujo a la búsqueda febril de reliquias para la dedicación de los nuevos altares.
Cuando, como sucedía más frecuentemente, la iglesia no se construía junto al sepulcro de un mártir.
A este respecto conviene observar que la disciplina de la Iglesia de Roma era distinta de la de Oriente.
Roma hasta el siglo VII, a pesar de las insistentes y autorizadas peticiones, no consintió jamás en trasladar los cuerpos de los mártires de sus sepulcros, ni tampoco en separar de ellos una parte; la tumba de los mártires era inviolable.
Sin embargo, en lugar de enviar verdaderas reliquias, lo que hacía era mandar como regalo reliquias equivalentes.
Esto es, pañuelitos (brandea, falliola) que habían tocado el sepulcro del mártir, o trocitos de tela empapados en su sangre, o lamparillas de aceite encendidas ante su tumba.
Por el contrario, en Oriente y en Italia septentrional, que seguía la disciplina oriental, el traslado de los cuerpos de los mártires y su fraccionamiento se hicieron pronto comunes.
Son conocidísimos los traslados hechos por San Ambrosio de los santos mártires Gervasio y Protasio a la basílica por él construida, de los Santos Vital y Agrícola desde Bolonia al altar de la basílica de Florencia, de los Santos Nazario y Celso a la basílica de los Apóstoles.
Originariamente, la lista de las reliquias, algunas veces numerosas, que se colocaban en el altar, venía escrita sobre el altar mismo. .
Más tarde, esa misma lista, escrita en pergamino (pittacium), se encerró en la capsella que las contenía, como todavía es uso recomendado por el Pontifical.
Relicario de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa
Se conservan varias capsella metálicas antiquísimas, como la de San Nazario, plateada, en Milán, del 38.
Se colocaban en un hueco a propósito, hecho en la base del altar o bien excavado en el espesor de la mesa, según la costumbre generalizada después.
Las reliquias no eran solamente de mártires, sino también de confesores, de vírgenes o relacionadas con la Virgen o con Nuestro Señor.
Conviene, sin embargo, observar que, por más que la costumbre de colocar reliquias en los altares se extendiera muchísimo, no siempre podía llevarse a la práctica por falta de reliquias.
Por eso se buscaban substitutivos.
Véase por qué en el siglo IX surge una curiosa usanza, subrayada por vez primera en un canon del concilio de Celchyth (816), en Inglaterra, el cual sugiere colocar como reliquia sobreeminente la santísima eucaristía.
En esta época, sin embargo, vemos ya que la santísima eucaristía (tres hostias) se colocaba igualmente aun cuando no faltasen las reliquias.
Los tres granos de incienso que hoy se usan en el rito de la dedicación consta que estaban ya en uso en aquel tiempo y que guardaban relación con las tres hostias consagradas sepultadas en el altar.
Relicario de los Reyes Magos
LOS RELICARIOS
Nos referimos aquí a los vasos o receptáculos de diversos tipos en los que la Iglesia a través de los siglos ha guardado determinados objetos de culto.
Entre éstos figuran, en primer lugar, las reliquias de los mártires y de los santos.
La memoria de éstos no se limitaba únicamente a la lectura de sus gestas, ni sólo a la inscripción de sus nombres en los dípticos.
Sino que principalmente iba unida a la veneración de sus reliquias, ya estuviesen éstas encerradas dentro de una capsa, si se trataba del cuerpo entero.
O en una capsella o cofrecito, si era solamente una parte de los huesos o cenizas, ya fuesen, en fin, reliquias de mero contacto (brandea, palliola).
A partir del siglo IV son frecuentes las alusiones a cajas de metal, madera y marfil que conteniendo reliquias se colocan en los altares en el acto de su dedicación. . O se entierran junto a las sepulturas de los difuntos para su sufragio. . O bien se llevan al cuello (encolpia) o se tienen en casa como objeto de devoción.
Relicario con el Anillo del Desposorio de la Virgen María con San José conservado en Perugia
El ejemplar más antiguo y precioso que ha llegado hasta nosotros es la Lipsanoteca, de Brescia (primera mitad del s.IV), el más bello de los marfiles cristianos.
En un principio tenía la forma de cofrecito; más tarde fue descompuesta, y cada una de las tapas puestas en comisa en forma de cruz su primitiva forma de cofrecito, no ha mucho que fue transformado en cuadro.
Algo posterior en el tiempo es la capsella argentea de la basílica de San Nazario, en Milán, donde en 382 San Ambrosio depuso algunas reliquias que consiguió en Roma.
Otras vetustas arquillas con representaciones o emblemas cristianos son la de Brivio, en Brianza (s.V); la de Rímini (s.V), la de Grado (s.V), que lleva grabados los nombres de los santos cuyas son las reliquias; la de Monza (s. VIII), de factura tosca, pero toda ella incrustada de piedras preciosas.
Son además interesantes, aunque de distinto carácter, las numerosas ampollas de plata (s.V-VI) que se conservan también en Monza.
Fueron llevadas de Roma para la reina Teodolinda con aceite de los santos mártires; provenían del Oriente y reproducen escenas de la pasión según el tipo de las medallas allí usadas.
Lo impresionante de todo esto es que hay místicos que pueden diferenciar las verdaderas de las falsas reliquias.
Orando ante la reliquia de una Astilla de la vera Cruz
QUE ES LA HIEROGNOSIS
La hierognosis es la capacidad de reconocer objetos, personas, lugares, que son santos y bendecidos, distinguiéndolos de aquellos que no lo son.
Etimológicamente significa conocimiento de lo sagrado.
Este don lo han tenido algunos santos, especialmente los extáticos, que entran en éxtasis.
Podían distinguir la hostia consagrada o no, rosarios y escapularios bendecidos, las reliquias verdaderas de las falsas.
Y por el contrario podían reconocer los artículos y personas maldecidos también.
Teresa Neumann y Ana Catalina Emmerich han dicho que la distinción entre un objeto bendecido y un objeto profano es la luminosidad que emiten.
Este don se relaciona con el de “cardiognosis”, que es la capacidad sobrenatural de leer los corazones y discernir si la persona está en estado de gracia o no.
La hierognosis la vemos funcionar a la inversa en las personas poseídas, ya que tienen repulsión hacia los objetos sagrados y bendecidos.
El don de la hierognosis podría explicarse por la connaturalidad con lo divino y con una gracia otorgada.
Pero como no todos los santos tienen este don, entonces el registro de las ‘vibraciones’ de lo divino en las cosas probablemente sea una gracia especial otorgada a algunos santos.
Han habido famosos Santos que han tenido esta facultad tanto en éxtasis como fuera de él, tales como la beata Catalina Emmerick, Santa Catalina de Siena, Santa Francisca Romana, Santa Liduvina, Teresa Neumann, Luisa Lateau, el padre Paul de Moll, entre otros.
Ahora daremos algunas referencias de este don en algunos de ellos.
BEATA ANA CATALINA EMMERICH
Catalina Emmerich, que murió en 1824, tenía una habilidad especial para el discernimiento de las cosas sagradas.
Era capaz de percibir a un sacerdote ordenado aunque llevara ropas de laico e identificada correctamente las reliquias auténticas.
También detectaba la bendición impartida con agua bendita de la impartida con agua común.
E incluso utilizaba el olfato para reconocer las reliquias de los santos.
Ella decía que veía al objeto bendito dotado de un poder de sanación y ayuda, porque se le aparecía con una luminosidad radiante.
Mientras que los objetos relacionados con el mal, los crímenes y la maldición aparecían ante ella como irradiando oscuridad y destrucción.
Ella incluso argumentó que una vez un ángel le informó que había recibido el don de ver la luz que sale de las reliquias de los santos.
Y eso le causaba consuelo, fortaleza y alegría y se sentía atraída hacia ella.
Incluso una vez explicó que veía en la luz de las reliquias imágenes pequeñas como las caras de los santos a las que les pertenecía.
Pero por el contrario se sentía repelida y horrorizada cuando le acercaban alguna cosa impura pecaminosa o maldecida, o cuando llegaba a algún lugar dónde se había cometido algún delito y las culpas no habían sido expiadas.
Cuando estaba en éxtasis y un sacerdote le ponía las manos en la cabeza ella levantaba inmediatamente la cabeza y seguía sus manos, pero no reaccionaba de esa manera cuando lo hacía otra persona.
Llegó a revelar una cosa muy importante, que los dedos consagrados de los sacerdotes serán conocidos en el purgatorio y en el infierno porque arderán con un fuego especial.
Cuando un sacerdote pasaba con la eucaristía por un camino a distancia de su casa ella corría hacia el camino y se arrodillaba ahí, en la estela del santísimo sacramento.
En cambio tenía aversión por los lugares de sepulturas paganas.
Un día estaba suspirando porque le dieron un vaso de agua que no tenía agua bendita, a pesar que había dos sacerdotes cerca que podrían haberla bendecido.
Inmediatamente fueron a ver si efectivamente había dos sacerdotes y evidentemente los había en una habitación cercana.
Los sacerdotes fueron, bendijeron el agua, ella la tomó y se sintió francamente fortalecida.
Ella sabía cuándo le llevaban una imagen sagrada si estaba bendita o no y recomendaba la gente no tener en la casa cosas que no fueran benditas.
Una vez Clemente Brentano, su biógrafo, le llevó un número de reliquias, las miro y separó una de ellas diciendo que no era auténtica.
Otra vez el Dr. Wesener relató qué le enseñó un relicario procedente de su suegra que acaba de morir, que aparentemente contenía dos astillas de la Santa Cruz, sin haberle informado nada.
Ella tomó el relicario lo puso en su pecho y dijo que contenían parte de la Santa Cruz.
En otro caso parecido, sin abrir el relicario, dijo de cuales Santos eran las reliquias que contenía el relicario, aunque no estaba escrito y además había dudas sobre alguna de ellas.
Una vez le llevaron unos huesos que habían desenterrado de una antigua tumba.
Antes que le dijeran nada, ella dijo que los entierren porque pertenecían a un hombre indigno del que no quería hablar de su malicia.
Según Catalina la descripción de a quiénes pertenecían las reliquias venían de su ángel.
LUISA LATEAU
El caso de Luisa Lateau, que falleció en 1883, es quizás el mejor estudiado por eminencias médicas de Bélgica y Francia, especialmente por médicos de Lovaina.
Cuando se le presentaba una reliquia de alguien, incluso que no era beatificado formalmente pero ella pensaba que era un santo, por ejemplo la venerable María de Agreda, ella la tomaba y la besaba.
Igual se comportaba con los objetos benditos que tenían una forma que podía ser profana, como por ejemplo los anillos.
Y se comportaba de una forma insensible con objetos que no estaban bendecidos, aunque fueran imágenes sagradas.
Cuando un sacerdote le presentaba un crucifijo sin bendecir ella se volvía de espaldas y hacía la señal de la cruz en el objeto.
Mientras cuando le presentaban un objeto bendecido ella mostraba una gran sonrisa.
Una vez sucedió qué iba hacia el lugar de Luisa un cura con la cajita vacía de la santa comunión (teca) porque venía de dar la extremaunción.
Y ella al sentir de lejos al sacerdote se puso de rodillas.
Cuando el sacerdote le enseñó la teca donde había llevado la hostia consagrada ella mostró su sonrisa como que había un objeto consagrado ahí, a pesar que el sacerdote decía que la teca había sido purificada y no había ninguna partícula bendecida ahora.
Sin embargo, cuando el sacerdote lleva la cajita a la iglesia el obispo se pone la estola para abrirla y encuentra una partícula de milímetros en la teca, que el cura no había visto.
Entonces purificaron totalmente la teca le pusieron una hostia no consagrada y se la llevaron a Luisa Lateau de nuevo.
Y al verla no le causó ninguna impresión.
Estos experimentos Fueron presenciados por profesores de Medicina de la Universidad de Lovaina.
TERESA NEUMANN
La mística Teresa Neumann, que falleció en el año 1962, tenía el don de reconocer objetos bendecidos consagrados y reliquias, especialmente cuando estaba en estado de éxtasis.
Incluso tenía la capacidad de reconocer a los sacerdotes ordenados por sus manos consagradas.
Sacerdotes y capellanes militares que venían de la Segunda Guerra Mundial a veces vestían como laicos ordinarios, sin embargo ella lo saludaba diciendo “hola Padre” y ellos quedaban sorprendidos ante el reconocimiento.
Y sería capaz de reconocer donde estaba el Santísimo Sacramento a varios kilómetros de distancia, identificando el camino a las iglesias.
Viajando con el padre Naber, su director espiritual, por parajes desconocidos, ella le indicaba al sacerdote dónde podía encontrar la Eucaristía.
Y cuando se acercaba un sacerdote que llevaba el santísimo sacramento para una persona enferma, el dolor de sus estigmas cedía por un tiempo.
También podía reconocer cuando una persona había recibido recientemente la sagrada comunión.
En una ocasión estando en éxtasis le pidió un sacerdote que le mostrará su Rosario y cuándo se lo entregó lo beso devotamente, y le contó que el rosario había sido usado por el beato Kreszentia de Kaufbeuren de Baviera, y el sacerdote asintió porque conocía la historia.
En otra ocasión un caballero trajo una reliquia de Italia y cuando Teresa la tocó reconoció que era de un santo que conocía muy bien al Papa.
Sin embargo los presentes no sabían que el santo Contardo Ferrini tenía conexión con el santo padre y Teresa les contó un incidente de su vida que ellos no conocían.
También sería capaz de discernir las reliquias que eran auténticas o no, sin importarle los documentos de autenticidad que tenían.
Y determinar si la reliquia era de primera clase, o sea una parte del cuerpo del santo, o una reliquia que había tocado el cuerpo del santo, como por ejemplo una ropa.
En una ocasión un monje benedictino le puso cerca de uno de los estigmas a Teresa una supuesta reliquia de la vera cruz que había heredado de su abuela, y qué le habían dicho que había pertenecido a monjas que habían huido de Renania.
Inmediatamente Teresa la reconoció como genuina y dijo que era de la parte de abajo de la cruz, en los pies del Redentor.
También le dijo al mismo monje, que una reliquia que él le mostró, era de un santo papá y mártir llamado Linus, primer sucesor de San Pedro, lo que este sacerdote no conocía.
Una vez un médico llamado Dr. Gerlich le mostró una reliquia escondida dentro de un sachet, y Teresa sin abrir los ojos dijo que parte era de la vera cruz.
Pero había otros casos en que ella decía con la cabeza que eso no era una reliquia auténtica o qué no era una reliquia de primera clase, pero había tocado a una de ellas.
Como por ejemplo es el caso de un sacerdote que llevaba colgado un crucifijo que él pensaba que era genuino, pero ella le dijo que no era verdadero pero aun así, había tocado una verdadera reliquia de San Francisco.
Entre las reliquias que ella reconoció están las de San Odilo, Dunn Escoto, Santa Cecilia, San Esteban, San Lorenzo, Santa Isabel.
Por ejemplo cuando identificó la reliquia de San Nicolás von der Fliie contó su historia y la devoción que tenía por el Salvador, que los que estaban ahí no la conocían.
En otra ocasión ella reconoció la reliquia de un nativo de su propio pueblo el padre Liberatus Wisse, qué fue lapidado en 1716, informando que fue un santo que entró en el cielo sin pasar por el purgatorio y pidió a los presentes orar por su beatificación.
Lo único que podía sacar a Teresa del éxtasis de la pasión que se producía el jueves por la noche y el viernes, era la bendición de un sacerdote católico o un Obispo.
Aunque ella estuviera con los ojos cerrados, igual podía percibir la bendición y decía “Gracias a Dios, Padre”.
PADRE PAUL DE MOLL
Era un sacerdote benedictino que murió en el año 1896 y que tenía extraordinarios dones místicos
Los que evidenció luego de haber sido curado milagrosamente de una enfermedad grave, cuando fue ordenado sacerdote.
Muchos de sus milagros fueron realizados a través de la medalla de San Benito.
Una vez una mujer de Holanda le llevó al padre Paul un paquete cerrado que contenía 432 medallas y le pidió que las bendijera.
El padre las bendijo salvo a una porque dijo que era una medalla de la Preciosa Sangre y dijo “por ella diré sólo una pequeña oración”.
Cuando la señora abrió el paquete en su casa encontró efectivamente esa medalla de la Preciosa Sangre.
Un día una mujer de Flandes visitó al padre Paul con su hija quien llevaba un rosario azul.
El padre se lo pidió porque dijo que no está bendito, lo bendijo y se lo devolvió.
También se cuenta un caso de una mujer en Bélgica había perdido varios niños en su infancia.
Su último hijo nacido era de 5 semanas y se volvió muy hosco llevándoselo al padre Paul al monasterio. Y por primera vez el niño se rió ante el padre Paul.
El sacerdote le dijo que no se preocupara, que su hijo sería curado, pero que tenía en su casa ropa de bebé que había llegado de una mujer extraña y que debería quemarla tan pronto como fuera posible.
Cuando hiciera eso el niño estaría bien y además debía ser una novena en honor a San Benito.
Cuando volvió a su casa recordó que tenía algunas ropas que su hermana le había dado, que las había recibido a su vez de una mujer de carácter dudoso.
Quemó las ropas e hizo una novena de acuerdo a lo que le había sugerido.
Pero al final de la novena el niño comenzó a llorar de vuelta y la madre hizo una segunda visita al monasterio.
El padre Paul le dijo “tú no quemaste todo lo que habían tu casa y provenía de esa mujer”.
En cuanto llegó a su casa buscó por todos lados y encontró debajo de un mueble un viejo par de zapatos de bebé, los arrojó al fuego y a partir de ahí la salud de su hijo fue restaurada permanentemente.
Hay otra historia parecida de un hombre comerciante de Amberes, que tenía tres hijos pequeños dos niños y una niña.
Entre los proveedores de su tienda tenía una mujer campesina que de vez en cuando le llevaba productos de su granja, como huevos, frutas, verduras, leche.
Un día esta mujer le dio a comer a los hijos mayores algunas manzanas.
Pocos días después el niño mayor cayó enfermo y el médico no sabía a qué se debía.
Y declaró que no tenía esperanzas en su recuperación, lo mismo que 4 médicos más que consultaron.
Incluso los padres notaron algunos hechos extraños, por ejemplo que cuando se le acercaba al niño una estatuilla bendita de San José reaccionaba con extremo terror.
El muchacho murió y luego la misma enfermedad pasó a su otro hermano.
Mientras tanto la mujer seguía llevando provisiones a la tienda y un día se le escapó “¿el pequeño aún no ha muerto?”.
Los padres fueron a ver al padre Paul al monasterio y éste les dijo que nunca es bueno permitir a los extraños que les den a sus hijos manzanas o dulces o cosas similares.
Y refiriéndose al hijo más joven le dijo “tu niño pronto será un hermoso Ángel en el cielo”.
El niño murió y el padre Paul fue a consolar a los padres, y les dio una medalla de San Benito para que la colgaran en la tienda.
Diciendo que mientras el padre Paul viviera la mujer no pondría de nuevo su pie en la tienda.
Y también les dijo que tendrían otro hijo más inesperadamente.
La mujer no se apareció más por la tienda hasta la tarde en que el padre Paul murió, pero ahí fue expulsada por el propietario.
Y luego se confirmó que tuvieron otro hijo como el padre Paul predijo, como recompensa por la pérdida anterior de sus hijos.
GARABANDAL
También en las apariciones de Garabandal (1961 a 1965) se han dado casos de reconocimiento de objetos religiosos.
En primer lugar las videntes reconocían a las personas consagradas a Dios – monjas y sacerdotes – aunque no estuvieran vestidas como tales.
Conchita señala en su diario que una vez estuvo un dominicano de incógnito y que ella habló con él durante su éxtasis oyéndosele decir “dominicou”.
Y más tarde la Virgen le dijo que le comunicara al domínico que usará su “hermoso hábito”.
También las niñas videntes podían reconocer si un objeto había sido besado o no por la Virgen mientras estaban en éxtasis. .
Porque ellas entregaban a la Virgen rosarios de la gente para que los besara.
Por ejemplo una persona le dio un rosario para que la virgen lo besara en la próxima aparición pero Conchita le dijo “pero ya lo ha hecho”.
Y efectivamente la persona reconoció que eso había sido una prueba ante las niñas.
Las niñas le daban a besar a la virgen una enorme cantidad de rosarios en cada aparición y jamás se equivocaban al devolverle al propietario su Rosario.
En algún momento durante el verano de 1205 Francisco Bernardone comenzó a experimentar la conversión.
El joven comerciante y playboy de Asís siempre había tenido un corazón generoso para los demás y para Dios.
Pero ahora le empezaron a rechinar la obsesión de su padre con el dinero y las preocupaciones de su madre por su salud.
Y sus propios deseos para comidas suntuosas y ropa de lujo.
Él anhelaba más que el dinero y la salud, quería el reconocimiento, y un buen momento.
La vida era demasiado corta y demasiado amarga para la adquisición de estos bienes transitorios para ser su objetivo final.
Él sabía que tenía que haber más en la vida que lo que había estado buscando. . Si le daba a Dios el suficiente espacio emocional, Francisco sintió que iba a encontrar lo que fuera que buscaba.
Por lo tanto recuperándose de una enfermedad, Francisco comenzó a pasar muchas horas paseando por el bosque.
Y visitando las capillas alrededor de Asís, pensando, orando.
Una de los lugares frecuentados Francisco fue la iglesia de San Damiano, derruida, desierta, en una colina empinada fuera de los muros de la ciudad.
En este lugar decrépito colgaba un icono grande, casi de tamaño natural pintado del Crucificado.
Este día de verano en 1205, Francisco caminaba en las inmediaciones de San Damiano, cuando sintió un tirón interior del Espíritu para ir dentro a orar.
Obedeciendo a la voz interior, Francisco descendió la escalera desgastada y ennegrecida por el humo, y cayó de rodillas ante el icono familiar.
Con su espíritu alerta a lo que el Señor tal vez deseaba transmitir.
DETALLES DE LA HISTORIA
La experiencia que marcó a Francisco para toda su vida fue en otoño de 1205.
El Señor le prometió a Francisco que pronto daría respuesta a sus preguntas.
A los pocos días, paseando por los alrededores de Asís, pasó junto a la antigua iglesia de San Damiano.
Y conmovido por su estado de inminente ruina, entró a rezar ante el ícono como dijimos.
Estando allí le invadió, más que otras veces, un gran consuelo espiritual.
Con los ojos arrasados en lágrimas, pudo oír como el Señor le hablaba desde la cruz y le decía:
“Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”. . Tembloroso y sorprendido, él contestó: . “De muy buena gana lo haré, Señor”.
Luego se ensimismó y quedó como arrebatado, en medio de la iglesia vacía.
Fue tal el gozo y tanta la claridad que recibió con aquellas palabras, que le pareció que era el mismo Cristo crucificado quien le había hablado.
Todos los biógrafos coinciden en calificar de éxtasis o visión la experiencia de San Damiano.
Santa Clara escribe que fue una “visita del Señor”, que lo llenó de consuelo y le dio el impulso decisivo para abandonar definitivamente el mundo.
Tomás de Celano y los Tres Compañeros sitúan esta experiencia en San Damián.
Según ellos, cuando el Señor le habló desde el crucifijo, Francisco experimentó un cambio interior que ni él mismo acertaba a describir.
El corazón se le quedó tan llagado y derretido de amor por el recuerdo de la pasión, que desde entonces llevó grabadas en su interior las llagas de Cristo, mucho antes de que se le manifestaran en la carne.
Por eso, añade San Buenaventura,
“ponía sumo cuidado en mortificar la carne, para que la cruz de Cristo que llevaba impresa dentro de su corazón rodease también su cuerpo por fuera.
Todo eso lo practicaba ya cuando aún no se había apartado del mundo, ni en el vestir ni en la manera de vivir”.
Se refiere a un cilicio, a un tejido hecho de gruesos nudos, que empezó a llevar ceñido a la cintura, debajo de la ropa.
Desde entonces será tal su austeridad, y tantas las mortificaciones a lo largo de su vida, que, sano o enfermo, apenas condescendió en darse gusto.
Hasta el extremo de reconocer, poco antes de morir, que había tratado con poco miramiento al “hermano cuerpo”.
DESCRIPCIÓN DEL CRUCIFIJO DE SAN DAMIANO
El crucifijo que habló a Francisco es hoy uno de los más conocidos y reproducidos del mundo.
Se trata de un icono románico-bizantino del s. XII, de autor desconocido y clara influencia sirio-oriental.
Es de madera de nogal recubierta con una vasta tela, sobre la que pintaron con colores vivos las figuras de Cristo y otros personajes de la Pasión.
Sin el pedestal, mide 2’10 metros de alto por 1’30 de ancho.
En 1257, cuando las clarisas abandonaron San Damiano, se lo llevaron consigo al nuevo monasterio de Santa Clara construido para ellas en Asís, donde lo conservaron durante siglos en la sacristía.
En 1958, 20 años después de ser restaurado por Rosario Aliano, fue expuesto al público en la capilla de San Jorge.
Después del terremoto de septiembre de 1997 el icono ha sido sometido a una nueva restauración.
CLAVES PARA COMPRENDER EL SIGNIFICADO DE ESTE ICONO
El elemento más llamativo del Crucifijo de San Damián es la figura de Cristo.
No es el cuerpo de un cadáver, sino de Dios mismo, incorruptible hasta la eternidad y la fuente de la vida, que irradia la esperanza de la resurrección.
El Salvador nos mira directamente a nosotros con una mirada compasiva, real, triunfante, y fuerte.
Él no cuelga en la cruz, sino que más bien parece estar apoyándolo, de pie en su plena estatura.
Sus manos no están clavadas en la madera, sino que se extienden serenamente en una actitud de súplica y bendición.
Yanto, que nuestro iconógrafo ha destacado una expresión tranquila y apacible de Jesús.
Este crucifijo no expresa el horror bruto de la muerte por crucifixión, sino más bien la nobleza y la bondad de la vida eterna.
El Cristo de San Damiano está vivo y sin corona de espinas. . Pues es el Cristo resucitado y glorioso que ha vencido a la muerte.
El paño de lino orlado de oro recuerda las vestiduras de los sacerdotes del Antiguo Testamento (Ex 28, 42).
Su postura expresa un gesto de acogida y parece abrazar a todo el universo.
Sus ojos no miran al espectador, sino que se dirigen al Padre, invitándonos también a nosotros a hacer lo mismo mediante la conversión.
Los 33 personajes que lo rodean representan la comunión de los santos de todos los tiempos.
Jesús, con los pies sobre fondo negro, parece que asciende del abismo.
La sangre de Cristo chorrea sobre los personajes que lo rodean, para indicar que han sido lavados y salvados por su Pasión.
La sangre de los pies cae sobre seis personajes apenas reconocibles, que podrían ser: San Juan Bautista, San Miguel, San Pablo y San Pedro, San Damiano y San Rufino, patrón de Asís.
En cada extremo de los brazos transversales de la cruz hay tres ángeles que muestran a Cristo: son los mensajeros de la Buena Noticia.
Los personajes bajo los brazos de Jesús están todos en la luz, son hijos de la luz.
Tienen todos la misma estatura, pues son “hombres perfectos”, que han alcanzado “plenamente la talla de Cristo” (Ef 4, 13).
Si se mira bien, sus rostros son como el de Cristo, pues en ellos ha sido restaurada la “imagen y semejanza de Dios” original.
Juan y María están en el puesto de honor, a la derecha de Cristo.
El discípulo muestra y recoge la sangre del costado de Cristo.
María manifiesta dolor, pero también serenidad y admiración por la resurrección y por el nuevo hijo que su Hijo le acaba de encomendar.
El manto blanco de la Virgen simboliza pureza, y las piedras preciosas que lo adornan son los dones del Espíritu Santo.
El vestido rojo oscuro representa el amor.
La túnica morada bajo el vestido recuerda que María es la nueva Arca de la Alianza (la del Antiguo Testamento estaba cubierta con un paño de ese color).
A la izquierda de Jesús están María Magdalena y María de Santiago, que parecen preguntarse: ¿Quién nos abrirá el sepulcro?
Junto a ellas, el Centurión confiesa la humanidad y divinidad de Cristo: “Verdaderamente, este hombre era el Hijo de Dios”.
Detrás del Centurión asoma el rostro de quien encargó el crucifijo y otras tres personas que evocan al Pueblo de Dios.
Bajo los personajes mayores, hay dos pequeños, uno a cada lado, que representan a los romanos y judíos que crucificaron a Jesús: el romano es un soldado con la lanza y la esponja.
A la izquierda de las piernas de Cristo se ve el gallo de Pedro, que recuerda nuestra debilidad e invita a la vigilancia.
Pero también simboliza al sol naciente, Cristo, cuya luz se difunde por toda la tierra.
Sobre la tablilla con la inscripción “Rex iudeorum”, en un círculo rojo.
Vemos a Cristo que sube al cielo, vestido de blanco, con estola dorada y una cruz luminosa en la mano, señal de victoria.
El círculo expresa perfección y representa la plenitud de la gloria, donde lo reciben diez ángeles festivos.
La mano del Padre, en lo más alto del crucifijo, se encuentra en un semicírculo.
La otra mitad no se puede ver, pues Dios Padre no tiene rostro, es un misterio.
ORACIÓN ANTE EL CRUCIFIJO
Alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi
corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sensatez y conocimiento,
Señor,
para hacer tu santo y veraz
mandamiento.
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Se encuentra en Alemania, en la catedral Santa María de la Ascensión de Hildesheim.
Los expertos coinciden que es el rosal más antiguo del mundo.
El inicio de la catedral fue a partir de un hecho sobrenatural relacionado con la aparición de este rosal.
Fue donde el emperador Ludovico Pío (Luis I el Piadoso) colgó un relicario. .
Allí apareció un rosal atribuido a la intercesión de la Virgen María. .
E hizo construir una iglesia que luego se convirtió en la catedral de Santa María de la Ascensión de Hildesheim.
Este rosal silvestre se certifica sin interrupción sobre el muro después de al menos cuatro siglos.
Pero la tradición local lo remonta al año 815, y simboliza la prosperidad de la ciudad de Hildesheim.
El otro hecho sobrenatural es que este arbusto sobrevivió al bombardeo de la catedral en 1945.
Ya que si bien el rosal pareció que fue totalmente destruido, las raíces se mantuvieron con vida bajo los escombros.
Lo que fue una confirmación de la leyenda, que Hildesheim seguirá siendo próspera, siempre y cuando el rosal siga floreciendo.
Por eso, el lugar de la catedral es célebre por esta curiosidad que puede verse en el exterior del edificio: el “rosal milenario”.
Este escaramujo crece adosado al muro exterior del ábside (que contiene una capilla gótica de 1321, llamada “capilla de santa Ana”), dentro del patio interior del claustro.
Pies y raices del Rosal de Hildesheim catalogados
LA APARICIÓN DEL ROSAL
La ciudad alemana de Hildesheim está situada en el estado de Baja Sajonia.
Alberga, como vimos, una de las más interesantes leyendas en torno a las rosas.
El hijo y sucesor de Carlomagno, Luis I el Piadoso, también conocido como Ludovico Pío, instaló en el año 815 la corte en Elze.
Una versión que se cuenta es que el emperador tenía una cacería en el bosque que rodeaba entonces estos lugares, su tienda de campaña estaba sobre la ladera de una colina.
Su capellán colgó en un rosal salvaje un cápsula de plata que contenía las reliquias de la Santa Virgen y ahí mismo erigió un altar y celebró la Santa Misa.
Sin embargo, al irse, se olvidó del relicario. .
Al darse cuenta, volvió donde estaba y se encontró para su sorpresa la cápsula rodeada de una corona de rosas recién abiertas.
Tras la noticia de este milagro, el emperador decidió erigir donde el rosal una catedral en honor de María. .
Y hacer de ella la sede de un nuevo obispado.
El relicario todavía permanece en el tesoro de la cúpula.
La otra versión es del Abad Orsini quien escribió:
“Nuestra Señora de Hildesheim, en el ducado de Brunswick, en Alemania.
Es una imagen se venera allí, que Luis el Piadoso siempre llevaba sobre él.
Un día, cuando él la había olvidado en un bosque, cuando la fue a buscar, se hizo tan pesada que fue imposible sacarla, lo que hizo que la determinación rey para construir una iglesia allí”.
EL ROSAL
La Rosa de Hildesheim, también conocida como la Rosa de los Mil Años, se cree que es la más antigua del planeta.
Y parece que seguirá siéndolo en el futuro previsible ya que ni siquiera las bombas pueden detenerlo.
Se cree que el rosal, ahora espeso, se ha plantado a principios de los años 800, cuando la propia iglesia fue fundada.
El rosal es un ejemplar de Rosa canina.
Milagrosamente la planta se deslizó lentamente por el lado del ábside durante cientos de años. .
Y todavía sigue brotando y floreciendo cada año, produciendo flores de color rosa pálido una vez al año (por lo general en torno a mayo).
Mientras que el rosal parece que ser lo suficientemente grande como para haber estado creciendo durante mil años, la planta ha sido casi destruida varias veces a lo largo de su historia.
Lo más notable fue que la zarza fue casi completamente arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las bombas aliadas aniquilaron la catedral.
Cada trozo de la planta por encima del suelo fue destruido, pero de entre los escombros, nuevas ramas crecieron a partir de la raíz que sobrevivió.
Hoy en día la base de la Rosa de los Mil Años está protegida por una valla de hierro. .
Y cada una de las raíces centrales se ha catalogado para proteger una de las piezas más antiguas de la belleza natural.
LA LEYENDA DE PROSPERIDAD
En la ciudad existe la leyenda que vincula el rosal al destino de Hildesheim. .
Que será próspera y feliz en la medida que el rosal siga viviendo en el muro exterior del ábside.
Ejemplo de ello fue lo que ya dijimos sucedió el 22 de marzo de 1945, cuando la catedral quedó casi completamente destruida por los bombardeos aliados.
Los muros de Santa María se vinieron abajo, y el rosal quedó aparentemente destruido.
La catedral fue reconstruida entre 1950 y 1960.
Y como ya dijimos, del macizo sólo quedó bajo los escombros un pie en parte carbonizado: parecía el fin del arbusto antiguo. .
Pero las raíces del rosal estaban en lo fundamental intactas. .
Poco tiempo después, surgieron nuevos pies.
Cuando los habitantes de Hildesheim descubrieron que el rosal daba nuevas ramas, lo vieron como un feliz presagio, e hicieron de este arbusto el símbolo de su ciudad.
Desde entonces, se marcan las jóvenes ramas del “rosal milenario” aparecidas cada año con colgantes reflexivos.
Los botánicos sostienen que el rosal de Hildesheim está considerado como el más viejo del mundo.
LA CATEDRAL
La Catedral de Santa María de la Ascensión de Hildesheim, en Alemania, es la catedral de la diócesis de Hildesheim.
Su primera construcción fue comenzada en 872. .
Fue casi enteramente reconstruida en los años 1950 dentro de su estilo románico original. .
Sus muros y su tesoro están clasificados dentro del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1985.
En 2011 fue encontrado el fundamento de la primera catedral bajo la cripta durante una renovación del edificio.
La primera catedral era una pequeña iglesia en forma de un cuadrado con una dimensión de 6 x 6 metros.
En el este se hallaba un ábside semicircular donde fue encontrado el resto del primer altar.
La iglesia de hoy fue construida entre 1010 y 1020 en estilo románico.
La iglesia fue agrandada y modificada en los siglos XI, XII y XIV.
NUESTRA SEÑORA DE HILDESHEIM
Hay muchos tesoros medievales que aún se pueden ver en el interior de la catedral, pero se hace poca mención de la imagen una vez venerada por el rey Luis el Piadoso.
Hay una estatua, conocida como la Tintenfassmadonna, en exhibición dentro de la catedral, que se cree que data del siglo XV.
La Virgen lleva una blusa azul sobre una túnica blanca, así como una gran corona de oro con cinco lirios trifoliados.
En su brazo izquierdo se encuentra el Divino Niño Jesús. .
Él sostiene una pluma en su mano derecha, y hay un rollo desenrollado. . ¿Podría ser el libro de la vida, sobre el que está escrito el nombre de los salvados?
LA VIRGEN MARÍA ES UNA ROSA PARA LOS CATÓLICOS
La rosa es un símbolo privilegiado para María, Reina del cielo y de la tierra.
Durante la Edad Media la rosa se convirtió en un atributo de muchas otras mujeres santas, entre ellas Isabel de Hungría, Isabel de Portugal, Casilda de Toledo y muchas mártires en general.
Durante la Edad Media las rosas eran cultivadas en los jardines del monasterio y se utilizaba con fines medicinales.
En el siglo XII, la rosa roja había llegado a representar la pasión de Cristo y la sangre de los mártires.
La rosa mística aparece en la Divina Comedia de Dante, donde representa el amor de Dios.
Las rosas han aparecido en algunas de las milagrosas apariciones marianas.
María es conocida como la «Rosa Mística» cuando se apareció con tres rosas en el pecho en Montechari a Pierina Gilli luego de la Segunda Guerra Mundial.
María es la «rosa sin espinas» entre los cristianos, por su papel de madre de Jesucristo.
Antes de que el pecado entrara en el mundo y lo corrompiera, la tradición dice que el Jardín del Edén presentaba rosas sin espinas. .
Y que las espinas aparecieron después que la humanidad pecó.
Como María desempeñó un papel vital en el plan de Dios para redimir al mundo caído, María se asoció con la pureza original de la belleza incorruptible de las rosas, que Dios originalmente había diseñado para el Jardín del Edén.
Cuando se apareció como Nuestra Señora de la Salette, llevaba una guirnalda de rosas, así como rosas diminutas en sus zapatillas.
En las apariciones de Pontmain, Banneux y más notablemente en Lourdes, ella traía rosas hermosas con ella.
El milagro más famoso de la Virgen María con rosas fue en la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe de 1531.
Cuando María hizo florecer rosas fuera de temporada y el indio Juan Diego las puso en su tilma para mostrar al obispo, que no le creía sobre sus encuentros con María.
Ante la presencia del obispo Juan Diego abrió la tilma, cayeron las rosas y apareció estampada en la propia tilma la imagen que hoy se conoce como Nuestra Señora de Guadalupe.
Esta imagen ilustró simbólicamente el mensaje del Evangelio al analfabeto pueblo azteca, llevando a millones a la fe en Jesucristo.
Lo que sucedió en México con Juan Diego es similar a la leyenda que se cuenta sobre Santa Isabel de Hungría.
Un día, la joven pero piadosa Isabel salió en compañía de sus sirvientes desde el castillo de Wartburg hasta el pueblo de Eisenach para llevar alimentos a los pobres.
Ella llevaba carne, huevos y pan debajo de su manto que había tomado artículos de la mesa de comedor de la familia, contra los deseos de su familia, a quien no le gustaba tal comportamiento.
A mitad de camino, encuentra inesperadamente a su marido Ludwig IV de Turingia, quien pregunta sobre lo que llevaba.
Ella no sabe qué decir Ludwig abre su manto, y para su sorpresa encuentra que ella lleva un ramo de rosas.
Esta misma historia, con algunas variantes es similar a la de Santa Isabel de Portugal y Santa Casilda de Toledo.
Puesto que María está tan estrechamente asociada con las rosas, una oración tradicional que la gente le reza mientras medita sobre la vida de Su hijo, Jesucristo, se llama Rosario.
María ha animado a la gente a rezar el Rosario durante muchas de sus apariciones en todo el mundo (como Fátima).
El rosario, que significa «corona de rosas», es considerado como una ofrenda de un ramo espiritual a María y a Jesús.
En el catolicismo, el aroma de las rosas es a menudo considerado como «olor de la santidad» porque indica la presencia de la santidad espiritual.
Mucha gente ha reportado oler la fragancia de rosas después de orar el rosario.
También hay otros sucesos místicos relacionados con las rosas.