El Plan de Dios para que la humanidad se convierta y vuelva a Él, se está cumpliendo con precisión.
Y nos lo está desvelando poco a poco, pero en medio de marchas y contramarchas, y sucesos que a la vista puramente humana no permiten ver el rumbo con claridad.
Los primeros padres se alejaron de Dios, luego Él se reveló al pueblo judío, y le dijo con siglos de anticipación que enviaría al mesías para conducirnos nuevamente a Él.
Siglos después se encarnó Jesucristo, nos reconcilió con Dios, y el hijo fundó la Iglesia para evangelizar el mundo.
Y ahora nos ha estado revelando las nuevas etapas del plan, a través del magisterio de la Iglesia y de las apariciones.
Hay que ver esto en términos históricos y no meramente humanos, en perspectiva.
Él quiere purificar definitivamente al mundo y cumplir la promesa de que vivamos en paz en la tierra.
Estamos caminando hacia la Era de Paz, donde se dará cumplimiento a la Divina Voluntad.
Aquí hablaremos sobre cómo se nos han revelado estas últimas etapas del plan de Dios para la conversión del mundo y purificación de la humanidad, en medio de marchas y contramarchas.
El 13 de octubre de 1884, 6 años después de haber iniciado su pontificado de 25 años, el Papa León XIII tuvo las famosas visiones de miríadas de demonios atacando al Vaticano.
Junto con el extraño diálogo en que satanás desafiaba a Jesucristo, diciéndole que podía destruir a la Iglesia; y el Señor aceptaba el reto.
Y entonces satanás le pide que permita que él y sus secuaces tengan más poder para tentar a los seres humanos, y el Señor le da 100 años.
Hay una discusión sobre cuándo comenzaron a correr esos 100 años, no viene al caso aquí.
Pero lo cierto es que visto desde la perspectiva humana, el Señor permitió una prueba masiva de fidelidad a Dios entre los seres humanos, con el objetivo de nuestra purificación.
Porque el demonio no puede obligar a nadie a alejarse de Dios, a pecar, él sólo puede surgerirle, tentarlo.
Y luego el hombre decidirá, con su libre albedrío, si consuma la tentación o no.
El ser humano tiene la libertad, dada por Dios de ser fiel a Él o dejarlo de lado en cada decisión que toma.
León XIII conocía la fragilidad de la gente, el declive de la fe que se venía dando y cómo los secuaces del maligno ya habían crecido en su época; sabía el peligro que nos acechaba.
Y entonces redacta la famosa oración a San Miguel Arcángel pidiendo protección, que empieza diciendo «San Miguel Arcángel defiéndenos en la batalla…»
La que se recitó luego de cada misa, hasta que la reforma litúrgica, como consecuencia del Concilio Vaticano II, quitó ese amparo.
Sin embargo hace un tiempo que esta oración está regresando con fuerza en algunas diócesis, por sugerencia de Juan Pablo II.
Y exactamente 33 años después, el 13 de octubre de 1917, se produce la última aparición de Fátima con el milagro del Sol; apariciones que habían comenzado 5 meses antes.
No pueden ser casualidad esos 33 años exactos entre las visiones de León XIII y el milagro del sol.
En ese final apoteósico de las apariciones, el cielo nos dio tres mensajes, que han sido poco advertidos, porque predominó la tendencia a ver en ese prodigio solar, solamente un milagro de Dios.
El primer mensaje fue dar prueba de la existencia de Dios y su poder, ante la incredulidad reinante.
Porque el milagro del sol fue avisado que iba ocurrir semanas antes, no fue que en ese momento se dieron una serie de condiciones atmosféricas de improviso, fue planificado.
Y ahí Dios nos mostró Su poder para producir cambios en la naturaleza cuando lo estime necesario y que es omnipotente.
El segundo mensaje es la advertencia de que en cualquier momento Él puede dejar pasar una catástrofe cósmica sobre la tierra.
Y el tercero, el pavor de que el sol se estrellara contra la tierra, hizo que los presentes se arrodillaran y rezaran con todas sus fuerzas pidiendo misericordia.
Lo que fue respondido afirmativamente por Dios, cesando la prueba y dándonos la enseñanza de que debemos pedirle con confianza su auxilio permanentemente, y Él responde.
Y en última instancia que debemos abandonarnos a Él.
Esta aparición de Fátima, que la Iglesia estima una de las más importantes que han sucedido en la historia, nos dio prácticamente el mismo mensaje que León XIII nos estaba dando en su magisterio.
El magisterio de León XIII y los mensajes de Nuestra Señora en Fátima son básicamente lo mismo.
En varias de sus encíclicas, León XIII no se anduvo con rodeos sobre los peligros del comunismo y la masonería, y su rumbo destructor.
Cuatro décadas antes Marx y Engels habían publicado el Manifiesto del Partido Comunista que había generado un gran impacto.
Su ideología estaba causando destrozos en la fe, porque llamaban a construir el reino de justicia en la tierra, a confiar solamente en los recursos humanos, a tomar el poder civil mediante una rebelión sangrienta y a apartarse de la religión promocionando una visión materialista del mundo.
Ideología que tendría su momento de gloria en la revolución bolchevique en Rusia unos meses después de las apariciones de Fátima.
Sobre la ideología de la revolución bolchevique fue precisamente que Nuestra Señora vino a advertir, avisando sobre los errores que difundiría por el mundo.
Y dándonos el antídoto de que si el Papa en conjunto con todos los obispos consagraban Rusia al Inmaculado Corazón de María el peligro desaparecería y vendría una época de paz, lo que nunca sucedió.
Esta desobediencia surgió como consecuencia de que prevaleció el criterio humano en la jerarquía de la Iglesia.
Lo que puede ser explicado por la prédica y el accionar del otro gran oponente que denunciaría León XIII.
Él advirtió fuertemente durante su pontificado sobre la masonería, porque estaba en pleno ataque público a la Iglesia.
Por ejemplo, 3 décadas antes de las visiones que relatamos, los carbonarios, un grupo masón italiano, llamó a infiltrar la Iglesia, lo que sabemos que luego sucedió.
Pero además, las advertencias de León XIII sobre la masonería se vieron confirmadas en Fátima.
Porque fueron los masones y no los comunistas y socialistas, los que atacaron más fieramente a estas apariciones.
Los masones portugueses hicieron llevar detenidos a los videntes el 13 de agosto de 1917, por lo que la cuarta aparición ocurrió el 19 de agosto no el 13.
Y además saquearon el lugar de las apariciones y lo destruyeron, y después hicieron una manifestación por las calles mostrando los trofeos que habían robado de allí.
También como en Fátima, León XIII hizo un llamamiento a la oración.
Dijo que es absolutamente necesario que la voz católica clame a Dios con incansablemente ante los peligros.
Llamó a que los fieles oren no solo en sus propios hogares, sino en público y reunidos en la iglesia.
Para que libere a la Iglesia de los hombres malvados y que devuelva la sensatez y la razón, la luz y el amor de Cristo, a las personas y naciones que están siendo atribuladas.
También como en Fátima su magisterio pidió que recurramos a María porque es la intermediaria a través de la cual se nos distribuyen las misericordias de Dios.
Y no dudó en llamar a la Santísima Virgen la intermediaria gloriosa.
Además León XIII incitó a rezar el rosario en sus 10 encíclicas sobre el Rosario, como hizo Nuestra Señora en Fátima.
Porque dijo que repitiendo incansablemente las mismas oraciones, imploramos enérgicamente a Nuestro Padre Celestial que venga el reino de su gracia.
Y también como en Fátima llamó a rezar el rosario por los pecadores, para que la Santísima Virgen nos ayude en su conversión, haciendo catequesis sobre el poder del rosario en la lucha contra las herejías, como sucedió en su inicio cuando Ella se lo entregó a Santo Domingo.
Y cómo el rosario vino al rescate de los cristianos, proporcionando pruebas notables de salvaguarda ante grandes peligros y bendiciones a través de la historia.
Y finalmente León XIII llamó a no desanimarse, porque Dios tiene un plan, que es posible que no comprendamos en el momento, pero que se irá develando.
Y en Fátima Nuestra Señora habló que el plan de Dios pasa por el triunfo del Inmaculado Corazón de María que nos traerá una era de paz.
Plan que luego sería detallado en las apariciones de Garabandal, que nos mostraron que el aviso y el milagro son sucesos que nos conducirán a ese triunfo.
Y más adelante sería especificado aún más en las apariciones de Medjugorje, hablándonos de una serie de eventos que quebrarán el poder de satanás en la tierra, producirán su purificación y finalmente la conversión de los seres humanos.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo se ha ido desvelando el plan de Dios para la humanidad y cómo se está cumpliendo en medio de marchas y contramarchas.
Y me gustaría preguntarte si estás viendo con claridad o no el plan que Dios está siguiendo.
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