En 1263 se produjo un milagro de la hostia sangrante en la iglesia de Santa Cristina de la ciudad de Bolsena, Italia.
Que involucró al Papa y a Santo Tomás de Aquino.
La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. . Hizo traer el corporal y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi.
LA DUDA DEL SACERDOTE SOBRE LA TRANSUSTANCIACIÓN
En el año 1263 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía.
Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte.
De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre.
El sacerdote de Praga, atormentado por dudas acerca de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, mientras dividía la Hostia santa en la celebración de la Misa, vio el corporal lleno de sangre que brotaba de las sagradas especies.
Asombrado y aturdido por tan gran prodigio, le vino la duda de si había de terminar o seguir la Misa.
En la esperanza de ocultar a los presentes lo sucedido y con el deseo de pedir ayuda y explicación a la competente autoridad, resolvió suspender la celebración de la Santa Misa.
Y recogidas las sagradas especies en paños sagrados, corrió a la sacristía, sin reparar que, en el trayecto, algunas gotas de la preciosísima Sangre habían caído sobre el mármol del pavimento.
Esto sucedía en la Basílica de Santa Cristina, sobre el altar puesto bajo el baldaquino de mármol lombardo.
INTERVIENE EL PAPA Y SANTO TOMÁS DE AQUINO
Profundo conocedor de los hombres y de los lugares, el Doctor Seráfico (Santo Tomás de Aquino) fue encargado por el Papa Urbano IV de presidir la comisión de teólogos instituida para controlar la verdad de los hechos.
También el mismo Papa Urbano IV encargó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía.
Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.
Realizado su cometido por la comisión, confirmó la verdad del milagro, y el Papa ordenó a Jaime Maltraga, Obispo de Bolsena, que le llevase a Orvieto, donde tenía su residencia, el sagrado corporal, el purificador y los linos manchados de sangre.
Acompañado el Papa de su corte, salió al encuentro de las sagradas reliquias, y, en el puente de Rivochiero, tomó entre sus manos el sagrado depósito y lo llevó procesionalmente a Orvieto.
El Papa Urbano IV instauró la fiesta del Corpus Christi en 1264.
Basílica de Santa Cristina en Bolsena
LOS DOS TEMPLOS
El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo, colocó la primera piedra de la nueva catedral de Orvieto.
Orvieto es una preciosa ciudad de la Umbría, región italiana que ha dado a la Iglesia innumerables santos. Basta mencionar a San Francisco, Santa Clara de Asís, Santa Clara de Montefalco, San Valentín, San Benito, Santa Rita…
Su catedral es custodia del milagro Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda.
Se trata de un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.
En la Basílica de Santa Cristina de Bolsena se guardan con celo, desde hace siete siglos, las reliquias menores del milagro de Bolsena.
Una de las piedras sagradas sobre las cuales se perciben todavía bien visibles grumos de la preciosa Sangre del Redentor, que han alimentado la piedad de generaciones y generaciones de fieles.
Catedral de Orvieto
LA MISA DE BOLSENA DE RAFAEL
La misa de Bolsena (en italiano, Messa di Bolsena) es un fresco del artista Rafael Sanzio. Tiene una anchura en la base de 660 cm.
Es uno de los frescos de la Sala de Heliodoro (Stanza di Eliodoro), una de las habitaciones que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael, ubicadas en el Vaticano y que forman parte de los Museos Vaticanos.
Fue ejecutado en el año 1512, precisamente en los años en que Martín Lutero estuvo en Roma.
Este fresco queda a la parte izquierda, sobre una ventana. Se considera que esta Misa de Bolsena es la obra maestra de Rafael como pintor de frescos.
Narra el milagro eucarístico acontecido en el año 1263, a raíz del cual, al año siguiente, en 1264, el papa Urbano IV instituyó la Fiesta del Corpus Christi para celebrar este acontecimiento milagroso.
Con esta escena pretende representarse la protección de Dios a la Iglesia amenazada en su fe.
En el cuadro se ve, en la parte izquierda, al sacerdote diciendo misa con la hostia en alto mientras que, frente a él, está representado el Papa Julio II arrodillado, frente al altar, reza apoyándose en un facistol plegable. Viste atuendo guerrero.
Misa de Bolsena de Rafael
El retrato con la barba demuestra los estragos que en él han causado los esfuerzos bélicos y la enfermedad.
Detrás y por debajo del papa están los suizos de su escolta, vistosamente vestidos. Los suizos rebosan vida y personalidad de prósperos montañeses.
Cuando Julio II marchó a Bolonia para comenzar su campaña en el Adriático, pasó por Orvieto, donde pudo ver la reliquia que se guardaba en la catedral: los corporales de Bolsena, manchados con la sangre milagrosa.
La escena está claramente dividida en dos partes: a la izquierda el hecho, a la derecha el papa que reza junto a su corte.
No es un milagro que acontece, es un milagro que se repite delante del papa testigo.
Incluso los asistentes de la izquierda repiten como si fuesen actores los gestos admirativos o demostrativos.
Si la reconstrucción histórica no es incluso una proyección imaginaria del pasado, la repetición ritual del hecho se coloca en el presente: la arquitectura antigua, que indica un tiempo remoto, sólo es un fondo.
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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Es obligatorio ir a Misa los días de precepto, los domingos por ejemplo.
Pero a veces se olvida cómo deben prepararse para entender lo que pasa cuando se celebra la Misa.
Ir a Misa es encontrarse con Jesucristo.
El Señor “está” allí, esperándonos, viéndonos entrar, aguardando que lo saludemos.
Y como está allí en realidad debemos pensar seriamente como llegamos a la misa
EL SANTO SACRIFICIO EXPRESADO EN 4 ACCIONES
El santo sacrificio de la misa es ante todo un acto de adoración a la Santísima Trinidad.
Por eso cuando comienza la misa nos hacemos la señal de la Cruz diciendo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Nosotros ofrecemos el sacrificio de la misa junto con el sacerdote celebrante, en virtud de nuestro bautismo sacramental.
De modo que no somos meros espectadores sino participantes de los misterios.
El santo sacrificio de la misa no es sólo un ritual que nos recuerda el sacrificio de Jesús en el calvario.
Recrea este sacrificio de una manera poco sangrienta, a través del Ministerio de los sacerdotes ordenados
Y no sólo recordamos el sacrificio sino que la misa lo trae realmente a Él.
Trae su muerte salvadora y su resurrección al presente, para que sus seguidores podamos formar parte de ella.
Pero es más, cuando la iglesia celebra la Eucaristía Jesús está verdaderamente allí.
Igual que miles de ángeles que bajan a la iglesia reproduciendo la liturgia celestial.
Y Jesús allí hace una vez más lo que hizo en la última cena con el pan y el vino, convirtiéndolos en su cuerpo y su sangre
Por lo tanto es incorrecto reducir la misa a un mero espectáculo de compañerismo humano o a una herramienta catequética, y menos aún a una cena.
Aunque tiene parte de esas cosas, pero más bien de una manera agregada, más elevada y más mística, qué lo que podría ser una enseñanza en un salón de clases o el compartir con amigos.
Porque en la misa se crea un sentido de comunidad y además nos permite comprender mejor los misterios de nuestra fe.
Los cuatro elementos centrales del santo sacrificio de la misa son Adoración, Acción de Gracias, Reparación y Petición.
Le ofrecemos a Dios estas cuatro cosas en la misa y a su vez aprendemos nuestras obligaciones con él, con el prójimo y con nosotros mismos
La adoración es un reconocimiento de la suprema perfección de Dios, de su omnipotencia y de la dependencia que tenemos de él como criaturas creadas por Él.
Esto se ve funcionando en la misa cuando cantamos el Gloria o el Santo.
Pero hay muchas más partes en la misa que refieren a la adoración
El segundo elemento es la acción de gracias.
Es la gratitud a Dios por todos los beneficios que él nos ha otorgado
Esto se expresa claramente en el prefacio, cuando el celebrante dice «es justo y necesario en todo momento y en todo lugar darte gracias Señor, Dios Todopoderoso y eterno».
El tercer elemento de la misa es la reparación.
Qué es un acto de enmendar las cosas a las condiciones normales y sanas, o sea restaurarlas tal cómo estaban antes de que sucedieran cosas malas.
Hacemos un acto de reparación ante las ofensas a Dios y también un acto de reparación por nuestros pecados y por los pecados de los hermanos muertos, que aún no están completamente purificados y están en el purgatorio
Esta reparación se materializa en oraciones que expresan contrición, tristeza, necesidad de perdón, que son abundantes en la misa
Finalmente llegamos a la petición.
En la misa se hacen numerosas peticiones de favores espirituales y materiales, para nosotros y para los demás
La expresión más acabada de petición es el padrenuestro con sus 7 peticiones
En la primera petición decimos santificado sea tu nombre.
Es una petición para que Dios sea amado honrado y servido por todos
La segunda petición es venga a nosotros tu reino
Para que él pueda reinar en nosotros y algún día podamos ser admitidos en el cielo
La tercera petición es hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Pedimos que se haga la voluntad de Dios en todas las cosas
En la cuarta petición decimos danos hoy nuestro pan de cada día.
Pidiendo lo necesario para nuestra alma y nuestro cuerpo cada día
En la quinta petición decimos perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados y nos comprometemos a perdonar a quienes nos ofenden
La sexta petición es no nos dejes caer en tentación.
Es el pedido de la gracia necesaria para que no seamos tentados
Y la séptima petición es líbranos del mal.
Que Dios nos libre del pecado pasado, presente y futuro.
En medio de este Santo sacrificio, estos cuatro elementos de la misa son formativos para crear una atmósfera cristiana, que eleva nuestros comportamientos, nuestros modales, nuestra cultura y nuestras virtudes
En la misa honramos a Dios, pero también honramos la imagen de Dios en los demás seres humanos.
Esto en virtud de lo que dice la primera carta de San Juan que «el que no ama a su hermano a quien ve ¿cómo puede amar a Dios a quien no ve?
De modo que la persona que está dispuesta a adorar a Dios en la misa también está dispuesta a reverenciar a los seres humanos que se lo merecen
Y esto es lo que trae el derramamiento de la virtud comunitaria de la misa.
En primer lugar reverenciamos al ministro celebrante en el santo sacrificio de la misa.
Pero también nos regocijamos con el que tenemos al lado en el saludo de la paz.
Esto es parte de la justicia que se derrama en la misa bajo el aspecto de gratitud.
QUE DEBEMOS CUIDAR EN LA MISA
1 – PREPARÁNDONOS PARA IR A MISA
En primer lugar pensemos en nuestro corazón. .
¿Estamos en buena condición espiritual para celebrar adecuadamente la Eucaristía?
Esto no se refiere a estar en gracia o no, porque todo pecador puede acercarse a Dios.
Tiene que ver con la disposición de entregarnos a Jesús. Eso, en lo que tiene que ver con nuestro espíritu.
Miremos nuestra ropa. ¿Está de acuerdo con la importancia del momento?
Si fuéramos a encontrarnos con un Embajador, luciríamos nuestras mejores galas.
El Señor no quiere despliegues lujosos, pero sí que nos ataviemos con sobriedad y respeto para ir a Su encuentro.
Hay que guardar respeto a Él desde el momento en que entramos al Templo.
Todo los demás puede esperar. Nuestra atención debe centrarse física y espiritualmente, en el altar.
2 – ¿SABEMOS A QUÉ CLASE DE EVENTO VAMOS?
Si nos preguntamos qué es la Santa Misa, y no nos hemos preocupado de formarnos bien, tal vez estaríamos un tanto desconcertados.
Antes del Concilio Vaticano II, se tenía bien claro lo que era la Misa. Una ceremonia de ofrecimiento a Dios.
Tanto el celebrante como los fieles, miraban hacia el Sagrario, que estaba en el medio del altar.
Y juntos ofrecían, sacerdote y grey, un culto de adoración y alabanza a la Santísima Trinidad.
Eso se llamaba mirar “ad orientem”. Porque es desde el Este donde veremos regresar al Señor en toda su gloria.
Antiguamente era obligatorio orientar los templos y los altares en esa dirección.
Los cambios que introdujo el Concilio fueron en función de que el pueblo se integrara más y mejor al sacrificio de la Misa.
El Celebrante dejó de estar de espaldas a los fieles y se abandonó el latín como lengua universal del culto, pasándose a utilizar el idioma nativo de cada país.
Pero ese cambio, que fue bueno para integrarnos, de a poco fue desvirtuando el significado de la Santa Misa.
Gradualmente se fue perdiendo la maravilla de la adoración.
Jesús dejó de ser el Redentor (que dio su vida por nosotros), para ser un “amigo” con el que podíamos hablar “de Tú a tú”. .
Y fuimos perdiendo la conciencia del sacrificio que supone que es la misa. .
Del poder de Dios Omnipotente y de la veneración que Él merece.
3 – ¿SOMOS CONSCIENTES QUE EN LA MISA PARTICIPAMOS DEL SACRIFICIO DE LA CRUZ?
El Padre Pío nos dejó una maravillosa enseñanza del paralelismo entre los distintos momentos de la Misa con la Pasión de Jesús, ver aquí.
Seguramente si nos trasladáramos al pie de la Cruz viendo sufrir a Jesús, nuestra actitud sería de reverencia y de dolor.
Pues bien, lo cierto es que cuando vamos a la misa “estamos al pie de la Cruz”.
Este santo franciscano, que sufría cada minuto de la Misa, nos enseñó que,desde la señal de la Cruz hasta el Ofertorio encontramos a Jesús en Getsemaní.
Y deberíamos recordar entonces que fue en esos angustiosos momentos en que desfilaron ante los ojos de Jesús todos los pecados de “todas” las generaciones del mundo.
Nuestros pecados, los de cada uno de nosotros, cayeron sobre Él hiriéndolo más que los azotes.
Cuando el Sacerdote nos dice que nos pongamos en la presencia de Dios para pedirle perdón por nuestros pecados deberíamos hacer eso. .
Aunque pensemos que estamos en gracia, deberíamos hacerlo con todo el corazón, el cuerpo y la mente.
Y también que cuando el Sacerdote eleva las manos en oración, está intercediendo poderosamente por nosotros ante la Santísima Trinidad.
Al cantar el Gloria, debemos recordar que lo estamos haciendo junto con todos los coros celestiales, que aunque no vemos ni oímos físicamente, se unen a nosotros en esta alabanza.
No importa si no tenemos voz o si es desentonada, a Dios le gustará nuestra alegría y gozo al cantar.
De la misma manera debemos recitar el Credo creyendo íntimamente que es la definición de nuestra vida.
Es la reafirmación de la razón por la cual estamos allí. Creemos en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y lo manifestamos en voz alta.
4 – ¿ESTAMOS ATENTOS PARA RECIBIR LOS MENSAJES DE AMOR QUE NOS ENTREGAN?
Escuchar la Palabra de Dios leída desde el ambón es abrir nuestro corazón a los mensajes de amor que Dios nos envía.
Pensemos que estamos escuchando Su Voz que nos habla.
Tratándose de una Verdad Eterna, no es sorprendente que la lectura de la Escritura, toque algo de lo que nosotros estamos viviendo.
Dios está allí, dándonos una respuesta a algo que nos preocupa en ese momento, invitándonos a seguirlo, a reedificar nuestra vida, a convertirnos.
Es un desafío a cambiar la imagen de complacencia que generalmente tenemos de nosotros mismos.
Y a vernos como realmente nos ve Dios, o sea, pecadores, débiles, y necesitados de amor.
Luego el Sacerdote nos explicará las Escrituras, como el Señor hizo con los discípulos de Emaús. . Por eso debemos escuchar con humildad y apertura.
5 – ¿LLEGAMOS A SENTIR QUE DIOS PADRE NOS REGALÓ NUESTRA VIDA Y JESÚS DIO SU VIDA POR NOSOTROS?
En el Ofertorio el celebrante ofrece el pan y el vino. Jesús ofreció su vida, su cuerpo y su sangre por nosotros.
Es cuando entramos en el camino del Calvario. Los soldados lo arrestan como si fuera un criminal.
Es el momento en que nosotros podemos hacer una ofrenda espiritual que sea grata al Señor y una material que sirva para los gastos de la Iglesia.
Tanto una como la otra deberían ser algo que nos ‘duela’.
Ofrecer un rencor olvidado, una enemistad sanada, alguna ofensa recibida, un sufrimiento físico o espiritual.
Y de la misma manera, dejar en la limosna lo que gastaríamos en una salida.
El Señor todo lo ve y sería bueno que al llegar a Su Presencia no tuviéramos que lamentar no haber sido más generosos. . Recordemos que “cuando morimos, dejamos todo lo que tenemos y nos llevamos todo lo que dimos”.
En el Prefacio, el Sacerdote, respondiendo a nuestra oración, dice “En verdad, es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Dios Padre… etc.”
Es el espíritu de Jesús que alaba y agradece al Padre por haberle permitido llegar a esta hora.
6 – EL SEÑOR NOS RUEGA QUE NO NOS APARTEMOS DE ÉL
De ahí hasta la consagración, sería bueno que tuviéramos presente que Jesús está en prisión sufriendo toda clase de vejámenes y burlas por nuestra causa. .
Atrozmente flagelado y coronado de espinas,comienza su Vía Crucis por las callejuelas de Jerusalén.
El Sacerdote reza por todos, por los que estamos allí, por nuestras necesidades, por nuestros difuntos, por todos aquellos por los cuales Jesús dio hasta la última gota de Su Sangre.
Si bien en la Consagración estamos haciendo memoria de la Última Cena, ese momento de la Misa evoca la Crucifixión del Señor.
El Señor se entregó en la Cruz y se entrega nuevamente ahora, místicamente, por nosotros.
Cuando el Sacerdote levanta la Hostia, también es alzada la Cruz en el Monte Calvario.
Deberíamos celebrar con reverencia la maravilla del regalo que nos dio, al no medir Su dolor para evitarnos el perder nuestras almas.
Pero Él sabe que si nos apartamos de Él, todo Su esfuerzo y Su heroísmo habrán sido en vano.
Por eso nos pide que no lo olvidemos: “hagan esto en conmemoración mía”.
7 – NOSOTROS DAMOS FE COMUNITARIA QUE NO NOS APARTAMOS DE ÉL
“Por Cristo, con Él y en Él…”. Jesús entrega Su Espíritu en manos del Padre.
Ya el hombre no está más separado de Dios, ya nosotros, los Hijos Pródigos hemos vuelto a poder arrodillarnos ante el Padre, llamándolo “Padre”.
Ese Amor de Dios hacia nosotros como hijos, se expresa en el Padrenuestro que rezamos a viva voz todos juntos.
Este momento de unión fraterna se hace vida en el gesto de la Paz.
8 – NOS HACEMOS UNO CON ÉL EN LA COMUNIÓN
El Sacerdote realiza la Fracción del Pan. Es el momento de la Muerte de Jesús.
Un instante después, el Celebrante deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en el Cáliz de Su Preciosa Sangre.
Vuelven a unirse el Cuerpo y la Sangre y es a Cristo Crucificado y ya Resucitado a quien recibimos en la Comunión.
“Dichosos los invitados a la Cena del Señor”, dice el Sacerdote y eso significa que no todos pueden ir a Comulgar.
Es indispensable estar en gracia para aprovechar los frutos de la Comunión.
No olvidemos que estamos recibiendo “el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo”.
Y tampoco olvidemos que la totalidad del Señor está en cada partícula de la Hostia.
Por esa razón, antiguamente se utilizaba la patena que el monaguillo ponía debajo del mentón del comulgante.
Nos debe caerse ni un pedacito de la Hostia, estaría cayendo Jesús.
La Comunión en la boca elimina el peligro de esa terrible posibilidad.
Al recibirlo, estamos siendo uno con Él, no dejemos pasar ese momento único para decirle lo mucho que lo amamos.
Hagamos una oración de agradecimiento.
Recordemos que mientras el Sacerdote no coloca el Copón y el Cáliz nuevamente dentro del Sagrario, deberíamos permanecer arrodillados o de pie.
9 – AL TERMINAR EL EVENTO Y EL SEÑOR NOS ENVÍA A EVANGELIZAR
El Sacerdote nos da la Bendición final trazando en el aire la Cruz, signo distintivo de todos los cristianos y escudo protector contra el maligno.
Es además, un gesto de envío y de misión, tal como lo hizo Jesús Resucitado antes de subir al Cielo.
El Papa Benedicto XVI estipuló que después del “Pueden ir en paz”, el Celebrante diga “Glorifiquen a Dios con sus vidas”.
Esa frase final que pronuncia el Sacerdote, involucra dos cosas: nuestra conducta como cristianos y nuestro deber y misión de evangelizar tal como lo pidió el Señor.
No podemos decir que somos seguidores de Cristo e invitar a otros a unirse al rebaño, si nuestra vida no concuerda con Su enseñanza.
Y no podemos ser fieles a Su enseñanza si no tenemos vida de oración.
“Cuida la manera en que vives, tal vez tu testimonio de vida sea el único Evangelio que tu hermano lea”.
10 – DEMOS GRACIAS A DIOS
El Señor, nuestro Ángel, la Santísima Madre nos han llevado al templo a participar en la misa.
Ha sido un regalo que nos ha fortalecido, por eso debemos dar Gracias a Dios.
El Padre Pío pasaba horas después de cada eucaristía agradeciendo a Dios el haberla realizado.
Y otros sacerdotes han tenido la costumbre de realizar otra eucaristía privada para dar gracias por la eucaristía comunitaria celebrada antes.
No olvidemos que la misa en la que participamos en la Tierra es la liturgia que se produce en el Cielo, es permanente y para siempre.
Y a ella llegan millones de ángeles, santos y María, y almas del purgatorio a quien Dios ha dado permiso. .
Y es presidida por Jesucristo. Ver aquí. La Misa es una ventanita al cielo.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Aquí van 7 consejos prácticos para cumplir lo que te proponemos arriba.
CÓMO HACER LA SEÑAL DE LA CRUZ
Hacer la Señal de la Cruz pensativamente, ya que en ella recordamos nuestra creación de manos de la Trinidad.
En la Señal de la Cruz nos configuramos a Jesús y Su Cruz.
Con este signo somos transportados al cielo, donde comemos el fruto del árbol de la vida en un jardín restaurado.
CÓMO REZAR LA ORACIÓN DE APERTURA
El momento de silencio después de la invitación del sacerdote «Oremos» es un momento para ofrecer nuestras intenciones y deseos a Dios.
Formula tus intenciones, sentimientos de adoración, dolor, acción de gracias y petición.
CÓMO ESCUCHAR LAS LECTURAS
La Palabra de Dios no es simplemente textos que se hablan en la Misa.
Todas las palabras litúrgicas, de alguna manera, hacen audible esta Palabra divina.
Así como el Padre conversó con el Pueblo Escogido a través de los profetas, ahora continúa el diálogo con Su pueblo en las lecturas de la Misa.
En la misa, escucha atentamente con los oídos de tu corazón.
CÓMO PREPARAR EL CORAZÓN EN EL OFERTORIO
El «sacrificio» está en el corazón de la obra salvadora de Jesús.
La Misa y la vida cristiana, significa dar amor a Dios el Padre.
Los obsequios y las ofrendas que verdaderamente representan el corazón del dador son el verdadero sacrificio deseado por Dios.
El objetivo de la preparación de los dones y del altar es colocar a todos nosotros en el altar para que podamos unirnos a todo el ser de Jesús y entregarlo a Dios el Padre.
CÓMO PARTICIPAR EN LA ORACIÓN EUCARÍSTICA
A pesar de que Cristo no necesita nuestra ayuda en Su obra de salvación, nos hace partícipes de Su sacerdocio en el bautismo, lo que nos faculta para construir el Puente Pascual con Él durante la Oración eucarística.
Siguiendo la preparación de tu corazón durante las oraciones del ofertorio, recuerda que debes unirte al sacrificio de Jesús en manos del sacerdote.
CÓMO RECIBIR LA COMUNIÓN
La idea fundamental es «participación activa».
Recibir la Eucaristía requiere un deseo de ser transformado por lo que comemos y bebemos para que Él pueda vivir en nosotros.
La humildad y la docilidad son necesarias.
Oran la oración de rendición y unión de San Ignacio con Dios al regresar al banco:
Recibe, Señor, toda mi libertad. Acepta toda mi memoria, mi intelecto y mi voluntad. Todo lo que tengo o poseo, fuiste Tú quien me lo dio; Te lo devuelvo en su totalidad, y lo entrego por completo a la guía de Tu voluntad. Dame solo tu amor junto con Tu gracia, y soy lo suficientemente rico y no pido nada más. Amén.
CÓMO RESPONDER AL DESPIDO
Recuerda que Jesús no solo nos da la bienvenida al comienzo de la misa sino que nos ordena que salgamos al mundo al final de la misa.
Las fórmulas de despedida de la Misa son órdenes para volver a entrar al mundo y santificarlo.
Oremos la «Oración por la paz» de San Francisco,
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Donde hay odio, déjame sembrar amor. Donde haya dolor, perdón. Donde hay dudas, fe. Donde haya desesperación, esperanza. Donde haya oscuridad, luz. Dónde haya tristeza, alegría.
Oh Divino Maestro, concédeme que no busque tanto ser consolado como consolar, ser entendido como comprender, ser amado como amar.
Porque es al dar que recibimos, al perdonar que somos perdonados, al morir, que nacemos para la vida eterna.
En su libro, Cruzando el umbral de la esperanza, Juan Pablo II dijo que la Eucaristía crea en el hombre “la semilla de la vida eterna”.
Cuando recibimos a Cristo en la Comunión estamos ejerciendo la capacidad de manifestar la fe.
Abrimos la puerta a la comprensión de que es el Cielo y aspiramos sólo al Cielo.
No pensamos en los asuntos de la vida. La otra vida es lo más importante. . Es la razón de la vida en la tierra, que es una prueba y preparación.
LA PROMESA PREDICADA POR MÍSTICOS Y VIDENTES
Cada vez que reciba la Santa Comunión, según Santa Gertrudis, algo bueno le sucede a todos los seres en el cielo, en la tierra y en el purgatorio.
El santo Cura de Ars decía que una comunión bien recibida vale más que una pequeña fortuna dada a los pobres.
Cada vez que recibimos la comunión nuestra estancia en el purgatorio se acorta.
Mientras estemos en la tierra, con una visión limitada, nunca seremos capaces de apreciar la grandeza de la Eucaristía.
Nunca seremos capaces de comprender el hecho real de revivir la crucifixión de Cristo.
Sabemos también de la importancia que le dan en lugares como Medjugorje.
“Adoren sin cesar adorar al Santísimo Sacramento del altar”, dijo la Santísima Virgen.
“Se reciben gracias especiales. Vayan a misa sin tener que buscar una excusa. Oren, oren, oren solamente…
“Si ustedes supieran la gracia y los dones que reciben, ustedes se prepararían (para la Eucaristía) cada día durante una hora por lo menos”.
Además hay una promesa increíble:
“La misa es la oración más grande de Dios.
Ustedes nunca serán capaces de entender su grandeza.
Es por eso que deben ser perfectos y humildes en la misa.
Os ruego, oren a Jesús, yo soy su madre, e intercedo por ustedes con Él.
Pero todo no depende sólo de mí, sino también de su fuerza y ??la fuerza de los que rezan.
La misa es lo más importante y el momento más sagrado en sus vidas.
Si se abandonan a sí mismos hacia mí, incluso no sentirán el paso de esta vida a la otra vida.
Usted va a comenzar a vivir la vida del cielo de esta tierra”.
¡Ni siquiera se siente el paso de esta vida!
¡Una promesa increíble!
LA IGLESIA TOMÓ CONCIENCIA DEL FENÓMENO SOBRENATURAL DE LA EUCARISTÍA
La iglesia después de los siglos III y IV d.C. consideraba la Eucaristía como una conmemoración de la comida que Jesús había compartido con sus apóstoles.
Pero luego comprendió lo que realmente había pasado en le Última Cena.
Y convirtió en dogma de fe que Jesús realmente cambió sobrenaturalmente estas sustancias en su cuerpo y sangre.
Y dio autoridad a sus apóstoles para llevar a cabo el mismo milagro sagrado hasta el fin del tiempo. Y en recuerdo de él.
Luego, se produjeron los milagros eucarísticos que reafirmaron esa transustanciación.
En el calendario de la iglesia los acontecimientos de la vida de Jesús se reviven, desde la Navidad hasta la Ascensión y más allá.
El ciclo del Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Pascua) es un intenso revivir el drama central de la pasión y resurrección.
Y la celebración de la Eucaristía es una recreación diaria de este mismo drama, fortalecido por la comunión mística.
La imitación de Cristo es la transformación del ser humano y la misa sigue siendo el medio más eficaz de esa transformación.
¿QUÉ SIGNIFICA QUE JESUCRISTO ESTÁ PRESENTE EN LA EUCARISTÍA BAJO LAS ESPECIES DEL PAN Y EL VINO?
¿Cómo sucedió esto?
La presencia de Cristo resucitado en la Eucaristía es un misterio inconmensurable que la Iglesia no puede explicar completamente en palabras.
Hay que recordar que el Dios trino es el creador de todo lo que existe y tiene el poder de hacer más de lo que podemos imaginar.
Como San Ambrosio, dijo:
“Si la palabra del Señor Jesús es tan poderosa como para poner en existencia cosas que no eran, a continuación, aquellas cosas que ya existen se pueden cambiar en otra cosa” (De Sacramentis, IV, 5- dieciséis).
Dios creó el mundo con el fin de compartir su vida con personas que no son Dios.
Pero los hombres cayeron en el pecado y fue necesario un plan de salvación generalizado.
Este gran plan de salvación revela una sabiduría que supera nuestro pensamiento.
¿Por qué Jesús mismo se da a nosotros como comida y bebida?
Jesús se nos da en la Eucaristía como alimento espiritual porque nos ama.
Todo el plan de Dios para nuestra salvación se dirige a nuestra participación en la vida de la Trinidad, la comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Nuestra participación en esta vida comienza con nuestro bautismo, cuando por el poder del Espíritu Santo estamos unidos a Cristo, convirtiéndonos así en hijos e hijas del Padre.
Se fortalece y aumenta en la Confirmación.
Y se nutre y se profundiza a través de nuestra participación en la Eucaristía.
Al comer el Cuerpo y beber la Sangre de Cristo en la Eucaristía nos unimos a la persona de Cristo a través de su humanidad.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6:56).
Al estar unidos a la humanidad de Cristo estamos al mismo tiempo unidos a su divinidad.
Nuestra naturaleza mortal y corruptible es transformada por estar unida a la fuente de la vida.
“Como el Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí” (Jn 6:57).
Por estar unidos a Cristo por el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros, estamos en relación eterna de amor con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
LA EUCARISTÍA COMO EL SACRIFICIO DE JESÚS AHORA DESDE EL CIELO
Cristo no tiene que salir de donde está en el cielo para estar con nosotros.
Más bien, al participar de la liturgia del cielo Cristo intercede eternamente por nosotros y presenta su sacrificio al Padre, donde los ángeles y santos glorifican constantemente a Dios y dar gracias por todos sus dones.
“Al que está sentado en el trono y al cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y de poder, para siempre jamás” (Ap 5:13).
Como el Catecismo de la Iglesia Católica dice,
“Por la celebración eucarística nos unimos ya a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos” (#1326).
“Santo, Santo, Santo es el Señor…” el anuncio Sanctus, es el canto de los ángeles que están en presencia de Dios (Is 6: 3).
Cuando en la Eucaristía proclamamos el Sanctus nos hacemos eco en la tierra el canto de los ángeles cuando ellos adoran a Dios en el cielo.
En la celebración eucarística no nos limitamos a recordar un acontecimiento en la historia.
Por el contrario, a través de la acción misteriosa del Espíritu Santo se hace presente y contemporánea a la Iglesia, su esposa, en la celebración eucarística.
Por otra parte, en la eucarística re-presentación del eterno sacrificio de Cristo ante el Padre, no somos simples espectadores.
El sacerdote y la comunidad de fieles se encuentran en diferentes formas activas en el sacrificio eucarístico.
El sacerdote ordenado en el altar representa a Cristo como cabeza de la Iglesia.
Todos los bautizados, como miembros del Cuerpo de Cristo, partícipes de su sacerdocio, como sacerdote y víctima.
La Eucaristía es también el sacrificio de la Iglesia.
La Iglesia, que es el Cuerpo y la Novia de Cristo, participa en la ofrenda del sacrificio de su cabeza y esposo.
En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo es el sacrificio de los miembros de su Cuerpo, que se unieron para formar una sola ofrenda sacrificial de Cristo (cf. Catecismo, n. 1368) .
“Toda la Iglesia ejerce el papel de sacerdote y víctima junto con Cristo, ofreciendo el sacrificio de la misa y por completo ofrecido en ella” (Mysterium Fidei, nº 31;. Lumen Gentium, n ° 11.).
UNA ADORACIÓN A DIOS QUE INVOLUCRA A TODA LA CREACIÓN
En la encarnación del hijo de Dios en un ser humano el cielo desciende a la Tierra, y en la misa se eleva la Tierra al Cielo.
Jesús como víctima y sacerdote ofrece a la Iglesia la posibilidad de asociarse con Él para hacerle al Padre eterno un sacrificio perfecto de adoración y expiación por los pecados de la humanidad.
Pero Jesús no asocia solamente a la humanidad sino a toda la creación.
Porque el trabajo de redención que hizo Jesús va más allá de los seres humanos, involucrando a toda la creación.
Toda la creación ha estado esperando la redención como dice San Pablo “gimiendo dolores de parto”.
Y también dice que por medio de Él se reconcilian todas las cosas con Él en el Cielo y en la Tierra.
Cristo confía este sacrificio eucarístico cósmico a su Iglesia.
Por lo tanto la misa y la eucaristía son un acto supremo de adoración, alabanza y acción de cracias de toda la creación.
En el Libro del Apocalipsis se muestra la liturgia que sucede en el cielo.
Pero allí queda claro que la adoración divina comienza en la Tierra.
Los símbolos de adoración son de la Tierra: el cordero inmolado, los himnos y cánticos, las multitudes de los elegidos vestidos de blanco, la ciudad de Jerusalén renovada donde Jesús es su templo.
Y los elementos de culto de la Tierra también están presentes, como los candelabros, la túnica larga sacerdotal, el vestido blanco los ancianos y los santos, el altar.
Además la propia liturgia en la Tierra une a la iglesia en todos sus estados en la misma liturgia, porque en el texto proclamado por el celebrante se honra a María y los santos, menciona a los ángeles que proclaman la gloria de Dios, se ofrece por los difuntos y menciona también a la iglesia purgante.
Por lo tanto, la Iglesia en la tierra vive simultáneamente tanto en el reino celestial como en el terrenal, mediante la eucaristía.
Pero la adoración se centra en el reino celestial.
Miramos la unión que se ha producido entre el cielo y la tierra en el momento de la eucaristía y elevamos nuestra mirada hacia el trono de Dios que está en el cielo para adorarlo.
En realidad es toda la creación que eleva su mirada al Cielo para adorar a Dios.
Esta es la doctrina y la práctica oficial de la Iglesia, sin embargo se está produciendo una banalización de la eucaristía.
LA BANALIZACIÓN DE LA EUCARISTÍA
La cristiandad protestante gradualmente llegó a negar este misterio y esta práctica.
La Eucaristía se convirtió para ellos en una simple comida conmemorativa, un signo y no un hecho real.
Hoy en día, la Iglesia católica está experimentando una reforma interna silenciosa. . Cuyos efectos en la misa no son diferentes a los producidos por las revueltas de Lutero y Calvino.
Hace 30 años se podía observar todavía a monjas llevando sus pequeños alumnos al comulgatorio, y los amonestaban, “No mastiquen al Niño Jesús”.
Mientras que hoy en día casi todo temor y reverencia hacia la misa y los elementos consagrados parecen haberse evaporado.
Cosas tan simples como arrodillarse para la comunión, recibir el sacramento en la lengua, y otras normas “antiguas”, que reflejan la dignidad numinosa, han desaparecido.
Podemos decir que la misa se ha “desordenado” respecto al mundo sobrenatural.
La banalización y la desacralización de la misa no son sino el resultado natural de la intelectualización de este misterio.
La mente fue la “matadora” de lo real.
El misterio numinoso trascendental no pudo sobrevivir al racionalismo, y a la modernidad de Hans Küng y sus compañeros.
Sin embargo la eucaristía es algo que tenemos que defender y sugerimos 10 formas de aprovecharla mejor.
10 FORMAS DE SACAR MAYOR PROVECHO DE LA EUCARISTÍA
Todos nosotros fueron creados para llegar al cielo y todos nosotros deberíamos tener un ardiente deseo de llegar allí con seguridad.
La eucaristía es un atajo, o si se quiere, la forma más fácil de llegar al cielo.
Aquí hay diez sugerencias prácticas sobre cómo podemos mejorar nuestra recepción de la Santa Comunión con el fin de dar pasos agigantados en nuestra búsqueda de la santidad y, finalmente, llegar a nuestro destino eterno: el Cielo.
1 – CREER QUE JESÚS ESTÁ EN LA EUCARISTÍA
En primer lugar, debemos fortalecer nuestra fe en la realidad de que Jesús realmente presente en la Sagrada Eucaristía.
Si no cultivamos nuestra fe en la presencia real de Jesús en la hostia consagrada entonces la vamos a banalizar.
Por lo tanto, debemos hacer esta oración bíblica: Señor, aumenta nuestra fe.
2 – PUREZA TRAVÉS DE LA CONFESIÓN
Nuestra alma puede ser comparada con un cristal de la ventana.
Y todos sabemos lo fácil que es para un cristal de ventana estar manchada con suciedad.
Es fácil para nuestra alma quedar mancillada por el pecado.
Una buena confesión limpia nuestras almas y nos hace más dignos y mejor dispuestos para recibir a Jesús en la Santa Comunión.
3 – LLEGAR TEMPRANO PARA LA MISA
Podría parecer obvio, pero llegar tarde a misa puede dañar en gran medida la eficacia de la recepción de Jesús, el Señor Eucarístico.
Debemos llegar temprano para la misa para sacudir el polvo de nuestras mentes y corazones a fin de entrar en el ambiente espiritual, y asumir un modo contemplativo.
Vamos a ser disciplinados y llegar por lo menos diez minutos antes de la misa.
4 – VESTIR MODESTAMENTE Y RESPETUOSAMENTE
Debido a un ataque del paganismo, debemos protegernos y en todo momento vestirnos de acuerdo a la dignidad de lo que realmente somos, hijos e hijas de Dios.
Y más especialmente al entrar en el santuario de Dios.
Nuestra vestimenta es indicativa de lo que somos, que representamos, y quien nos va a recibir en la santa misa.
5 – PRESENTAR NUESTRAS PROPIAS INTENCIONES
En la mayoría de las misas parroquiales hay una intención específica para que el sacerdote ofrezca el Santo Sacrificio de la Misa.
Sin embargo, esto no niega el hecho de que podemos ofrecer nuestras propias intenciones personales y estas intenciones pueden ser innumerables.
¿Cuáles podrían ser algunas de las intenciones que podríamos ofrecer? Vamos a sugerir tres.
6 – POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Nunca hacemos mejor que ofrecer oraciones, ayunos, sacrificios, limosnas, y el santo sacrificio de la misa por las almas del Purgatorio, especialmente por las almas abandonadas en el Purgatorio.
Estas almas deben ser purificadas de los pecados, porque no hicieron penitencia suficiente, oración y limosna para expiar en esta vida.
En la economía divina de la salvación, Dios utiliza nuestras oraciones, intenciones de misas y comuniones para ayudar a las almas del Purgatorio a que lleguen a la perfección total de amor y arriben con seguridad hogar en el cielo.
Podemos pedir incluso por amigos y familiares.
7 – POR LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES
Uno de los deseos más urgentes de la Virgen de Fátima y Nuestra Señora de Lourdes fue que ofrezcamos oraciones y sacrificios por la conversión y la salvación de los pecadores.
No hay mayor sacrificio que podamos ofrecer que el Santo Sacrificio de la Misa y Santas Comuniones para la conversión de los pecadores y su salvación.
Podemos pedir por casos concretos en la familia, amigos y conocidos.
8 – POR LA CONVERSIÓN PERSONAL
La primera persona en nuestra lista de los pecadores debemos ser nosotros mismos.
Todos nosotros estamos en extrema necesidad de conversión.
En cierto sentido, cada vez que recibes la Santa Comunión – Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo – , y realmente puedes recibir un trasplante de corazón.
En cada Santa Comunión recibimos a Cristo total, y por supuesto incluye a su Sacratísimo Corazón.
Que cada recepción de la Santa Comunión transforme nuestros corazones en el Sagrado Corazón de Jesús.
9 – LA RECEPCIÓN DE COMUNIÓN
La forma en que recibimos la Santa Comunión es de suma importancia.
Nuestro comportamiento debe ser de la mayor reverencia.
Y recibir la Santa Comunión debe estar precedido por algún acto de reverencia.
El mejor método es de rodillas y en la boca.
Otro de los secretos clave para recibir más fervientes y fructíferas comuniones es pedir a la Virgen que nos dé su Corazón Inmaculado.
De modo que recibamos a su hijo Jesús con mucha fe, amor, fervor y devoción.
Nadie nunca recibió a Jesús con un amor mayor que su Madre, María Santísima.
10 – ACCIÓN DE GRACIAS
Los minutos después de recibir a Jesús en la Eucaristía, son los más importantes minutos en nuestras vidas.
Ese es el momento en el que tenemos al creador de todo el universo dentro de lo más profundo de nuestro corazón, mente y alma.
Podemos simplemente cerrar los ojos y decirle a Jesús que lo amamos.
Podemos derramar en nuestros corazones la acción de gracias.
O si nos gusta, podemos llegar a ser como un mendigo y pedir al Señor por todo lo que necesitamos o lo que otros puedan necesitar.
A veces, incluso podríamos gustaría decirle al Señor como nos sentimos por los tiempos en que le hemos fracasado en el pasado.
Por último, podríamos simplemente decirle al Señor lo que está en nuestra mente: nuestros miedos e inseguridades, nuestros planes y proyectos, y pedir al Señor por su ayuda y bendición.
Beato Papa Pablo VI en su exhortación apostólica Marialis Cultus, declaró que una excelente manera de expresar la acción de gracias después de la misa podría ser el rezo del Santísimo Rosario.
Los dones del cielo son el producto final de la Eucaristía.
En su libro, Cruzando el umbral de la esperanza, Juan Pablo II dijo que la Eucaristía y otros sacramentos crean en el hombre “la semilla de la vida eterna”.
Cuando recibimos a Cristo en la Comunión abrimos la puerta a la comprensión de que es el Cielo, aspiramos sólo al Cielo y ya recibimos su poder sanador.
La razón de la vida en la tierra es la prueba y la preparación, pero si asistimos a la eucaristía con fe, entonces comenzamos a sentir los efectos de la vida eterna en la tierra.
LA IMPORTANCIA DE LA EUCARISTÍA
Los primeros cristianos consideraban la Eucaristía como una conmemoración de la comida que Jesús había compartido con sus apóstoles.
Con el tiempo convirtieron en dogma que Jesús realmente cambió sobrenaturalmente estas sustancias en su cuerpo y sangre, como lo fueron experimentando por sus milagros.
Y que dio autoridad a sus apóstoles para llevar a cabo el mismo milagro sagrado hasta el fin del tiempo. Y en recuerdo de él.
Luego, los milagros eucarísticos que se produjeron reafirmaron esa transustanciación.
Sin embargo la cristiandad protestante posteriormente llegó a negar esto.
Y la Eucaristía se convirtió para ellos en una simple comida conmemorativa, un signo y no un hecho real.
Hoy en día también la Iglesia Católica está experimentando una reforma interna silenciosa.
Cuyos efectos en la misa no son diferentes a los producidos por las revueltas de Lutero y Calvino.
Hace treinta años se podía observar todavía a monjas llevando a sus pequeños alumnos al comulgatorio, y los amonestaban, “No mastiquen al Niño Jesús”.
Mientras que hoy en día casi todo temor y reverencia hacia la misa y los elementos consagrados parecen haberse evaporado.
Cosas tan simples como arrodillarse para la comunión, recibir el sacramento en la lengua, y otras normas “antiguas”, que reflejan la dignidad numinosa, han desaparecido.
Podemos decir que la eucaristía se ha “desordenado” respecto al mundo sobrenatural.
La banalización y la desacralización de la misa no son sino el resultado natural de la intelectualización de este misterio.
La mente fue la “matadora” de lo real.
El misterio numinoso trascendental no pudo sobrevivir al racionalismo y a la modernidad de Hans Küng y sus compañeros.
Sin embargo la celebración de la Eucaristía es una recreación diaria de los acontecimientos de la vida de Jesús, que se reviven desde la Navidad hasta la Ascensión
Es un intenso revivir el drama central de la pasión y resurrección y el intento de imitarlo.
La imitación de Cristo es la transformación del ser humano y la misa sigue siendo el medio más eficaz de esa transformación, porque los dones vienen del Cielo.
Veamos lo que sucede en la misa, cuyo punto central es la eucaristía, donde Jesús se ha presente realmente.
¿QUÉ SIGNIFICA QUE JESUCRISTO ESTÁ PRESENTE EN LA EUCARISTÍA BAJO LAS ESPECIES DEL PAN Y EL VINO?
¿Cómo sucedió esto?
La presencia de Cristo resucitado en la Eucaristía es un misterio inconmensurable que la Iglesia no puede explicar completamente en palabras.
Hay que recordar que el Dios trino es el creador de todo lo que existe y tiene el poder de hacer más de lo que podemos imaginar.
Como San Ambrosio, dijo:
“Si la palabra del Señor Jesús es tan poderosa como para poner en existencia cosas que no eran, a continuación, aquellas cosas que ya existen se pueden cambiar en otra cosa” (De Sacramentis, IV, 5- dieciséis).
Dios creó el mundo con el fin de compartir su vida con personas que no son Dios.
Pero los hombres cayeron en el pecado y fue necesario un plan de salvación generalizado.
Este gran plan de salvación revela una sabiduría que supera nuestro pensamiento.
Pero no se nos deja en la ignorancia: porque en su amor por nosotros, Dios nos revela su verdad a nosotros en formas que podemos entender a través del don de la fe y la gracia del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Por lo tanto somos capaces de vislumbrar, al menos en cierta medida, lo que de otro modo permanecería desconocido para nosotros, aunque nunca podemos comprender por completo el misterio de Dios.
Es así que Jesús se nos da Él mismo como alimento para nuestro viaje en la tierra.
¿Por qué Jesús mismo se da a nosotros como comida y bebida?
Jesús se nos da en la Eucaristía como alimento espiritual porque nos ama.
Todo el plan de Dios para nuestra salvación se dirige a nuestra participación en la vida de la Trinidad, la comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Nuestra participación en esta vida comienza con nuestro bautismo, cuando por el poder del Espíritu Santo estamos unidos a Cristo, convirtiéndonos así en hijos e hijas adoptadas del Padre.
Y se nutre y se profundiza a través de nuestra participación en la Eucaristía.
Al comer el Cuerpo y beber la Sangre de Cristo en la Eucaristía nos unimos a la persona de Cristo a través de su humanidad.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6:56).
Al estar unidos a la humanidad de Cristo somos al mismo tiempo unidos a su divinidad.
Nuestra naturaleza mortal y corruptible es transformada por estar unida a la fuente de la vida.
“Como el Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí” (Jn 6:57).
Al estar unidos a Cristo por el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros, estamos en relación eterna de amor con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
¿Y qué beneficios concretos tenemos?
LOS BENEFICIOS DE RECIBIR LA EUCARISTÍA
Cada vez que reciben la Santa Comunión, según Santa Gertrudis, algo bueno le sucede a todos los seres en el cielo, en la tierra y en el purgatorio.
El santo Cura de Ars decía que una comunión bien recibida vale más que una pequeña fortuna dada a los pobres.
Cada vez que recibimos la comunión nuestra estancia en el purgatorio se acorta.
Mientras estemos en la tierra, con una visión limitada, nunca seremos capaces de apreciar la grandeza de la Eucaristía.
Sabemos también de la importancia que le dan en lugares como Medjugorje.
“Adoren sin cesar al Santísimo Sacramento del altar”, dijo la Santísima Virgen.
“Se reciben gracias especiales. Vayan a misa sin tener que buscar una excusa. Oren, oren, oren solamente.
La oración debe ser para ustedes no sólo un hábito, sino también una fuente de felicidad.
Abandónense a Dios sin ninguna restricción.
Amen a sus enemigos. Desterrad de su odio del corazón, la amargura, juicios preconcebidos.
Si ustedes supieran la gracia y los dones que reciben, ustedes se prepararían (para la Eucaristía) cada día durante una hora por lo menos.
Oren, queridos hijos, de manera que el plan de Dios pueda llevarse a cabo, y todas las obras de satanás sean cambiadas a favor de la gloria de Dios.
Cuando digo ‘oren, oren, oren’ Yo no sólo quiero decir aumentar el número de horas de oración, sino también para reforzar el deseo de la oración, y de estar en contacto con Dios.
Pónganse permanente en un estado de ánimo bañado en oración.
Queridos hijos, quiero que entiendan que Dios los ha elegido cada uno de ustedes con el fin de utilizarlos en un gran plan para la salvación de la humanidad.
Ustedes no son capaces de comprender cuán grande es su papel en el diseño de Dios.
La misa es la oración más grande de Dios.
Ustedes nunca serán capaces de entender su grandeza.
Es por eso que deben ser perfectos y humildes en la misa.
Os ruego, oren a Jesús, yo soy su madre, e intercedo por ustedes con Él.
Pero todo no depende sólo de mí, sino también de su fuerza y ??la fuerza de los que rezan.
La misa es lo más importante y el momento más sagrado en sus vidas.
Si se abandonan a sí mismos hacia mí, incluso no sentirán el paso de esta vida a la otra vida.
Ustedes van a comenzar a vivir la vida del cielo de esta tierra«.
¡Ni siquiera se siente el paso de esta vida!
¡Una promesa increíble que es!
POR LA EUCARISTÍA PENETRA EL PODER MILAGROSO DE DIOS
La Eucaristía de una manera particular muestra el poder infinito y milagroso de Dios.
Que es capaz de transformar y perfeccionar su creación y atraer a los hombres a una profunda comunión con él.
Los dones del pan y el vino se transforman en su totalidad y milagrosamente, en el Cuerpo y la Sangre del Salvador.
Ordinariamente la recepción de la Santa Comunión no es un acto místico (de acuerdo con el sentido estricto), ya que normalmente el beneficio real que recibimos del sacramento depende en parte de nuestras disposiciones activas.
Pero al acercarnos a la Eucaristía y desear la comunión profundamente hacemos que el propósito de la Santa Cena en última instancia suceda.
Poco a poco vamos siendo transformados por la recepción de los dones transformados en el altar.
Y para que nuestro esfuerzo activo sea virtuoso, es llevado a la perfección por el Espíritu Santo.
En el Canon Romano de la misa, hay dos invocaciones al Espíritu Santo, en las que se ora para que el Espíritu transforme los dones.
Antes de la consagración oramos para que el pan y el vino puedan ser un ofreciemiento en espíritu y en verdad, y así se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
A continuación, después de la consagración invocamos de nuevo al Espíritu Santo y pedimos que a medida que el ángel de Dios presente el sacrificio en el altar del cielo podamos recibir en el altar en la tierra, toda gracia y bendición celestial.
Lo qué ocurre en el altar ante nosotros se supone que sucede también en nosotrosa través de los dones que recibimos desde el altar, por el poder del Espíritu Santo.
Por otro lado, en la vida de los santos y místicos la recepción de la Santa Comunión a menudo se convierte en un acto místico en sentido estricto.
Debido a su deseo de la Eucaristía, la intensidad de su caridad les abre más plenamente a la acción directa de Dios en sus almas.
Su unidad sacramental con Cristo en la sagrada comunión se convierte en transformadora de una manera más allá de lo habitual.
En algunas circunstancias, Dios aún expone esta verdad por medio de signos eucarísticos extraordinarios y muy visibles externamente.
Como cuando, por ejemplo, la vida física de Santa Catalina de Siena y otros, que se mantienen durante muchos años sin ninguna otra nutrición que la Santa Comunión.
Otro signo extraordinario son los milagros eucarísticos, que apuntan a mostrar, más allá de toda duda, la transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Y otro más notable y más extendido es la sanación a través de la eucaristía.
La sanación más común es la del alma y de los estilos de vida, pero sin duda los milagros que movilizan más a la gente son los físicos.
MILAGROS FÍSICOS A TRAVÉS DE LA SANTA EUCARISTÍA
La historia de la Iglesia Católica no es nada menos que la historia de los milagros realizados por Jesús Cristo.
Esto es tan cierto que una de las marcas de la verdadera Iglesia – además de ser una, santa, católica y apostólica – es también la capacidad de realizar milagros.
Es decir, fenómenos físicos que están más allá de las leyes de la naturaleza física.
Y lo que no podemos olvidar es que muchas de estas maravillas son realizadas por nuestro Señor a través de la presencia real en el Santísimo Sacramento.
El padre John Hardon dice que la prueba clásica para esto son los milagros que se producen en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia.
Recuerda que fue la Virgen la que obtuvo de su divino Hijo el primer milagro que realizó en su ministerio público cuando cambió el agua en vino en las bodas de Caná de Galilea.
Desde el principio, el santuario de Lourdes fue testigo de innumerables maravillas físicas.
Comúnmente asociamos estas maravillas con que la gente se bañe en el agua de Lourdes.
Sin embargo una parte esencial de los fenómenos en el santuario de Lourdes es el hecho de que los enfermos son bendecidos con la custodia sagrada que contiene el Santísimo Sacramento.
Uno de los ejemplos clásicos son las curas repentinas registradas los médicos que forman parte del jurado de calificación en el santuario de Lourdes.
De acuerdo con un médico, que recuerda el padre Hardon, la curación repentina de una mujer que moría de cáncer fue la experiencia más notable desde el punto de vista médico que tuvo en sus dos décadas de trabajo con la comisión examinadora.
Ella llegó a Lourdes en un estado moribundo.
Primero ella se sumergió en el agua de Lourdes.
El primer efecto fue un dolor insoportable. Entonces cesó el dolor, pero el cáncer se mantuvo.
No fue hasta el día siguiente, cuando el sacerdote la bendijo con el Santísimo en una custodia, que se curó inmediatamente de su condición cancerosa.
Con los años maravillas similares se han registrado sobre el poder del Santísimo Sacramento por la intercesión de la Virgen para realizar milagros de curación corporal siempre a favor de los que creen.
Esto nos muestra que la contemplación eucarística es sanadora incluso en problemas menores.
EL PODER CURATIVO DE LA CONTEMPLACIÓN EUCARÍSTICA
Las palabras de Santa Teresa de Calcuta nos inspiran:
“Cuando nos fijamos en el crucifijo, entendemos lo mucho que Jesús nos amó. Cuando nos fijamos en la Sagrada Hostia entendemos lo mucho que Jesús nos ama ahora”.
Esta sanación se produce mediante una progresión interior:
El encuentro con Jesús: la experiencia personal del amor divino que cura;
La conversión del corazón: el movimiento hacia Dios y el alejarse de lo que no es de Dios;
El compromiso con Jesús: en una relación de amor que lleva al servicio.
EL PODER LIBERADOR DE LA EUCARISTÍA
El padre Venatius Oforka en “El arte de la guerra espiritual”, relata un caso de una sesión de liberación de una niña que había estado poseída por el demonio durante algunos años.
El demonio se negaba a salir del cuerpo de la niña obstinadamente.
Y el grupo de oración sé estaba desmoralizando.
Hasta que se les ocurrió la idea de llevarlo a Jesús eucarístico en la capilla.
Llevaron a la niña a ese lugar y el demonio a través de la voz de la niña gritó en voz alta
“¿Quién es este? ¿Quién es esta persona?”
Para él la eucaristía no era un objeto sino una persona porque, él lo veía con los ojos espirituales.
Podemos estar viendo una hostia blanca y redonda con los ojos físicos, pero el demonio vio la gloria de Dios y quedó aturdido.
Entonces tartamudeando pidió que lo dejaran ir, que no quería verlo.
¿Quién me trajo a su casa? No nos caemos bien, sácame de este lugar”.
El joven sacerdote que estaba a cargo de la liberación quedó anonadado ante la afirmación del demonio de que el pan consagrado tenía ese poder.
Y el demonio entonces acorralado decidió pelear contra Jesucristo en la hostia consagrada y trató de tirarlo para abajo del altar.
Al principio los laicos del grupo de oración trataron de proteger la custodia con el Santísimo Sacramento.
Pero luego el sacerdote pensó que lo mejor era permitir que Nuestro Señor luchara por sí mismo y les indicó a los laicos del grupo de oración que no le impidieran ningún movimiento a la niña.
Entonces el demonio corrió a toda velocidad y con una tremenda fuerza hacia el altar, pero 10 centímetros antes se detuvo como si un cable invisible lo controlará.
Volvió para atrás y tomó carrera otra vez y sucedió lo mismo.
Y luego sucedió una tercera vez y pero esta vez el demonio pudo llegar hasta tocar el mantel del altar.
Cuando el demonio tocó el mantel fue terriblemente sacudido y lanzado fuertemente al suelo, retorciéndose y pidiendo por favor que lo dejaran salir de la niña.
Esto demuestra el poder de liberación contra el demonio que tiene la Eucaristía.
La norma de la Iglesia Católica sigue siendo comulgar en la boca.
No obstante, luego del Concilio Vaticano II se permitió comulgar en la mano a algunas Arquidiócesis.
Lo que se fue generalizando a pedido de las Conferencias Episcopales.
Independiente de esta polémica, hay malas prácticas para recibir la comunión que expondremos abajo.
Es llamativa la pregnancia de esta excepción de recibir la hostia en la mano. .
Ya que Santos, Doctores y los últimos papas (Juan Pablo II y Benedicto XVI) llaman a comulgar en la boca.
Una de las tantas costumbres protestantes que ha tomado la Iglesia Católica y que forma parte de los signos de nuestros tiempos.
El Generalis Missalis Romani dice que en principio, la Comunión se recibe en la boca.
Pero donde sea concedido (por la Conferencia Episcopal), el fiel puede, a elección, comulgar recibiendo la hostia en la mano.
En cambio, cuando la Comunión se recibe «por intinción» (esto es, bajo las dos especies, mojando la hostia en el Cáliz), obviamente, sólo puede recibirse en la boca.
No obstante llama poderosamente la atención que muchos sacerdotes no conocen la norma para dar la comunión por intinción.
Me ha sucedido planteárselo a sacerdotes – tanto recién salidos del seminario como muchos años en el ministerio – que desconocían esta norma. O fingieron desconocerla.
Sin embargo está sucediendo algo más oscuro, bajo el argumento de que la Iglesia debe modernizarse.
Esto va en sentido inverso del pedido del anterior Papa, Benedicto XVI, y sobre todo anula unilateralmente y sin consulta Vaticana, una práctica que la Iglesia ha tenido en los últimos 20 siglos.
EVOLUCIÓN DE CÓMO SE RECIBE LA EUCARISTÍA
Monseñor Schneider, que es experto en Patrística e Iglesia primitiva, explica las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia primitiva y la actual práctica de la comunión en la mano.
Según afirmó, esta costumbre es «completamente nueva» tras el Concilio Vaticano II. .
Y no hunde sus raíces en los tiempos de los primeros cristianos, como se ha sostenido con frecuencia.
En la Iglesia primitiva había que purificar las manos antes y después del rito, y la mano estaba cubierta con un corporal, de donde se tomaba la forma directamente con la lengua:
«Era más una comunión en la boca que en la mano», afirmó Schneider.
De hecho, tras sumir la Sagrada Hostia el fiel debía recoger de la mano con la lengua cualquier mínima partícula consagrada.
Un diácono supervisaba esta operación.
Jamás se tocaba con los dedos.
«El gesto de la comunión en la mano tal como lo conocemos hoy era completamente desconocido»entre los primeros cristianos.
Aun así, se abandonó aquel rito por la administración directa del sacerdote en la boca.
Un cambio que tuvo lugar «instintiva y pacíficamente» en toda la Iglesia a partir del siglo V, en Oriente, y en Occidente un poco después.
El Papa San Gregorio Magno en el siglo VII ya lo hacía así.
Y los sínodos franceses y españoles de los siglos VIII y IX sancionaban a quien tocase la Sagrada Forma.
Según monseñor Schneider, la práctica que hoy conocemos de la comunión en la mano nació en el siglo XVII entre los calvinistas. .
Que no creían en la presencia real de Jesucristo en la eucaristía.
«Ni Lutero», que sí creía en ella aunque no en la transustanciación, «no lo habría hecho», dijo el obispo kazajo.
«De hecho, hasta hace relativamente pocolos luteranos comulgaban de rodillas y en la boca.
Y todavía hoy algunos lo hacen así en los países escandinavos».
¿CUÁNDO TOMA FORMA LA POSIBILIDAD DE “COMULGAR EN LA MANO” EN LA IGLESIA CATÓLICA?
El documento fundamental que hizo ello posible no es otro que la instrucción Memoriale Domini, publicada el 29 de mayo de 1969 por la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, una de las nueve congregaciones de la Iglesia.
“Habiendo pedido algunas Conferencias Episcopales y algunos obispos en particular que se permitiese en sus territorios el uso de poner en las manos de los fieles el pan consagrado, el Sumo Pontífice mandó que se preguntase a todos y cada uno de los obispos de la Iglesia latina su parecer sobre la oportunidad de introducir el rito mencionado”.
El resultado de la votación fue el siguiente.
“Fueron propuestas a los obispos tres cuestiones, a las que, hasta el día 12 del mes de marzo último [1969], respondieron del modo siguiente:
¿Se ha de acoger el deseo de que, además del modo tradicional, se permita también el rito de recibir la Sagrada Comunión en la mano? Placet: 567. Non placet: 1.233. Placet iuxta modum: 315. Votos inválidos: 20.
¿Place que se hagan antes experimentos de este nuevo rito en pequeñas comunidades, con el consentimiento del ordinario del lugar? Placet: 751. Non placet: 1.215. Votos inválidos: 70.
¿Piensa que los fieles, después de una preparación catequética bien ordenada, han de recibir de buen grado este nuevo rito? Placet: 835. Non placet: 1.185. Votos inválidos: 128”.
Como se ve, el resultado fue bastante adverso a la reforma, por lo que en vez de imponerla, la instrucción en cuestión se limitó a hacer la siguiente concesión:
“Si el uso contrario, es decir, el de poner la Santa Comunión en las manos, hubiere arraigado ya en algún lugar,
la misma Sede Apostólica, con el fin de ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir el oficio pastoral, que con frecuencia se hace más difícil en las condiciones actuales,
confía a las mismas Conferencias el encargo y el deber de examinar las circunstancias peculiares, si existen,
pero con la condición de prevenir todo peligro de que penetren en los espíritus la falta de reverencia o falsas opiniones sobre la Santísima Eucaristía, como también de suprimir con todo cuidado otros inconvenientes”.
Con lo cual, se puso en manos de las conferencias episcopales nacionales la potestad de decidir, si los sacerdotes de su jurisdicción podían o no optar por dejar la sagrada forma en las manos de sus fieles, en el caso en el que éstos así lo solicitaran.
Una potestad más, junto a las muchas otras de las que gozan las conferencias episcopales.
Como por ejemplo la de trasladar de día determinadas fiestas o la sustituir los ayunos y abstinencias por otras prácticas penitenciales.
Ha habido después de la instrucción Memoriale Divini alguna nueva referencia al tema.
La más importante quizás sea la de una nueva instrucción, la Redemptionis Sacramentum, de 2004, en la que se hace la siguiente observación que, en realidad, aporta poco a lo ya dicho en la Memoriale Divini,
“Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento,
en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia.
Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas.
Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano” (artículo 92).
LA VIRGEN MARÍA LLAMA A COMULGAR EN LA BOCA EN SUS APARICIONES
En «Mística Ciudad de Dios», Sor María de Jesús de Agreda relata su visión sobre cómo fue la primera Misa de los Apóstoles, al octavo día de la Venida del Espíritu Santo, en la misma patena y cáliz en que había consagrado el Señor.
La primera Misa la celebró San Pedro y asistió a ella María Santísima.
En esas revelaciones, se dice que la Santísima Virgen comulgó de mano de San Pedro. .
Observen que dice de mano, no en la mano.
Veamos cómo lo relata:
«Con profunda humildad y adoración se prepararon para comulgar.
Y luego dijeron las mismas oraciones y salmos que Cristo Señor nuestro había dicho antes de consagrar, imitando en todo aquella acción, como la habían visto hacer a su divino Maestro.
Tomó San Pedro en sus manos el pan ázimo que estaba preparado, y levantando primero los ojos al cielo con admirable reverencia, pronunció sobre el pan las palabras de la consagración del cuerpo santísimo de Cristo, como las dijo antes el mismo Señor Jesús.
Luego san Pedro consagró el cáliz y con el sagrado cuerpo y sangre hizo las mismas ceremonias que nuestro salvador, levantándolos para que todos lo adorasen.
Tras de esto se comulgó el apóstol a sí mismo y luego los once apóstoles, como María Santísima se lo había prevenido.
Y luego por mano de San Pedro comulgó la divina Madre«.
En muchos otros mensajes a videntes María pide comulgar en la boca, y nunca menciona comulgar en la mano.
LAS DECLARACIONES DE LOS CONCILIOS
De Rouen: El Concilio de Rouén (año 650) prescribe: «A ningún laico, hombre o mujer, sea dada la eucaristía en la mano, sino en la boca.
De Bizancio: El Quinto Concilio de Constantinopla (año 691) prohibió a los fieles darse la Comunión a sí mismos (que es lo que sucede cuando la Sagrada Partícula es colocada en la mano del comulgante)
Y decretó una excomunión de una semana de duración para aquellos que lo hicieran en la presencia de un obispo, un sacerdote o un diácono.
De Trento: El Concilio de Trento (Dogmático) en fecha 11 de Octubre de 1551, (ses. XIII, c.8) dispuso:
«Siempre ha sido costumbre de la Iglesia de Dios, en la Comunión Sacramental, que los laicos tomen la comunión de manos de los sacerdotes, y que los sacerdotes celebrantes comulguen por sí mismos;
costumbre que por razón y justícia DEBE MANTENERSE por provenir de la Tradición Apostólica».
(El texto se refiere a la comunión en la boca, pues hacía ya muchos siglos que había sido prohibida en la mano.)
Vaticano II: No se pronunció sobre la comunión en la mano (auto comunión).
DECLARACIONES SANTOS, PADRES Y DOCTORES DE LA IGLESIA Y DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA
Tertuliano:(160-220) «…cuidamos escrupulosamente que algo del cáliz o del pan pueda caer a tierra» (De corona, 3 PL 2, 99);
San Hipólito(170-235) «… cada uno esté atento… que ningún fragmento caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que debe ser comido por los fieles y no despreciado» (Trad. Ap. 32.).
Orígenes: (185-254) «Con qué precaución y veneración, cuando recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis, de manera que no caiga nada o se pierda algo del don consagrado.
Os consideraríais justamente culpables si cayese algo en tierra por negligencia vuestra» (In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391).
El mismo Pablo VI comenta así este último texto: «»Consta que los fieles creían y con razón, que pecaban, según recuerda Orígenes, si, habiendo recibido el cuerpo del Señor, y conservándolo con todo cuidado y veneración, algún fragmento caía por negligencia» (Mysterium Fidei, 32).
San Cirilo:(315-387) «… recíbela cuidando que nada de ella se pierda, porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro ¿no las guardarías con toda diligencia procurando no perder nada de ellas?
¿No procurarás, pues, con mucha más diligencia que no se te caiga ninguna migaja de lo que es más precioso que el oro y las piedras preciosas?»).
San Efrén: (306-373) «Comed este pan y no piséis sus migas… una partícula de sus migas puede santificar a miles de miles y es suficiente para dar vida a todos los que la comen» (Serm. in hebd. s., 4, 4).
San Basilio: (330-379) afirma claramente que sólo está permitido recibir la Comunión en la mano en tiempos de persecución o, como era el caso de los monjes en el desierto, cuando no hubiera un diácono o un sacerdote que pudiera distribuirla.«
No hace falta demostrar que no constituye una falta grave para una persona comulgar con su propia mano en épocas de persecución cuando no hay sacerdote o diácono» (Carta 93).
Lo que implica que recibirla en la mano en otras circunstancias, fuera de persecución, será una grave falta.
S. Agustín: (354-430) “Sería locura insolente, el discutir qué se ha de hacer cuando toda la Iglesia Universal tiene ya una práctica establecida.” (carta 54,6; a Jenaro.)
San León, llamado el Magno, Sumo Pontífice entre 440-461, en sus comentarios al sexto capítulo de San Juan, habla de la Comunión en la boca como del uso corriente: «Se recibe en la boca lo que se cree por la Fe».
El Papa no habla como si estuviera introduciendo una novedad, sino como si fuera un hecho ya bien establecido.
S. Gregorio: También llamado Magno, Papa entre 590 y 604, en sus Diálogos (Roman 3, c 3) relata cómo el Papa San Agapito obró un milagro durante la Misa, después de haber colocado la Hostia en la lengua de una persona.
También Juan el Diácono nos habla acerca de esta manera de distribuir la Santa Comunión por ese Pontífice.
San Francisco de Asís: (1182-1226) “Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros.”( Carta 2ª, a todos los fieles, 35).
Santo Tomás de Aquino: (1225-1274) «Porque debido a la reverencia hacia este sacramento, nada lo toca, sino lo que es consagrado; de aquí que el corporal y el cáliz son consagrados, y así mismo las manos del sacerdote, para tocar este sacramento.» (Suma Teológica: Pt. III, Q.82, Art. 3).
Es decir, se falta a la reverencia debida a este Sacramento, cuando lo tocan manos que no están consagradas; doctrina que fue luego confirmada por S.S. Juan Pablo II en Domenica Cenæ.
San Pío X «Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior«. (Catecismo de San Pío X).
Y Contestando a quienes le pedían autorización para comulgar de pie alegando que: los israelitas comieron de pie el cordero pascual les dijo:
«El Cordero Pascual era tipo (símbolo, figura o promesa) de la Eucaristía. Pues bien, los símbolos y promesas se reciben de pie, MAS LA REALIDAD SE RECIBE DE RODILLAS y con amor«.
Cuando estaba este santo pontífice en su lecho de muerte, en Agosto de 1914, y se le administró la Sagrada Comunión como Viático, no la recibió, y no le estaba permitido, en la mano: la recibió en la lengua de acuerdo a la ley y a la práctica de la Iglesia Católica.
Pío XII: “Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes.” ( Mediator Dei, 17.)
Pablo VI: El texto original de la ya mencionada consulta a los Obispos sobre la comunión en la mano, decía: “En nombre y por encargo del Santo Padre, me es grato comunicar…” Al leerlo, el Papa dijo al encargado de redactar la carta:
-¿Grato? ¡No me es grato para nada!
Y corrigió el texto de la siguiente forma:
“En nombre y por encargo del Santo Padre, es mi deber comunicar…”
En esa misma carta el Papa corrigió otra frase añadiendo de su puño y letra lo que está en negritas:
“Por mandato explícito del Santo Padre que no puede dejar de considerar la eventual innovación con evidente aprensión…”
Madre Teresa de Calcuta:“…el peor mal de nuestro tiempo es la Comunión en la mano.” (The Wanderer, 23 de marzo de 1982)
OPINIÓN DE SAN JUAN PABLO II
Periodista: – Santo Padre, ¿Cuál es su opinión sobre la comunión en la mano?
A lo que el Papa responde: .
Hay una carta apostólica sobre un permiso especial válido para esto. .
Pero yo le digo a Ud. que no estoy a favor de esta práctica, ni tampoco la recomiendo. .
El permiso fue otorgado debido a la insistencia de algunos obispos diocesanos.
Entrevistado por la revista Stimme des glaubensdurante su visita a Fulda (Alemania) en Noviembre de 1980.
En su Carta “Domenica Cenæ”, de 24 de febrero de 1980, el Papa dice: “El tocar las Sagradas Especies y su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados”.
Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la Comunión en la mano a la esposa del primer ministro Giscard d’Estaing.
En la Instrucción “Inestimabile Donum” de la Congregación para el Culto Divino, sancionada el día 17 de abril del mismo año de 1980, el Papa reitera:
“No se admite que los fieles tomen por sí mismos (auto comunión) el pan consagrado y el cáliz sagrado, y mucho menos que se lo hagan pasar de uno a otro”.
Pero más allá de esta polémica hay malas prácticas en la recepción de la comunión en ambas modalidades.
LAS MALAS PRÁCTICAS EN LA RECEPCIÓN DE LA COMUNIÓN
La Sagrada Eucaristía es el Sacramento que contiene el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo bajo la apariencia de pan y vino.
Y por lo tanto debemos recibir la hostia consagrada con respeto.
El comulgante al recibir la comunión debe inclinar su cabeza como un gesto de reverencia y recibir luego el cuerpo de Nuestro Señor de las manos del ministro.
De hecho hay dos formas aprobadas hoy para recibir la sagrada comunión.
Uno es el método tradicional, es la recepción de la hostia en la lengua.
El comulgante da un paso adelante, se arrodilla o se queda parado haciendo una reverencia o genuflexión o el signo de la cruz. .
El sacerdote levanta la hostia y dice “el cuerpo de Cristo” y el comulgante responde “amén”, inclina ligeramente la cabeza hacia atrás, extiende la lengua y la mantiene quieta, y el ministro coloca la hostia en la lengua después de su respuesta amén.
La otra forma es recibir la comunión en la mano.
El comulgante extiende su mano izquierda sobre su mano derecha y se mantiene quieto, mientras el ministro coloca la hostia en sobre la mano. .
Y el comulgante toma la hostia con la mano derecha y se la introduce en la boca en presencia del ministro antes de volver a su banco.
Sin embargo hay malas prácticas sobre las que nos gustaría hablar.
Malas prácticas al recibir la comunión en la boca
Aquí podemos encontrar diversas modalidades equivocadas.
El tiburón. Cuando el ministro levanta la ostia para mostrársela al comulgante, este se abalanza con sus dientes hacia la hostia como en una especie de ataque, haciendo que el ministro retroceda para evitar la mordida.
El mordedor. Esta es una variante de la anterior porque no se abalanza sobre la hostia, pero introduces su boca en la hostia y la mano del ministro. Y el ministro puede resultar mordido o simplemente sus dedos lamidos por el comulgante.
El que se balancea. Sigue con tal precisión los movimientos del ministro, que éste no sabe dónde colocar la hostia. El trabajo lo debe hacer el ministro y el comulgante debe extender suavemente la lengua y quedarse quieto.
El que crea confusión. Se arrodilla sobre un pie delante del ministro y luego de para, de modo que confunde al ministro sobre si quiere recibir la comunión arrodillado o parado, en la mano o en la boca.
El comulgante de la lengua reseca. Al sacar la lengua la hostia no queda pegada en ella, y a menudo cae al suelo; por lo que es recomendable humedecer la lengua antes de recibir la comunión.
El comulgante agujero negro. Abre la boca sin sacar la lengua y el sacerdote tiene qué tirar la hostia adentro de su boca, por qué no encuentra la lengua.
El comulgante tragamonedas. Abre poco la boca y es difícil para el ministro insertable la hostia en la lengua.
Malas prácticas al recibir la comunión en la mano
El ascensor. Levanta bruscamente la mano cuando recibe la hostia y se choca con la mano descendente del ministro.
El que baja la mano. Presenta sus manos tan abajo que obliga al ministro a doblarse y estirarse.
El jugador de básquetbol. Anticipa la recepción de la hostia y se la emboca en la boca de manera rápida y a veces se cae al suelo.
Al que no se ven las manos. Presenta las manos cubiertas por un buzo o una camisa y el ministro no sabe donde colocar la hostia.
El consumidor de medicamentos. Se tira en la boca la hostia sin ninguna reverencia.
El que tiene un bebé en sus brazos. Extiende su única mano libre y le es difícil embocar a la hostia; por lo tanto esta clase de persona debe recibir la comunión siempre la lengua.
El investigador. Toma la Eucaristía pero no se la pone en la boca y se va al banco a investigarla. Esto está prohibido y el ministro le llamará la atención, porque hay gente que va a las misas a buscar hostias consagradas para ritos satánicos.
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Padre, madre e hijos sentados en un banco en la iglesia es un estímulo para todos.
Pero obviamente es una situación que requiere paciencia y experiencia.
En la iglesia católica hay una larga tradición de bienvenida a las familias con niños pequeños en las misas. .
Los sacerdotes siempre lo destacan cuando hay niños, pero hay situaciones por demás estresantes.
Los niños lloran, gritan, corren y a veces perturban a los demás files y no dejan concentrarse en la homilía al sacerdote.
Por eso estos 20 consejos.
Esto no sucede en general en los cultos evangélicos. .
Y a ellos les resulta chocante la primera vez que concurren a una misa católica y ven a los niños corretear libremente por el templo mientras transcurre la liturgia. .
Incluso hasta se ofenden diciendo que es una falta de respeto.
Pero también hay algunas patologías, como curas que prestan más atención a lo que hacen los niños correteando que a la propia misa.
CONCURRIR A MISA ES UN DERECHO DE LOS NIÑOS Y UN DEBER DE LOS PADRES
La Iglesia insiste en que los niños sean bautizados rápidamente después del nacimiento.
Y aunque el bautismo no les permite recibir la eucaristía, igual los hace parte del cuerpo místico de Cristo.
De modo que concurrir a misa podemos considerarlo como un derecho bautismal.
La misa es un acto de adoración y oración.
Pero que no podemos hacerlo completamente por nuestra propia voluntad, sino por la gracia que nos da el Espíritu Santo.
Por lo tanto estar a misa no significa sólo participar con la razón, saber lo que hay que contestar y contestarlo bien.
Sino que en realidad se trata de nuestra presencia para recibir las gracias a través de la Iglesia.
Es por esta razón que los padres no sólo tienen el derecho de llevar a los niños a la misa sino la obligación de hacerlo.
Para que sus hijos obtengan un conocimiento infuso y las gracias que derrama el cielo cuando se abre sobre la Iglesia en el momento de la misa.
En el momento de la misa hay miles de ángeles en el templo y santos que vienen a la eucaristía.
Y si bien no lo vemos con nuestros ojos eso tiene repercusión en nuestro ser.
Por algo Jesucristo dijo “dejen que los niños vengan a mí” en lugar de “dejen a los niños que vengan a mí si se comportan bien y tiene la edad suficiente para comprender”.
Sin embargo no es tarea fácil para los padres lograr que los niños aprendan el comportamiento adecuado en misa, para no molestar al resto de los feligreses.
Necesitan un aprendizaje, y como todo aprendizaje lleva su tiempo, se desarrolla en varias etapas y requiere una estrategia.
Por ejemplo es importante llevar a los niños alimentados antes de misa para que no estén especialmente inquietos, porque de cualquier manera ellos no tienen obligación del ayuno eucarístico.
Las instrucciones de los padres deben ser sistemáticas y repetidas permanentemente en el proceso de aprendizaje de los niños en misa.
Los padres deben establecer su nivel de expectativa sobre cómo quieren que sus hijos se comporten, y repetirlo hasta el cansancio.
Y predicar con el ejemplo.
Los padres además deben considerar que son los primeros catequistas de sus hijos.
Pero se deben armar de paciencia y perseverar, porque el aprendizaje lleva su tiempo.
Veamos los 20 consejos.
CONSEJO 20
Enséñales acerca de la importancia de la Misa.
Diles por qué asisten, y lo que otros adoradores necesitan con el fin de participar en el servicio.
Enseñarle a tus hijos sobre la importancia de la Misa, les ayudará a desarrollar un profundo respeto y comprensión de la misma.
CONSEJO 19
Deja que tus niños escojan qué comer si se comportan durante la Misa.
Si es una tradición familiar comer después del servicio, diles a tus hijos que escojan la comida u otro premio que les quieras dar si se comportan bien durante la Misa.
Esto ayuda a fomentar el buen comportamiento.
CONSEJO 18
Llega puntualmente a misa, de preferencia minutos antes de que inicie.
La misa debe ser para la familia el acto más importante de la semana, por lo tanto, todos deben comenzar a prepararse con la suficiente anticipación para que puedan darse un baño, arreglarse y llegar con tiempo a misa.
Para salir de casa no debe haber enojos ni reclamos.
CONSEJO 17
Procura que la familia se siente en los bancos de adelante para evitar que los niños se distraigan.
Así los niños podrán ver al sacerdote moviéndose en el altar y sus gestos en la celebración.
Eso atraerá su atención.
CONSEJO 16
Procura que tus hijos te oigan contestar en misa.
Es recomendable pronunciar bien, vocalizando, para que ellos oigan y aprendan.
Échales una miradita animándoles a que participen.
CONSEJO 15
Es importante que nuestros hijos nos vean atentos y que nos vean rezar.
Un buen momento para rezar es después de la comunión, con mucho respeto.
Es conveniente animarles a que ellos también se pongan de rodillas y recen.
CONSEJO 14
El respeto al sacerdote.
Cuando entre el sacerdote debemos ponernos de pie, y al final de la misa esperamos a que salga él para salir nosotros.
CONSEJO 13
Canta la Misa.
Va a inspirar a tus niños a cantar.
Y hay pocas cosas en este mundo mejor para las personas que oír en la Iglesia el sonido del canto de los niños.
CONSEJO 12
Inventa un juego auditivo.
Durante la Misa, has que tus hijos vean las veces que oyen una palabra determinada.
Esta puede ser «amén», «viene», «rezar» o cualquier otra palabra de uso común repetida durante la misa.
No sólo los mantendrá ocupados, sino que les animará a escuchar lo que está pasando, y participarán en mayor medida.
CONSEJO 11
Al entrar en el banco, separa a los niños con problemas.
Tu sabes cuáles son.
Sentar a un niño a cada lado de ustedes es una buena práctica.
Esto es especialmente importante si tienden a pelear mucho.
No serán capaces de hablar ni tocarse durante la misa.
CONSEJO 10
Siéntate cerca de las familias con niños mal educados.
El espectáculo de los niños va a mantener a tus niños tranquilos porque van a estar en estado de shock y se preguntarán por qué pueden salirse con la suya.
Y tus hijos se verán muy bien en comparación.
CONSEJO 9
No creas a las personas mayores que dicen después de la misa que tus hijos están muy bien educados.
Algunos ancianos a menudo exigen mucho a los niños moderación.
No estoy diciendo nada en contra de ello.
Todos merecemos moderación, especialmente los niños.
Pero por otro lado, no escuches a la gente que se molesta por tus niños en la Misa tampoco y hace parecer que tu familia es una molestia para los demás.
Tú perteneces a allí. Y también tus hijos.
CONSEJO 8
No dejes que tus niños vayan al baño durante la misa.
Hay algo acerca de los baños y los niños.
Dejar que un niño vaya al baño no sólo hace que a todos tus otros niños les venga instantáneamente el síndrome del intestino irritable, y también hace que todos los otros niños los sigan.
Nunca ha sido un titular “Niño explota durante la misa, los feligreses empapados en orina”.
Nunca lo vi. Ni una sola vez. En resumen, no dejes ir al baño.
CONSEJO 7
A veces debes dejarlos ir al baño.
Yo sé lo que dije. Pero es una cuestión de criterio.
CONSEJO 6
Díle a tus niños que el signo de la paz no es como el saludo de los niños en la escuela, ni un golpe en la espalda ni un Ok guiñando el ojo.
CONSEJO 5
Viste a tus niños de manera realmente agradable y realiza un montón de ruido subiéndolos en la camioneta para ir a misa el domingo por la mañana.
Es bueno para tus vecinos ver a dónde van.
Eso quita todas sus excusas para no ir.
Yo sé lo que dijo Jesús acerca de la oración en privado y no atraer sobre uno mismo, pero nunca se sabe a quién se va a inspirar a ir a misa.
Ya sé que no se siente como una inspiración después de lidiar con un montón de chicos, pero a veces ocurre justo inspiración cuando estás haciendo lo mejor posible.
Permite que lo vean.
CONSEJO 4
Ten cuidado si llevas al más pequeño para la comunión.
Si no estás prestando atención él podría recibir el sacramento tempranamente.
CONSEJO 3
Prepara a tus niños para ciertas Misas.
Díles que la palma no es un arma.
Explícales que no es necesario mostrar una emoción desbordante cuando gritan “Crucifícale”.
Nosotros no somos católicos metodistas.
Ah, y prepáralos para la la vigilia de Navidad.
Hay algo acerca de decir la palabra “engendrado” cuando repasamos la genealogía de Jesús que hace reír a los niños.
No sé por qué. Simplemente lo hacen.
Se han hecho estudios y se ha demostrado que cada niño en el mundo por lo menos esboza una sonrisa cada vez que oye a alguien tratando de decir: “Y Salomón engendró a Roboam. Y Roboam engendró a Abia. Y Abia engendró a Asa. Y Asa engendró a Josafat. Y Josafat engendró a Joram. Y Joram engendró a Ozías”.
No sé por qué los hace reír. Simplemente lo hacen.
CONSEJO 2
Permite que cada chico ponga una moneda o dos en la canasta de la colecta.
Les hace sentir generosos.
A veces sentirse generoso realmente inspira generosidad. No todo el tiempo. Pero a veces.
CONSEJO 1
Los niños pequeños que no saben leer quieren mantener el misal y los que saben leer, no quieren hacerlo.
Simplemente trata de limitar el volumen del intercambio de páginas.
Ah, y no les digas que se llama misal hasta la edad universitaria.
Si dices “misal” oirán “misil”. Ellos obtendrán ideas divertidas.
Como padre, lo único que puede hacerse es apuntar a tu niño en la dirección correcta. . Cuando lleves a tus hijos a misa los está apuntando en la dirección correcta. . Si les enseñas a centrarse en el Santísimo Sacramento durante la Misa, haces que sea más fácil que el Santísimo Sacramento se convierta en el centro de su vida en el futuro.
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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En 1996 se produjo el llamado Milagro Eucarístico de Buenos Aires.
Donde una hostia se transformó en carne y sangre.
Informado Jorge Bergoglio, por entonces Obispo Auxiliar de Buenos Aires, ordenó tomar fotos.
Y luego cuando Arzobispo, dispuso una intensa investigación de laboratorio.
Además de un estudio por el Dr. Castañón, cuyo testimonio se puede ver en el video.
Los estudios mostraron que la hostia se había transformado en una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años. .
Cuya sangre era del grupo AB y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado.
Los científicos que hicieron el estudio no sabían que era una hostia, se lo dijeron luego de los análisis y quedaron asombrados.
Pues tiene glóbulos rojos, glóbulos blancos, y células palpitando y latiendo, y al clavarle una jeringa salía sangre.
Mira el video de reflexiones sobre este artículo, que está abajo.
LOS ANTECEDENTES
Previo al suceso de 1996 hubo antecedentes en la Parroquia de Santa María del barrio de Almagro de Buenos Aires; esto es lo que dice oficialmente la parroquia Santa María:
Mayo 1992
Después de la Misa del viernes 1 de mayo, al hacer la reserva del Santísimo Sacramento, el ministro de la Eucaristía encontró dos trozos de Hostia sobre el corporal del Sagrario.
Consultado el sacerdote, le indicó que los colocara en un recipiente con agua en el Sagrario (una de las formas habituales para esperar que se disuelvan y luego poder purificar).
En los días siguientes, algunos sacerdotes miraban para ver si ya se habían disuelto, sin observar cambios. .
Siete días más tarde, el viernes 8 de mayo, encontraron que las formas tenían un color rojizo, con apariencia de sangre.
El domingo siguiente, 10 de mayo, durante las dos Misas vespertinas, se observaron unas gotitas de sangre en las patenascon las que los sacerdotes distribuían la Comunión.
Julio 1994
El domingo 24, durante la Misa con niños, cuando el ministro de la Eucaristía retiraba el copón del Sagrario, al destaparlo, vio una gota de sangre que corría por la pared interna del mismo.
Agosto 1996
En la Misa de las Fiestas Patronales de la Asunción de la Santísima Virgen, nuevamente se tuvo que poner una Hostia en un recipiente con agua para su disolución.
Unos días más tarde, el 26, una ministra de Eucaristía, al hacer la reserva del Santísimo Sacramento, encontró que la forma se había vuelto carne.
La hostia que ha sido estudiada por orden del cardenal Bergoglio, y es venerada públicamente en la parroquia
Relicario donde se guarda la hostia
Un hecho coincidente que hay que informar es que desde el 15 de agosto de 1996 se autorizó dar la comunión en la mano en Argentina.
Una vez arzobispo, Mons. Bergoglio decidió hacer analizar científicamente aquella sustancia.
Veamos ahora los detalles de la historia.
UNA HOSTIA CONSAGRADA SE CONVIERTE EN CARNE Y SANGRE
A las siete de la tarde el 18 de agosto de 1996, el P. Alejandro Pezet decía la santa misa en la iglesia católica Santa María del Barrio de Almagro, de Buenos Aires.
Cuando estaba terminando la distribución de la Sagrada Comunión, una mujer se acercó para decirle que había encontrado una hostia descartada en un candelabro en la parte posterior de la iglesia.
Al ir al lugar indicado, el P. Alejandro vio la hostia profanada.
Puesto que él era incapaz de consumirla, la colocó en un recipiente con agua y lo guardó en el sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento.
El lunes, 26 de agosto, al abrirse el sagrario, vieron con asombro que la hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta. .
El párroco informó al Obispo Auxiliar Jorge Bergoglio, quien dio instrucciones para que la hostia fuera fotografiada de manera profesional.
Por ese entonces Jorge Bergoglio era Obispo Auxiliar del cardenal Quarracino, que era el Arzobispo de Buenos Aires.
Las fotos fueron tomadas el 6 de septiembre.
Muestran claramente que la hostia, que se había convertido en un trozo de carne ensangrentada, y había aumentado considerablemente de tamaño.
ANÁLISIS CLÍNICOS
Por varios años la Hostia se mantuvo en el tabernáculo, y todo el asunto en un secreto estricto.
Dado que la hostia no sufrió descomposición visible, entonces el ahora Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, decidió hacerla analizar científicamente.
Hay que aclarar que toda la información sobre este milagro eucarístico recién se conoció después del años 2001, cuando Bergoglio se convirtió en Cardenal.
Una muestra del tejido fue enviada a un laboratorio en Buenos Aires. .
El laboratorio reportó el hallazgo de células humanas rojas y blancas, de sangre y de tejido de un corazón humano.
El laboratorio informó además de que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.
VIAJA EL DR. CASTAÑÓN
Tres años más tarde, en 1999, el Dr. Ricardo Castañón Gómez fue contactado para realizar algunas pruebas adicionales.
El 5 de octubre de 1999, en presencia de representantes del Arzobispo Bergoglio, el Dr. Castañón tomó una muestra del fragmento ensangrentado y lo envió a Nueva York para su análisis. . Puesto que él no deseaba perjudicar el estudio, no informó a propósito al equipo de científicos sobre su procedencia.
El laboratorio informó que la muestra recibida era de tejido muscular de corazón humano vivo.
ANÁLISIS DE UN CARDIÓLOGO FAMOSO
Cinco años más tarde, en 2004, el Dr. Gómez se contactó con el Dr. Frederick Zugibe y le pidió evaluar una muestra. .
Y una vez más sin decirle nada acerca del origen de la muestra.
El Dr. Frederic Zugibe, un cardiólogo reconocido y patólogo forense, determinó que la sustancia analizada era carne y sangre que contiene el ADN humano.
Zugibe declaró que,
“El material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. .
Este músculo es responsable de la contracción del corazón. .
Hay que tener en cuenta que el ventrículo cardíaco izquierdo bombea sangre a todas las partes del cuerpo. .
El músculo cardíaco está en una condición inflamatoria y contiene un gran número de células blancas de la sangre. .
Esto indica que el corazón estaba vivo en el momento en que se tomó la muestra. .
Mi argumento es que el corazón estaba vivo, ya que las células blancas de la sangre mueren fuera de un organismo vivo. .
Él requiere de un organismo vivo para mantenerlo. .
Por lo tanto, su presencia indica que el corazón estaba vivo cuando se tomó la muestra. .
Lo que es más, estas células blancas de la sangre habían penetrado el tejido. .
Lo que indica, además, que el corazón había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho“.
SORPRESA DEL CARDIÓLOGO AL SABER LA PROCEDENCIA DEL TEJIDO
Dos australianos, el periodista Mike Willesee y el abogado Ron Tesoriero, fueron testigos de estas pruebas.
Sabiendo de donde la muestra había venido, estaban estupefactos por el testimonio del Dr. Zugibe.
Mike Willesee preguntó al científico cuánto tiempo las células blancas de la sangre se habrían mantenido con vida si hubieran venido de un pedazo de tejido humano, que se hubiera mantenido en el agua. .
Y respondió el Dr. Zugibe que ellas habrían dejado de existir en cuestión de minutos.
El periodista le dijo entonces al médico que la fuente de la muestra había sido en un principio dejada en agua corriente durante un mes.
Y luego por otros tres años en un recipiente con agua destilada; y sólo entonces había sido tomada la muestra para el análisis.
Dr. Zugibe dijo que no había manera de explicar científicamente este hecho.
Sólo entonces Mike Willesee informó al Dr. Zugiba que la muestra analizada provino de una hostia consagrada (pan blanco, sin levadura) que se había vuelto misteriosamente en carne humana con sangre.
Sorprendido por esta información, el Dr. Zugibe respondió:
“Cómo y por qué una hostia consagrada puede cambiar su carácter y convertirse en carne viva y sangre humana seguirá siendo un misterio inexplicable para la ciencia, un misterio totalmente fuera de mi competencia“.
Aquí esta un video del propio Dr. Castañón contando su intervención. .
Y aquí hay un video del Padre Julio Gritti contando toda la historia en un portugues fácil de entender por quienes hablan en español. .
LA COMPARACIÓN CON EL MILAGRO DE LANCIANO
El doctor Ricardo Castañón Gómez dispuso que los informes de laboratorio del milagro Buenos Aires se compararan con los informes de laboratorio del milagro de Lanciano; una vez más, sin revelar el origen de las muestras.
Los expertos que hicieron la comparación concluyeron que los dos informes de laboratorio deben haberse originado a partir de muestras obtenidas a partir de la misma persona.
Se informó además de que ambas muestras revelaron el tipo de sangre “AB” positivo.
También dijeron que los ADN de las dos muestras eran idénticos.
Por lo tanto, la muestra de Buenos Aires y la muestra Lanciano deben haber sido tomadas de la misma persona.
Si se compara el Milagro de Lanciano con el Milagro Eucarístico de Buenos Aires se comprueba que
– las dos muestras corresponden a la misma persona, .
– que nació y vivió en medio oriente, .
– que la carne es actualmente un tejido que está vivo a pesar de los años.
COMPARACIÓN CON LA SÁBANA SANTA Y EL SANTO SUDARIO
Pero hay un hecho más importante y más interesante aún.
Cuando los resultados científicos de las muestras de sangre tomadas de Lanciano y Buenos Aires se compararon con las muestras de sangre tomadas de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo, han demostrado ser 100% idénticas.
Todas ellas tienen un tipo de sangre “AB” positivo. . Todas ellas son características de un hombre que nació y vivió en la región del Medio Oriente.
LA ACTIVIDAD DE LA PARROQUIA ENCUENTROS EN LA NARRACIÓN DE LOS HECHOS
Luego de un profundo discernimiento, y acompañada por su Arzobispo, la Comunidad ha definido hacer público los sucesos a través de encuentros de Narración de los Hechos y de Adoración Eucarística.
Los encuentros, organizados por la Comunidad a través de un grupo de narradores, se realizan cada mes los terceros viernes de 20 a 22 hs. y los cuartos sábados de 11 a 13 hs.
Todos los interesados pueden concurrir libremente sin necesidad de inscripción previa.
En el caso de grupos numerosos organizados, se pueden comunicar a la Secretaría Parroquial (Tel. + 011 4982-6038 / 4958-4755 (psm.secretaria@gmail.com).
La Parroquia Santa María se encuentra en Av. La Plata 286, Almagro, Buenos Aires.
Y los Horarios del Templo son Lunes a sábados: 9:00 a 20:30hs. y
Domingos: 9 a 13:30 y 16 a 21:30hs.
PLACAS CONMEMORATIVAS EN LA PARROQUIA
La comunidad ha instalado en el templo dos placas conmemorativas del suceso.
En el texto de la placa principal se lee:
“La Comunidad de Santa María dedica esta Capilla a la Adoración Permanente. .
En ella se conservan el Signo Eucarístico y todos los vasos sagrados, a partir de los hechos acontecidos en los años 1992, 1994 y 1996.
Esperamos que el Signo sea para otros lo que ha sido para nosotros, un camino de descubrimiento de la Adoración Eucarística”
La segunda placa brinda información práctica para conocer los hechos mencionados:
“Los encuentros de Narración del Signo Eucarístico se realizan todos los terceros viernes de cada mes de 20 a 22 hs. y todos los cuartos sábados de cada mes de 11 a 13 hs. No hace falta anotarse previamente.
En estos encuentros miembros de la comunidad parroquial contaremos los hechos, conversamos sobre ellos y rezamos juntos.
Este es el modo con el que la comunidad parroquial junto con su Obispo, ha decidido compartir estos hechos con sus hermanos, considerándolo el más adecuado y privilegiándolo por sobre cualquier otro medio de comunicación.”
LA PÁGINA WEB DE LA PARROQUIA FUE HACKEADA POR UN GRUPO MUSULMÁN
En el 2015 la Página de la Parroquia Santa María en Almagro, Buenos Aires, fue hackeada aparentemente por musulmanes, como lo muestra la imagen que publicamos; y el audio reflejaba una oración musulmana.
El hackeo fue severo, porque la Parroquia no pudo recuperar la página hasta tres años después del suceso.
Esta es la portada que había en la página cuando estaba hackeada.
Según la información que surge en la página que dejaron los hackeadores, no serían unos hackers improvisados a quienes se les ocurrió atacar una presa fácil, con bajas defensas.
Tampoco son un grupo de expertos hackeadores que buscan notoriedad.
Sino que fue una unidad bélica de combate cibernético turca, que tienen como pedigree nada menos que haber hackeado el sofisticado sistema de defensa antimisiles de Israel.
Se trata de un Grupo turco fundado en el año 2002, ver aquí su referencia, con sede en Turquía, que pretende ser la primera Cyber Army turca reconocida por las fuerzas armadas del país.
Se describen como anticristianos, anti-Israel y anti-estadounidenses y utilizan tanto imágenes asociadas con la ideología yihadista, así como imágenes del pasado secular del país, incluyendo a Kamal Ataturk.
El mensaje del grupo que salió en la página del sitio web de la ONU, cuando lo hackearon decía:
«Contra los que tiene malas ideas acerca de nuestra religión y nuestro país, incluyendo sitios de Internet, vamos a luchar contra ellos, todos los de origen turco de todo el mundo estamos juntos, no tenemos miedo, vamos a dar respuesta, a cualquiera que permita la crueldad y a los países que hagan crueldad a otros, esperen nuestra visita, los turcos no tienen más paciencia».
Y cuando este grupo se introdujo en el software de misiles balísticos de Israel, Arrow 3, la conocida Cúpula de Hierro, que se jactaba de estar equipado con un firewall insuperable, lo hackeó y dejó el mensaje:
«No hay ningún sistema en el mundo que no pueda ser hackeado: televisores, aviones, unidades de inteligencia pueden ser hackeadas».
Su récord de hackeos es impresionante.
Pero el hackeo que tuvo más repercusión fue al sitio de la película Saving Christmas, protagonizada por Kirk Cameron, que trataba sobre la Navidad, y tiene un mensaje cristiano.
En el hackeo pusieron una imagen de un guerrero Otomano feroz y la frase:
«El que alimenta ideas negativas sobre nuestra religión y nuestro país será combatido por nosotros»
Además de los hackeos al sistema misilístico israelí, a la ONU y a la película Saving Christmas, este grupo ha hackeado a diversas organizaciones norteamericanas, públicas y privadas, israelíes, a sitios chinos, daneses, sirios, holandeses, rusos, al sitio del gobierno etíope, etc.
¿POR QUÉ HACKEARON A UNA PEQUEÑA PARROQUIA DE BUENOS AIRES?
No se dice exactamente la razón por la que este grupo turco hackeó la Parroquia Santa María de Buenos Aires, un objetivo que a primera vista es muy menor.
Pero podemos sospechar que está relacionado con el gran suceso que pasó ahí, el milagro eucarístico de 1996, en el que participó activamente el anterior Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco.
Y suponemos que la importancia de este objetivo no es la participación activa de Bergoglio ‘per se’ en él, sino lo que ha demostrado la investigación del Dr. Castañón sobre este milagro eucarístico de Buenos Aires, reafirmado luego por el Papa.
En definitiva el estudio permite trazar una línea directa con la Sábana Santa. .
Y muestra el milagro de que la sangre en las hostias consagradas es de una persona actualmente viva. .
Algo sorprendente, que sólo puede ser explicado si en la hostia consagrada está verdaderamente presente Jesucristo vivo.
El suceso de la Parroquia Santa María de Buenos Aires es un poderoso alegato sobre la veracidad de la historia que cuenta el cristianismo.
El maligno es real y no un mero recurso literario.
En el 2011 comenzó una de las manifestaciones modernas mejor documentadas de ataque del maligno a una familia.
Aquí traemos la historia de la liberación de una familia y de una casa endemoniada mediante un exorcismo
Y también traemos la confesión de un ex satanista a un sacerdote sobre las hostias consagradas.
La dificultad para su reconocimiento es que el propio satanás lleva adelante una inteligente campaña de desinformación. .
Pretender hacer creer que no existe, que se trata de una superstición infantil o medieval. .
Y así limitar su mención entre los cristianos generando vergüenza pública.
DETALLES OCULTOS DE LA INFESTACIÓN MALIGNA MÁS INCREÍBLE DE UNA CASA
Hace cinco años sucedió la evidencia más clara y probada del ataque de siniestros espíritus oscuros a una familia.
El Padre Michael Maginot exorcizó la casa y a la mujer junto con sus tres hijos y a su madre.
Estos hechos dramáticos involucraron como testigos a una enfermera, una trabajadora social, la policía y familiares, entre otros.
El fenómeno incluyó la posesión, la levitación, e incluso el caso de un niño que caminó hacia atrás en una pared a la vista de la enfermera, la trabajadora social, y su abuela.
Además el Padre Maginot también fue llamado para realizar un exorcismo en un adolescente (no relacionado con la familia original) que visitó la casa y de repente se volvió oprimido con pensamientos de suicidio, por lo que parece que los espíritus permanecen.
La casa en cuestión fue construida en 1926 en Carolina Street en Gary (una ciudad industrial cerca de Chicago).
Y los propietarios originales vivieron allí hasta la década de 1980, cuando fue vendida a un nuevo propietario que la alquilaba hasta 2014.
Él a su vez la vendió a Zak Bagans – productor de un programa de «fantasmas» para el canal de viajes («Ghost Adventures»), que al parecer planea un documental.
La mujer cuya familia estaba en el centro de la perturbación era Latoya Ammons, que se ha trasladado a Chicago.
Latoya se había mudado a la casa durante noviembre de 2011.
Ella había tenido una relación con un hombre al que acababa de enterarse que estaba casado, según el padre Maginot, y estaba tratando de distanciarse de él.
Este fue el comienzo de los hechos extraños.
Cuando la esposa del novio se enteró del romance entre su marido y Latoya, dice el sacerdote, ella llamó a Latoya e hizo un comentario enigmático de que «se van a arrepentir de jugar con mi marido.»
Latoya Ammons
La pregunta es: ¿fue una amenaza de una maldición? ¿Estaba la esposa involucrado en algo ocultista? ¿Fue el novio?
Esta es la pregunta porque las cosas ocurrieron incluso antes de que entraran en la casa.
Cuando Latoya estaba con él, las sábanas misteriosamente se deslizaban a sus pies, los objetos de repente desaparecían (incluyendo un par de sus zapatillas Air Jordan). .
Al igual que ciertas fotografías de la familia, y él había solicitado ropa interior de Latoya como una especie de recuerdo de su relación.
Poco después Latoya (ahora sabiendo que era un hombre casado) huyó y alquiló la casa en Carolina street y no quiso que él entrara.
Casi de inmediato, moscas caballo habían aparecido en el porche delantero de la casa, a pesar de que era invierno, y volvían pese a los esfuerzos constantes para matarlas.
Se oían pasos torpes en el sótano. Había una puerta del sótano que Latoya y su madre, Rosa Campbell, oirían crujir, aunque no había nadie allí.
Se dijo que el novio acechaba a Latoya. Cuando fue por la casa no le fue permitido entrar y de pie en el porche, según el padre Maginot, dio a cada uno de sus dos hijos un billete de cinco dólares (pero no a la hija).
Eso fue en marzo de 2012. Y desde entonces, dice el padre Maginot, las cosas en la casa (que había incluido sombras y huellas inexplicables de botas mojadas en la sala de estar) se aceleraron.
Los niños eran tirados del sofá, y la hija de 12 años en ese momento, levitaba de su cama a la vista de un amigo que estaba durmiendo allí, y así fue como o Rosa y Latoya corrieron a orar.
«Creo que tal vez había algo relacionado con lo oculto en la forma en que se unieron», reflexiona el padre Maginot sobre el novio.
«Se presentaba como un buen cristiano, pero nunca la llevó a su iglesia. Ellos nunca fueron a la iglesia juntos».
En este punto recomendamos al lector orar para asegurarse de que nada de este artículo o cualquier situación demoníaca actúe en ti. Ora por discernimiento. Ora para tomar de este cuento lo que es bueno, como el hecho de que Dios es muchísimo más poderoso que el mal.
LA CASA
¿Latoya y sus tres hijos terminaron poseídos como resultado de su novio y su esposa, por posibles vínculos ocultistas o era la casa?
La casa en sí también tenía sus aspectos sospechosos.
Como el Padre Maginot – a quien se le concedió el permiso de su obispo para exorcizar a Latoya – detalla, había cosas sobre el sótano de esta casa que se prestan a creer que tenía su propio equipaje ocultista, lo que el sacerdote llama un «portal».
Porque el sótano tenía una parte de alrededor de cuatro por tres metros debajo de la escalera donde el hormigón se había roto.
Cuando la policía fue allí, encontró un par de panties blanco, un pasador de camisa, un calzador de plástico que parecía como si se hubiera roto a propósito por la mitad.
También una tapa para un pequeño recipiente de cocción, calcetines con los fondos cortados por debajo de la tobillos y un objetos metálicos que parecían un peso para un cordón de cortinas.
El Padre Maginot dijo que los objetos fueron encontrados en dos niveles diferentes, uno a los dos pies, el otro cerca de dos y medio, y parecía que estaban allí desde la Gran Depresión o la Segunda Guerra Mundial.
¿Hubo ocultismo – quizás espiritismo – practicado en esa casa? . ¿Hubo alguien enterrado allí – quizás un niño, porque más tarde uno de los chicos Ammons, que tenía siete años, diría que estaba hablando con otro chico, con el espíritu de un niño, en el armario, que le dijo que había sido matado?
¿Había alguna relación entre la ropa interior descubierta debajo de la escalera y la petición del novio de ropa de Latoya?
¿Hay algún tipo de «puente» sobrenatural?
LOS EXORCISMOS
El Padre Maginot fue testigo por sí mismo en su primera visita, cuando las luces del baño misteriosamente parpadeaban cada vez que hablaba acerca de los sucesos.
Y las persianas de la ventana se balanceaban aunque no había brisa.
Allí estaba la figura sombría que dejaría huellas de barro. Vio esto él mismo.
El Padre Maginot dijo que roció sal bendita debajo de las escaleras, lo que parecía ser un punto focal. .
Una forma negra «como un monstruo» fue vista por los niños.
En un momento, los tres niños quedaron en un estado en que uno podía proferir cánticos como satánicos y luego ser seguido por el próximo hijo continuando el mismo canto y desmayarse, seguido por el tercero, en una secuencia perfecta.
Los cantos fueron dichos con una voz profunda y extraña y parecían implicar números.
Durante una visita a la oficina del doctor, el niño de siete años de edad – de acuerdo con un informe oficial del Departamento de Servicios para Niños – fue levantado por fuerzas invisibles y arrojado contra una pared. . Fue llevado al Hospital Metodista en Gary. Cuando la trabajadora social, Valerie Washington, habló con la familia en el hospital, los ojos del muchacho se volvieron para atrás y él le enseñó los dientes gruñendo.
Padre Maginot
Fue en el hospital, frente a Valerie Washington y a la enfermera Willie Lee Walker, que el otro hijo, de nueve años, que estaba sosteniendo la mano de su abuela. . De repente mostró una sonrisa extraña y «subió por la pared sobre ella, y permaneció allí. .
No hay manera de que pudiera haber hecho eso. .
Él se había «deslizado» caminando hacia atrás por la pared. Fue una marcha, no un salto acrobático».
Esto fue poco después de que el padre Maginot fuera llamado (por un capellán del hospital), un Bautista reacio a involucrarse, y un «evangelista» que visitó la casa tuvo que salir, al sentirse «abrumado», según el informe inicial del Padre Maginot al obispo.
Este valiente sacerdote – que inmediatamente había reconocido la presencia demoníaca – realizó por primera vez un exorcismo informal sobre Latoya (se le negó inicialmente el permiso para que uno formal por el obispo), durante el cual la mujer se convulsionó cuando presionó un crucifijo contra su cabeza.
Cuando se le concedió un permiso formal de la diócesis, el sacerdote comenzó una serie de tres exorcismos oficiales.
Fue el primer exorcismo, dijo el padre Maginot, que el obispo Dale Melczek había autorizado en sus veintiún años en el cargo.
Dos de los ritos fueron en Inglés, el último de ellos en Latín.
Sintió que un cuarto podía ser necesario, pero para entonces Latoya se había ido del local, alejándose, con alivio.
Al sacerdote nunca se le permitió visitar a los niños, que, tomados por los servicios sociales, ya no se encontraban en la casa.
Los psicólogos etiquetaron todo como «delirante».
ACCIDENTES EXTRAÑOS
La policía informó exudaciones espeluznantes de aceite en el hogar y problemas con equipo electrónico después de visitar la casa. . Un reportero de homicidios veterano se negó a permanecer en la casa en la oscuridad. .
Otro trabajador social del gobierno que entró en la casa más tarde sufrió una serie de accidentes, incluyendo quemaduras por una motocicleta, tres costillas rotas mientras hacía jet ski, una fractura en la mano, y finalmente una fractura de tobillo mientras corría en sandalias.
El Padre Maginot mismo parecía bien protegido, aunque él también encontró extraños sucesos en su vida.
Su computador tuvo problemas cuando él hizo una búsqueda sobre demonología.
Luego estuvo «el paseo en bicicleta, una de las cosas más extrañas en mi vida.»
Según el sacerdote, se fue de paseo en bicicleta en un punto durante los exorcismos y ante su desconcierto se dio cuenta de que todo el que pasaba – quizás hasta quince personas en las carreteras y aceras – no paraban de sonreírle y saludarlo, misteriosamente amigables.
Nunca había experimentado que la gente reaccionara a sus paseos en bicicleta así antes.
Se imaginó que los ángeles estaban contentos con él ayudando a la familia Ammons.
Luego las cosas se tornaron negativas.
Fue casi frontalmente golpeado por una bicicleta con exceso de velocidad (en una ruta en bicicleta de diez millas) en la dirección opuesta.
Se encontró tirado en la hierba – arrojado fuera del camino – y su asiento de bicicleta en ángulo de 45 grados. Una rama le había golpeado la cabeza.
Entró en un túnel oscuro con la bicicleta bajo una calle y de repente había voces de unos veinte estudiantes que se encontraban en el túnel y tuvo que huir del túnel para evitar que ellos le golpearan.
De camino a casa, la gente que pasaba por ya no era amable. Ahora, todo el mundo estaba mirándole fijamente, con miradas de asombro, alrededor de diez personas, entre ellas una familia.
«Fue extraño», dice el sacerdote, «estaban allí de pie mirándome a mí, todos con el mismo tipo de mirada.»
Entre el segundo y tercer exorcismo, las luces se apagaron en la rectoría durante una tormenta. .
Luego hubo un segundo corte después del 4 de julio. Resultó ser un apagón de treinta horas. . Fue la primera vez en los catorce años allí que hubo un corte sostenido. . Y le ocurrió una tercera vez justo antes de la Misa, que luego fue celebrada con la luz de las velas.
Los Ammons tenían muchos fenómenos eléctricos en la casa, estática en el teléfono, interrupciones extrañas en la televisión.
¿Acaso la relación de Latoya con este hombre llevo a su casa su propia oscuridad?
¿Estuvieron involucrados espíritus de los fallecidos, así como fuerzas demoníacas?
Algunos dicen que espíritus de la tierra pueden atraer a los espíritus malignos, o convertirse en ellos.
La policía tomó fotografías y vio formas extrañas en algunas de ellas, incluyendo una cara en una forma parecida a una nube y lo que parecía una anciana.
Capitán de Policía de Gary
El hecho ha quedado ahí porque no hay suficientes sacerdotes para hacer exorcismos ni existe conciencia de muchos obispos de la existencia real de lo demoníaco.
En muchos seminarios, ahora se les enseña que cuando la gente se refiere a los «demonios» durante el tiempo bíblico, estaban simplemente describiendo lo que hoy conocemos como males psicológicos. .
Incluso dicen que Jesús simplemente usó el lenguaje del momento cuando Él los llamaba «espíritus inmundos» o «demonios», que poseían o que afligían a personas.
Pero, de hecho, hay espíritus y posesiones o infestaciones u opresiones.
Los niños en esa casa sufrieron náuseas y sangrado de sus bocas. Esto no es algo para jugar.
Es cosa para mantener fuera de su hogar. Unge cada ventana y puerta con óleo santo y sal bendita, si lo tienes; utiliza agua bendita regularmente.
Y una vez más, no se pongas demasiado interés en nada oscuro.
Uno de los aspectos sorprendentes de esta historia es que los interesados eran fieles de una iglesia evangélica y no llaman a un pastor protestante para llevar a cabo el exorcismo.
Y cuenta el padre Dwight Longenecker que
Una vez me llamaron por una casa embrujada a mi parroquia y cuando le pregunté a la gente por qué no llamaban a su propio pastor de la mega iglesia local a la que concurrían, solo se rieron y dijeron que su pastor no podía manejar ese tipo de cosas y que sabían que es necesario llamar a un sacerdote católico.
LA CONFESIÓN DE UN EX SATANISTA
El Padre Andrew Trapp, un joven sacerdote de la diócesis de Charleston registra aquí su entrevista con un ex satanista en Francia.
El pobre hombre probablemente sentía que estaba siendo interrogado por la CIA en este punto, pero sabiendo que nunca podría tener esta oportunidad otra vez, despu;es de un largo interrogatorio le pregunté:
Nicolas una última pregunta. Le dije que había oído que los que estaban muy profundo en el satanismo pueden realmente decir si una hostia había sido consagrada o no.
Por ejemplo, no van a robar el pan de la comunión de comuniones protestantes, ni van a robar el pan de comunión sin bendición para profanación en las «misas negras».
Si fuera así no funcionaría porque algunos de los satanistas reconocerían de inmediato que se trataba de pan común, y serían capaces de decir que Jesucristo no estaba sacramentalmente allí.
Le pregunté a Nicolas si esto era cierto. Él respondió que era así, y él dijo que podía hacerlo antes de su conversión del satanismo.
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal.
Si alguien pusiera diez hostias idénticas frente a él, nueve no consagradas y una consagrada, él habría sido capaz de señalar directamente e inmediatamente la hostia que había sido consagrada.
Le pregunté con asombro: «¿Pero cómo puede saberlo?»
Él me miró y pronunció palabras que quedaron para siempre en mi memoria: «Debido al odio», dijo.
«Debido al odio ardiente que sentía hacia esa hostia»
LAS MISMAS VERDADES SE REVELAN EN AMBAS HISTORIAS
Satanás y los demonios son reales y desprecian y blasfeman al sacerdote católico y a la Eucaristía católica.
¿Qué conclusiones podemos sacar de estas historias impactantes y dramáticas?
En primer lugar el recuerdo no sólo de que satanás y sus secuaces son reales, sino también un recordatorio de que a menudo se esconde. Satanás es un mentiroso y por lo general viene disfrazado como un ángel de luz.
En segundo lugar. Él no nos tienta primero con horror, blasfemia y violencia, y también con una forma retorcida de lo bello, lo bueno y lo verdadero.
No es de coincidencia que el Papa Francisco hable con frecuencia sobre la realidad de satanás.
Y es sorprendente que una de las pocas veces que los dos papas se reunieron (Francisco y Benedicto XVI) fue para dedicar una nueva estatua de San Miguel Arcángel, el príncipe que nos ayuda en la batalla contra satanás.
Esto se debe a que estamos entrando en tiempos oscuros. El espíritu del ateísmo se ha movido desde el Este hacia el Oeste.
Nubes de tormenta en el horizonte para Cristo y su iglesia; satanás es fuerte y no duerme.
RECUERDA LAS TRES MENTIRAS DEL MALIGNO
La Primera. Recuerda que la mentira favorita de satanás es decir que él no existe. Esta mentira viene en varias formas. La más flagrante es decir que él y Dios no existen.
La Segunda es dejar que creas en Dios, pero decir que la de satanás es una creencia medieval o supersticiosa.
La Tercer mentira es que él no es una persona real y personal, que «el diablo» es simplemente otro nombre para el mal o lo «sombrío» o «el lado oscuro de la vida».
Estas son mentiras. La verdad es que satanás es real. Si eres un cristiano él te odia más todavía. Él quiere destruirte. Él quiere devorarte.
Recuerda las palabras de la Sagrada Escritura:
«Sean sobrios y estén vigilantes, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8)
La abstinencia absoluta de alimentos sólidos, durante más de unas cuantas semanas, es imposible fisiológicamente.
Sin embargo hay una cuantos casos en que personas han sobrevivido durante años comiendo solamente la eucaristía, la hostia consagrada.
Que luego de la consagración sacerdotal los católicos creen que se transforma en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Una demostración de que la hostia consagrada es algo más que un pedazo de harina cocida son los milagros eucarísticos, donde hostias consagradas sangran con sangre humana. .
Y otra, la que traemos aquí; testimonios de vida de personas que consagran radicalmente su vida a Cristo y son capaces de vivir por años comiendo solamente la hostia consagrada.
Esto demuestra que el cuerpo humano puede vivir durante años en abstinencia absoluta.
Y que en esa circunstancia se desarrolla una elevadísima espiritualidad, teniendo a Dios como Única y Verdadera Fuente de la Vida.
Sin embargo está la otra cara.
El Padre Pío le envió a Luisa Piccarreta este mensaje, a través de Federico Abresch:
”Querida Luisa, los santos sirven para el bien de las almas, pero su sufrimiento nunca tiene límites”
Los que presentamos aquí son los casos más notorios. .
Pero muchos santos han vivido solo alimentándose con la eucaristía durante años. .
Demostrando que la Eucaristía no es solamente un símbolo, sino que hay otro poder presente y actuando en el pan consagrado.
La fisiología y la patología enseñan que el hombre no puede sobrevivir a una abstención total de alimentos prolongada por algunas semanas.
Esta es la regla general para el acontecer totalmente humano.
Sin embargo, la Iglesia registra numerosos casos de ayunos absolutos durante años, perfectamente documentados, ya que las investigaciones que se aplican desde Benedicto XIV son muy estrictas.
Sin embargo, el ayuno absoluto durante años, por sí solo, no es causa de santidad.
En realidad no se puede comprender en ningún modo la posibilidad de realización natural de tales ayunos.
Los animales de letargo invernal, como la marmota, el oso, el erizo, el murciélago, etc. se hunden en la inmovilidad y caen en un estado de letargo con un amortiguamiento de la circulación y la respiración, y la temperatura considerablemente rebajada.
El mantenimiento de esa existencia, reducida al mínimum, exige entretanto la combustión de las grasas y de elementos tisulares, que dan siempre una disminución de peso.
El organismo humano no puede mantener su vitalidad sin combustión y toda combustión implica una pérdida de ácido carbónico y desechos.
De ello proviene el enflaquecimiento y, si no hay aporte de materiales de reemplazo, la muerte sobreviene después de cierto tiempo.
Observemos además que los Santos y las personas piadosas que describiremos abajo, llevaron en su mayoría una vida normal y hasta muy activa.
No sólo no padecieron el letargo de los animales invernantes, sino que algunos durmieron apenas algunos instantes por noche, a veces nada en absoluto.
Su desgaste debió ser por lo tanto el máximo.
En tales condiciones, la hipótesis de un milagro se presenta fácilmente al espíritu.
Mahatma Gandhi sobrevivió 21 días de inanición total bebiendo sólo sorbos de agua a los 74 años, y cuando su cuerpo ya estaba muy delgado.
También se han registrado que huelguistas de hambre han llegado a vivir hasta 40 días sin comer, y sin morir por ello.
Pero estos son casos extremos, porque la medicina afirma que un cuerpo puede vivir como máximo 21 días sin comida y hasta 2 meses si tiene acceso al agua.
Cuanto más reserva de grasa tiene disponibles una persona más tiempo puede sobrevivir sin comer.
Pero una vez que las reservas de grasas se han metabolizados, entonces el cuerpo comienza a descomponer los músculos para obtener energía.
La ciencia ha verificado también que la composición corporal de las mujeres las hace capaces de soportar la inanición durante más tiempo, pero no radicalmente más.
Acá traemos siete de estos casos; mujeres que han demostrado con su vida que Dios es el Único y Verdadero Alimento.
Pero sabemos que hay más, como el caso de la Beata Madre María de San José.
IMELDA LAMBERTINI
Imelda tenía tan solo 11 años de edad cuando dejó su cuerpo en un amoroso estado de éxtasis místico tras recibir su Primera Comunión.
Ella se encontraba en el convento preparándose para ser monja y la única cosa que verdaderamente deseaba era recibir la Comunión.
Habiendo sido enviada al convento después de suplicar mucho a sus amados padres, era admirada por todos su piadosa devoción.
La ley eclesiástica no permitía que ella recibiese la Sagrada Eucaristía, debido a su corta edad.
Pero, en la vigilia de la Ascensión (12 de mayo de 1333), sus oraciones fueron finalmente atendidas.
Una hermosísima Hostia llena de Luz se hizo visible por encima de ella, que permanecía arrodillada en íntima oración. .
Terminada la Misa, todo el mundo había abandonado ya la iglesia, a excepción de la hermana sacristana. .
Cuando esta vio aquella Luz sobre Imelda corrió aprisa en busca del sacerdote. .
Viendo el milagro, el sacerdote no tuvo más alternativa que dar a Imelda su Primera Comunión.
Inmediatamente, habiendo recibido al Señor, Imelda entró en éxtasis.
Lo que sucedió a continuación solo Dios lo sabe.
En el mismo altar donde ella había estado orando y donde había recibido a Cristo a la Eucaristía, rodeada de monjas y curiosos, Dios la tomó para llevarla consigo.
Esta dulce niña amaba a Dios tan profundamente que su corazón fue llevado inmediatamente.
Su cuerpo incorrupto se ha venido guardando en una iglesia de Bolonia (Italia) hasta el día de hoy.
Catalina Benincasa nació en Siena, en la fiesta de la Anunciación del año 1347, en el seno de la numerosa familia de un comerciante.
A la edad de seis años tuvo una visión de Cristo en su trono de Gloria y a raíz de ello hizo voto secreto de entregar su vida a Dios.
A los doce años, en respuesta a la insistencia de sus padres, Catalina les hizo saber que nunca contraería matrimonio y para confirmar su decisión cortó su hermosa y larga cabellera.
Viendo que no cambiaba de actitud, la familia comenzó a tratarla como a una sirvienta, encargándole los más humillantes trabajos de la casa, de manera que no tuviese tiempo para retirarse a orar en soledad conforme acostumbraba.
Catalina sobrellevaba todo esto con dulzura y paciencia, y Dios le mostró cómo construir una ‘celda interior’ donde estar a salvo de toda perturbación.
Santa Catalina de Siena fue invitada por el mismo Jesús a beber su Preciosísima Sangre, la cual manaba de su costado. .
Tras beber de esta Divina Fuente, ella no necesitó comer o beber más. .
Durante los siete años previos a su fallecimiento, vivió no tomando sino a Nuestro Señor en la Eucaristía. .
Ella no tenía hambre, permaneciendo activa y fuerte.
Después de la comunión diaria casi siempre quedaba en éxtasis, siendo muchos los que pudieron verla levitar.
Cada día era mayor el número de conversiones y tres sacerdotes dominicos fueron designados exclusivamente para escuchar las confesiones de aquellos a quienes ella había persuadido para enmendar sus vidas.
Marta Robin nació el 13 de marzo de 1902, en Châteauneuf de Galaure (Francia).
Sus padres eran propietarios de una modesta plantación de maíz.
En 1903 la familia Robin hubo de pasar por la penosa experiencia de sufrir una epidemia de fiebre tifoidea.
A resultas de ello, la salud de Marta quedó debilitada.
Ello no le permitía acudir regularmente a la escuela, hasta que al fin ella dejó de ir para tomar parte en las labores de la casa y la granja.
Desde su infancia, ella consideró a María como su Madre, amándola y rezándole como tal.
En 1918, Marta Robin sintió los primeros síntomas de la enfermedad que nunca más la abandonaría: una encefalitis.
Se intentó todo para curarla.
Para hacer frente a los gastos médicos, Marta Robin cosía y bordaba para unas cuantas personas que le hacían encargos.
Tras diez años de lucha contra la enfermedad, por la Gracia de Dios, ella comprendió que su enfermedad y su sufrimiento serían el Camino que la llevara a la Unión con el Corazón de Jesús, el Redentor.
Con ayuda del padre Faure, Marta Robin fue adentrándose en una vida de silencio, entrega y oración.
Su unión con Jesús llegó a ser tan íntima que cada viernes ella participaba de los sufrimientos de la Pasión, manifestándose en su cuerpo los estigmas.
En 1929, la enfermedad entra en una segunda fase: tetraplegia y parálisis del canal alimenticio. .
Contrariamente a lo que la ciencia afirma, continuó viviendo sin comer ni beber, solo tomando la Comunión diaria; así se mantuvo durante 52 años.
La gente acudía a confiarle sus preocupaciones en familia, acompañados por sus hijos.
Marta Robin amaba a los niños y hablaba al padre Faure acerca de la necesidad de crear una escuela, la cual se abrió en 1934.
Este sería el comienzo de la importante labor que Dios deseaba poner en marcha.
Nació el 30 de marzo de 1904 en Balazar (Portugal), en el seno de una familia de campesinos muy piadosos.
Alejandrina era alegre y espontánea, sin embargo desde muy niña aprendió a dominar sus miedos y acostumbraba a rezar con perseverancia y fervor.
Ya antes de su Primera Comunión, a los siete años de edad, Alejandrina sentía un profundo amor por la Eucaristía, visitando el Santísimo con inusual frecuencia.
Al poco tiempo cayó seriamente enferma con fiebre tifoidea.
Tras recuperarse en un sanatorio en la costa atlántica, volvió nuevamente a Balazar y trabajó como costurera junto con su hermana Deolinda.
En 1918 tuvo lugar un acontecimiento que marcó su vida.
El hombre que la acosó años atrás se presentó en su casa y, entrando por la fuerza, logró acorralarla mientras su hermana y otra joven conseguían escapar.
Detrás de ella había una ventana y, siendo esta la única salida posible, prefirió lanzarse por ella y exponerse a la muerte antes que ceder a las pretensiones de aquel desalmado.
Alejandrina tenía tan solo catorce años.
A consecuencia de la caída, su columna vertebral quedó irreparablemente lastimada, progresando la lesión hasta que en 1924 (a los veinte años de edad) quedó definitivamente postrada en cama.
Su familia se reunía todas las noches en torno a ella para rezar a la Santísima Virgen por su sanación.
Poco a poco brotó de su piadosa alma el deseo de ofrecer a Jesús su sufrimiento por la reparación de los pecados del mundo.
Alejandrina experimentó numerosos éxtasis de la Pasión completa de Jesucristo, los cuales fueron filmados.
Un día escuchó la voz del Señor que le decía:
‘No te alimentarás más con comida en la tierra.
Tu comida será mi Carne, tu bebida será mi Sangre, tu vida será mi Vida…
Quiero mostrarle al mundo entero el poder de la Eucaristía y el poder de mi Vida en las almas’.
Después de ello tuvo lugar su último éxtasis.
Durante los últimos trece años de su vida, Alejandrina no comió ni bebió nada, alimentándose únicamente de la Eucaristía. .
Ello ha quedado reflejado en los numerosos exámenes médicos a que fue sometida.
Su padre falleció al poco de nacer ella (en 1850) y a causa del sufrimiento padecido su madre permaneció en cama durante dieciocho meses.
En esas circunstancias Luisa, que había contraído la enfermedad de su padre, carecía de los más elementales cuidados y sobrevivió gracias a algunos vecinos caritativos.
Ya curada, la madre trabajaba durante el día para alimentar a la familia.
Ella recibía solo un reducido salario y, durante años, ellos sufrieron hambre y frío viviendo en medio de una gran pobreza.
En la noche del 3 de enero de 1868 (primer viernes), estando en oración, un rayo de Luz marcó los estigmas en el corazón, pies y costado de Luisa.
Estas manifestaciones se repitieron durante los siguientes viernes hasta que, a imitación de las heridas de Jesús, la sangre empezó a fluir, primero de su costado y después de sus pies y manos.
Pronto aparecerían las heridas causadas por la corona de espinas y a partir de entonces Luisa ya no necesitó dormir más.
Desde abril de 1871 ella dejó definitivamente de comer, porque vomitaba todo cuanto ingería. .
Numerosos médicos fueron testigos de sus éxtasis y probaron el hecho de que no tomó comida alguna durante doce años.
Lo único que toleraba era la Eucaristía y esta hacía brotar en ella tal Unión con Cristo que tan pronto como comulgaba el mundo exterior dejaba de existir para Luisa.
A pesar del ayuno total, el insomnio y las pérdidas de sangre que no se veían reparadas mediante alimento, durante la semana (a excepción de los viernes) Luisa dividía su tiempo en varias cosas.
Entre cuidar a los enfermos, ayudar a los necesitados, recibir a los visitantes y llevar a cabo las más penosas tareas de la casa para ayudar en todo lo posible a su madre y hermanas.
Desde enero de 1876 dejó de ser posible para Luisa acudir a la iglesia.
En lo sucesivo guardaría reposo en casa, siéndole llevada la Comunión cada día.
En 1879, se vió obligada a permanecer en cama y dejar de realizar esfuerzos.
Aunque sus sufrimientos aumentaban progresivamente, Luisa solo dejaba de hablar a aquellos que iban a verla durante los éxtasis de los viernes y después de la Comunión.
Luisa nació en Corato, al sur de Italia, el 23 de abril de 1865.
A los 11 años de edad se hizo Hija de María.
Quiso ser monja pero no la aceptaron.
A los 13 años de edad tuvo inesperadamente la primera visión de Jesús con la Cruz a cuestas.
A partir de la cual y para siempre, se encendió en Luisa un grandísimo deseo de compartir el padecimiento de Jesús por amor a El.
A los 16 años tuvo una segunda visión de Jesús coronado de espinas, a partir de la cual ella aceptó plenamente la Voluntad de Dios. .
Pocos días después tuvo una tercera visión de Jesús en su Pasión, que la llevó a perder el conocimiento. .
Cuando volvió en sí no era capaz de abrir la boca ni de tomar alimento. .
Situación que se mantuvo durante dos o tres días y que poco tiempo después se convertiría en definitiva. .
Viviendo el resto de su vida (64 años) solo de la Voluntad Divina, que junto con la Eucaristía era su único alimento.
Así comenzó una ‘enfermedad’ que ningún médico fue capaz de diagnosticar.
Permanecía todo el día sentada en su cama, sin apoyar la cabeza en la almohada ni para dormir.
Cuando perdía el conocimiento quedaba como petrificada, en un estado del que ningún tratamiento médico era capaz de sacarla sino solo la bendición de un sacerdote.
En una ocasión llegó a permanecer así hasta 25 días, ante la desesperación de su madre.
En esos estados recibía visitas frecuentes de Jesús y de la Santísima Virgen, quedando fielmente reflejadas estas experiencias en los 36 volúmenes del ‘diario’ que comenzó a escribir en 1899 a petición de sus confesores.
Mención aparte merece el caso de Teresa Neumann, que fue estudiado en profundidad por numerosos científicos desde un punto de vista imparcial.
Su biógrafo, Johannes Steiner, testigo privilegiado de los hechos, cuenta que desde las navidades de 1922, y debido a una parálisis de los músculos de deglución, Teresa Neumann sólo tomó alimento líquido.
Desde agosto de 1926, sólo tomaba una o dos cucharadas al día, ya que no sólo no experimentaba sensación alguna de hambre, sino que por el contrario sentía repugnancia hacia la comida y la bebida.
Finalmente, a partir de las navidades de 1926 se negó a tomar cualquier alimento. .
Sólo se le daban unas gotas de agua al recibir cada día la sagrada comunión. .
Y desde septiembre de 1927 el párroco Naber ni siquiera le dio ya esas gotas. .
Desde esa fecha hasta el final de su vida, es decir, a lo largo de 35 años, Teresa Neumann se mantuvo sin ningún alimento ni bebida alguna. .
Su única alimentación fue la sagrada comunión. .
Al mismo tiempo, cesaron por completo las evacuaciones urinarias e intestinales a partir de 1930.
A lo largo de su vida se mantuvo en su peso sin comer ni beber.
Sólo los viernes de pasión perdía unos kilos (hasta 4) que recuperaba a lo largo de la semana siguiente.
Resulta esclarecedor que durante el Tercer Reich se tuvo en cuenta el hecho de que Teresa Neumann no tomase alimentos, por lo que no se le otorgó ninguna cartilla de racionamiento durante II Guerra Mundial.
No obstante, la Comunión diaria era fundamental para su supervivencia.
Si pasaba más de un día sin haber comulgado, ella entraba en un estado de inconsciencia del cual solo la sacaba tomar la Sagrada Comunión
La gente tenía dudas acerca de que Teresa pudiera vivir sin comer, de modo que el obispo de Regensburg pidió que se expidiese un certificado médico que acreditara este fenómeno, en 1927.
Teresa y su padre accedieron a que le fuera realizado un examen médico, el cual se llevó a cabo entre los días 14 y 28 de julio de 1927.
El resultado fue hecho público por el profesor Ewald y las autoridades diocesanas: ellos confirmaron que en efecto Teresa estaba viviendo sin tomar comida alguna.
Teresa Neumann (8 abril 1898 – 18 septiembre 1962) fue curada de graves enfermedades en varias ocasiones por la intercesión de Santa Teresa de Lisieux, aunque en algunos casos desde un punto de vista médico no hubiera recuperación posible.
Además del hecho de que ella viviera durante décadas solo recibiendo la Sagrada Comunión regularmente, en su vida se dieron otros fenómenos.
La experiencia de acontecimientos religiosos del pasado a través de sus visiones, la interpretación de las palabras que había oído en una visión en su lengua original, los Estigmas, la capacidad para dar consejo y dirección espiritual.
Aunque dichos fenómenos no pueden ser científicamente explicados y ello los hace difíciles de comprender para algunas personas, la vida de Teresa da testimonio de la acción de Dios en el mundo no solo para los creyentes sino también para todos aquellos que llegaron a conocer su situación más de cerca.
No hay nada que tenga más valor en la vida que hablar cara a cara con el Creador.
Si nos enfocamos, eso lo podemos obtener en la Adoración Eucarística.
En la adoración eucarística u hora santa el enfoque fundamental es el mismo Jesús.
Por lo tanto la hostia consagrada debe ser puesta en una custodia visible a quienes están en ese momento en el recinto.
Debe estar sobre un altar y debe culminar asociado a la misa y con la Eucaristía.
También debe haber un ambiente de oración que lleve a la intimidad con Jesús, que está presente en la hostia consagrada.
En la devoción de las 40 horas y en otro tipo de adoraciones a veces tiene lugar una predicación.
En esos casos la hostia consagrada tiende a velarse por un tiempo.
Porque se considera que es una irreverencia estar frente a la hostia consagrada y prestar atención al predicador.
Esto no implica que dejen de hacerse lecturas de la escritura o himnos y oraciones que enfoquen a los fieles en la adoración.
Cuando se hace adoración continua se establece que por lo menos dos personas deben estar acompañando a Jesús, exhibido en la custodia, en cada momento.
Esto es por razones de seguridad, por si alguno de ellos falla.
Y es relativamente habitual encontrar una persona sola adorando en las horas más comprometidas.
También a veces puede suceder que el turno siguiente no se presente.
Entonces el adorador debería quedarse para suplir a quienes no se presentaron.
Y en el peor de los casos, si no puede quedarse, entonces debería guardar la hostia consagrada en el Sagrario.
De modo que lo fundamental en una adoración es la visibilidad de la hostia consagrada, un clima de intimidad para hablar con Jesús y adorarlo, mantener la reverencia del momento y nunca dejarlo solo expuesto sin que alguno lo esté adorando.
En este artículo planteamos la actitud con la que debes ponerte ante la hostia consagrada exhibida.
ACTITUD QUE SE DEBERÍA MANTENER
En primer término debes desechar la mentalidad moderna que no es receptiva, porque no la consideran útil para actuar en el mundo.
En segundo lugar no debes entenderla como una forma de atención plena; la adoración es otra cosa.
En tercer lugar debes quitarte de la mente la hipervaloración de los misioneros de la Iglesia Católica, como Santa Teresa de Calcuta.
Y no despreciar a los monjes y monjas que rezan y contemplan en monasterios.
Para la mentalidad moderna estos monjes no parecen estar haciendo nada útil, en contraposición a la madre Teresa de Calcuta que ayudaba a las necesidades de los pobres.
Este es el dilema que se presenta en la parábola de Marta y María, cuando María se sentaba a los pies de Cristo y Marta hacía las labores prácticas.
Cada vez que se repite este evangelio estamos tentados a ponernos de parte de Marta y nos encontramos desconcertados por el apoyo de Jesús a María.
Pero priorizar la actividad sobre la contemplación es activismo.
Y el Papa Francisco advirtió sobre esto diciendo que el activismo convertía a las organizaciones benéficas católicas en ONG’s.
Porque sin la adoración no podemos estar abiertos al amor del Padre y por lo tanto las obras de caridad no se realizan bajo este “paraguas”.
Una devoción exagerada a la justicia social tiene un trasfondo de descuido de la santificación personal.
FRUTOS DE LA ADORACIÓN
Precisamente las palabras de la Madre Teresa de Calcuta nos permiten entender para qué sirve la adoración.
Ella ha dicho que todas sus obras de Caridad se basaron en la Adoración al Santísimo Sacramento.
Y que adorar a Cristo y reconocerlo, permite servirlo más adecuadamente en los más pobres y marginados.
No es en vano que la mayoría de los milagros en Lourdes ocurren durante la adoración al Santísimo Sacramento.
Y lo mismo sucede en Medjugorje y en otros lugares Santos.
JRR Tolkien dijo que regresó al Señor por su hambre al Santísimo Sacramento.
En una carta a un hijo durante la Segunda Guerra Mundial dijo:
“Fuera de la oscuridad de mi vida, tan frustrado, pongo ante ustedes la gran cosa para amar en la tierra: el Santísimo Sacramento.
Allí encontrarás romance, gloria, honor, fidelidad y el verdadero camino de todos tus amores en la tierra…
Por el solo sabor de lo que puedes buscar en tus relaciones terrenales… adquiere esa tez de realidad, de resistencia eterna, que el corazón de cada hombre desea”.
QUE HACEMOS EN LA ADORACIÓN
El Santo Cura de Ars se refirió a la adoración con las palabras que escuchó a un feligrés “Él me mira y yo lo miro”.
En definitiva se trata de la relación directa de la criatura con Dios y de dos personas que se aman.
De modo que Él no da más nos amor cuanto más profunda es nuestra hambre, y a su vez Él nos da hambre de Él mismo.
¿Qué hacemos durante la adoración?
En definitiva hacemos lo que hacen los amantes, que se contemplan con amor uno al otro.
Primero necesitamos silencio.
Un ejemplo claro de esto es lo que no entienden los medios de comunicación, por ejemplo.
Los que quedaron consternados cuando Benedicto XVI dirigió una adoración en Hyde Park en el 2010 en el que 8000 jóvenes se limitaron a guardar silencio.
Claro está que la televisión quedó frustrada porque requiere conversaciones continuas, actividad febril.
En segundo lugar, además del Silencio la adoración requiere atención.
En la adoración estamos atentos al Señor en el Santísimo Sacramento.
Y no hacemos como esas parejas sentadas una frente a la otra que en vez de mirarse están atentas a la pantalla de su teléfono celular.
Estas parejas no se están adorando sino adorando a su teléfono inteligente.
Y en tercer lugar necesitamos ser receptivos, además de estar en silencio y prestar atención.
Debemos estar abiertos a recibir de Dios, despojándonos de la ilusión de que podemos aportarle algo a Dios.
Lo mejor que podemos aportarle en ese momento es nuestra receptividad, porque Él tiene sed de nosotros, y anhela ser anhelado.
Él nos guiará siempre y cuando se lo dejemos.
Y en la medida que estemos abiertos Él nos enseñará acerca de Él y acerca de nosotros mismos.
Cuando estamos abiertos a recibir, observamos un proceso por el cual Dios agranda nuestros corazones para amarlo y para amar a los demás.
Y si no estamos abiertos y no le presentamos al Señor nuestras heridas y todo lo oculto que tenemos, entonces lograremos poco cambio.
Pero cuando somos receptivos también podemos obtener muchas gracias que el Señor quiere darnos.
Él nos guía en la oración durante la adoración en los actos de reparación y en la forma de expresar nuestro amor.
Debemos imitar la actitud de liturgia que se produce en el cielo.
¿CÓMO USAR EL TIEMPO DURANTE LA ADORACIÓN?
El Padre Ghislain Roy, un canadiense exorcista sostiene que hay que ir a la adoración eucarística por lo menos una hora por semana.
Y más aún cuando las personas sufren enfermedades ellas mismas o personas queridas, donde recomienda un período diario.
Porque la adoración no sólo cura sino que transforma todo.
Él recomienda dividir el tiempo en cuatro.
En el primer cuarto permanecer frente Él, decirle que vienes para amarlo y que quieres dejarte Amar por Él.
En el segundo cuarto darle gracias por todo lo que te ha dado, como la vida, tu familia, la comida, etc.
En el tercer cuarto hacer reparación por las cosas que pasan en el mundo y por tus allegados que no lo conocen.
Y en el cuarto período hacer las peticiones que deseas.
CÓMO IMITAR LA LITURGIA DEL CIELO EN LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA
Hay predicadores que dicen que “si no puede soportar una hora de oración ¿cómo esperas disfrutar del cielo?”.
El libro del Apocalipsis nos muestra que el cielo es un lugar dónde hay una adoración permanente a Dios.
¿Y cómo se ha replicado aquí en la tierra esa adoración en el cielo¿
En Hebreos 8: 5 se dice que la adoración en el templo era una copia de las cosas celestiales.
Pero la liturgia católica es también claramente una copia de lo que sucede en el cielo, y es relatado por el Apocalipsis.
La gran diferencia es que el sacerdote es Cristo y es el sacerdote eterno (Hebreos 7: 21).
En el Apocalipsis vemos una adoración a Dios en el cielo que recuerda a la corte del Rey soberano en su trono y alrededor príncipes y otras autoridades.
Esto lo podemos leer en el Apocalipsis 4: 2-3.
En el Apocalipsis 4: 5 vemos los efectos de la aparición de Dios, similar a la que las escrituras relatan cuando apareció en el Sinaí, donde hablan de truenos y relámpagos, una nube espesa, la montaña tiembla, sonidos de trompeta (Éxodo 19: 16).
Esto no es lo que experimentamos físicamente cuando adoramos en silencio al Santísimo Sacramento.
Pero es la conmoción que experimentamos en nuestra alma cuando adoramos realmente.
Todo a nuestro alrededor físicamente cambia cuando adoramos.
En el Apocalipsis 4: 6-7 vemos criaturas vivientes similares a querubines que cantan un himno que alaba al Tres Veces Santo noche y día.
Cuando nosotros adoramos al Santísimo Sacramento nos unimos a ese coro cantando el Trisagion de Tres Veces Santo.
Es el canto del alma en adoración pura.
En el Apocalipsis 5 vemos que el Padre está en el trono y se le acerca a su hijo como un Cordero, entre una multitud de ancianos y criaturas vivientes.
Cristo se muestra entonces como el puente entre la humanidad y Dios, pero el centro son los tres miembros de la Santísima Trinidad.
En Apocalipsis 5: 8-14 vemos que los ancianos y las criaturas vivientes caen de rodillas ante el hijo de Dios y le cantan un himno.
Esta es nuestra actitud en la adoración.
Primero reconocer que en el Santísimo Sacramento está Jesucristo, el hijo de Dios y una persona de la Santísima Trinidad.
Segundo, debemos reconocer que ese Dios que adoramos en el Santísimo Sacramento es el nexo entre la deidad y los hombres.
Y tercero que a ese Dios que estamos mirando frente a nosotros le debemos honor y gloria por eso decimos que es Tres Veces Santo.
La liturgia en el cielo es permanente y no se puede considerar que sea espontánea.
Y de hecho, la adoración que nosotros hacemos al santísimo Sacramento, si bien parece que fuera espontánea, de hecho siempre la realizamos de la misma forma.
La liturgia Católica y la liturgia que se produce en el cielo se centra en Dios y no en las personas y sus pedidos.
No se enfoca en las personas humanas sino que eleva la vista hacia el Creador.
Esto mismo es lo que nosotros debemos hacer cuando adoramos en forma individual.
Debemos elevar nuestra mira al Creador porque Él conoce todos nuestros problemas. Él sabe lo que necesitamos realmente.
No está mal que le repitamos brevemente lo que creemos que necesitamos, pero la función central de la adoración es permitir una unión con Dios.
Y que Él nos hable de cómo nos ve a nosotros y a nuestros problemas.
A partir de ahí se pueden delinear soluciones a nuestros problemas.
En la adoración debemos tratar de hacernos uno con Dios, como sucede en la liturgia del cielo, donde Dios y su pueblo están juntos y los mártires – vestidos con túnicas blancas – son consolados.
Esta liturgia que se produce en el cielo es perenne, por lo cual no puede definirse un tiempo y un espacio.
Esto mismo es lo que deberíamos recrear en nuestra adoración al tratar de separarnos del espacio físico y del tiempo.
Deberíamos meternos en el tiempo y en el espacio infinito de Dios superando nuestra relación temporal casual.
En la misa nosotros recibimos al Señor en la Eucaristía, en la Sagrada Comunión.
Comemos al Señor, el Señor se nos da como sacrificio y como fuente poderosa de gracia.
Sin embargo el Señor sigue permaneciendo en el Santísimo Sacramento con su cuerpo y con su sangre.
Por lo tanto la adoración eucarística es tan importante, casi como comer la hostia consagrada de la Eucaristía.
Al adorarlo en el Santísimo Sacramento Él nos devuelve su amor, nos da aliento y fortaleza espiritual.
Sin embargo hay muchos hoy en la iglesia que no ven la necesidad de la Adoración Eucarística.
Es más, piensan que está desactualizado a la iglesia moderna que necesita salir.
Pero en contrario, es una enseñanza permanente de los santos de la Iglesia la importancia fundamental de la adoración a Cristo y a Dios en el Santísimo Sacramento.
Veamos que nos dicen los santos sobre esto.
BENEFICIOS DE LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA SEGÚN SANTOS
¡Cada Hora Santa que hacemos satisface tanto al Corazón de Jesús que se registra en el Cielo y se vuelve a contar por toda la eternidad! (Santa Madre Teresa de Calcuta)
Las vidas espirituales de nuestras familias se fortalecen a través de nuestra Hora Santa. (San Juan Pablo II)
Cada vez que te acercas al Santísimo Sacramento recuerda que Jesús te ha estado esperando por veinte siglos para esta visita personal de ti. (San Josemaría Escrivá)
La gracia de la adoración de Jesús en el Santísimo Sacramento se le da a todos. (San Pedro Julián Eymard)
Nuestro Señor escucha nuestras oraciones en cualquier parte, pero ha revelado a Sus siervos que quienes lo visiten en la Eucaristía obtendrán una medida de gracia más abundante. (San Alfonso María Ligorio)
El futuro pertenece a aquellos que adoran a Dios en silencio. (San Juan Pablo II)
¿Quieres que el Señor te dé muchas gracias? Visítalo a menudo. ¿Quieres que te dé pocas gracias? Visítalo raramente. ¿Quieres que el diablo te ataque? Visita a Jesús raramente en el Santísimo Sacramento. ¿Quieres que el diablo huya de ti? ¡Visita a Jesús a menudo! (San Juan Bosco)
Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento tiene las manos llenas de gracias y está listo para otorgarlas a cualquiera que las solicite. (San Pedro de Alcántara)
Una hora santa frente a los sacramentos merece más de mil años de gloria humana. (San Padre Pio)
Es nuestro deber adorar al Santísimo Sacramento. Nadie recibe el Santísimo Sacramento a menos que lo adore… y no solo no pecamos por adoración, sino que pecamos al no adorar. (San Agustín)
No hay duda de que un diluvio de gracias descenderá sobre su familia y el mundo si más almas se vuelven dóciles alumnos de adoración. (San Juan XXIII)
La Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento es la devoción que supera a todas las demás. (San Papa Pío X)
Nuestro Señor está escondido allí en el Santísimo Sacramento, esperando que vengamos a visitarlo, y hagamos nuestras peticiones a él. (San Juan María Vianney)
La Adoración Perpetua extiende su influencia más allá de los adoradores individuales, tocando sus hogares y familias y llegando a la comunidad parroquial y más allá. (San Pablo VI)
Debes propagar la veneración del Santísimo Sacramento con todas tus fuerzas, ya que la devoción a la Sagrada Eucaristía es la reina de todas las devociones. (Papa Benedicto XV)
Esto no es meramente una práctica devocional pasajera. Está fundado en verdades divinamente reveladas. (Papa Pío XII)
Una «Hora Santa» de adoración ha sido aprobada por la Iglesia y enriquecida con copiosas indulgencias. (Papa Pío XI)
Durante nuestra Hora Santa, nuestras almas son alimentadas en dos facultades del espíritu: la Mente y la voluntad. En la Mente necesitamos luz; en el Voluntad necesitamos fuerza. (Padre John Hardon)
Una Hora Santa de oración ante el Santísimo Sacramento es tan importante para Jesús que una multitud de almas van al Cielo que de otro modo se hubieran ido al infierno. (Revelación de Jesús a la Beata Dina Belanger)
La única vez que nuestro Señor pidió a los Apóstoles algo fue la noche en que entró en agonía. No fue por actividad sino por una hora de compañía. (Arzobispo Fulton Sheen)
CÓMO SENTIR LA ADORACIÓN
Es el mayor regalo de Dios a la humanidad después de Su Sacrificio en la Cruz para salvarnos.
Cumplida Su Misión, resucitada Su carne ayer dolorida, debía irse a la Gloria para estar en Su lugar natural junto al Padre, pero Su ardiente y Sagrado Corazón no quería abandonarnos.
Jesús nos amó hasta la muerte y nos ama para darnos la vida.
Y sabe que nuestra existencia es larga y los obstáculos y los dolores son muchos.
Quiso quedarse, para que pudiéramos hacernos uno con Él.
Y se hizo alimento.
«Mi Carne es verdadera comida y Mi Sangre es verdadera bebida».
¡Tanta gloria encerrada en un pequeño pedazo de pan!
Pero esa pequeñez que esconde la Omnipotencia, coincide con la nuestra.
Su grandeza es tan impresionante que nos asustaría.
Y El no quiere asustarnos.
Por eso encontró la forma perfecta de quedarse con nosotros.
Su Presencia en el Santísimo Sacramento es tan real como si estuviera de pie ante nuestros ojos sorprendidos.
Pero permitiéndonos dos cosas: crecer en Fe al creer en Él como Hostia viva y comunicarnos con Él con reverencia pero sin temor.
Pensemos cuál seria nuestra conducta si lo viéramos a Él con nuestros ojos humanos.
Nos quedaríamos atónitos, callados, avergonzados, contemplando Su impresionante presencia y dejando nuestro corazón desnudo ante Su mirada.
¡No necesitaríamos más!
Pero Él sí quiere más de nosotros.
Quiere que nos acerquemos a Él el en la Hostia con confianza de hijos, de amigos, de hermanos.
Escondido en la pequeñez de esa Hostia blanca, radiante, perfecta, Él nos recibe con una sencillez que aunque impresiona, no atemoriza sino que da confianza, una quietud silenciosa en la que se hace fuerte la dulzura de Su Amor.
Y nosotros aprendemos frente a Él a transitar el silencio, que es Su lenguaje, Su forma de comunicarse con nosotros.
Y qué fuerza tiene Su mensaje. Llega a nuestro corazón de repente, sin estruendo pero firme, directo.
Su voz es la voz del Creador, del Salvador, del Amor eterno.
Es la voz del Enamorado que anhela, que reclama, que promete.
Nadie puede sentirse sólo frente a la Hostia. Nadie angustiado.
La fuerza de Dios sale de la custodia como rayos invisibles que se posan en el visitante, penetrando en lo más profundo del alma con una música que sólo el alma escucha.
No vemos Sus ojos, pero nos está mirando.
No escuchamos Su voz, pero nos habla y nos enseña.
No vemos Sus manos pero nos está tocando, sanando, bendiciendo.
Y ése Su desmesurado Amor, llamándonos en el silencio para que no Lo abandonemos, baja para nosotros un pedacito de Cielo.
El momento más importante de la misa no es tomar la eucaristía.
Sino agradecer al Señor por ese regalo y por todos sus beneficios.
También es un momento en que le abrimos nuestras vidas, le pedimos y cosas y le hacemos promesas.
Sin embargo es común que algunos fieles se vayan luego de tomar la eucaristía, antes de que la misa haya terminado. .
Y aún más común que la mayoría de los que se quedan hasta el final se vayan no bien el sacerdote sale del altar.
Creemos que esto se produce por la falta de información sobre la importancia de la acción de gracias final.
En este artículo argumentaremos sobre la importancia de quedarse para una acción de gracias al final de la misa.
ERRORES GENERALIZADOS EN NUESTRO TIEMPO
En nuestros tiempos está generalizado el error que la misa tiene como propósito solamente recibir la eucaristía, y que con eso termina su función.
Hoy casi todos reciben la eucaristía, pero en siglos anteriores no se administraba la comunión más que una vez al mes y requería una larga preparación de cada comulgante.
Sin embargo hoy vemos que son muy pocos los asistentes a misa que no comulgan.
Esto fue notado por Benedicto XVI diciendo que le molestaban las grandes multitudes que tomaban la comunión en los eventos del Vaticano, cuando en muchos casos era evidente que no estaban en condición de hacerlo, por ejemplo por el ayuno anterior necesario.
Y por esta razón justifica la introducción de los reclinatorios para recibir la la Eucaristía, porque al recibir la comunión en la lengua y arrodillado se genera la sensación de se está en un ritual sagrado.
El propósito central de la misa es más que recibir la eucaristía.
Es adorar, alabar, dar gracias, suplicar, aplacar a la Santísima Trinidad.
Allí se produce un derramamiento de gracia hacia la Iglesia que peregrina en la Tierra.
Y debemos considerarnos bendecidos de asistir al santo sacrificio brindándonos como ofrenda digna.
A tal punto que si no existiera la posibilidad de comulgar cada vez, como en siglos anteriores, aún así la misa no perdería valor para nosotros, porque participamos de la liturgia del cielo de adoración a Dios.
Por eso incluso es justificado que quién no recibe la Eucaristía en una misa hoy, aún debería tomarse un tiempo después de la liturgia para dar gracias por el evento.
El tiempo posterior para dar gracias es una ocasión para hablar con Dios en una oración personal.
El salmo 84 nos da una pista cuando dice “Oiré lo que nuestro Señor hablará dentro de mí”.
CÓMO DEBEMOS CONSIDERAR LA MISA
La misa es la liturgia qué se produce en el cielo, y cuando participo en ella me convierto en una pequeña porción del cielo.
Junto con Ángeles reunidos a mí alrededor reverenciando a Dios.
Lo que me da la posibilidad de poder hablar directamente con Dios como algún día lo haré en el cielo.
La misa está directamente unida a la vida y la misión cristiana.
Tanto es así que la bendición y la despedida final nos envían a divulgar lo que hemos recibido.
De acuerdo a la instrucción general del Misal romano la celebración eucarística, sea la misa,tiene cuatro partes.
Los ritos introductorios, la liturgia de la palabra, la liturgia de la eucaristía y los ritos conclusivos.
Por lo tanto la misa no termina con la comunión sino con los ritos de clausura.
Y los ritos de clausura tienen a vez varios momentos: anuncios breves, el saludo y la bendición del sacerdote, el despido del pueblo por el diácono o el sacerdote llamando a volver al mundo haciendo buenas obras y bendiciendo a Dios, el beso del altar del sacerdote y del diácono, y su salida luego por el pasillo central.
Recién luego de esto los fieles se pueden mover.
Sin embargo se ha extendido un mal hábito que es irse luego de haber recibido la comunión, con lo que perdemos un componente importante de nuestra vida espiritual, que es la acción de gracias.
¿Por qué pasó esto?
Hubo un tiempo en que la sagrada comunión era un gran evento porque se hacía una vez al mes.
Los fieles se preparaban cuidadosamente para esta ocasión y también para dar una acción de gracias por haber tomado la comunión.
El que fuera un hecho extraordinario le hacía parecer como algo solemne, que había que abordar con reverencia.
Pero luego se instaló la comunión frecuente diaria en todas las misas.
Esto fue un gran regalo pero también produjo habituación.
La comunión más frecuente fue haciéndole perder solemnidad, admiración y gratitud; y finalmente la habituación quitó la necesidad a la gente de dar acción de gracias.
Recordemos un mensaje que Jesús le dio a Santa Faustina Kowalska quiere que le demos gracias y a su vez llenarnos con gracias especiales:
“Deseo unirme con las almas humanas; Mi gran deleite es unirme con las almas.
Sabed, hija Mía, que cuando llego a un corazón humano en la Sagrada Comunión, mis manos están llenas de todo tipo de gracias que quiero darle al alma.
Pero las almas ni siquiera me prestan atención.
Me dejan a mí y se ocupan de otras cosas.
¡Oh, qué triste es que las almas no reconozcan el Amor! Me tratan como un objeto muerto” (#1385)
Lo que Jesús advierte es que se ha perdido la visión de los preciosos momentos para dar gracias luego de la eucaristía.
LOS MOMENTOS MÁS PRECIOSOS SON LUEGO DE LA EUCARISTÍA
Luego de la eucaristía, o sea después de haber ingerido la sagrada comunión, nuestros corazones y nuestros cuerpos son pequeños sectores del cielo durante un breve cuarto de hora.
Jesucristo el hijo de Dios está con nosotros con su fascinante humanidad y su divinidad.
Soy un tabernáculo viviente. Dentro de mí habita el Dios del cielo y de la Tierra. Mi cuerpo se transforma en un Templo del Dios encarnado.
La sagrada comunión es un momento precioso a solas con nuestro amigo.
Por eso nuestra actitud debería ser de acción de gracias en una simple conversación en la que:
1 – damos la bienvenida a este amigo Jesucristo .
2 – le mostramos nuestro agradecimiento y nuestro amor .
3 – le hacemos sentir lo que más nos preocupa en ese momento en particular .
4 – ponemos nuestras vidas en sus manos .
5 – le pedimos que no nos deje, que nos acompañe durante el día y durante nuestra vida, y le decimos que confiamos en él para nuestro éxito en la tierra y llegar a la vida eterna.
¿QUÉ TIEMPO TENEMOS PARA ESTO?
¿Por cuánto tiempo el permanece en nuestro cuerpo con su cuerpo y su sangre?
Las especies de pan y vino se convierten en la sangre y el cuerpo de Cristo cuando la consagración que realiza el sacerdote en la misa, aun permaneciendo bajo las apariencias de pan y vino.
Esta presencia de Jesucristo en las especies cesa cuando el pan se desintegra y el vino se avinagra.
Y eso sucede en nosotros cuando son disueltas en el estómago.
La presencia de Jesucristo en la hostia consagrada consumida tarda en descomponerse lo que los jugos gástricos demoran en disolverla.
Esto no se refiere a la duración de toda la presencia de Jesucristo en nosotros, sino a su presencia física en nosotros.
El Compendio del Catecismo (# 285) dice:
“¿Cuánto tiempo dura la presencia de Cristo en la Eucaristía?
La presencia de Cristo continúa en la Eucaristía mientras subsistan las especies eucarísticas”.
Se estima que este proceso dura entre 30 minutos y 10 minutos y es usual hablar de 15 minutos.
Que cese la presencia real no significa que Jesús se vaya de nosotros, sino que permanece nuestra alma en la gracia, no físicamente con su cuerpo.
Hay que recordar que nosotros somos un lugar de habitación de la Santísima Trinidad en la gracia, pero no sustancial.
En definitiva la digestión es lo que elimina la presencia física real de Jesucristo en nosotros.
Por lo tanto esto hace que sea un error irse de misa inmediatamente luego de haber tomado la comunión, sin acción de gracias.
Porque salimos llevando con nosotros mismos la presencia física de Dios.
Sin embargo en muchos fieles se ha tornado costumbre irse inmediatamente de haber tomado la comunión.
Hay una anécdota atribuida a San Felipe Neri que cuenta que uno de sus feligreses devotos que asistían a misa todos los días se iba inmediatamente después de la comunión.
El sacerdote resolvió el problema pidiendo a dos monaguillos que caminaran a su lado con su cirios encendidos hasta la puerta, luego de los cual él salía de la iglesia y subía a su carruaje.
Después de varias veces el caballero turbado y avergonzado le preguntó al sacerdote porque había ordenado hacer eso.
Y él le contestó que cuando él salía de la iglesia todavía Cristo estaba presente en él y su presencia debía ser honrada con velas encendidas.
Obviamente la explicación personal hizo que el caballero se quedará en acción de gracias por un tiempo luego de la eucaristía.
QUÉ DICEN EL MAGISTERIO Y LOS SANTOS
Cuando das gracias a Dios en la misa obtienes un «anticipo» más profundo del cielo (CIC 1000).
San José Cottolengo anhelaba tanto esta anticipación de cielo que les decía a las hermanas que hacían las hostias que las fabricaran más gruesas para que Jesús permaneciera más tiempo en él, y pudiera darle las gracias más tiempo.
San Alfonso de Ligorio dijo:
«No hay oración más agradable a Dios, o más provechosa para el alma, que la que se realiza durante la acción de gracias después de la Comunión»
Santa María Magdalena di Pazzi decía:
“Los minutos que siguen a la Comunión son los más preciosos que tenemos en nuestras vidas”.
San Josémaría Escrivá, Santo Tomás de Aquino, e incluso el Cardenal Francis Arinze mencionan que debemos practicar la acción de gracias por lo menos durante 10-15 minutos mientras que la “Presencia Real” todavía está dentro de nosotros (CIC 1374).
Santa Teresa de Ávila,Santa Catalina, San Pascual, Santa Verónica, San José de Cupertino y Santa Gemma Galgani entraban en éxtasis, hasta el punto de levitación, inmediatamente después de recibir la Sagrada Comunión.
Estos santos vivían el hacerse uno con Cristo en el sentido más profundo, de permitir que sus corazones se fundieran en Su corazón.
Los documentos de la Iglesia y los papas también recomiendan la acción de gracias.
«Se debe recomendar a los fieles que no omitan hacer una acción de gracias apropiada después de la Comunión.
Pueden hacer esto durante la celebración con un período de silencio, con un himno, un salmo u otra canción de alabanza, o también después de la celebración, si es posible quedándose para orar por un momento». (Inaestimabile Donum n° 17)
El Papa San Juan XXIII rezaba los misterios gozosos en acción de gracias.
El Papa Pablo VI meditaba en silencio y luego decía el Oficio Divino.
El Papa San Juan Pablo II quedaba en completo silencio.
Y en Sacramentum Caritatis Benedicto XVI dice:
«El precioso tiempo de acción de gracias después de la comunión no debe descuidarse, además del canto de un himno apropiado, sino que también puede ser muy útil permanecer en silencio». (#50)
San Juan María Vianney daba un programa de tres partes para la Acción de Gracias.
Primero, permanecer en silencio como alguien que escucha en silencio y curiosidad detrás de una puerta las órdenes del maestro.
Segundo, después de un período de amor silencioso, pídele las gracias que deseas para ti y para los demás.
Y en tercer lugar, pide a los ángeles y a los santos, especialmente a la Santísima Virgen María que agradezcan a Dios contigo.
San Juan Crisóstomo dice,
«Cuando una persona ha comido algo delicioso en el banquete, tiene cuidado de no poner nada amargo en la boca inmediatamente después, por temor a que pierda el sabor de esas delicadezas.
De la misma manera, cuando hemos recibido el precioso Cuerpo de Jesucristo, debemos cuidarnos de no perder su sabor celestial al volvernos demasiado pronto a las preocupaciones y asuntos del mundo».
El gran escritor espiritual, padre Lallemant dice:
«No acorten el tiempo asignado a la acción de gracias [después de la comunión], que, bien hecho, puede reparar mucho de lo que es defectuoso en nuestras penitencias».
El padre Garrigou-LaGrange dice:
«Varias almas nos han hablado del dolor que sienten cuando ven que, en ciertos lugares, casi todo el cuerpo de fieles abandona la iglesia inmediatamente después del final de la Misa durante la cual han recibido la Sagrada Comunión.
Además, esta costumbre se está volviendo general, incluso en muchos colegios e institutos católicos donde anteriormente los estudiantes que habían recibido la Comunión permanecían en la capilla unos diez minutos después de la misa, adquiriendo el hábito de dar gracias, un hábito que es el mejor de todos».
Y agrega:
«En la Comunión recibimos un regalo muy superior a la cura milagrosa de una enfermedad física; recibimos al autor de la salvación y un aumento de la vida de gracia, que es la semilla de la gloria, o la vida eterna.
Recibimos un aumento de la caridad, la más elevada de las virtudes, que vivifica y anima a todas las demás, y es el principio mismo del mérito.
Cristo a menudo daba gracias a Su Padre por todos Sus beneficios, en particular por el de la Encarnación redentora; con toda su alma agradecía a Su Padre por haber revelado su misterio a los pequeños.
En la cruz Él le dio las gracias al pronunciar Su Consummatum est.
En el Sacrificio de la Misa, de la cual Él es el Sacerdote principal, Él no deja de agradecerle”.
QUÉ SUPONE LA ACCIÓN DE GRACIAS
La acción de gracia después de la sagrada comunión supone:
1 – un acto de fe en las palabras de Jesús “esto es mi cuerpo, esta es mi sangre, haced esto en conmemoración mía”
2 – un acto de gratitud por este gran regalo de Jesucristo dándose a sí mismo como fuente de todos los dones y bendiciones
3 – un acto de amor en respuesta al amor abrumador de Dios
4 – la comprensión de que Dios está presente en nuestros corazones
5 – la comprensión de que El Salvador instituyó la sagrada comunión por su deseo de estar con los hijos de los hombres.
6 – la comprensión de que Dios padre está mirando el alma de cada uno de nosotros después de la sagrada comunión en busca del amor de los hombres.
Estas cosas nos llevan a transmitirle en oración nuestro amor, fe y gratitud.
Este acto de agradecimiento lo podemos dividir en 5 partes: darle gracias al Salvador, expresar nuestro pesar por nuestros pecados, pedirle cosas, hablar de los temas que nos preocupan y prometerle cosas.
Veamos brevemente cada uno.
1 – “te agradezco”
Le agradecemos por todo lo que ha hecho por nosotros
Reconocemos que nuestra vida ha sido una sucesión de regalos amorosos de Él.
Reconocemos nuestras alegrías y cuando él nos devolvió la gracia en la confesión.
Le agradecemos por nuestras familias, por nuestros amigos, por nuestra salud, por nuestro trabajo, por ser parte de la iglesia, por tener fe…
Y sería bueno recordar algún favor recibido recientemente en forma personal o algún favor alguien de la familia o amigo, o algún favor dado al mundo y a la iglesia.
2 – “lo siento”
Reconoce que a pesar de Su gran generosidad hacia ti eres consciente de que has sido ingrato, pecaminoso, descortés.
Que has pecado de mente, de corazón y por los hechos.
Que la presencia del Reino de Dios en la tierra se ha retrasado por eso.
Y que has comprometido tu salvación debido a tus pecados.
Es recomendable ser específico también, pidiendo perdón por algún pecado específico, incluso realizado en el pasado.
Y también pedir perdón por pecados habituales en el mundo o en nuestra familia.
Basílica de Sant’Andrea della Fratte en Roma, donde San Maximilano Kolbe celebró su primera misa
3 – “quiero contarte que…”
En este punto le contamos qué es lo que pasa por nuestros corazones, las dificultades, las tentaciones, las decisiones que tenemos que tomar, el trabajo que tenemos que hacer…
Y que necesitamos su consejo, dirección, ayuda y fortaleza.
Acudes a Él como a tu mejor amigo y mejor consejero preguntándole qué debes hacer y cómo debes hacerlo.
Porque quieres hacer bien las cosas de acuerdo a lo que Él decida.
Y ve a lo concreto. Plantéale alguna tentación o problema y como superarlo; también referido a los seres queridos.
Y discute con él problemas relacionados con el trabajo y la familia, dudas…
4 – “te pido”
Le recordamos que Él nunca rechazó nuestros pedidos, que siempre ha sido generoso.
Y que somos débiles pecadores necesitados en alma y en cuerpo y Él es infinitamente rico y poderoso, y nos ama y es capaz de darnos cosas para nuestro bien.
Le recordamos que Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos en forma personal, para nuestros familiares y amigos, para la iglesia y para el mundo
Especialmente le pedimos fortaleza contra la tentación, una unión más estrecha con Él, más fe y esperanza, más virtud.
Y luego procedemos a pedirle algún favor para nosotros, para nuestros seres queridos, y para la iglesia y el mundo.
5 – “te prometo”
Ya has reconocido que eres pecador, que te has comportado en forma decepcionante.
Pero que la luz y la fuerza de la sagrada comunión te da esperanza para el futuro.
Y manifiestas tu intención de no fallar de vuelta y de tener el coraje y la fortaleza para hacerlo mejor.
Prometes de corazón evitar a las ocasiones de pecado y que le ofrecerás todas las acciones diarias.
En forma concreta le prometerás algo con respecto a algún pecado o tentación.
Y en todo este proceso de Acción de Gracias no olvides a María.
Nadie más se preparó como ella para la venida de Cristo.
Nadie lo amo humanamente como ella y cumplió lo que él quería.
Y a nadie Jesucristo cumple sus deseos como a Ella.
EL AMIGO NOS DEMUESTRA SU AMOR
Parece mentira, pero no nos preocuparnos de conocernos a nosotros mismos.
No ocupamos algún momento de nuestro tiempo para averiguarlo.
Y entonces, llegamos al punto de ser unos extraños hasta para nosotros mismos.
A veces, incluso no podemos responder a preguntas sencillas.
Por ejemplo:
¿Cuál es el momento más importante al visitar a un amigo?
¿La llegada, el intercambio de saludos, la entrega de una pequeña atención por parte nuestra?
¿O tal vez el momento de sentarnos a contar y escuchar mutuas noticias que nos ponen al día?
¿Quizás el momento de tomar algo, alrededor de una mesa especialmente preparada con manjares, mientras seguimos con nuestra conversación?
¿Nos maravillamos de comprobar algo que no teníamos tan presente y que es que realmente nuestro amigo se alegra de nuestra visita y que en la preparación de todo aquello con lo que nos agasaja nos demuestra su afecto?
Tal vez la hora de pensarlo y meditarlo no es en el mismo momento en el que nuestra visita transcurre
Quién sabe.
Quizás, quizás, el punto de mayor inflexión sea aquel en que recordamos su ayuda valiosa en determinado momento de nuestra vida.
Porque es en ese momento cuando dejamos de pensar en nosotros mismos para agradecerle a él su cariño fiel, que tal vez habíamos olvidado.
Y podemos preguntarnos, ¿cómo es posible dejar de recordar un favor que quizás nos salvó de algo grave?
¿Cómo nos fue posible olvidar a aquél que tuvo esa bondad con nosotros?
Aunque pasado el tiempo lo juzguemos como una traición por parte nuestra, es muy posible que haya ocurrido, dado lo olvidadizos y desagradecidos que somos.
Sin proponérnoslo quedamos pequeños frente a la grandeza de nuestro interlocutor.
Porque, lamentablemente, estamos siempre mirando nuestro propio ombligo y medimos cosas y circunstancias desde nuestra propia perspectiva de comodidad.
¡Cuánta pobreza la nuestra y cuánta grandeza la del amigo!
¿Nos es posible cambiar?
¿Sería probable que tal vez el ejemplo de cariño desinteresado de nuestro amigo nos obtenga la transformación de nuestro corazón egoísta y nos dispongamos por fin a imitarlo?
Eso, eso es precisamente lo que el Dios paciente y misericordioso espera de nosotros.
Y nos da tiempo para el intento, la lucha perseverante, hasta que al fin, con Su Gracia, lo logramos.
Y para que, de una vez y para siempre decidamos darle las gracias al Amigo que nos demostró Su Amor dando la vida por nosotros.
Una ardiente defensora de la doctrina del infierno durante el Concilio Vaticano II.
Robin, a la edad de 26 años años, se encontró virtualmente paralizada hasta el punto de ser incapaz incluso de tragar.
Por 52 años no tomó ninguna comida o líquido, con excepción de unas pocas gotas de agua que mojaban sus labios, y la Eucaristía.
La hostia no podía ser normalmente tragada por ella sino más bien aspirada.
El Papa Francisco autorizó en el 2014 a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto sobre las virtudes heroicas de está la mística francesaMarta Robin, quien nació en 1902 y subió al cielo en 1981.
QUIEN FUE MARTA ROBIN
Marta Robin nació el 13 de marzo de 1902, en Châteauneuf de Galaure (Francia).
Sus padres eran propietarios de una modesta plantación de maíz.
En 1903 la familia Robin hubo de pasar por la penosa experiencia de sufrir una epidemia de fiebre tifoidea.
A resultas de ello, la salud de Marta quedó debilitada.
Ello no le permitía acudir regularmente a la escuela, hasta que al fin ella dejó de ir para tomar parte en las labores de la casa y la granja.
Desde su infancia, ella consideró a María como su Madre, amándola y rezándole como tal.
En 1918, Marta Robin sintió los primeros síntomas de la enfermedad que nunca más la abandonaría: una encefalitis.
Se intentó todo para curarla.
Para hacer frente a los gastos médicos, Marta Robin cosía y bordaba para unas cuantas personas que le hacían encargos.
Tras diez años de lucha contra la enfermedad, por la Gracia de Dios, ella comprendió que su enfermedad y su sufrimiento serían el camino que la llevaría a la Unión con el Corazón de Jesús, el Redentor.
Con ayuda del padre Faure, Marta Robin fue adentrándose en una vida de silencio, entrega y oración.
Su unión con Jesús llegó a ser tan íntima que cada viernes ella participaba de los sufrimientos de la Pasión, manifestándose en su cuerpo los estigmas.
En 1929, la enfermedad entra en una segunda fase: tetraplejia y parálisis del canal alimenticio. .
Contrariamente a lo que la ciencia suponía, continuó viviendo sin comer ni beber, solo tomando la Comunión diaria; así se mantuvo durante 52 años.
La gente acudía a confiarle sus preocupaciones en familia, acompañados por sus hijos.
Marta Robin amaba a los niños y hablaba al padre Faure acerca de la necesidad de crear una escuela, la cual se abrió en 1934.
Este sería el comienzo de la importante labor que Dios deseaba poner en marcha.
Para comprender plenamente a fondo de la vida de Marta Robin se puede añadir que nunca dormía, sino que estaba alerta y con el pensamiento activo.
Cuarto de Marta Robin
ALIMENTADA SÓLO CON ‘EL PAN DEL CIELO’
Roger Chateauneau, periodista francés escéptico sobre el caso Robin, escribió en Paris-Match en el mes de febrero 1981:
«No se puede establecer un escenario similar a este tipo, cuya fuerza de convicción se casa con la pobreza absoluta de medios y la ley del silencio«.
A Marta Robin la Eucaristía le era llevada una vez a la semana, los miércoles. .
Su deseo era grande: «Es para mí una cura, un consuelo, una bendición», decía.
Preguntada por Jean Guitton, el famoso filósofo francés que tuvo una relación intensa con la Robin, Marta dio estas razones en relación con su alimentación sólo con la Sagrada Hostia:
«No me nutro, sólo mojo mi boca y no puedo tragar. .
La hostia pasa no sé cómo. .
Entonces me da la impresión de que es imposible de describir. .
No es un alimento normal, es diferente. .
Una nueva vida me entra. .
Jesús en todo mi cuerpo, como si yo resucitara».
APARICIONES DE SANTA TERESITA DE LISIEUX
Marta experimentó tres apariciones de Santa Teresa del Niño Jesús cuando parecía que iba a morir.
La carmelita de Lisieux le reveló que aún no moriría, que se recuperaría y que extendería su misión por todo el mundo.
Eso es lo que Marta le confió al Padre Finet, incluso agregando riendo:
«¡Oh, esa sinvergüenza, al final, ella me lo dejó todo!»
Detrás del sufrimiento y el misticismo, ese sentido del humor era la mejor indicación de la salud mental de Marta.
También tuvo luchas dramáticas con el demonio.
Cama de Marta Robin
EL DIABLO ROMPE DOS DE SUS DIENTES
A fines del año 1928, dos sacerdotes capuchinos que predicaban una misión en su ciudad natal visitaban a todos los enfermos en su tiempo libre.
Cuando conocieron a Marta rápidamente quedaron impresionados por su devoción, resignación y aceptación de su parálisis.
Cuando regresaron ese día a la Rectoría de la Iglesia, le dijeron al Pastor «¡es un Santo lo que tienes allí!».
Alentada por estos santos sacerdotes se sintió llamada a ingresar en la Tercera Orden de San Francisco en 2 de noviembre de 1928.
Pero el Enemigo comenzó a hostigarla.
Satanás estaba tan enojado después de su entrada en la Tercera Orden de San Francisco, que la misma noche después de la ceremonia Marta experimentó la primera manifestación del diablo.
La señora Robin, que dormía en una cama al lado de su hija, dijo: «No sé lo que pasó, ¡pero ella dio un grito espantoso!»
«Satanás», informó un confidente de Marta, «le había propinado un golpe con el puño y se había roto dos dientes. Fue ella quien me lo contó».
«¿Viste los dientes rotos?» «Sí, Sí».
Este mismo episodio fue contado por el Padre Perrier.
Epitafio de Marta Robin
COMPARTIÓ LA PASIÓN DE JESUCRISTO
Ella dijo el 12 de julio de 1929,
«Oh Jesús, me has hecho tu pequeña víctima. Toda mi vida, oh mi Dios, es tuya… oh Cruz, Cruz de mi Salvador… oh divina escalera que une la tierra al cielo, tú eres el altar sobre el cual debo consumir mi sacrificio y consumir mi vida en inmolación y amor«.
Ella no sabía exactamente lo que Nuestro Señor quería decir con esto, pero recordando que se había ofrecido completamente a Él cinco años antes, inmediatamente hizo su «fiat» con todo el amor y devoción de su corazón.
En algún momento de los primeros días de octubre (posiblemente el 4, la fiesta de San Francisco, el santo estigmatizado), Jesús Crucificado apareció ante los ojos de Marta.
Enseguida tomó sus brazos paralizados, rígidos desde el 2 de febrero de 1929, y los abrió de par en par.
En ese momento, una lengua de fuego saltó de su costado, se separó en dos, y le golpeó los pies y las dos manos.
Una tercera lengua de fuego golpeó a Marta en el corazón.
Ella sangraba de sus manos, sus pies y su corazón.
Más tarde Jesús imprimió su corona de espinas en la cabeza de Marta.
Las marcas se extendieron hasta sus ojos y sangraron.
Esta corona apareció en su frente «como venas púrpuras», pero varios meses después (a petición de Marta, como un acto de humildad) desaparecieron por completo.
Aún más tarde, Jesús intervino de nuevo, imponiendo a Marta la Cruz.
Marta se sintió aplastada, dislocada por la carga de la Cruz con su enorme peso.
Sus padres vieron a su hija cubierta de sangre y se sintieron abrumados.
El viernes siguiente a su estigmatización, Marta comenzó a revivir la Pasión de Jesús.
Marta sufría en su corazón al ver que sus padres estaban atormentados por no poder hacer nada por ella.
Sobre todo sufría en su alma porque el pecado del mundo es odioso y porque el amor no es amado.
Y este sufrimiento espiritual era máximo cada viernes cuando Marta revivía la crucifixión durante años.
Más tarde, la agonía de Cristo comenzó para ella los jueves por la noche.
«Él desea revivir en mí su pasión hasta su último aliento y su descenso al infierno, e incluso su resurrección.
Aunque yo permanezca en la cruz para continuar esta vida de crucifixión que es su voluntad para mí, que él quiere para para su gloria y para la redención de las almas en todo el mundo».
Poco a poco, durante el transcurso del día el jueves, Marta sentía cada vez más los dolores de la Pasión.
Ella estaba en combate contra las regiones infernales desatadas, contra el Diablo, quien golpeaba su cabeza contra los muebles cerca de su sofá.
Y Marta lloraba lágrimas de sangre.
Como Cristo en Getsemaní, ella cargó con los pecados del mundo. Ella estaba abrumada y horrorizada.
A veces ella le decía al P. Finet, «¡No te acerques a mí! ¡Te haré sucio!»
Sintió que ella era Jesús en agonía en el Jardín de los Olivos.
Se podía oír que decía: «Aparta de mi este cáliz».
Y luego, «¡Padre, que se haga tu voluntad!».
El tormento seguía el viernes.
Marta revivía todas las escenas de la pasión.
En la noche del viernes llorando decía «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
Ella daba un gran suspiro, su cabeza caía hacia la izquierda y luego hacia atrás.
Uno pensaría que ella estaba muerta, pero estaba en éxtasis.
Luego, el sábado ella volvía en sí. A veces no lo hacía hasta el domingo, o en los últimos años de su vida, lo haría recién el lunes por la mañana o incluso el lunes por la tarde.
EL CONCILIO VATICANO II
En «Retrato de Marthe Robin», escrito por el filósofo francés, surgen algunos intercambios que también afectan a la vida de la Iglesia.
Eran los años del Concilio Vaticano II, al que Guitton asistió como auditor secular, gracias a la especial amistad que le unía a Pablo VI.
«Me ofrezco incansablemente a este Concilio» dijo la Robin, «me temo que en la tierra la fe está en declive».
En particular agregó,
«después de este Concilio no veremos crecer la fe en el mundo y poner nuestra fe en Dios.
Yo no oigo hablar del sufrimiento y el pecado. Del dolor ya no se habla. Esto no excluye que no esté.
Y el pecado, no podemos excluir que haya. ¿Y el purgatorio? Debemos ir más allá«.
Por otra parte, las mismas páginas de Guitton sobre la mística francesa habían suscitado dudas en algunos teólogos que expresaron reparos sobre el libro, como que,
«No es coherente con el espíritu del Concilio Vaticano II», debido a que el Concilio, de acuerdo con estos teólogos citados por Guitton, debería «reducir el campo de lo maravilloso», sustituyendo «el miedo al infierno con el amor misericordioso.»
A lo que, escribe Guitton,
«yo respondo que el Concilio (al que asistí) nunca eliminó los textos del Evangelio donde habla del «fuego eterno».
Donde interviene satanás, donde se anuncia el Juicio Final, donde la idea de hacer un cambio redentor a los pecadores para redimirlos, es el fondo del drama».
Sabiendo la amistad de Guitton con Pablo VI, la Robin le pidió asesorar al Papa
«para que sea fuerte.
¡Oh, si nos pudiera decir, después del Concilio las verdades fundamentales, las que se necesitan!
Si lo ves dile que estoy siempre con él.
Dile que por encima de todo entiendo sus ansiedades, sus tentaciones«.
Su orientación con respecto al futuro era clara:
«No sé nada, excepto por una cosa: el futuro pertenece a Jesús«.
Marta Robin con su vida ha sido un gran misterio, sobre todo en una época como la nuestra, llena de escépticos e incrédulos, de orgullo intelectual.
UNA DEFINICIÓN
¿Quién era esta mística que vivía en la campiña francesa? ¿Por qué la Iglesia proclama sus virtudes heroicas?
La respuesta más bella la ha dado el propio Jean Guitton, y se inscribe en el «drama de la salvación».
Para Robin, había un infierno que ninguna técnica podría abolir.
«La existencia», escribió Guitton, «nos puede ofrecer una elección entre la vida y la muerte. .
El hombre ha pecado. .
Pero hay una ley de sustitución que permite al inocente redimir al pecador. .
El Cristo, el inocente absoluto, es el primero, el único. .
Marta estaba estacionada en las puertas del infierno, ninguno debía entrar; imaginó que se trataba de su trabajo principal, su razón de ser, su profesión».
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
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