Niño africano recibe una devoción de Jesús, luego se transforma en sacerdote y funda una Congregación para difundir la devoción.
El catolicismo africano es el que crece más en el mundo y tiene dos características fundamentales, cree más en los elementos sobrenaturales de la fe y está más apegado a la moral bíblica.
En occidente desconocemos lo que sucede en la Iglesia Católica africana.
Sólo nos llegan noticias cuando se producen grandes fenómenos.
Y uno de ellos es la devoción que le dictó Jesús a un niño nigeriano para que la difundiera con el fin de salvar al mundo.
El niño luego se hizo sacerdote y fundó una Congregación de carácter mundial, que tiene como objetivo difundir el carisma de la devoción.
Aquí hablaremos del Padre Montfort Okaa, de la devoción que le dictó Jesús para salvar al mundo y las promesas que le hizo a los devotos.
Montfort Okaa nació en 1957 en la ciudad de Ilorin, Nigeria.
Hizo su Primera Comunión cuando tenía 10 años, y en ese día comenzaron muchas manifestaciones extraordinarias, que continúan hasta el día de hoy.
Jesús se le mostró en la Cruz con incontables llagas en todo Su Cuerpo, la sangre brotaba por todas partes y caía al suelo.
Trató de recolectar toda la sangre, pero las heridas y el flujo eran demasiado.
Y le dijo, «ven a Mí todos los días. Nunca permitas que el diablo te aleje de Mí o te alejes de Mí voluntariamente. ¡Enseña a amarme a aquellas almas a tu alrededor!»
Mientras lloraba le agregó,
“Mira cómo la humanidad me desafía. Incluso aquellos en quienes confío, incluso aquellos a quienes busco consuelo.
Me despiden, golpeándome y escupiendo en Mi Rostro. Atraen Mi ira, pero pronto sentirán la fuerza de Mi brazo, si no reparan”.
Y le pidió,
“Pídele a esa gente que todavía Me detesta, que no Me ama, que huye de Mí, que detesta oír Mi Nombre, que vuelva a Mí, dile que Yo la amo.
Trae a muchas personas a visitarme y Mi casa, la Iglesia, estará llena y Yo seré feliz, y perdonaré sus pecados”.
En 1970 Nuestro Señor se apareció de nuevo al joven Montfort, y le mostró Su Corazón que había perdido su verdadero color, por haber perdido tanta sangre, y aparecía blanco pálido.
Y le dijo, “si puedes hacer que este Corazón se vuelva rojo de nuevo, el mundo se salvará. Quiero que lo descubras por ti mismo”.
Como Montfort no pudo encontrar la respuesta, entonces le mostró de nuevo Su Corazón junto al Inmaculado Corazón de Su Madre.
Y le dijo, “la única solución es unir a los Dos Corazones de Amor heridos y sangrantes».
Así fue como el Señor le enseñó a Montfort la devoción de los Dos Corazones de Amor, para reparación; diciéndole que así se purificaría la humanidad y se salvará el mundo.
Le pidió, “consigue al menos 100 personas que estén rezando el Rosario de los Corazones de Amor dos veces todas las noches, entre la medianoche y las 3 de la mañana y el mundo será cambiado”.
Y agregó, “cambiaré la faz de la Tierra. Renovaré Mi Iglesia y salvaré incontables almas. Derribaré la influencia del mal. Estableceré firmemente el reino de Mi Amor. Mi Voluntad se hará en la Tierra como en el Cielo”.
Esta devoción ha tenido la aprobación del Obispo Ayo-Maria Atoyebi, de la Diócesis de Ilorin.
Montfort se hizo sacerdote y fue ordenado el 7 de julio de 1983.
Sus compañeros continuaron recitando y difundiendo la oración que les había enseñado.
Y luego invitó a los que se sintieran preparados a entrar en la Congregación que el Señor le pidió fundar.
Actualmente, los postulantes son tan numerosos que algunos tuvieron que esperar doce años antes de pronunciar sus votos.
Tiene capítulos de monjas y sacerdotes, africanos y europeos, especialmente de Alemania, porque el Padre Montfort había vivido allí varios años desde 1994, por obediencia a su obispo, para ayudarle a realizar sus proyectos.
La central de la Congregación de los Dos Corazones de Amor de Jesús y María, es en la Montaña Santa de Orlu, en Nigeria
Es el lugar en que Jesús se reveló al Padre Montfort Okaa cuando era todavía un niño pequeño.
El 3 de noviembre de 2003 Jesús le dijo «este es el Centro Universal de todo Amor Divino y humano, terrenal y celestial. Este es Mi Santuario Universal, Mi Lugar Santísimo, el lugar más sagrado de veneración de Mi Amor en los Dos Corazones de Amor”.
Y Jesús le hizo una serie de revelaciones sobre la devoción que le dictó cuando era niño.
La misión de esta Oración de los Dos Corazones de Amor de Jesús y María es salvar a millones de hombres, “se asombrarán si vieran el número de almas que, gracias al rezo de esta oración, son atraídas al Cielo», dijo.
“Después de la Santa Eucaristía, después de la Santa Misa, es el regalo más grande que he dado a Mi Iglesia».
“La Santa Misa y esta oración están unidas. Esta Oración no puede separarse del Santo Sacrificio Eucarístico de la Misa”.
¿Y cuál es la oración que le dictó Jesús al Padre Montfort y cómo se reza?
Esta oración, que tiene 27 imprimátur, se recita con un rosario común.
En las cuentas chicas se recita,
“Jesús, María, los amo, tengan piedad de nosotros, salven a todas las almas. Amén”.
Y en las cuentas grandes se recitan 4 oraciones que son las siguientes,
«¡Corazones de amor! ¡Corazones unidos para siempre en el Amor!
Denme la gracia de amarlos siempre y ayúdenme a hacerlos amar.
Recojan mi pobre corazón herido y devuélvanmelo sólo cuando se haya convertido en fuego ardiente de Su amor.
Sé que no soy digno, pero acójanme y purifíquenme con las llamas de Su amor.
Acójanme y dispongan de mí como quieran, ya que les pertenezco enteramente. Amén».
La segunda oración es,
“¡Amor puro! ¡Santo amor! ¡Atraviésame con tus flechas, y haz correr mi sangre en las llagas del Inmaculado Corazón!
¡Corazón Inmaculado! Acompáñanos con el Sagrado Corazón para dar vida, consuelo, gloria y Amor. Amén”.
La tercera oración dice,
“¡Jesús! ¡María! ¡Ustedes son los Corazones del Amor! ¡Los amo! Consúmanme. ¡Soy Su víctima de Amor! Amén”.
Y la cuarta oración es,
«¡Corazones de Amor! Consúmanme. ¡Soy Su víctima de Amor! Amén».
Y Jesús le dijo, «cada vez que recitas esta oración, es como una explosión de estrellas en la oscuridad del mundo, donde reinan el odio, la malicia y el pecado».
“Esta devoción se extenderá como la pólvora. Esten listos. Estos son tiempos de prueba y gloriosa victoria”.
Y Jesús le hizo una serie de promesas.
«Todos aquellos que me invoquen una vez en su vida, con estas palabras ‘Oh Corazones de Amor’ recibirán el sello protector de los Dos Corazones en su corazón».
“Toda casa donde se muestre y venere la imagen de los Dos Corazones, tendrá a sus habitantes protegidos de la muerte súbita y Yo impediré que en esa casa se cometan pecados mortales”.
“Aquellos que muestren gran devoción a esta oración serán transformados en un fuego ardiente de Amor Divino, y ninguno de ellos perecerá”.
“Quien en su lecho de muerte rece con mucha devoción esta oración, besando los dos Corazones de Amor, Yo lo llevaré Conmigo y no irá al Purgatorio”.
“Los que se esfuercen por difundir esta devoción gozarán de un lugar especial en el Cielo, en proporción al dolor que han tenido por esta causa”.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos dar a conocer sobre la Oración de los Dos Corazones de Amor de Jesús y María, que fue dictada por Jesús a un niño africano, que luego se hizo sacerdote y más tarde fundó una Congregación con rama femenina y masculina para difundir el carisma.
Y me gustaría preguntarte que opinas de esta oración y de la historia de este sacerdote nigeriano.
Dios lo ordenó, Jesús lo practicó, los Padres de la Iglesia han predicado su importancia, la Virgen María lo recomienda en sus apariciones.
Por eso el ayuno es una parte poderosa y fundamental de la vida cristiana.
Pero para muchos católicos de hoy, es algo que hacemos a regañadientes el Viernes Santo.
¿Ayunaríamos más si entendiéramos lo útil que es para nuestras vidas, para nuestras familias y para la derrota del maligno?
En este artículo te queremos sensibilizar sobre la importancia del ayuno en estos tiempos en que estamos en una batalla cada vez más dura contra los seres malvados. Y sobre el final te daremos una serie de instrucciones sobre cómo manejarte de la mejor manera en el ayuno como batalla espiritual.
El ayuno es bíblico, pero los católicos lo practicaban en cuaresma solamente hasta que la Virgen comenzó a aparecer en la década del 80 y pidió que lo hagamos a pan y agua semanalmente.
¿Y por qué es tan importante el ayuno?
Porque es un arma fenomenal para el combate espiritual en estos tiempos de apostasía y pereza espiritual.
Desde los primeros días de las apariciones, la Reina de la Paz de Medjugorje ha insistido con que hagamos ayuno, a pan y agua, todos los miércoles y viernes del año.
Pero no ha sido en la única aparición que lo ha dicho, sino que ha sido el llamado más notorio solamente.
El ayuno a pan y agua es lo más importante para combatir los planes que satanás está teniendo en este momento, dijo la vidente de Medjugorje, Marija Pavlovic.
Y agregó que
«Nuestro Señor nos recuerda que ciertos demonios sólo pueden ser expulsados por la oración y el ayuno»
Y en un mensaje del 25 febrero 2021, la Reina de la Paz expresó:
«Vivan este tiempo de gracia y sean testigos de esperanza, porque les repito, hijitos: con la oración y el ayuno incluso las guerras pueden ser suprimidas»
Innumerables veces había dicho que el ayuno hace milagros, se pueden detener guerras y catástrofes naturales porque se detienen las leyes de la naturaleza.
O sea que el propósito del ayuno es poner en un equilibrio adecuado el orden creado y nuestra vida espiritual.
El ayuno ayuda a hacer más espacio para Dios en nuestra vida tanto como en los sucesos del mundo, porque el Señor ve que hacemos un sacrificio y responde afirmativamente a quienes se sacrifican.
Cuantos más seamos lo que nos sacrifiquemos ayunando, más fuerte será el mensaje para Dios.
Pero hay quienes no se sienten atraídos a ayunar a pan y agua, incluso por razones médicas.
Entonces podemos tomar lo que dijo el párroco de Medjugorje, fray Marinko Sakota, que se puede ayunar a fruta.
Y que hay muchas cosas que podemos privarnos como forma de ayuno para empezar con la práctica.
Y si nos cuesta el inicio, hay que comenzar de a poco, algunas horas cada vez y pedirle a Dios Padre la gracia de ayunar desde la noche anterior.
En Cuaresma la Iglesia nos pide que aumentemos nuestra oración, nuestro ayuno y nuestra limosna.
Este pedido se debe a que al negarnos a nosotros mismos de algo que nos gusta, nos acordamos que el mayor bien de todo es Dios.
Pero si te falta un empujoncito recuerda lo que dijo San Basilio el Grande,
«El ayuno es el arma de protección contra los demonios».
Y que «Nuestros ángeles de la guarda realmente se quedan con aquellos que han limpiado sus almas mediante el ayuno».
La Biblia relata que las dos misiones más importantes pedidas por Dios en la tierra comenzaron con un ayuno, sin ellas el mundo hoy no sería el mismo.
Cuando Moisés recibió las tablas de la ley, que eran las normas de la alianza de Dios con el pueblo judío, se quedó con Yahveh durante 40 días y 40 noches sin comer ni beber nada, dice Éxodo 34.
Este fue el momento crucial para el pueblo de Israel que deambulaba por el desierto y el Señor le propone salir de ahí con los 10 Mandamientos.
Y también vemos algo similar con Jesús.
Nuestro señor fue llevado al desierto donde ayunó por 40 días y 40 noches, previo al comienzo de su ministerio público; el Cielo lo preparó para ello.
Y ahí se materializó el nuevo pacto que Dios selló con la humanidad a través de Su Hijo que resistió tres tentaciones del maligno.
Satanás incluso tentó a Jesús para que rompiera su ayuno convirtiendo las piedras en panes, a lo que Jesús replicó: «Uno no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
De este modo Jesús ayunó y preparó espiritualmente a la humanidad para enfrentar y resistir al diablo.
Entonces, las dos alianzas de Dios con los seres humanos comenzaron con un ayuno.
Nada es imposible para Dios, puede cambiar la historia de los seres humanos en un momento. Y así lo hizo a través de ayunos.
Y en el Antiguo Testamento, vemos como Nínive se apartó de sus pecados con el ayuno.
La maldad de la ciudad había llegado a un punto en que Dios envió al profeta Jonás para advertirle que en «cuarenta días Nínive será destruida» (En Jonas 3:4).
El rey se vistió de sayal, se echó cenizas y ordenó un ayuno general que incluía a los animales.
Los hombres de Nínive creyeron en Jonás y en la palabra de Dios, por lo que «se proclamó un ayuno, y todos ellos, grandes y pequeños, se vistieron de cilicio», según Jonas 4.2.
Dios reaccionó ante este sacrificio y no llevó a cabo su amenaza contra ellos; Nínive sobrevivió gracias al ayuno generalizado de todo el pueblo.
Y Jesús lo expresa claro en Mateo 17 cuando les explica a sus apóstoles por qué no pudieron expulsar a un demonio.
«Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen poca fe. Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno», Mateo 17: 19-21.
En las Escrituras, la oración y el ayuno practicados juntos se convierten en una amenaza para el enemigo.
Porque la oración y el ayuno liberan el enorme poder de Dios en el ámbito espiritual.
El ayuno promete cantidad de gracias, tanto para las naciones como para las personas en particular.
A través del ayuno y la oración podemos cultivar la virtud cardinal de la templanza, con la moderación y el autocontrol, que domestican el desorden que caracteriza a la carne.
Y también la oración y el ayuno son herramientas fundamentales para superar al diablo y sus secuaces en la tentación.
Pero además un plus que obtenemos con el ayuno es que intensifica la urgencia de las oraciones.
Porque los ayunadores a menudo elegirán un propósito particular para su ayuno: una pregunta que necesita orientación; un ser querido que necesita sanación; la derrota de los planes del maligno, etc.
Y luego usarán los malestares del hambre inducidos por el ayuno, como un recordatorio para orar por esas intenciones.
Como cristianos, tenemos que volver a abrazar este pilar de nuestra fe y practicar regularmente la disciplina del ayuno. No sólo en cuaresma.
Y no debemos verlo principalmente como una privación, sino más bien como una ofrenda, un regalo dado a Dios para adorarlo y reconocer su señorío.
Muchas veces la Biblia relaciona el ayuno como una forma de «buscar el rostro del Señor».
Buscamos Su rostro porque es Él quien nos sacará de los problemas que nos afligen.
Pero por supuesto, el ayuno no es fácil.
Es una disciplina en la que debemos formar a nuestros cuerpos y mentes para manejarlo.
Pero podemos acomodar el ayuno a nuestra situación de vida.
El punto importante es que ayunemos de alguna manera, en unión con la Iglesia, sobre todo los viernes en memoria de la pasión de Cristo.
Ya sea sólo dejando de comer carne, o estrictamente a pan y agua, o en algún punto entre los dos.
Pensando en que debemos empezar a combatir primero los demonios interiores que nos azotan y mantener a raya al maligno.
Y luego pedir la intercesión por nuestros seres queridos, por los pecadores, por las almas del purgatorio, por las intenciones de la Santísima Virgen, el triunfo de su Corazón Inmaculado, etc.
Por eso queremos recomendar esta simple guía para ayunar:
– establece un objetivo para tu ayuno, las intenciones;
– comprométete con tu ayuno planificando cómo lo harás y haciéndolo;
– prepárate espiritualmente para hacerlo, con oración;
– cada vez que tu estómago comience a gruñir, entra en intercesión y conversación con Dios, porque debes recordar que estas luchando contra el enemigo, así como recordándole al maligno el poder de tu oración;
– planifica a que hora y cómo romperás el ayuno, que siempre debe ser gradualmente;
– y finalmente no te desanimes si al principio no lo puedes hacer como te lo proponías, vuelve a intentarlo.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos decir sobre el ayuno e impulsarte a que te atrevas a hacer ese cambio indudable en tu vida, porque el ayuno te santifica con el Espíritu Santo, y es un arma para cambiar el mundo que te rodea.
Y me gustaría preguntarte si tu ayunas y cuando lo haces, y si has intentado ayunar, qué sucedió.
Hay pocas cosas más importantes que transformar nuestro hogar en una casa de oración.
Y una cosa imprescindible para ello es montar un altar hogareño.
Un rincón para recogerse y hablar con Dios, darle Gloria contarle nuestros problemas, pedirle Su ayuda y protección.
Debe estar diseñado con la dignidad y belleza correspondiente a quién se dirige.
Y ser práctico para que cumpla con la función de incitarnos a orar en familia.
En este artículo te damos una serie de recomendaciones para diseñar un altar hogareño que cumpla con esas funciones
QUE ES UN ALTAR
Un altar, en términos genéricos, es un lugar donde una persona se consagra a alguien o algo, hace sacrificios y rituales, y se adora a Dios o dioses.
Se han usado tradicionalmente por las distintas religiones desde su inicio asociándose a ofrecimientos de ofrendas a Dios o a los dioses.
En realidad es una mesa donde transcurre el sacrificio,
Los templos tienen altares y a veces más de uno, para venerar a distintas figuras sagradas o para distintos usos, por ejemplo oraciones, bodas, comuniones.
Y también algunas personas hacen su propio altar en su hogar para adoración personal, y entre los cristianos especialmente lo hacen los católicos.
Hay más de 400 menciones en la Biblia referidas a altares y la primera vez que aparece es cuando Noé construyó uno al Señor al abandonar el Arca, Génesis 8:20.
Dentro del pueblo judío existía la tradición de construir un altar en los lugares donde alguien tuvo un encuentro impactante con Dios, por lo cual también los altares tienen una función conmemorativa.
Los altares están referidos a una devoción sagrada en particular, por lo que cuando se cambia la devoción se tiende a destruir el altar dedicado a esas figuras.
Esto sucedió en el pueblo de Israel cuando los israelitas se volvieron idólatras y destruyeron los altares al Señor, sustituyendolos por altares a Baal.
Luego Elías restauró los altares después que demostrara la inutilidad de adorar a Baal , cuándo desafió a sus sacerdotes hacer un sacrificio de fuego mandado desde el cielo; ellos no pudieron cumplir pero el Señor le cumplió a Elías (1 Reyes 18).
En otros casos contados por la Biblia es Dios mismo el que pide la construcción de un altar conmemorando algo, para que sea recordado para las próximas generaciones.
Incluso en Éxodo 20 el propio Dios dice cómo hay que construir el altar.
En las iglesias católicas el altar es una mesa sobre la que se ofrece el sacrificio de la misa.
En las catacumbas romanas los altares eran unas tablas puestas sobre el nicho de algún mártir.
En las iglesias actuales el altar es el centro referencial del templo, aunque hay a veces más de un altar.
Por un lado está el altar principal donde se celebran habitualmente las misas.
Y por otro lado altares menores, más específicos, por ejemplo dedicados a algún santo o al Sagrado Corazón, los cuales tienden a ubicarse en capillas, y donde se celebran misas y adoraciones en fechas especificas.
También hay que se llama altares móviles para realizar misas en lugares generalmente fuera del templo.
En todos los casos cuando se realiza la misa, el altar está cubierto por un mantel y un corporal, y debió un ser consagrado para tal efecto.
Generalmente se le ponen reliquias debajo.
Según las instrucciones de la Iglesia, el altar debe ser el centro visible del templo desde todos los lugares.
Y estar construido de piedra natural para simbolizar la fortaleza y eternidad.
La Iglesia también pide que se enciendan velas en las celebraciones litúrgicas y haya una cruz visible para todas las personas en el altar o cerca de él.
¿ESTÁ ALLÍ DIOS?
Dios está en cada lugar donde el hombre lo deja entrar, no sólo en un templo y en un altar.
Pero más probablemente esté presente en los templos, porque allí generalmente hay muchas personas orando y una carga histórica de oraciones sostenidas a través del tiempo.
Y Jesús dijo que cuando una o dos personas estén orando Él estará en medio de ellas.
Además en el templo católico Jesús está en la sagrada eucaristía con su cuerpo vivo en la reserva que se conserva en el sagrario.
Es por eso que el lugar ideal para orar fuera de la misa es frente al sagrario.
Y también por eso en las adoraciones públicas que se realizan al Santísimo Sacramento se expone la custodia con el Sacramento adentro encima del altar, sobre un corporal y con velas encendidas a los costados.
Pero esto es inútil si no dejamos entrar al Señor en nuestro corazón.
Porque hay un solo lugar en toda la creación donde Dios no entrará sin permiso, que es nuestro propio corazón.
«He aquí, estoy en la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20).
Y es por esta razón que se justifican los altares en los hogares, porque el hogar de cada uno está más cerca del corazón que ningún otro edificio.
PARA QUÉ SIRVE UN ALTAR EN UNA CASA
Un altar en una casa es un lugar de sacrificio y consagración a Dios.
Pero sobre todo es una forma poderosa de evidenciar y conectarse con lo sagrado y con lo que importa más en la vida.
Y está destinado a servir como el sitio central para la práctica religiosa en un hogar católico, qué implica sobre todo la oración.
De modo que tiene dos funciones: una es recordar lo sagrado y la otra es practicar el encuentro con Dios.
Y esas dos funciones deben estar presentes cuando se diseña un altar en un hogar.
Respecto a la primer función de evidenciar lo sagrado, la función del altar es ser el centro de los materiales devocionales que poseemos.
O sea que un recordatorio del altar de una iglesia más una colección de materiales devocionales y catequéticos que hemos acumulado.
Por eso en los altares de los hogares deben estar presente las imágenes religiosas que poseemos, incluyendo naturalmente un crucifijo y una imagen de la Virgen María.
Y también las reliquias que poseamos, cuadros, estampitas, y diversos materiales devocionales y catequéticos para echarle mano cuando sea conveniente.
Esto va a depender obviamente del lugar que podamos disponer para el altar dentro del hogar.
Pero en lo posible debería ser un lugar que nos permita permanecer allí en oración para cumplir la segunda función, de practicar la conversación con el Señor.
LISTADO DE LO QUE SE NECESITA PARA UN ALTAR DOMÉSTICO
Este es un breve listado de lo que debería contener un altar hogareño, pero de ninguna manera es exhaustivo ni obligatorio, porque el diseño del altar dependerá del espacio destinado y de la creatividad que despleguemos.
En primer lugar debemos considerar que el altar hogareño no es una reproducción del altar de una Iglesia, porque allí vamos a poner muchas cosas diferentes respecto a lo que vemos en la iglesia.
Hay que pensar este espacio como el lugar sagrado de la casa, y por lo tanto debiera ser representante de las cosas relacionadas con lo sagrado y con lo devocional, obviamente limitado por el espacio, la ubicación que tengamos y de la calidad del material.
Lo ideal, aunque difícilmente conseguible, es dedicar una habitación solamente al altar, lo que implica convertirlo en una especie de capilla.
Disponer de una superficie
Lo primero es ubicar el espacio que debiera ser lo más amplio posible tanto para el altar como para sentarse alrededor.
Puede ser en un estante de una biblioteca, en una mesa específica, sobre una repisa, sobre un escritorio, en la parte superior o trasera de un mueble, y en el mejor de los casos tener un mueble específico donde todo sea el altar.
Revestir el Altar
Esto significa ponerle un mantel encima, que incluso en algunos casos puede ir cambiando de color para seguir el tiempo litúrgico.
Adornar el Altar
El centro del altar debe ser el crucifijo, pero también deberíamos ponerle imágenes devocionales, como por ejemplo de alguna advocación de la Virgen María, algún santo de nuestra predilección.
Estas imágenes pueden ser con cuerpo o cuadros o iconos.
Otras cosas imprescindibles son las velas, el agua bendita, las flores, la Biblia, un misal o calendario litúrgico y por lo menos un Rosario.
También le podemos poner un pote con sal bendecida, medallas, reliquias de algún santo (si es que tienes alguna), un quemador de incienso, estampitas, hojas con oraciones, materiales devocionales como libros, folletos, etc.
Y si por ejemplo estamos orando una novena, sería importante tener ahí el contador de los días y el texto de la novena.
Estos adornos pueden cambiar ajustándose al año litúrgico.
Por ejemplo desde adviento se puede dar al altar un tono más relacionado con el nacimiento de Jesús y construir allí el pesebre, pero también podría estar el pesebre en un lugar aparte.
Desde cuaresma podríamos decorarlo más con temas relacionados a la pasión de Cristo, a la corona de espinas, a la Pascua.
En mayo, que es el mes de María, podríamos convertirlo en un altar más mariano.
Y este mismo perfil puede tenerlo cuándo celebremos a algún santo al que le tengamos una devoción especial.
Estos cambios de decoración en el altar nos hacen salir de la rutina y prestarle más atención .
En definitiva la decoración del altar dependerá el espacio que le demos y de la significación que él tiene para nosotros.
Bendecir el Altar
Lo ideal es que un sacerdote o un diácono concurra a tu hogar y bendiga el Altar.
Si esto no es posible por lo menos llevar para que bendiga las imágenes principales del altar, y en lo posible todas las imágenes.
También podríamos hacer una bendición por nosotros mismos con una oración como esta:
«Señor estamos frente a este Altar con corazones alegres y agradecidos.
Amablemente te presentamos el trabajo de nuestras manos y la dedicación de nuestros corazones que han formado este Altar en tu honor.
Nos colocamos bajo tu poderosa protección y la protección de… (otros santos si queremos mencionar)
Ayúdanos a seguir tu ejemplo.
Abre nuestras mentes y corazones para amar y servir a los demás.
Concédenos ser testigos tuyos.
Señor Jesús, bendice este Altar, todo lo que contiene, las velas y a todos los que lo visitan.
Te lo pedimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(Se reza un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria)»
Orar en el Altar
Debería instaurarse la práctica de destinar un tiempo durante el día para orar alrededor del altar hogareño; preferentemente familia.
Y para ello instaurar un ritual o procedimiento que implique prender las velas, leer algún pasaje de la Biblia, rezar una década del Rosario o todo el rosario y hacer nuestras peticiones y honores.
Este ritual puede cambiar según las fechas del calendario litúrgico y de las celebraciones de santos.
Y también se le puede dar un uso más casual, como por ejemplo hacer alguna oración personal en el correr del día frente al altar o cuándo salimos (pidiendo protección) o llegamos a casa (agradeciendo la protección).
Debemos tener en cuenta que si no lo usamos para orar, el altar se convertirá en un adorno más en la casa y no cumplirá la función para la que lo diseñamos.
UN APORTE DE LOS ORTODOXOS RUSOS
Hay una tradición ortodoxa rusa que es poner en la habitación principal un icono colgado de un estante en una esquina, y cada persona que entra o sale de la habitación le haga una reverencia.
Los iconos ortodoxos son en general muy bellos porque son oraciones pintadas, con mucha simbología detrás,
Y además los suelen adornar con candelabros y lámparas colgantes de un diseño típico eclesial.
Al combustible de estas lámparas colgantes se les agrega aceites aromáticos, que hacen recordar el incienso que se queman las iglesias occidentales.
La preocupación de los ortodoxos en general es respetar la calidad, la nobleza y la belleza, de la misma manera que lo hacen en su Sagrada Liturgia.
Esto añade valor a su «altar hogareño», que debería ser un elemento considerar de parte de los católicos cuando diseñan su altar.
O sea pensar más en la calidad que en la cantidad, para que no nos distraiga de lo más importante.
CÓMO HACER DEL HOGAR UN ALTAR DOMÉSTICO
El hogar debe verse como una globalidad que contiene la vida familiar, y ese es el verdadero altar sobre el que debe transcurrir la vida de la familia.
Aquí hay una serie de recomendaciones para hacer del hogar un altar para la familia para hogares que quieren llevar una vida tradicionalmente católica.
No debe haber cosas profanas ni tratamientos profanos en la casa.
El esposo y la esposa nunca deben discutir frente a los niños porque ahí es donde se produce el primer cisma.
El padre y la madre tienen que dar el ejemplo a sus hijos, especialmente necesario cuándo los niños creen que los padres no los están viendo.
Los niños deben comprender la paternidad de Cristo y la maternidad de María a través de sus padres.
Dar gracias por la comida ya sea en la casa o en un restaurante.
Enseñar a los niños hacer la señal de la cruz lenta y reverentemente.
Los padres deben catequizar a los niños desde temprana edad, comenzando a leerles historias de vidas de santos y piadosas.
Debe haber un crucifijo en cada habitación de la casa y uno sobre la puerta interior de la casa.
Los padres deben orar todas las noches con sus hijos antes de acostarse y bendecirlos antes de dormir.
Una forma de bendecirlos es que el padre diga
“Que la bendición de Dios todopoderoso esté contigo (se dice el nombre del niño)”
Y luego el padre le hace la señal de la cruz tres veces sobre la frente del niño diciendo, “en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”.
Ir a misa en familia por lo menos todos los domingos.
Hacer bendecir la casa por un sacerdote.
Poner un recipiente con agua bendita cerca de la puerta principal para que cada uno pueda usarla.
Cada vez que la persona salga de la casa debe persignarse con agua bendita y besar el crucifijo; lo mismo que cuando se levanta.
Al lado del agua bendita debe tener un recipiente de sal consagrada, aunque es mejor exorcizada; todo esto puede estar en el altar del que hablamos antes.
Cada integrante de la familia debe tener un rosario y rezar el rosario juntos en algún momento del día.
Debe haber una Biblia y si es posible cada integrante del hogar debe tener una.
Festejar en familia los cumpleaños y las fechas de bautismo, recordando los nombres de los sacerdotes y obispos que otorgaron los sacramentos a los miembros de la familia.
Y mantener una biblioteca de libros y videos católicos.
Jesús se apareció en cuatro países, con un mensaje en cada siglo.
En cada uno ha quedado marcada su presencia.
En Francia, España, Guatemala y Polonia el Corazón Sacro de Jesús ha insistido en recordarnos cuanto ama a los hombres.
Aunque parece que es una repetición de temas; la realidad es que en cada uno cambia su objeto espiritual. .
Ya que como se verá en las diferentes historias, Jesús pide algo distinto en cada una. .
A pesar de ser siempre el centro su Sagrado Corazón.
Las apariciones más conocidas, son la primera y la última (la de Santa Margarita y la de Santa Faustina). .
Las dos han tenido una fuerte propagación en el mundo. .
Pero entre medio se apareció al Beato Bernardo de Hoyos y a la Beata María Encarnación Rosal.
Pero también hubo otra aparición que logró que un Papa consagrara el Mundo al Sagrado Corazón.
En el Antiguo Testamento, se puede leer diferentes versículos sobre el corazón.
Por ejemplo en Deuteronomio 6, 4-6. Precisamente Dios les pide que le amen con todo su corazón.
En Cantar de los Cantares 8, 6; la palabra corazón, es utilizada para pedir al amado que se “tatúe” su amor sobre este.
Como observamos la palabra es usada en sentido simbólico.
Como también lo podemos ver en Ezequiel 36, 26; en el que habla de que les pondrá un corazón de carne, quitándoles el de piedra.
Pero al entrar en el Nuevo Testamento, y llegar a especificar sobre Jesús, se debe entender quién es Jesús.
En Filipenses 6, 11; San Pablo indica que el Hijo se hace hombre, siendo Dios.
Esto es que Él, es una persona divina, pero con dos naturalezas.
Al adquirir la naturaleza humana con la Encarnación, Jesús toma también todos los órganos, entre ellos el corazón.
La insinuación más clara en el Nuevo Testamento sobre el Sagrado Corazón, es en San Juan 19, 34.
Pues es la lanzada la que lo despoja de todo. Derrama su sangre y agua que aún le quedaba.
Esta concepción se verá marcada en las obras artísticas y en las apariciones en los diferentes países.
Los Padres de la Iglesia verán en los versículos de San Juan, tanto en el episodio de la lanzada como en San Juan 13, 23-28; al Corazón de Cristo.
Refiriendo al corazón a toda la persona de Cristo, que es el amor.
San Juan Eudesredactará la primera misa para el Sacro Corazón en 1672, 20 de octubre.
Otros santos, como Santa Gertrudis serán muy apegados a esta devoción y serán los que darán un origen más profundo.
Posteriormente con las diferentes apariciones se irá consolidando aún más en los fieles.
EL AMOR: FRANCIA
En aquel país, famoso por las apariciones de la Virgen María, en su Inmaculada Concepción, el Sacro Corazón se apareció a una monja.
La hermana Margarita María Alacoque, ahora santa, tuvo el privilegio de ver varias veces al Señor en persona. ¡Vivo y resucitado!
En 1673, día del apóstol San Juan, a quién Jesús le permitió recostarse en su pecho y oír los latidos de su corazón; se presentó a la monja Alacoque.
Santa Margarita se encargaría de propagar desde el convento, esta devoción. Jesús se le manifestará, siendo Él autor de estos acontecimientos.
La santa fue una mujer humilde, sencilla, desde pequeña hizo voto de castidad, consagrando su pureza.
Ella no entendería mucho de estas palabras, porque después ya de adulta entenderá mucho más esto.
Su vida entre prodigios y enfermedades, será un ejemplo a seguir.
La caridad signo del amor estará presente en el noviciado, edificando a las demás religiosas.
Pero no todo en su vida, son rosas: hay también espinas.
Fuertemente sufrió las reprimendas y humillaciones.
Dios la premió con la visita del Divino Hijo, quién le revelaría su Sagrado Corazón y 12 promesas que ofrecía a quién viviera para su Corazón.
Pues el principal objetivo es acercarnos a la persona de Jesucristo.
Siendo propiamente el vínculo de esta revelación el órgano sagrado.
El fin primordial es el amor, que la Segunda Persona de la Trinidad, quiere recordarle al mundo.
En el arte se puede observar llamas que brotan del órgano y que se desprenden detrás de este, para recordar a través de este signo el amor.
Por eso destaca los instrumentos pasionarios: como la cruz, la corona de espinas y la abertura del costado.
El corte del Corazón, la llaga, es el símbolo de que lo da todo. .
Por eso ver las obras de arte sobre este tema, recuerdan en su conjunto el amor. .
La mejor forma de reconocer que ama, es que lleva tatuado, adentro de sí, lo que sufrió por el género humano. .
Como si fuera las más ricas joyas. .
Tal y como en Cantar de los Cantares hemos visto.
YO REINARÉ: ESPAÑA DEL SAGRADO CORAZÓN
Del siglo XVII, ahora se traslada al siglo XVIII.
En Valladolid, el Beato Padre Bernardo de Hoyos recibirá del Corazón Sacratísimo el siguiente encargo.
El rey en ese entonces es Felipe V, sucesor del rey Luis XIV de Francia.
¿Pero qué desea Jesús ahora?
Extender su culto, para que sea más amado, adorado y reverenciado su Sacro Corazón.
A través de diferentes peticiones, el Señor dejo ver como lleno de llamas se acercaba a los corazones.
Incendiando de amor al Padre Bernado, en ese entonces aún no estaba ordenado.
San Miguel Arcángel dijo que cuidará de aquellos que propaguen esta devoción.
Pues son muchas dificultades las que pasarán los que difundan esto.
Dios ha de pagar tanto bien que hagan con ello, y con el empeño, amor y devoción hacia este Órgano inflamado de amor por nosotros.
El Sagrado Corazón volvió a prometer que quienes le honren y busquen que otros le honren, derramará sus bendiciones para ser más agradables sus trabajos. Jesús ha de pedirle la extensión del reino de su Sacratísimo Corazón.
El Padre Bernardo de Hoyos quiso muchas veces extender ese reino por el Nuevo Mundo, pero ya no pudo.
Murió a los 24 años de edad.
Este beato había oído aquella promesa de la boca de Nuestro Señor Jesucristo:
“Reinare en España con más y mayor devoción que en otras partes”.
También habría de oír que cualquier cosa que se le pidiera al Sacro Corazón sería concedido.
Tuvo que pasar 200 años para convertir la Iglesia de San Ambrosio en un templo nacional dedicado a expiar al Sagrado Corazón.
El templo fue consagrado en 1941 como Santuario Nacional de la Gran Promesa.
Posteriormente el Papa Pablo VI en el año de 1964 decidió convertir el Santuario en Basílica Menor.
En 2010, el Padre Bernardo fue beatificado.
LOS HOMBRES NO CELEBRAN LOS DOLORES DE MI CORAZÓN
En la Provincia de Ultramar del año 1820, nacía una hermosa niña en Quetzaltenango.
España regía a toda Centro América como Capitanía General de Guatemala.
Recordando que Jesús no se olvida de sus promesas. Vicenta Rosal, así se llamaba esta niña, será la encargada de ser la confidente del Sagrado Corazón.
En 1821, Centro América se independizaba de España, anexándose a México.
En 1823 se separada de ese país, volviendo a ser Centro América, como Provincias Unidas.
Vicenta Rosal sería española por nacimiento, mexicana durante unos años y finalmente guatemalteca.
El 16 de julio de 1838 recibía el hábito de la Orden Bethlemita de manos del último padre que aún vivía: Fray José de San Martín.
Cambió su nombre por Encarnación del Sagrado Corazón.
Interesante ha de ser el hecho que el último padre le dé el hábito a la que reformará y dará vida nuevamente a esta orden que por diferentes situaciones estaba a punto de morir.
Pero Sor Encarnación, no está muy conforme y se pasa al convento de las catalinas.
Por designios del Todopoderoso, regresa a Belén.
Poco a poco se le fue confiando diferentes cargos y así ha de empezar por entregarse a reformar el convento y la rama femenina de la Orden que el Santo Hermano Pedro había fundado.
En ese ímpetu de reformar, ha de entregarse a más mortificaciones y también a rezar.
En 1857, un 9 de abril, la Madre fue a la Capilla a meditar lo que en ese día habría de haber pasado que Judas Iscariote traicionaría a Jesús.
Mientras estaba en ello, oyó una sutil campana; como de un metal muy fino. No hizo caso.
Sintió que le jalaban el velo, pero tampoco hizo caso. Hasta que el Señor le dijo a su oído:
“Los hombres no celebran los dolores de mi Corazón”
Esta experiencia se repitió unos días después, mientras comulgaba.
Oyendo la misma petición.
La Madre compenetrada en su oración le dijo al Señor que se valiera de otras monjas.
Pero Jesús ya la había escogido a ella.
El tiempo ha de pasar, sucediendo diferentes hechos de origen sobrenatural.
El cólera se difundió en Guatemala como una epidemia, muriendo la esposa del presidente y mucha gente más.
Jesús escogió esta situación para demostrar su amor.
Mientras Madre Encarnación celebraba la primera fiesta, la epidemia habría de disminuir hasta el punto de desaparecer.
Jesús en diferentes ocasiones se le apareció, ya no era solo una voz.
Le manifestó el dolor de su Corazón y los dardos que le ocasionaban esto.
Desde aquella vez, todos los 25 de mes Madre Encarnación y sus hermanas rezaban para desagraviar a Jesús.
La fiesta principal fue el 25 de agosto, pues fue el mismo Señor quién escogió tal fecha.
Durante esa primera celebración el aceite y la cera no se escasearon, milagro que también sería visto como un prodigio del cielo.
Pues un convento tan pobre, poco podía.
La Madre había pedido licencia para recoger limosna para la fiesta. Pero Dios hace lo imposible.
Del testimonio de aquellas apariciones, pocos datos se saben, cada diálogo fue celosamente guardado.
La hermana campanera habría de darse cuenta de la luz que emanaba la capilla donde la Madre estaba rezando, aún no existía la luz eléctrica y las velas poco podían producir aquella luminosidad.
Algo presentían que había pasado aquella noche.
Fue San Ezequiel Moreno quién lograría ir descubriendo ese misterio.
Porque Jesús se le había aparecido a la Madre.
DE TU INFINITA MISERICORDIA
La devoción a la misericordia del Señor ha sido fuertemente difundida.
Francia, España, Guatemala y ahora Polonia es el nuevo sitio donde Jesús viene a visitar.
En cada siglo ha estado presente, primero en 1600´s, después en España en 1731.
En el Beaterio de Belén de la República de Guatemala en 1857.
Jesús ha escogido curiosamente una persona en cada siglo.
Sor Faustina Kowalska nació en 1905 en Polonia, en un lugar cerca de Cracovia. En 1928 hizo los votos definitivos como monja.
Posteriormente en 1931, Jesús se le empezó a manifestar.
Todas estas apariciones fue escribiéndolas en su diario.
Más de 600 páginas que hablan de esta devoción.
Donde le invita a propagar la misericordia y confianza a Jesús.
En 1938 Sor Faustina murió de tuberculosis…
Su cuerpo yace debajo de la milagrosa imagen que mandó hacer sobre la misericordia.
Jesús, está pintado sobre un fondo negro.
Caminando con una túnica blanca mientras con su mano abre su pecho de donde brotan rayos.
Los rayos de color rojo y blanco, símbolo de la sangre y agua que brotaron del Corazón de Jesús el Viernes Santo.
Con la otra mano bendice, con su mirada cabizbaja como si quisiera observar a quién observa el cuadro.
Debajo de este se encuentra un letrero que dice:
“Jesús yo confío en ti”
Así Santa Faustina quiso trasladar lo que ella había contemplado. Aunque ella misma no estaba conforme, pues el cuadro distaba mucho de la belleza que Jesús posee.
Por eso Jesús le habría de decir que no es en la imagen, sino en la gracia que trasmite.
No es los detalles y habilidades del artista sino algo más.
Muchas peticiones le habría de pedir Jesús: como el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia, el rezo de los viernes a las tres de la tarde (hora que murió Jesús)…
Todo esto con el fin de acercar a las almas al Corazón Sagrado de Nuestro Señor.
Su fiesta se celebra el domingo después de la Resurrección, después de Pascua.
Rezando la novena desde el Viernes Santo y continuando por nueve días.
CUATRO APARICIONES, UN MISMO HILO
La segunda persona de la Santísima Trinidad quiso hacerse uno como todos, menos en el pecado.
Como hombre tuvo los mismos sentimientos, y enseñó el camino a seguir.
Él dijo que estaría siempre con uno, y se quedó en la Eucaristía.
El hombre se ha ido perdiendo y Jesús no ha querido dejar solo al ser humano.
Por ello bajo cuatro veces para indicar el camino de su amor.
En cada uno ha remarcado más un aspecto sobre otro. . Primero vino a recordar cuanto ha sufrido en la cruz por el género humano y que su amor es infinito. . Después dijo que para que Él reine debes dejarlo entrar en tú corazón con un comportamiento de vida dirigido hacia Él. . A Madre Encarnación le pidió que comunicara a la gente lo que sufre por sus ovejas perdidas. . Santa Faustina dirá que no importa que pecado sea, siempre el que se acoja a su misericordia será perdonado.
María del Sagrado Corazón
LA INTERVENCIÓN DE JESÚS PARA QUE EL PAPA CONSAGRE EL MUNDO A SU SAGRADO CORAZÓN
Hubo un Papa importante para el desarrollo de esta devoción en la Iglesia institucional.
Mientras las apariciones del Sagrado Corazón se iban multiplicando y repitiendo a través de los siglos como vimos, el 11 de junio de 1899 el Papa León XIII consagra el Mundo al Sagrado Corazón.
Él lo llamó el gran acto de su pontificado.
Su cristalización se debe a otro hecho sobrenatural.
Las apariciones a una religiosa llamada María del Sagrado Corazón, que era abadesa del convento del Buen Pastor de Oporto y era miembro de una familia noble alemana.
El Sagrado Corazón de Jesús se le había aparecido desde niña.
Y recibió la misión de Jesús de escribirle al papa León XIII pidiéndole la Consagración del Mundo al Sagrado Corazón de Jesús.
Jesús además le había hecho ver que su misión en la tierra estaría completada tan pronto como se lograra la consagración.
Ella murió el mismo día que el papa León XIII publicó su encíclica anunciando la Consagración.
Y 3 días antes de que se hiciera la solemne Consagración en un acto público.
El Sagrado Corazón se le había aparecido cuando era niña diciéndole «tú serás la novia de mi corazón».
A los 26 años ingresa en el convento de las hermanas del Buen Pastor en Münster.
Un año después recibe el hábito, curiosamente el mismo día y año que lo recibió Santa Teresita de Lisieux.
Y otro hecho curioso es que su superiora le dio el nombre de María del Divino Corazón lo que ya marcaba cuál era su misión.
María es enviada a Portugal y se convierte en superiora del convento de Oporto.
Ahí se le declara la enfermedad de mielitis que es una enfermedad de la médula.
¿Y cómo fue que Jesús intervino concretamente para lograr la Consagración del Mundo a Su Sagrado Corazón?
Jesús le ordena a María del Sagrado Corazón que escriba al Papa León XIII para que consagre el Mundo a Su Sagrado Corazón.
Su director espiritual, el Abad Ildefonso Schober es informado por ella y luego de un discernimiento le da permiso para escribirle al papa León XIII.
Le escribe dos cartas, una en junio de 1898 y otra en enero de 1899.
Pero ya estaba muy enferma; desde julio de 1896 no podía levantarse sola.
Sin embargo en Oporto se había corrido la voz que la superiora era una santa y estaba gravemente enferma.
Por lo que recibió innumerables visitas de laicos y sacerdotes personas nobles y ordinarias.
Y se hicieron varios milagros entre esa gente.
Papa León XIII
En la primera carta que María escribió al Papa León XIII, ella le dice que le está escribiendo por orden expresa de Nuestro Señor y con el consentimiento de su confesor.
Y le hizo una revelación sorprendente.
Qué Nuestro Señor lo curaría de una enfermedad grave con el objeto de que consagre el mundo a Su Sagrado Corazón.
Le había prolongado su vida para darle la gracia de hacer la consagración.
En ese momento el Papa estaba por cumplir 90 años pero estaba bien de salud.
Sin embargo a fines de febrero de 1899, luego de la primera carta en que le Jesucristo le revelara sobre su enfermedad y curación, le fue descubierto un tumor y el 1º de marzo lo operaron con éxito.
El pontífice atribuyó su recuperación a la oración del pueblo sobre el Señor, pero sobre todo a la hermana María del Sagrado Corazón.
La gracia concedida de la Consagración a la que se refiere Nuestro Señor se justifica porque el Papa había pensado abrir el año jubilar de 1900 con una Dedicación del Mundo a Jesús.
Luego de estos mensajes que recibió de la monja permitió el uso público de la Letanía al Sagrado Corazón.
Y en su convalecencia de la de la extirpación del tumor llamó al cardenal Mazzella, quien le dijo que la Consagración del Mundo al Sagrado Corazón de Jesús debía tener una base teológica y le presentó la doctrina de Santo Tomás de Aquino al respecto.
Para ese momento María estaba totalmente paralizada y sus órganos internos fallándole.
Se informó por la prensa que el Papa lanzaría la encíclica Annum Sacrum, que significa Año Santo.
En la que mencionaba la enfermedad que había amenazado su vida y la curación.
Y manifestaba que la Consagración sería el acto más grande de su pontificado.
Por lo tanto vemos que aquí hubo dos intervenciones de Nuestro Señor.
Por un lado la inspiración del deseo en el Papa para la consagración.
Y por otro la incitación a hacerlo a través del instrumento que fue María del Sagrado Corazón.
El jueves 8 de junio de 1899 la hermana María recibió dos copias de la encíclica. Y ese día murió a las 3 de la tarde con 35 años.
Tres días después León XIII consagró solemnemente el mundo al Sagrado Corazón de Jesús, como estaba organizado.
Durante las últimas semanas de Cuaresma y en Semana Santa nos enfocamos en la Pasión de Cristo.
Y muchas veces no nos damos cuenta del sufrimiento que tuvo Su Madre.
Quién sufrió un martirio blanco en su corazón.
El arte revela Su martirio a través de las imágenes de la Santísima Virgen Dolorosa. .
Y un caso es la Virgen de la Concha de Guatemala, que tiene una extraordinaria historia y hermosos relatos piadosos.
Los teólogos afirman que la Virgen María no experimentó ni los dolores de la muerte ni los dolores del parto.
Sin embargo creen que tuvo intensos dolores y angustias en la Pasión de Su Hijo: al ver a su hijo flagelado, cargando la cruz por la vía dolorosa, crucificado y enterrado en la tumba.
Su dolor es la conclusión de la espada que se le clavó en el corazón, desde cuándo San Simeón le dijo que su corazón sería traspasado debido a Su Hijo, en el momento de su presentación en el templo.
La Santísima Virgen tuvo su propia pasión, coincidente con la de Su Hijo.
Y transfirió su sufrimiento a la humanidad cuando Jesús en la cruz le dijo “ahí tienes a tu hijo”, señalándole a San Juan y a través de él a la humanidad.
Las penas y aflicciones de Su Hijo pasaron a través de Ella al hombre mortal y pecador.
LO QUE NOS DICE LA VIRGEN DE LOS DOLORES
La imagen de Nuestra Señora en sus dolores recuerda al cristiano todas las angustias y penas, los sufrimientos y preocupaciones de la Madre de Jesús.
Así el cristiano frente a todas las tribulaciones puede sentir que la Virgen también le acompaña, que Ella no fue una mujer sin preocupaciones ni trabajos.
Dice el Papa emérito Benedicto XVI:
“Contemplamos a María que comparte la compasión de su Hijo por los pecadores.
Como afirma san Bernardo, la Madre de Cristo entró en la Pasión de su Hijo por su compasión.
Al pie de la Cruz se cumple la profecía de Simeón de que su corazón de madre sería traspasado por el suplicio infligido al Inocente, nacido de su carne.
Igual que Jesús lloró, también María ciertamente lloró ante el cuerpo lacerado de su Hijo.
Sin embargo, su discreción nos impide medir el abismo de su dolor; la hondura de esta aflicción queda solamente sugerida por el símbolo tradicional de las siete espadas.
Se puede decir, como de su Hijo Jesús, que este sufrimiento la ha guiado también a Ella a la perfección, para hacerla capaz de asumir la nueva misión espiritual que su Hijo le encomienda poco antes de expirar: convertirse en la Madre de Cristo en sus miembros.
En esta hora, a través de la figura del discípulo a quien amaba, Jesús presenta a cada uno de sus discípulos a su Madre, diciéndole: “Ahí tienes a tu hijo”.”
Por ello al representar la imagen de la Virgen dolorosa se ve también a la Madre que acompaña al pecador.
PROMESAS EN LA MEDITACIÓN DE SUS DOLORES
En la meditación de sus dolores puede encontrarse gran fruto tal y como Ella misma se lo revelo a Santa Brígida.
Pondré paz en sus familias.
Serán iluminados en los Divinos Misterios.
Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente.
Pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.
La devoción de los siete dolores de María tiene un fundamento bíblico.
La profecía de Simeón (Lc 2: 34–35)
El huida a Egipto (Mt 2:13)
La pérdida de Jesús en el templo (Lc 2: 43–45)
El encuentro de Jesús y María en el camino al Calvario (Lc 23:27)
La crucifixión de Jesús (Jn 19:25)
El descendimiento del cuerpo de Jesús de la cruz (Mt 27: 57–59)
Jesús es colocado en la tumba (Jn 19: 40–42)
Virgen de los Dolores del Manchén en Guatemala
LA VIRGEN DE DOLORES EN GUATEMALA
Aunque la Virgen siempre es la misma, los artistas se gozan en representarla en diferentes poses, con diferentes atuendos.
Así en Guatemala se puede ver como existen representaciones de la Virgen en diferentes pasajes de su vida.
De gran importancia fue la devoción a la Virgen de Dolores, engalanándose con siete capillas dedicadas a cada dolor en Santiago de Guatemala.
Cada lugar celebra con hermosas imágenes de la Virgen en sus dolores las tradiciones de cuaresma y del Triduo Pascual.
Y también existen numerosas leyendas, narraciones y anécdotas que las personas han guardado en su corazón y las han contado a sus hijos de generación en generación.
Tal es el caso de la Patrona de la Diócesis de Sololá – Chimaltenango: la Virgen Dolorosa, llamada popularmente la “Virgen de la Concha”.
Es una pintura muy pequeña de la Virgen con su rostro hacia lo bajo, vestida de rojo y envuelta en manto azul, con siete dagas en referencia a sus dolores. . Está enmarcada en una gran concha de plata que custodia la casa de la Virgen.
Se observa un ángel que abre sus brazos para mostrarla y dos sirenas que la llevan en gracioso movimiento.
Virgen de la Concha
LA HISTORIA DE LA VIRGEN DE LA CONCHA
La historia popular cuenta que:
“Un mercader llegó con un cuadro.
Llevaba muchas cosas, para vender y comprar.
Pero luego de realizar varias transacciones, quiso como hacía siempre, irse a dormir un rato.
Tomaba el atrio como su dormitorio.
Pero no queriendo pasar como un mal cristiano, tomaba siempre un cuadrito de Nuestra Señora y entre sus objetos lo llevaba.
Su belleza era tal que él creía que Ella siempre le miraba.
Ponía su petate y sus cosas por un lado, y el cuadro sobre la pared de la iglesia, la que sería la Catedral.
Mientras otros mercaderes también usaban el atrio para descansar, y como si la sombra de la iglesia les cobijara, se quedaban profundamente dormidos.
Tal como el Salmo 133 dice: y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor.
Y el Salmo 4, 9: En paz me acuesto y en seguida me duermo, pues tú sólo, Señor, me das seguridad.
Así como cobijados por la iglesia y protegidos por la mirada maternal del cuadrito de la Virgen, pasaban dormidos.
Cuando por fin el dueño del cuadrito se despertó, hizo lo que acostumbraba al despertar: desperezarse.
Se levantó enrolló su petate, y lo puso con el resto de cosas.
Vio con cariño la imagen de la Madre de Dios y la quiso tomar de la pared.
¡Pero sorpresa!
El cuadro parecía estar pegado a la Iglesia.
Lo intentó despegar del muro y no pudo.
A los compañeros les pareció raro aquel forcejeo que tenía con la imagen.
Pensando en que cada uno podía tomarla con facilidad, pasaban unos y otros.
Pero ninguno pudo quitarla.
Entre tanto ajetreo uno de los individuos tuvo la idea de llamar al padre de la iglesia.
El sacerdote incrédulo también intentó quitar el cuadro.
Haciendo una oración y luego pidiendo la bendición de Dios, la imagen pudo ser removida.
Con cantos y en solemne procesión, el cura la llevó adentro de la iglesia.
Y el prodigio recorrió la boca de cada cristiano.
Convertido en lugar de peregrinación, la Virgen presidía su altar, atendida por el cariño de sus hijos, que la llegaban a ver cada día.
Y enamorados de su tierna mirada la engalanaban con rezos, plegarias, flores.
Los abuelos contaban la historia a sus nietos y ellos convertidos en abuelos se la decían a sus nietos.
Así las grandezas que Dios había hecho por Sololá, se propagaban de generación en generación, celebrando a la Virgen de Dolores con la feria dedicada en su honor.”
Vieja fotografía de la veneración a la Virgen de la Concha
Esta historia piadosa, tal y como la cuentan ha sido trasmitida por las personas que viven allí.
Algunos han oído versiones donde la Virgen se había aparecido y le había dado el cuadro al mercader.
Que también la concha en plata había sido donación de unas sirenas que habían salido del lago de Atitlán.
La concha está formada por varias partes.
La casa de la Virgen, que es el marco: adornada por un ángel que con sus manos abiertas presenta a la Santa Señora.
Se afirma que estaba adornada por rubíes y otras piedras preciosas.
Una gran concha de plata acoge la casita.
Y una más pequeña como si fuera una mesita sostiene la casita.
Con unas decoraciones pequeñas que sirven de división, dos sirenas están una de cada lado.
La ambición del hombre siempre ha sido el de tomar cosas valiosas y poseerlas como si fuese objetos mágicos.
Así manos malvadas la intentaron llevarla a otros lugares con fines de fundirla, o de venderla.
Afortunadamente la casualidad impidió esos intentos.
La gente al ver a la Virgen fuera de su iglesia, se aglomeraba para impedirlo y tocar las campanas para alertar a todo el pueblo.
El 27 de julio de 1921 fue erigida la diócesis de Quetzaltenango, a la que perteneció el departamento de Sololá, hasta su erección como nueva diócesis el 10 de marzo de 1951.
Y casi diez años después la Virgen de Dolores es nombrada patrona de la Diócesis de Sololá – Chimaltenango.
El patronazgo refiere como un grupo de fieles recuerdan a la protección de algún santo, la Virgen o Jesús; o bien es un recordatorio para vivir las virtudes propuestas por determinada advocación.
El Papa San Juan XXIII dio el visto bueno para proclamar a la Virgen de la Concha como la patrona, porque aunque la Virgen siempre es Madre, es también nuestro refugio.
El Corazón doloroso de María invita a la pureza, la santidad pero sobre todo a la confianza en Dios a pesar de cualquier sufrimiento.
En la actualidad la Catedral tiene una réplica de la Virgen de la Concha, pues después de tantos intentos, se la robaron.
Tristemente la Diócesis se quedó sin la imagen de la patrona.
El significado material se perdió. Pero lo que representa, no.
LA VIRGEN DOLOROSA DE LA CONCHA ES UN PUNTO DE PARTIDA PARA LOS GUATEMALTECOS
Para un católico las imágenes son muy importantes porque refieren un punto de partida.
Son una ayuda para la oración, un recordatorio de nuestra esperanza y de lo que creemos.
San Juan de la Cruz en su libro de “Subida del Monte Carmelo” comenta como la imagen no debe atar sino ser un instrumento para unirnos a Dios y que en cualquier momento se pueda dejar de utilizar.
Ahora bien como referente histórico, artístico y de enseñanza cristiana, las personas ha de lamentarlo profundamente.
Pues la obra pictórica contiene un recuerdo de como los abuelos, los sacerdotes entre otros han evangelizado.
La representación escultórica de la Virgen de la Concha es un símbolo del católico en Sololá.
Un signo para sentirse orgulloso de su fe.
La réplica de esta imagen solo recuerda lo que el pueblo ha de imitar: las virtudes del Corazón doloroso de María.
Así la imagen de la Virgen de la Concha, preside desde la Catedral, y recuerda a quien se le acerque las promesas que Ella misma hizo a Santa Brígida.
Así Ella es la consolación y la alegría, y proclamada como el orgullo de su pueblo. (Jth 15, 9)
«Podemos ver cuánto teme el Diablo a los que rezan, ya que no hay un momento del día en que nos tiente más que cuando estamos en oración.
Él hace todo lo posible para evitar que recemos.
Cuando el Diablo quiere hacer que alguien pierda su alma, comienza inspirando en él un profundo desagrado por la oración.
No importa cuán bueno sea un cristiano, si el diablo logra hacer que diga mal sus oraciones o las descuide por completo, está seguro de tener a esa persona para sí mismo».
Y el Rosario es la oración católica por excelencia.
Pío IX dijo, “Denme un ejército que diga al Rosario y yo conquistaré el mundo”.
¿Cuál es el misterio del Santo Rosario que lo hace un arma de oración tan poderosa contra el mal?
El Rosario es una oración y una meditación dirigida a la Santísima Virgen y a la Santísima Trinidad, incluyendo al Padre y a Jesucristo.
Pablo VI llamó al Rosario un compendio del Evangelio.
En el Rosario está unida la voluntad de Dios con la de la Madre de Su Hijo.
Y cuando rezamos el Rosario unimos esas voluntades a nuestra voluntad y a la de millones de personas que están rezando el Rosario.
Establece una cadena espiritual de millones de católicos unidos en oración, vinculando su voluntad con la de la Santísima Virgen.
Es cómo decirle “hágase tu voluntad”.
Es un poderoso antídoto contra el veneno del maligno.
San Bernardo dice que el Rosario “hace temblar al infierno y pone en fuga a los demonios”.
Alano de la Roche, el segundo promotor del Santo Rosario después de Santo Domingo, dice que ha visto muchas personas liberadas de la esclavitud de satanás luego de rezar el Santo Rosario.
Incluso en casos en que habían hecho un pacto con el demonio.
EL ROSARIO ES UN ARMA
El Rosario es una experiencia espiritual interesante, nos lleva a comprender el evangelio, a darnos paz, es útil para pedir sanaciónes y otras intenciones, es muy importante para nuestra conversión y para poner fuego a nuestra devoción.
Pero también es un escudo contra el mal.
Y más que un escudo, es un arma poderosa contra el maligno.
Hay miles de testimonios que demuestran como el Rosario es un arma contra el mal.
Tanto por el lado de las declaraciones que les han sido arrancadas a los demonios en exorcismos, cómo superando las insidias del demonio en la vida diaria y en la historia.
Hay infinidad de prodigios realizados por el rezo del santo Rosario, entre ellos permitir qué los cristianos ganaran batallas decisivas contra los enemigos. Especialmente contra los musulmanes.
El ejemplo más directo que tenemos sobre su poder, son las declaraciones del demonio bajo presión en los exorcismos.
En el exorcismo de Anneliese Michel se le obligó al demonio a contestar a qué le tenía más miedo.
Y éste contestó diciendo que a lo que le tiene más miedo es al Rosario, porque “es una poderosa arma contra satanás y todos los demonios”.
En otros exorcismos, los demonios han dicho que el Rosario los quema, los aplasta.
Y es común que los exorcistas saquen gritos de dolor y terror de los posesos cuando le ponen el Rosario al poseso sobre su cuerpo.
“¡Llévatelo, sácalo! No ves que me está aplastando. Mis intestinos están saliendo.”
Un colega del Padre Gabriele Amorth sintió que el maligno le dijo
“Cada Ave María es como un golpe en mi cabeza. Si los cristianos supieron lo poderoso que es el Rosario, sería mi fin”.
Esto está relacionado con él miedo que le tienen los demonios a la Santísima Virgen.
En los exorcismos los demonios han dicho que el poder de la Santísima Virgen es su humildad, su pureza, su obediencia a Dios; que es todo lo contrario a lo que son los demonios.
En una ocasión un demonio llegó a decirle al padre Amorth:
«Tengo más miedo cuando dices el nombre de la Virgen, porque me siento más humillado por haber sido golpeado por una criatura simple, que por Él…»
Y además admitió que Ella siempre lo derrota porque no tiene ninguna mancha de pecado.
El padre Pellegrino Ernetti ha escrito un libro llamado La Catequesis de Satanás, dónde pública cosas que ha dicho el demonio en exorcismos.
Entre ellas ha dicho que el Rosario es
“Como un martillo que me parte la cabeza.
Es la invención de los cristianos falsos que no me obedecen porque siguen a esa “zorra”.
La zorra para el demonio en la Santísima Virgen.
“El lugar de escucharme a mí que reino en todo el mundo estos falsos cristianos van a rezar a esa mujerzuela, mi primer enemigo.
¡Oh qué mal que hacen! mientras lloraba.”
El padre Amorth también cuenta un caso que él escuchó cuando estaba en entrenamiento con el padre Cándido, famoso exorcista de Roma
«Estábamos orando, el Rosario cuando tomada por satanás, Giovanna rompe el Rosario en pedazos, siseando:
Tú y tu devoción, como de ancianas.
Cándido pone un gran Rosario alrededor de su cuello, pero Giovanna no puede soportarlo y tuerce su cuello y su cabeza en todas direcciones, jadeando furiosamente:
¿Cómo… tienes miedo de la devoción de las ancianas? le desafió el P. Candido.
Satanás responde: gritando, Él me gana.
El Padre le insta: Te atreviste a ofender el Rosario de María, ahora tienes que alabarla.
En el nombre de Dios, responde: ¿Es poderoso el Rosario?
Es poderoso en la medida en que funciona bien.
¿Cómo lo recitas bien?
Debemos saber cómo contemplar.
¿Qué cosa es contemplar?
Contemplar es adorar.
¡Pero María no puede ser adorada!
Es verdad, sí, pero es adorable (?!).
Y tomando con gracia entre sus dedos una cuenta del Rosario dice:
Cada grano es una luz, debe decirse tan bien que ni una gota de esta luz se pierda.
¡Un extraño predicador que, contra la voluntad y contra sí mismo, ha tenido que admitir el poder del Rosario!”
En otro exorcismo sucedió este diálogo también
“Exorcista: en nombre de Santa Gemma Galgani, de Santa Teresa del Niño Jesús, de Santa María Goretti, ¿qué debemos hacer para ganarte y salvar nuestras almas?”
Lucifer: ¡Noooooo! ¡No quiero hablar!
Eso ahí arriba me obliga a responderte.
La oración del Rosario, esa maldita corona que tantas almas nos arranca, es muy poderosa contra nosotros, es un martillo que nos aplasta”.
OTROS TESTIMONIOS
San Bernardo dice que el Rosario hace temblar al infierno porque persigue a los demonios.
Sor Lucía de Fátima dice,
«Hay que dar más espacio al Rosario.
Con el Rosario se pueden superar todos los obstáculos que satanás quiere crear en la Iglesia Católica.
Todos los sacerdotes en particular deben rezar el Rosario.
El Rosario deberá ser recitado con sus corazones y con alegría, no debería ser solo un deber”.
En las apariciones de la Virgen María en Akita se dijo:
«Jesús y yo queremos salvar el mundo, pero es necesario que los cristianos recen mucho, sobre todo recitar el Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia.
En cada iglesia se debe rezar el Rosario junto con el cura después de la misa.
Con la recitación del Rosario, satanás será derrotado.
Recita el Rosario todos los días para la conversión de los pecadores».
A la vidente Patricia Talbot le ha dicho la Santísima Virgen:
«El Rosario es la oración del cielo, yo misma he venido a pedirla.
Con ella se llega a descubrir las trampas de mi oponente, se descubren muchos de sus engaños, defiende de muchos peligros, los libra del mal y te acerca más y más a Mí para que Yo pueda ser tu guía y tu protección».
Nuestra Señora dijo a Don Stefano Gobbi:
«Tómalo en tus manos, agarra el Rosario, el arma que va a ganar el mundo a la oscuridad.
Haz apóstoles del Rosario.
Cada alma que reza une cada Ave a mis intenciones.
En la adversidad y en la tentación, no te rindas al desaliento.
La práctica de la confesión y la recitación del Rosario son las armas más efectivas contra el maligno».
La Señora dijo a Marie-Claire Mukangango, vidente de las apariciones de Kibeho:
«El Rosario es un regalo maravilloso de la Virgen para la humanidad.
Esta oración es la síntesis de nuestra fe, el apoyo de nuestra esperanza, la explosión de nuestra caridad…
Es un arma poderosa para poner al demonio en fuga, para vencer las tentaciones, para ganar el Corazón de Dios, para obtener gracias de Nuestra Señora.
Ama y haz amar a Nuestra Señora.
Reza y haz rezar el Rosario. Este es mi testamento espiritual».
En Medjugorje la Reina de la Paz siempre anima a rezar los misterios del Rosario.
En su mensaje del 25 de julio de 1985, se dirigió a los sacerdotes en particular, para recordarles como pastores, de este poderoso medio de lucha espiritual:
«¡Los invito a todos a decir el Rosario!
Con el Rosario conquistarán todos los males que satanás pretende infligir ahora a la Iglesia Católica.
¡Que los consagrados recen el Rosario!
¡Dediquen tiempo a la recitación del Rosario!”
Unos meses más tarde, el 8 de agosto, exhortó:
«Queridos hijos, hoy los invito de manera especial a la lucha contra satanás por medio de la oración.
Satanás desea actuar con más fuerza ahora que conocen su actividad.
A satanás hay que derrotarlo con el Rosario en su mano”
Y también agregó el 25 de febrero de 1988,
«Si oras, satanás no puede lesionarte aunque sea un poco, ya que son hijos de Dios y Él mantiene su mirada en ti.
¡Ora! Que la corona del Rosario siempre esté en tus manos, como una señal para que satanás sepa que me perteneces».
Como las indicaciones de María no fueron tomadas muy en serio y no puestas en práctica, ella dio a sus hijos el 25 de enero de 1991, un consejo maternal:
«Satanás es fuerte y desea destruir no solo la vida humana, sino también la naturaleza y el planeta en el que vives…
Dios me ha enviado entre ustedes para ayudarlos…
Si quieren, agarren el Rosario, el Rosario puede hacer milagros en el mundo y en su vida”.
FAMOSO CASO DE POSESIÓN DIABÓLICA EXORCIZADA POR SANTO DOMINGO
A Santo Domingo le fue traído un albigense cuando estaba predicando en Carcassone.
Lo habían poseído 15.000 demonios porque había atacado los 15 misterios del Rosario.
En el exorcismo Santo Domingo obligó a hablar a los demonios, quienes dijeron que Santo Domingo había introducido el miedo y el horror en las profundidades del infierno, debido a las almas que les estaba arrebatando con la devoción al Santo Rosario.
En el exorcismo Santo Domingo le puso el Rosario alrededor del cuello y pidió a los demonios que le dijeran quién era el más temido para ellos entre los santos del cielo.
Se oyeron gritos de terror entre el poseso y la gente que estaba mirando.
Los demonios dentro del poseso le pidieron que tuviera piedad por ellos y que no aumentara su Dolores.
Santo Domingo no se conmovió y dijo que no los dejaría en paz hasta que respondieran su pregunta.
Los demonios le dijeron que la contestarían pero no en voz alta sino susurrándole al oído a Santo Domingo.
Pero este insistió que la respuesta debía ser clara y en voz alta.
A lo que los demonios se llamaron a silencio.
Entonces Santo Domingo se arrodilló y oró a Nuestra Señora diciendo:
«¡Oh, poderosa y maravillosa Virgen María, te imploro por el poder del Santísimo Rosario!, ordena a estos enemigos de la raza humana que me respondan”.
Inmediatamente de esta oración brotó de las orejas y las fosas nasales y la boca del poseso una llamarada ardiente y llorando dijo,
“Domingo, te rogamos, por la pasión de Jesucristo y por los méritos de Su Santa Madre y de todos los santos, dejemos el cuerpo de este hombre sin hablar más.
Porque los ángeles responderán a tu pregunta siempre que lo desees.
Después de todo, ¿no somos mentirosos?
Entonces, ¿por qué querrías creernos?
Por favor, no nos tortures más; ten piedad de nosotros.”
Ante esto, Santo Domingo se arrodillo de nuevo y oró a Nuestra Señora diciendo,
“Oh, digna Madre de la Sabiduría, estoy orando por la gente reunida aquí que ya aprendió a pronunciar correctamente el Saludo Angélico.
Por favor, te lo ruego, obliga a tus enemigos a proclamar toda la verdad y nada más que la verdad sobre esto, aquí y ahora, ante la multitud”.
Inmediatamente se apareció la Santísima Virgen rodeada de una multitud de ángeles y golpeó con una vara de oro al poseso, y le dijo “contesta a Mi siervo Domingo de inmediato”.
Y de inmediato se oyó decir al poseso:
“Oh tú, que eres nuestra enemiga, nuestra caída y nuestra destrucción, ¿por qué has venido del cielo solo para torturarnos tan gravemente?
Oh, abogada de los pecadores, tú que los arrebatas de las mismas fauces del infierno, tú que eres el sendero muy seguro al cielo, debemos nosotros, a pesar de nosotros mismos, decir toda la verdad y confesar ante todos quién es la causa de nuestra vergüenza y nuestra ruina.
¡Ay de nosotros, príncipes de las tinieblas!
Entonces escuchen bien, ustedes, cristianos: la Madre de Jesucristo es todopoderosa y puede salvar a sus siervos de caer en el infierno.
Ella es el Sol que destruye la oscuridad de nuestras astucias y sutilezas.
Es ella quien descubre nuestras tramas ocultas, rompe nuestras trampas y hace que nuestras tentaciones sean inútiles e ineficaces.
Tenemos que decir, aunque a regañadientes, que ni una sola alma que realmente haya perseverado en Su servicio ha sido alguna vez condenada con nosotros.
Un solo suspiro que ella ofrece a la Santísima Trinidad vale mucho más que todas las oraciones, deseos y aspiraciones de todos los santos.
Le tememos más que a todos los demás santos en el cielo juntos y no tenemos éxito con sus fieles sirvientes.
Muchos cristianos que la invocan cuando están en la hora de la muerte y que realmente deberían ser condenados, de acuerdo con nuestros estándares ordinarios, son salvados por su intercesión.
Oh, si tan solo esa María (así es en su furia la llamaron) no hubiera puesto su fuerza contra la nuestra y no hubiera trastornado nuestros planes, deberíamos haber conquistado la Iglesia y haberla destruido mucho antes de esto.
Y nos hubiéramos dado cuenta de que todas las Órdenes en la Iglesia cayeron en el error y el desorden.
Ahora que estamos obligados a hablar también debemos decirte esto: nadie que persevere en decir el Rosario será condenado, porque ella obtiene para sus siervos la gracia de la verdadera contrición por sus pecados y por medio de esto obtienen el perdón y la misericordia de Dios.”
Luego Santo Domingo pidió a los presentes que rezaran el Rosario con gran devoción.
Y en cada Ave María que el pueblo decía un gran grupo de demonios salía del cuerpo del poseso.
Luego de lo cual una gran cantidad de albigenses se unieron a la Cofradía del Santísimo Rosario.
Y quizás sea una de las pruebas más claras de cómo puede el rosario es un arma contra el mal.
Bartolo longo pertenecía a una familia donde el padre y la madre rezaban el rosario juntos diariamente.
Pero cuando entró en la universidad a estudiar abogacía se alejó de la fe, por el clima liberal que imperaba en Italia en el entorno del 1850.
Se vinculó al ocultismo y fue ordenado sacerdote satanista en un grupo pagano.
Durante algunos unos años se dedicó a la nigromancia, la adivinación y diversas depravaciones sexuales, como forma de su culto satánico.
Y eso lo condujo a la aversión hacia el catolicismo y a militar en la destrucción elementos de la fe.
Pero poco a poco se halló en un espiral de depresión, confusión, paranoia que lo hacía coquetear con el suicidio.
Empezó tener pesadillas diabólicas y una crisis emocional.
Un amigo de la familia le sugirió que renunciara al culto diabólico y fuera a ver un sacerdote.
El sacerdote le dijo “si buscas la salvación promueve el Rosario, esa es la promesa de María”.
Fue tal el impacto que en 1871 se convirtió en terciario domínico y se dedicó su vida a promover el rosario.
Restauró una capilla en Pompeya, que la refundo en honor a Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.
Y la pintura que instaló allí se hizo tan famosa que hasta el día de hoy genera grandes devociones y peregrinaciones.
Hoy la iglesia que fundó Bartolo Longo, después de varias ampliaciones, es una basílica.
El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 26 de octubre de 1980 llamándolo Apóstol del Rosario.
Benedicto XVI visitó el santuario en octubre del año 2008 y desde allí consagró el mundo a la Santísima Virgen María.
En una parte de la homilía Benedicto XVI dijo,
«Dondequiera que Dios venga en este desierto, las flores florecen…
El Beato Bartolo Longo, con su conversión personal, da testimonio de este poder espiritual que transforma al hombre desde dentro y lo hace capaz de hacer grandes cosas de acuerdo con los diseños de Dios».
Este es uno de los casos más claros de cómo el rosario combate al satanismo.
Ya que a menudo se ha dado a los que están afligidos o acosados espiritualmente.
Y ha tenido efectos maravillosos.
Y se nos asegura favores extraordinarios mediante la combinación de la medalla con las devociones especiales en honor de San Benito, a menudo los martes.
Una vez que hayas adquirido una medalla, asegúrate de mantenerla contigo.
Cuando se usa con fe, sin duda te llevará a un mayor amor y aprecio de Dios.
San Benito de Nursia, Italia (AD 480-543), hermano gemelo de Santa Escolástica, es considerado como el padre del monacato occidental.
Y su “Regla de San Benito” vino a ser la base de la organización para muchas órdenes religiosas (la propia Orden tiene su base en Monte Cassino, Italia, a unos 80 kilómetros al sur de Roma).
Benito nació en Nursia. Fundó monasterios en Subiaco y sus alrededores y luego en Monte Cassino.
Enseñó a sus discípulos a cantar las alabanzas a Dios en la Liturgia de las Horas.
A tomar como guía el Evangelio, a trabajar cuidando todo lo que hay en la creación como “vasos sagrados del altar”, a vivir en el amor y el servicio mutuo y a responder a las necesidades del pueblo de Dios.
Para comprender el simbolismo de la Medalla, debes saber de este evento en la vida de San Benito.
Había estado viviendo como un ermitaño en una cueva durante tres años, famoso por su santidad.
Cuando una comunidad religiosa llegó a él después de la muerte de su abad y le pidió a Benito tomar su relevo.
Algunos de los más perezosos y disolutos monjes lo querían fuera, por lo que conspiraron para envenenar su pan y vino.
Místicamente advertido de la traición, Benito hizo la señal de la cruz sobre la comida y el plan fue frustrado.
En su bendición, la copa de vino quedó destrozada. . Y mandó a los dos cuervos, que siempre lo acompañaron, para que se llevaran el pan envenenado y los depositaran en un lugar donde no podía hacer daño a nadie.
Tumba de San Benito y Santa Escolástica en Monte Cassino
EL LEGADO DE SAN BENITO
La mayoría de las personas, incluidos los católicos, no se dan cuenta de cómo la Iglesia, Europa y el mundo están en deuda con de San Benito de Nursia.
La sola presencia de sus monjes en sus monasterios se convirtió en un factor de estabilización y de civilización, sin importar donde se plantaron.
Fue a partir de estos centros de gran aprendizaje y oración que los monjes y monjas se dedicaban a su celoso trabajo de evangelizar.
Cabe señalar que muchas de las ciudades más grandes de Europa comenzaron como poco más que los monasterios benedictinos destartalados.
«Munich» es la palabra alemana para «monje»; «Mónaco» en la Riviera francesa, es la palabra italiana para «monje».
Casi todos estos monasterios alojaron escuelas para los más jóvenes en los monasterios.
Muchas de estas escuelas se convirtieron en última instancia en las primeras universidades del mundo.
Dos cosas trascendentes que San Benito legó a la humanidad fueron la Regla para la vida monástica y la Medalla.
SAN BENITO NOS LEGÓ LA REGLA DE VIDA MONÁSTICA
En la época en que San Benito fundó sus monasterios, Europa estaba atacada internamente por la corrupción y la inmoralidad proveniente de la desintegración de Imperio Romano.
Y atacado por la invasión de los bárbaros desde el exterior.
De modo que es San Benito creo una regla para la vida monástica que implicaba la autosuficiencia del monasterio.
Que consideraba que el exterior del monasterio era malo desde el punto de vista material y espiritual.
El centro de la actividad monástica expresada en la Regla era la búsqueda de Dios y por lo tanto ordena los aspectos conductuales hacia ese fin último.
Sus principales postulados son el la Pax (paz) y Ora et labora (ora y trabaja).
La vida en común para Benedicto era la forma en que se iba a manifestar la vida espiritual, a partir de la paciencia, la obediencia y el respeto.
La máxima “ora et labora” parte de la base que la ociosidad es el enemigo del alma y que la fe y las obras siempre van juntas.
Además que la oración es la obra de Dios que viene al principio de todo.
Y la máxima de la “Pax” implica estimar el silencio y la armonía en la relación interna, cultivando la paciencia.
La regla benedictina, que hoy es sinónimo de monaquismo occidental, se supone que la escribió alrededor del año 530 en Subiaco, Italia.
Responde a la madura experiencia de Benito y a una prueba a fondo del gobierno monástico.
La regla tiene 73 capítulos qué tratan desde los deberes del Abad hasta el culto a Dios, la disciplina y la administración interna del monasterio.
El lector de la regla se sorprenderá por la moderación y razonabilidad de sus demandas y la aguda comprensión de las debilidades humanas.
Allí no se encuentra un ascetismo a ultranza sino regulaciones sobrias de sentido común.
La regla fue escrita para guiar comunidades autónomas, cómo siguen siendo hoy los monasterios benedictinos.
No había una intención de crear una congregación.
La vida monástica se organiza a través del Horarium, que comienza a la medianoche con el oficio de los maitines y sigue con el laudes a las 3:00 am.
Estos oficios se hacían con luz mínima e implicaban que los monjes memorizaran el texto.
LOS ORÍGENES ANTIGUOS DE LA MEDALLA
Es dudoso cuando se originó la Medalla de San Benito.
Durante un juicio por brujería en Natternberg cerca de la abadía de Metten en Baviera en el año 1647, las mujeres acusadas declararon que no tenían ningún poder sobre Metten, que estaba bajo la protección de la cruz.
La investigación descubrió una serie de cruces pintadas, rodeadas por las letras que se encuentran ahora en la medalla benedictina.
Que fueron encontradas en las paredes de la abadía, pero su significado había sido olvidado.
Por último, en un viejo manuscrito, escrito en 1415, se encontró un cuadro que representa a San Benito sosteniendo en una mano un bastón que termina en una cruz, y un pergamino en la otra.
Estaban escritas por completo las palabras de las cuales las misteriosas letras eran las iniciales.
Originalmente, la medalla tenía la forma de una cruz. . Y la tradición católica enseña que Bruno de Egisheim-Dagsburg, el futuro Papa León IX, cuando era un joven benedictino, casi murió de una mordedura de serpiente. . Él atribuyó su eventual recuperación de la cruz benedictina.
Estaba demacrado e incluso perdió la capacidad de hablar, y la mayoría de la gente se dio por vencida.
Fue entonces cuando Bruno recibió una visión de una escalera luminosa que alcanzaba al cielo.
Tras la escalera, vio a San Benito con una cruz radiante con la que tocó a Bruno para curarlo al instante.
La aparición desapareció rápidamente.
Cuando se convirtió en Papa en el año 1049, León IX la rediseñó como una medalla a las que atribuyó bendiciones e indulgencias.
LA MEDALLA DEL JUBILEO DE SAN BENITO
La medalla de uso corriente es la Medalla de Jubileo diseñada por el monje Desiderio Lenz, de la Escuela de Arte de Beuron.
FRENTE
Un lado de la medalla lleva la imagen de San Benito, con una cruz en la mano derecha y la Santa Regla en la izquierda.
De un lado de la imagen está una taza, por el otro, un cuervo, y por encima de la copa y el cuervo están inscritas las palabras: «Crux Sancti Patris Benedicti» (Cruz del Santo Padre Benito).
En el margen de la medalla se representa la leyenda «Ejus en obitu nostro praesentia muniamus» (Permite que en nuestra muerte, ser fortalecido por su presencia).
REVERSO
En la parte superior de la cruz, por lo general se encuentra la palabra Pax (paz) o el monogramaIHS(Jesús).
El reverso de la medalla lleva una cruz con las letras iniciales de las palabras: «Crux Sacra Sit Mihi Lux»(La Santa Cruz sea mi luz), escrito hacia abajo en la barra perpendicular.
Las letras iniciales de las palabras: «Non Draco Sit Mihi Dux «(No permitas que el dragón sea mi guía), en la barra horizontal.
Y las letras iniciales de «Crux Sancti Patris Benedicti» en los ángulos de la cruz.
Alrededor del margen están las letras iniciales del dístico: «Vade retro Satana, Nunquam Suade Mihi Vana – Sunt Mala Quae Libas, Ipse Venena Bibas» (Vete, Satanás, no me sugieras tus vanidades – mal están las cosas que tú pretendes, bebe tú, tu propio veneno).
LA HISTORIA DE LA MEDALLA DEL JUBILEO
La medalla que acabamos de describir es la medalla llamada del jubileo, que llamó la atención por primera vez en 1880, para conmemorar el catorce centenario del nacimiento de San Benito.
La Archiabadía de Monte Cassino tiene el derecho exclusivo de esta medalla.
La medalla de San Benito ordinaria por lo general difiere de la anterior en la omisión de las palabras «ejus en obitu etc», y en algunos detalles sin importancia.
(Para las indulgencias conectadas con ella ver Beringer, «Die Ablassé», Paderborn, 1906, p. 404-6).
La diseñó el monje Desiderio Lenz, de la Escuela de Arte de Beuron en 1880 para el 1400º aniversario del nacimiento de San Benito, bajo la supervisión del prior de Monte Cassino, Rev. Bonifacio Krug (1838-1909) de Monte Cassino, Italia.
A Monte Cassino se le dio el derecho exclusivo de esta medalla, con la que se adjuntaron indulgencias especiales.
La Medalla del Jubileo fue producida por primera vez en la Archiabadía de San Martín, Beuron, Alemania, a petición del Prior Bonifacio, que era natural de Baltimore y originalmente un monje de la Archiabadía San Vicente, Latrobe, Pennsylvania, hasta que fue elegido para convertirse en Archiabad de Monte Cassino.
Una vez en Alemania, las medallas fueron repartidas en Europa y el mundo.
Ellas fueron aprobados por primera vez por Benedicto XIV el 23 de diciembre 1741 y 12 de marzo de 1742.
San Vicente de Paul tenía una fuerte devoción a este sacramental y pidió a sus Hermanas de la Caridad que fijaran la medalla a sus cuentas del rosario, la que sigue siendo una costumbre común hoy en día.
San Benito y su hermana gemela Santa Escolástica
LA PROTECCIÓN DE LA MEDALLA
Según Dom Guéranger, la medalla se considera eficaz para:
proteger a las personas que son tentadas, engañadas o atormentadas por espíritus malignos . destrucción de los efectos de la brujería y todas las demás influencias diabólicas; . obtención de la conversión de los pecadores, sobre todo cuando están en peligro de muerte; . pedir por la paz sanidad interior / espiritual; . pedir por la paz entre individuos o entre las naciones del mundo; . curar aflicciones corporales, especialmente como protección contra las enfermedades contagiosas; . curación de las personas que sufren de heridas o enfermedades; . protección contra las tormentas y relámpagos; . proteger a los niños de las pesadillas; . protección de una madre y sus hijos durante el parto; . protección de los animales infectados con la peste u otras enfermedades; . protección de campos infestados por insectos nocivos; . protección o para contrarrestar los efectos del veneno; . quienes lleven la medalla de San Benito, como un sacramental que es, a la hora de la muerte serán protegidos de todo mal siempre que se encomienden al Padre Celestial, se confiesen y reciban la comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con profundo arrepentimiento.
CÓMO USAR LA MEDALLA
En una cadena alrededor del cuello; .
adjunta a un rosario; .
en el bolsillo o en el bolso; .
colocada en tu coche o en casa; .
situada en los cimientos de un edificio; .
situada en el centro de una cruz.
¡Pero ten cuidado!
El uso de cualquier artículo religioso es concebido como un medio de recordar a Dios, y de inspirar la voluntad y el deseo de servir a Dios y al prójimo.
No es considerado como un amuleto de buena suerte o un dispositivo mágico.
No es talismán o un objeto encantado para traer la «buena suerte» o repeler el mal, ya que sería una blasfemia.
La medalla no tiene capacidad mágica intrínseca, porque todo el poder en el universo está en manos de Dios y no se encuentra en otros lugares.
Para que tenga efecto debe estar bendecida y es fuente de Gracias cuando se piden, rezándole a San Benito, las oraciones que publicamos más abajo.
BENDICIÓN DE LA MEDALLA DE SAN BENITO
Según el Monasterio Benedictino de la Santa Cruz, las medallas de San Benito pueden ser bendecidas por cualquier sacerdote, no necesariamente un benedictino.
Así se desprende de la instrucción dictada en tal sentido por la Iglesia de Roma el 26 de Septiembre de 1964.
Si el sacerdote al que tu acudas con la medalla para que la bendiga no conoce —es raro que suceda— la siguiente fórmula específica para dicha bendición.
Basta con que la imprimas y se la lleves tu mismo, porque de ninguna manera tal sacerdote puede negarse.
Bendición y Exorcismo de la medalla de San Benito
Exorcismo
Oficiante: Nuestra ayuda nos viene del Señor. Portador de la medalla: Que hizo el cielo y la tierra.
O: El Señor esté contigo. P: Y con tu espíritu.
O: Yo exorcizo esta medalla por Dios Padre + Todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos se contiene.
Que todo el poder del enemigo, todas las fuerzas y asaltos del demonio, toda tentación diabólica, sean destruidos y expulsados de esta medalla.
Que aquellos que la usen gocen de salud del alma y del cuerpo.
En nombre de Dios Padre omnipotente y de Jesucristo, su Hijo y Señor Nuestro y del Espíritu Santo paráclito y en el amor del mismo nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos por medio del fuego. P: Amén.
Bendición
O: Señor, escucha mi oración. P: Y llegue a ti mi clamor. O: El Señor esté contigo. P: Y con tu espíritu.
Oración
O: Oremos. Dios Todopoderoso, dispensador de todos los bienes, te suplicamos que, por la intercesión de san Benito, bendigas esta medalla a fin de que el que la use y practique buenas obras, merezca obtener la salud del alma y del cuerpo, la gracia de santificarse y las indulgencias que nos son concedidas.
Que pueda, con el auxilio de tu misericordia, rechazar todas las acechanzas y engaños del demonio y presentarse, un día, santo e inmaculado ante tu presencia. P: Amén.
Seguidamente, el oficiante rocía la medalla con agua bendita.
INDULGENCIAS DECRETADAS POR LA IGLESIA
El usuario habitual de la medalla del jubileo puede ganar todas las indulgencias conectadas con la medalla ordinaria.
Y además:
1)Todas las indulgencias que se podrían obtener al visitar la basílica, la cripta y la torre de San Benito en Montecasino (Pío IX, 31 de diciembre de 1877)
2) El 12 de marzo de 1742, el Papa Benedicto XIV, otorgó indulgencia plenaria a la medalla de San Benito si el cristiano o cristiana que la lleva consigo se confiesa, recibe la Eucaristía, ora por el Santo Padre en las grandes fiestas y durante esa semana reza el santo rosario, visita a los enfermos, ayuda a los pobres, enseña la Fe o participa en la Santa Misa.
Las grandes fiestas son Navidad, Epifanía, Pascua de Resurrección, Ascensión, Pentecostés, la Santísima Trinidad, Corpus Christi, La Asunción, La Inmaculada Concepción, el nacimiento de María, y la de San Benito.
3) La indulgencia plenaria en la fiesta de Todos los Santos (desde alrededor de las dos de la tarde del 1 de noviembre al atardecer del 2 de noviembre), varias veces al día (toties quoties), después de la confesión y la Santa Comunión, visita a una iglesia u oratorio público, orando allí de acuerdo a las intenciones del Papa.
A condición de que se vea impedido de visitar una iglesia u oratorio público de los benedictinos por enfermedad, recinto monástico esté a una distancia de por lo menos 1000 pasos. (Decr. 27 de febrero 1907, en el Acta S. Sedis, LX, 246).
4) Indulgencias parciales.
200 días de indulgencia, si uno visita una semana a los enfermos o visita la Iglesia o enseña a los niños la Fe.
7 años de indulgencia, si uno celebra la Santa Misa o está presente, y ora por el bienestar de los cristianos, o reza por sus gobernantes.
7 años si uno acompaña a los enfermos en el día de todos los Santos.
100 días si uno hace una oración antes de la Santa Misa o antes de recibir la sagrada Comunión.
Cualquiera que por cuenta propia por su consejo o ejemplo convierta a un pecador, obtiene la remisión de la tercera parte de sus pecados.
Cualquiera que el Jueves Santo o el día de Resurrección, después de una buena confesión y de recibir la Eucaristía, rece por la exaltación de la Iglesia, por las necesidades del Santo Padre, ganará las indulgencias que necesita.
Cualquiera que rece por la exaltación de la Orden Benedictina, recibirá una porción de todas la buenas obras que realiza esta Orden.
LA CRUZ DE LA BUENA MUERTE
Este crucifijo es conocido como «La Cruz de la Buena Muerte», no sólo debido a las propiedades exorcísticas de la medalla y la imagen del Cuerpo de Cristo, sino también por el patrocinio especial de San Benito basada en su muerte.
El Papa San Gregorio Magno (AD ca 540-604) describe su muerte en su diálogo:
Seis días antes de dejar este mundo él dio órdenes para que su sepulcro se abriera, y al instante cayó en una fiebre intermitente, que lo quemaba.
Y cuando ya la enfermedad aumentaba día a día, en el sexto día mandó a sus monjes llevarlo al oratorio, donde recibió el Cuerpo y la Sangre de Cristo nuestro Salvador.
Y su débil cuerpo después de haber sostenido en las manos de sus discípulos, se levantó con sus propias manos y las levantó hasta el cielo, y como estaba en modo orante, entregó su espíritu.
La indulgencia plenaria se concederá en las condiciones habituales para alguien que, en la hora de su muerte, bese, acaricie, o haga otra reverencia al crucifijo, y encomiende su alma a Dios.
Milagro Exorcista de San benito
ORACIONES A SAN BENITO
CORONILLA DE SAN BENITO
La Corona de San Benito es muy fácil de rezar.
Se comienza rezando el Credo, seguido por tres cortas jaculatorias tomadas de la Medalla de San Benito.
Cada jaculatoria se dice tres veces y al final se acompaña de un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Se finaliza con una oración, unas letanías a San Benito y otra oración final de intercesión y de petición de una gracia o favor.
CREDO
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
JACULATORIAS DE LA MEDALLA DE SAN BENITO
¡Que la Santa Cruz sea mi Luz,
y que el demonio no sea mi guía! [Tres veces]
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
¡Retrocede, Satanás,
no me persuadirás de cosas vanas! [Tres veces]
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Lo que me presentes, será inútil…
¡bebe tú mismo de tu propio veneno! [Tres veces]
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
ORACIÓN
Padre Eterno, en unión con tu Divino Hijo y el Espíritu Santo, y a través del Inmaculado Corazón de María, yo te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus malignos. Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí por toda la eternidad.
Oh! Padre Eterno, concédenos el Reino del Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Yo repetiré esta oración por puro amor, con cada latido de mi corazón y en cada uno de mis suspiros. Amén.
(Si se deseas, se puede rezar también una Salve).
LETANÍAS DE SAN BENITO
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo, Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Cristo escúchanos……Cristo escúchanos.
Padre del Cielo Dios……Ten piedad de nosotros
Hijo Redentor del mundo……Ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad Único Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa María ……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Gloria de los Patriarcas……Ruega por nosotros.
Cumplidor de su Santa Regla……Ruega por nosotros.
Retrato de todas las virtudes……Ruega por nosotros.
Ejemplo de perfección……Ruega por nosotros.
Perla de santidad……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Sol que reluce en la Iglesia de Cristo……Ruega por nosotros.
Estrella que reluce en la Casa de Dios……Ruega por nosotros.
Inspirador de muchos santos……Ruega por nosotros.
Serafín de fuego……Ruega por nosotros.
Querubín transformado……Ruega por nosotros.
Autor de cosas maravillosas……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Dominador de los demonios……Ruega por nosotros.
Modelo de monjes……Ruega por nosotros.
Erradicador de ídolos……Ruega por nosotros.
Honor de los confesores de la fe……Ruega por nosotros.
Consolador de las almas……Ruega por nosotros.
Ayuda en las tribulaciones……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, satisfácenos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor
ORACIÓN DE PETICIÓN
Te saludamos con filial afecto, Oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes!
Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano.
Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos.
Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y protección.
Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya.
Aparta de nosotros en aquella hora suprema las acechanzas del demonio, y aliéntanos con tu dulce presencia.
Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos
[Mencionar tu petición]
Oh! Padre Eterno, te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus malignos.
Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí para siempre. Amén.
Monasterio benedictino de Melk Austria
NOVENA PARA PETICIÓN A SAN BENITO
Se repite por nueve días consecutivos.
Glorioso San Benito, modelo sublime de la virtud, vaso puro de la Gracia Divina. He aquí que yo humildemente arrodillado a tus pies.
Te imploro en tu misericordia que ores por mí ante el trono de Dios.
A ti recurro en los peligros que a diario me rodean.
Protégeme contra mi egoísmo y mi indiferencia a Dios y a mi prójimo. Inspírame para que te imite en todas las cosas.
Que tu bendición esté siempre conmigo, para que yo pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por su Reino.
Obtén amablemente de Dios estos favores y gracias que necesito tanto en las pruebas, las miserias y aflicciones de la vida.
Tu corazón estaba siempre lleno de amor, compasión y misericordia para con los que estaban afligidos o preocupados de alguna manera.
Nunca dejaste sin consuelo y asistencia a nadie que recurriera a ti.
Por lo tanto, invoco tu intercesión poderosa, confiando en la esperanza de que escucharás mis oraciones y obtendrás para mí la gracia especial y el favor que sinceramente imploro.
[Mencionar tu petición]
Ayúdame, gran San Benito, vivir y morir como hijo fiel de Dios, para funcionar en la dulzura de su voluntad amorosa, y alcanzar la felicidad eterna del cielo. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Nota: Haz una Novena a San Benito y si no obtienes respuesta, haz otra novena por otros nueve días y si sigue sin haber respuesta haz otra novena de nueve días más. Sin embargo, si aún no hay respuesta después de 27 días no lo hagas más y ora para descubrir que es lo que realmente Dios quiere sobre el caso que le pides.
Mira este video en que esta contada toda la historia con detalle:
Video de Roberto Villamor de Bolivia
Catequista, Diseñador Gráfico, Pintor, Escultor
¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Los viernes de cuaresma los fieles cristianos pueden ganar indulgencia plenaria.
Si rezan devotamente la oración a continuación, frente a un crucifijo, después de la Comunión.
El Enchiridion Indulgentiarum dice: . § 1. Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que en cualquier viernes del tiempo cuaresmal después de la comunión recite piadosamente, ante la imagen de Jesucristo Crucificado la oración ‘Oh mi amado y buen Jesús…’; . § 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que pronuncie cualquier fórmula piadosa legítimamente aprobada: en la acción de gracias después de la comunión (por ejemplo, Alma de Cristo, Oh mi amado y buen Jesús).
Oración ‘Oh mi amado y buen Jesús’
Miradme, Oh mi amado y buen Jesús, Postrado ante Vuestra santísima presencia. Os ruego con el mayor fervor, que imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de Fe, Esperanza y Caridad; Verdadero dolor de mis pecados, y propósito firmísimo de enmendarme; Mientras que yo, con todo el amor, y toda la compasión de mi alma, Voy considerando Vuestras Cinco Llagas; Teniendo presente aquello que dijo de Vos el santa profeta, David: “Han taladrado Mis manos y Mis pies, y se pueden contar todos Mis huesos”. (Salmo 21: 17-18)
Versión en latín
En ego, o bone et dulcíssime Iesu, ante conspéctum tuum génibus me provólvo, ac máximo ánimi ardóre te oro atque obtéstor, ut meum in cor vívidos fídei, spei et caritátis sensus, atque veram peccatórum meórum paeniténtiam, eáque emendándi firmíssimam voluntátem velis imprímere; dum magno ánimi afféctu et dolóre tua quinque vúlnera mecum ipse consídero ac mente contémplor, illud prae óculis habens, quod iam in ore ponébat tuo David prophéta de te, o bone Iesu: ‘Fodérunt manus meas et pedes meos: dinumeravérunt ómnia ossa mea.’
Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
Versión en latín
Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salve me. Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me. Passio Christi, conforta me. O bone Iesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. Ab hoste maligno defende me. In hora mortis meae voca me. Et iube me venire ad te, ut cum Sanctis tuis laudem te in saecula saeculorum.Amen.
REQUISITOS PARA GANAR UNA INDULGENCIA PLENARIA
Para ganar una indulgencia plenaria, en año normal o en año santo, debes siempre cumplir los TRES REQUISITOS siguientes
1. La Confesión.
Hacer una confesión profunda. La confesión puede hacerse el mismo día que se quiere ganar la indulgencia o haberla hecho recientemente.
2. La Comunión.
Esta debe llevarse a cabo el mismo día en que quiera ganarse la indulgencia.
3. La oración por las intenciones del Papa.
Debes rezar un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria, y ofrecerlas por las intenciones del Papa.
Además de lo anterior, en un año NORMAL, debes cumplir con una, de las siguientes acciones:
1. La visita de adoración al Santísimo de media hora por lo menos.
2. La visita a los cementerios con la oración, por los difuntos y aplicada solamente a las almas
del purgatorio, del día 1 al 8 de noviembre.
3. La adoración de la cruz, el Viernes Santo durante la solemne acción litúrgica.
4. En las primeras comuniones, a los que la reciben y a los que asisten devotamente.
5. A los participantes a ejercicios espirituales de tres días de duración por lo menos.
6. A los que recitan el rosario en una iglesia, oratorio público, en familia, o en asociación piadosa.
7. A los que leen la Sagrada Escritura por lo menos durante media hora.
8. El rezo del Vía Crucis, delante de las estaciones, legítimamente erigidas.
Además de los 3 requisitos, en un AÑO SANTO, debes cumplir con cualquiera de las siguientes 4 obras:
1. Ir en peregrinación a un lugar santo.
En el caso de México deberá ser a la Iglesia Catedral de cada ciudad, o a las iglesias locales que señale el Obispo de cada diócesis. Una vez en la Iglesia, debes participar en la Santa Misa, o en un ejercicio piadoso como el vía crucis o el rosario.
2. Cruzar la Puerta Santa.
Debes cruzar la puerta de las Iglesias designadas y permanecer ahí un cierto tiempo en meditación espiritual.
3. Hacer una obra de misericordia.
Visitando un tiempo largo a algún hermano necesitado o con dificultades, como por ejem plo : enfermos, encarcelados, personas con discapacidad, ancianos solos, niños abandonados, juventud en dificultades, etc. , pues Cristo está presente en ellos.
4. Hacer una obra de penitencia.
Haciendo un sacrificio, por ejemplo:
a) Practicando el ayuno.
b) Absteniéndote al menos durante un día de cosas superfluas como el tabaco, las bebidas alcohólicas, los dulces, la televisión, la música…
c) Dando una limosna (que de verdad te cueste) a la Iglesia, a obras religiosas o sociales, o a los pobres.
d) Dando de tu tiempo a algún apostolado o actividades en beneficio de tu comunidad.
e) Otras formas de sacrificio personal.
¿QUE ES UNA INDULGENCIA?
Una indulgencia es definida por la Iglesia Católica como la remisión ante Dios del castigo temporal debido por los pecados ya perdonados; puede verse en el numeral 1471 del Catecismo de la Iglesia Católica..
Esto significa que el perdón de un pecado está separado del castigo por el pecado.
El castigo eterno es el que condena al alma por la eternidad a vivir separada de Dios, y se remite por el perdón dado en la confesión.
El castigo temporal es el que queda por los pecados ya borrados en cuanto a la culpa, y se puede sufrir durante la vida en la Tierra o en el purgatorio.
Nosotros podemos obtener el perdón de nuestros pecados a través del sacramento de la confesión y reconciliarnos con Dios.
Pero el castigo temporal sigue presente.
La Iglesia establece que el receptor de la indulgencia debe realizar una acción para obtenerla.
La indulgencia no significa que estemos comprando nuestra salvación.
Hay indulgencias de dos tipos.
Las parciales remueven parte del castigo temporal, que en general es expresado en días de castigo.
Y las indulgencias plenarias, que eliminan todo el castigo temporal.
Obviamente si se peca luego de obtenida la indulgencia, está cesa.
Y obviamente también, los requisitos para una indulgencia parcial son menores que para una indulgencia plenaria.
Segun el Enchiridion de Indulgencias, que es el manual de indulgencias de la Iglesia Católica, hay 4 requisitos básicos para obtener una indulgencia plenaria.
Estos son confesión sacramental, la comunión eucarística por las intenciones del santo padre, y eliminar todo apego al pecado, incluso al pecado venial.
Porque los pecados se dividen en dos según la iglesia católica.
Por un lado está el pecado mortal que nos aleja de la comunión con Dios y de vivir con Él permanentemente en el cielo en el futuro.
Y el pecado venial, que es un desorden moral pero que no nos priva de la salvación porque no rompen la amistad con Dios,
Las tres primeras condiciones para obtener la indulgencia plenaria pueden cumplirse días antes o días después de la fecha indicada.
Y las oraciones por el santo padre, que son recomendadas, son el padrenuestro, el avemaría, el gloria y el credo, pero se pueden sustituir por otras.
La cuarta condición es la más difícil de cumplir, pero debemos considerar que un apego consuetudinario al pecado no es lo mismo que la debilidad humana normal, que tiende al pecado debido a nuestro pecado original.
Un apego es un trastorno objetivo del cual la persona es consciente.
Hay que considerar que sólo Dios sabe cuándo se obtienen las indulgencias
Y un caso relatado por San Felipe Neri, del siglo XVI, da cuenta de esto.
El santo estaba predicando una indulgencia jubilar y se le reveló que había sólo dos personas en la iglesia que realmente estaban recibiendo la indulgencia plenaria; uno era él y otro una anciana.
Sin embargo aunque Dios no otorgue la indulgencia plenaria, como se aspira, igual puede otorgar parte de ella como indulgencia parcial.
En el numeral 1479 del catecismo de la Iglesia Católica dice también que se pueden obtener indulgencias para aquellos que están en el purgatorio, en virtud de participar todos en la comunión de los santos.
De modo que podemos interceder pidiendo indulgencias por personas que están purificándose.
Otra cosa que los católicos deben saber es que la mayoría de las oraciones habituales qué hacemos, incluso la señal de la cruz, están dotadas de indulgencias parciales.
Las indulgencias se introdujeron en la Iglesia Católica para paliar las penitencias severas que existían en la iglesia primitiva.
Y se basan en el reservorio de méritos que ha acumulado la Iglesia por el sacrificio superabundante de Cristo en la cruz y las virtudes y penitencias de los santos.
Pero en la Edad Media los pontífices y obispos abusaron de las indulgencias, e incluso las comercializaron, convirtiéndose en un problema grave.
Al punto que Martín Lutero atacó especialmente a la Iglesia por esto.
Durante la Contrarreforma esto fue frenado y más últimamente en el siglo XX, se abolieron en gran medida las indulgencias cuantificadas en días o años.
El Padre Pío tenía un fuerte pensamiento sobrenatural para Cuaresma.
Era el momento del año en que comenzaba su gran peregrinaje espiritual hacia el Señor y Su Madre.
Él mostró con su vida, que si la religión no es sobrenatural, entonces no es realmente una religión transformadora.
Chesterton además dijo «Cada época es convertida por el santo que hace la mayor diferencia de ella»
Por lo tanto, uno de los mejores santos que expresan más cabalmente nuestra época es el Padre Pío que era un sobrenaturalista profundo.
La vida del Padre Pío fue un testimonio constante de la realidad del cielo y el infierno, y la necesidad de ver esta vida como una peregrinación a nuestro hogar celestial.
La Cuaresma es el momento de renovar nuestra conciencia de la batalla espiritual para lograrlo, así que aquí están diez ideas del Padre Pio que nos recuerdan lo que realmente importa.
1 – En primer lugar, la necesidad de la guerra espiritual
Que nosotros siempre tengamos ante nuestros ojos el hecho de que aquí en la tierra estamos en un campo de batalla y que en el paraíso es que recibiremos la corona de la victoria.
Que este es un banco de pruebas tiene el premio será otorgado arriba.
Que ahora estamos en una tierra de exilio, mientras que nuestra verdadera patria es el Cielo a la que debemos aspirar continuamente.
Satanás es un león rugiente buscando a quien devorar y debemos tener esto siempre en mente durante la Cuaresma.
2 – El Rosario es el arma recomendada para la batalla
Sujetar con firmeza el Rosario. Ser agradecidos a la Virgen porque fue ella la que nos dio Jesús.
Por amor a la Virgen y para merecer su amor, siempre rezar el Rosario y tan a menudo como sea posible.
3 – No tener miedo de humildad
La humildad es interminable.
La pureza es poder. Imaginar la pureza y seguirla.
Estas también son armas en la batalla.
La humildad y la pureza son las alas que nos llevan a Dios y nos hacen casi divinos.
4 – No hay que esperar un éxito inmediato
La vida espiritual es un viaje largo.
Es el trabajo de toda una vida.
Tomar un día a la vez y un paso a la vez.
Si tropiezas y caes, levántate de inmediato y sigue adelante.
Nunca te rindas.
En la vida espiritual, debes dar un paso adelante cada día en una línea vertical, de abajo hacia arriba.
5 – Tu infelicidad no es todo y tampoco tu felicidad es todo
No permitas que tus sentimientos determinen tus pensamientos sobre si estás haciendo progreso espiritual o no.
Las normas del mundo sobre la felicidad y el «éxito» son completamente diferentes del progreso espiritual.
Mantén tus ojos fijos en Él, que es tu guía a la patria celestial, donde Él te está guiando.
¿Qué te importa si Jesús desea guiarte hacia el cielo a través del desierto o por el prado, siempre y cuando él está siempre contigo y llegues a una feliz eternidad?
6 – Apaga las pantallas para la Cuaresma (detén la televisión, Facebook, la computadora)
Lee buenos libros. Alimenta el alma.
Dijo el Padre Pío: No me considero demasiado exigente si te pido una vez más que establezcas una actividad de gran importancia, ir a los libros sagrados y leer tanto como sea posible.
Esta lectura espiritual es necesaria para ti como el aire que respiras.
7 – Presta atención a la Misa
El Señor está presente.
No se trata sólo de una «comida familiar» o una charla en la que decidamos cómo vamos a hacer del mundo un lugar mejor.
Es el umbral del cielo y el único sacrificio completo y final puesto en el momento presente, con sus beneficios aplicados a nuestras necesidades.
Renueva tu fe asistiendo a misa.
Mantén tu mente enfocada en el misterio que se está desarrollando ante tus ojos.
El ojo de tu mente te transportará al Calvario y medita sobre la víctima que se ofrece a la Justicia Divina, pagando el precio por tu redención.
Si sólo supiéramos cómo Dios se refiere a este sacrificio, nos arriesgaríamos nuestras vidas por no estar presentes en una sola misa.
8 – Tu disciplina durante la Cuaresma es un paso para que puedas amar adecuadamente las cosas que son eternas
Por lo tanto, no te desanimes.
Haz pequeños sacrificios, pero dales de su importancia.
El que se apega a la tierra permanece unido a ella.
Es por la violencia que a veces hay que salir de ella.
Es mejor desprenderse un poco a la vez, en lugar de todo a la vez.
Tenemos siempre que pensar en el cielo.
9 – No te desanimes, piensa que estás haciendo un buen trabajo porque Dios lo está haciendo dentro de ti
Cuando te des cuenta de esto vas a esforzarse aún más en cooperar con la voluntad de Dios y esto te llevará más lejos en el camino y con más velocidad.
Humillemonos y confesemos que si Dios no fuera nuestra armadura y escudo seríamos traspasados por todo tipo de pecados.
Es por eso que tenemos que vivir en Dios, perseverando en nuestras prácticas, y aprender a servirle a nuestro costo.
10 – Debes estar totalmente comprometido con el Señor y que Él no fallará
Recuerda el pasaje de la Biblia: Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.
En todos sus caminos reconócelo y Él dirigirá tu camino.
Vamos a tratar de servir al Señor con todo nuestro corazón y voluntad.
Él siempre nos dará más de lo que merecemos.
EXTRACTOS DE LAS CARTAS DE CUARESMA DEL PADRE PÍO
Ten cuidado con la tristeza y la inquietud, porque no hay nada que te impida caminar hacia la perfección.
Hijo mío, ama suavemente tu corazón en las heridas de Nuestro Señor, pero no por la fuerza de las armas.
Ten una gran confianza en Su misericordia y bondad, que nunca te abandonará, pero no dejes, por lo tanto, abrazar bien Su Santa Cruz. (Ep.IV, 423)
Jesús no deja de amarme… mi cuerpo está abollado por los muchos golpes hasta el presente en las manos de nuestros enemigos…
No sé qué va a pasarme a mí, sólo sé una cosa segura, que la Señor nunca fallará en sus promesas:
«No temas, Yo te haré sufrir, pero también te daré la fuerza, deseo que tu alma con el martirio diario oculto y se purifique y sea probada…
Porque nada prevalecerá contra los que gimen bajo la cruz por amor a Mí y a quienes Yo he trabajado para protegerlos». (Ep.I, 338/339)
Jesús me dice que en el amor es él quien me deleita; en el dolor soy yo quien lo deleita.
Ahora desear la salud sería buscar alegrías para mí y no tratar de levantar a Jesús.
Sí, amo la cruz, la cruz sola; la amo porque siempre la veo detrás de Jesús.
Por ahora, Jesús ve muy bien que toda mi vida, todo mi corazón esté dedicado a Él y a sus dolores…
Solo Jesús puede entender qué dolor es para mí cuando la escena dolorosa del Calvario está preparada ante mí. (Ep.I, 335)
Confianza, mi buena hija, en el Señor, en tu perdón y en tu protección…
La sed insaciable que te devora nace de que el alma aún no ha llegado al final de su carrera, no está totalmente inmersa en la fuente eterna…
Ay de esa alma que se cree que está saciada en la tierra, porque esto marcaría el comienzo de su ruina y ella estaría en el engaño.
Mantén la calma y revive tu fe y tu confianza en Dios.
Sé humilde y sumisa a la voluntad divina y nada dañará tu espíritu. (Ep.III, 149)
ORACIONES DE CUARESMA DEL PADRE PÍO
Señor Jesús, ayúdame a caminar contigo cada día de mi vida, incluso hasta el Calvario.
La tristeza y la alegría, el dolor y la curación, los fracasos y triunfos de mi vida son verdaderamente pequeñas muertes y resurrecciones que me conducen más cerca de ti.
Dame la fe y la confianza que necesito caminar contigo siempre. Amén.
María, Madre de nuestro Redentor y nuestra Santísima Madre, con nosotros durante el viaje de la vida.
Mírame como a Jesús, mientras Lo consolabas en el camino al Calvario con tu presencia silenciosa y amorosa.
Mientras sostienes su cuerpo sin vida cerca de tu Inmaculado Corazón.
Como ofreciste la tristeza y el sufrimiento que solo una madre puede sentir cuando ve el sufrimiento de su hijo.
Ve su imagen desfigurada en mi naturaleza frágil.
Abrázame cerca del corazón de Madre en mis momentos de tentación y pecado.
Y ruega por mí para que pueda ser para Dios lo que fui creado para ser.
Una imagen viviente de Jesús. Amén.
Señor Jesucristo, que reúnes a tu pueblo durante este tiempo sagrado de la Cuaresma, y nos llamas a arrepentirnos y creer en el Evangelio.
Elimina cualquier barrera que nos impida que podamos vivir plenamente la vida que recibimos en el Bautismo y cargar con nuestra cruz todos los días. Amén.
MEDITACIÓN CUARESMAL DEL PADRE PÍO: LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO
¡Espíritu Divino, ilumíname e inflama al meditar en la Pasión de Jesús!
¡Ayúdame a penetrar en este misterio de amor y sufrimiento de un Dios que, cubierto de nuestra humanidad, sufre, agoniza y muere por el amor de la criatura!…
El Eterno, el Inmortal que se degrada para sufrir un inmenso martirio, la muerte ignominiosa de la Cruz, en medio de insultos, desprecio y abuso, para salvar a la criatura que lo ofendió, y que se regodea en el limo del pecado.
El hombre se regocija en su pecado y su Dios se entristece por el pecado, sufre, suda sangre, en medio de una terrible agonía de espíritu.
No, no puedo entrar en este gran océano de amor y dolor a menos que Tú, con Tu gracia, me sostengas.
¡Oh, que pueda penetrar hasta los rincones más recónditos del Corazón de Jesús para leer allí la esencia de Su amargura, que lo llevó al punto de la muerte en el Jardín; que yo pudiera consolarlo en el abandono de su Padre y de los suyos!
¡Oh, que pueda unirme con Él para expiar los pecados con Él!
María, Madre de los Dolores, que pueda unirme contigo para seguir a Jesús y compartir sus dolores y tus sufrimientos.
Ángel Guardián, guarda mis facultades y mantenlas recordadas sobre el sufrimiento de Jesús, para que no se alejen de Él.
Al llegar al final de Su vida terrenal, el Divino Redentor, después de haberse entregado enteramente a nosotros como comida y bebida en el Sacramento de Su Amor, y haber alimentado a Sus Apóstoles con Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, va con los suyos al huerto de los olivos….
Allí Jesús enseña a sus discípulos.
Los prepara para la inminente separación, para Su inminente pasión, y los prepara para sufrir, por amor a Él, calumnias, persecuciones y la muerte misma.
Él está allí para comenzar su dolorosa pasión. En lugar de pensar en sí mismo, Él es todo ansiedad para ti.
¡Oh, qué inmensidad de amor contiene este Corazón!
Su rostro está cubierto de tristeza y al mismo tiempo de amor.
Sus palabras proceden de lo más íntimo de su corazón.
Habla con una profusión de afecto, ánimo, consuelo y, hace su promesa.
Explica los misterios más profundos de su pasión.
Este viaje tuyo, oh Jesús, siempre ha tocado mi corazón con un aumento de amor muy profundo para los que te aman, con un aumento de amor que se apresura a inmolarse por los demás, a rescatarlos de la esclavitud…
Al llegar al Jardín, el Divino Maestro se separa de Sus discípulos, y se lleva solo a Pedro, Santiago y Juan, para tenerlos como testigos de Sus sufrimientos…
Al entrar en el jardín, Él les dice: “Permanezcan aquí. ¡Recen para que no entren en tentación!”
“Mantente en guardia”, parece decirles, porque el enemigo no está dormido.
Ármense de antemano contra él, con el arma de la oración, para que no se involucren y conduzcan al pecado.
Es la hora de la oscuridad.
Después de haberlos amonestado, Él se separa de ellos alrededor de un tiro de piedra y se postra en el suelo.
Él está extremadamente triste; Su alma es una presa de amargura indescriptible.
La noche es avanzada y brillante.
La luna brilla en el cielo, dejando sombras en el jardín.
Parece arrojar un brillo siniestro, un presentimiento de los graves y terribles acontecimientos que se avecinan, que hacen que la sangre tiemble se congele en las venas; parece como si estuviera manchada de sangre.
Un viento, como el precursor de la tempestad venidera, agita los olivos y, junto con el susurro de las hojas, penetra en los huesos, como un mensajero de la muerte, que desciende hacia el alma y la llena con un dolor mortal.
¡La noche más horrible, como la que nunca habrá otra!
¡Qué contraste, oh Jesús!
Qué hermosa fue la noche de tu nacimiento, cuando los ángeles, saltando de alegría, anunciaron la paz, cantando la Gloria.
Y ahora me parece que te rodean tristemente, manteniéndose a una distancia respetuosa, como si respetaran la angustia suprema de tu espíritu…
Privó a Su humanidad más sagrada de la fuerza que le otorgó Su Persona Divina, sometiéndola a una tristeza indefinible, a una debilidad extrema, al abatimiento y al abandono, a la angustia mortal.
Su espíritu nada en estos como un océano ilimitado… eso trae ante Su espíritu los sufrimientos completos de su inminente pasión, que, como un torrente que ha desbordado sus orillas, vierte en su corazón, la atormenta, la oprime y la sumerge en un mar de dolor.
Primero ve a Judas, su discípulo, amado tanto por Él, que lo vende por unas pocas monedas; quien está a punto de acercarse al Jardín para traicionarlo y entregarlo en las manos de Sus enemigos.
Él, el amigo, el discípulo, a quien poco antes se había nutrido con Su Cuerpo y Sangre…
Jesús esperaba entonces que Judas se arrepintiera y fuera salvo.
Pero, no, él va a su ruina y Jesús llora por su perdición voluntaria.
Se ve a sí mismo atado y arrastrado por sus enemigos a través de las calles de Jerusalén, a través de esas mismas calles que solo unos días antes había pasado triunfalmente, aclamado como el Mesías…
Se ve a sí mismo ante el Sumo Sacerdote golpeado, declarado culpable de muerte.
Él, el autor de la vida, también se ve llevado de un tribunal a otro, a la presencia de jueces que lo condenan.
Él ve a Su propia gente, tan amada por Él, los destinatarios de tantos de Sus Beneficios, que ahora lo maltratan con aullidos infernales y silbidos y, con un gran grito, exigen Su muerte: la muerte en la Cruz.
Él escucha sus acusaciones injustas, se ve a sí mismo condenado a la flagelación más terrible; coronado de espinas, ridiculizado, saludado como un simulado rey y golpeado.
Finalmente, Él se ve condenado a la muerte ignominiosa en la Cruz, luego asciende al Calvario, desmayándose bajo el peso de la Cruz, pálido y cayendo al suelo repetidamente.
Habiendo llegado al Calvario, se ve despojado de Sus vestiduras, tendido en la Cruz, crucificado sin piedad, levantado sobre él a la vista de todos.
Cuelga de los clavos que causan una tortura insoportable…
Oh, Dios, qué larga agonía de tres horas lo abrumará en medio de los insultos de una multitud enloquecida y despiadada.
Ve su garganta y sus entrañas en llamas con una sed ardiente y, para agregar a esta agonía, una bebida de vinagre y hiel.
Ve el abandono de Su Padre y la desolación de Su Madre.
Al final, la muerte ignominiosa entre dos ladrones; el que lo reconoce y lo confiesa como Dios y se salva, el otro lo blasfema, lo insulta y muere desesperado.
Ve acercarse a Longino y, como insulto final y desprecio, perfora su costado.
Cristo contempla la consumación de la humillación en la separación del alma y el cuerpo.
Todo, todo, pasa ante Él, lo atormenta, lo aterroriza, y este terror se apodera de Él, lo abruma.
Tiembla como si le temblara una fiebre violenta.
El temor también se apodera de Él, y su espíritu languidece en la tristeza mortal.
Él, el inocente Cordero, solo, arrojado a los lobos, sin ningún refugio… Él, el Hijo de Dios… el Cordero se dedicó voluntariamente a ser sacrificado por la gloria del mismo Padre que lo abandonó a la furia de los enemigos de Dios, por la redención de la raza humana; abandonado por aquellos mismos discípulos que huyen vergonzosamente de Él como de un ser peligroso.
Él, el Hijo Eterno de Dios, se ha convertido en un hazme reír de Sus enemigos.
Pero, ¿se retirará?… No, desde el principio Él abraza todo sin reservas. ¿Por qué y de dónde entonces este terror?
¡Ah! Él ha expuesto su humanidad como un objetivo para asumir todos los golpes de la justicia divina ofendidos por el pecado.
Vívidamente siente en su espíritu desnudo todo lo que debe sufrir.
Cada pecado debe expiar con cada dolor, y es aplastado porque ha entregado su humanidad como presa de la debilidad, el terror y el miedo.
En el extremo de Su sufrimiento… Él está postrado con Su cara al suelo ante la majestad de Su Padre.
El rostro sagrado de Aquel que disfruta, a través de la unión hipostática, la visión beatífica de la Gloria Divina otorgada tanto a los Ángeles como a los Santos en el Cielo, se encuentra desfigurado en el suelo.
¡Ah, sí! Entiendo. Es para enseñarme, hombre orgulloso, que para lidiar con el cielo debo bajar al centro de la tierra.
Es para hacer reparación y expiación por mi arrogancia, para que me incline ante tu Padre.
Es para dirigir Su mirada compasiva sobre la humanidad, que se apartó de Él por rebelión.
Es debido a tu humillación que Él perdona a la orgullosa criatura.
Es para reconciliar la tierra con el cielo, para que tú te bajes a ella, como para darle el beso de la paz.
¡Oh Jesús, que seas bendecido y agradecido siempre y por todos los hombres por todas tus mortificaciones y humillaciones por las cuales nos expiaste a Dios, a quien nos has unido en el abrazo del amor santo!
El Santo Rostro de Jesús ha aparecido en muchos lugares y épocas distintas, pintado, estampado, fotografiado.
Una de las más famosas es la imagen obtenida a partir de la Sábana Santa de Turín.
En la tradición católica, el Santo Rostro de Jesús se usa en actos de reparación por los ultrajes del mundo a Jesucristo.
Cuando el Venerable Papa Pío XII concedió que la fiesta de la Santa Faz de Jesús para observarse el martes de Carnaval, el día antes del Miércoles de Ceniza, cumplió el deseo de Nuestro Señor de que Su Santo Rostro se contemplara en reparación por nuestros pecados.
La historia y la tradición de venerar a su Santo Rostro comenzaron en el día de su crucifixión.
Y continúa a través de los siglos con la ayuda de los hombres y mujeres santos escogidos por Nuestro Señor y Nuestra Madre Santísima para propagar esta devoción.
LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DE LA VENERACIÓN AL ROSTRO DE JESÚS
El Santo Rostro de Dios tiene un lugar prominente en el Antiguo Testamento comenzando en el Éxodo 33, cuando Moisés pide ver la gloria de Dios y éste le responde “no puedes ver Mi rostro porque el hombre no puede ver Mi rostro y vivir”.
Por esta razón estaba prohibido hacer imágenes del rostro de Dios entre los judíos.
Sin embargo en los salmos se ven muchos pasajes en el que se anhela ver el rostro de Dios: “muéstrame tu rostro Señor”.
Parecería entonces que ese anhelo fue cumplido con la revelación del rostro de Cristo.
En colosenses 1: 15 dice “Cristo es la imagen del Dios invisible”.
Luego Mateo 17 enfatiza el brillo el rostro de Dios en la Transfiguración.
Y Apocalipsis 22 dice que el cordero estará en el trono de Dios y “sus siervos verán Su rostro”.
Las primeras devociones sobre el rostro de Cristo se remontan al Santo Rostro de Edesa.
Se trata de un lienzo hoy desaparecido, en el que Jesús estampó su rostro y se lo llevó San Judas al rey Abgar IV
Hoy se discute si ese lienzo no era finalmente el Velo de la Verónica o la Sábana Santa doblada en 4.
En muchos Milagros Eucarísticos apareció el rostro de Cristo
En 1330 en Walldurn, Alemania, un sacerdote derramó accidentalmente la preciosa sangre de Cristo y aparecieron 12 imágenes con Cristo crucificado en el centro, pero las otras imágenes eran los mismos rostros de Jesús.
Pero las dos verdaderas iniciadoras de esta devoción son la hermana María de San Pedro del Carmelo de Tours y María Pierina de Micheli.
A quién Jesús le pidió que se celebrara una fiesta en honor a su Santo Rostro el día anterior al miércoles de ceniza.
La que fue nombrada como Fiesta de la Santa Faz, pero que ha caído en el olvido.
Los cuatro últimos Papas se han referido al rostro de Jesús repetidamente.
Juan Pablo II desarrolló del tema del rostro eucarístico de Jesús.
Benedicto XVI reflexiono que la Virgen María contempla a Dios en el rostro humano de Jesús.
Y el Papa Francisco ha dicho que Jesús es el rostro de la Misericordia del Padre.
La imagen de la Santa Faz que se utiliza hoy para la devoción a Cristo está basada especialmente en la Sábana Santa de Turín.
Los fieles asumen es la mortaja de Jesús, la cual es diferente de la imagen de Jesús en el velo de la Verónica que fue la primera utilizada en las devociones.
La imagen del Síndone es post- crucifixión, y la del Velo de la Verónica es antes de la crucifixión. . Ya que ha sido impresa cuando Santa Verónica encontró a Jesús en Jerusalén a lo largo de la Vía Dolorosa en el camino hacia el Calvario.
Pero a pesar de que la Sábana Santa de Turín ha sido exhibida públicamente por los católicos al menos desde el siglo XVI (y tal vez antes) la imagen de la Santa Faz es tan débil que no se puede ver claramente a simple vista y sólo se observó con el advenimiento de la fotografía.
Fue en 1898 que el fotógrafo italiano Secondo Pia fue sorprendido por el negativo de la imagen en su cuarto oscuro cuando tomó la primera fotografía de la Sábana Santa.
Secondo Pia había recibido la aprobación del rey para intentar la primera fotografía de la Sábana Santa para una exposición. . Y dijo que en la tarde del 28 de mayo de 1898, casi se desmaya y rompe la placa fotográfica de la conmoción de ver la imagen del rostro de la Sábana Santa (por primera vez) en el negativo. . Ver El Santo Sudario de Turin.
DOS MONJAS COMIENZAN LA DEVOCIÓN + SANTA TERESITA DE LISIEUX
La devoción a la Santa Faz de Jesús implica a dos monjas europeas que vivieron con casi cien años de diferencia. .
Ambas monjas tuvieron visiones y mensajes de Jesús y María.
Pero Santa Teresita de Lisieux también tuvo una intensa devoción a la Santa Faz, que se ha destacado durante su canonización.
Su monasterio tenía una copia de la reliquia del Velo de Verónica en el Vaticano (más tarde), y ella exclamaba:
“¡Oh, cuánto bien me ha hecho la Santa Faz en mi vida!”
La mayoría de la gente olvida que su nombre religioso completo era Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz.
Su hermana Céline tenía algo esencial que decir acerca de la devoción de Teresa.
Ella escribió:
“La devoción a la Santa Faz era, para Teresa, la corona y el complemento de su amor por la Sagrada Humanidad de Nuestro Señor.
El Rostro Bendito era el espejo donde ella contemplaba el Corazón y el Alma de su Bien Amado.
La imagen de un ser querido sirve para llevar a toda la persona ante nosotros, así que en la Santa Cara de Cristo Teresa contempló toda la Humanidad de Jesús.
Y podemos decir inequívocamente que esta devoción fue la inspiración ardiente de la vida de la Santa…
Su devoción a la Santa Faz trascendía, o más exactamente, abrazaba, todas las demás atracciones de su vida espiritual”.
Por cierto, el nombre religioso de Céline era Hermana Geneviève de la Santa Faz.
“Hasta mi llegada al Carmelo”,explicó Teresa, “nunca había penetrado en la profundidad de los tesoros ocultos en la Santa Faz”.
Una de las monjas que testificó durante su proceso de canonización dijo que
“por muy tierna que fuera su devoción al Niño Jesús, no puedecompararsecon lo que la Hermana Teresa sentía por la Santa Faz”.
Teresa incluso compusouna oracióna la Santa Faz yun Cántico e hizo una casulla para misa con una imagen de la Santa Faz.
LA PRIMERA MONJA FUE MARÍA DE SAN PEDRO DE TOURS
La primera monja se llamó la hermana María de San Pedro de Tours en Francia y vivió en la década de 1840.
La segunda monja se llamó la hermana Maria Pierina De Micheli y vivió en la década de 1930 en Milán, Italia y en Buenos Aires, Argentina.
En 1843, la primera monja, sor María de San Pedro, que era carmelita en Tours Francia, reportó una visión en la que Jesús habló con ella.
Más tarde informó de más visiones y conversaciones con Jesús y la Virgen María, en la que le instó a difundir la devoción a la Santa Faz de Jesús, en reparación por los muchos insultos que sufrió Jesús en su Pasión.
Sor María de San Pedro fue una monja carmelita en Tours, Francia que vivió de 1816 a 1848. El 24 de noviembre de 1843, Nuestro Señor le dio las siguientes palabras:
“La Tierra está repleta de crímenes. La violación de los primeros tres mandamientos de Dios ha molestado a mi Padre. .
El Santo Nombre de Dios ha sido blasfemado, y el Santo Día del Señor profanado, saturado de cantidad de iniquidades. .
Estos pecados se han acumulado hasta el Trono de Dios y han provocado su ira, la cual estallará pronto si su justicia no es apaciguada. .
Jamás han llegado estos crímenes a tal punto”.
Anteriormente, Sor María de San Pedro había recibido un mensaje especial de Nuestro Señor el 24 de agosto de 1843:
“Él me abrió su corazón, y juntando allí las fuerzas de mi alma, se dirigió a mí con estas palabras: ‘Mi nombre es blasfemado en todas partes.
Hasta los niños me blasfeman’. Él me hizo entender que este espantoso pecado lastima penosamente su Divino Corazón más que cualquier otro.
Por medio de la blasfemia el pecador maldice el Rostro [de Dios], lo ataca abiertamente, anula la redención y pronuncia su propia condenación y juicio.
La blasfemia es una flecha envenenada que siempre lastima su Divino Corazón.
Él me dijo que desea darme una Flecha de Oro con la cual herir con delicias su Corazón y sanar esas heridas infligidas por la malicia de los pecadores«.
Este es el origen de la oración que conocemos, La Flecha de Oro:
“Que el más santo, más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Dios sea por siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén”.
Nuestro Señor dijo que esta oración desencadena un “torrente de gracia para los pecadores”.
En estos mensajes del Cielo, se le pidió a Sor María de San Pedro hacer una comunión de reparación por la profanación dominical (pecado contra el tercer mandamiento).
Sor María de San Pedro escribe:
“… Nuestro Señor me ordenó comulgar los domingos por estas tres intenciones particulares:
“1) En espíritu de expiación por todas las tareas prohibidas que se hacen los domingos, que como día de observancia debe ser santificado;
“2) Para apaciguar la Justicia Divina que estaba a punto de descargarse a causa de la profanación de los días de guardar;
“3) Para implorar la conversión de aquellos pecadores que profanan los domingos, y para lograr la terminación del trabajo dominical prohibido”.
Sor María de San Pedro, en 1844 tuvo una visión en la que Jesús le dijo:
”Oh, si tú supieras el gran mérito que adquieres diciendo aunque sea una sola vez, ‘admirable es el Nombre de Dios’, en espíritu de reparación por las blasfemias.”
Entre sus visiones está la faz y la oración a la devoción a la Santa Faz de Jesús que comenzó a extenderse entre los católicos de Francia a partir de 1844.
El gran impulsor fue el Venerable Leo Dupont que era un hombre religioso de una familia noble que se había trasladado a Tours. .
En 1849 había comenzado el movimiento nocturno de adoración eucarística en Tours que se extendió en Francia. .
Al enterarse de las visiones de la hermana María de San Pedro puso una lámpara de vigilia permanente ante una imagen de la Santa Faz de Jesús, primero usando la imagen del Velo de la Verónica y luego el de Santa María de San Pedro.
LA SANTA FAZ
El 11 de octubre de 1845, Nuestro Señor le dio una revelación en relación a la importancia de hacer reparación a su Santa Faz. En ese día Nuestro Señor le dijo a Sor María de San Pedro:
“Busco Verónicas para enjugar y venerar mi Divina Faz, la cual tiene pocos adoradores”.
Le dictó entonces una oración de reparación a la Santa Faz:
“Padre Eterno, te ofrezco la adorable Faz de tu amado Hijo por el honor y la gloria de tu Nombre, para la conversión de los pecadores, para la salvación de los moribundos”.
Nuestro Señor hizo las siguientes promesas a aquellos que honran a Su Santa Faz a sor María de San Pedro:
1 – Todos aquellos que honran mi cara en un espíritu de voluntad de reparación, al hacerlo, realizan el encargo de la piadosa Verónica. . De acuerdo con el cuidado que tengan en la reparación a mi cara, desfigurada por los blasfemos, voy a cuidar de sus almas que han sido desfiguradas por el pecado. . Mi cara es el sello de la Divinidad, que tiene la virtud de reproducir en las almas la imagen de Dios. . 2 – A los que por medio de palabras, oraciones o escritura defiendan mi causa en esta Obra de Reparación los defenderé delante de mi Padre, y les dará Mi Reino. . 3 – Al ofrecer mi cara a Mi Padre Eterno, nada se negará, y se obtendrá la conversión de muchos pecadores. . 4 – Por Mi Santo Rostro, van a hacer maravillas, aplacar la ira de Dios, y concitar la piedad de los pecadores. . 5 – Al igual que en un reino pueden adquirir todo lo que se desea con una moneda estampada con la efigie del rey, en el reino de los cielos van a obtener todo lo que desean con la preciosa moneda de Mi Santo Rostro. . 6 – Los que en la tierra contemplen las heridas de mi cara la verán en el Cielo radiante de gloria. . 7 – Ellos recibirán en sus almas una irradiación luminosa y constante de mi Divinidad, que por su semejanza con mi cara brillarán con especial esplendor en el cielo. . 8 – Voy a defenderlos, voy a preservarlos y yo les aseguro de la perseverancia final.
«LA FLECHA DE ORO»
Es un acto de alabanza y reparación dictado por Nuestro Señor a sor María de San Pedro:
Que el más santo, más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Dios sea por siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.
ORACIÓN
OH SEÑOR Jesucristo, al presentarnos ante Tu adorable Rostro para pedirte a Ti las gracias que más necesitamos, Te rogamos, por sobre todo, nos concedas la disposición interior para nunca dejar de hacer en ningún momento lo que Tu requieres de nosotros con Tus santos mandamientos y divinas inspiraciones. Amén.
BONDADOSO Jesús, que has dicho «Pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y se abrirá para ti,» concédenos, Oh Señor, esa fe que lo obtiene todo o provéenos de lo que carecemos; concédenos, a través del puro efecto de Tu caridad y por Tu gloria eterna, las gracias que necesitamos y las que buscamos en Tu infinita misericordia. Amén.
SÉ MISERICORDIOSO con nosotros, Oh mi Dios y no rechaces nuestras oraciones, cuando en medio de nuestras aflicciones, rogamos a Tu Santo Nombre y buscamos con amor y confianza To adorable Rostro. Amén.
OH TODOPODEROSO y Eterno Dios, mira el Rostro de Tu Hijo Jesús. Te lo presentamos a Ti con confianza, para implorar Tu perdón. El Defensor Misericordioso abree la boca para pedir por miestra causa; excucha su llanto, observa sus lágrimas, Oh Dios, y a través de sus infinitos méritos escúchalo a Él cuando intercede por nosotros pobres pecadores miserables. Amén.
ADORABLE Rostro de mi Jesús, mi único amor, mi luz y mi vida, permiteme conocerte, amarte y servirte sólo a Ti, que yo pueda vivir Contigo, de Ti, a través de Ti y para Ti. Amén.
ETERNO Padre, a Ti te ofrezco el adorable Rostro de Tu Amado Hijo por el honor y la gloria de Tu Nombre, por la conversión de los pecadores y por la salvación de los moribundos.
OH DIVINO Jesús, a través de Tu Rostro y Nombre, sálvanos. ¡Nuestra esperanza está en la virtud de Tu Santo Nombre!
LA OTRA MONJA: SOR MARIA PIERINA DE MICHELI
Más de 90 años después de las primeras visiones de Jesús por la hermana María de San Pedro en Tours de Francia, otras visiones Santa Faz se registraron en Italia.
El primer viernes de Cuaresma 1936, la Hermana Maria Pierina De Micheli, quien nació cerca de Milán, Italia, informó una visión en la que Jesús le dijo:
“Deseo que mi Rostro, el cual refleja la íntimas penas de mi alma, el dolor y el amor de mi Corazón, sea más honrado. .
Quien me contempla me consuela”
Informó además de visiones de Jesús y María, que instó a Sor María Pierina a hacer un escapulario con el Santo Rostro de Jesús.
Décadas antes, la hermana María San Pedro se había referido a una moneda de la Santa Faz, que Jesús le dijo:
“Como en un reino que se puede conseguir todo lo que se desea con una moneda sellada con la efigie del Rey, así en el Reino de los Cielos van a obtener todo lo que desean con la preciosa moneda de Mi Santo Rostro”.
En otra visión, la Hermana María Pierina informó que Jesús le dijo:
“Cada vez que mi rostro es contemplado derramaré mi amor en el corazón de esas personas, y por medio de mi Santo Rostro van a obtener la salvación muchas almas”.
Informó además que Jesús quería una fiesta especial el día antes del Miércoles de Ceniza en honor de Su Santa Faz, precedida por una novena de oración.
Después de un esfuerzo Hermana Maria Pierina logró obtener el permiso para lanzar la medalla y su uso empezó a crecer en Italia.
Como la Segunda Guerra Mundial comenzó, muchos soldados y marineros recibieron la Medalla de la Santa Faz como un medio de protección. Sor María Pierina murió en 1945 en el final de la guerra.
La primera medalla de la Santa Faz fue ofrecida a Pío XII quien aprobó la devoción y la medalla. .
En 1958, se declaró formalmente la Fiesta de la Santa Faz de Jesús como el martes de carnaval (el martes antes del Miércoles de Ceniza) para todos los católicos romanos.
LA VIDA DE LA HERMANA PIERINA
La Madre María Pierina, llamada por sus padres Josefina Francisca María, nace en Milán el 11 de septiembre de 1890.
Con 23 años ingresa a la Congregación de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires, que era una pequeña comunidad recientemente fundada por la Madre Eufrasia Iaconis.
Desde el día de su ingreso a la comunidad, guarda una amistad profunda y verdadero sentimiento filial hacia la Madre Estanislada, que será su maestra, superiora y siempre confidente.
Entre 1919 y 1921 la Madre Pierina visita Argentina, en un breve paréntesis antes de asumir cargos de gran responsabilidad que afronta con total dedicación a pesar de su precaria salud.
Definitivamente en Italia, es elegida Superiora de la Casa de Milán en 1928, Superiora de la Casa de Roma en 1939 y, diez años después, Superiora Regional.
En el desempeño de sus tareas demuestra que es una mujer sumamente capaz, de una personalidad avasallante, con una actividad febril, que sabe conjugar siempre con una intensa vida interior.
Finalmente, después de innumerables fatigas nunca evitadas, llega el “no puedo más”.
Cuando la Segunda Guerra Mundial apenas había terminado y Roma estaba ocupada por las tropas de los aliados, el 26 de julio de 1945 en Centonara D’Artó, a los 55 años, bendiciendo a sus Hermanas y con los ojos fijos en el Divino Rostro, muere esta Hija de la Inmaculada.
Quien según tantos testimonios fue una persona serena, dulce, afable, dueña de sí misma en todo su comportamiento, siempre sensible para percibir los problemas ajenos, y también confiada para buscar su solución.
LA DEVOCIÓN AL DIVINO ROSTRO DE JESÚS
En una extensa carta que la Madre Pierina escribió al Papa Pío XII brota una piedad apasionada:
Humildemente confieso que siento una gran devoción por el Divino Rostro de Jesús, devoción que me parece que me la infundió el mismo Jesús.
Tenía doce años cuando un viernes santo esperaba en mi Parroquia mi turno para besar el crucifijo, cuando una voz clara me dijo: .
¿Nadie me da un beso de amor en el rostro para reparar el beso de Judas?
En mi inocencia de niña, creí que todos habían escuchado la voz, y sentía pena viendo que la gente continuaba besando las llagas y ninguno pensaba besarlo en el Rostro.
Te doy yo Jesús el beso de amor, ten paciencia, y llegado el momento le estampé un fuerte beso en la cara con el ardor de mi corazón. Era feliz pensando que Jesús, ya contento, no tendría más pena.
Desde aquel día el primer beso al crucifijo era a Su Divino Rostro y muchas veces los labios rehusaban separarse porque me sentía fuertemente retenida.
La experiencia se repite cuando tiene 25 años, pero con otros prodigios:
En la noche del jueves al viernes santo de 1915, mientras rezaba ante el crucifijo en la Capilla de mi Noviciado, sentí que me decían: “bésame”. .
Lo hice y mis labios en vez de apoyarse sobre un rostro de yeso, sintieron el contacto con Jesús. .
¿Qué pasó? Me es imposible decirlo.
Cuando la Superiora me llamó era ya de mañana, sentía el corazón lleno de las penas y deseos de Jesús; deseaba reparar las ofensas que recibió su Santísimo Rostro en la pasión y las que recibe en el Santísimo Sacramento.
En este mismo Colegio de Argentina sucede otra aparición cinco anos después:
En 1920, el 12 de abril me encontraba en Buenos Aires en la Casa Madre. Tenía una gran amargura en el corazón. Fui a la Iglesia y prorrumpí en llanto lamentándome con Jesús.
Se me presentó con el Rostro ensangrentado y con una expresión de dolor tal que conmovería a cualquiera. Con una ternura que jamás olvidaré me dijo:
“Y Yo, ¿qué he hecho?”
Comprendí… y a partir de ese día el Divino Rostro se convirtió en mi libro de meditación, la puerta de entrada a Su Corazón…
De tanto en tanto, en los años siguientes –continúa la carta– se me aparecía ya triste, ya ensangrentado, comunicándome Sus penas y pidiéndome reparación y sufrimientos, llamándome a inmolarme ocultamente por la salvación de las almas.
Entre 1920 y 1940, fecha en que data esta carta, el pedido de Nuestro Señor se sucede en reiteradas apariciones:
“Quiero que Mi Rostro, que refleja las penas más íntimas, el dolor y el amor de Mi Corazón, sea más honrado. Quien me contempla, me consuela”
La Madre Pierina, que es siempre la fiel confidente, se hace portavoz de este ruego. .
Y poco a poco, la devoción al Divino Rostro se va consolidando de un modo concreto gracias a la intervención milagrosa de la Santísima Virgen. . Quien ordena y dispone: un escapulario, una medalla, los medios para costearla, y una fiesta después del martes de quincuagésima para honrar la Santa Faz.
Mientras tanto continúa la entrega o la inmolación oculta de la Madre Pierina. Como lo describe en su diario el día 5 de septiembre de 1942:
Anoche en la Capilla le dije a Jesús: Jesús quiero ser tu gloria y tu alegría. Y Jesús me respondió.
“Ven. Te necesito. Hoy he buscado el gozo en tantos corazones y me fue negado”.
Dime Jesús: ¿Qué debo hacer para suplir los rechazos que tuviste? Jesús, envuelto en ternura, me respondió.
“¿Quieres gozar las dulzuras de la unión conmigo o sentir la pena de mi corazón por los pecados de los hombres?”
Lo que Tú quieras, Jesús. Y mi alma instantáneamente participó del dolor de Su corazón, dolor imposible de traducir en palabras.
Jamás, como en ese instante, comprendí qué cosa era el pecado… ¡Oh, Jesús! Que no te ofenda yo jamás… repara por mí, por los otros, como quieras… ¡Tómamelo todo!
Cuando volví en mí, se había cumplido el tiempo y me dispuse a retirarme. Entonces Jesús me dijo:
“¡Quédate un poco más conmigo! ¡Ya me dejas solo…!”
Al responderle yo que había pasado el tiempo que me indicara mi director espiritual, Su Rostro se iluminó.
“¡He aquí mi gloria! ¡La obediencia!”, me dijo.
“Deseo que mi Rostro, el cual refleja la íntimas penas de mi alma, el dolor y el amor de mi Corazón, sea más honrado. Quien me contempla me consuela” (primer viernes de Cuaresma de 1936).
En 1937, mientras oraba y “después de haberme instruido en la devoción de su Divino Rostro”, le dijo:
“Podría ser que algunas almas teman que la devoción a mi Divino Rostro, disminuya aquella de mi Corazón. Diles que al contrario, será completada y aumentada.
Contemplando mi Rostro las almas participarán de mis penas y sentirán el deseo de amar y reparar.
¿No es ésta, tal vez, la verdadera devoción a mi corazón?”
Estas manifestaciones de parte de Jesús se hacían siempre más insistentes.
En mayo de 1938, mientras reza, se presenta sobre la tarima del altar, en un haz de luz, una bella Señora: . tenía en sus manos un escapulario, formado por dos franelas blancas unidas por un cordón. . Una franela llevaba la imagen del Divino Rostro de Jesús y escrito alrededor: Ilumina Domine Vultum Tuum super nos (Ilumina, Señor, Tu rostro sobre nosotros); . La otra, una Hostia circundada por unos rayos y con la inscripción: Mane nobiscum Domine (Quédate con nosotros Señor).
Lentamente se acerca y le dice:
“Escucha bien y refiere al Padre Confesor. Este escapulario es un arma de defensa, un escudo de fortaleza, una prueba de misericordia que Jesús quiere dar al mundo en estos tiempos de sensualidad y de odio contra Dios y la Iglesia.
Los verdaderos apóstoles son pocos. Es necesario un remedio divino y este remedio es el Divino Rostro de Jesús. .
Todos aquellos que lleven un escapulario como éste y hagan, si es posible, una visita cada martes al Santísimo Sacramento, para reparar los ultrajes que recibió el Divino Rostro de Jesús durante su Pasión. .
Y que recibe cada día en la Eucaristía, serán fortificados en la fe, prontos a defenderla y a superar todas las dificultades internas y externas. .
Además, tendrán una muerte serena bajo la mirada amable de mi Divino Hijo”
En el mismo año, Jesús vuelve a presentase todavía chorreando sangre y con tristeza:
“¿Ves cómo sufro? Y sin embargo, de poquísimos soy comprendido. ¡Cuántas ingratitudes de parte de aquellos que dicen amarme!
He dado mi corazón como objeto sensibilísimo de mi gran amor por los hombres y doy mi Rostro como objeto sensible de mi dolor por los pecados de los hombres:
quiero que sea honrado con una fiesta particular el martes de Quincuagésima, fiesta precedida de una novena en que todos los fieles reparen conmigo, uniéndose a la participación de mi dolor.”
En 1939, Jesús de nuevo le dice:
“Quiero que mi Rostro sea honrado de un modo particular el martes.”
La Madre Maria Pierina de Micheli sentía el deseo de Nuestra Señora más y más fervientemente de cumplir con el pedido.
Ella obtuvo el permiso de su director espiritual y aunque no tenía ningún medio financiero, se puso a la tarea a petición de Jesús y María.
Obtuvo el permiso del fotógrafo Bruner para hacer copias de la Sábana Santa, reproducida por él, y recibió el permiso para hacerlo por la Arquidiócesis de Milán el 9 de Agosto de 1940.
Pero sigue esperando más medios financieros, pero la fe de la reverenda Madre lo pudo. .
Una mañana vio sobre una pequeña mesa un sobre: lo abrió y encontró 11.200 liras italianas. .
El diablo, enfurecido por esto, cayó sobre su alma para asustarla y prevenir la distribución de las medallas: la tiró al suelo en el pasillo y escaleras abajo, rasgó las imágenes y fotos de la Santa Faz, pero ella dio a luz a todo. . Toleró y se sacrificó en todo para que la Santa Faz pudiera ser honrada.
Maria Pierina logra hacer acuñar una medalla en lugar del escapulario. El 7 de abril de 1943, La Virgen se le presenta y le dice:
“Hija mía, tranquilízate porque el escapulario queda suplido por la medalla con las mismas promesas y favores: falta solo difundirla más.
Ahora anhelo la fiesta del Santo Rostro de mi Divino Hijo: díselo al Papa pues tanto me apremia. La bendijo y se fue.”
La medalla se difunde con entusiasmo. ¡Cuántas gracias se han obtenido! Peligros evitados, curaciones, conversiones, liberación de condenas…
Invitamos a todos a llevar la medalla y rezar, diariamente, 5 Glorias al Santo Rostro de Nuestro Señor.
ORACIÓN (con aprobación eclesiástica)
Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que hiciste brillar los dones de tu gracia en el alma de la humilde Sor Maria Pierina De Micheli, y quisiste que en el silencio y en la obediencia fuera la consoladora del Divino Crucificado y la misionera de la Santa Faz de Jesús, haz que también nosotras sigamos con gozo el camino de la caridad, para gloria tuya y bien del prójimo.
Por los méritos de tu sierva, concédenos la gracia que te pedimos, a fin de que por su eficaz intercesión, se manifiesten para nuestro ejemplo y consuelo, las heroicas virtudes que ella practicó generosamente en esta vida y podamos venerarla un día sobre los altares. Así sea.
+Gilla Vicente Gremigni- Arzobispo – Obispo de Novara
NOVENA AL SANTO ROSTRO DE JESÚS
Mi alma tiene sed del Dios vivo ¿cuándo veré Su Rostro?
…Quisiera que mis hijas -y los devotos- se distinguieran en ardor práctico, amoroso, generoso en honrar el SANTO ROSTRO de nuestro JESÚS, dolorido por los pecados de los hombres… de todos… de los nuestros…
pero especialmente de aquellos que tendrían que ser sus imitadores…
¿Qué haremos? Si miramos profundamente aquel divino Rostro, nos hablará al corazón, nos hará partícipes de las amargas penas.., y nos dirá: consuélame al menos tú, que dices que me amas, que eres toda mía… – pausa – …entremos con Jesús en el huerto de los olivos y contemplemos con amor y contrición los dolores de su Corazón, en Su Santo Rostro.
…unámonos a la divina Víctima, ofreciéndonos por todas las personas del mundo para ser con EL auténticas almas reparadoras, en unión con la Virgen Inmaculada, primera Reparadora.
Canto
Oh Santo Rostro ultrajado por nosotros, no te acuerdes más de los fallos de la tierra, no te acuerdes más, de tu último grito un día en el Calvario acuérdate, acuérdate Jesús, acuérdate, acuérdate, oh Rostro de Jesús.
Oración
¡Oh! amabilísimo Jesús, que quisiste sufrir tanto en Tu Santo Rostro, por nuestro amor, vuélvenos a mirar benignamente e imprime en nuestros corazones Tu divina semblanza, para que nuestra alegría sea sufrir por Ti. Gloria al Padre… ¡Oh! dulcísimo Jesús, que en Tu Rostro divino has sido golpeado, maltratado, humillado por nuestro amor, haz que el desprecio y la humillación sean nuestra porción predilecta. Gloria al Padre… ¡Oh! manso Jesús, que en Tu Divino Rostro sudaste sangre por nuestro amor, concédenos la gracia de sufrir por tu amor y así volver a ser mirados por Ti. Gloria al Padre… ¡Oh! Santo Rostro de Jesús, mientras esperamos el feliz día de poderte contemplar en la gloria del Paraíso, queremos procurarte tanta gloria y deleitar Tu mirada divina. Tu mirada velada sea nuestro paraíso aquí en la tierra, las lágrimas que lo velan las recogeremos para salvar tantas almas e inflamar los corazones con Tu amor. Amén.
Santo Rostro de Jesús míranos con Tu Misericordia.
Pero como la mayoría de nosotros sabe por experiencia, no es tan fácil.
No importa cuán fuerte sea nuestra resolución, inevitablemente fallaremos.
Cuando sucede, te desprecias a ti mismo y a tu propia debilidad.
Renuevas tu resolución y prometes volver a encarrilarte. Y luego fallas nuevamente, y luego otra vez.
Se establece el desaliento. Y se come a tu resolución.
Empiezas a racionalizar tu fracaso, a inventar excusas, y antes de que te des cuenta, tu determinación que era tan fuerte hace poco, se evapora.
Te rindes y vuelves a la vida como de costumbre.
A menos que tengas una voluntad de hierro y te hayas dominado por completo, este patrón probablemente te resulte familiar.
Tal vez leemos un buen artículo en línea sobre la importancia de la oración o el peligro de algún pecado.
Resolvemos rezar el rosario y leer más las Escrituras en los días venideros, y nuestras intenciones no son más que buenas.
Pero no importa cuánto lo intentemos, simplemente no podemos seguir con eso.
Con cada falla, nuestra resolución se debilita y, antes de darnos cuenta, nos damos por vencidos.
Lo mismo se aplica en un sentido negativo con el pecado.
Quizás has luchado con un pecado habitual durante mucho tiempo, incluso años.
Te vas a confesar y decides hacerlo mejor con la ayuda de Dios.
Pero luego fallas una y otra vez.
Comienzas a amargarte y a perder la esperanza de superarlo.
Sientes una tremenda culpa y se golpea sin fin. «Soy tan patético, tan débil. Dios debe odiarme» comienzas a pensar.
Tu vida espiritual está dominada por el miedo y la vergüenza.
Tal vez incluso comienzas a odiar a Dios por no haber ayudado más y por hacer que la lucha espiritual sea tan difícil.
Los sentimientos de fracaso y amargura te hacen caer en una especie de depresión espiritual, en la que nada de eso parece valer la pena.
Renuncias a atender tu vida espiritual por completo y el deseo de agradar a Dios se ha disuelto por completo.
¿Alguno de los anteriores te suena familiar?
Si es así, probablemente tengas una relación de amor-odio con la vida espiritual.
Quieres agradar a Dios y ser un buen católico, pero no importa cuánto te esfuerces, pareces fallar constantemente.
Cinco cosas que deberías hacer
Lo primero que debemos hacer es crecer en el autoconocimiento
Somos seres caídos, y si bien puede herir nuestro orgullo decirlo, somos totalmente incapaces de hacer nada por nuestra cuenta.
Muy a menudo no nos damos cuenta de esto.
Miramos nuestros fracasos y nos sorprendemos, como si la perfección fuera nuestro estado normal de ser y el pecado es una aberración.
Creemos que podemos vencer nuestra naturaleza pecaminosa con una fuerza de voluntad simple.
La realidad es exactamente lo opuesto.
El pecado es nuestro modo normal de existencia.
No hay pecado ni acto de depravación que no podamos cometer.
En segundo lugar, debemos abrazar la verdad sobre nosotros mismos con humildad
Creemos muy bien de nosotros mismos y nuestras propias habilidades.
Dios quiere curarnos de este orgullo y amor propio, y permitirnos caer es una forma de hacer esto.
Nunca avanzaremos en santidad sin darnos cuenta de nuestra absoluta pobreza.
Con eso en mente, imagina cómo inflaría nuestros egos si pudiéramos convertirnos en maestros de la vida espiritual de la noche a la mañana, con una resolución simple y por mera fuerza de voluntad.
Muy pronto nos convertiríamos en pez globo espiritual, por así decirlo, enamorados de nuestra propia capacidad de hacer el bien.
Diríamos arrogantemente como el fariseo: “Dios, te agradezco que no soy como otros hombres…”.
Veamos cada caída como una oportunidad para crecer en el conocimiento de nuestra propia debilidad y en humilde dependencia de Dios.
Demos gracias porque no hemos caído con más frecuencia o más gravemente.
Sobre todo, recordemos que el paso uno en la vida espiritual es darse cuenta de nuestra completa pobreza espiritual.
Como dijo Cristo: “Bienaventurados los pobres de espíritu”.
Tercero, debemos rechazar el desaliento
El desaliento y la desesperanza son del diablo, y están enraizados en el orgullo.
Es mortal para nuestras almas.
Cuando caemos en pecado, debemos regresar inmediatamente a Dios con amor arrepentido.
Aunque podemos sentir que nuestro pecado nos ha alejado de Dios, no es verdad.
Nunca es demasiado tarde para arrepentirse.
Dios siempre está esperando, como el Padre en la historia del hijo pródigo, para correr hacia nosotros y abrazarnos con los brazos abiertos.
Cuarto, debemos recordar que es el amor el que nos restaura a la comunión con Dios
Como nos enseña San Maximiliano Kolbe, “Un solo acto de amor hace que el alma vuelva a la vida”.
Cuando te caigas, inmediatamente dile a Jesús que lo amas y luego procura complacerlo con una acción concreta.
Este acto de amor infundirá vida a tu alma y reparará tu relación con nuestro Padre celestial.
Quinto, debemos comenzar de nuevo día a día
Vivimos un día a la vez, no un año a la vez.
Los maestros de la vida espiritual fomentan las resoluciones diarias y los exámenes diarios de conciencia.
Este enfoque diario nos permite avanzar un paso a la vez y levantarnos después de cada caída.
También es mucho más fácil evitar el desaliento cuando no estamos mirando al pasado o al futuro lejano.
No pierdas el valor
En una ocasión le preguntaron a un monje: “¿Qué hacen los monjes en el monasterio?”.
El monje respondió: “Nos caemos y nos levantamos una y otra vez”.
Si bien podemos tener ilusiones de que los santos son los que nunca se caen, y podemos esperar un día en que seamos invencibles al fracaso, esto simplemente no es la realidad.
La única diferencia entre los santos y el resto de la humanidad es que los santos se levantaron nuevamente, volviendo a Dios en arrepentimiento hasta el día de su muerte.
Caer y levantarse nuevamente: esta es la única receta para la santidad.
Aquellos que soportan pacientemente no estarán sin su recompensa, porque en las palabras de nuestro Señor: “El que persevere hasta el fin, será salvo”.
Lo que hemos dado son consejos de manejo espiritual y ahora van 5 consejos prácticos para prepararte para oír la voz de Dios.
5 CONSEJOS PARA ABRIRTE A LA VOZ DE DIOS
1 – Deja las novelas o revistas y pasa ese tiempo leyendo algo espiritualmente enriquecedor [lo mismo vale para lo que miras en internet]
No estoy diciendo que todo en la vida deba implicar densa, e intensa lectura y pensamiento profundo. . Pero seamos sinceros: nos hemos convertido en una sociedad superficial, en la búsqueda de la autosuficiencia, la independencia en lugar de la interdependencia, quitando de nuestras vidas la total dependencia de Dios.
Cambiando tus libros o publicaciones periódicas y obras literarias cambias la vida de entretenimiento por grandes filósofos, santos, teólogos, que manejan grandes ideas, y esto tendrá un impacto significativo en tu visión del mundo y tu estilo de vida.
Una lectora nos comenta al respecto:
“Hace unos diez años elegí para poner fin a mis suscripciones a revistas seculares, con la excepción de una de jardín, fue muy difícil y sacrificado en ese momento.
Pero sentí una llamada a algo más, como si Dios estuviera tirando de mi corazón, haciéndome señas a crecer más cerca de él.
A su vez, descubrí que los libros espirituales clásicos me cambiaron por completo.
Me puse a pensar sobre el mundo, mi vida, y la eternidad de manera diferente”.
2 – Toma un paseo de 10 minutos en un entorno natural
Esto significa ir a alguna parte sin hormigón (a menos que sea un camino a pie a través de una reserva natural), sin el ruido y el bullicio de la vida urbana.
Y si esto no se puede, por lo menos ve a una parte de tu barrio con muchos árboles.
Significa también ningún tipo de tecnología, por lo que debes dejar de lado los teléfonos inteligentes, desconectarte de tus audífonos con los que escuchas música y de chatear; todo eso déjalo en tu casa.
No se puede enfatizar lo sanador que puede ser un paseo por la naturaleza.
Cuando tomas diez minutos (o más) fuera de tu rutina agitada para simplemente escuchar la oración vespertina de las aves locales, para observar la gran variedad de árboles y de sus hojas y los múltiples colores de las flores que te rodeaban, te sentirás como si Dios ha llegado desde el cielo y te ofrece un abrazo.
Un paseo simple, solitario, en medio de los árboles, las flores, los pájaros y el agua, fácilmente nos lleva de nuevo al Creador.
Probablemente se deba a que la creación refleja a Dios en todas sus maravillas y gloria, por lo que naturalmente atrae y te sientes con enormes ganas de dar gracias por el regalo que la naturaleza te proporciona espiritualmente.
Adicionalmente, estudios científicos muestran que exponerse a la naturaleza es positivo para la salud mental, para el ánimo y la salud física, lo que muestra que el diseño de la naturaleza está vinculado a la satisfacción del ser humano. Lee aquí una interesante investigación.
Esto vincula la satisfacción con la naturaleza y los paisajes imponentes con la sensación de que Dios existe y está ahí.
3 – Siéntate en silencio
Dios no suele hablar con nosotros en el trueno o actos llamativos de grandiosidad.
Más bien, Él nos susurra en el silencio de nuestro corazón, donde reside.
¿Cuántos de nosotros (laicos, consagrados, religiosos) encontramos que sentarse en silencio es casi una imposibilidad a diario?
Sin embargo, ¿cómo vamos a escuchar a Dios hablando a nuestros corazones?
¿Cómo, si no vamos a permitir que Él nos sane, nos aclare, nos oriente y fortalezca nuestra determinación?
Tal vez puedas encontrar que sentarte en silencio va a funcionar mejor en el comienzo de su día si eres madrugador.
O quizás mejor sentarte en silencio durante unos minutos antes de comenzar la lectura de la Escritura.
Pero pasar tiempo en silencio también puede ocurrir en medio de un ajetreado día o relajarse en la noche y cerrar nuestro día.
Algunos de nosotros podemos tener el privilegio de vivir o trabajar cerca de una capilla de Adoración Eucarística o una Iglesia católica que está abierta al público durante el día.
Si es así, utiliza este espacio sagrado por tu tiempo de silencio.
El punto no es cuándo o cómo forjar este tiempo para el silencio, sino en vez de eso, es que nos disciplinemos para estar simplemente con Dios.
Todo lo que Él pide de nosotros es nuestro tiempo, nuestros pensamientos, nuestros corazones. . ¿Cómo podemos ofrecer éstos a Dios si estamos continuamente distraídos por todo lo demás?
El Cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Karol Wojtyla por más de 40 años ha dicho:
“Estar con el Papa significaba garantizar sus espacios de silencio, especialmente el que dedicaba a Dios. Dios y punto.
Los dos. Juan Pablo II era una enamorado de Dios.
Lo buscaba, nunca se cansaba de estar con Él.
En Dios sabía sumergirse en todo lugar, en toda condición: incluso cuando estudiaba o estaba en medio de la gente, lo hacía con la máxima naturalidad”.
4 – Intercambia tu televisión o juegos por tiempo diario para una conversación santa
A veces estamos cegados a lo que más importa en la vida y nuestras prioridades se tuercen y suavemente se desvanecen con el tiempo.
Nos convertimos en criaturas de hábito, y porque todo el mundo está demasiado ocupado y demasiado estresado, el entretenimiento sin sentido se convierte en un momento fácil para nosotros, para descomprimirnos y descansar.
¿Has pensado en las personas con las que has perdido el contacto?
¿Qué pasa con un amigo perdido hace mucho tiempo o tal vez un pariente?
Todos conocemos a personas que están convalecientes en hogares de ancianos, hogares grupales, y centros de rehabilitación.
Estas son personas que están solas y lastimadas.
Consideremos, pues, el tesoro espiritual que una carta escrita a mano o una breve llamada telefónica a alguien que se siente como si nadie se preocupara por él.
Si cambias la media hora u hora de televisión, de juegos de Internet o navegación en los medios socialespara escribir una carta sentida o para una llamada telefónica, enriquecerás tu vida espiritual, porque estás involucrándote en un acto de misericordia.
Ora por los que se sienten llamados a crecer en su vida ahora mismo.
Tal vez eso significaría pasar tu tiempo libre como voluntario en un ministerio de apoyo a los encarcelados o llamado a servir a la gente que conoces que vive en la calle para ofrecerles una comida.
Dios nos pide que nos expandamos más allá de lo que es cómodo, práctico y familiar.
Él quiere que digamos sí a la llamada diaria en nuestras vidas para acercarnos más a Él en la Palabra y los Sacramentos, para que podamos estar preparados para hacer una vida más cercana en lo que importa.
Estamos llamados a una vida de propósito y significado, sin embargo, muchos de nosotros vivimos una vida carente de verdadero carácter y conexión.
Si implementas sinceramente estos principios sobre una base diaria, semanal y luego permanente, entonces te darás cuenta de lo mucho que los deseos de tu corazón te sacan de metas de auto-centradas y distraídas para otros enfoques e intenciones más relevantes.
No importa cuál sea tu estado de vida y con independencia de tu vocación principal, estamos llamados a vivir en comunidad y ayudarnos unos a otros a través de aliento y amor sacrificial.
Comienza ese viaje, ofreciendo más de ti mismo y de tu tiempo a Dios para que Él te pueda fortalecer para el viaje lleno de alegría que tienes por delante.
Pero ¿todo esto te garantiza que desarrolles una vida espiritual impecable?
5 – Añade 5 minutos más a tu tiempo de oración todos los días de esta semana
Sugiero seguir este patrón hasta llegar a por lo menos a treinta minutos, pero preferiblemente una hora cada día.
“Invierte treinta minutos al día en la oración, a menos que estés muy ocupado. Luego pasa a una hora”.
Hay mucha sabiduría en esta idea.
Y si llegamos a ponernos nerviosos ante la idea de pasar una hora entera por día con el Señor, porque estamos “demasiado ocupados”, entonces quizás deberíamos preguntarnos sobre la verdadera calidad de nuestra vida cristiana.
¿Esto significa que puedas tener que levantarte una hora antes? Posiblemente. ¿Sacrificar la hora del almuerzo? Tal vez. ¿Ir a la cama un poco más tarde? Quizás sí.
Hay un sinnúmero de posibilidades de cómo puedes adaptar este principio a tu vida, pero el punto se inicia en algún lugar y puede comenzar hoy ¿no?
Y LUEGO MUÉVETE MÁS ALLÁ DE LA ORACIÓN VOCAL
Todos hemos desarrollado devociones como el Rosario, la Coronilla de la Misericordia, novenas y otras oraciones.
Que en general nos sirven de consuelo en tiempos de aridez espiritual.
La oración vocal es tentadora por qué fácil debe recitar y no implica el compromiso de dar el pensamiento a Dios para que Él nos dirija.
Porque podemos estar recitando una oración vocal y con la mente en otro lado.
O sea actuando como si estuviéramos orando mientras que estamos muy lejos de tener una conversación con Dios.
Si nos quedamos solamente en la oración vocal estamos perdiendo niveles más profundos de unión con Dios.
Y puede suceder que, al no avanzar en esa unión, nos aburramos de orar o lo encontremos pesado.
Para comenzar a trabajar en los niveles más profundos de oración comienza por pasar por lo menos 10 minutos en meditación diaria.
¿Y cómo se hace esto?
Comienza por juntar cuadros, estatuas, estampitas de arte santo.
Y ponte cada día frente a una de ellas para mirarla y reflexionar sobre ella.
En el momento en que sientes nuevas ideas que te guían a la paz, a la alegría, al amor y a la humildad, entonces Dios está trabajando en ti para hacer crecer tu virtud.
También puedes hacer esto meditando sobre un pasaje de la escritura qué has leído, pero esto es más abstracto para un principiante.
Este es el primer nivel de la meditación cristiana pero hay por lo menos 7 niveles más en profundidad.
Habitualmente se denominan: la oración de la simplicidad, la contemplación infundida, la oración de la calma, la oración de unión la unión extática, y la unión transformadora también llamada matrimonio espiritual.
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
En este artículo resumiremos la reseña de Rafael Brown y comenzaremos a narrar las visiones de Catalina Emmerich, que lo haremos en tres artículos debido a su longitud.
EL ANUNCIO PARA QUE LOS REYES MAGOS SE PONGAN EN CAMINO
Y también sabía que pronto llegarían a adorar al Niño Jesús en el establo.
Sin embargo, cuando San José sugirió que se movieran a una vivienda más cómoda en Belén, María respondió simplemente, sin revelar el misterio:
“Mi esposo y señor, dondequiera que usted desee ir, voy a seguirte con gran placer”
En ese momento los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel se aparecieron a los dos y dijeron:
“La Divina Providencia ha ordenado que los tres reyes de este mundo vengan del Oriente en busca del Rey del cielo, y adorarán al Verbo encarnado en este mismo lugar. Ya llevan diez días de camino y llegarán en breve”.
Por lo tanto, José y María se dedicaron a la preparación de la gruta para la visita de los Reyes.
Y durante los siguientes días la Virgen vio en visiones a los magos viajar juntos a través de los desiertos al este de Tierra Santa.
Los tres Reyes, cuyos nombres (según la tradición) eran Gaspar, Baltasar y Melchor, gobernaron sobre lo que hoy es Irak e Irán.
Gaspar de la Mesopotamia, el más joven, era de color marrón claro, Baltasar de Partia era de color marrón oscuro, mientras que Melchor de los Medos, el mayor, era más bien corpulento y tenía una tez trigueña.
Los tres eran hombres inusualmente justos y honorables y también eran grandes eruditos y estudiosos de la religión.
A través de su conocimiento de las profecías del Antiguo Testamento y de ciertas tradiciones de sus propios pueblos, creían en la venida del Salvador de la humanidad.
Y debido a que eran hombres amables, generosos y buenos, en la noche de Navidad se ganaron el privilegio de que los ángeles en un sueño les contaran que el rey largamente esperado de los Judíos acababa de nacer.
Que era el Redentor prometido y que fueron elegidos por el Señor para buscarlo y para honrarlo.
Aunque cada uno recibió esta revelación por separado, cada uno tuvo conocimiento de que también le había sido dada a los otros dos.
Los tres Reyes se despertaron a la misma hora de la noche, llenos de alegría extraordinaria, y postrándose en el suelo humildemente agradecidos adoraron a Dios Todopoderoso.
Entonces decidieron irse inmediatamente para la Tierra de Israel con el fin de adorar al Niño Divino.
LA APARICIÓN DE LAS ESTRELLA Y LA PUESTA EN CAMINO
Sin pérdida de tiempo prepararon los regalos y adquirieron los camellos y demás recursos y criados para su viaje.
Cada rey de repente percibió una hermosa estrella mística, que fue formada por los Ángeles
Y en esta estrella veían una visión simbólica de una Virgen y un niño con una cruz, que era el rey de una ciudad celestial y a quien todos los reyes de la tierra adoraban.
La estrella guió a los tres reyes magos de tal manera que a los pocos días que se juntasen.
Melchor había viajado más rápidamente que los otros porque su reino era más distante.
Los tres, que ya eran amigos íntimos, después de consultar acerca de sus revelaciones, quedaron aún más inflamados con devoción por el Rey recién nacido.
Y siguieron juntos su viaje, siempre bajo la guía de la estrella, que se podía ver tan claramente durante el día como por la noche.
Cada rey estuvo acompañado por cuatro o cinco amigos y familiares y un gran número de servidores, todos montados en camellos, dromedarios y caballos.
Por lo tanto la caravana consistía en cerca de doscientas personas.
El viaje a través de los desiertos, montañas y ríos de Caldea y Siria tomó casi un mes, a pesar del hecho de que los camellos y caballos eran inusualmente veloces.
Toda la caravana viajó en perfecto orden, y todo el mundo parecía estar lleno de alegría y sencilla devoción.
A veces, mientras contemplaban la estrella mística, los reyes espontáneamente componían y cantaban cantos preciosos.
Por fin, después de cruzar el río Jordán, llegaron ante los muros de Jerusalén, la cual, debido a que era la capital de Israel, pensaban que era el lugar lógico de nacimiento del nuevo Rey de los Judíos.
Cuando se acercaban a la gran ciudad la estrella casi desapareció de su vista.
EN JERUSALÉN Y CON EL REY HERODES
En la puerta de la ciudad preguntaron a algunos de los guardias, diciendo:
“¿Dónde está el Rey recién nacido de los Judíos, porque hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”.
Pero para su sorpresa, los guardias y otros judíos indicaron que no sabían nada sobre el nacimiento de un nuevo rey de Israel.
A continuación, a petición de los magos, enviaron mensajeros para concertar una entrevista con el rey Herodes en su palacio.
Y mientras esperaban, los tres reyes magos llegaron a estar muy desanimados y sólo recuperaron algo de su confianza después de un período de oración en silencio.
Herodes había acordado ver a los Reyes a la mañana siguiente, la caravana acampó durante la noche en un gran patio. Pero los magos no pudieron dormir.
En vez, vagaron por la ciudad con guías, y estudiaron el cielo como si ellos estuvieran buscando a la estrella.
Pensaron que quizás Herodes quería ocultar al Niño Rey de ellos.
En realidad Herodes también estaba tan profundamente preocupado que no podía dormir, y durante la noche convocó a los sumos sacerdotes y doctores de la Ley para reunirse con él.
Y les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Desenrollando sus escrituras y apuntando a un pasaje en el libro de Miqueas, le dijeron:
“En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta”.
Herodes quedó aún más perturbado y temeroso por su trono, y acto seguido resolvió en secreto dar muerte al Rey Niño.
Llevando algunos de los sacerdotes con él, salió a un porche y trató en vano de ver la estrella de los magos.
Mientras tanto, los eruditos le instaron a no prestar atención a las historias fantásticas de los gobernantes de Oriente.
Porque ellos insistieron en que, si el Mesías hubiera nacido, ya se hubiera conocido tanto en el templo como en el palacio.
Al darse cuenta de lo impopular que era entre la gente, Herodes decidió mantener todo el asunto tranquilo.
Por lo tanto, recibió a los magos en secreto, al amanecer del día siguiente en una gran sala en la que se habían preparado refrescos y ramos de flores para sus huéspedes.
Después de haberles hecho esperar un rato, entró, acompañado de varios doctores de la Ley, y procedió a interrogar a los magos en relación con el momento en que la estrella había aparecido a ellos y en relación a todo lo que sabían sobre el Niño Rey.
Entonces Gaspar describió la visión que habían tenido de una Virgen y un niño real, que los reyes de la tierra adoraban, porque su reino era más grande que todos los reinos del mundo.
Después de decirles acerca de la profecía referente a Belén, Herodes hipócritamente pretendió que él también deseaba adorar al Rey Niño, y dijo a los Magos:
“Vayan y hagan una investigación minuciosa con respecto al niño, y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo”.
Dejando al rey, muy incómodos y sin tomar ninguno de sus refrescos, los magos partieron con su caravana a Belén.
HALLAN AL NIÑO RECIÉN NACIDO Y LE ADORAN
Poco después de que hubieron pasado la puerta de la ciudad, una vez más percibieron la estrella y estallaron en gritos de alegría y cantaron canciones.
Luego acamparon durante un rato y dijeron que algunas oraciones.
Y de repente una fuente de agua clara, fresca, brotó de la tierra delante de sus ojos.
Tomando esto como un buen augurio, construyeron una pequeña piscina y dejaron que sus animales bebieran hasta saciarse.
Los tres Reyes ahora comieron su primera comida desde que salieron de Jerusalén.
Más adelante en el día continuaron su camino sobre las colinas de Judea a Belén.
Cuando llegaron a la ciudad de David hacia la tarde, la estrella desapareció de nuevo, y se sintieron un poco ansiosos.
Ellos se dirigieron al Valle de los Pastores considerándolo un lugar adecuado para el campamento de la caravana durante la noche.
Después que sus servidores hubieron puesto una gran tienda de campaña, los tres reyes de pronto percibieron la estrella, con un brillo extraordinario sobre una colina cercana.
A continuación, un haz de luz de fuego descendió desde la estrella a la gruta, y en este rayo los magos vieron una visión del Santo Niño.
Reverentemente se acercaron a la colina y encontraron la entrada del establo.
Gaspar abrió la puerta y vio a la humilde Madre de Dios sentado con el Niño Jesús en el otro extremo de la cueva, que estaba llena de una luz celestial.
Tanto la madre como el niño eran iguales a lo que los Reyes habían visto en la visión de un mes antes.
San José y un viejo pastor salieron de la cueva, y los magos le dijeron muy simple y modestamente que habían venido a adorar al recién nacido Rey de los Judíos y ofrecerle sus dones.
Con lo que José les dio la bienvenida con amabilidad y cordialidad.
Luego, acompañados por el pastor, regresaron a su tienda de campaña con el fin de prepararse para la ceremonia solemne que planearon en honor al Salvador.
Después de haber reunido sus regalos se pusieron sus grandes capas blancas de seda, y se encaminaron a la gruta en una procesión ordenada, con sus familiares y sirvientes.
Cuando María supo que los magos se acercaban, ella le pidió a San José a permanecer a su lado.
Y ella con calma les esperó, de pie con su hijo en brazos, la cabeza y los hombros cubiertos con un velo, en perfecta modestia y belleza, con una luz celeste que brilla en su rostro, derramando sobre ella una majestad que era más que humana, incluso en medio de la extrema pobreza del establo.
Los tres reyes entraron en la gruta.
En su primera vista a la madre y al niño, estaban abrumados con reverencia y admiración, y sus corazones puros se desbordaban con una alegre devoción.
Por un permiso especial de Dios también percibieron la multitud de ángeles resplandecientes que asistían al Rey de reyes.
Luego, los tres reyes magos se postraron al mismo tiempo muy humildemente en el suelo y adoraron fervientemente al Divino Infante, y le reconocieron como su Señor y Maestro, y como el Salvador de toda la humanidad.
LA VISIÓN DE LA BEATA ANA CATALINA EMMERICH
Este es el relato de la beata Ana Catalina Emmerich del viaje de los Reyes Magos hasta llegar para la adoración al Niño de Belén, a quienes fue acompañando en su camino.
La visión comienza con el presentimiento que tiene la Virgen María de la llegada de los Reyes Magos mientras ellos van avanzando en su camino, y culmina con su llegada y el relato de los ritos de adoración que realizaron.
María había tenido una visión de la próxima llegada de los Reyes, cuando éstos se detuvieron con el rey de Causur, y vio también que este rey quería levantar un altar para honrar al Niño…
Comunicólo a José y a Isabel, diciéndoles que sería preciso vaciar cuanto se pudiera la gruta del Pesebre y preparar la recepción de los Reyes. María se retiró ayer de la gruta por causa de unos visitantes curiosos, que acudieron muchos más en estos últimos días.
Hoy Isabel se volvió a Gruta en compañía de un criado. En estos dos últimos días hubo más tranquilidad en la gruta del Pesebre y la Sagrada Familia permaneció sola la mayor parte del tiempo.
Una criada de María, mujer de unos treinta años, grave y humilde, era la única persona que los acompañaba.
Esta mujer, viuda, sin hijos, era parienta de Ana, quien le había dado asilo en su casa.
Había sufrido mucho con su esposo, hombre duro, porque siendo ella piadosa y buena, iba a menudo a ver a los esenios con la esperanza del Salvador de Israel.
El hombre se irritaba por esto, como hacen los hombres perversos de nuestros días, a quienes les parece que sus mujeres van demasiado a la iglesia. Después de haber abandonado a su mujer, murió al poco tiempo.
Aquellos vagabundos que, mendigando, habían proferido injurias y maldiciones cerca de la gruta de Belén, e iban a Jerusalén para la fiesta de la Dedicación del Templo, instituida por los Macabeos, no volvieron por estos contornos.
José celebró el sábado bajo la lámpara del Pesebre con María y la criada.
Esta noche empezó la fiesta de la Dedicación del Templo y reina gran tranquilidad.
Los visitantes, bastante numerosos, son gentes que van a la fiesta. Ana envía a menudo mensajeros para traer presentes e inquirir noticias.
Como las madres judías no amamantan mucho tiempo a sus criaturas, sino que les dan otros alimentos, así el Niño Jesús tomaba también, después de los primeros días, una papilla hecha con la médula de una especie de caña.Es un alimento dulce, liviano y nutritivo.
José enciende su lámpara por la noche y por la mañana para celebrar la fiesta de la Dedicación.
Desde que ha empezado la fiesta en Jerusalén, aquí están muy tranquilos.
Llegó hoy un criado mandado por Santa Ana trayendo, además de varios objetos, todo lo necesario para trabajar en un ceñidor y un cesto lleno de hermosas frutas cubiertas de rosas.
Las flores puestas sobre las frutas conservaban toda su frescura.
El cesto era alto y fino, y las rosas no eran del mismo color que las nuestras, sino de un tinte pálido y color de carne, entre otras amarillas y blancas y algunos capullos. Me pareció que le agradó a María este cesto y lo colocó a su lado.
Mientras tanto yo veía varias veces a los Reyes en su viaje. Iban por un camino montañoso, franqueando aquellas montañas donde había piedras parecidas a fragmentos de cerámica. Me agradaría tener algunas de ellas, pues son bonitas y pulidas.
Hay algunas montañas con piedras transparentes, semejantes a huevos de pájaros, y mucha arena blancuzca.
Más tarde vi a los Reyes en la comarca donde se establecieron posteriormente y donde Jesús los visitó en el tercer año de su predicación.
Me pareció que José, deseando permanecer en Belén, pensaba habitar allí después de la Purificación de María y que había tomado ya informes al respecto.
Hace tres días vinieron algunas personas pudientes de Belén a la gruta.
Ahora aceptarían de muy buena gana a la Sagrada Familia en sus casas; pero María se ocultó en la gruta lateral y José rehusó modestamente sus ofrecimientos.
Santa Ana está por visitar a María.
La he visto muy preocupada en estos últimos días revisando sus rebaños y haciendo la separación de la parte de los pobres y la del Templo.
De la misma manera la Sagrada Familia reparte todo lo que recibe en regalos.
La festividad de la Dedicación seguía aún por la mañana y por la noche, y deben de haber agregado otra fiesta el día 13, pues pude ver que en Jerusalén hacían cambios en las ceremonias.
Vi también a un sacerdote junto a José, con un rollo, orando al lado de una mesa pequeña cubierta con una carpeta roja y blanca.
Me pareció que el sacerdote venía a ver si José celebraba la fiesta o para anunciar otra festividad.
En estos últimos días la gruta estuvo muy tranquila porque no tenía visitantes.
La fiesta de la Dedicación terminó con el sábado, y José dejó de encender las lámparas.
El domingo 16 y el lunes 17 muchos de los alrededores acudieron a la gruta del Pesebre, y aquellos mendigos descarados se mostraron en la entrada.
Todos volvían de las fiestas de la Dedicación.
El 17 llegaron dos mensajeros de parte de Ana, con alimentos y diversos objetos, y María, que es más generosa que yo, pronto distribuyó todo lo que tenía.
Vi a José haciendo diversos arreglos en la gruta del pesebre, en las grutas laterales y en la tumba de Maraha. Según la visión que había tenido María, esperaban próximamente a Ana y a los Reyes Magos.
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María
¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: