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El Santo Sepulcro, donde está el sitio de la Crucifixión de Jesús

Ya en el año 44 dC la Iglesia Madre de Jerusalén tenía su sede en Sión.

Visitaba el Jardín del Gólgota.

Y allí celebraba el «Recuerdo» de los grandes eventos de la Crucifixión, Muerte y Resurrección del Señor.

El Santo Sepulcro
El Santo Sepulcro

El lugar hace referencia histórica a la sepultura de Jesús en una época comprendida entre el año 30 y 33.
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Entre los sitios religiosos de la Tierra Santa, el Santo Sepulcro es uno de los mejor datados históricamente.

Desde el 1347 los franciscanos han custodiado el lugar que desde la antigüedad se conoce como el Santo Sepulcro de Jesucristo, en la Basílica del Santo Sepulcro (Iglesia de la Resurrección) en Jerusalén.

Las investigaciones históricas, arqueológicas y teológicas coinciden perfectamente dando credibilidad a este lugar. Mira todo sobre la Basílica en su sitio web.

    

EL SANTO SEPULCRO Y LA BASÍLICA

Basílica del Santo Sepulcro

El Santo Sepulcro es un sitio religioso relacionado especialmente con el cristianismo, particularmente católicos y ortodoxos.

El lugar, llamado también Gólgota (en arameo, Golgotha, ‘calavera’) y donde -según los Evangelios- se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de Cristo está ubicado dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La cual a su vez se ubica en la línea de confluencia entre la Jerusalén oriental (Árabe) y occidental (Judía).

A la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, también se la conoce como la Basílica de la Resurrección o de la Anástasis (en griego, ‘Resurrección’).

Esta basílica, uno de los centros más sagrados del Cristianismo, ha sido un importante centro de peregrinación desde el siglo IV.

Hoy día alberga la sede del Patriarca Ortodoxo de Jerusalén.

En general el Santo Sepulcro designa tres partes principales:
• la piedra de la Unción o Deposición
• el Gólgota o Calvario, lugar exacto de la Crucifixión de Jesucristo,
• el Santo Sepulcro.

Secundariamente alberga diversas capillas e iglesias.

Entre ellas destaca la Basílica de Santa Elena, Coro de los Griegos y la Iglesia de los franciscanos, custodios de Tierra Santa.

   

HISTORIA DEL SANTO SEPULCRO

Vista interna de la Basílica del Santo Sepulcro

Según los evangelios, antes de la muerte de Jesús el sitio era una tumba ya habilitada como tal, pero no utilizada todavía, propiedad de un rico judío seguidor de Cristo llamado José de Arimatea.

Se trataría de un hueco horadado en la roca, que podía taparse con una gran piedra reservada al efecto para que rodara o se deslizara hasta la puerta del nicho.

Una de las versiones sobre el primer anuncio de la resurrección de Cristo, según los Evangelios es el momento en que las mujeres que iban a ungir su cadáver con especias aromáticas.

María Magdalena, María, madre de Santiago el Menor y Salomé, madre de Santiago y Juan, se encontraron con la piedra desplazada, y el nicho expuesto y vacío.

Teniendo como fuente los evangelios, pero confirmados por los trabajos arqueológicos, la tumba estaría situada en un jardín próximo a la roca —o montaña, o montículo, los evangelios dicen lugar.
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Donde se produjo la crucifixión, llamada originalmente Gólgota y luego Calvario (lat. calvaria, calavera), o en griego kranion (cráneo).
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Ese lugar estaba muy próximo a la muralla herodiana de la ciudad de Jerusalén.
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E incluso comunicado con ella por una calle, pero extramuros, ya que las normas judías prohibían los enterramientos intramuros, salvo para el caso de los reyes.

La destrucción de Jerusalén efectuada por los romanos para reprimir la primera gran rebelión del pueblo judío, trajo la ruina para el Templo de Jerusalén y para otros lugares tradicionales de la antigua ciudad puesta entonces bajo el comando de los paganos.

Si bien los primeros cristianos huyeron hacia Petra antes de la destrucción siguiendo una interpretación profética de Jesús (Lucas 21, 20-22), los mismos dejaron por escrito en los evangelios la descripción del lugar de la Crucifixión y de la sepultura: Mateo 27, 33; 57 – 61; Marcos 15, 22; 42 – 47; Lucas 23, 33; 50 – 55; Juan 19, 17; 38 – 42.

Ambos sitios, el Gólgota y la Tumba, están a pocos metros de distancia y entre ellos se encuentra la Piedra de la Deposición, lugar en donde dice la tradición el cuerpo de Jesús fue preparado después de ser bajado de la cruz para ser enterrado – Mateo 27, 59 y paralelos.

El lugar fue evidentemente una cantera por la enorme riqueza lítica y la red de cavernas que se pueden observar, un sitio ideal para la construcción de tumbas, una actividad muy normal en la época, especialmente entre personas de posición social.

El nombre, «Gólgota», la «Calavera», viene probablemente de la semejanza que las formas que las rocas tenían, como se puede comprobar hoy por hoy en los paisajes desérticos del Mar Muerto.

Los romanos cambiaron el nombre de Jerusalén por el de Aelia Capitolina con el fin de hacer de la ciudad un enclave exclusivamente greco-romano.

Prohibieron el ingreso de los pueblos semitas y construyeron lugares de culto pagano en donde estaba el Templo de Jerusalén y el Santo Sepulcro.

Dicho acontecimiento es una de las pruebas históricas y arqueológicas que evidencia la historicidad de ambos sitios.

En cuanto al Santo Sepulcro, en el año 326, el Emperador Constantino mandó erigir la Basílica del Santo Sepulcro en el lugar prescrito por la tradición.
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Y en el cual estaba erigido el culto pagano a la diosa romana Venus, y mandado construir por Adriano, hacia el 135.

La Emperatriz Elena había acudido a la ciudad tras escuchar el informe presentado por Macario, obispo de Jerusalén, sobre el lamentable estado en el que se encontraban los lugares descritos en los evangelios (santos lugares, para los cristianos), decidida a mejorar personalmente la situación.
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Tenía también el propósito de localizar la cruz de la ejecución de Jesús.
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Constantino había empezado a utilizar el signo de la cruz, y a considerarlo presagio de victoria.

Elena, tras fracasar en la búsqueda de la cruz, o como parte de ella, inició la del sepulcro.

La tradición cuenta que al derruir el templo pagano para aislar el Calvario e iniciar las nuevas edificaciones aparecieron también tres cruces, una de las cuales necesariamente habría de ser la Vera Cruz o auténtica cruz del martirio de Cristo.

Varias leyendas describen el prodigio que permitió identificar la Vera Cruz, casi siempre basadas en que una de las cruces producía curaciones milagrosas, y las otras dos no.

Los sucesos descritos a partir de 325-326, sobre el descubrimiento del sepulcro y la Vera Cruz por la Emperatriz Elena, se deben al obispo de Cesarea (Palestina) e historiador Eusebio, llamado también el Padre de la historia de la Iglesia.

También Eusebio de Cesarea (265-340), nacido en Palestina, describe en su «Vida de Constantino», los esfuerzos del emperador Adriano por hacer desaparecer el Santo Sepulcro, junto con todos los lugares sagrados de Jerusalén, poniendo sobre ellos templos paganos:

«En esta cueva sagrada, sucedió entonces que algunas personas impías y ateas, habían pensado retirarla por completo de la vista de los hombres.

Suponían dentro de su locura que así podrían ser capaces de obscurecer la verdad de manera efectiva.

Con ese fin trajeron una cantidad de desechos desde lejos y con mucho esfuerzo recubrieron totalmente el lugar; luego, habiendo llevado esto a una altura moderada, lo pavimentaron con piedras, escondiendo la cueva sagrada bajo el masivo montón.

Después, como si su intento se hubiera llevado exitosamente a cabo, prepararon sobre esta base, un verdadero y truculento sepulcro de almas, mediante la construcción de un tenebroso altar de ídolos sin vida para el espíritu impuro al cual llaman Venus y ofreciendo allí detestables oblaciones en esos profanos y malditos altares.

Porque ellos suponían que su objeto no podía ser de otra forma totalmente alcanzado, más que enterrando así la cueva sagrada bajo esas nocivas contaminaciones.» (III, XXVI – véase también el informe de Eusebio sobre el Santo Sepulcro)

Los esfuerzos del emperador Adriano solo sirvieron para señalar el lugar preciso de los santos lugares que pretendía eliminar.

Mas tarde el Templo Pagano fue removido, el Santo Sepulcro fue excavado y la Basílica de la Resurrección fue construida sobre el. Todo esto está abalado por la arqueología.

    

EL LUGAR DEL CALVARIO HOY EN DÍA

lugar del calvario de jesus hoy dia
Entrada al lugar del calvario de Jesús hoy dia

 

1. Los Evangelios llaman a este lugar Gólgota (en Arameo «Golgotha»; en Griego «Kránion» (calavera), a partir de lo cual llegamos a Calvario, de la raiz latina «calva», la piel que recubre el cráneo sin cabello.

Nuestro término común Monte no se usa.

Monte empezó a ser usado solamente en el siglo IV, cuando sacaron la roca que lo rodeaba, dejando la roca de la crucifixión aislada, pequeña y redonda colina de unos 6 m de altura.

Simplemente se lo menciona como un lugar llamado Gólgota para indicar el sitio en que se levantó la cruz y la vecina propiedad rural de José de Arimatea:

«Llegaron a un lugar llamado Gólgota (que significa la Calavera)» (Mt 27,33)

«Trajeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota (que significa el lugar de la Calavera)» (Mc 15,22)

«Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, allí lo crucificaron, junto con los criminales uno a su derecha y el otro a su izquierda» (Lc 23,33)

«Llevando su propia cruz, fue hasta el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota)» (Jn 19,17)

   

2. Los Evangelios también afirman que en el sitio había un jardín:

«En el lugar en que Jesús fue crucificado, había un jardín» (Jn 19,41)

   

3. Este jardín del Gólgota se encontraba fuera de la ciudad pero suficientemente cerca como para permitir que los que por allí pasaban pudieran leer el cartel (titulus) preparado por Pilato y atado a la cruz:

«Muchos judíos leyeron este cartel, ya que el lugar en que Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y estaba en Arameo, Latín y Griego» (Jn 19,20).

   

4. Los Evangelios afirman también que cerca de la «Calavera» en donde Jesús fue crucificado había una tumba nueva empotrada en la roca:

«En el lugar donde Jesús fue crucificado había un jardín y en el jardín una tumba nueva, en la que nadie había sido depositado» (Jn 19,41)

«José tomó el cuerpo, lo envolvió en una limpia tela de lino y lo puso en su propia tumba nueva que él había cavado en la roca» (Mt 27,59)

«Entonces él lo bajó (de la cruz), lo envolvió en una tela de lino y lo puso en una tumba que había sido cavada en la roca, que aún nadie había sido depositado allí»(Lc 23,53)

  

LA «TUMBA NUEVA» EN LA CUAL JESÚS FUE DEPOSITADO

Selpucro de Jesus en la Basilica del Santo Sepulcro

  

5. La entrada a la tumba fue sellada con una piedra grande

«Arrastró una piedra grande hasta ponerla delante de la entrada a la tumba y se retiró» (Mt 27,60).

«Cuando terminó el Sabbat, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús.

Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro.

Y se decían unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?

Al mirar vieron que la piedra estaba corrida y eso que era muy grande» (Mc 16, 1.4).

«El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.

Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y entrando no encontraron el cuerpo del Señor Jesús» (Lc 24,2).

  

6. Los Evangelios también dan una descripción del interior de la tumba.

A partir de esa descripción algunos estudiosos deducen que la tumba podría haber sido del tipo arcosolio y no del tipo de tumbas kokhim (con forma de horno).

Esto se deduce del relato dado por Arculfo. Esto es lo que el Evangelio dice con respecto a este espacio:

«María se quedó de pie y llorando fuera de la tumba.

Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro de la tumba y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar en el cual el cuerpo de Jesús había estado, uno en la cabecera y el otro a los pies» (Jn 20,11-12)

«Entrando en el sepulcro, vieron un joven, sentado a su derecha, vestido con una vestidura blanca, y tuvieron miedo». (Mc 16,5).

   

7. La última información que deducimos de los Evangelios es que la tumba en la que el Señor fue depositado pertenecía a José de Arimatea

«José tomó el cuerpo, lo envolvió en una tela limpia de lino y lo puso en su propia tumba nueva» (Mt 57,59-60).

Aquí concluye la información acerca del lugar de la crucifixión y del entierro del Señor tal y como la encontramos en los Evangelios.

Mirando el monumento actual resulta difícil imaginar el aspecto de este lugar casi 2000 años antes.

Cristianos piadosos de todas las épocas han edificado encima de este lugar varios monumentos y construcciones que han ayudado a transformar por completo el área vacía fuera de las murallas de la ciudad de Jerusalén en el siglo primero.

Resulta incomprensible su transformación sin tener mentalmente en cuenta la transformación de la arquitectura de la totalidad de Jerusalén.

También debemos tener presente que a partir del siglo IV, este sitio se ha convertido en el punto central de la historia de Palestina.

Fue el lugar de muchas y largas guerras entre el poderío de Cristianos y Musulmanes.

  

LA PIEDRA DE LA UNCIÓN

Piedra de la Unción o Deposición en el Santo Sepulcro

La Piedra de la Unción o de la Deposición es el lugar donde el cuerpo de Jesucristo fue preparado y envuelto en una tela funeraria.

Esta piedra se relaciona con la historia que cuentan los evangelios que José de Arimatea y Nicodemo bajaron el cuerpo de Cristo de la cruz, luego de haberle pedido permiso a Pilato.

Allí lo ungieron con fragancias y luego lo depositaron en una tumba nueva.

Su forma actual es así desde los trabajos de restauración de 1810.

Parte de esta piedra fue transferida a Éfeso y a Constantinopla.

Y el emperador Manuel I Konmeno la colocó en el Monasterio de Pantocrátor.

El mármol sagrado es de tono rojizo, tiene forma trapezoidal y mide 5.75 mts de largo y está levantado 30 cm del suelo.

Se halla a la entrada del Santo Sepulcro.

Tal vez no sea la original porque posiblemente el original se haya perdido en el incendio de 1810, cuando un pequeño pilar cayó sobre el mármol.

Este mármol tiene en los costados la siguiente inscripción,

“El honorable José ha bajado su santo cuerpo de la cruz, y lo ha envuelto en un paño de lino limpio, ungido con mirra fragante y lo puso en una tumba nueva”.

Los ortodoxos los católicos y los armenios tienen derechos sobre este santuario.

Y allí hay candelabros y lámparas cuyos dueños están bien identificados según el estatus quo reinante en el Santo Sepulcro.

Durante siglos se ha mencionado historias milagrosas y curaciones de personas en la Piedra de la Deposición.

Y por tanto es un destino popular en la visita al Santo Sepulcro.

Los peregrinos hacen cola para besar la piedra y algunos la frotan con aceite o agua de rosas y luego la limpian con un paño.

También algunos colocan sus cruces u objetos religiosos para transferirles la unción de esa piedra.

Y los sacerdotes pasan varias veces quemando incienso alrededor de la piedra.

  

EL ALTAR DE LA CRUCIFIXIÓN EN EL CALVARIO

Altar de la Crucificcion en el Calvario

Para lograr comprender a fondo la topografía de este lugar nos hace falta la ayuda de los detallados estudios arqueológicos llevados a cabo por el difunto P. Virgilio Corbo, ofm.

Sus descubrimientos fueron publicados por la Editorial Franciscana de Jerusalén en una obra de tres volúmenes titulada «El Santo Sepulcro de Jerusalén» (Jerusalén, 1981-1982).

Fue la persona a quien se le confió el trabajo arqueológico en varias áreas de este Monumento y que se llevó a cabo a través de múltiples etapas debido a la complejidad del edificio.

Hoy en día no nos resulta posible hacernos una idea clara de la ubicación del Calvario y de la Tumba excavada en la roca; sin embargo podemos formarnos una idea de la topografía del lugar.

Fuentes:

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Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Peregrinaciones y Santuarios Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos Globales de estos Tiempos Tierra Santa Vía Crucis

Recorrido por el Viacrucis de la Vía Dolorosa de Jerusalén

Vía Crucis es una expresión latina que significa “camino de la Cruz”.

Es decir, el que recorrió Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa.

A los momentos más señalados de su Pasión y muerte redentora. 

Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones.

La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén.
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Ciertos lugares de La Vía Dolorosa fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos.
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Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (siglo IV).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales.

Y San Jerónimo, Padre de la Iglesia, escribió sobre la multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.

Desde el siglo XII los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión.

Probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa.

   

LA HISTORIA

Luego del edicto de Milán del Emperador Constantino en el 313, los cristianos tienen la libertad de recorrer en procesión el camino que Jesús recorrió el Viernes Santo.

Pero históricamente aún no está instituida, lo cual viene por la fusión de 3 devociones.

Una devoción que recorrer las caídas de Cristo bajo el peso de la Cruz.

Una segunda devoción es el camino triste que hacían los cristianos recorriendo 7 ó 9 Iglesias diferentes conmemorando el camino de Jesús.

Ellos originalmente iban en procesión desde Getsemaní hasta la casa de Anás luego a la de Caifás, posteriormente al Pretorio, al palacio de Herodes y al Gólgota dónde lo crucificaron.

Y la tercera devoción era conmemorar los momentos en que Jesús se detuvo cuando cargaba la cruz.

En cada uno de esos lugares había una señalización en la cual se detenía la procesión y meditaban, cantaban y veneraban.

Pero recién luego del siglo XII se empieza a institucionalizar una sola devoción.

A partir del siglo XIV y XV los franciscanos empezaron a desarrollar la devoción del viacrucis.

La devoción del viacrucis tal como la conocemos hoy con las 14 estaciones nació entre los franciscanos en España en la mitad del siglo XVII y luego se extendió por Italia.

Formalmente el Papa Inocencio XI concede a los franciscanos el derecho de aplicar el viacrucis en sus iglesias.

Recién en 1731 el Papa Clemente XII fija las estaciones del viacrucis como 14.

Y los papás siguientes exhortan a que estas estaciones sean dibujadas en las iglesias.

En 1749 el Papa Benedicto XIV ordena la construcción del viacrucis del Coliseo Romano, que recorren habitualmente los Papas en semana santa.

El viacrucis por las calles de Jerusalén se realiza todo el año, pero es especialmente concurrido en Cuaresma y el Viernes Santo.

Allí se cultiva la tradición de caminar en grupo y detenerse en cada Estación leyendo un pasaje del Evangelio realizando un canto y recitando una oración.

   

PROMESAS PARA LOS DEVOTOS DEL VIA CRUCIS, TRASMITIDAS POR JESÚS

Estas promesas fueron trasmitidas por Jesús al Hermano Estanislao (1903-1927).

Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.
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Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via Crucis.
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Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
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Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis.
(Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
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Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.
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Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
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Yo bendeciré a estas almas cada vez que recen el Vía Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra.
Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
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A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio.
Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas.
Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
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Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados.
Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.
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Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
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Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
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Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
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En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo.
La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis.
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Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de protección.

   

INDULGENCIAS PLENARIAS PARA EL VÍA CRUCIS

Se concede indulgencia plenaria a los fieles cristianos que devotamente hacen las Estaciones de la Cruz.

Las normas para obtener estas indulgencias plenarias son:

Deben hacerse ante Estaciones de la Cruz erigidas según la ley.

Deben haber catorce cruces. Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén.

Las Estaciones consisten en catorce piadosas lecturas con oraciones vocales.
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Pero para hacer estos ejercicios solo se requiere que se medite devotamente la pasión y muerte del Señor.
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No se requiere la meditación de cada misterio de las estaciones.

El movimiento de una Estación a la otra. Si no es posible a todos los presente hacer este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente, es suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras los otros permanecen en su lugar.

Las personas que están legítimamente impedidas de satisfacer los requisitos anteriormente indicados, pueden obtener indulgencias si al menos pasan algún tiempo, por ejemplo, quince minutos en la lectura devota y la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.

Otros ejercicios de devoción son equivalentes a las Estaciones de la Cruz, aun en cuanto a indulgencias, si éstos nos recuerdan la Pasión y muerte del Señor y están aprobados por una autoridad competente.

Para otros ritos. Los patriarcas pueden establecer otros ejercicios devotos en memoria de la Pasión y muerte de nuestro Señor, en manera similar a las Estaciones de la Cruz.

       

RECORRAMOS LAS 14 ESTACIONES DE LA VÍA DOLOROSA DE JERUSALÉN

Desde que los cristianos comenzaron a llegar a la Ciudad Santa, han recorrido el último camino de Jesús.
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Al menos durante los mil últimos años es el mismo por el que pasan los actuales visitantes.
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Con el tiempo, los relatos sagrados se fueron materializando en puntos concretos: las estaciones del Vía Crucis.

El itinerario está basado en la procesión organizada por los Franciscanos en el siglo XIV.

Mientras las señalizaciones de las denominaciones del resto de las diferentes calles hierosolimitanas son traducidas al inglés, hebreo y árabe, el nombre VIA DOLOROSA es utilizado tal cual en los tres idiomas.

El itinerario tradicional empieza justo dentro de la Puerta de los Leones (Puerta de San Esteban), cerca de la localización de la antigua Fortaleza Antonia, dirigiéndose hacia el Oeste a través de la ciudad antigua hacia la Iglesia del Santo Sepulcro.

Hay catorce estaciones.

La primera de ellas está en el Pretorio, donde Pilatos condenó a Jesús y éste tomó la cruz (Marcos, 15:15). Actualmente hay un convento que ocupa una pequeña parte de esta enorme fortaleza.

En sus sótanos hay losas antiguas, conocidas según la tradición como Gábbata (Juan, 19:13) o enlosado.

Bajo este pavimento hay un gigantesco aljibe construido por Herodes el Grande que seguramente saciaría la sed de los soldados romanos que se burlaron de Jesús (Mateo, 27: 27-31).

Entre las antigüedades, unos 6 m. por debajo de la actual carretera, los visitantes encuentran las estaciones del Vía Crucis modestamente marcadas.

Cuando el Ayuntamiento de Jerusalén encontró piedras antiguas durante las labores de mantenimiento que realizó hace algunos años, volvió a pavimentar la actual Vía Dolorosa con ellas, las más adecuadas para mostrar los lugares sagrados a los visitantes cristianos.

Pasado el Pretorio se encuentra la tercera estación, donde Jesús se cayó con la cruz; la tradición dice que este episodio se repitió, y por eso está marcado mediante otras dos estaciones.

La cuarta estación es donde Simón tomó la cruz.

Cada estación tiene su propia historia: Jesús se encuentra con María, una mujer noble de Jerusalén limpia el sudor de la frente de Jesús, Jesús habla a las mujeres de Jerusalén (Lucas, 23:27-30).

Y por último, las estaciones de la crucifixión y el entierro, situadas en la antigua Iglesia del Santo Sepulcro.

 

Estación 1 – Monasterio de la Flagelación

  

La Primera Estación, Poncio Pilato condena a muerte a Jesús.

Es cercana al Monasterio de la Flagelación, donde Cristo fue interrogado por Poncio Pilato y posteriormente condenado.

El castillo o fortaleza Antonia ocupaba un lugar estratégico.

Se menciona por primera vez después del regreso de cautividad de Babilonia.

La tradición cristiana lo considera como el lugar donde Jesús fue condenado a muerte en la cruz.

El edificio original fue destruido en 167 a. C. por los seléucidas que construyeron el Baris (= ‘castillo’) en su lugar.

El rey Herodes el Grande amplió el Baris transformándolo en un espléndido palacio fortificado con preciosas habitaciones, halls encolumnados, casas de baños y cuarteles.

Llamó a este palacio Antonia, en honor de su benefactor Marco Antonio, el triunviro romano.

Este edificio de planta rectangular (330 x 490ft.)

Estaba en una meseta rocosa de 80 pies de altura dominando el Templo. La mayor de las cuatro torres en este palacio-fortaleza fue 115ft. de alto.

Se sugirió que Herodes diseñó este edificio como «bastión para oprimir al pueblo”.

Cualquiera que deseara capturar el recinto del templo primero tenía que tomar la fortaleza Antonia, que a su vez era prácticamente inexpugnable.

Durante el período de los procuradores romanos después de la muerte de Herodes, había siempre una cohorte romana en la fortaleza Antonia.

Una de sus funciones era velar por la Plaza del Templo.

No está claro si la fortaleza Antonia era también la sede del gobernador romano (pretorio).

La tradición cristiana afirma esto y se refiere a una parte de la fortaleza como el lugar donde residía el poder de Poncio Pilato, el procurador romano.

Durante la primera guerra judía, los rebeldes judíos se apoderaron de la fortaleza (66dc) y pusieron una resistencia heroica, pero se mueren de inanición y son obligados a rendirse.

Tito, el general romano que más tarde se convirtió en emperador, ordenó que la fortaleza fuera arrasada (70dc).

La capilla construida en los años 1920 donde hubo un edificio erigido por los Cruzados, es ahora llevada por los Franciscanos, posee unos magníficos vitrales representando a Cristo siendo martirizado en la columna, Pilatos lavándose las manos y la liberación de Barrabás.

Sobre el altar mayor, bajo la cúpula central, se encuentra un mosaico en el que sobre un fondo dorado aparece la Corona de Espinas.

 

Estación 2 – Basílica de Ecce Homo

  

La Segunda Estación, Jesús carga con la cruz.

Se encuentra cerca de la antigua construcción romana conocida como el Arco del Ecce Homo, en memoria de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, mientras mostraba a Jesucristo al pueblo jerosolimitano.

Sólo una parte de este arco triunfal, erigido por Adriano (en el año 135 a. C.) para celebrar la caída de Jerusalén, es visible actualmente.

El arco izquierdo, que no ha llegado a nuestros días, formó parte de un monasterio islámico, mientras que el derecho todavía se conserva dentro de la Iglesia del Ecce Homo.

Esta iglesia fue construida durante la segunda mitad del siglo XIX en un lugar que poseía restos de antiguas ruinas, como el mencionado arco romano, parte de las fortificaciones y patio de la Fortaleza Antonia e importantes vestigios del pavimento de la calzada romana, el llamado litoestrato.

En algunas de las piedras existen signos de un antiguo juego de dados, lo que da soporte a la hipótesis de que se trata del lugar donde los soldados romanos se jugaron las ropas de Jesús.

El arco del Ecce Homo es parte de la basílica del Ecce Homo (segunda mitad del S. XIX dc), que pertenece a las Hermanas francesas de Sión y linda con la catedral de Notre Dame del Monasterio de Sión.

 

Estación 3 – Rumbo a Capilla de la Iglesia Catolica Armenia

  

La Tercera Estación Penitencial, Jesús cae por primera vez.

El lugar viene señalado por una pequeña capilla que pertenece a la Iglesia Católica Armenia.

Es un edificio del siglo XIX renovado completamente por soldados católicos de la armada libre polaca durante la Segunda Guerra Mundial

 

Estación 4

  

La Cuarta Estación, Jesús encuentra a su Santísima madre María.

El encuentro entre Jesús y su madre se conmemora mediante un pequeño oratorio con una exquisita luneta sobre la entrada, adornada con un bajorrelieve cincelado por el artista polaco Zieliensky.

Este encuentro, sin embargo, no aparece en los textos canónicos

 

Estación 5

  

La Quinta Estación, Simón el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz.

Una inscripción en el arquitrabe de una puerta indica el lugar del encuentro entre Jesús y Simón el Cirineo, que fue quien llevó la pesada cruz de Cristo hasta el monte Gólgota (Calvario), el lugar de la crucifixión.

Este episodio es recogido en los tres Evangelios sinópticos.

 

Estación 6

  

La Sexta Estación, Verónica limpia el rostro de Jesús.

Una iglesia perteneciente a Griegos Católicos conserva la memoria del encuentro entre Jesús y la Verónica, cuya tumba también puede ser visitada en la misma.

La reliquia de este encuentro, en el cual, según la tradición, Verónica limpió el rostro del Señor con un pañuelo de seda, en el que sus facciones quedaron impresas.

Actualmente existen diferentes iglesias que aseguran conservar el llamado Santo Rostro.

La tradición dice que la capilla atendida por las Hermanitas de Jesús se encuentra en el sitio donde una mujer se secó el rostro de Jesús con un pañuelo (en latín: sudarium).

El monasterio asociado a la capilla se dice que se han construido al pie de ese lugar.

Ni el Sudario ni Verónica se mencionan en la Biblia. Sin embargo, en la iglesia católica el Sudario es venerado como una reliquia valiosa.

La leyenda dice que la piadosa Verónica se lo entregó a Jesús cuando se dirigía a su ejecución, de forma que él pudiera limpiar su cara con él, dejando la huella de sus facciones en la tela.

La tela se dobla en tres, y por lo tanto tres huellas idénticas se supone que se han creado.

Se dice que uno de ellos se quedó en Jerusalén, mientras que los otros dos fueron a Roma (Basílica de San Pedro) y Jaén en España. Sin embargo, otros diez pueblos afirman poseer tal sudario.

Vera Icon (‘verdadera imagen’, es decir, una imagen no pintada por mano humana) es el nombre dado a estas imágenes auténticas de la cara del sufrimiento de Cristo.

Por lo tanto a menudo se piensa que el nombre de Verónica es una corrupción de Vera Icon; aunque según otra tradición el nombre de Verónica o Berenice era la hija de la mujer cananea sanada por Jesús.

En los Hechos de Pilato, y también en las obras de Rufino, Casiodoro y Malalas, Verónica es el nombre de la mujer que sufría de hemorragias, fue curada por Jesús y, según Eusebio, dedicó una estatua de metal en Paneas a Jesús.

La leyenda de Verónica sólo se remonta al año 500 dC, y es una variante occidental de la leyenda oriental de Abgar de Edesa: Abgar, rey de Edesa, padecía una enfermedad incurable y le escribió a Jesús pidiendo ser sanado.

Jesús envió una carta con una impresión de su rostro en una tela de lino y así restaurar la salud de Abgar.

Esta imagen de Edesa llamada fue llevado a Constantinopla en 944 y se presume que haya llegado a Roma en 1204 después de la Cruzados capturaron Constantinopla.

En Roma preservó primeramente en San Silvestro in Capite y luego en la sacristía de San Pedro a partir de 1870.

El problema de la imagen de Verónica es que según la leyenda debe mostrar el rostro del sufrimiento de Cristo con la Cruz, mientras que en realidad es una imagen oscura, pálida de Cristo, después de su muerte en la cruz.

Pañuelos Milagrosos también se mencionan en Hechos 19, 12, donde el apóstol Pablo lleva con él a Éfeso y utilizó para curar a los enfermos.

 

Estacion 7

  

La Séptima Estación, Jesús cae por segunda vez.

El lugar de la segunda caída de Jesús y Séptima Estación está señalado con un pilar situado entre la Vía Dolorosa y la pintoresca calle del Mercado.

 

Estación 8

   

La Octava Estación, Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.

En el muro exterior del monasterio griego ortodoxo hay una cruz tallada ennegrecida por el tiempo.

Este es el lugar donde se supone que Jesús encontró a las piadosas mujeres, como aparece en el Evangelio según San Lucas.

 

Estación 9

   

La Novena Estación, Jesús cae por tercera vez.

La tercera caída de Jesús es señalada con una columna de la época romana a la entrada del monasterio copto.

Un pilar marca el punto donde Jesús cayó por tercera vez bajo el peso de la Cruz.

El resto de las estaciones de la Cruz están en la Iglesia del Santo Sepulcro.

La Iglesia del Santo Sepulcro se encuentra por encima del lugar donde Cristo fue crucificado, murió, fue sepultado y resucitó, y por lo tanto es uno de los sitios cristianos más sagrados.

Cada comunidad cristiana trató de obtener el mayor terreno posible para sí mismo dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.

En 1852, el gobierno otomano aprobó la «Ley del Status Quo», que determina sus intereses y sigue vigente hoy en día.

Toda la Iglesia del Santo Sepulcro, la rotonda con la capilla del Santo Sepulcro y la piedra de la unción, pertenecen conjuntamente a los griegos ortodoxos (patriarcados de Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén), a los armenios y los latinos (católicos romanos); sólo capillas individuales pertenecen a los coptos, sirios y etíopes.

 

Estación 10 – Santo Sepulcro

   

La Décima Estación, Jesús es despojado de sus vestiduras.

Para entrar llegando desde la novena estación hay dos opciones: la primera es la que sigue el Via Crucis oficial que hacen el viernes los franciscanos, y que consiste en volver al zoco para seguir por la vía pública.

Pero hay otra opción más corta, que consiste en pasar a través del convento etíope, visitando a nuestro paso sus dos capillas, y saliendo desde la capilla copta de San Miguel directamente al patio de entrada de la Basílica.

Nada más cruzar la puerta de entrada a la Basílica del Santo Sepulcro, a la derecha hay unas escaleras que suben al lugar del Calvario.

Se trata de una escalera de piedra que sube en forma de caracol y que es poco cómoda de subir por ser estrecha y empinada. Una vez arriba se puede rezar esta estación.

Es fácil imaginarse la escena en la que Jesús es despojado de sus vestiduras para ser clavado en la Cruz. Al fondo a la izquierda se levantaría la Cruz.

Quizá al fondo, donde está el mosaico se situaría la Cruz tumbada y preparada para clavar al Señor allí.

Y posiblemente donde nos encontramos, nada más subir las escaleras -arriba ya del monte-, a Jesús le quitaron las vestiduras.

 

Estación 11

   

La Undécima Estación, Jesús es clavado en la cruz.

El área alrededor de la roca Gólgota era un lugar de veneración para los cristianos ya en el 1C AD.

Cuando el emperador romano Adriano, después de la revuelta de Bar Kochba en 135, expulsó a todos los Judios de la ciudad y construyó la ciudad de Aelia Capitolina en el sitio de la devastada Jerusalén, él también intentó destruir los sitios cristianos con el fin de borrar la memoria de ellos.

El suelo de los sitios de la Crucifixión y la Resurrección fue arrasada y un templo a Venus, la diosa del amor fue erigido.

Helena, madre del emperador Constantino el Grande, visitó Tierra Santa en el año 326. Makarios, el obispo de Jerusalén, le informó que los sitios de la muerte de Jesús y su resurrección fueron bajo el Templo de Adriano de Venus.

Por orden de Constantino, el templo fue derribado y se construyó una basílica sobre los lugares sagrados. Fue consagrada en 335 como «Anástasis», es decir, la iglesia de la Resurrección.

La basílica fue destruida por los persas en 614 y reconstruida más tarde. El califa al-Hakim la destruyó de nuevo en 1009.

La nueva estructura construida por los cruzados y dedicada en 1149.

 

Estación 12

   

La Duodécima Estación, Jesús muere en la cruz.

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro.

La roca (montículo de piedra) del Gólgota, donde fue plantada la Cruz de Jesús es indicada por la tradición debajo y alrededor del altar (al centro), perteneciente a los Greco-ortodoxos.

 

Estación 13

   

La Decimotercera Estación, Jesús es descendido de la cruz y puesto en brazos de María, su madre.

El nombre Gólgota (probablemente del arameo gulgulta = ‘calavera’) es interpretado por los evangelistas en el sentido de ‘lugar de la calavera «(Mateo 27.33, Marcos 15.22, Lucas 23.33, Juan 19.17).

Este es el lugar donde Jesús murió en la Cruz.

El nombre «Monte Calvario» se deriva del Latín calvaria = ‘ el cráneo’). La explicación del escritor griego Orígenes y una tradición judía para dar el nombre es que el cráneo de Adán se encuentra aquí y el hombre fue enterrado aquí.

Para Jerónimo, el Padre de la Iglesia Latina (4 y 5 centuria), se deriva el nombre de los cráneos de las personas enterradas allí.

La interpretación más probable es que el Gólgota era un cerro con forma de calavera fuera de las murallas de Jerusalén y fuera utilizado como lugar de ejecución y entierro.

Los mosaicos y pinturas en los altares individuales del Gólgota (incluyendo uno del siglo XVI, donado por Fernando de Médicis, el Gran Duque de Toscana) representan los acontecimientos registrados en los Evangelios y apócrifos.

 

Estación 14

   

La Decimocuarta Estación, Jesús es sepultado.

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro. La Rotonda de la Anástasis cubre el Edículo que contiene los restos de la tumba de Cristo.

Mateo 27,59-60 relata que, después de la crucifixión, Jesús fue puesto en una tumba de roca, que aún no se había utilizado y que pertenecía a José, un hombre rico de Arimatea.

Una piedra rodó por delante de la tumba después de que Jesús había sido enterrado. La tumba estaba en un jardín cerca del lugar de la crucifixión (Juan 19,41).

La ‘gran’ piedra para cerrar la entrada de la tumba debe haber sido redonda.

Era necesario inclinarse hacia adelante para mirar a la cámara de entierro (Lucas 24.12, Juan 20,5-11), lo que significa que la apertura de la tumba debe haber sido baja.

Cuando las mujeres descubrieron la tumba vacía después de la Resurrección, dos ángeles estaban sentados en la cámara funeraria lo que implica que era una tumba del tipo banqueta.

De acuerdo con Juan 19,17-20, Jesús fue crucificado fuera de la muralla de la ciudad. La actual Iglesia del Santo Sepulcro está dentro de la muralla de la ciudad

El sepulcro de Cristo que se muestra en la Iglesia del Santo Sepulcro no es considerado como auténtico por los anglicanos, que consideran que la tumba real de Cristo es la Tumba del Jardín, que se encuentra no muy lejos de la puerta de Damasco, fuera de la muralla de la ciudad actual.

Esta estructura excavada en la roca tiene dos cámaras y fue construida aproximadamente en el comienzo de la era cristiana.

Un pequeño paso conduce a la tumba de José de Arimatea. Se trata de una cámara funeraria judía junto a la capilla de los jacobitas.

José, un hombre rico de Arimatea (Mateo 27,57) fue un miembro muy respetado del Consejo Judío (Marcos 15,43) y se describe en el Nuevo Testamento como un hombre bueno y justo (Lucas 23,50).

Fue discípulo de Cristo, pero en secreto sólo por miedo de los Judios (Juan 19,38).

La Piedra de la Unción es motivo de varios altercados interconfesionales, ya que aunque esta losa de piedra caliza sea común a las seis confesiones, cada una insiste en colgar sobre el lugar sus propias lámparas, lo que da lugar a una confusión algo incómoda.

Según la tradición griega, la piedra marca el lugar del Descendimiento, aunque los católicos romanos opinan que en este lugar fue donde se ungió a Jesús antes de ser enterrado.

https://youtu.be/_2lr271NoLg

Fuentes:

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¿Qué Comían y Bebían en la Época de Jesús?

La reconstrucción de la comida y bebida en la época en que Dios caminó sobre la Tierra es fascinante.

Y de alguna manera se ha perpetuado hasta nuestros días por la tradición de los judíos observantes.

Pero además de razones religiosas – que dividían los alimentos en “kosher” y prohibidos – había condicionantes propios de la zona de judea en el siglo primero.

En esa zona florecían algunos cultivos y se criaban algunos animales característicos.

  

COMIDAS JUDÍAS OBSERVANTES DEL PRIMER SIGLO

En el libro del Levítico capítulo 11 se establecen las leyes dietéticas del pueblo judío.

Y como Jesús era un judío observante, probablemente haya comido ese tipo de comidas, que eran las habituales en el pueblo judío por aquella época del primer siglo.

Esta comida tenía una base religiosa y distinguía lo que estaba prohibido de lo que era aceptable o sea “kosher”.

Por ejemplo se podían solamente comer animales limpios que incluían vacas, ovejas, cabras, algunas aves y peces.

En contraposición a los que se llamaban animales sucios, que eran prohibidos, que incluían los cerdos, los camellos, aves de rapiña, mariscos, reptiles.

Sin embargo la distinción era más fina, porque Juan el Bautista comía algunos insectos como saltamontes y langostas, mientras otros insectos estaban prohibidos.

El pan era el alimento central de la dieta judía y queda establecido en el Nuevo Testamento su importancia, porque Jesús se llamó a sí mismo “el pan de vida” tomando la imaginería claramente aceptada por la población de aquella época.

También se relata en la última cena cómo Jesús usó el pan y el vino para instituir el Sacramento de la Eucaristía, simbolizando su cuerpo con el pan y su sangre con el vino, y los transformó en su cuerpo y su sangre efectivamente.

Lo que indica que eran la comida y la bebida más comunes en aquella época.

Además en Juan 6: 9 se relata cómo alimentó a 5.000 personas multiplicando 5 panes de cebada y 2 pescados.

El pan hecho con cebada era el de los judíos pobres, ya que la cebada era un grano grueso que se daba al ganado.

El pan también se hacía con trigo y con mijo en aquella época, pero era para los judíos más pudientes.

  

LAS COMIDAS

La comida era un momento sagrado para los judíos y se esperaba la presencia de Dios en cada comida.

Se reconocía que Dios les daba todo lo que tenían, aun considerando el esfuerzo que había puesto la familia para ganarse el sustento.

Era un momento de fraternidad y de reconocimiento a Dios.

Se ingerían 2 comidas diarias centrales, en la que el pan era la comida principal.

Al comienzo del día había un desayuno ligero qué podría incluir pan y fruta.

El pan se amasaba y se horneaba todos los días y era una de las principales actividades de las mujeres.

Los que trabajaban fuera llevaban también pan, aceitunas y queso para comer a media mañana.

Luego venía el almuerzo al mediodía que era en general ligero, también con pan, aceitunas, higos y granos.

La comida principal y más sustanciosa era la cena al final del día, que en general era una comida de olla.

La que podía ser un estofado de verduras, por ejemplo con lenteja o garbanzos, en una papilla espesa condimentada con hierbas.

Se acompañaba con pan, el que se usaba el pan para cucharearlo del tazón común en que se servía.

El pan con cebada para los pobres y con trigo para los ricos, y además había frutas, huevos y queso.

En esta comida el pescado era a la carne más común mientras, que la carne roja se reservaba para ocasiones como fiestas.

Pero aun así el pescado no era muy frecuente, sino más bien era principalmente usado cuando la familia tenía algún invitado.

Y en el caso de los ricos se sustituía el pescado por cordero o ternera, los que eran engordados especialmente cuando había banquetes importantes.

  

LA FUNCIÓN DE LAS MUJERES

Las mujeres eran centrales en la alimentación de la familia.

Su trabajo comenzaba bien temprano en la mañana cuando iban a buscar agua al pozo con grandes jarras de barro.

Esta era una rutina que repetían en la noche.

El pozo era un lugar de sociabilidad de las mujeres, que charlaban mientras esperaban sacar agua con un cubo de cuero, atado en el extremo de una cuerda, que caía en el aljibe.

Las mujeres preparaban toda la comida, desde moler el grano hasta amasar y finalmente cocerla en hornos, que muchas veces estaban bajo tierra y eran usados colectivamente en el caso de los pobres.

Los ricos en cambio tenían su propia cocina.

La familia de Nazaret seguramente practicaban una cocina kosher propia de los judíos observantes.

Donde había alimentos que eran claramente permitidos y otros que no, como sucede actualmente en la colectividad judía.

Las normas eran bastante claras por ejemplo los animales admitidos tenían que tener pezuña hendida como la cabra y el cordero, y debían haber sido sacrificados de una manera humana, para que el animal sufriera menos.

Los animales que comían carne no eran permitidos, incluyendo los reptiles.

Y los peces debían tener aletas y escamas, mientras que los crustáceos estaban prohibidos.

Seguramente estas prohibiciones nacieron para proteger al pueblo de la transmisión de enfermedades y otros peligros propios de sus alimentos.

frutas y granos de dieta mediterranea

  

VEAMOS LAS PARTICULARIDADES DE LOS ALIMENTOS QUE COMÍAN

La norma era comida austera y de estación.
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En términos generales, los israelitas de la época de Cristo eran comedores frugales.
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Francamente, hasta hace unos 100 años, la frugalidad en la comida era más impuesta que elegida.
.
La comida era más escasa y menos conveniente de lo que es hoy.

Su disponibilidad era de temporada y todos los elementos eran necesarios para realizarla a partir de cero.
.
Incluso el agua tenía que ser transportada desde los pozos.

  

El Pan

Era lo esencial, la comida básica. Así de básico era que en hebreo «comer pan» y «tener una comida» son la misma cosa.

El Pan era tratado con gran respeto y existían muchas reglas para preservar esa reverencia.

Se esperaba que cualquier miga de aproximadamente el tamaño de una aceituna fuera conservada, nunca simplemente se descartaba.

El Pan nunca se cortaba, siempre se rompía o quebraba. Los pobres comían pan de cebada, mientras que los ricos comían el pan de trigo.

La harina se hacía moliendo granos de cebada o trigo entre dos piedras de molino.

Esto se hacía en el hogar, casi siempre por las mujeres. A continuación, se hacía la masa y se amasaba.

Para que el pan de cebada creciera fuerte, las mujeres usaban mijo y levadura de cebada.

Los panes se hacían generalmente redondos, y por lo tanto se hablaba de «una ronda de pan», o simplemente «una ronda».

Porque el pan se convertía rápidamente en mohoso, entonces sólo había que hornear suficiente para un día o dos.

  

Maíz (grano)

Aunque la Biblia menciona el maíz, no tiene nada que ver con lo que llamamos maíz hoy.

Tal cosecha era desconocido en el Medio Oriente. «El maíz» en la Biblia se refiere a lo que llamamos el grano hoy.

  

Miel

La miel era el edulcorante que se utilizaba para la mayoría de las cosas. El azúcar de caña era desconocido en Tierra Santa.

La fuente de la miel eran abejas, que eran colonizadas como lo son hoy.

La savia de varios árboles y el zumo espesado de uva (jalea) eran también edulcorantes comunes.

Tanta miel se hacía en la Tierra Santa que alguna se exportaba.

  

Huevos

En cuanto a los huevos, muy pocos de ellos se comían. La idea de comer huevos fue algo traído a Tierra Santa desde el exterior, especialmente del Este.

Los huevos solían ser alimentos sólo para los muy ricos.

De hecho, el consumo de aves de corral parece haber llegado a las regiones judías sólo después del exilio en Babilonia (587-500 aC).

  

Verduras

La dieta de la gente común incluía una gran cantidad de verduras, frijoles y lentejas entre lo más destacado de la lista.

Los pepinos eran muy apreciados. Las cebollas eran muy populares.

  

Carne

Había mucho menos carne consumida que hoy en día.

La carne era un alimento de lujo y sólo los ricos comían una gran cantidad de la misma.

Los pobres nunca sacrificaban un animal para su propia alimentación, excepto cuando había una fiesta familiar.

En general, cuando tal fiesta se acercaba, un animal más viejo era elegido y engordado por la alimentación de granos.

Tal animal pasaba sus últimos meses comiendo bien y trabajando poco para que sus músculos fueran más suaves y con más grasa.

Las cabras y los corderos proporcionaban la carne más común, pero de vez en cuando un ternero (es decir, una vaca) habría sido sacrificada.

El animal era generalmente asado.

Los pollos eran escasos, mientras que las palomas y tórtolas eran baratas.

Los ciervos y las gacelas se consideraban platos regios y el pavo real era contado como una gran delicadeza.

  

Pescado

Para las personas comunes los peces eran más importante que la carne. Una comida típica consistía en pan y pescado.

Esto se ilustra en el milagro de los panes y los peces, así como la comida en la orilla del lago de Galilea, en la que Cristo prepara el pescado sobre un fuego de carbón.

El Mar de Galilea tenía grandes cantidades de pescado, y el pescado también se traía desde el Mar Mediterráneo.

Dado que los peces se descomponía pronto a menudo eran salados.

El consumo de pescado era tan grande que algunos tenían que ser importados.

mercado judio

  

Langosta

Una de las formas más sorprendentes de comida era la langosta.

Pero tal vez no tan extraño como algunas de las cosas que comemos hoy en día, como las ancas de rana, caracoles y ostras vivas.

Un documento judío antiguo afirma que había 800 tipos diferentes de langosta comestible.

A veces eran cocinadas rápidamente en agua salada y tenían un sabor y color parecido al camarón.

Por lo general, se les quitaba la cabeza y las piernas. A veces se secaban al sol.

Después de secarse, algunas se molían hasta obtener un polvo conocido como el polvo de langosta, que sabía bastante amargo y, a menudo se mezclaba con harina para hacer una galleta amarga muy apreciada.

  

Mantequilla (aceite)

La mantequilla se utilizaba muy poco; el aceite de oliva era mucho más común. Así eran de abundantes las aceitunas y el aceite de oliva, que por el exceso se exportaba.

Muchas aceitunas eran comidas directamente, pero con otras se hacía el aceite prensándolas usando una prensa de aceite en el hogar.

El aceite de oliva era muy apreciado y muchos pasajes de la Biblia lo manejan como un símbolo de fuerza y salud.

  

Frutas

Las frutas tenían un lugar importante en la dieta de las personas.

Tenían muchos melones e higos junto con las granadas, moras, y dátiles.

Dado que la fruta era en abundancia, se exportaba también a menudo.

  

Nueces

Las nueces eran también de alguna abundancia, especialmente las propias nueces, almendras y pistachos.

Como se hace hoy en día, a menudo se tostaban.

  

Condimentos

En cuanto a los sazonadores y otros condimentos , los antiguos Judíos parecían comer su comida muy condimentada.

Había sal en abundancia de la zona del Mar Muerto y se utilizaba para conservar ciertos alimentos.

Otras especias comunes eran la mostaza, las alcaparras, el comino, la ruda, el azafrán, el cilantro, la menta, el eneldo, romero, ajo, cebolla y chalotes.

La pimienta, sin embargo, era escasa y cara como era la canela, las cuales venían desde el Lejano Oriente.

ultima cena Duccio di Buoninsegna fondo

  

Salado

Sin refrigeración, el pescado, la carne y algunas verduras se conservaban mediante la salazón o el decapado.

  

Cerdo

Era absolutamente prohibido como era el conejo y todo tipo de carne con la sangre todavía en ella.

La carne tenía que ser cuidadosamente drenada de toda la sangre, ya que se creía que estaba la vida en la sangre y la vida pertenece a Dios.

  

La comida era muy de temporada

Y por lo tanto la dieta se vería afectada por los ciclos de la cosecha.

Este es un calendario.

Mediados de septiembre: Tiempo de arado
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De mitad de octubre a noviembre: Cosecha de aceitunas
.
Mediados de noviembre: Se siembra el grano. Comienza la temporada de lluvias.
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Febrero: Cosecha de lino
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Finales de marzo: Cosecha de cebada

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Mayo: Cosecha de trigo

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Mediados de junio: Higos

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Julio: Uvas y vendimia

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Agosto: dátiles e higos tardíos

  

QUÉ TIPO DE BEBIDAS TOMABAN

La gente bebía agua cuando era pura y el agua de manantial se prefería claramente a agua de pozo.

También se consumía leche y vinagre diluido en agua.

La leche de vaca era rara, y, en todo caso, no era del agrado tanto como la leche más común de ovejas y de cabras.

Puesto que la leche tiende a echarse a perder rápidamente, la fabricación de queso era muy común.

También jugos de fruta. El jugo de granada o dátiles era uno de los favoritos.

Y una especie de cerveza ligera se hacía a partir de la cebada y el mijo.

La leche cuajada, similar al yogur líquido, también acompañaba la comida.

Pero la dificultad que existía en aquella época era la conservación de las bebidas.

Por tanto las bebidas debían poseer la cualidad de conservarse por sí mismas o llevar algún elemento conservador.

Y por eso era tan popular el vino.

Puedes leer un artículo referido a la importancia del vino en el cristianismo aquí.

La vinificación estaba presente en Jerusalén desde al menos el 4000 aC.

Los viticultores plantaban vides en las laderas rocosas y se han descubierto cubas en el lecho rocoso, que servían para la prensa del vino.

Los habitantes de Jerusalén preferían consumir vinos ricos y concentrados y no aguados.

Por lo tanto el vino era fuerte.

Y frecuentemente se mezclaba con especias, frutas y con resinas como el mirra, el incienso y el terebinto, porque los vinicultores pensaban que conservaba mejor el vino.

Sin embargo hay grupos cristianos que dicen que Jesús no tomaba vino sino jugo de uva no fermentado.

Lo cual contradice el primer milagro público que hizo Jesús al convertir el agua en vino en las Bodas de Caná (Juan 2).

Las bodas judías requerían que se bebiera vino verdadero y por eso cuando se acabó el vino la Santísima Virgen le pidió a Jesús que solucionará el tema.

Y Jesús convirtió el agua de las tinajas en un vino de excelente calidad, que recibió las buenas críticas de los servidores.

También en la última cena Jesús debió haber tomado vino.

Porque esto se produjo en la primavera boreal y la cosecha habitual de uva de Palestina ya había ocurrido medio año antes.

Por lo tanto el jugo de uva o de otra fruta sin un proceso de conservación no se podría ver mantenido en buen estado.

Por eso Jesús y los apóstoles necesariamente debían haber tomado una bebida fermentada.

El Padre Daniel Kendall y el Dr. Patrick Mc Govern han trabajado en la reconstrucción de las bebidas y especialmente el vino en la época de Jesús.

Ellos piensan que el vino que consumieron en la última cena es similar a la actual Amarone, que es un vino italiano hecho de pasas de uva fermentadas.

Por tanto este vino tipo Amarone que Podría haber consumido en la última cena probablemente contuviera algunas gotas de aceite de resina o algunas especias.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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¿Murió la Virgen María? la tradición, la mística y el dogma

Hay mucha confusión entre los católicos sobre la muerte de la Santísima Virgen.

Tenemos el dogma de la Asunción en cuerpo y alma, relatos místicos de su tránsito y una supuesta tumba.

Y a grandes rasgos, su muerte y resurrección fue similar a la de su hijo y prefiguración de la nuestra.

El papa Pío XII promulgó en 1950 el dogma de la Asunción, que en su parte esencial dice,
.
“Declaramos y definimos como un dogma divinamente revelado: que la Inmaculada Madre de Dios, la siempre Virgen María, habiendo completado el curso de su vida terrenal, fue asumida en cuerpo y alma en la gloria celestial”.

Para algunos esto significa que la iglesia no toma posición sobre si la Virgen murió o no.

Sin embargo este pasaje estaba referido solamente a la Asunción en cuerpo y alma, no menciona su muerte o no.

Si se lee el resto de la encíclica queda claro que el Santo Padre estaba apoyando la tradición occidental, de que la Santísima Virgen murió antes de ser asunta físicamente al cielo.

Mira el video de reflexiones sobre este artículo, que está abajo.

   

ORIENTE VS OCCIDENTE

En los últimos siglos han aparecido teólogos que han favorecido la opinión de que la Santísima Virgen fue asunta al cielo, sin haber tenido previamente una separación entre su cuerpo y alma.

Y lo comparan con la iglesia de oriente que parecería favorecer la opinión que murió, y lo expresa bajo el término dormición.

Sin embargo la tradición occidental ha sido más fuerte y directa que la oriental sobre que la Virgen María murió antes de ser asunta al cielo.

Porque los teólogos orientales prefieren no hablar de muerte sino que de dormición, lo cual es más ambiguo de lo que parece.

La tradición occidental desde los primeros siglos es que la Santísima Virgen primero murió y luego fue asunta al cielo en cuerpo y alma.

Algunos opinan que es exactamente lo mismo que están diciendo los orientales con la palabra dormición, que colapsa ambos conceptos, pero aun así quedan dudas razonables.

La fiesta que celebran los orientales desde el siglo cuarto tuvo el nombre de dormición de la Santísima Theotokos.

Theotokos es la palabra griega para referenciar a la Madre de Dios.

Los primeros escritos sobre la Asunción, aproximadamente en el siglo II, coinciden en que María murió, que Cristo recibió su alma en el cielo, que los apóstoles sepultaron su cuerpo en su tumba, que su cuerpo permaneció incorrupto  hasta la Asunción y que de ahí el cuerpo de María fue llevado al cielo.

En estos dos primeros siglos no existía la diferencia entre cristianos de oriente cristianos de Occidente de modo que ambos creían en la muerte de la Santísima Virgen María antes de su Asunción en cuerpo al cielo.

Su situación es distinta que la de Elías que fue arrebatado por un carro de fuego y llevado al cielo cuando aún estaba vivo.

Incluso la iconografía tradicional muestra al alma de María separada de su cuerpo en el lecho de muerte, lo que está hablando de su muerte.

En el icono bizantino que presentamos se ve a Cristo sosteniendo el alma diminuta de Su Madre, que está representada con un bebé envuelto en pañales blancos.

Mientras que el cuerpo de María está en el féretro y yaciendo sin vida.

Y alrededor del cuerpo están los apóstoles que funcionan como testigos en la fe de este suceso.

El tema de la dormición en la iglesia Oriental es más importante que en la iglesia occidental.

Los ortodoxos realizan una mini cuaresma antes de la Asunción, desde principio de mes hasta el 14 de agosto con ayuno.

Hay una tradición que dice que ella murió a las 3 de la tarde como Jesucristo, el 13 de agosto, y fue asunta al cielo el 15 de agosto.

En Jerusalén se conmemora la muerte de María el 13 de agosto hasta el día de hoy, aunque la liturgia de su muerte comienza la noche del 12 de agosto.

Y entre el 13 y el 15 de agosto hay un Triduo Mariano que venera el ciclo de muerte y resurrección de 3 días de la Santísima Virgen.

 

DE QUÉ MURIÓ LA VIRGEN Y CÓMO FUE SU PASAJE

Hay consenso entre los teólogos que María no murió por causa del pecado, porque ella estaba libre de pecado original, que es lo que causa la muerte.

Sino que más bien murió por su deseo de ser conformada a imagen de Cristo.

No parece que muriera de enfermedad ni de vejez avanzada, ni por accidente, ni por martirio, sino por amor.

San Alberto Magno dice “creemos que murió sin dolor y de amor”, lo mismo que piensan otros Santos.

Juan Pablo II aclara este punto diciendo

“Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsito de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria, de modo que nunca mejor que en este caso la muerte puede concebirse como una `dormición’”

Y agrega en el mismo sentido el Mariólogo Garriguet,

“María murió sin dolor, porque vivió sin placer; sin temor, porque vivió sin pecado; sin sentimiento, porque vivió sin apego terrenal.

Su muerte fue semejante al declinar de una hermosa tarde, como un sueño dulce y apacible; era menos el fin de una vida que la aurora de una existencia mejor.

Para designarla la Iglesia encontró una palabra encantadora: la llama sueño o dormición de la Virgen”.

Desde los primeros días y los evangelios apócrifos que hablan sobre la dormición o muerte de la Santísima Virgen.

El más conocido es Transitus Mariae.

Básicamente estos documentos hablan que el Ángel Gabriel fue a María mientras rezaba en el Santo Sepulcro y le dijo que su vida terrenal había llegado al fin.

Entonces ella decidió regresar a Belén para su muerte.

Los apóstoles fueron arrebatados por el Espíritu Santo y transportados a Belén para acompañar a María los días finales.

En esa circunstancia en que María estaba en su lecho de muerte, rodeada por los apóstoles, se apareció Jesús y le dijo que no temiera.

El rostro de María brilló con una luz muy intensa, se levantó, bendijo a los apóstoles con sus manos, y luego el Señor recibió su alma en el cielo.

Los apóstoles envolvieron su cuerpo y lo llevaron a Getsemaní donde lo colocaron en una tumba nueva.

Durante 3 días salió de la tumba un santo olor a perfume y se escucharon voces de ángeles y glorificando a Dios y a Cristo,

Al tercer día cesaron estas manifestaciones y todos supieron que su inmaculado cuerpo había sido trasladado al paraíso.

Veámoslo más en detalle.

  

RESUMEN DE VISIONES MÍSTICAS DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

La Virgen presintió que iba a morir y solicitó a Jesucristo que los apóstoles se hicieran presentes en ese momento.

Fue así que los apóstoles recibieron la moción de reunirse en Jerusalén.

Estos se reunieron junto con otros fieles y la Virgen María en el Cenáculo.

Allí María se despidió de cada uno con mucho afecto y les pidió su bendición.

Y además que amaran a la Santa Iglesia y exaltaran el nombre del Altísimo.

En esos momentos Jesucristo bajó del cielo en un trono e invitó a su madre a subir con Él.

Le dijo que si no quería pasar por la muerte que fuera con Él.

Pero la Santísima Virgen le dijo que ella quería entrar a la vida eterna por la puerta natural de la muerte, como los demás y como Él mismo.

Jesucristo aceptó el planteamiento y los ángeles comenzaron sus cantos, mientras una fragancia se apoderaba del lugar.

Todo esto no fue visto por los apóstoles pero sí percibido.

Entonces María fue puesta en su lecho de muerte.

Sintió que las fuerzas del cuerpo se le estaban yendo reemplazadas por un amor que excedía sus sensaciones naturales.

Entonces su alma abandona el cuerpo y quedó como dormida, con una transfiguración de la cara que mostraba el gozo celestial y una suave sonrisa.

Todo el lugar quedó lleno de luz y de suaves fragancias, mientras miles de ángeles custodiaban el lecho.

El estado de María no era precisamente el de un muerto sino el de un dormido, por eso se llama dormición.

Los apóstoles y la demás personas presentes comenzaron a cantar himnos

Y Pedro y Juan tomaron el cuerpo de María y lo pusieron en un ataúd, pero la luz que salía de su cuerpo traspasaba la madera.

Luego se armó un cortejo fúnebre de los presentes que fue acompañado también por miles de ángeles y santos que bajaron del cielo.

La música y las fragancias permanecieron en el sepulcro mientras su cuerpo estaba allí.

Mientras tanto el alma de la Santísima Virgen estaba frente al Padre eterno y Jesús le pedía a Su Padre y al espíritu santo que la recibieran en Su gloria.

Al tercer día Jesús decretó que el alma de Su Madre volviese al mundo, se uniera a su cuerpo y resucitara, para que fuese levantada sin esperar la resurrección de los muertos.

Los presentes en el sepulcro oyeron una música celestial que correspondía a la procesión de entrada al cielo del cuerpo glorioso de la Santísima Virgen, acompañada por santos y ángeles.

Cuando la música cesó los apóstoles comprendieron que ya había sido asunta al cielo.

En ese momento llegó Tomás de oriente y abrieron el sepulcro a pedido de él.

Pero vieron que María ya no estaba en el sepulcro y sólo quedaba el manto, la túnica y el cinturón con una dedicación a Santo Tomás.

Entonces se les apareció un ángel quien les dijo que la Santísima Virgen ya vivía en alma y cuerpo en el cielo al lado de Jesucristo.

Y les transmitió el mensaje de la virgen pidiéndoles que difundieran el evangelio por todo el mundo, encomendándoles la nueva Iglesia.

En ese momento la Santísima Trinidad colocó una grandiosa corona en la cabeza de María en el cielo.

Este relato es el compendio de visiones que tuvieron Santa Brígida, María de Agreda, Catalina Emmerich y Santa Isabel de Schoenau .

Puerta de entrada

  

LA TUMBA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Hay una tradición que afirma de que la tumba de la Santísima Virgen está en Jerusalén, en el Valle del Cedrón, donde se edificó luego la Iglesia de La Asunción.

También hay otra tradición que supone que la Virgen María está enterrada en su casa de Éfeso, donde vivió con San Juan luego de la crucifixión de Nuestro Señor.

Sin embargo ahí no existe una tumba de María identificada, pero si existe en el Valle del Cedrón la que describimos aquí.

La tradición es que Nuestra Señora murió en el año 48 dC.

El Cedrón comienza a formarse a unos dos km. al norte de la ciudad de Jerusalén.

El Valle de Tiropeón oculto hoy por el relleno de escombros y edificaciones, venía por el oeste del templo, en dirección sur, entre el Ofel o antiguo Sión (Ciudad de David) y el Sión Cristiano.

El Ben Hinom o Gehena que viene de oeste a este, se une a los anteriores formando un único Cedrón con desagüe hacia el mar Muerto.

Al torrente Cedrón se llama también en la Biblia Valle de Josefat (Yahvé juzga), porque en él reunirá Dios a todas las naciones para ser juzgadas.

De ahí que en sus laderas hayan surgido los cementerios judío y musulmán.

Valle del Cedron
Valle del Cedrón

El valle del Cedrón, que separa la parte vieja de Jerusalén del Monte de los Olivos, se caracteriza por su paisaje áspero y singular, al que da su típico aspecto una pedregosa y áspera colina punteada sólo por unos pocos olivos y uno que otro matojo de hierbas.

El interés del valle radica en que por él pasó muchas veces Jesús, la más señalada es cuando fue del Cenáculo al Monte de los Olivos en la noche víspera de su pasión y muerte.

Fachada de la Iglesia
Fachada de la Iglesia
Otra vista exterior
Otra vista exterior

Cruzando el torrente Cedrón, el primer monumento que vemos a la izquierda al pie del Monte de los Olivos es la Iglesia de la Asunción erigida sobre la tumba que recibió los restos mortales de la Santísima Virgen.

Desde esta Tumba fue llevada al cielo, para no estar sujeta a las consecuencias del pecado, a la corrupción de la carne.

Por lo tanto, María sólo probó la tumba, pero no se quedó en ella; su tumba se convirtió en el lugar santo de su Asunción gloriosa al Cielo.

Su decoración actual, con lámparas de aceite parpadeantes e iconos, confiere a esta iglesia cierto aire de misterio y de antigüedad que indica que actualmente pertenece a la corriente cristiana oriental.

Mapa de la Iglesia
Mapa de la Iglesia

Junto a la iglesia hay una cueva que para algunos encaja con la descripción de Getsemaní que aparece en Marcos 14:32 y en Mateo 26:36.

La Asunción de María en cuerpo y alma al cielo al final de su existencia terrena, fue definida como un artículo de fe, el 1 de noviembre de 1950.

La muerte y la asunción de María al cielo es descrita en los relatos apócrifos como «la transición de la Virgen» o «Dormición» de María.

El autor de este trabajo une tradiciones de la iglesia primitiva desde la era apostólica.

El libro contiene muchas referencias simbólicas típicas de la comunidad Judeocristiana, razón por la cual fue desechado completamente durante mucho tiempo.

Pero el libro da testimonio de la veneración de este lugar desde el siglo segundo, momento en que fue transformado en santuario.

Escalera para bajar a la Iglesia
Escalera para bajar a la Iglesia

DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA

La primera iglesia, una capilla de campo, fue construida hacia el s. V y consagrada por el Patriarca de Jerusalén Juvenal (422-458) justo después del Concilio de Calcedonia (431).

Fue entonces cuando ce construyó una nueva Iglesia sobre la tumba de María, quedando visible la cripta en la cual fue venerada la Tumba de la Virgen.

La iglesia superior fue completamente fue destruida antes de la llegada de los Cruzados.

Cuando los Cruzados llegaron sólo encontraron una pequeña edícula sobre la Tumba.

Descenso hacia el sarcófago
Descenso hacia el sarcófago

Godfrey del Caldo construyó la Abadía conocida como Santa María del Valle de Josafat, un monasterio para los Benedictinos de Cluny, a cuyo cuidado confió a la Iglesia.

Los Cruzados reconstruyeron la Iglesia sobre el año 1130.

Esta iglesia superior fue destruida nuevamente junto con el monasterio por Saladino en el 1187.

Los Musulmanes respetaron la cripta por veneración a «la Madre Santa de profeta Jesús», pero sin embargo usaron la albañilería de la iglesia superior para construir las paredes de Jerusalén.

Altar del edificio
Altar del edificio
Iconos sobre el Altar
Iconos sobre el Altar

La ruina del monumento sagrado, no obstante, habría sido inevitable, principalmente debido a las inundaciones que continuamente lo dañaban.

Los franciscanos aún no se ocupaban del cuidado de la Iglesia en la segunda mitad del decimocuarto siglo, pero a partir de ese momento se ocuparon del mantenimiento del edificio, sufragando los gastos de muchas restauraciones importantes.

Los Hijos de San Francisco tuvieron la posesión exclusiva y pacífica de la tumba de la Santísima Virgen durante más de doscientos años, hasta el siglo XVII, cuando comenzaron las intrigas y la violencia para expulsar de este lugar santo a los representantes de la Iglesia católica de rito latino.

Después de varias vicisitudes, la usurpación definitiva ocurrió en 1757 y desde entonces no ha vuelto a ser reparada.

Los Católicos presentes, como protesta, no tienen servicios religiosos en el Santuario donde aún los musulmanes tienen un lugar especial para sus rezos.

El Patriarca Latino de hecho puede celebrar oficialmente en este santuario tres veces por año, incluyendo el 15 de agosto, el banquete de la Asunción.

Desde 1757 el rito griego Ortodoxo ha disfrutado de la posesión del lugar, que ellos comparten con los Armenios.

Los sirios, los Coptos, y los Abisinios tienen derechos menores.

Fresco de la Dormición
Fresco de la Dormición
Cuadro de la Dormición
Cuadro de la Dormición

Las inundaciones de 1972 hicieron posible que los arqueólogos no sólo pudieran limpiar la zona, sino también excavar la parte exterior de la cripta.

Estas excavaciones fueron realizadas por Bellarmino Bagatti.

A raíz de las mismas dedujo que la tradición de la tumba de María en el valle de Josafat está claramente marcada por la presencia de un cementerio durante el siglo I.

Además, la tumba misma, que al principio constaba de tres cámaras, fue desenterrada con las mismas técnicas usadas en las tumbas del primer siglo, como el Santo Sepulcro y las tumbas de los Reyes.

La tumba real era la cámara interior del complejo entero.

Estas conclusiones arqueológicas, corroboradas según documentos literarios (el palestino, el sirio, el etíope y el griego) de los siglos II-IV junto con la devoción constante litúrgica son el testimonio de la creencia en que la tumba de María se hallaba al lado de Getsemani desde el principio de la Era Cristiana.

Sarcofago en la pieza subterranea
Sarcofago en la pieza subterranea

Sobre la tumba de María encontramos la construcción austera y solemne de los Cruzados.

Una escalera larga, sobre cuyos flancos la esposa de Balduino III y la madre o Boemondo III (el príncipe de Antioquía) fueron enterradas, baja hacia la tumba de María.

Aquí también fue enterrada la reina Melisanda, la primera hija de Balduino II, rey de Jerusalén, que dieron en matrimonio a Folco d’Angió.

Sospechado del adulterio por su marido, ella tuvo que sufrir enormemente.

Tras la muerte de su marido, ella gobernó el Reino latino hasta la mayoría edad de su hijo Balduino III, en que ella se retiró a Nablus y dedicó su vida a obras de caridad.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Este es el Lugar Verdadero del Bautismo de Jesús en el Jordán

El bautismo de Jesús en el Jordán marca el comienzo del ministerio público de Jesús.

Su primo Juan los bautiza con agua, se abren los cielo, el Padre dice que es Su Hijo amado y se posa sobre Él una paloma.

papa-francisco-en-tierra-santa-orando bautismo de jesus jordania

Es la frontera entre la Antigua Alianza y la Nueva Alianza que Dios sellaría con la humanidad a través de Su Hijo.

Por eso se considera el tercer lugar más sagrado para el cristianismo, detrás del lugar de la crucifixión de Jesús y de su nacimiento.  

  

¿QUÉ SUCEDIÓ EN EL JORDÁN CON EL BAUTISMO DE JESÚS?

Jesús llevaba 30 años escondido en Nazaret preparándose para su ministerio público.

Mientras que su primo Juan se había ido a vivir al desierto dónde practicaba un bautismo de penitencia, con agua.

Su prédica era que vendría uno al que él no era digno de desatar la correa de la sandalia y que bautizaría con el Espíritu Santo en vez de agua.

Estamos en los fines de la Antigua Alianza. Juan sentía la importancia decisiva ese momento, mientras que Jesús se preparaba para dar comienzo a su manifestación.

El Evangelio de San Lucas dice que durante el bautismo de Jesús en el Jordán se abrió el cielo, se oyó una voz y bajo una paloma sobre Jesús, Lucas 3.

El cielo se abrió para permitir la comunicación del Padre y el Espíritu Santo; la voz era del padre que decía que Jesús era su hijo amado y que se complacía en Él; y la paloma era el Espíritu Santo.

Catalina Emmerich tuvo una visión de ese bautismo.

Ella cuenta que previamente al bautismo San Juan Bautista profetizó que se dividirían las aguas del Jordán y se formaría una isla.

Dice que por ese lugar pasaron los israelitas con el Arca de la Alianza.

Y aún quedaban 4 piedritas cuadradas donde había descansado el Arca de la Alianza.

Cuenta que Juan y sus discípulos plantaron 12 árboles entorno de la Isla e hicieron un puente hacia ella.

En esa isla había una fuente bastante onda, porque el agua le llegaba hasta el pecho a los bautizados, cuando se sumergían en ella.

Al lado de la fuente había una piedra piramidal sobre la que estuvo parado Jesús cuando vino el Espíritu Santo sobre Él.

Juan tenía todo preparado y estaba esperando ansiosamente la llegada de Jesús, la que le fue comunicada por una nube luminosa.

Jesús llegó al lugar con 9 de sus discípulos y fue bautizado en torno a las 10 de la mañana.

La frase que según ella pronunció Juan al bautizar a Jesús fue,

“Yaveh, por medio de los Serafines y Querubines, derrame su bendición sobre Ti, con ciencia, inteligencia y fortaleza”.

Luego del bautismo, cuando Jesús salió de la fuente, se oyó la voz de Dios.

Fue entonces cuando Juan dio testimonio de Jesús, diciendo que era el hijo de Dios y el Mesías esperado, y recomendó a sus seguidores que siguieran a Jesús.

Finalmente Catalina vio que satanás estaba observando a distancia lo que sucedía, en una nube negra.

  

LA UNESCO DESIGNÓ EL LUGAR COMO PATRIMONIO HISTÓRICO DE LA HUMANIDAD

Designó a la orilla oriental del río Jordán (Jordania), optando por sobre la pretensión israelí de Qasr al-Yehud en la orilla occidental. 

Sin embargo los arqueólogos discuten si la ubicación exacta cae en el lado jordano o israelí del río.

Dos naciones no cristianas, Israel y Jordania compiten a quien tiene el lugar donde fue bautizado Jesús por Juan el Bautista.

El 12 de julio de 2011 Israel abrió al público “Qasr al-Yehud”, como el supuesto sitio bautismal de Jesús, que se encuentra en la ribera occidental del río Jordán.

Mientras que los jordanos reivindican el sitio en la ribera oriental del río Jordán, que parecería tener los favores de la Iglesia católica, porque lo visitaron Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

El río Jordán es como una grieta verde que con la vegetación de sus riberas rompe la monotonía ocre del desierto de Judea.

Atravesándolo de norte a sur desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, y marcando la línea fronteriza entre Israel, los territorios palestinos y Jordania.

Unos kilómetros antes de desembocar en el mar Muerto se encuentra el lugar del bautismo de Jesús.

Según algunos estudiosos, se trata del tercer santuario para el mundo cristiano, luego de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, y la Basílica de la Natividad, en Belén.

Leer también: Comienzo de su Ministerio: El Bautismo de Jesús (dgo. + a 6 de enero)

  

UNA DISPUTA POLÍTICA Y TURÍSTICA

Associated Press informó que aunque la agencia cultural de la ONU declaró a la ribera oriental del Jordán como el sitio real del bautismo de Jesús.
.
Y aunque la mayoría de las iglesias cristianas creen que el lado jordano sea la ubicación del bautismo de Jesús por Juan, como se encuentra en Mateo 3 y otros pasajes.
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Los eruditos dicen que no hay manera de estar seguro qué lado del río fue el lugar preciso.

Jodi Magness, arqueólogo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo que la decisión de la UNESCO «no tiene nada que ver con la realidad arqueológica.»

Tanto Israel como Jordania compiten por el turismo de su lado del río Jordán, y podría muy bien ser afectado por la decisión de la UNESCO.

El Wall Street Journal  dijo en un informe que Israel y los territorios palestinos han estado disfrutando de fuerte turismo basado en la religión en los últimos años, a pesar de los ataques terroristas en todo el Oriente Medio y la región circundante.

Los cristianos representan un número significativo de turistas, representaron el 56 por ciento de todo el turismo a Israel en 2014.

El sitio israelí del bautismo atrae a multitudes más grandes que el homólogo jordano.
.
Los funcionarios israelíes informan que medio millón de turistas visitaron su sitio el año pasado, frente a decenas de miles de personas en Jordania.

Sin embargo el lado jordano ha recibido el respaldo de los católicos romanos, griegos ortodoxos y luteranos, y tres papas lo han visitado desde el año 2000.

  

BETANIA EN TRANSJORDANIA

El lugar de Jordania está a 40 kilómetros de Ammán, en la ribera oriental del río Jordán.
.
Y fue desarrollado por esta nación en 1997,
 tras el acuerdo de paz con Israel, en 1994, después de 50 años de hostilidades.

Entre las iglesias que han reconocido ya este lugar están la Anglicana, la Luterana, la Ortodoxa Copta de Egipto y la Ortodoxa de Jerusalén.

betania-lugar-bautismo

En la actualidad se están construyendo 13 iglesias y monasterios, pertenecientes a diferentes ramas del cristianismo, en un área de 10 kilómetros cuadrados en el Lugar del Bautismo.

Benedicto XVI, en su visita en 2009, puso la primera piedra para dos iglesias en este sitio, una de la Iglesia Católica Griega y otra de la Iglesia Católica Romana.

Hasta hace poco, visitar este lugar no era posible, pues era una zona militarizada: el río marca la frontera entre Jordania e Israel.

Hoy, sin embargo, la zona está abierta al público y habilitada para el acceso de peregrinos, aunque sigue habiendo soldados jordanos a poco más de un tiro de piedra de los soldados israelíes en la orilla de enfrente.

papa en el lugar de bautismo de jesus

A diferencia del lado israelí, en la orilla jordana podemos encontrar lo que parecen ser multitud de restos arqueológicos que demuestran que “su” lugar del bautismo, en Betania de Transjordania, fue un punto de peregrinación cristiana desde los comienzos del cristianismo.

Betania de Transjordania ya era un lugar santo antes de los tiempos de Jesús.
.
En esta área se encuentra la llamada colina de Elías, donde la tradición sitúa el punto donde Elías subió al cielo en un carro de fuego.
.
Por eso no es coincidencia que fuera aquí donde bautizaba Juan el Bautista.

En las excavaciones arqueológicas emprendidas desde mediados de los años noventa del siglo XX, se han encontrado restos de cinco iglesias bizantinas construidas a partir del siglo V, como la de san Juan el Bautista, construida en tiempos del emperador Anastasio (491-518 d.C.).

De ella parte una escalera de piedra que desciende hasta una piscina que recibe agua del Jordán, donde los peregrinos se sumergían para recibir el bautismo.

En las cercanías de estas cinco iglesias podemos encontrar otras piscinas bautismales y cuevas en las que vivían los ermitaños.

También san Juan Bautista vivía en una cueva excavada en la piedra, muy cerca de la colina de Elías.

La cueva de san Juan Bautista, a la que con frecuencia acudía Jesús, se ha podido identificar gracias a los restos de una iglesia bizantina construida junto a ella en el siglo V y cuyo ábside está curiosamente excavado en la roca.

La iglesia, la primera construida al Este del río Jordán, pertenecía a un conjunto monástico del que formaban parte otras iglesias, un de las cuales ha recibido recientemente el nombre del Papa Juan Pablo II.

Recomendamos leer todo lo referente a este lugar de Betania aquí.

Veamos ahora que sucede del lado israelí.

  

QASR AL-YEHUD EN LA RIBERA DEL LADO DE ISRAEL

La competencia es “Qasr al-Yehud”, el sitio que también alega ser el lugar bautismal de Jesús.
.
Que se encuentra en la orilla occidental del río Jordán y es mucho mas promocionado y moderno que el jordano.

El sitio se abrió públicamente el 12 de julio de 2011, en una ceremonia llevada a cabo por el Ministerio para la Cooperación Regional, el Coordinador de las Actividades Gubernamentales en los Territorios, y de la Administración Civil.

El aire está en silencio y la tierra amarillenta aparece surcada por tímidos tamariscos.

La carretera pasa junto a edificios inhóspitos y abandonados y atraviesa por pasarelas elevadas; un león de Judea, símbolo de la Iglesia Etíope, ruge en silencio sobre un fondo alicatado en azul, señor solitario de todo lo que alcanza su vista.

Ésta es la escena habitual cualquier día y mes normal en el río Jordán, cerca de Jericó.

Vista desde la explanada del complejo turístico

Pero todo cambia durante la Epifanía, el día del Bautismo de Jesús, cuando “los cielos se abrieron, y vio cómo el espíritu de Dios descendía en forma de paloma y le iluminaba”.

Festividad que los católicos romanos y las iglesias orientales celebran en momentos distintos del mes de enero, este día transforma la zona, ya que miles de peregrinos se congregan en el que se considera uno de los lugares más sagrados y menos visitados de Israel.

20 de abril de 2011 - 3000 ortodoxos sirios, griegos y coptos peregrinos

Este paraje suele conocerse por su nombre en árabe, Qasr Al Yahud, que para algunos significa “castillo de los judíos”.
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Otros consideran que “al Yahud” significa “los judíos”, pero que la primera palabra procede de un término árabe que significa “ruptura”.

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Así, éste no sería otro que el lugar donde los judíos “rompieron” las aguas, es decir, donde Josué les guió para atravesar el Jordán.

Monasterio de san Juan

Qasr al Yahud es también el nombre que recibe el lugar más destacado de la zona, el Monasterio de San Juan, del siglo V.

Franciscanos peregrinando desde el Monasterio de san Juan hacia Qasr Al-Yahud

Se trata de un punto de encuentro de numerosas tradiciones, circunstancia habitual en Tierra Santa.

Que se remonta a los tiempos en los que los peregrinos no podían viajar libremente y a menudo permanecían en los lugares a los que podían acceder, frecuentemente en la frialdad de una cueva, para leer y reflexionar sobre las escenas bíblicas que habían tenido lugar en los alrededores.

Entre otras tradiciones de la zona se encuentran, además del bautismo de Jesús por parte de Juan y del paso del Jordán por parte de Josué, el momento en que Elías fue alimentado por los cuervos y su ascensión al cielo.

Iglesia ortodoxa

Aquí, donde las aguas lodosas del Jordán fluyen formando tranquilos remolinos, con unos 3.5 metros de profundidad.

Se está tan cerca de la otra orilla que incluso podría hacer aterrizar en el otro lado un avión de papel en el regazo de un peregrino sentado en el muelle de madera, curiosamente colgado de dos salvavidas de color naranja, en la orilla jordana.

El muelle conduce a un sendero y a una hermosa capilla con una pequeña cúpula dorada construida por los jordanos en el año 2000 debido a los antiguos relatos según los cuales aquí tuvo lugar el bautismo de Jesús, en la orilla oriental del río.

Este lugar es un punto fronterizo pacífico entre Israel y Jordania desde 1994.

Interior de la iglesia ortodoxa

La excitación de hallarse en un lugar tan auténtico a tan sólo un tiro de piedra de donde predicó Juan el Bautista impresionará a los visitantes modernos más aún que a Mark Twain, que describió su visita aquí en 1867 en su libro Los inocentes en el extranjero:

“Con el primer atisbo del amanecer todos los peregrinos se despojaban de su ropa y se adentraban en el oscuro torrente, cantando en las tormentosas orillas del Jordán estoy / y contemplo con melancolía / la tierra hermosa y feliz de Canaán / donde están mis posesiones”.

Pero no duraban mucho tiempo.

El agua estaba tan espantosamente fría que se veían obligados a dejar de cantar y a salir deprisa y corriendo (…) Así que vimos el Jordán de forma muy mediocre”.

La vívida descripción de este célebre y obstinado escritor refuerza la inevitable impresión de que pocas cosas han cambiado desde el siglo XIX. Y ahí reside su encanto.

Uriel Aharonov, ingeniero del Consejo Regional de Megilot – Mar Muerto que ha colaborado con el Consejo Regional del Valle del Jordán para crear las instalaciones turísticas de la zona, desea proteger esta autenticidad:

“Salvo reforzar los muros existentes y una sencilla rampa de madera, no habrá ninguna otra construcción en la orilla, sino a cierta distancia. Y cualquier construcción se fundirá con los colores naturales de la zona”, explica Aharonov.

Oratorio cristiano en Qasr Al Yahud

Mark Twain también expresó otra queja sobre el Jordán:

“Sin embargo, después de la experiencia de entrar en el río, nos dimos cuenta de que muchas calles de Estados Unidos son el doble de anchas que el Jordán”.

Cabe destacar que el momento del año en el que Twain lo visitó, al final de los ocho meses del periodo seco, es ahora el estado habitual del Jordán, debido a las extracciones de agua que desde la década de 1960 se realizan en el Mar de Galilea.

Unido al Mar de Galilea por un Jordán mermado, el peculiar Mar Muerto también se está secando, lo que constituye un gran motivo de preocupación para los amantes de este paraje.

Israel está estudiando diversas soluciones al problema, y según Aharonov lo ideal sería poner en práctica los planes actuales de montaje de plantas desalinizadoras en el Mediterráneo para que llegara más agua al Jordán:

“El Jordán es algo más que un recurso hídrico”, explica Aharonov.
.
“Es un símbolo insustituible para quienes aman la Biblia en todo el mundo”.

Peregrinos en las dos orillas del Jordan en el complejo turístico de Qasr Al-Yehud

  

EL SITIO BAUTISMAL EN SÍ

Qasr Al-Yahud se halla dentro de una especie de oasis con frondosas palmeras donde se corta el Jordán y había conventos ortodoxos.

Este sitio bautismal tiene una tradición antigua por ser el lugar donde Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán (Mateo, 3, 13-17).

Restos de varias iglesias que datan del siglo quinto, se puede ver en el sitio, dando testimonio de la antigua tradición de que este sea el sitio real donde Jesús fue bautizado y comenzó su ministerio.

Peregrinos descansando en la explanada de complejo turístico sobre el Rio Jordan

Se trata de una verdadera perla turística, un oasis digno de ser visitado, que además tiene un valor muy significativo para el cristianismo.

Franciscanos y peregrinos católicos a orillas del Jordan en Qasr Al-Yahud

En un día claro se divisa el Monte Nebó, que señala el final de la trayectoria del pueblo de Israel por el desierto y la entrada a la Tierra Prometida.

Es sin duda un sitio muy importante localizado en la ruta que va de Jerusalén a Jericó, en el que muchas iglesias fueron construidas as través de los siglos.

Peregrinos en el estrado sobre el rio Jordan en el lugar de bautismo de Jesús

Su nombre en árabe, Qasr al-Yehud, podría ser un remanente de una tradición aún más antigua de la pre-cristiana (judía) de utilizar el lugar como un sitio bautismal.

El sitio también está considerado por ser el lugar donde los Israelitas cruzaron el Jordán cuando entraron a la tierra de Canaán, como ya dijimos.

“Qasr Al Yahud”, se encuentra en los territorios palestinos en la zona C, que actualmente se encuentra bajo la administración de las autoridades israelíes, sin embargo, los israelíes y los palestinos pueden libremente visitar este sitio.

Peregrinos mirando el rio Jordan en Qasr Al Yahud en una orilla del Jordan

El Ministerio de Turismo informa que ha invertido en trabajos en el lugar unos 3,5 millones de shékels, y el Ministerio de Defensa agregó el resto para completar los ocho millones que se necesitaron para estas refacciones.

Otros 2,5 millones de shékels se invertirán en el transcurso del año en curso para completar en el futuro más accesos y otras atracciones naturales de la Autoridad Israelí para Protección de la Naturaleza y Parques Nacionales.

Según el portal Travelujah, el lugar es gratuito para los visitantes, administrado por Israel y la Autoridad Nacional de Protección de Parques.

Mapa de ubicacion


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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En este Lugar Nació Jesús: Belén, la Basílica y la Gruta de la Natividad

Es precisamente el lugar donde la tradición señala que nació Jesús. 

La Basílica de la Natividad de Belén, contiene debajo del altar la Gruta de la Natividad.

O sea el sitio exacto donde fue el nacimiento del Señor.

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La ciudad de Belén se sitúa sobre dos colinas rocosas a unos 800 metros sobre el nivel del mar, al lado del desierto de Judea, y a 8km. al sur de Jerusalén.
.
Su nombre hebreo significa “la casa del pan”.

A Belén se le reconocen dos hechos importantes que recoge la Biblia:

el primero está en el Antiguo Testamento y es que se trata de la cuna del rey David, elegido por Dios y ungido por el profeta Samuel;

el segundo es el culmen de las profecías que anunciaban que el Mesías debía nacer en Belén, donde nació Jesús como descendiente de David.

Belén era asentamiento de beduinos hace más de cinco mil años y se  llamaba Éfrata. 

En la Biblia, la ciudad se llama Belén de Judá, para distinguirla de otra ciudad de la tribu de Zabulón.

Allí Raquel, la esposa de Jacob, muere al dar a luz a Benjamín y es sepultada en el camino de Éfrata.

Jacob erigió el sepulcro de Raquel (Cf. Gn 35, 19-20),  muy venerado por los judíos por ser considerada la madre de la nación.

También venerada por cristianos y musulmanes, con lo que  su tumba es fuente de continuas fricciones.

Los judíos la controlan en la actualidad.

Al este de Belén está el pueblo de Beit Sahour donde están los Campos de Rut.

Según la tradición aquí ocurrió el relato bíblico del libro de Rut, en el que un rico propietario local se enamora de una pobre viuda moabita, al llegar esta acompañando a su suegra Noemí.

gruta de la natividad

El hijo de Rut y Boaz es Obed, el padre de Jesé, padre de David (cf Rut 4, 17-22).

El profeta Samuel designa a David como rey de Israel en Belén, remplazando a Saúl (cf 1Sam 16, 1-14).

La cisterna dentro de la Basílica de la Natividad es el tradicional lugar del «pozo de David» (2Sam 23, 13-17), y allí los cristianos pusieron una fuente bautismal.

Roboam, nieto de David gobierna entre el 928 y 911 a.C. y construye sistemas de defensa en Belén pero dos siglos más tarde ya la ciudad es devastada.

El profeta Miqueas anuncia la promesa de Dios para Belén hablando de la destrucción de Samaria, la deportación de sus habitantes y de la invasión de Judea por parte de Senaquerib.

Mas tú, Belén Efratá,
aunque eres la menor entre las familias de Judá,
de ti me ha de salir
aquel que ha de dominar en Israel,
y cuyos orígenes son de antigüedad,
desde los días de antaño.
(Miqueas 5:1)

 

BREVE DESCRIPCIÓN MÍSTICA DEL LUGAR

Según visiones que tuvo Catalina Emmerich, San José conocía el lugar fuera de la ciudad de Belén desde niño, porque jugaba con sus hermanos allí.

Este lugar era de unos pastores que en la época del año rara vez estaban allí; era un lugar de resguardo de animales y hombres en las épocas más frías.

José fue a ese lugar como última opción pensando que fuera un lugar temporal mientras buscaba una habitación normal para el nacimiento.

Emmerich cuenta que salieron de Belén al este por un sendero solitario.

A los pocos minutos arribaron a una colina, al lado de un espacio abierto con árboles.

En el extremo sur de la colina había una carretera que conducía al valle de los pastores.

Siguiendo la carretera estaba la cueva, que tenía una entrada estrecha que conducía a una cámara más grande, descripta por Catalina Emmeric” como “semicircular y medio triangular”

Las paredes eran de roca natural.

Situándose en la entrada de la Cueva y mirando hacia el oeste se podían ver los techos y las torres de Belén.

Protegiendo la entrada principal había un techo de juncos en el cual uno podía sentarse al aire libre.

En el lado sur de la Cueva arriba había tres aberturas para que entrara la luz y el aire.

 

NACIMIENTO DE JESÚS

El nacimiento de Jesús es relatado en la Biblia. 

Se produjo allí porque al ser José de la tribu mesiánica del rey David -también nacido en Belén-, debía empadronarse allí censo fiscal según las órdenes de los conquistadores romanos.

Se supone que Jesús nació hacia el año 6 o 7 a.C en una de las tantas cuevas donde se guardaban animales.

La pequeña ciudad de Belén – hoy básicamente musulmana – ha sido lugar de peregrinaje. 

Los primeros en llegar fueron los Reyes Magos llegados de Oriente y más adelante, desde el Siglo IV, llegaron los cristianos.

Los primeros cristianos veneraron estos acontecimientos, recordando el lugar donde nació Jesús.

Pero en el año 135, tras el fracaso de una revolución judía contra los romanos, el emperador Adriano construyó sobre la gruta un templo y un bosque sagrados, dedicados al dios pagano Adonis.

Santa Elena, madre del emperador Constantino (272-337) quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano, buscó las huellas de Jesús en Tierra Santa.

Y ordenó levantar los primeros lugares de culto en el Santo Sepulcro y la Basílica de la Natividad.

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En el sitio donde se había producido el nacimiento de Jesús, Santa Elena construyó una pequeña iglesia.
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En la que décadas después San Jerónimo tradujo la Biblia del griego al latín, conocida como «La Vulgata».

El lugar estaba cubierto de árboles según San Cirilo de Jerusalén en el año 348 y San Jerónimo escribía, en el 395:

“Belén, que es ahora nuestra,… estuvo bajo la sombra de un bosque de Tammuz.

Es decir, de Adonis, y en la cueva donde en otro tiempo se oyeron los primeros gemidos de Dios, se lloraba al querido de Venus”.

Anteriormente, Orígenes había dicho:

En Belén, se muestra la cueva en que nació Jesús y, dentro de la cueva, el pesebre en el que fue reclinado, siendo e todos conocido, incluso las gentes ajenas a la fe.

En esta cueva- se dice- nació aquel Jesús a quien admiran y adoran los cristianos”.

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LAS VICISITUDES

La pequeña iglesia fue saqueada y destruida por los samaritanos, un pueblo helenizado de origen israelita que se rebeló contra los romanos en el año 529.

La actual estructura de la Basílica de la Natividad data del periodo de Justiniano en el siglo VI, y parece que sólo el techo ha sido reconstruido.

Tierra Santa fue objeto nuevamente de una invasión, esta vez de los persas en el año 614, que no la destruyeron porque vieron en ella imágenes de los Reyes Magos con atuendos típicos de su país.

También se salvó de la invasión musulmana en el año 647, porque ven en Jesús a un profeta y a María la santa que le concibió.

La Basílica no volvería a sus días de máxima grandeza hasta las cruzadas, entre los siglos XI y XII.
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Al convertirse en el lugar preferido por los monarcas de los reinos cruzados de Jerusalén cuando eran ungidos en el trono.

En el año 1099, Tancredo fue enviado por Godofredo de Bouillón para proteger la ciudad de los ataques musulmanes.

Un año más tarde, en la noche de Navidad del 1100, fue coronado en la basílica como rey de Jerusalén Balduino I.

Los cruzados restauraron la basílica entre los años 1165-1169, sustituyendo el mosaico del pavimento por un enlosado de mármol blanco.

Que después fue saqueado por los turcos en el siglo XVI para colocarlo en el pavimento de una de sus mezquitas.

El año 1347 concedieron a los franciscanos la gestión de la Gruta del Nacimiento y el mantenimiento de la basílica.

Derecho que más tarde también adquirieron los ortodoxos griegos (1645-1669).

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A lo que se sumaron entre 1810 y 1829 los armenios ortodoxos.

Por lo tanto la propiedad se dividió entre tres comunidades: la griega ortodoxa, la armenia y la latina.
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Mientras que los derechos y privilegios sobre la Natividad están definidos por el Acuerdo de Statu Quo de los Santos Lugares de 1852.

Un acuerdo dos años más tarde causaría una disputa entre Francia y Rusia por el control de la Basílica -regida por entonces por los grecortodoxos- y la estrella de oro que marca el nacimiento de Jesús.

Presionado por Napoleón III, el Sultán Abdul Mejid I había retirado el control de la Basílica a la Iglesia Grecortodoxa, cediéndosela a la Iglesia Católica y nombrando a Francia «protectora soberana de Tierra Santa».

El robo de la venerada estrella de Belén, de 14 puntas y con una inscripción en latín que afirma «Aquí ha nacido Jesús de la Virgen María», comenzó la Guerra de Crimea entre 1854 y 1856, una de las más sangrientas de la historia.

Dos acuerdos internacionales posteriores, el de Berlín en 1878 y de París en 1888, regularon el control de los lugares santos y por ello en la misa de Nochebuena en Belén participan los cónsules generales de España, Italia, Bélgica y Francia, custodios de Tierra Santa.

 

LA BASÍLICA DE LA NATIVIDAD

Se encuentra en el centro de Belén, construida sobre la cueva donde nació Jesucristo.
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La primera construcción se remonta al reinado de Constantino, 330 a.C.
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Por lo que es una de las estructuras Bizantinas más antiguas.
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Las grandes puertas de la catedral fueron clausuradas para evitar la fácil penetración y profanación del santuario por los no creyentes, por lo que no es de fácil acceso hoy día.

Tiene forma de cruz latina con el transepto rematado en ábsides. La nave central se halla flanqueada por 44 columnas rosadas de piedra caliza, distribuidas en cuatro filas.

Los capiteles, de mármol blanco, son de estilo corintio. Sobre ellas todavía pueden encontrarse restos de mosaicos del siglo XII, que representaban a los antepasados de Jesús, así como los siete primeros concilios ecuménicos.

En la nave sur puede verse todavía una pila bautismal antigua de piedra rosácea local, de forma octogonal y cavidad cruciforme.

Es todo lo que queda del antiguo baptisterio por el que pasaban los catecúmenos para ser bautizados.

El techo actual fue construido en el siglo XVII y reparado en 1842.

Frente a la puerta de entrada, cubriendo el ábside de la nave central, hay un iconostasio griego de madera tallada y que presenta tres cuerpos superpuestos, decorados con escenas de estilo bizantino.

Al lado se encuentra la Basílica de Santa Catalina, construida en la Edad Media, y dedicada a la mártir de Alejandría.

Hoy en día es la iglesia parroquial de la comunidad católica de rito latino.

Es aquí donde se celebra cada año la misa solemne de la Vigilia de Navidad.

Debajo del patio hay una serie de cuevas que conectan a Santa Catalina con la Gruta de la Natividad.
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Una fue la vivienda de San Jerónimo mientras traducía la Biblia al latín y la otra tiene una capilla dedicada a los Niños Inocentes.

 

LA GRUTA DEL NACIMIENTO

El lugar más sagrado y centro de la Basílica es el del nacimiento de Cristo, justo debajo del Altar Mayor de la Basílica.

A la cueva del nacimiento se desciende desde el interior de la basílica por dos escaleras cortas bajo el presbiterio.
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A ambos lados de este hay una escalera que comunican con la gruta.
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La gruta es una capilla de reducidas dimensiones, de forma casi rectangular (12,30 metros x 3,50 metros), con un pequeño ábside en el extremo oriental.
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En él hay un altar y, debajo de éste, una estrella de plata señala el lugar donde Cristo nació de la Virgen María.

El piso de la cueva ha sido cubierto de mármol.

El lugar del nacimiento está marcado por la estrella de plata que tiene un orificio para poder ver el piso de piedra original.

En la estrella están inscritas las palabras: «Hic De Virgine Maria Iesus Christus Natus Est» (Aquí, de la Virgen María, nació Cristo Jesús).

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Cincuenta y tres lámparas se mantienen aquí encendidas día y noche.

Aquí se celebra diariamente la Misa de Navidad, con los creyentes de rodillas sobre el piso.

El pesebre es venerado en la capillita que se encuentra casi enfrente del altar del Nacimiento.

También se venera igualmente en ese lugar el Altar de los Reyes Magos que está junto al del pesebre.

En la Gruta el ambiente es de recogimiento y de piedad.

La Misa del Gallo concluye en la Gruta de la Natividad, cuando el jefe de la Iglesia católica en Tierra Santa deposita sobre ella una pequeña imagen del Niño Jesús tallada por artesanos españoles a principios del siglo XX.

Habitualmente exhibida en la Iglesia de Santa Catalina -aledaña a la Basílica de Justiniano y regida por los franciscanos-, la figura entra en la Gruta en brazos del patriarca por una puerta que sólo es abierta en Nochebuena.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Semana Santa en Jerusalén

Hay un programa de Solemnidades Pascuales, en rito latino, en la Basílica del Santo Sepulcro y en otros Santuarios de Tierra Santa.

Impreso por los padres franciscano.

Que nos indica que las celebraciones comienzan el viernes anterior al Domingo de Ramos.

Y culmina el Lunes de Pascua.

Durante esos 11 días se realizan diversos actos litúrgicos.

Con todo, nos limitaremos a los más importantes.

Peregrinos en el santo Sepulcro
El Santo Sepulcro en la Basílica del Santo Sepulcro

Antes de comenzar a ver las distintas ceremonias hay que hacer un par de aclaraciones.
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Primero, explicar un poco la forma de la Basílica del Santo Sepulcro y luego la situación.

Basílica del Santo Sepulcro
Entrada a la Basílica del Santo Sepulcro

La Basílica, de estilo románico, fue construida en el s. XII por los Cruzados.

Muchas capillas, y altares se suceden en la actual iglesia, pertenecientes a diferentes comunidades cristianas y de estilos muy diversos.

Las más importantes son el Calvario y el Santo Sepulcro.

Entrando, a la derecha de la puerta, encontramos una escalera que nos sube al Calvario.

Dos capillas, una católica y otra griega ortodoxa, comparten el espacio superior dividido por dos gruesas pilastras.

En la capilla de los franciscanos se encuentra el altar de la Dolorosa y el de la Crucifixión.

En la ortodoxa el lugar de la muerte de Cristo.

A no más de 20 metros del Calvario está el Santo Sepulcro.

En medio de una rotonda, cortada la roca de su alrededor y cubierto de mármol, se encuentra el Sepulcro vacío de Cristo.

Dentro del Sepulcro se pueden celebrar misas, para lo cual se coloca una tabla encima del lugar donde reposó el Cuerpo del Señor.

Sin embargo, las misas solemnes (por ejemplo todas las de la Semana Santa) se celebran afuera del Sepulcro.

Se coloca un altar portátil justo enfrente de la puerta y la sede unos metros más atrás, mirando la Tumba.

En cuanto a la situación de la Basílica es algo especial.

Dados los continuos problemas existentes entre las diversas denominaciones cristianas, acerca de los derechos de propiedad de la Basílica, se establece en 1757 el Statu Quo, reformado posteriormente varias veces.

Cualquier disputa entre las distintas confesiones sobre derecho de propiedad o culto se rige por este código.

De tal modo que, los franciscanos, no pueden organizar las ceremonias litúrgicas convenientemente, ni adaptarlas según las indicaciones del Concilio Vaticano II de modo completo.

Esto trae algunos inconvenientes.

Solamente para dar un ejemplo, cuando la Pascua latina cae el Domingo de Ramos ortodoxo, las ceremonias se superponen y uno puede estar a un metro del Patriarca sin por ello poder oír una sola palabra de lo que dice.

Lo mismo debe decirse de lo extraño de los horarios: si la Vigilia Pascual se celebra el Sábado Santo a las 7 de la mañana, se debe a este mismo motivo.

Pero la Basílica del Santo Sepulcro, no es sólo especial por estos hechos, que no dejan de ser accidentales.

Se destaca sobre todo por ser la iglesia que contiene el Calvario y el Santo Sepulcro.

Por lo mismo, su liturgia siempre tuvo un sabor especial.

No sólo porque la liturgia de Jerusalén influyó en las liturgias de las demás iglesias, sino también, porque como atestigua la peregrina Egeria, la liturgia de Jerusalén era esencialmente “adapta al día y al lugar”.

La comisión litúrgica de la Custodia de Tierra Santa, está estudiando el modo de que esta riqueza particular se convine con las reformas litúrgicas de 1975.

 

DOMINGO DE RAMOS

Domingo de Ramos en Jerusalen
Procesión de Domingo de Ramos

Tenemos este día dos celebraciones muy importantes.

La Santa Misa pontifical con el canto de la Pasión, y procesión de Ramos, en el Santo Sepulcro, por un lado.

Y la procesión de Ramos desde Betfagé (desde la Iglesia que conserva la roca de la cual Nuestro Señor montó el pollino) hasta Jerusalén, por otro.  

La Santa Misa es a las 7 de la mañana. Se celebra en latín, pero los franciscanos imprimieron una hermosa guía de la Misa en latín, árabe, italiano, español, inglés, francés y alemán (casi 200 páginas) gracias a la cual todo el mundo puede seguir las ceremonias perfectamente.

Lo mismo hicieron para las demás ceremonias en el Santo Sepulcro.

En el día en que la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su sacrificio pascual, la Iglesia Jerosolimitana celebra esta memoria con la bendición de Ramos.

la procesión se hace por tres veces alrededor de la Edícola de la Anástasis (el Santo Sepulcro) y que pasa delante del Calvario a la tercera vuelta.

De este modo se manifiesta la unidad del misterio en su doble vertiente de muerte y resurrección.

Antes de la procesión el Patriarca bendice los ramos dentro de la Capilla del Ángel (la cámara previa al Santo Sepulcro) y personalmente los reparte entre los concelebrantes y los fieles.

Después de la tercera vuelta, que pasa frente al Calvario, los cantores entran en la Capilla del Ángel entonando el himno “Gloria, alabanza y honor”.

Después entra el Patriarca y se canta el responsorio “Al entrar el Señor en la Ciudad Santa”, como si fuese Cristo el que entra en el lugar de su triunfo, en el lugar en que abatió la muerte.

Remarca pues, la liturgia en el Santo Sepulcro, de un modo especial, la unidad del misterio Pascual.

Haría falta considerar las antífonas, cantos y salmos que se van intercalando en la procesión para ver su riqueza y la fuerza que cobran al recitarlos en ese lugar.

Como ejemplo tomemos lo que cantamos mientras la procesión pasa frente al Calvario para tornar al Sepulcro: la antífona “Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor aclamando ¡Hosanna en el Cielo!, se va intercalando en el Salmo 23.

Se pide en él abrir figuradamente las puertas del santuario para que entre el Señor, santuario que el Señor abrirá efectivamente con su resurrección: “Portones, alzad los dinteles, levantaos puertas antiguas, va a entra el Rey de la Gloria. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? El Señor, héroe valeroso, el Señor, héroe de la guerra”.

Por la tarde la bendición de ramos se celebra en el santo lugar de Betfagé y la procesión sigue la loma del Monte de los Olivos y atravesando el torrente Cedrón por Getsemaní llega por la puerta de San Esteban a la explanada adyacente a la Piscina Probática.

Esta procesión, que imita localmente la entrada del Señor, es la manifestación popular católica más importante del año.

Miles de fieles agrupados según pertenezcan a parroquias o a distintas asociaciones marchan cantando y rezando durante más o menos 2 horas. Se suman incluso grupos no católicos.

 

JUEVES SANTO

Destacamos en este día dos cosas. La Misa de la Cena del Señor (Misa Crismal y lavatorio de pies) en el Santo Sepulcro, y la Hora Santa en Getsemaní.  

Misa de la Cena del Señor: sigue el esquema y los textos del misal romano de 1975.

Lo mismo las lecturas con relación al leccionario, con la única particularidad que son ampliadas con los leccionarios armenio y gregoriano.

Jueves santo en el Santo Sepulcro
Jueves santo en el Santo Sepulcro

Se celebra a la mañana (7:00 hs.) por exigencia local.

Así como la Misa del Domingo de Ramos en esta Basílica también, manifiesta la unidad del Misterio Pascual, en su doble vertiente muerte-resurrección, de modo semejante la relación entre la Última Cena – Sacrificio de la Cruz es expresada en la Misa de la Cena del Señor en el Santo Sepulcro.

Esta íntima conexión se significa también en la procesión con el Santísimo Sacramento que da tres vueltas alrededor de la Edícola en la tercera incluye la Piedra de la Unción pasando delante del Calvario.

Después el Santísimo el colocado en el sagrario puesto sobre el Santo Sepulcro del Señor.

No quiere esto significar que Cristo reposa en el Sepulcro, sino que como Señor convertido en alimento vive siempre con los suyos y acoge su sacrificio de oración y alabanza.

Institución de la Sagrada Eucaristía, institución del Sacramento del Orden, mandato del Señor sobre la caridad fraterna: tres misterios inefables que la liturgia enseña a sus fieles con los signos de la procesión con el Santísimo, la renovación de las promesas sacerdotales y el lavatorio de los pies, respectivamente.

Y todo eso entre el Calvario y el Santo Sepulcro donde Cristo consumó el Misterio Pascual.

Hora Santa en Getsemaní: en la base del Monte de los Olivos, al este de Jerusalén, a unos 300 metros de la Puerta de San Esteban, se encuentra el Huerto de los Olivos al que Jesús solía ir a rezar, y donde fue entregado por Judas a los judíos.

Actualmente encontramos en ese lugar tres centros importantísimos de peregrinación que nos hablan del Jueves Santo.

La Gruta del Prendimiento: donde según la tradición Cristo dejó a ocho de sus apóstoles antes de seguir con Pedro, Santiago y Juan.

El Huerto: allí se conservan unos olivos antiquísimos, que según algunos expertos podrían tener más de 2000 años de edad, testigos silenciosos de aquella noche en la que el Señor sudó sangre por nosotros.

Pero aunque fueran de menos años (como es opinión de otros) hay que notar que sólo un cuidado especial ha podido hacerles llegar hasta nosotros, siendo únicos en este aspecto en todo Jerusalén.

Se ve pues la existencia de una tradición que intenta conservarlos, por lo que serían al menos, retoños de aquellos olivos que Jesús vio al comenzar su Pasión.

La Basílica de la Agonía: donde se encuentra la roca sobre la cual Cristo sudó sangre. Iglesia amplia y hermosísima, representa de modo admirable el misterio que en ella se celebra

A las 20:00 hs. del Jueves Santo se celebra en esta última Iglesia, la Hora Santa para acompañar al Señor.

Esta Basílica no se rige por el Statu Quo, de modo que, la ceremonia puede realizarse sin imposiciones externas.

Esto permite que sea muy ágil y apropiada a la situación, entre otras cosas se puede hacer en varios idiomas parar aprovechamiento de todos.

En resumen, intercalando oraciones, cánticos, antífonas y salmos se proclaman los diversos pasajes del Evangelio que tratan del misterio de Getsemaní: la predicación de la negación de Pedro, la oración del Señor en el Huerto, y la captura de Jesús por parte de los soldados.

Antes de terminar el custodio de Tierra Santa arroja flores sobre la roca de la Agonía y la inciensa. Se canta al final el Himno Vexilla Regis.

Finalizada esta ceremonia muchos permanecen en la Basílica para meditar los misterios que se acaban de proclamar.

La gente puede ir donde está la Piedra Bendita, besarla, rezar ahí unos minutos, tomar algunos pétalos para llevarse a su casa.

También el Huerto es lugar privilegiado para la oración, iluminado esa noche con la luna llena de pascua.

La Iglesia permanece abierta hasta las 12:00 de la noche.

A eso de las 11:00 hs. fuimos a la Iglesia de San Pedro  in Gallicantu que también permanece abierta hasta medianoche.

Es la Iglesia construida sobre la casa de Caifás, es decir el lugar donde Cristo pasó la noche del Jueves al Viernes Santo.

Se conserva en esa Iglesia la cisterna donde fue puesto Nuestro Señor, y la Escalera Santa, que Cristo cruzó al menos tres veces entre el Jueves y el Viernes.

 

VIERNES SANTO

Semana Santa en Jerusalen, viernes santo
Via Crucis de Viernes Santo

Las actividades más importantes de este día son tres: la Celebración de la Pasión, el Vía Crucis, y la Procesión fúnebre.  

La celebración de la Pasión del Señor: Se realiza en el Calvario a las 7 de la mañana por exigencias del Statu Quo.

Sólo el Obispo y los diáconos se revisten con ornamentos.

La estructura es la clásica: liturgia de la palabra, adoración del leño de la Santa Cruz, y comunión eucarística.

Por razones de espacio no se pudo incluir la estructura descrita por Egeria.

Ya que la celebración se realiza en el Calvario, se ha sustituido el Crucifijo con la reliquia de la Santa Cruz, custodiada en un precioso relicario en forma de Cruz gemada y adornada con perlas, y esto porque dicho rito tiene origen en la veneración del Lignum Sanctum Crucis.

El Obispo lleva la reliquia del leño de la Cruz en procesión.

Cuando llega al Calvario la coloca en el altar, se postra rostro en tierra y todos oran en silencio durante unos instantes.

La liturgia de la palabra se desarrolla teniendo como centro la reliquia de la Cruz.

Al comenzar la adoración de la Cruz el obispo exhorta al pueblo:

“Queridos hermanos, en el mismo lugar llamado del Calvario o Gólgota en hebreo, en este lugar, testigo de la pasión y muerte de nuestro Redentor, veneremos el santo leño de la Cruz conscientes de acompañar a Cristo en su Pasión.

Aquí, centro preciso del mundo, la naturaleza humana ha sido regenerada y el mundo ha sido recreado con la efusión de la Sangre de Cristo.”

Vía Crucis: durante este día las distintas capillas erigidas en las estaciones del Vía Crucis permanecen abiertas.

Se hace un Vía Crucis a las 10: 30 hs., multitudinario, y muchísimos más en forma privada.

Procesión fúnebre: es una celebración bien catequética, pues se muestra de modo plástico la procesión que tuvo lugar este día desde la Cruz al Santo Sepulcro donde depositaron el cuerpo del Señor.

Llega la procesión al Calvario con un Cristo en Cruz.

Se coloca frente al altar de la Crucifixión y se lo inciensa, memorando el momento de la crucifixión.

Luego se lo traslada al altar ortodoxo, lugar preciso de la muerte de Cristo, y dos diáconos lo desclavan de la Cruz (es un Cristo articulado).

Uno por uno sacan los clavos a golpe de martillo y con pinzas, y los muestran a los fieles.

Después de besar cada clavo lo dejan en una bandeja. También la corona de espinas.

Sigue la procesión llevando a Cristo sobre una síndone hacia el lugar que recuerda la unción con aromas, llamado Piedra de la Unción.

Ahí el Cristo es incensado y ungido con perfumes.

En ese momento un sacerdote predica en árabe acerca del misterio de la Muerte del Señor.

Después sigue la procesión hacia el Santo Sepulcro, donde termina con una oración por parte del Custodio de Tierra Santa.

En esta ceremonia se realizan menos lecturas y cánticos que en las otras, porque la vista de Cristo exánime ayuda a la meditación.

 

SÁBADO SANTO

Sin lugar a dudas lo más importante en este día es la Vigilia Pascual que se celebra a las 7: 30 AM. 

En cuanto a la estructura, no comporta variaciones respecto del Misal Romano, excepto algunas particularidades.

La accesión del fuego se hace a la puerta de la Basílica.

Del fuego bendito se colocan los carbones ardientes en los incensarios y se inciensa la Basílica en el trayecto que va de la puerta a la Anástasis.

Llegado a la Anástasis se hace la preparación del Cirio, y el obispo lo enciende de la llama extraída de dentro del Santo Sepulcro, lugar donde arden las lámparas que simbolizan el resplandor de la Resurrección, la Luz verdadera que ilumina el hombre y a todo lo creado.

Antes de la liturgia bautismal y eucarística, el Obispo, restablecida una antigua costumbre de la Iglesia de Jerusalén, representando a Cristo, anuncia la resurrección de Éste.

Piedra del sepulcro
Piedra del Sepulcro

Especialmente emocionante es escuchar el canto del Pregón Pascual al lado de la Tumba Abierta:

Exulten por fin los coros de los ángeles,
Exulten las jerarquías del cielo,
Y por la victoria del rey tan poderoso
Que las trompetas anuncien la salvación,
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
Y que, radiante con el fulgor del rey eterno,
Se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
Revestida de luz tan brillante;
Resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

santo sepulcro fondo

 

DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

La Misa de Pascua sigue el rito del Misal Romano. Se celebra en el Santo Sepulcro, a las 8:00 de la mañana.

A esta Misa concurre mucha más gente que a la Vigilia, pues en las parroquias la Vigilia es el sábado a la noche.

Es pues, el encuentro de los cristianos que están en Jerusalén.

La alegría de la Resurrección la expresan con el habitual saludo: Al Masihu qam.

¡Haqam qam! Cristo resucitó. ¡Verdaderamente resucitó! 

“Es la Pascua real no ya la sombra”.

El Sepulcro abierto nos predica el triunfo de nuestro Dios.

A pesar de ser minoría en Tierra Santa, y a menudo perseguidos, los cristianos perciben claramente que la victoria les pertenece.

Canta la secuencia pascual:  Dinos María ¿qué has visto en el camino?  

Vi el Sepulcro de Cristo Viviente, y la gloria del Resucitado.

Esa Tumba que un día se abrió para que los fieles pudiesen ver y palpar la impotencia de la muerte sobre nuestro Señor, sigue abierta.

Millones de cristianos la visitan cada año, llorando lágrimas de alegría.

Pues el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y murió  por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.

Fuente: Misioneros del Verbo Encarnado en Tierra Santa

 

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Una Tierra Predestinada para María: El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

El gran santuario dedicado a Nuestra Señora del Carmen se encuentra lógicamente en el Monte Carmelo, en Haifa (Israel).

 

 

Haifa es la tercera población en habitantes del Estado de Israel, después de Tel-Aviv y Jerusalén, con casi 300.000 habitantes y en donde se encuentra el puerto actual más importante del Estado, construido artificialmente durante el Mandato Británico.

 

Ciudad de Haifa

 

Haifa ha llegado a convertirse en el primer centro industrial y laborioso del país. De ahí el refrán israelí: «En Jerusalén se ora, en Tel-Aviv se divierte, en Haifa se trabaja».

 

EL MONTE CARMELO

El Monte Carmelo (en hebreo Har ha’Karmel; en árabe Yabal al-Karmil) es una cordillera en Israel sobre el Mar Mediterráneo.

El monte Carmelo tiene forma triangular, mide unos 26 km de largo y alrededor de 7 kilómetros de ancho y su altura máxima de de unos 550 m.

La ciudad de Haifa está parcialmente situada sobre el Monte Carmelo, como también otras pequeñas ciudades como Nesher, Tirat Karmel. Sus coordenadas son: 32º 50′ de latitud Norte y 35º de longitud Este.

 

Ubicacion de Haifa en Israel

 

Su nombre viene a decir jardín («Karmel» en arabe) o viñedos de Dios («Karem El» en idioma hebreo). En la antigüedad estaba cubierta por viñedos y fue siempre famosa por su fertilidad.

Un filósofo sirio del siglo IV a. C., llamado Jámblico, escribió que el Monte Carmelo era «el más santo de todos los montes».

Aparte de ser un rincón de singular belleza. Se puede contemplar desde la carretera, los «jardines persas» en torno al panteón de cúpula dorada del templo Bahai.

 

Jardines del templo Bahai en el Monte Carmelo en Haifa

 

Para los cristianos, el Monte Carmelo tiene resonancias bíblicas y marianas, y lo hacemos en lo alto del Monte, donde se encuentra el convento carmelitano de Stella Maris = Estrella del Mar.

 

Vista de Haifa desde el Monte Carmelo

 

Aquí se encuentra el santuario más célebre de la Virgen del Carmen, desde donde se propagó su devoción por obra de san Simón Stock.

 

Santuario y Monasterio de Stella Maris

 

La tradición-devoción tiene resonancias ya desde el Antiguo Testamento con el profeta Elías, pues:

a) Aquí se refugió huyendo de Ajab y Jezabel. Lo recuerda la gruta al pie del altar mayor con una imagen del profeta Elías.

b) Y desde aquí (magnífico balcón para contemplar toda la bahía y la ciudad de Haifa, que se extiende a los pies del monte) el criado de Elías (según la narración del Libro 1º de los Reyes, 18, 44-45) vio la «Nubecilla» que nacía del mar, imagen de la Virgen María. Nubecilla, inicio de abundante lluvia.
María, que fecundaría el mundo con la lluvia copiosa de la gracia, que es su Hijo Jesús.

 

EL MURAKA (EL SACRIFICIO DE ELÍAS)

También en la cumbre del Carmelo se puede recordar otro pasaje de Elías. La lucha encarnizada del Profeta del Dios único y verdadero, (era su causa) contra los profetas del dios-ídolo-Baal. (I Reg 19,8-13).

Esto se recuerda en otro lugar de este monte, a 30 km de Haifa, en donde hay otro monasterio carmelitano, llamado Muraká, conocido como el «Sacrificio de Elías».

 

Monasterio Muraka

 

Allí es donde se recuerda el reto del sacrificio de Elías, antes mencionado, contra los 400 sacerdotes del dios Baal, que la reina Jezabel había traído de su tierra, Tiro.

– Los 400 sacerdotes invocaban a Baal y Baal no respondió. La forma de la respuesta debía ser que el dios mandase fuego que consumiera el carnero del sacrificio.
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– Elías invocó, incluso con la «ironía» de empapar de agua la víctima del sacrificio para hacer más difícil «la cosa» y la «cosa» resultó. Bajó fuego del cielo y secó el agua y redujo a cenizas el animal.
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– Resultado: que Elías mató a los 400 sacerdotes de Baal, cuyos cadáveres son arrojados al cercano torrente Cisón, y la causa del Dios único-Yahveísta, quedó restablecida.

 

Interior del Santuario Stella Maris

 

EL MONASTERIO Y EL SANTUARIO

A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María.

Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial.

 

Imagen de la Virgen del Carmen tallada en madera de cedro del Líbano

 

Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.

El monasterio actual se construyó en 1827. La Basílica está dentro del Monasterio, pues no le permitieron que su fachada diera al exterior. Es de cruz griega y estilo neoclásico italiano.

 

Fresco de Santos Carmelitas

 

El centro de atención es la Imagen de la Virgen del Carmen, que aquí no está vestida con el hábito del Carmen, como ordinariamente la vemos en nuestras Iglesias. Es obra de Caraventa de Génova (1820), y coronada en el Vaticano en presencia de Pío VII. Después de su restauración (1933) fue bendecida por el Papa Pío XI.

En las pinturas de la cúpula, pintadas por un Hermano Carmelita, se representan algunas escenas alusivas a la vida del Profeta Elías; la Sagrada Familia que según tradición pasó por aquí, en algunos de sus viajes de Nazaret a Jerusalén; Profetas y Evangelistas y Santos de la Orden.

 

Fresco de San Simon Stock

 

El los laterales hay unas placas de mármol que representan:
1º Castillo interior de las Moradas de Santa Teresa;
2º Subida al Monte Carmelo de san Juan de la Cruz;
3º La Rosa de Galilea de una santa carmelita de Belén;
4º La estrella de David entre alambradas, que representa a una santa carmelita judía: Edith Stein, víctima de los Nazis.

 

Altar del santuario Stella Maris con la cueva de Elías en un nivel inferior

 

Debajo del altar está la gruta que recuerda al profeta Elías, pues según una tradición moró en ella durante un tiempo. Elías el gran defensor de la pureza de la Religión Yahveísta, de cuyo espíritu los Carmelitas se sienten herederos.

Cueva del Profeta Elias con su estatua

 

– Y en la plaza hay un monumento a la Virgen del Carmen, levantado por la devoción del pueblo Chileno a su Patrona, el año 1894.

Bajo la pirámide de enfrente del monasterio reposan los soldados franceses, víctimas de los Turcos. En respuesta a Napoleón, que en su campaña para conquistar Acre, utilizó el Monasterio como hospital, los turcos destruyeron el monasterio y masacraron a la comunidad de Carmelitas.

 

Monumento a los soldados de Napoleon

 

Se puede contemplar desde el Mirador la magnífica vista de HAIFA, su puerto, etc. En los días claros se llega a ver hasta Acre.

Ver:

 

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Basílica de la Transfiguración en el Monte Tabor

El Tabor es un monte redondo, gracioso, solitario, que destaca por su figura excepcional y su separación de otras montañas. Situado en el extremo nordeste de la llanura de Esdrelón, dista de Cesarea setenta kilómetros.

Es uno de los montes con más personalidad de toda Palestina. Su verdor contrasta con la desnudez de las alturas cercanas.

Monte Tabor
Monte Tabor

El monte Tabor está a 588 metros de altura sobre el nivel del mar. Allí tuvo lugar la transfiguración del Señor delante de los tres apóstoles, y con la aparición de Elías y Moises. Este es el precioso mosaico que hay en el interior de la Iglesia católica del monte Tabor.

El monte Tabor ha sido siempre considerado un monte Santo. Desde el Antiguo Testamento ya lo llamaban así las tribus israelitas del norte. Existía ya un santuario cananeo cuyos restos son visibles aun hoy día en la cripta de la actual basílica.

En el siglo III Antíoco III ocupó la cima donde estableció una tropa Siria. Más adelante, con la primera revuelta judía del año 66 fue fortificado por José Flavio, y desmantelado por Vespasiano. En el Evangelio no se nos dice el lugar donde tuvo lugar la Transfiguración del Señor.

Hay una antigua tradición del s. II, que sitúa esta escena evangélica en el monte Tabor. El evangelio dice “los llevó a un monte alto” (Lc. 9,2), y san Pedro en su II Carta dice “monte Santo”.

Camino en el monte para llegar a la cima

Debajo de la cripta de la nueva basílica fue descubierta una gruta, lugar de culto de los judeo-cristianos. Parece ser que en el monte pudo haber también un grupo de eremitas. Estos mantenían vivo el culto aun hasta después de la conquista árabe.

En la época cruzada parece que la situación mejoró mucho. Desde el siglo IV ya había un monumento erigido a la Transfiguración. En el siglo IX estaba confiado el culto a monjes benedictinos, que mejoraron mucho la Iglesia, pero en el 1200 el Sultán Malek Al-Adel queriendo fortificar el monte, hizo desaparecer la Iglesia, y realizó construcciones sarracenas cuyos vestigios aun hoy se pueden ver.

En el siglo XIII llegaron los franciscanos con el fin de custodiar los lugares Santos. Hasta el siglo XVII no consiguieron la propiedad del monte Tabor, que se la concedió el emir Fakr-ed Din. Estaba todo en ruinas. Hasta 1924 no se construyó la actual basílica por el arquitecto Barluzzi.

Fachada de la Basílica
Fachada de la Basílica

El mosaico que representa la transfiguración del Señor está en el ábside de la iglesia. Al entrar a la basílica a la izquierda está una capilla dedicada a Moisés, y a la derecha otra dedicada al profeta Elías.

Mosaico de la Transfiguración
Mosaico de la Transfiguración

De la primitiva basílica cruzada, además de la cripta y de algunos muros visibles debajo del muro reconstruido, forma parte también el altar que se encuentra en el centro mismo de la cripta.

Y de la basílica de época bizantina el único elemento cierto es el pavimento en mosaico que puede apreciarse hoy yendo en dirección a la sacristía. También se conservan varios capiteles y fragmentos de columnas que pertenecieron a esta época.

Además podemos encontrar, al norte de la basílica y debajo del pavimento del lugar identificado como el refectorio del monasterio medieval, una pequeña gruta excavada que contenía en la pared restos de inscripciones en griego y algunos monogramas con cruces, quizá resto del cementerio de los monjes bizantinos que habitaron la montaña.

Viejos escalones de ingreso
Viejos escalones de ingreso

INTERIOR DE LA BASÍLICA

Interior de la nave central
Interior de la nave central

A la cima de este monte llevó Jesús un día a sus discípulos predilectos. Así leemos en la paráfrasis del Apocalipsis apócrifo de Pedro:

«Luego, mi Señor Jesucristo, nuestro rey, me dijo: subamos al monte santo. Y sus discípulos caminaros con él orando. Y he aquí que había allí dos hombres. Nosotros fuimos incapaces de fijar nuestros ojos en sus rostros. Resplandecía en ellos una luz más brillante que el Sol.»

La víspera del 6 de agosto, fecha aceptada en toda la iglesia oriental y occidental para la celebración litúrgica en memoria de la Transfiguración, numerosos fieles de Nazaret y de Galilea suben al monte para celebrar allí la fiesta.

En una fresca tarde de agosto la ascención a pie casi se convierte en una necesidad. Hay quien prefiere desviarse de la carretera sinuosa y llena de difíciles curvas, construída a principios del siglo por los religiosos Franciscanos y escalan la montaña entre arbustos, maleza y pinos, hasta llegar a la cima. El panorama es único e invita a semejantes «proezas».

Mosaico de la Transfiguración  sobre el coro
Mosaico de la Transfiguración sobre el coro

La basílica moderna construída por la Custodia de Tierra Santa siguiendo los planos del arquitecto Barluzzi, fué comenzada en el año 1921 e inaugurada en 1924.

El arquitecto se inspiró en las iglesias de la Alta Siria, tanto en la fachada como en el interior. Las puertas de bronce pertenecen al escultor Tonnini, autor también de las estatuas de S. Francisco y de la Inmaculada conservadas en los ábsides laterales de la basílica, como lo es también de los candeleros en bronce que embellecen los altares.

La basílica de tres naves ocupa el plano de la iglesia precedente de la época cruzada mandada construir por Tancredo príncipe de Galilea.

Altar en la bóveda, se ven las pinturas en el techo abovedado
Altar en la bóveda, se ven las pinturas en el techo abovedado

En el proyecto original el techo iluminaba el ambiente mediante grandes trozos de mármol que cubren directamente los de madera y que servían únicamente para hacer filtrar la deslumbrante luz que penetra de fuera. Luminosidad, por otra parte, con la que el arquitecto había querido subrayar el misterio de luz encerrado en la Transfiguración tal como lo cuenta el Evangelio.

Las condiciones climáticas existentes en la cima de la montaña exigieron la cobertura de cobre que quita, aunque no anula, el efecto deseado. Ahora la luz penetra a través del grande rosetón de la fachada y que después del mediodía ilumina el mosaico del ábside, obra de G.Villani, que representa a Jesús transfigurado ante tres de sus discípulos entre Elías y Moisés, que representan la Ley y los Profetas.

Los varios niveles de la Basílica
Los varios niveles de la Basílica

El arquitecto ha querido respetar, englobándolos, los restos de la iglesia y los oratorios anteriores.

Las dos torres de la fachada están construidas encima de las capillas con ábsides medievales hoy dedicadas al recuerdo de Moisés y de Elías, decoradas con dos pinturas al fresco del pintor Villani que recuerda para Moisés el don de la Ley en el Sinai, y para Elías la apuesta con los Sacerdotes de Baal en el Carmelo.

Capilla de Elias
Capilla de Elias
Capilla de Moises
Capilla de Moises

Apenas entrados en la basílica, nos es posible divisar la antigua escalera cortada en la roca medieval. La escalera fue desviada hacia adelante por el arquitecto Barluzzi, por razones prácticas, a la altura de la tercera fila de columnas.

La bóveda primitiva de la cripta cruzada está ahora cubierta por un mosaico, también de Villani, que recuerda las distintas transfiguraciones misteriosas de Jesús según la creencia cristiana: la encarnación, la Eúcaristía, la resurrección, el Cordero del apocalipsis, al final de los tiempos («Y vi – leemos en el Apocalipsis – entre el trono de Dios y los cuatro vivientes y los ancianos, un cordero que estaba en pie como degollado… y cantan un canto nuevo diciendo: Digno eres de recibir el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre nos compraste a Dios a nosotros de toda tribú lengua pueblo y nación…»).

Roca de la Transfiguración
Roca de la Transfiguración

Para visitar los monumentos de la zona septentrional de la cima del Tabor hay que volver a la Puerta del Viento y desviarse a la derecha, entrando así en lo que es la propiedad griego-ortodoxa.

En el interior de la torre del nordeste, se puede visitar la gruta de Melquisedec y las ruinas de una iglesia cruzada excavada en gran parte de la roca de la montaña.

Allí se conmemoraba el encuentro de Abraham con Melquisedec. Más allá se alza la iglesia y el monasterio de San Elías que tienen los monjes griego-ortodoxos, reconstruido sobre las ruinas de una antigua iglesia de la época cruzada.

Fuentes:

 

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Admiremos la Abadía de la Dormición en Sión, o Hagia María en Sión

En el Monte Sión, fuera de las murallas de la ciudad, a la izquierda de la Puerta de Sión, notará una gran iglesia octagonal ascendiendo por entre las murallas, muy cerca del lugar donde se encuentra el Cenáculo. Era antiguamente conocida como Abadía de la Dormición de la Virgen María, pero en 1998 cambió en referencia a la iglesia de Hagia Sion que hubo antiguamente en ese lugar.

Vista de la Abadía con el cementerio al lado
Vista de la Abadía con el cementerio al lado

La iglesia es preciosa. Al llegar se entrevé imponente entre altas paredes. Pero lo que más llama la atención –a mí al menos- es bajar a la cripta y encontrarse con la imagen de la Virgen durmiente, antes de ser llevada al cielo. Se encuentra en el centro de una estancia amplia. El lugar y la imagen invitan a rezar. Frecuentemente acudo con amigos a rezar el rosario ante esa imagen de nuestra Madre.

Vista de la Abadía y la ciudad desde el Monte de los Olivos
Vista de la Abadía y la ciudad desde el Monte de los Olivos

“En este lugar originalmente había una Iglesia Bizantina conocida como la Santa Sión, la Madre de todas las Iglesias, pero fue destruida por los persas en el año 614. La actual iglesia fue construida entre los años 1901 y 1910 por los Padres Benedictinos. La Iglesia de la Dormición, también conocida como la Abadía de la Dormición, es uno de los hitos más destacados de Jerusalén.

Vista nocturna
Vista nocturna

Construida en estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su “sueño eterno”. El nombre latino de la iglesia es Dormitio Sanctae Mariae significando el adormecimiento de Santa María. Tiene un precioso mosaico del pavimento, en el centro del cual se insertan tres círculos, que simbolizan la Trinidad

Abside
Abside

Construida en estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su «sueño eterno». El nombre latino de la iglesia es Dormitio Sanctae Mariae significando el adormecimiento de Santa María.

Altar principal
Altar principal

El edificio original era una capilla franciscana erigida en el lugar durante el siglo XIV. El emperador alemán Wilhelm II viajó por el Medio Oriente en 1898 y el sultán turco Abdul Hamid le dio un lote de tierra que fue entregado a la “Asociación Alemana para la Tierra Santa” “para el beneficio de los católicos alemanes”.

Altar lateral
Altar lateral

Esta fue la base para la edificación del monasterio benedictino, llamado inicialmente “Dormitio Mariae”. Los primeros monjes llegaron al Monte Sión en 1906. La iglesia fue dedicada el 10 de abril de 1910. Fue dañada visiblemente durante las batallas por la ciudad en 1948 y 1967.

Interior
Interior

Esta iglesia es muy sobresaliente en el paisaje de Jerusalén. Divisará la gran parte superior de forma redonda y una torre a su lado. A la distancia se parece al emperador Wilhelm II con su tradicional casco prusiano.

Mosaico en el cieloraso
Mosaico en el cieloraso

Dentro de la iglesia encontrará hermosos mosaicos cubriendo la sala de oración. Estos mosaicos describen eventos en la vida de Jesús, María y los santos.

Mosaico de la bóveda
Mosaico de la bóveda

Tiene un precioso mosaico del pavimento, en el centro del cual se insertan tres círculos, que simbolizan la Trinidad. Desde este punto central rayos irradian hacia el exterior en dos círculos concéntricos. El primero contiene los nombres de algunos profetas: Daniel, Isaías, Jeremías y Ezequiel; el segundo los nombres de los doce apóstoles. La bóveda del ábside es un mosaico de la Virgen y el Niño.

Maria con los doce apostoles
Maria con los doce apostoles

De la sala de oración una escalera desciende a la cripta, una habitación circular bajo la iglesia en cuyo centro yace una estatua de tamaño natural de María durmiendo, hecha de madera de cerezo y marfil. La cúpula se hace notar por su glorioso zodíaco de mosaico. Decoran el cielorraso de mosaico una figura de Jesús y alrededor de él retratos de algunas de las mujeres más famosas en la historia bíblica – Ruth, Estér, Yaél, Eva, Miriam (la hermana de Moisés). Rodeando a María hay varias capillas pequeñas, tres de ellas dedicadas a Austria, Hungría y la Costa de Marfil, que donaron fondos para la iglesia.

Sala de la dormición
Sala de la dormición

Normalmente los peregrinos la visitan cuando van al monte Sión camino del Cenáculo. Vale la pena ir al rezar a la Virgen al lugar en el que la tradición dice que nuestra Señora fue llevada a los Cielos en cuerpo y alma por la Trinidad Beatísima.

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Testimonios históricos del cristianismo en Jordania

Una zona hoy asediada por el terrorismo islámico.
Hoy Jordania está bajo amenaza de ser el próximo objetivo del nuevo Califato del Estado Islámico creado con partes de Siria e Irak. Ver aquí. Por eso, creímos conveniente hacer un pequeño viaje para mostrar lo que una vez fue un lugar judeo cristiano. Jordania acoge en su territorio un auténtico tesoro histórico y arqueológico para los cristianos. Muchos lugares santos bíblicos se encuentran en este país.

 

betania lugar bautismo

 

Cuando el peregrino cristiano viaja a Tierra Santa, normalmente se limita a recorrer los lugares santos de Israel y Palestina, olvidándose de que Jordania también es Tierra Santa y que aquí se encuentran algunos de los lugares más importantes citados en el Antiguo y el Nuevo Testamento.

 

MONTE NEBO 

Ante la orilla oriental del mar Muerto se elevan las imponentes montañas del Moab o “de Abarim”. Una de las cimas de este sistema montañoso es el monte Nebo. Para llegar a él hay que salvar un desnivel desde los 422 metros por debajo del nivel del mar a los 817 metros del monte Nebo.

Dice el libro Deuteronomio:

“Aquel mismo día, el Señor dijo a Moisés: ‘Sube a esa montaña de los Abarim, al monte Nebo que está en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy en propiedad a los israelitas. Tú morirás en la montaña a la que vas a subir e irás a reunirte con los tuyos, como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos’”.

El monte Nebo es, por lo tanto, el lugar donde murió Moisés y desde donde contempló la tierra de Canaán antes de morir.

Como pasa con muchos otros lugares bíblicos, no se sabe a ciencia cierta dónde se situaba el monte Nebo citado en este texto. Pero una tradición muy antigua lo ubica en este lugar de los montes Abarim, frente al mar Muerto.

Encontramos aquí un memorial que rememora la entrada del pueblo de Israel en la tierra prometida y la muerte de Moisés, junto con una iglesia católica custodiada por los franciscanos y construida sobre los restos de otra iglesia que data del siglo VI después de Cristo. Esta primera construcción se descubrió en el año 1933 y conserva en buen estado parte del ábside, muros laterales, algunas columnas y un rico mosaico en el suelo. A este lugar vinieron los Papas Juan Pablo II en el año 2000, y Benedicto XVI en 2009.

Desde el mirador habilitado junto al ábside de la iglesia se contempla una espectacular vista del mar Muerto, el valle del Jordán y el desierto de Judea. Ante los ojos del peregrino se extiende toda la Tierra Santa que Moisés contempló antes de morir. De noche incluso se pueden ver las luces de Jericó y Jerusalén.

 

LUGAR DEL BAUTISMO DE JESÚS 

El río Jordán es como una grieta verde que con la vegetación de sus riberas rompe la monotonía ocre del desierto de Judea, atravesándolo de norte a sur desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, y marcando la línea fronteriza entre Israel, los territorios palestinos y Jordania. Unos kilómetros antes de desembocar en el mar Muerto se encuentra el lugar del bautismo de Jesús.

Tanto Israel como Jordania se disputan el punto exacto: los israelíes defienden que se encuentra en la orilla occidental del río, mientras que los jordanos argumentan que está en la orilla oriental. Las evidencias arqueológicas y la tradición parecen dar la razón a los jordanos. No en vano Juan Pablo II visitó la orilla jordana al igual que hizo recientemente el Papa Francisco.

Para un peregrino cristiano, la orilla jordana del río Jordán es un punto de partida más que apropiado para iniciar una peregrinación por Tierra Santa. Hasta hace poco, visitar este lugar no era posible, pues era una zona militarizada: el río marca la frontera entre Jordania e Israel. Hoy, sin embargo, la zona está abierta al público y habilitada para el acceso de peregrinos, aunque sigue habiendo soldados jordanos a poco más de un tiro de piedra de los soldados israelíes, que vigilan con aspecto de estar un poco aburridos desde la orilla de enfrente.

A diferencia del lado israelí, en la orilla jordana podemos encontrar multitud de restos arqueológicos que demuestran que “su” lugar del bautismo, en Betania de Transjordania, fue un punto de peregrinación cristiana desde los comienzos del cristianismo.

Betania de Transjordania ya era un lugar santo antes de los tiempos de Jesús: en esta área se encuentra la llamada colina de Elías, donde la tradición sitúa el punto donde Elías subió al cielo en un carro de fuego. Por eso no es coincidencia que fuera aquí donde bautizaba Juan el Bautista.

En las excavaciones arqueológicas emprendidas desde mediados de los años noventa del siglo XX, se han encontrado restos de cinco iglesias bizantinas construidas a partir del siglo V, como la de san Juan el Bautista, construida en tiempos del emperador Anastasio (491-518 d.C.). De ella parte una escalera de piedra que desciende hasta una piscina que recibe agua del Jordán, donde los peregrinos se sumergían para recibir el bautismo. En las cercanías de estas cinco iglesias podemos encontrar otras piscinas bautismales y cuevas en las que vivían los ermitaños.

También san Juan Bautista vivía en una cueva excavada en la piedra, muy cerca de la colina de Elías. La cueva de san Juan Bautista, a la que con frecuencia acudía Jesús, se ha podido identificar gracias a los restos de una iglesia bizantina construida junto a ella en el siglo V y cuyo ábside está curiosamente excavado en la roca. La iglesia, la primera construida al Este del río Jordán, pertenecía a un conjunto monástico del que formaban parte otras iglesias, un de las cuales ha recibido recientemente el nombre del Papa Juan Pablo II.

En el área de Betania de Transjordania se están construyendo hoy nuevas iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, lo que demuestra la preferencia del cristianismo por el probable lugar jordano del bautismo de Jesús frente al hipotético lugar israelí.

 

MADABA

Muy cerca del monte Nebo (a 86 kilómetros al sur de Ammán), se encuentra la ciudad de Madaba, citada en la Biblia en el libro de los Números. Se trata de una de las ciudades más antiguas del mundo, habitada de forma ininterrumpida al menos desde hace 4.500 años. Después de estar bajo poder moabita y nabateo, la ciudad se incorporó al poder romano tras la conquista por el emperador Trajano de la que después sería la provincia romana de Arabia en el año 106 después de Cristo.

En la ciudad experimentaron una rápida expansión las comunidades cristianas que empezaban a introducirse en Arabia, y muchos de los cristianos murieron mártires durante las persecuciones de Diocleciano. Durante el período bizantino, Madaba experimentó un importante desarrollo. En esa época, entre los siglos V y VII después de Cristo, se construyeron numerosas iglesias cuya principal característica eran los suelos cubiertos por complejos y ricos mosaicos.

A pesar de los vaivenes de la historia y de los numerosos enfrentamientos bélicos que se sucedieron en esta región, la comunidad cristiana de Madaba es la más importante del país y una de las más importantes de Oriente Medio.

Madaba es hoy un centro de peregrinación cristiano. Sobre todo por el mapa de Tierra Santa y Jerusalén que se encuentra en el mosaico de la iglesia ortodoxa griega de San Jorge. En él se encuentra la representación cartográfica más antigua que se conserva de Jerusalén (del año 560 después de Cristo) y Tierra Santa.

En el mapa podemos identificar elementos de la ciudad bizantina como el cardo romano, la basílica del Santo Sepulcro, las murallas o el monte Sión. Asimismo, se pueden reconocer algunos elementos de Tierra Santa como el río Jordán, la ciudad de Jericó, el mar Muerto o la ciudad de Belén. La iglesia se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad y se construyó en el año 1897. Durante las obras quedó al descubierto este mosaico, perteneciente a una iglesia bizantina.

El mosaico se hallaba bastante dañado en el momento de su descubrimiento. Muchas de sus representaciones habían sido eliminadas tras la conquista persa en el siglo VIII y durante la dominación Omeya. Además, un terremoto en el año 746 dejó muy dañado el suelo sobre el que se extiende. Por si eso fuera poco, tras la construcción de la actual iglesia, el mosaico también sufrió algunos desperfectos debido a las actividades cotidianas del culto y por algunos incidentes. Pese a todo, ha llegado hasta nuestros días en un razonable buen estado de conservación. En la actualidad está restaurado y protegido.

 

LA CUEVA DE LOT

En el entorno del mar Muerto, en una pared rocosa cerca de la orilla, el peregrino que recorra Jordania siguiendo las huellas de la Biblia y del cristianismo primigenio podrá encontrarse con una grata sorpresa: la cueva de Lot.

Se trata de un lugar único por su historia, sus restos arqueológicos, su entorno natural y su situación, con unas vistas sobre el mar Muerto y el desierto de Judea como en pocos sitios se pueden contemplar. La cueva se encuentra junto a una planicie donde algunas fuentes sitúan a las bíblicas Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios por la impiedad de sus habitantes.

Cuenta la Biblia cómo tras huir de forma precipitada de la ciudad de Sodoma, Lot, sobrino de Abraham que vivía en la ciudad, se refugió en un pequeño poblado llamado Soar que fue indultado por Dios. Al día siguiente, Lot contempló la destrucción de Sodoma y Gomorra; sintió miedo de quedarse en Soar, subió a la montaña con sus dos hijas y se instaló en una caverna.

La cueva que podemos visitar a orillas del mar Muerto es, presuntamente, la que dio refugio a Lot y sus hijas. Aunque pueda parecer poco verosímil la identificación de esta cueva (una de las muchas que hay a lo largo de ambas orillas del mar Muerto) con la caverna de Lot, existen algunas evidencias arqueológicas que indican que, con independencia de que sea o no la cueva de Lot, los cristianos han venerado este lugar como lugar santo desde los inicios del cristianismo. La prueba más evidente son las ruinas, en aceptable estado de conservación, de una iglesia bizantina construida junto a la cueva.

Cuando llego al área arqueológica me encuentro con que se encuentra cerrada al público. Sin embargo, no resulta difícil convencer al guarda de que me permita acceder después de prometerle una pequeña contribución económica. Incluso sirve de guía. Subimos por una rampa bajo el sol del verano hasta llegar a las ruinas de la iglesia bizantina.

Es una pequeña iglesia que había pertenecido a un complejo monástico. Se puede apreciar la planta del templo, el ábside excavado en la piedra, unas escaleras que suben al presbiterio, un pequeño graderío a lo largo del ábside, algunos muros, columnas y la cueva. El acceso a ésta se hace por medio de una puerta de piedra adintelada, en un lateral del ábside. En el dintel hay esculpidos símbolos cristianos. La cueva es una pequeña gruta sin aparente interés. Pero el guía explica que, aunque es difícil decir a ciencia cierta si Lot vivió o no ahí, sí se sabe que fue habitada por eremitas antes de la construcción de la iglesia.

Fuentes: Miguel Pérez Pichel, Oasis, Signos de estos Tiempos

 

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El Cenáculo: centro de la Santa Sión cristiana

Sala del Cenáculo donde Jesús realizó el Lavatorio de pies, la Ultima Cena, y descendió el Espíritu Santo a los Apóstoles reunidos con María

El Cenáculo es el centro de Sión cristiano, donde se iniciaron los gestos del Amor de Jesús antes de subir a la Cruz y donde nació la Iglesia. Allí tuvo lugar el lavatorio de pies de Jesús a sus discípulos, la última cena y la venida del Espíritu santo cuando los Apóstoles están reunidos con María luego de la muerte de Jesucristo.

La sala de la última cena y descendimiento del Espíritu Santo ha pasado por varias manos, construcciones y reconstrucciones, y hoy el edificio es propiedad del gobierno israelí, que usa el piso superior como atractivo turístico para los cristianos, pero no deja celebrar la liturgia allí.

Puerta de David o de Sión

 

EL MONTE SIÓN

Sión fue el nombre cananeo de la colina rocosa en que se asentaba la Jerusalén jebusea del sureste, que David conquistó y convirtió en capital; se llamó, desde entonces, “ciudad de David” (2 Sam 5,7; 1Cr 11,4-5; 1 Re 8,1; 2 Cr 5,2). El significado se generalizó para referirse a Jerusalén (2 Re 19,21; Sa148,12; 133,3; Is 1,8; 10,24; 60,14). Los deportados al exilio y los que logran regresar, sueñan todos con reconstruir Sión o Jerusalén (Sal 51,20; 126,1; 137,1.3).

  

Vista aerea de Monte Sión

Transferida el Arca al monte del Templo (Moria), se aplicará a éste el nombre de Sión, como morada de Yahvé (Is 8,18; Jer 31,12; 1Mc 7,32-33; Sal 74,2). Y tras el destierro, al no realizarse la esperanza histórica de la restauración política, Sión asumió el valor simbólico de pueblo de Dios; en ocasiones, significa también la institución religiosa de los judíos (Sal 126,1; Is 33,14; Mi 1,13: Za 2,14; So 3,14). Y por su relación con el Mesías, Sión es igualmente sinónimo de la Jerusalén celestial (Rm 11,26; Hb 12,22; Sal 110,2). Baste comprobar una cita: “Os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial” (Hb 12,22).

Finalmente, por haberse iniciado el cristianismo en torno al Cenáculo, de tantos recuerdos para la primitiva comunidad cristiana, el nombre de Sión es aplicado por los bizantinos a la montaña del suroeste, donde se celebró la Última Cena y adonde descendió el Espíritu Santo. La convicción de que la Iglesia era la continuación del “pueblo de Dios”, fue motivo para denominarse Santa Sión la primitiva basílica bizantina. Con ello la colina del Cenáculo suplantaba en el nombre a la de la primera ciudad de David. Nacía una Sión cristiana.

 

EL CENÁCULO

Sala del Cenáculo

El monte Sión cristiano – entre los valles del Tyropeon y la Gehenna – se encuentra hoy fuera de las murallas de Jerusalén. Se accede a él normalmente por la llamada puerta de Sión o de David, abierta en 1540 por Solimán II el Magnífico, para comunicar esa parte alta (de unos 780m.) con la ciudad interior. En torno a la “sala alta” del Cenáculo, hay para el cristiano todo un cúmulo de recuerdos, de los que ofrecemos las citas del Evangelio:
   –Preparación de la Pascua: Mc 14, 12-17.
   –Lavatorio de los pies: Jn  13,4-17.
   –Oración sacerdotal: Jn 14; 15; 16; 17.
   –Mandamiento nuevo del amor: Jn 15.
   –Eucaristía: Mc 14,22-25; Mt 26, 26-29; Lc 22,19-20; 1Cor 11,23-26.
   –Aparición del Resucitado: Jn 20,19-23; Mc 10,14; Lc 24,36-45.
   –Pentecostés: Hch 2,1-12.

 

HISTORIA DE LA SIÓN CRISTIANA ANTIGUA

Las fuentes literarias coinciden en localizar el Cenáculo en la colina del suroeste de la Ciudad Santa. También la arqueología parece estar de acuerdo. En 1951, se descubrieron restos evidentes de lo que pudo ser la primitiva construcción de los siglos I-II d.C., donde la naciente iglesia judeocristiana convirtió en iglesia sinagogal -dedicada al Señor o a los Apóstoles – la casa o sala de la Cena pascual, enriquecida con tantos acontecimientos. Reliquia de esta casa-sinagoga puede ser el muro absidal que aún sigue en pie, detrás del cenotafio llamado “tumba de David”. Su destino sería guardar los rollos o libros sagrados. A ello se añaden grafitos – hoy desaparecidos o cubiertos – y piedras de cimientos y angulares de algunas partes del primitivo edificio.

Esa casa-iglesia de los primeros siglos mantuvo las dos plantas, de las que “la alta era propiamente el Cenáculo (Mc 14,15; Lc 22,12). No perderá nunca esa estructura a pesar de las transformaciones sucesivas.

El lugar o casa de oración comienza a tener importancia después de la Ascensión (Hch 2,1). Desde el año 58, será la primera sede episcopal de Jerusalén, regida por Santiago, el hermano del Señor, al frente de los judeocristianos. Afortunadamente, ni las legiones de Tito ni las de Adriano se percataron de aquel rincón venerado del extremo suroeste, que siguió como lugar de cita de la primitiva comunidad. Lo alcanzaron a ver testigos y peregrinos anteriores y posteriores a la gran basílica del siglo IV.

Son conocidos los problemas por los que atravesó esta iglesia madre” de Sión,  que nació con el signo del martirio. Santiago y Simeón y los 13 obispos siguientes – anteriores todos a la segunda rebelión judía del año 135 dC. – son el tributo martirial de los judeocristianos de Jerusalén. En los primeros años de la Aelia Capitolina de Adriano, se sentó en el “trono de Santiago” el obispo Marcos (133-135), del que afirma Eusebio (HE V, 12) que fue “el primer obispo tomado de entre los Gentiles para dirigirla”.

Luego vino la dispersión de los cristianos de Jerusalén por Jordania y Siria, a lo que hay que sumar los conflictos creados por la secta de los ebionitas. El concilio de Cesarea (l96 dC.) Fijó en domingo la celebración de la Pascua, lo que no gustó a la iglesia de Jerusalén, aferrada a la fecha del 14 de nisán por su condición de judeocristiana. La reacción del obispo Narciso le llevó a exiliarse voluntariamente por discrepancia de criterio. Le sucedió el apologeta y mártir Alejandro de Capadocia (202-211), que dejó constancia escrita de la iglesia del monte Sión. La problemática sigue aún, un siglo largo más tarde, cuando Macario (314-333) se ve en la obligación de recoger las tradiciones de la iglesia local para informar a los arquitectos de Constantino acerca de los “lugares santos”, sepultados por Adriano dos siglos antes.

Y aquí termina la época de independencia de la sede de Sión. Hasta el año 70 dC es decir, en vida de los obispos “parientes del Señor, el Cenáculo era una casa de dos plantas – cedida a los cristianos- que conserva el aspecto originario. Al pasar a “sede episcopal, el edificio – con las necesarias transformaciones – se identifica como una “pequeña iglesia de Dios, mencionada por los escritores y testigos anteriores al año 335.

 

DOS SEDES EPISCOPALES

A la muerte de Macario, sin que cese la afluencia de peregrinos, el Cenáculo sufre la competencia de la sede del Santo Sepulcro, por lo que se identifica como la iglesia “superioro de arriba. Los primeros obispos de abajo – de Jerusalén a secas – son Máximo (333-48) y San Cirilo de Jerusalén (348-386). Por las catequesis de Cirilo conocemos la dura realidad de la iglesia judeocristiana del monte Sión, que él llama “Iglesia superior de los Apóstoles”, con graves problemas de división. Los testimonios de otros testigos confirman la tensión o discrepancias,  sobre todo en los casos de escritores cualificados, que no se limitan -como los simples peregrinos- a describir lo que ven.

Algunos ejemplos de unos y otros. El peregrino de Burdeos (333 dC.) -que pasó por Sión – sólo vio una de las “siete sinagogas que allí existieron”, pero no entra en las causas de esta merma. Egeria (384 dC.) parece hablar de dos iglesias en Sión. Si estaba en pie la de Juan, no la describe; se limita a decir que asistió a la procesión que iba del Martyrium a Sión y a la liturgia y predicación que allí se celebraba “en otra iglesia, donde la multitud de creyentes, después de la pasión del Señor, solía recogerse juntamente con los Apóstoles”. Pero San Gregorio de Nisa, que visitó por entonces Jerusalén (385 dC.), no logró entenderse en su diálogo con los judeocristianos, a los que deja mal en una de sus cartas polémicas. Epifanio de Salamina (392 dC.) es explícito al afirmar que la destrucción de Adriano (117- 138) no afectó a “la pequeña Iglesia de Dios, donde los discípulos habían subido a la sala superior… construida en aquella parte de Sión que se libró de la destrucción”. Y añade que de las siete sinagogas, una quedó en pie hasta tiempos de Constantino, “como cabaña en una viña”. El historiador Eusebio, que escribe a principios del siglo IV, testifica también que “el trono de Santiago… se ha conservado hasta hoy”. Y san Jerónimo, que sostuvo grandes discusiones con el patriarca Juan, no parece interesarse por su basílica, pero asegura que vio la columna de la Flagelación en la nave de la Iglesia y el lugar donde descendió el Espíritu Santo.

En efecto, a fines del siglo IV, como desafío a la mermada comunidad judeocristiana del Cenáculo, el obispo Juan II de Jerusalén (386-417) edificó, con ayuda bizantina, la gran basílica de Santa Sión (Hagia Sión”), de grandes proporciones, en el flanco norte de la anterior. De su grandiosidad se hacen eco los elogios homiléticos de Esiquio de Jerusalén (c· 440 dC), el peregrino Teodosio (530 dC.) – que da su ubicación y la llama «madre de todas las iglesias» – y el Breviario de Jerusalén (también del año 530), que la designa como “basílica enormemente grande”.

La basílica de Juan debió de ser espléndida: 60m de larga, 40 de ancha y 80 columnas. Pero sólo duró incólume hasta los persas. Como indica el plano arqueológico de Bagatti – Alliata, abarcaba gran parte del entorno sacro actual: en la nave septentrional, se recordaba la dormición de la Virgen; desde la meridional se subía a la capilla superior que recordaba la Cena y los hechos de Pentecostés. De aquí se descendía a una capilla inferior, que conmemoraba el lavatorio de los pies y la aparición a los apóstoles.

 

ENTRE DESTRUCCIONES Y RECONSTRUCCIONES

Parece que, durante los siglos siguientes y hasta su destrucción (966 dC.), el Cenáculo deja de ser un santuario independiente e individuado; simplemente forma parte de la basílica. De hecho, los peregrinos o textos no la mencionan expresamente, mientras que no olvidan otros recuerdos menores. Entre éstos, en la Santa Sión eran veneradas las reliquias de San Esteban, la columna de la Flagelación, la conmemoración del santo rey David (25 de diciembre) y la de Santiago, primer obispo de Jerusalén.

La basílica fue incendiada por los persas de Corroes 614 dC.), pero el patriarca Modesto la reedificó tras la reconquista de Heraclio (629). A Modesto le sucede San Sofronio (634-638 dC.), que canta a Sión en sus Anacreónticas, pero que se vio en el trance – un año antes de su muerte – de entregar las llaves de Jerusalén al califa Omar (637).

Arculfo, en el año 670, vio la basílica, que le pareció grande y de estructura pétrea, pero en su dibujo sólo destacó los lugares y reliquias santas. Hay también una descripción armenia de la iglesia de Sión (s. VII dC.). Y en el Leccionario georgiano de la iglesia de Jerusalén (de los s. VII-VIII) se señalan los días de celebraciones propias de la basílica.

Si no de momento, sí a lo largo de la ocupación islámica fue destruida la Santa Sión (en 966 ó en 1009), excepto la sala de doble piso del Cenáculo, que es lo que los cruzados hallaron en ruinas, el 15 de julio de 1099. No tardaron en reconstruirla, reduciendo a tres las cinco naves y dedicándola a Santa María del Monte Sión. Individuaron, a uno y otro lado, los lugares sacros del Cenáculo y de la Dormición, respetando los dos planos del Cenáculo, de tal modo que los peregrinos posteriores vuelven a hablar del Cenáculo y a describirlo (Sewulfo, Daniel, J. de Wirzburg, Teodorico).

La obra de los cruzados -que necesariamente debió de ser de estilo románico-  fue destruida por Saladino (1187 dC.).

No es fácil aclarar cómo Wilibrando, en 1212, halló “un cenobio grande y hermoso a la vista”. Lo servían los sirianos. Más radical debió de ser la destrucción del sultán de Damasco, el Malek el-Mohaddam, en 1219. Y entonces sí que se imponía una restauración a fondo de la sala superior del Cenáculo. ¿Quién la realizó?

 

LA ETAPA DE LOS FRANCISCANOS

Aspecto exterior del edificio donde esta el Cenáculo

A juzgar por el nuevo tipo de arquitectura – ahora gótica – han transcurrido bastantes años. No es seguro que la sala fuera rehecha de manera profunda en la breve tregua de Federico II (1229-39); pero sí es muy probable que allí se celebraron cultos mientras el local lo permitió. En el año 1244, la calma de la tregua – que era sólo de diez años – se interrumpió por el asalto de los feroces karismini. Sin que se pueda precisar la gravedad de los deterioros, las noticias nos trasladan al año 1335, en que Santiago de Verona habla claramente de un edificio de “bóvedas dobles” junto a las ruinas de la iglesia, que es sin duda la cruzada.

Esas bóvedas pertenecen ya a otra construcción. En 1333, Roberto de Nápoles y Sancha de Mallorca adquieren, por inmensa suma de dinero, los terrenos -una gran parte- del monte Sión para donarlos a los franciscanos. No es lógico que alzaran un convento para los frailes, un hospicio para peregrinos, y se cruzaran de brazos ante el Cenáculo. Parte al menos de la obra -la vivienda- estaba terminada para 1335. En 1342, la bula Gratias agimus de Clemente VI confirma la donación a los menores.

No es posible resolver la datación exacta de la sala gótica del Cenáculo, que quiere semejar un gran comedor con dos gruesas columnas centrales que se abren en palmera para sostener la nervatura ojival. Si se admite que la obra es de la tregua de Federico II (antes de 1244), su arquitectura es muy avanzada con respecto al arte occidental. Parece más obvio relacionarlo con las formas constructivas de la Nicosía del siglo XIV, lo que equivale, a afirmar que su recio estilo gótico corresponde a la etapa de pacífica posesión de los franciscanos, quizá ya en la segunda mitad del “trecento”. Si se piensa en fechas más posteriores, las líneas rebajadas de las ojivas podrían resultar ya arcaizantes. Ello no impide que las reconstrucciones y ampliaciones prosiguieran durante largos años.

La escalera del fondo conduce a la sala alta, donde los cruzados celebraban ya la venida del Espíritu Santo, así como la otra sala inferior -al ras de suelo- les servía para conmemorar el lavatorio y el recuerdo de David. 

En todo caso, se han salvado – una vez más – las dos salas superpuestas, que en adelante tendrán historia independiente. En 1429, los religiosos fueron expulsados de la sala inferior, que volvieron a recuperar por dinero, para perderla definitivamente en 1452. Los judíos habían instigado a los musulmanes, haciéndoles conocer las infundadas noticias de Benjamín de Tudela, que tampoco ellos sabían hasta 1167. La pretendida “tumba de David”, era sólo el señuelo que desencadenó la ambición. Los despojos continuaron en 1524, pues un decreto de Solimán II arrebataba también la sala superior, tras dos siglos de posesión; y poco después, en 1551, los mismos otomanos expulsan de su convento de Sión a los franciscanos y convierten en mezquita -de Nebi Daud o Profeta David- la sala del Cenáculo, vedando además rigurosamente el acceso a todos los cristianos. 

Aún así, los menores se resistieron a salir del lugar; se alojaron como pudieron en un local vecino – llamado «el horno» hasta que, en 1559, compraron a los georgianos el convento de San Salvador, sede desde entonces de la Custodia de Tierra Santa. Se iban, pero no aceptaban los hechos consumados. Por eso, el Custodio continúa llevando el título de “Guardián del convento del Santo Sión”. Bernardino Amico, a fines del siglo XVI, se ingenió para hacer un interesante diseño del lugar que habían abandonado los franciscanos.

 

SIGLOS POSTERIORES

La prohibición de entrar en Sión siguió en pie en los siglos siguientes, si bien consta de visitas aisladas, siempre por dinero. En el siglo XIX, se suavizó la situación y se toleró la entrada, pero nunca la celebración de misas. Para justificar la postura, añadieron el mihrab (1929) y ricas alfombras, como símbolos de mezquita oficial, y se instaló una verja (hoy retirada) para señalar el límite de la tolerancia. En 1936, los franciscanos fundaron al lado un nuevo convento destinado a las celebraciones de los peregrinos. Está precisamente en la “casa del horno”, pared por medio del Cenáculo auténtico. En 1948, tras la división de la ciudad, el Cenáculo caía en la parte nueva o israelí. La sala del Cenotafio se convirtió en sinagoga y el resto de los bajos en monumento nacional para conmemorar el “holocausto” de judíos en Europa. 

Como consecuencia de la guerra de 1967, las familias musulmanas que residían en el Cenáculo abandonaron el local, que pasó a protección del ministerio de Cultos de Israel. Hoy, los israelíes permiten a los cristianos las visitas de la sala, pero no las funciones litúrgicas. Se basan para ello en una interpretación peculiar del “statu quo”.

La Custodia, que no ha renunciado a los derechos, reitera sus reclamaciones periódicas.

 

OTROS ATRACTIVOS PARA VISITAR EL MONTE SIÓN

Basílica de San Pedro Gallicantu

  

Hagia María o Iglesia de la Dormición en Monte Sión

  

Tumba de David en el Monte Sión

 

Fuente: Félix del Buey, ofm para Revista Tierra Santa

 
 

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