Categories
Breaking News Catolicismo Curación inexplicable Movil NOTICIAS Noticias 2019 - julio - diciembre Pentecostales / Carismáticos Prédica Sermones Homilías Religion e ideologías Sacerdotes Salud Sanación

Cómo se Desarrolló el Carisma del Mayor Sanador del siglo XX [por Gracia de Dios]

En el siglo XX hubo un sacerdote canadiense que se hizo carismático.

Y a partir de allí se convirtió en uno de los más grandes sanadores con el poder de Cristo de los últimos siglos.

Con la causa de beatificación iniciada, Emiliano Tardif (1928-1999) se consideraba 

“Sólo como el burrito del Domingo de Ramos a quien le ha tocado la suerte de llevarlo por los cinco continentes”.

Su testimonio de fe y sanación se expresa en la contestación de una simple pregunta:
.
“¿Qué de extraño tiene que nuestro Dios haga maravillas, si Él es un Dios maravillo­so?”. 

El padre Emiliano Tardif nació en Quebec en una familia pobre, muy católica y de muchos hermanos, entre los cuales 4 se dedicaron a la vida religiosa

Emiliano se unió a los Misioneros del Sagrado Corazón a los 21 años y viajó como misionero a la República Dominicana en 1956.

Fue profesor del seminario de Misioneros del Sagrado Corazón en la República Dominicana y director de la revista “Amigo del hogar” para las familias.

En 1965 fue nombrado superior para la República Dominicana.

Y pasó luego a ser provincial de la congregación hasta 1973, cuando se enfermó de tuberculosis pulmonar.

Los médicos de Quebec le dijeron que debería estar internado en el hospital por lo menos un año.

Pero sucedió algo extraordinario que cambió su vida.

En lo recuerda de esta manera,

“Después de que me tomaron todas las pruebas, incluso antes de que los médicos comenzaran a brindarme tratamiento, recibí una visita de cinco laicos de un grupo de oración carismático en Quebec

Ellos vinieron y oraron por mí, en mí en la sala de hospital y el Señor me curó completamente en tres o cuatro días. 

Salí del hospital con una salud perfecta, ¡la cual sigo disfrutando hoy!»

Y a partir de ahí se vinculó a la Renovación Carismática Católica.

Hasta que en 1973 el Señor le dio el carisma de curación.

Él dice lo siguiente sobre este carisma,

«Se desarrolló gradualmente y ha sido para mí un maravilloso instrumento del Señor para acompañar mi trabajo de evangelización¨.

En 1974 regresó a República Dominicana dónde empezó a trabajar con la Renovación Carismática Católica.

Y a partir de sus retiros y misas de sanación se hizo famoso en todo el mundo por su carisma de sanador.

 En 1975 también el Señor le dio el carisma de la palabra de conocimiento que es complementario al servicio de sanación

Acá presentamos su testimonio contado en primera persona por el padre Emiliano.

   

TODO COMIENZA CON UNA SUPUESTA TUBERCULOSIS PULMONAR

En 1973, yo era provincial de mi Congregación, Misioneros del Sagrado Corazón, en la República Dominicana.

Había trabajado demasiado, abusando de mi salud en los 16 años que tenía como misionero en el país.

Pasé mucho tiempo en actividades materiales, construyendo iglesias, edificando seminarios, centros de promoción humana, de catequesis, etc.

Siempre estaba buscando dinero para edificar casas y para dar alimento a nuestros seminaristas.

El Señor me permitió vivir todo ese activismo y, por el exceso de trabajo, caí enfermo.

El 14 de junio de ese año en una asamblea del Movimiento Familiar Cristiano me sentí mal, muy mal.

Tuvieron que llevarme inmediatamente al Centro Médico Nacional.

Estaba tan grave que pensaba que no podría pasar la noche.

Creí realmente que me iba a morir pronto.

Los médicos me hicieron análisis muy detenidos, detectándome  tuberculosis pulmonar aguda.

Al ver que estaba tan enfermo pensé volver a mi país, Quebec, Canadá, donde nací y vive mi familia.

En Canadá me internaron en un centro médico especializado donde los médicos me volvieron a examinar, pues querían estar bien seguros de cuál era mi enfermedad.

El mes de julio se lo pasaron haciendo análisis, biopsia, radiografías, etc.

Después de todos estos estudios, confirmaron de manera científica que la tuberculosis pulmonar aguda había lesionado gravemente los dos pulmones. 

Para animarme un poco me dijeron que tal vez después de un año de tratamiento y reposo podría volver a mi casa.

    

LLEGA LA SANACIÓN CARISMÁTICA

Un día recibí dos visitas muy peculiares.

Primero llegó el sacerdote director de Revista “Notre Dame”, quien me pidió permiso de tomarme una fotografía para el artículo: “Cómo Vivir con su Enfermedad”

Aún él no se despedía cuando entraron cinco seglares de un grupo de oración de la Renovación Carismática.

En República Dominicana me había burlado mucho de la Renovación Carismática, afirmando que América latina no necesitaba don de lenguas sino promoción humana, y ahora ellos venían a orar desinteresadamente por mí.

Estas visitas tenían dos enfoques totalmente diferentes: el primero para aceptar la enfermedad; el segundo para recobrar la salud.

Como sacerdote misionero pensé que no era edificante rechazar la oración.

Pero, sinceramente, la acepté más por educación que por convicción.

No creía que una simple oración pudiera conseguirme la salud.

Ellos me dijeron muy convencidos.

— Vamos a hacer lo que dice el Evangelio  “Impondrán las manos sobre los enfermos y éstos quedaran sanos”

Así que oraremos y el Señor te va a sanar.

Acto seguido se acercaron todos a la mecedora donde yo estaba sentado y me impusieron las manos.

Yo nunca había visto algo semejante y no me gustó.

Me sentí ridículo debajo de sus manos y me daba pena con la gente que pasaba afuera y se asomaba por la puerta.

Entonces cerraron la puerta, pero ya Jesús había entrado.

Durante la oración yo sentí un fuerte calor en mis pulmones.

Pensé que era otro ataque de tuberculosis y que me iba a morir.

Pero era el calor del amor de Jesús que me estaba tocando y sanando mis pulmones enfermos.

Durante la oración hubo una profecía. El Señor me decía. “Yo haré de ti un testigo de mi amor”. 

Jesús vivo estaba dando vida, no sólo a mis pulmones sino a mi sacerdocio y a todo mi ser.

A los tres o cuatro días me sentía perfectamente bien. Tenía apetito, dormía bien y no había dolor alguno.

Yo me sentía bien y quería regresar a casa, pero ellos me obligaron a pasar el mes de agosto en el hospital buscando por todos lados la tuberculosis que se les había escapado y no podían encontrar.

Al final del mes, después de muchos experimentos el médico responsable me dijo:

— Padre, vuelva a su casa. Usted está perfectamente, pero esto va en contra de todas nuestras teorías médicas. No sabemos lo que ha pasado.

— Padre, usted es un caso único en este hospital.

— En mi Congregación también -le respondí riendo.

Salí del hospital sin recetas, medicinas ni cuidados especiales. Me fui a casa pesando sólo 50 kilos.

Quince días después apareció el número 8 de la Revista “Notre Dame”.

En la página cinco estaba mi fotografía del hospital: sentado en la célebre mecedora, con sondas, cara triste y mirada pensativa.

Abajo de la fotografía decía:

“El enfermo debe aprender a vivir con su enfermedad, acostumbrarse a las alusiones veladas a las preguntas indiscretas., y a los amigos que ya no volverán a mirarlo de la misma manera”.

Pero mi salud echó a perder su número.

El Señor me había sanado.

Mi fe era muy pequeña, tal vez del tamaño de un grano de mostaza, pero Dios era tan grande que no había dependido de mi pequeñez.

De esa manera yo recibí en carne propia la primera y fundamental enseñanza para el ministerio de curación: El Señor nos sana con la fe que tenemos No nos pide más, sólo eso.

 

EL PADRE EMILIANO SE VINCULA CON LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA

El 15 de septiembre asistí a la primera reunión de oración carismática de mi vida.

Ni sabía lo que era eso, pero fui, puesto que me había curado y las personas que habían orado por mí me pidieron que diera el testimonio de mi sanación.

Comencé a trabajar un poco ese mes de septiembre y le escribí a mi superior para que el año que yo debía estar hospitalizado me permitiera pasarlo estudiando la Renovación Carismática en Canadá y Estados Unidos.

Me dio permiso y fui a los centros más importantes de Quebec, Pittsburg, Notre Dame y Arizona.

Recuerdo que estaba en los Ángeles celebrando misa con mi sobrina y un amigo.

Después de leer el Evangelio en francés quise comentarlo, pero pasó algo muy curioso: sentí como que la mejilla se me adormecía y comencé a hablar algo que no entendía.

No era ni francés, ni inglés, ni español. Cuando terminé de hablar, exclamé sorprendido:

— No me digan que voy a recibir el don de lenguas…

Eso es lo que tú ya recibiste, tío -respondió mi sobrina-. Tú estabas hablando en lenguas.

Tanto que yo me había burlado del don de lenguas y el Señor me lo regaló en el momento en que iba a predicar.

Así descubrí ese don tan hermoso del Señor.

 

DE REGRESO A REPÚBLICA DOMINICANA COMIENZAN LAS SANACIONES

Después del año que supuestamente debía pasar en el hospital regresé a la República Dominicana. Mi superior me destinó a una parroquia en la ciudad de Nagua.

Al llegar convoqué unas cuarenta personas para darles el testimonio de mi curación.

Recuerdo que invité a los enfermos a pasar el frente para orar por ellos.

Para mi sorpresa, había más gente en el grupo de enfermos que entre los sanos.

Esa noche al Señor se le ocurrió sanar a dos de ellos.

La asamblea estalló en gran alegría y los sanados daban testimonio por todas partes.

Cada semana el Señor sanaba enfermos.

En agosto sanó a doña Sara que tenía cáncer en la matriz.

Ella estaba desahuciada y la habían regresado del hospital para que muriera en su casa.

La llevaron a la reunión y durante la oración por los enfermos sintió un profundo calor en el vientre y comenzó a llorar.

Poco a poco se dio cuenta que la enfermedad desaparecía.

A los quince días estaba completamente sana y volvió al grupo de oración para dar su testimonio, llevando en sus manos su mortaja; los vestidos que sus hijos le habían comprado para el día de la sepultura.

La gente venía en gran número. Todos cantaban con alegría y alababan a Dios espontáneamente.

A raíz de estas reuniones tan festivas y hermosas algunos sacerdotes comenzaron a decir sarcásticamen­te:

— El padre Emiliano se sanó de tuberculosis pero se enfermó de la cabeza.

Porque oraba en lenguas y creía en el poder sanador de Cristo, afirmaban que me había vuelto loco.

El Señor nos dijo mediante profecía:

“Yo trabajo en la paz. Les doy mi paz. Sean mensajeros de paz.

Comienzo a derramar mi Espíritu en ustedes.

 Es un fuego devorador que va a invadir a la ciudad entera.

Abran los ojos porque verán señales y prodigios que muchos desearon ver y no vieron.

Yo lo digo y yo lo hago”.

Estábamos delante de la obra del Señor. De eso estábamos seguros.

Los milagros continuaron tan numerosos que no los podría contar: parejas que vivían en concubinato se casaron, jóvenes fueron liberados de las drogas y el alcoholismo.

Era la pesca milagrosa (Lc 5,7).

Jesús estaba liberando a su pueblo de las cadenas de esclavitud.

   

LA MARAVILLOSA CONVERSIÓN DE LAS MARÍAS MAGDALENAS

En un retiro parroquial la primera palabra de conocimiento que tuve fue:

“aquí hay una mujer que está siendo curada de cáncer. Ella siente un fuerte calor en su vientre”.

Seguí orando y hubo otras palabras de conocimiento que fueron confirmadas por los testimonios.

Sin embargo, nadie reportó la primera.

Al día siguiente una señora delante del micrófono dijo a todos:

— Tal vez se sorprendan por verme aquí. Soy pecadora pública que he pasado muchos años en la prostitución.

Ayer quise venir a misa de sanación, más por la vida que he llevado, me dio vergüenza entrar y me quedé un poco lejos, atrás de la empalizada.

Estaba enferma de cáncer.

Incluso llevo dos operaciones que no han detenido la enfermedad, pero cuando el sacerdote dijo que una persona estaba siendo curada de cáncer sentí que era yo.

El Señor la sanó no sólo de cáncer de su cuerpo, sino también del cáncer de su alma. Se arrepintió y comulgó al día siguiente.

Cuando la vi comulgar con tanta alegría y lágrimas de felicidad en su rostro, recordé el regreso del hijo pródigo que come el becerro cebado que su padre le había hecho matar.

Ella regresó al prostíbulo para testificar a sus compañeras con lágrimas en los ojos:

— No vengo a decirles que dejen esta vida. Sólo quiero hablarles de mi amigo Jesús que me rescató y cambió mi vida.

Les contó su curación y conversión.

Luego pidió permiso para hacer un grupo de oración en el mismo prostíbulo.

Y todos los lunes se cerraban las puertas al pecado y se abría el corazón a Jesús. Había oración, lectura de la Palabra y cantos.

El Señor no terminó allí su obra.

Después de un año se organizó un retiro para 47 prostitutas de la ciudad.

Hubo arrepentimiento, conversión y confesiones.

27 dejaron su antigua vida, y según informes recientes, 21 han perseverado en el camino del Señor. Algunas hasta se han vuelto catequistas.

Según estadísticas, en Nagua había unas 500 casas de prostitución. Más de un 80% cerró sus puertas.

No todas se convirtieron pero sí todas fueron alcanzadas por el mensaje de Jesús vivo.

Incluso varias de estas casas que estaban al servicio del pecado y el egoísmo, se convirtieron en casas para grupos de oración.

Fue tan notorio el cambio que llegaron a decir;

“Nagua era la ciudad de la prostitución, pero ahora es la ciudad de la oración”

Hoy día no hay calle en Nagua sin grupo de oración.

Hay muchos que niegan los carismas, diciendo que no tienen importancia.

Simplemente les recuerdo que Nagua fue sacudida por el Evangelio y cambió su fama de “la ciudad de la prostitución” gracias a un retiro de prostitutas.

Este retiro se llevó a cabo por una mujer que, como María Magdalena, siguió a Jesús y luego lo testificó. ¿Por qué? Porque fue sanada de cáncer.

Una humilde curación física desencadenó una transformación social.

Así se instaura el Reino de Dios, a través de acontecimientos tan pequeños y sencillos que, como granos de mostaza, al germinar dan fruto abundante.

   

UN INESPERADO CAMBIO DE DESTINO: DE NAGUA A PIMENTEL

Yo estaba muy feliz en Nagua trabajando con los grupos de oración, más el Espíritu Santo me tenía preparada una gran sorpresa.

El Padre provincial me pidió suplir temporalmente a un párroco que se iba de vacaciones.

Sinceramente me costaba mucho trabajo dejar Nagua.

Siempre queremos asegurarnos con lo que tenemos y éste es el gran enemigo para abrirse a las sorpresas del Espíritu.

El 10 de junio de 1974 llegué a mi nuevo destino: Pimentel, que es un pueblo simpático, situado en el centro del país.

El pueblo es apenas cruzado por una calle sin pavimentar donde transitan burros y uno que otro automóvil o tractor.

La Bandera Nacional ondea en la municipalidad es y del otro lado se levanta la parroquia de San Juan Bautista.

Cuyo nombre me hizo pensar que mi misión, como la de todo evangelizador, es de ser un precursor que anuncia la venida del Salvador.

Al llegar me entrevisté con el párroco que ya tenía sus maletas hechas.

Sólo le pedí que me diera permiso de organizar un grupito de la Renovación, porque sin oración no podía trabajar.

A él no le gustaba, tenía miedo. No me lo negó porque yo lo iba a suplir para que se fuera de vacaciones, pero me dijo:

— Está bien, haz el grupo, pero sin carismas.

— Bueno -le contesté-, los carismas no los doy yo. Eso viene del Espíritu Santo. Si él quiere dar carismas a tu gente ¿qué puedo hacer yo?

— Haz lo que quieras -me contestó y se despidió.

El que no crea que tenemos un Jesús vivo que hoy hace maravillas, no le conviene leer lo siguiente, pues le parecería increíble.

   

INCREÍBLES CURACIONES EN GRUPOS DE ORACIÓN

   

Primera reunión

Durante las misas del primer Domingo invité a la gente para una conferencia sobre la Renovación Carismática, prometiéndoles contar el testimonio de mi curación. Asistieron unas 200 personas.

Pero esa gente tenía tanta fe que en la noche llevaron un tullido en una camilla.

Se le había roto la columna vertebral y no había vuelto a caminar desde hacía cinco años y medio.

Cuando los vi llegar con él en la camilla pensé que eran demasiado atrevidos, pero me recordaron a aquellos cuatro que llevaron a su amigo paralítico a Jesús (Mc 2,1-12).

Oramos por él y le pedimos al Señor que por el poder de sus santas llagas sanara a este tullido.

El hombre comenzó a sudar abundantemente y a temblar.

Entonces recordé que cuando el Señor me sanó, yo también sentí mucho calor.

Así que le ordené:

— El Señor te está sanando. ¡Levántate en el nombre de Jesús!

Le di la mano y él me miró muy sorprendido. Con mucho esfuerzo se levantó y comenzó a andar lentamente.

— ¡Sigue caminando en el nombre de Jesús -le grité- ¡El Señor te está sanando!

El daba un paso y otro paso. Llegó hasta el Sagrario y, llorando, daba gracias a Dios.

Todo el mundo alababa al Señor mientras el curado salía llevando su camilla debajo del brazo.

Ese día otras diez personas también fueron curadas por el amor de Jesucristo.

¡Qué sed tiene la gente de oración!

Se acercan a nosotros para pedirnos que les enseñemos a orar. Como Jesús, debemos enseñarles orando con ellos.

   

Segunda reunión

El siguiente miércoles llegaron más de 3,000 personas.

Entonces realizamos la reunión en la calle porque no cabíamos en la iglesia.

Como no se podía hacer asamblea de oración con tanta gente, prediqué media hora antes de celebrar la Eucaristía por los enfermos.

Había allí una mujer llamada Mercedes Domínguez.

Tenía 10 años completamente ciega y durante la oración por los enfermos sintió un intenso frío en los ojos.

Regresó a su casa muy emocionada, diciendo a todo mundo que podía ver un poco. ¡Al día siguiente amaneció completamente sana!

El Señor le abrió los ojos y ella abrió la boca para testificar por todas partes su maravillosa curación.

Esta sanación impresionó mucho a todo el pueblo.

   

Tercera reunión

Nos fuimos al parque, al aire libre, para celebrar la gloria del Señor.

Era como cuando Jesús llegaba a Cafarnaum o Betsaida.

El mismo Jesús, vivo, llegaba a nuestro pueblo. El parque parecía la Piscina de Bezatá: llena de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperando su curación. (Jn 5,1-3).

Esa noche había más de 7000 personas.

Hicimos lo mismo: predicar el amor de Jesús; que él está vivo en su Iglesia y sigue actuando con signos y prodigios.

Celebramos la misa y de nuevo el Señor comenzó a sanar enfermos.

Era algo casi exagerado. Sucedía como en las bodas de Cana, que el Señor se le pasó la mano con el vino: le sobró tanto que se podía organizar otra boda.

Cuando le pedimos algo, él nos da todo porque él no tiene límite en su poder ni en su amor.
.
El no sana sólo a dos ni a tres; son cantidades enormes.

La policía estaba muy molesta porque tenía que trabajar horas extras tratando de controlar el excesivo tráfico en un pueblo tan pequeño.

Entonces los oficiales fueron ante el jefe de policía a pedirle que prohibiera esas reuniones.

El jefe abrió las manos y les respondió con una sonrisa:

— Yo también hubiera querido suspenderlas, pero mi esposa se curó en una reunión de éstas…

Ella tenía doce años enferma y fue tocada por el amor de Dios.

Después de algunos días ambos recibieron el sacramento del matrimonio. ¡Qué maravilloso es el Señor!

El Señor había previsto todo; en vez de suspender la reunión tuvimos 18 policías extras para dirigir el tráfico durante el siguiente miércoles.

   

Cuarta reunión 

Era el 9 de julio, aniversario de mi regreso a la República Dominicana.

Desde las 9 de la mañana llegaban autobuses y camionetas con gente de todo el país.

Hasta los taxistas nos hacían propaganda, pues les convenía también a ellos.

Esa tarde había unas 20,000 personas en oración.

Por tanta gente, nos tuvimos que subir al techo, donde colocamos el altar y las bocinas.

¿Saben ustedes cómo “solucionó” Dios que la policía quería acabar con las reuniones?

Esa noche curó a un policía que sufría un derrame cerebral que lo tenía semiparalizado.

A partir de esto teníamos a todos los policías completamente de nuestra parte.

En verdad que la forma de terminar Dios con los problemas es mejor que la nuestra.

Una señora, conocida por todo el pueblo, que tenía 16 años sorda, se curó completamente.

Sintió primero un zumbido y luego se dio cuenta que oía perfectamente la predicación.

Al día siguiente fue al mercado y un empleado le dijo a otro compañero:

Allí viene la sorda, vamos a hacerle una broma moviendo nuestra boca, pero sin pronunciar ninguna palabra.

Pero ella alcanzó a oír lo que decían y les contestó muy contenta:

No, señores, ya no estoy sorda porque Cristo me sanó anoche.

Aparte de estar curada daba testimonio del poder de Dios.

Un hombre que no podía caminar sino que gateaba, también se curó en esa ocasión.

Hubo derroche de milagros y prodigios. Vimos de todo.

Era vivir a todo color, en vivo y directo, lo que cuenta el Evangelio; era Jesús resucitado caminando entre nosotros y salvando a su pueblo.

Esa noche hubo más de cien curaciones, según los testimonios recibidos.

   

Quinta reunión 

La policía calculó en base a los metros cuadrados aquella multitud ¡eran 42,000 personas!

Vino gente desde Puerto Rico, Haití y de todas las parroquias del país.

La gente aumentó tanto, por la simple razón de que el Señor Jesús no ha cambiado todavía su manera de trabajo.

Mientras nosotros buscamos métodos pastorales más eficaces y acordes con nuestro tiempo, el Señor continúa con el suyo: él recorría la Galilea sanando a los enfermos; entonces las multitudes le seguían, y él les predicaba la Palabra de salvación (Lc 6, 1 7-23).

Hoy sigue haciendo lo mismo: sana a los enfermos, la gente se reúne por miles y nosotros proclamamos el Reino de Dios. Es sencillamente el Evangelio que se repite.

Comencé a asustarme un poco, pues esa pobre gente quería tocarme y que orara por cada uno de ellos. Esa noche me arrancaron todos los botones de mi saco y por poco me aplastan.

Otro problema era que las personas que habían viajado todo el día no encontraban alimento en el pueblo y regresaban hambrientos, pero llenos del amor de Dios.

Entonces oramos y le pedimos al Señor su luz para saber qué debíamos hacer con tanta gente.

Él nos había metido en aquellos problemas, él tenía que sacarnos.

Durante la oración nos dio un mensaje en lenguas a través de Evaristo Guzmán. Para que no me quedara duda, a mí mismo me dio la interpretación.

“Evangelicen a mi pueblo, yo quiero un pueblo de alabanza”.

No debemos temer las grandes multitudes.

El Señor nos las manda para que les proclamemos su Palabra de salvación.

Los que temen a los prodigios del Señor le están teniendo miedo al Señor de los prodigios.

Algunos se admiran de que el Señor responda tan pronto a las oraciones. Yo les digo que lo asombroso sería que El, siendo tan bueno, no respondiera.

   

Un cambio en la estrategia

¿Qué pensaba Mons. Antonio Flores, Obispo de la Vega, de todo esto?

Él estaba abierto, pero inquieto ante tanta publicidad de la prensa, la radio y la televisión.

Fui a visitarlo y lo encontré en la capilla. Oramos juntos y estuvimos de acuerdo en dividir la inmensa asamblea en pequeños grupos como lo habíamos hecho antes en Nagua.

Yo regresé feliz porque el Espíritu Santo, el Obispo y yo estábamos en completo acuerdo para dividir aquel grupo.

Comenzaba entonces otro tipo de trabajo; más a fondo y más delicado: formar a los responsables de los pequeños grupos de oración.

Tuvimos un retiro el fin de semana con los más comprometidos.

Les explicamos lo que es la reunión de oración, la Renovación Carismática, el Bautismo en el Espíritu Santo y los carismas… y los encomendamos a la gracia de Dios (Hech 20,32).

Tres días después ellos estaban coordinando más de 45 grupos en distintos lugares de la parroquia.

Había grupos abajo de los árboles, en la iglesia, en las casas y por todos lados. Toda la ciudad se había convertido en Casa de oración.

Para que la gente tuviera fija la vista en Jesús y no en hombre alguno, esa noche yo me iba lejos de la parroquia.

Sin embargo, el Señor se quedaba y seguía curando a los enfermos.

En una visita que hicimos en 1984 nos regalaron un cuaderno donde están anotados 224 testimonios de curaciones, realizadas en el grupo que se reunía en la casa de Guara Rosario en la calle Colón.

Simplemente en la reunión del 13 de noviembre de 1975 dan 22 testimonios de curaciones.

Poco después dejaron de consignarlos por escrito porque “ya eran demasiados”.

   

EL DOMINGO DE RAMOS DEL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO

El Señor entró triunfalmente no sólo en el pequeño pueblo de Pimentel, sino en el país entero y más allá de sus fronteras.

El Señor entró en los medios de comunicación curando a la madre de un locutor de televisión. Este locutor se encargó de testificar el milagro delante de las cámaras.

También el Señor llegó hasta la Cámara de Diputados curando del cuello a una diputada en la Asamblea Nacional.

Más tarde me di cuenta de que los editores de la revista francesa “II est vivant” le escribieron al Obispo preguntándole sobre la autenticidad de lo acaecido en Pimentel:

El Señor Obispo respondió a su carta el 1 5 de octubre de 1975 diciendo textualmente:

“El testimonio del Padre Emiliano Tardif M.S.C. es auténtico”.

Esta carta fue publicada en dicha revista en el número 6-7.

Esos días era como estar en la cumbre del Tabor contemplando la gloria del Señor. Era compartir con Jesús aquello que le dijo su Padre:tu eres mi hijo muy amado en quien yo tengo mis complacencias.

El 16 de julio el Señor nos previno en profecía, anunciándonos que seríamos atacados, y ridiculizados, pero que no deberíamos temer, pues él ya había vencido al mundo.

Pasaron tres meses y el párroco que estaba de vacaciones regresó.

Se sorprendió con todo lo que encontró y lo que la gente contaba. Todo era tan extraordinario que no podía creerlo.

El Señor había visitado su pueblo suscitando una fuerza salvadora en su parroquia, haciendo misericordia con los suyos, encendiendo una luz en medio de las tinieblas.

Era el Domingo de Ramos en el que el Señor entraba triunfal a su pueblo.

   

LA SEMANA SANTA DEL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO

Todavía no despertábamos del vino embriagador de su amor cuando unas negras nubes surcaron los cielos.

De pronto todo se oscureció y se ocultó el sol.

Aunque yo sabía que el Señor estaba conmigo, los vientos de tempestad comenzaron a soplar furibundos.

El secretario de Salud me acusó por la televisión de abusar de la ignorancia del pueblo, haciéndolo creer que sanaba.

Dijo que yo era un charlatán y que engañaba al pueblo; que por qué no me iba a hacer lo mismo a un país desarrollado, como Canadá.

Otros me atacaron diciendo que, como extranjero, yo no conocía al pueblo y que todas esas curaciones y milagros llevarían al pueblo a la brujería y al espiritismo.

Yo les contesté que en verdad yo no conocía tanto al pueblo pero sí conocía bien a Jesús y él jamás nos lleva al espiritismo o a la brujería.

Por radio, prensa y televisión hubo muchos ataques. En pocos días yo era un brujo y un mentiroso.

Porque creía y proclamaba que Jesús estaba vivo, salvaba y curaba a su pueblo, decían que estaba loco, que era un fanático y otras cosas más.

En menos de 24 horas la prensa que antes me admiraba ahora luchaba en contra mía.

Entonces comprendí que frágil es la fama que el mundo ofrece y qué locura es buscar la opinión de los demás.

En unas cuantas horas se viene abajo la espuma de la gloria.

Pero mi confianza estaba en Jesús, que es el mismo, ayer, hoy y siempre.

Unos que se decían psicólogos vinieron a decirme que era natural y que no había nada de milagroso en que sucedieran tales curaciones.

Que todo era debido al contagio de masas y a histeria colectiva.

Simplemente les contesté que entonces me parecía una gran injusticia que, sabiendo tanto de esto, ellos no organizaran reuniones cada tarde para curar a todos los enfermos del país.

Otros nos acusaban de emocionalistas. Yo les respondía que el emocionalismo es buscar la emoción por la emoción, y nosotros buscábamos al Señor, lo cual era siempre emocionante.

Otros atacaban la inmadurez de la gente diciendo toda esa multitud sólo viene por curiosidad y por los milagros de curación.

Yo les contestaba.¿Qué importa la razón por la que ellos vienen? Lo importante es que estén aquí para que los evangelicemos.

Tanto me preguntaron si no me estaba volviendo loco que un día les contesté.

— Yo también estoy preguntándomelo, pues ahora ya no sé hablar sino de mi Señor Jesucristo.

Los párrocos vecinos también se pusieron celosos.
.
Un grupo del clero pidió que mi Provincial me sacara del país porque con esas tonterías yo iba a destruir la estructura de la Pastoral.

Yo les contesté que Jesús no había sido enviado a salvar las estructuras pastorales sino a salvar a su pueblo y que eso era lo único que él estaba haciendo en medio de nosotros.

Me acusaban que yo estaba vaciando las parroquias, pero yo no invitaba a nadie. Yo solamente proclamaba el Evangelio.

Un sacerdote me decía que estábamos exagerando y que era necesario ir más despacio.

Su argumento era así:

Si tú me hablaras de dos o tres curaciones tal vez yo podría comenzar a creer.

Pero ustedes los carismáticos están locos, hablan de tantos milagros…

Es que tú no conoces realmente a Jesús – le dije.

— Sí -me contestó- pero en el santuario de Lourdes tienen un Centro Médico donde estudian las curaciones y dicen que hay muy pocas curaciones milagrosas.

En cambio, ustedes…

— Pero – yo le contesté–  el criterio de nuestra fe no es el Centro Médico de Lourdes, sino el evangelio y éste habla de tantos milagros…

San Marcos, que es el más antiguo de los cuatro evangelistas, nos relata 18 milagros y curaciones de Jesús en 16 capítulos.

Si quitáramos los signos de poder del Evangelio de Marcos nos quedaría una o dos páginas.

Hay muchos que por haber eliminado este aspecto tienen un Evangelio mutilado, pobre, reducido a doctrina y teorías.

Me atacaron tanto de todos los frentes, hasta de los que se suponía estaban del lado de Jesús, que tuve que sacar un artículo en la revista “Amigo del Hogar” en agosto de 1975.

Se titulaba: “LA CULPA ES DE CRISTO”. Entre otras cosas, decía lo siguiente.

Ante los riesgos reales de caer en el fanatismo por lo milagro­so, incurrimos en el extremo contrario, a veces más grave que el primero: olvidar que Dios es el maestro de lo imposible.

La curación es realmente la respuesta a una oración de fe, como lo vemos tantas veces en el Evangelio.

Esta oración puede ser del enfermo o de los que lo acompañan, de la comunidad o de una persona”.

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.

Él es el Señor de la historia y actúa como bien le place sin preguntarnos ni pedirnos nuestro parecer o permiso para realizar sus prodigios

¿Quiénes somos entonces para oponernos o tratar de limitar la obra de nuestro Dios?

Estamos convencidos de que Él no se opone a la medicina.

Lo que sucede muchas veces es que existen miles de personas que no tienen dinero para pagar al médico, la clínica ni los medicamentos.

¿Qué de extraño tiene que nuestro Dios se ocupe de los pobres y que El personalmente los atienda?

Al poco tiempo me di cuenta de un doble error que había cometido en ese artículo.

Cometí la torpeza de demostrar las sanaciones, dándoles nombres y direcciones de las personas que habían sido curadas, pensando que era la evidencia de los hechos y no la gracia de la fe la que trasformaría sus corazones.

Les di la señal del cielo que pedían y no se convirtieron porque las señales son sólo señales.

La fe es lo que nos hace reconocer lo que ellas significan, que Dios ama a los hombres, que Cristo está vivo y que la Iglesia tiene el poder del Espíritu Santo para resucitar a los muertos.

El Señor me hizo recapacitar y darme cuenta que no debía de­fenderme de los ataques como él tampoco se defendió de quienes lo acusaban.

Si yo me defendía con mis medios y argumentos no le permitía que El fuera mi defensor con sus medios y argumentos.

Por otro lado, defenderme incluía renunciar a la purificación que el Señor quería hacer en mi vida.

A través de tanto ataque e incomprensión, el Señor quería moldearnos a la imagen de su Hijo, pasando por la noche del Calvario para llegar a la gloria de la resurrección.

El tiempo me ha convencido de que son más peligrosas las adulaciones que las críticas.

Inconscientemente nos podemos olvidar que somos simples vasos de barro, pero el Señor se encarga de recordárnoslo mediante la cruz de la incomprensión.

Los ataques fueron tan violentos y continuos que a veces yo pensaba que ya no resistía.

Por todas partes me acorralaban. Yo mismo me sentía solo en un camino nuevo.

Entonces pedí a una hermana muy llena de Dios que rezara por mí. Ella lo hizo y me dio una profecía que me reconfortó.

El Señor me dijo a través de ella:

“Después de haber saboreado la alegría del Domingo de Ramos ¿no te parece normal probar algo de Semana Santa?”

Esta palabra me sanó interiormente.

Desde entonces veo los problemas de manera distinta y en completa paz.

Cuando las cosas van bien, digo: “estamos en Domingo de Ramos”.

Si hay dificultades, simplemente afirmo, “estamos en la Semana Santa”.

De todos modos, la Pascua no está lejos. Gloria a Dios.

Nuestro pueblo estaba dormido en un letargo de pasividad. Vino el Señor y sacudió todo.

La gente iba a consultar a los sacerdotes para preguntarles por estas cosas. Entonces ellos tenían que leer e informarse para dar respuestas adecuadas.

Hasta la Comisión Episcopal se reunió para dar una declaración. Esto era muy importante para mí.

Yo estaba cierto que la obra era de Dios, pero necesitaba el discernimiento de los Obispos.

Para mí ellos eran la voz de Dios. Publicaron una declaración titulada:

“El Papa aprueba y estimula las reuniones de oración carismáticas”.

Luego, como subtítulo, decía: Monseñor Pepén (Secretario Nacional del Episcopado) aprueba la obra del padre Tardif.

Cuando yo lo leí me dio gusto, pero también me dio risa, y dije: “la obra no es mía…”

Como san José, yo estaba seguro que esa vida que había germinado en el seno de la Iglesia no era mía.

   

SE INTERNACIONALIZA EL MINISTERIO DEL PADRE EMILIANO

Sin saber cómo ni por qué, recibí una invitación de Mons. Carlos Talavera para predicar un retiro sacerdotal en Guadalajara, México.

De allí han venido surgiendo otras invitaciones para proclamar las maravillas del Señor en otros países de América Latina.

Comienzo a vislumbrar que se avecina una era gloriosa para la Iglesia.

Creo que ha llegado el tiempo de predicar en los terrados, es decir, fuera de los recintos sagrados, porque la gente ya no cabe en nuestros templos.

El Señor nos lleva hasta los confines de la tierra para dar testimonio de que él está vivo.

Después de un viaje a Panamá volví a mis tareas parroquiales.

Al día siguiente me preparé para visitar una comunidad perdida en la montaña. El viaje lo tenía que hacer en burro.

Mientras caminaba lentamente mi asno, iba pensando. ¡Qué maravillosos son los caminos de Dios! En avión o en borrico siempre somos sus mensajeros.

El Señor prendió la mecha y ahora es un fuego que nadie puede extinguir.

Es también un río de Agua Viva que está inundando la Iglesia, purificándola, renovándola y santificándola.

Numerosas parejas que vivían en concubinato tomaron conciencia de que no podían seguir viviendo así.

Descubriendo la importancia del sacramento se han preparado seriamente para recibirlo y vivirlo.

En un año celebramos 306 matrimonios, cifra inusitada en otros tiempos.

El mayor milagro de todos los que he podido presenciar en estos años es que el Señor ha provisto de obreros en su viña.

En Pentecostés de 1976 éramos 120 catequistas pidiendo una nueva efusión del Espíritu sobre todos nosotros.

El Espíritu ya no era sólo un don para gozarlo en lo profundo del corazón sino especialmente una fuerza para anunciar al mundo que Cristo vive y da vida a los que creen en su nombre.

He comenzado a recibir cartas de Francia, Sudamérica y Filipinas.

Otros me escriben desde países que desconozco dónde quedan en el mapa; a veces recibo correspondencia en idiomas y signos que no entiendo.

Como no comprendo lo que dicen, simplemente pongo en manos del Señor estas cartas y le pido que como El sí las entiende, las conteste por favor.

No recuerdo haber tenido nunca tan buena salud como ahora. Como de todo, duermo bien, trabajo mucho y me siento perfectamente.

El Señor me ha devuelto la salud completa y yo se la entrego al servicio de la evangelización de su pueblo.

Sin embargo, creo que el don más grande que El me ha dado es el de la alegría.

Soy feliz tiempo completo. Nunca había vivido mi sacerdocio tan plenamente como ahora.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Breaking News Catolicismo Cielo Paraíso Experiencias cercanas a la muerte Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Prédica Sermones Homilías Predicación Religion e ideologías Salud Vida eterna

La Asombrosa Vida que llevaremos en el Cielo, según los que fueron

Sabemos cómo es el cielo por la Biblia y por visiones místicas.

Y últimamente por las historias de experiencias cercanas a la muerte.

Quienes han tenido experiencias cercanas cuentan cosas que encaja con la idea del Cielo, donde Jesús fue a hacernos un lugar al lado del Padre.

Si esto es así ¿entonces por qué los pastores cristianos, de cualquier denominación, no predican más sobre el cielo?

¿Han escuchado últimamente alguna homilía sobre como es el cielo?

Paraiso

Hoy hay avidez de la gente por saber lo que pasará después de su muerte.
.
Y es un lugar que han ocupado quienes se han encargado de investigar y comunicar experiencias cercanas a la muerte.
.
Que en general vienen más de los ambientes científicos que de los religiosos.

   

CÓMO ES EL CIELO

El cielo es el lugar donde vive Dios y dónde estamos invitados a pasar la eternidad con Él.

La Biblia y quienes han llegado al cielo hablan de calles de oro, muros de piedras preciosas, puertas de cristal, colores brillantes, desde el punto de vista físico.

Pero sobre todo el cielo es una condición espiritual.

Cualquier alegría que tengamos en la tierra será absolutamente insignificante respecto a lo que viviremos permanentemente en el cielo.

Por eso San Pablo dice que es lo que el ojo no ha visto ni el oído ha oído, refiriéndose a las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.

El Apocalipsis dice que Dios morará en medio de su pueblo, borrará toda lágrima de los ojos, no Habrá más muerte, ni dolor, ni tristeza, ni llanto porque las cosas anteriores pasaron

Y en este reino nos comunicaremos desde nuestro espíritu solamente con el pensamiento.

Habrá una apertura de la mente del hombre y comprenderemos los secretos y misterios del universo y de nuestras vidas.

Y de todo esto nos proveerá Dios.

Pero no nos convertiremos en ángeles sino que seremos las mismas personas en otro lugar.

Pero no seremos tentados porque ahí no entrará el maligno, habrá ausencia de pecado y una justicia permanente, porque está la santidad de Dios en medio nuestro.

Sin embargo no olvidaremos la fealdad del pecado porque recordaremos el precio que hemos pagado al pecar.

Esto se nos recordará cuando en nuestro juicio final se nos pase nuestra vida como en una película y ahí podemos ver las consecuencias de nuestros pecados y de nuestras buenas obras.

En el cielo estaremos en permanente gozo, pero eso no significa que no tengamos trabajo que hacer.

En el Génesis 2 se lee que Adán tenía cosas que hacer en el Jardín del Edén, trabajar, cuidarlo y eso era parte de la vida humana perfecta.

Pero nuestro trabajo en el cielo será satisfactorio y enriquecedor, y no será pesado.

Pero no seremos autómatas, porque seguiremos teniendo emociones.

Reconoceremos a nuestros seres queridos y tendremos una relación plena emocional con ellos.

Hay una experiencia impactante que tuvo un sacerdote, hijo espiritual del Padre Pio.

Quien al contarle lo que le sucedió se emocionó por la belleza.

Padre Pío y Padre Jean Derobert

    

UNA EXPERIENCIA CERCANA A LA MUERTE DE UN HIJOS ESPIRITUAL DEL PADRE PÍO

Pocos cuentos de los que han regresado de los “muertos” son tan sorprendentes como este que tuvo como a un hijo espiritual del padre Pío.

La figura central es un sacerdote francés llamado Jean Derobert, fallecido en el 2013.

Cuenta que fue fusilado durante la guerra en Argelia, en 1958, cuando era miembro del cuerpo de salud del ejército francés.

Lo escribió en un libro “Saint Pio de Pietrelcina, transparent de Dieu”.

También el del padre Derobert es uno de los principales testimonios sobre cómo era la Misa que celebraba el Padre Pío.

Derobert era un “hijo espiritual” del padre Pío, y recibió de él una carta manuscrita una mañana de agosto de 1958 que no tenía más que dos líneas escritas a mano:

“La vida es una lucha constante pero conduce a la luz” (subrayado dos o tres veces).

Esa misma noche, un comando del Frente de Liberación Nacional de Argelia atacó su aldea, matando a todos a su alrededor, incluyendo aparentemente a Derobert.

Éste inmediatamente tuvo una experiencia de desincorporación, observando su propio cuerpo junto al de los compañeros caídos ensangrentados.

Y luego comenzó una curiosa ascensión a través de una especie de túnel.

En ese “túnel” había caras sombrías que surgían de la niebla.

“Caras de personas que no tenían buena reputación”, señala el religioso.

Pero mientras subía, las caras se volvieron más luminosas.

Derobert se sorprendió al encontrar que ahora podía caminar y también ver todo a su alrededor sin mover la cabeza.

También se sorprendió que cuando sus pensamientos se dirigieron a sus padres, quienes aún vivían, estaba de vuelta en Francia.

Así Derobert se encontró de repente en la sala que habitaban en su casa con sus padres dormidos.

Y notó un mueble que había sido trasladado, lo cual describió más tarde a su madre, que se sorprendió por cómo podía haber sabido eso.

Más interesante aún: cuando pensaba en el entonces Papa Pío XII, se encontró en la habitación del Santo Padre.

Hablamos a través del intercambio de pensamientos, porque él tenía mucha sintonía espiritual”, testificó  Derobert.

Cuanto más alto se iba al más allá, más bello y luminoso era, dijo Derobert.

Hasta que se encontró envuelto en un paraíso de luz azul suave con muchas más almas.

Luego siguió ascendiendo aún más, hasta que perdió toda naturaleza humana y se convirtió en una “gota de luz”.

Él afirmó haber visto a muchos otras “gotas de luz”, y reconoció a San Pedro y al apóstol Juan y Pablo.

Derobert testificó que vio a la Mater “con una luminosidad y belleza plenas” sonriendo “inefable”, con Jesús detrás de ella “luciendo una belleza espectacular”.

“Ahí sentí el cumplimiento total de todo lo que jamás hubiera deseado”, afirmó Derobert

“He experimentado la felicidad perfecta.”

Cuando Derobert regresó al mundo físico se encontraba con su cara en la tierra, alrededor hombres llenos de sangre, y su propia ropa perforada por las balas y lleno de sangre.

https://youtu.be/J7JnkjmKBLk

Y aún después, cuando dejó el ejército, fue a ver Padre Pío en San Giovanni Rotundo.

El Padre Pío le ofreció una “pequeña muestra de afecto”.

Pio le dijo a Derobert estas simples palabras cuando le contó la experiencia que había tenido:

“¡Oh! ¡realmente me llevaste a dar un paseo en este momento!
.
Lo que viste, era muy bonito, ¿verdad?”

en el cielo

    

ANTES SE PREDICABA SOBRE EL CIELO

El cielo era un misterio, un lugar vislumbrado sólo por los místicos y profetas. 

Pero la cultura popular está llena de relatos de primera mano de todo tipo de personas que dicen que ellos también tienen pruebas de los cielos después de someterse a experiencias cercanas a la muerte.

Sin embargo, la popularidad de estas historias nos lleva a otra pregunta: ¿por qué no hay un discurso de la Iglesia sobre el cielo?

Los predicadores solían hablar sobre calles celestiales de oro, mientras que las congregaciones cantaban himnos alegres al cielo.
.
Pero los relatos más apasionantes del cielo ahora vienen de personas fuera de la iglesia o en sus márgenes.

La mayoría de los seminarios no enseñan cursos sobre el cielo.

Los pastores de renombre no dedican mucha energía para predicar o escribir sobre el tema.

Muchos pastores ordinarios evitan el tema por completo por vergüenza, indiferencia o temor, como los eruditos y pastores dicen.

«La gente dice que la única vez que se enteran de los cielos es cuando van a un funeral», dijo Gary Scott Smith, autor de «El cielo en la imaginación norteamericana» y profesor de historia en Grove City College en Pennsylvania.

Hablar de los cielos no debería esperar, sin embargo, porque responde a una pregunta universal.

¿Qué sucede cuando morimos?, dice el padre John Price, autor de «Revelando el Cielo», que ofrece una perspectiva cristiana de experiencias cercanas a la muerte.

«Desde que la gente empezó a morir, las personas se han preguntado, ¿a dónde fueron? 

¿Dónde están ahora? 

¿Es esto lo que me pasará? «, dijo Price, un pastor jubilado y capellán de hospital.

giselle que fue al cielo

    

REVELACIÓN DE UNA NIÑA

Price no siempre pensó que el cielo fuera tan importante.

Se burlaba de los informes de las experiencias cercanas a la muerte, porque pensaba que reducen la religión a historias de fantasmas. 

Además, estaba demasiado ocupado ayudando a las familias en duelo que a especular sobre el más allá.

Su actitud cambió, sin embargo, después que una mujer joven visitó su iglesia un domingo con su hija de 3 años de edad.

Price había visto por última vez a la madre tres años antes. 

Ella había llevado entonces a la hija de 7 semanas de edad a la iglesia para el bautismo. 

Price no había sabido nada de ella desde entonces. Pero cuando reapareció, le dijo a Price una historia asombrosa.

Ella había estado alimentando a su hija una semana después del bautismo cuando la leche goteó de su boca y sus ojos quedaron blanco y fueron hacia atrás.

La mujer corrió con su hija a la sala de emergencia, donde fue reanimada y tratada por una infección respiratoria superior grave.

Tres años más tarde, la madre conducía cerca del mismo hospital con su hija cuando la niña dijo:

«Mira, mamá, ahí es donde Jesús me trajo de nuevo a ti»

«La madre casi chocó su auto», dijo Price.

«Ella nunca le había dicho a su hija acerca de Dios, Jesús, la experiencia cercana a la muerte, nada. 

Todo esto sucedió cuando la niña tenía 8 semanas de edad. ¿Cómo podía recordar eso?»

Cuando Price empezó a oír experiencias similares de otros feligreses, se sentía como un fraude.

Se dio cuenta de que él no creía en el cielo, a pesar de que era parte de la doctrina cristiana tradicional.

Él empezó a compartir historias cercanas a la muerte que escuchaba con familias en duelo y abatidos trabajadores del hospital que habían perdido a los pacientes.
.
Él les dijo que las personas que morían habían vislumbrado un mundo maravilloso más allá de esta vida.

Las historias ayudaron a la gente, dijo Price, y aquellos que han tenido experiencias similares del cielo deberían «gritarlo a los cuatro vientos».

«He dado vuelta por muchas iglesias para hablar de esto, y el lugar se ha llenado», dijo. «La gente está realmente hambrienta de esto».

hombre mirando al cielo

    

POR QUÉ LOS PASTORES TIENEN MIEDO DE LOS CIELOS

Muchos pastores (evangélicos y católicos), sin embargo, no quieren tocar el tema porque es muy peligroso, dice Lisa Miller, autora de «El Cielo: Nuestra perdurable fascinación con la vida futura.»

Hubo un tiempo, sin embargo, cuando la iglesia hablaba mucho más sobre el más allá.

Pastores puritanos en los siglos XVII y XVIII con frecuencia predicaban acerca del cielo, que representaban como un lugar austero donde la gente podía comunicarse con Dios.

Esclavos afro-americanos cantaban espirituales acerca del cielo como “Swing Low, Sweet Chariot”.

Ellos representan a menudo como un lugar del último retorno, donde los esclavos se escapaban de su humillación y, en algunos casos, estaban sobre sus antiguos amos.

La fijación de los Estados Unidos con el cielo puede haber alcanzado su punto máximo alrededor de la Guerra Civil.

El tercer libro más popular en América del siglo XVIII – detrás de la Biblia y «La cabaña del tío Tom» – fue «Puertas Entreabiertas», escrito a raíz de la guerra, dice Miller.

La novela de 1868 giraba en torno a una mujer afligida que perdió a su hermano en la Guerra Civil. 

Una tía simpática le asegura que su hermano está esperando en el cielo, un paraíso bucólico donde la gente come comidas suntuosas, los perros toman el sol en los porches y las personas se ríen con sus seres queridos.

«Esta fue una visión del cielo muy atractiva para cientos de miles de personas que habían perdido a familiares en la guerra civil», dijo Miller.

Los estadounidenses necesitaban el cielo, porque la vida era muy difícil: Las personas no vivían mucho tiempo, la mortalidad infantil era alta, y la vida cotidiana estaba llena de trabajos forzados.

«La gente que tenía 12 hijos, y sobrevivirían la mitad de ellos», dijo Smith, autor de «El cielo en la imaginación estadounidense». 

«La muerte estaba siempre presente.»

La iglesia finalmente dejó de hablar acerca del cielo, sin embargo, por una variedad de razones:
.
el aumento de la ciencia, la aparición del Evangelio Social, una teología que anima a las iglesias a crear el cielo en la tierra luchando por la justicia social y la creciente riqueza de los estadounidenses.
.
Después de todo, ¿quién necesita el cielo cuando usted tiene un televisor de pantalla plana, un teléfono inteligente y un sinfín de diversiones?

Pero entonces, una voz fuera de la iglesia reavivó el interés de los estadounidenses en la otra vida.

Un estudiante de medicina de 23 años de edad, curiosamente ayudaría a hacer el cielo fresco otra vez.

jesus-caminando-tierras-del-paraiso

    

EL PADRE DE LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE

Raymond Moody había estado interesado en la otra vida mucho antes de que estuviera de moda.

Se crió en un pequeño pueblo de Georgia durante la Segunda Guerra Mundial, donde la muerte siempre parecía a la vuelta de la esquina.

Constantemente se oían historias sobre soldados que nunca regresaron de la guerra. Su padre era un cirujano que le contaba historias de traer de vuelta a los pacientes al borde de la muerte.

En la universidad, fue cautivado al leer uno de los relatos más antiguos de una experiencia cercana a la muerte, la historia de un soldado dicha por Sócrates en «La República» de Platón.

Su fascinación por la otra vida aumentó un día en que oyó a un orador que cambiaría su vida.

El que hablaba era George Ritchie, un psiquiatra. Moody diría más tarde de Ritchie,

«Tenía esa mirada de alguien que acababa de terminar una larga sesión de meditación y no tenía una sola preocupación en el mundo.»

Moody se sentó en la parte trasera del local de la fraternidad cuando Ritchie contó su historia.

Era diciembre de 1943, y Ritchie estaba en formación básica con el Ejército de los EE.UU. en Camp Barkeley, Texas.

Contrajo neumonía y fue colocado en la enfermería del hospital, donde su temperatura subió extremadamente.

El personal médico apiló mantas en la parte superior del cuerpo tembloroso de Ritchie, pero finalmente fue declarado muerto.

«Oí al médico dar la orden de prepararme para la morgue, lo que era desconcertante, porque tenía la sensación de estar aún con vida», dijo Ritchie.

Él se acuerda de levantarse de la camilla del hospital para hablar con el personal del hospital. 

Sin embargo, los médicos y las enfermeras caminaban a través de él cuando él se acercaba a ellos.

Luego vio su cuerpo sin vida en una habitación y comenzó a llorar cuando se dio cuenta que estaba muerto. 

De repente, la habitación se iluminó

«hasta que pareció como si un millón de antorchas estaban a mi alrededor.»

Dice que se le ordenó pararse porque estaba en la presencia del Hijo de Dios.
.
Allí, vio cada detalle de su vida en en flash, incluyendo su cesárea de nacimiento.
.
Entonces oyó una voz que le preguntó: «¿Qué has hecho con tu vida?»

Después de escuchar la historia de Ritchie, Moody decidió lo que iba a hacer con su vida: investigar la vida futura.

Comenzó a coleccionar historias de personas que habían sido declarados clínicamente muertos, pero más tarde fueron revividas.

Se dio cuenta de que las historias compartían ciertos detalles: viajan a través de un túnel, saludaban a la familia y amigos que habían muerto.
.
Y conocían a un ser luminoso que les daba un examen detallado de su vida y les preguntaba si habían pasado su vida amando a los demás.

Moody llamó a sus historias «experiencias cercanas a la muerte», y en 1977 publicó un estudio de ellas en un libro, «La vida después de la vida»

Su libro ha vendido un estimado de 13 millones de copias.

Hoy, es un psiquiatra que se hace llamar «un astronauta del espacio interior.»

Se le considera el padre de las experiencias cercanas a la muerte-experiencia.

Él dice que la ciencia, no la religión, resucitó el más allá. 

Los avances en resucitación cardiopulmonar significaron que los pacientes que habían muerto revivieron, y muchos tenían historias para compartir.

«Ahora que tenemos los medios para arrebatar la gente de vuelta desde el borde, estas historias son cada vez más increíbles«, dijo Moody, que ha escrito un nuevo libro, «Paranormal: Mi vida en busca de la otra vida.»

«Muchos de los médicos saben de esto por sus pacientes, pero tienen miedo de hablar de ello en público.»

La historia de Ritchie fue dicha a través de un punto de vista cristiano.

Pero Moody dice que las historias sobre el cielo trascienden la religión. 

Las ha recogido de judíos, musulmanes, budistas y ateos.

«Mucha gente habla sobre el encuentro con un ser de luz», dijo.
.
«Los cristianos le llaman Cristo. Los judíos dicen que es un ángel.
.
He ido a varios continentes, y se puede escuchar lo mismo en China, India y Japón acerca del encuentros con un ser de completo amor y compasión».

No es sólo lo que la gente ve en la otra vida que hace a estas historias tan poderosas, dice.

Es la forma en que viven sus vidas una vez que sobreviven de una experiencia cercana a la muerte.

Muchas personas nunca son las mismas, dice Moody.
.
Abandonan las carreras que se centran en el dinero o el poder por más actividades altruistas.

«Sea lo que fuere que ellos habían estado persiguiendo, ya fuera el poder, el dinero o la fama, su experiencia les enseña que de lo que se trata (la vida) es de enseñarnos a amar«, dijo Moody.

alexander

    

BAJO ‘LA MIRADA DE DIOS’

El Dr. Eben Alexander, autor de «Proof of Heaven», parece encajar en la descripción de Moody. 

Él es un neurocirujano, pero pasa gran parte del tiempo ahora hablando de su experiencia en lugar de practicar la medicina.

Había oído historias extrañas en los últimos años de pacientes de ataques cardíacos, que revivían, viajando a paisajes maravillosos, hablando con familiares muertos e incluso encontrándose a Dios. 

Pero nunca creyó esas historias.

Él era un hombre de ciencia, un episcopal, que asistía a la iglesia sólo en Pascua y Navidad.

Eso cambió una mañana de noviembre en 2008, cuando fue despertado en su hogar de Lynchburg, Virginia, con una descarga de dolor que lo derribó.

Fue llevado al hospital y le diagnosticaron meningitis bacteriana, una enfermedad tan rara, dice, que afecta a sólo uno de cada 10 millones de adultos.

Después de sus ataques violentos, entró en coma – y había poca esperanza para su supervivencia.

Pero se despertó una semana más tarde con la salud restaurada y una historia que contar.

Dice que lo que experimentó fue «demasiado hermoso para las palabras.»

El cielo que él describe no es incorpóreo.

Es un lugar físico lleno de hermosa música, cascadas, exuberantes campos, niños ríen y corren perros.

En su libro, describe encontrarse con un ser trascendente que él llama alternativamente «el Creador» u «Om».
.
El dice que nunca vio la cara del ser o escuchó su voz, sus pensamientos estaban de alguna manera hablando con él.

«Entendía a los seres humanos, y poseía las cualidades que poseemos, sólo que en una medida infinitamente mayor. 

Me conocía profundamente y me desbordó con las cualidades que toda mi vida siempre he asociado con los seres humanos: calidez, compasión, pathos… incluso ironía y humor».

Como se ve, cada uno describe la experiencia de acuerdo a lo que conoce de acuerdo a su religión.

paraiso

    

ALEXANDER DICE QUE NO PUDO OLVIDAR LA EXPERIENCIA

Su esposa dice que:

«Fue conducido a escribir 12 horas al día durante tres años», dijo. 

«Comenzó como un diario. 

Entonces pensó que iba a escribir un artículo médico, y luego se dio cuenta de que la ciencia médica no puede explicar todo».

«Proof of Heaven», debutó en la cima de la lista de bestsellers del New York y ha vendido 1,6 millones de copias, de acuerdo con su editor.

Alexander dice que no sabía cómo lidiar con su viaje a otro mundo al principio.

«Yo era mi peor escéptico», dijo.

«Pasé una inmensa cantidad de tiempo tratando de encontrar maneras en que mi cerebro podría haber hecho esto

La ciencia médica convencional dice que la conciencia tiene su origen en el cerebro, dice Alexander.

Sus registros médicos indicaron que su neocórtex – la parte del cerebro que controla el pensamiento, la emoción y el lenguaje – había dejado de funcionar mientras se encontraba en estado de coma.

Alexander dice que su neocórtex estaba «fuera de línea» y su cerebro «no funcionaba nada» durante su coma.

Sin embargo, él dice que él razonó, experimentó emociones, se embarcó en un viaje, y vio el cielo.

«Esas implicaciones son enormes más allá de toda descripción», escribió Alexander.
.
«Mi experiencia me enseñó que la muerte del cuerpo y el cerebro no son el final de la conciencia, que la experiencia humana continúa más allá de la tumba.
.
Más importante aún, sigue bajo la mirada de un Dios que nos ama y se preocupa por cada uno de nosotros».

yendo por el tunel

   

UN NUEVO BOOM EDITORIAL

A partir de las experiencias de los que fueron y volvieron y de sus familiares, se ha creado un nuevo boom editorial que presenta lo que posiblemente experimentemos una vez muertos.

Algunos incluso lo consideran un nuevo género de literatura de viajes, aquel en el que el protagonista visita un lugar especial, distinto, pero sólo que en este caso se puede llegar únicamente después de la muerte.

   

EVE PIPER, LA ESPOSA DEL PASTOR DON PIPER

Eve Piper, por ejemplo, se consideraba una cristiana poco comprometida hasta el accidente que revitalizó su fe y llevó a su esposo, el pastor bautista Don Piper, a convertirse en el autor más vendido gracias a 90 Minutos en el Cielo. Ver aquí la historia.

“No fue sino hasta el accidente de Don que realmente me abrí a una relación más profunda con el Señor, dijo Eve Piper, quien dice que se avergüenza al recordar ahora su anterior fe superficial.

Eve Piper escribe sobre la vida después de la supuesta visita de su marido al cielo en  A Walk Through the Dark (Un camino a través de la oscuridad).

El libro aparece nueve años después de la publicación del libro de su marido, que pasó más de cinco años en la lista de best-sellers del  New York Times.

Las historias sobre visitas al cielo han sido una “bendición” para los editores, pero también han tenido un impacto directo sobre los cónyuges y padres.

Don Piper fue atropellado por un camión mientras conducía a casa, y los médicos lo declararon muerto en la escena. Sin embargo, 90 minutos más tarde, volvió a la vida.

El libro de Eve Piper, que podría entenderse como una guía práctica para cuidadores, recuerda su frustración ante la decepción de su marido por haber “regresado” a la tierra y las largas noches pasadas al lado de las camas de hospital preguntando a Dios “¿Por qué?”.

   

LA TRANSFORMACIÓN DE LA FE

Destacable es también el éxito de El cielo es real una historia que se está adaptando para el cine. Ver aquí la historia.

Todd y Sonja Burpo, los padres del niño de 4 años de edad, Colton, tienen su propio libroEl cielo lo cambia todo, en el que cuentan cómo la experiencia cercana a la muerte de su hijo impactó sus vidas.

El libro original ha vendido más de 7,5 millones de copias después de 22 ediciones.

Otro ejemplo es el del libro escrito por Paula Black que relata la experiencia de su marido, un piloto que sobrevivió a un accidente de avión a los 19 años, en el que pasó por una experiencia similar de visita al cielo.

Paula dice que su marido no estaba inicialmente interesado en ser “una de esas personas” que cuenta algo que no se puede probar.

Sin embargo este relato y experiencia le ha servido, dice, para cambiar su perspectiva de Dios.

“Ha transformado completamente mi fe”, dice Paula, que no supo de este viaje de su marido al cielo hasta 40 años después de los hechos.

Ella cuenta que ahora comprende mejor el concepto de “Dios es amor (…) Cambió mi comprensión de quién es Dios” dice.

Annette Wiese, cuyo marido Bill Wiese escribió  23 Minutos en el Infierno  en 2006, dice que no había pensado mucho en el infierno antes de su publicación.

   

INTERÉS Y TAMBIÉN DUDAS

A pesar de los enfoques positivos y renovados en las creencias, muchos críticos han manifestado sus discrepancias sobre estas experiencias.

La revista Esquire describía a Eben Alexander, autor de La prueba del Cielo  que fue portada en Newsweek, como un hombre que busca reinventarse a sí mismo en la estela de una carrera estancada en el campo de la neurocirugía. Ver quí la historia.

Oliver Sacks, respetado neurólogo, no confía en que estas experiencias sirvan para probar nada.

“Si bien es comprensible que uno podría atribuir valor o construir narrativas de estas experiencias, las alucinaciones no pueden aportar pruebas de la existencia de seres o lugares metafísicos, escribe Sacks.

“Sólo aportan pruebas del poder del cerebro para crearlos”.

Eve Piper dijo que ha recibido algunos correos electrónicos negativospero mucho menos de lo que imaginaba”.

La mayoría de la gente, dijo,

realmente, realmente quieren saber acerca del cielo.

Ellos quieren saber que hay un lugar mejor que el que estamos viviendo ahora”.

Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Catolicismo Doctrina Doctrina Jesucristo Movil NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre Prédica Sermones Homilías REFLEXIONES Y DOCTRINA Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

San José, Custodio de la Sagrada Familia

¿Qué depósitos de la fe entregó Dios a San José?

En este artículo hacemos un recorrido por el misterio de la fidelidad de San José a las profecías de Dios.

Y cómo Dios lo fue dotando de las cualidades sobrenaturales necesarias para ser el custodio de Su Hijo y Su Madre.

La Bienaventurada Virgen María (B.V.M.) y el Bienaventurado San José (B.S.J.) eran, de cuerpo y alma, criaturas del Templo.

Almas contemplativas de las realidades divinas.

A este respecto de S. José, no nos dice nada la Tradición. Pero de la B.V.M. sí.

Y de aquel lo suponemos por sus reacciones posteriores frente a las pruebas divinas.

Y por decir la Escritura que “era Justo” (Mt. 1:19), es decir, santo, cuando estaba desposado con la Virgen.

Y ¿dónde se conocieron antes de intimar y darse formalmente promesa de matrimonio?

Donde estaba María: en el Templo.

La Iglesia nos invita a celebrar cada 21 de noviembre la fiesta de la Presentación de la Virgen en el Templo de Jerusalén.

Fiesta basada en una piadosa tradición y en los evangelios apócrifos, según la cual la Virgen Niña tenía tres años cuando comenzó a vivir allí con otras doncellas.

Y ¿dónde se reunían los Justos en aquel tiempo?

En las sinagogas y sobre todo en el Templo de Jerusalén, centro universal del culto al verdadero Dios.

Y si S. José no vivía en el Templo lo frecuentaría siempre que podría, como S. Simeón y S. Ana.

Para rezar y comentar las Sagradas Escrituras porque en estas se daba como muy cercana la llegada del Mesías, el Cristo, el Redentor: las 70 semanas de años predichas por Daniel se estaban cumpliendo…

Para los justos los tiempos eran de redobladas oraciones y sacrificios.

La expectación estaba tan “grávida” de realismo que, hasta el anciano Simeón había recibido la revelación directa del E. Santo de que no vería la muerte antes de haber visto al Ungido del Señor (Lc.2:26).

Los dos se criaron en este ambiente, en este grupo de “justos y piadosos”, “que esperaban la consolación de Israel” –como se dice de S. Simeón- (Lc.2:25).

Y en él vivieron sus años mozos: “no se apartaban del Templo, sirviendo a Dios noche y día, en ayunos y oraciones… esperando la liberación de Jerusalén” –como se dice de la viuda y profetiza Ana- (Lc.2:37-38).

Ambiente de contemplación activa de las cosas de Dios y de una caritativa pureza que se reflejaba en la mortificación exterior de los sentidos.

En la solicitud prudente del prójimo por amor a Dios que era, sobre todo, el orar juntos deseando la pronta Remisión de los pecados por el Justo Prometido de Dios .

Oración impetratoria e imperativa; oración de Adviento que había enseñado al pueblo fiel, el E. Santo, a través del profeta Isaías (Is. 45:8):

“Rociad, oh cielos, de lo Alto y que las nubes lluevan al Justo; ábrase la tierra y produzca la salvación”.

Oración de vidas santas que aceleraba el tiempo de Su Venida, el tiempo del fin de la esclavitud de la Ley con el Advenimiento de la Misericordia, como aquella que enseñaba el Eclesiástico -36:1 y 10-:

“Oh, Dios de todas las cosas, ten compasión de nosotros: vuelve hacia nosotros tus ojos, y muéstranos la luz de tus misericordias. Acelera el tiempo, y no te olvides del fin; para que sean celebradas tus maravillas.”

En este Ambiente Divino y Puro se conocieron María y José, y mutuamente se atrajeron porque en ambos habitaba Dios de manera singularísima.

Y en ambos la Pureza era -primera y simultáneamente- Verdad y Bondad.

Como una Flor cultivada en el Jardín Escogido del Padre de toda Pureza y de toda verdadera belleza.

Y en ambos la Hermosura era pura como el oro 7 veces purgado; sin escoria ninguna de la carne, del error, de la mentira y del mal.

Y esa Flor bellísima de sus purezas, a su tiempo, daría el Fruto más bello de la tierra.

 

UN AMOR MATRIMONIAL DE ALMAS PURÍSIMAS

Y la atracción mutua -querida por Dios- de estas almas puras, pletóricas de la vida de Dios, -es decir, pletóricas de Caridad- fue el comienzo.

El más o menos remoto de la Aventura sobrenatural y humana de San José como Custodio del Depósito Divino (de ese imperativo divino que le ordenó: “¡Guarda el Depósito!” – I Tim.6: 20- Depositum Custodi).

Y por eso se amaron en el más puro de los purísimos amores.

Y se amaron con toda el alma, sabiéndose mutuamente cuerpos y almas consagrados al Señor de los cuerpos y de las almas.

Habiéndose prometido y comprometido -de antemano y formalmente- a ser exclusivos vasos vivientes de Dios.

Piedras vivas del Templo Divino que el Señor se forja para Sí.

Piedras adorantes del Señor del Templo y de toda la Creación.

Se amaron hasta el desposorio virginal y casto y continente que, en ellos, era el estado habitual de unirse a Dios.

Que en ellos, era la norma “cotidiana”, la regla de todos los minutos y de todos los anhelos.

Suspiros, aspiraciones del alma que, como chorros vigorosos llegaban y se volvían y devolvían, desde el Cielo y al Cielo.

Nadie los veía, solo ellos dos -uno al otro- lo “veían” y se los compartían en silenciosa, recogida e intensa intimidad.

Y entonces, era evidente, era lógico, que su matrimonio fuese con votos de castidad incluidos, como lo proclama toda la Tradición Católica.

¿Cómo hubiera podido ser de otra manera?

Porque ¿cómo irían ellos -uno para con el otro- a ponerse límites sensibles a sus amores que estaban plenamente transidos por el Amor Intangible e Invisible?

Muy por el contrario, lo visible de estas criaturas escogidas -en su relación matrimonial- hacía aún más patente lo Invisible de Dios Creador, su Eterno Poder y su Divinidad.

Y por esa visibilidad más Lo conocían y más Lo glorificaban y más Le daban gracias y más se humillaban delante de Aquel sin el que nada serían.

Porque aquí en la tierra, después de la relación del Verbo Encarnado con su Santísima Madre, no hubo -ni habrá- otra relación mayor que la de S. José con su Virginal Esposa.

En la que se cumpla más acabadamente la regla que S. Pablo enseñó a los Romanos (1:20-21): lo invisible de Dios se hace notorio -cognoscible- por sus obras, y por ellas, a Él se le debe gloria y agradecimiento y acatamiento humilde a sus disposiciones.

En ellos el amor venía e iba, desde y hacia el Amor Infinito y por ellos pasaba sin menosprecio, y muy por el contrario, con la glorificación debida y con hacimiento de gracias.

Sus cuerpos, sus rostros -espejos de sus almas- , sus ojos, sus pupilas, redundaban las maravillas de verdad, de bondad y de belleza de sus almas.

Y por eso no podían ser limitadores de un misterio eterno, de un misterio de Cielo que, ellos en la tierra, atesoraban en sus invisibles pechos.

Sus cuerpos deberían ser, en cambio, ilimitadores sensibles de esos misterios invisibles.

Como campanas que sonasen al toque de los badajos intangibles de sus respectivas almas y que resonasen en la del otro con la misma nota,.

Sus cuerpos servirían para “excitar”, para robustecer y enriquecer en el otro, lo que sus almas ya asentían de la Verdad Amada y Abrazada con el más puro de los cariños y con la más fuerte de las firmezas.

Serían instrumentos idóneos para aumentar en cada uno el amor a Dios en los sufrimientos y en los gozos que traían consigo los decadentes y a la vez mesiánicos tiempos que les tocó vivir a estas almas elegidas.

Para ser sus principales y humildísimos y magnánimos coprotagonistas.

 

HUMILDE ENTRE LOS HUMILDES

La grandeza de José como Custodio del Divino Depósito -en cuanto a la gracia y a la responsabilidad que ella implica- la obtuvo de Dios.

Porque para eso se dispuso cuando amó y se sintió atraído por la que en su humildad pensaba ser la sierva de la Sierva-Madre del Mesías.

María deseaba ser una de las Vírgenes compañeras de la “Hija del Rey” que anunciaba el mesiánico salmo 44 (v. 15b: “detrás de ella son introducidas a ti, las vírgenes, sus amigas”).

María pensaba y deseaba ser la sierva de la Madre del “Emmanuel” – del “Dios con nosotros” – que estaba por venir.

Y S. José al amarla pensaba y deseaba ser el Siervo de una de las siervas de la Sierva-Madre del Mesías.

Ser el Siervo-Virgen de una de las siervas-vírgenes compañeras de La Sierva.

Y esto -por disposición divina- se iba a dar dentro de la tribu de Judá, como estaba profetizado desde el Primer Libro Sagrado, Gén.49: 8-12.

Y a esa tribu pertenecían los dos, por ende, sabían que el nacimiento del Redentor era para ellos un hecho que, infaliblemente iba a ocurrir dentro de la “familia”.

Cuando José se desposó con María lo hizo para ser siervo de una de las siervas de la Sierva de Dios.

Se desposó para ser tres veces siervo: de Dios y a través de dos siervas suyas.

Y porque se hizo tan pequeño mereció ser de la Familia Sagrada, compuesta de 3: padre, Madre e Hijo.

El más grande, el primero en dignidad hasta los 30 años de Jesús: el Jefe Custodio del Hijo de Dios y de su Madre.

Y mereció así que los otros 2 (mayores en gracia que él) a él obedecieran.

Y así mereció que se le diera también el depósito del secreto divino de cómo se había encarnado el Verbo en el seno purísimo de María.

Un ángel se lo reveló y al mismo tiempo le encargó al Verbo, humanado sin su concierto, para que lo cuidase.

Había arribado el tiempo de su propia Anunciación: la Anunciación de S. José.

Penetrando un poco en el misterio de S. José entramos en el campo admirable de todos los santos.

No se sabe quién quiere ser más humilde y quién quiere ser menos exaltado y quién – de hecho – es el más encumbrado y quién el de más abajo. Cosas de Dios y de sus santos.

 

ASOMBROS DE SANTOS

Por todo esto, en algo se entiende que, tanto uno como otro, en pleno continente y casto desposorio, no comprendiesen y les asombrase la Anunciación de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno Purísimo y Virginísimo de María.

A Ella como Madre-Virgen y a él como Padre-Virgen.

María se asombró con el Ave porque esperaba ser la sierva de la Sierva-Madre del Mesías y no la mismísima Madre de Dios.

En su sima de humildad no esperó una tal elección divina.

Y por eso, con mucha sagacidad, realiza al instante un discernimiento de espíritus para saber si es de Dios o del demonio ese saludo que, en sí mismo, era Bendito.

Porque bien sabía que hasta el mismo Satanás se viste de ángel de luz.

Y lo hace con aquella pregunta: “¿cómo será esto? pues no conozco varón”; sobrentendiendo que ‘con José somos castísimos y continentísimos esposos’.

Y entonces la respuesta del Arcángel San Gabriel que le pone como ejemplo de la omnipotencia de Dios la ancianidad fértil de su prima Isabel que está encinta ya de 6 meses: “porque para Dios nada es imposible”.

Este modelo, esta analogía, en todo el A. Testamento es una Figura Profética de la Virgen-Madre del Redentor.

Y el saber de Isaías manifiesta que el Mesías efectivamente nacería de una virgen y no de una virgen cualquiera sino de una bien determinada: “LA” VIRGEN)

Entonces la B.V.M. dio lugar a la magnanimidad por antonomasia porque se percató que el saludo y la promesa venían de Dios, a través del Arcángel Fortaleza de Su Majestad: “Hágase en mí según tu Palabra”.

Magnanimidad sobrenatural que estuvo muy unida a su profundísima humildad porque como dice Mons. Straubinger: “No hizo Ella grandezas sino que se las hicieron”.

Y San José también se asombró con el secreto marital que le confió María: ‘Estoy encinta’.

Y seguramente sin decirle Ella el modo, ya que no está Escrito ni en la Tradito.

Y no parece congruente con la humildad mariana decirle: ‘José, concebí al Redentor por obra del E. Santo’.

Porque además el mensaje angélico no hacía ninguna referencia a su Casto Esposo y entonces -incluso en esto- Ella fue fiel al mensaje: silencio de Dios para el Esposo.

Afecto ordenadísimo a la Voluntad y a los Designios divinos.

Silencio desgarrador de la Esposa porque -como dice Santa Teresita- perdía su apoyo humano y santo que tantas comprensiones, protecciones y enriquecimientos varoniles le había dado en Dios y para Dios y con Dios:

“Cuando José, tu Esposo, ignora el gran milagro que tu humildad le oculta, tú le miras llorar, sin revelárselo…

¡Y cuánto sufrirías con tu silencio Madre!

¡Cuánto, cuánto, al ver sufrir al Justo, al apoyo que el cielo te hubo dado!

Mas, ¡ah! que es tu silencio concierto sacrosanto de voces, que me cantan la grandeza de un ser abandonado en los brazos del Dios de las bondades, en el pecho del Dios de los milagros.”

Protección santa que ahora más que nunca -por venir a ser Madre- le vendría bien.

Pero lo bueno y lo mejor para Ella es lo que Dios quiere y no hay dolor que lo pueda impedir, siendo como es, enteramente dócil a Sus inspiraciones.

‘Y… ¿qué sé yo de las designios que Dios tiene previstos para José…?’

‘A José lo que es de José: Silencio, más que palabras.

A Dios, lo que es de Dios: la Iniciativa.

Es el tiempo de espera para él, tiempo de silencio, de perplejidad y de un santo temor de Dios en el desconcierto adorante de sus designios inescrutables.

Ahora es la hora de José, de su peculiar e intransferible: ‘¿cómo será esto?’, ‘pues no tuve intervención en esta concepción?’

De un ‘cómo será esto’ dicho para sus adentros que para afuera -para María especialmente- es puro silencio de palabras y de gestos.

Y un silencio venerante de la santidad incomprensiblemente inmensa de la Virgen, Niña de sus ojos.

No entiende, no comprende y entonces se asombra.

Y se asombra porque ignora qué pasa; porque lo que pasa lo sobrepasa.

Pero no pre-juzga, no juzga, no juzga precipitadamente (porque ‘el que se precipita se precipita’ -como dice el dicho- y se equivoca).

José suspende el juicio y -sosegadamente- sigue amando la Divina Pureza de su Esposa -obra singularísima de Dios que él bien conocía.

Pero se aleja de ella porque al pensar en la Santidad de María piensa que lo acontecido debe tener al Divino Agente como su causa y solo él puede “descifrárselo”.

Y su ignorancia -que es la madre de su asombro- le debe ser quitada, si Dios quiere, cuando Dios quiera y por el mismo Dios que se la dio.

Y el mismísimo Dios discernirá -de alguna manera que Él sabrá- qué papel juega él respecto a ésta su Santa Virgencita.

Mientras tanto, da lugar a la espera silenciosa en Dios, da lugar al silencio de Dios que lo dejó sin su sublime y santo “arrimo” humano que tanto le ayudaba a unirse más y más a Él.

Es tiempo de seguir unido a Dios sin el apoyo humano que Dios le había dado.

Con apoyo o sin apoyo humano, en pleno día o en plena noche del espíritu, San José continúa siendo un hombre de Dios.

Los accidentes de su vida no cambian su esencial amor a Dios. Más aún, aquellos son para él la ocasión de perfeccionar éste.

 

SEPARACIÓN SIN DELACIÓN

La separación se impone de lo Alto como un Gigantesco Silencio que une el Cielo y la tierra.

Y como Hombre de Silencio que es -aunque esta vez perplejo- lo abraza como un inesperado regalo.

Se impone la separación.

Separación física de María aunque no separación espiritual, porque él la sabe tanto o más amante de Dios que él mismo y de ahí su férrea voluntad – contra la misma Ley, contra el mundo y contra la carne- de no delatarla para que fuese lapidada:

“José, su esposo, como era justo y no quería delatarla, se proponía despedirla en secreto”, dice el Evangelio.

Tenía una clara voluntad de quedar unido a Ella por el lazo de Caridad divina que los había reunido desde el principio.

Y que ahora para él se manifestaba por el hecho de no entregarla a los hombres de la Ley, por el solo hecho de no entender cuál era su específico papel futuro en el matrimonio contraído con María.

Por eso prefirió “dejarla en secreto”.

Prefirió segregarse él y no segregarla a Ella, expectando luces de lo Alto.

Prefirió de alguna manera hacerse un hombre secreto, secretarse, segregarse de toda humana relación.

Para así como hombre amante de la vida escondida que era, refugiarse y unirse más y más a Dios:

“Dios me dió a María, Dios me la quitó; ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea el Dios que da inteligencia a los párvulos y a los que no se creen sabios!” sería su oración.

“Yo tampoco a nadie se la doy”– fue su determinación.

 

“¡LA LETRA DE LA LEY MATARÍA A MARÍA; LA GRACIA LA VIVIFICA!”

José ya es aquí un hombre del Nuevo Testamento: por encima de la Ley vive en el Señor de la Ley y sus obras se con-forman con esta Vida.

En el silencio de S. José parece escucharse ya un eco retrospectivo de palabras evangélicas:

“El sábado se hizo por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado; de manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado”.

Y el hombre se hizo por causa de Dios.

José -subordinado a María en el orden de la Gracia- recibe anticipadamente gracias -habituales y actuales- que son frutos de la próxima Redención.

Con la que quedará superada la Ley y se entrará en el Reino de la Gracia.

“Porque la Ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la verdad han venido por Jesucristo”.

Gracias que en conjunto se pueden resumir así: ‘La Letra mata, la Gracia vivifica’.

Traducido esto en una gracia actual para José dice: ‘La Letra de la Ley mataría a María pero la Gracia de la que Ella y yo vivimos, la vivifica: por lo tanto, ¡qué María viva!’.

En él ya está en germen la Buena Nueva con su nueva jerarquía: primero la Caridad, la Esperanza y la Fe; después todo lo demás.

Primero el Autor de la Ley, el Espíritu de la Ley y después la Letra de la Ley.

Y así tenía que haber sido, pues en los designios divinos S. José participaba en el orden de la unión hipostática del Verbo con la naturaleza humana, como dice el P.Bover.

Pues estaba llamado a ser en la tierra el Vicario del Padre Eterno, el padre del Hijo Co-Etemo en su vida terrena y “el complemento connatural de la divina maternidad de María”.

José entonces más que alejarse de María, da un paso al costado.

Sin dejar de contemplar el misterio de Amor de su Esposa Virgen, misteriosamente hecha Madre.

Esperando contra toda esperanza en un milagro divino teniendo en cuenta a Abraham -su padre en la fe- que creyó en la fecundidad de su anciana esposa, esperando el auxilio de Dios que prometía lo que humana esperanza no concibe.

Abraham creyó en Dios a través de los ángeles; José creyó en Dios a través de María, aún antes de creer en el Ángel de su particular Anunciación: “José, Hijo de David, no temas…” (Mt. 1:19-21)

 

LA CARIDAD NO PIENSA MAL… TODO LO CREE… TODO LO ESPERA… NUNCA MUERE

Solo el silencio orante y adorante es el oportuno compañero de José, en el que adora humildemente los inescrutables designios de Dios.

Y al mismo Dios, que quiere así ser adorado en su Infinita Majestad infundiendo en la criatura racional el temor reverencial de hijo.

Y sobre todo, a José lo acompaña la caridad por la que abraza a ese Dios de otra manera inaccesible.

La caridad que “no piensa mal” (ICor.13:5).

Y ¿quién más próximo y más íntimo para José que su purísima Esposa irreprochable, fidelísima y dechado de virtudes?

“La Caridad no piensa mal (del prójimo).

Ni una palabra, ni ningún gesto injurioso.

Pero tampoco un calculado silencio material que fuese un manto, que fuese un velo de fulminantes juicios temerarios.

Solo perplejidad… zozobra… asombro… y, en todo caso, todo lo contrario a esos pecados: sufrir por la privación causada para el otro, más aún que por la derivada para si mismo.

¿Qué será de María, mujer sola y grávida?… ¿qué le deparará Dios a Ella?

Porque “la Caridad no busca su propio interés” (‘non quaerit quae sua sunt’) antes bien busca el ajeno -sin descuidar la propia salvación del alma-.

Se olvida de sí y se preocupa del otro.

Se diría que el Silencio y la Digna Retirada de S. José con el juicio suspendido, ante la noticia de la gravidez de María, es una clamorosa salmodia callada del Himno a la Caridad (I Cor. 13:4-8).

Podríamos ver en estas actitudes de Nuestro Santo, todas y cada una de las ‘notas’ de la Caridad que S. Pablo enseña a los Corintios.

Pero tal vez sobresalgan la de creer y la de esperar.

Y la de esperar en el amor, en lo eterno; en el Amor Eterno; en el Amor de Dios: “Charitas numquam excidit” (v.8a) (“La caridad nunca muere”).

Porque José creyó en plena noche que, el día de la maternidad virginal de su Esposa era posible, como opina Bossuet.

Y porque esperó contra toda esperanza que las Promesas Divinas se cumplirían, aunque en él -en su matrimonio- los acontecimientos parecían contradecirlas.

Y esperó los tiempos de Dios que no deja desesperar a sus hijos bienamados-bienamantes, porque no los prueba más allá de sus fuerzas; que también por Él las tienen aunque claramente no las sientan.

Si bien es cierto que los pruebe hasta el límite infinitesimal de éstas; hasta el friso que separa lo Excelso del Abismo; hasta ese instante trágico en que Abraham va levantando el brazo con el facón en la mano para sacrificar a Isaac, su hijo primogénito.

Es el momento en que Dios abre para el Justo el “tiempo” de los ángeles.

Es la hora del divino mensaje… el instante de su mensajero: es la hora del ángel.

Se desvela el telón del tiempo para que, por la misericordia de Dios, incursione en éste, el evo: un beso de edades que no tiene nombre: un inefable cruce de los tiempos…

 

LA ANUNCIACIÓN A SAN JOSÉ, MT 1:19-21

Y el tiempo elocuente de Dios no se hizo esperar, llegó en el instante preciso para el Augusto Virgen-Esposo: “cuando estaba en esos pensamientos” de dejar en secreto a su Virgen-Esposa y ahora Madre sin su concurso.

Se acababa el Silencio de Dios para el atribulado Justo que, por su fidelidad, atraía la Voz de Dios que des-vela y revela a los que ama, sus secretos ocultos.

Porque “son muchas las tribulaciones del Justo pero de todas ellas el Señor lo libera” (Sal. 33:20).

Y la Voz de Dios vino a través de una criatura condigna con un hombre que, de tal manera estaba lleno de la gracia de Dios, que vivía en la tierra como si fuera más un ángel que criatura de carne y de huesos.

Vino por un ángel que, como bien opina Bossuet debió de ser también el Arcángel Gabriel –“Fortaleza de Dios”.

El mismo que a la Virgen fortaleció en sus santos temores, en su temor reverencial de la Divina Majestad a causa de sus inesperadas disposiciones: “no temas” – le dijo a María (Lc 1:30)- y “no temas” – le dijo a José (Mt 1:20):

“… he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa.

Porque su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Salvador), porque él salvará a su pueblo de sus pecados”

¿Qué es lo que temía José?

Temía recibir a su esposa María, grávida sin su intervención, por la reverencia que la santidad de su Virgencita le suscitaba.

Que no era más que una manifestación del temor reverencial que le debía a Dios en esta nueva e inesperada situación en que Él lo había colocado.

Temía como todo hombre de Dios que se ve superado por los acontecimientos que le acaecen sin su causa pero que sabe por la Fe que, como todo acontecimiento, no habría venido a ser si Dios no lo hubiese querido.

Temía como hombre superado infinitamente por la Voluntad de Dios que prueba los corazones antes de confiarles los secretos de su Sabiduría.

Era lo que San José había meditado muchas veces en el Templo y fuera del Templo:

“¿Qué sabe el que no ha sido probado?”.

“¿Quién no ha sido tentado qué puede saber?”.

 “Porque la Sabiduría anda con él en la tentación, y le elige entre los primeros.

Para probarle le conduce entre temores y sustos, y le aflige con la tribulación de la doctrina, hasta explorar todos sus pensamientos, y fiarse ya del corazón de él.

Entonces le afirmará, le allanará el camino, y le llenará de alegría. Le descubrirá sus arcanos, le enriquecerá con un tesoro de ciencia, y de conocimiento de justicia.”

Nada nuevo bajo el sol; la prueba más importante de los santos no les viene a través del mundo, la carne y el demonio, sino en su relación con los verdaderos hermanos en la Sana Doctrina.

Dios, antes de afianzar definitivamente al justo y de descubrirle sus arcanos más íntimos, trinitarios y santos; “Lo conduce entre temores y sustos, y le aflige con la tribulación de la doctrina”.

Lo prueba con aquellos con los que, codo a codo, llevan a cabo el mismo Combate de la Fe en la misma Caridad divina que los anima.

Así lo dice Santa Teresa que mucho supo de esto y así pasó con San Juan de la Cruz y así pasó con San Gerardo Magela y así pasó con nuestro contemporáneo Padre Pío.

Porque si a algunos de los que objetivamente molestaron y afligieron a estos santos les animaba el pecado, a muchos, por el contrario, los animaba en sus hostiles reacciones, el celo y el amor a la Santa Madre Iglesia.

Y siendo San José el Protector de la Iglesia, ¿cómo dejaría Dios de ponérnoslo como nuestro Modelo de Santidad principalmente en la prueba más álgida que tiene el justo?

Sí, Dios puso a San José como Modelo de Perfección exactamente, porque su tentación y su prueba más importante tiene relación no con los enemigos de la Iglesia – mundo, carne y demonio.

Sino con la Santísima Madre de la Iglesia, su castísima y venerada esposa, a quien amaba como a la pupila de sus ojos y de la que recibía el más santo, el más verdadero y el más afectuoso de los amores.

Y quien poseía, en muchísimo más alto grado que él, la corona de todas las virtudes.

 

DE LOS 4 DEPÓSITOS-SECRETOS CONFIADOS POR DIOS A SAN JOSÉ

Monseñor Bossuet explica cómo la casa de San José,

“Parece un templo, porque un Dios se digna habitar en ella, instalándose Él mismo allí en Depósito, y José debió ser consagrado para guardar ese sagrado tesoro. 

En efecto, él lo fue: su cuerpo cristiano lo fue por la continencia y su alma por todos los dones de la gracia.”

Y más adelante dice:

“Encuentro en los Evangelios 3 depósitos confiados al justo José por la divina Providencia y al mismo tiempo también 3 virtudes que sobresalen entre las demás y que responden a estos 3 depósitos.”

El primer Depósito que, el eximio orador halla, es la virginidad maternal de María; con su virtud correspondiente que es la pureza continente de José, en su matrimonio con la Virgen.

El segundo, es la persona de Jesucristo; con la gracia de la fidelidad que le vino adjunta, para sobrellevar ecuánimemente, los cuidados infatigables en la adversidad.

El tercero, es el secreto de que en su virginal esposa, Dios el Salvador, se encarnó por obra del Espíritu Santo.

Secreto que, en San José, era acogido con una humildad y un amor a la vida escondida, sobremanera grandes.

De tal porte y forma que, no dejase germinar en su alma, la vanagloria de ser el Secretario de Dios.

Y que el ocultarse a los ojos de los hombres fuese algo asumido con todas las veras y con una apacible alegría, en el Dios que gusta ser y estar escondido para los sabios y prudentes del mundo.

Y en modesta opinión hay que explicitar un 4º Depósito confiado por Dios a José, que en el tiempo es el primero porque es el que le hace merecer los otros tres: la caridad plena de María.

Con su virtud correspondiente: un altísimo grado de caridad en San José.

La prueba de la Caridad hecha por Dios a José consistió en constatar si él seguía creyendo en la fidelidad matrimonial de su santísima esposa después de su gravidez, sin él saber la causa efectiva de ésta.

Y sin que la noticia del embarazo de su virginal esposa medrase en algo el divino afecto que siempre los había unido en el inmutable amor de Dios.

Solo el sobrio comunicado de María: ‘Estoy encinta’; debería suscitar en él -por gracias actuales que Dios había previsto darle- un altísimo grado de caridad por el cual seguiría creyendo en la fidelidad de su esposa y la seguiría amando -tanto o más que antes- por amor al Dios que los había unido en matrimonio.

Y esto a pesar de que las apariencias sensibles le “gritaban” todo lo contrario.

Siendo “Justo” con anterioridad a la Prueba, se haría así más santo por las gracias actuales que Dios tenía previstas -en mérito a su fidelidad- para forjarlo, a través de Su Fuego, condigno depositario -junto a su Esposa- de los Secretos de Dios.

 

IN MEDIO, VIRTUS

Dos tentaciones debía sortear José en esa encrucijada de caminos: la delación legal de su santa esposa y el alejamiento físico de ella por amarga cobardía, y no por sabia y amorosa prudencia como lo fue.

La primera tentación ya vimos cómo fue rechazada.

Respecto a la segunda, diremos solamente que la separación material de María podría tener 2 causas formales espirituales.

El despecho cobarde de un superficial hijo de Dios o la amante cautela sobrenatural del humilde y sabio Siervo que conoce sus límites y la infinitud de su Padre Eterno.

Sabemos ya que esta última fue efectivamente la causa formal de la separación física, incoada en pensamientos, por José.

La grandeza de San José está en que su fidelidad a la Gracia lo hizo caminar por una firme pero delgadísima cornisa.

Flanqueada por esos dos grandes abismos de tentaciones que, a diestra y a siniestra, lo azuzaban.

Estrecho camino enjuto trazado en medio de murallas de aguas apenas -pero segura y sobrenaturalmente- contenidas.

Puesto en esa coyuntura, ¡cuántas veces no habrá meditado Nuestro Bien-Aventurado José aquel ritornelo de las Sagradas Letras: “¡no te apartes ni a la derecha ni a la izquierda! ”.

In medio, Virtus: la Virtud está en el camino recto que corre flanqueado, a derecha e izquierda, por todos los vicios.

In medio, Virtus: entre el despecho, la indignación verborrágica por un lado y la amarga cobardía silenciosa por el otro.

Nuestro Bienaventurado holló con paso firme el sigilo caritativo, la taciturnidad consecuente con la voluntad de Dios, que los acontecimientos le imponían y le re-presentaban.

“La caridad plena de María” ya desde su noviazgo con la Santísima Virgen, es el primer Depósito divino de José.

Y su primer título de gloria el de ser su Custodio.

Primer Depósito y primer mérito que lo dispuso a todos los otros depósitos y a todos los otros méritos.

Porque esa es la manera divina de dispensar las gracias: la fidelidad a una atrae otras.

Una gracia bien correspondida atrae otras gracias insospechadas; la gracia atrae la gracia.

Y así el santo va de gracia en gracia y “de claridad en claridad” transformándose en la misma imagen del Señor.

 

“SANTO VELO” DE LAS PUREZAS HUMANAS DE DIOS

El 4º Depósito -que como vimos es el Primero- se le otorga definitivamente a José después que reaccionó con un sigilo caritativo frente al secreto, que su virginal Esposa le confió, del mero hecho de su embarazo.

Como Buen Varón de Dios, continente tanto en lo corporal como en lo espiritual, no corrió a divulgar que su esposa estaba grávida sin su intervención, ni se encerró en una acre soledad.

Guardó el secreto de su esposa como un tesoro inexplicable y lo adoró en su apacible soledad, turbada solo por el temor reverencial que le provocó la Omnisciencia Divina que lo Cubría con Su Sombra.

Y ese secreto material lo estrechó en ‘el’ Sufrimiento de su vida que aunque adorable, no dejaba de serle inexplicable.

Y virilmente asumió este su intransferible Dolor en el Buen Combate de la Noche de la Fe.

Que todos los justos deben pasar para cantar eternamente las victorias de Dios en sus afanes.

Y por ello, recibir del Rey Divino su propia corona y su propio halo de gloria.

Porque en el Firmamento Divino cada “estrella” tiene un esplendor diferente.

Y el de San José será el esplendor de una “estrella” 7 veces Acrisolada – “Purgatum septuplum”, que dice el salmista-; que llegó a ser Esposo de la Madre de Dios, de la “Luna”.

Puesto y brillo único en el Coro de los Glorificados.

Fue esa Prueba Dolorosa, asumida en Dios y para su mayor Gloria, la que franqueó para S. José las sucesivas y extraordinarias asistencias del Cielo, mientras caminaba en la tierra.

Y cuando obtuvo la compresión definitiva de Dios, tras el retorno de su alma a su Creador, en el descenso de Jesús al Limbo de los Justos.

Prueba “Clave” tras la que José parece confirmado en gracia y está pronto para ser el Atleta de Dios que sortea todos los obstáculos con los Secretos de Dios a cuestas.

Militar de Dios, arrostra todas las batallas como disimulando, por su continua igualdad de ánimo, ante los hombres, y hasta el mismo Satanás.

Que las pelea cargando con el Botín más valioso que pudo haber existido para todos los piratas del mundo: no el cielo y la tierra juntos, sino al mismísimo Autor y Gobernador Plenipotenciario de ellos y en presencia de Niño.

Prueba “Clave” que le da el derecho y el deber -hasta que Dios lo dispusiese- de ser el Santísimo velo humano de las purezas humanas de Dios por Antonomasia.

El cuerpo y el alma humanas de Dios: y el cuerpo y el alma humanas de su Santísima Madre.

Prueba “Clave” que, como había sido al principio -en los tiempos del Templo- ahora lo Confirma como “velo despistador” -para el mundo y para Satanás-.

Pero esta vez de la Concepción Virginal del Verbo de Dios en el seno purísimo de la Santísima Virgen María.

San Ignacio de Antioquia así lo ve a San José y la Iglesia lo trae en su Breviario Monástico.

Oro Puro en las manos de Dios -habiendo llegado al grado de santidad querido por Él- San José estaba pronto para ser el custodio definitivo de los tesoros más preciados de Dios.

El Gran Asegurador Trinitario se hacía un “cofre” auríferamente condigno para sus “lingotes” divinos de superlativos quilates que, en la Tierra debían ser custodiados 30 años, por un Padre según su corazón.

Ese vino a ser San José en el instante onírico en el que se le apareció San Gabriel.

Y le grabó a fuego, en el Oro de su alma, las palabras de su Anunciación de Esposo de la Madre de Dios, por las que se le promulgaba Padre de Dios en la tierra:

“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa porque su concepción es del Espíritu Santo, etc.”

 

ORACIÓN

¡Oh, Apacible San José:
en las pruebas que Dios nos envía,
a través de nuestros hermanos en la Fe:
alcánzanos de Él,
dos cosas de las que sos Ejemplar:
el Temor Reverencial de hijos de Dios;
y la Paciencia Fraterna,
con el Silencio Adorante del corazón y de la lengua!


Por Hilario Atanasio Desarriano.

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
ARTÍCULOS DESTACADOS Breaking News Catolicismo Doctrina Lo + leído Movil Musulmanes NOTICIAS Noticias 2017 - julio - diciembre Noticias 2018 - julio - diciembre Papa Prédica Sermones Homilías Relaciones Políticas Religion e ideologías

La Profecía de Benedicto XVI que Ahora se está Cumpliendo

Benedicto XVI tenía razón el 13 septiembre de 2006 en Ratisbona.

Cuando dijo que un Dios que está más allá de la razón es un Dios que exige y demanda irracionalidad, desorden y violencia.

benedicto xvi ratisbona 2006

Y el mundo lo criticó, tanto en occidente como en el mundo islámico.
.
Pero como inexorablemente se está cumpliendo, todos le debemos una disculpa a Benedicto XVI.

 

EL DISCURSO DE RATISBONA ES DE LO MÁS TRASCENDENTE EN EL SIGLO XXI

Los que escriben las historias del siglo XXI pondrán en la lista de las cosas más trascendente de este siglo un discurso pronunciado en una universidad alemana hace más de una década.

En tan sólo 4.000 palabras, lo que ahora llamamos el «Discurso de Ratisbona» logró identificar la patología interior que corroe gran parte del mundo.

En contra de la época de los sentimientos, Joseph Ratzinger ha mantenido sistemáticamente el poder de la razón en toda su plenitud.

Mostró cómo un colapso de la fe en las concepciones de cuerpo completo de la razón explica gran parte de desorden evidente de nuestro mundo.

Fue allí donde dejó claro que la razón purifica la fe de la superstición y el fanatismo.
.
Y la fe ensancha los horizontes de la razón para abordar las cuestiones más fundamentales de la vida. 

Lo que dijo Benedicto XVI enfureció especialmente a muchos musulmanes, pero también atrajo el desprecio de algunos progresistas.

Quince años después del 9/11, la respuesta al terror islamista se está volviendo más y más confusa. 

Sin embargo ha habido raros momentos de claridad desde el 9/11, y uno de estos ha sido la profecía de Benedicto XVI de hace 10 años.

Peregrinos a Ratisbona en el 2006

 

EL MUNDO DEBE REFLEXIONAR SOBRE LO QUE DIJO EL PAPA BENEDICTO XVI

Hoy en día, las noticias están mostrando a cualquiera que tenga ojos para ver lo que el Corán leído textualmente produce en la acción realmente.

Pero la Europa moderna secularizada no lo hará porque no cree en los textos sagrados.

Para un europeo pensar que alguien crea en la religión es un imposible.

Ni siquiera reconocen una espada cuando les está presionando en el cuello.

El Papa Benedicto XVI explicó su tesis refiriéndose a una discusión, un diálogo, llevado a cabo, tal vez en 1391, en los cuarteles de invierno cerca de Ankara.

Fue protagonista el docto emperador bizantino Manuel II Paleólogo sobre el tema del Islam, la amenaza que, en la forma del Imperio otomano, era la fuerza que tenía delante.

El Papa Benedicto, que lo describió como “un persa culto sobre el cristianismo y el Islam”, dijo que Paleólogo aseveró,

“Muéstrame lo que Mahoma ha traído de nuevo, y allí encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, tales como su directiva de difundir por la espada la fe que él predicaba”.

El Papa señaló que el comentario fue hecho en algún momento «durante el asedio de Constantinopla entre 1394 y 1402″.

El Papa también señaló que el emperador habló con “brusquedad sorprendente, brusquedad que para nosotros es inaceptable”.

Pero es evidente que el emperador era también un hombre en posición de hablar desde su experiencia personal.

musulmanes critican a benedicto xvi en 2006

 

EL FANATISMO PERNICIOSO DE LA FE

Para Manuel II – y Benedicto XVI – la vida, los derechos humanos y la oportunidad de vivir entre diferentes religiones están garantizados únicamente por una fe en la razón.

Como una herramienta capaz de conocer la verdad que se aplica a todos, cristianos y musulmanes, creyentes y no creyentes.

Sin esta fe en la razón y con la fe depositada en que la verdad se decide por cual los ejércitos gana, entonces se trata de quien es más capaz de explotar más bombas.

La verdad – y Dios, que es verdad – se convierten en simples funciones de la violencia.

San Juan Pablo II, en su encíclica Fides et ratio, recuerda que para volar el hombre necesita dos alas, la fe y la razón. 

Si el ala de la razón se vuelve hipertrófica a expensas de la fe, nos encontramos frente a la laicidad.
.
Si el ala de la fe se convierte en un ala hipertrófica a expensas de la razón, es el fundamentalismo, y es lo que le sucede al terrorismo islámico. 

El hombre, como el avión, necesita dos alas para volar. De lo contrario, no vuela y se estrella.

La Iglesia no promueve en absoluto un desarrollo anormal de la fe contra el ala de la razón.

Advierte por tanto de los dos males del momento.

De las consecuencias de la laicidad, donde la razón niega la fe y del fundamentalismo que no usa la razón.

En Ratisbona, Benedicto XVI se centró en el problema del Islam.
.
Que en un momento de su historia, asustado por las formas de racionalismo, que sedujo a muchos de sus filósofos, cerró el diálogo fructífero que se había iniciado con la cultura griega.
.
Quemó los libros de filosofía, y a veces quemó incluso a filósofos. 

Pero para evitar el racionalismo, cayó en el error opuesto de fideísmo, que se convirtió en la política del siglo XX que sería llamada fundamentalismo.

Benedicto XVI ha indicado que el diálogo con el Islam es obligatorio. 

Un diálogo, sin embargo, que no escatime en indicar la cantidad de daño que hizo a los musulmanes la separación de la fe y la razón.

Y que muestre cómo esta separación conduce inevitablemente a la violencia.

benedicto xvia aspergendo agua bendita

 

LAS ACUSACIONES QUE BENEDICTO XVI RECIBIÓ POR EL DISCURSO

Desde su discurso de 2006, el Papa Benedicto XVI ha escuchado las constantes acusaciones, repetidas sin cesar por la prensa occidental.

Que sus observaciones eran “ofensivas”, que su “metedura de pata” sobre el Islam causó la violencia que siguió.

Pero ¿qué dijo?
.
Llamó en voz baja a un retorno a la supremacía de la razón en el discurso religioso.
.
Y cortésmente pidió a los musulmanes abjurar de la violencia.

Los medios de comunicación seculares occidentales petulantes, ocupados en sus ataques a uno de sus blancos favoritos, no citaron el resto del párrafo.

Pero se puede encontrar la tesis no sólo en la conferencia del Papa Benedicto XVI, sino que es la respuesta verdadera del cristianismo a la violencia incontrolada del islamismo. Y a nuestro propio libertinaje.

La razón y la fe, “Fides et ratio” y su colaboración armoniosa son necesarias para crear un orden civil moral y justo.

“El emperador [Manuel II], después de haberse expresado de un modo tan duro, va a explicar en detalle las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional.
.
La violencia es incompatible con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma”,
dijo el Papa Benedicto XVI.

¿Cómo puede estar pasando esto en un mundo “globalizado”? ¿Qué le ha pasado a nuestra “aldea global”?

¿No ha tenido la modernidad, con todas sus comodidades y distracciones, el logro de civilizar y domesticar al mundo entero?

Él citó a Paleólogo:

“Dios… no goza con la sangre – y no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios.

La fe es fruto del alma, no del cuerpo.

Quien quiere llevar a alguien a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, sin violencia ni amenazas…

Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a un brazo fuerte, o a armas de ningún tipo, o cualquier otro medio de amenaza de muerte…”

benedicto xvi

 

LAS PALABRAS DE BENEDICTO XVI SON PROFUNDAMENTE SENSATAS

Cuando las imágenes procedentes del terrorismo islámico nos aturden y abruman, las palabras de Benedicto XVI y Manuel II Paleólogo suenan bien sensatas y humildes.

Frente a este resurgimiento moderno de la antigua amenaza de tales barbaridades, cada vez es más difícil para los intelectuales liberales occidentales continuar haciéndose eco de sus antiguos mantras.

La dura verdad debe ser enfrentada con el tiempo, incluso por los menos decididos.
.
No todos en el mundo piensan de la misma manera, tiene los mismos valores, tiene los mismos objetivos.
.
No todas las culturas tienen igual valor. No todos los hombres están igualmente correctos en lo que creen.

El arzobispo Amel Nona, el caldeo católico de Mosul, dijo sin rodeos, y sin las sutilezas requeridas por el público académico civilizado, que el tiempo para complacer nuestras fantasías liberales confortables ha terminado.

Y dijo:

“Nuestros sufrimientos de hoy son el preludio de lo que ustedes, los europeos y los cristianos occidentales, también van a sufrir en el futuro cercano”.

Y él nos advierte:

También, ustedes están en peligro. Ustedes deben tomar decisiones fuertes y valientes, aun a costa de contradecir sus principios”.

¡Y vaya si esta profecía no se esta cumpliendo en Europa a través de los atentados!

cristianos rezando en iglesia destruida
Niñas cristianas rezando en iglesia atacada y destruída por musulmanes

 

CONTESTACIÓN A LOS FIJADOS EN LA INTERPRETACIÓN EQUIVOCADA DE LA LUMEN GENTIUM

Esta reflexión de Benedicto XVI es buena para contestar a quienes han quedado fijados a la interpretación del Concilio Vaticano II, que en Lumen Gentium, en el capítulo II-16 dice:

…el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero.

Y que ellos interpretan que los padres conciliares quisieron decir que es el mismo Dios, ‘in totum’.
.
Pero sin embargo el texto conciliar no llega a manifestar que se trata de la misma configuración del mismo Dios.
.

O dicho de otra forma, que rescatan, o le son reveladas, las mismas características del Dios único.

musulman destruyendo una cruz

 

LA VIOLENCIA INHERENTE

Un anillo de fuego parece rodear y cruzar a través del mundo islámico, como si algo violento fuera inherente a la mente islámica.

Por ejemplo pensemos en el corte de manos, la lapidación o el castigo a latigazos.

¿Por qué hay tanta violencia?

Hace cien años, el Padre Gabriel Oussani (ningún extraño al Islam, sino alguien nacido y criado en la Turquía en el siglo XIX) escribió este párrafo final de la Enciclopedia Católica en artículo sobre Mahoma y el islamismo, que debe permanecer en la memoria de los cristianos de todos los tiempos:

El Profeta ordenó una sumisión absoluta al imán.
.
En ningún caso la espada puede ser levantada en su contra.
.
Los derechos de los sujetos no musulmanes son del tipo más vago y más limitado.
.
Y la guerra de religión es un deber sagrado cuando hay una posibilidad de éxito contra el “infiel”.

Las persecuciones del musulmán medieval y moderno, especialmente de Turquía, tanto a judíos como a los cristianos, son quizás el mejor ejemplo de este espíritu.

caballo de troya musulman

 

ESTA SITUACIÓN SE ESTA DESARROLLANDO COMO UNA TRAGEDIA GRIEGA

Los ataques terroristas que se estan sucediendo en Europa tuvieron toda la inevitabilidad de una tragedia griega: eran totalmente predecibles.

Sin embargo, muchos reaccionaron con «shock», incluyendo a Angela Merkel, el ex presidente Francois Hollande, y el Vaticano.

Después de los atentados de la Torres Gemelas en los Estados Unidos, los atentados de 2004 en Madrid, que mataron a casi 200 e hirieron a 2000; y los que le siguieron con una frecuencia ascendente ya no hay excusas.

Los líderes mundiales no tienen excusas imaginables para estar en shock y sorprendidos por el terrorismo que se produce en medio de las ciudades occidentales.

¿Alguien puede aún estar sorprendido?
.
La respuesta, creo, es que las personas que se sorprenden aún se aferran a una falsa narrativa sobre el Islam.
.
El relato dice que el Islam, al igual que todas las otras religiones, es una religión de paz y que los terroristas no son musulmanes. 

Esto es parte de un paquete de otros relatos conectados: que la naturaleza humana es esencialmente buena, que todas las personas comparten los valores universales, y que con el paso del tiempo todos nos hemos vuelto mucho más iluminados que nuestros antepasados.

Al igual que con otras creencias profundamente arraigadas, los hechos que desafían la narrativa tienden a ser ignorados. 

¿Qué se necesita para despertar a la gente? Es una pregunta que se oye a menudo.

musulmanes protestando en europa

La respuesta es que van a despertar cuando presten atención a los hechos en lugar de a las narrativas. 

De hecho, muchos ya han despertado.

Estas son por lo general personas que no están profundamente blindadas por el pensamiento de moda y por lo tanto son capaces de dejar de lado los relatos empujados por las élites.

El problema radica en las propias élites. 

Reconocer el patrón del terrorismo musulmán sería admitir que han estado seriamente equivocadas.

Y significa renunciar a la irrealidad de sus suposiciones sobre el mundo.

Así que podemos esperar que continuarán durante mucho tiempo tratando cada nueva atrocidad como un evento sorprendente e inexplicable.

Por ejemplo, un informe de la AP comienza de la siguiente manera:

«El público nunca podrá saber que motivó a un hombre de 24 años, para matar a cuatro marines y un marinero en un ataque a la base naval de Chattanooga en julio pasado»

¿Podría ser que el motivo de Mohammed Youssef Abdulazeez hubiera tenido algo que ver con el Islam?

Existe abundante evidencia de que es así. Pero los defensores oficiales de la narrativa no pueden decidirse a admitirlo.

Desafortunadamente, muchos líderes católicos se involucran con estas mismas narraciones falsas.

Los memes que son populares entre las élites de opinión son populares entre ellos, como por ejemplo que la violencia no tiene nada que ver con el Islam, que la inmigración es no es un peligro, y que todas las culturas comparten los mismos valores.

¡Cuidado que no estamos queriendo decir que la mayoría de los musulmanes son terroristas!

Por supuesto, cuanto más tiempo la gente incurra en estas narraciones, más carnicería habrá. 
.
Esto se debe a que las acciones que son necesarias para detener el terror están prohibidas por la narrativa.
.
Como la vigilancia a las mezquitas, un alto a la inmigración masiva musulmana, la exposición de las líneas de falla de la ideología Islámica.

Y a pesar de que los representantes de ISIS han declarado que planean aprovechar la crisis de los refugiados escondiéndose entre los refugiados inocentes, el jefe de Seguridad Nacional ha dicho que no «sabemos mucho» acerca de los refugiados sirios que buscan el reasentamiento en los EE.UU.

Los obispos de Estados Unidos, junto con otros líderes occidentales, parecen estar dando la bienvenida a un desastre casi inevitable. 

Como hemos dicho, todo el asunto está desarrollándose como una tragedia griega.
.
Y las tragedias griegas, como sabemos, comienzan con la arrogancia, con líderes que están demasiado seguros de sí mismos y de su juicio.
.
Nuestra tragedia actual parece estar moviéndose inexorablemente hacia su conclusión fatal. 

Por todo esto es que el discurso de el papa Benedicto XVI en Ratisbona ha sido profético, por poner sobre la mesa el fondo del problema.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Breaking News Catolicismo Movil NOTICIAS Noticias 2018 - enero - junio Prédica Sermones Homilías Sacerdotes

¿Cuáles son los Problemas con las Homilías de Nuestra Época?

Las homilías son el nexo que vincula nuestra vida y nuestra cultura de hoy, con las enseñanzas del Evangelio.

Deberían ser mini catequesis para evangelizar a los fieles que están sentados en los bancos.

sacerdote en homilia

Pero muchas veces son más auto referenciadas al predicador que a las enseñanzas de Nuestro Señor, y a las consecuencias que esas enseñanzas tienen sobre nuestra vida actual.

Y otras veces no pueden establecer el vínculo porque son demasiado largas, poco estudiadas, demasiado técnicas, aburridas.

Un tema importante que advertimos es que los pecados concretos de nuestra época, referidos a nosotros mismos, han dejado de ser centrales en la prédica.

A pesar que sí leemos las prédicas de Jesús y sus seguidores veremos que eran la parte central de sus alocuciones.

Si no se habla de los pecados de nuestra época en concreto, es difícil entender y vivir el perdón de Dios.

¿De qué pecados nos va a perdonar Dios si no nos sentimos pecadores?

 

LO QUE HA DICHO EL PAPA FRANCISCO SOBRE LAS HOMILÍAS

Recién comenzado su pontificado el Papa Francisco publicó la exhortación evangélica Evangelii Gaudium.

Y allí dedicó 12 páginas a la homilía y a la predicación.

Para Francisco la homilía es la piedra de toque para evaluar la cercanía y la capacidad de encuentro de un pastor con su pueblo.

papa francisco predicando

Y define la homilía por la contraria para explicar su pensamiento,

«La homilía no es un discurso casual, ni una conferencia ni una canción, sino una sesión de reanudar ese diálogo que ya ha sido abierto entre el Señor y su pueblo».

También dijo frases como está

“Quien quiera predicar, primero debe estar dispuesto a dejarse conmover por la Palabra y a hacerla carne en su existencia concreta”.

Y el momento de la homilía lo describe de esta manera

“No es tanto un momento de meditación y de catequesis, sino que es el diálogo de Dios con su pueblo”.

La homilía no puede ser un espectáculo entretenido, no responde a la lógica de los recursos mediáticos, pero debe darle el fervor y el sentido a la celebración”

Y desde ese momento se refería a la necesidad de brevedad,

Debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase, para no dañar la armonía entre las diferentes partes de la misa¨.

Exhortó a los predicadores hablar como una madre le habla a su hijo mediante una cercanía cordial, con calidez, en un tono de voz con mansedumbre.

Y agregó

“La predicación puramente moralista o adoctrinadora, y también la que se convierte en una clase de exégesis, reducen esta comunicación entre corazones que se da en la homilía.

Francisco también se refirió al tiempo dedicado al estudio para preparar la homilía.

Y pidió prestar atención al texto bíblico como fundamento la predicación.

Al punto que pide sentir un santo temor de manipular la palabra.

Y agregó que en homilía es necesario captar el mensaje central del texto y ser consecuentes con él.

Si un texto fue escrito para consolar, no debería ser utilizado para corregir errores; si fue escrito para exhortar, no debería ser utilizado para adoctrinar; si fue escrito para enseñar algo sobre Dios, no debería ser utilizado para explicar diversas opiniones teológicas; si fue escrito para motivar la alabanza o la tarea misionera, no lo utilicemos para informar acerca de las últimas noticias”.

Y pidió para que los sacerdotes se dejen como convertir por la palabra, haciéndola carne en su vida.

Se refirió también a la escucha de los fieles para descubrir lo que necesitan escuchar.

Y dijo que la prédica debe conectar el mensaje bíblico con una situación humana que vivan las personas.

Y desde el punto de vista del formato pide aprender a usar imágenes en la predicación, hablar con imágenes.

Evitar palabras demasiado técnicas que no comprende la asamblea.

En otras oportunidades también el Papa ha hablado sobre la calidad desigual de las homilías.

Se ha referido a homilías demasiado largas que carecen de enfoques o son incomprensibles.

Y en los últimos tiempos, ha pedido homilías cortas de no más de 10 minutos.

Pero el mensaje comunicacional más insistente ha sido

Que sus homilías no sean aburridas, que sus homilías lleguen al corazón de la gente, porque salen de vuestro corazón. Porque lo que les dices es lo que tienes en el corazón”.

Las recomendaciones sobre las homilías también es una preocupación de los obispos.

 

EL FILIPINO, ARZOBISPO SÓCRATES VILLEGAS, ADVIERTE A SUS SACERDOTES SOBRE SUS HOMILÍAS

Villegas, como Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, se refirió en tonos duros respecto a las homilías de sus sacerdotes.

arzobispo socrates villegas de filipinas

Él ha dicho,

Hemos visto muchos abusos en el clero: abuso de alcohol, abuso sexual, abuso infantil, abuso de los juegos de azar, el abuso de dinero, abuso de viajes, abuso de vacaciones.

Hoy, les invito a volver sus corazones a otro abuso muy descontrolado y generalizado entre los sacerdotes, abuso homilía.
.
Sí, el abuso de la amabilidad de la gente que se ven obligados a escuchar homilías largas y sinuosas, repetitivas y aburridas, no organizadas y sin preparar, murmuradas entre dientes.

Un poco en broma, pero sin duda con algo de verdad, las personas dicen que nuestras homilías son uno de los flagelos obligatorios que deben pasar todos los domingos.

Si ustedes escuchan con más atención lo que nuestra gente dice sobre nuestras homilías, no se quejan de la profundidad del mensaje o de la exégesis académica.

Se les pide que soporten domingo tras domingo nuestras homilías que no se pueden entender porque nos tomamos tanto tiempo con la introducción, que no sabemos cómo ir directo al punto, y no sabemos cómo terminarlas.

Deben ser preparadas. Ser claras. Ser ubicadas.

Todos fuimos abusados por las homilías de nuestros sacerdotes mayores cuando éramos seminaristas.

Cuando llegó nuestro turno para dar nuestras homilías, el abusado se convirtió en el agresor.

Si un seminarista carece de castidad, no podemos recomendarlo para la ordenación.

Si un seminarista es terco y testarudo, no podemos respaldar su ordenación.

Si un seminarista no puede hablar en público con claridad y eficacia, no lo deberíamos ordenar.

Él será un peligroso abusador en las homilías. El abuso de las homilías puede dañar a las almas.

Homilías largas, sinuosas, no preparadas, irrelevantes, repetitivas, son signos de una vida espiritual enferma del sacerdote.

Y citó a San José de Cupertino:

“Un predicador es como una trompeta que no produce tono a menos que uno sople en ella.

Antes de predicar, orar de esta manera: Señor, tú eres el espíritu, yo soy tu trompeta. Sin tu aliento no puedo dar ningún sonido”.

No es suficiente preparar nuestras homilías; el buen sacerdote debe prepararse él mismo.

La predicación es un ministerio del alma y el corazón, no sólo de las cuerdas vocales y las células del cerebro.

Nuestra vida espiritual es el verdadero fundamento de nuestras homilías.

La cuestión no es lo que vamos a predicar, sino a quien vamos a predicar. Predicamos sólo a Jesucristo; siempre a Jesucristo.

jesucristo predicando

 

RECOMENDACIONES PARA EVITAR EL ABUSO EN LAS HOMILÍAS

Y Villegas da una serie de recomendaciones para evitar lo que llama el abuso en las homilías.

¿Cómo vamos a solucionar la cultura prevalente del abuso en las homilías? ¿Cuál es nuestro remedio?

El primer desafío de los tiempos es la sinceridad sacerdotal.

Nuestras homilías mejorarán si disminuimos nuestro amor por hablar y aumentamos nuestro amor por escuchar.

Cuando nuestra homilía es simplemente una charla, sólo repetimos lo que sabemos, nos cansamos y nos sentimos vacíos.

Cuando uno escucha y ora antes de hablar, aprende algo nuevo y su homilía será fresca y estimulante.

Vamos a ser mejores predicadores si nos atrevemos a oler de nuevo como las ovejas.

El segundo desafío de nuestro tiempo es la simplicidad, la simplicidad del mensaje y aún más, una mayor simplicidad de vida.

La simplicidad de vida también nos ayudará a dejar de hablar de dinero y recaudación de fondos en la homilía; hablar de dinero nunca ha sido edificante.

Simplicidad significa resistirse a usar el púlpito como un medio para vengarse de aquellos que se oponen a nosotros. 

La simplicidad también exige que mantengamos las políticas electorales divisivas lejos del ambón. Simplicidad en homilías significa no desear hacer reír o llorar, lo cual es para las telenovelas y los programas del mediodía.

La simplicidad en homilías hace que las personas inclinen sus cabezas y golpeen sus pechos diciendo que quieren cambiar, buscando la misericordia de Dios.

Ser simple es ser grande en los ojos de Dios. El estilo simple de vida de los sacerdotes es la homilía más fácil de entender.

El tercer y último reto es un llamado a estudiar. La lectura y el estudio no deben parar después del seminario. Si nos detenemos de leer y estudiar, ponemos en peligro las almas de nuestros feligreses. 

Si nos detenemos de estudiar, después comenzamos a obligar a nuestro pueblo a leer el llamado libro abierto de nuestras vidas; el cómic de nuestras vidas, apenas inspirador, francamente ridículo y muy escandaloso.

La homilía se convierte en nuestra historia y no la historia de Jesús. La lectura de la libreta de ahorros en exceso no es una buena manera de preparar nuestras homilías.

Ten cuidado con sus vidas. Las personas nos ven más de lo que nos escuchan. Sé sincero y verdadero. Una doble vida, una vida secreta y oscura es estresante.

Ten cuidado con cada homilía. Dios te juzgará por cada palabra que pronuncias. Cree lo que lees. Enseña lo que crees. Practica lo que enseñas.

Se cuidadoso en cada homilía. Ellos quieren escuchar a Jesús no a ti; sólo a Jesús, siempre Jesús.

Ten cuidado con tu homilía. Compadécete con el pueblo de Dios. Detén el abuso de las homilías. Deja que tu homilía inspire y deja los corazones en llamas.

Quizás una orientación importante es el estilo de prédica que usaron Jesús y sus seguidores.

 

¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE LA PREDICACIÓN DE JESÚS Y SUS SEGUIDORES?

Cuando leemos la Biblia nos damos cuenta que los sermones dichos por Jesús y por sus seguidores no tienen el mismo estilo que se pide a los sacerdotes actualmente.

La prédica de Jesús y sus seguidores, que leemos en la Biblia, era directa y sin anestesia, y enfrentaba a la gente a sus pecados y debilidades, en lugar de pasearse con la palabra alrededor de ellos sin decirlo claramente.

Por ejemplo tomemos el caso de la predicación de Pedro,

«El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste estaba resuelto a ponerle en libertad.

Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis que se os hiciera gracia de un asesino, y matasteis al Jefe que lleva a la Vida.

Pero Dios le resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.

Y por la fe en su nombre, este mismo nombre ha restablecido a éste que vosotros veis y conocéis; es, pues, la fe dada por su medio la que le ha restablecido totalmente ante todos vosotros.

Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros jefes.

Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería.

Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados” (Hechos 3: 13-19).

Una prédica de un tenor como éste es inconcebible hoy, no solamente por la dureza, sino porque enfrenta a la gente a un pecado en forma directa.

Naturalmente hay diferencias culturales y en estos tiempos se pone más énfasis en la sensibilidad, porque el público está más reivindicativo.

Y además el lenguaje políticamente correcto está por todos lados, aún dentro de la Iglesia.

Pero también se puede notar cierto exceso de corrección política en las homilías para no enfrentarse a los dolores de los fieles.

Y es por esto que muchas veces se deja de predicar sobre aspectos conflictivos para la cultura de estos tiempos, como por ejemplo sobre el divorcio, la sexualidad, la anticoncepción, o incluso el aborto.

Sin embargo el cristianismo ha tenido la misión de moldear la cultura y no de adoptarla.

Hay palabras que han desaparecido de las homilías y hay que volver a reintroducirlas para re catequizar a la mayoría de los fieles, que están mal catequizados y mal evangelizados.

Palabras como muerte, juicio de Dios, infierno, pecado, arrepentimiento, suelen no mencionarse, pero deben re introducirse para advertir a los fieles.

Lo mismo que las enseñanzas bíblicas referidas a los problemas morales de nuestro tiempo como el aborto, el suicidio, la fornicación y el adulterio, los actos homosexuales, la pornografía.

Sobre estos males no se habla en las homilías ni se los vincula con la escritura.

Entonces ¿cómo se puede pedir que la gente adopte una vida cristiana si no le hablamos de los pecados que nos separan de la gracia de Dios?

Muchas personas no están avisadas de las consecuencias de algunos pecados como el aborto, la fornicación, etc.

No se les avisa que por pecar consuetudinariamente pueden perder la vida eterna.

Y en algunos casos esto puede suceder porque algunos de los sacerdotes que no hablan de estos temas los omiten porque simplemente piensan que no hay nada que pueda hacer perder la vida eterna, porque creen que el infierno no existe o está vacío, que es lo mismo.

Sólo si la gente se siente que ha cometido un pecado o lo puede cometer, o algún ser querido, va a sentir la necesidad de que alguien lo perdone del pecado y lo encarrile.

O sea que sólo dando primero la mala noticia del pecado se puede valorar la buena noticia que Jesús nos trajo al mundo.

Él perdonó todo nuestros pecados y los sigue perdonando.

¿Por qué una persona que no se siente pecadora va a tomar a Nuestro señor como su Salvador?

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
Breaking News Catolicismo Movil NOTICIAS Noticias 2016 – julio – diciembre Papa Prédica Sermones Homilías Signos de estos Tiempos Signos extraordinarios de la Iglesia

¿Un Católico Puede DISENTIR CON UN PAPA en una Encíclica Sin Caer en Desobediencia? [el caso de la encíclica Laudato Si]

Para que podamos ver más claramente el tema nos referiremos desde el principio a la Encíclica Laudato Si publicada hace un año por el Papa Francisco, que es extraordinariamente larga y trata muchas cosas diversas, por lo que hay católicos que se hacen la pregunta si pueden no estar de acuerdo con algunas cosas que se expresan allí sin caer en desobediencia y pecado.

Especialmente hay un tema por demás urticante, que es el calentamiento global que el Papa afirma con datos científicos que existe, y que una nutrida corriente de católicos descreen con bases también científicas que exista; e incluso algunos interpretan que se trata de una estratagema para seguir conduciendo a la humanidad hacia una Gobernanza Mundial.

papa francisco verde

¿Qué deben pensar esos católicos que discrepan con Francisco sobre la evidencia del calentamiento global?  ¿Están en desobediencia con el Papa? ¿Están cometiendo pecado?

Pero más allá de discrepancias puntuales que podamos tener legítimamente, nuestro acercamiento a Laudato Si debería ser de una mirada atenta y seguimiento de su espíritu, por eso hacemos 4 sugerencias en las que difícilmente podríamos estar en desacuerdo. Si no estamos de acuerdo con su espíritu global, ahí si podemos caer en desobediencia.

 

EL FOCO DE LA POLÉMICA

El Papa Francisco ha publicado Laudato Si sobre nuestra responsabilidad de ser buenos administradores de la creación y él no sólo declara su creencia en el calentamiento global, sino también en la idea de que los seres humanos son al menos parcialmente responsables de él.

montaña e iglesia

Se trata de un tema conflictivo, porque hay una amplia corriente negadora del calentamiento global y aún más de la causa antropogénica del mismo, que incluso exhibe pruebas de investigaciones, por ejemplo que hace 20 años la tierra dejó de calentarse.

De modo que es un tema con por lo menos dos bibliotecas, y hasta podríamos decir tres, porque hay algunos científicos que dicen, y presentan pruebas, que estamos encaminándonos a una nueva era glacial.

Concretamente el numeral de Laudato Si donde el papa Francisco emite la opinión de que existe el calentamiento global del planeta y una de sus causas es antropocéntrica es el 23.

23. El clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. En las últimas décadas, este calentamiento ha estado acompañado del constante crecimiento del nivel del mar, y además es difícil no relacionarlo con el aumento de eventos meteorológicos extremos, más allá de que no pueda atribuirse una causa científicamente determinable a cada fenómeno particular.

La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan. Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana. Al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles, que hace al corazón del sistema energético mundial. También ha incidido el aumento en la práctica del cambio de usos del suelo, principalmente la deforestación para agricultura.

A raíz de él surge inmediatamente la pregunta: ¿se puede estar en desacuerdo con el Papa sobre este tema? ¿Son las encíclicas papales infalibles?

 

UNA POSICIÓN TOTALITARIA

The Catholic Herald ha publicado un artículo del P. Ashley Beck sobre la encíclica Laudato Si, cuyo título es la conclusión: Ningún católico es libre de disentir de la enseñanza de Laudato Si.

flor y abeja

El P. Beck argumenta lo siguiente:

1 – El Papa Francisco dice que Laudato Si es parte del cuerpo de la doctrina social de la Iglesia.

2 – La enseñanza social de la Iglesia cae bajo el Magisterio ordinario, lo que requiere el asentimiento religioso.

3 – Por lo tanto, ningún católico puede disentir de la enseñanza de Laudato Si

Pero su argumento es defectuoso y como resultado su conclusión es en gran parte falsa.

 

EL ERROR DE CONSIDERAR QUE CADA PARÁGRAFO ES PARTE DEL MAGISTERIO ORDINARIO DE LA IGLESIA

Laudato Si contiene enseñanzas que caen bajo el Magisterio Ordinario de la Iglesia. El Papa Francisco ejercitó el Magisterio Ordinario papal en la encíclica.

Sin embargo, no todas las oraciones, ni cada párrafo, de esta encíclica es una enseñanza.

paisaje verde

El Pontífice pone muchas cosas en la encíclica. En el documento incluye observaciones sobre la sociedad y la ciencia, un resumen de las teorías científicas y conclusiones, una evaluación de la crisis ecológica actual y sus consecuencias de futuro probables, así como algunos comentarios sobre cómo la tecnología afecta a la sociedad.

No todas las afirmaciones en Laudato Si es una enseñanza. Y lo mismo es cierto para muchos otros documentos magisteriales. No se requiere que cada frase de un documento papal sea una enseñanza.

Así que el primer error del P. Beck es la suposición de que cada parte de Laudato Si es una enseñanza.

Cuando el Pontífice estableció que se añade al cuerpo de la doctrina social de la Iglesia, no implica que toda afirmación del documento es una enseñanza de la doctrina social de la Iglesia.

¿Podemos «disentir» con las afirmaciones del Papa que no caen bajo el magisterio ordinario?

Bueno, podemos estar en desacuerdo, con fidelidad y sin pecado. La Iglesia no requiere el asentimiento a las afirmaciones que no son enseñanzas. Así que el P. Beck se equivoca al no tener en cuenta el desacuerdo de los fieles con afirmaciones que no son enseñanzas.

Además no todas las enseñanzas de Laudato Si son doctrina social o moral. Por ejemplo, que Dios creó el universo, que Dios eligió crear la humanidad por amor y a su propia imagen, que el destino último del universo es la plenitud de Dios, y otras enseñanzas, no son enseñanzas sociales o morales, sino cuestiones de fe, como por ejemplo algunas enseñanzas sobre teología salvación dentro de este documento, y sobre esas si es obligatorio creer.

 

EL ERROR DE CONSIDERAR A TODOS LOS DOCUMENTOS PAPALES COMO INFALIBLES

Otro grave error del P. Beck así es su suposición de que no es posible la disidencia de los fieles a partir de una enseñanza no infalible del Magisterio ordinario.

Afirma correctamente que las enseñanzas de este documento «son parte del Magisterio ordinario de la Iglesia» que requieren «asentimiento religioso» [Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 25].

mundo industria barcos

Sin embargo, el asentimiento religioso difiere del asentimiento lleno de fe requerido por las enseñanzas infalibles.

El desacuerdo de una enseñanza infalible del Magisterio Católico Romano, impartido bajo la infalibilidad papal o la infalibilidad conciliar, o el Magisterio ordinario y universal, es un pecado grave. No es posible que los fieles disientan de estas enseñanzas, ya que no tienen posibilidad de error sino que son importantes para el camino de la salvación.

Las enseñanzas no infalibles admiten una posibilidad limitada de error, por lo que permiten un disenso en un grado limitado a los fieles.

Es posible disentir fielmente de una enseñanza no infalible del Magisterio. Y puesto que la mayoría de las Enseñanzas de Laudato Si son no infalibles, algunos disensos son posibles en algunos puntos de esas enseñanzas sin caer en pecado.

En cambio, en la medida en que Laudato Si reafirma enseñanzas infalibles del Magisterio, estamos obligados a dar el asentimiento lleno de fe, y no es posible la disidencia sobre ellas.

Por otro lado, las encíclicas papales no son generalmente documentos de enseñanza infalible.

Para un documento papal sea infalible tienen que ser establecidos ciertos criterios.

Ningún Papa desde 1870 ha designado una encíclica como un ejercicio de infalibilidad papal, que requiere tres condiciones:

1 – que el tema sea una cuestión de fe o la moral,

2 – que el Papa esta enseñando como pastor supremo, y

3 – que el Papa indica que la enseñanza es infalible.

¿Cuándo se trata de calentamiento global el Santo Padre enseña infaliblemente?

El Papa Francisco puede estar enseñando como pastor supremo, pero él está no enseña sobre un tema que es una cuestión de fe, y ciertamente no indica que la enseñanza es infalible.

De hecho, cuando tengamos tiempo para examinar más de cerca la encíclica vamos a encontrar que hay un poco de opinión, conjeturas y lenguaje teórico en el documento.

Francisco no es como un profesor dogmático, no comunica sobre la base de precisión de los conceptos como Benedicto XVI, sino que es más intuitivo, tentativo y sugestivo.

Así que la respuesta es simple: «Puedes estar en desacuerdo con el Papa sobre el calentamiento global y aun así ser un buen católico».

Encíclicas que a veces se dirigen solamente a los fieles católicos suponen una enseñanza más autoritativa y vinculante. Pero el Papa Francisco ha abordado Laudato Si para todas las personas. Por lo tanto, no entrega una enseñanza que es vinculante, y dentro de la encíclica incluso habla de la necesidad del diálogo, discusión y el crecimiento en el aprendizaje sobre estos asuntos.

mariposa

Esto que hemos dicho hasta aquí vale para cualquier encíclica y documento papal.

Y ya que usamos a la Encíclica Laudato Si para ejemplificar, veamos también puntos de su espíritu.

 

DISCREPANCIAS LIMITADAS NO SIGNIFICAN DESECHAR LAUDATO SI

Sin embargo, se supone que no debes ignorar en absoluto la enseñanza del Papa. Los fieles deben escuchar con atención, lo que dice el Papa, no ignorar y mirar para otro lado.

Por lo tanto se puede concluir que puedes ser legitimado estar en desacuerdo con el Papa sobre la realidad del calentamiento global y sus causas, pero debes escuchar con atención la totalidad de su enseñanza y asumir lo que dice sobre la crisis ecológica que enfrenta el mundo.

Debemos escuchar con atención a su enseñanza acerca de la contaminación, la destrucción de hábitats y ecosistemas naturales. Debemos prestar atención a sus advertencias acerca de la destructividad del consumismo ilimitado, sobre la cultura de usar y tirar y el abuso a los más vulnerables, pobres, inmigrantes y discapacitados.

En otras palabras, tomar todo con amor y deseo de aprender, prestar atención a la verdadera crisis que todos estamos enfrentando y modificar tu estilo de vida. Sin embargo, si no puedes tragar el calentamiento global causado por los humanos se te permite seguir siendo escéptico.

Y en ese sentido acá van cuatro sugerencias que todo ser humano debería tomar con atención.

 

4 FORMAS DE VIVIR LAS SUGERENCIAS DE LAUDATO SI EN LA VIDA COTIDIANA

En términos prácticos, podemos descubrir en la Encíclica al menos cuatro formas en que podemos vivir esta antigua enseñanza de «una administración responsable».

paisaje de campo

 

1 – Enfoque de la naturaleza con «respeto y admiración»  

El Papa Francisco reflexionó sobre cómo San Francisco de Asís llama a las criaturas, con el nombre de hermano o hermana, no importa cuán pequeñas sean, y que si nos acercamos a la naturaleza y al medio ambiente sin esta apertura al asombro y maravilla, si no hablamos el idioma de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestra actitud será la de consumidores, explotadores despiadados, incapaces de establecer límites en sus necesidades inmediatas.

Por el contrario, si nos sentimos íntimamente unidos con todo lo que existe, la sobriedad y la atención, vendrá espontáneamente (ver inciso 11).

 

2 – Reutilización en lugar de tirar 

El Papa Francisco ve nuestro mundo comenzando a parecerse cada vez más a un inmenso montón de inmundicias, con una creciente cantidad de basura que se apoderan de los paisajes que alguna vez fueron bellezas para la vista (inciso 22).

Esto es debido a nuestra cultura de usar y tirar que ve todo lo viejo como desechable. Vivimos siempre tratando de adquirir lo que es «nuevo» y en lugar de ser ingenioso o agradecido por lo que tenemos, simplemente lo tiramos a la basura.

El Papa Francisco destaca el reciclaje como una parte esencial de la vida, lo que reducirá en gran medida la necesidad de vertederos y ayudará a preservar nuestra tierra para las generaciones venideras.

paisaje con luna de dia

 

3 – Preservar la diversidad de la naturaleza

El Papa Francisco nos advierte que no debemos pensar en las diferentes especies sólo como potenciales recursos para ser explotados, ya que hay que contemplar el hecho de que tienen valor en sí mismas (inciso 33).

Señaló que cada año ve la desaparición de miles de especies de plantas y animales que nuestros hijos nunca verán, porque se han perdido para siempre.

Esto tiene graves consecuencias no sólo para el bienestar del mundo natural, sino también para nuestra propia salud. Al destruir las diferentes especies, perdemos posibles curas para enfermedades humanas, así como alteramos el equilibrio en la naturaleza.

Dios creó la tierra con una cierta «sinfonía» y mediante la eliminación de especies enteras, perdemos la «música» completa de la creación.

 

4 – Tener contacto físico con la Naturaleza 

El Papa Francisco escribe que no es bueno estar inundados por el cemento, asfalto, vidrio y metal, y privados del contacto físico con la naturaleza (inciso 44).

Sus comentarios son en referencia a las ciudades y barrios que están congestionados, son caóticos y carentes de suficientes espacios verdes.

Esto plantea una interesante reflexión de como el Papa Francisco ve a muchas de nuestras ciudades como «inhumanas» debido a su capacidad para desconectarnos del mundo natural. Muchos de nosotros que vivimos en medio de una ciudad nunca vemos la hierba o los árboles y sólo estamos familiarizados con las aceras de cemento y los rascacielos de metal.

En resumen, el Papa Francisco nos desafía a repensar nuestra visión moderna de la creación y nuestro lugar en ella. En lugar de ponernos a nosotros mismos como «explotadores», tenemos que aceptar nuestro papel como «administradores» del gran don de Dios a la humanidad.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Doctrina Movil NOTICIAS Noticias 2015 - agosto - diciembre Papa Pastoral Prédica Sermones Homilías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

El Papa Francisco Explica lo que Quiere en el Año Jubilar de la Misericordia

Sienta las bases de lo que es para él la misericordia en la Bula Misericordiae Vultus.

Durante las Vísperas de la Divina Misericordia de 2015 el Papa entregó a la Iglesia la Bula del Año Santo “Misericordiae vultus”, para explicar el significado del Año Santo.

Francisco Homilia Bula Jubileo

La bula de convocatoria se presentó ante la Puerta Santa de la Basílica de Letrán, y el jubileo se abrirá en la Fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 2015 y finalizará en la fiesta de Cristo Rey el 20 de noviembre 2016. 

El Papa explica en la Bula su «deseo ardiente» que, durante el Jubileo,

«que el pueblo cristiano pueda reflexionar sobre las obras corporales y espirituales de misericordia. Será una manera de despertar nuestra conciencia, demasiado a menudo sorda frente a la pobreza».

Y añadió que la misericordia

es «el fundamento mismo de la vida de la Iglesia» y que «toda su actividad pastoral debe ser contenida en la ternura que hace presente a los creyentes», 

Francisco también dijo que

«nunca en su predicación y en su testimonio ante el mundo puede faltar la misericordia. La credibilidad misma de la Iglesia se ve en la forma en que muestra el amor misericordioso y compasivo». 

La Bula se pueden dividir en tres partes: primero, Francisco explora el concepto de misericordia; en la segunda, ofrece algunas sugerencias prácticas para celebrar el Jubileo, mientras que la tercera parte contiene algunas apelaciones. La Bula luego termina con la invocación a María, testigo de la misericordia de Dios.

papa francisco y dos palomas

 

PRIMERA PARTE: EL CONCEPTO DE MISERICORDIA

En el principio, el Papa subrayó la apertura de la Puerta Santa de la Basílica Vaticana el 8 de diciembre por dos razones:

Primero, porque la fecha coincide con la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, a quien quiso Dios «santa e inmaculada en el amor para no dejar a la humanidad solo ya merced del mal».
.
En segundo lugar, el 8 de diciembre, coincide con el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II que provocó la caída «de los muros que durante demasiado tiempo habían cerrado la iglesia en una privilegiada ciudadela», dando lugar a «proclamar el Evangelio de una manera nueva usando – como decía Juan XXIII – la medicina de la misericordia en lugar de asumir las armas del rigor».

 

Una Puerta Santa también en las Diócesis

Así Francisco anunció que el domingo 13 de diciembre Tercero Adviento, se abrirá la Puerta Santa de la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. A continuación, se abrirán las puertas santas de las otras basílicas papales.

Por otra parte, el Papa afirma que en cada Iglesia particular, y también en los santuarios se abra durante todo el año una igual Puerta Santa de la Misericordia, de modo que el Jubileo se celebre también en el ámbito local «como signo de comunión de toda la Iglesia» .

 

Misericordia, dintel de la Iglesia

Es el «camino que une a Dios y el hombre, ya que abre el corazón a la esperanza de ser amado para siempre, a pesar de los límites de nuestro pecadoley fundamental que vive en el corazón de cada persona Dintel que apoya la vida de la IglesiaIdeal de la vida y criterio de credibilidad para nuestra fe» son las numerosas definiciones que Francisco da de misericordia, haciendo hincapié en que no es «un signo de debilidad, sino más bien la calidad de la omnipotencia de Dios.» 

La misericordia de Dios es «eterna», subraya el Papa, porque «para el hombre la eternidad será siempre bajo la mirada del Padre misericordioso.» 

En Jesús «todo habla de la misericordia y nada carece de compasión porque su persona no es más que amor, un amor que se ofrece de forma gratuita.»

En este punto, el Papa hace un subrayado importante: la misericordia, explica, «no es sólo el acto del Padre, sino que se convierte en el criterio para entender quiénes son sus verdaderos hijos«.

«En la práctica, todos estamos llamados a vivir en la misericordia, porque lo primero que recibimos es misericordia: el perdón de los pecados, por lo tanto, es un imperativo que los cristianos no pueden ignorar.»

Muchas veces parece difícil perdonar, dice el Papa, pero «el perdón es la herramienta en manos humanas frágiles para alcanzar la serenidad del corazón y vivir felices.»

Incluso «la credibilidad de la Iglesia pasa a través de la calle del amor misericordioso y compasivo», añade el Papa: «porque por mucho tiempo nos habíamos olvidado de vivir el camino de la misericordia», cediendo a la tentación de «reclamar siempre y sólo justicia» mientras que en la cultura contemporánea «la experiencia del perdón es cada vez más escasa».

Por lo tanto, la exhortación es a la Iglesia para que se enfrente a la «carga de la alegría del perdón, fuerza que resucita a una nueva vida y le da coraje para mirar hacia el futuro con esperanza.»

 

«Misericordioso como el Padre», el lema del Jubileo

El Papa recordó, entonces, que el tema de la misericordia es particularmente querido por él, tanto por haberlo elegido como su lema episcopal «Miserando atque eligendo», una expresión que «siempre me ha impresionado», escribe.

Citando lo tanto los encíclica Dives in Misericordia de Juan Pablo II, Francisco subraya «la necesidad urgente de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo», con «un nuevo entusiasmo y una acción pastoral renovada», ya que «es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su mensaje»

«Donde está la Iglesia – escribe el Papa – debe haber evidencia de la misericordia del Padre y donde hay cristianos, cualquiera debería ser capaz de encontrar un oasis de misericordia».

La primera parte de la Bula termina con el anuncio del lema del Jubileo, que es «Misericordioso como el Padre», tomado del Evangelio de Lucas (Lucas 6:36). Se trata de «un programa de vida tanto difícil como lleno de alegría y de paz», dijo el Pontífice, que requiere la capacidad de «escuchar la Palabra de Dios, a fin de contemplar su misericordia» y asumirla como su estilo de vida.

Lectura Bula Papa Francisco

 

SEGUNDA PARTE: CÓMO DISFRUTAR MEJOR DEL JUBILEO

En la segunda parte de la Bula, Francisco ofrece algunos consejos prácticos para vivir el jubileo especial en plenitud espiritual:

Hacer una peregrinación, porque eso será «una señal de que la misericordia es una meta a alcanzar que requiere compromiso y sacrificio».

No juzgar y no condenar, sino perdonar y donar, mantenerse alejado de las «murmuraciones», las palabras movidas por «los celos y la envidia y aprovechar lo bueno que hay en cada persona, convirtiéndose en instrumentos de perdón».

Abrir el corazón a los suburbios existenciales, llevando consuelo, misericordia, solidaridad y atención a los que viven «situaciones de inseguridad y sufrimiento en el mundo actual, a los muchos hermanos y hermanas privados de dignidad. Que su grito sea convertido en el nuestro – insta el Papa – y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que a menudo reina para ocultar la hipocresía y el egoísmo.» 

Cumplir con alegría las obras de misericordia corporales y espirituales, para «despertar nuestras conciencias latentes ante la tragedia de la pobreza». Por otra parte, el Papa dijo que la misión de Jesús es propio de esto: llevar consuelo a los pobres, a proclamar la liberación a los cautivos de la esclavitud moderna, devolver la vista a los que viven para sí mismos, devolver la dignidad a aquellos que son privados, llegando a ser capaces de «vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, especialmente los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza.» Como dijo San Juan de la Cruz, «en la tarde de la vida, seremos juzgados en el amor». 

Incrementar en las diócesis la iniciativa «24 horas para el Señor», que se celebrará el viernes y el sábado de la cuarta semana de Cuaresma. En particular, el Papa señaló que muchos jóvenes se están acercando al Sacramento de la Reconciliación, que «permite tocar con la mano la grandeza de la misericordia», gracias a lo cual muchos de ellos sienten que pueden «volver a descubrir el sentido de su vida.»

 

Los sacerdotes serán autorizados al perdón de los pecados reservados a la Sede Apostólica

Un párrafo aparte, dedica el Papa al tema del perdón de los pecados: en primer lugar, espera que «los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre», no improvisándose en esta tarea, sino convertidos en los

«primeros penitentes en buscar el perdón. Fieles servidores del perdón de Dios», por lo tanto, todo confesor debe acoger a los fieles «como el padre de la parábola del hijo pródigo, un padre que corre al encuentro de su hijo, aunque malgastó sus bienes. Los confesores, entonces, no plantearán demandas impertinentes, por qué sabrán recoger en el corazón de cada penitente la invocación de ayuda y la petición de perdón», llamados a ser «siempre, en todas partes, en todas las situaciones y, a pesar de todo, el signo la primacía de la misericordia».

En segundo lugar, el Papa anuncia que durante la Cuaresma del Año Santo enviará los Misioneros de la Caridad, sacerdotes a quienes se les dará «el poder de perdonar los pecados que están reservadas a la Sede Apostólica»

Ellos son «signo de la atención materna de la Iglesia con el pueblo de Dios», dice el Papa, y serán los artífices de «un encuentro lleno de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad para superar los obstáculos y reanudar una vida nueva del Bautismo».

Al mismo tiempo, el Papa pide a las diócesis organizar «misiones populares de modo que tales misioneros sean heraldos de la alegría del perdón.»

 

La indulgencia

Rasgo característico del Jubileo, la indulgencia – dice el Papa – muestra que «el perdón de Dios por nuestros pecados, no conoce fronteras.»

En el Sacramento de la Reconciliación, los pecados son cancelados por el perdón de Dios y con la indulgencia el pecador es liberado «de la impronta negativa, de la consecuencia residual del pecado, que sigue estando en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos».

En este sentido el que obtiene la indulgencia, es «habilitado para actuar con caridad, para crecer en el amor, en lugar de caer en el pecado».

puerta santa de san juan de letran

 

TERCERA PARTE: APELACIÓN CONTRA LA DELINCUENCIA Y LA CORRUPCIÓN

En la tercera parte de la bula jubilar, Francisco lanza algunas apelaciones:

 

A los miembros de los grupos delictivos

«Por su bien, les pido que cambien su vida», escribe el Papa, instándoles a no permanecer indiferentes ante la llamada a experimentar la misericordia de Dios.

«El dinero no da la felicidad verdadera – dice el Santo Padre – esto es sólo una ilusión y la violencia utilizada para amasar dinero goteando sangre no los hace poderosos, ni inmortales y nadie puede escapar del juicio de Dios». 

 

Las personas defensoras o cómplices de la corrupción

«Este es el momento favorable para cambiar tu vida – les dice el Papa – de aceptar la invitación a la conversión y someterse a la justicia, mientras que la Iglesia ofrece misericordia».

El Pontífice también señala que la corrupción

es «la plaga que pudre a la sociedad, el pecado grave que clama al cielo, porque socava las bases mismas de la vida personal y social; es una obstinación en el pecado, que tiene la intención de reemplazar a Dios con la ilusión del dinero como una forma de poder; es una obra de la oscuridad, sostenida con la sospecha y la intriga; es una tentación de la que nadie es inmune«.

Por lo tanto, el llamado a erradicar este flagelo «de la vida personal y social, por medio de la prudencia, la vigilancia, la lealtad, la transparencia, junto con el valor de la denuncia.» 

 

Sobre el diálogo interreligioso

Recuerda que el judaísmo y el Islam consideran la misericordia como «uno de los atributos más definitorios de Dios, y que ellos también creen que nadie puede limitar la misericordia divina, ya que sus puertas están siempre abiertas».

Así el Pontífice espera que el Jubileo «promueva el encuentro con estas religiones y otras tradiciones religiosas nobles, haciendo más abierto al diálogo, con la eliminación de todas las formas de clausura y desprecio, y la expulsión de todas las formas de violencia y discriminación«.

 

Sobre la relación entre la justicia y la misericordia

«No son dos aspectos conflictivos entre sí, sino dos dimensiones de una misma realidad «, recuerda el Papa, que crecen hasta llegar a la cima «en la plenitud del amor».

Alejándose de una puramente «legalista», o de «mera observancia de la ley», Jesús muestra «el gran don de la misericordia a los pecadores para ofrecer su perdón y la salvación.» 

«La justicia de Dios es su perdón», dice el Papa, y «la primacía de la misericordia, es dimensión fundamental de la misión de Jesús, porque no es la observancia de la ley que salva, sino la fe en Jesucristo»

En este sentido, «la misericordia no es contraria a la justicia», porque a través de ella, Dios da al pecador la oportunidad de «arrepentirse, convertirse y creer.»

Por supuesto, añade el Papa, «eso no significa devaluar a la justicia o que no sea necesaria, por el contrario: los que cometen errores, tendrán que cumplir la pena. Sólo que esto no es el fin, sino el principio de la conversión, porque experimentamos la dulzura del perdón». Después de todo, el Santo Padre señala que «el amor es el fundamento de la verdadera justicia».

Convocación Jubileo Misericordia por el papa francisco fondo

 

CONCLUSIÓN

Al cerrar el documento, Francisco se refiere a la figura de María, «Madre de la Misericordia», cuya vida ha estado plasmada «por la presencia de la misericordia hecha carne. Arca de la Alianza entre Dios y los hombres, María da fe de que la misericordia del Hijo de Dios no conoce fronteras y llega a todos, sin excepción.»

En la misma línea, el Papa también recuerda a Santa Faustina Kowalska «quien fue llamada a entrar en la profundidad de la misericordia divina».

La Bula concluye, por lo tanto, con una invitación a dejarse «sorprender por Dios que no se cansa de abrir las puertas de su corazón» a los hombres.

La primera tarea de la Iglesia, por lo tanto, «es dar a conocer a todos el gran misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo, especialmente en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones».

El Año Jubilar concluirá el 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo, Rey del Universo. 

«¡Cómo me gustaría que los próximos años estén inmersos en la misericordia, para ir al encuentro con cada persona portando la bondad y la ternura de Dios! Que a todos, creyentes y los alejados, pueda alcanzar el bálsamo de la misericordia como un signo del Reino de Dios, ya presente entre nosotros».

El texto completo de la Bula Misericordiae Vultus puede leerse aquí.

Fuentes:

 

Has click para ver las otras noticias
¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo NOTICIAS Noticias 2014 - agosto - diciembre Obispos Cardenales Conferencia Episcopal Papa Prédica Sermones Homilías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

¿Por qué el Papa ‘cargó las tintas’ sobre las enfermedades de la curia romana en el saludo de Navidad?

Un prolijo catálogo de enfermedades espirituales.

Los medios de comunicación católicos y seculares informaron profusamente las críticas que el Papa Francisco hizo el lunes pasado a la curia romana con motivo del saludo de Navidad. Queremos centrarnos en por qué hizo esa crítica Francisco.

papa francisco y curia romana

Porque no es usual que una persona se reúna con otras para un saludo por una fiesta y salga con una crítica aguda.

LOS HECHOS

El Papa Francisco tuvo este lunes 22 el encuentro anual con la Curia Vaticana, en la Sala Clementina del Vaticano, para intercambiar las felicitaciones de Navidad. El Papa comenzó ofreciendo «gracias sinceras y cálidas al Señor por todo lo bueno que Él ha querido generosamente lograr a través del servicio de la Santa Sede» en el curso del último año.

Pero a continuación centró su discurso en una lista de lo que él llamó un «catálogo» de 15 enfermedades de la Curia Romana para que los jefes de los dicasterios hagan un examen de conciencia para preparar sus corazones para una santa Navidad.

Su argumento a los miembros de los dicasterios, tribunales, consejos, oficinas y comisiones es que “es hermoso pensar en la Curia Romana como en un pequeño modelo de la Iglesia”, pero esta también expuesta a enfermedades que debilitan el servicio a Cristo.

francisco saluda a la curia romana

“La Curia está siempre llamada a mejorar y crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar plenamente su misión. Y sin embargo, como cada cuerpo, también está expuesta a las enfermedades”.

COMO PODRÍA LEERSE LO QUE HIZO EL PAPA

La primera cosa a considerar es que no fue un discurso festivo, de dar gracias, sino más bien un tirón de orejas para Navidad.

Entonces caben una serie de preguntas sobre por qué el Papa hizo esto.

La primera cosa es que aunque no sepamos en detalle la interna vaticana uno puede preguntarse si la época navideña, cuando los cristianos estamos alegres y dichosos hablando de la “paz a los hombres” es el momento de una crítica tan profunda, directa y hasta si se quiere agresiva a los presentes.

La segunda cosa si el método es el adecuado. Porque si bien le habló directamente a una platea de funcionarios de la Iglesia, no es menos cierto y quizás clave, que este discurso tuvo su mayor repercusión fuera de ahí, o sea en los medios de comunicación, llegando tanto al mundo cristiano como fuera de él.

Y la tercera cosa si eso fue un “arranque” del Papa, algo que tenía atragantado y tenía que decir y le salió del alma decirlo.

Para analizar esto debemos ser sagaces para poder ver que hay detrás de las palabras.

francisco y la curia 15 enfermedades

¿SE PUEDE PRESUMIR INGENUIDAD DEL PAPA?

Se pueden decir muchas cosas del papa Francisco, menos que es ingenuo cuando habla. Tiene conciencia de su puesto y del peso de sus palabras, lo ha dicho, y por eso se cuida de decir cosas que sean estratégicamente consistentes con lo que quiere hacer.

Es un gran comunicador, quizás sea su mayor virtud. Sabe cómo llegarle a la gente para lograr el efecto que desea.

Está acostumbrado manejar temas políticos, ya lo demostró en Argentina. Es más, parecería que es casi una obsesión suya operar temas políticos y de las internas.

Sabe usar el impacto de las palabras, como sucedió con su famosa frase “quien soy yo para juzgar” refiriéndose a los homosexuales, que inició una discusión dentro de la Iglesia y despertó expectativas en el mundo homosexual.

Tiene conciencia de sus limitaciones dentro de la iglesia, por un lado por su edad, ya que ha dicho que le quedan 2 o 3 años de pontificado, y de la inercia de las estructuras de la iglesia, por lo que su lógica es “abrir procesos” que sigan marchando, lo ha dicho, y no tiene la expectativa de cambiar rápidamente las cosas.

Y ahora vayamos a contestar las preguntas.

¿ES ESTA ÉPOCA NAVIDEÑA APROPIADA PARA UN DISCURSO DE ESA DUREZA?

No deberíamos pensar en el tiempo litúrgico sino en el momento político en que se encuentra el Papa Francisco.

Y para ello hay que pensar en el resultado del Sínodo de la Familia, en el que quedó claro que apoya ciertas aperturas, no sabemos hasta cuanto las aperturas, pero encontró una revolución de sectores conservadores que le dijeron “ni un tranco de pollo para atrás”.

Esto lo distanció aún más de los sectores conservadores de la Iglesia, y empezaron a tener más protagonismo en los medios figuras que lideraron el movimiento de protesta, como el cardenal Burke.

Estamos quizás en el momento de mayores críticas internas al pontificado de Francisco, esto cualquier persona con los ojos abiertos lo puede ver, no es nuestro deseo que suceda pero es lo que está pasando.

Entonces debe recomponer su imagen y buscar apoyos. Y su apoyo siempre ha sido la opinión pública, utilizando recursos que usan inteligentemente los populistas.

Un recurso típico es enfocarse en los temas en que hay consenso en la opinión pública, y la opinión pública cree que la curia roma es el “malo de la película”, de modo que una crítica a ella será bien recibida, y puede recomponer su imagen de que llegó al papado para “hacer limpieza” moral.

Véalo también de esta forma. Suponga que un marido reta fuertemente a su esposa en público. En este caso lo puede haber hecho por cuatro motivos:

Por un arranque emocional. Cosa que en el símil con Francisco lo descartamos.

Porque divulga defectos de su esposa para que otros no hagan lo mismo. En el caso de Francisco se puede decir que nos habla de nuestros defectos poniendo como ejemplo que son defectos de la curia romana; puede ser un recurso, pero no es por lo menos elegante, cargar las tintas sobre alguien para ponerlo como ejemplo negativo.

Porque quiere avergonzarla. Lo que en el caso de la curia roma, como es una masa informe de mucha gente, es difícil que se logre un avergozamiento de todo el cuerpo.

vista aerea de francisco hablando a la curia romana

Porque quiere mostrar a los demás las diferencias con su esposa y lo que ella es o hace. Lo que parece más plausible que haya querido hacer Francisco, porque está fuera de toda lógica para un sagaz comunicador como él utilizar una escopeta para matar un mosquito.

O sea que si hubiera querido retar a la curia romana solamente, hubiera sido más eficaz usar métodos más discretos y personales, que incluso generaría menos reacción emocional de los criticados.

Y no usar un formato que él sabía de antemano que iba a llegar a todos los medios y a toda la opinión pública, que es lo que sucedió, porque hoy la opinión pública sabe que Francisco retó a la curia romana y “sacó sus trapitos al sol”.

Esto último es el residuo que va a quedar en el imaginario colectivo. Francisco criticó a la curia romana en Navidad por tal y tal cosa; una especie de denuncia pública.

EL CATÁLOGO DE LAS 15 CRÍTICAS DE FRANCISCO

Concretamente Francisco dijo:

“Me gustaría mencionar algunas de las más frecuentes en nuestras vidas de curia. Son enfermedades y tentaciones que debilitan nuestro servicio al Señor”.

Tratemos de sacar las cosas positivas de lo que dijo el Papa, porque nos sirven para nuestras vidas, independientemente de las razones que haya tenido de plantear este catálogo en el momento en que lo hizo y cómo lo hizo.

Y las 15 dolencias espirituales son las siguientes en un resumen de ACI Prensa:

1 – »La enfermedad de sentirse ‘inmortal’, ‘inmune’ o incluso ‘indispensable’, dejando de lado los controles necesarios y normales. Una Curia que no es autocrítica, que no se actualiza, que no intenta mejorarse es un cuerpo enfermo… Es la enfermedad del rico insensato que pensaba vivir eternamente y también de aquellos que se convierten en amos y se sienten superiores a todos y no al servicio de todos».

2 – “La enfermedad de ‘martalismo’ (en referencia a Marta), de la excesiva operatividad: es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado, inevitablemente, ‘la mejor parte’: Sentarse a los pies de Jesús. Por eso, Jesús invitó a sus discípulos a ‘descansar’ porque descuidar el necesario reposo conduce al estrés y la agitación. El tiempo del reposo para aquellos que han completado su misión, es necesario, es debido y debe tomarse en serio: pasar un ‘tiempo de calidad’ con la familia y respetar las vacaciones como un tiempo para recargarse espiritual y físicamente; hay que aprender lo que enseña el Eclesiastés que ‘hay un tiempo para todo’”.

3 –  »La enfermedad del endurecimiento mental y espiritual:.. Es la de los que, a lo largo del camino, pierden la serenidad interior, la vivacidad y la audacia y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en ‘máquinas de trabajo’ y no en ‘hombres de Dios’… Es peligroso perder la sensibilidad humana necesaria para hacernos llorar con los que lloran y se regocijan con los que gozan. Es la enfermedad de los que pierden ‘los sentimientos de Jesús’”.

4 – »La enfermedad de la planificación excesiva y el funcionalismo: Es cuando el apóstol planifica todo minuciosamente y cree que haciendo así, las cosas efectivamente progresan, convirtiéndose en un contador o contable…Se cae en esta enfermedad porque siempre es más fácil y cómodo quedarse en la propia posición estática e inmutable. De hecho, la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo en la medida en que no pretende regularlo ni domesticarlo… Él es la frescura, la fantasía, la innovación».

5 – »La enfermedad de la mala coordinación: Sucede cuando los miembros pierden la comunión entre sí y el cuerpo pierde la funcionalidad armoniosa y la templanza convirtiéndose en una orquesta que hace ruido porque sus miembros no cooperan y no viven el espíritu de comunión y equipo».

6 – »La enfermedad de Alzheimer espiritual: Es decir, la de olvidar la ‘historia de la salvación’ la historia personal con el Señor, el ‘primer amor’. Es una disminución progresiva de las facultades espirituales… Lo vemos en los que han perdido el recuerdo de su encuentro con el Señor…en los que construyen muros alrededor de sí mismos y se convierten, cada vez más, en esclavos de las costumbres y de los ídolos que han esculpido con sus propias manos».

7 – »La enfermedad de la rivalidad y la vanagloria: Pasa cuando la apariencia, los colores de las ropas y las insignias de honor se convierten en el principal objetivo de la vida… Es la enfermedad que nos lleva a ser hombres y mujeres falsos y a vivir una ‘mística’ falsa y un falso ‘quietismo’”.

8 – »La enfermedad de la esquizofrenia existencial: Es la enfermedad de los que viven una doble vida, fruto de la hipocresía típica de los mediocres y del progresivo vacío espiritual que ni grados ni títulos académicos pueden llenar. Se crean así su propio mundo paralelo, donde dejan a un lado todo lo que enseñan con severidad a los demás y empiezan a vivir una vida oculta y, a menudo, disoluta».

9 – »La enfermedad de las habladurías, de la murmuración, del cotilleo: Es una enfermedad grave que comienza con facilidad, tal vez sólo para charlar, pero que se apodera de la persona convirtiéndola en ‘sembradora de cizaña’ (como Satanás), y en muchos casos en ‘asesino a sangre fría’ de la fama de sus colegas y hermanos. Es la enfermedad de las personas cobardes que por no tener valor de hablar a la cara, hablan a las espaldas».

10 – »La enfermedad de divinizar a los jefes: Es la enfermedad de los que cortejan a los superiores, con la esperanza de conseguir su benevolencia. Son víctimas del arribismo y del oportunismo, honran a las personas y no a Dios. Son personas que viven el servicio pensando sólo en lo que tienen que conseguir y no en lo que tienen que dar. Personas mezquinas, infelices e inspiradas sólo por su egoísmo fatal».

11 – »La enfermedad de la indiferencia hacia los demás: Es cuando todo el mundo piensa sólo en sí mismo y pierde la sinceridad y la calidez de las relaciones humanas. Cuando los más expertos no ponen sus conocimientos al servicio de los colegas con menos experiencia. Cuando, por celos se siente alegría al ver que otros caen en lugar de levantarlos y animarlos”.

12 – »La enfermedad de la cara de funeral: Es decir, la de las personas rudas y sombrías, que consideren que para ser serios hace falta pintarse la cara de melancolía, de severidad y tratar a los demás – especialmente a aquellos considerados inferiores – con rigidez, dureza y arrogancia. En realidad, la severidad teatral y el pesimismo estéril son a menudo los síntomas del miedo y la inseguridad en sí mismo”.

13 – »La enfermedad de la acumulación: Cuando el apóstol busca llenar un vacío existencial en su corazón acumulando bienes materiales, no por necesidad, sino simplemente para sentirse seguro… La acumulación solamente pesa y ralentiza el camino inexorablemente”.

14 – »La enfermedad de los círculos cerrados: Donde la pertenencia al grupo se vuelve más fuerte que la del Cuerpo y, en algunas situaciones que la de a Cristo mismo. También esta enfermedad comienza siempre con buenas intenciones, pero con el paso del tiempo esclaviza a los miembros convirtiéndose en ‘un cáncer’ que amenaza la armonía del cuerpo y puede causar tanto daño – escándalos – especialmente a nuestros hermanos más pequeños”.

15 – »La enfermedad de la ganancia mundana, del lucimiento: Cuando el apóstol transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para conseguir beneficios mundanos o más poderes. Es la enfermedad de la gente que busca insaciablemente multiplicar su poder y para ello son capaces de calumniar, difamar y desacreditar a los demás, incluso en periódicos y revistas. Naturalmente para lucirse y demostrarse más capaces que los otros”.

Fuentes:

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Prédica Sermones Homilías Sacerdotes

El padre Horacio Bojorge estará dando conferencias sobre “El demonio de la Acedia” en octubre en Colombia

¡Atención Colombia!
Estas son las conferencias que dará el padre Horacio Bojorge SJ en Colombia entre el 18 y 25 de octubre de 2014.

 

padre horacio bojorge

 

Medellín: Sábado 18/10 en el Coliseo del Colegio Palermo. Hora 10 a.m.

Bogotá: Domingo 19/10 en el Coliseo del Colegio San Façon. Hora 10 a.m.

Manizales: Domingo 26/10 en el Colegio Mayor de Ntra. Señora ‘Colseñora’. Hora 10 a.m.

Del Lunes 20 a Viernes 25, grabaciones en el auditorio de Teleamiga.

Organiza Teleamiga Internacional – Bogotá – http://www.teleamiga.tv/

Informes: Teléfono de Bogotá 578 18 88

 

Puede leer aquí y ver sobre la Acedia en palabras del padre Bojorje.

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Doctrina Evangélicos NOTICIAS Noticias 2014 - agosto - diciembre Papa Prédica Sermones Homilías Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Ultimos tiempos

La extraña homilía de Francisco sobre nuestra resurrección física en el final

Un concepto asociado al ‘rapto’ preconizado por los evangélicos.
El viernes 19 de septiembre el Papa Francisco predicó una de las homolías más inhabituales para un sacerdote católico actual. Puso en el centro del escenario la enseñanza de la Iglesia sobre la resurrección física de todos los cristianos salvos en el Apocalipsis. Y no es de extrañar que haya pasado desapercibida para la mayoría de los católicos.

 

rapto

 

Esto es algo de lo que hablan habitualmente los evangélicos, especialmente los pentecostales, pero no ha sido, hasta ahora, políticamente correcto dentro de la iglesia católica, al igual que hablar del diablo, como lo hace frecuentemente Francisco.

El Papa dijo en la homilía tempranera de Santa Marta, que los católicos tienen miedo de contemplar la doctrina – de enorme importancia para los primeros cristianos – que sus cuerpos (destruidos físicamente en la tierra) se levantarán de entre los muertos:

Este es el futuro que nos espera y este es el hecho que nos lleva a plantear mucha resistencia: la resistencia a la transformación de nuestros cuerpos. También – resistencia a la identidad cristiana. Diré más: tal vez no tengamos tanto miedo del Apocalipsis del Maligno, del Anticristo quien debe venir primero – quizás no tengamos tanto miedo [de él]. Tal vez no tengamos tanto miedo de la voz del Arcángel o el sonido de la trompeta – que sonará cuando la victoria del Señor. Sin embargo tenemos miedo de nuestra resurrección: todos seremos transformados. Esa transformación será el final de nuestro camino cristiano.

El Anticristo que precede a la Segunda Venida; la trompeta final; la voz del arcángel; el levantamiento de los muertos – estos son temas completamente usuales entre los llamdos “cristianos nacidos de nuevo”, entre los pentecostales, no entre los católicos, cuyas homilías contienen muchos menos temas sobrenaturales.

Esos conceptos están relacionados, para los evangélicos, con «el Rapto», el momento en que, según los fundamentalistas, los salvados serán arrancados por los aires al encuentro de Cristo, cuando menos lo esperan. Las imágenes que pintan son las tumbas que se abren y la gente envuelta en túnicas blancas eyectadas hacia el cielo.

El Rapto es un concepto protestante, formulado por los fundamentalistas que idearon un complicado calendario del Fin de los Tiempos conocido como dispensacionalismo premilenial.

No sugerimos, de ninguna forma, que el Papa Francis suscribe a él. Pero, es claro que él cree en la verdad de la declaración de San Pablo que,

«si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó» (I Corintios 15:16).

Y también cree que,

«Cuando se dé la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo. Y primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, llevados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba. Y estaremos con el Señor para siempre». (Primera Carta de Pablo a los Tesalonicenses 4, 16-17)

La Iglesia puede no creer en el rapto, pero Pablo está describiendo algo muy parecido.

La verdad es, sin embargo, es que los católicos raramente reflexionan sobre estas profecías. La Iglesia institucional ha dejado de lado el Apocalipsis, el tema que preocupaba a los primeros cristianos más que cualquier otro.

Por lo tanto, Francisco está diciendo algo que debe dejar a su rebaño incómodo. Los católicos liberales, que piensan que puede materializar el Reino de los Cielos, estableciendo «la justicia y la paz» en la tierra, quedarán desconcertados, incluso consternados, por tal literalismo (lo que no quiere decir que Francisco no luche por la justicia y la paz como lo hace).

Pero los protestantes evangélicos con quien el cardenal Bergoglio forjó lazos estrechos en Argentina sabrán exactamente de lo que está hablando.

Sin duda Francisco es un Papa inusual para los católicos. No sólo menciona al diablo con frecuencia desconcertante para muchos, sino también considera al maligno en el contexto real y físico de la narración bíblica de los tiempos finales.

QUE DICEN LOS EVANGÉLICOS FUNDAMENTALISTAS SOBRE EL RAPTO

Ellos dicen que una generación de los creyentes no va a experimentar la muerte normal, sino que estas personas serán transformados en un abrir y cerrar de ojos, y recibirán un cuerpo de resucitado e inmortal.

Se trata de que cuando llegue el fin de los tiempos, en un momento previo a la tribulación predicha por el Apocalipsis, los creyentes verdaderos serán arrebatados (o “raptados”) corporalmente por el Señor.

Esto hay que enmarcarlo en un sistema de pensamiento llamado “dispensacionalismo premilenario”, según el cual hay un calendario muy preciso en la historia de la humanidad, aunque el reloj divino se habría parado en la época del Nuevo Testamento, y sólo volverá a ponerse en marcha cuando se inicien los últimos tiempos.

Si tenemos que buscarle un padre a esta teoría, no nos queda otro remedio que fijarnos en John Nelson Darby (1800-1882), una figura imprescindible del protestantismo fundamentalista del siglo XIX que, tras abandonar la Iglesia anglicana, se hizo miembro de los Hermanos de Plymouth y desarrolló sus ideas escatológicas más peculiares.

Se habla de dispensacionalismo porque divide la historia universal en diferentes edades o “dispensaciones” según el plan salvífico de Dios. La era contemporánea es, para Darby, el momento en el que Dios separará los creyentes verdaderos de los no creyentes, como se separa el trigo y la cizaña en el tiempo de la siega, anticipando así el retorno inminente del Señor Jesús.

Darby era inglés, pero se desplazó con frecuencia para difundir sus ideas, que han influido mucho en Norteamérica, adonde acudió en siete ocasiones. También podemos encontrar estas tesis en el mundo pentecostal.

Como dice Damian Thompson comentando de forma muy gráfica la idea darbysta del rapto,

“sigue siendo una de las imágenes apocalípticas más potentes jamás ideadas, pues de un solo golpe libra a todos los cristianos de los horrores que causa la llegada del fin, a la vez que les permite contemplar cómo los condenados perecen en el emocionante drama de la Gran Tribulación”.

En los Estados Unidos, esto del rapto es una materia de dominio común, algo que forma parte del imaginario colectivo como creencia difundida entre grandes sectores del evangelismo. Sin ir más lejos, hay una escena de Los Simpson en la que, en un momento de catástrofe apocalíptica, los Flanders, familia vecina de los protagonistas se pone a orar, y son arrebatados hacia el cielo. Hay algunas películas y producciones audiovisuales en las que vemos desaparecer gente de forma repentina, ilustrando esta expectativa.

Pero lo más destacado de los últimos años en este ámbito es la serie de novelas Left behind, que también se han llevado al cine con el título Lo que quedó atrás, que forma una trilogía junto con Fuerzas de la tribulación y El mundo en guerra. E incluso se ha hecho un videojuego (publicitado así: “el primer juego en el que la adoración es más poderosa que las armas”).

A lo largo de doce libros, Tim LaHaye y Jerry B. Jenkins plantean de forma literaria una convicción que comparten muchos evangélicos. El argumento de la primera novela sirve para hacernos una idea: en un vuelo comercial desaparecen de repente varios pasajeros, y sólo queda su ropa. Lo mismo pasa en el resto del mundo con millones de personas. Se trata del comienzo del Apocalipsis. Imaginen lo que pudo suponer esta serie literaria, y sus versiones audiovisuales, en los Estados Unidos en torno al año 2000 y, sobre todo, después del 11-S.

El tema del rapto tiene una base escriturística que es necesario desentrañar, así que vayamos a la Biblia.

¿Qué pensar de todo esto? ¿Tienen razón los que, basándose en la Biblia, defienden la inminencia de la venida del Señor y la realidad del arrebatamiento de los creyentes verdaderos?

La respuesta podemos encontrarla en la misma Escritura. San Pablo contestaba en su escrito a las inquietudes de los cristianos de Tesalónica, que parecen ser las preocupaciones de ciertos grupos actuales. ¿Cuándo volverá Cristo? Sólo Dios lo sabe. ¿Y qué pasará con los que hayan muerto? Ellos, y los que vivan en ese momento, compartirán la victoria de Cristo resucitado sobre la muerte; no habrá ventaja de los vivos sobre los muertos.

En estos textos constatamos varias afirmaciones de fe fundamentales, además de las respuestas paulinas que acabamos de decir: los acontecimientos finales son de iniciativa divina, y no pueden ser adelantados o retrasados por los hombres, tal como a veces defienden algunos intérpretes errados.

Fuentes: Spectator, RIES, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Angeles Catolicismo Demonio Evangelización NOTICIAS Papa Prédica Sermones Homilías Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

¿Qué pensaba Juan Pablo II sobre los ángeles?

¿Cómo se relacionan los ángeles con los demonios y satanás?
Una de las fuentes de la doctrina de la Iglesia es el magisterio papal y parte de la doctrina católica está relacionada con los ángeles, con la caída de algunos de ellos que se volvieron en demonios y con satanás. Entre diciembre de 1984 y diciembre de 1986, el papa Juan Pablo II realizó una catequesis sobre ángeles, demonios y satanás. Son seis catequesis que resultan importantes para exponer la doctrina oficial de la iglesia sobre ángeles, demonios y satanás.

 

angel caido

 

Las catequesis fueron: La existencia de los Ángeles; La caída de los Ángeles malos; La misión de los Ángeles; La naturaleza de los Ángeles; El pecado y la acción de satanás; La acción de satanás y la victoria de Cristo.

LA EXISTENCIA DE LOS ÁNGELES REVELADA POR DIOS (9.VII.86)

1. Nuestras catequesis sobre Dios, Creador del mundo, no podían concluirse sin dedicar una atención adecuada a un contenido concreto de la revelación divina: la creación de los seres puramente espirituales, que la Sagrada Escritura llama ‘ángeles’. Tal creación aparece claramente en los Símbolos de la Fe, especialmente en el Símbolo niceno-constantinopolitano: Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas (esto es, entes o seres) ‘visibles e invisibles’. Sabemos que el hombre goza, dentro de la creación, de una posición singular: gracias a su cuerpo pertenece al mundo visible, mientras que, por el alma espiritual, que vivifica el cuerpo, se halla casi en el confín entre la creación visible y la invisible. A esta última, según el Credo que la Iglesia profesa a la luz de la Revelación, pertenecen otros seres, puramente espirituales, por consiguiente no propios del mundo visible, aunque están presentes y actuantes en él. Ellos constituyen un mundo específico.

2. Hoy, igual que en tiempos pasados, se discute con mayor o menor sabiduría acerca de estos seres espirituales. Es preciso reconocer que, a veces, la confusión es grande, con el consiguiente riesgo de hacer pasar como fe de la Iglesia respecto a los ángeles cosas que no pertenecen a la fe o, viceversa, de dejar de lado algún aspecto importante de la verdad revelada.La existencia de los seres espirituales que la Sagrada Escritura, habitualmente, llama ‘ángeles’, era negada ya en tiempos de Cristo por los saduceos (Cfr. Hech 23, 8). La niegan también los materialistas y racionalistas de todos los tiempos. Y sin embargo, como agudamente observa un teólogo moderno, ‘si quisiéramos desembarazarnos de los ángeles, se debería revisar radicalmente la misma Sagrada Escritura y con ella toda la historia de la salvación’ (.). Toda la Tradición es unánime sobre esta cuestión. El Credo de la Iglesia, en el fondo, es un eco de cuanto Pablo escribe a los Colosenses: ‘Porque en El (Cristo) fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por El y para El’ (Col 1, 16). O sea, Cristo que, como Hijo-Verbo eterno y consubstancial al Padre, es ‘primogénito de toda criatura’ (Col 1, 15), está en el centro del universo como razón y quicio de toda la creación, como ya hemos visto en las catequesis precedentes y como todavía veremos cuando hablemos más directamente de El.

3. La referencia al primado de Cristo nos ayuda a comprender que la verdad acerca de la existencia y acción de los ángeles (buenos y malos) no constituyen el contenido central de la Palabra de Dios.En la Revelación, Dios habla en primer lugar ‘a los hombres. y pasa con ellos el tiempo para invitarlos y admitirlos a la comunión con El’, según leemos en la Cons. ‘Dei Verbum’ del Conc. Vaticano II (n.2). De este modo ‘las profunda verdad, tanto de Dios como de la salvación de los hombres’, es el contenido central de la Revelación que ‘resplandece ‘ más plenamente en la persona de Cristo (Cfr. Dei Verbum 2).La verdad sobre los ángeles es, en cierto sentido, ‘colateral’, y, no obstante, inseparable de la Revelación central que es la existencia, la majestad y la gloria del Creador que brillan en toda la creación (‘visible’ e ‘invisible’) y en la acción salvífica de Dios en la historia del hombre. Los ángeles no son, criaturas de primer plano en la realidad de la Revelación, y, sin embargo, pertenecen a ella plenamente, tanto que en algunos momentos les vemos cumplir misiones fundamentales en nombre del mismo Dios.

4. Todo esto que pertenece a la creación entra, según la Revelación, en el misterio de la Providencia Divina. Lo afirma de modo ejemplarmente conciso el Vaticano I, que hemos citado ya muchas veces: ‘Todo lo creado Dios lo conserva y lo dirige con su Providencia extendiéndose de un confín al otro con fuerza y gobernando con bondad todas las cosas. «Todas las cosas están desnudas y manifiestas a sus ojos», hasta aquello que tendrá lugar por libre iniciativa de las criaturas’. La Providencia abraza, por tanto, también el mundo de los espíritus puros, que aun más plenamente que los hombres son seres racionales y libres. En la Sagrada Escritura encontramos preciosas indicaciones que les conciernen.Hay la revelación de un drama misterioso, pero real, que afectó a estas criaturas angélicas, sin que nada escapase a la eterna Sabiduría, la cual con fuerza (fortiter) y al mismo tiempo con bondad (suaviter) todo lo lleva al cumplimiento en el reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

5. Reconozcamos ante todo que la Providencia, como amorosa Sabiduría de Dios, se ha manifestado precisamente al crear seres puramente espirituales, por los cuales se expresa mejor la semejanza de Dios en ellos, que supera en mucho todo lo que ha sido creado en el mundo visible junto con el hombre, también él, imborrable imagen de Dios. Dios, que es Espíritu absolutamente perfecto, se refleja sobre todo en los seres espirituales que, por naturaleza, esto es, a causa de su espiritualidad, están mucho más cerca de El que las criaturas materiales y que constituyen casi el ‘ambiente’ más cercano al Creador.La Sagrada Escritura ofrece un testimonio bastante explícito de esta máxima cercanía a Dios de los ángeles, de los cuales habla, con lenguaje figurado, como del ‘trono’ de Dios, de sus ‘ejércitos’, de su ‘cielo’. Ella ha inspirado la poesía y el arte de los siglos cristianos que nos presentan a los ángeles como la ‘corte de Dios’.

LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES MALOS (23.VII.86)

1. Proseguimos hoy nuestra catequesis sobre los ángeles, cuya existencia, querida por un acto del amor eterno de Dios, profesamos (.).En la perfección de su naturaleza espiritual, los ángeles están llamados desde el principio, en razón de su inteligencia, a conocer la verdad y a amar el bien que conocen en la verdad de modo mucho más pleno y perfecto que cuanto es posible al hombre. Este amor es el acto de una voluntad libre, por lo cual también para los ángeles la libertad significa posibilidad de hacer una elección en favor o en contra del Bien que ellos conocen, esto es, Dios mismo.Hay que repetir aquí lo que ya hemos recordado a su debido tiempo a propósito del hombre: creando a los seres libres, Dios quiere que en el mundo se realice aquel amor verdadero que sólo es posible sobre la base de la libertad. El quiso, pues, que la criatura, constituida a imagen y semejanza de su Creador, pudiera de la forma más plena posible, volverse semejante a El: Dios, que ‘es amor’. Creando a los espíritus puros, como seres libres, Dios, en su Providencia, no podía no prever también la posibilidad del pecado de los ángeles. Pero precisamente porque la Providencia es eterna sabiduría que ama, Dios supo sacar de la historia de este pecado, incomparablemente más radical, en cuanto pecado de un espíritu puro, el definitivo bien de todo el cosmos creado

2. De hecho, como dice claramente la Revelación, el mundo de los espíritus puros aparece dividido en buenos y malos. Pues bien, esta división no se obró por la creación de Dios, sino en base a la propia libertad de la naturaleza espiritual de cada uno de ellos. Se realizó mediante la elección que para los seres puramente espirituales posee un carácter incomparablemente más radical que la del hombre y es irreversible, dado el grado de intuición y de penetración del bien, del que está dotada su inteligencia.A este respecto se debe decir también que los espíritus puros han sido sometidos a una prueba de Carácter moral. Fue una opción decisiva, concerniente ante todo a Dios mismo, un Dios conocido de modo más esencial y directo que lo que es posible al hombre, un Dios que había hecho a estos seres espirituales el don, antes que al hombre, de participar en su naturaleza divina.

3. En el caso de los espíritus puros la elección decisiva concernía ante todo a Dios mismo, primero y sumo Bien, aceptado y rechazado de un modo más esencial y directo del que pueda acontecer en el radio de acción de la libre voluntad del hombre. Los espíritus puros tienen un conocimiento de Dios incomparablemente más perfecto que el hombre, porque con el poder de su inteligencia, no condicionada ni limitada por la mediación del conocimiento sensible, ven hasta el fondo la grandeza del Ser infinito, de la primera Verdad, del sumo Bien. A esta sublime capacidad de conocimiento de los espíritus puros Dios ofreció el misterio de su divinidad haciéndoles participes, mediante la gracia, de su infinita gloria.Precisamente en su condición de seres de naturaliza espiritual, había en su inteligencia la capacidad, el deseo de esta elevación sobrenatural a la que Dios les había llamado, para hacer de ellos, mucho antes que del hombre, ‘partícipes de la naturaleza divina’, partícipes de la vida íntima de Aquel que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, de Aquel que, en la comunión de las tres Divinas Personas, ‘es Amor’.Dios había admitido a todos los espíritus puros, antes y en mayor grado que al hombre, a la eterna comunión de Amor

.4. La opción realizada sobre la base de la verdad de Dios, conocida deforma superior dada la lucidez de sus inteligencias, ha dividido también el mundo de los espíritus puros en buenos y malos.Los buenos han elegido a Dios como Bien supremo y definitivo, conocido a la luz de la inteligencia iluminada por la Revelación. Haber escogido a Dios significa que se han vuelto a El con toda la fuerza interior de su libertad, fuerza que es amor. Dios se ha convertido en el objetivo total y definitivo de su existencia espiritual.Los otros, en cambio, han vuelto la espalda a Dios contra la verdad del conocimiento que señalaba en Él el Bien total y definitivo. Han hecho una elección contra la revelación del misterio de Dios, contra su gracia, que los hacía partícipes de la Trinidad y de la eterna amistad con Dios, en la comunión con El mediante el amor. Basándose en su libertad creada, han realizado una opción radical e irreversible, al igual que la de los ángeles buenos, pero diametralmente opuesta: en lugar de una aceptación de Dios, plena de amor, le han opuesto un rechazo inspirado por un falso sentido de autosuficiencia, de aversión y hasta de odio, que se ha convertido en rebelión.

5. Cómo comprender esta oposición y rebelión a Dios en seres dotados de una inteligencia tan viva y enriquecidos con tanta luz? ¿Cuál puede ser el motivo de esta radical e irreversible opción contra Dios, de un odio tan profundo que puede aparecer como fruto de la locura?.Los Padres de la Iglesia y los teólogos no dudan en hablar de ‘ceguera’, producida por la supervaloración de la perfección del propio ser, impulsada hasta el punto develar la supremacía de Dios que exigía, en cambio, un acto de dócil y obediente sumisión. Todo esto parece expresado de modo conciso en las palabras ‘»No te servir !2, 20), que manifiestan el radical e irreversible rechazo de tomar parte en la edificación del reino de Dios en el mundo creado. ‘Satanás’, el espíritu rebelde, quiere su propio reino, no el de Dios, y se yergue como el primer ‘adversario’ del Creador, como opositor de la providencia, como antagonista de la amorosa sabiduría de Dios.De la rebelión y del pecado de Satanás, como también del pecado del hombre, debemos concluir acogiendo la sabia experiencia de la Escritura, que afirma: ‘En el orgullo está la perdición’ (Tob 4, 14).

LA MISIÓN DE LOS ÁNGELES (30.VII.86)

1. Según la Sagrada Escritura, los ángeles, en cuanto criaturas puramente espirituales, se presentan a la reflexión de nuestra mente como una especial realización de la ‘imagen de Dios’, Espíritu perfectísimo, como Jesús recuerda a la mujer samaritana con las palabras; ‘Dios es espíritu’ (Jn 4, 24).Los ángeles son, desde este punto de vista, las criaturas más cercanas al modelo divino. El nombre que la Sagrada Escritura les atribuye indica que lo que más cuenta en la Revelación es la verdad sobre las tareas de los ángeles respecto a los hombres: ángel (angelus) quiere decir, en efecto, ‘mensajero’. El término hebreo ‘malak’ -mélk-, usado en el Antiguo Testamento, significa más propiamente ‘delegado’ o ‘embajador’.Los ángeles, criaturas espirituales, tienen función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres. Bajo este aspecto la Carta a los Hebreos dirá que a Cristo se le ha dado un ‘nombre’, y por tanto un ministerio de mediación, muy superior al de los ángeles (Cfr. Heb 1, 4).

2. El Antiguo Testamento subraya sobre todo la especial participación de los ángeles en la celebración de la gloria que el Creador recibe como tributo de alabanza por parte del mundo creado.Los Salmos de modo especial se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman, p.e.: ‘Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles.’ (Sal 148, 1-2).De modo semejante en el Salmo 102: ‘Bendecid a Yahvéh vosotros sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra’ (Sal 102, 20). Este último versículo del Salmo 102 indica que los ángeles toman parte, a su manera, en el gobierno de Dios sobre la creación, como ‘poderosos ejecutores de sus órdenes’ según el plan establecido por la Divina Providencia.A los ángeles está confiado en particular un cuidado y solicitud especiales por los hombres, en favor de los cuales presentan a Dios sus peticiones y oraciones, como nos recuerda, p.e., el Libro de Tobías (Cfr. especialmente Tob 3, 17 y 12, 12), mientras el Salmo 90 proclama: ‘a sus ángeles ha dado órdenes. te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra'(Cfr. Sal 90, 1-12). Siguiendo el libro de Daniel, se puede afirmar que las funciones de los ángeles como embajadores del Dios vivo se extienden no sólo a cada uno de los hombres y a aquellos que tienen funciones especiales, sino también a enteras naciones (Dan 10, 13-21).

3. El Nuevo Testamento puso de relieve las tareas de los ángeles respecto a la misión de Cristo como Mesías y, ante todo, con relación al misterio de la encarnación del Hijo de Dios, como constatamos en la narración de la anunciación del nacimiento de Juan Bautista (Cfr. Lc 1, 11), de Cristo mismo (Cfr. Lc 1, 26), en las explicaciones y disposiciones dadas a María y José (Cfr. Lc 1, 30-37; Mt 1, 20-21), en las indicaciones dadas a los pastores la noche del nacimiento del Señor (Cfr. Lc 2, 9-15), en la protección del recién nacido ante el peligro de la persecución de Herodes (Cfr. Mt 2, 13).Más adelante los Evangelios hablan de la presencia de los ángeles durante el ayuno de Jesús en el desierto a lo largo de 40 días (Cfr. Mt 4, 11) y durante la oración en Getsemaní (Cfr. Lc 22, 43). Después de la resurrección de Cristo será también un ángel, que se aparece en forma de un joven, quien dirá a las mujeres que habían acudido al sepulcro y estaban sorprendidas por el hecho de encontrarlo vacío: ‘No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí. Pero id a decir a sus discípulos. ‘(Mc 16, 6-7). María Magdalena, que se ve privilegiada por una aparición personal de Jesús, ve también a dos ángeles (Jn 20, 12-17; cfr. también Lc 24, 4). Los ángeles ‘se presentan’ a los Apóstoles después de la desaparición de Cristo para decirles: ‘Hombres de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo?. Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cielo’ (Hech 1, 11).Son los ángeles de la vida, de la pasión y de la gloria de Cristo. Los ángeles de Aquel que, como escribe San Pedro, ‘está a la diestra de Dios, después de haber ido al cielo, una vez sometidos a El ángeles, potestades y poderes’ (1 Pe 3, 22).

4. Si pasamos a la nueva venida de Cristo, es decir, a la ‘parusía’, hallamos que todos los sinópticos hacen notar que ‘el Hijo del hombre. vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles’ (así Mc 8, 38, Mt 16, 27 y 25, 31, en la descripción del juicio final; y Lc 9, 26; cfr. también San Pablo, 2 Tes 1, 7).Se puede, por tanto, decir que los ángeles, como espíritus puros, no sólo participan en el modo que les es propio de la santidad del mismo Dios, sino que en los momentos clave, rodean a Cristo y lo acompañan en el cumplimiento de su misión salvífica respecto a los hombres. De igual modo también toda la Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia ha atribuido a lo largo de los siglos a los ángeles este carácter particular y esta función de ministerio mesiánico.

NATURALEZA DE LOS ÁNGELES (6.VIII.8)

1. En las últimas catequesis hemos visto cómo la Iglesia, iluminada por la luz que proviene de la Sagrada Escritura, ha profesado a lo largo de los siglos la verdad sobre la existencia de los ángeles como seres puramente espirituales, creados por Dios. Lo ha hecho desde el comienzo con el Símbolo niceno-constantinopolitano y lo ha confirmado en el Conc. Lateranense IV (1215), cuya formulación ha tomado el Conc. Vaticano I en el contexto de la doctrina sobre la creación: Dios ‘creó de la nada juntamente al principio del tiempo, ambas clases de criaturas: las espirituales y las corporales, es decir, el mundo angélico y el mundo terrestre; y después, la criatura humana que, compuesta de espíritu y cuerpo, los abraza, en cierto modo, a los dos’ (Cons. Dei Filius).O sea: Dios creó desde el principio ambas realidades: la espiritual y la corporal, el mundo terreno y el angélico. Todo lo que El creó juntamente(‘simuél’) en orden a la creación del hombre, constituido de espíritu y de materia y colocado según la narración bíblica en el cuadro de un mundo ya establecido según sus leyes y ya medido por el tiempo (‘deinde’).

2. Juntamente con la existencia, le fe de la Iglesia reconoce ciertos rasgos distintivos de la naturaleza de los ángeles. Su realidad puramente espiritual implica ante todo su no materialidad y su inmortalidad. los ángeles no tienen ‘cuerpo’ (si bien en determinadas circunstancias se manifiestan bajo formas visibles a causa de su misión en favor de los hombres), y por tanto no están sometidos a la ley de la corruptibilidad que une todo el mundo material. Jesús mismo, refiriéndose a la condición angélica, dirá que en la vida futura los resucitados ‘(no) pueden morir y son semejantes a los ángeles’ (Lc 20, 36).

3. En cuanto criaturas de naturaleza espiritual los ángeles están dotados de inteligencia y de libre voluntad, como el hombre pero en grado superior a él, si bien siempre finito, por el límite que es inherente a todas las criaturas. Los ángeles son también seres personales y, en cuanto tales, son también ellos, ‘imagen y semejanza’ de Dios.La sagrada Escritura se refiere a los ángeles utilizando también apelativos no sólo personales (como los nombre propios de Rafael, Gabriel, Miguel), sino también ‘colectivos’ (como las calificaciones de: Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones, Principados), así como realiza una distinción entre Ángeles y Arcángeles. Aun teniendo en cuenta el lenguaje analógico y representativo del texto sacro, podemos deducir que estos seres-personas, casi agrupados en sociedad, se subdividen en órdenes y grados, correspondientes a la medida de su perfección y a las tareas que se les confía. Los autores antiguos y la misma liturgia hablan de los coros angélicos (nueve, según Dionisio el Aeropagita).La teología, especialmente la patrística y medieval, no ha rechazado estas representaciones tratando en cambio de darles una explicación doctrinal y mística, pero sin atribuirles un valor absoluto. Santo Tomás ha preferido profundizar las investigaciones sobre la condición ontológica, sobre la actividad cognoscitiva y volitiva y sobre la elevación espiritual de estas criaturas puramente espirituales, tanto por su dignidad en la escala de los seres, como porque en ellos podía profundizar mejor las capacidades y actividades propias del espíritu en grado puro, sacando de ello no poca luz para iluminar los problemas de fondo que desde siempre agitan y estimulan el pensamiento humano: el conocimiento, el amor, la libertad, la docilidad a Dios, la consecución de su reino.

4. El tema a que hemos aludido podrá parecer ‘lejano’ o ‘menos vital’ a la mentalidad del hombre moderno. Y sin embargo la Iglesia, proponiendo con franqueza toda la verdad sobre Dios creador incluso de los ángeles, cree prestar un gran servicio al hombre.El hombre tiene la convicción de que en Cristo, Hombre-Dios, en él (y no en los ángeles) es en quien se halla el centro de la Divina Revelación. Pues bien, el encuentro religioso con el mundo de los seres puramente espirituales se convierte en preciosa revelación de su ser no sólo como cuerpo, sino también espíritu, y de su pertenencia a un proyecto de salvación verdaderamente grande y eficaz dentro de una comunidad de seres personales que para el hombre y con el hombre sirven al designio providencial de Dios.

5. Notamos que la Sagrada Escritura y la Tradición llaman propiamente ángeles a aquellos espíritus puros que en la prueba fundamental de libertad han elegido a Dios, su gloria y su reino. Ellos están unidos a Dios mediante el amor consumado que brota de la visión beatificante, cara a cara, de la Santísima Trinidad. Lo dice Jesús mismo: ‘Sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos’ (Mt 18, 10). Ese ‘ver de continuo la faz del Padre’ es la manifestación más alta de la adoración de Dios.Se puede decir que constituye esa ‘liturgia celeste’, realizada en nombre de todo el universo, a la cual se asocia incesantemente la liturgia terrena de la Iglesia, especialmente en sus momentos culminantes. Baste recordar aquí el acto con el que la Iglesia, cada día y cada hora, en el mundo entero, antes de dar comienzo a la plegaria eucarística en el corazón de la Santa Misa, se apela ‘a los Ángeles y a los Arcángeles’ para cantar la gloria de Dios tres veces santo, uniéndose así a aquellos primeros adoradores de Dios, en su culto y en el amoroso conocimiento del misterio inefable de su santidad.

6. También según la Revelación, los ángeles, que participan en la vida de la Trinidad en la luz de la gloria, están también llamados a tener su parte en la historia de la salvación de los hombres, en los momentos establecidos por el designio de la Providencia Divina. ‘No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que han de heredar la salud?’, pregunta el autor de la Carta a los Hebreos (1, 14). Y esto cree y enseña la Iglesia, basándose en la Sagrada Escritura por la cual sabemos que la tarea de los ángeles buenos es la protección de los hombres y la solicitud por su salvación.Hallamos estas expresiones en diversos pasajes de la Sagrada Escritura, como por ejemplo en el Salmo 90, citado ya repetidas veces: ‘Pues te encomendará a sus ángeles para que te guarde en todos tus caminos, y ellos te levantarán en sus palmas para que tus pies no tropiecen en las piedras’ (90, 11-12). Jesús mismo, hablando de los niños y amonestando a no escandalizarlos, se apela a ‘sus ángeles’ (Mt 18, 10). Además, atribuye a los ángeles la función de testigos en el supremo juicio divino sobre la suerte del quien ha reconocido o renegado a Cristo: ‘A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios. El que me negare delante de los hombres, será negado ante los ángeles de Dios’ (Lc 12, 8-9; cfr. Ap. 3,5). Estas palabras son significativas porque si los ángeles toman parte en el juicio de Dios, están interesados en la vida del hombre. Interés y participación que parecen recibir una acentuación en el discurso escatológico, en el que Jesús hace intervenir a los ángeles en la parusía, o sea, en la venida definitiva de Cristo al final de la historia (Cfr. Mt 24, 31; 25, 31. 41).

7. Entre los libros del Nuevo Testamento, los Hechos de los Apóstoles nos hacen conocer especialmente algunos episodios que testimonian la solicitud de los ángeles por el hombre y su salvación. Así, cuando el ángel de Dios libera a los Apóstoles de la prisión (Cfr. Hech 5, 18-20), y ante todo a Pedro, que estaba amenazado de muerte por la mano de Herodes (Cfr. Hech 12, 5-10). O cuando guía la actividad de Pedro respecto al centurión Cornelio, el primer pagano convertido (Cfr. Hech 10, 3-8; 11, 12©13), y análogamente la actividad del diácono Felipe en el camino de Jerusalén a Gaza (Hech 8, 26-29).De estos pocos hechos citados a título de ejemplo, se comprende cómo en la conciencia de la Iglesia se ha podido formar la persuasión sobre el ministerio confiado a los ángeles en favor de los hombres. Por ello, la Iglesia confiesa su fe en los ángeles custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente, como en la invocación del ‘Ángel de Dios’. Esta oración parece atesorar las bellas palabras de San Basilio: ‘Todo fiel tiene junto a sí un ángel como tutor y pastor, para llevarlo a la vida’ (Cfr. San Basilio, Adv. Eunomium, III, 1; véase también Santo Tomás, S.Th. I, q.11, a.3).

8. Finalmente es oportuno notar que la Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.El primero es Miguel Arcángel (Cfr. Dan 10, 13.20; Ap 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: ‘Mica-El’ significa, en efecto: ‘¿quien como Dios?’. En este nombre se halla expresada, pues, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles ‘ven la faz del Padre’ que está en los cielos.El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cfr. Lc 1, 19. 26). Su nombre significa: ‘Mi poder es Dios’ o ‘Poder de Dios’, como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre omnipotente.Finalmente el tercer arcángel se llama Rafael. «Rafa-El’ significa: ‘Dios cura’, El se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el antiguo Testamento (Cfr. Tob 12, 50. 20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de Custodia, cuidado y protección.Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El, Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: ‘¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?’ (1, 14).

EL PECADO Y LA ACCIÓN DE SATANÁS (13.VIII.86)

1. Continuando el tema de las precedentes catequesis dedicadas al artículo de fe referente a los ángeles, criaturas de Dios, vamos a explorar el misterio de la libertad que algunos de ellos utilizaron contra Dios y contra su plan de salvación respecto a los hombres.Como testimonia el Evangelista Lucas en el momento, en el que los discípulos se reunían de nuevo con el Maestro llenos de alegría por los frutos recogidos en sus primeras tareas misioneras, Jesús pronuncia una frase que hace pensar: ‘veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo’ (Lc 10, 18).Con estas palabras el Señor afirma que el anuncio del reino de Dios es siempre una victoria sobre el diablo, pero al mismo tiempo revela también que la edificación del reino está continuamente expuesta a las insidias del espíritu del mal. Interesarse por esto, como tratamos de hacer con nuestra catequesis de hoy, quiere decir prepararse al estado de lucha que es propio de la vida de la Iglesia en este tiempo final de la historia de la salvación (como afirma el libro del Apocalipsis. Cfr. 12, 7). Por otra parte, esto ayuda a aclarar la recta fe de la Iglesia frente a aquellos que la alteran exagerando la importancia del diablo o de quienes niegan o minimizan su poder maligno.Las precedentes catequesis sobre los ángeles nos han preparado para comprender la verdad, que la Iglesia ha transmitido, sobre Satanás, es decir, sobre el ángel caído, el espíritu maligno, llamado también diablo o demonio.

2. Esta ‘caída’, que presenta la forma de rechazo de Dios con el consiguiente estado de ‘condena’, consiste en la libre elección hecha por aquellos espíritus creados, los cuales radical y irrevocablemente han rechazado a Dios y su reino, usurpando sus derechos soberanos y tratando de trastornarla economía de la salvación y el ordenamiento mismo de toda la creación.Un reflejo de esta actitud se encuentra en las palabras del tentador a los progenitores: ‘Seréis como Dios’ o ‘como dioses’ (Cfr. Gen 3, 5). Así el espíritu maligno trata de transplantar en el hombre la actitud de rivalidad, de insubordinación a Dios y su oposición a Dios que ha venido a convertirse en la motivación de toda su existencia.

3. En el Antiguo Testamento, la narración de la caída del hombre, recogida en el libro del Génesis, contiene una referencia a la actitud de antagonismo que Satanás quiere comunicar al hombre para inducirlo a la transgresión (Cfr. Gen 3, 5). También en el libro de Job (Cfr. Job 1, 11; 2,5.7), vemos que satanás trata de provocar la rebelión en el hombre que sufre. En el libro de la Sabiduría (Cfr. Sab 2, 24), satanás es presentado como el artífice de la muerte que entra en la historia del hombre juntamente con el pecado.

4. La Iglesia, en el Conc. Lateranense IV (1215), enseña que el diablo (satanás) y los otros demonios ‘han sido creados buenos por Dios pero se han hecho malos por su propia voluntad’. Efectivamente, leemos en la Carta de San Judas: . a los ángeles que no guardaron su principado y abandonaron su propio domicilio los reservó con vínculos eternos bajo las tinieblas para el juicio del gran día’ (Jds 6). Así también en la segunda Carta de San Pedro se habla de ‘ángeles que pecaron’ y que Dios ‘no perdonó. sino que, precipitados en el tártaro, los entregó a las cavernas tenebrosas, reservándolos para el juicio’ (2, 4).Está claro que si Dios ‘no perdonó’ el pecado de los ángeles, lo hace para que ellos permanezcan en su pecado, porque están eternamente ‘en las cadenas’ de esa opción que han hecho al comienzo, rechazando a Dios, contra la verdad del bien supremo y definitivo que es Dios mismo. En este sentido escribe San Juan que: ‘el diablo desde el principio peca’ (1 Jn 3, 3). Y ‘ él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él’ (Jn 8, 44).

5. Estos textos nos ayudan a comprender la naturaleza y la dimensión del pecado de satanás, consistente en el rechazo de la verdad sobre Dios, conocido a la luz de la inteligencia y de la revelación como Bien infinito, amor, y santidad subsistente.El pecado ha sido tanto más grande cuanto mayor era la perfección espiritual y la perspicacia cognoscitiva del entendimiento angélico, cuanto mayor era su libertad y su cercanía a Dios. Rechazando la verdad conocida sobre Dios con un acto de la libre voluntad, satanás se convierte en ‘mentiroso cósmico’ y ‘padre de la mentira’ (Jn 8, 44). Por esto vive la radical e irreversible negación de Dios y trata de imponer a la creación, a los otros seres creados a imagen de Dios, y en particular a los hombres, su trágica ‘mentira sobre el Bien’ que es Dios. En el libro del Génesis encontramos una descripción precisa de esa mentira y falsificación de la verdad sobre Dios, que satanás (bajo la forma de serpiente) intenta transmitir a los primeros representantes del género humano: Dios sería celoso de sus prerrogativas e impondría por ello limitaciones al hombre (Cfr. Gen 3, 5). Satanás invita al hombre a liberarse de la imposición de este juego, haciéndose ‘como Dios’.

6. En esta condición de mentira existencial satanás se convierte -según San Juan- también en homicida, es decir, destructor de la vida sobrenatural que Dios había injertado desde el comienzo en él y en las criaturas ‘hechas a imagen de Dios’: los otros espíritus puros y los hombres; satanás quiere destruir la vida según la verdad, la vida en la plenitud del bien, la vida sobrenatural de gracia y de amor. El autor del libro de la Sabiduría escribe:. por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen’ (Sab 2, 24). En el Evangelio Jesucristo amonesta: . temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la gehena’ (Mt 10,28).

7. Como efecto del pecado de los progenitores, este ángel caído ha conquistado en cierta medida el dominio sobre el hombre.Esta es la doctrina constantemente confesada y anunciada por la Iglesia, y que el Concilio de Trento ha confirmado en el tratado sobre el pecado original (.): Dicha doctrina encuentra dramática expresión en la liturgia del bautismo, cuando se pide al catecúmeno que renuncie al demonio y a sus seducciones.Sobre este influjo en el hombre y en las disposiciones de su espíritu (y del cuerpo) encontramos varias indicaciones en la Sagrada Escritura, en las cuales satanás es llamado ‘el príncipe de este mundo’ (Cfr. Jn 12, 31; 14, 30;16, 11) e incluso ‘el Dios del siglo’ (2 Cor 4, 4). Encontramos muchos otros nombres que describen sus nefastas relaciones con el hombre: ‘Belcebú’ o ‘Belial’, ‘espíritu inmundo’, ‘tentador’, ‘maligno’ y finalmente ‘anticristo’ (1 Jn 4, 3). Se le compara a un ‘león’ (1 Pe 5, 8), a un ‘dragón’ (en el Apocalipsis) ya una ‘serpiente’ (Gen 3). Muy frecuentemente para nombrarlo se ha usado el nombre de ‘diablo’ del griego ‘diaballein’ -diaballein- (del cual ‘diabolos’),que quiere decir: causar la destrucción, dividir, calumniar, engañar. Y a decir verdad, todo esto sucede desde el comienzo por obra del espíritu maligno que es presentado en la Sagrada Escritura como una persona, aunque se afirma que no está solo: ‘somos muchos’, gritaban los diablos a Jesús en la región de las gerasenos (Mc 5, 9); ‘el diablo y sus ángeles’, dice Jesús en la descripción del juicio final (Cfr. Mt 25, 41).

8. Según la Sagrada Escritura, y especialmente el Nuevo Testamento, el dominio y el influjo de Satanás y de los demás espíritus malignos se extiende al mundo entero. Pensemos en la parábola de Cristo sobre el campo (que es el mundo), sobre la buena semilla y sobre la mala semilla que el diablo siembra en medio del grano tratando de arrancar de los corazones el bien que ha sido ‘sembrado’ en ellos (Cfr. Mt 13, 38-39). Pensemos en las numerosas exhortaciones a la vigilancia (Cfr. Mt 26, 41; 1 Pe 5, 8), a la oración y al ayuno (Cfr. Mt 17, 21). Pensemos en esta fuerte invitación del Señor: ‘Esta especie (de demonios) no puede ser expulsada por ningún medio sino es por la oración’ (Mc 9, 29).La acción de Satanás consiste ante todo en tentar a los hombres para el mal, influyendo sobre su imaginación y sobre las facultades superiores para poder situarlos en dirección contraria a la ley de Dios. Satanás pone a prueba incluso a Jesús (Cfr. Lc 4, 3-13) en la tentativa extrema de C contrastar las exigencias de la economía de la salvación tal como Dios le ha preordenado.No se excluye que en ciertos casos el espíritu maligno llegue incluso a ejercitar su influjo no sólo sobre las cosas materiales, sino también sobre el cuerpo del hombre, por lo que se habla de ‘posesiones diabólicas’ (Cfr. Mc 5,2-9). No resulta siempre fácil discernir lo que hay de preternatural en estos casos, ni la Iglesia condesciende o secunda fácilmente la tendencia a atribuir muchos hechos e intervenciones directas al demonio; pero en línea de principio no se puede negar que, en su afán de dañar y conducir al mal, Satanás pueda llegar a esta extrema manifestación de su superioridad.

9. Debemos finalmente añadir que las impresionantes palabras del Apóstol Juan: ‘El mundo todo está bajo el maligno’ (1 Jn 5, 19), aluden también a la presencia de Satanás en la historia de la humanidad, una presencia que se hace más fuerte a medida que el hombre y la sociedad se alejan de Dios. El influjo del espíritu maligno puede ‘ocultarse’ de forma más profunda y eficaz: pasar inadvertido corresponde a sus ‘intereses’: La habilidad de Satanás en el mundo es la de inducir a los hombres a negar su existencia en nombre del racionalismo y de cualquier otro sistema de pensamiento que busca todas las escapatorias con tal de no admitir la obra del diablo.Sin embargo, no presupone la eliminación de la libre voluntad y de la responsabilidad del hombre y menos aún la frustración de la acción salvífica de Cristo. Se trata más bien de un conflicto entre las fuerzas oscuras del mal y las de la redención. Resultan elocuentes a este propósito las palabras que Jesús dirigió a Pedro al comienzo de la pasión: . Simón, Satanás os busca para ahecharos como trigo; pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe’ (Lc 22,31).Comprendemos así por que Jesús en la plegaria que nos ha enseñado, el ‘Padrenuestro’, que es la plegaria del reino de Dios, termina casi bruscamente, a diferencia de tantas otras oraciones de su tiempo, recordándonos nuestra condición de expuestos a las insidias del Maligno.El cristiano, dirigiéndose al Padre con el espíritu de Jesús e invocando su reino, grita con la fuerza de la fe: no nos dejes caer en la tentación, líbranos del Mal, del Maligno. Haz, oh Señor, que no cedamos ante la infidelidad a la cual nos seduce aquel que ha sido infiel desde el principio.

LA ACCIÓN DE SATANÁS Y LA VICTORIA DE CRISTO (20.VIII.86)

1. Nuestras catequesis sobre Dios, Creador de las cosas ‘visibles e invisibles’, nos ha llevado a iluminar y vigorizar nuestra fe por lo que respecta a la verdad sobre el maligno o Satanás, no ciertamente querido por Dios, sumo Amor y Santidad, cuya Providencia sapiente y fuerte sabe conducir nuestra existencia a la victoria sobre el príncipe de las tinieblas.Efectivamente, la fe de la Iglesia nos enseña que la potencia de Satanás no es infinita. El sólo es una criatura, potente en cuanto espíritu puro, pero siempre una criatura, con los límites de la criatura, subordinada al querer y al dominio de Dios. Si Satanás obra en el mundo por su odio a Dios y su reino, ello es permitido por la Divina Providencia que con potencia y bondad (‘fortiter et suaviter’) dirige la historia del hombre y del mundo. Si la acción de Satanás ciertamente causa muchos daños -de naturaleza espiritual- e indirectamente de naturaleza también física a los individuos y a la sociedad, él no puede, sin embargo, anular la finalidad definitiva a la que tienden el hombre y toda la creación, el bien. El no puede obstaculizar la edificación del reino de Dios en el cual se tendrá, al final, la plena actuación de la justicia y del amor del Padre hacia las criaturas eternamente ‘predestinadas’ en el Hijo-Verbo, Jesucristo. Más aún, podemos decir con San Pablo que la obra del maligno concurre para el bien y sirve para edificar la gloria de los ‘elegidos’ (Cfr. 2 Tim 2, 10).

2. Así toda la historia de la humanidad se puede considerar en función de la salvación total, en la cual está inscrita la victoria de Cristo sobre ‘el príncipe de este mundo’ (Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11). ‘Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás’ (Lc 4, 8), dice terminantemente Cristo a Satanás.En un momento dramático de su ministerio, a quienes lo acusaban de manera descarada de expulsar los demonios porque estaba aliado de Belcebú, jefe de los demonios, Jesús responde aquellas palabras severas y confortantes a la vez :’Todo reino en sí dividido será desolado y toda ciudad o casa en sí dividida no subsistirá. Si Satanás arroja a Satanás, está dividido contra sí: ¿cómo, pues, subsistirá su reino?. Mas si yo arrojo a los demonios con el poder del espíritu de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios’ (Mt 12, 25-26. 28). ‘Cuando un hombre fuerte bien armado guarda su palacio, seguros están sus bienes; pero si llega uno más fuerte que él, le vencerá, le quitará las armas en que confiaba y repartirá sus despojos’ (Lc 11, 21-22). Las palabras pronunciadas por Cristo a propósito del tentador encuentran su cumplimiento histórico en la cruz y en la resurrección del Redentor. Como leemos en la Carta a los Hebreos, Cristo se ha hecho partícipe de la humanidad hasta la cruz ‘para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a aquellos que estaban toda la vida sujetos a servidumbre’ (Heb 2, 14-15). Esta es la gran certeza de la fe cristiana: ‘El príncipe de este mundo ya está juzgado’ (Jn 16, 11); ‘Y para esto apareció el Hijo de Dios, para destruir las obras del diablo’ (1 Jn 3, 8), como nos atestigua San Juan. Así, pues, Cristo crucificado y resucitado se ha revelado como el ‘más fuerte’ que ha vencido ‘al hombre fuerte’, el diablo, y lo ha destronado.De la victoria de Cristo sobre el diablo participa la Iglesia: Cristo, en efecto, ha dado a sus discípulos el poder de arrojar los demonios (Cfr. Mt 10,1, y paral.; Mc 16, 17). La Iglesia ejercita tal poder victorioso mediante la fe en Cristo y la oración (Cfr. Mc 9, 29; Mt 17, 19 ss.), que en casos específicos puede asumir la forma de exorcismo.

3. En esta fase histórica de la victoria de Cristo se inscribe el anuncio y el inicio de la victoria final, la parusía, la segunda y definitiva venida de Cristo al final de la historia, venida hacia la cual está proyectada la vida del cristiano. También si es verdad que la historia terrena continúa desarrollándose bajo el influjo de ‘aquel espíritu que -como dice San Pablo- ahora actúa en los que son rebeldes’ (Ef 2, 2), los creyentes saben que están llamados a luchar para el definitivo triunfo del bien: ‘No es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires’ (Ef 6, 12).

4. La lucha, a medida que se avecina el final, se hace en cierto sentido siempre más violenta, como pone de relieve especialmente el Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento (Cfr. Ap 12, 7-9). Pero precisamente este libro acentúa la certeza que nos es dada por toda la Revelación divina: es decir, que la lucha se concluirá con la definitiva victoria del bien. En aquella victoria, precontenida en el misterio pascual de Cristo, se cumplirá definitivamente el primer anuncio del Génesis, que con un término significativo es llamado proto-Evangelio, con el que Dios amonesta a la serpiente: ‘Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer’ (Gen 3, 15). En aquella fase definitiva, completando el misterio de su paterna Providencia, ‘liberará del poder de las tinieblas’ a aquellos que eternamente ha ‘predestinado en Cristo’ y les ‘transferirá al reino de su Hijo predilecto’ (Cfr. Col 1, 13-14). Entonces el Hijo someterá al Padre también el universo, para que ‘sea Dios en todas las cosas’ (1 Cor 15, 28).

5. Con ésta se concluyen las catequesis sobre Dios Creador de las ‘cosas visibles e invisibles’, unidas en nuestro planteamiento con la verdad sobre la Divina Providencia. Aparece claro a los ojos del creyente que el misterio del comienzo del mundo y de la historia se une indisolublemente con el misterio del final, en el cual la finalidad de todo lo creado llega a su cumplimiento. El Credo, que une así orgánicamente tantas verdades, es verdaderamente la catedral armoniosa de la fe.De manera progresiva y orgánica hemos podido admirar estupefactos el gran misterio de la inteligencia y del amor de Dios, en su acción creadora, hacia el cosmos, hacia el hombre, hacia el mundo de los espíritus puros. De tal acción hemos considerado la matriz trinitaria, su sapiente finalidad relacionada con la vida del hombre, verdadera ‘imagen de Dios’, a su vez llamado a volver a encontrar plenamente su dignidad en la contemplación de la gloria de Dios. Hemos recibido luz sobre uno de los máximos problemas que inquietan al hombre e invaden su búsqueda de la verdad: el problema del sufrimiento y del mal. En la raíz no está una decisión errada o mala de Dios, sino su opción, y en cierto modo su riesgo, de crearnos libres para tenernos como amigos. De la libertad ha nacido también el mal. Pero Dios no se rinde, y con su sabiduría transcendente, predestinándonos a ser sus hijos en Cristo, todo lo dirige con fortaleza y suavidad, para que el bien no sea vencido por el mal.

Fuentes: Fortea, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Obispos Cardenales Conferencia Episcopal Papa Pederastia Pedofilia Penas Prédica Sermones Homilías Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Reafirmación papal de la tolerancia cero a los curas abusadores y obispos que no denuncian

Francisco pide perdón a victimas de abuso clerical y se compromete a no tolerarlo.
El lunes 7 de junio, el papa Francisco invitó a seis sobrevivientes de abuso sexual por sacerdotes a la misa en Santa Marta. Bergoglio posteriormente se reunió durante más de tres horas hablando personalmente con las seis víctimas de los pederastas.

 

misa de francisco en santa marta

 

El Papa insistió que no hay lugar en la Iglesia para los depredadores sexuales y que los obispos tendrán que rendir cuentas.

6 REPRESENTANTES DE VICTIMAS DE ABUSO SEXUAL CLERICAL CON FRANCISCO

Las seis víctimas son tres hombres y tres mujeres que provienen de Irlanda (dos), Alemania (dos) y del Reino Unido (las últimas dos). En estos países, subrayó en una conferencia de prensa el vocero vaticano Federico Lombardi, “existe una estructura de la Iglesia que se ocupa de las víctimas”.

Los invitó a participar en la misa el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston y miembro del Consejo de los nueve cardenales que ayudan a Bergoglio en el gobierno de la Iglesia universal y en la reforma de la Curia.

Los seis adultos se reunieron el día anterior por la noche con el Papa, que pasó a saludarlos al refectorio de la Casa Santa Marta, en donde se alojaron las víctimas de los sacerdotes pederastas. Por la mañana, a las siete, los seis participaron en la misa en la capilla de la residencia y, concluida la celebración, el Papa se reunió con cada una de las víctimas (en compañía de un intérprete). Cada encuentro duró alrededor de media hora.

El vocero Padre Lombardi, explicó a los periodistas que vio a los seis huéspedes salir de sus encuentros con el Papa

con profunda gratitud y conmoción, por la posibilidad de haber tenido un encuentro tan profundo, amplio y personal con el Santo Padre”.

El Papa estaba conmovido y

demostró que escuchar ayuda a entender, a preparar la vía para sanar las heridas y proseguir con la reconciliación con Dios y con la Iglesia”

LA HOMILÍA DE FRANCISCO

En su intervención en la misa en la capilla de su residencia Francisco pidió perdón,

Ante Dios y su pueblo expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón. También les pido perdón por los pecados de omisión por partes de lideres de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso, esto lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo”.

Y luego el Papa advirtió y se comprometió:

«No hay lugar en el ministerio de la Iglesia para los que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño hecho a un menor por parte de cualquier persona, ya sea un clérigo o no. Todos los obispos deben ejercer su ministerio pastoral con el máximo cuidado con el fin de ayudar a fomentar la protección de los menores, y ellos tendrán que rendir cuentas.»

Al elogiar la valentía de las víctimas que han sacado a la luz la verdad, el Papa dijo:

Para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Jesús da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar. Por otra parte vamos a seguir vigilantes en la preparación para el sacerdocio. Cuento con los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, todos los menores, sean de la religión que sean, son retoños que Dios mira con amor. Pido esta ayuda para que me ayuden a asegurar de que disponemos de las mejores políticas y procedimientos en la Iglesia Universal para la protección de menores y para la capacitación”.

Comparó el abuso de menores por parte de sacerdotes y obispos a «un culto sacrílego», y dijo que este tipo de delitos tenían «un efecto tóxico» en la fe y la esperanza en Dios.

«Algunos de ustedes se han mantenido firmes en la fe mientras que para otros la experiencia de la traición y el abandono ha llevado a un debilitamiento de la fe en Dios. Su presencia aquí habla del milagro de la esperanza, que prevalece en contra de la más profunda oscuridad. Sin duda, es un signo de la misericordia de Dios que hoy tenemos la oportunidad de encontrarnos con los otros, para adorar a Dios, a mirar en los ojos del otro y buscar la gracia de la reconciliación «.

Fuentes: Catholic Herald, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: